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humano o religión.
Es la prohibición de algo supuestamente extraño (en algunas sociedades), de contenido
religioso, económico, político, social o cultural por una razón no justificada basada en
prejuicios. Romper un tabú es considerado como una falta grave por la sociedad que lo
impone.
Orígenes [editar]
En las agrupaciones primitivas los comportamientos causativos de una reacción tribal
eran aquellos que ofendían el tabú mágico, esto es, las prohibiciones vigentes en la tribu
oriundas de supersticiones, hechicerías y costumbres ancestrales, en las que los magos o
sacerdotes eran sus veladores.
No hay en estas agrupaciones humanas primitivas un concepto destacado de lo
que hoy estimamos como delito, pues las violaciones de los tabúes mágicos tenían
más bien la naturaleza de lo que las religiones positivas han considerado pecado. Las
sanciones que seguían a la violación del tabú tenían también carácter religioso, ya que
consistían en la privación de los poderes protectores de los dioses de la comunidad.
Empero, en aquellos primitivos tiempos, se observa ya que lo que hoy denominamos
delito era un hecho efectuado individualmente y que por implicar una violación de las
costumbres lesionaba las normas prohibitivas de la comunidad tribal constitutivas del
tabú. El comportamiento punible era oriundo de hábitos y supersticiones, usanzas y ritos;
estaba considerado como una ruptura de la paz interna o externa del clan; e imperaba en
su concepción un acusado de carácter religioso sacerdotal de colectiva defensa física,
objetiva y ciega de los principios ancestrales en que se fundaba la propia existencia de
cada tribu o colectividad.
El hombre primitivo pensaba que si cometía ciertos actos debía sufrir, inevitablemente,
ciertas consecuencias. Las aceptaba sin exigir que la relación de causa a efecto tuviera
un contenido lógico, ni tampoco una base ética y moral. La tradición y la costumbre le
habían enseñado que si hacía esto o aquello (ya que los tabúes tenían vigencia en
relación a acciones, no omisiones), sufriría tales y cuales castigos. No porque los mismos
fueran inevitables, porque hubiera infringido un precepto legal, o porque hubiese causado
daño sino, simplemente, porque había violado un tabú, vale decir, una prohibición atávica.
En la mayoría de las sociedades primitivas los tabúes estaban representados por una
serie de reglas negativas, cada una de las cuales preveía, y sancionaba, una forma de
conducta prohibida, cuya concreción debía determinar, inevitablemente, un daño al
culpable o, en algunos casos, a todo el grupo al que pertenecía. Sirvieron para
acostumbrar al hombre a la obediencia, y prepararon su ánimo para que en estadios
posteriores de la civilización aceptara los castigos derivados de la violación de las leyes
humanas. Ayudaron a mantener el imperio de las normas de moralidad corrientes dentro
de cada grupo social, las que podían aplicarse no sólo a una relación arbitraria del
hombre con la divinidad, sino también a la conducta cotidiana y corriente. El peso de los
tabúes se hizo sentir en forma efectiva en los pueblos primitivos, extinguidos o actuales,
porque el grado de conocimiento de sus miembros no les permitía entender la naturaleza.
Los pueblos que forman el "mundo civilizado actual" hicieron una selección inteligente
dentro del dominio de los tabúes. En consecuencia permitieron que subsistieran
únicamente aquellos que, de acuerdo con la experiencia, mostraban tener una utilidad
social. Los mismos sobreviven bajo el aspecto de reglas de etiqueta o preceptos morales,
o adoptaron la forma más solemne de leyes civiles o penales. El pasaje del tabú mágico al
concepto de la prohibición o sanción motivada y razonable siguió un camino paralelo y
equivalente al recorrido por el progreso de la mente humana. Así, el temor a lo
sobrenatural fue reemplazado por el temor concreto a las sanciones de las leyes
humanas.
La mayor parte de los tabúes surgen por la tradición cultural, aunque algunos también
La noción de tabú cambia con la historia y depende de cada comunidad. Un sujeto incluso
puede desarrollar una conducta considerada tabú por la sociedad pero que a él no le causa
ningún rechazo. En estos casos, lo habitual es que dicha conducta sea realizada en privado
condenado por el judaísmo pero común para los católicos, por ejemplo).
prematrimonial).
Tabú es un concepto usado para referirse a todo aquello que, según las convenciones
sociales, las creencias religiosas o la mera superstición, se considera prohibido.
Cuando una práctica, una conducta, un hábito o un simple gusto chocan con los
valores tradicionales, los preceptos religiosos o los dogmas de la clase política
dominante de una sociedad, estos son susceptibles de pasar a ser censurados y
considerados como tabúes.
El tabú hacia la diversidad sexual, por ejemplo, muchas veces se basa simplemente en el
rechazo a lo que nos resulta extraño, desconocido, y, por lo mismo, amenazador, pese a
que sean percepciones infundadas.
Tabúes sexuales
El término tabú nos llega de las lenguas polinesias y “tapú” o “kapú” tiene un
significado próximo a “sagrado”, “prohibido”, “inviolable”, “sucio” o “maldito”.
En esas sociedades designaba aquello que los “no consagrados” tenían
prohibido tocar o hacer por su carácter sagrado y si lo hacían cometían un
sacrilegio.
Este concepto fue introducido en Europa por el capitán Cook en 1777, al
regresar de su expedición al Pacífico, que lo había recogido de las diferentes
islas que había visitado. Extrapolado y estudiado por los antropólogos se vio
que el “tabú” es un fenómeno universal.
Tradicionalmente el tabú tenía connotaciones religiosas, pero en las
sociedades actuales puede tener un contenido económico, social, cultural o
político. La base de algunos tabúes no suele estar justificada y se apoya
en prejuicios.
El respeto de los tabúes se sostiene normalmente por el miedo. El que
transgrede alguno es castigado. En las sociedades primitivas el culpable
podía sufrir enfermedades, muertes, perder sus cultivos, tener
accidentes, etc. y en la actualidad supone en muchos casos el
ostracismo social.
Hoy en día el término “tabú” se utiliza para aquel tipo de acto, hecho o
actuación que está prohibido y que de alguna manera tiene un trasfondo que
evoca la violación de algo sagrado, pero no queda limitado por la esfera
religiosa o espiritual.
Muchos antropólogos sugieren que los tabús sirvieron para
acostumbrar a los seres humanos a la obediencia y lo prepararon para
aceptar las leyes y los castigos por su incumplimiento que serían los
pilares de las sociedades modernas.
¿Cuál fue el primer tabú? La mayoría de antropólogos consideran que el primer
tabú de la humanidad fue la endogamia, es decir el tener relaciones
sexuales con gente de la propia familia. Este evolucionaría en el tabú del
incesto. La prohibición del incesto parece hundir sus raíces en grupos tribales
de la antigüedad y estar basado en leyes genéticas.
Actualmente es una ley prácticamente universal ya que en la mayoría de
sociedades están prohibidos tanto los matrimonios como cualquier tipo de
unión entre personas consanguíneas. Es interesante saber respecto al que se
considera el primer tabú, que no es exclusivo de la especie humana ya que
también existe en el mundo animal, especialmente entre los primates.
http://www.aperturas.org/articulo.php?articulo=0001006
“Se preguntan o nos preguntan, los organizadores de esta jornada de
trabajo. Como sin prohibición no hay transgresión…"
Freud pensaba que los hombres, la especie Homo Sapiens, habían
construido la cultura y la civilización privándose de satisfacer
poderosos deseos y es así que con las prohibiciones que instauran
estas renuncias se inaugura “la ruptura con el estado originario de la
animalidad”. Estos deseos que conciernen a “todo el mundo”, y que
“renacen con cada niño”, “son los del incesto, el canibalismo, y del
placer-deseo de asesinato” (Freud, 1927/1994).
El psiquismo humano ha evolucionado a medida que los milenios se
han ido sucediendo y lo que era una restricción externa se convierte,
interiorizándose, en un mandamiento “de una instancia anímica
particular, el superyó del hombre” (p. 151).