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Bernard-Marie Koltès

COMBATE DE NEGRO Y DE PERROS


(1979)

PERSONAJES
HORN: 60 años, maestro de obras
ALBURY: un negro misteriosamente introducido en la colonia
LIONA: una mujer traída por Horn
CAL: alrededor de los 30, ingeniero

Al anochecer

1- HORN: Ya decía yo que había visto de lejos, a alguien detrás del árbol

2- ALBURY: Soy Albury, señor, vengo a buscar el cuerpo. Su madre estará toda la noche
dando vueltas por el pueblo, lanzando gritos, si no se le da el cuerpo. Una noche terrible,
señor, nadie dormirá con los gritos de la vieja; por eso estoy aquí

3- HORN: ¿Y a usted, quién lo envía, la policía o el pueblo?

4- ALBURY: Soy Albury que viene a buscar el cuerpo de su hermano, señor

5- HORN: Un caso horrible, sí, una desgraciada caída, un desgraciado camión que iba a
toda velocidad; el conductor será castigado. Mañana tendrán ustedes el cuerpo; tuvieron
que llevarlo a la enfermería, para arreglarlo un poco ¡Qué historia tan desgraciada!

6- ALBURY: Desgraciada sí, desgraciada no. Es, de hecho, una boca menos, puesto que la
obra va a cerrar y que, dentro de poco ya no habría sido obrero, o sea que es una desgracia
sólo por poco tiempo, señor. Desde que empezó la obra, la gente habla mucho de usted. Por
eso dije: he aquí la oportunidad de ver al blanco de cerca. Tengo aún muchas cosas que
aprender, señor

7- HORN: Triste historia la de su hermano, aquí todos se dicen “hermano”. La familia


quiere una indemnización; se la daremos, por supuesto, si no exageran. Pero a usted, en
cambio, creo no haberlo visto nunca.
8- ALBURY: Yo vine solamente por el cuerpo, señor, y me iré en cuanto lo tenga

9- HORN: ¡El cuerpo, sí, sí! Lo tendrá mañana. Perdone mi nerviosismo; tengo una gran
preocupación: mi mujer acaba de llegar; hace horas que está ordenando sus cosas. Una
mujer aquí es un gran trastorno, no estoy acostumbrado

10- ALBURY: Eso es muy bueno, una mujer aquí

11- HORN: Me casé muy recientemente y yo no tengo ninguna costumbre con estas cosas;
todo esto me causa muchos trastornos, y el no verla salir de su habitación me pone
nervioso; está ahí y no para de arreglar cosas desde hace horas. Pero acérquese; aquí ya no
hay casi luz. Sabe usted, tengo la vista un poco débil. Venga aquí y déjese ver

12- ALBURY: Imposible, señor, mire a los guardias, mírelos allá arriba. Vigilan tanto
dentro como fuera del campamento, me están mirando, señor

13- HORN: Sin embargo lo han dejado entrar

14- ALBURY: Saben que no se puede dejar a la vieja gritar toda la noche y todo el día de
mañana; que hay que calmarla, que no se puede dejar al pueblo en vela toda la noche, y que
no hay más remedio que satisfacer a la madre devolviéndole el cuerpo. Lo saben muy bien

15- HORN: Mañana se lo llevaremos, pero, por el momento tengo la cabeza que me va a
estallar, necesito un whisky. Es algo insensato que un viejo como yo haya tomado mujer,
¿no cree?

16- ALBURY: Las mujeres no son nada insensato, hay que pagarlas a buen precio, y luego
amarrarlas como es debido

17- HORN: (ríe) ¡Qué inteligente es usted!, creo que nos llevaremos bien. Bueno, voy a ir
a ver qué ha pasado con ese dichoso cadáver (sale)

II
18- HORN: Liona, ¿está usted lista?

19- LIONA: (desde el interior) Estoy ordenando (Horn se acerca), no, no estoy ordenando
(Horn se para) estoy esperando a que no se mueva nada

20- HORN: ¿Qué?


21- LIONA: A que no se mueva nada, cuando se haga de noche, todo irá mejor. Por las
noches, me duele el pecho durante una hora, lo que se demora el día en hacerse de noche.
Tengo que tomarme unas pastillas

22- HORN: Venga a tomarse un whisky

23- LIONA: ¿Un whisky? ¡Ah, no, eso sí que no! Prohibido. Me está totalmente prohibido

24- HORN: Pero venga para acá

25- LIONA: Estoy viendo lo que me falta: me falta un montón de cosas y tengo un montón
de cosas que no voy a necesitar para nada .Tengo miedo, pichoncito, un miedo terrible.
¿Cómo son los demás hombres? Yo, por lo general, la primera vez, no le gusto a nadie

26- HORN: No hay más que uno, ya se lo dije

27- LIONA: Ay, pichoncito, tengo algo que confesarle

28- HORN: ¿Qué?

29- LIONA: Ayer en la noche, justo antes de venir, ¿sabe qué pasó? De repente me empecé
a sentir tan feliz, como nunca antes, así sin razón. Es terrible porque cuando me viene eso
sé que algo malo va a pasar. Tengo intuiciones, pero al revés y nunca me han engañado.
¡Oh!, no tengo ningún apuro por salir de aquí, pichoncito

30- HORN: Está usted muy nerviosa, y eso es normal

31- LIONA: Me conoce usted tan poco todavía

32- HORN: Venga, venga

33- LIONA: ¿Está seguro de que solo hay un hombre?

34- HORN: Completamente seguro

35- LIONA: (aparece su brazo) Me tiene muerta de sed, cuando haya tomado algo, iré, se
lo prometo

36- HORN: voy a buscar algo para tomar

37- LIONA: Pero agua, sobre todo agua. Tengo que tomarme unas pastillas, y hay que
tomarlas con agua. (Horn sale, Liona aparece, mira) Todo esto me impresiona
III

38- HORN: Hay un hombre ahí, Cal, es del pueblo o de la policía, o algo peor todavía, por
que yo no lo había visto nunca. No quiere decir en nombre de quién viene pidiendo cuentas.
Pero él cuentas va a pedir y se las vas a tener que dar tú. Prepárate, yo en esto no me meto,
no estoy ahora para eso; yo no sé nada, no te cubro, yo no estaba allí. Esta vez, te las
arreglas solo

39- CAL: Yo no le hablo a ese negro. El asunto es muy simple, mira, yo te digo toda la
verdad y tu vas y lo arreglas, además, no quiero ver a nadie hasta que mi perro no vuelva.
(llora) Me lo van a comer. (Después de una larga pausa le rechinan los dientes)

40- HORN: ¿Qué?

41- CAL: Allá, detrás del árbol, al negro, dile que se vaya. (silencio, ladridos a lo lejos;
Cal se sobresalta) ¡Tubab! Lo estoy oyendo. Está cerca del desagüe

42- HORN: Todo el mundo te vio disparar, imbécil. Ya ni sabes aguantarte esa maldita
furia

43- CAL: Es como te lo estoy diciendo, no fui yo, fue un camión

44- HORN: Un tiro. Y todo el mundo te vio subir al camión

45- CAL: Lo del tiro, fue la tormenta, y lo del camión, fue la lluvia que lo enturbiaba todo

46- HORN: (da un manotazo) ¿Por qué lo fuiste a tocar? El que toca un cadáver caído en
tierra es el responsable del crimen. Si no lo hubiera tocado nadie, no habría responsable,
sería un crimen sin responsable, un crimen hembra. Todo era muy sencillo, pero las
mujeres han venido a buscarlo y no han encontrado nada. Nada

47- CAL: Cuando lo vi me dije: a éste, no podré dejarlo en paz .El instinto, Horn, los
nervios... solo había escupido a dos centímetros de mis zapatos, pero así funciona el
instinto. “No va a ser hoy cuando te deje tranquilo”, eso es lo que me decía yo al mirarlo.
Así es que lo puse en el camión, me fui hasta el vertedero y lo tiré arriba del todo: eso es lo
que te mereces. Después me vine. Pero volví, los nervios no me dejaban en paz. Lo saqué
del vertedero lo llevé al lago y lo tiré al agua. Pero, ¿sabes?, eso de dejarlo en paz en el
agua me roía el alma. Entonces volví, me metí en el agua hasta la cintura y lo saqué. Lo
tenía en el camión y no sabía que hacer con él. “A ti no te dejaré en paz, jamás, es superior
a mis fuerzas”. Lo miro y me digo: este negro me va a destrozar los nervios. Y fue
entonces cuando pensé la solución: el desagüe, jamás me tiraría ahí para rescatarlo. Al fin
pude calmarme. Si hubiera tenido que enterrarlo, Horn, lo hubiera desenterrado, me
conozco bien y si se lo hubieran llevado al pueblo, hubiera ido a buscarlo. El desagüe era lo
más fácil, Horn, era lo mejor
IV

El viento levanta un polvo rojo, Liona ve a alguien.


Entre susurros y soplos, entre chasquidos de alas que la rodean, reconoce su nombre,
luego siente el dolor de una marca tribal gravada en sus mejillas.
El Harmattan, viento de arena, la lleva a los pies del árbol

48- LIONA: (acercándose a Albury) Busco agua, I am looking for water, please (ríe).
¿Comprende usted el inglés?, yo, es la única lengua extranjera que comprendo un poco.
¿Sabe usted?, mi madre era inglesa (se acerca al árbol) tienen que estar buscándome (mira
a Albury). Pero a mí me había dicho que... (en voz baja) You look familiar to me (mira al
rededor de ella) ¿Usted cree en las vidas anteriores? (lo mira. Pausa) ¿Por qué me ha dicho
que no había nadie más que ellos? (agitada) Pues yo sí creo. Momentos tan felices, muy
felices, que me llegan de tan lejos... muy dulces. Todo eso tiene que ser ya muy viejo. Yo sí
que creo (se inclina hacia él). Ya ve, él me dijo que no había nadie (ríe), ¡y está usted! (se
aleja). Estoy tan contenta de que no sea usted inglés ni nada de eso; así no me tratará usted
de tonta (lo mira largamente) ¿Ve?, estamos hechos para... sí, aprenderé su lengua y
cuando hable bien, pensando bien cada palabra que le vaya a decir, le diré... las.... cosas...
importantes... que... no sé. No me atrevo a mirarlo; es usted tan serio (se agita) ¿Oye el
viento? Cuando el viento gira de ese modo es el diablo que gira. Go away, demon (ríe). Soy
una estúpida, perdóneme (para de moverse) preferiría quedarme aquí (lo toca sin mirarlo),
come to me to looking for water. Qué idiota, estoy segura de que están buscándome; no
tengo porque estar aquí (lo suelta). Hay alguien, lo escuché (bajo). Go away, demon, go
away (al oído). Volveré, espérame (Albury desaparece bajo los árboles)

Entra Cal.

V
49- CAL: (con el dedo en la boca) No hables muy fuerte, pequeña, no le gustaría

50- LIONA: ¿A quién? Aquí estamos los dos solos

51- CAL: Justamente, pequeña, justamente, estamos los dos solos (ríe). Horn es un celoso
(ladridos) ¡Tubab! ¿Qué hace aquí, tan cerca? (tomando a Liona por el brazo) ¿Había
alguien aquí?

52- LIONA: ¿Quién es Tubab?

53- CAL: Mi perro ladra cuando ve a un negro, ¿has visto a alguien?


54- LIONA: ¿Lo amaestró?

55- CAL: ¿Amaestrado? Yo no he amaestrado nunca a mi perro. Es el instinto, no se


necesita nada más. Pero tú, ten cuidado si ves algo; deja que las bestias arreglen las cuentas
entre ellas. Corre y ven a refugiarte

56- LIONA: ¿Pero si veo qué?

57- CAL: Un golpe en el vientre o un cuchillo en la espalda, esos es lo que te espera si te


pones a preguntar en vez de correr. Te lo digo: si ves cualquier cosa o a cualquiera que no
hayas visto aún, o que no te lo haya mostrado yo, échate a correr enseguida y ven a
refugiarte. (tomando a Liona en sus brazos) Pobre niña, yo también llegué aquí un día lleno
de ideas; ¡lo que íbamos a ver, lo que íbamos a oír... en mi pensamiento yo lo amaba!, pero
no se ve nada, no se oye nada de lo que esperábamos; comprendo tu tristeza

58- LIONA: No estoy triste, buscaba algo de beber, eso es todo

59- CAL: ¿Tu nombre?

60- LIONA: Liona

61- CAL: ¿Es el dinero el que te interesa?

62- LIONA: ¿Qué dinero? ¿De qué habla? (Cal la suelta)

63- CAL: Esta mujer es inteligente, peligrosa (ríe). ¿Qué trabajo hacías en tu país?

64- LIONA: Un hotel. Camarera

65- CAL: Aquí se gana menos de lo que tú crees

66- LIONA: Yo no creo nada

67- CAL: Se trabaja mucho y no se gana nada

68- LIONA: Yo sé que usted gana mucho

69- CAL: ¿De dónde sacas eso, criaducha? ¿Acaso tengo cara yo de ganar mucho? (le
muestra las manos). ¿Tengo yo aspecto de no trabajar?

70- LIONA: El que trabaje no quiere decir que no sea rico

71- CAL: La verdadera riqueza no nos rompería las manos; esa es la verdad de la riqueza.
Los ricos de verdad no sufren en lo absoluto (mirando a Liona). Horn ha tenido que ganar
mucho dinero con esa aventura, con ese... accidente. Horn no habla nunca de eso, o sea que
tiene que haber sido terrible. ¿El dinero te interesa o no, pequeña?
72- LIONA: No me llame pequeña. No le dé a todo el mundo nombre de perro. No es el
dinero lo que me ha hecho seguir a mi pichoncito, no es eso

73- CAL: ¿Entonces por qué?

74- LIONA: Lo seguí porque me lo propuso

75- CAL: O sea que tú te hubieras ido con cualquiera que te lo proponga, ¿no? (ríe). Esta
mujer tiene mucho temperamento

76- LIONA: No me lo ha propuesto cualquiera

77- CAL: Y te gustan los fuegos artificiales ¿no, pequeña?

78- LIONA: Sí, también, también me habló de eso

79- CAL: Te gusta soñar ¿no? Y quisieras hacerme soñar a mí también ¿no? (duro) Pero yo
sueño con la verdad, no con mentiras (la mira). Esta mujer es una ladrona (Liona se
sobresalta; Cal la atrae hacia él de nuevo). Es para divertirme, pequeña, no te preocupes.
Hace tanto tiempo que no veíamos una mujer por aquí, tenía ganas de divertirme con una.
Te parezco muy salvaje, ¿verdad?

80- LIONA: No

81- CAL: Pues seguramente que nos volveríamos unos salvajes si nos dejáramos. ¿Tu
nombre?

82- LIONA: Liona

83- CAL: Esta mujer está a la defensiva conmigo (ríe). No tienes porqué, hay que ser
absolutamente directos. Nada nos separa, somos de la misma edad, nos parecemos; no hay
razón para estar inhibidos, pequeña

84- LIONA: No, no hay razón

85- CAL: Y además no podemos hacer otra cosa; estamos solos; aquí no encontrarás a
nadie con quién hablar; esto es un sitio perdido. Sobre todo ahora, que es el final; no
quedamos más que él y yo. Y en cuanto a él, su cultura... y además, Horn es un viejo

86- LIONA: ¿Un viejo? A mí me gusta hablar con él

87- CAL: Sí, pero con el tiempo se necesita admiración. La admiración es algo muy
importante. La mujer admira la cultura del hombre. ¿Tu nombre?

88- LIONA: Liona, Liona


89- CAL: ¿Entonces?

90- LIONA: Entonces ¿qué?

91- CAL: ¿Por qué Horn?

92- LIONA: ¿Por qué, qué?

93- CAL: ¿Podrías casarte con un hombre a quien le falta... lo principal? ¿Podrías? ¿Por
dinero? ¡Esta mujer es repugnante!

94- LIONA: ¡Suélteme!

95- CAL: Vamos, pequeña, era solo para ver la cara que ponías. A mí, al fin y al cabo, esa
historia no me interesa. ¿Estás llorando? No hay que tomárselo así. Comprendo que estés
triste, pequeña. Pero mírame, ¿estoy triste yo? Y yo tendría todas las razones del mundo
para estar triste, y las mías son razones de verdad. (dulcemente) Aquí se vuelve uno casi
salvaje, lo sé; es que aquí es al revés del mundo. No hay razón para llorar

96- LIONA: Ahí viene mi pichoncito (se levanta)

97- CAL: No te muevas. Ha entrado un ladrón. Es peligroso

98- LIONA: Usted ve ladrones por todas partes

99- CAL: Un negro, los guardias lo dejaron entrar por error. Con ese, si te descuidas, ¡zas!,
en el estomago o en la espalda sin que hayas tenido tiempo ni de verle la cara. Entra en la
camioneta

100- LIONA: No (lo rechaza)

101- CAL: Era para protegerte (pausa). Me juzgas mal, pequeña, estoy seguro. Pero no
habíamos visto aquí a una mujer, desde el principio de la obra; por eso, al ver una, al verte,
pues, me he emocionado

102- LIONA: ¡Uy!, seguro que me puse roja

103- CAL: Tú tienes temperamento... eso se ve enseguida... me gusta el temperamento.


Nos parecemos, pequeña (ríe). Esta mujer es muy atractiva

104- LIONA: Las mujeres de aquí deben ser muy lindas. ¡Qué fea me siento! (se levanta).
Aquí está mi pichoncito

105- CAL: (va junto a ella) No seas tan púdica, criadita, que yo tengo instinto para ciertas
cosas
106- LIONA: Está ahí, lo oigo, está ahí, viene a buscarme (Cal la agarra fuerte, Liona
termina por escaparse).

107- CAL: ¡Perra púdica!

108- LIONA: ¡Bandido!

109- CAL: Tu país es el prostíbulo más grande del mundo

110- LIONA: (de lejos) Go away, go away

111- CAL: ¡Qué asco! (pausa). Está uno tanto tiempo sin ver a una mujer. Y nada, nada en
absoluto. Una noche más echada a perder (se aleja)

VI
Albury agachado bajo el árbol... Liona entra; se agacha frente a Albury, a cierta distancia
de él

112- ALBURY: (africano)

113- LIONA: Who is riding the horse so late trough the night and the wind?

114- ALBURY: (africano)

115- LIONA: Is the father with his son (ríe). Yo también hablo extranjero, ¿ve? Al final
nos entenderemos, estoy segura

116- ALBURY: (africano)

117- LIONA: Sí, sí, así es como hay que hablar, ya verá, terminaré comprendiendo. Y a
mí, ¿me comprende usted? ¿Y si le hablo muy despacito? Siempre he pensado que si se
mira a la gente detenidamente y con cuidado cuando habla, se puede comprender todo. Lo
que hace falta es tiempo, nada más. Yo le hablo a usted extranjero y usted también a mí, y
así, pronto estaremos en la misma onda

118- ALBURY: (africano)

119- LIONA: Pero despacito, ¿de acuerdo?, si no, no llegaremos a nada

120- ALBURY: (tras una pausa). (africano)


121- LIONA: Father, ¿can you see the king?

122- ALBURY: (africano)

123- LIONA: The king with his crown

124- ALBURY: (africano)

125- LIONA: My son, that is the fog. Ya va saliendo ¿verdad? Claro que la gramática, eso
ya lleva más tiempo, hay que haber pasado mucho tiempo juntos para que sea perfecta, pero
aunque haya faltas... lo que cuenta es un mínimo de vocabulario; ni siquiera, es el tono lo
que cuenta. Además ni eso, basta con solo mirarse, sin hablar (una pausa; se miran;
ladrido de perro, muy lejos, ella ríe). No, no puedo estar callada, nos callaremos cuando
nos entendamos, bueno, ya ve, no sé qué decir. Y eso que yo, por lo general, soy una
parlanchina. Pero es que cuando lo miro... me impresiona; pero me gusta mucho que me
impresionen. Bueno, ahora usted, diga algo, por favor

126- ALBURY: (africano)

127- LIONA: Más, más, pero despacito

128- ALBURY: (africano)

129- LIONA: (bajo) Es usted, aquí, el único que me mira cuando me habla

130- ALBURY: (africano en pregunta)

131- LIONA: Sí, sí, ¿sabe usted?, me pregunto por qué vine. Ahora todos me dan miedo
(le sonríe), menos usted. Y mira por dónde, justamente, no sé decir nada en su lengua, pero
nada, nada, nada (largo silencio). No importa, aún así, me gustaría quedarme con usted.
Me siento terriblemente extranjera

132- ALBURY: (africano en pregunta)

133- LIONA: ¡Qué bien!, estaba segura de que terminaría saliendo

134- ALBURY: (con una sonrisa) ¿Tienes miedo?

135- LIONA: No

VII
136- CAL: ¿No lo oyes? (ladridos de perro, a lo lejos), ¿es él? Sí, es él. ¡Tubab!, ven
cachorrito, no te vuelvas a ir nunca más, ven, ven para que te haga cariño, cosita linda, ven
para que te de un beso, porquería. (llora) Lo quiero mucho, Horn; Horn, ¿por qué se me
castiga a mí?, ¿porque soy un canalla?

137- HORN: Tú no eres un canalla

138- CAL: Pues tú..., tú eres un tonto, un tonto de mierda. Por supuesto que lo soy. Soy un
canalla y además, porque quiero serlo. Yo mato a un negro si me escupe. Porque aquí
escupen todo el tiempo, y tú, haces como si no los vieras. Abren un ojo y escupen, abren
otro ojo y escupen; escupen hablando, y comiendo, y tomando; sentados, acostados, de pie
y en cuclillas; entre cada masticada, entre cada sorbo, a cada minuto del día. Al final eso
termina cubriendo la arena de la obra, se hace barro y cuando andas encima, tus botas se
hunden

139- HORN: Déjame probar a mí primero. Si no lo convenzo...

140- CAL: Ya, jefe, ya

141- HORN: Pero tú, cálmate primero; tienes que calmar esos nervios de hembra, por la
mierda

142- CAL: Ya, jefe, ya

143- HORN: Espera, Cal, escucha...

144- CAL: ¡Cállate! (ladridos a lo lejos; Cal sale como una flecha)

145- HORN : ¡Cal! ¡vuelve aquí! ¡vuelve, es una orden!

VIII
Crujidos de ramas. Horn enciende su linterna

146- ALBURY: (en la penumbra) ¡Apague eso!

147- HORN: ¿Albury? Venga para acá. Déjese ver

148- ALBURY: Apague su linterna

149- HORN: (ríe) ¡qué nervioso se pone! (apaga un momento la linterna). Vaya voz que
tiene: da miedo
150- ALBURY: Muéstreme lo que tiene detrás de la espalda

151- HORN: ¿Detrás de la espalda? ¿Revolver o fusil? A ver si adivina (saca dos botellas
de whisky), aquí están, mire lo que escondo ¿Todavía duda de mis intenciones? (ríe,
enciende la linterna) ¿No tiene usted la conciencia tranquila, señor Albury?

152- ALBURY: ¿Por qué?

153- HORN: No sé, no hace más que mover la cabeza para todos lados

154- ALBURY: El otro blanco me está buscando. Y lleva un fusil

155- HORN: Lo sé, lo sé; ¿por qué cree que estoy aquí? Si estoy aquí, no hará nada. Así es
que usted, tranquilo, no se preocupe, está en mi casa, y para mí, la hospitalidad es la regla
sagrada

156- ALBURY: ¿Por qué ha venido?

157- HORN: Para verlo

158- ALBURY: ¿Verme para qué?

159- HORN: Para mirarlo, para hablar con usted, para perder el tiempo. Por amistad. Por
pura amistad y por tantas otras razones. ¿Le molesta mi compañía? Porque me dijo que se
alegraba de poder aprender cosas ¿no?

160- ALBURY: No tengo nada que aprender de usted

161- HORN: Eso es cierto. Pídame lo que quiera, para que vea que no lo engaño

162- ALBURY: Déme un arma

163- HORN: Todo menos eso, se vuelven todos locos con las malditas escopetas

164- ALBURY: Él tiene una

165- HORN: Peor para él. Si me pudiera librar de él, lo agradecería. Mire, Albury, mejor
que se lo diga: es él la causa de todos mis problemas; deshágase de él y no me moveré

166- ALBURY: Es una traición

167- HORN: ¿Traición? ¿Traicionar a quién? ¿De quién me habla?

168- ALBURY: De su hermano

169- HORN: ¡Ah, no! ¡No me venga con esas palabras negras! Lo que haga ese hombre no
es asunto mío, su vida no me importa
170- ALBURY: Pero son ustedes de la misma raza, ¿no?, de la misma lengua, de la misma
tribu, ¿no?

171- HORN: Sí, de la misma tribu, si se quiere

172- ALBURY: ¿Entonces, por qué tiene miedo de la palabra hermano?

173- HORN: Porque en 20 años, Albury, el mundo ha cambiado. Y lo que ha cambiado es


la diferencia que hay entre él y yo. Entre un loco asesino y un hombre que ha venido aquí
con otro espíritu

174- ALBURY: No veo ese espíritu

175- HORN: Tengo que pedirle un favor. No le diga nada, no le diga lo qué lo trae por acá,
no le hable de muertos o de cosas horribles, no le diga nada que pueda hacerla huir. Espero
que no lo haya hecho ya. No tenía que habérmela traído, lo sé muy bien, pero me
encapriché y así ha sido

176- ALBURY: Usted me prometió el cuerpo de Nuofia

177- HORN: El cuerpo, sí, ese maldito cuerpo. ¿No vamos a volver a hablar de eso otra
vez, no? Nuofia, eso es, sí. ¿Y tenía un nombre secreto, me dijo? ¿Cuál era se nombre?

178- ALBURY: Es el mismo para todos nosotros

179- HORN: Con eso no adelanto nada. ¿Cuál era?

180- ALBURY: Ya se lo dije: el mismo para todos nosotros. No se pronuncia de otra


manera; es secreto

181- HORN: Es usted demasiado misterioso para mí; me gustan las cosas claras. Tome
esto (le da un fajo de billetes)

182- ALBURY: No es eso lo que espero de usted

183- HORN: No exageremos. Un obrero murió, de acuerdo; es grave, de acuerdo, no


quiero quitarle importancia a la cosa, en absoluto. Pero es algo que sucede en todas partes,
en cualquier momento (le tiende el dinero), tómelo
IX
Entra Liona
Relámpagos, cada vez más frecuentes

184- HORN: Liona, la estaba buscando. Va a llover y usted no sabe lo que quiere decir
lluvia aquí. Termino dentro de un momento y nos vamos. (a Albury, bajo) Finalmente, es
usted demasiado complicado para mí. Sus pensamientos son enredados, oscuros,
indescifrables, como su gente. Me pregunto por qué lo he querido tanto; me pregunto por
qué he querido tanto salvarlo. Cualquiera diría que aquí nos volvemos todos locos

185- LIONA: (a Horn) ¿Por qué lo hace sufrir? (Horn la mira) Déle lo que le pide

186- HORN: ¡Liona! (ríe) Dios mío, qué solemnes nos hemos puesto. (a Albury) Sepa
usted que es importante encontrar el cuerpo de ese obrero. Estará por ahí flotando en
cualquier lugar; debe estar ya comido por los peces y los cuervos desde hace tiempo.
Renuncie de una vez por todas a recuperar ese cuerpo. (a Liona) Va a llover, Liona, venga.
(Liona se acerca a Albury)

187- ALBURY: Déme un arma

188- HORN: No, por Dios, no. No consentiré que haya una matanza (pausa). Seamos
razonables. Liona, venga. Albury, toma ese dinero y lárgate, antes de que sea demasiado
tarde

189- ALBURY: Si a Nuofia lo he perdido para siempre, entonces, conseguiré la muerte de


su asesino

190- HORN: Sí, hombre; ajusta cuentas con el cielo y ándate, ándate de una vez. Liona,
venga, usted no sabe lo quiere decir la lluvia aquí

Comienza a llover

191- LIONA: (trata de besar a Albury y él se niega) ¿Es porque tengo la desgracia de ser
blanca? No se equivoque conmigo, no soy realmente blanca, estoy tan acostumbrada a ser
lo que no hay que ser que no me cuesta ningún trabajo ser negra. Si es por eso, Albury, mi
blancura... hace tiempo que he renegado de ella, la boté, no la quiero. Y si ahora usted
tampoco quiere de mi... ¡Oh, negro, color de todos mis sueños, color de mi amor! Lo juro:
cuando vuelvas a tu casa, yo iré contigo; cuando te vea decir mi casa, diré: mi casa. ¡A tus
hermanos les diré: hermanos, a tu madre: madre! Tu pueblo será el mío, tu lengua será la
mía, tu tierra será mi tierra, y hasta en tus sueños, te lo juro, aún hasta en tu muerte, te
seguiré

192- HORN: (de lejos) Ya está viendo que no la quiere, ni siquiera la escucha

193- ALBURY: (africano) (escupe a Liona en la cara)

194- LIONA: (mirando a Horn) ¡Ayúdeme, ayúdeme!

195- HORN: Mañana mismo, ¡por la mierda!, se vuelve usted a su país (volviéndose hacia
Albury). En cuanto a ti, podría hacer que te maten como a un vulgar ladrón, ¿crees que
estás en tu casa? Para ti soy una mierda, ¿ah?, para ti todos nosotros somos una mierda,
¿ah? Pues tienes suerte de que no me guste derramar esa puta sangre (pausa). Arréglatelas
como puedas... ¡negro!

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