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QUIRÚRGICAMENTE GROTESCO
LECTURA DE GARGANTÚA, POR EL EXTRACTOR DE QUINTAS ESENCIAS:
Jeangehtenbeck@gmail.com
+34 655 22 96 27
ÍNDICE TEMÁTICO PÁG’S
NOTA PRELIMINAR……………………………………………………………… 3
PRESENTACIÓN..………………………………………………………………… 3
LO CAMALEÓNICO EN GARGANTÚA………………………………………………8
EL LENGUAJE LITERARIO/MÉDICO……………………………………………….11
CONCLUSIONES…………………………………………………………………23
BIBLIOGRAFÍAS………………………………………………………………..24
2
NOTA PRELIMINAR SOBRE LAS EDICIONES Y CITAS:
La función de esta nota preliminar es para explicar y excusar la deriva que puede
producir el deambular entre la edición de Aguilar y la edición de Larousse, las tomo como
recurso, a ambas, puesto que no solo me permiten reflejar el gran diferencial que se puede
observar al cotejar traducciones, sino que además, debido a mi desconocimiento profundo
del francés me permite seleccionar con precisión determinadas citas que ilustran puntos
concretos, mientras que las citas en francés nos permiten observar no solo los rasgos
estilísticos sino la estructuración del lenguaje en cuanto a su funcionalidad dentro del
relato y la condición médica del mismo.
GARGANTÚA:
Quisiera empezar este texto como se inicia un buen chiste, con anécdotas. Son dos
anécdotas que hace el traductor Eduardo Barriobero y Herrán en el prólogo a Gargantúa
y Pantagruel, la primera: Barriobero afirma que «Sobre la puerta del presbiterio de
Meudon se esculpió su busto (El de Rabelais) y debajo este dístico latino: Cordiger et
médicos, dein pastor et intus obivi si nomen quœris te mea scripta docent» (Barriobero y
Herrán, 1923, pág. 15). Y le continúa una nota al pie de página:
Esta primera, me resulta, sobre la vida del autor, como mínimo hilarante y como
máximo un volcamiento casi de ficción en donde se puede leer por completo la obra del
autor en su epitafio. El doble sentido, profundamente propio de sus textos, que el dístico
contiene, la confusión y resumir al hombre como Maestro burlón. La enseñanza a través
de la risa como fundamento del relato y la curación como alivio unifican la obra de
3
Rabelais en totalidad. La segunda, sin embargo, proclama como un jolgorio la perspectiva
graciosa que se hace a la muerte y sobre cómo se recibe siendo una antigua compañera:
Un cierre que corresponde a una vida, que corresponde a una obra, y en su misterio
hace gracia abandonando lo ominoso y aceptando lo simple, un hombre que vivió para
hacer feliz. No por nada se le acuña el título del Gran Arquitecto de la lengua francesa.
1
Esta paráfrasis de la teoría de Bajtín se sostiene a partir de una lectura de Bakthin M, 1984. Libro
indexado en la bibliografía aunque no se encuentre directamente citado en el texto más que como una
herramienta referencial.
5
del reflejo, opera dentro de la estructura fenoménicas y de su existencia se constituye en
un despliegue enlazado de un principio central (Cirlot, 2018, pág. 237).
Los gigantes, por otro lado, derivan de una larguísima tradición folklórica en la
que se narran las hazañas de estos seres, son criaturas que remontan a los orígenes del
relato humano. Se debe resaltar que el gigante, a pesar de la tradición judeo-cristiana en
la que son representados como Satán, son el crecimiento exponencial de la condición
humana, son todas las características de lo humano llevado al extremo, es decir, que
deambulan entre el bien y el mal, operando simbólicamente como seres híbridos,
ciudadanos y errantes. Su origen remonta al sacrificio primordial, en las sociedades
presemíticas, de la entidad creadora del universo y su resultado, por ello son también
asociados a ritos vinculados a las cornucopias y festividades de la primavera, como es en
el caso del país Vasco, los banquetes y vendimias son derivas de sus rasgos y a fin ritual
operan como la búsqueda y obtención del favor de un dios primordial que promueva la
buena cosecha y el bienestar de una civilización concreta. Sin embargo, los gigantes
tienen variedad de representaciones, divagando entre la imagen del protector y la imagen
de destructor, Donteville los asocia con la imagen inconsciente de la «sombra» frente al
individuo. Por otro lado, tienen una carga simbólica de defensor de los pueblos frente al
señor feudal, por lo que son asociados a la libertad y la educación tutelar. Así como el
Leviatán hobbesiano es una representación de la unión de la ciudadanía y sus poderes en
una delicada armonía – aunque reúne en sí mismo la imagen de la «eterna rebelión», como
es representado en mitos trágicos dentro del continente simbólico de Prometeo– el gigante
opera dentro de este mismo marco simbólico para con la comunidad. Es, a fin de cuentas,
la irrupción de la fantasía, la maravilla, lo imposible y el horror, aunque supeditado a la
condición humana como ser subordinado e inferior (Cirlot, 2018)2.
Sin flujos, sangre y excreciones hay dos cosas que no operan: la medicina y lo
grotesco. Cuando nos acercamos al libro Gargantúa de Francois Rabelais queda claro del
agenciamiento que se tiene con respecto al cuerpo y la risa. Es bien conocido que Rabelais
vivió en el siglo XVI y escribió desde dos pseudónimos: Alcofribas Nasier y Seraphin
Calobarsy, se sabe que dedicó su vida a la medicina. Un hombre profundamente
2
Esta definición es parafraseando la definición dada por Cirlot y las referencias a las que cita dentro del
diccionario, intentando conjugarlas en un marco funcional para la identidad de Gargantúa en este ensayo.
6
renacentista, cuyo interés por lo humano se destiló, como su obra refleja, principalmente
en el humor.
Tomo únicamente el libro Gargantúa y no los cinco que lo componen puesto que
encuentro en él un origen genealógico que derivará en el resto de su obra. En ella se
exploran estos principios de interés en los que recae la razón de este texto: el cuerpo como
unidad de lo narrable, lo grotesco como una forma de totalizar la realidad y construir un
mundo “del revés” en donde la realidad posible se difumina en un pacto ficcional
absoluto y la verosimilitud nace del juego de lo posible. Creo que Gargantúa opera – al
igual que los cuatro libros que de él derivan – en un marco similar al del realismo mágico.
7
Creo que, a fin de cuentas, este fundamento de «Haz lo que quieras» (Rabelais F.
, Gargantúa y Pantagruel, 1923, pág. 158) se sostiene más allá de un pensamiento
hedonista y cínico, en una argumentación sobre la totalidad del ser humano, que en el
renacimiento es axis de toda obra allí inscrita, atendiendo al fin último del ser humano –
en el marco del pensamiento renacentista – que es su plena libertad, su libre albedrío, su
condición camaleónica que lo constituye como un ente en potencia perpetua e infinita.
9
planteamientos de corte profundo y ominoso, sin embargo, considero que esta doble
tendencia proviene de dos puntos de escritura muy distintos, tanto por la condición como
por el contexto en el que sucede. Como se sabe, la correspondencia de Rabelais con
autores como Salel, Hervet, Rotterdam y Calvino muestran una amistad férrea y
diferenciada, lo que podría sostener que se realizarán comentarios entorno a la obra y que
de ella derivaran conjeturas profundísimas que hicieran reflexionar a posteriori al autor
y lo llevaran a conclusiones sobre la profundidad de su escrito.
10
conocimiento que se tiene sobre los referentes médicos, filosóficos y culturales de la
época, desde Platón a Galeno, Demócrito e Hipócrates, etc. Mostrando un afán ilustrado
desde el que sostiene un discurso para mantener una correspondencia con la profundidad
que busca dotar al libro. El primer ejemplo clarísimo de esto está inscrito en la
consumación, gestación y nacimiento de Gargantúa en los capítulos III, IV, V y IV.
Curioso es que avale teóricamente con los textos de Aulo Gelio el periodo de gestación
de los hijos y enumere posteriormente una serie de autores que defienden la situación, en
donde relaciona el tiempo de gestación con la fuerza de la criatura.
11
posthu., et l. septimo ff. de Stat. homi. et quelques autres
que pour le présent dire n'ose. Moyennant lesquelles lois,
les femmes veuves peuvent franchement jouer du serre-
croupière à tous envis et toutes restes e, deux mois après
le trépas de leurs maris. (Rabelais F. , Gargantua et
Pantagruel, 1913, pág. 42)
Aquí se hace una exposición de autores que, considero, buscan dar autoridad a
Rabelais, y se sostienen como soporte para lo que será el pacto ficcional que admitirá los
absurdos allí narrados y no será concebido como mera fantasía. Explícitamente para
ejemplificar esto tomaré el extraño nacimiento de Gargantúa, gestado de la oreja de su
madre Gargamella y sobre cómo argumenta Rabelais esta posibilidad.
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crédit omni verbo, etc.? Et saint Paul, prime Corinthio.
XIII : Chariias omnia crédit ? Pourquoi ne le croiriez-vous
? Pour ce, dites vous, qu'il n'y a nulle apparence. Je vous
dis que, pour cette seule cause, vous le devez croire en foi
parfaite, car les sorbonistes disent que foi est argument des
choses de nulle apparence. Est-ce contre notre loi, notre
foi, contre raison, contre la Sainte Ecriture ? De ma part je
ne trouve rien écrit es bibles saintes qui soit contre cela.
Mais si le vouloir de Dieu tel eût été, diriez-vous qu'il ne
l'eût pu faire ? Ha ! pour grâce, n'emburelucoquez 7 jamais
vos esprits de ces vaines pensées, car je vous dis qu'à Dieu
rien n'est impossible, et, s'il voulait, les femmes auraient
dorénavant ainsi leurs enfants par l'oreille. Bacchus ne fut-
il pas engendré par la cuisse de Jupiter ? Roquetaillade
naquit-il pas du talon de sa mère ? Croquemouche, de la
pantoufle de sa nourrice ? Minerve naquit-elle pas du
cerveau par l'oreille de Jupiter ? Adonis, par l'écorce d'un
arbre de myrrhe ? Castor et Pollux, de la coque d'un œuf
pont * et éclos par Léda ? Mais vous seriez bien davantage
ébahis et étonnés si je vous exposais présentement tout le
chapitre de Pline, auquel parle des enfantements étranges
et contre nature, et toutefois je ne suis point menteur tant
assuré comme il a été. Lisez le septième de sa Naturelle
Histoire, capi. III, et ne m'en tabustez 2 plus
l'entendement. (Rabelais F. , Gargantua et Pantagruel,
1913, págs. 49-53)
13
la postmodernidad construirá como «propio», una deriva en la que se deforma los límites
de la ficción. Todo el proceso está enmarcado en un oscuro sostén de lo grotesco, los
fluidos corporales y las expresiones al hablar de los órganos, sin embargo, tiene un tinte
de exactitud que confunde y a la vez ilustra. Es un lenguaje claro, pero que deriva en el
ocultar de la intención y en el enclaustramiento de la verdad del texto.
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La teoría de los humores tiene su origen en Hipócrates en el siglo IV a.C, y se
determina a partir de la asociación de los líquidos internos del cuerpo humano con nuestro
comportamiento y las afecciones, en el tratado Sobre la naturaleza del hombre define, de
manera glosada, los fluidos y sus movimientos y la compensación de los mismos que
generan las afecciones físicas y anímicas. El fluido representativo del humor flemático es
la Pituíta o flema y se vincula a la experiencias frías, espesas y viscosas, interactúa con la
realidad de forma pausada y no se ve alterada de forma tan abrupta al ser expuesta a
fuerzas externas a sí misma (Hipócrates, 2003, pág. 43). Galeno dará forma a esta teoría,
y la volcará al espectro de lo psicológico –guardando la salvedad anacrónica de este
término– estudiando el espectro de las emociones a partir de la cantidad de los fluidos y
cómo se comportan en relación a nuestro cuerpo y sus cantidades o dimensiones. A partir
de allí se fueron desarrollando distintas teorías que derivarán en los temperamentos, es
decir las actitudes primordiales que dirigen el habitus de un individuo según los hechos
que le sucedes. El temperamento, humor o liquido flemático se sostiene en primera
medida bajo la noción de lo aéreo, la apatheia en cuanto a la separación del individuo y
su contexto sobre el volcamiento de las emociones, se le suele asociar a aquellos que no
«pertenecen o viven del mundo», para demostrar esta asociación el traductor Luis García
Ballester traduce y explica que Galeno establece que:
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de los habitantes de Europa dice: "agreste, lo rudo y
impetuoso han de hallarse en tal naturaleza". Tras ello, en
otro pasaje afirma: "Cuantos habitan en un país montañoso,
áspero, elevado y provisto de agua, donde hay diversas
mudanzas de estaciones, deben ser allí corpulentos,
trabajadores y valientes es, participando tales naturalezas
no poco de lo agreste y de aquella fiereza. Por el contrario,
cuantos habitan en valles profundos, húmedos y de calor
sofocante, más que expuestos a los fríos, donde se sirvan de
aguas calientes, estos no pueden ser ni corpulentos ni bien
proporcionados; sino que son rechonchos, de muchas
carnes, de cabello negro; más morenos que blancos; menos
flemáticos que biliosos. En tales almas no habrá por
naturaleza en tal alto grado el sufrimiento del trabajo y el
valor; pero viene la ley y lo consigue. (Galeno, 1972, pág.
66)
Aclarando la estructura relacional que tienen las almas y los cuerpos a fines del
temperamento con respecto al entorno en el que viven y los hábitos que desarrollarán.
Bajo estas nociones observaríamos que el carácter de la aphateia que rodea a Gargantúa
en cuanto a sus circunstancias viene dado por las condiciones médicas que derivan de él.
Por esto mismo considero creo que la configuración intelectual del personaje es una labor
por parte de Rabelais completamente organizada y predeterminada, pues el conocimiento
profundo que se tiene sobre la obra de estos autores médicos clásicos nos permite observar
una capacidad de sincretizar el universo quirúrgico de la medicina con el universo
ficcional de fantasía del mundo literario.
Esto se demuestra en los hábitos de crianza descritos sobre la infancia del gigante
Gargantúa, los humores son sustancias líquidas que conforman el cuerpo, de ellos los
temperamentos acaban por definir las actitudes frente a la realidad y se define en el libro
que:
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sobrevenido a causa de gustar demasiado del puré
setembrino.
Y así como este ejemplo muchos más, los cuales enumerarlos además de
redundante sería absurdo al fin de este trabajo. Sin embargo, he de resaltar aquellos con
cualidades o rasgos que, creo, conglomeran particularidades suficientes como para
resaltar la sincretización del pensamiento médico y la narrativa grotesca en un objeto
cohesionado de aparente simpleza, pero extrema complejidad.
Apunta Rabelais sobre los ropajes concretos sobre el bienestar que, como objetos-
amuletos, reafirman la virilidad, el carácter y las pulsiones del ser, quiero resaltar la
discrepancia existente entre la edición de Larousse y la de Aguilar, en donde el fragmento
ahora a ser presentado desaparece, en la edición francesa, mientras que en la edición
traducida al español si se encuentra:
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Para su camisa (…) se encuadraron sobre las axilas. No se
hicieron fruncidas, porque el fruncimiento de las camisas
no se inventó hasta después de que fueron establecidas las
lencerías. (…) Para su jubón (…) por entonces comenzó
la gente a atacarse las calzas al jubón y no el jubón a las
calzas, porque esto es cosa contra natura, como
ampliamente ha declarado Ockam sobre los exponibles de
Mr. Haute-Chaussade. Para sus calzas (…) se las rodearon
en forma de columnas estriadas y dentadas en su
terminación para que no le lastimasen los riñones. (…)
Para su bragueta (…) en cada uno de ellos había engarzada
una hermosa esmeralda del tamaño de un gajo de naranja,
porque (como dicen Orpheus (libro de lapidibus) y Plinio
(Libro Último) , esta piedra tiene la virtud erectiva y
confortativa del miembro natural.(…)Su espada no fue
valenciana, ni su puñal zaragozano; porque su padre
odiaba a todos esos hidalgos borrachos y descendientes de
los moros como los diablos; pero en cambio tuvo su buena
espada de madera y su buen puñal de cuero cocido,
pintados y dorados que no había más que pedir. (…)
Como amuleto llevaba una plancha de oro, de sesenta y
ocho marcos de peso, con una figura de esmalte
proporcionada a su extensión, que representaba un cuerpo
humano con dos cabezas, una frente, cuatro brazos, cuatro
pies y dos cuellos, tal y como dice Platón in Symposio que
fue la figura humana en su comienzo místico (…) Le
llegaba hasta la boca del estómago, en donde toda la vida
llevó un reparo como aconsejaban los médicos griegos.
(Rabelais F. , Gargantúa y Pantagruel, 1923, pág. 57)
Quiero resaltar que aquí se hace una nota al pie de página donde se aclara esta
forma del «reparo» y dice:
18
trapo de algodón o de lana impregnado de vino añejo.
Aunque generalmente se aplica sobre el estómago, según
la medicina empírica sirve contra todas las dolencias. Así
dice la sátira popular: Si te duelen las muelas / ponte un
reparo;/ si no te hace provecho / tampoco daño.
(Barriobero y Herrán, 1923, pág. 33)
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manera de observar la realidad dentro de una clave médica que mina toda la obra, pero
que puede ser contrastado en este ejemplo con claridad.
El capítulo XIII, que no citaré completo por claras razones de eficiencia, tiene una
larguísima enumeración de ungüentos, plantas y superficies, presentados como una
estructura desde la cual se analiza la limpieza anal y los resultados que presentan. Este
capítulo en su totalidad cumple con la subordinación doble del estilo literario y el lenguaje
médico en la ficción como sistema sígnico. Su primera carga semántica que podemos
deducir sería el humor grotesco derivado de expresar de manera explicita una limpieza
anal con tejidos, animales y objetos, sin embargo, de ello podemos observar una
enumeración de plantas las cuales pueden resultar corrosivas para el cuerpo y las zonas
mucosas del cuerpo y derivar en irritación, así que existe tanto una lectura medicinal de
dicho capítulo como una lectura humorística. El lenguaje es profundamente escatológico
y vulgar, por lo que formalmente predomina, sin duda alguna, la noción humorística del
texto.
El capítulo XXIII, por otra parte, tiene una deriva moral curiosa dentro de lo que
hemos venido estructurando, que sería un habitus o un estilo de vida instaurado desde lo
que se considera óptimo o propicio para alguien. En este capítulo Ponócrates diseña una
rutina diaria para Gargantúa, en la que se ejemplifica los rasgos más propensos de un día
para realizar actividades que promuevan en el alma y en el cuerpo los mejores resultados.
Es importante resaltar que, aunque se enumeren curas y remedios, o hábitos y refranes,
siempre esta acompañada esa carga moral de lo explicado con un acompañamiento
pantagruélico, es decir, se venera el buen vivir, pero sin dejar de lado, ni abandonar lo
placeres que le son propios al individuo como el buen beber. En este capítulo se expresa
las bondades del despertar temprano, del no reposar ocioso, de la actividad física y los
beneficios del buen comer, sin embargo, también se expresa la cualidad de preservar, así
como al cuerpo a la mente, a través de lecciones que le permiten a Gargantúa desarrollar
su intelecto y capacidad mnemotécnica, en conjunto con el ejercicio de la fe y la
espiritualidad. El capítulo siguiente continúa con esta estructura de las actividades diarias,
pero expresado en un día de lluvia, es decir que ambos en conjunto operan como el buen
obrar de cualquier ciudadano noble de la época, y podría ser tomado como una referencia
para el ejercer de este habitus antes mencionado. Quiero resaltar un rasgo interesante de
estos capítulos que tratan la educación de Gargantúa en su hábito que consiste en la
determinación temporal y el paso del tiempo a partir de excreciones, pues se dice que, al
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acceder al excusado, además de cumplir con sus labores, inmediatamente después se
procedía a observar los astros, desterminar la hora y observar la entrada de los signos
lunares y solares.
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hacen reiterados énfasis en las características de las heridas de guerras y los rasgos
fisiológicos de las hazañas de los héroes. Aunque no creo que el autor buscara puntualizar
nada especial con ello, si considero que da a entender esta inseparabilidad del
conocimiento médico al momento de ficcionalizar, pues es un punto fundamental en lo
que respecta a la descripción y su método de análisis permite, al autor, tomar recursos de
observación que le son propios a la medicina y utilizarlos en el relato.
Así entendemos cómo opera esta condición ambigua del discurso literario, que
con magistralidad Rabelais nos plasma en todos sus niveles: intelectual, médico, moral,
filosófico, literario, argumentativo, humorístico y un larguísimo etcétera que conglomere
todos los mecanismos de la expresión. Al leer Gargantúa nos enfrentamos a la totalidad
del universo en una composición fracturada de antemano, la forma culta que interpreta el
folklore y lo convierte en una identidad personal circundada por la autoría e
individualidad del estilo. El cuerpo, la carne y sus necesidades es el foco neural de la
obra, con una composición de tintes goliardescos dan a entender una mixtura inquieta
entre lo sacro y lo profano, lo virtuoso y lo grotesco, una elevación del ser imaginario de
los gigantes y todo lo que simbólicamente conlleva acaecido como un fondo humanístico
profundísimo en donde se explora al hombre como entidad que ríe, a diferencia de Cristo,
y vive en cuanto a la totalidad de su voluntad.
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Bibliografía comentada:
Este texto me permitió desarrollar con certeza apuntes referentes a todo el aparato
simbólico que ordena la obra, es decir, sus ambiguos significados y la potencialidad de
los mismos, con este libro me permití explorar de manera consecuente tanto los mitos
como los símbolos a los que recurría para explicar la obra, además de darme de forma
deductiva, un método con el cual aproximarme a la lectura y catalogación de ejemplos.
Este texto fue el soporte para observar mediante referencias cruzadas la veracidad y
desarrollo de los argumentos de Rabelais y su correspondencia histórica, además de
hacer de soporte para explicar la función ficcional de los humores, y una estructuración
teórica clara del lenguaje médico que además por contraste permite diferenciar una obra
con tintes literarios y un foco humorístico, de una con plena carga didáctica.
Hipócrates. (2003). Tratados Hipocráticos (2nd ed., Vol. VIII). (C. G. Gual, Ed., & J. d.
Polo, Trad.) Madrid, Madird, España: Gredos.
Al igual que el texto anterior este libro sirvió para hacer un ejercicio de referencias
cruzadas que me permitiese entender de manera más coherente el funcionamiento de la
medicina en el contexto del autor y sobre como se apreciaban las funciones fisiológicas
dentro de un método deductivo, sobre todo a partir de los estudios de los líquidos y los
hábitos de los humores.
Rabelais, F. (1913). Gargantua et Pantagruel (Vol. I). (H. Clouzot, Ed.) Paris, Paris,
Francia: Bibliothéque Larousse.
Esta edición crucial para la investigación operó como soporte lingüístico para lo
expresado, la edición está terriblemente atravesada por la censura de la época y permite
observar con claridad los «tótems y tabús» de la sociedad francesa de inicios del siglo
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XX, como punto nuclear de trabajo me permitió hacer una revisión cruzada del material
con la edición de 1923 en español.
Rabelais, F. (1923). Gargantúa y Pantagruel (1st ed.). (M. Aguilar, Ed., & E. B.
Herrán, Trad.) Madrid, Madrid, España: Aguilar.
Esta edición es una de las primeras, sino la primera, traducción íntegra sin estar
atravesada por los recortes de la censura de Gargantúa. Fue fundamental no solo por ser
la edición que sostiene el trabajo sino que los textos complementarios de E.B Herrán
dan soporte crítica a gran parte de las aportaciones que creo hacer con este texto, por lo
que contextualiza, relaciona y establece un patrón de análisis con el cual sostener mi
sustrato crítico y fue el foco primordial para la realización del trabajo.
Bibliografía citada:
Bakthin, M. (1984). Rabelais and his world. (H. Iswolski, Trad.) Bloomington, Indiana,
United States of America: Indiana University Press.
Barriobero y Herrán, E. (1923). Prólogo. En F. Rabelais, & M. Aguilar (Ed.),
Gargantúa y Pantagruel (E. B. Herrán, Trad., 1st ed., págs. 11-26). Madrid,
Madrid, España: Aguilar.
Cirlot, J. E. (2018). Diccionario de Símbolos (21st ed.). Madrid, Madrid, España:
Siruela.
Galeno. (1972). Alma y enfermedad en la obra de Galeno. (L. G. Ballester, Trad.)
Granada, España: Secretariado de la Universidad de Granada.
Hipócrates. (2003). Tratados Hipocráticos (2nd ed., Vol. VIII). (C. G. Gual, Ed., & J. d.
Polo, Trad.) Madrid, Madird, España: Gredos.
Mirandola, P. d. (1 de 11 de 2004). Revista UNAM México. (C. d. -UNAM, Ed.)
Recuperado el 21 de 03 de 2020, de
http://www.revista.unam.mx/vol.11/num11/art102/art102.pdf.
Novoa, A. G. (2013). Mito y Paideia, una hermenéutica desde la dramatúrgia. En T.
Oñate, & T. Oñate (Ed.), Crítica y crisis de Occidente. Al encuentro de las
Interpretaciones (P. Zubia, Trad., 1st ed., págs. 173-188). Madrid, Madrid,
España: Dykinson Editorial.
Rabelais, F. (1913). Gargantua et Pantagruel (Vol. I). (H. Clouzot, Ed.) Paris, Paris,
Francia: Bibliothéque Larousse.
Rabelais, F. (1923). Gargantúa y Pantagruel (1st ed.). (M. Aguilar, Ed., & E. B.
Herrán, Trad.) Madrid, Madrid, España: Aguilar.
25
Rabelais, F. (2008). Gargantúa. (J. Blanco, Ed.) Caracas, Distrito Federal, Venezuela:
Fundación El perro y la rana.
Rabelais, F. (2014). Gargantua textes. (L. b. Sixtine, Ed.) Recuperado el 25 de 03 de
2020, de La bibliothece du Sixtine: https://sixtine.pagesperso-
orange.fr/fichiersoraux/5HUMGargantuatextesLA2015.pdf
Antonio Gramsci----------------------------------------------------------------------------------10
Demócrito---------------------------------------------------------------------------------------9, 11
Erasmo de Roterdam------------------------------------------------------------------------------10
Francois Rabelais-----------------------------------4,6,8,9,10,12,13,14,16,17,18,19,20,22,23
Galeno-------------------------------------------------------------------------------11,15,16,19,20
Giordano Bruno-------------------------------------------------------------------------------------9
Henri Donteville------------------------------------------------------------------------------------6
Herbert Marcusse---------------------------------------------------------------------------------10
Hipócrates--------------------------------------------------------------------------------------11,15
Huges Salel---------------------------------------------------------------------------------------10
Justus Mösser--------------------------------------------------------------------------------------5
Mateo-----------------------------------------------------------------------------------------------19
Mijail Bajtin-----------------------------------------------------------------------------------------5
Mijail Bakunin-------------------------------------------------------------------------------------10
26
Nicolás Copérnico---------------------------------------------------------------------------------9
Pico de la Mirandola------------------------------------------------------------------------------8
Piotr Kropotkin------------------------------------------------------------------------------------10
Sócrates---------------------------------------------------------------------------------------------9
Viktor Shklovski-----------------------------------------------------------------------------------5
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