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Según Eduardo Castro, “en su origen latino, extensión hace referencia a un tender o
desplegar (tendere) hacia fuera (ex). (…). Se trata, pues, de una acción que tiene por
objeto el otro, sobre el cual se descarga el contenido que el actor o la fuente desean
transmitir” (…). Plantea que existen tres modelos diferentes de lo que hoy se denomina
extensión1: “1) la extensión como participación; 2) la extensión como servicio; 3) la
extensión como intervención. Estos modelos o paradigmas de la extensión no solo
conciben de manera diferente la acción extensionista sino que tienen concepciones
diferentes de sus actores, tanto de la fuente (profesionales, técnicos, administradores)
cuanto del destino (población que recibe los efectos de acción).”
Del texto de Mario Barrientos y Gerardo Bergamín (1998), se extraen las siguientes ideas
acerca de la ER:
“El caso particular de la Extensión Rural, representa una actividad socioeducativa, que
pretende contribuir al mejoramiento de las condiciones generales de vida de los
productores.”
Asimismo, Mario Barrientos y Silvia Ryan (1995) plantean que “el equipo docente de la
asignatura (Extensión Rural, del Dpto., Desarrollo Rural, FCA, UNCordoba) define a la ER
como el proceso por el cual el extensionista y el productor rural, junto a su familia,
interactúan sobre un objeto de conocimiento, tendiente a lograr el desarrollo integral de
las personas y su participación activa, autónoma y solidaria en procesos organizativos
que contribuyan a la transformación y desarrollo de la sociedad”.(…) “el objetivo de la
extensión rural es el desarrollo integral de los sujetos que participan de ese proceso y (…)
la esencia del proceso educativo es el desarrollo de la personalidad humana; se puede
afirmar, entonces, que el proceso de extensión rural es de carácter educativo”.
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Para ver las diferencias entre los distintos tipos de ER consultar el texto “El punto de inserción” de Eduardo
Castro en: La Extensión Rural en Debate. Concepciones, retrospectivas, cambios y estrategias para el
Mercosur. INTA. 2003.
Por último, Guardia (1956) (en Barrientos, 2002) plantea que con el nombre de Extensión
Agrícola, nació en EE.UU en 1914, un sistema de educación informal que consiste en
poner en manos del agricultor y su familia, la más útil y práctica información obtenida por
las universidades para mejorar las condiciones de trabajo agrícola y aumentar y mejorar la
calidad de producción.
Respecto a la educación, plantean que se la puede entender como una “práctica social
necesaria e intencional; como una intervención consciente de los hombres en el
aprendizaje de otros hombres; por lo tanto, educar es una actividad dirigida a transformar
las circunstancias a través de la transformación de los sujetos”.
La interacción entre los sujetos que participan en el proceso educativo está basada en la
comunicación entre los mismos. Por lo tanto, la comunicación es el soporte o basamento
de la educación. La educación y la comunicación requieren, entonces, de una
complementación mutua, porque si es válido afirmar que la educación necesita de la
comunicación para concretarse, es verdad, asimismo, que una comunicación adecuada
no podrá lograrse de no mediar un proceso educativo que permita el desarrollo de la
capacidad de comunicarse.
Sin embargo, no todos conciben el hecho educativo de la misma manera. Así se puede
ver que a cada tipo de educación corresponde una determinada concepción y una
determinada práctica de la comunicación.
Los modelos pedagógicos exógenos se denominan así por estar planteados desde fuera
del destinatario, como externos a él, el productor/educando es visto como objeto de la
educación (es a quien se educa). En tanto, el modelo endógeno parte (o está concebido)
desde el sujeto (productor/educando) que lleva adelante el proceso.
Así encontramos definiciones como ésta, que fueron casi universalmente adoptadas: “El
acto o proceso que generalmente se llama comunicación consiste en la transmisión de
información, ideas, emociones, habilidades, etc., mediante el empleo de signos y palabras
(Berelson y Steiner, 1964 en Barrientos y Ryan 1995). En contraposición, se encuentra la
definición de Antonio Pascuali, quien dice que la comunicación es: “la relación comunitaria
humana que consiste en la emisión-recepción de mensajes entre interlocutores en estado
de total reciprocidad” o, como dice Luis Ramiro Beltrán: “es el proceso de interacción
social democrático, basado en el intercambio de signos por el cual los seres humanos
comparten voluntariamente experiencias bajo condiciones libres e igualitarias de acceso
al diálogo y a la participación”.
Educador/Extensionista Educando/Productor
Es siempre quien educa Es siempre el que es educado
Es quien habla Es quien escucha
Prescribe, norma, pone las reglas Obedece, sigue las prescripciones
Escoge los contenidos Los recibe como depósito
Es siempre quien sabe Es el que no sabe
Es el sujeto del proceso Es el objeto del proceso
Algunas de las consecuencias de la aplicación de este modelo son, según Mario Kaplun:
-Al ser establecidos los objetivos de manera específica y rígida por el extensionista, el
productor se acostumbra a ser guiado.
-No favorece la interrelación, la integración de conocimientos, ni la capacidad de analizar
la realidad.
-No favorece el desarrollo del raciocinio; como sólo valora los resultados en términos de
logros, de objetivos operacionales preestablecidos, este tipo de educación no contribuye
al desarrollo de la creatividad ni de la conciencia crítica.
-No promueve la participación, la autogestión, ni la toma autónoma de decisiones.
-Desde el punto de vista socio-político, tiene efecto domesticador de adaptación al statu
quo.
Se origina en los aportes de Jean Piaget y de Paulo Freire. “La educación es praxis,
reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo” sostiene Freire.
Se trata de una educación que busca formar a las personas y llevarlas a transformar su
realidad. Desde esta perspectiva, se ve la educación como un proceso permanente en el
que el sujeto va descubriendo, elaborando, reinventando y haciendo suyo el
Si bien este modelo también se plantea un cambio de actitudes, éste no está asociado a
la adopción de nuevas tecnologías ni al condicionamiento mecánico de conductas. El
cambio fundamental, consiste en el paso de un hombre acrítico a un hombre crítico.
Este modelo de relación horizontal entre los comunicantes hace un gran aporte a la
comunicación educativa, ya que:
Barrientos y Bergamín (1998) siguen los lineamientos enunciados por Boris Yopo y Mario
Bunge a la hora de trabajar la metodología en ER. Plantean que cuando el extensionista
decide trabajar en una determinada realidad, necesita tomar opciones respecto a la forma
de cómo abordarla, de cómo conocer los actores sociales y el ámbito donde realizará el
proceso. Esta actividad que implica el primer paso de toda planificación: el diagnóstico, lo
hace en base a su marco referencial. Este se define como el caudal de concepciones e
ideas que conforman la cosmovisión de la persona; toma relevancia aquí el marco teórico
que ha adquirido en su educación formal básicamente (por ejemplo qué teorías de
desarrollo, enfoques de extensión rural, elementos para evaluar el ambiente y a los
productores, qué concepción de tecnología maneja, entre otros). Pero a ese marco se le
suman todas sus vivencias, experiencias durante toda su vida que le han permitido
construir un conocimiento a través de la educación informal (por ejemplo la formación en
su familia; su participación en grupos juveniles, partidos políticos; la influencia de la tv;
entre otros) todos estos conocimientos conforman un referente en la vida del técnico que
operará cuando este realice el abordaje de la realidad.
Se puede citar a la realidad como el objeto de la acción, con todas las posibilidades y
limitaciones que ésta presenta. Realidad que no sólo es heterogénea sino también
dinámica, razón por la cual debe ser analizada constantemente para poder conocerla
profundamente y así identificar claramente sus componentes y comprender su dinámica
para poder conocer la problemática y potencialidades de los sujetos/actores inmersos en
El trabajo interdisciplinario es fundamental para poder leer de una forma más completa e
integral la realidad que se pretende transformar en el proceso de ER. Dada la complejidad
de las sociedades rurales, se hace imprescindible conocerla profundamente, identificando
claramente sus componentes, discriminando sus elementos y comprendiendo su dinámica
(para lo cual la multiplicidad de miradas es de gran ayuda).
Como resultante del conocimiento de la realidad (sujetos y objetos) a través del marco
referencial, aparecerán objetivos planteados para el trabajo de extensión, con las
limitaciones y posibilidades que esa realidad presenta, originados de las problemáticas y
necesidades de los actores sociales involucrados. A partir de ellos surge el método de
trabajo. Constituyen el método las acciones que se llevan a cabo en nuestra intervención
sobre la realidad, es el camino a seguir para llegar a una determinada meta. Pero no debe
ser concebido como una receta, como una ruta que deba transitarse en línea recta; sino
que son principios orientadores, que ayudan a organizar la actividad de capacitación.
Por todo esto, un planteo metodológico será diferente no sólo cuando se actúe
sobre realidades diferentes, sino también cuando el marco referencial lo sea. Hablar
de metodologías de trabajo en ER implica referirse a todo el campo disciplinar de la
ER, ya que para hacerlo se debe esclarecer el dónde (aspecto contextual), el qué
(aspecto conceptual), el cómo (aspecto metódico) y el para qué (aspecto
teleológico) del trabajo de extensión.
Es importante tener claro que las técnicas adquieren sentido en cuanto se integran en un
trabajo de extensión a través de una secuencia metodológica; es importante también
revisar los aportes de las teorías de aprendizaje con relación a la dinámica de grupos y de
la teoría de la comunicación sobre la importancia de la empatía entre los individuos
participantes.
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Se describen con mayor detalle cada una de estas técnicas en el texto “Técnicas de trabajo en Extensión
Rural” de Bergamín y Ferrer (2002) en: Compendio Bibliográfico. Asignatura Extensión Rural. Departamento
de Desarrollo Rural. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba. Cordoba. 2008.
Todas las técnicas individuales son más eficientes en la medida en que se establezca un
mejor diálogo entre los sujetos involucrados, ya que este es la base que sostiene la
relación interpersonal. El diálogo se enmarca en un proceso de capacitación, por lo que el
modelo pedagógico que sostenga consciente o inconscientemente el técnico, va a influir
profundamente en el desarrollo del diálogo y los resultados de la relación.
Se clasifican este tipo de técnicas de acuerdo a los objetivos en función del resultado que
se espera de ellas. Así se denominan técnicas informativas de carácter académica
aquellas que pretenden transmitir información a la audiencia obtenida a través de trabajos
de investigación, experimentación o prácticas especializadas. En cambio las de tipo
informativas de tipo informal son aquellas que apuntan a un intercambio de datos y
resultados obtenidos a través de experiencias empíricas, ensayos reforzando
fundamentalmente los sentidos de la vista, el tacto y el oído a través de la observación de
cuestiones concretas.
Las técnicas de tipo resolutivas persiguen como objetivo principal promover discusiones
que apunten a tomar decisiones, es decir que en la actividad se resuelvan determinados
problemas o cuestiones.
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Idem nota al pie n°2.
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Idem nota al pie n°2.
Generalmente en la construcción del método existen una serie de etapas o pasos, que
tienen una lógica según el objeto de trabajo. Así podemos incluir alguna de las técnicas
en los momentos de inserción de un trabajo de ER como motivadoras, también podemos
incluir algunas técnicas que ayuden a realizar un estudio de la comunidad y sociedad, que
pueden ser un diagnóstico general o el estudio de una problemática específica para
realizar su ejecución, una etapa importante también en la secuencia es la evaluación.
Bibliografía: