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APORTES DEL PENSAMIENTO DE

GABRIEL MARCEL A UNA REFLEXIÓN


FILOSÓFICADE LO EDUCACIONAL
José J. ROJAS CORTÉS

La compleja realidad del fenómeno educa- fin de distinguirlo del que desempeña la re-
cional plantea, a quien asuma un estudio flexiijn segunda en una segunda instancia.
teórico que dé cuenta de su ((status))epis-
temológico, innumerables problemas, todos La reflexión primera tiende a romper el
derivados de la concurrencia de variadas téc- frágil lazo significado por la palabra mío.
nicas auxiliares implicadas en dicho trabajo. Ese cuerpo al que llamo ((micuerpo)) no es
Esta ((concurrencia))implica la necesidad un cuerpo entre otros. Está investido para
mí de ciertos privilegios, cualesquiera que
de un campo interdisciplinario estructural, sean. No es suficiente decir que esto es ob-
única posibilidad para articular las discipli- jetivamente verdadero: es, además, la condi-
nas destinadas a dar cuenta de lo educacional. ción de toda objetividad, el fundamento de
En la configuración de dicho campo es todo conocimiento científico1.
posible advertir profundos avances en los
niveles técnicos y científicos (es decir, en el Podemos afirmar, siguiendo la concepción
ámbito de lo ((verificable))),mientras que de Marcel, que en el proceso educativo los
en el nivel filosófico se puede advertir una niveles científico y tecnológico correspon-
multiplicidad contradictoria de visualizacio- den a esa reflexión primera, y en ella deben
nes sobre el hombre y su destino. A causa de seguir perfeccionando sus métodos y cono-
esto, gran parte de los avances de las tecno- cimientos para asegurar, cada vez más, la
logías y ciencias de la educación se han rea- objetividad que pretenden alcanzar.
lizado al margen, prescindiendo en gran me- La reflexión primera tiene como base la
dida de un aporte eficaz de la reflexión filo- abstracción, cuyo objetivo principal tiene
sófica. que !ser determinar propiedades y leyes co-
La riqueza y complejidad del sujeto huma- munes que permitan elaborar, en forma co-
no, causa fundamental de las disciplinas edu- herente, una teoría lógica que dé cuenta de
cacionales, exige un desarrollo de la Filoso- los aspectos fundamentales con que se nos
fía de la educación que evite el nacimiento y aparece la realidad. La abstracción cobra, en
proliferación de ciencias y técnicas auxilia- la reflexión primera, pleno sentido en vir-
res deficientes en sus apoyaturas teleológi- tud del fin perseguido.
cas. Una Filosofía de la educación que invite Uri estudio educativo que se detuviera en
al replanteamiento de los fundamentos an- este nivel carecería, a nuestro entender, y al
tropológicos de la educación. entender de Marcel, de la riqueza propia que
En el presente trabajo intentaremos inte- le es otorgada al hombre en cuanto ((exis-
rrogar el pensamiento de Gabriel Marcel en tencia encarnada)). Y esta carencia se expli-
función de las necesidades de desarrollo de ca por el hecho de que la existencia, en
este nuevo campo de la educación. cuanto ((encarnada)),no puede estudiarse me-
diante la abstracción, propia de la reflexión
primera, pues ella sólo nos es acordada por lo
REFLEXIÓN SEGUNDA Y EDUCACIÓN que Marcel denonima ((intuiciónexistencial))
o ((testimonio de presencia)). A través de
Existe en el pensamiento de Marcel un este ((testimonio en presencia)) se vuelve a
notable aporte a la Filosofía de la educa- colocar ((en su situación)) lo abstraído, re-
ción, sobre todo en el tema de la ((reflexión cuperándose así el fenómeno ontológico fun-
segunda)). Al hablar de reflexión tenemos damental del ((hombre en el mundo)), con
necesariamente que pensar en el mundo in- toda. su riqueza y complejidad.
teligible cuya naturaleza no es fácil de defi- Para Marcel la reflexión propiamente filo-
nir, pues, además de ser un lugar de encuen- sófica es la reflexión segunda, pues conside-
tro, comunicación y voluntad de comunica- ra que el hombre no se agota en un conjun-
ción, es también un lugar de conocimientos to de funciones, leyes y características abs-
objetivos. En El misterio del Ser Marcel nos
refiere el papel que en este medio inteligi- 1 MARCEL.G . , El mi~teriodel Ser, Barcelona, Ed. Suda-
ble desempeña la reflexión primera, con el mericana, Edhasa, p. 83.
tractas, sino que necesita conocerse como así cobrará sentido la labor realizada en el
algo ((vivido)),que está en juego, que se ((sor- nivel técnico y científico, al recuperarse lo
prende)) de verse y escucharse profundamente más esencial del hombre, que siempre es
incorporado a su entorno, con el cual realiza esquivo a la medida y a la verificación em-
un constante diálogo. En este aspecto la pírica, debido a su carácter trascendente y
((reflexiónsegunda))no se diferencia mucho óntico.
de la «(>tención)),es una atención simpática Marcel ejemplifica esto en la especial rela-
y abierta, en la que el que atiende se ve invo- ción que podemos mantener con nuestro
lucrado completamente. Según Marcel el cuerpo, del cual tenemos una imagen de re-
pensamiento puramente abstracto no con- lación exterior que nos conduce a afimar
duce a ningún resultado en este nivel. La negativamente que ((yosoy mi cuerpo)).Este
abstracción, en efecto, separa algo de otro «ser mi cuerpo)) es real en tanto significa un
algo; esto implica que ((retira))algo de otro tipo de realidad esencialmente misteriosa
algo, relegándolo al olvido. La reflexión se- (en el sentido que Marcel le da a ese térmi-
gunda, por el contrario, realiza un acto de no), que no se deja reducir a las determina-
profundización en el todo dado de nuestra ciones que pueden ser una cierta metodolo-
existencia encarnada, sin olvidar ni abando- gía del aprendizaje o, en otro extremo, una
nar nada. operación quirúrgica. Si se quiere descubrir
La reflexión segunda no se opone a la vida lo que hay de específico en mi cuerpo en
concreta del existente, estableciendo desde tanto mío, Marcel plantea que debe conside-
fuera categorías inmutables que nieguen la rarse el sentir como tal. Esta característica
mutabilidad constante en que se encuentra «me es propia)) significa que el sentir está
inserto el hombre. ligado indisolublemente al hecho de que este
La reflexión segunda es también vida. Me- cuerpo sea «mi cuerpo))y no un cuerpo ((en-
diante ella la vida pasa a un nivel cualita- tre otros)).
tivamente superior, puesto que adquirimos Para Marcel nadie puede sentir ((mis))sen-
de ella una conciencia filosófica. saciones, pues de ser así ya no serían mías; el
Si utilizamos la reflexión primera en el que siente «soy yo))y no un contenido de mi
nivel filosófico, corremos el riesgo de disol- conciencia sino ella misma que participa
ver la unidad de la encarnación. Y, aunque activamente en un ((inmediato existencial))
esto sólo sea una operación racional, nos que se puede enunciar en la proposición
resultará difícil volver a la riqueza de la expe- ((algo que soy yo)).
riencia existencial, en la configuración úni- Ese ((que soy yo)) es, para Marcel, el nú-
ca y distinta eri que se ve manifiesta. cleo central del hombre y se manifiesta de
La importancia de esa función integrado- múltiples maneras. La reflexión segunda debe
ra y recuperadora de la reflexión segunda se traducirlo con rango filosófico, no desfigu-
hace patente en el campo educacional, don- m rándolo con la abstracción, sino, al contra-
de es capaz de conformar un dominio inter- rio, enriqueciéndolo con la mirada lúcida de
disciplinario que dé cuenta del fenómeno la conciencia.
educacional en toda su complejidad y riqueza. El campo interdisciplinario que tiene como
El hombre, transformado en objeto por la objeto lo educacional se beneficiaría si se
técnica y la ciencia educacional, corre el gra- conformara como estructura epistemológi-
ve riesgo de transformarse en una caricatu- ca, en cuyo seno la filosofía, mediante la
ra, compuesta de datos manipulables por tal reflexión segunda, daría significación al todo
o cual método que obedecen a criterios de estructurado. De esta manera se completa-
eficacia, de ((confort)),de productividad o ría la visión sobre el hombre por medio de
de mero placer. un círculo completo que va desde la intui-
El sujeto hurnano, conservado necesaria- ción original «ciega», pasando por la obje-
mente como objeto en el nivel técnico y tivación de las técnicas y las ciencias afines
científico, debe recuperar su condición exis- hasta volver a la experiencia original hecha
tencial mediante la reflexión segunda. Sólo reflexión.
LA RELACIÓN INTERSUBJETIVA, munión, une, en vez de separar «yo me hago
MODELO DE RELACIÓN EDUCACIONAL el otro» y ((el otro se hace yo». En este
punto la filosofía de Marcel se diferencia
En el pensamiento de Marcel la intersub- claramente de otras formas de existencialis-
jetividad es el dominio de la vida afectada mo, especialmente del de Sartre.
por el signo «con»: siempre se está con al- La base de la relación intersubjetiva está
guien, pues con propiedad no se puede decir constituida por el descubrimiento simultá-
que se esté con algo. neo en dos sujetos del misterio central que
La intersubjetividad se resuelve siempre los cualifica: el ser, frente al cual sólo cabe
en una relación interpersonal, ajena en abso- responder con el amor.
luto al mundo de los objetos. En el pensamiento de Marcel no se conci-
La experiencia existencial, entendida como be al hombre como una forma puramente
eje central de todo proceso de maduración, substancial o como una colección de datos
se torna cada vez más perfectiva y rica en la de conciencia. En él la unidad y la plura-
medida que hay un autoconocirniento interior. lidad se conjugan en el interior del ser singu-
La expei-iencia de la relación intersubjeti- lar que «soy».
va es una experiencia transformadora del La experiencia existencial hace patente la
Ego: Ego que, en la primera visión que de sí paradoja que consiste en no poder discrimi-
mismo tiene el hombre, se manifiesta como nar entre lo que se es, por una parte, y lo que
un objeto en un mundo de objetos. En la ex- puedo desligar suficientemente para poder
periencia infantil el Ego es el centro de la hablar en términos absolutos de «mí». Di-
realidad, pudiendo persistir esa actitud más cha experiencia existencial al darnos un dato
allá de la adolescencia, ya sea por incapaci- trascendental, el ser como configurador, im-
dad personal o por la influencia de un medio pide el egocentrismo, predisponiendo a la
cultural favorecedor de ese «egocentrismo». relación-con.
El Ego se transforma en cosa, pide y recla- Eri un plano meramente elemental de la
ma derechos, produciendo una experiencia instrucción, inscrito en el ámbito de la téc-
constante de lo limitado. Al visualizarse como nica y la ciencia educacional, la relación
cosa, el Ego se desarrolla en el reino del alumno-instructor puede prescindir de la
((tener)),reino que tiene como característica ((exigencia de ser)), propia de una relación
principal la mutabilidad de todo aquello que intersubjetiva. Para un instructor interesa-
es «nuestro». Ello implica una permanente do en «enseñar», esa exigencia no es impor-
actitud defensiva, el ((estar en guardia frente tante.
a los demás» o, utilizando la terminología E11 el plano educacional, en cambio, no
sartriana, vivenciar el infierno. puede darse otra relación que la intersub-
En el Ego se produce un cambio cualitati- jetiva, pues ella no es sino la relación disci-
vo cuando se debilita, perdiendo su rol tirá- pulo-maestro, diálogo y no mero traspaso.
nico, comprobando la inviabilidad de su pro- El papel del «maestro» (no ((instructor)))es
yecto de absoluto en el reino del «tener>).Es el de un acompañante activo, estrechamen-
en ese momento cuando es posible cambiar te ligado con un discípulo que ha visualiza-
la relación-con, sustrayéndola del mundo de do la necesidad de profundizar en la expe-
las cosas para llevarla al mundo de las perso- riencia existencial, en respuesta a su voca-
nas, donde es posible la experiencia de la cióri ontológica. Para el maestro, esta rela-
intimidad. cióri significa la continuación de la propia
En efecto, el concepto de relación-con ex- profundización, por medio de momentos más
perimenta toda su riqueza en el mundo de «concretos» de su ser; en otras palabras, él
los sujetos existenciales; en el mundo de los también entra en un proceso de educación.
objetos, en cambio, sólo es posible la yuxta- El maestro debe, ante todo, presentar un
posición, con el consecuente distanciamien- testimonio a su educando, pues sólo en esto
to que todo lo problematiza. La relación reside la factibilidad de la empresa educati-
intersubjetiva, al crear la intimidad y la co- va. Surgirá, sin duda, la objeción de fundar
la educación e a este testimonio, dado s u ca- de encontrar el fundamento de la posibili-
rácter subjetivo y arbitrario, n o ((exacto)). dad de adecuación que constituye el juicio
La experiencia cotidiana, sin embargo, n o s verdadero en cuanto tal. Tenemos una pie-
demuestra incontestablemente q u e toda per- za de metal: la describo correctamente di-
ciendo su forma, su color, su valor en el
s o n a q u e haya. avanzado e n la profundiza- mercado. Mi enunciado es exacto. Lo que
ción de s u ser es captada intuitivamente p o r Heidegger pretende definir es, justamente,
quienes a ú n p o s e e n la categoría ontológica el sentido de la palabra exactitud. En tanto
del «escuchar)) y del «ver)). es adecuado, el juicio instaura con respec-
Gracias a la relación intersubjetiva es po- to a la cosa la relación particular que se
sible la ((opci6n p o r el ser)), categoría pro- expresa por: tal ... como. La esencia de esta
f u n d a m e n t e educacional: estamos e n pre- relación es lo que él llama ((apresentación)).
sencia d e d o s ((siendo))q u e viven la aventu- Apresentar es dejar surgir ante nosotros la
ra y e l riesgo d e llegar hasta lo más p r o f u n d o cosa en tanto que tal objeto, de manera que
d e la experiencia existencial. el juicio se deje conducir por la cosa y la
exprese como se presenta. La condición de
toda apresentación es que quien se encuen-
Se podría decir, quizás, en un lenguaje tre implicado en ella esté en el seno de una
más asequible, que el espesor del ser adel- luz, en la cual cualquier cosa que aparezca
gaza en la medida en que el Ego pretende se haga manifiesta. La cosa debe recorrer y
atribuirse una posición central en la econo- atravesar un dominio abierto para encon-
mía del coriocimiento. Inversamente, cuan- trarse con nosotros3.
to más reconoce el Ego que es uno entre
otros, entre una infinidad de otros con los
que mantiene relaciones a menudo indis- Este «estar e n el s e n o d e u n a luz)) es para
cernible~,más tiende a recobrar el sentido Marcel el medio inteligible, imposible d e ma-
de esta espesura. terializar y p o r ello imposible d e describir
Sin embargo, seamos cautos, si nos limitá- ((objetivamente)).Ese inteligible es, sin em-
ramos a decir que el Ego es simplemente bargo, el q u e permite dar contenido a la
uno entre otros, lo atomizamos inevitable- expresión «estar e n la verdad)); este proceso
mente, lo reducimos a la condición de ele- sólo es posible realizarlo p o r medio d e la
mento numerable. Ahora bien, si insistí tanto dificultad, y n o e n f o r m a natural. P o r ello
en la intersubjetividad, es justamente para Marcel piensa q u e u n a ((reflexión s o b r e la
poner el acento sobre la presencia de una
profundidad sentida, sin la cual los lazos verdad)) p u e d e alejarnos d e ella al hiposta-
reales humanos serían ininteligibles o, más siarla o crear, p o r medio del lenguaje, ((enti-
exactamente, deberían considerarse exclu- dades ficticias)). Cabe notar c ó m o la fenome-
sivamente míticos2. nología, d e la cual hace uso Marcel, impide
objetivizar la verdad, así c o m o al ser.
La verdad s e presenta y d a e n la intimidad
V E R D A D Y EDUCACIÓN d e la estructura intersubjetiva, y sólo será
posible describirla sin caer e n la tentación
Marcel tiene u n a concepción d e la verdad d e tratar d e definirla c o m o a las cosas. Este
m u y semejante a la d e Heidegger, e n la q u e tratamiento d e la verdad c o m o cosa es de-
la ((apertura)) es u n a característica funda- nunciado p o r Marcel c o m o u n o d e los vicios
mental e n toda teoría que trata d e explicitarla: mayores d e la educación, y p o r ello enfatiza
s o b r e la necesidad d e erradicar e n el t e r r e n o
Heidegger, en el opúsculo aludido al co- pedagógico t o d a tentación d e considerar a
mienzo de esta clase, ha aludido a la impor- la verdad c o m o algo designable, mesurable
tancia de la apertura para una teoría de la y verificable.
verdad. Los traductores de lengua francesa
han llegado a forjar el término apérité para Conviene sobre todo rechazar la idea se-
traducir el vocablo alemán Offenstandigskeit. gún la cual hay que elegir entre una verdad
Se trata, en suma, para el filósofo alemán, auténtica, que sería extraída, y una preten-
2 Op cit. p. 184 3 0). cit. pp. 66-67
dida verdad, verdad engañosa que, por el ticas, d e b e reemplazar e n t o d o proceso edu-
contrario, alude a dos operaciones de tipo cativjo a la concepción d e verdad-contenido
material, y prima facie todas las razones o verdad-objeto, concepción q u e sólo pro-
hacen pensar que el sutil trabajo que signi- d u c e u n a impotencia espiritual e n el h o m -
fica la búsqueda de la verdad no puede asi- b r e q u e , al buscar u n a objetivación d e la
milarse a las manipulaciones que se ejercen
sobre las cosas. Cualesquiera que sea la de- verdad, s e aleja d e ella.
finición de la verdad a que lleguemos, po- La educación d e b e ser u n diálogo cons-
demos afirmar desde ahora que no es una tante «en)) la verdad;sólo así p o d r á tradu-
cosa y que nada de lo que conviene a las cirse e n plenitud y encuentro del ser. El
cosas podría convenirle. «sí)) profundo a nuestro existir nos hará tras-
Observemos además que la noción de en- cender la menesterosidad existencia1 e n q u e
señanza, o, más exactamente, la manera de nos debatimos. T a l parece ser el mensaje
imaginar la enseñanza, desempeña aquí un central d e Marcel y d e s u filosofía, fuente
papel funesto. Recordemos a Mr. Grandgrind necesaria para toda empresa verdaderame-
en Hard Times de Dickens. No importa que t e edlucativa.
sea tratado como un recipiente suceptible
de contener la verdad extraída antes de ven-
derse o repartirse; sólo se comprueba que Lo que hacemos, exorcizando imágenes
los recipientes son de valor desigual: los falaces, es comprender, a la luz de la verdad,
hay frágiles, porosos, etc. que puedo rechazar la tentación permanen-
No creo exagerar al decir que el sistema te de concebir o representar la realidad, tal
pedagógico, aun en los países que se creen como quisiera que fuera. A la luz de la ver-
más adelantados, en el fondo todavía impli- dad, en presencia de la verdad, todo ocurre
ca algo semejante a esta grosera y ridícula -aunque pueda parecer oscuro- como si
representación4. esa verdad tuviera el poder de estimular,
como si fuera capaz de purificarme, como
el viento del mar o el aire cargado de oxí-
La concepción fenomenológica d e verdad, geno que se respira en los bosques5.
d e la cual Marcel nos recuerda las caracterís-
4 Op. cit. p. 27 5 @. cit. pp. 65-66.

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