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Michael Scriven: Opina que la evaluación es una actividad metodológica que consiste simplemente en

la recopilación y combinación de datos de trabajo mediante la definición de unas metas que


proporcionen escalas comparativas o numéricas con el fin de justificar  los instrumentos de recopilación
de datos, las valoraciones y  la selección de las metas. Es decir, la evaluación es la determinación
sistemática y objetiva del valor o el mérito de algún objeto o producto.

Un evaluador no solo debe basarse en la búsqueda de resultado, sino centrarse en el proceso de


enseñanza, mayor atención en la amplitud al considerar el objetivo de la evaluación quedando clara la
importancia dada a la valoración no solo en los resultados, sino también de los procesos, habilidades y
actitudes de los estudiantes.
Miguel Fernández Pérez: dice en su libro (La tarea de la profesión de ensenar), que su propósito es averiguar los
resultados que se han obtenido con la intervención didáctica. Sus metodologías son diversas. Se puede hacer una
evaluación burocrática y vertical o se puede hacer una evaluación participativa. En todo caso, es importante dejar
de ver la evaluación como una tarea administrativa y concebirla como momento pedagógico y de aprendizaje de
importancia crucial.

Decidir cómo voy a enseñar es la tarea central de la profesión docente. Se trata del método didáctico. Es
decir, lo que los profesores hacen en las aulas para ayudar a sus alumnos a que aprendan y para que
adquieran los conocimientos, las técnicas, los valores y sentimientos en los que se cifran los fines de la
educación. La decisión de no dictar a los alumnos sin más lo temas del programa y en vez de ello razonar con
ellos para descubrir cuáles contenidos deben ser obligatorios y cómo esos contenidos se relacionan con otros
es una decisión substancial de metodología didáctica.

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