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Introducción…………………………………………………………………………3
I. Saber y conocer……………………………………………………………………………...3
II. El diccionario mental………………………………………………………………………..4
III. Comunicación y significación……………………………………………………………….4
IV. ¿Pero quién demonios habla?................................................................................................5
V. La inteligencia lingüística …………………………………………………………………..6
VI. El habla creadora…………………………………………………………………………….7
VII. La comprensión y hermenéutica…………………………………………………………….7
VIII. Los lenguajes fracasados…………………………………………………………………….8
IX. El lenguaje y la realidad……………………………………………………………………..9
X. Valoración crítica……………………………………………………………………………9
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………………..10
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INTRODUCCIÓN
Esta obra pretende devolver el significado humanista del lenguaje, el cual se ha perdido como
consecuencia de su autonomía establecida por los formalismos, estructuralismos y objetivismos que
no tienen en cuenta que tanto las ciencias como la Lingüística son creaciones de los seres humanos.
Éste es el tema central en que el autor desarrolla su teoría del lenguaje. Para ello, recurre al
léxico sentimental debido a su gran utilidad a la hora de indagar el origen de este sistema lingüístico,
que no solo permite la comunicación exterior, sino también la construcción del propio sujeto. A su
vez, en este estudio pretende subrayar la gran variedad de aspectos que comparten todas las lenguas
del mundo, como la existencia de universales lingüísticos, semánticos y conceptuales; las causas de
los fracasos lingüísticos y la importancia de la palabra.
SABER Y CONOCER
El ser humano adquiere el lenguaje a partir de los conceptos culturales o etiquetas que se
originan en la interacción social y que permiten la identificación de determinadas situaciones que
forman parte de nuestro entorno. Tiene dos maneras de manejar la información, por un lado el saber
que consiste en la habilidad de almacenar todo tipo de información en la memoria y, por otro lado,
el conocer que se materializa de forma implícita en nuestra consciencia. Ante esto se puede decir que
todo nuestro saber está organizado lingüísticamente.
Aunque cada individuo construye su propio mundo (que es subjetivo y personal), vive en una
misma realidad en la que la forma más eficaz para comunicarse es el lenguaje, que se desarrolla a
medida que identificamos los diversos estímulos perceptivos presentes en nuestro entorno, los cuales
se convierten en patrones o esquemas de reconocimiento en nuestra memoria. Éstos constituyen la
actividad lingüística que nos facilita entablar una conversación en la que intervienen dos de los
elementos más importantes de la comunicación: el emisor y el receptor.
Con respecto a esto, Bronowski señala que un aspecto relevante en la evolución del lenguaje
humano es la demora que se intercala entre la percepción de una señal que llega y la emisión de una
respuesta verbal o no verbal. Ésta permite: la separación de la carga afectiva respecto a la carga
informativa en la comunicación, la interiorización del habla, y la capacidad de separar y unir
comunicaciones tras un proceso de análisis y síntesis.
En todo este procesamiento del lenguaje la palabra es un signo del saber guardado en la
memoria del hablante, en el que todo tipo de experiencias, frases, etc., permite la composición del
contenido semántico. A pesar de la heterogeneidad del contenido que hace flexible al lenguaje, la
homogeneidad (característica propia del lenguaje) establece un margen de tolerancia semántica en
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el que se sigue manteniendo el sentido completo de las palabras, evitando de esa forma su
incomprensión.
DICCIONARIO MENTAL
COMUNICACION Y SIGNIFICACION
El gran interrogante del lenguaje, que se indaga en este capítulo es: ¿Quién habla? Según
Bajtin, todo enunciado tiene su autor, es decir, una “voz”; sin embargo, una serie de pensadores
posmodernos defienden la desaparición del autor en el momento en que tomamos referencias de otros
libros para componen nuestros textos, escritos y hablados, ocasionando no solo la imprecisión del
significado, sino también la inautenticidad del autor. A pesar de estas divergencias, sus argumentos
no responde a la pregunta ¿quién habla?, sino más bien a ¿quién dicta el contenido del habla?
En respuesta a esta pregunta se ha iniciado su estudio partiendo de nuestra conciencia que se
compone del yo que habla que es la inteligencia computacional modulada por la llamada inteligencia
ejecutiva. La inteligencia computacional (también llamada yo ocurrente) es un mecanismo subjetivo
productor de las ocurrencias, que son el resultado de todo tipo de acontecimiento mental. Pueden ser
perceptivas, lingüísticas, fantaseadoras y afectivas. En todas ellas intervienen sistemas de
motivación, por lo que se ha llegado a considerar que el lenguaje se adentra en nuestra personalidad.
En cuanto a su origen, surgen automáticamente fuera del campo de la conciencia. No somos dueños
de estas ideas inesperadas. Son impersonales. Por tanto, hay que buscar su origen en cada una de las
actividades que las producen; aunque en muchas de ellas es difuso.
Las principales fuentes de ocurrencias son: el cuerpo y la enfermedad. El cuerpo nos conduce
actuar ante determinadas necesidades, tendencias, deseos, etc. En cambio, un claro ejemplo de
enfermedad son los trastornos mentales en los que son frecuentes las ocurrencias forzosas. Además,
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el sistema de ocurrencias puede llegar a independizarse dentro de la personalidad global causando,
en este caso, una personalidad múltiple.
A partir de esto, se ha considerado que la respuesta a ¿quién habla? es el sujeto de la
motivación en el que afloran distintas voces y se manifiestan determinadas necesidades y
preferencias. Por tanto, la estructura del habla es similar a la del sujeto. En ambas interviene el
lenguaje como mediador entre el sujeto y la sociedad. Una vez que se hace consciente la información
se desarrollan los llamados sistemas de control que forman parte de la estructura del sujeto y
determinan el habla externa y parte del habla interna.
En todo este proceso de comunicación está presente la sociedad que es la responsable de las
preocupaciones, deseos, etc., ya que de alguna manera condiciona nuestra forma de actuar ante
determinadas circunstancias.
LA INTELIGENCIA LINGUÍSTICA
EL HABLA CREADORA
Toda actividad creadora se origina en nuestra mente donde se estructuran las frases que se
hacen conscientes. Sin embargo, antes de la realización del acto de habla, el sujeto es capaz de
evaluar, precisar y corregir.
El habla creadora toma como punto de partida una ocurrencia aceptada basada en una
búsqueda consciente, de la cual ante la gran variedad de posibilidades, el sujeto sigue unos criterios
de selección basados en operaciones de comparación con un determinado patrón para determinar la
elección definitiva. Estos criterios permiten la salida de la ocurrencia, pero ésta puede ser bloqueada
o cancelada por la inteligencia ejecutiva. En estos casos, suele solicita a la inteligencia computacional
que produzca nuevas ocurrencias.
COMPRENSIÓN Y HERMENÉUTICA
LENGUAJE Y VERDAD
Por otro lado, la experiencia nos impulsa a desarrollar una serie instrumentos lingüísticos para
poder comunicarnos con los demás; y llega un momento en que nos interesamos por la verdad no
solo con el fin de adquirir conocimientos, sino para conocer los peligros a los que tenemos que
atenernos en ese mundo mancomunado. De este modo, el sujeto admite solo aquello fundamentado
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en evidencias, las cuales pueden ser rechazadas por otras de fuerza superior.
El mundo mancomunado está constituido por mundos privados que cada individuo construye
con sus experiencias cognitivas y valorativas que se reducen a ideas comunes. Existen tres tipos de
verdades: las mundanales propias de nuestro mundo personal; las culturales compartidas por un
grupo social y las reales a las que aspiramos descubrir como consecuencia del dinamismo de la
vida. A pesar de la diversidad cultural, contamos con medios lingüísticos para entendernos entre
comunidades como son los llamados universales lingüísticos, comunes en todas las lenguas.
Para concluir los diccionarios no caracterizan del todo el significado de las palabras debido
a que son signos que representan significados vividos, por lo que toda esa información se reduce a
una definición clara y concisa en la que no se incluye ningún tipo de connotaciones. Sin embargo,
son lo suficientemente precisas y amplias como para que el oyente pueda reconstruir el significado
de dichas palabras.
VALORACIÓN CRÍTICA
El objetivo principal del autor es recuperar el sentido original del lenguaje cuyo origen está
en el mundo de la vida y no en el mundo científico que pretende hacer de él una ciencia objetiva.
Para ello, nos da una visión minuciosa y detallada de cada una de las curiosidades de este sistema
lingüístico, que no solo nos permite comunicarnos con los demás, sino también comunicarnos entre
nosotros mismos.
En este tratado de lingüística nos hemos encontramos con ciertas preguntas que en alguna
ocasión nos hemos planteado y que han quedado en un recóndito rincón de nuestra memoria sin
respuesta alguna; sin embargo, tras su lectura hemos resuelto muchos de nuestros interrogantes, y
también hemos enriquecido nuestros conocimientos.
Asimismo, es una obra que no se limita a exponer información científica, sino que el autor se
vale de sus propias experiencias, de citas textuales de otros autores, de referencias de libros, etc.;
además del léxico sentimental del cual hace uso para indagar en lo más profundo del lenguaje. Todo
ello con el fin de justificar y ejemplificar sus argumentos, por lo que es una obra didáctica y dinámica
a la hora de formular su teoría del lenguaje.
BIBLIOGRAFÍA
MARINA, José Antonio (1998): La selva del lenguaje. Introducción a un diccionario de los
sentimientos, Barcelona: Anagrama.