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IES Nro.

2 MARIANO ACOSTA

LENGUA
Y

LITERATU 2021

RA
CUADERNILLO de INGRESANTES
En el siguiente cuadernillo encontrarán una diversidad de
material introductorio a los diferentes profesorados que se
cursan en nuestro instituto.
Habrá en él información general, datos a considerar,
información específica de cada una de las carreras y,
finalmente, una introducción general a los contenidos
disciplinares de cada uno de los campos del conocimiento
contemplados en los planes de estudio.
Esperemos que les sea útil.

~2~
Estimados ingresantes

Ustedes han elegido seguir una carrera docente. Han llegado a ella,
probablemente, después de haber transitado diferentes caminos
intelectuales. Dudas, cavilaciones, algo de investigación y un análisis de la
situación, los trajeron hasta acá. Les damos la bienvenida.
Comienzan, a partir de la lectura de este cuadernillo, un viaje que los llevará
por los senderos académicos de cada una de sus carreras. Entrarán de lleno
al mundo de los conocimientos específicos del campo del saber humano de
su elección. Pero a no equivocarse: un profesorado no implica solo el
dominio de saberes, sino que, además, implica introducir a las nuevas
generaciones en la construcción de conocimiento.
La especie humana es la única especie del planeta capaz de transmitir a
quienes los siguen en su historia no sólo los conocimientos adquiridos a
través de la experiencia individual, sino la totalidad de lo aprendido por la
especie a lo largo de su discurrir en el mundo. Tal es así, que no existe, ni
existió jamás, una civilización que no tuviera un “sistema educativo”. Claro
está, cada uno respondiendo a las características propias de su época y
contexto, pero sistema educativo al fin.
Y en la actualidad, sumergirse en un sistema educativo no es tarea fácil. La
sola cantidad de conocimientos y datos acumulados por la especie es
enorme, imposible de ser transmitida en su totalidad. Y aun así, no hemos
logrado explicar más que un ínfimo porcentaje de nuestro universo, nuestro
planeta y nosotros mismos. En rigor, en la actualidad, no hemos sabido cómo
responder acertadamente a la amenaza que representa un virus. Algo tan
pequeño, completamente imperceptible, ha puesto a la humanidad contra
las cuerdas.
Por lo tanto, el ejercicio de la docencia no se limita a la transmisión de datos.
De hecho, hoy en día, para eso hay diversos medios al alcance de una buena
porción de la humanidad. Libros, publicaciones, la maltratada Internet. Ser
docente hoy en día, entonces, implica contribuir a la construcción de
conocimientos, como mencionábamos más arriba. Por lo tanto, el futuro
profesor no se preparará sólo para transmitir datos; se preparará, también,
para aprender a sembrar la duda (motor de todos los aprendizajes), a crear
~3~
recursos y diseñar herramientas intelectuales, y un largo etcétera, en las
siguientes generaciones.
No podemos dejar de señalar que han elegido tiempos turbulentos para
empezar a estudiar una carrera. Pero es justo recordar que, a lo largo de la
historia, siempre fueron “turbulentos” los tiempos transitados por sus
protagonistas. Es, sin embargo, indudable, que se necesita una dosis de
valentía para enfrentar la actual coyuntura, y decidir comenzar una carrera
en este momento.
Los espera, entonces, un fascinante sendero para recorrer, para preparase a
acompañar a sus prójimos en su crecimiento cultural y social.
Sean bienvenidos nuevamente a él.

Rectoría

~4~
El Instituto de Enseñanza Superior Nro. 2 Mariano Acosta

El centenario edificio ubicado en la calle Gral. Urquiza 277 alberga dos


establecimientos educativos, dependientes del Ministerio de Educación del
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: la Escuela Normal
Superior Nro. 2 Mariano Acosta, en la que se brinda educación en los niveles
inicial, primario, secundario y superior, estando este último centrado en el
Profesorado de Educación Primaria (PEP). Y nuestro IES Nro. 2 Mariano
Acosta, que brinda formación docente en Matemáticas, Física, Lengua y
Literatura, y Tecnología y un postítulo en Literatura y Lenguajes
Audiovisuales, así como numerosos cursos abiertos a la comunidad, que se
cursan generalmente los días sábados que cubren un variado espectro de
temáticas académicas.
Cabe destacar que la totalidad de las actividades propuestas por nuestro
instituto, tanto las académicas como las extra – curriculares son de carácter
gratuito, y forman parte del sistema de Educación Pública, Gratuita y de
Calidad del GCABA.
Jerárquicamente, la superestructura que nos contiene es la del Ministerio de
Educación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a través de
su Unidad de Coordinación del Sistema de Formación Docente (UCSFD), y
todas las titulaciones y certificaciones extendidas tienen validez nacional y
están avaladas por ella.
La ENS Nro. 2 cubre sus actividades en tres horarios: por la mañana, por la
tarde y vespertino. El IES Nro. 2 sólo funciona en horario por la tarde - noche,
desde las 18:45 hs. hasta las 22:50 hs. Ocasionalmente, algunas cátedras
funcionan con un esquema de pre – hora, por lo que su horario comienza a
las 18:05 hs.
Obviamente, debido a la pandemia en curso, este esquema de actividades se
ha visto completamente alterado durante este último tiempo.

Organización Interna

~5~
El IES Nro. Mariano Acosta está regido por un Consejo Directivo, compuesto
por representantes de alumnos, docentes, personal administrativo y
egresados. Éste se reúne regularmente para establecer las normativas de
funcionamiento y gestión y para tratar los temas que vayan surgiendo en el
discurrir de las actividades. Sus representantes son elegidos por la
comunidad a través de un proceso electoral de carácter obligatorio.
La gestión se lleva adelante a través de un rectorado, compuesto por un
Rector y un Vice – Rector del que dependen un Secretario y un Pro –
Secretario, cuyo objetivo principal es el funcionamiento interno
administrativo del instituto, y la bedelía, que centra sus labores en la
administración de los asuntos concernientes a los alumnos y el normal
desenvolvimiento de las actividades académicas cotidianas.

Es necesario aclarar que, en la actualidad el status “en comisión en la UCSFD”


del vice - rector (esto es que nuestro vice – rector desarrolla sus obligaciones
profesionales en la Unidad de Coordinación del Sistema de Formación
Docente, y no en nuestra institución) y la jubilación del rector, y el hecho de
que los actos eleccionarios no pudieron llevarse a cabo debido a la vigencia
de las restricciones originadas en la pandemia por coronavirus, se encuentra
a cargo de la rectoría el miembro del consejo de mayor antigüedad, prof.
Marcelo Rossetti, quien representa a la institución en nombre del Consejo
Directivo, a la espera de que las correspondientes elecciones puedan
realizarse.
A su vez, los alumnos están organizados en un Centro de Estudiantes, que
vela por sus intereses.

Funcionamiento interno de las carreras


Los planes de estudio en vigencia contemplan una organización interna de
todas las carreras de formación docentes en tres trayectos: el de la
Formación General, que incluye aquellos contenidos referidos al aspecto
estrictamente pedagógico de la formación, el Centrado en la Formación
Disciplinar, es decir, aquellos espacios curriculares referidos a la formación
académica específica en el área de interés de la carrera, y el Centrado en la
Práctica Docente, esto es, aquellos espacios de práctica docente efectiva en
~6~
el aula, que contempla las observaciones de clases, las prácticas y las
residencias. Cada uno de esos trayectos está organizado y relevado por un
coordinador docente que gestiona dichos espacios.

Introducción explicativa sobre las características básicas de la educación


terciaria y la formación docente en particular
El nivel terciario está conformado por Escuelas Normales Superiores (ENS),
Institutos Superiores de Formación Docente (ISFD), Institutos de Formación
Artística (IFA) y los Institutos de Formación Técnica Superior (IFTS).

Formación Docente

Tiene como misión la formación de docentes de nivel inicial, primario,


secundario y terciario, de todas las disciplinas que se dictan en los institutos
educativos de la Ciudad de Buenos Aires (humanidades, ciencias, idiomas,
artes, educación especial, educación física).

Los profesorados de nivel inicial, primario, secundario y terciario se dictan en


las Escuelas Normales Superiores (ENS) o en los Institutos Superiores de
Formación Docente (ISFD).

Formación Artística

La formación de docentes para la enseñanza de los diferentes lenguajes


artísticos se puede cursar en las Escuelas Superiores de Educación Artística
en Artes Visuales, Danzas, Cerámica y Música, dependientes de la Dirección
de Educación Artística.

Los profesorados en disciplinas artísticas se dictan en ocho Institutos de


Formación Artística. En ellos se pueden cursar carreras superiores que
persiguen la formación de profesores en Danza, Música, Bellas Artes o
Cerámica.

~7~
Formación Técnica Superior

Tiene como misión la formación de Técnicos Superiores con habilidades,


competencias y capacidades de alto nivel adecuadas a las demandas sociales,
a los avances científicos y tecnológicos y a los requerimientos productivos.
Para lograrlo, se utilizan tecnologías de la información, de la comunicación y
del trabajo.

La estructura, organización y dinámica curricular de la formación docente


inicial en el país, se enmarca en las políticas impulsadas desde el Instituto
Nacional de Formación Docente, creado por la Ley de Educación Nacional Nº
26.206. A partir de diversas normativas (Resolución CFE Nº 24/07, 30/07,
Resolución 1588/14), se establecen criterios organizadores comunes para los
diseños curriculares.
La Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires indica en su artículo
23 que la Ciudad "establece los lineamientos curriculares para cada uno de
los niveles educativos" y en su artículo 24 que "se responsabiliza por la
formación y perfeccionamiento de los docentes para asegurar su idoneidad y
garantizar su jerarquización profesional".
Por Resolución CFE N° 286/16 se aprobó el Plan Nacional de Formación
Docente 2016-2021 que establece la centralidad de la práctica y la
renovación de la enseñanza entre sus principios rectores en vistas a brindar
una formación que prepare a los docentes para abordar los desafíos
concretos de la enseñanza en la actualidad y para promover el desarrollo de
las capacidades fundamentales de los estudiantes
“Concebimos a la formación docente como un proceso fundamentalmente
reflexivo sobre la práctica, que implica centrarnos en la enunciación y el
~8~
análisis de qué, por qué, para qué y cómo enseñar; asimismo, contempla a
quiénes enseñar. La formación de profesores reflexivos constituye un eje que
fundamenta y atraviesa la formación de los futuros docentes, como
contenido y estrategia formativa. Formar profesionales reflexivos implica,
entre otras cosas, trabajar sobre las representaciones que portan tanto los
estudiantes como los docentes en torno a diversas cuestiones que atañen a
la enseñanza y el aprendizaje, los contenidos disciplinares, los vínculos en el
aula, en la institución y con la comunidad.” (López, María Mercedes, 2018)
En estos, la configuración del campo de la práctica profesional, adquiere
estructura sustantiva, relevancia académica e integrada a la configuración de
la formación docente. La Resolución Nº 24/07 define “la formación en la
práctica profesional: orientada al aprendizaje de las capacidades para la
actuación docente en las instituciones educativas y en las aulas, a través de la
participación e incorporación progresiva en distintos contextos socio-
educativos. (…) El mismo apunta a la construcción y desarrollo de
capacidades para y en la acción práctica profesional en las aulas y en las
escuelas, en las distintas actividades docentes en situaciones didácticamente
prefiguradas y en contextos sociales diversos.”

~9~
LENGUA

~ 10 ~
INTRODUCCIÓN A LA LINGÜÍSTICA, A LA GRAMÁTICA Y LAS CIENCIAS
DEL LENGUAJE
Para un primer acercamiento, diremos que la lingüística es una ciencia
que estudia las lenguas naturales o humanas en sus diversas
manifestaciones. Esta actividad existe desde hace muchos siglos, como se
estudiará más adelante, y respondió a distintas motivaciones según la época.
Sin embargo, aún en la actualidad, no se ha llegado a comprender en su
conjunto el fenómeno del lenguaje humano y los lingüistas continúan
investigando en esta línea.
Para Émile Benveniste, la lingüística es el intento de apresar ese objeto
evanescente que es el lenguaje, y de estudiarlo a la manera como son
estudiados los objetos concretos. Todo lo que atañe al lenguaje es objeto de
la lingüística, ya que, se ocupa del fenómeno que constituye el lenguaje y,
por supuesto, sin descuidar la porción del lenguaje que se transforma en
escrito.
El lenguaje humano nos plantea distintos problemas. Nombraremos solo
tres de ellos, a saber:
 La adquisición del lenguaje: cualquier niño adquiere
completamente su lengua nativa en muy pocos años. Aún en la
actualidad, los lingüistas, no han podido desentrañar el complejo
de reglas, estrategias, adquisiciones léxicas, etc. que se
encuentran en esa capacidad del niño. Como lo indica el lingüista
Martín Vide la pregunta sería: “¿A qué se debe esta contradicción
entre la facilidad en la adquisición (el llamado problema de
Platón1) y la dificultad en la explicación (el llamado problema de
Orwell2)?”
1Para este punto ver “La lingüística en Grecia”.
2“El problema de Orwell” es la teoría planteada por el escritor y periodista británico George Orwell
(1903-1950) y reformulada por el lingüista Noam Chomsky. Consiste en ver cómo los sistemas
totalitarios y de propaganda logran mantener opiniones muy extendidas y transmitir información,
que carece de argumento, pero que resultan favorables para mantener la idea de régimen. En el
prólogo a El conocimiento del lenguaje, Chomsky reflexiona sobre cómo es posible que la gente sepa
tan poco sobre la estructura y función de su sociedad y el papel de ciertas instituciones
~ 11 ~
 El gen lingüístico: en el mundo se hablan y se han hablado a lo
largo de los siglos miles de lenguas3, de estructuras
aparentemente muy diversas. Sin embargo, algunos lingüistas
sostiene que, como sistema de comunicación, todas comparten
ciertas características comunes. Retomando a Martín Vida la
pregunta sería: “¿Cuáles son esos rasgos y propiedades que todas
ellas parecen tener en común?”.
 La evolución de la lengua: como hablantes de la lengua castellana
no percibimos que nuestra lengua cambia constantemente
conforme a ciertos patrones: ¿Cuáles son los factores que
influyen en ese cambio y cómo justificamos que, más allá de esos
cambios, podamos seguir hablando de la permanencia de una
misma lengua a través del tiempo?
Estos problemas que plantea el lenguaje humano siguen siendo materia
de investigación para los lingüistas de todas las escuelas. Podríamos decir
que las investigaciones lingüísticas se presentan mediante dos vertientes: el
plano teórico y el plano explicativo.
 Plano teórico: intenta comprender la estructura, la adquisición,
el uso y el cambio de las lenguas. La lengua, en cuanto tal,
caracteriza nuestra naturaleza humana y define nuestra vida
mental y social, nuestra cultura y nuestra historia:

Aquello que hay en la voz es símbolo de las afecciones que


hay en el alma, y los caracteres escritos son símbolos de
aquello que hay en la voz. Y tal como las letras no son las
mismas para todos los hombres, tampoco los sonidos
vocales son los mismos para todos. En cambio, aquellos
ítems primeros de los que las vocales son signos- las
afecciones del alma- son los mismos para todos; y aquellos

gubernamentales, siendo que hay pruebas tan palpables de en qué consiste su papel y
funcionamiento
3 Las investigaciones lingüísticas sostienen que se hablan más de cinco mil lenguas en todo el

mundo.
~ 12 ~
ítems de los cuales dichas afecciones son semejanzas- las
cosas- son, desde luego, los mismos para todos4.

 Plano explicativo: comprender las propiedades de las lenguas


constituye un presupuesto necesario para el estudio de técnicas
como la enseñanza y el aprendizaje de segundas lenguas, la
traducción, las patologías del lenguaje, las políticas lingüísticas,
etc.
¿Cuál es el ámbito de estudio de la lingüística?
Recordemos que el lenguaje humano es un fenómeno complejo que
puede ser pensado como un sistema de reglas o como un instrumento que se
emplea de acuerdo a convenciones, a través del tiempo, como un fenómeno
psicológico, como una ontología filosófica, como un dominio individual o
social, etc. Esta diversidad de reglas o instrumentos ha hecho que muchos
autores, siguiendo determinadas posturas epistemológicas, hayan procedido
de diferentes maneras y seleccionado lo que para cada uno de ellos es el
núcleo principal del lenguaje.
Así, Ferdinand de Saussure (ver capítulo II) distinguió el sistema de la
lengua (langue) y su uso (parole) dentro del fenómeno lingüístico y afirmó
que la lengua es el tema prioritario de la reflexión lingüística. Émile
Benveniste5 nos dice que Saussure no es un comienzo, es otra cosa, es otro
tipo de comienzo. Su aportación consistió en afirmar que el lenguaje es
forma, no sustancia.
Si estudiamos el lenguaje por muchos lados a la vez, el objeto de la
lingüística se nos aparece como un montón confuso de cosas
heterogéneas y sin unión. Cuando se procede así es cuando se abre la
puerta a muchas ciencias- psicología, antropología, gramática

4 ARISTÓTELES; Sobre la interpretación, Buenos Aires, Losada, 2009. Pág. 149. Traducción de Jorge
Mittelmann.
5 Émile Benveniste (1902-1976) fue un lingüista francés. Su obra, centrada en la indoeuropeística y

en la sintaxis general, es una de las más fértiles de la escuela lingüística francesa, cuyos resultados
fructificaron en una teoría de la enunciación en el marco del estructuralismo. En el campo de la
semántica elaboró una obra pionera en el estudio de los aspectos extralingüísticos. Sus estudios más
notables son Orígenes de la formación de los nombres en indoeuropeo (1935), El vocabulario de las
instituciones indoeuropeas (1969) y los dos volúmenes de Problemas de lingüística general (1966 y 1974),
título capital de la lingüística moderna. A lo largo de este libro se introducirán varios principios y
reglas establecidas por Benveniste.
~ 13 ~
normativa, filología, etc.- que nosotros separamos distintamente de la
lingüística, pero que, a favor de un método incorrecto, podrían reclamar
el lenguaje como uno de sus objetos6. (Ferdinand de Saussure)
El lingüista estadounidense, Noam Chomsky, restringe la teoría
lingüística completamente a la teoría de la gramática. A esta última le
atribuye trascendencia psicológica en forma de competencia gramatical o
conocimiento táctico de las reglas gramaticales, que se distingue de otro
concepto chomskiano, la actuación, el uno de la lengua en cada situación
concreta.
Lo que concierne primariamente a la teoría lingüística es un hablante-
oyente ideal, en una comunidad lingüística del todo homogénea, que
sabe su lengua perfectamente y al que no afectan condiciones sin valor
gramatical, como son limitaciones de memoria, distracciones, cambios
del centro de atención e interés, y errores al aplicar su conocimiento de
la lengua al uso real. (Noam Chomsky)
La estructura del lenguaje refleja propiedades fundamentales de la
naturaleza humana, debe existir una Gramática Universal de la
gramática, que es simplemente la teoría de los rasgos intrínsecos de la
inteligencia humana. (Noam Chomsky)
Los modelos lingüísticos en la actualidad
La lingüística general o teórica ha ido avanzando a lo largo del siglo XX
en la construcción de una teoría explicativa sobre la capacidad humana del
lenguaje y la materialización en lenguas particulares, cuya principal
característica es la variación. Por ello, son objeto de la lingüística las
vertientes cognitivas, simbólica y social del lenguaje natural.
Las diversas escuelas lingüísticas que coexisten actualmente comparten,
en líneas generales, este objeto tridimensional, pero cada uno lo hace
centrado en un objeto particular, lanzando hipótesis, usando métodos
científicos distintos y proponiendo teorías epistemológicas sustentables.
 La escuela estructuralista: La lingüística de mitad del siglo XX se
preocupó por un aumento progresivo del rigor metodológico.
Supuso el comienzo de la lingüística moderna. Su iniciador fue
Ferdinand de Saussure con la publicación del Curso de Lingüística
General en 1916. El estructuralismo lingüístico surge como una
reacción frente a las investigaciones lingüísticas comparativitas
6
SAUSSERE, Ferdinand de; Curso de Lingüística General; Buenos Aires, Losada, 2002. Pág. 50
~ 14 ~
de la gramática comparada, frente a las investigaciones
diacrónicas de la gramática histórica y frente a las
investigaciones positivistas de los neogramáticos. Inmersos en
un empirismo estricto, los lingüistas se interesaron
fundamentalmente por las realizaciones físicas del lenguaje. La
metodología rigurosa imperante explicaría la eclosión de los
estudios de fonética acústica y del progreso tecnológico
relacionado. El objetivo de la lingüística estructural era describir
científicamente los hechos lingüísticos, clasificarlos e inducir de
ellos principios generales.
 La escuela generativista: Las ideas básicas de los modelos
incluidos en esta corriente tienen su origen en la teoría
estándar formulada por Noam Chomsky. El núcleo común de
todos los modelos generativos sería el intentar diseñar un
dispositivo formal que permita describir, analizar y especificar las
oraciones de una lengua natural en forma simple, exhaustiva y
general. Chomsky refuta las ideas saussureanas de la lengua
como inventario sistemático y recupera la base de la noción de
competencia: la lengua es un sistema de procesos generativos.
Para ello se postula una gramática universal, es decir, un sistema
de principios lingüísticos innatos de alcance general, comunes a
todos los seres humanos, que define el plan fundamental para
las lenguas naturales.
 La escuela funcionalista: la corriente funcionalista del lenguaje
se ha caracterizado por la diversidad de modelos y propuestas.
Desde nuevas metodologías de análisis del uso lingüístico en
determinados grupos sociales hasta gramáticas que introducen
elementos de la pragmática, encontramos múltiples
aportaciones que respaldan la necesidad de describir el lenguaje
a partir del estudio de los usos reales de los hablantes en
situaciones comunicativas concretas. Se trata de relacionar la
estructura del lenguaje con las necesidades, los propósitos, los
medios y las circunstancias de la comunicación humana.

Disciplinas lingüísticas
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De acuerdo a los diferentes conceptos de lo que se afirma que es el
lenguaje han de corresponder distintos programas de investigación para la
teoría lingüística. La finalidad esencial de la investigación lingüística es
describir y explicar los fenómenos del lenguaje natural, por eso, debemos
tener presente que el mismo objeto de investigación depende directamente
de la orientación que elijamos. Desde principios del siglo XX hasta la
actualidad observamos una proliferación de subdisciplinas dentro de la
lingüística, cada una de ellas con sus propios objetivos. Veremos solo algunas
de ellas a modo de ejemplo:
 Psicolingüística:
 Sociolingüística:
 Filosofía lingüística o filosofía del lenguaje:
 Neurolingüística:
Psicolingüística:
La psicolingüística trata la cuestión de cómo la gramática representada
mentalmente, la competencia lingüística en términos chomskianos, es
utilizada en la comprensión y producción del habla. Desde el punto de vista
de la comprensión del lenguaje, se presenta el siguiente modelo, donde lo
que se procesa es un fragmento de lenguaje hablado o escrito, es decir, una
frase determinada:
Frase Procesador Procesador Procesador Procesador Salida
fonológico Léxico sintáctico semántico

Siguiendo este modelo, el primer paso es en la comprensión es utilizar el


procesador fonológico (ver capítulo III) para identificar los sonidos. Después,
el procesador léxico identifica las palabras que la componen. El siguiente
paso es el procesador sintáctico que dará como resultado una representación
sintáctica de la oración. Por último, el procesador semántico computará una
representación del significado de la oración teniendo como base la
información léxica y sintáctica.
Como lo especifica el lingüista Andrew Radford, una característica
importante de este modelo es que se debe tener en cuenta que se producen
los diferentes estadios en tiempo real. Esta característica es lo que permite
que los psicolingüistas puedan utilizar sus técnicas experimentales para

~ 16 ~
intentar medir la duración de partes específicas de este proceso y relacionar
estas mediciones con niveles diferentes de complejidad.
Sociolingüística:
La sociolingüística es el estudio de las relaciones entre el uso del
lenguaje y la estructura de la sociedad. Tiene en cuenta factores como el
origen social del hablante y del interlocutor, la relación entre el hablante y el
interlocutor, el contexto y la forma de interacción, y afirma que todos estos
factores son cruciales para entender tanto la estructura como la función del
lenguaje utilizado en una situación determinada. Como esta disciplina se
centra en el uso del lenguaje, los análisis del lenguaje llevados a cabo en
estudios sociolingüísticos están normalmente basados en grabaciones de
interacción cotidiana hechas de videos o magnetofónicas.
Estas grabaciones pueden ser analizadas de maneras diferentes
dependiendo de los objetivos de la investigación que se quieran llevar
adelante. Es decir, un sociolingüista puede estar interesado en realizar un
análisis de los dialectos regionales o sociales para investigar si diferentes
grupos sociales hablan de maneras diferentes y para descubrir si se está
produciendo un cambio lingüístico.
También, la sociolingüística se interesa por las interacciones que, a
mayor escala, se producen entre el lenguaje y la sociedad como un todo. Por
ello, uno de sus objetivos es localizar cómo se inscribe lo social en la lengua y
en las prácticas lingüísticas, es decir, la lengua en relación con la sociedad.
Otro ejemplo, muy estudiado en países multilingües o provincias que limitan
con otros países de diferente lengua, es la sustitución de una lengua. Una
lengua puede ir imponiéndose sobre las demás, abarcando cada vez más y
más dominios en los que antes se hablaban otras lenguas. La sociolingüística
deberá entender las condiciones que facilitan la sustitución y comprender la
dinámica del proceso mismo.

Filosofía Lingüística o Filosofía del Lenguaje:


La filosofía del lenguaje es conocida como uno de los campos o ramas
de la filosofía y también de la lingüística que se ocupa del estudio de todo
aquello que compete al lenguaje; de una manera más específica esta
especialidad estudia e investiga los fenómenos inmersos en la verdad,
significado, la referencia, la traducción, el aprendizaje, la creación del

~ 17 ~
lenguaje, el pensamiento, la experiencia, el uso del lenguaje o también
conocido como la pragmática, la comunicación y la interpretación.
Para este estudio, los lingüistas se basan en el estudio del sistema
lingüístico, junto con sus niveles, formas, funciones y niveles, como así
también, desde una postura mucho más filosófica, entre el pensamiento y el
lenguaje.
La filosofía del lenguaje como disciplina joven de la filosofía fue
erigida a inicios del siglo XX en relación al llamado giro lingüístico. Esta
relación inicia en la filosofía la intranquilidad por el lenguaje en el sentido
doble de condición de posibilidad del conocimiento y de medio
de comunicación o expresión del pensamiento para el cual todo
experimento es ya experiencia en el mismo lenguaje.
De aquellas materias predilectas de la rama filosofía del
lenguaje ameritan ser destacados la simbolización del lenguaje, el origen del
lenguaje y más que toda la actividad lingüística global y la semántica en
particular, la cual en este campo aborda las denominaciones y la conocida
semántica.
Así, esta disciplina entiende que el hombre tiene una capacidad
específica, un tipo único de organización intelectual que no puede atribuirse
a órganos exteriores y que se manifiesta en lo que Chomsky denomina
“aspecto creador” del uso del lenguaje corriente, y cuya propiedad consiste
en ser ilimitado en cuanto a su alcance y en no precisar de estímulos. Así,
Descartes mantiene que el lenguaje existe para la libre expresión del
pensamiento o para una respuesta apropiada en cualquier situación nueva y
que no se encuentra determinado por ninguna asociación fija.
Neurolingüística:
La disciplina neurolingüística, muy estudiada en esta última década no
solamente en la lingüística sino en otras disciplinas, responde a la pregunta:
¿Cómo está representado el conocimiento lingüístico en el cerebro?
El estudio directo del cerebro humano está plagado de dificultades, ya
que, por consideraciones de la bioética la experimentación masiva con
cerebros humanos está prohibida. Estas prohibiciones no se aplican para el
resto de los animales, por lo que la neuroanatomía y la neurofisiología del
resto de animales, o incluso el sistema visual de los primates, parecido al de
los humanos, ya han sido estudiadas detalladamente. Pero para el estudio
del lenguaje, se fijan de métodos de investigación menos controlados,

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estudiando, por ejemplo, pacientes con lesiones cerebrales que sufren de
trastornos en el lenguaje.
El cerebro es un órgano extremadamente complejo compuesto por
diferentes capas. La capa que ha evolucionado más recientemente y que es la
más característica de los grandes primates, como nosotros mismos, es el
córtex cerebral, la superficie doblada de los hemisferios cerebrales que
contiene lo que a menudo se denomina materia gris. Aquí están ubicadas las
más altas funciones intelectuales, incluido el lenguaje. El córtex cerebral
puede resultar dañado por diferentes causas. Por ejemplo, puede sufrir una
lesión a causa de un golpe en la cabeza o por culpa de cualquier otro tipo de
herida.
El estudio de pacientes con diferentes tipos de daños cerebrales ha
revelado que hay diferentes partes del cerebro asociadas a funciones
diferentes. Es decir, es posible ubicar en el cerebro las zonas que controlan
las diferentes funciones:

Cuando nacemos, ningún individuo trae incorporado en sus genes los


códigos de una determinada lengua específica. Un individuo al nacer tiene
preparado su cerebro para poder aprender cualquier idioma. El su libro El
espía cerebral, el doctor Paredes explica que la organización cerebral
~ 19 ~
presenta dos áreas del lenguaje que están desde el nacimiento, tanto en el
hemisferio cerebral izquierdo como en el derecho. Durante el primer año de
vida, es el lado izquierdo de nuestra organización cerebral quien se posiciona
primero, debido a las propiedades innatas que posee la genética del cerebro.
Un año después, mediante la estabilización selectiva de las sinapsis nerviosas,
se desarrollará en el hemisferio cerebral izquierdo las áreas del lenguaje.
Todo esto significa que el aprendizaje del lenguaje va acompañado de una
pérdida de las capacidades perceptivas y, por consiguiente, lo que hace es
estabilizar selectivamente las conexiones nerviosas para el estímulo que se
recibe (Norberto Paredes 2004).
El proceso de aprendizaje del lenguaje en el hombre es, desde luego,
muy complejo. Se puede observar cómo desde el parloteo o
superabundancia de sonidos que presenta un bebé, que se producen de
formas imitadas o espontáneas, se pasa al lenguaje articulado.
Un trastorno del lenguaje causado por una lesión cerebral se llama
afasia. Se habla de afasia global cuando la pérdida del lenguaje es total, y
aunque a menudo la lesión cerebral es tan extensa que afecta a varias
funciones intelectuales, en algunos casos los pacientes manifiestan muchas
de sus capacidades cognitivas antes del accidente. Chomsky afirma que la
competencia lingüística es el producto de una facultad del lenguaje innata y
específica de la especie, y, además, justifica que esta facultad es
independiente de las demás capacidades cognitivas.
La gramática: unidades básicas del análisis gramatical
Cabe destacar que el término gramática fue y es utilizado es varios
sentidos. La gramática es la parte de la lingüística que estudia la estructura
de las palabras, las formas en que estas se unen y los significados a los que
tales combinaciones dan lugar. Etimológicamente la palabra Gramática
deriva del griego γραμματική7 que significa “Letras”.
La gramática, en su más amplio sentido, comprende, además de todo lo
nombrado, el análisis de los sonidos del habla, que corresponde a la fonética,
su organización lingüística, la fonología. La morfología que se ocupa de la
estructura de las palabras, su construcción interna y sus variaciones. La
sintaxis que corresponde al análisis de las formas en que se combinan y se

7
Del latín grammatica, del griego grammatike femenino de grammatikos “de letras”, de grámmat-,
radical de grámma “letra, símbolo escrito de un sonido del lenguaje, un escrito, imagen”, del
indoeuropeo grbh-mn, de gerebh- “raspar”.
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disponen linealmente (ver capítulo II “Linealidad del signo lingüístico”), así
como de los grupos que forman. En este apartado solo nombramos
sucintamente cada una de las divisiones, ya que, cada uno de los capítulos
posteriores del libro se dedica al desarrollo exhaustivo de las unidades del
análisis gramatical.
La gramática es, fundamentalmente, una disciplina combinatoria,
puesto que estudia las formas en que se encadenan las palabras, así también,
como las relaciones internas que se establecen entre los elementos que la
componen. El estudio del significado no es ajeno a la gramática. La semántica
es la disciplina que analiza el significado pero no constituye una parte de la
gramática comparable con la morfología, la sintaxis y la fonología. Es decir, el
estudio de los significados no afecta únicamente a ciertos tipos de
segmentos8, sino a gran número de categorías y de relaciones en el dominio
de la sintaxis.
La semántica posee ramas que no forman parte de la gramática.
Ejemplo de ello es la semántica léxica o lexicología que estudia las formas en
que se organizan los significados lingüísticos. La lexicología constituye un
pilar fundamental en la lexicografía, disciplina que se ocupa de la confección
de los diccionarios y otros soportes léxicos.
Clases de gramáticas
La gramática admite otras divisiones que responden a los diferentes
enfoques y objetivos con que pueden ser estudiados los fenómenos
lingüísticos. Nombraremos solo cuatro de ellas, a saber:
 Gramática histórica:
Es la encargada de trazar el origen y la evolución de las estructuras
gramaticales de un idioma. Estudia, por tanto, las formas en que se modifican
las características gramaticales de una lengua, así como las causas que
provocan tales alternancias.
En el caso de nuestra lengua castellana, en el siglo III a.C., se inició la
romanización y legitimación de la península ibérica como parte del Imperio
romano. Las lenguas hispánicas prerromanas9 desaparecieron y el latín se

8
Tenga en cuenta que en lingüística cuando hablamos de segmento nos referimos al signo o
conjunto de signos que pueden aislarse en la cadena oral mediante una operación de análisis.
9
Las lenguas hispánicas prerromanas eran las lenguas autóctonas que se hablaban en la península
ibérica antes de la latinización. En la Hispania prerromana se hablaron lenguas diversas, algunas de
ellas no indoeuropeas, como el ibérico, la lengua vasca y el tartesio.
~ 21 ~
convirtió en lengua hablada y de cultura. La evolución del latín hablado,
según la zona, dio lugar a las distintas variedades hispanorromances. En la
península ibérica, este proceso estuvo condicionado por las invasiones
árabes desde principios del siglo VI d. C.
Un ciudadano en España podía recorrer el Norte de África y Asia Menor,
la Dacia, la Galia y la Britania expresándose en la lengua de Roma, es decir, el
latín. La fusión fue tan honda, que durante muchos siglos las altas jerarquías
del Imperio y las grandes empresas culturales fueron ocupadas
indistintamente por romanos o provinciales. No olvidemos que España dio a
Roma emperadores como Trajano, Adriano y Teodosio, y escritores como
Séneca, Marcial, Lucano y Quintiliano.
La Romania fue el conjunto de pueblos que hablaban lenguas
procedentes del latín. ¿Cuál es el origen del español? Para contestar esta
pregunta debemos remontarnos a la Phylum indoeuropea. La familia
indoeuropea es la más importante culturalmente ya que casi toda nuestra
cultura ha sido en su mayor parte preservada y transmitida mediante lenguas
indoeuropeas. Esta familia, al parecer, tuvo su localización geográfica
primitiva en un territorio coincidente con la actual República de Ucránia, se
expandió hacia el oeste por toda la Europa actual y hacia el este hasta toda la
parte septentrional de la India. Las lenguas indoeuropeas se agrupan en las
siguientes familias, por cada una de ellas colocaremos una lengua a modo de
ejemplo:

Lenguas romances: latín.


Lenguas germánicas: alemán.
Lenguas baltoeslavas: ruso.
Phylum indoeuropea Lenguas celtas: gaélico irlandés.
Lenguas iranias: persa.
Lenguas índicas: sánscrito.
Lenguas anatolias: hitita.

Del latín nacieron las siguientes lenguas: el italiano, el sardo, el francés,


el catalán, el español, el gallego, el portugués, el provenzal y el rumano.
El español, como lengua románica accidental, pertenece al tronco
iberorrománico y presenta abundantes similitudes evolutivas con el
portugués. Entones, una gramática histórica del español se ocupa de estudiar

~ 22 ~
el desarrollo interno de la lengua con el fin de mostrar cómo ha evolucionado
el plano fonológico y morfosintáctico. Así, el español se caracteriza por los
siguientes fenómenos:
El español posee un sistema vocálico formado por cinco elementos (ver
capítulo III), a saber: /i, e, a, o, u/. No presenta distinciones fonológicas de
abertura en las vocales de abertura media, a diferencia de otras lenguas
románicas. Por ejemplo, en catalán hay o abierta en dona “mujer”, pero o
cerrada en dóna “da”; en portugués, e abierta en perna “pierna” y cerrada en
mesa; en francés o abierta en fort “fuerte” y o cerrada en rose “rosa”.
Las vocales latinas /e/ /o/ en posición acentuada han diptongado en /ie/
y /ue/, respectivamente. Así también, en otras lenguas románicas poseen
también diptongación de estas vocales, aunque no siempre. Cabe aclarar que
los ejemplos dados son del latín clásico al sonido actual de la palabra, es
decir, se saltean los procesos fonológicos y morfológicos que fue sufriendo la
palabra en el latín oral y en el prerromance.
Petra > piedra
Mele > miel
Porta > puerta
Bonu > bueno
El español, como el portugués y el italiano, presenta conservación muy
frecuente de las vocales en posición final:
Viride > verde port. Verde, gall. Verde, cat. Verd, fr. Vert, it.
verde
Vetulu > viejo port. velho, gall. vello, cat. vell, fr. vielle, it.
vecchio
Únicamente se produjo apócope10 o pérdida de –e (y en algún caso de –
o) ante las consonantes /l/, /n/, /r/, /s/, /d/ y /θ/ (Antigua dentoalveolar
africada /dz/) :
10
En lingüística, las palabras sufrieron y sufren dos tipos de fenómenos:
1. Agregado de sonido:
a. Prótesis: al principio de palabra. Ejemplo: Stare > estar
b. Epéntesis: en posición intermedia de la palabra. Ejemplo: corónica > crónica
c. Anaptixis: agregado de una vocal en posición intermedia. Ejemplo: Chacrita > chacarita
d. Metátesis: cambio de lugar de un fonema. Ejemplo: perlado > prelado
2. Supresión de sonido:
a. Aféresis: al principio de palabra. Ejemplo: lumbral > umbral
b. Síncopa: en posición intermedia de la palabra. Ejemplo: natividad > navidad
c. Apócope: al final de la palabra. Ejemplo: primer > primero.
~ 23 ~
Sole > sol
Pane > pan
Muliere > mujer
Pace > paz
Mercede > merced
La síncopa es también muy general en todas las lenguas románicas,
aunque es mucho más frecuente en el francés y en el catalán, que en el
castellano, portugués e italiano.
Septimana > semana port. Semana, gall. semana, cat. semana, fr.
semaine, it. Settimana.
Arbore > árbol port. árvore, gall. árbore, cat. arbre, fr. arbre, it.
albero
Estos dos últimos procesos han influido en la distribución acentual de las
lenguas románicas y han generado la acentuación aguda, inexistente en latín.
Con respecto al sistema consonántico, el español se caracteriza por
haber eliminado la consonante latina /f/ en posición inicial en las palabras
patrimoniales, a través de la siguiente evolución fonética:
[f] > [h] > [Ø]
Farina > harina
Facere > hacer
Con todas las lenguas románicas occidentales, el español sufrió los
procesos de relajación en las oclusivas intervocálicas:
Sapere > saber
Securu > seguro
En todas las lenguas románicas, y ya desde el latín vulgar, se han
producido distintos procesos de palatización:
Vinea > viña
Folia > hoja (antiguamente /foʒa/)
Para concluir este apartado, realizaremos, a modo de ejemplo, la
evolución histórica de cuatro palabras desde el latín clásico hasta el siglo
XVIII:
 Plátea > plátja > pláza > plása > pláθa: Plaza
 Vetulu > bétulu > bet´lu > béklu > béglu > béilu > bélu > bézu > bésu >
béxu > bjexu > bjéxo: Viejo.
 Nocte > nókte > nóxte > nóite > nóte > nóce: Noche.

~ 24 ~
 Multu > múltu > móltu > móitu > múitu > mútu > múcu > múco:
Mucho.

 Gramática teórica:
La gramática teórica es aquella que se fundamenta en una determinada
teoría gramatical, generalmente contemporánea. Posee un doble objetivo:
por un lado, intenta mejorar el conocimiento del idioma con recursos
analíticos que se pretenden más apropiados que los propuestos por otras
teorías. Por el otro lado, aspira a desarrollar la teoría misma a través del
estudio detallado de una o varias lenguas, o bien, de la comparación entre
ellas.
 Gramática descriptiva:
La gramática descriptiva es la encargada de realizar el inventario y la
clasificación de las palabras, sus clases, sus funciones y sus características.
Tiene como finalidad describir cuáles son sus elementos mínimos que
integran las palabras y cómo se articulan para formar oraciones.
La gramática descriptiva debe definir con precisión sus unidades, sus
criterios de análisis y la metodología que empleará dentro de una
determinada teoría del lenguaje. Para hacerlo, el gramático adopta
ciertos supuestos teóricos que incluyen una cierta concepción del
lenguaje humano, de cómo se adquiere y del modo que es usado por los
hablantes de una misma comunidad11.
 Gramática normativa:
Se denomina normativa al conjunto de normas aplicables a determinada
materia o actividad. La gramática normativa es la encargada de distinguir
entre usos correctos e incorrectos y, para ello, se basa en la autoridad
lingüística que es la Real Academia Española12. Entonces, la normativa del

11
DI TULLIO, Ángela; Manual de gramática del español; Buenos Aires, Walduther, 2010. Pág. 22.
12
La Real Academia Española (RAE) se creó en Madrid en 1713, por iniciativa de Juan Manuel
Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), octavo marqués de Villena, quien fue también su primer
director.
Tras algunas reuniones preparatorias realizadas en el mes de junio, el 6 de julio de ese mismo
año se celebró, en la casa del fundador, la primera sesión oficial de la nueva corporación, tal como
se recoge en el primer libro de actas, iniciado el 3 de agosto de 1713. En estas primeras semanas de
~ 25 ~
español es el conjunto de normas que se aplican a nuestra lengua y que rigen
su correcta expresión escrita y oral. Entre los niveles de la lengua, la
gramática normativa elige uno y lo propone como lengua de prestigio.
Aunque la lengua culta se basa en los principios etimológicos de la lengua, el
uso, cuando se hace general, pasa a formar parte de la norma. Eugenio
Coseriu define la norma como la medida de las realizaciones aceptadas en
una comunidad de habla, es decir, en el sistema, existe la posibilidad de crear
muchas formas.
¿En qué se diferencia una gramática normativa de una gramática
descriptiva? La primera nos dice cómo debemos usar bien nuestra lengua,
mientras que la segunda analiza en constituyentes las oraciones que emiten
los hablantes. Por ejemplo, si decimos Educa un niño, la gramática descriptiva
nos explicará que educa es un constituyente, y que un libro otro. Además,

andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al
movimiento de los novatores.
Más adelante, el 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una
real cédula del rey Felipe V.
En 1715, después de considerar una serie de propuestas para decidir su lema, la institución, en «una
votación secreta, eligió el actual: un crisol en el fuego con la leyenda Limpia, fija y da esplendor»,
según señala Alonso Zamora Vicente en su Historia de la Real Academia Española (1999). Para conocer
mejor la historia general de la RAE, además del citado libro de Zamora Vicente, se recomienda la
consulta del Catálogo de la exposición del tricentenario (2013) —coordinado por los académicos
Carmen Iglesias y José Manuel Sánchez Ron— y La Real Academia Española. Vida e historia (2014), de
Víctor García de la Concha, director honorario de la corporación desde 2010.
La RAE, cuyo principal precedente y modelo fue la Academia Francesa fundada por el cardenal
Richelieu en 1635, se marcó como objetivo esencial desde su creación la elaboración de un
diccionario de la lengua castellana, «el más copioso que pudiera hacerse». Ese propósito se hizo
realidad con la publicación del Diccionario de autoridades, editado en seis volúmenes, entre 1726 y
1739, y en cuyos preliminares se incluye una sucinta historia de la corporación.
En 1715 la Academia, que en sus inicios contaba con veinticuatro miembros, aprobó sus primeros
estatutos, a los que siguieron los de 1848, 1859, 1977 y 1993. La Orthographía apareció en 1741 y en
1771 se publicó la primera edición de la Gramática.
A lo largo de sus trescientos años de historia, un total de treinta directores han regido los destinos
de la RAE, aunque dos de ellos —Ramón Menéndez Pidal y José María Pemán— repitieron en su
cargo en dos períodos diferentes de sus vidas.
Instalada en su actual sede académica de la calle madrileña de Felipe IV desde 1894, la institución
ha ido adaptando sus funciones a las exigencias y necesidades de la sociedad de su tiempo. Los
estatutos vigentes, aprobados en 1993, establecen como objetivo fundamental de la Academia
“velar por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no
quiebre su esencial unidad”.

~ 26 ~
que en el constituyente un libro, un es un adjetivo y libro un sustantivo. En
cambio, la gramática normativa nos enseña que no debemos decir un niño
sino a un niño, ya que el objeto directo cuando se refiere a persona o cosa
personificada se construye con preposición a.
Una gramática es normativa, porque reúne reglas prácticas sobre el uso
correcto de la lengua. No intenta modificar la conducta lingüística del
hablante mediante normas o reglas, sino actuar como guía para que se
expresen los mensajes con cohesión y coherencia. La norma nos ayuda a
despejar dudas. (Alicia María Zorrilla 2008)

~ 27 ~
LITERATURA

~ 28 ~
Primera parte: LOS TEXTOS LITERARIOS
LOS TEXTOS PERTENECIENTES A LA LITERATURA
Desde tiempos remotos la humanidad ha creado textos orales y escritos para comunicar
algo, contar hechos, expresar sentimientos, entre otras finalidades. Pero, según la intención con
que fueron concebidos, el modo de organizar el contenido y de emplear el lenguaje, algunos
textos pertenecen al ámbito de la literatura y otros no. De esta manera, podemos dividir a todos
los textos creados en literarios y no literarios.
Los textos literarios tienen una finalidad primordialmente estética: buscar la belleza a
través del uso del lenguaje. Aunque el concepto de belleza lingüística no es estable y va
cambiando con el paso del tiempo, la marca más representativa de un texto literario es
justamente el uso particular del lenguaje para atraer estéticamente a los lectores, llamado
lenguaje literario. Por eso, el lenguaje empleado en este tipo de textos se distingue del que
usamos habitualmente para comunicarnos por una serie de características:

 Juega con los múltiples significados que poseen las palabras.


 Utiliza numerosos recursos (metáforas, personificaciones, comparaciones, repeticiones,
entre otros) para lograr su finalidad estética.
 Muchas veces recurre a la ruptura de las normas sintácticas o de puntuación establecidas.
 Crea mundos independientes de la realidad y universos propios donde ocurren los hechos.
 Destaca la importancia de la forma en que se presenta su contenido porque, en estos
casos, no sólo es importante lo que se dice sino cómo se dice, las palabras que se eligen y
cómo se combinan.

Por lo tanto, los textos literarios son aquellos que buscan una finalidad estética en su
contenido al contar una historia o expresar algún sentimiento. Entre los textos literarios más
comunes podemos reconocer a los cuentos, las novelas, los mitos, las leyendas, las fábulas, los
poemas, los guiones teatrales, entre otros. Estos textos pertenecen al ámbito de la literatura.
Por el contrario, los textos no literarios no persiguen la estética mencionada ya que lo
más importante es la información concreta de su contenido, como por ejemplo, las noticias
periodísticas, los textos expositivos o explicativos y los textos científicos.
~ 29 ~
EL GÉNERO NARRATIVO
El género narrativo está compuesto por todos los textos que son creados con la finalidad
de contar uno o más sucesos. Cuando el contenido del texto narrativo presenta una estética
propia del lenguaje literario, hablamos de una narración literaria (por ejemplo, un cuento o una
novela); cuando su contenido no tiene esa estética y ese lenguaje, hablamos de una narración no
literaria (por ejemplo, una noticia o un texto explicativo).
Específicamente en los textos literarios, las narraciones presentan una serie de elementos
a destacar, además de los hechos que se cuentan:

 ¿QUÉ se narra? Sucesos o hechos


 ¿QUIÉNES participan? Personajes
 ¿QUIÉN narra? Narradores
 ¿DÓNDE y CUÁNDO ocurren los hechos? Marco
 ¿CÓMO se narran los hechos? Trama y secuencia narrativa

~ 30 ~
Los personajes
Los personajes llevan adelante la acción de un texto narrativo literario y pueden estar
basados o no en la realidad. Hay que destacar también que los personajes no tienen que ser
necesariamente humanos; pueden ser también animales u objetos.
Según la importancia y el rol que tienen dentro de la acción desarrollada, los personajes se
pueden clasificar en:

 Principales: Son los protagonistas de la historia narrada porque alrededor de ellos se


centran las acciones más importantes. Son llamados también protagonistas.

 Secundarios: Tienen menos importancia que los personajes principales e intervienen en


algunos momentos de la historia. También se denominan deuteragonista.

 Terciarios: Son personajes con escasa importancia y muchas veces no afectan el desarrollo
de los hechos. Son llamados también tritagonistas.

 Antagonistas: Son los personajes oponentes a los protagonistas y en numerosos casos se


presentan como enemigos de éstos.

Los narradores
Un narrador es la voz que cuenta los hechos que suceden. Esa voz narrativa pertenece en
algunos casos a algún personaje de la historia aunque en otras ocasiones se ubica fuera del relato
y no se relaciona con ningún personaje establecido.
Según la forma en que se presentan podemos distinguir diferentes tipos de narradores.

 Narrador en primera persona: Pertenece al mundo narrado, es decir, a la historia


presentada, y puede ser un personaje protagónico o secundario. Utiliza verbos conjugados
en primera persona (yo – nosotros/as)

 Narrador en tercera persona: Puede pertenecer al mundo narrado o bien ubicarse fuera
de la historia y, en este último caso, ser sólo una voz narradora que cuenta los hechos.
Utiliza verbos conjugados en tercera persona (él/ella – ellos/as).

 Narrador protagonista: Cuenta los hechos en primera persona y, además, es el personaje


principal de la historia.
~ 31 ~
 Narrador testigo: Cuenta los sucesos de la historia que ha presenciado o en los que ha
participado sin ser el protagonista. Puede narrar en primera o en tercera persona.

 Narrador omnisciente: Es una voz narradora, un ente abstracto, que conoce


absolutamente todo (presente, pasado, futuro, pensamientos de los personajes) y su
narración no conoce ningún límite. Sólo puede narrar en tercera persona.

Cada vez que los hechos son narrados por algún personaje (en primera o en tercera
persona), decimos que se trata de una narración subjetiva porque los sucesos de la historia están
contados solamente desde el punto de vista del personaje que narra. No conocemos otras miradas
y también desconocemos todo lo que no sabe el narrador, además de que el narrador podría optar
por ocultar o tergiversar algo. Todo ello genera una narración parcial y subjetiva.
En cambio, cuando la historia está contada por una voz narradora omnisciente decimos
que se trata de una narración objetiva porque justamente no es ningún personaje el que relata los
hechos sino una voz, un ente abstracto y omnisciente que no tiene ningún punto de vista
particular. En estos casos se trata entonces de una narración imparcial.
El marco
En el marco se dan a conocer las circunstancias en que se desarrollan los hechos que se
narran: dónde y cuándo tienen lugar las acciones protagonizadas por los personajes.
El marco literario puede ser:

 Realista, que se corresponde con alguno que conoce la persona que escribe el texto o
sobre el que se ha informado o documentado.

 Inspirado en uno real pero algo transformado por la imaginación del escritor o la escritora.

 Inventado por el autor o la autora del texto.

La narración literaria puede transcurrir en distintos tiempos: en un tiempo contemporáneo


al de la persona que escribe la historia o bien en un tiempo pasado o futuro.
La trama

~ 32 ~
La trama es la manera en que el narrador presenta los hechos, el orden y la importancia
que tienen dentro del relato. La manera de contar los hechos no los cambia pero sí hace variar el
enfoque de la historia.
La trama de un texto se puede presentar de distintas formas:

 Siguiendo el orden lineal y cronológico.

 Sin un orden cronológico, por ejemplo a partir del desenlace ir hacia atrás y aclarar cómo
se ha llegado a ese final.

 Como un relato in media res: se inicia la historia desde un punto intermedio y se va


narrando tanto lo anterior como lo posterior a ese momento.

 Recurriendo al flashback (se sigue un orden lineal en el relato pero se intercalan en


ciertos momentos algunos episodios del pasado) o al flashforward (se intercalan episodios
del futuro).

Las acciones y las secuencias narrativas


Toda narración está compuesta por acciones que les suceden a los personajes o que son
realizadas por ellos. Algunas acciones son fundamentales para la historia y no pueden suprimirse
sin que ésta se modifique; por eso se las denomina principales. Otras acciones, en cambio, no son
tan importantes pero complementan a las principales o están incluidas en ellas. Estas acciones se
llaman secundarias. Se las reconoce porque si se las suprime la historia no se altera y el lector la
comprende.
Las acciones se relacionan entre sí porque cada una provoca que sucedan otras. Así se van
formando cadenas de hechos que se denominan secuencias narrativas. A cada secuencia se la
puede nombrar con una frase construida con un sustantivo que designa la acción principal.
Estructura de las narraciones
En una narración, la secuencia de acciones más abarcadora o general corresponde a los
tres momentos principales que forman su estructura.
 SITUACIÓN INICIAL: Se presenta a los personajes, el lugar y el momento en que sucede la
historia. La situación tiene cierto equilibrio.

~ 33 ~
 CONFLICTO: Se rompe el equilibrio de la situación inicial por un problema o conflicto que
el protagonista debe afrontar.
 RESOLUCIÓN: El conflicto se resuelve a favor o en contra del protagonista.

Estas tres partes también son conocidas como introducción, desarrollo y desenlace.
Las causas y las consecuencias
Las acciones que se van uniendo en cadenas establecen relaciones de causa y
consecuencia. Es decir, una acción es causa de otra o bien podemos decir que una acción sucede
a consecuencia de otra. Por ejemplo:
El hijo menor pidió parte de su fortuna, por eso el padre repartió los bienes.
CAUSA conector CONSECUENCIA
Observen que, en el ejemplo, las dos acciones están relacionadas por el conector de
consecuencia “por eso”, que indica que la segunda acción (repartir los bienes) es consecuencia de
la primera (el hijo pidió su parte), que es su causa. Los conectores de causa y consecuencia sirven
para encadenar las acciones en un orden lógico.
Otro ejemplo, en este caso inverso: la consecuencia aparece primero y la causa después
justamente porque se utiliza un conector de causa.
El viaje resultó extraordinario porque lo planificamos con mucha anticipación.
CONSECUENCIA conector CAUSA
Los conectores de causa y consecuencia más comunes son:
 DE CAUSA: porque, como, puesto que, pues, ya que, a causa de, dado que, gracias a.
 DE CONSECUENCIA: por lo tanto, por eso, por lo que, en consecuencia, así que, por
consiguiente, por ello, entonces.

~ 34 ~
LOS TEXTOS REALISTAS
La literatura realista, que llegó a su máxima expresión a partir de la segunda mitad del
siglo XIX, se propone representar literariamente la realidad de tal manera que al lector le resulte
creíble porque se parece a la realidad tal como él la conoce y experimenta en la vida.
La descripción es clave en este tipo de textos para que esa ilusión de realidad se produzca
porque una profunda descripción de los personajes, los objetos, el contexto y las situaciones
narradas hacen posible ese vínculo del lector con la realidad. Para la persona que lee, todo se
vuelve reconocible e identificable porque en ningún momento sucede algo cuya realidad se pueda
poner en duda.
En las narraciones realistas, los hechos transcurren en un mundo similar al real, al mundo
en que vivimos. El realismo crea en el lector la ilusión de que lo que está leyendo puede ser real y
que la historia podría ser verdadera. Normalmente se mencionan lugares que existen en la
realidad (países, ciudades, lugares específicos) y los personajes son reconocibles como reales.
La literatura realista crea un mundo original y nuevo, que no existe fuera de la historia que
leemos pero que se parece al mundo real en que vivimos y es perfectamente identificable con él.
¿Real o realista?

~ 35 ~
Existe una diferencia fundamental entre una narración de hechos reales y una narración
realista.
En la narración de hechos reales se cuenta algo que efectivamente sucedió. Por ejemplo
alguien puede contar los sucesos que le ocurrieron ayer desde que llegó a su casa hasta que se fue
a dormir. Si bien está basada en la experiencia del narrador, en este caso se narran sucesos reales
que han sucedido.
En cambio, la narración realista está más asociada a la literatura porque lo que se narra en
un cuento o en una novela es imaginario, ficcional, no sucedió en la realidad pero el mundo creado
por el autor es similar al mundo en que vivimos; la historia es creíble en el sentido de que “puede
creerse”, teniendo en cuenta lo que habitualmente vivimos y experimentamos en la vida
cotidiana. Aquí no se incluye ningún elemento sobrenatural ni mágico. Es una historia inventada
que parece real.

~ 36 ~
LOS TEXTOS FANTÁSTICOS
Un relato fantástico es aquel en el cual suceden hechos que nos hacen dudar de la realidad
narrada. Esa duda genera cuestionamientos en el lector (y muchas veces en los propios
personajes) sobre la realidad de la historia.
Recordemos que en los textos realistas no hay hechos sobrenaturales ni sucesos de los
cuales uno pueda dudar si son reales o no porque la historia presenta un mundo real y
reconocible, tal como el mundo en que vivimos. En los textos maravillosos, lo sobrenatural y lo
mágico no se pone en duda sino que se acepta como parte de ese mundo creado en la historia
(por ejemplo, que los animales hablen). En cambio, en los textos fantásticos el mundo en el que
transcurre la historia suele ser un contexto real hasta que en el algún punto esa realidad se
quiebra ante la llegada de algo que permite generar una duda sobre dicha realidad. Por eso, en
muchos textos fantásticos se presenta la ambigüedad sobre los sucesos narrados, a tal punto de
preguntarnos si lo que leímos sucedió o no en la realidad.
Los hechos fantásticos son sucesos que no se aceptan como parte de la realidad en que
vivimos y que generan dudas y cuestionamientos a partir de su presencia la historia.

~ 37 ~
En cuanto al desenlace, los textos fantásticos suelen apuntar a dos tipos de finales:
podemos tener historias en las cuales los hechos fantásticos tengan una explicación racional (por
ejemplo, si en el relato había fantasmas, puede explicarse al final que había sido todo un sueño o
el protagonista había estado imaginando todo, etc.) o bien podemos tener otras historias en las
cuales los sucesos fantásticos tengan que ser aceptados como parte de la realidad presentada en
la historia (por ejemplo, en ese relato de fantasmas, aceptar la existencia de dichos fantasmas en
la realidad que nos presenta la historia).
De este modo, la estructura general de un texto fantástico queda presentada de la
siguiente manera:
CONTEXTO HECHOS DESARROLLO DE FINAL
REALISTA EXTRAÑOS HECHOS FANTÁSTICOS

Reconocible Generan dudas Hechos que no son aceptados Con o sin explicación
como real sobre la realidad como parte de nuestra realidad racional

~ 38 ~
LOS TEXTOS DE CIENCIA FICCIÓN
Los relatos de ciencia ficción presentan acontecimientos que suceden en un futuro
próximo o remoto y que son consecuencia de avances científicos y tecnológicos. Para construir
posibles realidades futuras, la ciencia ficción se refiere a temas tales como:
a) FUTURISMO Y TECNOLOGÍA: Son historias que presentan las sociedades del futuro,
mundos mecanizados, robots, máquinas y fuertes avances tecnológicos.

b) EL ESPACIO: Textos que desarrollan viajes a través del espacio y el tiempo, la vida en
otros planetas, las invasiones alienígenas y las guerras interplanetarias.

c) EL LABORATORIO CIENTÍFICO: Historias que desarrollan a un personaje creador de


algo revolucionario para la humanidad, muchas veces en un laboratorio secreto.

Las historias de ciencia ficción suelen presentar dos posibles visiones acerca del futuro:
 Una visión utópica u optimista: se describe una sociedad perfecta y un mundo de
confort ilimitado para la humanidad, gracias a la ciencia y a la tecnología.

 Una visión pesimista: se muestra una realidad opresiva y poco feliz a causa de los
adelantos científicos. Esta visión recibe el nombre de distopía.

En suma, más allá de una visión optimista o pesimista, la ciencia ficción presenta un
mundo futurista, mecanizado y tecnológico y en numerosas ocasiones esa realidad del futuro sirve
como una perfecta metáfora para desarrollar ideas que el autor quiere dar a entender respecto de
la sociedad real y actual.

~ 39 ~
LOS TEXTOS POLICIALES
Leer una narración literaria implica resolver un enigma, ya que casi siempre el relato crea
una expectativa acerca de cómo se va a desenvolver o solucionar el conflicto que la narración
propone. Pero hay narraciones en las que el planteo de un enigma forma parte de la historia que
se cuenta y también del clima en que se desarrolla. Es el caso de los relatos policiales.
El relato policial es una historia que plantea un enigma, un misterio que debe resolverse.
El investigador es quien, por medio de la observación e interpretación de indicios o pitas,
encontrará al culpable.
Los personajes centrales en el policial, en general, son el culpable y el detective, pero
también hay otros como los sospechosos, la víctima, los testigos y el asistente, quienes están
involucrados en la resolución del misterio.
 El culpable. Es quien ha cometido un delito. Al principio de la historia puede ser solamente
un sospechoso, pero, si las pruebas lo incriminan, entonces su culpabilidad dejará de ser
una duda para pasar a ser un hecho.

~ 40 ~
 El detective o investigador. Se destaca por su aguda percepción y capacidad de
observación, su habilidad para el análisis y la deducción a partir de los datos.

 El asistente o ayudante. Es quien acompaña al detective. Tradicionalmente, este


personaje ha tenido la función de un mero interlocutor; es un personaje que muchas veces
no aporta nada a la investigación, pero que permite que el detective exprese sus
descubrimientos, sospechas, hipótesis y dudas. Es importante destacar que también
puede presentarse en el texto como el narrador de la historia.

 Los testigos. Son todos aquellos personajes que pueden aportar información útil para
resolver el crimen, ya que han estado presentes en el lugar del hecho o en sus cercanías, y
pueden haber visto u oído algo.

 Los sospechosos. Pueden ser varios desde el comienzo de la historia o ir cambiando de


acuerdo con las averiguaciones del detective.

 La víctima. Es la persona atacada, robada o asesinada. Alguno de esos delitos son los que
se transforman en el enigma de la historia.

El proceso de investigación
El detective debe resolver un enigma y para eso debe reunir la mayor cantidad de
información posible, proporcionada por la escena (lugar donde sucedió el hecho), los indicios (las
pistas) y los testimonios de los testigos (quienes proporcionan algunos datos que le permiten
reconstruir al investigador parte de lo sucedido).
Los indicios son fundamentales a la hora de pensar hipótesis sobre lo ocurrido. Estas pistas
pueden ser detalles, como una huella digital, una marca en el suelo, un fragmento de algún
material. A partir de todos ellos, el investigador comenzará a reconstruir la historia y determinará
quiénes son los sospechosos y quién es el posible culpable.
El lector también participa activamente de la resolución del enigma. Desde la lectura se
transforma en un detective más de la historia, ya que va formulando hipótesis y sacando
conclusiones a medida que suceden los hechos.
El origen del policial
El primer relato policial de la historia de la literatura es Los crímenes de la rue Morgue, del
escritor estadounidense Edgar Allan Poe, publicado en 1841. El investigador de este cuento,
~ 41 ~
Auguste Dupin, es un modelo para otros detectives de la literatura policial. Las características que
presenta este personaje son:
 Es un detective privado.

 Es un agudo observador; nota datos que los demás no perciben.

 Es analítico: analiza la información de manera tal que le permite deducir la solución, a


veces, sin moverse de su casa.

 Dado que resuelve los problemas que la policía no puede dilucidar, su relación con la
institución policial es medio tensa.

Entre los detectives más famosos que ha dado la literatura policial encontramos a Sherlock
Holmes, creado por Arthur Conan Doyle. Holmes es un caballero inglés, distinguido, inteligente y
un poco extraño, quien siempre se encuentra acompañado por Watson que, como fiel asistente,
toma nota de cada uno de los casos y luego se convierte en el narrador de las historias. También
podemos destacar a Hércules Poirot, el detective belga creado por la escritora Agatha Christie.
Clases de policial
El modelo creado por Edgar Allan Poe fue tomado por muchos escritores, quienes además
introdujeron cambios e innovaciones en el relato policial. En la actualidad, es posible dividir a las
narraciones policiales en dos grupos: el policial de enigma y el policial negro.
 El policial de enigma. En esta clase de policial, el detective se caracteriza por ser
inteligente y astuto, y resolver cada uno de los casos desde el análisis racional de los
indicios. Es quien debe descubrir al autor del delito.

 El policial negro. En este policial, el investigador se enfrenta a una ciudad hostil y peligrosa
donde rige la ley del más fuerte. Es un hombre valiente que debe luchar contra la
corrupción y la violencia.

~ 42 ~
EL GÉNERO LÍRICO O POÉTICO
Con la palabra poesía se hace referencia al género poético que abarca un enorme
conjunto de textos que tienen una característica común: normalmente están escritos en verso.
Estos textos, llamados poemas, exigen que las personas lectoras se dejen llevar no sólo por lo que
dicen las palabras sino también por cómo suenan, cómo se relacionan entre sí según sus sonidos,
su longitud y su acentuación. Justamente la escritura en verso de los poemas se justifica a raíz de
que estos textos, a diferencia de otros como los cuentos o las novelas, tienen un ritmo al ser
recitados o incluso cantados. Por eso se puede afirmar que todo poema puede ser musicalizado y
toda canción no es otra cosa que un poema con música.
Los poemas y las canciones son textos literarios que tradicionalmente se incluyen en un
género que, además de denominarse poético, se lo llama también lírico. La lírica está considerada
la expresión literaria más antigua. Nació, seguramente, de la costumbre de acompañar con música
las actividades diarias en épocas remotas. Se trataba de una poesía destinada al canto que se
acompañaba con la lira, un antiguo instrumento musical de cuerda. El nombre del género deriva,
precisamente, de este instrumento.
Si bien con el paso del tiempo la poesía y la música se distanciaron ya que escritores y
escritoras de poesía fueron creando poemas no necesariamente con la necesidad de transmitirlos

~ 43 ~
cantando, el lazo de unión entre ambos sigue existiendo sobre todo desde la música porque, como
se dijo anteriormente, toda canción es un poema musicalizado. Sin embargo, por más que los
poemas hayan sido escritos sin pensar en transmitirlos con música, siempre conservan muchas
características de su origen musical: el significado de las palabras se une con la música del lenguaje
y así se consigue darles ritmo y musicalidad.
Entonces, las canciones son textos poéticos escritos para ser cantados. Poesías y canciones
comparten la escritura en verso, el ritmo interno de dichos versos y el efecto sonoro que se
produce al cantarlas.
La subjetividad y la expresión sentimental
El mundo de la poesía es un universo interior y subjetivo presentado generalmente a
través de los sentimientos que muestra el yo lírico que es la persona que expresa sus emociones a
lo largo del poema por algo o por alguien denominado tú lirico. Decimos que el mundo poético es
subjetivo justamente porque la expresión sentimental es siempre la mirada y las sensaciones de
alguien que pueden no coincidir con las emociones de otra persona. Por eso, los poemas pueden
referirse a cualquier tema, e incluso hasta contar una historia, pero lo hacen de tal modo que se
sabe mucho más acerca de cómo alguien (el yo lírico o el yo poético) percibe y experimenta el
mundo y, a partir de su percepción, expresa sus sentimientos hacia el tú lirico.
De este modo, en la poesía predomina la subjetividad y la manifestación de las emociones
de alguien ante los demás y ante sí mismo.
Los recursos estilísticos en la poesía: las figuras retóricas
El ritmo es la musicalidad de los versos de un poema y se logra mediante una serie de
elementos o métodos llamados recursos estilísticos o figuras retóricas. Por un lado, el ritmo es
producido por las pausas y los acentos internos distribuidos a lo largo de los versos y al final de
cada uno pero también contribuye al efecto rítmico algunos recursos de estilo que, si bien no son
de uso exclusivo en la poesía, se suelen usar mucho más en los poemas que en otro tipo de textos.

 Comparación: Consiste en igualar, muchas veces por medio del nexo como, dos elementos
o construcciones que se refieren a aspectos de la realidad que son parecidos entre sí o que
el poeta percibe como similares. Por ejemplo: Su piel es pálida como la tarde. – Tu voz es
tan clara como la luna nueva. También se pueden usar otros nexos: Vi entrar señora tan
blanca / muy más que la nieve fría.

~ 44 ~
 Metáfora: Es el empleo de una palabra o construcción que, además de significar lo que
expresa, agrega otro sentido diferente, figurado y no literal, que se entiende únicamente a
través de una asociación de ideas. Por ejemplo: Fuiste la luz de mis ojos. – No pienso abrir
las heridas de haberte querido tanto.

 Personificación: Es atribuir características o comportamientos propios de las personas a


objetos o elementos que no lo son. Por ejemplo: El ruido duerme tranquilo y el silencio
sueña toda la noche. – El viento corre junto a vos.

 Hipérbole: Consiste en exagerar una situación para llevarla al límite de lo imposible. Lloré
tanto que mis lágrimas inundaron mi cuarto. – Su grito ensordeció el universo.

 Hipérbaton: Se trata de alterar el orden normal o esperado de una frase con fines
poéticos. Hacia vos mis pasos otra vez me llevan. – Con la mía se cruza tu mirada siempre.

 Repetición: Consiste en repetir una palabra, una familia de palabras o una construcción
completa a lo largo de uno o más versos. Cuando se repite sólo la primera palabra de dos
versos seguidos o muy cercanos, se denomina anáfora. Quiero verte de nuevo / quiero
sentir tu presencia / quiero dejar atrás el olvido.

 Paralelismo: Se trata de darles la misma estructura sintáctica a dos versos contiguos o


cercanos. Tus ojos observan el cuarto / tus manos rozan las paredes / tu mente recuerda el
pasado.

 Sinécdoque: Es nombrar a algo o a alguien mencionando solamente una de sus partes. Por
ejemplo: No tienen un techo donde vivir – Vimos las velas llegar a lo lejos. También se
utiliza el efecto contrario que es nombrar una parte por el todo. Por ejemplo: Argentina le
ganó 1 a 0 a Uruguay – El colegio festejó su décimo aniversario.

 Epíteto: Consiste en colocarle a un sustantivo un adjetivo que es obvio o que resulta


evidente. Sentí la nieve fría en mis pies – El agua húmeda caía por toda la pared.

Las imágenes sensoriales


Las imágenes sensoriales expresan sensaciones y percepciones y están asociadas a alguno
de los sentidos (vista, tacto, oído, olfato, gusto). Tanto los sustantivos como los adjetivos, los

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verbos y la combinación de esas palabras tienen la posibilidad de sugerir sensaciones de todo tipo
en las que se resalta algún sentido. Por ejemplo:

 De a poco fuimos viendo la luz del sol (imagen visual)

 Sólo se escuchaba el ladrido de un perro a lo lejos (imagen auditiva)

 El suave terciopelo de tus brazos (imagen táctil)

 Tu perfume viaja hasta mí (imagen olfativa)

 Extrañaba la dulzura de tus abrazos (imagen gustativa)

Como se ve en los últimos tres ejemplos, las imágenes sensoriales pueden expresarse
también a través de algún recurso estilístico. En los casos citados, la imagen táctil y la gustativa
contienen una metáfora y la imagen olfativa una personificación.
La sinestesia consiste en expresar en una sola imagen dos o más sensaciones que se
perciben por distintos sentidos. Por ejemplo: La negra noche silenciosa – El suave sonido de
aquella canción.

La rima
Se denomina rima a la coincidencia total o parcial de los sonidos entre dos o más palabras
a partir de la última vocal acentuada de varios versos. Se trata de lograr un efecto sonoro que
contribuye al ritmo poético al recitar el poema o cantar un tema musical.
La rima puede ser:

 Asonante: Cuando a partir de la vocal acentuada coinciden solamente los sonidos


vocálicos. Por ejemplo: mesa / seda – rosa / lona – luna / pura.

 Consonante: Cuando coinciden todos los sonidos, tanto vocálicos como consonánticos.
Por ejemplo: mesa / fresa – rosa / cosa – luna / laguna. Acá hay que tener en cuenta que
las consonantes pueden ser distintas pero si tienen el mismo sonido siguen perteneciendo
a este tipo de rima: tubo / contuvo – caza / pasa - Flavio / sabio.

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Cabe aclarar que muchos poemas están formados también por versos no rimados que se
denominan versos libres o blancos.
La versificación
Los poemas, en su mayoría, están escritos en versos que no son otra cosa que cada una de
las líneas que constituyen un texto poético y que pueden agruparse o no en estrofas (conjunto de
versos).
Los versos regulares son aquellos que tienen igual número de sílabas y sirven
normalmente para lograr un ritmo sostenido al recitar o cantar el poema.
Los versos libres tienen diferente número de sílabas (pueden ser más extensos o más
breves) y de esta manera el efecto rítmico se mantiene pero va variando.

~ 47 ~
EL GÉNERO DRAMÁTICO
El género dramático está compuesto por los textos que se escriben con la finalidad de ser
actuados, es decir, representados en escena. Las huellas remotas de este género las podemos
encontrar desde la Antigua Grecia a partir de las representaciones teatrales que los griegos
desarrollaban periódicamente en los anfiteatros. Por ese motivo podemos decir que el teatro es la
expresión más antigua del texto dramático.
Durante siglos y siglos, el teatro siguió siendo el medio más importante para transmitir un
texto dramático a través de la actuación hasta que a finales del siglo XIX, más precisamente en
1895, nace el cine y con ello la dramatización, que no es otra cosa que la actuación, se traslada
también a ese medio. Y con el correr del siglo XX y actualmente en el siglo XXI, fueron surgiendo
otros medios en los cuales se puede desarrollar un texto pensado y escrito para ser actuado: la
radio, la televisión y las plataformas virtuales a través de internet.

~ 48 ~
Entonces, si bien el texto dramático tuvo su origen teatral y fue justamente el teatro el
medio en que la dramatización se desarrolló durante muchísimo tiempo, hoy en día los textos
escritos para ser representados incluyen otros medios además del teatro, cada uno con sus
propias reglas y exigencias.
La palabra drama proviene del griego y significa acción, representación. Los textos
dramáticos, entonces, cuentan historias pero mostrando a los personajes en acción, hablando e
interactuando. De este modo, tal como ya se dijo, fueron escritos no sólo para ser leídos sino
también para ser representados en escena.
A diferencia del género narrativo, aquí la historia no está contada por un narrador sino
que está representada por los actores y las actrices que asumen la identidad del texto escrito y,
mediante las acciones y los diálogos, fingen que les está sucediendo determinadas situaciones en
un tiempo y un espacio que no es el de la representación.
El espectador parece estar viendo, como a través de una ventana, fragmentos de la vida
de esas personas (personajes) que, en la mayoría de los casos, no parecen enterarse de que los
están mirando. Esto se denomina ficción teatral (o cinematográfica o televisiva según el medio en
que se desarrolle la acción) y muchas veces –sobre todo en teatro– es intencionalmente quebrada
y entonces, por ejemplo, algún personaje le habla al público de manera directa buscando la
complicidad de los espectadores a espaldas del resto de los personajes. A esto se lo denomina el
quiebre de la cuarta pared.

El guion dramático y su estructura


El texto dramático, escrito para ser actuado, recibe el nombre de guion y de acuerdo con
el medio en que se desarrolle la actuación recibirá calificativos distintos: en teatro hablamos de
guion teatral; en televisión, de guion televisivo; en cine, de guion cinematográfico.
El guion está compuesto por los siguientes elementos:

 Parlamentos o líneas de diálogo: Son las intervenciones de los distintos personajes,


escritas en forma de diálogo directo, precedidas por el nombre de cada personaje y una
raya de diálogo que indica que las palabras que siguen corresponden a lo que dice alguien.

 Acotaciones escénicas o didascalias: Son las indicaciones que el autor o la autora del texto
incluye para la representación de la obra, tales como los tonos de voz, los gestos y
~ 49 ~
movimientos de los personajes, sus entradas y salidas, el vestuario, la música, la
escenografía, la iluminación, entre otros elementos. Por lo general, las acotaciones
aparecen escritas entre paréntesis o con otro tipo de letra para diferenciarlas de los
parlamentos.

Estructura de un texto dramático teatral

 Actos: se indican mediante recursos como subir y bajar el telón, oscurecer el escenario o
encender las luces de la sala. Esta división marca pausas, intervalos en el espectador que
están motivados por los cambios que se producen en el conflicto del texto teatral: el
cambio de acto suele señalar el paso del tiempo o el cambio de lugar de acción (con
modificaciones escenográficas) o un giro importante en la acción dramática.

 Escenas: están determinadas por la entrada y la salida de los personajes en el escenario.


Tienen una función práctica para la persona que dirige, los actores y las actrices porque
ordenan y facilitan los ensayos. Suelen estar marcadas y numeradas en el texto escrito.

 Cuadros: Son sucesiones de escenas que mantienen el mismo decorado (es decir, la
misma escenografía). Por lo tanto si, por ejemplo, las diez primeras escenas de un acto
suceden en el living de una casa y las dos siguientes se trasladan a la cocina, podemos
decir que esas primeras diez escenas forman un cuadro y las escenas once y doce
componen un segundo cuadro.

~ 50 ~
Segunda parte: SELECCIÓN DE TEXTOS

NADAR DE NOCHE
Juan Forn

Era demasiado tarde para estar despierto, especialmente en una casa prestada
y a oscuras. Afuera, en el jardín, los grillos convocaban empecinados y furiosos la
lluvia, y él se preguntó cómo podían dormir en los cuartos de arriba su mujer y su hijita
con ese murmullo ensordecedor.
Tenía insomnio, estaba en pantalones cortos, sentado frente al ventanal abierto
que daba a la terraza y al jardín. Las únicas luces prendidas eran los focos adentro de la
pileta, pero la luz ondulada por el agua no conseguía matar del todo la sensación de
estar en una casa ajena, el malestar indefinible con aquel simulacro de vacaciones.
Porque, en realidad, no estaba ahí descansando sino trabajando. Aunque el
trabajo no implicase ningún esfuerzo en particular, aunque no tuviese que hacer nada,
salvo vivir en esa casa con su mujer y su hija y disfrutar las posesiones de su amigo
Félix, mientras éste y Ruth remontaban el Nilo y gastaban fortunas en rollos de fotos y
guías egipcios sin dientes, a cuenta de una revista de viajes italiana.
Para calmarse, para atraer el sueño, pensó que no Iba a pisar Buenos Aires en
todo el mes. Viviría en pantalones cortos y sin afeitarse, cortaría el pasto, cuidaría la
pileta, vería videos y escucharía música mientras su hija crecía delante de sus ojos y su
mujer inventaba postres raros en la cocina. Y en todo ese tiempo quizá le dejaran
algún mensaje mínimamente estimulante, o al menos catastrófico, en el contestador
automático de su departamento.
Mientras tanto, a lo mejor Félix y Ruth decidían prolongar su viaje un mes más,
o tenían un accidente, o se enamoraban los dos de un mismo Efebo andrógino y
analfabeto en Alejandría. Un mes podía ser mucho tiempo en algunos lugares; un mes
podía ser casi una vida. Para su hijita, por ejemplo. Tenía que empezar a vivir al ritmo
~ 51 ~
de ella, como le había dicho su mujer. Día por día, hora por hora, lentamente. Tenía
que asumir la paternidad de una vez, como dirían Félix y Ruth, si es que no lo habían
dicho.
Entonces oyó la puerta. No el timbre sino dos golpecitos suaves, corteses, casi
conscientes de la hora que era. Cada casa tiene su lógica, y sus leyes son más
elocuentes de noche, cuando las cosas ocurren sin paliativos sonoros. Él no miró el
reloj, ni se sorprendió, ni pensó que los golpes eran imaginación suya. Simplemente se
levantó, sin prender ninguna luz a su paso y cuando abrió la puerta se encontró con su
padre parado delante de él. No lo veía desde que había muerto. Y, en ese momento,
supo incongruentemente que ya se había hecho a la idea de no verlo nunca más.
Su padre tenía puesto un impermeable cerrado hasta arriba y el pelo tan
abundante y bien peinado como siempre, pero totalmente blanco. Nunca habían sido
muy expresivos entre ellos. Él dijo: “Papá, qué sorpresa”, pero no se movió hasta que
su padre preguntó sonriendo:
– ¿Se puede pasar?
-Sí, claro. Por supuesto.
El padre cruzó el living a oscuras y el ventanal abierto y fue a sentarse en una
de las reposeras de la terraza. Desde allá miró hacia adentro, lo llamó con la mano y
tocó la reposera vacía a su lado.
Él salió obedientemente a la terraza. Dijo:
-Dame el impermeable, si querés ¿Te traigo algo para tomar?
El padre negó con la cabeza. Después se estiró todo lo que pudo y respiró
hondo sin perder la sonrisa.
-No, no así está bien. Va a llover en cualquier momento-dijo-. Qué maravilla.
¿De día es así, también?
-Mejor. Para Marisa y la beba, especialmente.
-Marisa, y la beba. Debés tener un montón de cosas para contarme, ¿no?

~ 52 ~
Él sintió que se le aflojaba apenas la mandíbula. En los sueños en que volvía a
verlo, su padre siempre estaba al tanto de todo lo que les había pasado a ellos en su
ausencia.
-Sí, claro-dijo-. Supongo que sí.
-Por supuesto, no pretendo que me pongas al día con las noticias. Obviemos la
política, el trabajo, el mundo en general, si es posible. Las cosas domésticas, me
interesan. Tus hermanas, vos, Marisa, la beba. Esas cosas.
A él le sorprendió que mencionara la palabra domésticas. Y mucho más aún que
hubiese nombrado a todos menos a su madre, pero no supo qué decir.
-Voy a servirme un whisky ¿Seguro que no querés?
-No, no, gracias. A propósito, qué buena idea, las luces adentro de la pileta.
-No es mía-dijo él antes de entrar. La casa, quiero decir.
Cuando volvió a aparecer, con un vaso bastante lleno, se frenó detrás de la
reposera de su padre y de golpe sintió que todavía no se habían tocado.
-Yo creí -dijo desde ese lugar- que vos veías todo lo que pasaba acá, desde
donde estabas.
La cabeza de su padre se movió levemente a uno y otro lado, varias veces.
-Lamentablemente no. Es bastante distinto de lo que uno se imagina.
Él miró la pileta y tuvo la sensación de que no controlaba lo que decía ni lo que
iba a decir.
-Si supieras la cantidad de cosas que hice en estos años para vos, pensando que
me estabas mirando. -Y se rio un poco, sin alegría pero sin amargura, para vaciarse los
pulmones nomás.
-O sea que no sabés nada de estos cuatro años. Qué increíble.
El padre se reacomodó en la reposera y lo miró de costado.
-A lo mejor hay cambios, adonde nos mandan ahora. Si te sirve de consuelo.
Él lo miró sin entender.

~ 53 ~
-Hubo un traslado. Voy a estar en otra parte, a partir de ahora. No sólo yo,
muchos más. Las cosas allá no son tan ordenadas como se supone. A veces pasan estos
imprevistos. Digo, que esté ahora con vos.
–¿Y por qué conmigo? ¿Por qué no fuiste a ver a mamá?
El padre miró un rato la luz ondulante de la pileta. Su cara cambió muy
levemente, hubo un ínfimo matiz de tristeza en su inexpresividad.
-Con tu madre hubiera sido más difícil. Una noche no es tanto tiempo, y yo
necesito que me cuentes todo lo que puedas. Con tu madre hablaríamos de otros
temas. Del pasado, especialmente, de ella y yo, de muchas cosas buenas que vivimos
los dos juntos. Y eso hubiera sido injusto de mi parte.
Hizo una pausa.
Hay ciertas cosas que son técnicamente imposibles en mi estado actual: sentir,
por ejemplo. ¿Entendés? En cierta medida, lo que soy esta noche es algo que no
tendría ningún valor para tu madre. Con vos, en cambio, es más sencillo, para decirlo
de alguna manera. Siempre te ubicaste en una posición panorámica en cuanto a las
emociones. Con tu madre, con tus hermanas, con vos mismo. En fin.
Hizo otra pausa.
-También pensé que podrías arreglártelas mejor con los sentimientos que te
provocará esta visita. A fin de cuentas, yo nunca fui tan importante para vos, ¿no es
cierto?
Él sintió algo que hacía mucho tiempo que no sentía. Una especie de sumisión y
de necesidad de oponerse a esa sumisión. Supo de pronto que en los últimos cuatro
años no había sido esto que ahora era, nuevamente: hijo de su padre. Fue hasta el
borde de la pileta, se sacó los mocasines y se sentó con las piernas dentro del agua.
-Si no hubieras sido tan importante para mí, entonces no habría hecho las cosas
que hice para vos, por vos, en estos años. ¿No se te ocurrió pensar eso?
-No.

~ 54 ~
Él quedó perplejo. La respuesta le había parecido tan rápida y brutal que sonó
sincera. Y justamente por eso inverosímil. Cobarde. Casi injusta.
-Y ahora qué sabés-atinó a decir.
-Nada -contestó el padre.
Después se levantó, llevó la reposera hasta el borde de la pileta y se sentó con
las manos en los bolsillos.
-Supongo que no cambia nada. Lo que hiciste, ya lo hiciste. Y me parece que no
tiene sentido que te enojes ahora, con vos o conmigo, por eso. ¿No?
No sólo era inútil, además empezaba a sentir que no le era lícito, frente a la
condición de su padre, cuestionar nada, ni permitirse esa insólita belicosidad. La
necesidad de oponerse se desvaneció y sólo quedó la sumisión, no ya dirigida a su
padre sino a un estado de cosas, a una abstracción obtusa e inabarcable.
-Es cierto-dijo-. Perdón.
Se quedaron callados un rato, hasta que él dijo:
-De todas maneras, exageré un poco. No fueron tantas las cosas que hice
pensando en vos.
El padre soltó una risita.
-Ya me parecía.
Un relámpago rajó en dos el fondo del cielo. Cuando sonó el trueno el padre se
encogió y su risita volvió a oírse.
-Ya casi no me acordaba de estas cosas. Es notable cómo funciona la memoria,
lo que conserva y lo que deja de lado.
-Los grillos -dijo él-. ¿Los oís? No me dejaban dormir. Por eso estaba despierto
cuando llegaste.
Después de decir estas palabras dudó ¿Los grillos? Pero lo pensó mejor y
prefirió quedarse con la duda.
-Bueno-dijo el padre con voz muy suave.

~ 55 ~
A lo nuestro.
–¿Puedo preguntarte algo, antes?
La reposera crujió. Él hizo un esfuerzo para mantenerle la mirada a su padre.
-Como quieras. Pero ya sabes cómo es eso: una vez que te enteras, difícil que
puedas borrártelo de la cabeza. No es una amenaza. Lo digo por vos, simplemente.
-Sí, ya sé-dijo él. Y preguntó, con voz insegura: – ¿Todos van al mismo lugar?
¿No importa lo que haya hecho cada uno?
-Eso es algo que podría haberte contestado desde los veinte años, más o
menos. Siempre sospeché que importaba más en vida que después. En cuanto a la otra
pregunta, no es exactamente un lugar, adonde van. Pero sí: todos van al mismo, en la
medida en que todos somos relativamente iguales. El modo de vida de tu vecino y el
tuyo, por ejemplo, se diferencian tanto como tu estatura y la de él. Son matices, y los
matices no cuentan. Digamos que hay, básicamente, sólo dos estados: el tuyo y el mío.
Es bastante más complejo, pero no lo entenderías ahora.
-Entonces vos y yo vamos a encontrarnos de nuevo, en algún momento-dijo él.
El padre no contestó.
–¿Importa algo estar juntos, allá?
El padre no contestó.
–¿Y cómo es? -dijo él.
El padre desvío los ojos y miró la pileta. -Como nadar de noche-dijo. Y las
ondulaciones de la luz se reflejaron en su cara.
-Como nadar de noche, en una pileta inmensa, sin cansarse.
Él tomo de un trago el whisky que le quedaba en el vaso y esperó a que llegase
al estómago.
Después tiró los hielos en la pileta y apoyó el vaso vacío en el borde.
–¿Algo más? -dijo el padre.

~ 56 ~
Él negó con la cabeza. Movió un poco las piernas en el agua y miró la base de la
reposera, el impermeable, la cara blandamente atemporal de su padre. Pensó en lo
reticentes que habían sido siempre en todo contacto corporal y le parecieron
increíblemente ingenuos y artificiales aquellos abrazos en los sueños en que aparecía
su padre. Esto era la realidad: todo seguía tal como había sido siempre, y recomenzaba
casi en el mismo punto en que quedara interrumpido cuatro años antes. Aunque sólo
fuese por una noche.
-Por dónde querés que empiece-dijo.
-Por donde quieras. No te preocupes por el tiempo: tenemos toda la noche.
Hasta que termines no va a amanecer.
Él respiró hondo, largó el aire y supo que había entrado en la noche más larga y
secreta de su vida. Empezó, por supuesto, hablando de su hija.

En Nadar de noche, una casa con una piscina es el lugar donde se produce un encuentro
muy particular entre un padre y su hijo.

CONEJO
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Abelardo Castillo

No va a venir. Son mentiras lo de la enfermedad y que va a tardar unos meses;


eso me lo dijo tía, pero yo sé que no va a venir. A vos te lo puedo decir porque vos
entendés las cosas. Siempre entendiste las cosas. Al principio me parecía que eras
como un tren o como los patines, un juguete, digo, y a lo mejor ni siquiera tan bueno
como los patines, que un conejo de trapo al final es parecido a las muñecas, que son
para las chicas. Pero vos no. Vos sos el mejor conejo del mundo, y mucho mejor que
los patines. Y las muñecas tienen esos cachetes colorados, redondos. Caras de bobas,
eso es lo que tienen.
A mí no me importa si no está. Qué me importa a mí. Y no me vine a este rincón
porque estoy triste, me vine porque ellos andan atrás de uno, querés esto y qué
querés nene y puro acariciar, como cuando te enfermas y andan tocándote la frente,
que parece que los tíos y los demás están para cuando uno se enferma y entonces
todo el mundo te quiere. Por eso me vine, y por el estúpido del Julio, el anteojudo ese,
que porque tiene once años y usa anteojos se cree muy vivo, y es un pavo que no ve
de acá a la puerta y encima siempre anda pegando. Se ríe porque juego con vos,
mírenlo, dice, miren al nenito jugando al arrorró. Qué sabe él. Los grandes también
pegan. Las madres, sobre todo. Claro que a todos los chicos les pegan y eso no quiere
decir nada, pero igual, por qué tienen que andar pegando siempre. Vos, por ahí, vas lo
más tranquilo y les decís mira lo que hice, creyendo que está bien, y paf, un cachetazo.
Ni te explican ni nada. Y otras veces puro mimo, como ahora, o como cuando te hacen
un regalo porque les conviene, aunque no sea Reyes o el cumpleaños. Yo me acuerdo
cuando ella te trajo. Al principio eras casi tan alto como yo, y eras blanco, más blanco
que ahora porque ahora estás sucio, pero igual sos el mejor conejo de todos, porque
entendés las cosas. Y cómo te trajo también me acuerdo, toma, me dijo, lo compré en
Olavarría. El primo Juan Carlos que vive en Olavarría a mí nunca me gustó mucho: los
bigotes esos que tiene, y además no es un primo como el Julio, por ejemplo, que

~ 58 ~
apenas es más grande que yo. Es de esos primos de los padres de uno, que uno nunca
sabe si son tíos o qué. Era una caja grande, y yo pensaba que sería un regalo
extraordinario, algo con motor, como el avión del rusito o una cosa así. Pero era
liviano y cuando lo desaté estabas vos adentro, entre los papeles. A mí no me gustaba
un conejo. Y ella me dijo por qué me quedaba así, como el bobo que era, y yo le dije
esto no me gusta para nada a mí, mira la cabeza que tiene. Entonces dijo
desagradecido igual que tu padre. Después, cuando papá vino del trabajo, todavía
seguía enojada y eso que había estado un mes en Olavarría, lejos de papá, y que papá
siempre me dice escribile a tu madre que la extrañamos mucho y que venga pronto,
pero es él el que más la extraña, me parece. Y esa noche se pelearon. Siempre se
pelean, bueno: papá no, él no dice nada y se viene conmigo a la puerta o a la placita
Martín Fierro que papá me dijo que era un gaucho. A papá tampoco le gustó nunca el
primo Juan Carlos. Y yo no te llevo a la placita, pero porque tengo miedo que los chicos
se rían. Ellos qué saben cómo sos vos. No tienen la culpa, claro, hay que conocerte. Yo,
al principio, también me creía que eras un juguete como los caballos de madera, o los
perros, que no son los mejores juguetes. Pero después no, después me di cuenta que
eras como Pinocho, el que contó mamá. Ella contaba cuentos, a la mañana sobre todo,
que es cuando nunca está enojada. Y al final vos y yo terminamos amigos, mejor que
con los amigos de verdad, los chicos del barrio digo, que si uno no sabe jugar a la
pelota en seguida te andan gritando patadura, anda al arco querés, y malas palabras y
hasta delante de las chicas te gritan, que es lo peor. Una vez me dijeron por qué no
traes a tu hermanito para que atajen juntos, y se reían. Por vos me lo dijeron, por los
dientes míos que se parecen a los tuyos. Me parece que te trajeron a propósito a vos,
por los dientes.
Ellos vinieron todos, como cuando la pulmonía. Y puro hacer caricias ahora, se
piensan que uno es un nenito o un zonzo. O a lo mejor saben que sé, igual que con los
Reyes y todo eso, que todo el mundo pone cara de no saber y es como un juego. Y

~ 59 ~
aunque el Julio no me hubiera dicho nada era lo mismo, pero el Julio, la basura esa,
para qué tenía que venir a decirme. Era preferible que insultara o anduviera buscando
camorra como siempre y no que viniera a decir esa porquería. Si yo ya me había dado
cuenta lo mismo. Papá está así, que parece borracho, y dice hacerme esto a mí. Y ellos
le piden que se calme, que yo lo estoy mirando. Entonces me vine, para hablar con vos
que lo entendés a uno y sos casi mucho mejor que el tren y ni por un avión como el del
rusito te cambiaba, que si llegan a imaginar que yo te iba a querer tanto no te traen de
regalo, no. Y nadie va a llorar como una nena porque ella está enferma y no puede
volver por un tiempo. Y si son mentiras mejor. Oscarcito tampoco lloraba. Ese día
también había venido mucha gente, pero era distinto. En la sala grande había un cajón
de muerto para la mamá de Oscarcito. Estaba blanca. Oscarcito parecía no entender
nada, nos miraba a todos los chicos, pero no lloró, le decían que la mamá de él estaba
en el cielo. Y esto es distinto. Mi mamá no está en el cielo, en Olavarría está. El Julio, la
basura esa de porquería me lo dijo, pero a lo mejor se fue enferma a algún otro lado y
por qué no puede ser. Todos lo dicen. Todos menos el primo Juan Carlos, que tampoco
está. Y mejor si no está, que a mí no me gustó nunca por más que ella dijera tenés que
quererlo mucho, y una vez que yo fui a Olavarría no los dejaba que se quedaran solos.
Anda a jugar al patio, siempre querían que me fuera a jugar al patio: ella también. Y
después puro regalar conejos, sí. Se creen que uno no se da cuenta, como ahora, que
si estuviera enferma no sé para qué lo andan aconsejando a papá y él me mira, y se
queda mirándome y me dice hijo, hijo. Y a veces me dan ganas de contestarle alguna
cosa, pero no me sale nada, porque es como un nudo. Por eso me vine. Y no para
llorar tranquilo sin que me vean. Me vine porque sí, para hablar con vos que lo
entendés a uno, y sos el mejor conejo de todos, el mejor del mundo con esas orejas
largas, y dos dientes para afuera, como yo cuando me río.
Me parece que no me voy a reír nunca más en la vida yo. Eso es lo que me
parece.

~ 60 ~
Y al final a nadie se le importa un pito de los dientes, porque yo te quiero lo
mismo y te quiero porque sí, porque se me antoja. No porque ella te trajo y mejor si
no va a volver. Ojalá se muera. Y lo que estoy viendo es que esa cabeza, que tenés no
es nada linda, no, y si quiero vamos a ver si no te tiro a la basura, que al final de
cuentas nunca me gustaste para nada vos. Y lo que vas a ganar es que te voy a romper
todo, los dientes, y las orejas, y esos ojos de vidrio colorado como los estúpidos, así,
sin que me dé ninguna gana de llorar ni nada, por más que te arranque el brazo y te
escupa todo, y vos te crees que estoy llorando, pero no lloro, aunque te patee por el
suelo, así, aunque se te salga todo el aserrín por la barriga y te quede la cabeza
colgando, que para eso tengo el tren y los patines y...

Un conejo de peluche le sirve al narrador para realizar una fuerte descarga emocional.

LA FIESTA AJENA
Liliana Heker

~ 61 ~
Nomás llegó, fue a la cocina a ver si estaba el mono. Estaba y eso la tranquilizó:
no le hubiera gustado nada tener que darle la razón a su madre, ¿monos en un
cumpleaños?, le había dicho; ¡por favor! Vos sí te crees todas las pavadas que te dicen.
Estaba enojada pero no era por el mono, pensó la chica: era por el cumpleaños.
—No me gusta que vayas —le había dicho—. Es una fiesta de ricos.
—Los ricos también se van a cielo —dijo la chica, que aprendía religión en el
colegio.
—Qué cielo ni cielo —dijo la madre—. Lo que pasa es que a usted, m’hijita le
gusta cagar más arriba del culo.
A la chica no le parecía nada bien la forma de hablar de su madre: ella tenía
nueve años y era una de las mejores alumnas de su grado.
—Yo voy a ir porque estoy invitada —dijo—. Y estoy invitada porque Luciana es
mi amiga. Y se acabó.
—Ah, sí, tu amiga —dijo la madre. Hizo una pausa.
—Oíme, Rosaura —dijo por fin—, ésa no es tu amiga. ¿Sabés lo que sos vos
para todos ellos? Sos la hija de la sirvienta, nada más.
Rosaura parpadeó con energía: no iba a llorar.
—Cállate —gritó—. ¡Qué vas a saber vos lo que es ser amiga!
Ella iba casi todas las tardes a la casa de Luciana y preparaban juntas los
deberes mientras su madre hacía la limpieza. Tomaban la leche en la cocina y se
contaban secretos. A Rosaura le gustaba enormemente todo lo que había en esa casa.
Y la gente también le gustaba.
—Yo voy a ir porque va a ser la fiesta más hermosa del mundo, Luciana me lo
dijo. Va a venir un mago y va a traer un mono y todo.
La madre giró el cuerpo para mirarla bien y ampulosamente apoyó las manos
en las caderas.

~ 62 ~
—¿Monos en un cumpleaños? —dijo—. ¡Por favor! Vos sí que te crees todas las
pavadas que te dicen.
Rosaura se ofendió mucho. Además le parecía mal que su madre acusara a las
personas de mentirosas simplemente porque eran ricas. Ella también quería ser rica,
¿qué? Si un día llegaba a vivir en un hermoso palacio, ¿su madre no la iba a querer
tampoco a ella? Se sintió muy triste. Deseaba ir a esa fiesta más que nada en el
mundo.
—Si no voy me muero —murmuró, casi sin mover los labios.
Y no estaba muy segura de que se hubiera oído, pero lo cierto es que la mañana
de la fiesta descubrió que su madre le había almidonado el vestido de Navidad. Y a la
tarde, después de que le lavó la cabeza, le enjuagó el pelo con vinagre de manzanas
para que le quedara bien brillante. Antes de salir Rosaura se miró en el espejo, con el
vestido blanco y el pelo brillándole, y se vio lindísima.
La señora Inés también pareció notarlo. Apenas la vio entrar, le dijo:
—Qué linda estás hoy, Rosaura.
Ella, con las manos, impartió un ligero balanceo a su pollera almidonada: entró
a la fiesta con paso firme. Saludó a Luciana y le preguntó por el mono. Luciana puso
cara de conspiradora; acercó su boca a la oreja de Rosaura.
—Está en la cocina —le susurró en la oreja—. Pero no se lo digas a nadie
porque es un secreto.
Rosaura quiso verificarlo. Sigilosamente entró en la cocina y lo vio. Estaba
meditando en su jaula. Tan cómico que la chica se quedó un buen rato mirándolo y
después, cada tanto, abandonaba a escondidas la fiesta e iba a verlo. Era la única que
tenía permiso para entrar en la cocina, la señora Inés se lo había dicho: “Vos sí, pero
ningún otro, son muy revoltosos, capaz que rompen algo”. Rosaura en cambio no
rompió nada. Ni siquiera tuvo problemas con la jarra de naranjada, cuando la llevó
desde la cocina al comedor. La sostuvo con mucho cuidado y no volcó ni una gota. Eso

~ 63 ~
que la señora Inés le había dicho: ”¿Te parece que vas a poder con esa jarra tan
grande?”. Y claro que iba a poder: no era de manteca, como otras. De manteca era la
rubia del moño en la cabeza. Apenas la vio, la del moño le dijo:
—¿Y vos quién sos?
—Soy amiga de Luciana —dijo Rosaura.
—No —dijo la del moño —, vos no sos amiga de Luciana porque yo soy la prima
y conozco a todas sus amigas. Y a vos no te conozco.
—Y a mí qué me importa —dijo Rosaura—, yo vengo todas las tardes con mi
mamá y hacemos los deberes juntas.
—¿Vos y tu mamá hacen los deberes juntas? —dijo la del moño, con una risita.
—Yo y Luciana hacemos los deberes juntas —dijo Rosaura muy seria.
La del moño se encogió de hombros.
—Eso no es ser amiga —dijo—. ¿Vas al colegio con ella?
—No.
—¿Y entonces de dónde la conoces? —dijo la del moño, que empezaba a
impacientarse.
Rosaura se acordaba perfectamente de las palabras de su madre. Respiró
hondo:
—Soy hija de la empleada —dijo.
Su madre se lo había dicho bien claro: Si alguno te pregunta, vos le decís que
sos la hija de la empleada y listo. También le había dicho que tenía que agregar: y a
mucha honra. Pero Rosaura pensó que nunca en su vida se iba a animar a decir algo
así.
—¿Qué empleada? —dijo la del moño—. ¿Vende cosas en una tienda?
—No —dijo Rosaura con rabia—, mi mamá no vende nada, para que sepas.
—Y entonces, ¿cómo es empleada? Dijo la del moño.

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Pero en ese momento se acercó la señora Inés haciendo shh shh, y le dijo a
Rosaura si no la podía ayudar a servir las salchichitas, ella que conocía la casa mejor
que nadie.
—Viste —le dijo Rosaura a la del moño, y con disimulo le pateó un tobillo.
Fuera de la del moño todos los chicos le encantaron. La que más le gustaba era
Luciana, con su corona de oro; después los varones. Ella salió primera en la carrera de
embolsados y en la mancha agachada nadie la pudo agarrar. Cuando los dividieron en
equipos para jugar al delegado, todos los varones pedían a gritos que la pusieran en su
equipo. A Rosaura le pareció que nunca en su vida había sido tan feliz.
Pero faltaba lo mejor. Lo mejor vino después que Luciana apagó las velitas.
Primero, la torta: la señora Inés le había pedido que la ayudara a servir la torta y
Rosaura se divirtió muchísimo porque todos los chicos se le vinieron encima y le
gritaban “a mí, a mí”. Rosaura se acordó de una historia donde había una reina que
tenía derecho de vida y muerte sobre sus súbditos. Siempre le había gustado eso de
tener derecho de vida y muerte. A Luciana y a los varones les dio los pedazos más
grandes, y a la del moño una tajadita que daba lástima.
Después de la torta llegó el mago. Era muy flaco y tenía una capa roja. Y era
mago de verdad. Desanudaba pañuelos con un soplo y enhebraba argollas que no
estaban cortadas por ninguna parte. Adivinaba las cartas y el mono era el ayudante.
Era muy raro el mago: al mono le llamaba socio. “A ver, socio, dé vuelta una carta”, le
decía. “No se me escape, socio, que estamos en horario de trabajo”.
La prueba final era la más emocionante. Un chico tenía que sostener al mono
en brazos y el mago lo iba a hacer desaparecer.
—¿Al chico? —gritaron todos.
—¡Al mono! —gritó el mago.
Rosaura pensó que ésta era la fiesta más divertida del mundo.

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El mago llamó a un gordito, pero el gordito se asustó enseguida y dejó caer al
mono. El mago lo levantó con mucho cuidado, le dijo algo en secreto, y el mono hizo
que sí con la cabeza.
—No hay que ser tan timorato, compañero —le dijo el mago al gordito.
—¿Qué es timorato? —dijo el gordito.
El mago giró la cabeza hacia un lado y otro lado, como para comprobar que no
había espías.
—Cagón —dijo—. Vaya a sentarse, compañero.
Después fue mirando, una por una, las caras de todos. A Rosaura le palpitaba el
corazón.
—A ver, la de los ojos de mora —dijo el mago—. Y todos vieron cómo la
señalaba a ella.
No tuvo miedo. Ni con el mono en brazos, ni cuando el mago hizo desaparecer
al mono, ni al final, cuando el mago hizo ondular su capa roja sobre la cabeza de
Rosaura. Dijo las palabras mágicas… y el mono apareció otra vez allí, lo más contento,
entre sus brazos. Todos los chicos aplaudieron a rabiar. Y antes de que Rosaura
volviera a su asiento, el mago le dijo:
—Muchas gracias, señorita condesa.
Eso le gustó tanto que un rato después, cuando su madre vino a buscarla, fue lo
primero que le contó.
—Yo lo ayudé al mago y el mago me dijo: “Muchas gracias, señorita condesa”.
Fue bastante raro porque, hasta ese momento, Rosaura había creído que
estaba enojada con su madre. Todo el tiempo había pensado que le iba a decir: “Viste
que no era mentira lo del mono”. Pero no. Estaba contenta, así que le contó lo del
mago.
Su madre le dio un coscorrón y le dijo:
—Mírenla a la condesa.

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Pero se veía que también estaba contenta.
Y ahora estaban las dos en el hall porque un momento antes la señora Inés,
muy sonriente, había dicho: “Espérenme un momentito”.
Ahí la madre pareció preocupada.
—¿Qué pasa? —le preguntó a Rosaura.
—Y qué va a pasar —le dijo Rosaura—. Que fue a buscar los regalos para los
que nos vamos.
Le señaló al gordito y a una chica de trenzas, que también esperaban en el hall
al lado de sus madres. Y le explicó cómo era el asunto de los regalos. Lo sabía bien
porque había estado observando a los que se iban antes. Cuando se iba una chica, la
señora Inés le daba una pulsera. Cuando se iba un chico, le regalaba un yo-yo. A
Rosaura le gustaba más el yo-yo porque tenía chispas, pero eso no se lo contó a su
madre. Capaz que le decía: “Y entonces, ¿por qué no pedís el yo-yo, pedazo de sonsa?”
Era así su madre. Rosaura no tenía ganas de explicarle que le daba vergüenza ser la
única distinta. En cambio le dijo:
—Yo fui la mejor de la fiesta.
Y no habló más porque la señora Inés acababa de entrar al hall con una bolsa
celeste y una rosa.
Primero se acercó al gordito, le dio un yo-yo que había sacado de la bolsa
celeste, y el gordito se fue con su mamá. Después se acercó a la de trenzas, le dio una
pulsera que había sacado de la bolsa rosa, y la de trenzas se fue con su mamá.
Después se acercó a donde estaban ella y su madre.
Tenía una sonrisa muy grande y eso le gustó a Rosaura. La señora Inés la miró,
después miró a la madre, y dijo algo que a Rosaura la llenó de orgullo. Dijo:
—Qué hija que se mandó, Herminia.

~ 67 ~
Por un momento, Rosaura pensó que a ella le iba a hacer dos regalos: la pulsera
y el yo-yo. Cuando la señora Inés inició el ademán de buscar algo, ella también inició el
movimiento de adelantar el brazo. Pero no llegó a completar ese movimiento.
Porque la señora Inés no buscó nada en la bolsa celeste, ni buscó nada en la
bolsa rosa. Buscó algo en su cartera.
En su mano aparecieron dos billetes.
—Esto te lo ganaste en buena ley —dijo, extendiendo la mano—. Gracias por
todo, querida.
Ahora Rosaura tenía los brazos muy rígidos, pegados al cuerpo, y sintió que la
mano de su madre se apoyaba sobre su hombro. Instintivamente se apretó contra el
cuerpo de su madre. Nada más. Salvo su mirada. Su mirada fría, fija en la cara de la
señora Inés.
La señora Inés, inmóvil, seguía con la mano extendida. Como si no se animara a
retirarla

En el cumpleaños de Luciana hay mucho para comer y para pasarlo bien. ¿Rosaura puede disfrutarlo?

~ 68 ~
FINAL DEL JUEGO
Julio Cortázar
Con Leticia y Holanda íbamos a jugar a las vías del Central Argentino los días
de calor, esperando que mamá y tía Ruth empezaran su siesta para escaparnos por
la puerta blanca. Mamá y tía Ruth estaban siempre cansadas después de lavar la
loza, sobre todo cuando Holanda y yo secábamos los platos porque entonces había
discusiones, cucharitas por el suelo, frases que sólo nosotras entendíamos, y en
general un ambiente en donde el olor a grasa, los maullidos de José y la oscuridad
de la cocina acababan en una violentísima pelea y el consiguiente desparramo.
Holanda se especializaba en armar esta clase de líos, por ejemplo dejando caer un
vaso ya lavado en el tacho del agua sucia, o recordando como al pasar que en la
casa de las de Loza había dos sirvientas para todo servicio. Yo usaba otros sistemas,
prefería insinuarle a tía Ruth que se le iban a paspar las manos si seguía fregando
cacerolas en vez de dedicarse a las copas o los platos, que era precisamente lo que
le gustaba lavar a mamá , con lo cual las enfrentaba sordamente en una lucha de
ventajeo por la cosa fácil. El recurso heroico, si los consejos y las largas
recordaciones familiares empezaban a saturarnos, era volcar agua hirviendo en el
lomo del gato. Es una gran mentira eso del gato escaldado, salvo que haya que
tomar al pie de la letra la referencia al agua fría; porque de la caliente José no se
alejaba nunca, y hasta parecía ofrecerse, pobre animalito, a que le volcáramos
media taza de agua a cien grados o poco menos, bastante menos probablemente
porque nunca se le caía el pelo. La cosa es que ardía Troya, y en la confusión
coronada por el espléndido si bemol de tía Ruth y la carrera de mamá en busca del
bastón de los castigos, Holanda y yo nos perdíamos en la galería cubierta, hacia las
piezas vacías del fondo donde Leticia nos esperaba leyendo a Ponson du Terrail,
lectura inexplicable.
~ 69 ~
Por lo regular mamá nos perseguía un buen trecho, pero las ganas de
rompernos la cabeza se le pasaban con gran rapidez y al final (habíamos trancado
la puerta y le pedíamos perdón con emocionantes partes teatrales) se cansaba y se
iba, repitiendo la misma frase:
-Acabarán en la calle, estas mal nacidas.
Donde acabábamos era en las vías del Central Argentino, cuando la casa
quedaba en silencio y veíamos al gato tenderse bajo el limonero para hacer él
también su siesta perfumada y zumbante de avispas. Abríamos despacio la puerta
blanca, y al cerrarla otra vez era como un viento, una libertad que nos tomaba de
las manos, de todo el cuerpo y nos lanzaba hacia adelante. Entonces corríamos
buscando impulso para trepar de un envión al breve talud del ferrocarril,
encaramadas sobre el mundo contemplábamos silenciosas nuestro reino.
Nuestro reino era así: una gran curva de las vías acababa su comba justo
frente a los fondos de nuestra casa. No había más que el balasto, los durmientes y
la doble vía; pasto ralo y estúpido entre los pedazos de adoquín donde la mica, el
cuarzo y el feldespato Ä que son los componentes del granito Ä brillaban como
diamantes legítimos contra el sol de las dos de la tarde. Cuando nos agachábamos
a tocar las vías (sin perder tiempo porque hubiera sido peligroso quedarse mucho
ahí, no tanto por los trenes como por los de casa si nos llegaban a ver) nos subía a
la cara el fuego de las piedras, y al pararnos contra el viento del río era un calor
mojado pegándose a las mejillas y las orejas. Nos gustaba flexionar las piernas y
bajar, subir, bajar otra vez, entrando en una y otra zona de calor, estudiándonos las
caras para apreciar la transpiración, con lo cual al rato éramos una sopa. Y siempre
calladas, mirando al fondo de las vías, o el río al otro lado, el pedacito de río color
café con leche.

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Después de esta primera inspección del reino bajábamos el talud y nos
metíamos en la mala sombra de los sauces pegados a la tapia de nuestra casa,
donde se abría la puerta blanca. Ahí estaba la capital del reino, la ciudad silvestre y
la central de nuestro juego. La primera en iniciar el juego era Leticia, la más feliz de
las tres y la más privilegiada. Leticia no tenía que secar los platos ni hacer las
camas, podía pasarse el día leyendo o pegando figuritas, y de noche la dejaban
quedarse hasta más tarde si lo pedía, aparte de la pieza solamente para ella, el
caldo de hueso y toda clase de ventajas. Poco a poco se había ido aprovechando de
los privilegios, y desde el verano anterior dirigía el juego, yo creo que en realidad
dirigía el reino; por lo menos se adelantaba a decir las cosas y Holanda y yo
aceptábamos sin protestar, casi contentas. Es probable que las largas conferencias
de mamá sobre cómo debíamos portarnos con Leticia hubieran hecho su efecto, o
simplemente que la queríamos bastante y no nos molestaba que fuese la jefa.
Lástima que no tenía aspecto para jefa, era la más baja de las tres, y tan flaca.
Holanda era flaca, y yo nunca pesé más de cincuenta kilos, pero Leticia era la más
flaca de las tres, y para peor una de esas flacuras que se ven de fuera, en el
pescuezo y las orejas. Tal vez el endurecimiento de la espalda la hacía parecer más
flaca, como casi no podía mover la cabeza a los lados daba la impresión de una
tabla de planchar parada, de esas forradas de género blanco como había en la casa
de las de Loza. Una tabla de planchar con la parte más ancha para arriba, parada
contra la pared. Y nos dirigía.
La satisfacción más profunda era imaginarme que mamá o tía Ruth se
enteraran un día del juego. Si llegaban a enterarse del juego se iba a armar una
meresunda increíble. El si bemol y los desmayos, las inmensas protestas de
devoción y sacrificio malamente recompensados, el amontonamiento de
invocaciones a los castigos más célebres, para rematar con el anuncio de nuestros

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destinos, que consistían en que las tres terminaríamos en la calle. Esto último
siempre nos había dejado perplejas, porque terminar en la calle nos parecía
bastante normal.
Primero Leticia nos sorteaba. Usábamos piedritas escondidas en la mano,
contar hasta veintiuno, cualquier sistema. Si usábamos el de contar hasta
veintiuno, imaginábamos dos o tres chicas más y las incluíamos en la cuenta para
evitar trampas. Si una de ellas salía veintiuna, la sacábamos del grupo y
sorteábamos de nuevo, hasta que nos tocaba a una de nosotras. Entonces Holanda
y yo levantábamos la piedra y abríamos la caja de los ornamentos. Suponiendo que
Holanda hubiese ganado, Leticia y yo escogíamos los ornamentos. El juego marcaba
dos formas: estatuas y actitudes. Las actitudes no requerían ornamentos pero sí
mucha expresividad, para la envidia mostrar los dientes, crispar las manos y
arreglárselas de modo de tener un aire amarillo. Para la caridad el ideal era un
rostro angélico, con los ojos vueltos al cielo, mientras las manos ofrecían algo -un
trapo, una pelota, una rama de sauce- a un pobre huerfanito invisible. La vergüenza
y el miedo eran fáciles de hacer; el rencor y los celos exigían estudios más
detenidos. Los ornamentos se destinaban casi todos a las estatuas, donde reinaba
una libertad absoluta. Para que una estatua resultara, había que pensar bien cada
detalle de la indumentaria. El juego marcaba que la elegida no podía tomar parte
en la selección; las dos restantes debatían el asunto y aplicaban luego los
ornamentos. La elegida debía inventar su estatua aprovechando lo que le habían
puesto, y el juego era así mucho m s complicado y excitante porque a veces había
alianzas contra, y la víctima se veía ataviada con ornamentos que no le iban para
nada; de su viveza dependía entonces que inventara una buena estatua. Por lo
general cuando el juego marcaba actitudes la elegida salía bien parada pero hubo
veces en que las estatuas fueron fracasos horribles.

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Lo que cuento empezó vaya a saber cuándo, pero las cosas cambiaron el día
en que el primer papelito cayó del tren. Por supuesto que las actitudes y las
estatuas no eran para nosotras mismas, porque nos hubiéramos cansado en
seguida. El juego marcaba que la elegida debía colocarse al pie del talud, saliendo
de la sombra de los sauces, y esperar el tren de las dos y ocho que venía del Tigre.
A esa altura de Palermo los trenes pasan bastante rápido, y no nos daba vergüenza
hacer la estatua o la actitud. Casi no veíamos a la gente de las ventanillas, pero con
el tiempo llegamos a tener práctica y sabíamos que algunos pasajeros esperaban
vernos. Un señor de pelo blanco y anteojos de carey sacaba la cabeza por la
ventanilla y saludaba a la estatua o la actitud con el pañuelo. Los chicos que volvían
del colegio sentados en los estribos gritaban cosas al pasar, pero algunos se
quedaban serios mirándonos. En realidad la estatua o la actitud no veía nada, por
el esfuerzo de mantenerse inmóvil, pero las otras dos bajo los sauces analizaban
con gran detalle el buen éxito o la indiferencia producidos. Fue un martes cuando
cayó el papelito, al pasar el segundo coche. Cayó muy cerca de Holanda, que ese
día era la maledicencia, y reboto hasta mí. Era un papelito muy doblado y sujeto a
una tuerca. Con letra de varón y bastante mala, decía: "Muy lindas estatuas. Viajo
en la tercera ventanilla del segundo coche, Ariel B." Nos pareció un poco seco, con
todo ese trabajo de atarle la tuerca y tirarlo, pero nos encantó. Sorteamos para
saber quién se lo quedaría, y me lo gané... Al otro día ninguna quería jugar para
poder ver cómo era Ariel B., pero temimos que interpretara mal nuestra
interrupción, de manera que sorteamos y ganó Leticia. Nos alegramos mucho con
Holanda porque Leticia era muy buena como estatua, pobre criatura. La parálisis no
se notaba estando quieta, y ella era capaz de gestos de una enorme nobleza. Como
actitudes elegía siempre la generosidad, el sacrificio y el renunciamiento. Como
estatuas buscaba el estilo de Venus de la sala que tía Ruth llamaba la Venus del

~ 73 ~
Nilo. Por eso le elegimos ornamentos especiales para que Ariel se llevara una
buena impresión. Le pusimos un pedazo de terciopelo verde a manera de túnica, y
una corona de sauce en el pelo. Como andábamos de manga corta, el efecto griego
era grande. Leticia se ensayó un rato a la sombra, y decidimos que nosotras nos
asomaríamos también y saludaríamos a Ariel con discreción pero muy amables.
Leticia estuvo magnífica, no se le movía ni un dedo cuando llegó el tren Como no
podía girar la cabeza la echaba para atrás, juntando los brazos al cuerpo casi como
si le faltaran; aparte el verde de la túnica, era como mirar la Venus del Nilo. En la
tercera ventanilla vimos a un muchacho de rulos rubios y ojos claros que nos hizo
una gran sonrisa al descubrir que Holanda y yo lo saludábamos. El tren se lo llevó
en un segundo, pero eran las cuatro y media y todavía discutíamos si vestía de
oscuro, si llevaba corbata roja y si era odioso o simpático. El jueves yo hice la
actitud del desaliento, y recibimos otro papelito que decía: "Las tres me gustan
mucho. Ariel." Ahora él sacaba la cabeza y un brazo por la ventanilla y nos saludaba
riendo. Le calculamos dieciocho años (seguras que no tenía más de dieciséis) y
convinimos en que volvía diariamente de algún colegio inglés. Lo más seguro de
todo era el colegio inglés, no aceptábamos un incorporado cualquiera. Se vería que
Ariel era muy bien.
Pasó que Holanda tuvo la suerte increíble de ganar tres días seguidos.
Superándose, hizo las actitudes del desengaño y el latrocinio, y una estatua
dificilísima de bailarina, sosteniéndose en un pie desde que el tren entró en la
curva. Al otro día gané yo, y después de nuevo; cuando estaba haciendo la actitud
del horror, recibí casi en la nariz un papelito de Ariel que al principio no
entendimos: "La más linda es la más haragana." Leticia fue la última en darse
cuenta, la vimos que se ponía colorada y se iba a un lado, y Holanda y yo nos
miramos con un poco de rabia. Lo primero que se nos ocurrió sentenciar fue que

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Ariel era un idiota, pero no podíamos decirle eso a Leticia, pobre ángel, con su
sensibilidad y la cruz que llevaba encima. Ella no dijo nada, pero pareció entender
que el papelito era suyo y se lo guardó. Ese día volvimos bastante calladas a casa, y
por la noche no jugamos juntas. En la mesa Leticia estuvo muy alegre, le brillaban
los ojos, y mamá miró una o dos veces a tía Ruth como poniéndola de testigo de su
propia alegría. En aquellos días estaban ensayando un nuevo tratamiento
fortificante para Leticia, y por lo visto era una maravilla lo bien que le sentaba.
Antes de dormirnos, Holanda y yo hablamos del asunto. No nos molestaba el
papelito de Ariel, desde un tren andando las cosas se ven como se ven, pero nos
parecía que Leticia se estaba aprovechando demasiado de su ventaja sobre
nosotras. Sabía que no le íbamos a decir nada, y que en una casa donde hay alguien
con algún defecto físico y mucho orgullo, todos juegan a ignorarlo empezando por
el enfermo, o más bien se hacen los que no saben que el otro sabe. Pero tampoco
había que exagerar y la forma en que Leticia se había portado en la mesa, o su
manera de guardarse el papelito, era demasiado. Esa noche yo volví a soñar mis
pesadillas con trenes, anduve de madrugada por enormes playas ferroviarias
cubiertas de vías llenas de empalmes, viendo a distancia las luces rojas de
locomotoras que venían, calculando con angustia si el tren pasaría a mi izquierda, y
a la vez amenazada por la posible llegada de un rápido a mi espalda o -lo que era
peor- que a último momento Uno de los trenes tomara uno de los desvíos y se me
viniera encima. Pero de mañana me olvidé porque Leticia amaneció muy dolorida y
tuvimos que ayudarla a vestirse. Nos pareció que estaba un poco arrepentida de lo
de ayer y fuimos muy buenas con ella, diciéndole que esto le pasaba por andar
demasiado, y que tal vez lo mejor sería que se quedara leyendo en su cuarto. Ella
no dijo nada pero vino a almorzar a la mesa, y a las preguntas de mamá contestó
que ya estaba muy bien y que casi no le dolía la espalda. Se lo decía y nos miraba.

~ 75 ~
Esa tarde gané yo, pero en ese momento me vino un no sé qué y le dije a
Leticia que le dejaba mi lugar, claro que sin darle a entender por qué. Ya que el
otro la prefería, que la mirara hasta cansarse. Como el juego marcaba estatua, le
elegimos cosas sencillas para no complicarle la vida, y ella inventó una especie de
princesa china, con aire vergonzoso, mirando al suelo y juntando las manos como
hacen las princesas chinas. Cuando pasó el tren, Holanda se puso de espaldas bajo
los sauces pero yo miré y vi que Ariel no tenía ojos más que para Leticia. La siguió
mirando hasta que el tren se perdió en la curva, y Leticia estaba inmóvil y o sabía
que él acababa de mirarla así. Pero cuando vino a descansar bajo los sauces vimos
que sí sabía, y que le hubiera gustado seguir con los ornamentos toda la tarde, toda
la noche.
El miércoles sorteamos entre Holanda y yo porque Leticia nos dijo que era
justo que ella se saliera. Ganó Holanda con su suerte maldita, pero la carta de Ariel
cayó de mi lado. Cuando la levanté tuve el impulso de dársela a Leticia que no decía
nada, pero pensé que tampoco era cosa de complacerle todos los gustos, y la abrí
despacio. Ariel anunciaba que al otro día iba a bajarse en la estación vecina y que
vendría por el terraplén para charlar un rato. Todo estaba terriblemente escrito,
pero la frase final era hermosa: "Saludo a las tres estatuas muy atentamente. " La
firma parecía un garabato aunque se notaba la personalidad.
Mientras le quitábamos los ornamentos a Holanda, Leticia me miró una o
dos veces. Yo les había leído el mensaje y nadie hizo comentarios, lo que resultaba
molesto porque al fin y al cabo Ariel iba a venir y había que pensar en esa novedad
y decidir algo. Si en casa se enteraban, o por desgracia a alguna de las de Loza le
daba por espiarnos, con lo envidiosas que eran esas enanas, seguro que se iba a
armar la meresunda. Además que era muy raro quedarnos calladas con una cosa

~ 76 ~
así, sin mirarnos casi mientras guardábamos los ornamentos y volvíamos por la
puerta blanca.
Tía Ruth nos pidió a Holanda y a mí que bañáramos a José, se llevó a Leticia
para hacerle el tratamiento, y por fin pudimos desahogarnos tranquilas. Nos
parecía maravilloso que viniera Ariel, nunca habíamos tenido un amigo así, a
nuestro primo Tito no lo contábamos, un tilingo que juntaba figuritas y creía en la
primera comunión. Estábamos nerviosísimas con la expectativa y José pagó el pato,
pobre ángel. Holanda fue más valiente y sacó el tema de Leticia. Yo no sabía que
pensar, de un lado me parecía horrible que Ariel se enterara, pero también era
justo que las cosas se aclararan porque nadie tiene por qué‚ perjudicarse a causa
de otro. Lo que yo hubiera querido es que Leticia no sufriera, bastante cruz tenía
encima y ahora con el nuevo tratamiento y tantas cosas.
A la noche mamá se extrañó de vernos tan calladas y dijo qué milagro, si nos
habían comido la lengua los ratones, después miró a tía Ruth y las dos pensaron
seguro que habíamos hecho alguna gorda y que nos remordía la conciencia. Leticia
comió muy poco y dijo que estaba dolorida, que la dejaran ir a su cuarto a leer
Rocambole. Holanda le dio el brazo aunque ella no quería mucho, y yo me puse a
tejer, que es una cosa que me viene cuando estoy nerviosa. Dos veces pensé‚ ir al
cuarto de Leticia, no me explicaba qué hacían esas dos ahí solas, pero Holanda
volvió con aire de gran importancia y se quedó a mi lado sin hablar hasta que
mamá y tía Ruth levantaron la mesa. "Ella no va a ir mañana. Escribió una carta y
dijo que si él pregunta mucho, se la demos." Entornando el bolsillo de la blusa me
hizo ver un sobre violeta. Después nos llamaron para secar los platos, y esa noche
nos dormimos casi en seguida por todas las emociones y el cansancio de bañar a
José.

~ 77 ~
Al otro día me tocó a mí salir de compras al mercado y en toda la mañana no
vi a Leticia que seguía en su cuarto. Antes que llamaran a la mesa entré un
momento y la encontré al lado de la ventana, con muchas almohadas y el tomo
noveno de Rocambole. Se veía que estaba mal, pero se puso a reír y me contó de
una abeja que no encontraba la salida y de un sueño cómico que había tenido. Yo
le dije que era una lástima que no fuera a venir a los sauces, pero me parecía tan
difícil decírselo bien. "Si querés podemos explicarle a Ariel que estabas
descompuesta", le propuse, pero ella decía que no y se quedaba callada. Yo insistí
un poco en que viniera, y al final me animé y le dije que no tuviese miedo,
poniéndole como ejemplo que el verdadero cariño no conoce barreras y otras ideas
preciosas que habíamos aprendido en El Tesoro de la Juventud, pero era cada vez
más difícil decirle nada porque ella miraba la ventana y parecía como si fuera a
ponerse a llorar. Al final me fui diciendo que mamá me precisaba. El almuerzo duró
días, y Holanda se ganó un sopapo de tía Ruth por salpicar el mantel con tuco. Ni
me acuerdo de cómo secamos los platos, de repente Estábamos en los sauces y las
dos nos abrazábamos llenas de felicidad y nada celosas una de otra. Holanda me
explicó todo lo que teníamos que decir sobre nuestros estudios para que Ariel se
llevara una buena impresión, porque los del secundario desprecian a las chicas que
no han hecho más que la primaria y solamente estudian corte y repujado al aceite.
Cuando pasó el tren de las dos y ocho Ariel sacó los brazos con entusiasmo, y con
nuestros pañuelos estampados le hicimos señas de bienvenida. Unos veinte
minutos después lo llegar por el terraplén, y era más alto de lo que pensábamos y
todo de gris.
Bien no me acuerdo de lo que hablamos al principio, él era bastante tímido a
pesar de haber venido y los papelitos, y decía cosas muy pensadas. Casi en seguida
nos elogió mucho las estatuas y las actitudes y preguntó cómo nos llamábamos y

~ 78 ~
por qué faltaba la tercera. Holanda explicó que Leticia no había podido venir, y él
dijo que era una lástima y que Leticia le parecía un nombre precioso. Después nos
contó cosas del Industrial, que por desgracia no era un colegio inglés, y quiso saber
si le mostraríamos los ornamentos. Holanda levantó la piedra y le hicimos ver las
cosas. A él parecían interesarle mucho, y varias veces tomó alguno de los
ornamentos y dijo: "Éste lo llevaba Leticia un día", o: "Éste fue para la estatua
oriental", con lo que quería decir la princesa china. Nos sentamos a la sombra de
un sauce y él estaba contento pero distraído, se veía que sólo se quedaba de bien
educado. Holanda me miró dos o tres veces cuando la conversación decaía, y eso
nos hizo mucho mal a las dos, nos dio deseos de irnos o que Ariel no hubiese
venido nunca. El preguntó otra vez si Leticia estaba enferma, y Holanda me miró y
yo creí que iba a decirle, pero en cambio contestó que Leticia no había podido
venir. Con una ramita Ariel dibujaba cuerpos geométricos en la tierra, y de cuando
en cuando miraba la puerta blanca y nosotras sabíamos lo que estaba pasando, por
eso Holanda hizo bien en sacar el sobre violeta y alcanzárselo, y él se quedó
sorprendido con el sobre en la mano, después se puso muy colorado mientras le
explicábamos que eso se lo mandaba Leticia, y se guardó la carta en el bolsillo de
adentro del saco sin querer leerla delante de nosotras. Casi en seguida dijo que
había tenido un gran placer y que estaba encantado de haber venido, pero su
mano era blanda y antipática de modo que fue mejor que la visita se acabara,
aunque más tarde no hicimos más que pensar en sus ojos grises y en esa manera
triste que tenía de sonreír. También nos acordamos de cómo se había despedido
diciendo: "Hasta siempre", una forma que nunca habíamos oído en casa y que nos
pareció tan divina y poética. Todo se lo contamos a Leticia que nos estaba
esperando debajo del limonero del patio, y yo hubiese querido preguntarle qué
decía su carta pero me dio no sé qué porque ella había cerrado el sobre antes de

~ 79 ~
confiárselo a Holanda, así que no le dije nada y solamente le contamos cómo era
Ariel y cuantas veces había preguntado por ella. Esto no era nada fácil de decírselo
porque era una cosa linda y mala a la vez, nos dábamos cuenta que Leticia se sentía
muy feliz y al mismo tiempo estaba casi llorando, hasta que nos fuimos diciendo
que tía Ruth nos precisaba y la dejamos mirando las avispas del limonero.
Cuando íbamos a dormirnos esa noche, Holanda me dijo: "Vas a ver que
mañana se acaba el juego." Pero se equivocaba aunque no por mucho, y al otro día
Leticia nos hizo la seña convenida en el momento del postre. Nos fuimos a lavar la
loza bastante asombradas y con un poco de rabia, porque eso era una
desvergüenza de Leticia y no estaba bien. Ella nos esperaba en la puerta y casi nos
morimos de miedo cuando al llegar a los sauces vimos que sacaba del bolsillo el
collar de perlas de mamá y todos los anillos, hasta el grande con rubí de tía Ruth. Si
las de Loza espiaban y nos veían con las alhajas, seguro que mamá iba a saberlo en
seguida y que nos mataría, enanas asquerosas. Pero Leticia no estaba asustada y
dijo que si algo sucedía ella era la única responsable. "Quisiera que me dejaran hoy
a mí", agregó sin mirarnos. Nosotras sacamos en seguida los ornamentos, de golpe
queríamos ser tan buenas con Leticia, darle todos los gustos y eso que en el fondo
nos quedaba un poco de encono. Como el juego marcaba estatua, le elegimos
cosas preciosas que iban bien con las alhajas, muchas plumas de pavorreal para
sujetar el pelo, una piel que de lejos parecía un zorro plateado, y un velo rosa que
ella se puso como un turbante. La vimos que pensaba, ensayando la estatua pero
sin moverse, y cuando el tren apareció en la curva fue a ponerse al pie del talud
con todas las alhajas que brillaban al sol. Levantó los brazos como si en vez de una
estatua fuera a hacer una actitud, y con las manos señaló el cielo mientras echaba
la cabeza hacia atrás (que era lo único que podía hacer, pobre) y doblaba el cuerpo
hasta darnos miedo. Nos pareció maravillosa, la estatua más regia que había hecho

~ 80 ~
nunca, y entonces vimos a Ariel que la miraba, salido de la ventanilla la miraba
solamente a ella, girando la cabeza y mirándola sin vernos a nosotras hasta que el
tren se lo llevó de golpe. No sé por qué las dos corrimos al mismo tiempo a
sostener a Leticia que estaba con los ojos cerrados y grandes l grimas por toda la
cara. Nos rechazó sin enojo, pero la ayudamos a esconder las alhajas en el bolsillo,
y se fue sola a casa mientras guardábamos por última vez los ornamentos en su
caja. Casi sabíamos lo que iba a suceder, pero lo mismo al otro día fuimos las dos a
los sauces, después que tía Ruth nos exigió silencio absoluto para no molestar a
Leticia que estaba dolorida y quería dormir. Cuando llegó el tren vimos sin ninguna
sorpresa la tercera ventanilla vacía, y mientras nos sonreíamos entre aliviadas y
furiosas, imaginamos a Ariel viajando del otro lado del coche, quieto en su asiento,
mirando hacia el río con sus ojos grises.

Las chicas se divierten junto a las vías del tren, aunque el final del juego está cerca.

~ 81 ~
VENDRÁN LLUVIAS SUAVES
Ray Bradbury
La voz del reloj cantó en la sala:
–Tictac, las siete, hora de levantarse, hora de levantarse, las siete.
Como si temiera que nadie se levantase. La casa estaba desierta. El reloj continuó
sonando, repitiendo y repitiendo llamadas en el vacío.
–Las siete y nueve, hora del desayuno, ¡las siete y nueve!
En la cocina el horno del desayuno emitió un siseante suspiro, y de su tibio interior
brotaron ocho tostadas perfectamente doradas, ocho huevos fritos, dieciséis lonjas de
tocineta, dos tazas de café y dos vasos de leche fresca.
-Hoy es 4 de agosto de 2026 -dijo una voz desde el techo de la cocina- en la ciudad
de Allendale, California -repitió tres veces la fecha, como para que nadie la olvidara-. Hoy
es el cumpleaños del señor Featherstone. Hoy es el aniversario de la boda de Tilita. Hoy
puede pagarse la póliza del seguro y también las cuentas de agua, gas y electricidad.
En algún sitio de las paredes, sonó el clic de los relevadores, y las cintas
magnetofónicas se deslizaron bajo ojos eléctricos.
-Las ocho y uno, tictac, las ocho y uno, a la escuela, al trabajo, rápido, rápido, ¡las ocho y
uno!
Pero las puertas no golpearon, las alfombras no recibieron las suaves pisadas de
los tacones de goma. Llovía fuera. En la puerta de la calle, la caja del tiempo cantó en voz
baja: “Lluvia, lluvia, aléjate… zapatones, impermeables, hoy.”.
Y la lluvia resonó golpeteando la casa vacía. Afuera, el garaje tocó unas
campanillas, levantó la puerta y descubrió un coche con el motor en marcha. Después de
una larga espera, la puerta descendió otra vez.
A las ocho y media los huevos estaban resecos y las tostadas duras como piedras.
Un brazo de aluminio los echó en el vertedero, donde un torbellino de agua caliente los
arrastró a una garganta de metal que después de digerirlos los llevó al océano distante.

~ 82 ~
Los platos sucios cayeron en una máquina de lavar y emergieron secos y
relucientes.
“Las nueve y cuarto”, cantó el reloj, “la hora de la limpieza”.
De las guaridas de los muros, salieron disparados los ratones mecánicos. Las
habitaciones se poblaron de animalitos de limpieza, todos goma y metal. Tropezaron con
las sillas moviendo en círculos los abigotados patines, frotando las alfombras y aspirando
delicadamente el polvo oculto. Luego, como invasores misteriosos, volvieron de sopetón a
las cuevas. Los rosados ojos eléctricos se apagaron. La casa estaba limpia.
Las diez. El sol asomó por detrás de la lluvia. La casa se alzaba en una ciudad de
escombros y cenizas. Era la única que quedaba en pie. De noche, la ciudad en ruinas
emitía un resplandor radiactivo que podía verse desde kilómetros a la redonda.
Las diez y cuarto. Los surtidores del jardín giraron en fuentes doradas llenando el
aire de la mañana con rocíos de luz. El agua golpeó las ventanas de vidrio y descendió por
las paredes carbonizadas del oeste, donde un fuego había quitado la pintura blanca. La
fachada del oeste era negra, salvo en cinco sitios. Aquí la silueta pintada de blanco de un
hombre que regaba el césped. Allí, como en una fotografía, una mujer agachada recogía
unas flores. Un poco más lejos -las imágenes grabadas en la madera en un instante
titánico-, un niño con las manos levantadas; más arriba, la imagen de una pelota en el aire,
y frente al niño, una niña, con las manos en alto, preparada para atrapar una pelota que
nunca acabó de caer. Quedaban esas cinco manchas de pintura: el hombre, la mujer, los
niños, la pelota. El resto era una fina capa de carbón. La lluvia suave de los surtidores
cubrió el jardín con una luz en cascadas.
Hasta este día, qué bien había guardado la casa su propia paz. Con qué cuidado
había preguntado: “¿Quién está ahí? ¿Cuál es el santo y seña?”, y como los zorros
solitarios y los gatos plañideros no le respondieron, había cerrado herméticamente
persianas y puertas, con unas precauciones de solterona que bordeaban la paranoia
mecánica.

~ 83 ~
Cualquier sonido la estremecía. Si un gorrión rozaba los vidrios, la persiana
chasqueaba y el pájaro huía, sobresaltado. No, ni siquiera un pájaro podía tocar la casa.
La casa era un altar con diez mil acólitos, grandes, pequeños, serviciales, atentos,
en coros. Pero los dioses habían desaparecido y los ritos continuaban insensatos e inútiles.
El mediodía.
Un perro aulló, temblando, en el balcón.
La puerta de la calle reconoció la voz del perro y se abrió. El perro, en otro tiempo
grande y gordo, ahora huesudo y cubierto de llagas, entró y se movió por la casa dejando
huellas de lodo. Detrás de él zumbaron unos ratones irritados, irritados por tener que
limpiar el lodo, irritados por la molestia.
Pues ni el fragmento de una hoja se escurría por debajo de la puerta sin que los
paneles de los muros se abrieran y los ratones de cobre salieran como rayos. El polvo, el
pelo o el papel ofensivos, hechos trizas por unas diminutas mandíbulas de acero,
desaparecían en las guaridas. De allí unos tubos los llevaban al sótano, y eran arrojados a
la boca siseante de un incinerador que aguardaba en un rincón oscuro como un Baal
maligno.
El perro corrió escaleras arriba y aulló histéricamente, ante todas las puertas, hasta
que al fin comprendió, como ya comprendía la casa, que allí no había más que silencio.
Olfateó el aire y arañó la puerta de la cocina. Detrás de la puerta el horno
preparaba unos panqueques que llenaban la casa con aroma de jarabe de arce. El perro,
tendido ante la puerta, olfateaba con los ojos encendidos y el hocico espumoso. De
pronto, echó a correr locamente en círculos, mordiéndose la cola, y cayó muerto. Durante
una hora estuvo tendido en la sala.
Las dos, cantó una voz.
Los regimientos de ratones advirtieron al fin el olor casi imperceptible de la
descomposición, y salieron murmurando suavemente como hojas grises arrastradas por
un viento eléctrico.
Las dos y cuarto.

~ 84 ~
El perro había desaparecido.
En el sótano, el incinerador se iluminó de pronto y un remolino de chispas subió
por la chimenea.
Las dos y treinta y cinco.
Unas mesas de bridge surgieron de las paredes del patio. Los naipes revolotearon
sobre el tapete en una lluvia de figuras. En un banco de roble aparecieron martinis y
sándwiches de ensalada de huevo. Sonó una música.
Pero en las mesas silenciosas nadie tocaba las cartas.
A las cuatro, las mesas se plegaron como grandes mariposas y volvieron a los
muros.
Las cuatro y media.
Las paredes del cuarto de los niños resplandecieron de pronto.
Aparecieron animales: jirafas amarillas, leones azules, antílopes rosados, panteras
lilas que retozaban en una sustancia de cristal. Las paredes eran de vidrio y mostraban
colores y escenas de fantasía. Unas películas ocultas pasaban por unos piñones bien
aceitados y animaban las paredes. El piso del cuarto imitaba un ondulante campo de
cereales. Por él corrían escarabajos de aluminio y grillos de hierro, y en el aire caluroso y
tranquilo unas mariposas de gasa rosada revoloteaban sobre un punzante aroma de
huellas animales. Había un zumbido como de abejas amarillas dentro de fuelles oscuros, y
el perezoso ronroneo de un león. Y había un galope de okapis y el murmullo de una fresca
lluvia selvática que caía como otros casos, sobre el pasto almidonado por el viento.
De pronto las paredes se disolvieron en llanuras de hierbas abrasadas, kilómetro
tras kilómetro, y en un cielo interminable y cálido. Los animales se retiraron a las malezas
y los manantiales.
Era la hora de los niños.
Las cinco. La bañera se llenó de agua clara y caliente.
Las seis, las siete, las ocho. Los platos aparecieron y desaparecieron, como
manipulados por un mago, y en la biblioteca se oyó un clic. En la mesita de metal, frente al

~ 85 ~
hogar donde ardía animadamente el fuego, brotó un cigarro humeante, con media
pulgada de ceniza blanda y gris.
Las nueve. En las camas se encendieron los ocultos circuitos eléctricos, pues las
noches eran frescas aquí.
Las nueve y cinco. Una voz habló desde el techo de la biblioteca.
-Señora McClellan, ¿qué poema le gustaría escuchar esta noche?
La casa estaba en silencio.
-Ya que no indica lo que prefiere -dijo la voz al fin-, elegiré un poema cualquiera.
Una suave música se alzó como fondo de la voz.
-Sara Teasdale. Su autor favorito, me parece…
Vendrán lluvias suaves y olores de tierra,
y golondrinas que girarán con brillante sonido;
y ranas que cantarán de noche en los estanques
y ciruelos de tembloroso blanco
y petirrojos que vestirán plumas de fuego
y silbarán en los alambres de las cercas;
y nadie sabrá nada de la guerra,
a nadie le interesará que haya terminado.
A nadie le importará, ni a los pájaros ni a los árboles,
si la humanidad se destruye totalmente;
y la misma primavera, al despertarse al alba,
apenas sabrá que hemos desaparecido.

El fuego ardió en el hogar de piedra y el cigarro cayó en el cenicero: un inmóvil


montículo de ceniza. Las sillas vacías se enfrentaban entre las paredes silenciosas, y
sonaba la música.
A las diez la casa empezó a morir.

~ 86 ~
Soplaba el viento. La rama desprendida de un árbol entró por la ventana de la
cocina.
La botella de solvente se hizo trizas y se derramó sobre el horno. En un instante las
llamas envolvieron el cuarto.
-¡Fuego! -gritó una voz.
Las luces se encendieron, las bombas vomitaron agua desde los techos. Pero el
solvente se extendió sobre el linóleo por debajo de la puerta de la cocina, lamiendo,
devorando, mientras las voces repetían a coro:
-¡Fuego, fuego, fuego!
La casa trató de salvarse. Las puertas se cerraron herméticamente, pero el calor
había roto las ventanas y el viento entró y avivó el fuego.
La casa cedió terreno cuando el fuego avanzó con una facilidad llameante de
cuarto en cuarto en diez millones de chispas furiosas y subió por la escalera. Las
escurridizas ratas de agua chillaban desde las paredes, disparaban agua y corrían a buscar
más. Y los surtidores de las paredes lanzaban chorros de lluvia mecánica.
Pero era demasiado tarde. En alguna parte, suspirando, una bomba se encogió y se
detuvo. La lluvia dejó de caer. La reserva del tanque de agua que durante muchos días
tranquilos había llenado bañeras y había limpiado platos estaba agotada.
El fuego crepitó escaleras arriba. En las habitaciones altas se nutrió de Picassos y
de Matisses, como de golosinas, asando y consumiendo las carnes aceitosas y
encrespando tiernamente los lienzos en negras virutas.
Después el fuego se tendió en las camas, se asomó a las ventanas y cambió el color
de las cortinas.
De pronto, refuerzos.
De los escotillones del desván salieron unas ciegas caras de robot y de las bocas de
grifo brotó un líquido verde.

~ 87 ~
El fuego retrocedió como un elefante que ha tropezado con una serpiente muerta.
Y fueron veinte serpientes las que se deslizaron por el suelo, matando el fuego con una
venenosa, clara y fría espuma verde.
Pero el fuego era inteligente y mandó llamas fuera de la casa, y entrando en el
desván llegó hasta las bombas. ¡Una explosión! El cerebro del desván, el director de las
bombas, se deshizo sobre las vigas en esquirlas de bronce.
El fuego entró en todos los armarios y palpó las ropas que colgaban allí.
La casa se estremeció, hueso de roble sobre hueso, y el esqueleto desnudo se
retorció en las llamas, revelando los alambres, los nervios, como si un cirujano hubiera
arrancado la piel para que las venas y los capilares rojos se estremecieran en el aire
abrasador. ¡Socorro, socorro! ¡Fuego! ¡Corran, corran! El calor rompió los espejos como
hielos invernales, tempranos y quebradizos. Y las voces gimieron: fuego, fuego, corran,
corran, como una trágica canción infantil; una docena de voces, altas y bajas, como voces
de niños que agonizaban en un bosque, solos, solos. Y las voces fueron apagándose,
mientras las envolturas de los alambres estallaban como castañas calientes. Una, dos,
tres, cuatro, cinco voces murieron.
En el cuarto de los niños ardió la selva. Los leones azules rugieron, las jirafas
moradas escaparon dando saltos. Las panteras corrieron en círculos, cambiando de color,
y diez millones de animales huyeron ante el fuego y desaparecieron en un lejano río
humeante…
Murieron otras diez voces. Y en el último instante, bajo el alud de fuego, otros
coros indiferentes anunciaron la hora, tocaron música, segaron el césped con una
segadora automática, o movieron frenéticamente un paraguas, dentro y fuera de la casa,
ante la puerta que se cerraba y se abría con violencia. Ocurrieron mil cosas, como cuando
en una relojería todos los relojes dan locamente la hora, uno tras otro, en una escena de
maniática confusión, aunque con cierta unidad; cantando y chillando los últimos ratones
de limpieza se lanzaron valientemente fuera de la casa ¡arrastrando las horribles cenizas!

~ 88 ~
Y en la llameante biblioteca una voz leyó un poema tras otro con una sublime
despreocupación, hasta que se quemaron todos los carretes de película, hasta que todos
los alambres se retorcieron y se destruyeron todos los circuitos.
El fuego hizo estallar la casa y la dejó caer, extendiendo unas faldas de chispas y de
humo.
En la cocina, un poco antes de la lluvia de fuego y madera, el horno preparó unos
desayunos de proporciones psicopáticas: diez docenas de huevos, seis hogazas de
tostadas, veinte docenas de lonjas de tocineta, que fueron devoradas por el fuego y
encendieron otra vez el horno, que siseó histéricamente.
El derrumbe. El desván se derrumbó sobre la cocina y la sala. La sala cayó al
sótano, el sótano al subsótano. La congeladora, el sillón, las cintas grabadoras, los
circuitos y las camas se amontonaron muy abajo como un desordenado túmulo de huesos.
Humo y silencio. Una gran cantidad de humo.
La aurora se asomó débilmente por el Este. Entre las ruinas se levantaba solo una
pared. Dentro de la pared una última voz repetía y repetía, una y otra vez, mientras el sol
se elevaba sobre el montón de escombros humeantes:
-Hoy es 5 de agosto de 2026, hoy es 5 de agosto de 2026, hoy es…

Vendrán lluvias suaves… y la primavera apenas sabrá que hemos desaparecido.

~ 89 ~
Poemas
1964 La lluvia está cansada de llover
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado. yo cansado de verla en mi ventana
Ya no compartirás la clara luna es como si lavara las promesas
ni los lentos jardines. Ya no hay una y el goce de vivir y la esperanza
luna que no sea espejo del pasado,
cristal de soledad, sol de agonías. la lluvia que acribilla los silencios
Adiós las mutuas manos y las sienes es un telón sin tiempo y sin colores
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
y a tal punto oscurece los espacios
la fiel memoria y los desiertos días.
que puede confundirse con la noche
Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
ojalá que el sagrado manantial
nunca, pero no basta ser valiente
aburrido suspenda el manso riego
para aprender el arte del olvido.
y gracias a la brisa nos sequemos
Un símbolo, una rosa, se desgarra
a la espera del próximo aguacero
y te puede matar una guitarra.

Ya no seré feliz. Tal vez no importa.


lo extraño es que no sólo llueve afuera

Hay tantas otras cosas en el mundo; otra lluvia enigmática y sin agua

un instante cualquiera es más profundo nos toma de sorpresa y de sorpresa


y diverso que el mar. La vida es corta llueve en el corazón llueve en el alma
y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha, Mario Benedetti
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha,
que nos libera del sol y de la luna
y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
La lluvia está cansada de llover.
Jorge Luis Borges LA JAULA
LLUVIA
~ 90 ~
Afuera hay sol. TODAVÍA
No es más que un sol
No lo creo todavía
pero los hombres lo miran estás llegando a mi lado
y después cantan. y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría

Yo no sé del sol. palpo gusto escucho y veo


Yo sé la melodía del ángel tu rostro tu paso largo
tus manos y sin embargo
y el sermón caliente todavía no lo creo
del último viento.
tu regreso tiene tanto
Sé gritar hasta el alba
que ver contigo y conmigo
cuando la muerte se posa desnuda que por cábala lo digo
en mi sombra. y por las dudas lo canto

nadie nunca te reemplaza


Yo lloro debajo de mi nombre. y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
Yo agito pañuelos en la noche
porque estás llegando a casa
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo. sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
Yo oculto clavos porque el cielo de tenerte
para escarnecer a mis sueños enfermos. me parece fantasía

pero venís y es seguro


Afuera hay sol. y venís con tu mirada
Yo me visto de cenizas. y por eso tu llegada
hace mágico el futuro

Alejandra Pizarnik y aunque no siempre he entendido


mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido

y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más
todavía

Mario Benedetti
Afuera hay un sol. No es más que un sol.

~ 91 ~
~ 92 ~

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