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El pronombre en español

1. El pronombre como clase de palabras

En cuanto categoría léxica con particularidades específicas que pueden


diferenciarla de otras categorías, la mayor dificultad que se enfrenta cuando se
aborda el estudio del pronombre es la de establecer, primero, en qué consiste
la especificidad de esta clase y, luego, cuál es su posición en la distribución de
las clases de palabras entre categorías léxicas y funcionales.

En principio, es fácil de reconocer que el pronombre no pertenece al


conjunto de las clases de palabras léxicas, porque no tiene contenido propio,
sino que su contenido deviene del contexto oracional en que es usado.
Esto lo acercaría, en principio, a las categorías funcionales. Estaríamos, así,
frente a una categoría gramatical y no léxica: el significado que aporta es
gramatical, es el de una función sintáctica, y no es semántico.

Ahora bien, el nuevo problema frente al cual nos encontramos es el de


diferenciar al pronombre de las demás clases de palabras funcionales. La
categoría más próxima, de la cual será más dificultosa su diferenciación, es la
de los determinantes.

2. Hacia la diferenciación

Los determinantes aportan significados sintácticos, son palabras también


gramaticales, si se los mira desde el punto de vista de una concepción
restringida de la gramática, según la cual lo puramente gramatical es lo que se
corresponde a los niveles morfológico y sintáctico. Frente a lo dicho
anteriormente, resulta difusa la diferenciación entre pronombre y determinante.
Para establecer un límite entre ambas categorías, recurriremos a los siguientes
ejemplos:

(1) Aquellos relatos permitían recuperar la memoria colectiva.


(2) Aquellos lo permitían.
(3) Eso les permitía recuperarla.
(4) Sus primos sabían que los perseguirían siempre, y decidieron irse.
(5) Ellos lo sabían, y decidieron irse.
2

En (1) encontramos resaltados en negrita dos determinantes. En los


restantes ejemplos, se han resaltado pronombres. Tanto determinantes y
pronombres deben interpretarse en función de elementos externos al segmento
en que se encuentran:

 AQUELLOS en (1)

Es un determinante que especifica al N relatos indicando, en el anclaje


de la referencia, que se trata de relatos de los que ya se ha hablado en un
fragmento anterior del discurso: son esos relatos y no otros. La operación que
realiza es la de circunscribir un subconjunto que descarta a los relatos de los
que no se está hablando para recortar a aquellos (relatos) a los cuales sí se
hace referencia.

La interpretación de su aporte de significado gramatical es la remisión a


un subconjunto dentro de un conjunto (de relatos) abierto por el N:

RELATOS

¿?

aquellos

Como podemos ver en la figura, no podemos nombrar el tipo de


especificación que se recorta en el rectángulo sombreado a partir de la
información presente en la oración (sin cotexto o contexto textual) que estamos
analizando: muy probablemente, el recorte de la especificación interna que se
opera sobre el N relatos ha sido aportado por información anterior del texto (por
ejemplo, si se trata de relatos antiguos, de relatos que contaban los aedos, o
de relatos de la mitología griega, etc.). A lo que asistimos en este caso es a la
instancia de especificación final que realiza el determinante sobre un
subconjunto ya abierto dentro del conjunto abierto por el N.

Esto nos permite recuperar, una vez más, la idea del anclaje de la
referencia como un proceso que se pone en funcionamiento en cada sintagma
nominal y, además, asomarnos a la conclusión de que no necesariamente las
especificaciones se realizan completamente en el interior de un mismo
sintagma, sino que, como en este caso, se puede elidir la instancia interna de
especificación realizada lexicalmente por SA (antiguos), por PIA (que
contaban los aedos) o por SP (de la mitología griega). Lo que, sí, parece
resultar obligatorio, es la especificación definitiva que realiza el
determinativo.
3

 LA en (1)

Es un determinante que especifica a un conjunto abierto por el N


memoria y que ya está especificado internamente por el adjetivo especificativo
colectiva.

En la operación del anclaje de la referencia, podemos ver la apertura de


un conjunto al que se alude: memoria. Dentro de ese conjunto, el adjetivo ha
especificado el tipo de memoria al que se alude: es la memoria colectiva y no
otros tipos de memoria (individual, de una computadora, etc.). El determinante
la funciona como el índice que lleva hacia el subconjunto que circunscribe
directamente a la entidad aludida: es la memoria colectiva, la única, la que
resulta como el factor común de todas las memorias individuales de un
determinado colectivo de individuos.

Nuevamente, en tanto determinante, el significado gramatical que aporta


es el de la circunscripción de un subconjunto en el anclaje de la referencia, y
opera sobre un sintagma nominal. Se interpreta en función de la manera en
que recorta el alcance de dicho SN:

MEMORIA

individual

colectiva la

de la computadora

Las caracterizaciones de la memoria que aparecen en el gráfico son


especificativas, en la medida en que contribuyen a especificar de qué
memoria se está hablando. La especificación definitiva que realiza el
determinativo (el artículo la) opera sobre todo el subconjunto que alcanza a
abrir el adjetivo colectiva.

El análisis gramatical puede mostrar estas operaciones que hemos visto


a partir de (1):
4

SN SV O.
Aquellos relatos permitían (recuperar la memoria colectiva). P.
Cja.
esp N P PIS s/n (Inf.)

PRO SV
(cualquier miembro recuperar la memoria colectiva
de la comunidad) N s.adj.esp O. no
P.
esp N’

P CD (SN)

 AQUELLOS en (2)

Desde el punto de vista de la percepción física, es un segmento


exactamente igual al que hemos analizado como determinante en (1). Hay
coincidencia fonológica total. Sin embargo, no estamos aquí frente a un
determinante sino frente a un pronombre.

No se trata de un determinante porque:

o no existe una operación de circunscripción de un subconjunto en


el anclaje de la referencia,

o no opera sobre un SN cuyo N pueda abrir el conjunto de


referencia (no es elemento lingüístico participante de un SN).

Estamos, en realidad, frente a un pronombre, porque:

o no es un elemento lingüístico participante de un SN sino que


equivale a un SN, en el sentido de que asume por sí mismo la
función sintáctica de un SN,

o es un elemento gramatical en sentido estricto (morfológico-


sintáctico) pero no contiene información semántica: para ser
interpretado se requiere de comprender la relación cohesiva
y necesaria que establece con respecto a una entidad externa
en relación con el sintagma cuyo lugar es ocupado por el
pronombre.
5

Podemos ofrecer diferentes cotextos o contextos textuales para (2), de


modo que pueda interpretarse el funcionamiento sintáctico en función de la
relación semántica que se establece con una entidad extra-sintagmática
(es decir, exterior al sintagma que representa el pronombre):

CONTEXTO 1 para (2)

Los relatos antiguos tenían mayor incidencia en la interpretación

del mundo que los relatos de la literatura moderna. Los cuentos y las

novelas no permiten, necesariamente, recuperar, interpretar y

comprender la memoria colectiva. Aquellos lo permitían.

Según este contexto, quedan claros tanto el funcionamiento sintáctico


del pronombre como SN (sujeto de la oración en que se encuentra) como
su interpretación semántica a través de la relación cohesiva que mantiene
con la entidad los relatos antiguos, que ha participado como sintagma en
una oración diferente del texto (en este caso, anterior).

Se percibe su participación sintáctica como sintagma completo en la


oración en que se encuentra tanto como su necesidad de enlace con una
entidad presente en otro sintagma. En este caso, el sintagma aludido (los
relatos antiguos) está en otra oración, localizada a su vez en un segmento
anterior del texto.

 LO en (2)

También estamos frente a un pronombre que ocupa en la estructura


sintáctica el lugar funcional de Complemento Directo del verbo permitir.

Nuevamente, ante la falta de contenido semántico propio, la interpretación


semántica se realiza a través de la relación cohesiva con una entidad que fue
lexicalizada como sintagma nominal, en este caso en la oración anterior:
6

Los cuentos y las novelas no permiten, necesariamente,

recuperar, interpretar y comprender la memoria colectiva .

Aquellos lo permitían.

Consideramos necesario un análisis gramatical integral, que supere la


mirada acotada a las estructuras sintácticas oracionales, para poder ver
claramente cómo el funcionamiento en el nivel sintáctico no es suficiente para
interpretar el significado si no se recupera la relación con el elemento extra-
sintagmático.

Mientras que el cumplimiento de la función sintáctica que realiza el


pronombre en la superficie de la oración en que se encuentra es estructural en
la medida en que forma parte de un todo en el que toma un lugar funcional para
permitir el funcionamiento del conjunto, la interpretación semántica se
realiza, en este caso, a través de la relación cohesiva con entidades
aludidas en otra oración.

Por otra parte, no hay nada que indique dónde debe estar la información
que permita interpretar al pronombre: puede estar en una oración
inmediatamente anterior, en una más anterior aún, en una oración posterior, o
tal vez en la misma oración. Quizás, en algunos casos, la entidad que permite
interpretar al pronombre puede no estar en ningún momento del texto, tal como
se verá enseguida.

Esto nos lleva a la idea de que la interpretación del pronombre no es


un fenómeno estructural: no deriva del cumplimiento de una función que
prevé un lugar necesario en un todo, sino del entramado de una relación
cohesiva para la que no hay lugar específico más que una instrucción de
búsqueda.

3. La instrucción de búsqueda

Hablamos de instrucción de búsqueda como la operación básica que


reclama todo pronombre, al igual que los vacíos funcionales: dado que lo
presente en la superficie no alcanza para interpretar, recibimos una
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instrucción según la cual resulta necesario buscar la interpretación en


otro lado.

Así, podemos definir a la instrucción de búsqueda como la operación


exigida por ciertos elementos funcionales (los determinantes y los
pronombres) o léxicos (como algunos adverbios: acá, allá, así) y que
consiste en buscar referentes textuales o contextuales para interpretar a
partir de esa relación de referencia a un elemento oracional cuyo
significado concreto podrá, así, intervenir en la conformación del
significado del sintagma del que forma parte.

Se aprovechará el análisis, en este caso, para descubrir el carácter


pronominal de aquellos y de lo en (2):

Predicado Argumentos Roles temáticos Funciones


sintácticas
¿Quién permite? AGENTE SN sujeto

PERMITIR ¿Qué permite? TEMA CD

¿A quién le BENEFICIARIO CI
permite? POSITIVO

INTERPRETACIÓN SEMÁNTICA

recuperar, (a cualquier persona:


Los relatos interpretar y INTERPRETACIÓN
antiguos comprender la GENÉRICA de
memoria información elidida)
colectiva

SN SV O.
Aquellos lo permitían ¿? . P.
S.
N CD P CI

ESTRUCTURA SINTÁCTICA

A través del análisis queda demostrado que los dos pronombres en


juego ocupan lugares funcionales en la estructura sintáctica, pero que,
para su interpretación semántica, requieren de la relación cohesiva con
otras entidades. Es decir que se los interpreta en función de la referencia
que se detecta hacia elementos que están en otro lugar. En este caso, las
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entidades que permiten interpretar a los pronombres han sido introducidas


lexicalmente en el texto, en zona anterior, a través de sintagmas nominales.

Por otra parte, queda también establecido que los pronombres operan
sintácticamente en el nivel de la oración, pero que su relación semántica
no necesariamente se da dentro de dicho nivel.

Por ejemplo, en este contexto textual ha debido recurrirse, para su


interpretación, a una oración diferente; en este caso, una oración anterior en el
devenir del texto. Estos pronombres, así, suponen algo más que la oración en
que se encuentran. No podríamos afirmar que se trate de elementos
oracionales más que desde el punto de vista de la sintaxis: estos dos
pronombres, aquellos y lo, son, en realidad, elementos textuales más que
oracionales.

CONTEXTO 2 para (2)

Mirá cómo nos tratan éstos. No vamos a poder disfrutar más de

nuestros privilegios. Aquellos lo permitían . Pero ahora que

perdieron sus posiciones habrá que tener paciencia. Y soportar lo

que venga.

A partir de este contexto, es posible establecer la semántica que justifica


la presencia de lo en la tercera oración a partir de información presente en la
segunda (disfrutar … de nuestros privilegios). Pero no es posible tomar
elementos del texto para interpretar semánticamente al pronombre aquellos.

De hecho, podemos suponer que el hablante puede estar señalando a


dos grupos de personas presentes en la situación comunicativa, pero que no
ingresan al texto más que como pronombres: habla de éstos y de aquellos. Y
tanto unos como otros no necesitan ser incorporados al texto porque están
presentes en el lugar en que están los dos interlocutores o, al menos, en el
recuerdo compartido por ambos.

Así, mientras que el pronombre lo es un elemento textual que funciona a


nivel oracional pero se interpreta en el nivel textual, el pronombre aquellos, en
este contexto, no es un elemento meramente textual, dado que su
interpretación requiere de elementos que están fuera del texto, y que
pertenecen al contexto. Se trata de un elemento textual de interpretación
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contextual, dado que, para su interpretación, requiere de la remisión a


entidades extra-textuales y contextuales.

En otro orden de cosas, el hablante se refiere a dos conjuntos de


personas (a través de éstos y aquellos; es decir, de pronombres), y los
diferencian según la distancia que tiene cada uno de esos conjuntos con
respecto a él mismo.

El conjunto de éstos (del que se dice que domina la situación en ese


momento) es el que se encuentra más cercano al hablante (y también a su
interlocutor): posiblemente, en un sentido espacial, pero también es probable
que esta cercanía lo sea no en relación con el lugar sino con la inmediatez
temporal y psicológica.

El conjunto de aquellos, por el contrario, se encuentra más distante del


hablante (y también del interlocutor) pero, de modo simétrico con respecto al
anterior, esta lejanía puede no ser solamente (o ni siquiera) espacial, sino más
bien temporal o psicológica.

Resulta pertinente, una vez más, probar con el análisis gramatical


integral el juego sintáctico y semántico que funciona en la interpretación de la
oración destacada:

INTERPRETACIÓN SEMÁNTICA

(al hablante y –seguramente- el


(conjunto de disfrutar … de interlocutor: INTERPRETACIÓN
personas que nuestros ESPECÍFICA de información elidida
ya no domina privilegios con referencia a personas ya aludidas
la situación) por pronombres en zona anterior)

SN SV O.
Aquellos lo permitían ¿? . P.
S.
N CD P CI

ESTRUCTURA SINTÁCTICA

Como podemos ver en la graficación del análisis, la estructura sintáctica


de la oración es exactamente la misma que se vio con respecto a la oración
semejante en el contexto anterior. Sin embargo, la interpretación semántica no
es en absoluto coincidente con la de la otra oración. Puede, así, llegarse a la
conclusión de que los pronombres ocupan huecos sintácticos en razón de una
interpretación semántica que no es más que un índice hacia otro elemento, ya
sea éste textual o de interpretación contextual. Lo que diferencia a esta oración
de la anterior no es lo que dice explícitamente ni la estructura sintáctica, sino el
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campo de la interpretación semántica, que resulta de una proyección de lo


explícito y que no aparece físicamente en la superficie oracional.

También es visible a través del último análisis cómo cambia, de una


oración a otra, la interpretación del vacío que deja la función sintáctica no
desarrollada explícitamente o elidida: el complemento indirecto. El vacío se
llena, en la interpretación, de información diferente.

 ESO, LES y LA en (3)

Una oración como (3) puede ser analizada desde el punto de vista de la
sintaxis, pero no puede ser interpretada semánticamente. Sin un contexto
textual y sin estar presente en la situación comunicativa, no hay forma de saber
quién es el agente (real o figurado) que permite (eso), cuál es el objeto (real o
abstracto) que funciona como tema en la estructura interna de recuperar (la), ni
quiénes son los beneficiarios del permiso que se explicita en la principal (les).

Mantenernos en el nivel oracional nos permite ver la estructura


sintáctica, pero sin interpretación semántica: los lugares ocupados por los
pronombres permanecen como vacíos de significado. Es necesario remitirse al
texto o al contexto para poder realizar las interpretaciones que se requieren.

4. Los clíticos

Una nota importante, con respecto a esta oración, es la aparición del


pronombre la unido al infinitivo recuperar: se trata de un clítico, una forma
pronominal sin acento propio que se acomoda al esquema acentual de la
palabra con la que conforma un solo bloque.

Por esta razón, a pesar de que, en la escritura, se genera la impresión


de que estamos frente a una sola palabra (recuperarla), en realidad estamos
frente a dos: es una forma única solamente desde un punto de vista acentual
(une a todos los sonidos que se acomodan al acento interno del infinitivo) pero
son dos palabras desde un punto de vista gramatical (una palabra léxica y un
pronombre).

El clítico es un elemento sintácticamente libre pero


fonológicamente dependiente. Esta dependencia se da con respecto al
esquema acentual de una palabra léxica (en nuestro ejemplo, un verbo),
aunque no siempre se pueda apreciar gráficamente esta dependencia.
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Un clítico alrededor de un verbo siempre se acomoda a su esquema


acentual, pero gráficamente la ligazón fonológica se muestra solamente cuando
lo sigue, no cuando lo precede:

 Esperame en la plaza.
 Me esperó en la plaza.

La escritura muestra dos diferentes posibilidades, aunque la


conformación fonológica muestra algo similar con respecto a la configuración
de una unidad reunida en torno al acento del verbo:

 /esperáme/.
 /Mesperó/.

Vemos cómo una forma similar de comportamiento fonológico


(conformación de un solo bloque desde el punto de vista del esquema
acentual) tiene dos efectos distintos en la escritura:

CLÍTICOS

 Cuando el clítico aparece antes del verbo, el fenómeno se


llama proclisis, y la variante del clítico es el proclítico. Los
proclíticos se escriben separados de la palabra central.

 Cuando el clítico aparece después del verbo, el fenómeno se


llama enclisis, y la variante del clítico es el enclítico. Los
enclíticos se escriben unidos a la palabra central.

Todo esto es lo que intenta mostrar la siguiente graficación del análisis


del último ejemplo visto, que queda acotado al plano de la sintaxis pero que no
puede completar la información en el plano semántico. Aparecen las
instrucciones de búsqueda (los pronombres) pero la búsqueda que se
pone en marcha a partir de dichas instrucciones no puede encontrar
resultados.

INFORMACIÓN SEMÁNTICA

¿? ¿? ¿? ¿?
O. O.
S. S.
P. P.
SN SV O. PRO SV O.
S. n
P. o
P.
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Eso les permitía (recuperarla) . [ELLOS] recuperar - la


N CI P CD/PIS s-n (inf.) P CD

ESTRUCTURA SINTÁCTICA

 LOS en (4), y ELLOS y LO en (5)

En (4), se interpreta al pronombre lo a partir de la entidad lexicalizada a


través del sintagma nominal Sus primos, presente en la misma oración. En
este caso podemos hablar de un alcance oracional de la referencia que realiza
el pronombre a partir de su instrucción de búsqueda: el resultado de dicha
búsqueda se alcanza dentro de los límites de la oración misma donde se
encuentra.

Una vez más comprobamos que el sistema de referencias que


establecen los pronombres no es estructural, ya que no hay un lugar
establecido de antemano para alcanzar al resultado de la instrucción de
búsqueda. En ejemplos anteriores la relación cohesiva se establecía con otras
oraciones del texto, en algún caso con ningún elemento textual sino contextual,
y en este caso con un elemento oracional.

Si se entiende a (5) como otra versión de (4), es posible realizar las


interpretaciones semánticas que reclaman los pronombres desde su desarrollo
en (4):

SN SV1 SV2 O
Sus primos sabían (que los perseguirían siempre), y decidieron irse . S
P
esp N P CD / PIS P CD

pro SV O.
[ellos] los perseguirían siempre S.
CD P at P.

La interpretación del pronombre los, si bien es oracional, no se


encuentra en el interior de la misma cláusula: el pronombre aparece en la
cláusula incluida, mientras que su interpretación aparece en la cláusula
principal. Además, es necesario destacar que la interpretación debe
realizarse a través de la recuperación de todo el sintagma nominal de
referencia, y no sólo a través del núcleo sustantivo.
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Estamos, entonces, frente a un caso de recuperación oracional pero


extra-clausular, en el sentido de que la recuperación se realiza a través de
otra cláusula.

El examen de (5) vuelve a mostrar la necesidad de recuperación extra-


clausular, pero en este caso el movimiento que implica la instrucción de
búsqueda es transoracional: trasciende los horizontes de la oración para
instalarse en el texto.

Este tipo de instrucción de búsqueda, según el ámbito en el que se


debe buscar el elemento interpretativo (extra-clausular), se suma a los que ya
hemos conocido anteriormente, y que podríamos denominar como:

 Instrucción transoracional o textual (cuando el elemento


interpretativo se busca en el texto, más allá de los límites de
la oración) y la

 Instrucción contextual (cuando el elemento interpretativo


debe buscarse en el contexto en que se inscribe la situación
de comunicación).

Podemos suponer que las informaciones a recuperar han aparecido en


zona anterior del texto, por lo que el análisis arrojaría los siguientes resultados:

INFORMACIÓN SEMÁNTICA

Sus que siempre los


primos perseguirían

SN SV1 SV2 O.
Ellos lo sabían , y decidieron irse . S.
N CD P coord. P CD P.

ESTRUCTURA SINTÁCTICA

5. El índice de una instrucción de


búsqueda
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Hasta este punto, hemos visto cómo el pronombre es un elemento que


llena un lugar sintáctico que corresponde a una entidad expresable a
través de un sintagma nominal y que esta entidad debe ser recuperada de
la oración, del texto o del contexto. Se trata de un índice que marca una
instrucción de búsqueda con respecto a dicha entidad, y esto se debe a
que el pronombre, en tanto clase de palabras, mantiene una singular
propiedad: ocupa el lugar de la sintaxis que corresponde a entidades
representables en el lenguaje a través de sintagmas nominales, pero no
tiene significado en sí. Esa ausencia de significado marca la instrucción de
búsqueda hacia la cláusula, la oración, el texto o el contexto de la situación
comunicativa.

En otro orden de cosas, es preciso destacar que el pronombre, si bien


no manifiesta un contenido, sí aparece física o concretamente en la
superficie de una oración. Es esta aparición (a través de una forma
lingüística) lo que hace que sea un índice de la instrucción de búsqueda. La
instrucción de búsqueda es una operación mental exigida para la comprensión
de las frases en el interior de los textos y en consideración de sus contextos,
pero el índice de la instrucción de búsqueda es el elemento lingüístico
concreto cuya función es la de indicar dicha instrucción. Se trata,
entonces, de dos conceptos relacionados, aunque diferentes.

Además, en tanto cumple la función de un sintagma y no la de una


palabra, el pronombre constituye un sintagma completo y no es
especificador en el interior de un sintagma más extenso que él. Esta
característica lo asemeja a los sintagmas nominales o a las proposiciones
incluidas sustantivas, y lo diferencia de los determinativos.

A partir de la siguiente lista de ejemplos, se intenta profundizar este


aspecto para poder elaborar una definición del pronombre como clase de
palabras que alcance a pretender cierto carácter de completitud.

(6) Yo te avisé que no te llamaría.


(7) María lo encontró a su novio en la fiesta.
(8) Le dije la verdad a la profesora.
(9) El cartero entregó la carta a Mirta.
(10) El cartero le entregó la carta a Mirta.
(11) El cartero se la entregó.
(12) Yo estoy conforme, pero vos no lo estás.
(13) El investigador leyó el diario que la víctima escribió durante sus
últimos días.
(14) La gente necesita que las autoridades escuchen sus reclamos.

6. El pronombre personal
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 YO, TE y TE en (6)

Nos encontramos frente a una oración conformada por dos cláusulas


(una principal, en torno al predicado avisé, y otra incluida en ella, en torno al
predicado llamaría).

La cláusula incluida funciona como un constituyente dentro de la


estructura sintáctica de la principal como el complemento directo que requiere
el predicado principal. Más allá de este complemento directo, realizado a través
de una proposición incluida sustantiva, las informaciones de los demás
complementos que desarrollan las estructuras sintácticas tanto del
predicado principal como del predicado incluido son las personas del
discurso en la situación comunicativa (el hablante y su interlocutor), que
son representadas en el lenguaje a través de pronombres.

Debido a esta función ya vista del pronombre, las personas del


discurso pueden incorporarse a las estructuras sintácticas en las
representaciones de imágenes del mundo que se intercambian en las
interacciones comunicativas a través de formas pronominales.

Estas formas pronominales (como yo, me, vos – tú – usted, te, él, ella,
lo, la, le, nosotros, vosotros – ustedes, ellos, ellas, los, las, les) configuran
paradigmas en los que cada forma correspondiente a una misma persona se
diferencia de las demás por el caso, es decir, por una categoría morfológica
que permite distinguir funciones o modos de participación de esa persona en la
estructura sintáctica de la que forma parte.

El caso, elemento gramatical recurrente en las lenguas antiguas, no


persiste como tal en español, aunque sí se mantiene en una única clase de
palabras: el pronombre personal.

Podemos definir al pronombre personal como la representación de


una persona gramatical a través de una instrucción de búsqueda que se
orienta hacia su recuperación en el texto o en el contexto en que se
inscribe la situación de comunicación.

Cuando su interpretación se realiza en el interior de una oración,


forma parte de una relación estructural que es típica de la cohesión de los
elementos oracionales. Esta instrucción no forma parte de lo que se conoce
con el nombre de cohesión textual, porque deriva, simplemente, de las reglas
de conformación estructural que gobiernan la buena formación de las
oraciones.

Cuando la instrucción de búsqueda debe orientarse hacia el texto,


pero trascendiendo los límites de la oración, estamos frente a un recurso de
cohesión textual. La referencia que realizan los pronombres en este caso
16

contribuye a establecer relaciones entre diferentes elementos del texto,


exteriores a la consideración de una sola oración, y permite percibir con mayor
claridad el texto como fenómeno. Se llama a esta ocurrencia referencia
endofórica, dado que la instrucción de búsqueda opera entre el conjunto de
elementos que pertenecen al interior del texto.

Cuando la instrucción de búsqueda se orienta hacia elementos que


no pertenecen al texto sino a la situación de comunicación, al contexto
(como cuando el pronombre es interpretado como alusión a una de las
personas del discurso), la referencia es exofórica, ya que se interpreta en
función de elementos externos al texto, y tampoco puede ser considerada
como un recurso de cohesión textual.

La siguiente gráfica muestra el paradigma de caso para la primera


persona del singular:

Formas CASO Función Modo de Senti


pronomin sintáctica participación en la do
ales situación de la que
forma parte

Es el participante
principal, al que se
atribuye la
responsabilidad de la
situación, si es agente de

YO SN sujeto
la misma, o es el sujeto
de percepción si es
experimentante.
NOMINATIVO
Esta forma tiene acento propio, pero no lleva
tilde porque es un monosílabo. No puede ser Yo miraba la luna.
clítico, es decir que no puede adherirse a un

E
verbo para conformar una sola palabra. AGENTE: el hablante

TEMA PERCEPTO: la
luna L
Es el primer complemento
Complem.
Directo
que requiere la situación
en el interior del SV. H
ACUSATIVO
Me llamaron. A
Tanto en acusativo como en
dativo, la forma pronominal
AGENTE: ¿?
B
L
personal no tiene acento propio, DESTINATARIO: el
por lo que se acomoda al acento hablante.
del verbo al que complementa.
Por esto, puede ser clítico, es
decir que puede conformar un A
solo bloque, una sola palabra,
con el verbo: Es un segundo
Mirame (CD). Traeme mis cosas.
(CI)
Pudo conocerme. (CD) Solía
prestarme sus lápices. (CI)
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N
complemento requerido
por la situación en el
interior del SV,
frecuentemente como
T
ME punto de destino de un
movimiento de
información o de E
Complemen. transferencia.
DATIVO Indirecto
Me entregaron la
correspondencia.

AGENTE: ¿?
TEMA: la
correspondencia
DESTINATARIO: el
hablante

Forma parte
de un
sintagma
preposicional
que puede
asumir
diversas
funciones
sintácticas:

Se Como término de una

MÍ dirigieron
a mí.
(Complemen
dirección marcada por
la preposición, es la
entidad que se articula
E
(La tilde
permite
diferenciar a
PREPOSITIV to Régimen) en la situación de la
que forma parte a
L
O
esta forma (complemen Estás en mí. través de un modo
en caso to de (Complemen oblicuo, cuya
prepositivo
del
preposición) to Locativo). “inclinación” es definida
por la direccionalidad H
especifica-
dor Hay forma
que marca la
preposición. Hablamos A
especial para de un carácter oblicuo
posesivo mi
- mis) la en la medida en que la B
conformación entidad no se acomoda
El caso prepositivo tiene
acento, y conforma en el SP
del SP [con +
forma
en la estructura
directamente (como
L
un bloque sobre el cual recae
el acento. No llevaría tilde
pronominal]
de 1º sg:
podría hacerlo un SN)
sino a través de la
A
N
porque es monosílabo, pero articulación en el
en este caso la tilde es
necesaria para diferenciarlo Conmigo interior de un SP.
del especificador posesivo.
18

En este caso,
el sintagma T
se arma con
una sola
palabra que
E
resume a la
preposición y
a su
complemen-
to

Es una forma
pronominal
que asume dos
tipos de
comportamient
o:

como
Sintagma Cumple una función
Nominal no sintáctica equivalente al
mío especificado
o.
sintagma del hablante (=
*de yo) y representa una

mía
instrucción de búsqueda,
como N’ en el en este caso orientada
interior de un hacia el contexto.
GENITIVO
mío Sintagma
Nominal
especificado.
Cuando es SN desnudo,
se interpreta como

s especificador de un
sustantivo elidido (perras
SN desnudo mías).
mía (no
especificado):
Cuando es N’ en el
interior de un SN

s
especificado representa
Estas perras al especificador de un N
son mías. elidido (las perras mías
(Diferencia el = mis perras)
número
singular /
plural, y N’ en SN
también el especificado:
género
masculino / Las mías
femenino) destruyeron
un ejemplar
Todas estas formas son de Martín
acentuadas y llevan siempre Fierro.
tilde: nunca podrán ser clíticos.
Cuando son núcleos de
sintagmas nominales
especificados, el artículo se
acopla a su acento.
19

Para lo específicamente referido a las formas pronominales de primera


persona singular, puede notarse además que coinciden fonológicamente las
formas que corresponden al caso acusativo y al caso dativo. Por esto, la
función sintáctica diferente que puede asumir la palabra me (la de CD o la de
CI) no es diferenciable por los sonidos que se producen sino por la
comprensión de la estructura gramatical que está funcionando en cada caso.
Es ésta la razón por la cual, en algunas gramáticas, suele hablarse de un caso
objetivo, el que se refiere tanto al caso acusativo como al dativo.

También es importante notar que el significado que ponen en juego esas


formas pronominales, a través de la instrucción de búsqueda, es siempre el
mismo: el hablante. De modo similar al funcionamiento del sistema de casos
del latín, un mismo significado (en este caso, no un significado propio sino una
instrucción de búsqueda) aparece aludido de diferentes formas fonológicas
correspondientes al caso que la palabra adopta según las funciones sintácticas
que cumplirá en la estructura de la situación abierta por el predicado.

Por otra parte, es necesario destacar que se diferencian paradigmas


según la persona gramatical que se involucra, y que estas personas
gramaticales se definen según la distribución de los índices de la
instrucción de búsqueda: en el singular, el pronombre de primera persona
lleva la instrucción hacia el hablante, el de segunda hacia el interlocutor y el de
tercera a una persona que no es ninguna de las dos.

Esta aproximación nos puede llevar a una primera diferenciación en el


sistema de las tres personas:

 las dos primeras llevan hacia la instancia de comunicación en que


se produce el mensaje lingüístico, mientras que

 la tercera puede ser situacional (cuando se trata de una entidad


presente en la situación pero que no forma parte del punto de
interacción), aunque más frecuentemente es esperable que no sea
una entidad presente en la situación comunicativa sino parte del
universo de referencia que conforma el referente del discurso.

A continuación se verificará el funcionamiento del paradigma


correspondiente a la segunda persona del singular en español. Para
introducirlo, resulta importante destacar que se trata de un sistema que, en
español, asume tres formas diferentes según razones geográficas y
sociales.

En primera instancia, desde el punto de vista de coordenadas


sociales, se diferencia el tratamiento formal del informal:

 El formal es común a todos los hablantes del español,


20

 el informal tiene una distribución geográfica que permite diferenciar, de


manera gruesa, distintos dialectos:

o el del tuteo (característico de España y gran parte de


Latinoamérica) y

o el del voseo (particular de Argentina y algunas otras zonas


geográficas sudamericanas).

La graficación siguiente muestra esta organización de sistemas que


conforman el paradigma de la segunda persona del pronombre singular:

Tratamiento
formal
NOMINATIVO USTED
(Expresión de la
PRONOMBR distancia social)
E DE
SEGUNDA
PERSONA Tratamiento TUTEO NOMINATIVO
informal TÚ
SINGULAR
(Expresión de la Diferenciación dialectal
falta de
distancia)
VOSEO NOMINATIVO
VOS

En la próxima tabla se presentan los distintos casos:

Formas CASO Función Modo de Senti


pronomina sintáctica participación en do
les correspondie la situación de la
nte que forma parte
Participante principal.
SN sujeto
TUTEO

TUTEO
NOMINATIVO
Tú observabas las
huellas.
E
AGENTE: el
L

Son formas que
tienen interlocutor
Por tener TEMA: las huellas
acentuación acento
propio no
pueden ser
clíticos.
21

VOSEO propia: en el VOSEO


Vos mentiste.
VO
caso del tuteo,
el nominativo AGENTE: el
lleva tilde para
diferenciarlo del
interlocutor I
S determinante
posesivo, que
no la lleva.
TRATAMIENTO FORMAL
Usted aceptó el N
FORMAL En el voseo y
trato.
AGENTE: el T
Ud.
en el interlocutor
tratamiento
formal el acento
TEMA: el trato E
R
es prosódico.

TE
SN de articulación
directa en el interior

(TUTEO/ ACUSATIVO
Complemento
Directo
del SV. L
O
TUTEO/VOSEO
VOSEO)
Ella te miraba.
AGENTE: una
Estas formas, a
diferencia de
Dado que estas
formas no tienen tercera persona.
TEMA: el
C
las anteriores, acentuación
no tienen propia, en interlocutor.
U
LO- acentuación
propia, sino
que se
ocasiones son
clíticos: se
adhieren al TRATAMIENTO FORMAL T
LA O
acomodan al verbo para
Espere nuestra
acento del conformar una
verbo al que sola palabra. respuesta;
(FORMAL) complementan. Ejemplos:
Mirate.
mañana lo
llamaré.
R
Me alegro de
conocerla, AGENTE: el
señora hablante
Peñalba DESTINATARIO: el
interlocutor (hay
diferenciación
masculino-femenino: lo -
la)

Complemento Segundo
Indirecto complemento
requerido en el interior
Dado que estas del SV.
formas no tienen
TUTEO/VOSEO
DATIVO acentuación

TE propia, en Ella te entregó el


ocasiones son trabajo.
Estas formas
clíticos: se AGENTE: una
(TUTEO/ tampoco tienen
adhieren al tercera persona.
VOSEO) acentuación
verbo para TEMA: el trabajo.
propia: se
conformar una DESTINATARIO: el
acomodan al
acento del
verbo al que
sola palabra. interlocutor.

TRATAMIENTO FORMAL
E
22

LE
Yo le pedí a usted
L
complementan. Ejemplos:
Te traje un los resultados
libro. ayer.
(FORMAL) Necesito AGENTE: el
pedirle un hablante.
favor, señor
Silva.
TEMA: los
resultados.
I
DESTINATARIO: el
interlocutor (no hay N
T
diferenciación
masculino - femenino:
forma única le)
TUTEO PREPOSITIV Complemento de Como término de una E
TI
O Preposición en dirección marcada por
(complemen
to de
SP con diferentes
funciones:
la preposición, es la
entidad que se articula R
en la situación de la
No lleva tilde
porque no
preposición)
Se dirigieron
a ti.
que forma parte a
través de un modo
L
hace falta
O
Las dos formas
diferenciar a Se dirigieron a oblicuo, cuya
vistas son
“inclinación” es
esta forma en acentuadas, vos.
caso
prepositivo
pero no llevan
tilde porque,
(Complemento
Régimen)
definida por la
direccionalidad que
marca la preposición.
C
U
del por regla
especifica- Hablamos de un
general, los Están en ti.
dor posesivo, monosílabos no carácter oblicuo en la
que es tu –
tus, ya que
la llevan. Están en vos.
(Complemento
medida en que la
entidad no se T
acomoda en la
son
fonológica-
El tratamiento
formal, al igual
Locativo).

Hay forma
estructura
directamente (como
O
mente
R
que el voseo,
diferentes. especial para la podría hacerlo un SN)
no tiene una
Sin embargo, conformación del sino a través de la
forma especial
es una forma SP [con + forma articulación en el
de caso
acentuada, pronominal] de interior de un SP.
prepositivo, ya
tiene acento que se usa la 2º sg en tuteo:
prosódico. misma forma contigo.
VOSEO Y correspondiente Se trata de una forma acentuada, pero de
TRATAMIEN- al nominativo: acento prosódico. No lleva tilde porque,
TO FORMAL: por regla general, no la llevan los
IGUAL AL Lo vi a monosílabos.
NOMINATIVO
usted ayer.
GENITIVO
E
TUTEO / Es una forma
VOSEO pronominal que Cumple una función

tuy
asume dos tipos sintáctica equivalente
Estas formas
son de
comportamiento:
al sintagma del
interlocutor (= de
L
acentuadas, por
o lo tanto no
pueden
como Sintagma
Nominal
vos / de ti / de usted)
y representa una

tuy
funcionar como
clíticos.
desnudo (no
especificado) o
instrucción de
búsqueda, en este I
Cuando forman
sintagmas
como N’ en el
interior de un
caso orientada hacia
el contexto. N
23

a T
nominales Sintagma
especificados Nominal
por artículo, el especificado. Cuando es SN

tuy artículo se
acomoda a su SN desnudo:
desnudo, se puede
interpretar como
E
esquema de Estos gatos son especificador de un R
os acentuación. tuyos. sustantivo elidido
Lleve el (Estos gatos son
L
tuy comprobante,
es suyo.
tuyos = son
gatos tuyos =
son tus gatos). O
as N’ en SN
especificado:
C
(Diferencia el Cuando es N’ en el
número
singular /
Las tuyos
espantaron al
interior de un SN
especificado
U
plural, y
también el
águila.
Vengo a
representa a un
especificador del N
T
género
masculino /
avisarle que
mis hijos
elidido (los tuyos =
los gatos tuyos =
O
Estas formas
R
femenino) pelearon con tus gatos)
siempre están
acentuadas, los suyos
FORMAL anoche.
aunque no

suy llevan tilde. Por


eso, tienen
entonación
o propia, es decir,
un esquema de
entonación para
suy cada una con
su propio

a
acento. No
pueden ser
clíticos.

suy
os
suy
as
Nuevamente se verifica, para el caso de la segunda persona del
singular, que (al menos en el caso de las formas de tuteo y voseo) coinciden
las formas fonológicas del acusativo y el dativo, por lo que también puede
hablarse de un caso objetivo.

En cuanto a los tratamientos que derivan de la distancia social, se puede


ver la asimilación de esta distancia, en términos lingüísticos, a las formas de
tercera persona, más que a las de segunda. Por ello, las formas no nominativas
24

del paradigma de usted son más parecidas a las de tercera persona que a las
de segunda.

Es por esto que podemos hipotetizar que la distancia social del


interlocutor se inscribe lingüísticamente según las formas de una tercera
persona y no de las que corresponderían a un interlocutor directo al que
se percibe sin distancia. Esa distancia podría estar expresada a través de
un modo de evitar el tratamiento directo (como el que se realiza frente al
interlocutor en la relación informal) para llegar a él como si se lo hiciera
recorriendo la distancia que lleva a la tercera persona, una persona más
alejada de la situación de enunciación.

Para completar el sistema pronominal del singular, a continuación se


presenta el correspondiente a la tercera persona, en el que serán fácilmente
diferenciables las formas de acusativo y dativo, que son las mismas que hemos
detectados en la segunda persona formal.

LA TERCERA PERSONA

En el caso de la tercera persona de singular, aparecen formas


específicas para la diferenciación de los distintos casos de la posición sintáctica
de objeto: hay una distinción fonológica entre el caso Acusativo y el caso
Dativo, dado que se realizan a través de fonemas diferentes. Es por esto que,
desde el auge de la Gramática Estructural, se utilizó la sustitución pronominal
en tercera persona para distinguir si un complemento objeto es directo o es
indirecto:

a) Emilio leyó tu carta. Complemento


Directo: CASO
Emilio la leyó. ACUSATIVO

b) El hombre atravesó el túnel. Singular:


lo - la
El hombre lo atravesó.
Complemento
Indirecto: CASO
c) El repartidor entregó el paquete a la vecina.
DATIVO
El repartidor le entregó el paquete.
Singular: le

Formas CASO Función Modo de Senti


pronomina sintáctica participación en do
les correspondie la situación de la
nte que forma parte
25

MASCULINO NOMINATIVO SN sujeto Participante principal.

Él
Hay
MASCULINO
diferenciación Cuando el sujeto
de formas no es el neutro, Él resolvió el
FEMENINO sólo en el puede remitir a: enigma.
número sino AGENTE: entidad

Ell también en
género, con
tres sistemas:
1) La
representación
presentada
recuperable
TEMA: el enigma
E
a
FEMENINO
Masculino, anteriormente de
Femenino,
Neutro. El
una situación
como entidad
Ella reconoció su
cara. N
T
NEUTRO neutro remite a abstracta (como EXPERIMENTANTE:

Ell
entidades pasa en el entidad recuperable
generalmente ejemplo de TEMA ESTÍMULO: su
inanimadas o
de pura
NEUTRO 1), o cara I
o existencia
verbal.
2) Una expresión
lingüística que va
a ser reformulada
NEUTRO (1)
La presidenta se
negó al diálogo.
D
A
Est En tanto sujeto,
permite que
cumpla una
en la oración
(como sucede en
el ejemplo de
Esto aceleró el
descontento
popular. D
o
función NEUTRO 2). En
sintáctica en la este mismo En la segunda oración:
estructura ejemplo esto CAUSA: entidad
oracional una remite a relación abstracta

Es entidad que es
recuperable a
de equivalencia,
lo hace funcional
constituida por una
situación E
X
partir de como primer recuperada por la

o marcas término de una instrucción de


búsqueda: la
T
morfológicas oración ecuativa:
(persona, negación de la
número, presidenta al

E
Son diálogo
formas género).
TEMA / EVENTO
acentuadas
CREADO: el
(aunque su
acento es
Esa entidad es
recuperable por Esto = que dos
términos se
descontento
popular
R
prosódico en indicación
el femenino
y en el
directa hacia su
presencia en el
presentan como
equivalentes. NEUTRO (2)
N
neutro y por
tilde en el
masculino):
contexto o por
la instrucción
Relación de
equivalencia =
Estamos frente a
una relación de A
de búsqueda que dos términos
equivalencia.
nunca
podrán hacia delante o se presentan como Esto significa que
funcionar detrás en el equivalentes. dos términos se
como devenir del presentan como
clíticos. El mismo texto.
masculino
equivalentes.
lleva tilde (a Hay una operación
pesar de que de reformulación
los que se construye
monosílabos por una oración
no se ecuativa.
acentúan)
26

para
diferenciarlo
del artículo.
Ejemplos:
Él llegó.
El tren
llegó.

Formas CASO Función Modo de Senti


pronomina sintáctica participación en do
les correspondie la situación de la
nte que forma parte
27

ACUSATIVO Complemento Primer requerimiento

E
Directo interno.
MASCULINO
Recuperé el
cuaderno. Me lo N
Hay
diferenciación Exige de una
trajo mi vecino.
En la segunda oración: T
MASCULINO de formas no AGENTE: mi vecino
interpretación
I
Lo
sólo en el que se realiza por TEMA: el cuaderno
número sino la relación (recuperado por la

FEMENINO
también en
género, con
cohesiva que
mantiene con
instrucción de
búsqueda hacia la
D
tres sistemas: respecto a oración anterior).
A
La Masculino,
Femenino y
Neutro. El
una entidad que
es recuperable
del texto a partir
DESTINATARIO: el
hablante
D
NEUTRO FEMENINO
neutro remite a de marcas

Lo entidades
generalmente
inanimadas o
morfológicas
(persona,
No la leí. No pude
conseguir la

de pura
existencia
número, género). novela.
En la primera oración: E
AGENTE: el
verbal.
Las formas de acusativo son átonas (no acentuadas)
hablante
(recuperable por
X
y, por lo tanto, pueden funcionar como CLÍTICOS:
Llamalo. No pude verla.
llenado del sujeto no
explícito) T
E
TEMA: la novela
(recuperable por la
FORMA La forma se, El reflexivo se oración siguiente)
EXCLUSIVA
DEL
REFLEXIVO,
que no
distingue
utiliza para
indicar que el REFLEJO
R
N
COMÚN AL género, se objeto es la Mónica se miró.
MASCULINO Y utiliza misma entidad AGENTE: Mónica
AL FEMENINO: exclusivamente que el sujeto. TEMA: se (Mónica)

(se) para predicados


reflejos.
La recuperación se
realiza por instrucción
A
El pronombre de búsqueda hacia la
El pronombre neutro misma oración.
invariable lo INVARIABLE lo
aparece aquí permite recuperar NEUTRO
por su ESTA
el contenido del Estoy feliz. Y me DO
semejanza complemento preocupa que vos LEXI-
fonológica con predicativo a
INVARIABLE no lo estés. CALI-
las formas del ZA-
Lo
través de la En la segunda oración:
acusativo, pero BLE A
relación cohesiva EXPERIMENTANTE: TRA-
no es este con el VÉS
el interlocutor.
caso, sino que complemento DE
EL PREDICADO SER
recupera un SA predicativo de la S.A.
FELIZ está
complemento oración anterior.
predicativo. conformado por un
verbo copulativo y un
complemento
predicativo.
28

DATIVO Participante de
Hay articulación oblicua en
diferenciación la situación (a través
de formas de dativo o sintagma
solamente en el preposicional).
número, y no Complemento MASCULINO
en género. Indirecto Primera versión:
Mauro está
Exige de una
MASCULINO
Las dos formas contento. El
interpretación (le y se) se decano le entregó
Y que se realiza
distribuyen según
FEMENINO por la relación su diploma.
la cantidad de

LE
cohesiva que
mantiene con
pronominaliza-
ciones de objetos
En la segunda oración:
AGENTE: el decano
TEMA: su diploma
E
respecto a
una entidad que
(directo e
DESTINATARIO: le N
(se
indirecto) que
es recuperable
aparecen en el
T
del texto a partir Segunda versión:
texto. Mauro está
de marcas

)
contento con su
I
morfológicas Así, cuando se
(persona, diploma. El
pronominaliza
número, decano se lo
D
solamente al
género). entregó.
complemento
Las formas de dativo también indirecto, la forma En la segunda oración:
son átonas (no acentuadas) y
pueden funcionar como clíticos:
que corresponde
es le, y cuando
AGENTE: el decano
TEMA: lo (su
A
Entrégale el sobre a
Marta.
ya está
pronominalizado
diploma)
DESTINATARIO: se
D
Estoy enviándole una el complemento
(a Mauro)
directo, si se
carta a Raquel.
LEÍSMO: quiere FEMENINO
Incorrección que consiste en
utilizar la forma de dativo (le)
pronominalizar
complemento
el Primera versión
Ayer le pedí la
E
X
cuando corresponde una de indirecto la forma dirección a Juana.
acusativo (lo, la): que corresponde AGENTE: el
*Le vi a Martín en la plaza. es se.
T
hablante
Corresponde: Este es un caso (recuperable por
Lo vi a Martín en la plaza. de se llenado del sujeto no
El pronombre duplica a la
entidad Martín, que es CD, por
complemento
indirecto que
explícito).
TEMA: la dirección
E
lo que no puede ser evita la forma
pronominalizado por CI.
*El
cacofónica:
decano le lo
DESTINATARIO:
Juana (entidad R
LOÍSMO / LAÍSMO: duplicada por el
Incorrección que consiste en
utilizar la forma de acusativo (lo, *Ayer
entregó.
le la pedí.
pronombre dativo
le)
N
la) cuando corresponde una de
dativo (le):
*Lo di la carta a Julián.
FEMENINO
Segunda versión
A
Corresponde: Ayer se la pedí.
Le di la carta a Julián. AGENTE: el
El pronombre duplica a la
entidad Julián, que es CI, por lo
hablante TEMA: la
que no puede ser dirección
pronominalizado por CD. DESTINATARIO: a
Juana
29

Cuando el tema y/o el


destinatario están
pronominalizados, se
recuperan por la
instrucción de búsqueda
hacia otro elemento de la
oración o del texto.
Término de la relación
trabada por la
preposición entre dos
entidades expresadas
por N o N’.
USOS DE LA FORMA
ESPECIAL DE CASO
PREPOSITIVO
Ella volvió en sí.
Error frecuente: utilizar el PACIENTE: una
predicado volver en sí con el tercera persona.
pronombre en caso prepositivo PREDICADO:
siempre en tercera persona, y
no flexionarlo según la persona
volver en sí. E
N
de la que se trata en cada caso: De pronto, ella lo
*Volví en sí. atrajo hacia sí.
Lo correcto es:
AGENTE: la tercera
Volví en mí.
T

persona femenina
TEMA: (lo) una

(Sólo
tercera persona
masculina I
para
algunas
LOCATIVO: hacia sí
(hacia ella misma). D
preposici
o- nes) PREPOSITIV Complemento
OTROS CASOS: USO DE
LA MISMA FORMA DEL
NOMINATIVO
A
de Preposición
Las
O
(complemen en el interior Traje los
cuadernos para
D
de un SP
mismas to de
ella.
formas preposición) AGENTE: el
del
Nomina-
hablante.
TEMA: los E
cuadernos.
tivo
(para la
DESTINATARIO:
para ella
X
mayoría
de las Hablé con él sobre
T
El caso prepositivo del pronombre personal es
preposici
siempre una forma acentuada. Tiene acentuación
o- nes)
propia, no puede ser clítico.
el problema.
AGENTE: el E
hablante.
Por regla general, los monosílabos no se
acentúan, pero en este caso sí el pronombre lleva
TEMA: el problema.
DESTINATARIO: con
N
tilde porque es la manera de diferenciar al caso
prepositivo de la conjunción subordinante si, que
nunca se acentúa.
él (articulación de una
tercera persona
A
Así, se diferencian las siguientes formas en la masculina a través de
escritura: SP por la exigencia de
 SI, conjunción subordinante (de PIS de
discurso indirecto sobre pregunta
absoluta o de PIADdv condicional),
 SÍ, adverbio de afirmación,
 SÍ, caso prepositivo del pronombre
personal de tercera persona singular.
30

la preposición con que


plantea este verbo, en
tanto verbo de
comunicación)

FORMA ESPECIAL PARA


LA FORMA REFLEXIVA
ARTICULADA CON LA
PREPOSICIÓN CON:
Tomó sus cosas y
se las llevó
consigo.
AGENTE de llevar:
una tercera persona
TEMA: sus cosas
Es una forma Cumple una función
pronominal que sintáctica equivalente
asume dos tipos al sintagma de la
de persona aludida (=
comportamiento: de él / de ella) y
como Sintagma
Nominal
representa una
instrucción de E
desnudo (no búsqueda, en este
especificado) o
como N’ en el
caso orientada hacia el
texto.
N
interior de un
Sintagma T
I
Nominal

suy
especificado.

SN desnudo:
D
o Carmen debe Cuando es SN
haber llegado
ya. Estos libros
desnudo, se puede
interpretar como A
suy son suyos.
Esa casa
especificador de un
sustantivo elidido D
a GENITIVO
muestra la
decadencia de
(Estos libros son
suyos = Son
libros suyos =
suy la familia
Raseni. Era Son sus libros =
Son los libros de E
La persona suya, y ahora
os concuerda con
la entidad
está en ruinas.
Carmen = Son los
libros de ella). X
suy
aludida por la
instrucción de
búsqueda (el Cuando es N’ en el T
as poseedor), pero
el número y el
N’ en SN
especificado:
interior de un SN
especificado
representa a un
E
género lo hacen
N
Diferencia el Llevé a mis
número con el objeto especificador del N
hijos y ella elidido (Mis hijos
singular / poseído. llevó a los
plural, y
también el
suyos.
pelearon con los
suyos = Mis hijos A
Mis hijos pelearon con los
género
pelearon con hijos suyos = Los
masculino /
Todas estas formas
tienen más de una
sílaba, y son formas
acentuadas, aunque no
lleven tilde. No pueden
ser clíticos.
31

femenino. los suyos. míos pelearon


con sus hijos =
Los míos
pelearon con los
hijos de ella)

El examen de estas últimas formas abre diferentes posibilidades para los


pronombres de tercera persona: no solamente funcionan como instrucciones
de búsqueda hacia el contexto de la situación comunicativa, sino que pueden
(y, de hecho, suelen) funcionar como instrucciones de búsqueda hacia el
interior del texto en que se encuentran. Es más: es muy probable que sean
menos usados para referirse a personas presentes en la situación comunicativa
que para hacerlo sobre personas, o entidades en general, que han sido
introducidas en el texto a través de los diferentes tipos de alusión que el
lenguaje es capaz de permitir. En este sentido, se trata de entidades
lexicalizadas en ciertos puntos del texto, hechas lenguaje, aludidas o
representadas a través de palabras.

De esta manera, los pronombres de tercera persona se diferencian


del conjunto conformado por los de primera y de segunda porque, en
tanto estos últimos orientan la instrucción de búsqueda hacia elementos
de la situación comunicativa, los de tercera la orientan hacia elementos
ya lexicalizados en el universo de representaciones presentes en el texto.

Es de destacar la contrastación entre los dos siguientes aspectos, muy


cruciales cuando se trata de pronombres:

 Los pronombres carecen de significado propio, ya que la referencia


que pueden realizar, en cada situación en particular, no deriva de un
campo semántico particular de esta palabra sino de la interpretación
que de ella se hace en el entorno del texto o del contexto.

 Sin embargo, una columna común a todas las personas del singular
que hemos estudiado manifiesta el sentido de cada uno de los
pronombres vistos.

Esto significa que los pronombres no tienen significado, pero sí


sentido: no abren un conjunto de rasgos semánticos que definan a una
entidad en particular, pero sí contienen sentido porque manifiestan una
dirección en la que se orienta la interpretación para la instrucción de
búsqueda.

En resumen, la falta de significado se compensa con una orientación del


sentido en que debe realizarse la instrucción de búsqueda. Así, el sentido es la
orientación con que se guía a la interpretación en una dirección determinada, y
es el rasgo común en el paradigma de las formas personales, más allá de la
diferenciación morfológica de caso y la distinción de la función sintáctica.
32

Otra nota de diferenciación teórica que resulta necesaria, en este


proceso de aproximación a las formas que permiten la introducción en el texto
de las entidades aludidas por las personas gramaticales, es la diferenciación
entre los pronombres y los determinantes posesivos. Es, especialmente, el
genitivo de los pronombres que hemos visto (mío, tuyo, suyo) la forma
gramatical que puede llegar a ser confundida con los determinantes posesivos,
ya que estos últimos tienen, como uno de sus rasgos constitutivos, un
funcionamiento muy relacionado con el genitivo, en tanto forma relacionada con
la construcción en una sola palabra de un hipotético sintagma nominal como
de + una entidad no participante del sintagma en que se encuentra.

A modo de ejemplo, toda vez que nos encontramos con un sintagma


como su perro, el determinante posesivo representa un sintagma preposicional
hipotético como (perro) de Juan, y Juan es una entidad que no participa
explícitamente del sintagma en que se encuentra.

Esto nos permite ver que hay tres factores que asemejan a pronombres
personales en genitivo y especificadores determinantes posesivos:

 Tienen relación con formas en un caso genitivo relacionado con


personas gramaticales que no se encuentran en la superficie de
los sintagmas en que aparecen.

 Tienen sentido en cuanto orientan una instrucción de búsqueda,


pero no significado propio como anclaje en un conjunto definido de
rasgos semánticos que permitan establecer relaciones precisas con
ciertos referentes concretos.

 Tienen variación morfológica en número y género.

Para avanzar en la diferenciación de estas formas relacionadas con las


personas gramaticales (al menos en relación con las del singular, que son las
que hemos profundizado hasta el momento), proponemos una sistematización
similar con respecto a los determinantes posesivos correspondientes a estas
mismas personas.

Determinantes posesivos
Primera persona singular
Formas CASO Función Modo de participación Senti
sintáctica en la situación do
Es especificador Por la instrucción de

mi
posesivo en el búsqueda que orienta en un
interior de sentido determinado hacia la
sintagmas recuperación de una entidad
nominales: no de la situación comunicativa,
33

E
mi
puede por sí establece una función
mismo configurar sintáctica equivalente al
un sintagma, sintagma del hablante (= *de L
como las formas yo). Pero su funcionamiento

s anteriores, lo que
lleva a la
conclusión de
sintáctico dependiente de una
estructura nominal (el sujeto,
en el ejemplo de la columna
H
A
Diferencia que no es anterior) le quita el carácter
el número GENITIV pronombre sino propiamente pronominal para B
singular/ O
plural (del
determinante establecer su carácter L
posesivo. determinativo en función de
objeto especificador. No puede ser A
“poseído”),
pero no el Mis perras constituyente de la situación N
expresada en la cláusula sino
género que sólo puede participar de T
masculino/ ya comieron.
femenino
ella como parte de un SN. E
(ni del
poseedor ni
del
poseído).
Segunda persona singular
Formas CASO Función Modo de Senti
sintáctica participación en la do
situación

TUTEO /
VOSEO Por la instrucción de

tu
búsqueda que orienta en
Es especificador un sentido determinado
posesivo en el hacia la recuperación de E
GENITIVO
tus El singular
informal se
interior de
sintagmas
una entidad de la situación
comunicativa, establece
L
nominales: no una función sintáctica
diferencia
del
puede por sí equivalente al sintagma I
FORMAL mismo configurar del interlocutor (= *de
pronombre
un sintagma, vos). N
su nominativo
de 2º
como las formas
anteriores, lo que Tus gatos espantaron
T
porque no E
su lleva tilde.
lleva a la
conclusión de
que no es
a tu águila.
R
L
s Estas
formas,
como todos
pronombre sino
determinante Los constituyentes de la
oración son: tus gatos
O
posesivo.
Diferencia los demás (SN sujeto) y a tu águila C
posesivos, (CD). Los posesivos no
el número
diferencian conforman un
U
singular/ Tus
plural (del el singular libros constituyente por sí T
objeto del plural. mismos. Algo similar O
se perdieron. sucede en:
“poseído”),
pero no el
R
género Necesito
masculino/ comunicarme con
34

femenino usted por un


(ni del problema
poseedor ni relacionado con su
del cuenta.
poseído).

Tercera persona singular


Formas CASO Función Modo de Senti
sintáctica participación en la do
situación
E
Por la instrucción de N

su
búsqueda que orienta en
Es especificador un sentido determinado
T
posesivo en el hacia la recuperación de I
interior de una entidad de la situación D

su sintagmas
nominales:
determinante
comunicativa, establece
una función sintáctica
equivalente al sintagma de
A
D

s
GENITIVO posesivo. la persona aludida (= de
él/ de ella). A
L
Tampoco puede ser U
Diferencia Rubén está constituyente de la D
el número feliz situación expresada en la
singular/ cláusula:
I
plural, pero porque sus D
no el hijos La abogada conoce A
género bien
masculino/ ingresaron a la
femenino. su trabajo.
universidad.

A partir de las clasificaciones realizadas, puede verse el carácter


diferencial que mantienen los pronombres personales (que conforman
sintagmas por sí mismos) con respecto a los determinantes posesivos
(que no conforman sintagmas por sí mismos sino a través de su
participación en sintagmas nominales), pero también una lista más completa
de los rasgos comunes que identifican a pronombres y determinantes
posesivos:

 El llenado de un lugar sintáctico:


35

o Se trata de una función (una función sintáctica como


constituyente de O alrededor de un verbo o como complemento
de un núcleo), en el caso de los pronombres, y

o La función de especificador, en el caso de los determinantes


posesivos),

 Una instrucción de búsqueda

o Indica la búsqueda de una entidad representable a través del


lenguaje que es introducida por el pronombre como sintagma, en
el caso de los pronombres, y

o una entidad representable por sintagma que es clave para que


sea interpretada como complemento de una supuesta preposición
“de”, para comprender el alcance de la referencia de un
sustantivo, en el caso de los determinantes.

 Cuestiones morfológicas relacionadas con:

o el caso (ambas categorías desarrollan el caso genitivo, aunque


en el pronombre se trata de un caso más y en el del especificador
del único), o

o la posibilidad de flexionar en número y género, que es


variable y debe acotarse a ciertos casos en particular, para el
pronombre, y que es general con respecto al número (pero no con
respecto al género) para el determinante.

Estas diferenciaciones entre pronombres y determinantes posesivos se


muestran en la siguiente tabla:

RASGOS COMUNES
FORMAS Rasgos RASGOS
LINGÜÍSTICAS gramaticales Aplicación DIFERENCIALE
S

Se llena un lugar en el Conforman un


cumplimiento de la sintagma por
Pronombre función como un sí mismos, sin
Personal sintagma completo,
necesidad de
que es constituyente
de la situación en que
la
se encuentra, o que participación
1. Llenado de complementa a una de otra
un lugar preposición. palabra. El
36

sintáctico análisis de la
Yo escribí esa carta. tabla anterior
(YO: SN sujeto) muestra cómo
Ella me vio. (ME: CD) los
Me lo dio.(ME: CI)
pronombres
Volvió en sí. (Comp. de
P.)
aludidos
representan a
la entidad
Para la interpretación recuperable
requiere de la por la
2. Instrucción recuperación de una instrucción de
de búsqueda entidad textual búsqueda sin
(cuando es de tercera necesidad de
persona) o contextual nada más. Así,
(cuando es de primera cumplían la
o segunda persona).
función de SN,
CD, CI o comp.
de prep.

Es
un caso más
Constituyen la síntesis en el total de
en una palabra de un casos
3. hipotético sintagma
Morfología: (nominativo,
preposicional
el caso interpretable como
acusativo,
genitivo “de + una entidad” dativo,
genitivo,
prepositivo)
Pronombre que componen
personal el sistema.

Existe un paradigma diferente para cada


persona gramatical, y las personas se
organizan en un eje de tres elementos:
 la primera (el hablante),
 la segunda (el interlocutor) y
 la tercera (una entidad aludida).
4. Estas tres personas, a su vez, se pueden
Morfología: organizar en dos grupos:
persona  PRIMER GRUPO: personas que
gramatical conforman la situación
comunicativa. Es decir, aquellas
cuya existencia confiere sentido al
discurso. Son la primera y la
segunda.
 SEGUNDO GRUPO: entidades que
son aludidas en el discurso
(tercera persona).
37

Existen diferentes Todos los


paradigmas para el pronombres
singular y el plural en tienen
cada persona modificaciones
gramatical.
fonológicas
Ejemplo:
5. En la primera persona,
para
Morfología: la forma singular del diferenciar el
género y nominativo es yo, y la número.
número plural es nosotros. Solamente en
algunos casos
LOS PRONOMBRES (la tercera del
EN GENITIVO nominativo,
CONCUERDAN EN todo el
GÉNERO Y NÚMERO genitivo y el
CON EL OBJETO acusativo de
POSEÍDO Y EN
tercera
PERSONA CON EL
POSEEDOR. persona)
existe además
diferenciación
de género.

1. Llenado de Función de
un lugar especificador en el No configuran
sintáctico interior de un SN sintagmas por
Determinan Mi hermano llegó. sí mismos sino
te como
Posesivo 2. Instrucción especificadore
Recuperación de una
de búsqueda entidad textual o
s de N’ en el
contextual. interior de SN.

Constituyen la síntesis Es el único


3. en una palabra de un caso que
Morfología: hipotético sintagma tienen los
el caso preposicional determinantes
genitivo interpretable como
posesivos.
“de + una entidad”

Existe un paradigma diferente para cada


persona gramatical, y las personas se
organizan en un eje de tres elementos:

 la primera (el hablante),


 la segunda (el interlocutor) y
 la tercera (una entidad aludida).

4. Estas tres personas, a su vez, se pueden


Morfología: organizar en dos grupos:
persona
gramatical  PRIMER GRUPO: personas que
conforman la situación
38

comunicativa. Es decir, aquellas


cuya existencia confiere sentido al
discurso. Son la primera y la
segunda.

 SEGUNDO GRUPO: entidades que


son aludidas en el discurso
(tercera persona).

Existen diferentes
paradigmas para el Solamente hay
singular y el plural en diferenciación
cada persona morfológica
gramatical.
con respecto
al número, en
5. LOS relación con la
Morfología: ESPECIFICADORES entidad
género y POSESIVOS aludida por la
número CONCUERDAN EN instrucción de
NÚMERO CON EL búsqueda. No
OBJETO POSEÍDO, hay
Y EN PERSONA diferenciación
CON EL de género.
POSEEDOR. NO
TIENEN
DIFERENCIACIÓN
DE GÉNERO.

La diferenciación aquí realizada entre pronombres personales (sobre


todo, los del caso genitivo, que son posesivos) y determinantes posesivos se
ha realizado sobre la base de una contrastación de rasgos de los diferentes
niveles gramaticales, teniendo en cuenta que subyace la distinción
fonológica, en cuanto se trata de formas que suelen tener una configuración
de fonemas particulares, con algunas similitudes pero con marcadas
diferencias.

Así, las categorías utilizadas para la diferenciación, desde los distintos


niveles de la gramática, se organizaron de la siguiente manera:

NIVEL DE LA GRAMÁTICA RASGOS CONSIDERADOS


PARA LA DIFERENCIACIÓN
CASO

PERSONA GRAMATICAL
MORFOLOGÍA NÚMERO
39

GÉNERO

SINTAXIS FUNCIÓN SINTÁCTICA

INSTRUCCIÓN DE BÚSQUEDA
SEMÁNTICA (Sobre la base de que existe un sentido
pero no un significado propio.)

Además de estos niveles, resulta importante destacar el rol que cumple


la consideración de la pragmática, cuando el estudio de las formas
pronominales o determinativas involucra la necesidad de tener en cuenta que la
utilización de estas formas pone en funcionamiento, en lugar de significados
propios, una línea de sentido.

Esta línea se proyecta sobre diferentes tipos de contexto:

 En primer término, el contexto del sintagma en el que se


ubica el elemento que se está estudiando: involucra
pensar qué función cumple en ese sintagma y, si es un
sintagma, con qué otro u otros sintagmas traba relación.
Este contexto es el que estudiaba el estructuralismo
norteamericano, cuando se planteaba las relaciones con
otros elementos, y estos elementos eran exclusivamente
lingüísticos, sobre todo sintácticos.

 En segundo término, el contexto oracional.

 El contexto exterior a la forma lingüística considerada.


Es el texto que la contiene, y se lo puede aludir como
cotexto.

 El contexto exterior a la totalidad del texto, el que lo


muestra como el ejercicio del discurso en el entorno de
una situación comunicativa entre diferentes
interlocutores. Este contexto general, que contiene
todos los elementos de interpretación necesarios para
que se proyecten las líneas de sentido abiertas en el
texto, es el que obliga a considerar el nivel de la
pragmática.

7. Los tipos de significados involucrados por las


palabras en la conformación de los sintagmas

En otro orden de cosas, en el momento de analizar el funcionamiento del


sentido como línea orientada y el significado como conjunto de rasgos
semánticos propios de cada pieza léxica, es necesario diferenciar, cuando se
40

trata de elementos lingüísticos, que existen, al menos, dos tipos de significado


que configuran a cada uno. Estos dos tipos son:

 El significado léxico. Contamos en él a todos los rasgos semánticos


que configuran el significado de una palabra.

Ejemplos:

o PERRO = [ser vivo, animal, mamífero, canino, emite


ladrido, etc.]

o GRANDE = [que tiene dimensiones importantes]

o SOÑAR = [situación que consiste en proyectar a


través de la imaginación, sobre todo cuando se está
dormido, diferentes situaciones no reales;
involucra a una entidad humana que sueña y a un
contenido del sueño, compuesto por las imágenes
relacionadas de las situaciones no reales
representadas en la mente de quien sueña]

o ALEGREMENTE = [presentación de una circunstancia de


modo en que se da una determinada situación]

o EN = [ubicación de una entidad en el interior de


otra]

Las palabras léxicas son las únicas que tienen este tipo
de significado.

 El significado gramatical. Consideramos, bajo esta denominación, al


contorno de significado que deriva de cuál es la clase de palabra
léxica a la que determinada pieza del lenguaje pertenece.

Las palabras léxicas tienen también este tipo de


significado, como puede verse en el análisis de los
siguientes ejemplos:

o PERRO = [SUSTANTIVO: entidad común y concreta,


perceptible por los sentidos.]

o GRANDE = [ADJETIVO: característica o propiedad de


una entidad, que tiene valor en cuanto puede
aplicársela como un predicado a dicha entidad]

o SOÑAR = [VERBO: situación que involucra a un


experimentante –el soñador- y un tema –el sueño-,
que cuando está en juego –en su forma finita-
concuerda con el experimentante como participante
principal en la representación de la situación en
41

género y número, por lo que esta entidad funciona


como sujeto de la oración, mientras que la otra
complementa directamente al verbo en el interior
del sintagma verbal.]

o ALEGREMENTE = [ADVERBIO: contextualización de una


situación en función del modo en que se produce la
situación expresada por el verbo.]

o EN = [PREPOSICIÓN: marca de relación entre dos


entidades, una que funciona como “recipiente” y
otra como “contenido”.]

Las palabras funcionales tienen únicamente este tipo


de significado, como puede verse en los próximos
ejemplos:

o EL = [DETERMINANTE ARTÍCULO: indicación en el


anclaje de la referencia hacia un conjunto que
consta de un único elemento en la realidad, o en la
percepción que de ella tiene el hablante en
relación con el interlocutor. En El sol, se trata
de un único elemento en la realidad, y en El hijo,
se trata de un único elemento al que ya se ha
aludido antes en el discurso y que es el único que
pueden identificar fácilmente los interlocutores en
la situación comunicativa.]

o ESTOS = [DETERMINANTE DEMOSTRATIVO: indicación


directa, en el anclaje de la referencia, a un
subconjunto claramente determinado de elementos,
que es fácilmente identificable por los
interlocutores por su presencia en la situación
comunicativa, medida con respecto al hablante, o
por su presencia como entidad masculina y plural
más próxima en el cotexto.]

o MIS = [DETERMINANTE POSESIVO: indicación directa,


en el anclaje de la referencia, a un subconjunto
claramente determinado de elementos, que es
fácilmente identificable por los interlocutores a
través de una relación de pertenencia o de
intimidad con respecto al interlocutor.]

o NUEVE = [CUANTIFICADOR DE CANTIDAD DEFINIDA:


indicación directa sobre un subconjunto de
elementos recortado sobre la base de su cantidad.]

o ALGUNOS = [CUANTIFICADOR DE CANTIDAD INDEFINIDA:


recorte de un subconjunto de elementos, a partir de
un conjunto mayor, sobre la base de una cantidad no
precisa, en el proceso de anclaje de la
referencia.]
42

o Y = [COORDINANTE COPULATIVO: marca de relación al


mismo nivel entre dos informaciones que aparecen
sumadas, sin que la presencia de una anule a la
otra.]

o O = [COORDINANTE DISYUNTIVO: marca de relación al


mismo nivel entre dos informaciones que forman
parte de un sistema de opciones en el que la
elección de una anula a la otra.]

o PERO = [COORDINANTE ADVERSATIVO RESTRICTIVO: marca


de relación al mismo nivel entre dos informaciones
de un carácter que el hablante evalúa como
contrapuesto y que aparecen sumadas, sin que la
presencia de una anule a la otra, sólo que la
segunda restringe el alcance de la primera.]

o SINO = [COORDINANTE ADVERSATIVO EXCLUSIVO: marca de


relación al mismo nivel entre dos informaciones que
aparecen en un sistema en el cual se niega a la
primera –se la excluye- para afirmar la segunda.]

o POR LO TANTO = [COORDINANTE CONSECUTIVO: marca de


relación lógica, realizada al mismo nivel, entre
dos informaciones que aparecen conformando un
sistema en el que la primera de ellas se muestra
como causa de la segunda.]

o QUE = [SUBORDINANTE: marca de relación en distinto


nivel entre dos informaciones que conforman una
estructura compleja, en la que la primera aparece
como situación principal y la segunda como una
inclusión en ella para desarrollar y complementar,
contextualizar o explicar los significados de
alguna palabra, algún sintagma o alguna situación
de la anterior.]

Ahora bien, para funcionar en el discurso, las piezas léxicas se


relacionan entre sí para conformar sintagmas que se articulan en el armado de
la representación de una imagen del mundo que es abierta por la situación del
verbo principal.

De este modo, los aportes de significado (léxico y gramatical) se


articulan en torno a líneas de sentido, que son comunes a todas las palabras,
tal como se examina a continuación.

Para este examen ya no tomamos en cuenta a las palabras en particular,


sino la clase a la que pertenecen, dado que consideramos que la línea de
sentido se proyecta a través de la configuración morfológica y sintáctica que
permite la articulación por el interjuego con valores semánticos:
43

oSUSTANTIVO. Cuando es propio, configura en sí mismo una


entidad en la que está anclada la referencia sin
necesidad de otros elementos, pero cuando es común
marca la apertura de un conjunto de elementos que
contienen los mismos rasgos semánticos, y para anclar
la referencia en entidades concretas requiere de la
participación de formas de especificación por
subconjuntos, a través de sintagmas adjetivos o
preposicionales, o por indicación directa, a través
de determinantes o cuantificadores.

oADJETIVO. Abre subconjuntos especificativos en el


proceso de anclaje de la referencia, explica a
entidades concretas por sus características o
propiedades o complementa a un verbo copulativo o
pseudocopulativo a través de su aporte semántico para
conformar la apertura de una situación.

oVERBO. Abre la representación de una situación a través


de la configuración de sus informaciones requeridas,
sus contextualizaciones consideradas relevantes en la
situación comunicativa y su explicación a través de
alguna otra situación que funciona para la situación
original como causa o fin; es el eje articulador de
toda la oración, en el sentido de que configura las
relaciones que van a darse en ella, y define como
constituyentes de la oración a todos los sintagmas
que pueden responderle a un interrogante y ser
movidos en la superficie oracional, pero siempre
alrededor de él como eje de la línea de sentido.

oADVERBIO. Proyecta la ubicación en una circunstancia


determinada del contexto de la situación abierta por
el verbo, manifiesta una evaluación del hablante
sobre toda la situación representada o especifica el
grado en que se particulariza el significado de un
adjetivo o de otro adverbio.

oPREPOSICIÓN. Establece una relación entre entidades,


especializada en un tipo de orientación.

oDETERMINANTE ARTÍCULO. Indicación directa hacia


subconjunto especificado: tipo de especificación
final en el proceso de anclaje de la referencia.

oDETERMINANTE DEMOSTRATIVO. Indicación directa hacia


subconjunto especificado: tipo de especificación
final en el proceso de anclaje de la referencia.
44

oDETERMINANTE POSESIVO. Indicación directa hacia


subconjunto especificado: tipo de especificación
final en el proceso de anclaje de la referencia.

oCUANTIFICADOR. Indicación directa hacia subconjunto


especificado: tipo de especificación final en el
proceso de anclaje de la referencia.

oCOORDINANTE COPULATIVO. Relación sobre la línea de


sentido de la suma.

oCOORDINANTE DISYUNTIVO. Relación sobre la línea de


sentido de la opción.

oCOORDINANTE ADVERSATIVO RESTRICTIVO. Relación sobre la


línea de sentido de la suma de elementos de valor
contrapuesto.

oCOORDINANTE ADVERSATIVO EXCLUSIVO. Relación sobre la


línea de sentido de la exclusión de un elemento para
la afirmación de otro.

oCOORDINANTE CONSECUTIVO. Relación sobre la línea de


sentido de la lógica en orientación cronológica, de
la causa a la consecuencia.

oSUBORDINANTE. Relación de una situación como desarrollo


especificativo o explicativo –PIA- de una entidad en
la cual se ancla la referencia, como entidad definida
por una situación –PIS-, como una circunstancia
contextual –PIAdv propia- o como una situación de
relación causativa con respecto a la situación
principal –PIAdv impropia-.

Del examen de este análisis resultan algunas líneas generales que


resumimos a continuación:

 Las clases de palabras léxicas se diferencian de las funcionales


porque todas ellas realizan aportes de significado que
contribuyen a conformar una situación o contextualizarla, para
representarla a través del lenguaje.
45

 Las palabras léxicas comparten, además, los mismos rasgos con


respecto al sentido y el significado: pueden abrir una línea de
sentido, tienen significado léxico y significado gramatical.

 Los determinantes (artículos, posesivos, demostrativos) y los


cuantificadores forman un mismo grupo de palabras que
comparten la misma función según el modo en que participan de la
situación: son todos especificadores finales en el proceso de
anclaje de la referencia de los sintagmas nominales, a través
del recorte de un subconjunto.

 Los coordinantes y los subordinantes conforman un mismo


grupo (el de las conjunciones), cuya función común es la de
relacionar elementos gramaticales. Se diferencian entre sí porque
unos establecen relaciones entre elementos que se encuentran al
mismo nivel y otros entre elementos que se acomodan en un orden
jerárquico de principal y subordinado. Los coordinantes relacionan
palabras, sintagmas, circunstancias, explicaciones. Los
subordinantes relacionan exclusivamente situaciones expresadas
por verbos.

 Las palabras funcionales comparten los mismos rasgos con


respecto al sentido y el significado: pueden abrir una línea de
sentido, tienen significado gramatical pero no significado léxico.

En esta línea de trabajo, se están realizando clasificaciones que tienen


en cuenta aportes relativos a significados y sentido.

A partir del inventario anterior, y con el objeto de poder establecer una


ubicación del pronombre, como categoría léxica, dentro de las clases de
palabras, podemos avanzar en el intento de descripción de todas las demás
clases de palabras, a partir del examen de cuáles son las líneas de sentido que
abre cada una, cuál es su significado gramatical (en cuanto a su
comportamiento, en relación con la posibilidad que tienen de formar parte de
sintagmas) de la manera que se muestra en el siguiente cuadro:

Clases Línea de Significado Significado


sentido gramatical léxico
SUSTANTIVO Abre conjuntos en el Nombra entidades. Propio de cada
proceso de anclaje Orienta la sustantivo en
de la referencia. En concordancia en el particular.
esos conjuntos se interior del SN.
pueden abrir
subconjuntos
específicos para
recortar el anclaje, y
hay especificadores
46

finales que operan


sobre todo el
sintagma.

ADJETIVO Expande a una Característica, Propio de cada


entidad al propiedad, estado adjetivo en
caracterizarla o al o relación con un particular.
relacionarla con un ámbito de
ámbito de significado. significado.
Concuerda con el
sustantivo al
marcar
especialmente la
manera en que
predica sobre él.

VERBO Abre una situación Pone en juego Propio de cada


para representarla a informaciones verbo en particular.
través del lenguaje. participantes, de
las cuales una de
ellas asciende a la
posición principal y
toma concordancia
con él.

ADVERBIO Contextualiza, Marca de Propio de cada


muestra la circunstancia del adverbio en
evaluación del contexto frente al particular.
hablante o especifica verbo, marca de
grados al adjetivo o a posicionamiento
adverbios. del hablante, o
especificador de
sintagmas adjetivos
o adverbiales.

PREPOSICIÓN Relación entre Conforma Propio de cada


entidades entre sí o sintagmas con la preposición en
entre una entidad y el mención de la particular (excepto
verbo, o entre una entidad cuando la
entidad y toda una relacionada. preposición no
situación, con un aporta significado
significado propio sino que responde
para la relación. a un
requerimiento).

DETERMINANTE Especificación final Indicación directa


ARTÍCULO en el anclaje de la sobre un
referencia en una subconjunto
entidad a través de recortado según la
un sintagma nominal. cantidad de
elementos de la
realidad o en la
presencia
coincidente en el
espacio mental de
los interlocutores.

DETERMINANTE Especificación final Indicación directa


DEMOSTRATIVO en el anclaje de la hacia un
referencia en una subconjunto
47

entidad a través de específico presente


un sintagma nominal. en el contexto de la
situación de
comunicación o del
discurso.

DETERMINANTE Especificación final Indicación de la


POSESIVO en el anclaje de la relación de
referencia en una posesión o
entidad a través de presencia
un sintagma nominal. inmediata (como en
el caso del
parentesco) con
respecto a otra
entidad.

CUANTIFICADOR Especificación final Indicación del


en el anclaje de la subconjunto por la
referencia en una cantidad de
entidad a través de elementos, precisa
un sintagma nominal. o imprecisa.

COORDINANTE Marca de suma en la Relación de


COPULATIVO relación al mismo elementos en un
nivel. mismo nivel
jerárquico.

COORDINANTE Sistema de opción. Relación de


DISYUNTIVO elementos en un
mismo nivel
jerárquico.

COORDINANTE Sistema de Relación de


ADVERSATIVO presentación de dos elementos en un
afirmaciones de mismo nivel
RESTRICTIVO carácter opuesto en jerárquico.
el que la segunda
anula la proyección
de la primera.
COORDINANTE Anulación de un Relación de
ADVERSATIVO primer término para elementos en un
sostener un segundo. mismo nivel
EXCLUSIVO jerárquico.

COORDINANTE Presentación de una Relación de


CONSECUTIVO relación lógica de elementos en un
causa - consecuencia mismo nivel
en orden cronológico. jerárquico.

SUBORDINANTE Presentación de una Relación de


expansión de una situaciones en un
entidad, de una orden jerárquico
situación, o de una que acomoda a
explicación, a partir una en un nivel
de una situación que inferior a la otra.
la desarrollan.

El problema que queda pendiente, y que dejamos planteado para su


resolución, es:
48

¿Cuál es la ubicación del pronombre en esta clasificación


de las categorías del lenguaje? La pregunta implica, también,
cuestiones como: ¿qué rasgos comparte con otras clases de
palabras?, y ¿qué rasgos lo particularizan, diferenciándolo de
todas las demás?

A partir de lo anterior, podemos ubicar a los pronombres en el conjunto


de las palabras funcionales: no tienen significado propio. Sin embargo,
sabemos que el pronombre conforma por sí mismo un sintagma. Y todo
sintagma representa una información articulable en alguna configuración
sintáctica. Es decir, representa un significado. Por lo tanto, este rasgo acerca a
los pronombres a las palabras léxicas.

Ahora bien, ese significado aportado por el pronombre no es propio de él


sino que es ocasional, dado que deriva de una operación de interpretación
que se realiza a partir de la instrucción de búsqueda. Es por esto que el
pronombre es una clase fluctuante entre las palabras léxicas y las
funcionales: pertenece a la categoría de las funcionales pero se comporta
como un sintagma cuyo núcleo es una palabra léxica.

Todo esto nos permite definir al pronombre como una clase de


palabras funcional cuyo comportamiento sintáctico es el de un sintagma
correspondiente a una categoría léxica, cuya interpretación semántica es
ocasional y depende de la orientación que asume la instrucción de
búsqueda (intraclausular o extraclausular, cuando es oracional;
extraoracional o textual, cuando es recurso de cohesión del texto;
extratextual o exofórica cuando se dirige hacia elementos del contexto), y
que puede ser visto, en cuanto a la línea de sentido que inaugura, como
un índice morfológico con expresión fonológica para la instrucción de
búsqueda.

Así, hablamos de una caracterización semántica (índice para la


instrucción), de una sintáctica (comportamiento como sintagma), de una
morfológica (el caso, en el pronombre personal, y las marcaciones de género
y/o número) y de una fonológica (se expresa a través de fonemas).

Las caracterizaciones semántica, morfológica y fonológica lo


asemejan a los determinantes, pero el rasgo distintivo sería la
caracterización sintáctica, que no comparte con ninguna otra clase de
palabras.

En cuanto a las formas sintácticas, el pronombre, a su vez, se distingue


con respecto a las formas pro (como el sujeto no explícito), por la
caracterización fonológica: el pronombre tiene expresión fonológica, pero un
49

sujeto implícito no, a pesar de ambos puedan compartir la misma función


sintáctica y poner en marcha una instrucción de búsqueda.

Espacio de actividad

1. Responder los siguientes interrogantes:

a. ¿Qué es la instrucción de búsqueda? ¿Cómo opera en el caso de


los pronombres y en el de los subordinantes?
b. ¿Qué son los clíticos? ¿Cuáles son sus características? ¿Qué
variedades pueden aparecer? Demostrar con ejemplos.
c. ¿Cuáles son los diferentes tipos de instrucciones de búsqueda,
según el ámbito donde se encuentra el elemento que permite la
interpretación?
d. ¿Cuáles son los dos tipos de referencia que se implican a partir
de la instrucción de búsqueda? Explicarlos y demostrarlos con
ejemplos (a través de un texto que tenga los dos tipos de
referencia o de dos textos en los que, en cada uno, sea clave uno
de los tipos).
e. ¿Por qué el pronombre es un índice de la instrucción de
búsqueda?
f. ¿Qué son los pronombres personales?
g. ¿Por qué tanto el pronombre como un sujeto pro pueden ser
considerados índices de una instrucción de búsqueda?
h. ¿Qué diferencias y semejanzas existen entre un sujeto pro y un
sujeto desarrollado por pronombre?
i. ¿Cuáles son los casos que existen en el pronombre español y
con qué funciones sintácticas se corresponden?
j. ¿En qué persona gramatical del singular se manifiesta la
distinción del dativo frente al acusativo?
k. ¿Por qué puede hablarse de un caso objetivo en español?
l. ¿Por qué las formas pronominales acentuadas no pueden ser
clíticos?
m. ¿Cuáles son las semejanzas y las diferencias que existen entre
los pronombres y los determinantes?
n. ¿Por qué ciertos pronombres monosílabos llevan tilde a pesar de
que, según regla general de la acentuación escrita en español, los
monosílabos no se acentúan? ¿Cuáles son los pronombres
monosílabos que se acentúan?
o. ¿Cuáles son las diferencias semánticas que existen entre las
palabras léxicas y las funcionales?
p. ¿Qué es el pronombre?
q. ¿Cuáles son las formas gramaticales de caracterización del
pronombre?
r. ¿Por qué la interpretación del pronombre es ocasional?
50

2. A lo largo de este trabajo se deslizaron notas generales sobre


el comportamiento de los pronombres, situándonos, sobre
todo, en el plano de los pronombres personales. Identificarlos
en el siguiente texto e indicar: en qué caso están, qué
funciones sintácticas cumplen y a qué tipo de pronombres
personales pertenecen (intratextuales, etc.). Identificar otras
formas asimilables a los pronombres (formas pro o
especificadores), indicando cuáles son los rasgos que las asimilan
a ellos.

Revista signos
versión On-line ISSN 0718-0934
Rev. signos v.40 n.64 Valparaíso 2007
doi: 10.4067/S0718-09342007000200002
Rev. signos v.40 n.64 Valparaíso 2007, 297-307
Discurso de agradecimiento a la investidura del grado de Doctor Scienciae et
Honoris Causa por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Marianne Peronard Thierry
P. Universidad Católica de Valparaíso, Chile

(1) Quiero comenzar por agradecer el honor que las autoridades de la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso (2) me otorgan, así como las palabras del Rector
Don Alfonso Muga, evidentemente inspiradas por el cariño que suele aumentar los
hechos positivos y minimizar los errores. (3) Quiero agradecer al Gran Canciller de la
Universidad Monseñor Gonzalo Duarte García de Cortazar por haber pensado que
merezco este honor. A Monseñor Jorge Sapunar, Vice Gran Canciller, por haber
tomado la iniciativa; a los miembros del Consejo Superior, por aceptar (4) su
propuesta, primando probablemente en su decisión más el aprecio que espero me
tengan que los méritos académicos que me atribuyen. A mi esposo y mis hijos por
haber aceptado compartirme con la Universidad durante tantos años. Pero, por sobre
todo, quiero agradecer a Dios, porque ha sido su voluntad la que me ha permitido
participar activamente en el quehacer y crecimiento de esta universidad y así
contribuir, en la medida de mis posibilidades, a su actual prestigio. También su
voluntad quiso que me tocara vivir en un período de revoluciones y renovaciones
fascinantes tanto en los fundamentos epistemológicos como en el quehacer científico,
lo que ha ido ampliando los horizontes y la temática de las ciencias del lenguaje.

En cierta forma, puedo decir que las palabras, el lenguaje, han sido el centro de
mi interés académico desde muy temprano. Me atrevería a decir que esta inclinación
se inició al comenzar mi trabajo como ayudante en la cátedra de gramática inglesa en
lo que antiguamente se llamaba el Pedagógico de Guzmán, luego Universidad de Chile
sede Valparaíso. Hasta ese momento yo simplemente hablaba en castellano, danés o
inglés sin prestar mayor atención a cómo lo hacía ni a qué sucedía en mi mente cuando
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cambiaba de un idioma al otro. Vagamente, recuerdo que me costaba menos


encontrar las palabras que necesitaba para decir lo que quería decir cuando hablaba
en castellano. Supongo que eso es lo que le pasa a la mayoría de las personas que, al
saber que me dedico a la lingüística, me preguntan con genuina extrañeza: ¿Qué se le
puede estudiar al lenguaje? Es que normalmente hablamos como respiramos, es decir,
sin prestar mayor atención a esa maravillosa habilidad.

Lo que me atrajo y me llevó a profundizar en la gramática inglesa fue descubrir


el orden y sistematicidad de esta lengua. Los patrones o estructuras parecían ser
siempre los mismos, mientras que lo que cambiaba eran las palabras que se sustituían
en los diversos casilleros que constituían esos patrones. Al respecto, debo admitir que
dos circunstancias me condujeron a reforzar esta idea: el inglés se enseñaba en aquel
entonces, pronunciando una oración y luego se pedía a los alumnos que repitieran esa
estructura, sustituyendo alguno de sus constituyentes por la palabra ofrecida por el
mismo profesor. Aprender un idioma consistía en lograr la automatización de estas
estructuras, mediante repeticiones constantes. La segunda circunstancia era que en los
ejercicios gramaticales se escogían ejemplos que mostraban limpiamente la estructura
que se quería enseñar y que luego se la descomponía en sus constituyentes. Todo
coincidía, la lengua era como una especie de rompecabezas en el que todas las partes
encajaban: nada faltaba, nada sobraba.

Esta intuición encontró respaldo de autoridad cuando, al ingresar en el año


1957 a esta universidad para reemplazar a René Chapero, profesor de gramática
inglesa, me dediqué no solo a enseñar dicha disciplina sino también a estudiar, ya no
una lengua determinada sino que el lenguaje, es decir, la capacidad que los hombres
tienen de comunicarse mediante signos verbales. Este cambio de perspectiva, que de
ahí en adelante guió mi quehacer académico, fue impulsado y estimulado por el
lingüista Luis Gómez Macker, en quien reconozco, con gratitud, a mi maestro, puesto
que fue él quien me inició tanto en un método de estudio, refexivo, intenso y riguroso,
como en el trabajo en equipo.

Era la época del estructuralismo en lingüística y del inicio de la decadencia del


paradigma epistemológico positivista. Como es bien sabido, de acuerdo a este
paradigma, la ciencia debe buscar la “verdad objetiva” y para ello basarse
fundamentalmente en lo percibido, pues, siguiendo rigurosamente el método
científico, cuyo punto de partida es la observación y posterior generalización a base de
semejanzas advertidas, podremos llegar a la verdad y describir el mundo tal cual es.
Esta visión feliz y optimista de las ciencias comenzó a derrumbarse cuando los físicos,
considerados los más científicos entre los científicos, trascendieron el mundo de la
materia antropométrica que está al alcance de nuestros sentidos y penetraron en el
mundo subatómico y astronómico. En ambos casos, el estudioso se encuentra con una
realidad imposible de percibir directamente a pesar de los instrumentos creados para
aumentar el poder y el alcance de sus sentidos. Se inicia así una “revolución científica”,
como la denominaría Kuhn, el famoso filósofo de las ciencias.

Pero antes de que esta revolución epistemológica llegara hasta los estudios del
lenguaje, en esta disciplina se había producido una revolución menor: el paso de la
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lingüística histórica y comparada a la lingüística estructural descriptiva; ambas


posiciones compartían un empirismo básico, pero diferían en la naturaleza de su
objeto, en gran medida por la gran influencia que tuvieron las ideas de Ferdinand de
Saussure a comienzos del siglo XX.

Este lingüista ginebrino, considerado el padre de la lingüística moderna por


haber postulado convincentemente que el objeto de esta nueva disciplina, a diferencia
de los estudios anteriores, era la lengua, la cual debía describirse como un sistema de
signos. En consecuencia, los elementos que la componían no podían ser estudiados en
forma aislada, dado que lo que los definía era su forma y no su sustancia y,
consecuentemente, su valor procedía de su relación con los otros elementos que
constituían el sistema. Utilizando sus propias palabras, diría: “en la lengua todo es
negativo”, “sus elementos son lo que son porque no son otra cosa” y eso era válido
para todos los tipos de unidades que la conforman (los fonemas o clases de sonidos,
los morfemas, es decir, los signos gramaticales, las palabras, etc.). En castellano la /a/
es /a/ porque no es /o/ y al cambiar una por otra se altera el significado. No es lo
mismo decir /casa/ que /caso/; /rata/ que /rato/ ni que /gato/. En cambio en inglés,
que es otro sistema, la /ae/ como en “cat” es /ae/ porque no es /a:/ como en “caught”
ni es /a/ como en “cut”. En un nivel superior, es decir, en el de los signos gramaticales,
“la frente” significa lo que significa porque se opone a “el frente”. En el nivel de la
palabra, “departamento” tiene tantos significados como diversidad de enunciados en
los que puede aparecer, por ejemplo, “un lindo departamento” no significa lo mismo
que “el departamento de lingüística”, o el “departamento de ropa de niños”, etc. En
realidad, la mayoría de las palabras tienen más de un significado, o sea son polisémicas
y su significado se reconoce por la compañía en la que aparecen.

Los conceptos dicotómicos propuestos por Saussure con el fin de delimitar con
claridad lo que debía entenderse por lengua se extendieron más allá del estudio del
lenguaje, mientras que el concepto de sistema fue acogido por cultivadores de las más
diversas disciplinas.

Para Saussure, un sistema era un todo cuyas partes se relacionan entre sí y con
el todo. Estas relaciones son de dos tipos sintagmáticas o combinatorias, que forman
frases u oraciones y asociativas o paradigmáticas, es decir, relaciones que se
establecen entre todos los elementos que pueden sustituirse mutuamente en algún
punto de la oración.

En todo caso, gracias a los estudios lingüísticos, yo había encontrado una base
científica para mi intuición acerca de la sistematicidad y orden de las lenguas, pero,
como veremos, mi satisfacción habría de durar relativamente poco.

En la época de Saussure, el positivismo estaba en decadencia, siendo


reemplazado, en algunas disciplinas duras, por el racionalismo hipotético-deductivo.
Sin embargo este paradigma epistemológico tardó un tiempo en afectar los estudios
del lenguaje, sobre todo los realizados en Estados Unidos, donde el ideal de encontrar
un “procedimiento de descubrimiento” objetivo, continuó aún un tiempo.
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Resulta obvio que el modo sucinto en que he descrito el estado de los estudios
del lenguaje, cuando esta ciencia fue introducida en los currículos de las carreras de
profesor de inglés y de castellano en nuestra Facultad de Filosofía y Educación, adolece
de una enorme simplificación. Los paradigmas, tanto epistemológicos como
disciplinarios no son nunca aceptados en forma global u homogénea y los límites de su
vigencia nunca son tan claros y precisos. De hecho, Saussure parece un caso
emblemático de esto: en medio de un ambiente de positivismo, dispuesto a acoger
una psicología conductista que reniega del estudio de la mente por estar más allá del
alcance de los sentidos y del método científico, él propone un concepto de signo
absolutamente mental: tanto el significado como el significante son realidades
mentales. Muy discutido en su época, hoy en día es aceptado por gran parte de los
estudiosos, al menos en cuanto a la naturaleza del lenguaje.

A mediados del siglo XX, la revolución epistemológica alcanzó a los estudios del
lenguaje. Así como a de Saussure se le atribuye el inicio de la lingüística estructural o
descriptiva, a Noam Chomsky, y con justicia, se le atribuye el cambio epistemológico
como fundamento de los estudios del lenguaje. En la década de 1950, este joven
lingüista utilizó el método axiomático, propuesto por los flósofos de las ciencia en un
marco epistemológico racionalista. El método axiomático utiliza la aproximación
hipotético-deductiva para describir las lenguas, entendidas como competencia, es
decir, como un saber que el nativo hablante adquiere naturalmente, que usa
intuitivamente y que le permite generar oraciones bien construidas en su lengua
materna. La lingüística generativo-transformacional, como se denomina a dicha
propuesta, además de ciertos modelos para describir ese conocimiento conformados
por signos de categorías sintácticas y reglas combinatorias con las que Chomsky
pretendía explicar las estructuras utilizadas por los hablantes, incluía ciertos conceptos
absolutamente innovadores, como el carácter innato del lenguaje, según el cual se
supone que todo ser humano viene genéticamente programado para adquirir
cualquier lengua.

Estos conceptos están, evidentemente, en las antípodas de los propuestos por


el estructura-lismo y la psicología conductista. De hecho, ese paradigma empiricista
que compartían ambas disciplinas ya estaba debilitado, pues sus propios cultivadores
reconocían sus debilidades y el ataque directo que Chomsky lanzó contra el neo-
conductismo de Skinner no hizo sino destacar y acelerar la declinación de esta
corriente.

De todos los conceptos innovadores que propuso el de innatismo fue, tal vez, el
más resistido. No obstante a Chomsky le parecía indispensable suponer que el niño
nace pre-programado o predispuesto para aprender una lengua, cualquier lengua que
se hable a su alrededor, porque consideraba que era la única manera de resolver lo
que él llamó “el problema de Platón”, es decir, el hecho de que cualquier niño normal,
y ningún otro ser vivo, aprende espontáneamente a entender y hablar su lengua
materna en tan poco tiempo, a pesar de que es una habilidad muy compleja. Esta
verdadera hazaña la logra a partir de un entorno muy pobre. Este último aserto surge
del convencimiento de Chomsky de que existe una gran brecha entre la competencia
lingüística de una persona y el uso que hace de ella al hablar, de modo que no es
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posible que el niño aprenda por imitación, como planteaban los conductistas, pues el
habla de los adultos que el niño escucha a su alrededor es muy deteriorada. Esta
misma razón justifica su aseveración acerca de que no es posible, como lo hacían los
estructuralistas, utilizar los datos del habla para llegar a describir la lengua, entendida
como competencia, debido a las frecuentes vacilaciones, falsas partidas, correcciones y
errores que las personas cometen al hablar. Tratando de explicar la competencia
lingüística, Chomsky considera que es necesario describir la adquisición de las lenguas
maternas para descubrir lo que el ser humano aporta a dicha adquisición.

Esta idea me impactó y me lanzó por el camino de la investigación. Junto a un


pequeño equipo de ayudantes y con la participación de algunos alumnos del Magíster
en Lingüística Aplicada del Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje y de un par de
colegas de la Escuela de Educación Diferencial de la Universidad de Chile, comenzamos
la ardua tarea de recoger datos que nos permitieran comprobar lo que Chomsky
proponía. Realizamos entrevistas a niños de diversos estratos sociales en un estudio
longitudinal desde los dos hasta los seis años; entrevistamos a niños con trastornos de
lenguaje, incluso con parálisis cerebral. Estudiamos la adquisición de aspectos tanto
formales como funcionales. Una veintena de artículos, varias tesis y presentaciones de
ponencias en congresos nacionales e internacionales fueron la consecuencia de dicho
entusiasmo. Los resultados de nuestras investigaciones parecieron confirmar las ideas
chomskianas de la sorprendente regularidad del desarrollo lingüístico de los niños que
no es posible explicar a partir de los estímulos (datos lingüísticos primarios) al alcance
de los niños en los muy diferentes contextos en que vivían. Que los niños usaban reglas
para generar frases pronto nos resultó evidente: todos deben haber oído a los niños
pequeños decir “no pudí” por “pude” o no “poní” por “puse”, o no “cabió” en vez de
“cupo”, aplicando la regla de que si quiero hablar de aquello que sucedió antes, debo
usar los verbos poniendo el acento en la última sílaba.

Nuestro Departamento de Lingüística en aquella época alcanzó cierta


notoriedad a nivel nacional e internacional debido, en parte, al hecho de que
asistíamos frecuentemente a congresos para presentar ponencias sobre el tema.
Además, a que este tipo de estudio era muy escaso en los países de habla hispana y a
que, de hecho, aparte de algunas publicaciones del equipo de la Universidad de
Concepción dirigido por Max Echeverría, el resto de las presentaciones correspondía a
investigaciones hechas en países anglohablantes y publicadas en inglés.

En el intertanto había surgido con gran ímpetu la denominada “psicología


cognitiva”, con la innovadora propuesta acerca de la existencia de los estados
mentales, entendidos como representaciones o signos que se procesaban al igual
como la computadora procesaba los datos. Esto abría la posibilidad de estudiar la
mente mediante técnicas experimentales. En otras palabras, se utilizaba la operación
de la computadora como metáfora para describir los procesamientos de información
en la mente.

La combinación de la psicología cognitiva con el innatismo chomskiano había


dado origen al resurgimiento de la “psicolingüística”, cuyo objeto de estudio sería no
solo la adquisición sino también el uso de la lengua materna. Aunque inicialmente la
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mayoría de los estudios se centraron en el primer tema, la ontogenia lingüística, a


mediados de la década de 1980 prácticamente se suspendió. Ciertamente, el objeto
era novedoso y se podía estudiar empíricamente, pero no se podía llegar al nivel
explicativo dado que no existía una teoría que permitiera describir el aporte de los
genes a esta adquisición, es decir, cuáles eran en definitiva estos hipotéticos
universales lingüísticos. Esto nos dejaba a un nivel meramente descriptivo; interesante,
es cierto, porque revelaba una extraordinaria sistematicidad en el proceso de
adquisición de la competencia no solo en niños de contextos sociales muy diferentes,
sino incluso de diversas lenguas maternas. Esto parecía corroborar lo planteado por
Chomsky en cuanto a que el lenguaje era como un órgano que se desarrolla de
acuerdo a su propia naturaleza y no como un mecanismo movido por fuerzas externas.

Pudimos descubrir que en lo que sí influía el contexto, y muy fuertemente, era


en el uso de la competencia, es decir, en la actuación. Esta resultó ser mucho más
creativa en niños muy estimulados en sus hogares y muy pobre en aquellos que, como
los niños de asilos, tenían pocas oportunidades de oír conversaciones de varias
personas sobre diversos tópicos.

En las ciencias del lenguaje, entretanto, se sucedían las revoluciones, tanto


epistemológicas como disciplinarias. El racionalismo no logró mayor difusión aparte de
ciertos innegables aportes de Noam Chomsky. Pero al alejarse de la base racionalista,
la lingüística se encontró sin un claro fundamento epistemológico. La razones para ello
son variadas, pero tal como se suele responsabilizar del inicio de la lingüística
estructural a Ferdinand de Saussure y a Leonard Bloomfield de la lingüística
descriptiva, me atrevería a responsabilizar del nuevo cambio paradigmático al flósofo
Karl Popper, quien argumentó convincentemente que ni el racionalismo, con su
método hipotético-deductivo, ni el empirismo con su método inductivo, pueden tener
la certeza de haber alcanzado la verdad. Aunque los porfiados datos sirven como
punto de partida o como punto de llegada para corroborar las teorías, son
infinitamente variados y ninguna abstracción o generalización puede pretender
abarcar todo el universo estudiado, de modo que siempre podrá aparecer un ejemplar
o un caso que no encaja en las hipótesis. Por ello, Popper propone la hipótesis de la
falsación, según la cual ninguna cantidad de observación o corroboración puede
asegurar que se haya alcanzado la verdad, pues bastarían unos pocos casos que
contradijeran la teoría o la hipótesis para probar su falsedad.

Frente al postulado de los positivistas, en cuanto a que el conocimiento se


obtiene gracias a los estímulos externos que impactan nuestros sentidos y al de los
racionalistas que otorgan el predominio a la mente por sobre el estímulo del mundo
externo, sosteniendo que la razón humana es más poderosa frente a las limitaciones
de nuestros sentidos, surge el paradigma constructivista en dos versiones. Una, la más
extrema, postula que la realidad externa no existe, que el ser humano la construye
mental y consensuadamente; esta posición fue mantenida, entre otros, por Maturana
en sus primeros trabajos. Una segunda versión, más moderada y más ampliamente
aceptada, propone que, si bien existe una realidad externa al individuo, este solo
puede conocer la percepción sensorial o conceptual que tiene de ella. Tanto el ideal de
objetividad del paradigma positivista empiricista como el de exhaustividad, coherencia
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y simplicidad que guiaba la teorización racionalista, fueron sustituidas por el de la


intersubjetividad como criterio de validación.

Los psicolingüistas, entretanto, habiendo abandonado el estudio de la


adquisición del lenguaje por las razones antes expuestas, se inclinan por ese otro gran
tema de esta disciplina, el uso del lenguaje, es decir, la comprensión y producción de
los enunciados, acogiendo así el nuevo paradigma y estando fuertemente motivados
por el surgimiento en Europa de la lingüística de texto y en Estados Unidos del análisis
del discurso. Esta nueva posición epistemológica trae aparejada una especie de
aceleración de las ciencias, al menos una proliferación de propuestas, hipótesis o
modelos. Si no se puede tener la certeza de haber alcanzado la verdad, entonces cada
uno puede sostener la suya. La teoría más convincente, la que logra un mayor número
de adherentes, es utilizada hasta que surge otra más convincente o bien se mantienen
en forma paralela, aprovechando la que parece más adecuada para el objeto en
estudio. Eso es algo que hemos podido comprobar, por ejemplo, en relación con los
modelos de comprensión. Lo que sí resulta revolucionario en lingüística es que
después de décadas estudiando las lenguas, los psicolingüistas comenzaron a estudiar
lo que en términos de Coseriu sería el hablar, es decir, la actividad lingüística. Esto
implica tomar en cuenta al hombre que había sido considerado anteriormente un
“ruido” en el sistema de comunicación y posteriormente un ser anónimo, en cuyo
cerebro se habría alojado la competencia. Al estudiar el hablar, fue inevitable incluirlo
como ser humano que interactúa verbalmente con sus semejantes, teniendo
determinados objetivos e intenciones, que vive y se encuentra en un contexto cultural
que determina su hablar, al que a su vez él puede modificar mediante su hablar. En
otras palabras, los estudios de comprensión y producción de textos o discursos, tanto
orales como escritos, corresponden a una perspectiva psico-socio-lingüística.

En el siglo XIX y comienzos del siglo XX, las disciplinas emergentes se esforzaban
por fijar bien sus límites y determinar un objeto, evitando la interferencia desde otras
disciplinas, pero hoy con frecuencia se acepta que el acercamiento a los diversos
objetos de estudio se enrique con una perspectiva interdisciplinaria, de modo que las
líneas de investigación se entrecruzan y a menudo convergen sobre un mismo
fenómeno. El énfasis en el hombre como ser intencionado y pensante es compartido
tanto por la psicología cognitiva como por el constructivismo. Este último paradigma
alcanza incluso a la educación donde se acepta, al menos en teoría, que los niños
provienen de contexto socio-culturales muy diferentes, y que es necesario tener en
cuenta la influencia que determinados conocimientos previos o su ausencia, podrán
tener en el nuevo conocimiento que el profesor desea que sus alumnos aprendan. Es
cierto que siempre se han distinguido niveles para distribuir las materias a lo largo de
los años de enseñanza. Sin embargo, ello se ha hecho mayoritariamente en función de
una supuesta maduración mental y no de las visiones de mundo de los alumnos. El
resultado es, como bien sabemos, un plan de estudios común que en la práctica, no
considera la diversidad económica, social, geográfica, lingüística o cultural de los
alumnos.

Como miembros del Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje que forma
profesores de Inglés y de Castellano y Comunicación, nos preocupaba lo que
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comentaban los profesores en ejercicio, sobre todo los de castellano, acerca de la


dificultad que tenían con el lenguaje escrito de sus alumnos, tanto en la comprensión
como la producción de textos escritos. Como una manera de colaborar con los
profesores, en el año 1983, con el profesor Gómez Macker, propusimos la creación de
un Magíster en Lingüística Aplicada tanto a la enseñanza del inglés como a la del
castellano, proponiendo explícitamente la perspectiva psico-socio-discursiva como la
que se deseaba desarrollar preferentemente. De hecho, desde la década de 1980,
varios miembros del Departamento de Lingüística ganaron proyectos FONDECYT en
esa línea.

Hacía un tiempo habíamos estado reflexionando acerca de un acercamiento


entre mi perspectiva más psicológica y la suya más sociológica, en relación al estudio
de la comprensión de textos escritos y en concordancia con esa perspectiva general
que habíamos intentado imprimirle a los estudios del Departamento de Lingüística.
Consideramos la posibilidad de poner más énfasis en los estudios del lenguaje escrito,
como una manera de lograr una mayor coherencia y sinergia en nuestras
investigaciones, sin que ello impidiera la formación de otros equipos o la inclinación de
intereses particulares de los alumnos al seleccionar los temas para sus tesis. De hecho,
las posibilidades de elección han ido aumentando geométricamente a medida que
crece la diversidad de temas, producto del desarrollo en la década de 1990 de la
lingüística de texto, de las gramáticas funcionales y de las posibilidades de las
tecnologías informáticas.

En 1985 habíamos llegado con el profesor Gómez Macker a una formulación


interdisciplinaria de la comprensión de textos escritos que presentamos en un
congreso realizado en Concepción en 1988. Este mismo año, ganamos el primer
concurso FONDECYT con un proyecto sobre el tema de las estrategias aplicadas para la
comprensión de textos escritos por parte de alumnos de 7º y 8º años de Educación
Básica. Al año siguiente y al subsiguiente ofrecimos diplomados internacionales de
comprensión escrita, con el auspicio del Ministerio de Educación y en convenio con la
Universidad de Cali en Colombia y la Universidad de Barcelona en España. La estrategia
de concentrarse en un determinado aspecto del uso del lenguaje resultó muy positiva,
pues pronto el Departamento de Lingüística se hizo conocido por sus publicaciones
sobre la comprensión de textos escritos, lo que le valió reconocimiento nacional e
internacional como centro de excelencia. Tres años después ganamos un segundo
FONDECYT sobre el tema, cubriendo esta vez tanto educación básica como educación
media y, tanto su descripción como su enseñanza. En ambos casos se contó con
excelentes equipos de co-investigadores y auxiliares, algunos de los cuales
posteriormente han presentado sus propios proyectos, ganando concursos FONDECYT.
Nuestros resultados no fueron muy novedosos, pero al menos sirvieron para ponerle
cifras a lo que ya todos sabíamos. Leyendo textos de difusión científica, los alumnos de
educación secundaria solo comprenden un 40% del contenido y ello a un nivel muy
superficial. Para medirla, elaboramos pruebas con preguntas literales (la información
está explícita en el texto) e inferenciales de diferente grado de dificultad (para
contestarla se necesita cierta información que no está explícita en el texto, pero que se
requiere para darle coherencia a la representación del contenido y así darle sentido).
Las preguntas que obtuvieron un mayor nivel de logro fueron las literales. En el caso
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de las preguntas inferenciales, mientras mayor es la distancia que separa la


información explícita en el texto que se requiere para hacer las inferencias, menor es
el porcentaje de logro. El aspecto que más les cuesta es elaborar un resumen del texto
y ello por dos razones: escasa capacidad de síntesis, es decir, de distinguir entre las
ideas fundamentales del texto y los detalles y luego la dificultad de redactar con ellas
un resumen coherente y cohesionado que no sea una simple lista de oraciones
copiadas literalmente del texto. Lo grave de esto radica en que cuando la lectura tiene
como propósito aprender, como es el caso en contextos educacionales, no se debe
cargar la memoria con detalles y hay que aprender, entonces, a no prestarles atención
y sí hacer esfuerzos por incorporar las ideas más importantes a los esquemas de
conocimientos previos. En educación básica la situación es más delicada porque los
profesores, con escasas excepciones, solo controlan la lectura mediante preguntas
literales. Tanto es así que, al incluir alguna pregunta inferencial en las pruebas de
comprensión, no faltaban los alumnos que dijeran “no se puede contestar porque la
respuesta no sale en el texto”. Por otra parte, los profesores nos comentaban que las
preguntas les parecían “muy raras”. Las inferencias son indispensables para
comprender textos, pues toda persona que escribe da por sentado que el posible
lector sabe algo sobre el mundo en el que ambos viven y por tanto no lo explicita. Sabe
que una lectura resulta interesante solo si contiene información desconocida para el
lector. Un resultado inesperado del estudio longitudinal fue que, mientras que las
niñas en enseñanza básica eran mejores comprendedoras que los varones, en
enseñanza media los hombres superaban a las mujeres. Otro resultado curioso, que
sería bueno confirmar, es que los alumnos varones en colegios solo para hombres
obtenían mejores resultados que los niños hombres en colegios mixtos.

Esto nos llevó a preguntarnos si era posible mejorar las estrategias cognitivas
para lograr una mejor y más fácil comprensión. Buscando una respuesta teórica a esa
pregunta, me interesé por la metacognición, es decir, el proceso por el cual una
persona tiene conciencia de sus propios procesos mentales y los puede controlar. En el
caso de la comprensión, si el lector tiene conciencia de las estrategias que va a aplicar
o está aplicando según el objetivo que persigue con su lectura, si tiene conciencia de
que está entendiendo o no entendiendo, si sabe qué estrategias puede utilizar para
corroborar lo entendido, etc.

Este concepto de metacognición propuesto por Flavell en 1985 fue acogido con
gran entusiasmo por diversas líneas de la psicolingüística y la psicología cognitiva. Esto
gracias a que la “conciencia”, tabú como objeto de estudio científico durante la época
de los paradigmas positivistas y racionalista, vuelve a ser aceptada como tema de
estudios, gracias, en gran medida, a las fascinantes publicaciones de Dennett, la
primera de las cuales apareció en 1969, cuestionándose la relación entre significado o
contenido y conciencia.

Pensé que finalmente se había llegado al tema que marcaba el final del camino.
Habíamos llegado a partir del estudio del lenguaje, pasando por el del significado y con
ello a la mente y por último a la autoconciencia, lo que a mi modo de ver se encuentra
en los confines de lo que el hombre puede llegar a conocer.
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Sin embargo, este desafío es recogido por los neurocientistas y en la década de


1990 surgen autores como Damasio, Solms y Turnbull, Wegner, Koch y Crack y sobre
todo, a comienzos del presente siglo, el experto en neurociencias y psicología
Ramachandran, con su famosa obra “Fantasmas en el cerebro”. Se da así un nuevo
rumbo a esta indagación, explorando las bases biológicas de la mente subjetiva, el
sentido esencial del yo y replantean el antiguo problema de la relación mente-cuerpo,
ahora en términos de mente y cerebro. Los avances tecnológicos que permiten ubicar
la activación de neuronas en diferentes partes del cerebro cuando el individuo normal
está pensando, imaginando, soñando, etc., o individuos con diferentes tipos de
trastornos mentales, han significado un notable avance en el conocimiento del cerebro
y producido una verdadera revolución en el conocimiento de la estructura profunda
del órgano más misterioso de los seres humanos. Hay quienes creen haber encontrado
las regiones que estarían participando en el amor y las experiencias religiosas. El tema
me fascina, pero hasta ahí llego yo. Está bien que sepamos o creamos saber que tal o
cual experiencia subjetiva se correlaciona con tales y cuales partes del cerebro. Incluso
que las actividades neuronales y químicas del cerebro producen dichas experiencias.
Pero el problema de cómo lo material se transforma en algo espiritual subsiste. ¿Quién
interpreta todas estas actividades en términos de ideas y pensamientos? El cerebro no
puede interpretarse a sí mismo, así como el ojo tampoco puede verse. No es el cerebro
el que dice “estoy enamorado” o “me duele la pierna”, o “creo que eso no me
convence”. Eso lo dice el que, por falta de otra palabra, denominamos el “yo”. Es decir,
el problema de la relación cerebro-autoconciencia sigue siendo un misterio a pesar del
avance en nuestro conocimiento de una de las partes, la material. Sin pretender un
dualismo cartesiano, creo que no hemos podido deshacernos del hombrecito en la
mente. Y, en mi opinión muy personal y desde mi inconmensurable ignorancia, pienso
¡Gracias a Dios! que no tenemos aún a la vista el final del camino y que deberemos
seguir investigando indefinidamente antes de saber qué es lo que hace que seamos
humanos.

Amigos: se acerca el momento en que debo alejarme físicamente de este lugar.


De hecho, hay quienes sospechan que este inmerecido honor tiene como objetivo
último convencerme de que lo que yo podía hacer por la universidad ya está hecho,
que ya es hora de que me vaya. Pero no será tan fácil, mis pensamientos seguirán
apegados a ella y, después de mi muerte, si San Pedro lo permite, mi alma vendrá a
vagar por los pasillos de la casa central y por los pisos superiores del edificio Gimpert. Y
tal vez se acordarán de mí y de algunos de mis actos o palabras.

Gracias.

Valparaíso, jueves 7 de junio de 2007.

INSTRUCCI TIPO DE TIPO DE INFORMACI CASO


ÓN DE INSTRUCCI REFERENCI ÓN (en los
BÚSQUEDA ÓN DE A RECUPERAD pronombres
BÚSQUEDA A )
(1) Sujeto pro Extratextual o El hablante
60

contextual
(2) Pronombre Extratextual o El hablante Dativo
contextual
(3) Sujeto pro Extratextual o El hablante
contextual
(4) Determinante Intratextual, Monseñor
posesivo oracional, Jorge Sapunar
anafórica

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