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00.Rasgos introductorios........................................................................................................................................2
01.Evolución histórica del tratado de Dios, uno y trino.....................................................................................2
01.1 Los inicios: Sagrada Escritura, teología patrística e imperio carolingio.................................................2
01.2 El siglo XII......................................................................................................................................................3
01.3 El siglo XIII y santo Tomás de Aquino........................................................................................................4
01.4 La «segunda escolástica»: el renacimiento (ss. XVI-XVII)............................................................................5
01.5 Del siglo XVI al siglo XX: el nacimiento de la «neoescolástica»...............................................................8
01.6 Tras la II Guerra Mundial: la crisis de la neoescolástica...........................................................................9
02.Un nuevo contexto cultural: post-religioso y post-secular............................................................................9
02.0 Rasgos introductorios...................................................................................................................................9
02.1 Una sociedad postcristiana y postsecular.................................................................................................10
02.2 Conclusiones de este tema..........................................................................................................................14
03.La increencia religiosa como tema de la teología..........................................................................................15
03.0 Rasgos introductorios.................................................................................................................................15
03.1 El fenómeno de la increencia religiosa......................................................................................................15
03.2 La teología ante la increencia.....................................................................................................................17
03.3 Conclusiones de este tema..........................................................................................................................28
04.El Dios revelado en Jesucristo y la pluralidad de religiones.......................................................................37
05.Conocimiento y experiencia de Dios: alcance de la “teología natural”.....................................................37
06.El Dios vivo y verdadero: la realidad de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.............................................37
II. Dios Padre de Jesucristo...................................................................................................................................37
07.La paternidad divina en las distintas tradiciones religiosas.......................................................................37
08.De Dios Padre de Israel (AT) a Dios Padre de Jesucristo (NT)...................................................................39
09.Dios Padre de todos en perspectiva trinitaria (fundamento y novedad)...................................................48
10.Dios Padre-Madre: imágenes de Dios, cuestiones hermenéuticas y Trinidad divina..............................48
11.Rehacer el discurso teológico sobre la paternidad de Dios en el contexto actual.....................................53
III. Jesucristo, Hijo de Dios...................................................................................................................................53
12.En Jesucristo un Dios de los hombres (cristología, teología, soteriología).....................................................53
13.El Dios anunciado por Jesús de Nazaret en sus palabras y en sus obras...................................................55
14.El acontecimiento Jesucristo como revelación escatológica de Dios..........................................................61
15.Afirmaciones dogmáticas (I Nicea) sobre la divinidad de Jesucristo.........................................................68
16.“Helenización” de la fe y relevancia de la cristología para el discurso sobre Dios..................................68
IV. Espíritu de Dios, Espíritu de Cristo...............................................................................................................74
17.El ruah de Dios en la tradición del Antiguo Testamento.............................................................................75
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
18.Espíritu, Cristo y Dios en la tradición neotestamentaria.............................................................................79
19.Principales etapas del desarrollo teológico-dogmático................................................................................89
20.Constantinopla I (381): divinidad del Espíritu Santo y cuestión del “Filioque”..................................................99
21.Experiencia y teología del Espíritu Santo: del olvido al redescubrimiento.................................................99
V. El Misterio Trinitario de Dios..........................................................................................................................99
22.Dios “por nosotros” (historia salvífica) y Dios “en sí” (Trinidad inmanente)..................................................99
23.La revelación de Dios: contenido y estrucura trinitaria...............................................................................99
24.Símbolos de fe: bautismo, vida cristiana y fe trinitaria................................................................................99
25.Historia y vigencia de las herejías trinitarias................................................................................................99
26.Etapas principales del desarrollo teológico-dogmático...............................................................................99
27.Conceptos fundamentales de la teología trinitaria clásica...........................................................................99
28.Dios-Comunión: Trinidad en la Unidad, Unidad en la Trinidad...............................................................99
29.Una fe común: la fe trinitaria en perspectiva ecuménica.............................................................................99
30.Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo: alfa y omega de la historia de la salvación.................................................99
1. RASGOS INTRODUCTORIOS
En el presente tema introductorio nos vamos a centrar especialmente en un estudio histórico y
metodológico del tratado de la Trinidad para posteriormente pasar a ver cómo se desarrolla dicho
tratado en la actualidad, contrastando con las diferentes aportaciones históricas desde los inicios
hasta la actualidad.
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De hecho señalemos que cuando se enseñaba teología, a veces, se decía la expresión latina “magister dicit”
refiriéndose a citas de Pedro Lombardo.
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aristotélica acabaría introduciendo un racionalismo que terminaría con el dinamismo de la fe. (esto
es por la aplicación integral, no adaptada).
París 1252-59 69-72.
Sin embargo, santo Tomás apuesta por el uso de las categorías aristotélicas, creyendo necesaria una
asunción crítica del pensamiento teológico medieval, sin reproducir al pie de la letra el
pensamiento de Aristóteles, sino con la utilización de Aristóteles y de su fecundidad desde la
perspectiva de la teología cristiana. La labor y voluntad de santo Tomás no impedirá, no obstante,
que años más tarde (1277), después de la muerte de santo Tomás, se condene ampliamente el
aristotelismo (aunque ya anteriormente se había prohibido la lectio de las obras aristotélicas),
llegando incluso a prohibir la lectio de las obras de santo Tomás, con lo que da la impresión de que
el esfuerzo del santo habría sido inútil, pues en esos primeros años no fue valorado. Pero esta
afirmación es sólo aparente, pues posteriormente el pensamiento tomista se impondrá en las
facultades teológicas.
b) El pensamiento tomista sobre Dios
Pero ¿cuál es la aportación de santo Tomás al tratado teológico sobre Dios? Santo Tomás seguirá dos
caminos o sentidos: (1) en los comentarios al Liber Sententiarum de Pedro Lombardo sigue el
mismo esquema que el propio Pedro lombardo, y titula dichos comentarios de la misma manera
que Pedro Lombardo: De Trinitate. Era obligatorio hacer estos comentarios para todo aquel que
comenzara la docencia de la teología, y por eso santo Tomás sigue el mismo esquema y titula del
mismo modo los comentarios al libro de las sentencias de Pedro Lombardo. Pero es necesario
mencionar un segundo camino: el de (2) su propia obra, la Summa Theologiae, donde santo Tomás
introduce una división del tratado sobre Dios en dos partes: (a) De Deo Uno; y (b) De Deo Trino. En
la parte que trata sobre De Deo Uno santo Tomás se propone desarrollar aquello que está
relacionado con la esencia divina, y en el tratado De Deo Trino se propone abordar aquello que
tiene que ver con la distinción de las personas en la divinidad.
Así, nos encontraremos con un primer tratado, De Deo Uno, en el que santo Tomás introduce las
cinco vías para demostrar la existencia de Dios, aquello que el hombre puede conocer sobre Dios
por la razón natural, y un segundo tratado, De Deo Trino, que trata especialmente sobre la
Trinidad. Así, el primer tratado dará lugar al estudio racional (carácter filosófico) sobre Dios o
teodicea, mientras que el segundo (carácter teológico) dará lugar a la teología trinitaria o al
tratado sobre el Misterio de Dios. Esta división de dos tratados distintos tendrá un influjo tal que
prácticamente se ha mantenido hasta nuestros días. De ahí que el Misterio de Dios se denominara
antiguamente el Tratado de Dios Uno y Trino.
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
scientia (ciencia), Scoto niega el materialismo filosófico propio del pensamiento tomista (razón
natural para llegar al conocimiento de Dios), y Ockham llevará a una desarmonía entre razón y fe.
No obstante, a pesar de estas dificultades, se impondrá el materialismo filosófico aplicado al
tratado sobre Dios Uno, y es ahí donde Suárez es relevante.
c) El pensamiento de Francisco Suárez
Según Francisco Suárez, todas las afirmaciones sobre el Dios Uno se alcanzan con la razón natural,
de ahí que lleve a su famosa obra, Disputationes Metaphisicae, las cuestiones sobre la existencia y los
atributos de Dios, que según él se deben deducir de manera abstracta, filosófica, teórica. Así, el
tratado De Deo Uno se convertirá en un tratado filosófico, mientras que el tratado De Deo Trino se
convertirá en un tratado especialmente teológico. A partir de Suárez, el tratado De Deo Uno dará
lugar a la teodicea, a la búsqueda racional de Dios, sin hacer referencia alguna a la manifestación
de los atributos de Dios en la historia de la salvación, sino sólo mencionando sus atributos y
aquello que Dios, ser omnipotente, puede o no puede hacer, sin hacer referencia alguna a la
revelación de Dios y su omnipotencia (en lugar de usar la Escritura, se utilizan recursos filosóficos.
Omnipotente no significa que lo pueda hacer todo, porque no puede engañar. Hay tantas cosas
que Dios no puede hacer, que si pudiera hacerlas, ya no sería omnipotente) en la historia.
d) La reforma protestante
Una etapa ulterior que hemos de mencionar es la etapa de la reforma protestante, que tendría
mucha influencia en la reflexión y método teológico del tratado sobre Dios. En Lutero (1483-1546)
confluyen e influyen una tradición medieval y una tradición moderna. La tradición medieval
proviene de Guillermo de Ockham y la contraposición fe-razón, que llevará a Lutero a un
anti-racionalismo teológico que hará que el propio Lutero descalifique la razón en el ámbito de la
fe. No olvidemos que Lutero siempre tuvo a Ockham como su maestro preferido.
La otra instancia de influencia, la tradición moderna, está marcada por el despertar de un yo
subjetivo y la tendencia a una religión personal. Lutero habla del Dios escondido, un Deus
absconditus, y frente a la teología de la gloria defiende una teologia crucis. No niega el concepto de
Dios, pero dice que ese concepto es un idolus cordum, la proyección de nuestros propios intereses
en la figura de Dios. El conocimiento verdadero de Dios, según Lutero, sólo se da en Cristo, y
Cristo es el único camino para llegar a Dios. El conocimiento de Dios por la razón queda
descartado porque ese Dios al que se llega por la razón es un dios falso, con minúsculas, no un
Dios verdadero.
La posición de Lutero no es unánime dentro del protestantismo: si vamos a los libros simbólicos
veremos que la reforma calvinista tiene tendencia a asimilarse a la teología católica, y acepta la
razón natural para llegar al conocimiento de Dios. Efectivamente, según Calvino, a Dios se puede
llegar también a partir de la razón natural. Karl Barth, cuya postura teológica comentaremos en el
conocimiento de Dios, reitera las tesis de Lutero, insistirá en el Dios hecho a nuestra imagen y
semejanza.
04-02-2015 (b)
Hay una pervivencia de la división, que se mantiene en los que siguen ajenos a los desarrollos pos
conciliares, creen que la división está justificada, y que la secuencia unidad-trinidad sigue siendo la
más justificada a la hora de exponer el tratado, en la primera parte esencia común a las tres
personas, y en la segunda se ocuparía de cada una de las tres personas.
Hay una tendencia mayoritaria, cuantitativamente hablando a presentar un único tratado teológico
(Misterio de Dios), cuya estructura es variada: metodológica de la historia de la salvación (CVII),
otros prefieren una estructura más elemental (fe bautismal - credo), otros, dentro de un plan
global, la doctrina trinitaria no aparece al comienzo de la teología, sino al final (Schneider).
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
Dios, que es el objeto de la teología, el tema sobre el cual versa su lenguaje y su discurso, es y debe
seguir siendo, sujeto de la teología, su verdadero protagonista, para que, de este modo, la teología
pueda retenerse en verdad un hablar de Dios y no sólo un hablar sobre Dios.
El alcance… porque de este modo será más fácil que Dios palabra y realidad resulten transparentes
en la mediaciones de los teólogos, las mediaciones discursivas también teológicas pueden correr el
riesgo de no hacerlo. Que la primacía de Dios tenga tu . en el lugar teológico.
Esta primacía está incluida en la expresión “Dios es el sujeto de la teología” (Sto. Tomás), pero la mejor
expresión es la de Benedicto XVI:
«Santo Tomás de Aquino, juntamente con una larga tradición, dice que en la teología Dios no es el objeto del que
hablamos. Esta es nuestra concepción normal. En realidad, Dios no es el objeto; Dios es el sujeto de la teología.
El que habla en la teología, el sujeto que habla, debería ser Dios mismo. Y nuestro hablar y pensar sólo debería
servir para que pueda ser escuchado, para que pueda encontrar espacio en el mundo el hablar de Dios, la
Palabra de Dios.
»Así, de nuevo, somos invitados a este camino de renuncia a palabras nuestras; a este camino de purificación,
para que nuestras palabras sean sólo instrumento mediante el cual Dios pueda hablar, y de este modo Dios
realmente no sea objeto, sino sujeto de la teología»2.
No podrá tratar a Dios como un objeto más de los que aborda, ni como fuera una realidad objetual.
Las palabras articuladas por nosotros han de servir a esta X Realidad de Dios, con la que debemos
sentirnos… Este criterio de referencia ubica a la teología en su lugar adecuado y relativiza
sanamente sus posibles pretensiones desmedidas.
San Agustín «Si lo comprendes (en el sentido de aprehenderlo, de dominarlo), no es Dios».
Para ser posible que resuene, la teología debe hablar también del mundo, del hombre, salvación,
motivo existencia… así los destinatarios podrán leer a Dios en el acontecimiento Cristo. En su
historia se ha manifestado Dios como amigo de los hombres. El Dios de Jesucristo es el Dios
trinitario, que no solamente nos ama, sino que en sí mismo es Amor (cf. 1Jn 4,8).
Surgen al menos dos preguntas, ¿cómo hacer para que Dios hable a través de las mediaciones
teológicas como su verdadero sujeto, si la teología es un quehacer humano, elaborado de una
manera trabajosa, es presentada por hombre para hombres bajo lo inherente de cualquier
conocimiento del lenguaje o discurso? ¿Qué valor otorgar al esfuerzo de reflexión creyente como es
la teología, que resulta arduo y tan complejo, y que su verdadero alcance queda limitado?
«Para hacer valer… relacionada … procedimientos… pregunta … método … específico … contenidos ….
Valor … quehacer teológico … plantea … tesis … Dios como sujeto» (cf. DV 8) Santo Tomás paja, en ella
se contiene el grano.
La teología es «fides quaerens intellectum» fe que busca su propia inteligencia, su propia comprensión,
la ciencia de la fe «scientia fidei». Pero intellectus quaerens fidem, es la inteligencia la que busque la fe.
Confrontarse de nuevo con la realidad de Dios con el acontecimiento Cristo. No puede limitarse sólo
a …, ha de inscribir en sus preocupaciones la pregunta por la fundamentación, la comunicabilidad
y la transmisión de estos contenidos. Aunque en algunos ámbitos teológicos no se considere tan
importantes. Relación creer-pensar. Tenemos que dar razón de nuestra fe, en la actualidad no ha
disminuido su importancia, sino todo lo contrario. Rm 12,1 la fe es un culto espiritual, “rationale
obsequio”, tiene que estar dispuesta a dar razón de sí misma y de la esperanza que hay en nosotros
(1Pe 3), apología. Una variante ha llegado a la apologética excesiva, pero la apología es una
instancia ineludible e irrenunciable.
Hacer valer la condición de Dios como sujeto de la teología constituye para el quehacer teológico
contemporáneo una necesidad, un estímulo y una oportunidad, y ello también especialmente en
2
Homilía del Santo Padre Benedicto XVI durante la misa con los miembros de la Comisión Teológica
Internacional, viernes 6 de octubre de 2006.
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
las circunstancias actuales, eso por tanto es lo que hace esa condición de Dios como sujeto de la
teología.
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
09-02-2015
[Esta extrañeza no afecta sólo a tradiciones, sino también a cuestiones doctrinales, como el Dios
hecho carne, o el Dios que resucita a los muertos o se revela como Padre, Hijo y Espíritu Santo o
que llama al ser humano a participar de su propia vida. ]
Además (2) se lleva a cabo un análisis crítico o muy crítico de los 200 años vividos de
cristianismo. Se llega incluso a escribir una Historia criminal del cristianismo en el contexto del
jubileo del año 2000, y se propone que el cristianismo proclame su disolución como única salida
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
o expiación de las equivocaciones pasadas. No basta con pedir perdón, como hizo Juan Pablo II
en el año 2000 (pidió perdón por los errores de la Iglesia), sino que es necesario que el
cristianismo se disuelva. En esta línea se pueden colocar obras anticristianas y a-teológicas
{Onfray, Tratado de ateología, Física de la metafísica} que carecen de dimensión argumentativa,
ateísmos superficiales que no tienen en cuenta a los creyentes ni se plantean su ateísmo desde la
fe cristiana, como hacían los grandes maestros de la sospecha en el siglo XIX.
Junto a esto podemos poner en relación el (3) desarrollo propio del ámbito anglosajón que
después ha tenido repercusiones en otro ámbito como es la concepción de los “nuevos ateísmos”,
aunque hay propuestas que merecen atención por parte de la teología. En estos ateísmos se dice
que las personas cristianas son personas infelices, cuando no amorales. Se proclama sólo una
visión científica y biologicista del ser humano. Las profesiones de fe monoteístas, especialmente
la cristiana, son tachadas de violentas y fundamentalistas, [se reinterpretan las tradiciones,
buscando el origen pagano] y se hace una vulgarización obscena de los signos cristianos. Se pide
la desaparición social de estos signos para no ofender a las demás religiones.
c) El cristianismo debe afrontar esta situación
Así, vemos cómo una cultura como en la que nos encontramos se puede denominar postcristiana.
No es fácil medir las consecuencias y dimensiones reales de este acontecimiento postcristiano,
pero el discernimiento creyente no ha de ignorar esta situación: ha de afrontarla, lo cual no
implica negar la cultura contemporánea ni sus progresos, sino únicamente afrontar [críticamente]
esta situación. Hay aspectos importantes de la cultura, pero hay que afrontar los aspectos o
estupefacientes antirreligiosos que intentan reconstruir un ateísmo militante que debe aceptar el
retorno de lo religioso y la crisis de lo secular. El Dios cristiano parece, así, seguir respirando, a
pesar de la beligerancia contra él [y de la cantidad de veces que se le ha dado por muerto].
{R. Spämann:} El rumor de Dios es un rumor inmortal. Estamos en una cultura parcialmente
postcristiana con la que el discurso sobre Dios debe confrontarse.
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[Secularización. Saeculum: siglo o mundo ‖ ¿secularidad / cristianismo?: El mundo es obra de Dios,
por tanto no es malo. El mundo no se confunde, se distingue con Dios.]
Pero además se ha acusado a veces al cristianismo de una autosecularización interna
[autovaciamiento de la propia religiosidad cristiana en algunos desarrollos conciliares. Concilio
del aggiornamento, de la puesta al día, está necesitada para que escuche de los contemporáneos,
distintos a los que fueron con anterioridad. Este adecuarse, ponerse al día, es una exigencia del
concilio. ] debida al peligro de que el cristianismo se vacíe de su verdad interna y quede sin
argumentos. Sin embargo, las metamorfosis en el panorama religioso hacen ver que la
secularización no tiene la última palabra. Los estudios religiosos, sin embargo, hacen ver que la
pregunta inevitable es hasta qué punto debemos ver como no-religioso aquello que retorna como
religioso o hasta qué punto puede considerarse religión el retorno a lo religioso. Hoy se habla de
religiones de sustitución que no tienen una dimensión trascendente y en las que Dios desaparece
por completo. El lugar ocupado por Dios lo ocupan otras realidades, ese lugar no queda vacío,
pero se deja de lado a Dios. Por eso los teólogos han de estar prevenidos ante todos estos
peligros. De hecho el contenido atribuido a la religión en la sociología, la fenomenología o la
psicología de la religión la desliga a veces de su concepción trascendente, y a veces estos puntos
son expresiones de la crisis radical del Dios revelado en Cristo. {, “Espíritu del ateísmo, introducción
a una espiritualidad sin Dios”}.
10-02-2015
[El sincretismo religioso podría caracterizar esta situación. Religión a la carta como caracterización,
las distintas tradiciones son una especie de supermercado del que tomar lo que uno quiere, lo que a
uno le gusta, elaborándose cada uno su propia religiosidad, su propia religión, un Dios a medida,
totalmente distinto al Dios revelado.]
[La expresión post-modernidad es la situación de la razón moderna que ha entrado en crisis y ha
tomado conciencia de su propia crisis]
d) Postsecularización y J. Habermas
El término “postsecular” va asociado a J. Habermas, quien recurre a este término para hacer ver el
cambio que se ha dado en los últimos tiempos entre sociedad secularizada y religión. Así,
Habermas calificó de postseculares a las sociedades modernas en el discurso “Creer y saber”,
pronunciado por él al recibir el premio a la paz de los libreros alemanes, en el contexto y bajo el
impacto de los atentados de Nueva York, acontecidos el 11 de septiembre de 2001, pues él veía la
religión como un fenómeno violento y fundamentalista en lo que es el mundo secularizado.
Mediante este término Habermas constataba la pervivencia de la religión como potencial violento
en el mundo globalizado. Así, el fundamentalismo causante del atentado no era, según él, ni
mucho menos un fenómeno medieval, sino que él lo calificaba como propio de la modernidad
tardía, una especie de patología social de esa modernidad. Para Habermas, sin embargo, en el
ámbito de lo postsecular entra una problemática que pide una relación nueva entre secular y
religioso: el desarrollo de las ciencias bioéticas que, según Habermas, sacuden la conciencia de la
humanidad en su conjunto y terminan convirtiendo al hombre en un objeto. Se acaba haciendo del
hombre una cosa y no una persona.
En este contexto, Habermas ve las religiones como un discurso potencial de racionalidad del que
hay que aprender. Las religiones pueden contribuir con aspectos morales irrenunciables a la
humanidad. Las religiones, de hecho, pertenecen a la historia de la razón. No se debe excluir a las
religiones del ámbito público para conservar el humanismo que proponen. Se hace
imprescindible hoy un nuevo nivel entre cultura secularizada y religión, un nuevo modo de
relación y nivel de reflexión, pues el proceso de la secularización ha tenido pérdidas y ganancias,
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
de modo que las sociedades secularizadas han de tener en cuenta las religiones: hay que re-
incluir a las religiones en el diálogo social4.
Según Habermas, ante la tendencia de una modernización que descarrila, las religiones no han de ser
marginadas [marginación progresiva de la religión], sino que precisamente son parte de un
proceso en el que se remite a la herencia de lo religioso mientras no cuestione los principios de la
libertad y de la democracia y se descubre una dimensión racional que puede evitar ese
descarrilamiento. Hay que favorecer, por tanto, el reconocimiento a las religiones de una
dimensión racional y discursiva que contribuya a batallar la modernización pluralista. La
presencia pública de la religión no ha de lesionar el principio de la libertad religiosa y de la
democracia, pero la sociedad moderna no puede vetar tampoco la presencia de la religión,
porque es lo único que evitará el descarrile de esa sociedad moderna.
El presupuesto de Habermas es que la religión tiene un potencial ético-moral muy importante.
Según él, hay que conjugar el saber y el creer sin traducir la confesión de fe en ley normativa para
todos los ciudadanos. En la época en la que hablamos (a partir de mediados de los años 90) son
muy importantes los trabajos que Habermas hace sobre la idea de la religión en Kant, y dice que
ética e idea de Dios son cosas muy distintas, y por tanto hay que separar religión y filosofía. La
razón secular por sí sola no se muestra suficientemente capaz de abordar momentos decisivos en
la vida, como es el momento de la muerte, de modo que aún se tiene conciencia de Dios ante
estas situaciones críticas. Todo esto confirma la necesidad de un proceso de aprendizaje recíproco
entre creer y saber, junto a una tarea que Habermas propone a la teología como urgente: la tarea
de traducir en términos de razón secular los contenidos religiosos de la fe cristiana para que
puedan ser accesibles y comprensibles dentro del discurso propio de la racionalidad.
Esta tarea no es fácil, pero es inevitable. Habermas reconoce que las religiones tienen un potencial
de racionalidad que el proceso de secularidad debe tener en cuenta, y pide a las religiones que
expresen en términos de razón secular (propios de aquellos que no tienen creencias religiosas) las
convicciones religiosas de la fe cristiana, válidas para la sociedad secularizada por ese potencial
de racionalidad.
[No se considera una persona religiosa, pero defiende la importancia de las religiones]
2.8.1 La necesidad de hablar sobre Dios en la cultura post- cristiana y post- secular
4
Esto supondrá un gran paso para Habermas, que al principio de su pensamiento no hablaba de las religiones,
sino que esas religiones aparecían sólo como una forma dentro de la evolución hacia una sociedad moderna y
democrática. Más tarde el filósofo explicará la necesidad de las religiones como potencial semántica
imprescindible, pero en esta segunda etapa según él la religión no puede tener pretensiones de universalidad ni
desempeñar una función integrativa. Finalmente, será a mediados de los años 90 cuando trate explícitamente el
tema de la religión y se refiera a los argumentos religiosos de tipo ético-social. Es en esta etapa donde se sitúa el
discurso en la recepción del premio a la paz de los libreros alemanes o el diálogo con el entonces cardenal
J. Ratzinger.
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
2.9.1 El ateísmo
[A-teismo → Sin Dios, por tanto, interviene] Con la palabra “ateísmo” nos referimos a aquellas
posturas que niegan los atributos de Dios y su ser. Esto nos va a llevar a una distinción doble. En
primer lugar, hay un ateísmo teórico, doctrinal, que niega la existencia de un ser trascendente que
influya en el mundo (aquello que el teísta afirma cuando dice “Dios existe”, lo que nos plantea la
pregunta sobre las imágenes verdaderas y falsas de Dios), y un ateísmo práctico, la actitud de
aquellos que viven como si Dios no existiera, defendiendo un sistema de valores en el que Dios
está ausente. Esto nos lleva a una situación paradójica: es necesario que los ateos teóricos, si no
creen en Dios, vivan como si Dios no existiera y a la vez el ateísmo práctico puede ser también
vivido por el creyente, que aunque crea en Dios puede vivir como si Dios no existiera.
2.9.2 El agnosticismo
El “agnosticismo” es un fenómeno relativamente tardío: no aparece hasta el final del siglo XIX. El
término “agnosticismo” se contrapone a “gnosis” (conocimiento). Es la privación del conocimiento
(a-gnosis). Aparece contrapuesto al conocimiento de cuestiones metafísicas y religiosas. A
propósito de la cuestión sobre Dios la religión no ofrece pruebas de la existencia de Dios. Según el
agnóstico, Dios no es demostrable. Se trata de una postura cercana al ateísmo, pero a diferencia de
éste el agnosticismo no quiere ser encuadrado con afirmaciones o negaciones de Dios, pues dice
que ni esas afirmaciones ni esas negaciones son cognoscibles. Para el agnóstico con la cuestión de
Dios estamos ante una cuestión sobre la cual la razón humana no tiene juicios válidos.
Hay dos formas de agnosticismo: el agnosticismo analítico-racional [Wittgenstein] y el agnosticismo
aporético o enigmático. El primer tipo es el resultado de un pensamiento sistemático y racional que
afirma los límites de la razón y un campo incognoscible en el que se sitúa Dios, de modo que las
afirmaciones o negaciones sobre Dios son inconfirmables, inverificables, no tienen sentido, y por
eso no se pueden plantear. Es la línea típica de los pensamientos neopositivistas. El segundo tipo
de agnosticismo reconoce una importancia histórica y una unión con aquellos que han planteado la
cuestión sobre Dios. Pero esa cuestión sigue constituyendo para ellos una aporía, un enigma, una
oscuridad insoluble. Es la situación de muchos pensadores contemporáneos, que “han arrojado la
toalla” ante el problema de Dios. El agnosticismo se ha convertido, así, en algunos ámbitos como
doctrina oficial que impregna la situación cultural en la que nos encontramos. [establecer un tipo
de conocimiento empírico-racional como uno válido, y a partir de él juzgar los temas. Defendió la
existencia de distintos juegos lingüísticos, tienen su propia validez (como la poesía,. Wittgenstein
admite, pero sólo en el mundo religioso, ¿la tienen las frases?]
[Hay un agnosticismo moderno que termina; la realidad de Dios no tiene que someterse a
verificación, por tanto se puede decir algo o su contrario]
[Aporético-enigmático, se reconoce una valoración histórica, constituye un enigma, una oscuridad
insoluble] [Si el hombre sin Dios no es capaz de preguntar…] []
11-02-2015
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
ateísmo-agnosticismo no es suficiente, dada la complejidad de la indiferencia en sus fenómenos y
sus causas, de modo que la teología ha de interesarse por esta postura.
La indiferencia, por tanto, no puede ser tipificada como un paso ulterior de increencia, sino que
dentro de ella se pueden dar distintos niveles o diferenciaciones. Podemos señalar tres niveles
diferentes. El primer nivel es la indiferencia (1) respecto de la Iglesia en su nivel jerárquico e
institucional, con lo que nos situaríamos ante un nivel de deseclesialización; pero podemos
señalar un segundo nivel (2) respecto al comportamiento vital del cristianismo y a las
convicciones profundas del cristiano como objeto de la incomprensión y desinterés de la
indiferencia. Es el desinterés por los principios mismos de la fe cristiana y sus implicaciones en el
comportamiento práctico. En este caso hablaríamos de descristianización5 . Finalmente, un tercer
nivel objeto de la indiferencia sería (3) aquel que se refiere a la pérdida de cualquier sentido de lo
religioso en cuanto tal, la afirmación de que el hombre se encuentra solo en el mundo y, por tanto,
no hay que afirmar una religión ni un ser superior que lo organice todo.
Desde estos tres niveles se puede pasar a un estudio diferente de la indiferencia religiosa como tal
como vacío existencial, como fenómeno fruto del nihilismo, de la negación de todo sentido o
presencia organizadora de la realidad. La indiferencia no afecta sólo al cristianismo y a la Iglesia,
sino también a otras propuestas de sentido, lo que exige un comportamiento y una actuación por
parte del ser humano en la lucha contra esa indiferencia.
5
Aquí podríamos insertar la indiferencia ante la afirmación de que Jesús de Nazaret se hace carne, tachando este
dogma de mitología; o la afirmación de que la realidad trinitaria de Dios es una complicación innecesaria de algo
que anteriormente era muy sencillo en los orígenes y se ha complicado en la reflexión teológica; o incluso la
visión de la esperanza en la resurrección de los muertos como un absurdo, dado que la realidad se corrompe.
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impide el mostrarse a favor de un acercamiento entre ambos. Pacem in terris (1963) por primera vez
se recoge en un documento pontificio la distinción doctrinas filosóficas falsas (materialismo ateo) y
por otro lado los movimientos histórico-sociales a las cuales esas doctrinas dan origen, estos
movimientos pueden experimentar profundas “mutaciones”, esta distinción llevará a XXIII a iniciar
diálogo y encuentro con no creyentes. Se sigue denunciando … se multiplicarán las llamadas a la
colaboración recíproca]
6
Cf. GS, 19-21.
7
Esta expresión la lleva por título el libro Del anatema al diálogo escrito conjuntamente por los teólogos K. Rahner y
Metz, junto a Roger Garaudy, pensador marxista francés que vivió en su historia algunos cambios, pasando por
cristianismo, marxismo-comunismo (oficial y no oficial), islam,…
8
Este capítulo trata sobre la dignidad de la persona humana.
9
Cf. GS, 19, segundo párrafo.
15
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
ni la necesidad de preguntarse sobre Dios. Finalmente, el Concilio señala también los modos de
surgimiento del ateísmo, como protesta violenta ante el problema del mal (quizás esta es la
acusación más difícil de superar, la roca del ateísmo y de la negación de Dios, que plantea la
pregunta sobre cómo un Dios omnipotente y bueno es compatible con el mal y el sufrimiento 10 ),
así como poner en lugar de Dios aquello que sólo es un dios, la absolutización de una realidad
menor (dinero, deporte,…), algo característico de las sociedades occidentales, en las que el lugar
de Dios es ocupado por otras realidades que lo sustituyen [una especie de idolatrización]. Se trata
de un fenómeno afirmado por los sociólogos, el fenómeno de la religión de sustitución.
El Concilio habla de este modo porque no quiere que la sociedad en la que vivimos sea una
sociedad en la que sea imposible afirmar a Dios. No es cierto que hoy no se pueda crear un Dios,
que no surja la experiencia religiosa, y es imposible que se rechace por completo a Dios, pues
somos muchos millones de personas los que creemos en Dios. Así, una afirmación más del
Concilio acerca de este tema está en que por el exagerado apego a la tierra, a las realidades
humanas, la pregunta por Dios puede quedar anulada, asfixiada, incluso antes de plantearse con
rigurosidad. [El CVII no ha querido repetir los errores del problema moderno]
Ante estas afirmaciones nos podemos plantear una pregunta: el número 19 de la Gaudium et Spes,
¿describe con exactitud la realidad en la que vivimos actualmente? El Concilio no pretendía que
sus afirmaciones se refirieran al futuro, y no se puede exigir este aspecto, pero han surgido
fenómenos nuevos que en el contexto del Concilio eran impensables, como el retorno a lo
religioso. Por eso el Concilio no se ocupa de este fenómeno, pues en su época era impensable su
surgimiento. Por el contrario, el Concilio elabora una reflexión normativa, pero no excluye que en
la actualidad nazcan nuevas modificaciones de la situación social y religiosa.
La afirmación de dos tipos de ateísmo11
Junto a las afirmaciones que hemos visto en el segundo párrafo del número 19, el Concilio hace
una resalta dos formas de ateísmo sistemático, pero sin nombrarlas con sus respectivas
denominaciones propias. En primer lugar, señala (1) el ateísmo de la libertad o humanismo
ateo, que quiere defender al ser humano y su autonomía. Es el existencialismo. En aquel
momento esto tenía importancia debido al humanismo existencialista ateo, aunque en la
actualidad este ateísmo no esté tan en boga, aunque esto no quiere decir que este ateísmo no
exista en la actualidad. Sin embargo, no tiene tanto influjo.
Además del ateísmo de la libertad, el Concilio afirma un (2) ateísmo de la liberación económica
y social del hombre (ateísmo marxista[-comunista]). Como hemos dicho más arriba, el Concilio
no nombra explícitamente estos dos tipos de ateísmo debido a la búsqueda de una actitud de
diálogo y no de condena, junto a la oposición de los obispados situados en territorio comunista
a una condena explícita de este tipo de ateísmo.
[Después de 50 años, ¿ha habido alguna modificación en esta descripción fenomenológica del
ateísmo? Se puede decir que sí, porque el contexto ha cambiado (“nuevos ateísmos”). Retorno de
lo religioso. Importancia primordial que otorga este ateísmo sistemático también ha sufrido
modificaciones. NA Pretenden tener base científica, terminando por rechazar cualquier X
religiosa por calificarla como ilusoria] [intentar dar una repuesta a estas nuevas
manifestaciones. En su descripción no tiene intención normativa, describe lo que en ese
momento era lo más característico de la situación]
e) La consideración del ateísmo como un fenómeno secundario
Otra de las características o novedades de la respuesta conciliar al ateísmo está en que considera el
ateísmo no como un fenómeno originario, sino como un fenómeno derivado, secundario,
10
Esta es quizás la acusación más antigua contra Dios, que hizo surgir la disciplina de la teodicea o justificación de
Dios ante el problema del mal.
11
Cf. GS, 20.
16
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
post-religioso y post-cristiano12. En esta perspectiva, el Concilio quiere hacer suya la convicción
de que, en un principio, el ateísmo no se daba, sino que es un fenómeno que ha surgido después.
Pero ¿cómo ha podido surgir un fenómeno como el ateísmo? Se trata de un fenómeno
post-religioso y post-cristiano, términos que no aparecen explícitamente en el texto conciliar. El
ateísmo es un fenómeno únicamente posterior a la religión o la fe cristiana, sino que es también
una reacción en contra de toda religión y, más específicamente, en contra del cristianismo.
Se trata, así, de una posterioridad cronológica, pero también de una posterioridad como reacción
crítica, especialmente contra la fe cristiana. Si esto es así, se hace más urgente la pregunta por el
origen y las causas del ateísmo. El Concilio da dos respuestas a estas causas: (a) la responsabilidad
de los creyentes en el surgimiento del ateísmo; pero también (b) la responsabilidad de los ateos. Según
el Concilio los creyentes han podido velar más que revelar el rostro de Dios, incluso pueden estar
en el origen de la negación de Dios debido al descuido en la educación para la fe, la exposición
falsificada de la doctrina o los defectos de su vida moral, religiosa y social. Es la primera vez que
un documento magisterial, en concreto un documento conciliar, reconoce la responsabilidad
propia de los cristianos en la negación de Dios.
En cuanto a la responsabilidad de los ateos, [hay dos posibilidades] también responsables o
culpables del fenómeno de la negación de Dios. El Concilio expresa esta responsabilidad de
manera muy matizada: hay una forma de negación de Dios de la que el propio ateo es
responsable, la forma de aquellos que desobedecen el dictamen de su conciencia. Pero el
Concilio no dice que toda forma de ateísmo venga de este desoír la conciencia, y deja abierta la
puerta a un ateísmo inculpable, de modo que de manera indirecta hace una afirmación también
nueva en el pensamiento de la tradición cristiana: es la tesis del cristianismo anónimo de Rahner
aplicada al ateísmo, un ateísmo en el que el sujeto no es culpable de la negación de Dios.
f) La antropología cristiana como respuesta a los humanismos ateos
La vocación del hombre a la comunión con Dios (GS 19,1)
Un tercer aspecto que señala el Concilio como respuesta al ateísmo es la propuesta de una
antropología cristiana, respuesta a los humanismos ateos. Este hecho lo confirma una afirmación
general que vale para toda la Constitución Pastoral, pues el ateísmo aparece tratado en el capítulo
primero de la misma, que como hemos indicado más arriba trata sobre la dignidad de la persona
humana. Para el Concilio la antropología es el marco adecuado para tratar el problema del ateísmo.
Se trata de elaborar una antropología cristiana frente al ateísmo.
En este punto el Concilio incluye la afirmación doctrinal principal de la antropología cristiana:
«la razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la comunión con Dios »13.
El Concilio explica la antropología desde la dignidad humana. Así, fundamenta la antropología
en la teología, de modo que la pregunta sobre el hombre lleva a la pregunta sobre Dios. Esta
argumentación estará más detallada en el número 21 de la Constitución.
La Iglesia reprueba el ateísmo porque va contra la dignidad humana (GS 21, §1)
En ese número, en el primer párrafo, se nos dice que «La Iglesia, fiel a Dios y fiel a los hombres, no
puede dejar de reprobar con dolor, pero con firmeza, como hasta ahora ha reprobado, esas perniciosas
doctrinas y conductas, que son contrarias a la razón y a la experiencia humana universal y privan al
hombre de su innata grandeza»14. El Concilio habla de reprobar (re-probare), frente a aquellos
padres conciliares que pretendían seguir la actitud de condena beligerante al ateísmo con una
triple afirmación. [Se reprueban las doctrinas, no las personas] [algunos párrafos más abajo está
la explicación a este punto]
12
Cf. GS, 19, tercer párrafo.
13
Cf. GS, 19, párrafo 1.
14
Cf. GS, 21, párrafo 1.
17
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
En la nota 16 el Concilio incluye los diferentes documentos magisteriales en los que se aborda el
tema del ateísmo, bien de manera beligerante, bien de manera más dialógica. Así, en primer
lugar señala la encíclica Divini Redemptoris de Pío XI (1937) [el marxismo es intrínsecamente
perverso], donde el Papa condena de modo beligerante la situación que se da en algunos países
a los cristianos (por ejemplo en España, donde el bando republicano de la Guerra Civil atentaba
contra los cristianos). Posteriormente indica la encíclica Ad Apostolorum Principis de Pío XII
(1958), donde el Papa hace referencia a la persecución cristiana en China.
También se incluye la encíclica Mater et Magistra de Juan XXIII (1961), [apertura al diálogo], que
supuso en el magisterio de la Iglesia la introducción de una distinción llena de consecuencias. El
Papa aconsejaba distinguir, dentro de los sistemas marxistas, el principio de elementos
doctrinales (materialismo histórico) de las situaciones políticas a las que estos principios han
dado origen. De esta manera Juan XXIII se abre a los regímenes marxistas y ve la posibilidad de
diálogo con ellos. Finalmente, el Concilio afirma la encíclica Ecclesiam Suam de Pablo VI (1964)
[decidiendo continuar con el Concilio y con el diálogo], una encíclica programática de su
pontificado, donde el Papa entiende el diálogo con el ateísmo como una serie de círculos
concéntricos de realidad con los que la Iglesia ha de dialogar. En primer lugar, la Iglesia ha de
dialogar con (1) los cristianos no-católicos (diálogo ecuménico); posteriormente debe dialogar
con (2) otras confesiones religiosas (diálogo interreligioso); y finalmente ha de entablar diálogo
con (3) los no-creyentes o ateos. En relación con estos círculos se establecerán los tres
secretariados de diálogo ecuménico de la Iglesia. El secretariado para los no-creyentes será
dirigido por el cardenal König, arzobispo de Viena, y tendrá gran influencia en la redacción de
la Gaudium et Spes.
El juicio de la Iglesia contra el ateísmo está en que las doctrinas ateas son (a) contrarias a la razón,
afirmación que se pone en conexión con el Concilio Vaticano I, que afirmaba que el ser humano
puede llegar a conocer con la luz de la razón la revelación natural de Dios; son (b) contrarias a
la experiencia humana universal, pues el ateísmo es un hecho nuevo, sin precedentes en la
historia humana; y (c) privan al hombre de su innata grandeza, pues la vocación más alta de la
dignidad humana es la vocación del hombre hacia la comunión con Dios15.
Tras estas afirmaciones del Concilio está la reflexión teológica de Henry de Lubac, quien escribió
una obra sobre las diversas formas de ateísmo y dice que el humanismo ateo es un humanismo
inhumano. En esta línea están también muchas afirmaciones del Papa actual. El Concilio
manifiesta la coherencia doctrinal y la verificación práctica, y es necesaria esta distinción, pues
hay personas ateas que contribuyen a favor de la causa del ser humano, algo que no se puede
despreciar ni cuestionar. El Concilio, por su parte, no niega que haya ateísmos que contribuyan
al desarrollo humano. Por el contrario, lo que cuestiona es el conocimiento total del hombre si
no hay referencia a Dios. [La esperanza trascendental, no anula el esfuerzo por tareas terrenas]
La búsqueda y cuestionamiento de las causas de negación de Dios a través del diálogo (GS 21, §2)
El Concilio quiere, sin embargo, conocer las causas de la negación de Dios que se esconden en la
mente del hombre ateo. Así, según la Constitución, consciente de la gravedad de los problemas
planteados por el ateísmo y movida por el amor que siente a todos los hombres, la Iglesia juzga
que los motivos del ateísmo deben ser objeto de serio y más profundo examen. De esta manera
el Concilio justifica la necesidad de llevar a cabo un análisis de las causas y motivos del ateísmo
que son considerados los fenómenos “más graves de nuestro tiempo” afirma Pablo VI.
La afirmación de Dios no quita al hombre su dignidad ni su libertad (GS 21, §3)
Por su parte, en el párrafo tercero del número 21, el Concilio afirma que la afirmación de Dios no
va contra la dignidad del ser humano, ni tampoco palia su libertad, pues frente a lo que el
ateísmo piensa es precisamente en Dios donde se fundamenta la dignidad y la libertad del
15
Esto pone en conexión GS 21 con lo que se había afirmado anteriormente en el n. 19.
18
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
hombre, ya que el hombre ha sido constituido inteligente y libre en la sociedad por Dios
creador. Por otro lado, frente a la crítica marxista de la religión por la que se niega la esperanza
en una vida eterna, futura, porque pensar en esa vida eterna implicaría un desinterés del ser
humano en las cuestiones terrenas, el Concilio defiende esa dimensión escatológica, y dice que
ésta no disminuye la importancia de las tareas terrenas, sino que apoya el cumplimiento de las
mismas. Al final del párrafo el Concilio vincula la desesperación humana con la ausencia de
Dios y la falta de sentido de la vida, cayendo en la desesperación.
De esta manera, es necesario diferenciar la lógica y coherencia internas de la fe del plano
práctico-cotidiano de esa misma fe. Atendiendo a la lógica y coherencia internas de la fe, hay
que decir que la increencia proviene en el ser humano de la desesperación, que hace que pierda
su sentido último. Pero si atendemos a la experiencia práctica y cotidiana de la fe aparece una
constatación que no se puede negar: hay personas que no son creyentes y, aun así, no sienten
síntoma alguno de desesperación. Es lo que llamamos ateísmo aproblemático, un ateísmo
pacífico, ajeno al sentimiento trágico de la vida. Este es uno de los grandes desafíos con los que
nos encontraremos, aquellas personas ateas sin angustia ni desesperación. [También puede
darse un creyente asumido en la desesperación.]
Es, por tanto, importante tener en cuenta este fenómeno, pues uno no se puede poner ante una
persona atea con el presupuesto de que se siente desesperada: actualmente eso no suele ocurrir,
y supone un desafío mayor. En este aspecto tampoco valen afirmaciones de tipo
fenomenológico (pues no conocemos el interior de cada persona, y no sabemos si en su sentir
más profundo siente la desesperación, pero lo cierto es que aparentemente esa persona no está
marcada por dicha agonía), y hay que tener también en cuenta que nosotros, como creyentes,
hablamos de las crisis de fe, pero también en el ateísmo se producen crisis. Muchas veces
aquellas personas que han vivido durante largo tiempo como ateas sufren crisis que las hacen
salir de ese ateísmo.
16-02-3015
Sólo Dios da respuesta total a la existencia del hombre (GS 21,4)
El párrafo cuarto, en conexión con el tercero, da una explicación de tono existencial al problema
de Dios, remontándose a ideas de san Agustín, según el cual el hombre constituye para sí
mismo un interrogante no respondido, y la respuesta de ese interrogante está sólo en Cristo.
Necesidad de una presentación adecuada de la fe y la doctrina cristiana (GS 21,5)
En el siguiente párrafo el Concilio intenta dar forma a una respuesta teológico-pastoral ante la
negación de Dios, haciendo referencia a elementos tanto doctrinales como prácticos. Uno de los
elementos que la constitución menciona es la necesidad de una presentación adecuada de la fe
y de la doctrina. El Concilio se limita a mencionar de forma pragmática esta necesidad, aunque
después no hace mención explícita a este tema, pero está en conexión con el número 19, en el
que tenía mucha importancia el tema de la imagen de Dios y del rechazo o aceptación de esa
imagen según se ponga el acento en unos aspectos o en otros. Por eso mismo es necesaria una
presentación adecuada de la fe y de la doctrina. [integración de la Iglesia y del pueblo]
Así, el Concilio viene a decir que no basta precisar los contenidos de la fe que se creen, sino que
también es necesario preocuparse por la cuestión de su participación, es decir, una dimensión
misionera, testimonial, ad extra, externa, «para hacer presentes y casi visibles a Dios Padre y a su Hijo
Encarnado, renovándose y purificándose sin cesar bajo la guía del Espíritu Santo»16. De esta manera el
concilio establece este principio, aunque sin mencionar la problematicidad que el mismo supone
o puede suponer. La teología ha pretendido una exposición adecuada de la fe y la doctrina,
16
Cf. GS 21,5.
19
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
adaptándose a la situación en la que nos encontramos. [Coherencia entre la fe vivida y la fe
proclamada, para que el testimonio creyente sea creíble]
Esta finalidad es la de todas las teologías, pero algunas teologías han quedado descartadas por
sus metodologías, por el cómo se lleva a cabo esta tarea y bajo qué criterios se elabora. Algunas
dificultades que plantea este hecho son de gran relevancia. Pero el Concilio tiene en cuenta no
sólo la búsqueda de los contenidos y la comunicación de los mismos a los creyentes, sino
también a los destinatarios de esos contenidos, la necesidad de comunicar bien las verdades de
la fe cristiana, con una necesaria adecuación a la realidad de la fe. El Concilio hace, además,
alusión al tema de la unidad de los cristianos, pues la desunión entre nosotros priva a la fe
cristiana de un testimonio más convincente, y la unidad es uno de los remedios para superar el
ateísmo, pues para aquel que no cree el hecho de que los cristianos no estemos unidos le resulta
muy extraño, pues todos creemos en el mismo Cristo, pero no nos ponemos de acuerdo. [fe
viva, cristianismo adulto. Fe madurada para ser capaz de afrontar las dificultades y encontrar el
camino para superarlas. Con frecuencia, muchos adultos están bloqueados en el momento de la
primera comunión. Muchas personas, cuando se encuentran con el rostro de Jesucristo viven
una gran liberación, pero la mayoría no es capaz de dar razón de esta fe.]
[Martirio. No hay que entenderlo sólo en el sentido estricto, sino como testimonio de fe. Sin dejar
a un lado la pregunta sobre la verdad de la fe profesada, el martirio, en cuanto tal, no prueba
ninguna verdad]
[Caridad fraterna de sus fieles, tanto entre ellos como con otras confesiones, o incluso]
Colaboración y diálogo entre creyentes y no-creyentes, así como libertad religiosa (GS 21,6)
[El concilio distingue entre el ateísmo y los ateos, entre una doctrina y los individuos, frente al
CVI C.1, en el que declara anatema al ateo] En el párrafo 21,6 hay tres ideas fundamentales: se
habla de (1) colaboración; de (2) diálogo; y de (3) libertad religiosa. Las ideas de la
colaboración y el diálogo entre creyentes y no creyentes son una afirmación clara y
contundente por parte del Concilio. Este diálogo y esta colaboración son actualmente evidentes,
pero en aquellos momentos no lo eran, ya que eso suponía superar una gran etapa de
no-diálogo. La idea de la libertad religiosa aparece más extensa y se refiere al número 19.
Recordemos que algunos padres conciliares seguían manifestando la voluntad de que el
Concilio condenara el ateísmo, pero se toparon con la oposición de los episcopados vigentes en
los países con regímenes comunistas. Estos episcopados no pedían la condena de los regímenes
comunistas como tal, sino la solicitud a éstos del derecho de la libertad religiosa como un
derecho fundamental para los creyentes. Por eso mismo el Concilio afirma este principio. El
párrafo termina diciendo que hemos de considerar el Dios del Evangelio con corazón sincero, y
no los dioses de este mundo, que nos propone la sociedad.
«Nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti» (GS 21,7)
El Concilio termina su referencia al ateísmo desde la antropología, y dice, como ya ha indicado
anteriormente, que la antropología ha de fundamentarse en la teología, y el corazón del hombre
está inquieto hasta que descanse en Dios, pues el mensaje de la Iglesia conecta con los deseos
más profundos del corazón humano cuando reivindica la dignidad de su vocación, devolviendo
la esperanza a aquellos que desesperan, infundiendo luz, vida y libertad para su progreso. De
esta manera podemos decir que el ser humano sólo encuentra la respuesta a la totalidad de su
ser en Dios.
20
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
términos secularización y secularismo. Ambos términos (junto al término secularidad) provienen del
latín saeculum, que se puede traducir de dos maneras: bien como siglo, bien como mundo. De
hecho en español antiguo la palabra “siglo” significaba tanto el período de tiempo que
corresponde a 100 años como el espacio vital en el que nos movemos, el mundo. De ahí proviene
la palabra “seglar”, que es precisamente el que vive en el mundo, aquellas personas a las que
actualmente llamamos “laicos”.
g) El fenómeno de la secularización
El término secularización se utiliza en esta teología para designar todo un proceso de
desacralización o desdivinización. Incluso podríamos hablar, en términos de Max Weber, de
desencantamiento. Con estos términos equivalentes se quiere decir que estamos ante un proceso
de evolución hacia una sociedad desacralizada, hacia una concepción desacralizada de la
realidad. Pero este proceso, según la teología de la secularización, habría sido puesto en marcha
por la misma revelación bíblica. Se cita a veces el hecho de la creación, de la encarnación, o
incluso de nuestra filiación con Dios para explicar esa secularización. Pero ¿por qué se recurre a
estos motivos?
Unos autores, por tanto, recurren al evento de (1) la creación, el Dios que crea en el mundo es un
Dios trascendente, distinto [de Dios] de todo lo creado. Pero precisamente por la creaturalidad
las cosas creadas se distinguen de Dios, y Dios ha creado el mundo y lo ha querido en esa
condición profana, en esa autonomía propia, en esa condición desacralizada. Hay una
mundanidad, una profanidad o secularizad de las cosas creadas acorde con el designio de Dios.
Otros autores se acercan a (2) la encarnación. El mismo Dios deviene carne y se hace hombre. Pero
en este encarnarse de Dios no se produce una confusión entre lo humano y lo divino, sino una
asunción de lo humano por parte de Dios. El movimiento de la encarnación no elimina la
distinción de lo humano y lo divino, sino que mantiene esa distinción. Así, los autores de la
teología de la secularización deducirán que tenemos por parte de Dios una asunción de divinidad
y mundanidad sin que ambas se confundan.
Finalmente, otros se refieren a (3) la filiación de los hombres con Dios. La afirmación de que
somos hijos de Dios apunta que Dios pone al mundo en manos de los hombres para que lo
configuren, de modo esta configuración del mundo por los hombres, en nuestra época producida
por los elementos científico-técnicos que a veces vemos y definimos como “secularización”, es
querido por Dios. En resumen, pues, según esta teología hay un proceso de secularización que no
va contra la fe cristiana, sino que está permitido por la fe cristiana, y entonces se puede ver la
secularización desde esta fe.
[La secularización no va contra la fe cristiana, sino que ha sido facilitado por la fe bíblica] A veces
estos autores hablan de que la secularización está afirmada por la teología bíblica, pues nos
permite superar una falsa imagen de Dios como la de un Dios “tapa- agujeros”, una concepción
que domina esa visión de Dios que se dio durante mucho tiempo, en épocas en las que el
desarrollo científico-técnico no podía explicar algunos agujeros que no podían ser superados por
nuestra ignorancia, ante lo cual se recurría siempre a la hipótesis Dios, para que nos librara de
esos agujeros o situaciones problemáticas. Por el contrario, según la teología de la secularización,
el fenómeno de la secularización es positivo porque en la medida en que el Dios tapa-agujeros se
retira debido a los avances científico-técnicos aparece el Dios verdadero, del Evangelio. Así, la
secularización no es ajena a la tradición bíblica, sino que está arraigada en dicha tradición. [La
ciencia no necesita de la hipótesis “Dios”, no aparecerá nunca al final de un proceso de
laboratorio, no es una realidad que se pueda descubrir con experimentos empíricos. La pregunta
por Dios se sitúa en un nivel distinto.]
Esta teología, por tanto, defiende la autonomía de las realidades terrenas, que han sido creadas por
Dios en su creaturalidad y autonomía. El ateísmo de la secularización viene a ser para esta
concepción teológica un ateísmo aparente, pues lo que niega no es el Dios del Evangelio, sino la
21
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
concepción de Dios como un Dios tapa-agujeros que irá desplazándose ante el progreso de la
secularización, purificándose, así, la identidad de Dios y apareciendo el Dios del Evangelio, que
había sido ocultado por el Dios tapa-agujeros.
h) Secularismo
Por el contrario, el secularismo es un ateísmo en sentido estricto y riguroso, no aparente como el
anterior. Según la teología de la secularización, para el secularismo no hay espacio alguno para la
realidad de Dios. La ciencia se vuelve en contra de la fe y origina las llamadas “ideologías
salvíficas”, aquellas ideologías que prometen la salvación en otras realidades. Pero esta salvación
propuesta por el secularismo está destinada al fracaso, porque la salvación viene siempre de
Dios, de modo que los presupuestos del secularismo que acaban con la idea de Dios son falsos.
i) Vigencia de la teología de la secularización
La teología de la secularización fue una teología efímera, y de ella sólo quedó la distinción que
acabamos de señalar. Esto fue debido a que esta teología terminó haciendo suyas las posturas del
ateísmo, y esto no puede durar durante mucho tiempo. No obstante, en el momento de su
surgimiento causó un gran impacto y desconcierto en la teología tradicional.
17-02-2015
17
Esta concepción o hipótesis es propia de K. Rahner.
18
Cf. GS 22,5; LG 16; AG 7.
22
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
pertenezca a este ateísmo no es culpable de ser ateo. Este ateísmo, según Rahner, puede
equivaler a un teísmo trascendental. Para Rahner “teísmo” es la afirmación de Dios sin más
(contraposición a ateísmo), y utiliza el término “trascendental” para poner de manifiesto el hecho
de la posibilidad de que personas que no son creyentes puedan conocer aspectos que los
trascienden.
Según Rahner, todo ser humano tiene a lo largo de su vida expectativas de la aceptación de una
realidad o existencia incondicionada que va más allá de él, como el amor radical a una persona
(que es incondicionado), o el compromiso con la justicia, o incluso los actos humanitarios. Pues
bien: en la aceptación de esta experiencia incondicionada tiene lugar la experiencia inicial de un
misterio absoluto, de una experiencia religiosa. El término “trascendental” tiende a explicar la
densidad religiosa y la implicación teológica de los actos religioso-morales y humanitarios, pues
Rahner aplica sus afirmaciones a creyentes de otras tradiciones religiosas.
De esta manera, Rahner manifiesta que el acto religioso-moral o humanitario que hacen los no-
creyentes tiene una relación con aquello a lo que los creyentes llamamos “Dios”, y por eso
aunque la perspectiva atea haga una afirmación errónea en su conciencia el cristianismo puede
afirmar que en la disposición incondicionada de uno mismo, en el compromiso con la justicia,
en la realización de actos humanitarios y morales se da la aceptación implícita de una realidad
incondicionada y absoluta, que nosotros denominamos como “lo Absoluto”, como “Dios”. La
aceptación de Dios estaría, así, implícita en los comportamientos humanitarios o morales.
La consideración del teísmo como cristianismo anónimo
La segunda tesis de Rahner es la consideración del teísmo como un modo de cristianismo
anónimo. Pero ¿cómo podemos justificar este segundo paso? Para esto Rahner parte de la
tradición bíblica y de los textos del Concilio Vaticano II: la afirmación de la voluntad o designio
salvífico universal de Dios (Dios quiere que todos los hombres se salven). Por eso en la teología
tradicional se desarrollaba lo que era denominado como voto implícito del bautismo, que servía
para hacer ver la necesidad del bautismo para la salvación y admitir la posibilidad de que
también personas no-bautizadas puedan llegar a la salvación. [Si se les hubiera anunciado el
Evangelio, seguramente habrían solicitado el bautismo]
Rahner dirá que su propuesta del cristianismo anónimo es una variante de esta doctrina
tradicional, y admitirá que el ofrecimiento de la gracia de Dios y de su aceptación se da también
cuando un ser humano hace la elección de una realidad incondicionada. Esto es posible sólo en
la concepción teológica del designio salvífico de Dios.
Valoración de la teología de Karl Rahner
La hipótesis de Rahner supone en el campo católico la mejor manera de explicar el problema del
ateísmo. Rahner señala que ha intentado integrar la idea conciliar del ateísmo inculpable e
insertarla en el designio salvífico de Dios. En el ámbito, sin embargo, la idea del cristianismo
anónimo ha sido discutida por varios autores. Algunos autores han sido (1) muy críticos con la
idea del cristianismo anónimo, y le han reprochado a Rahner una especie de imperialismo
teológico cristiano, de obligación de hacer creyentes a aquellos que no lo son. Según estos
autores, Rahner ha elaborado una especie de hermenéutica que constituye una falta de respeto
para el no-creyente, a quien se le dice que está equivocado. Pero esta crítica fácil es errónea. Por
el contrario, Rahner dirige su hipótesis especialmente al interior del cristianismo, y hace ver a
los cristianos cómo y por qué es posible mantener una vía de salvación también para aquellos
que no son creyentes y que, además, no son creyentes de forma inculpable. [No va a los ateos, es
un argumento para que los creyentes acepten la posibilidad] [Córdula o el caso serio, VON
BALTHASAR]
No obstante, hemos de señalar (2) una dificultad objetiva en la hipótesis de Rahner: el hecho de
cómo justifica la necesidad histórica del cristianismo. Si basta con ser creyente o cristiano de
forma anónima, implícita, ¿cómo y por qué sería necesario ser cristiano de forma explícita? Si se
23
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
afirma esto la necesidad histórica del cristianismo es una cuestión que no queda suficientemente
garantizada. Quizás esta idea arraigó más en los ámbitos vanguardistas, que se sentían
cuestionados por ella. En cualquier caso, Rahner también insistió en varias ocasiones en que si
lo que causa confusión es la expresión “cristianismo anónimo”, eso sólo es una cuestión
terminológica. Se podría dejar de lado ese término, cambiarlo por otro para que se
comprendiera mejor lo que se quiere decir. No es, por tanto, cuestión de terminología, sino de
mostrar la posibilidad de salvación para el no-creyente. [Esto afectó en gran medida a los que
estaban dedicando su vida al anuncio con intención salvífica]
19
Autores pertenecientes a esta línea son K. Barth y Jüngel. Ambos fundamentan su teología en la de Lutero.
24
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
estrategia de defensa contra los ateísmos, y no lleva a crítica la teología cristiana, que tiene que
hacer cuentas con el hecho de que donde más ha arraigado el ateísmo es precisamente allí donde
la idea cristiana de Dios arraigó más pronto y ha permanecido durante más tiempo.
18-02-2015
25
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
por nosotros y al que acudimos para obtener diversos objetivos, y ha insistido en la gratuidad
de Dios unida a la verdad de Dios, no de un Dios solamente funcional. Pero así se ha alejado de
un Dios personal, ha olvidado que Dios se ha manifestado en Jesús de Nazaret. La teología
occidental se ha quedado, así, sólo en la idea trascendente de Dios, sin saber qué hacer con ese
Dios que se ha manifestado en el mundo denunciando injusticias. Así, es necesario no sólo
presentar a Dios como verdadero (aunque esto es necesario), sino también presentar al Dios de
la buena noticia.
Una teología insuficientemente universal
Y finalmente la teología occidental es también insuficientemente universal: la universalidad que
pretende ofrecer es falsa. La teología occidental presenta la importancia de la realidad de Dios,
intentando hacer universal la concepción de Dios tal como se presenta en occidente y más en
concreto en Centroeuropa. Así, la teología occidental ha universalizado un problema tal y como
se plantea en occidente y Centroeuropa sin tener en cuenta fenómenos que tienen lugar en otras
partes, como la idolatría, propia de América latina. La idolatría, según la teología de la
liberación, es un fenómeno mucho más universal, de ahí la pretensión de universalidad que
tiene la teología occidental. Se trata de una universalidad equivocada. La universalidad ha de
tener en cuenta la idolatría y sus víctimas, que son muchas más que las del ateísmo.
c) Valoración de la teología de la liberación
La propuesta de la teología de la liberación es una teología que sea más actual y más bíblica. En
cuanto a su actualidad, retornan a la vigencia de la idolatría como problema más acuciante que el
ateísmo, y en la propuesta bíblica señalan que no cabe duda de que en la Escritura la realidad de
Dios es una cuestión, pero nace a raíz de los dioses falsos, y hay que superar la tentación de creer
en los ídolos, pues creer en esos ídolos es dejar de creer. Esos ídolos son la organización política,
cultural, económica y social propia de occidente. Lo único que producen estos ídolos son
víctimas, pues la divinización de las riquezas produce huérfanos, viudas, pobres, miserables,…
Por eso Dios y los ídolos son incompatibles, y es necesario escoger entre el Dios de la vida y los
ídolos de la muerte. El hecho de que la teología de la liberación haga una propuesta más bíblica
proviene de la constatación de que Dios en la tradición bíblica manifiesta una parcialidad (está a
favor de) constatable hacia las víctimas de los ídolos, un hecho olvidado por la teología
occidental, que sólo acepta la universalidad. El único modo de ver a Dios como universal es
fijarse en la parcialidad bíblica hacia los más necesitados, pues de lo contrario nos acercaríamos a
un Dios parcial, no universal. Es necesario recuperar los temas olvidados por la teología
occidental, como la persecución, la cruz o el martirio. No tiene sentido buscar una actitud neutral,
pues Jesús nunca fue neutral: desde el principio se sabe con quién está Jesús y con quién no está.
No se puede creer en el Dios en el que Jesús cree sin creer en el Dios en nombre del cual Jesús es
asesinado y acepta ir a la muerte.
[En el interior de teólogos católicos-cristianos estaba la doble dirección los que recurrían al análisis
marxista de la realidad social, y otros que decían que no era posible aceptar ese método sin aceptar
los presupuestos doctrinales del materialismo …. Este debate dentro del cristiano también estaba
dentro del marxismo, los que aceptaban que podían separar método de presupuestos, y los que decían
que iban de la mano.
La interpretación de la misma realidad de la Iglesia, una realidad atravesada por la lucha de clases,
donde se insertan las expresiones “iglesia popular” o “…”
El hundimiento de los países del este y la caída del muro de Berlín tuvo consecuencias también al
occidente, esto provocó una crisis inevitable. Cuando un teólogo entra en cuestiones de este tipo
tiene que aceptar que pueden venir equivocaciones.
Presupuestos de tipo ideológico
26
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
Por parte de la misma congregación de la fe, el hecho de que se publicaran ambos documentos, uno
contra presupuestos marxistas, el otro para evitar el riesgo de identificar teología de la liberación
con marxismo, y para reconocer la inspiración evangélica totalmente válida esta opción por los
pobres]
28
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
conocer a Dios. Se trata de una afirmación dogmática, un elemento propio del método teológico, que
surge en un contexto extraño. En conexión con esto veremos el contexto filosófico-teológico en el
que se coloca esta definición de Dios y cuál es su alcance (qué está definido en ella).
Finalmente, nos acercaremos a (3) la dimensión ecuménica de esta afirmación, pues no mucho
después del Concilio Vaticano I nos encontraremos con el teólogo protestante más grande del siglo
XX: K. Barth, quien sostiene una tesis distinta a la del Concilio Vaticano II. Él viene a hacer suya una
tesis que proviene de Lutero: la teología de la cruz. Así, Barth sostiene que el camino que va de las
criaturas al creador, propio de la teología natural, no nos conduce al Dios verdadero, sino a un ídolo
o dios falso que es fruto de nuestras necesidades e intereses, un dios a nuestra medida, a nuestra
imagen y semejanza. Según Barth, Dios es “el totalmente otro”, y dirá que la analogía es la invención
del anticristo, pues no garantiza la existencia de Dios. Sin embargo, Barth no es la única palabra de
la teología protestante, en la que claramente se ve una evolución (Pannenberg, E. Bruner).
Pero ¿por qué hacemos todo este estudio? ¿Por qué afirma el catolicismo la posibilidad de conocer a
Dios por la razón natural? La causa es clara: porque el Concilio Vaticano I se interesa por la fe en
Dios como aquello de lo que el creyente puede dar respuesta, una razón, y esa posibilidad de
razonar es necesaria para poder justificar la propia fe, aspecto que sigue siendo muy importante hoy
en día.
29
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
El término analogía (ἀναλόγως) es raro en la época, e incluso después, por eso hay que mirarlo en
la filosofía griega, en la que históricamente, los pitagóricos fueron los primeros en usar analogía
() en sentido de relación. Platón lo incorpora luego al sentido filosófico, para entender desde las
realidades empíricas las meta-empíricas. Aristóteles tampoco lo emplea, ni el estoicismo (al
conocimiento de lo divino), por ello podemos decir que prácticamente no se conoce ningún uso
explícito de la analogía aplicada al conocimiento de la realidad divina que sea anterior a Sb 13. En
latín (Vulgata) lo traduce por “cognoscibiliter”, san X por “integilibiter”, san Jerónimo
“consecuente”, ninguno por “analogicen”. El significado en su contexto se conserva
proporcionalmente en el que la razón partiendo de lo sensible llega al conocimiento de lo
suprasensible. La belleza de las cosas es al artista, como las creaturas al creador.
Procede por tanto del mundo del estoicismo, el cual ha recogido la misma estructura
argumentativa, pero ha rechazado las divinizaciones que en él tenían lugar.
Cómo aparecen las distintas designaciones de Dios, al cual se llega a conocer a través de la belleza
y la fuerza de las realidades de este mundo.
Aparece con 7 términos distintos:
- θεοῦ (Sb 13,1): dios
- τὸν ὄντα (Sb 13,1): El que es
- τὸν τεχνίτην (Sb 13,1): artífice
- ὁ δεσπότης (Sb 13,3): su señor, su dueño
- γενεσιάρχης (Sb 13,3): creador
- ὁ κατασκευάσας (Sb 13,4): quien lo hizo
- ὁ γενεσιουργός (Sb 13,5): su creador
Es la primera vez que se le denomina como artífice. Δεσπότης designa la relación de Dios con el
universo, para su relación con los hombres suele usarse κυριος. “El que es” algo específicamente
bíblico, comprensión personal (masculino) frente a la concepción impersonal (neutro) griega.
Identidad. Si el Dios que había experimentado en la historia era el mismo Dios que conocieron
otros pueblos, y si se podría decir que en el fondo era el mismo Dios. La respuesta de Sabiduría
es afirmativa, no hay oposición entre el Dios del que hablan los otros pueblos. El artífice cuya
existencia postulaba el pensamiento filosófico es idéntico a aquel que es, experimentado en la fe
del pueblo judío.
La culpabilidad de los que han llegado a divinizar los elementos aparecidos en los temas 2 y 3.
¿Cómo es que, siendo tan inteligentes, no llegaron a conocer a su hacedor?
El conocimiento a través… el texto de sabiduría es relevante. En ningún texto tenemos una
reflexión tan articulada como la que aquí aparece, en la cual, mediante un proceso reflexivo,
partiendo de las cosas reales, especialmente en su dimensión de belleza, fortaleza, se termina
llegando a aquel es cuya acción. Trasfondo filosófico trascendido estoicismo.
23-02-2015
c) El conocimiento de Dios según Rom 1,18-23
Rm 1,16-17 es la tesis central de la carta a los Romanos: «Pues no me avergüenzo del Evangelio, que es
fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree: del judío primeramente y también del griego. Porque
en él se revela la justicia de Dios, de fe en fe, como dice la Escritura: El justo vivirá por la fe»
El evangelio es fuerza de Dios y de salvación también para los gentiles porque han pecado y
necesitan de esa salvación. A la hora de exponer X, explica cual será el conocimiento de Dios.
v.18: «En efecto, la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que
aprisionan la verdad en la injusticia» Castigo que luego describirá de manera detallada en vv. 24-32,
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
donde Pablo hace relación de abundancia de pecados que son efecto y causa de la ira de Dios. Los
términos empleados no tienen gran importancia (destacan verdad e injusticia). El término
Verdad, en relación con Justicia, αλητεια viene a indicar la creación manifiesta de Dios, que los
gentiles, al poner lo creado en la posición del creador cayendo en injusticia. Establece un hecho
“han aprisionado la verdad con la injusticia”, para san Pablo no sólo es un hecho, es también un
pecado y para explicar el alcance esta culpabilidad dice todo lo relativo al conocimiento de Dios.
v.19. «pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó ». La traducción
es errónea, no es lo cognoscible, sino lo conocido de Dios (τὸ γνωστὸν τοῦ θεοῦ). Para la
comprensión no hay dificultad, pero teniendo en cuenta este detalle.
v.20 «Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus
obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables». Aquello que es visible, se vuelve
invisible. Emplea en plural la expresión “τὰ γὰρ ἀόρατα” (ἀόρατος significa invisible).
Importante el verbo que emplea, la forma compuesta de “καθορᾶται” (el verbo en su forma
simple significa una visión sensible, es decir, ver con los ojos de la cara, por lo que no se refiere a
la visión física, sino a la propia del conocimiento, intelectual. “νοούμενα” es un epíteto que viene
de “νοέω” (percibir con la mente), relacionado con el entendimiento o “νους”. No vale con abrir
los ojos, es necesario el proceso propio del conocimiento propio de lo intelectual, para que tenga
lugar la percepción de la mente. “esto einami” tiene sentido de finalidad, pero aquí tiene
consecutivo.
v. 21 «porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, antes bien se
ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció». Aquí explica v.20, que son
culpables (inexcusable). Habiendo conocido a Dios (γνόντες τὸν θεὸν), no parece haber problema
hasta que no lo comparamos con 1Co 11,20 (gentiles no lo conocieron), ¿qué tipo de conocimiento
se da en cada caso? Hay que seguir leyendo “no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias”
(ἐδόξασαν ἢ ηὐχαρίστησαν) Ahora lo mismo, pero indicando en qué ha consistido su
equivocación “se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció”
(ἐματαιώθησαν / evanuerunt) es la traducción que hace de “vacío” (hbl) como se designa a los
ídolos (Jr 2,5), tanto los ídolos como los que van tras ellos son vanos, “se envanecieron”. No es que
(para san Pablo) el ser humano haya perdido capacidad de comprensión al negarse a Dios, su
oscurecido corazón no se haya privado totalmente, pero su entender viene a ser como un
“entender en vano” un “no entender”. Importante por las carencias y las equivocaciones
mente/corazón.
v. 22 «jactándose de sabios se volvieron necios» prolonga esta misma idea del v.21. San Pablo dice dos
cosas, por un lado, prolonga una temática y vocabulario del AT donde necio es el que niega a
Dios (Sal 13, Sal 73) (en Mt 5,22 se maldice a quien llama necio a su hermano). La sabiduría
humana es muy distinta de la divina, san Pablo desarrollará una polémica contra la humana por
contraria a la divina que se manifiesta en el acontecimiento Jesucristo y sobre todo en la cruz. San
Pablo enumera una de las consecuencias dramáticas que lleva consigo el reconocimiento
dramático de Dios, entre sabiduría y necedad se da una gran confusión.
v. 23 «y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una representación en forma de hombres
corruptibles, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles» esta es la conclusión final a la que lleva la necedad
de Dios, que lleva a la idolatría (prohibición imágenes: Dt 4,15-19; Sal 106,19-20; Jr 2; etc.). San
Pablo dice que no hay que confundir la δοξα θεού, con la δοξα propia del ser humano, que
plasma en sus propios ídolos. En medio, los gentiles han divinizando el mundo y mundanizando
a Dios. Tendrá efectos de la ira de Dios (vv.24-32), manteniendo la idea inicial de Rm, que a los
gentiles también les alcanzará la justicia de Dios.
Conclusiones más importantes
Según el texto hay un camino que lleva de las creaturas al creador, porque en ellas ha dejado
huellas suficientes para que la inteligentica pueda ver lo invisible, su potencia y divinidad, este
31
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
camino está abierto todos, no necesita revelación positiva alguna, Dios se da a conocer en la
creación.
Los gentiles han participado también de este conocimiento no sólo como posibilidad sino
como realidad, de hecho dirá que han conocido a Dios. Ahora bien, el hecho de haberlo
conocido agrava su culpabilidad, por tanto qué tipo de conocimiento se les atribuye aquí, esta
es una cuestión que es analizada con detalle por los distintos exégetas, recmiento lo más
relevante: si por conocimiento de Dios se entendiera un limitarse a constatar en el sentido de
tomar nota sin más de que existe un objeto al que llamo Dios, de la misma forma que yo puedo
constatar que hay un libro en una mesa, un conocimiento frío aséptico, notarial, del objeto al
que llamamos Dios, para san Pablo no es un conocimiento religioso, porque el conocimiento
religioso de Dios implica reconocimiento glorificación y agradecimiento. Se coloca en un plano
distinto del que constatan notarialmente de formas, ética y X la existencia de objetos y realidad,
en el conocimiento de Dios se haya implicado el ser humane en su globalidad, y quien las
rechace no podrá afirmar que reconoce a Dios. En realidad, el conocimiento de Dios tiene su
propia casda en el agradecimiento para con él. Conocer a Dios para san Pablo es re-conocer a
Dios. lo cual conlleva implicación subjetiva de la persona que dice conocer a Dios.
Aunque no pueda afirmarse dependencia directa, entre Sb 13 y Rm 1, hay semejanzas
innegables. Está más desarrollado en Sb, pero está presente en Rm.
Rm será citado explícitamente por el CVI como fundamentación bíblica para afirmación básica
del concilio según el cual mediante la luz natural de la razón humana se puede llegar a conocer
a Dios con certeza. Hay pues una continuidad con una pequeña diferencia, el CVI se coloca en
perspectiva de la posibilidad de la razón humana para llegar al conocimiento de Dios, Rm se
refiere al ejercicio de esa posibilidad.
Finalmente, si uno ve el lugar y el comentario de Rm que se hacen en la dogmática católica y
en la protestante, encontramos una constatación, el mismo texto es invocado por unos y otros en
sentido divergente. La dogmática católica ve la posibilidad de conocer con certeza a Dios por
medio de la razón, la protestante corrobora la universalidad del fenómeno religioso y al mismo
tiempo la imposibilidad de un conocimiento auténtico de Dios verdadero fuera de la revelación
de Jesucristo. Cada tradición teológica ha tendido a descuidar lo que la otra ponía de relieve. A
veces se ha visto poner todo el peso sobre el papel del conocimiento religioso, o se ha silenciado
de la necesidad de glorificación y agradecimiento, por otro lado la tradición protestante al
insistir tanto en la conclusión a la que quiere llegar san Pablo (Que todos han pecado, incluidos
gentiles) y se han visto privados de la gloria de Dios, gentiles son inexcusables porque han
conocido a Dios.
Es cierto que el recurso al mismo texto de la carta a los romanos ha dado lugar en las dogmaticas
católicas y protestantes a conclusiones a veces muy opuestas, se impone un acercamiento
ecuménico entre estas dos tradiciones. Desde hace tiempo, pero sobre todo en los comentarios
recientes de teólogos ocupados en estas cuestiones, se puede percibir este acercamiento, sobre
todo en torno a la intuición fundamental en la que insistía: conocer a Dios es re-conocer a Dios,
re-conocer a Dios implica al sujeto, su libertad, y conlleva la actitud de agradecimiento y
colaboración.
24-02-2015
32
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
encuentran en el pensamiento filosófico de entonces. Es así como existe ese dialogo antes
nombrado.
En la edad media
Contexto modificado. La cristiandad medieval (mundo occidental europeo) Destacamos las
afirmaciones de santo tomas.
La existencia de Dios no es algo evidente por si mismo.
La realidad de Dios se puede conocer por la razón
La realidad de Dios puede ser demostrada (5 vías)
Elemento relevante: Sto. tomas no se limita a decir que el humano se limita a conocer a Dios solo
por la fe, se necesita un proceso reflexivo.
Reforma protestante
Situación modificada. División intra cristiana.
Católicos. Hacen suyo propuesto por Santo tomas
Protestantes:
Luteranos: proclives a mantener que la ignorancia de Dios es la esencia del hombre caído. La
razón no es un camino acertado.
Calvinistas: reconoce el conocimiento natural de Dios
Época moderna –vaticano I
Adquirirá un gran desarrollo la crítica a los límites y posibilidades del cono de Dios. Kant será
muy importante. Por la razón práctica es el único camino. Este pensamiento tendrá una gran
incidencia en los dos ámbitos
Protestantes: religión como sentimiento
Católicos: fideísmo y tradicionalismo.
b) El conocimiento natural de Dios en el Concilio Vaticano I
Contexto histórico-teológico
En el trasfondo hay dos orientaciones teológicas que en el campo católico tenían actualidad,
tradicionalismo y fideísmo, racionalismo y semi-racionalismo
Tradicionalismo: nosotros llegamos al cono de Dios porque esta idea se nos ha trasmitido.
Fideísmo: al cono de Dios acceso sólo desde la fe.
Racionalismo: excluye todos los misterios irracionales de la fe. solo es verdadero lo que
podemos conocer.
Semi-racionalismo: reconoce que la revelación es necesario para el cono de unos
determinados misterios, ahora bien una vez conocido, la razón puede llegar a conocer la
realidad de esos misterios.
En este contexto: Constitución Dei filius
Puede considerarse como un verdadero logro teológico, gracias a los debates conciliares. En un
principio se había tomado como principio el Silabus 1864. Los teólogos y padres conciliares no
querían condenar y rechaza los errores sino presentar la doctrina y ser mediación entre
racionalismo y fideísmo, mediación entre razón y fe. A este logro se orienta la tarea teológica
del Concilio Vaticano I.
Reconoces la autonomía de la razón como los límites de esta frente a la trascendentalidad de
Dios. Haciendo de la categoría de creatura…
Pretende presentar la autoridad divina como fuente de verdad y la fe como posibilidad de
conocimiento responsable y razonable.
33
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
Posibilidad de un conocimiento natural de Dios por la luz natural de la razón
(define el concilio) (FOTOCOPIA)
Emplea una metodología tradicional en los concilios. En una primera parte el enunciado
dogmático, en una segunda parte se enuncia bajo forma de anatema.
Alcance de esta definición:
En la definición se están refiriendo a la capacidad humana en abstracto, en general, no al hombre
individual e histórico. (Mirar fotocopia, modificaciones)
¿Qué ha sucedido? Se ha intensificado la perspectiva abstracta. Lo que se establece son los
principios en virtud de los cuales el ser humano puede llegar al cono de Dios por la luz de la
razón. (no se entra en la cuestión concreta, personas concretas. Es la formulación de un
principio, de carácter abstracto).
Esta cuestión fue muy debatido, pues había muchos padres de un tradicionalismo moderado, que
insistían en la necesidad de una cierta tradición para llegar al cono de Dios
¿Por qué la perspectiva abstracta? Porque la tarea que se quiere llevar a cabo es de mediación,
debe garantizar la capacidad del hombre de conocer a Dios
¿Qué tipo de capacidad?
Activa. El ser humano en razón de las posibilidades de su razón puede llegar al conocimiento.
Pasiva. Defendida por el tradicionalismo.
El concilio enseña una capacidad activa.
¿Cuál es su alcance? Texto, parte de abajo 1.
Dios puede ser conocido con certeza por la luz natural humana, pero no define que pueda ser
demostrado.
¿Por qué el concilio toma esta postura?
Quiere garantizar que se trata de un conocimiento válido, objetivo y racionalmente justificado
mediante la razón natural. Según lo que dice el redactor de esta constitución, se prefirió dejar la
expresión sin “demostrar” porque hubiese obligado al concilio a entrar en la discusión de las
complicadas vías para llegar a la demostración de la existencia de Dios. Y este es un tema que
no tiene porqué ser zanjado.
San Anselmo: No es posible pensar la inexistencia de Dios
Santo Tomas: Porque yo piense a Dios no necesariamente tiene que existir.
El concilio no define nada respecto a la amplitud del cono de Dios por la razón natural. Se habla
de Dios como principio y fin de todas las cosas, creador y Señor nuestro. ¿La razón natural
puede conocer a Dios como creador de todas las cosas? El concilio no hace ninguna definición
en lo que se refiere a la amplitud del conocimiento de Dios. ¿Por qué se mantiene la referencia a
Dios creador? Por la cita de Romanos.
Conclusión:
Se define la posibilidad de un conocimiento cierto
Afirma dogmáticamente la posibilidad de una demostración de Dios
No dice nada de la amplitud de este conocimiento natural de Dios.
Esto respecto a la primera parte de la definición.
25-02-2015 (a)
Cuál es el sentido de que un concilio ecuménico se encargue de este tema y anuncie un
enunciado dogmático sobre el conocimiento natural, trasfondo teológico dogmatico done se
coloca esta definición. Igualmente comentamos la primera parte de ella: mediante la luz natural
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
de la razón humana el ser humano puede llegar al conocimiento de Dios. Lo que se define
dogmático es la capacidad de conocimiento cierto, pero no que pueda ser demostrado, porque
esa precisión no ha sido incluida al final.
Necesidad de la revelación para el conocimiento de Dios
Esto está en este documento (columna derecha), en el número 2. A la divina revelación se le ha de
atribuir el hecho de que aquellas cosas que en relación con Dios de por sí no son inaccesibles a
la razón humana, sin embargo, en la presente condición del género humano, puede ser
conocido por todos, de una manera clara, con una certeza firme y sin mezcla alguna de error.
El trasfondo de esta afirmación lo constituye aquello que en aquel momento se entendía como
racionalismo, parecía como una absolutización de la autonomía de la razón, haciendo de ella
fuente de todo pensamiento independiente de toda autoridad. En las actas hay una intervención
muy larga de G. Pecci (hermano del futuro León XIII), sobre el razonamiento filosófico (base en
la reforma, mayor Kant, Schelling, Hegel), uno político social (rechazo toda autoridad) y otro
teológico (intento de esclarecer los dogmas de la religión cristiana de forma que no contuvieran
sólo aquello que se encuentra en los límites de la razón (Kant). Según Pecci desintegra los …
revelación sobrenatural ofensivo a la dignidad humana, que la razón se someta a los dogmas y
a toda autoridad,... Frente a este racionalismo, el CVII quiere defender dos cosas, por un lado la
(1) posibilidad y la realidad de una revelación sobrenatural {de esto no nos ocupamos aquí.
Viene a mitad del número 1 de la misma columna} fue del agrado de su sabiduría y bondad,
revelar una realidad, revelarse a sí mismo y los decretos eternos de su voluntad (Hb 1,1-2); pero
también añade una precisión sobre la (2) necesidad de la revelación para aquellas verdades de
tipo natural, el ser humano puede llegarlas a conocer por medio de la razón.
La revelación es un complemento necesario de (lo comentado ayer). Es necesario que se tenga en
cuenta al ser humano que tiene capacidad, pero que está debilitado por el pecado original. Esta
perspectiva cambia cuando adopta una perspectiva que tiene en cuenta al ser humano existente
en perspectiva histórica debilitado por el pecado y llamado por Dios a la integración en la vida
divina: la revelación es necesaria par a el conocimiento de estas verdades sobrenaturales, para el
conocimiento de la realidad de Dios. (esta segunda parte es complementaria de la anterior). Se
trata de precisar qué tipo de necesidad de la revelación desde la que aquí se habla para llegar al
conocimiento de Dios al que se puede llegar por la luz natural de la razón. Aquí, al hilo de lo
recogido en las actas, es necesario distinguir entre:
[Esquema]
NECESIDAD ABSOLUTA
(Incapacidad física)
NECESIDAD RELATIVA
(Incapacidad moral)
[explicación del esquema]
Para aquellas cosas que se pueden conocer por la razón natural, pueda ser conocido de modo
claro por todos sin error, la revelación es necesaria. Por un lado una necesidad absoluta y por
otro una relativa. La revelación es absolutamente necesaria para conocer los misterios
sobrenaturales. Es relativamente necesaria para conocer verdades naturales que el ser humano
podría conocer por el camino de la razón natural. Absoluta, si no hay revelación no se puede
conocer. Relativa, porque teóricamente tiene capacidad para conocer, pero está debilitado por el
pecado original.
El Vaticano, como complemento de la primera afirmación, hace esta segunda: la revelación es
moralmente necesaria para que el ser humano llegue al conocimiento de las verdades naturales
y para que éstas puedan ser conocidas en el estado afectado por el pecado original.
35
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
[fin de la explicación del esquema]
Esto (anterior) es lo que define el concilio, para evitar pasar por afirmación dogmática lo que no
está definido, que sean necesarias una vías concretas (san Agustín) para alcanzar el
conocimiento cierto de Dios. Tampoco ha definido que pueda demostrarse la existencia de Dios
(primero no inequívoco, y segundo porque tendría que incluir una serie de razonamiento
filosófico-teológico con carácter universal). Para no hacer pasar por dogma lo que no es. (repite
constantemente que es todo complemento de lo que dijo ayer).
Cuál era el contexto concreto del dogma y cuál es la validez actual
Fuertes tensiones y enfrentamientos entre razón y fe, fe y razón, ¿al concilio, que es lo que
realmente le preocupa? Presentar la fe en Dios como una decisión responsable y razonable,
como algo de lo que el ser humano es capaz de dar respuesta y capaz de dar razón. Para
presentarla así, un presupuesto imprescindible es que el ser humano pueda conocer a Dios
desde la luz natural de la razón humana, sin ese presupuesto debería abundar la pretensión de
que la fe sea algo razonable y responsable. La fe seguiría siendo posible, como una decisión,
pero aquel que tenga fe y que diga creer en Dios debería renunciar cualquier pretensión de
defender algo más que una mera opinión subjetiva o el testimonio de una experiencia
individual.
Sigue teniendo valor hoy día, precisamente para la relación razón-fe. Si no llegara la posibilidad e
conocer según la razón humana, yo podría seguir siendo creyente sin temor a ser acusado de no
ser sincero, pero tengo que olvidar la pretensión de defenderla. Podría decir que creo en él
porque me lo he encontrado y el otro contestarme que no cree porque no se lo ha encontrado.
Para no quedarse en un diálogo sin fundamento, es necesario el camino de la razón, para
defender la fe de manera responsable y razonada. Eso no significa que el que no crea no le
funcione bien la inteligencia, sino que el sentido que tendría el conocimiento cierto de Dios no
sería el de una demostración irrefutable, como ocurre en otras ciencias.
El conocimiento religioso de Dios no consiste en tomar notas frías sobre un objeto Dios que me
deja indiferente. En este conocimiento religioso de Dios está implicado el sujeto que conoce, esta
implicación de su libertad es un factor que no puede olvidarse cuando se trata de razonar y
fundamentar de una forma argumentativa la realidad de Dios.
A veces se contrapone CVI y CVII a propósito de la revelación. Esta se presenta así: el CVI
presentó la revelación como conjunto de enunciado doctrinales que Dios nos habría revelado,
mientras que CVII la presentó como comunicación del mismo Dios, no tanto de enunciados
doctrinales. La diferencia de matices es clara, es un gran paso adelante, especialmente en Dei
Verbum, conviene no olvidar que esto no era algo ajeno al CVI, que el contenido fundamental
de la revelación es Dios mismo (añadir marcado en el 1 de la columna derecha)
El CVI quiere presentar la fe en Dios como una decisión razonable, algo que por lo que el
creyente es capaz de dar respuesta, razón, es necesario el presupuesto que el ser humano es
capaz de conocer la realidad de Dios, si eta posibilidad no existiera, la fe seguiría siendo
posible, pero debería renunciar a presentarse como una decisión responsable y razonable.
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
25-02-2015 (b)
El conocimiento de Dios en esta obra de Barth
El planteamiento de Barth supuso un giro de casi 180º respecto a las posturas barthianas de la
etapa anterior, acordes a la teología liberal protestante. Barth señala que no hay caminos válidos
que vayan del hombre a Dios: el único camino válido es el que va de Dios al hombre, el
acontecimiento Jesucristo, y sólo se puede conocer a Dios desde Cristo [frase de Kierkegard:
Entre Dios y el hombre hay una diferencia cualitativamente infinita, ese abismo de separación
es insuperable por el ser humano, el único que puede recorrer ese camino (y que recorre a
través de Jesucristo) es Dios].
Así, hay que decir en primer lugar que (1) no hay caminos que vayan del hombre a Dios,
afirmación con la cual Barth niega las concepciones teológicas por las que la razón natural
intenta llegar a Dios. Al final de esos caminos nos encontramos con un dios con minúscula, un
dios falso, idolátrico, por eso estos caminos no son teológicamente legítimos. Dentro de esta
crítica está la crítica de Barth a la analogía en el ámbito de la teología católica. Barth habla de la
analogía como la invención del anticristo, [(analogía entre creador-creatura Dios-Hombre, sería
37
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
una concepción de Dios a nuestra imagen y semejanza)], pues no garantiza la soberanía y
divinidad de Dios, y es la única razón que él ve para no hacerse católico. Frente a esa idea de la
analogía, Barth señala la importancia de la soberanía y divinidad de Dios.
Además, según Barth, (2) sólo hay un camino teológicamente válido para llegar a Dios: el que
va de Dios al hombre, en sentido descendente, el camino de la revelación, que nos pone ante la
realidad de un Dios “totalmente otro” (“totaliter aliter”) respecto a los caminos que el ser humano
lleva a cabo para conocer a Dios (teología natural). Entre Dios y el hombre hay una diferencia
cualitativa: se abre un abismo y el único camino válido para conocer a Dios es el camino que va
de Dios al hombre. Barth especifica aún más y dice que (3) ese camino es el que Dios ha
recorrido en Cristo, de modo que al margen del acontecimiento Cristo no hay verdadero
conocimiento de Dios. Esta reflexión barthiana sobre el conocimiento de Dios puede estar
justificada por el contexto en el que se desarrolla su teología, pero si se toma de modo estricto,
en la teología de Barth es muy difícil el diálogo con otras confesiones religiosas ajenas al
cristianismo, que, según él, son concepciones equivocadas al igual que todas las teologías
naturales.
Por otra parte, según Barth, (4) la analogía es la “invención del anticristo”, pues no permite a
Dios ser plenamente divino: es un obstáculo para la soberanía, trascendencia y divinidad de
Dios. Él dice que en la comprensión de la analogía el concepto de “ser” es un concepto en el que
entran tanto los seres creados como el Ser increado, y por eso de las cosas creadas se podría
llegar al creador por participación de las cosas creadas en el ser de Dios. Pero, según Barth, si
esto fuera así Dios vendría a ser Aquel que está en la cima de la escala de los seres como ser
supremo (“ens supremum”), de modo que entre este Dios como ser supremo y otros seres sólo se
daría una diferencia cuantitativa, no cualitativa. La analogía tendría una concepción de Dios
como ente, una concepción de ser cuantitativa, no cualitativa, y no garantizaría la divinidad y
soberanía de Dios.
Concebida así la analogía, Barth tendría razón. El problema de Barth está en que la comprensión
católica de la analogía no es esta. La concepción católica garantiza la diferencia cualitativa entre
los seres. Santo Tomás lleva a cabo esta diferenciación, que es muy importante. Distingue entre
las criaturas y Dios, y dice que las criaturas “habent esse” (“tienen parte en el ser”), mientras que
cuando se refiere a Dios dice que “est ipsum esse subsistens” (“es el mismo ser subsistente”). Esta
distinción muestra la diferencia cualitativa entre Dios y las criaturas, garantizando la
trascendencia, soberanía y divinidad de Dios. De lo contrario, la afirmación de Barth sería
correcta.
Barth es sin duda el teólogo protestante más importante del siglo XX, y aplicará sus
planteamientos a la situación personal que vive, llevando una actitud crítica con el
nacionalsocialismo, frente a otros teólogos protestantes que apoyaron las ideas de esta línea
política. Es el fenómeno de los “cristianos alemanes”, un fenómeno que Barth enmarca dentro de
lo que él llama una “teología natural”. Barth se enmarca en el grupo de los cristianos confesantes,
muy críticos con el nacionalsocialismo, que convocaron un sínodo sobre Jesús. Es significativo
el hecho de que alguien que opta de modo tan claro por afirmar la divinidad y soberanía de
Dios sea capaz de luchar contra el nacionalsocialismo y forje el movimiento crítico contra esta
línea política.
d) El comentario sobre san Anselmo
El Comentario sobre san Anselmo, hecho por Barth, es un comentario recogido dentro de su obra
Fides quaerens intellectum (1931). Esta obra la citamos porque a propósito de san Anselmo, Barth,
se ocupa de las pruebas de la existencia de Dios. Algunos autores plantean la pregunta sobre si
Barth estuvo influido por la atmósfera de la crítica kantiana a las pruebas de Dios. Esta pregunta
está justificada porque Barth está influido por el neokantismo, pero su crítica no la hace en
38
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
nombre de una crítica del conocimiento, sino desde un principio bíblico: al dar Dios prueba de sí
mismo en la revelación bíblica, no necesitamos más pruebas.
Barth rechaza pruebas filosóficas en razón a una prueba teológica (las pruebas que Dios da en la
revelación). La prueba teológica más clara de esta rama es el mal denominado argumento
ontológico de san Anselmo. Se trata de una prueba teológica, no filosófica, pues la existencia de
Dios para san Anselmo es una afirmación de fe propuesta, desde la que se intenta comprobar en
qué medida es inteligible y verdadera, llegando a descubrir que nosotros no podemos pensar la
no-existencia de Dios [comprender esta existencia desde el interior de la fe]. Dios sólo es pensable
como existente, pues si pensamos a Dios, lo mayor que lo cual no puede ser pensado nada, ha de ser
desde aquí.
Pero esta prueba anselmiana no es fruto de la razón, sino de la fe: estamos en pura teología, nada
es filosófico [ni el punto de partido, ni los argumentos, ni la luz desde la que se reflexiona]. De ahí
el error de denominar a esta afirmación “argumento ontológico”. De hecho, san Anselmo desarrolla
su argumentación en un contexto oracional, para mostrar en qué medida es inteligible y
verdadera la existencia de Dios, llegando a reconocer que nada puede ser pensado más grande
que Dios. Un contexto oracional presupone a Dios como real, como existente, y por tanto la
argumentación anselmiana no es filosófica. Lo único que pretende san Anselmo es ver hasta qué
punto es inteligible la existencia de Dios, y llega a la conclusión de que es necesario que Dios sea
existente, pues de lo contrario no sería lo mayor que puede ser pensado, de ahí que la fe deba ser
una fides quaerens intellectum, una fe que busca su propia inteligibilidad.
e) La Dogmática eclesial
Citemos, finalmente, la Dogmática eclesial de Barth. En esta obra, Barth señala tres aspectos. [En
primer lugar, niega la posibilidad de la pregunta “¿Dios es conocido?”], indica la respuesta a la
pregunta (1) “¿cómo Dios es conocido?”. En este punto, Barth desarrolla lo dicho en obras
anteriores y señala que Dios es conocido únicamente porque se ha revelado en Cristo [sólo se
puede garantizar la objetividad en Dios a través de la fe. Podemos temerle por encima de todo
porque le amamos por encima de todo, es un Misterio porque sólo conocemos lo que Él nos dé a
conocer. Es un conocimiento temporal que se da a través de signos. El conocimiento que tenemos
de Dios es distinto al que tenemos de los demás objetos, porque el objeto del conocimiento: Dios,
es quien crea al sujeto del conocimiento: nosotros. Por ello sólo habrá un conocimiento efectivo y
real teniendo en cuenta que él siempre lleva la iniciativa. Dios sólo puede ser conocido por Dios y
a desde Dios].
Una vez afirmado que Dios es conocido de hecho en Jesucristo, considera legítima la pregunta
sobre (2) “¿cómo y por qué Dios es cognoscible?”, es decir, la pregunta por la cognoscibilidad de
Dios, y a ella responde en una doble dirección [posibilidad del conocimiento de Dios que reside
en Dios, y posibilidad del conocimiento de Dios que reside en el hombre]: (a) tiene que haber una
dimensión de Dios en la que sea cognoscible para el ser humano, con lo que lo propio de la realidad de
Dios, que hace de él una realidad cognoscible, es que Dios es la verdad.
Además (b) la concepción de que esa verdad se da en Dios en su realidad trinitaria. Precisamente porque
es una realidad trinitaria Dios es una realidad de comunión, pero no ensimismada, sino abierta, y
eso es lo que hace cognoscible a Dios. Pero no se ha respondido a la pregunta: Dios es
cognoscible porque el hombre también tiene que tener capacidad de conocer a Dios (ha de ser
“capax Dei”), y sólo es capaz de conocer a Dios porque Dios le ha otorgado esa capacidad como
un don en razón de la creación y en razón de la revelación. El hombre no conoce a Dios por su
propia autonomía, sino por una capacidad como don de gracia: ha sido Dios el que ha otorgado
esa capacidad (de lo contrario no podría conocer a Dios). [Dios es cognoscible, pero esa
cognoscibilidad que tiene origen en Dios y en la capacidad humana, no es un camino meritorio
del humano, sino un don de Dios].
39
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
Finalmente, Barth se plantea (3) la cuestión de la teología natural. “Teología natural” es un
concepto que va más allá del simple conocimiento natural de Dios. Se trata de una teología que
pretende relacionar al hombre con Dios al margen de Jesucristo. La negativa de Barth a que se dé
un conocimiento natural de Dios no se apoya en una crítica epistemológica (Kant), sino que el
motivo de Barth es estrictamente teológico: al final de esos caminos nos encontramos con un Dios
falso, ídolo, fruto de nuestros anhelos, no suficientemente divino ni trascendente.
Algo distinto sería señalar que Barth esté influido por el contexto neokantiano de su época, pero su
crítica no es filosófica, sino teológica. Ahora bien: si no es legítima en absoluto la pretensión de
cualquier teología natural para llegar a Dios, ¿por qué esta teología natural se ha dado
continuamente en la historia de la Iglesia, desde el principio hasta el final? Él responde acorde
con sus presupuestos teológicos: la razón de la vitalidad de la teología natural está en
concordancia con el hombre natural, que quiere construir su vida [autoafirmarse] al margen de
Dios, apoyado en sus propias fuerzas y recursos. [No es que la omita, sino que la ve como una
amenaza]. Por qué la llamada teología natural tiene esta vitalidad permanente a lo largo de toda la
teología cristiana, porque en ella, el ser humano tiende a autoafirmarse ante Dios. (Está
radicalizando). Salvación únicamente por la fe, no son nuestras obras la que nos justifica
{{ ↓ mirar esto abajo ↓ }}].
f) Conclusión de las tesis de Barth
La razón de la vitalidad de la teología natural es su ininteligibilidad. La doctrina de Barth se puede
interpretar como la radicalización del principio luterano de la “sola fides”. Barth no aplica este
principio sólo al ámbito moral (salvación por la fe, proclamada por Lutero), sino que lo lleva más
allá, al conocimiento de Dios. De esta manera, la teología natural sería la negación de la “sola
fides”. El pensamiento de Barth es, en definitiva, una alternativa al Concilio Vaticano I, y es
necesario estudiarla. En la teología protestante, sin embargo, Barth no supone la única referencia
o alternativa, sino que el panorama ha cambiado. Por eso hemos de fijarnos en otros autores, en
concreto dos que se colocan fuera del planteamiento barthiano y uno que se sitúa en su misma
línea.
2.13.2 Dos autores protestantes ajenos a las doctrinas de Barth: E. Brunner y W. Pannenberg
a) La teología de E. Brunner
La cuestión de la teología natural se convierte para Brunner en el centro de su vida y de su relación
con Barth, con el que había forjado la teología dialéctica y había fundado la revista Entretiempo.
Pero la cuestión de la teología natural hará que se rompa su relación con Barth. En 1934, Brunner,
escribió Naturaleza y gracia, título ya de por sí llamativo en la teología protestante, en la que en
vez de utilizarse la conjunción “y” (más católica) se suele utilizar la conjunción “o”23 (Así, por ejemplo, en la
teología protestante aparecerían títulos como Naturaleza o gracia, Razón o fe y Escritura o tradición). Esta obra recibe en ese mismo año la
02-03-2015
De esta manera, Brunner acepta una (1) revelación de Dios en la creación, y a través de esa
revelación se puede explicar mejor la analogía del ser [porque el creador deja huella en su
40
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
criatura] y se puede llegar a una apertura a las demás religiones, porque en ellas se puede dar
un conocimiento de Dios, aunque sea un conocimiento oscurecido. Además, Brunner insiste en
la (2) comprensión del ser humano como imagen de Dios (“imago Dei”), y cree que esta
afirmación es una segunda razón para apoyar la capacidad humana de recibir la revelación de
Dios y un punto de partida para llegar al conocimiento y a la apertura hacia Dios. Por otra
parte, según Brunner (3) es necesaria una valoración de la razón en su relevancia para la fe,
[según el protestantismo la fe no necesita ser justificada, porque la fe es un don, pero Brunner
dice que hay que saber dar razón de nuestra fe].
La conexión de Brunner con la teología protestante
En este punto Brunner conecta con una tradición propia de la fe católica, se acerca a ella, y marca
una diferencia contra los presupuestos de Barth, lo que provoca una ruptura, aunque no acepta
todo lo relativo a la teología católica, y lleva una crítica a esta teología en varios puntos. Así,
dirá que (1) la teología católica divide al ser humano en naturaleza y gracia como planos
superpuestos. Además, (2) critica el concepto intelectualista de revelación como algo
abstracto y ahistórico, y piensa que Dios no comunica sólo verdades, sino que se comunica a sí
mismo, comunica el misterio de su vida. Sin embargo, esta crítica podría valer para la teología
católica de entonces, que seguramente se situaba en esta línea, si bien no vale para la teología
católica actual.
Para Brunner, la revelación según la concepción católica es la comunicación de unas verdades
que, de no haber ocurrido esa revelación, no hubieran sido conocidas por el ser humano, pues
precisamente el Dios que se revela es el Dios que se comunica. Finalmente, Brunner realiza una
crítica a (3) la concepción católica intelectualista de la fe. Según él, en la tradición católica la fe
queda reducida a unos contenidos doctrinales, mientras que para él la fe es la donación del
hombre entero hacia Dios. Se trata de críticas, no obstante, que, como ya hemos dicho, reflejan
la situación de la teología católica contemporánea a Brunner, y no es posible hacérselas a la
teología católica actual.
b) El pensamiento de W. Pannenberg
Pannenberg supone un punto de inflexión en la teología protestante contemporánea, que se movía
entre la interpretación de Barth y la intelectualización de Bultmann. Cree que es necesario ir más
allá de esa alternativa. Critica a Barth en tres cuestiones, y en otras tres se acerca a la teología
católica. De esta manera podemos decir que la teología de Pannenberg es bastante ecuménica,
abierta, en diálogo con las afirmaciones católicas. De hecho Pannenberg es quizás el autor
protestante más cercano a la teología católica. [Critica a Barth supranaturalismo, irracionalismo,
sólo como un compromiso sin necesidad de dar razones sobre ello. Intención apologética la
superación del abismo fundamental que ha podido constatar entre fe y ciencia, entre razón y
revelación.]
[Dentro de este distanciamiento, su postura sobre la teología natural es. No acepta el rechazo que
mantiene Barth, tampoco pretende llevar a cabo… Elementos más destacados de esta propuesta
suya]
Pannenberg insiste en (1) la universalidad de [la manifestación de] Dios [en las tradiciones
religiosas], (2) en un contexto modificado donde las pruebas de Dios basculan del ámbito
teológico al antropológico. La cuestión de la universalidad de Dios siempre ha preocupado a
Pannenberg, y es un tema que trata continuamente en su obra. Él rechaza la comprensión de las
religiones no-cristianas como un intento meramente humano de conocer a Dios o como vías por
las que el hombre pretende autojustificarse ante Dios, como decía Barth. Por el contrario, para él
las religiones son la configuración concreta del conocimiento provisorio de Dios. Son experiencias
de lo divino, gratuitas, manifestaciones del Dios verdadero.
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
[erradicación antropológica de la realidad de Dios. Las pruebas tradicionales no tienen ninguna
validez, el camino antiguo que iba del conocimiento del mundo a una razón suprema que
llamamos Dios, es un camino que se ha vuelto quebradizo, la sociedad humana moderna no
necesita de la hipótesis Dios como principio para la comprensión de la naturaleza. Procedimiento
que de muestra, no tanto la realidad e Dios, sino la finitud del mundo y del ser humano. La
fundamentación de la idea de Dios debería ir hacia el ámbito de la antropología se trataría no
tanto de demostrar, sino de mostrar, de poner de manifiesto la dimensión religiosa del ser
humano, de tal forma que se ha de valorar positivamente la X…]
De esta manera, Pannenberg dice que el hecho de que el cristianismo sea algo distinto de las demás
religiones es algo que no puede ser demostrado o que, de momento, no ha sido demostrado. Él
pone el acento en la universalidad natural de Dios. La teología natural corresponde a la
necesidad de presentar al Dios revelado en Cristo como el Dios para todos los hombres,
universal, no sólo un Dios para cristianos o judeocristianos (el Dios de la tradición bíblica), sino
un Dios para todos. La teología natural estaría en función de esta universalidad del Dios revelado
en Cristo. Por eso el cristianismo de los primeros siglos acepta las categorías filosóficas griegas
para hacer ver que el Dios revelado en Cristo es universal.
Entonces, ¿qué valoración hace Pannenberg de las pruebas para llegar al conocimiento de Dios?
Para esta valoración Pannenberg aborda los límites de estas pruebas y su capacidad
demostrativa. Para Pannenberg las pruebas de la existencia de Dios no tienen hoy validez alguna
debido a las modificaciones introducidas por la época moderna, pues la ciencia moderna no
necesita de la concepción de Dios como causa última del mundo para explicar el origen de la
naturaleza. Por el contrario, la explicación de la idea de Dios ha de derivar o bascular hacia el
ámbito de la antropología, no tanto para conseguir una demostración de Dios, sino para
conseguir una mostración de Dios partiendo del ser humano (Dios se muestra desde el ser
humano). Para Pannenberg, el ser humano es un ser constitutivamente religioso, abierto a la
realidad de Dios, y ahí es donde Pannenberg quiere mostrar la realidad de Dios. Desde el hombre
la realidad de Dios se hace pensable, posible y discutible.
[La aceptación de Dios se vuelve posible y merecedor de debate]
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
[Superar la aporía de la teología natural, porque es una teología aporética, porque su
intencionalidad comprensible termina problematizando y llevado a la descomposición la misma
idea de Dios, quiere hacer creíble por la razón natural, y termina haciendo lo contrario. El ateísmo
contemporáneo en cuanto negación de Dios ¿qué es? La negación de una comprensión epocal, la
que viene de la teología natural, y de la metafísica.]
[pensar a Dios a través de los caminos que ha dejado a través de la revelación.
finalmente esta nueva hermenéutica deberá desenmascarar los intentos por renovar la teología
natural, entre otros al mismo Pannenberg, porque su propuesta no es practicable, quiere hablar con
una modernidad que ha roto todo concepto marco de Dios. No da a la fe el lugar que le
corresponde en el método teológico.]
2.14 Conclusión
¿Qué debemos mantener o resumir de este tema para nuestra reflexión? Hemos de decir que este
tema se ciñe a dos coordenadas clave. Por un lado está (1) la idea de la universalidad de Cristo. La
reflexión teológica ha de hacer un esfuerzo para presentar al Dios revelado en Cristo como un Dios
universal [cognoscible], algo que difícilmente se podrá hacer si se renuncia al recurso a la razón. Se
trata de (2) presentar la fe en Dios como una fe responsable (en la que seamos capaces de dar
respuesta) y razonable, de modo que en esta perspectiva ¿qué valor se ha de reconocer a las pruebas
de la existencia de Dios? según Kasper, “estas pruebas son una invitación razonada dirigida a la libertad
del ser humano para creer en Dios” .
[en el ser humano tiene que haber una apertura cognoscible. Más allá de las divergencias
confesionales, o de los valores que se otorguen a las pruebas tradicionales, lo principal es la
universalidad. El Dios revelado en Jesucristo no es sólo para cristianos, es para todos los hombres,
universal. Recurrir a la llamada teología natural no es sino un intento de dar razón de esta
universalidad de Dios (2) relevancia que la razón tiene para el conocimiento de Dios en la fe
(Rm 1) re-conocimiento, acepta la implicación natural suya. Esto no excluye que la razón tenga
relevancia en el conocimiento de Dios. Ahí tienen lugar las pruebas de la existencia de Dios. Tiene
mayor relevancia que en épocas pasadas, en las que más o menos se podía dar por obvia la realidad
de Dios, se podía partir de una realidad sociológica en la que no era tan urgente (por el número de
creyentes). Recurrir a la propia experiencia siempre tiene lugar prioritario, una gran importancia, si
yo doy testimonio de mi experiencia de Dios aparezco como persona religiosa y nadie tiene derecho
a cuestionar la autenticidad de mi experiencia, pero si no soy capaz de ir más allá me enfrentaré a la
experiencia de otro que no se lo ha encontrado y que dice que no existe, por ello. Ambas
experiencias son respetables, para superar el abismo, no hay otro camino que la mediación de la
razón, eso hace posible el diálogo.]
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
teólogos y que Dios goce en el quehacer teológico de la misma primacía que le es reconocida en la fe y
que tiene que ser perceptible en el conjunto de las reflexiones eclesiales.
{La reflexión teológica tiene que ser una mediación por la cual sea posible un encuentro con la realidad
de Dios. Hay que relativizar la teología para ponerla en su lugar (respecto a la Sagrada Escritura)}.
Esta primacía está incluida en la expresión “Dios es el sujeto de la teología” (Sto. Tomás), pero la mejor
expresión es la de Benedicto XVI:
«Santo Tomás de Aquino, juntamente con una larga tradición, dice que en la teología Dios no es el objeto del que
hablamos. Esta es nuestra concepción normal. En realidad, Dios no es el objeto; Dios es el sujeto de la teología.
El que habla en la teología, el sujeto que habla, debería ser Dios mismo. Y nuestro hablar y pensar sólo debería
servir para que pueda ser escuchado, para que pueda encontrar espacio en el mundo el hablar de Dios, la
Palabra de Dios.
»Así, de nuevo, somos invitados a este camino de renuncia a palabras nuestras; a este camino de purificación,
para que nuestras palabras sean sólo instrumento mediante el cual Dios pueda hablar, y de este modo Dios
realmente no sea objeto, sino sujeto de la teología»20.
20
Homilía del Santo Padre Benedicto XVI durante la misa con los miembros de la Comisión Teológica
Internacional, viernes 6 de octubre de 2006.
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
lugar último en Dios (en cuanto a la liturgia, hay que preguntarse si nos celebramos a nosotros
mismos (tradiciones, cultura,…), o si dejamos espacio para sobrecogerse ante el misterio de Dios que
nos desborda). ¿El nombre de Dios puede llegar a convertirse en algo sustituible? Si así fuera, siempre
quedará sustituido. Por otra parte, cuando las iglesias cristianas se vacían de su propia sustancia y
terminan relegando a un lugar secundario al Dios al que corresponde toda preeminencia, terminan
por perderse en las decisiones, buscando compromisos de supervivencia, criticando lo esencial para
sobrevivir (como ocurrió en el nacionalsocialismo, la mayor parte de las iglesias cristianas
terminaron identificándose con la propuesta nacionalsocialista). Cristianos confesantes, serán los
que perciban con mayor lucidez, desde el principio,…
De esta iglesia confesante era Von Höeffer, que fue asesinado por los nazis (comenzó ejerciendo como
pastor protestante en Barcelona). Para la teología es fundamental hacer valer esta primacía de Dios,
porque tiene connotaciones son solo para el discurso teológico, sino hacer valer esta prioridad con
connotaciones para la vida cristiana.
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Contexto pos cristiano, donde se termina estableciendo al sujeto (individual o colectivo) como criterio
normativo último del saber.
[Implicaciones euq llevaban consitgo hacer de Dios no sólo objeto sino también sujeto de la teología. Y
los tres puntos que poníamos de relieve, la prioridad de Dios, la verdad de Dios y el misterio de Dios.
Para concluir, unas palabras:]
El carácter insondables del misterio de DPHES en cuanto es misterio de salvación lleva una
profundización constante de la verdad que nunca puede darse por concluida, la teología que
ramremitda así al misterio por antonmasia que es Dios mismo Hablamos de una gran varidad de
misterios, pero sólo existe en rigor uno, Dios mismos.
El quheacer teológico se ubica en sus coordenadas propias, las de un cdiscurso rreyetne dcosgnoscitibo
sapiencial que se lleva a cabo ante Dios, en remisión constante a Dios, como referencia trascendente y
crítica de la tología, hacer valer esta diferencia nrequiere una exigencia metodologogica, al mismo
tiempo supone un verdadero aceierto en la sociedad contemprane.
Entre los recursos está el mantenimiento de la conciencia lucida de que el Dios revelado sigue siendo
un Dios escondido, en una de las obras de Bruno Forte insiste en esta dimensión “re-velatio” no sólo
es manifestación, de alguna menera es volver a velar, el Dios revelado sigue siendo un Dios
escondido, no porque se revele sólo ha emedias, sino porque el acontecer revelante de la
comunicación de Dios incluye en la realidad misma de la revelación el hecho de su escondimiento,
eleste Dios revelado y escondido dan testimonio los grandes teólogos y las grandes tradiciones
místicas, en ambos casos resulta obvio que con anterioridad a toda búsqueda por parte del ser
humano, Dios ha salido a su búsqueda y a su encuentro, quien toma la iniciativa, porque lo hace, hace
de nosotros los buscados, los interrogados, los interpelados por Dios. Normalmente planteamos la
cuestión a la inversa, como que somos nosotros los que buscamos e interpelamos a Dios. en la tearía
del quehacer teol´gico vale la inversa, colocados ante Dios, somos nosotros los interpelados por él, los
46
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
ienterrogados. Consecuencia d eadmitir que Dios siempre nos precede, nos desborda, pensar a Diso
en cuanto a misterio de precedencia, de desbordamiento, hará que el quehacer teológico se lleve a
cabo con estrmecimiento, en definitiva conduzca al silencio al orante de Dios. En este sentido se
puede decir que la teología que la teología es scienctia fidei, que es sapientia, también es docta
ignorancia (san Agustín, pero Nicolás de “cusi”).
Sería interesante A través de los testimonios bíblicos y patrísticos, y de grandes teólgoos y místicos, la
permanencia de esta idea. Eta instancia de la tradición apofática, de la teología negativa, no sólo está
plenamente gundada, sino que tendría una validez espcial ene l orizonte teológico y religioso de
nuestros días, por ellos la referencia a este misterio de Dios que nis precede y nos desborda, será algo
que se ha de mantener de modo continuo en el quehacer teológico, uno de los elementos integrantes
de este método suyo.
La referencia obgliada para todateología cristiana es el acontecimiento Cristo, nos encontramos con que
Dios ha hablado efinitivamente a través de su Palabra, hecha carne real, historia concreta, por ello, lo
indicado sobre la apofática, no significa rechazar una teología postiva, resultado de la escucha
obediente de al apalabra revelada, de la palabra de Dios que siempre nos precece. El recurso
apofatistmo, no tendría muha razón de ser si se olvidase la tcentralidad del acontecimiento Cristo y el
qhecho de que Dios nos ha hablado en él. El Dios revelado en Jesucristo sigue siendo un Dios
escondido. Ni una dimensión in la otra debe ser ignoraza, se habre una relación.
El misterio revelado en Crisyo y ES es el misterio de un Dios trinitario, el de un Dios que sale de su
mismo, que alzanca un anonadamineto radical en la cruz, y de un Dios que trasciende siempre
nuestras palabras y nuestros enunciados, es el misterio del Dios hecho carne en Jesucristo.
Dentro de este apofatismo característico de la visión cristiana de Dios, puede encontrarses divergencias
con otras tradiciones, de otras cosmosvisiones religisosas, pero hay una posibilidad e encuentro con
ellas, sobre todo con las monoteístas (jud e islm), pero cuando habla de la via negativa se estár
efeiriendo precismente al misterio trinitario como misterio de salvación, ante la elocuencia suprema
de la palabra de Dios hecha carne, y anonadada hasta el extremo (kénosis), cualquier palabra
teológica resulta deficiente (san Agustín decía: deficium voces crescente verbo, las palabras difícil se
vuelven absolutamente deficiente ante la palabra suprema, pronunciada por Jesucristo, la palabra de
Dios). La comprensión cristiana no se disuelve en una pura X sino que se trasciende X misterio de la
adoración.
Si esto es así ¿estaremos ante el final de la teología cristiana en cuanto quehacer? Infinitus Dios funitus
humano, limitación capacidad humana… apropiación ha resultado benéfica para pensar al Disoc
jesucrirto, así queda relativizado por el misterio absolutod e Dios al que continuamente nos remite, de
esta menera la simultaneidad de semejanza y desemenajza, afirmación y trascendencia impiden
convertir el camino de la analogíoa que está justificado como proceder en un recursos ue ermine
aprisionando a Dios dentro de los conceptos. Como justificiación, hay un concilio IV de Letrán (1215)
cuando habla de la semejaznza de criatura y creador dirá: entre la criatura y el creador no puede ser
afrmada una semejanza (Similitudo) sin que al mismo tiempo se afirme una desemejanza
(disimilitudo Semper maior) siempre mayor. Por eso la desemejanza perceptible parritnedo de la
creación, X encontrará su expresión máxima de interrupción y de ruptura. Los mismos anunciados
dogmáticos son ajenos a cualquier pretensión de encerrar a Dios dentro de sus formulaciones, no
creemos en los enunciados dogmáticos, sino en el Dios al que snos remiten continuamente esos
enunciados. Aquí tiene validad dla deistinción entre contenido …. Cuestiones hermenéuticas, y la
pregunta por la continuidad a través de los tiempos y de un lenguaje… compartido. Las afirmaciones
dog´maticas nos envían constinuamente al Dios creido y al Dios conocido en la fe.
Ahora, en la existenca trerrena y a la espera de su plenitud efinitiva el conocimiento y la experiencia de
Dios están como inhabitados por un dinamismo creciente que hace de cada momento vivido un
estímulo continuo de desarrollo y de X ulterior. El deseo espiritual de siempre más, propio de las
tradiciones místicas, se integra en la esperanza metr…cia el todavía no, y haya su corresponendia en
47
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al realidad de un Dios siempre mayor. El deseo de siempre más, con la esperanza del todavía no, y la
realidad de un Dios siempre mayor. Estros tres elementos tienen que ser atirtuclados para que la
teología pueda dar srepspueta a demandas sumamente sentidas hoy día, demandas de tologos de que
la isntancia apofatica de la teología negativa enriquezca el discurso creyente ubicándolo en sus
corodenadas justas, y para las personas que enteienden por desconocimiento y auesencia de Dios.
Sin el discurso propio del método teológico se tiene cocniencia de est realidad del mistrio de Dios,
estarems ante un acento que no solamente es caorde con las características propias e la refelxión
telolgocia, sino que se inserta de lleno en la eperencia crisiana de la realidad. Por tanto, queden
recodigos primacia, verdad y misterio, como dimensiones que están integradas en lo que es propio
del método X y que hacen valer la X de Dios en la teología.
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
individual con el Dios invocado, la paternidad de Dios se aplica de una manera especial. En egipo
Faraón, hijo de la divinidad, encarnación]
Por un lado nos encontrarnos con (1) la idea de la genealogía de los dioses, por la que un dios
engendra al resto. En Egipto esta categoría aparece con frecuencia. Por el contrario, en el mundo
sumerio no aparece, mientras que en el acádico sí que la encontramos y en el semítico es una idea
ignorada. Por otra parte, (2) la idea de un dios que es padre de los dioses la encontramos en
Egipto (el Dios Ammón Ra es el padre de los dioses), así como en el ámbito sumerio (el dios Emlil),
junto al acádico (el dios Sin) y el semítico (el dios El) [, en los griegos (Zeus), en los romanos
(Júpiter Zeus-pater)].
Asimismo, (3) la idea de Dios Padre-Madre aparece en Egipto (tanto el dios Osiris como Ammón Ra
presentan esta característica), en el mundo sumerio (Sin) y en el mundo acádico (dios Marduc),
mientras que en el mundo semita occidental no se toma esta idea. Igualmente, (4) la idea de Dios
padre del mundo o de los mundos aparece en el ámbito egipcio (el dios Sol), en el sumerio (dios
Em-Lil) y en el acádico, mientras que en el mundo semita occidental esta idea es discutida. Por su
parte, (5) la idea de un dios padre de los hombres aparece en Egipto (el dios Amón Re), no la hay
en el ámbito sumerio, sí en el ámbito acádico y sí en el mundo semita occidental (dios El).
[importante revisar lo de arriba, tiene que estar mal!!]
Por otro lado, (6) la invocación “Dios, Padre mío” aparece en el ámbito egipcio (dios Amón Re, al
que se dirige el emperador), no aparece en el mundo sumerio, aunque sí en el acádico (dios
protector) y también en el semita occidental. Asimismo, los (7) nombres teóforos, referidos a Dios
bajo la connotación de la paternidad de Dios, están presentes en todas las culturas a las que nos
hemos referido. Todos estos datos confirman que la idea de Dios como Padre no es exclusivamente
bíblica, sino que pertenece a un fenómeno religioso extendido que, en algunos momentos, combina
la connotación paternal con la maternal.
En el AT encontramos la idea de paternidad dvinida, con una diferencia notable en lso paralelos
encotnrados en el conjunto de las tradiciones religiosas, sobre todo en el ámbito semita, estas
diferencias notables, tienen que ver con:
49
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
El título de padre, en la tradición bíblica no tiene la connotaciones monoteístas que tiene en las otras
religiones religiosas (Padre de los dioses no se encuentra)
50
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
Más importancia tienen los textos del profeta Jeremías. Este profeta sigue utilizando la terminología
matrimonial de la relación entre esposo y esposa, pero en él nos encontramos también con el
término “infiel” referido a Israel, y con el término “padre” tanto en boca de ese hijo infiel como en
boca de Yahvé, que quiere mantener su paternidad divina (cf. Jer 3,4; 3,19; 31,9.20) 21. En Jer 31,20 se
utiliza la misma raíz que se usa para referirse al útero materno para hablar de las entrañas divinas,
de modo que en Israel está presente una concepción de Dios también como madre. Así, en Jeremías
aparece la idea de Dios Padre tanto en boca de Israel como en boca de Dios, y también la idea de la
maternidad divina.
Por otra parte, el libro del profeta Isaías también indica la idea de la paternidad divina. En Is 63,7-
64,11 se confiesa la verdadera paternidad de Dios. Tras haber invocado la historia del pueblo de
Israel y en un contexto oracional, el trito-Isaías se refiere a Dios como Padre de manera explícita en
dos versículos (cf. Is 63,15.16)22, y dice: “pero Tú, Señor, eres nuestro Padre, desde siempre te
invocamos como libertador”. Yahvé, fiel a sus promesas, es un Padre más verdadero que los
antepasados de Israel, que los patriarcas, pues esos patriarcas no pueden socorrer a sus hijos, y por
eso imploraban la paternidad de Yahvé. Dios es Padre a pesar de las infidelidades del pueblo: es el
único Padre de Israel. Por eso el profeta afirma: “Tú eres nuestro Padre” (cf. 64,7-8). Por tanto,
Isaías confirma explícitamente la paternidad de Dios, y el propio Isaías muestra la paternidad de
Dios en el cuidado que Él tiene por su pueblo.
1.4. La tradición sapiencial
En la tradición sapiencial (ca. s. II a.C.), escrita en una época en la que Israel estaba muy influido por
el helenismo, surge también la idea de la paternidad de Dios. La época helenística fue una época
de dificultades para los judíos de Palestina y de la diáspora, que querían mantener la fidelidad
respecto a Yahvé porque el helenismo, aceptado al principio con tanto énfasis, les iba a llevar a casi
olvidar las tradiciones de fe de Israel. Esto hace que el pueblo se divida entre impíos (que
olvidaban la tradición de Israel) y justos (aquellos que siguen aún a Yahvé), como se muestra en
los libros de los Macabeos.
a) a. La paternidad divina en el libro del Eclesiástico
El libro del Eclesiástico, compuesto alrededor del 180 a. C., fue escrito en lengua hebrea, pero
traducido pronto al griego. En Si 23,1.4 se denomina a Dios como Padre. Este texto llama a Dios
Señor (ku,rie), Padre (pa,thr) y Dueño (de,spota). En el versículo 4 se sustituye la palabra
“dueño” por la palabra “Dios” (dee,). El problema de este texto es que de él no conservamos la
versión hebrea, sino sólo la tradición griega, y eso nos imposibilita comparar el hebreo con el
griego.
Si 23,1.4; Sb 14,3
04-03-2015 (b)
[hay otros dos textos discutidos]
Por su parte, Eclo 51,1 muestra a Dios como Padre, pero incluye nuevos términos: Dios es también
Rey (basile,uj) y Salvador (sotero,j). En este texto, la idea de paternidad no aparece en griego,
pero sí aparecía en el hebreo original. Pero dicen los exegetas que esta paternidad no se refiere
tanto a la paternidad de Dios con nosotros, sino al “Dios de nuestros padres”, haciendo referencia
al Éxodo (cf. Ex 15,2). En Eclo 51,10 sí que se incluye la idea de Dios como Padre (“Dios Padre de
mi Señor”), y así aparece también en la vulgata y en el griego de LXX, aunque no corresponda al
hebreo ni a la versión siríaca. Probablemente en el griego de LXX y en la Vulgata se ha
21
«Y aun entonces, ¿no me llamabas: "Padre mío, tú, el amigo de mi juventud?» (JER 3:4 BJ3); «Yo había dicho:
"Sí, te adoptaré por hijo y te daré una tierra espléndida, flor de las heredades de las naciones." Y añadí: "Padre
me llamaréis y de mi seguimiento no os volveréis." (JER 3:19 BJ3); «.
22
51
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
introducido una versión cristiana, y esto hace muy difícil que se pueda reconstruir el original.
Así, podemos afirmar que únicamente en Eclo 23,1-4 aparece la concepción de Dios como Padre.
Finalmente, notemos que de los términos empleados en el Eclesiástico el término “Señor” es el más
frecuente (se utiliza casi en 200 ocasiones). El término de,spota aparece únicamente en dos
ocasiones (cf. 23,1; 36,1), y el término pa,thr aparece por vez primera como invocación a Dios
como Padre a título personal individual. Tanto el término pa,thr como el término de,spota van
acompañados por el pronombre personal de primera persona en genitivo (mou/), y es en este
punto donde está la novedad de esta aplicación del término Padre a Dios. Podemos decir, por
tanto, que el Padre de la Nación pasa a ser en el Eclesiástico el Padre del Individuo, y que por
primera vez se invoca en el Antiguo Testamento a Dios como Padre a título personal.
l) b. El libro de la Sabiduría
En Sab 14,3 aparece la denominación de Dios como πάτηρ y προνοία. Este texto prolonga la crítica
a los ídolos hecha en el capítulo 13, y señala la paternidad divina. Aparte del título “Padre”
aplicado a Dios llama la atención el hecho de que la providencia (προνοία) unida a Dios como
Padre. Ese término aparece en otros dos lugares del libro de la Sabiduría (cf. Sab 6,7; 17,2), y es un
término desconocido para la versión de los LXX a pesar de ser muy utilizado entre los filósofos
griegos, especialmente entre los estoicos, para los que la providencia era el dueño, el motor, el
alma y la causa del mundo. La novedad frente al estoicismo está en que Sabiduría aplica esta
providencia a la paternidad divina.
Ahora bien: en el sistema estoico la providencia venía a ser una ley de la naturaleza que regía la
vida, y apenas había ámbito o espacio para la libertad humana, idea que no cabe en el libro de la
Sabiduría. De esta manera, para que el término προνοία haya podido ser usado por el autor
sagrado de Sabiduría se ha tenido que dar una purificación en el uso del lenguaje para que dicha
utilización no implique la adhesión a un sistema filosófico, sino una purificación que permita
utilizarlo en la tradición veterotestamentaria.
El término πάτηρ aparece utilizado sin más, y esta utilización supone también un avance en la
concepción de la paternidad divina como algo que supera los límites de toda sociedad: es una
paternidad universal (cf. Sab 15,1). Asimismo, Dios ama a todos los seres sin excepción, y es
amigo de todos los seres (cf. Sb 11,24-26). Estos textos sapienciales manifiestan los desarrollos
veterotestamentarios llevados a cabo acerca de la paternidad de Dios.
[En este texto encontramos un progreso en la idea de la paternidad divina, esta universalidad]
52
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
09-03-2015
[Entrega dos documentos “Abba Padre ncocación y denominación…” y “matth, 11,25-27]
Biblio para este tema
“Dios es Padre” (Estudios trinitarus 25)
F.X. Durrwell “Nuestro Padre”. Sígueme, 1992
Lc 11,2 (Él les dijo: "Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino,
(LUK 11:2 BJ3))
Mt 6,9 ("Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre;
(MAT 6:9 BJ3))
Mt añade “nuestro”
Lc 11,13 (Si, pues, vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el
Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!" (LUK 11:13 BJ3))
Mt 7,9-11 (¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le
pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a
vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las
pidan! (MAT 7:9-11 BJ3))
54
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
12,30 (Que por todas esas cosas se afanan los gentiles del mundo; y ya sabe vuestro Padre que tenéis la
necesidad de eso. (LUK 12:30 BJ3))
6,32 (Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis
necesidad de todo eso. (MAT 6:32 BJ3))
Lucas usa padre de vosotros, Mt añade “el celeste”. Se resalta la solicitud divina y la preocupación
y atención divina por “vosotros pqeuño rebaño”, tenemos un nuevo matiz en la paternidad, la
solictud y el cuidado.
Hay otros textos discutidos Lc 12,24 “o ueos” Mt 6,26 padre vuestro el de los cielos”. 12,6 to uey
padre de vosotros. 15,7 18,14 vuestro. En Mt se constata una vez más la tendencia a ampliar la
dneominación sobre Dios que frecuentemente aparece en LC sólo como “Dios” y Mt o bien
completa con “padre de vosotros” o , con más fercuencia, “el padre de los cielos”, “el padre
celeste”, etc
Mt 11,25-27 Lc 10,21-22
25 21
En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el
“Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la Espíritu Santo y dijo: “Yo te bendigo, Padre, Señor
tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas
inteligentes, y se las has revelado a pequeños. 26 cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a
27
Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo ingenuos. Sí, Padre, pues tal ha sido tu
me ha sido entregado por mi Padre, y nadie beneplácito. 22 Mi Padre me lo ha entregado todo,
conoce al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y
nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el
quiera revelar. Hijo se lo quiera revelar”.
25 Ἐν ἐκείνῳ τῷ καιρῷ ἀποκριθεὶς ὁ Ἰη- 21 Ἐν αὐτῇ τῇ ὥρᾳ ἠγαλλιάσατο [ἐν] τῷ
σοῦς εἶπεν· ἐξομολο- πνεύματι τῷ ἁγίῳ καὶ εἶπεν· ἐξομολο-
γοῦμαί σοι, πάτερ, κύριε τοῦ οὐρανοῦ γοῦμαί σοι, πάτερ, κύριε τοῦ οὐρανοῦ καὶ τῆς
καὶ τῆς γῆς, ὅτι ἔκρυψας ταῦτα ἀπὸ γῆς, ὅτι ἀπέκρυψας ταῦτα ἀπὸ σοφῶν καὶ
σοφῶν καὶ συνετῶν καὶ ἀπεκάλυψας αὐ- συνετῶν καὶ ἀπεκάλυψας αὐτὰ νηπίοις· ναὶ ὁ
τὰ νηπίοις·26 ναὶ ὁ πατήρ, ὅτι οὕτως εὐ- πατήρ, ὅτι οὕτως εὐδοκία ἐγένετο ἔμπροσθέν
δοκία ἐγένετο ἔμπροσθέν σου. 27 Πάντα σου. 22 πάντα μοι παρεδόθη ὑπὸ τοῦ πατρός
μοι παρεδόθη ὑπὸ τοῦ πατρός μου, καὶ μου, καὶ οὐδεὶς γινώσκει τίς ἐστιν ὁ υἱὸς εἰ μὴ ὁ
οὐδεὶς ἐπιγινώσκει τὸν υἱὸν εἰ μὴ ὁ πατήρ, καὶ τίς ἐστιν ὁ πατὴρ εἰ μὴ ὁ υἱὸς καὶ ᾧ
πατήρ, οὐδὲ τὸν πατέρα τις ἐπιγινώσκει ἐὰν βούληται ὁ υἱὸς ἀποκαλύψαι.
εἰ μὴ ὁ υἱὸς καὶ ᾧ ἐὰν βούληται ὁ υἱὸς
ἀποκαλύψαι.
De los textos comunes a Mateo y Lucas que se refieran a la paternidad de Dios, cabe destacar sobre
todo un texto: Lc 10,21-22 (Mt 11,25-27). Este texto es a la vez un texto de invocación y
designación de Dios como Padre que se une a una explicación de dicha filiación. En primer lugar,
es un texto de invocación. Dios aparece invocado en dos ocasiones con el término “Padre”
(πάτηρ, vv. 25-26 de Mt). La primera vez que aparece se refiere al Padre como Señor (κύριος) del
cielo y de la tierra, mientras que la segunda vez aparece sencillamente el término Padre (καὶ ὀ
πάτηρ). El Padre Señor del Cielo y de la Tierra es el Padre que aparece en vocativo semitizante,
pues ese vocativo va acompañado del artículo griego, que no se suele utilizar para las
invocaciones, con lo que el término no sólo tiene un carácter vocativo, sino in-vocativo.
[Textos gnósticos, para influir tienen que ser previos, pero parece que osn posteriores. Que dos
textos ofrezcan una analogía no sifnicica que el uno haya influido en el otro, habríque añadir un
55
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
tercer elemento, (Mt 27) al no existir pronombres refelxios en el cotnexto aramaico, tienen que
escribirlo así.]
Llama la atención el motivo de la acción de gracias. Frente a la concepción del libro de la
Sabiduría, en el que el motivo de la acción de gracias era una liberación, en este texto el motivo es
que Dios “ha revelado estas cosas a la gente sencilla”. Los sencillos son los que reciben “estas cosas”
(ταυτὰ), probablemente los misterios del Reino de Dios. Jesús utiliza el término en un contexto
oracional en el que lo nuevo es el motivo.
Lo que sigue a continuación puede ser considerado como una explicación de Dios como Padre, una
presentación programática, pues “nadie conoce al Hijo, sino el Padre, y nadie conoce al Padre, sino el
Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. Respecto a este texto se han planteado problemas de
autenticidad, porque el tema que aparece es claro: es el tema del conocimiento recíproco entre
Padre e Hijo, tema vigente en la tradición joánica, de ahí que el texto que estudiamos se haya
considerado como un texto caído de dicha tradición y que se haya cuestionado su autenticidad,
porque algunas interpretaciones lo citaban como una muestra de influjo gnóstico y helenista, y
por ello no sería autentico.
Pero no se puede decir que la exégesis contemporánea esté de acuerdo con esta afirmación, pues la
gnosis no es sólo helenista, sino que incluye elementos cristianos. Además, la redundancia en la
expresión se debería a que en su forma original habría pertenecido a la lengua aramea, que no
conocía los pronombres recíprocos, y por eso ha de reproducir la misma expresión del término. Si
durante una época prevaleció una duda en cuanto a este texto por el tema de la reciprocidad, hoy
este dato no basta para enmarcar el texto en la tradición helenista, sino que es un tema también
arameo, y la cuestión de la autenticidad se plantea, así, de modo distinto.
Además, se habla de que Dios le entrega a Jesús “todas estas cosas” (πὰντα). Esta expresión es
entendida por los exegetas como el poder de revelación que Dios Padre le ha otorgado a Jesús.
Aparece la idea de un conocimiento recíproco entre Padre e Hijo. Partiendo de aquí es como la
tradición teológica dirá posteriormente que no estamos ante un conocimiento adquirido en base a
una experiencia, sino ante un conocimiento de Jesús como revelador e Hijo de Dios. A eso se
refiere la expresión de Jesús que dice: “nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo
quiera revelar”. A esto se refieren los primeros versículos y el versículo 27, y eso es lo que permite
interpretar el texto como el paso de una actitud existencial a una relación de fe (relación final de
Jesús). Jesús invoca a Dios como Padre, se comporta filialmente y adquiere una actitud existencial
de Hijo, actitud que será considerada por la experiencia creyente como experiencia de fe junto a
su papel como revelador del Padre.
[En el primer versículo texto de invocación “o pater”, lo cual legitima pensar que tras ella estaría la
expresión aramaica “abba”, el movito que realmente llama la atención es la causa de la acción de
gracias. El segundo texto es de designación y aquí, más allá de que el tema del conocimient
reciroco se encuentra en el mundo gnóstico, o que sus expreisones estén, lo que nos enfrentamos
… conocimiento redíproco entre padre e hijo, y la concdió dl hijo como revelación del Padre.
Puede hacerse una distinción semejante a Mc 14,36 (cuando se dirige). La relación filial, si no
hubiera tenido lugar el acontecimiento pascua-resurreción, se hubiera quedado como…]
[expresión de una relación filial que aparece como una especie de X programática y que sólo sería
comprensible desde la reflexión propia del acontecimiento pascual]
56
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
2,49 Estaba en las cosas de mi padre
12,32 Solicitud de Dios Padre sobre el pequeño rebaño
22,29 “mi padre me entregó a mí” (Destacar porque suele decir “nuestro”
23,34 no en todas las ediciones de los textos cr´ticios queda recogido. Concidición d Dios como
Padre y el perdón de los enemigos
23,46 mirar con marcos. Salmo 30,6. Confianza y entrega. Confirma que ha experimentado una
tarea redaccional importante por parte de lucas. Recurre a s30, pero el termino Dios lo transforma
en Padre.
24,49
[↑ este trozo lo dimos antes, no sé por qué ↑]
Los textos propios de Lucas sirven para precisar la actitud paternal de Dios presentándola como
cercanía de Dios con los hombres, como benevolencia por parte de Dios, como bondad, perdón
incondicional, misericordia, confianza y entrega. En este evangelio se usa la palabra “Padre” en
2,49 cuando Jesús es perdido y hallado en el templo; 12,32 cuando habla del pequeño rebaño para
enlazarlo con la bondad y benevolencia de Dios; en 22,29 habla de “Padre mío” distinguiéndose
de “Padre nuestro”; en 23,34 estando en la cruz, pidiendo perdón por los enemigos, como
muestra del amor incondicional, como rasgo del espíritu de Jesús; en 23,46 en el momento de
expirar. Es en los momentos más decisivos donde Jesús invoca a Dios como Padre. En la cruz,
comparándolo con Marcos, Lucas pone en boca de Jesús las palabras del salmo 30,6, mientras que
Marcos usa las palabras del salmo 22.
p) e. Textos propios de Mateo
10-03-2015
Mc 13,11 // Mt 10,2 esp´ñirut
Mc 3,35 // Mt 12,50 | voluntad de Dios // voluntad de mi Padre de los cielos
Mc 7,17 // Mt 15,13 |ninguna mención // padre mío celeste
Mc 10,40 // 20,23 | ninguna mención // el padre mío
Mc 14,25 // Mt 26,29 | Reino de Dios // reino de mi Padre
14,39 26,42 nada // padre mío
14,47 26,53 nada // el padre mío
El evangelista ha aumentado los sidchos sobre el Padre, donde Mc usa Dios o no lo nombra, Mt
usa “padre mío”, “padre celeste”, “padre que está en los cielos”.
Material propio de mateo (sin trasforndo marquiano)
Mt 5,16 vuestro padre que está en los cielos //= Mt 6,1
Mt 6,4.6.18 cinco veces la expresión “tu padre”, que no aparece en otro lugar (sólo mío o vuestro).
Mt 6,8 vuestro padre
Mt 13,43 reino de su padre
Mt 16,17 mi padre que está en los cielos //= Mt 18,10
Mt 18,14 vuestro padre celestial
Mt 18,19 mi padre que está en los cielos
Todo esto confirma que el uso más frecuente de padre apbicaco a Dios, el calificativo
frencuentemetne añadido que es celeste o está en los cielos, y la distinción entre mi y vuestro
padre. Estos son los elementos más significativos del Ev de Mt.
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Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
Mt 23,9 «Ni llaméis a nadie "Padre" vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo»
Mt 23,9 «καὶ πατέρα μὴ καλέσητε ὑμῶν ἐπὶ τῆς γῆς, εἷς γάρ ἐστιν ὑμῶν ὁ πατὴρ ὁ οὐράνιος»
Literal «Y padre no llaméis de vosotros sobre la tierra»
Propuesta: «No llaméis a nadie “padre vuestro” sobre la tierra»
Al no tener un complemento directo sobre a quién no llamar padre, no sabemos, pero el genitivo
“ὑμῶν” cuyo sentido “de entre vosotros” estaría muy acorde con la idea de Jesús (no llaméis
maestro…). Quedando: «No llaméis padre a nadie de entre vosotros sobre la tierra».
En Mateo nos encontramos con una ampliación considerable de los dichos de Jesús en los que se
hace referencia a Dios Padre, tanto en textos originales que procederían del evangelio de Marcos,
en los que Mateo se inspira en Marcos, como en otros que proceden de una fuente especial
únicamente utilizada por Mateo (SMt). En esta tradición sobresale la indicación de que Dios,
Padre de Jesús, es el Padre celeste, Padre de los cielos. En Mt 6,9-13, donde se incluye la oración
del Padre nuestro, Jesús dice: “Padre nuestro, que estás en los cielos” (pa,thr h`mw/n o` Ven toi/j
Vouranoi/j).
Por otra parte, en Mateo aparece la distinción entre Padre mío (o` pa,thr mou/) y Padre vuestro (o`
pa,thr u`mw/n). De todas estas afirmaciones la más importante es la que nos presenta Mt 23,9,
donde Jesús dice: “no llaméis a nadie padre vuestro en la tierra, pues uno solo es vuestro Padre,
el celeste” (pa,tera mh, kaeshte u`mw/n Vepi, th,j gh,j( ei-j ga,r evstin u`mw/n o` path.r o`
ouvra,nioj). Es una indicación sobre aquellos a quienes no hay que llamar “padre”. Se puede
traducir esta expresión de diversas maneras. Una de ellas liga el genitivo plural u`mw/n con el
sustantivo en acusativo pa,tera, de modo que habría que traducirlo como “padre vuestro”.
Otra posible traducción sería la que ve el genitivo como un genitivo partitivo, de modo que la
traducción quedaría “padre de entre vosotros”. Si tomamos la primera traducción se puede
interpretar que Jesús prohíbe utilizar el término “padre” sobre la tierra, pero esto en boca de
Jesús es extraño, no queda claro. Por el contrario, si se utiliza la traducción con el genitivo
partitivo no se cae en confusión, pues se acota el círculo de llamar “padre”. A lo que Jesús se
refiere es a que no se puede denominar a nadie “padre” en sentido honorífico en el círculo de los
discípulos (“no llaméis a nadie señor, maestro o padre”). A este aspecto se añade un motivo
ulterior: este dicho de Jesús se debería ubicar en el radicalismo del seguimiento de Jesús. Los que
siguen a Jesús lo han dejado todo, y por eso sólo se pueden referir con el término “padre” a Dios.
[re-redactar lo anterior]
2.21 Dios Padre de todos en perspectiva trinitaria, fundamento y novedad (las cartas
paulinas)
58
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
que ora a Dios de esta manera, sino que es el cristiano el que ha hecho suya la oración de Jesús e
invoca a Dios como Abba, Padre. Esos textos son Gál 4,4-726 y Rom 8,14-1727.
En estos textos ¿se trata de una invocación metafórica o en ella podemos descubrir algo nuevo e
insospechado hasta entonces? ¿Por qué el cristiano hace suya esta invocación tan innovadora de
Jesús? Si el término Abba en Jesús es un término de revelación de la identidad de Jesús como Hijo,
¿es también una revelación de nuestra propia identidad en relación con Dios? ¿En qué sentido
somos hijos de Dios? ¿Se trata de una paternidad metafórica o real?
Podemos destacar dos puntos en la teología paulina referida a la paternidad de Dios: por un lado
hay que decir que (1) la afirmación que hace el cristiano de Dios no es metafórica, sino que es el
resultado de nuestra filiación adoptiva; pero además (2) en esa afirmación de nuestra filiación
divina adoptada intervienen las tres personas de la Trinidad en su función respectiva. Por eso los
cristianos oran como Cristo y se refieren a Dios como Abba Padre, al igual que Jesús. Así, nos
acercaremos al papel de la Trinidad en la invocación que hace el cristiano de la paternidad de Dios.
De esta manera, el Padre nos adopta como hijos suyos, y por eso la paternidad se relaciona con la
adopción filial. Además, respecto a la unión e identidad con Cristo somos hijos de Dios en el Hijo
Jesucristo, y finalmente es necesario señalar la importancia de la acción del Espíritu Santo en la
oración y la invocación a Dios como Padre.
26
«4Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, 5para rescatar a los que
se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la condición de hijos. 6Y, como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el
Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! 7De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por
voluntad de Dios. 8Pero en otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, servíais a los que en realidad no son dioses. 9Mas, ahora
que habéis conocido a Dios, o mejor, que él os ha conocido, ¿cómo retornáis a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales
queréis volver a servir de nuevo? 10Observáis los días, los meses, las estaciones, los años. 11Me hacéis temer haya sido en vano
todo mi afán por vosotros. 12Haceos como yo, pues yo me hice como vosotros. Ningún agravio me hicisteis. 13Pero bien sabéis
que una enfermedad corporal me dio ocasión para evangelizaros por primera vez; 14y, no obstante la prueba que suponía para
vosotros mi cuerpo, no me mostrasteis desprecio ni repulsa, sino que me recibisteis como a un mensajero de Dios: como a
Cristo Jesús. 15¿Dónde está ahora el parabién que os dabais? Pues yo mismo puedo atestiguaros que os hubierais arrancado
los ojos, de haber sido posible, para dármelos. 16¿Es que me he vuelto enemigo vuestro diciéndoos la verdad? 17Ese interés por
vosotros no es bueno; quieren alejaros de mí para que os intereséis por ellos»
27
«14En efecto, todos los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. 15Y vosotros no habéis recibido
un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos que nos
hace exclamar: ¡Abbá, Padre! 16El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos
de Dios. 17Y, si hijos, también herederos: herederos de Dios y coherederos de Cristo, si compartimos sus
sufrimientos, para ser también con él glorificados»
59
Misterio de Dios Dr. D. Santiago del Cura Elena
puede cambiar la condición humana, pero no puede reemplazar los vínculos naturales entre padre
e hijo, mientras que la adopción divina va más allá: es de orden ontológico, porque nosotros somos
en verdad hijos de Dios. La filiación del Hijo único se extiende de alguna manera a todos los
hombres. Nuestra filiación no es sólo legal, sino que se trata de una filiación nueva, que nos liga al
Hijo de Dios y hace que participemos de la misma vida divina.
La relación filial es una nueva realidad ontológica, una participación de la vida divina, de modo que
la filiación con Dios se hace real porque Dios mismo da al cristiano la vida divina y el cristiano se
convierte en hijo de Dios. Ahí es donde está la diferencia entre la invocación judía de Dios como
Padre, fundada en la alianza entre Israel, el hijo primogénito, y Yahvé, el Padre de Israel, una
invocación meramente externa, y la invocación cristiana, que supone una filiación interior que hace
a los cristianos verdaderos hijos de Dios.
Dios Padre, por tanto, nos adopta como hijos suyos, pero el término υἱοθεσίαν va más allá del
ámbito jurídico romano, e indica una realidad ontológica nueva. ¿Cómo es posible algo así? ¿Cómo
es posible que seamos hijos de Dios? A esta pregunta sólo se puede responder teniendo en cuenta
el papel del Hijo y nuestra identificación con Él.
[Cuando un ser humano es adoptado, mantiene el vínculo con sus padres, y no tiene vínculo con el
adoptante, sin embargo cuando Dios nos adopta cambia.]
10-03-2015
Es en el bautismo donde el cristiano se convierte en Hijo de Dios. Se puede hacer una paráfrasis del
bautismo de Jesús con el bautismo de cada cristiano, por el que pasamos a una vida nueva. A
través del bautismo pasamos a ser hijos de Dios. Pero además san Pablo afirma que todos somos
uno en Cristo Jesús «ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos
vosotros sois uno en Cristo Jesús» (Gál 3,28) {siendo “uno” (εἷς) masculino, no neutro}. En virtud de
esta unión con Cristo desaparece toda diferencia de ordenamiento religioso, político, social o
natural. Ya no hay judíos o cristianos, esclavos o libres, hombres o mujeres, sino que todos somos
uno en Cristo Jesús. Según santo Tomás, todos los bautizados constituyen una quasi persona
mística. Precisamente por esta unidad tan estrecha con Cristo participamos en la filiación: somos
hijos de Dios, pues participamos de la vida de Cristo, y Cristo es el Hijo de Dios. Por eso cuando el
cristiano se refiere a Dios como Abba Padre, como Jesús, no hace algo erróneo o ilegítimo, sino que
obra según su nueva condición.
San Pablo utiliza también otras expresiones para referirse a la filiación divina, como la expresión “en
Cristo” o “por medio de Cristo”, con el fin de mostrar la relación íntima entre el cristiano y Cristo
(citas).Así, san Pablo manifiesta en Gal 2,18-20 que “soy yo, pero no soy yo: es Cristo quien vive en mí”
(«y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Esta vida en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me
amó y se entregó a sí mismo por mí» (Gál 2,20)); «2Co 13,5; Rm 8,10». Por la vida nueva recibida en el
bautismo Cristo se adueña de tal modo de nosotros que ya no somos nosotros, sino que es Cristo el
que vive en nosotros, y precisamente por eso podemos afirmar nuestra filiación divina. Todos
estos textos paulinos nos hablan, por tanto, de un lazo, de una unidad sin medida entre Cristo y
nosotros. Todos juntos formamos un solo cuerpo místico, animado por la misma vida de Cristo.
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En razón de esta unión tan estrecha con Cristo es como podemos participar de la misma oración de
Jesús, apropiarnos de ella, y si es con Cristo y en relación con Él como nosotros tomamos parte de
la relación con el Padre, entonces se sigue que en Cristo y por Cristo es como nosotros entramos en
contacto con las personas divinas. En nosotros inhabita la Trinidad por la vida de la gracia, por el
bautismo. La unión del cristiano con Cristo es la fuente de donde emana la oración cristiana y en
esa unión es en la que el cristiano puede acudir a Dios como Abba Padre e invocarlo como tal.
[Si el papel del Padre era de adopción, el del hijo es un papel central, porque en la medida en la que
estamos unidos a él, participamos de su unión filial con el padre]
28
«4Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, 5para rescatar a los que
se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la condición de hijos. 6Y, como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el
Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! 7De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por
voluntad de Dios» (Gál 4,4-7)
29
«14En efecto, todos los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. 15Y vosotros no habéis recibido un
espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar:
¡Abbá, Padre!» (Rm 8,14-15)
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vivencia cristiana como es la oración y la invocación a Dios como Padre tiene lugar en estructura
trinitaria.
Si esto es así es posible descubrir en este comportamiento del cristiano la verdadera dimensión que
encierra la paternidad de Dios, una paternidad en relación con nosotros que tiene un sentido real,
que hace posible que realmente seamos hijos de Dios y que justifique que el cristiano haga suya la
oración del propio Cristo. En definitiva, la oración del cristiano es la oración del hombre
divinizado. De esta forma, en la oración cristiana se descubre una originalidad que tiene que ver
con esta estructura trinitaria. [nos muestra la profundiad de la oración cristiana, diriga a l padre y
fundamentada por la adopción divina. El hijo es el mediador, el ES es el agente por medio del cual,
el padre y el hijo actúan en enotrosos. Todo nos viene del Padre por el Hijo en el ES, por la oración
ascendemos al Padre por medio del H en el ES. Partiripar en la oración Abba Padre es participar en
esta nueva relación con las peronas divinas, participar del diálogo propio de la vida intratrinitaria,
por ello la oración Abba Padre permite descuir la vida divina, la vida trinitaria, en notros.]
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abba padre a Dos. No sólo radica en esta expresión, a partir el acontecimient resurrección se podrá
entender el alnzace de la vida divina en Jesús.]
[contenido. Fuera del ámbito divino. Patiernidad muestra gratitud, reconocimiento, respeto y
adoración, en el AT, en un prpio expresa pertenencia recíproca Dios-Israel, relación que lleva
consigo la protección paternidad con Dios. Más tarde (lit sapiencial) cuando será adquiera los
acentos de la filiación divina en un sentido más personal.
En el NT el término Abbá nos ha permitido penetrar en el misterio de su vedadera personalidad. El
término abba es una revelación del misterio del P y del Hijo, de la vida de Dios, de una paternidad
de ordne ontológico, fundada en la cdad de naturaleza. En boa e cristanos Abba padre nos ha levado
a descubirr un sentido nuevo, de una filiación verdadera y real, nuestra en relación dcon Dios. Por
ello, la oración Abba nos permite esciburri el isterio de la vida trinitaria en nosotros.
La oración cristiana era el inicio de estos tiempos nuevos, escatológicos, en la eperea d el a… en labios
ce cirsitanos permite soseechar. Con qué intensisadad. Una experiencia nueva dee una via en
libertad, el fin de la esclavitud, conceptos más vividos que pensados. Los primeros cristianso ss
sentían hijos libres conducisor por el ES a poder hablar con DP con tota sinceridad]
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(b)
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situación cultural y social determinada, refleja las estructuras patriarcales, el sistema sociocultural
dominado patriarcalmente, de modo que la imagen de Dios sería idolátrica y habría llevado a la
mujer a un extrañamiento [habría bloqueado, a la mujer, toda experiencia de Dios como camino de
emancipación y realización] y a la búsqueda de otro concepto de Dios.
16-03-2015
(Entre las obras feministas ortodoxas sobre la paternidad-maternidad de Dios señalamos las de E. A. Johnson, La que es. El misterio de Dios en el discurso teológico feminista,
Salamanca, 1984; La búsqueda del Dios Vivo, Santander, 2008 (de este último tienen especial importancia los capítulos V y X).
)
La crítica general de la teología feminista, esto es la necesidad de superar las imágenes y lenguajes
exclusivamente masculinas de Dios porque éstas promueven una discriminación excluyente de la
mujer viene acompañada de propuestas tanto de tipo alternativo como de tipo complementario.
Veamos estos dos tipos de propuestas y las teologías más representativas de cada una.
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Dichos rasgos están relacionados con la evolución progresiva hacia el monoteísmo que vemos en el
Antiguo testamento, pero no sólo eso: también notamos rasgos maternales de Dios en la reflexión
del Dios de Israel. En ese sentido maternal están las concepciones de que Dios ha concebido, ha
dado a luz a su pueblo (cf. Nm 11), es Aquel cuyas entrañas maternales se remueven ante el hijo
rebelde (cf. Os 11). Dios es, así, la madre que no se olvida del hijo de sus entrañas (cf. Is 49), que
consuela a sus hijos (cf. Is 66) y que cede a la compasión (cf. Jer 31). En este punto nos encontramos
con un dato exegético-filológico muy importante: el término hebreo utilizado para referirse al
útero materno es raham, y precisamente ese mismo término se utiliza para referirse al Dios
misericordioso, de manera que esa misericordia de Dios se liga a lo maternal, a lo femenino.
Estas líneas suponen, por tanto, un intento de recuperar menciones de Dios como Madre ocultas por
el pensamiento androcéntrico. Lo que pretende esta teología, su finalidad, es reintegrar estas
imágenes y elaborar una teología de carácter complementario e integrativo que reúna los rasgos
maternales de Dios (ocultos por la concepción androcéntrica), superando la unilateralidad de los
rasgos masculinos. Se trata de formar la visión de Dios como Padre y Madre en la simultaneidad
de las imágenes paternas y maternas en relación con Dios. Este hecho ha tenido gran relevancia en
la teología contemporánea, e incluso el magisterio eclesial se ha hecho eco de ella. Juan Pablo I, por
ejemplo, dijo que “Dios es Padre, más aún: Dios es Madre”.
Perteneciente a las líneas de teología feminista complementaria nos encontramos con una nueva
línea, que tiene un carácter más especulativo, ligado a la teología trinitaria tradicional. En esta
teología más tradicional se intenta superar la unilateralidad de la teología tradicional y confesante.
Según esta línea, en la teología cristiana nos encontramos a veces con sorpresas que nos revelan el
carácter maternal de Dios. Moltmann señala, por ejemplo, que el Concilio XI de Toledo (675),
cuando quiere explicar el consubstancial niceno “Nec enim de nihilo, neque de aliqua alia substantia,
sed de Patris utero, id est, de substancia eius idem Filius genitus vel natus est” (“el Hijo es de la misma
sustancia que el Padre”) explica este consubstancial simultáneamente con categorías paternas y
maternas. Al utilizar la expresión de Patris utero está explicando con categorías paternales y
maternales el consubstancial niceno.
[Hubo símbolos que se perdieron, como por ejemplo la familia como analogía de la trinidad.]
Junto a este hecho está la relevancia del Espíritu Santo como principio femenino, maternal, principio
en definitiva de la feminidad de Dios. Este hecho lo muestra el término hebreo ruah, que
precisamente dentro de la lengua semita es un término femenino en la mayoría de los casos. A esto
se le une que en algunas tradiciones de la Iglesia, como en la Iglesia siríaca, tanto en documentos
textuales como en testimonios iconográficos el Espíritu Santo es presentado con atributos
femeninos, lo que conlleva una teología que llevaría a un reconocimiento de la mujer y de las
relaciones hombre-mujer como relaciones de igualdad, y no de sometimiento. No sólo teólogas,
sino también teólogos (Y. Congar, que aboga por recuperar la feminidad de Dios llegando a un
re-equilibrio) han defendido esta postura, que ha quedado marcada en la iconografía eclesial 30 nota (El
retablo de la Cartuja de Miraflores, en Burgos, por ejemplo, presenta al Espíritu Santo con una figura que, desde lejos, parece una mujer.
). Eso confirmaría
que la tradición ha mantenido, aunque de manera marginal, esta concepción del Espíritu Santo
como feminidad de Dios.
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Eso explica su recepción teológica y eclesial. Algunas cuestiones metodológicas de estas líneas más
complementarias son discutidas, pero en general son un camino viable que enriquece el discurso
teológico y el lenguaje sobre Dios, evitando las ideologías. Dios no se enmarca en imágenes paternas
o maternas, sino que supera ambas imágenes, trasciende nuestra capacidad cognoscitiva y nuestras
categorías.
[Sigue siendo predominante una forma de antrocentrismo al utilizar “padre materno” o “madre
paternal”. (2) Estereotipos culturales de lo que es masculino y femenino en cuanto a su aplicación a
Dios (3) logros de las metas que se proponen, que están claras: favorecer la autorrealización
femenina, o su liberación, pero es necesario que el lenguaje maternal aplicado a Dios puede también
condicionar o consolidad al reducción de las mujeres a su bología, por lo que una mujer no-madre
no es plena, identificando lo femenino con la maternidad. {{{¡pedir a Miriam o Ricardo para
comparar!}}} Dios no está aprisionado por las realidades A O, él supera los símbolos y las imágenes,
está por encima, se vuelve a notar la incomprensiblidad de Dios.]
Sin embargo, hay tres puntos o cuestiones que necesitan una precisión ulterior: (1) la tesis de la
proyección de Dios; (2) la relación entre función y verdad; y (3) el desarrollo de la teología trinitaria.
Estas serían las cuestiones teológicas que deja en el aire la teología feminista, y es necesario
abordarlas para evitar cualquier problema o malinterpretación.
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