Hacia un avivamiento personal, ahora más que nunca Diez
consejos sencillos, pero prácticos, para entrar en un
avivamiento personal: EL TREN DE LA VIDA AUTOR Julio Pérez 28 DE AGOSTO DE 2016 16:00 h Cuando hablamos de avivamientos, casi siempre pensamos en grandes visitaciones del Espíritu Santo en diversos lugares del mundo y en diferentes momentos de la historia. Gales, Inglaterra, Estados Unidos, Corea del Sur y, en los últimos cincuenta años, África, Latinoamérica, China e Indonesia, entre otros, han experimentado importantes derramamientos del Espíritu en amplios sectores de su población. Todavía Europa sigue siendo el continente más glaciar de todo el planeta, espiritualmente hablando, a la espera de que se produzca un verdadero despertar en la conciencia social de miles de personas que respondan como nunca antes al llamado de Dios al arrepentimiento. Este será, sin duda alguna, lo que yo he bautizado como el efecto Nínive; un mover soberano de Dios entre las gentes de nuestro país y de nuestro continente, respondiendo a la proclamación de la Palabra como nunca antes y esto será por pura gracia, tal cual fue con los ninivitas en el tiempo de Jonás. Por cierto, uno de los mejores documentos de síntesis que recomiendo encarecidamente sobre avivamientos es la serie de Mario Escobar “Los avivamientos de la historia”, en XXII entregas publicadas en Protestante Digital en el año 2012 y que se pueden encontrar actualmente en su hemeroteca. Las Escrituras nos hablan de los buenos reyes de Judá que fueron avivamentistas, entre ellos: Josafat, Ezequías y Josías; y de Israel, también recordamos especialmente al rey David y a Salomón como los más ilustres y apasionados por el proyecto divino a través de los tiempos. Al igual que los antes mencionados, personalmente me considero un convencido de que, cuando un hombre o una mujer determinan decididamente ir en busca de un avivamiento personal, este no resulta inalcanzable. El mismo David expresa una decena de veces en el Salmo 119 el ferviente deseo de ser vivificado por la Palabra de Dios (Salmo 119:25). Sin duda alguna, el poder influyente de la Palabra puede despertar nuestros corazones como sucedió con Zorobabel y su gente (Hageo 1:14). Pablo también aconseja a Timoteo que “avive el fuego…de Dios que estaba en él” (2ª Timoteo 1:6); esto nos habla de echarle leña al fuego de nuestra devoción y consagración al Señor. En definitiva, desear un avivamiento personal es desear ser llenos del Espíritu; y yo creo que, en este tiempo tan endemoniadamente complicado, necesitamos buscar a toda costa y ahora más que nunca esa plenitud del Espíritu Santo que nos anime el corazón y nos conduzca a una santidad sincera y a una vida fructífera en toda buena obra. Un verdadero avivamiento perdura en el tiempo, si mantenemos una saludable disciplina espiritual en nuestra relación con Dios. Para concluir, incluyo diez consejos sencillos, pero prácticos, para entrar en un avivamiento personal: 1.- Analiza tu situación espiritual sinceramente y proponte un cambio. 2.- No te compares con nadie, ni quieras copiar a nadie; sé original. 3.- Consigue una Biblia para leer, subrayar y anotar todo lo que Dios te hable. 4.- Lee detenidamente los avivamientos de la Biblia (A.T. y N.T.) y anota tus reflexiones. 5.- Comparte con alguien de tu confianza tu inquietud por el avivamiento. 6.- Ayuna y ora al Señor por un avivamiento personal, pero sin ansiedad. 7.- Dispón tu mente y corazón para entrar en un tiempo de búsqueda del Señor. 8.- Ora, lee la Biblia, ten un bloc de notas, haz una caminata diaria y santifícate. 9.- Si notas que avanzas en tu avivamiento personal, habla con tu pastor/a. 10.- Persevera en avivar el fuego de Dios en ti y comparte con otros tu avivamiento con humildad.
COMO EMPEZAR UN AVIVAMIENTO ESPIRITUAL.
Muchos cristianos “desean” tener un avivamiento espiritual dentro de sus vidas, pues desean que Dios “haga cosas grandes” con ellos, sin embargo algunas de estas personas ya han perdido el primer amor y muchos de estos están fríos espiritualmente pues ya no oran y no van continuamente a la iglesia; pero hoy te daré 6 consejos que te ayudarán a empezar un avivamiento espiritual. Tengamos en cuenta que un avivamiento en el corazón de los cristianos es necesario para que se produzca un avivamiento en toda la congregación en la que están. 1) TIENES QUE REMOVER TU CORAZÓN. “Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros BARBECHO; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia” (Oseas 10:12) Hacer barbecho es algo que los agricultores hacen cuando sus tierras no están produciendo como deberían, este proceso consiste en que un agricultor quite todas las “malezas”, “cardos”, etc. Que puedan estar siendo de mal dentro de la tierra en la que está sembrando, luego tendrá que remover la tierra hasta que ya esté lista para que se siembre allí. Dios nos dice que hagamos “barbecho” y eso quiere decir que “removamos” o “aremos” algo, y en este caso está hablando de nuestro corazón, pues lo primero que tenemos que haces es quitar todas las cosas que haya en nuestro corazón, para que así nuestro corazón se encuentre como una tierra fértil, lista para que la semilla de la palabra del Señor sea plantada allí. 2. TIENES QUE VOLVERTE AL PRIMER AMOR. “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor” (Apocalipsis 2:4) Una de las razones por las cuales no hay un avivamiento en el corazón de las personas es porque “han dejado su primer amor”, este primer amor es esa pasión inmensa por buscar a Dios la cual surge en el corazón de todo cristiano luego de haber aceptado a Jesús como su Señor y Salvador; pero que lamentablemente se perdió por los afanes de este mundo o por causa del pecado; pero Dios quiere que nos volvamos a ese primer amor y que volvamos a buscar con todo nuestro ser al Señor, como cuando estábamos en el primer amor; pues sólo las personas que tienen esta pasión en su corazón podrán contemplar la manifestación de Dios en sus vidas. 3. TIENES QUE VOLVERTE A LA PALABRA “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105) La palabra de Dios es la luz que alumbra el camino de los cristianos para que así podamos saber que hacer o por donde andar; una persona que ha dejado la palabra de Dios estará en tinieblas y por tanto no sabrá que hacer o por donde debe de andar; por esa misma razón tampoco sabrá como avivar su vida espiritualmente y sólo podrá ser un cristiano “tibio” o en todo caso “frió”, pero Dios quiere que seamos cristianos con fuego en el corazón, con una pasión para servirle y buscarle; por esta razón la palabra de Dios es indispensable para todos nosotros. 4) TIENES QUE EMPEZAR A BUSCAR A DIOS CON TODO TU CORAZÓN. “Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13) Como les mencione hace un momento, es necesario que volvamos a nuestro primer amor y eso lo lograremos cuando empezamos a buscar a Dios con TODO NUESTRO CORAZÓN, y buscar a Dios con todo el corazón no se trata de ir a la iglesia una vez a la semana o al mes; u orar de vez en cuando, buscar de todo corazón a Dios consiste en hacerlo de manera CONTANTE, todos los días, orando y asistiendo constantemente a la iglesia. Cuando una persona busque a Dios con todo su corazón, le hallará y cuando le halle empezará un avivamiento en su vida y cuando haya un avivamiento este se extenderá a tu iglesia y Dios se manifestará a tu congregación. 5) ES NECESARIO QUE AMES A TU PRÓJIMO. Un avivamiento NO nos vendrá como consecuencia de que hay “algún pastor” o “algunos hermanos” que anhelan tener una “iglesia grande” para “sentirse mejor”, pues eso es una evidencia del “ego” de muchas personas. Un avivamiento VENDRÁ porque hay una iglesia que “ama” a las personas y está buscando la salvación de sus almas, pues DIOS MISMO QUIERE HACER UN AVIVAMIENTO PARA SALVAR LA VIDA DE LAS DEMÁS PERSONAS. Un avivamiento es la consecuencia del anhelo de Dios junto con el anhelo de la iglesia por salvar al mundo de la perdición. 6) NIÉGATE A TI MISMO. El negarse a sí mismos es una condición fundamental para los cristianos la cual les permitirá que haya un avivamiento en sus vidas, pues será necesario que se nieguen a muchas cosas como el alimento (para ayunar), como el sueño (para orar de madrugadas), como el cansancio (para ir a la iglesia luego del trabajo), etc. Un cristiano que no se niegue a sí mismo no podrá ser de ayuda para la obra de Dios, pues este estará tan ocupado con sus propias cosas, que difícilmente tendrá tiempo para ayudar en la obra del Señor.