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Dentro de las principales razones por las cuales se adquirió esta idea acerca del
Fondo, es porque este organismo, en varias de las reformas que impone para aprobar sus
créditos, predispone políticas públicas, que a largo plazo generan “un menor
crecimiento del PIB per cápita, un mayor desempleo y una mayor inestabilidad
macroeconómica[ CITATION Wei10 \l 3082 ].” Existen diversos casos en los que se
demuestra el impacto negativo del FMI dentro de un Estado: el Ecuador es uno de ellos.
Durante la novena carta de intención, realizada en el 2003, en la que el FMI otorgó un
monto de 151 millones de dólares para un plazo de 13 meses, se impuso como
“compromiso” la redistribución de fondos productivos del sector agrícola, lo que
terminó por desencadenar en que “el desempleo suba a 9.3% en 2003, con relación al
7.7% de 2002”[ CITATION San05 \l 3082 ]. Y este no es el único caso. La incidencia
del FMI termina por reducir las capacidades nacionales, así como de desarrollar
políticas que cubran con sus deudas económicas.
No obstante, la razón por la cual el FMI impone tales regulaciones dentro de los
sistemas en los que incide, es porque la organización necesita de una garantía para
otorgar sus préstamos. Estas garantías permiten que el organismo ayude a la mejora de
la economía de un país, pues las reformas también promueven el desarrollo nacional, y
la inserción en sistemas económicos y comerciales a nivel global. “El FMI presenta
líneas de crédito flexible, que se utiliza en aquellos países miembros cuyas variables
económicas y políticas resultan sólidas para el FMI y pueden servir para prevenir crisis
o bien para hacer frente a una situación de crisis” [ CITATION Mar13 \l 3082 ]. Dentro
del Ecuador, hasta antes del 2003, la influencia del FMI significó aportes positivos a la
economía, como, por ejemplo, en 1988, en el que el PIB del país alcanzó el 10.5%,
gracias al préstamo otorgado, en conjunto con la sugestión de políticas públicas
necesarias para garantizar dicho préstamo.
Por otro lado, otro impacto negativo que presupone la presencia del Fondo
dentro de un Estado es la perdida de legitimidad del gobierno. La legitimidad,
entendiéndola desde la política, es lo que permite el funcionamiento de un Estado, pues
la falta de legitimidad desemboca en desobediencia civil. “Los programas de ajuste
estructural de la económica (reducción del déficit fiscal, eliminación de subsidios,
devaluación de la moneda, etc.) exigidos por el FMI como condición para entregar sus
préstamos,”[ CITATION Ber19 \l 3082 ] terminan por quitarle legitimidad al gobierno,
por ende, desestabilizando los sistemas políticos. ¿Por qué? La respuesta yace en las
costumbres creadas dentro de una nación, el momento en el que interviene un
organismo externo, y afecta la situación actual, no solo del gobierno, sino de sus
habitantes, la población tiende a demostrar su descontento, ya sea con revueltas, como
sucedió tanto en Chile como en Ecuador en pasados años, llegando incluso a golpes de
Estado.
Sin embargo, a pesar que los gobiernos pueden llegar a perder cierta legitimidad
nacional, una relación estable con un organismo interestatal de gran importancia como
lo es el Fondo, permite que aumente la legitimidad internacional. Los préstamos que son
otorgados por el FMI le otorgan más fuerza al gobierno a nivel global, pues “garantizan
la posibilidad de ejecutar políticas públicas fuertes, así como de incidir dentro del
sistema internacional” [ CITATION Fon18 \l 3082 ]. Las directivas económicas, que son
impuestas por el FMI, no solamente permiten un mayor desarrollo del comercio
internacional, suponiendo mayor peso del Estado dentro del sistema internacional. Así
mismo, ser miembro del Fondo permite colaborar con otros Estados, estableciendo
líneas directas de comunicación, que permitan el mutuo beneficio. Este beneficio
colaborativo, no solamente apoya a la economía, pero también supone seguridad, pues
el poseer relaciones comerciales dependientes, reduce las posibilidades de intentos de
coacción o coerción de otros Estados.
Referencias: