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Adriana Evertz

UNIDAD V - ARBITRAJE

i. Historia y evolución del arbitraje: El arbitraje precede a la jurisdicción ordinaria y al concepto de Estado
y nación. Existía porque el arbitraje no necesitaba una institución fija o una estructura creada. Si dos
miembros de una tribu buscaban un tercero para resolver un conflicto había arbitraje.
Se dio por mucho tiempo en un ámbito internacional público para dirimir conflictos entre los países. El
despegue en el ámbito privado viene a partir de que 1950, particularmente de 1958, que fue cuando se pactó
la Convención de Nueva York. Esta convención es importante porque su objeto es hacer a los laudos internos
exportables, a partir de aquí es mucho más fácil hacer ejecutar en otro país un laudo arbitral que una
sentencia. La misma proveyó un canal para que los laudos tuvieran eficacia sin muchas trabas.

La convención se integró en el 2001, y fue probablemente en el marco de la negociación del DR-CAFTA.


Luego de la Convención de Nueva York, el próximo hito es la Ley Modelo del UNCITRAL de Arbitraje, la
ley que tenemos en República Dominicana es de la versión que se hizo del 2006. (Antes del 2000 tuvimos el
régimen de arbitraje del código napoleónico.)

- Hay otros convenios sobre arbitraje, tales como el Convenio de Washington y la Convención de Panamá.
- En nuestro caso, la Ley 50-87 tiene gran importancia, pues le da ejecutoriedad a los laudos emanados de
los CRC, estando estos eximidos del proceso de homologación que conllevan los demás laudos.

ii. Concepto de arbitraje - Papel del árbitro: El mecanismo de resolución de controversias que fundado en
la libre voluntad de las partes, permite asignar a terceros las funciones jurisdiccionales que en principio
corresponden al Estado, de manera temporal y restringida a las disputas de derechos transigibles
contempladas en un acuerdo previo. El concepto de lo que es arbitrable se encuentra ligado al concepto de
orden público. Así se entiende por principio general que aquellas cuestiones de orden público no pueden ser
objeto de arbitraje, y si bien esta idea general que hemos visto no es errónea, debemos conocer que existen
materias que son inarbitrables y que escapan la idea de orden público.

iii. Distinción con otros MARD.

iv. Peritaje decisorio: El peritaje decisorio tiene lugar cuando la ley o un contrato establecen que
determinadas cuestiones de hecho, que no sean decididos por los interesados o por las convenciones entre
ellos pactadas, o por la ley, serán sometidas al dictamen de un experto. A distinción del arbitraje, el peritaje
decisorio produce un informe y no un laudo, el cual, aunque tiene efectos vinculantes como el laudo, no
conlleva el hacer valoraciones sobre qué corresponde a cada quien, sino que trata aspectos que son más bien
técnicos. El peritaje decisorio se diferencia del ordinario en que el informe en el decisorio tiene efectos
vinculantes para las partes, mientras que en el ordinario no. Este puede ser utilizado en el marco de cualquier
disputa, pero donde más se suele utilizar es en las construcciones.

v. Mediación y Conciliación

Similitudes:

- Tanto en el arbitraje como en la conciliación y la mediación las partes acceden voluntariamente.

- En todos los casos se busca dirimir un conflicto.

Distinciones:

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- En el caso del arbitraje hay un acto jurisdiccional, no tengo que preguntarle a las partes como árbitro
si les satisface o no.

- En los dos primeros casos se termina con un acuerdo, no obstante intervenga un tercero que facilite
el 

mismo. Aquí puede darse también la encrucijada o disyuntiva entre una solución justa y una solución
eficaz. Hay que tener como norte el que el acuerdo se pueda ejecutar. El arbitraje culmina con un
laudo, el cual se ejecuta como una sentencia.

- En la mediación y en la conciliación se termina con un acuerdo, no obstante haya intervenido un


tercero para facilitar el mismo.

vi. Mini-juicio: Representación oral realizada por abogados ante los Directivos de empresas en las que se ha
suscitado un conflicto y que pretenden llegar a una solución. Aquí lo que se hace es una especie de simulacro
en donde el tercero dice quien podría o no tener la razón, sin embargo, en el arbitraje el tercero dicta una
decisión mediante la que le da la razón a uno de los terceros envueltos en la disputa. 


-Procedimiento.

-Función del consejero.

-Carácter de la decisión.

-Confidencialidad / inhabilitación del proceso posterior.
-Finalización: Informe —> transacción

vii. Tipos de Arbitrajes:

a. Arbitraje judicial: Existe lo que se conoce como arbitraje judicial, que supone que las partes
puedan acudir voluntariamente ante el juez de paz y someterle cualquier disputa para su solución,
aun esta sobrepase los limites competenciales del mismo, siempre que estos suscriban un
compromiso ante este juez. (Art. 7 del CPC)
- Si el arbitraje es como se concibe normalmente (lo opuesto a la jurisdicción estatal) como
podríamos imaginar un arbitraje judicial, es decir, ante los órganos del Estado.

- Lo que se ha llamado así en el CPC es a la comparecencia voluntaria de las partes ante el


juzgado de paz, prorrogando su competencia tanto territorial como de atribución.

- Como las partes comparecen sin ser arrastradas a esta jurisdicción esta figura se ha
denominado así.

b. Arbitraje laboral: Se trata de un tipo de arbitraje contemplado en el Código de Trabajo. Es muy


específico pues se refiere a conflictos económicos. En el contexto del Código de Trabajo se trata del
conflicto que se suscita entre un sindicato y un grupo de empresas o entre un sindicato y un grupo de
patronos; en fin, el conflicto que se da entre dos bloques de representantes. Para la resolución de
estos conflicto el Código de Trabajo prevé un arbitraje que hace que surja la cuestionante de si se
trata de un verdadero arbitraje. En este, las partes tienen la potestad de nombrar 3 árbitros, teniendo
un plazo de 3 días para ponerse de acuerdo con relación a los árbitros que dirimirán el conflicto; de
no ponerse de acuerdo estos serán nombrados por el Juez Presidente de la Corte de Trabajo del
departamento judicial en donde se haya suscitado el conflicto.

En el caso de que sea el Presidente de la Corte quien elija a los árbitros, este deberá escoger a dos de
los árbitros de la lista de vocales del tribunal, y el otro árbitro deberá elegirse de entre los jueces de
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la corte. Lo que la ley establece no es una competencia expresa del Juez Presidente para ejercer esta
atribución, es decir, no se trata de un mandato sino de una presunción, pues de la forma en que la ley
configura la competencia del Presidente de la Corte podría presumirse que esta podría ser
impugnable, demostrando que la presunción no aplica porque las partes han hecho un acuerdo
distinto, etc.

c. Arbitraje de inversión: Este tipo de arbitraje es aquel que se lleva a cabo entre un inversionista
extranjero y el Estado receptor de la inversión en base a un acuerdo internacional de inversión
firmado entre el Estado receptor de la inversión y el Estado del cual origina el inversionista. El
arbitraje de inversión sólo encuentra su base en tratados internacionales de inversión, incrementando,
en nuestra opinión, su proyección internacional. Centro Internacional de Arreglos de Disputas
relativas a la Inversión (en lo adelante denominado “CIADI”).

d. Arbitraje deportivo: Los contratos deportivos suscritos con menores y mayores de edad se
consideran contratos de trabajo, regulados por ende por el Código Laboral. Por ser así, rige el
Principio V de este código, que prevé la irrenunciabilidad de los derechos previstos en el código.
Entre estos derechos figura el acceso a la jurisdicción laboral, que es incluso considerado un derecho
fundamental. Por tales razones, una cláusula arbitral que conste en un contrato deportivo es en
principio inejecutable, porque así como no se puede renunciar a las vacaciones y a las bonificaciones
durante el contrato de trabajo, tampoco se puede renunciar al órgano que el Estado ha provisto para
resolver cualquier controversia.

- Ley General de Deportes, No. 356 – 05, creֶó el Tribunal Arbitral del Deporte en la República Dominicana.
Posteriormente, la Asamblea del Comité Olímpico Dominicano, compuesta por representantes de todas las
federaciones deportivas del país, aprobó el Reglamento del Tribunal Arbitral de Deportes (6 noviembre
2013). Luego de ello, el Comité Olímpico Internacional (COI) aprobó dicho texto. A través de este las
federaciones miembros del Comité Olímpico Dominicano (COD) consintieron someterse a la jurisdicción del
Tribunal Arbitral de Deportes (28 de enero de 2014).

- ARTÍCULO 135.- “Se crea el Tribunal Arbitral del Deporte, el cual conocerá de cualquier controversia
surgida, como consecuencia de la práctica del deporte y de su organización y, en general, de cualquier
actividad relativa al deporte”.

PÁRRAFO I.- Las controversias surgidas dentro de las organizaciones deportivas, o entre ellas, como
consecuencia de las actividades propias de esas organizaciones serán obligatoriamente resueltas en última
instancia mediante el arbitraje.

PÁRRAFO II.- Será competente por vía de apelación de las decisiones finales dictadas por las
organizaciones deportivas. Redactará su propio Código de Procedimiento por cuyas disposiciones se regirá.
El laudo que dictare será definitivo e inapelable y no dará lugar a que se interponga ningún recurso contra el
mismo ante tribunal alguno, excepto por nulidad o aclaración de laudo.

PÁRRAFO III.- Será competente por vía originaria cuando las partes involucradas se sometan
voluntariamente.”

- El Artículo 132 de la Ley General de Deportes dispone que se encuentran sometidos a esta ley: “Los
directivos de las organizaciones deportivas, así como los atletas, técnicos y demás personal adscrito,
están sujetos a las presentes disposiciones,” además ésta se constituye como órgano de alzada para
conocer de la apelación a las decisiones emanadas de las organizaciones deportivas.

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Procedimiento seguido ante el Tribunal Arbitral de Deportes:

a. El accionante tiene 15 días, a partir de la ocurrencia de la controversia, para comunicar su acción y


los documentos a la parte demandada y a la Secretaria General del Tribunal Arbitral de Deportes.

b. La parte demandada dispondrá de un plazo de 10 días, contados a partir de la recepción de la


demanda, para presentar medios de defensa o responderla, debiendo notificar el escrito y los
documentos a la parte accionante y a la Secretaria General del Tribunal Arbitral de Deportes.

c. En caso de una demanda reconvencional, la parte demandante contará con un plazo de 15 días, a
partir de la notificación, para dar respuesta a la misma y notificarla al demandante reconvencional y
a la Secretaria General del Tribunal Arbitral de Deportes.

d. La Secretaria General del Tribunal Arbitral de Deportes procederá a escoger el/los árbitro(s),
debiendo esta informar a las partes, por escrito, de la elección de los árbitros dentro de un plazo de 3
días, éstos deberán manifestar su aceptación a la elección y firmar el Código de Ética de los Árbitros.

El Reglamento del Tribunal Arbitral de Deportes contempla un proceso para la recusación de los
árbitros.

e. Cumplido con los plazos, la Secretaria General del Tribunal Arbitral de Deportes entregará el
expediente al Tribunal Arbitral de Deportes, donde en un plazo menor a 15 días se deberá remitir a la
Secretaria General del Tribunal Arbitral de Deportes el Acta de Misión.

vii. Naturaleza jurídica del arbitraje.

- Teoría contractualista: Esta teoría fue desarrollada en 1965 por Rubellin-Devichi, quien sostiene
que la naturaleza del arbitraje se puede determinar analizando las prácticas y los objetivos que
persigue. Manifiesta que el arbitraje no se puede clasificar como exclusivamente contractual o
jurisdiccional y que tampoco es una institución mixta.

- Teoría jurisdiccionalista o procesalista: Considera que el arbitraje es una concesión del Estado a
los particulares para resolver sus conflictos, mediante un tipo especial de jueces denominados
“arbitros”. Se basa en el poder de supervisión y control del Estado, para resolver los arbitrajes
(aunque sean internacionales) que se desarrollan en su territorio, el arbitraje esta primariamente
regulado por la Lex Arbitri y por las leyes del país de ejecución mas que por la voluntad especifica
de las partes.

- Teoría híbrida o mixta: Los autores de esta teoría afirman que el arbitraje tiene una doble naturaleza,
dependiendo del momento en que se mira. El arbitraje, de hecho, es una institución contractual en sus
orígenes, y jurisdiccional en sus efectos.

- Teoría autónoma: Según la teoría autónoma, el arbitraje se desenvuelve en un régimen


independiente, libre y emancipado de cualquier ordenamiento jurídico.

viii. Arbitrabilidad: La arbitrabilidad se refiere a las materias o conflictos que se pueden zanjar mediante
arbitraje, es decir, aquellos conflictos que pueden ser resueltos fuera de la jurisdicción estatal. La
arbitrabilidad es la regla y la inarbitrabilidad es la excepción, por esto generalmente los legisladores asumen
una posición negativa, haciendo ver qué no es susceptible de arbitraje. No se encuentra un elenco de materias
arbitrales, sino de las que no se puede. se centra en la idea de validez de la cláusula arbitral, al amparo de la
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cual no basta con que las partes hayan pactado válidamente someter sus controversias a arbitraje, se hace
necesario que el objeto de la controversia sea susceptible de ser resuelto mediante arbitraje. La Convención
de Nueva York al referirse a la noción de “arbitrabilidad” alude más bien a aquellas materias que puedan ser
resultas mediante arbitraje”.

- Arbitrabilidad Objetiva: se refiere a las materias que pueden ser sometidas a arbitraje, lo que
dependerá de que se trate o no de derechos disponibles, de los que se pueda disponer o ceder
libremente. Nuestro criterio es la transaccionalidad del derecho (de esto es que la ley habla), que
aunque no es lo mismo se equipara a la disponibilidad.

- Arbitrabilidad Subjetiva: Es un concepto anglosajón, proveniente del common law, que lo que
examina es la capacidad de la persona para ir a arbitraje, es decir, la capacidad que tiene el individuo
o sujeto de someterse a arbitraje, lo que tenía mayor importancia cuando solo algunas personas
podían acudir a este método.

5.4.1. Materias objetivamente inarbitrables

Artículo 3 - Materias excluidas del Arbitraje: No podrán ser objeto de arbitraje: 1) Aquellos conflictos
relacionados con el estado civil de las personas, dones y legados de alimentos, alojamiento y vestidos,
separaciones entre marido y mujer, tutelas, menores y sujetos a interdicción o ausentes.; 2) Causas que
conciernen al orden público.; 3) En general, todos aquellos conflictos que no sean susceptibles de
transacción.

Se critica de este artículo que no dice con exactitud qué cuestiones no pueden ir a arbitraje. Por ejemplo, no
dice que en los conflictos en que estén involucrados menores de edad no podrá llevarse a cabo el arbitraje,
sino que dice que en los relacionados a estos no; por lo que si se interpreta literalmente este artículo se
entendería que todo lo que tenga que ver con menores de edad sería inarbitrable. No se critica la ley en sí
sino su redacción.

UNIDAD VI - CLASIFICACIONES DEL ARBITRAJE

i. Arbitraje según la fuente aplicable al fondo de la controversia.

a. Arbitraje en derecho: El arbitraje en derecho se decide en base a normas con contenido


jurídico, el derecho aplicable al fondo. La ley lo define como aquel que se resuelve en base a un
derecho positivo. Derecho se refiere a cualquier norma de naturaleza jurídica. Esta definición
dada por ley suele criticarse, ya que positivo equivale a escrito, y el derecho positivo/escrito se
asocia comúnmente a la familia romano-germánica. Cuando se emplea literalmente la definición
de la ley se estaría excluyendo inmediatamente cualquier referencia a preceptos jurídicos que no
pertenezcan a lo que se entienda como derecho positivo. Por ejemplo, en el common law la
costumbre es una importante fuente de derecho, así como también en materia comercial, tanto
nacional como internacionalmente; en estos casos no se podría hacer uso de la costumbre en el
contexto de un arbitraje.

EL ARBITRAJE EN DERECHO ES LA REGLA; PARA QUE HAYA ARBITRAJE EN EQUIDAD DEBE


DECIRSE EXPRESAMENTE.

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b. Arbitraje en equidad o “ex aequo et bono”: El arbitraje en equidad es aquel en que se decide
de conformidad a lo que es justo y bueno, ex aequo et bono, es decir, en base a la conciencia;
dependerá de la concepción particular de lo que entienda el árbitro. Este tipo de arbitraje supone
observar dos elementos jurídicos: los usos del comercio y las estipulaciones del contrato. Para
que el arbitraje en equidad pueda llevarse a cabo hay que dar autorización expresa a que la
cuestión se decida de tal modo, de no ser así se entiende que es en derecho. Tiene sus ventajas,
ya que el árbitro que decida en equidad debe observar la costumbre y los usos comerciales y no
tiene un margen tan amplio como se podría creer. Sin embargo, tiene la desventaja de que su
previsiblidad no es tan absoluta.

c. Arbitraje técnico: Es muy parecido al peritaje decisorio, porque aquí los árbitros son verdaderos
jueces, pero no en base a parámetros jurídicos sino técnicos o fácticos, es decir, de hecho. Por
ejemplo, se le puede encomendar a un contador un arbitraje que tenga algo que ver con la
materia. Su jurisdicción en este caso se va a limitar a aquello que le han pedido decidir; en base a
esto es que se decide. Por ejemplo; determinar un faltante, lo que una persona debe a otra, etc.

ii. Arbitraje según su organización: Puede ser institucional o ad-hoc; será uno u otro dependiendo de
cómo y dónde se va a dirimir la disputa, las partes no eligen uno u otro modo.

a. Arbitraje institucional o administrado: El arbitraje institucional es aquel que se administra a través


de un centro o una institución. La ley dice que el arbitraje es institucional si se emplea un reglamento
institucional. La institución debe existir, pero no necesariamente debe ser autorizada por la ley. Es
decir, su posibilidad de ejecutar un arbitraje no depende de que la ley lo permita o no. Lo que define
si es institucional para el profesor es el papel que juegue el centro en el arbitraje. Se dice que para
que sea institucional tiene que regirse por un centro, pero no tiene del todo sentido porque cabe la
posibilidad de que se lleve a cabo un arbitraje ad-hoc, tomando como referencia el reglamento de un
centro. Por ejemplo, se puede disponer que se utilice el reglamento del UNCITRAL para un arbitraje
que vaya a ser llevado ante el CCI, por esto el arbitraje no dejaría de ser institucional; lo importante
en el arbitraje institucional no es tanto el reglamento sino el papel que juegue el centro en esto.

b. Centros de arbitraje: Hay autores que entienden que aquí no cabe la posibilidad de crear otro
centro de arbitraje que no sea el del Cámara de Comercio y Producción. Hay una tesis que aborda
este tema desde la perspectiva del derecho de la competencia, que proponía extender el privilegio que
tenía la Cámara de Comercio a otras instituciones que se pudieran crear.

c. CRC de las Cámaras de Comercio y Producción: Los Centros de Resolución Alternativa de


Controversias están adscritos a las Cámaras de Comercio y Producción; tienen una lista de árbitros a
elegir para dirimir la disputa y sus laudos son ejecutorios, por lo que no hay necesidad de
homologarlos. Tienen sus propios reglamentos, y las partes que celebren un arbitraje en un CRC
deberán respetar el mismo.

d. Arbitraje ad-hoc: El arbitraje ad-hoc es aquel que es autosugestionado por las partes, es decir, aquel
en que las partes son quienes trazan todas las pautas a seguir. Generalmente es menos costoso que el
institucional, en virtud de que el arbitraje tiene tarifas de administración impuestas por el centro. Se
suele satanizar el arbitraje ad-hoc por el hecho de que los laudos emanados aquí tengan que ser
homologados, sin embargo, hay que tomar en consideración que este tipo de arbitraje suele ser más
barato. Por otro lado, la doctrina señala que hay disputas que es mejor llevarlas por arbitraje ad-hoc,
como por ejemplo los asuntos relativos a la minería. El DR-CAFTA lo que dispone es un arbitraje ad-
hoc.

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iii. Arbitraje según su nacionalidad

a. Arbitraje nacional: Es aquel que se celebra en el territorio de la República Dominicana. Aquí se


emite un laudo nacional o doméstico.

b. Arbitraje internacional: Art. 1 - Un arbitraje es internacional si: a) Las partes al momento de la


celebración del acuerdo arbitral, tienen sus establecimientos en Estados diferentes; o b) Las partes
tienen su domicilio fuera de República Dominicana; o c) El lugar de ejecución o cumplimiento de
una parte sustancial de las obligaciones de la relación comercial es en un Estado distinto a aquél en
el cual tengan sus domicilios.

c. Criterios de internacionalidad: Hay otros criterios de internacionalidad que no están en la ley,


pero que son de gran repercusión nacional.


o Ejemplo de esto se da en Francia, donde la jurisprudencia ha establecido que el arbitraje que será
internacional cuando el arbitraje o la relación sujeta a arbitraje ponga en juego los intereses de
comercio internacional.

UNIDAD VII - EL PACTO ARBITRAL

i. Tipos de acuerdo: Compromiso Arbitral / Cláusula Arbitral: La diferencia en la cláusula y el


compromiso es que la primera se suscribe en el contrato, mientras que el compromiso es un contrato aparte
que se suscribe únicamente para someter el conflicto a arbitraje. Una es un artículo y el otro un documento
aparte.
- Compromiso: Antiguamente se entendía que las partes tenían la libertad de dejar establecido su
interés en someterse al arbitraje a modo de “promesa” o “compromiso”, esto conllevaba que para su
ejecución las partes debían suscribir un acuerdo posterior luego de la controversia, y es ese
documento posterior el que habilitaría de manera plena y definitiva la constitución de esta
institución.

- Cláusula Arbitral: El concepto de pacto arbitral de la Ley 489-08 marca la unificación del antiguo
criterio respecto de lo que constituía la “cláusula Arbitral”, esto es, lo que de ella se interpretaba al
amparo del viejo régimen que preveía el Código de Procedimiento Civil, junto al concepto de
acuerdo de arbitraje.

ii. Requisitos del pacto: Los requisitos del pacto arbitral son los mismos de cualquier contrato:
consentimiento, capacidad, objeto y causa. Aquí el consentimiento tiene suma importancia, y tiene
consecuencias tan graves que no puede existir duda alguna del mismo, razón por la que se exige que se dé
por escrito. Es una condición no para su validez, sino que simplemente el legislador ha establecido un
sistema de prueba escrito para este pacto. 


a. Consentimiento: Por razones de seguridad jurídica y de disponibilidad probatoria se exige que


el concierto de voluntades deba darse por escrito.

b. Requisito de escritura: Este requisito de escrituración admite varios bemoles, vemos que la
forma en la que este puede hacerse constar, no se distrae de la época en la que vivimos, admite la
posibilidad de que este se plasme en documento privado o bajo firma auténtica, carta, fax,
telegrama, correo electrónico y, en sentido general, cualquier medio de telecomunicación en el
que se deje constancia del acuerdo y cuyos soportes sean susceptibles para posterior consulta.

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c. Incorporación por referencia: El párrafo 3 del artículo 10, antes leído, establece lo siguiente:
“Se considera incorporado al acuerdo entre las partes el convenio arbitral que conste en un
documento al que éstas se hayan remitido en cualquiera de las formas establecidas en el apartado
anterior”.

d. Extensión del pacto a no signatarios.


e. Capacidad: La capacidad exigida para la suscripción de un convenio arbitral es la capacidad de
obrar. Ello excluye entonces a los menores, interdictos e incapaces.

f. Capacidad de los Estados y sus entidades: No existen restricciones para los Estados y sus
entidades.

g. Capacidad de las personas morales: Del mismo modo las personas morales no tienen
restricción.

iii. Requisito de escritura: En la actualidad la ley modelo habla de faxes, telegramas etc. Pero dice al final
que siempre que conste el pacto en un dispositivo o en una superficie verificable, lo que quiere decir que no
se limita a papel, por lo que puede constar en cualquier dispositivo electrónico, por ejemplo.

iv. Incorporación por referencia: Cuando el documento expresamente no tenga un pacto arbitral, pero se
aluda a un instrumento que si lo tiene, aquel pacto arbitral se incorporará al contrato en que no estaba el
pacto. El posible arbitraje se llevaría conforme a las reglas de la cláusula pactada en el contrato que al que se
ha hecho referencia. 

La referencia puede dirigirse a otro contrato entre las mismas partes, a un contrato de las mismas partes con
terceros, a otro documento. A cualquier documento que contenga un pacto arbitral. 

Por ejemplo, hay un contrato de promesa de venta de un apartamento que está en construcción que contiene
una cláusula arbitral. Se entrega el proyecto y se hace un contrato de venta, pero este no tiene una cláusula
arbitral; sin embargo, dice que todas las disposiciones del contrato de promesa de venta se considerarán
incorporadas al contrato de venta. Si una de las partes así lo quisiera, podría hacer uso de la cláusula arbitral
prevista en el contrato de promesa de venta, ya que se hizo referencia a las disposiciones generales de este, y
el mismo contenía una cláusula arbitral. 


v. Extensión del pacto a no signatarios: Es preciso aclarar en primer lugar que no es lo mismo un tercero
que un no signatario; el tercero es aquella persona que está completamente ajena al proceso que se está
llevando, sin embargo, el no signatario es alguien que no está cumpliendo el contrato pero que de alguna
forma se ve vinculado al mismo. Todavía – aunque la interpretación varía –, el requisito de escritura es una
especie de principio vigente en la mayoría de ordenamientos jurídicos arbitrales; es una constante en
cualquier jurisdicción. De aquí viene la pregunta de cómo se cumple la extensión del pacto a alguien que no
lo firmó con ese requisito de escritura, y si existiría un arbitraje válido respecto de una de las partes que
figura en el contrato. 


vi. Capacidad:

a. Capacidad de los Estados y sus entidades: La capacidad del Estado generalmente es irrestricta, ya no existe
actualmente la excusa de cuestiones de derecho interno que el Estado pueda alegar para desconocer el
arbitraje. Antes sucedía que por ejemplo la ley de contrataciones decía que para que un ayuntamiento
suscriba un contrato tenía que ir a una serie de sitios, y digamos que el ayuntamiento se saltaba uno de los
pasos, el Estado mientras le convenía lo ejecutaba así, pero luego si no le interesaba seguir cumpliendo
simplemente dejaba de hacerlo, y suponiendo que fuese demandado ante un tribunal arbitral se limitaba a
decir que no tenía validez el contrato porque se había saltado uno de los pasos. Lo que hace esta regla es que

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de entrada impide que el Estado alegue cualquier cuestión de derecho, lo único especial que hay en cuanto al
estado son unos procesos especiales de notificación.

b. Capacidad de las personas morales: En cuanto a las personas morales se da una situación similar, pues su
vinculación al pacto se va a determinar por el derecho societario.

vii. Efectos del pacto: El mismo efecto visto desde dos perspectivas: positivo que es K.K. y separabilidad y
el efecto negativo que se refleja en el deber de remisión y mínima intervención judicial. 


a. Efecto positivo: Constituye la obligación de las partes de someter sus discrepancias a arbitraje. Art. 1134
del Código Civil Dominicano: El acuerdo de arbitraje, legítimamente formado, tiene fuerza de ley entre las
partes. Es el principio que le da la facultad al tribunal arbitral de pronunciarse sobre su competencia. Hay
quienes dicen que este principio tiene dos efectos: respecto de los árbitros el efecto es positivo, porque tienen
la facultad de decidir sobre la competencia y los protege de los jueces ordinarios, pero cuando se mira desde
la óptica de los jueces ordinarios es negativo porque se les impide actuar respecto de la cláusula. El
legislador ha entendido que este principio es la piedra angular del arbitraje ya que de no ser así cualquiera de
las partes podría hacer dilatar el proceso demandando por ante la jurisdicción ordinaria.

b. Atribución de competencia a los árbitros. El Principio Kompetenz-Kompetenz: El Principio


Kompetenz-Kompetenz, el árbitro es plenamente capaz para evaluar su competencia; no requiere de ningún
tribunal para definir su competencia. Este principio tiene dos efectos: el efecto positivo (el árbitro puede
conocer de su propia competencia) y el efecto negativo (para que esto pueda funcionar, los tribunales
ordinarios tienen el deber de remitir a la jurisdicción arbitral aquellas cosas que entienden que tienen que ver
con arbitraje). Para muchos, el principio de kompetenz-kompetenz se deriva del principio de separabilidad.

c. Efecto negativo. Mínima intervención judicial y deber de remisión: El deber de remisión viene a ser lo
mismo que el efecto negativo. El juez no puede motu proprio enviar al arbitraje si nadie lo solicita. Las
partes deben solicitarlo, por lo que juez debe esperar que invoquen la excepción. El deber de remisión debe
ser invocado: hay que solicitar al juez ordinario que se desapodere. La ley nuestra tiene una aclaración que
hace entender que solo el demandado puede interponer la excepción de arbitraje/incompetencia. Solo el
demandado puede porque se entiende que si el demandante va a la justicia ordinaria estaría renunciando al
arbitraje, por lo que luego no puede prevalecerse de su propia falta; sin embargo, puede lucir cuestionable, ya
que el demandado simplemente no comparecería.

viii. Separabilidad o autonomía de la cláusula compromisoria: La cláusula se considera un contrato


independiente del contrato que la contienen, de suerte que lo que suceda con el contrato no necesariamente
debe aplicar al pacto arbitral como tal. Algunas leyes aclaran este aspecto, estableciendo que la nulidad del
contrato en general no afecta el pacto arbitral.

Caso del fiador: si debe estar involucrado en el proceso, ya que en última instancia este asumiría las
obligaciones del acreedor. Un contrato de arrendamiento que tiene una cláusula arbitral y se extinguió. al
inquilino no le han devuelto los depósitos, y el inquilino dice que hay que ir a arbitraje, pero el arrendatario
dice que vayan a la justicia ordinaria. En este caso el arbitraje sobrevive.

Ejemplo: un contrato se anula por X razón, si surgiesen daños y perjuicios el tribunal que debería conocer de
estos daños es el tribunal arbitral. Si el contrato marco es nulo, si no hubiere separabilidad la nulidad del
contrato marco afectaría la nulidad de la cláusula compromisaria

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• Al final se trata de quien corresponde evaluar a quien correspondería evaluar lo que surja del
contrato.

• La separabilidad protege aún más el K.K. 


UNIDAD VIII - LA CONSTITUCION DEL TRIBUNAL ARBITRAL

i. Número de árbitros: en siendo que sea impar podrá ser cualquier número. La única limitación que pone la
ley en cuanto al número de árbitros es la imparidad. En caso de que las partes no hayan dicho cuántos
árbitros son será solo uno.

Caso de que sea numero par: una solución pro-arbitraje sería ir al juez de apoyo para que este
designe el árbitro presidente que romperá la paridad. Pero hay quien alega que en este caso el pacto
como tal sería nulo porque contraviene una de las pocas disposiciones inderogables que establece la
ley de arbitraje, que es que el numero sea impar. Sería que, por ejemplo, en caso de que se disponga
que serán 8 árbitros, cada parte escogería 4 y que entonces el noveno sea designado por un juez. 


ii. Modo de designación de los árbitros:


a. Elección directa: las mismas partes nominan y designan sus árbitros 


b. Elección indirecta: las partes delegan la tarea en una persona ajena al pacto o en una institución. 


Hay algunos centros que adoptan un procedimiento aleatorio, que por un lado se entiende que es bueno
porque garantiza más imparcialidad, pero por otro lado transgrede el derecho fundamental del arbitraje a
nombrar los árbitros.

iii. Calificaciones de los árbitros.

iv. Deberes de los árbitros: Los árbitros tienen esencialmente dos deberes, que son la imparcialidad y la
independencia. Ambos empiezan a reflejarse desde la misma aceptación de la designación, ya que se les
exige a los árbitros revelar cualquier circunstancia que los haga sospechosos.

• Algunos de los laudos que se han anulado por una declaración incompleta.

• Todo lo que huela a sospecha hay que divulgarlo no solo por salvaguardar el derecho de defensa y 

debido proceso de una parte, sino por resguardar la integridad del proceso mismo.

v. El Acta de Misión: Es lo que se firma por cada una de las partes justo antes de iniciar el proceso. El acta
de misión es una especie de guía del proceso arbitral, se hace para luego evitar cuestionamientos al proceso.
En esta acta generalmente se incluyen los datos de las partes, pero también el objeto preciso de la disputa. En
la etapa inicial del procedimiento arbitral al tenor de lo planteado por la parte actora y demandada, se define
la materia de la controversia. En ciertos casos, conforme a lo pactado por las partes, por establecerlo en la
cláusula arbitral o sujetarse a reglas de arbitraje institucional, dicha controversia puede quedar definida a
través del acta de misión que consiste en un documento del tribunal arbitral que determina el marco general
sobre el que se desarrollará el procedimiento acorde con la materia controvertida.


- Se incluyen las reglas del procedimiento, si se celebrara audiencia o no, etc.


- Se incluye el idioma
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- La sede

- Se va estructurando y se va pactando el acuerdo de los árbitros ya constituido sobre aspectos puntuales 



del procedimiento. 


El Acta de Misión para este tipo procedimientos contendrá lo siguiente:

- Generales completas de las partes y de sus representantes, si lo hubiere y de los árbitros;


- elección de domicilio a los fines de efectuar válidamente todas las notificaciones o enviarse todas las
comunicaciones durante el proceso de arbitraje;

- exposición sumaria de las pretensiones de las partes;


- determinación de los asuntos litigiosos a resolver;
- sede del arbitraje; reglas de procedimiento aplicables; y las reglas de procedimiento y de fondo, de
conformidad con el Artículo 18 de este mismo reglamento a ser aplicada.

- Una vez aprobada y firmada la Acta de Misión por las partes y los árbitros, no se podrá formular nuevas
demandas o introducir pretensiones nuevas, principales o reconvenciones.

- El tribunal antes de la apertura del juicio puede proponerle a las partes, la conciliación o la mediación,
dependiendo de si las partes aceptan o no uno de estos procesos, el tribunal levantará el acta
correspondiente, la cual deberá ser depositada por ante la Secretaria General del Tribunal Arbitral de
Deportes.

- En caso de que las partes no acuerden someter a los procesos indicados anteriormente, el tribunal
procedería con la instrucción del proceso, pudiendo ordenar las medidas pertinentes para la solución de
la controversia, pudiendo celebrar audiencias.

- Una vez cerrados los debates, el tribunal dispone de un plazo no mayor de 15 días para emitir el
correspondiente laudo arbitral.

vi. Recusación de los árbitros / Causas / Procedimiento / Efectos:

Dependiendo si el arbitraje ad hoc o institucional se escoge el órgano para llevar a cabo la recusación.
Cuando el arbitraje es ad-hoc la recusación se somete al propio panel arbitral, pero si la recusación es
rechazada por el panel arbitral y el árbitro recusado no se inhibe, el interesado podría recurrir ante la Corte
de Apelación del lugar en que se celebra el arbitraje, en un plazo de 15 días contados a partir de que la causa
de recusación haya sido 

conocida. 

En el caso de que el arbitraje sea institucional, llevado a cabo ante un CRC, la recusación la decidiría el
bufete directivo, que es el máximo órgano de dirección del centro. La decisión del bufete directivo según el
reglamento es inapelable, pero hay jurisprudencia que ha establecido que el derecho a recurrir por ante un
tribunal ordinario es un derecho fundamental y por ende es irrenunciable.

- Si se dice que el árbitro debe ser ingeniero, y se escoge uno que no lo sea, el árbitro puede ser
recusado.

- Los árbitros no solo se recusan por independencia o imparcialidad.


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vii. Sustitución de los Arbitros - Diferencia con la Recusación: La misión de los árbitros podría verse
afectada por acontecimientos fortuitos que les impidan dar solución a la controversia en un tiempo prudente.
Al igual que la recusación, la sustitución persigue la remoción del árbitro, pero se diferencia de esta en su
fundamento y procedimiento, pues la sustitución supone que el árbitro no está en condiciones de juzgar
oportunamente mientras que la recusación supone que este no podrá hacerlo con total imparcialidad.

La recusación tiene vocación contenciosa, pues presupone una contradicción en cuanto a la independencia e
imparcialidad del árbitro, mientras el reemplazo, al apoyarse en hechos e imposibilidades concretas, requiere
el consentimiento unánime de las partes o la renuncia voluntaria del árbitro.

viii. Causas de sustitución: La ley dominicana solo se refiere a razones de hecho y derecho que impidan al
árbitro desempeñar sus funciones. Otras legislaciones hablan de la muerte, incompatibilidad legal,
incapacidad temporal mayor a 20 días. Entre otros motivos.

ix. Procedimiento de sustitución:

• Si han acudido al arbitraje administrado: aplicará el método contemplado en el reglamento


institucional de su elección.

• Si hacen silencio sobre este aspecto: la ley remite al procedimiento por el cual fue designado el
árbitro a ser relevado. o Quien haya designado al árbitro reemplazado, sea una de las partes o ambas
de común acuerdo, 

deberá nominar el sustituto.

o Una opción puede ser designar un panel de árbitros suplentes.

Aunque la ley no lo dice expresamente, se entiende que la inhabilitación de uno de los árbitros suspende el
proceso, el cual se reanudará luego de la sustitución. Quedaría a decisión del tribunal arbitral la repetición de
las actuaciones que se hubiesen agotado ante el árbitro sustituido.

Se supone que la sustitución debe llevarse a cabo de manera graciosa, pero en ocasiones puede provocar un
conflicto, esencialmente en cuanto a lo que las partes entiendan que es una imposibilidad o una incapacidad,
salvo que sea una cuestión muy clara como la muerte o un diagnóstico médico que certifique la perdida
irreversible de facultades físicas o mentales.

UNIDAD IX - SEDE, IDIOMA Y REGLAS PROCESALES DEL ARBITRAJE.

i. Importancia de la Sede: cuando se elige la sede se está eligiendo un ordenamiento jurídico preciso,
aunque las partes no acudan en ninguna ocasión al lugar de la sede la sede se mantiene invariable.

La sede es un elemento fundamental porque el vínculo con un ordenamiento jurídico determinado es lo que
va a permitir que los jueces le den un exequatur y también que los jueces tutelen o controlen el arbitraje, en
aras de preservar los principios inderogables.

Entre otras cosas:

• El lugar de la sede determina la ley aplicable a las cuestiones inderogables del procedimiento y a
algunos aspectos sustantivos, incluyendo la noción de orden público y la arbitrabilidad de la
controversia;

• Determina también la nacionalidad del laudo a los fines de su reconocimiento y ejecutoriedad al


amparo de la Convención de Nueva York;
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• Establece la competencia territorial del tribunal para el conocimiento de la acción en nulidad y para
algunos casos que se necesite el apoyo judicial, como el nombramiento o la sustitución de los
árbitros.

ii. Arbitraje Deslocalizado: Es aquel en que las partes no fijan una sede al arbitraje, para no vincularlo a
ningún ordenamiento jurídico. No es lo ideal ya que es enmarcarlo dentro de una legislación, pues si no tiene
sede nadie puede podrá regular o controlar un laudo emitido de este modo, nadie podrá ejercer el control en
caso de que así se amerite.

iii. Sede y Celebración de Audiencias: no necesariamente se requiere que se celebren audiencias en el lugar
de la sede; el que nunca se hayan llevado a cabo audiencias en la sede no afecta en modo alguno el proceso
de algún vicio.

- Determinación de la Sede: a quienes corresponde elegir la sede en primer lugar es a las partes; y a
falta de tal determinación, corresponderá a los árbitros si el arbitraje es ad-hoc, y si es institucional,
especialmente del CRC lo hará el Bufete Directivo.

iv. Idioma: en principio corresponde a las partes elegir el o los idiomas en que se celebrará el arbitraje; sin
embargo, en el caso de que estas no lo hagan corresponderá a los árbitros tomar tal decisión. Si es arbitraje
administrado, habrá que verificar el reglamento institucional aplicable.

- Actuaciones Celebradas en idioma distinto al del arbitraje: Los escritos, notificaciones, audiencias y demás
actuaciones deben llevarse a cabo en el idioma establecido, sin embargo, esto no significa que no se puedan
practicar medidas o admitir documentos en otros idiomas. Al no existir aquí la rigurosidad del proceso civil,
no se hace necesario traducir tales documentos si el árbitro entiende que no hay necesidad de ello, el árbitro
podrá admitirlos siempre y cuando se garantice el debido proceso y el derecho de defensa de la otra parte.

Sin embargo, tratándose de la ejecución del laudo por ante un tribunal dominicano, la parte
interesada se verá obligada a traducir el laudo, mediante el uso de un intérprete judicial. El caso es
distinto porque se trata de que el documento se hará valer en un tribunal.

v. Reglas Procesales - Distincion de la Lex Arbitri: Lo primero es que ambas regulan aspectos distintos.
Las leyes procesales se refieren a lo cotidiano, a lo corriente del proceso; básicamente regulan la mayor parte
del procedimiento y no abordan cuestiones como la ejecución del laudo, por ejemplo.

Por su parte, la lex arbitri regula dos cosas: lo no cubierto por la elección de las partes o por el reglamento
aplicable y los principios inderogables de la sede. Hay una parte de esta que no puede ser alterada o
modificada. Esta suple lo que la elección de las partes no haya contemplado, y fija ciertas pautas: por
ejemplo, el concepto de inarbitrabilidad, el régimen de impugnación y el régimen de reconocimiento del
laudo.

- OJO: la ejecutoriedad de los laudos en el caso de los laudos de la Cámara proviene de la ley, no de
su reglamento.

vi. Libertad de Elección de las partes en cuanto a las Reglas Procesales: Las reglas procesales
generalmente están a disposición de las partes, pueden incluso ser moldeadas después de elegidas.

vii. Reglamentos Institucionales, Reglamentos No Institucionales: Dentro de las reglas procesales hay
reglamentos institucionales y no institucionales: hay reglamentos elaborados por instituciones o
colaboradores que no administran arbitraje pero que título de guía elaboran estos reglamentos para arbitrajes
ad hoc especialmente. Uno de los reglamentos institucionales más conocidos es el del UNCITRAL:

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