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Pontificia Universidad Catolica del Peru

From the SelectedWorks of Jhoel Chipana Catalán

September, 2019

¿ES POSIBLE TENER UN ARBITRAJE CIEN


POR CIENTO TECH?
Jhoel Chipana Catalán, Pontificia Universidad Catolica del Peru

Available at: https://works.bepress.com/jhoel-chipanacatalan/81/


DERECHO
Y NUEVAS
TECNOLOGÍAS
EL IMPACTO DE UNA NUEVA ERA
DERECHOS RESERVADOS: DECRETO LEGISLATIVO 822
Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio,
total o parcialmente sin permiso expreso de la Editorial.

© Jhoel Chipana Catalán, 2019

© THĒMIS, 2019
Para su sello editorial Editorial Jurídica THĒMIS
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Pontificia Universidad Católica del Perú
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Editores Generales
Daniel Masnjak M., Nuria Vega F. y Jordi Sardá P.

Editores
Óscar Lozada M., Isabo Hospinal A., Melissa Flores M., Alvaro Luna Victoria S.,
Henrry López J., Johanna Mosqueira G., Juan Alberto Liu S. y Rodrigo Roman O.

Diseño de portada: Renato Valdizán C., miembro de la Comisión de Imagen Institucional.

Diagramación: Mario Popuche Ll.

El contenido publicado por THĒMIS es responsabilidad exclusiva de los autores.

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú: N° 2019-10864


ISBN: 978-612-48087-0-8
1era edición, agosto 2019
Tiraje: 500 ejemplares

Editado por THĒMIS


Comisión de Publicaciones

Impreso en:
Litho & Arte S.A.C.
Jr. Iquique 026-Breña
Agosto - 2019
¿Es posible tener un arbitraje
cien por ciento tech?
Jhoel Chipana Catalán*
Arbitration360°

Introducción
En las últimas décadas, el arbitraje ha ganado un espacio importante como mecanismo de
resolución de conflictos a nivel nacional e internacional. Este boom se debe a diversos facto-
res, tal como ha sido puesto de manifiesto por un importante documento elaborado por la
firma White & Case, con la participación de Queen Mary University y la School of International
Arbitration:1

Gráfico 1. What are the three most valuable characteristics of international arbitration?

Enforceability of awards 64%


Avoiding specific legal systems/national courts 60%
Flexibility 40%
Ability of parties to select arbitrators 39%
Confidentiality and privacy 36%
Neutrality 25%
Finality 16%
Speed 12%
Cost 3%
Other 2%
0 10 20 30 40 50 60 70
Percentage of respondents

Sin duda, las características citadas en este cuadro también son altamente apreciadas por
los usuarios de los arbitrajes domésticos, lo cual reafirma que este mecanismo de solución de
controversias tiene un desarrollo2 que va más allá de las fronteras locales y, de hecho, existe ya
una tendencia para uniformizar sus principales rasgos y procedimientos.

* Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, ha seguido estudios de posgrado en Derecho y Nuevas Tec-
nologías, y Arbitraje Nacional y de Inversiones, en la Universidad del Pacífico. Es Profesor de Arbitraje y Derecho Ci-
vil en la Universidad de San Martín de Porres; Abogado consultor especializado en Derecho Civil, Contrataciones con
el Estado, Derecho Comercial y Arbitraje; se desempeña como Árbitro y es miembro fundador de Arbitration360°.
Correo de contacto: j.chipana@pucp.pe
1 White & Case, Queen Mary University of London y School of International Arbitration. 2018 International Arbi-
tration Survey: The Evolution of International Arbitration. Se puede acceder al documento completo en http://www.
arbitration.qmul.ac.uk/media/arbitration/docs/2018-International-Arbitration-Survey---The-Evolution-of-Interna-
tional-Arbitration.PDF
2 Al respecto, también se puede revisar el “Reporte Anual 2018” de la Corte Permanente de Arbitraje ubicada en
La Haya. Se puede descargar dicho documento en el siguiente link: https://pca-cpa.org/wp-content/uploads/si-
tes/6/2019/03/PCA-annual-report-2018.pdf

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Derecho y Nuevas Tecnologías: el impacto de una nueva era

Esta realidad trae como consecuencia la necesidad de repensar muchos de sus aspectos, de
cara a la eficiencia que este mecanismo debe tener, pero esta discusión no solo se centra en el
arbitraje, sino también en la administración de justicia estatal.
Sin embargo, y dadas las características del arbitraje, han aumentado las discusiones que
se dan en torno a cómo lograr mayor eficiencia en el proceso y eficacia en cuanto a la ejecu-
tabilidad de los laudos. Esto es algo que viene ocurriendo a causa de una oleada de eventos
internacionales y locales, gracias a la vasta producción de artículos y libros especializados, y a
la existencia de diversas instituciones dedicadas al arbitraje.
En ese sentido, es cierto que hasta hace algunos años los procesos arbitrales seguían el
mismo modelo clásico y formal que rige los procesos ordinarios. Sin embargo, ello ha cam-
biado en distintos aspectos, entre los cuales el uso de la tecnología, para que el arbitraje sea
más eficiente y eficaz, ha sido uno de los más importantes. De esta forma, la discusión se ha
centrado en explorar los alcances del blockchain, los smart contracts, la inteligencia artificial
(IA), los procesadores de lenguaje (traductores), el machine learning, la ciberseguridad, el big
data, entre otros.
Este cambio obedece, fundamentalmente, al imparable avance tecnológico que ha abra-
zado y arrastrado en su proceso a todas las ciencias y ramas del conocimiento humano, algo a
lo que el Derecho no podía ser ajeno.
De esta forma, la tecnología que se ha desarrollado en las últimas décadas nos permite
repensar el modelo y la forma en cómo se desarrolla un arbitraje; así como plantear la posi-
bilidad de que existan procesos, en general, y arbitrajes, en particular, que encuentren en la
tecnología a un aliado que no sea secundario, sino principal.
Las posiciones que se han planteado en torno a esta idea son diversas. Hay quienes se
resisten al uso de la tecnología en los arbitrajes (por ejemplo, exigen que todas las audiencias
sean presenciales, que todos los documentos se impriman, que no se puedan adoptar decisio-
nes por videollamadas, etc.), pero también están los que proponen que sean los softwares los
que resuelvan la controversia a través del uso de algoritmos diseñados para decidir. Ante esta
realidad, ¿podríamos lograr un equilibrio o un punto razonable de balance? Nuestra posición
es que esto sí es posible.
Teniendo en cuenta ello, en este trabajo, voy a exponer algunas ideas que reflejan cómo la
tecnología puede ser de gran utilidad en un arbitraje y, sin temor a equivocarme, hoy puedo
afirmar que la forma tradicional que se tiene, para llevar a cabo una serie de tareas y actuaciones
arbitrales, va a sufrir un cambio radical, lo cual de hecho ya está pasando. Asimismo, expondré
una posición en torno a la idea de si los árbitros o los abogados son prescindibles, y si estos
podrían ser reemplazados por robots que, a través de un software, puedan defender posiciones
y resolver casos.
Hago la salvedad de que someto a consideración del lector estas ideas y opiniones para que
puedan ser aplicadas solo a los procesos arbitrales, en vista de que se trata de un mecanismo
de solución de controversias entre privados, razón por la cual serán las propias partes las que
puedan elegir, de manera libre y con limitaciones muy específicas, cómo es que quieren llevar
adelante su proceso. Téngase en cuenta que el arbitraje es de las partes, no de los árbitros ni del
Estado, y es en ese plano que se deben entender todas las ideas que aquí planteo.
Asimismo, debo precisar que la presente propuesta sería de difícil aplicación a los procesos
ordinarios, pues ellos se rigen por normas procesales de evidente carácter formal y público, y
que, en muchos casos, tienen que ser observadas de manera rigurosa. De esta forma, para que

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¿Es posible tener un arbitraje cien por ciento tech?

la tecnología se engarce con el proceso ordinario, deberíamos tener políticas públicas claras,
normas eficientes y un cambio en aquellos aspectos culturales relacionados con el proceso.
Como el lector entenderá, esa es una discusión diferente, aunque estoy seguro de que muchos
problemas se solucionarían si la tecnología se aplicase a los procesos judiciales ordinarios.
Ahora bien, este ensayo tiene como finalidad responder a la interrogante de si es posible
tener un arbitraje que sea cien por ciento tecnológico; es decir, que, para su desarrollo, se recu-
rra exclusivamente a las herramientas que la tecnología ofrece y en donde la participación del
ser humano sea mínima o, tal vez, nula.
Para estos efectos, vamos a separar el análisis en las diversas etapas y aspectos por las que
todo usuario del arbitraje debe pasar, a efectos de comprobar si las actuaciones arbitrales pue-
den llevarse a cabo usando la tecnología que hoy existe. Estas etapas las agruparemos en tres:
antes, durante y después del proceso arbitral. Finalmente, realizaremos algunas reflexiones
sobre el futuro del proceso arbitral, el derecho y la tecnología.

I. Antes del arbitraje


Muchos han sido los trabajos que han tenido como objeto interrogar a los usuarios del arbi-
traje sobre las distintas bondades que dicho mecanismo posee, pero también sobre los retos y
problemas que en la práctica se presentan. Estas investigaciones son de mucha utilidad, pues
recogen data real del sentir de los encuestados.
Por ejemplo, el Silicon Valley Arbitration & Mediation Center (SVAMC) hizo una
encuesta a abogados y usuarios del sector de la tecnología. Según el estudio, los principales
problemas que tienen que afrontar las empresas de tecnología cuando tienen un litigio son
los siguientes: el costo, el tiempo en la resolución del problema y la existencia de jueces sin
experiencia en la materia, quienes serán los que tomen las decisiones. Estos problemas se
presentan en el ámbito de los procesos ordinarios, razón por la cual el arbitraje se revela
como una verdadera necesidad para evitarlos.
Ante esta realidad, Benton ha señalado lo siguiente:
“(...) es poco probable que los problemas asociados con los litigios tecnológicos se resuelvan
de manera significativa en el corto plazo. Eso deja al arbitraje como el mecanismo más
viable para la resolución en cuanto al fondo. Las opiniones del sector de la tecnología de los
EE.UU. con respecto al arbitraje internacional están evolucionando, y podemos esperar un
cambio adicional a medida que las empresas en aumento en las regiones en desarrollo re-
chacen los tribunales de EE.UU. El resultado probable es que las compañías de tecnología,
y sin duda las compañías en otros sectores en evolución, recurrirán cada vez más al arbitraje
para la resolución de disputas”3.
De este modo, aquello que ocurre con el ámbito tecnológico se repite en todos los sectores.
Los problemas están plenamente identificados en los litigios ordinarios y son transversales a los
conflictos que todos tienen; fundamentalmente, esos problemas residen en el costo, el tiempo
y la necesidad de que quienes juzgan tengan un conocimiento especializado.

3 Benton, Gary L. “Technology Dispute Resolution Survey Highlights US and International Arbitration Perceptions,
Misperceptions and Opportunities”. En Kluwer Arbitration Blog. Publicado el 28 de octubre de 2017. En http://ar-
bitrationblog.kluwerarbitration.com/2017/10/28/technology-dispute-resolution-survey-highlights-us-international-
arbitration-perceptions-misperceptions-opportunities/

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Derecho y Nuevas Tecnologías: el impacto de una nueva era

En ese sentido, esta etapa del arbitraje se presenta como una verdadera alternativa de solu-
ción, ya que es una posibilidad distinta a la que se tiene de entrar a un proceso ordinario.
Asimismo, si solamente el arbitraje sería ya de gran utilidad, esa mejora se puede maximizar
con el uso de la tecnología, gracias a la cual se podría simplificar todo aquello que las partes
deben prever antes de que inicie el arbitraje. En los siguientes acápites desarrollaré algunas
ideas sobre ello.
A. El arbitraje y los smart contracts4
En las últimas décadas, la contratación privada ha sufrido profundos cambios en su manera de
operar y ser entendida. Hoy en día, un porcentaje importante de la contratación se produce a
través del internet; es decir, con solo un clic ya existe un contrato con todos sus elementos y
emergen de él una serie de prestaciones que deben ser ejecutadas por las partes.
Debe señalarse, de manera general, que las normas jurídicas sobre contratación han resis-
tido a los diversos tipos de negocio que la tecnología ha ido perfilando; piénsese, por ejemplo,
en las normas modificadas del Código Civil peruano sobre la manifestación de voluntad por
medios electrónicos.
Sin embargo, cabe preguntarse si esa resistencia es sostenible en el tiempo, o es que nece-
sitaremos de un nuevo Código de contratación electrónico. La pregunta es válida si se tiene
en cuenta una serie de factores, como la contratación digital con empresas que están fuera del
país, la validez de los contratos celebrados por menores de edad usando tarjetas de crédito de
sus representantes, el régimen de la capacidad de las personas que contratan entre sí y que se
encuentran en países distintos, las reglas aplicables a la ejecución de prestaciones en compra-
ventas digitales, etc.
Nótese que este fenómeno trae mayores complicaciones y parece ser que nada lo va a dete-
ner. Un claro ejemplo de este vertiginoso cambio en la contratación se puede apreciar en las
plataformas de compras por internet, pues la impresionante cantidad de productos y servicios
que ofrecen facilita el comercio y la contratación electrónica.
Así, dentro de toda la gama de posibilidades de contratación digital que ha surgido en las
últimas décadas, han aparecido los denominados smart contracts. Ese concepto “(...) fue intro-
ducido por Nick Szabo en 1996 (…), pero no fue sino hasta el 2009 cuando la tecnología se
desarrolló más, y el bitcoin y el blockchain emergieron, dando lugar a que los smart-contracts
se desarrollen”.5
Para tener una mejor comprensión de este fenómeno, debe tomarse en cuenta que estos
contratos tienen un fundamento particular, tal como se explica a continuación:
“[Estos contratos se basan] (...) en un programa informático que facilita, asegura, hace
cumplir y ejecuta acuerdos registrados entre dos o más partes. La singularidad de los smart-
contracts es que es un acuerdo que tiene como condición la de ser capaz de ejecutarse y ha-
cerse cumplir por sí mismo. El smart contract viene a ser un programa que vive en un sistema
no controlado por ninguna de las partes, y que funciona con la lógica if-then (‘si-entonces’)
de cualquier otro programa de ordenador, con la diferencia de que se realiza de una manera

4 La traducción al español de esta figura, y que es utilizada de manera usual, es la de “contratos inteligentes”. Sin em-
bargo, en este trabajo voy a utilizar la denominación en su idioma original.
5 Cfr. Utamchandani Tulsidas, Tanash. Smart contracts from a legal perspective. Tesis para optar el grado en Derecho en la
Universidad de Alicante. Alicante: 2018, p. 13. En https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/78007/1/Smart_Con-
tracts_from_a_Legal_Perspective_Utamchandani_Tulsidas_Tanash.pdf

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¿Es posible tener un arbitraje cien por ciento tech?

que interactúa con activos reales. Cuando se activa una condición preprogramada, no su-
jeta a ningún tipo de valoración humana, el smart-contract ejecuta la cláusula contractual
correspondiente”.6
Un ejemplo de smart contract se aprecia en el caso de la celebración de un contrato de
producción y suministro de bienes, en el que la ejecución de cada uno de los eslabones de la
cadena de producción y entrega del bien se encuentre automatizado, de tal forma que, con-
forme se realiza el pago de cada prestación, se produce el pago automático de la contrapres-
tación. Todo esto, necesariamente, debe tener un soporte informático que esté programado
para actuar bajo la lógica del “si-entonces” (if-then), como, por ejemplo, “si” los bienes ya se
entregaron al acreedor, “entonces” el sistema ejecuta automáticamente el pago de la armada
correspondiente, a través de una transferencia interbancaria.
Se debe tener en cuenta que “(...) a diferencia de los contratos regulares, los smart contracts
no se escriben en idiomas naturales como el inglés o el francés, sino que están completamente
en código. Otro punto de diferencia es que, como un programa, los smart contracts ejecutan
automáticamente o hacen cumplir las obligaciones. Por ejemplo, en un contrato simple para
vender un artículo, el smart contract podría codificarse de tal manera que una vez que se reciba
el pago, transfiera automáticamente la propiedad del artículo al comprador”.7
En ese sentido, “(...) los smart contracts se encuentran en un amplio espectro que va
desde los contratos de máquinas expendedoras hasta los smart-contracts ejecutados en cadenas
de bloques (o blockchain). Un ejemplo reciente de smart-contract totalmente ejecutado por
blockchain8 es el de una póliza de seguro contra inundaciones, vinculado a los datos de preci-
pitación de la Meteorological Office. Una vez que los datos de la Meteorological Office ingresan
a la cadena de bloques en los rangos preestablecidos, la póliza se activa automáticamente y se
pagan los seguros”.9
Como se aprecia, el sinnúmero de situaciones que este método de contratación va alcan-
zando es cada vez mayor. Hoy en día, vemos muchos ejemplos de smart contracts, desde la
compra de una gaseosa en un aparato expendedor de bebidas, pasando por el pago del parqueo
en un centro comercial ante una máquina, e incluso el débito automático de una tarjeta de
crédito para realizar el pago de servicios domésticos.
Sin embargo, ante este fenómeno, surge otra interrogante relacionada a cuál debe ser el
nivel de conocimiento sobre programación que debería tener un abogado y, en sentido inverso,
qué conocimientos debe tener un programador sobre el derecho. Asimismo, nos preguntamos
si podría decirse que todo abogado debería conocer, en un futuro no muy lejano, de algún
lenguaje de programación. Finalmente, cuál de estas dos profesiones dependerá más de la otra.
Estos son cuestionamientos que emergen en vista de los constantes avances tecnológicos que se
están produciendo y que son, sin duda, incontrolables.

6 Cfr. Muñoz Pérez, Ana Felícitas. “Criptomonedas, el dinero mágico. Aspectos jurídicos”. En Revista de Derecho del
Mercado de Valores, n.º 21, La Ley, 2017, pp. 1 y ss.
7 Yeoh, Derric. “Is Online Dispute Resolution The Future of Alternative Dispute Resolution?”. En Kluwer Arbitration
Blog. Publicado el 29 de marzo de 2018. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/03/29/online-dispu-
te-resolution-future-alternative-dispute-resolution/
8 En el siguiente acápite explicaré qué es el blockchain.
9 Nour Shehata, Ibrahim Mohamed. “Arbitration of Smart Contracts Part 1 – Introduction to Smart Contracts”.
En Kluwer Arbitration Blog. Publicado el 23 de agosto de 2018. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.
com/2018/08/23/arbitration-smart-contracts-part-1/

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Derecho y Nuevas Tecnologías: el impacto de una nueva era

De hecho, se puede afirmar que el grado de coordinación que debe existir entre ambos
profesionales es necesario, pues los programadores necesitan del conocimiento jurídico para
delinear y programar smart contracts que no vulneren la ley, pero los abogados también necesi-
tan que alguien codifique, en un lenguaje de programación, cómo es que se suscribirán y ejecu-
tarán esos contratos. Sin duda, dicho análisis merece su propio espacio en un trabajo distinto.
Dicho ello debemos preguntarnos, ¿qué tienen que ver los smart contracts con el arbitraje?
Como sabemos, la existencia de un contrato trae consigo el potencial surgimiento de una
controversia. En ese entender, es claro que los smart contracts no son ajenos a esa posibilidad,
razón por la cual se tendrá que prever en ellos qué método de solución de controversias van a
pactar las partes. Ante este hecho se tienen, principalmente, dos opciones: entrar a un proceso
judicial ordinario, o pactar un arbitraje y sustraernos del fuero judicial.10
Si seguimos el camino del arbitraje, las interrogantes que surgen, en cuanto al fondo de la
controversia, podrían versar sobre una serie de cuestiones, entre las que destacan las siguientes:
¿puede existir un arbitraje que se ejecute de manera automática? ¿cómo analizaría un software
conceptos como el de la buena fe, el caso fortuito o fuerza mayor, la debida diligencia, el dolo
o la culpa, entre otros? ¿qué ley se aplica al fondo de la controversia? y, finalmente, ¿se requiere
de un marco normativo específico para este tipo de procesos digitales?
Por otra parte, surgen otras interrogantes que tienen que ver mucho más con el proceso
arbitral en sí, tales como ¿quién debe notificar y quién debe ser notificado sobre el inicio del
arbitraje? ¿el incumplimiento implica que el arbitraje se active de manera automática, o es que
una parte debe comunicar y solicitar su inicio a la otra? ¿cómo debe leerse y entenderse ese
código alfanumérico que representa el convenio arbitral en el smart contract? ¿cómo se elige la
jurisdicción?
Como se aprecia, diversas son las interrogantes que surgen, pero me queda claro que la
existencia de un smart contract es una gran oportunidad para que el arbitraje se siga utilizando
como mecanismo de solución de controversias; no hay razón para pensar algo distinto. En esa
línea, se puede afirmar que las ventajas de entrar a un arbitraje en el marco de un smart contract
son visibles, máxime si se tiene en cuenta la flexibilidad del proceso, la confidencialidad, la
posibilidad de aplicar de manera directa la Convención de Nueva York (si es que ésta se pacta),
el nivel de especialidad técnica que pueden tener los árbitros, (para lo cual sería necesario con-
tar un tribunal que incluya un especialista en programación), entre otros beneficios.
En este escenario, cabe indicar que la etapa previa al arbitraje, que se presenta en el marco
de un smart contract, merece un cuidadoso análisis, pues, si bien este tipo de contratos funciona
bajo el esquema lógico de “si-entonces”, resulta claro que la programación siempre será perfec-
tible. Ello es así en tanto nos encontraremos con situaciones que no han sido previstas por los
programadores, con lo que estaríamos ante verdaderos vacíos que, en el sistema del civil law,
tendrán que ser cubiertos por las normas supletorias contenidas en los códigos o leyes aplica-
bles al caso. Este problema ofrecerá un desafío distinto en el sistema del common law, puesto
que allí esa supletoriedad normativa tiene otros alcances.
De esta forma, hoy es posible que los smart contracts contengan convenios arbitrales para
resolver las controversias que se generen en la ejecución de las prestaciones. Como ya se dijo, lo

10 No considero los otros mecanismos de solución de controversias como la conciliación o la mediación, debido a que
este trabajo tiene como presupuesto la existencia de un conflicto que debe ser resuelto por un tercero a través de una
decisión vinculante.

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¿Es posible tener un arbitraje cien por ciento tech?

positivo de ello es que estaríamos ante convenios que, al igual que las prestaciones mismas, se
podrían activar de manera automática, pero para que ello ocurra se debería diseñar un meca-
nismo que prevea todas las etapas previas a la instalación del tribunal arbitral. Naturalmente,
este diseño debería obedecer a las necesidades de las partes del contrato, aunque también podría
pensarse en la idea de tener un procedimiento estándar de activación del convenio arbitral.
Creo que las ventajas de que se incluya un convenio arbitral en un smart contract son evi-
dentemente mayores que las que podría otorgar el ir a un proceso judicial. Es evidente que, al
existir prestaciones que se deben ejecutar, el arbitraje podría servir para solucionar los poten-
ciales conflictos que surjan de esas (in)ejecuciones.
B. El convenio arbitral, las reglas del proceso y el blockchain
La mayoría de leyes, convenios internacionales y reglamentos existentes que regulan la materia,
señalan que las partes deben prestar su consentimiento de manera expresa y por escrito para ir
a un arbitraje. Si ello no ocurre, las normas procesales se aplicarán por default a la controversia
que surja, de modo que el proceso por el cual las partes resolverán sus controversias será aquel
que administra Estado a través de los procesos judiciales ordinarios.
Siendo ello así, debe tenerse en cuenta que la suscripción del convenio arbitral será impres-
cindible para poder iniciar un proceso arbitral, a no ser que nos encontremos en el supuesto
de la aplicación de la figura de la extensión del convenio arbitral a partes no signatarias u otra
forma de ser parte del arbitraje sin que exista convenio. Este sería el caso del intercambio de
escritos entre las partes, en el marco de un arbitraje ya iniciado, sin que ninguna de ellas cues-
tione la competencia de los árbitros.
En esa línea, en los últimos años, ha ido cobrando importancia la tecnología del blockchain
(cadena de bloques), la misma que hoy ya se aplica a un sinnúmero de situaciones que incluyen
al arbitraje y otras ramas del Derecho.
El blockchain es “(...) una base de datos compartida llena de entradas que deben confir-
marse y cifrarse. El nombre blockchain proviene de los ‘bloques’ que se agregan a la ‘cadena’ de
los registros de transacciones. El beneficio de esta tecnología es su fácil adaptación para dife-
rentes propósitos”.11 De esta forma, “(...) aunque originalmente fue diseñado para las cripto-
monedas, hay muchos usos potenciales para esta tecnología. La base de datos de blockchain no
se almacena en una sola ubicación, sino que se distribuye muchas veces en una red de millones
de computadoras simultáneamente. El libro mayor de blockchain que contiene la información
ha sido promocionado como incorruptible, ya que para alterar cualquier información, el pirata
informático deberá tener la capacidad de procesamiento para dominar la red de millones de
computadoras” 12.

11 Jevremović, Nevena. “2018 In Review: Blockchain Technology and Arbitration”. En Kluwer Arbitration Blog. Publi-
cado el 27 de enero de 2019. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2019/01/27/2018-in-review-block-
chain-technology-and-arbitration/
El mismo autor ha señalado que blockchain tiene mayor utilidad en el campo de los smart contracts, pues “los benefi-
cios de usar la tecnología blockchain para autenticar y validar contratos inteligentes valen la transición tecnológica que
la realidad tendrá que acomodar”.
12 Yeoh, Derric. “Is Online Dispute Resolution The Future of Alternative Dispute Resolution?”. En Kluwer Arbitration
Blog. Publicado el 29 de marzo de 2018. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/03/29/online-dispu-
te-resolution-future-alternative-dispute-resolution/

419
Derecho y Nuevas Tecnologías: el impacto de una nueva era

En ese sentido, el “blockchain, como herramienta independiente, puede descentrali-


zar y, por lo tanto, optimizar los procesos existentes en la gestión de los procedimientos de
arbitraje”.13 Así, el blockchain se puede utilizar para otorgar al convenio arbitral, que va a
originar el arbitraje, total inmutabilidad y un acceso directo al contenido original de dicho
convenio desde cualquier nodo.
Para explicar esta idea, se debe entender que la información que se encuentra registrada
en las cadenas de bloques es inmutable. Esta es la principal fortaleza de blockchain, pues su
utilidad reside en que nadie puede modificar lo que ya está registrado en él y, al existir tantos
nodos que poseen y comparten esa información, es prácticamente imposible cambiar algún
registro sin tener que vulnerar la seguridad de todos los demás nodos. En esta misma línea, se
ha señalado lo siguiente:
“(...) una cadena de bloques es un libro de contabilidad descentralizado para registrar datos
digitales de forma verificada y sin necesidad de un tercero de confianza. La tecnología de
blockchain (...) proporciona más seguridad, trazabilidad y transparencia de los registros,
así como menores costos operativos. En este sentido, las cadenas de bloque públicas están
protegidas de las amenazas de seguridad porque mantienen la información en múltiples
nodos donde más del 51% de los nodos tendrían que estar comprometidos antes de que se
produzca una violación de la seguridad”.14
Ahora bien, si queremos recurrir al uso del blockchain, una cláusula arbitral tendría que
convertirse en una cláusula de arbitraje inteligente; es decir, debería estar traducida en un
código y almacenada en la cadena de bloques. Si ello ocurre, la primera interrogante sería si esa
cláusula cumple con los requisitos legales que las normas exigen para ser un convenio arbitral
válido. A título de ejemplo, piénsese en la formalidad regulada por el artículo 13 de la Ley de
Arbitraje peruana, o en el artículo II de la Convención de Nueva York.15 Este análisis tendría
que ser el primero en realizarse y, dada la manera en que se encuentran concebidas y redactadas
las normas, es debatible que esta posibilidad se valide en un plano legal.
Ante este hecho, hay quien ha señalado, con justa razón, que “(...) ahora que la Comisión
de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI) ha respaldado
el uso de las comunicaciones electrónicas, las partes podrían utilizar un formato de cadena de
bloques en lugar de otros proveedores de servicios electrónicos”.16

13 Como referencia, cabe anotar que en el “2017, Arizona aprobó la Ley de Transacciones Electrónicas de Arizona
(AETA), modificada por la HB 2417, que define la tecnología de cadena de bloques como un ‘libro mayor distribui-
do, descentralizado, compartido y replicado, que puede ser público o privado, con permiso o sin permiso, o impulsado
por Crypto tokenized economics o token les, e indica que los datos del libro mayor están protegidos con criptografía, son
inmutables y auditables y proporcionan una verdad sin censura”. En NOUR SHEHATA, Ibrahim Mohamed. “Arbi-
tration of Smart Contracts Part 1 – Introduction to Smart Contracts”. En Kluwer Arbitration Blog. Publicado el 23 de
agosto de 2018. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/08/23/arbitration-smart-contracts-part-1/
14 Nour Shehata, Ibrahim Mohamed. “Arbitration of Smart Contracts Part 1 – Introduction to Smart Contracts”.
En Kluwer Arbitration Blog. Publicado el 23 de agosto de 2018. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.
com/2018/08/23/arbitration-smart-contracts-part-1/
15 Jevremović, Nevena. “2018 In Review: Blockchain Technology and Arbitration”. En Kluwer Arbitration Blog. Publi-
cado el 27 de enero de 2019. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2019/01/27/2018-in-review-block-
chain-technology-and-arbitration/
16 Paulsson, Marike R. P. “The Blockchain ADR: Bringing International Arbitration to the New Age”. En Kluwer
Arbitration Blog. Publicado el 9 de octubre de 2018. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/10/09/
blockchain-adr-bringing-international-arbitration-new-age/

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¿Es posible tener un arbitraje cien por ciento tech?

Es decir, dicha Comisión ya abrió la posibilidad de que los medios electrónicos puedan
utilizarse, con lo que de manera clara ha tomado posición favorable en torno al uso de las
tecnologías. Sin embargo, reconocemos que esta interpretación y lectura puede ser rebatida
si se tiene una lectura literal y formal, de hecho, poco flexible, de lo que debe entenderse por
formalidad escrita del convenio arbitral.
Sin perjuicio de ello, queda claro que utilizar el blockchain para registrar un convenio
arbitral será útil principalmente en dos sentidos: (i) para lograr la inmutabilidad total del
contenido del convenio arbitral; y (ii) para probar que dicho convenio existe, pues se va a
preservar en la cadena de bloques. Con todo, es importante diferenciar los requisitos legales
de validez del acuerdo arbitral de su almacenamiento en la tecnología blockchain, pues puede
que dicho convenio exista, esté almacenado en la cadena de bloques y sea inmodificable,
pero también podría ocurrir que no cumpla con los requisitos de validez que determinada
ley exige.
Ante este problema, lo primero que tendría que ocurrir es que se modifiquen las normas
en torno a la formalidad del convenio arbitral aceptando de manera expresa que las tecnologías
pueden validar la existencia de dichos convenios, y que luego de este cambio normativo empe-
cemos a tener convenios arbitrales inteligentes almacenados en dicha cadena de bloques. De lo
contrario, ese convenio podría no surtir efectos, pues se argumentaría que no cumple con los
requisitos que exige la ley.
En esa misma línea que hace complicado validar convenios arbitrales almacenados en block-
chain, también existen otros problemas que vale la pena tener en cuenta. Derric Yeoh17
sistematiza algunos de esta manera:
a) Primero, algunas legislaciones nacionales pueden no reconocerlo porque no cumple con
los requisitos de formalidad. También puede haber discrepancias al traducir contratos
complejos en códigos de contratos inteligentes.
b) En segundo lugar, no está claro si el contrato inteligente que contiene la cláusula arbitral,
la cual está inserta en el código, cumplirá con el requisito establecido en el artículo 2,
párrafo 2, de la Convención de Nueva York, que requiere que la cláusula arbitral esté por
escrito. Sin embargo, este problema puede resolverse interpretando el artículo 2, párrafo 2,
de acuerdo con la doctrina de equivalencia funcional como se establece en el párrafo 16 de
la Ley Modelo de la CNUDMI sobre Comercio Electrónico de 1996. Esta interpretación
está respaldada por la segunda parte de la Convención de Nueva York, que contiene la
recomendación de la CNUDMI de interpretar el requisito de “por escrito” de manera no
exhaustiva. Los contratos inteligentes también pueden vincularse a un acuerdo escrito que
establece la sede del arbitraje, la ley aplicable y las reglas de arbitraje, lo que garantizaría el
cumplimiento del requisito “por escrito”. Esto también eliminaría cualquier incertidumbre
sobre la elección de la ley o el lex arbitri en el arbitraje de cadena de bloques.
c) Un problema específico de los arbitrajes soportados por cadena de bloques de tipo Kleros18
es que sólo permite que sus “jurados” tomen una decisión basada en la evidencia de la tran-
sacción en la cadena de bloques, con lo cual no sería posible escuchar ningún argumento de

17 Yeoh, Derric. “Is Online Dispute Resolution The Future of Alternative Dispute Resolution?”. En Kluwer Arbitration
Blog. Publicado el 29 de marzo de 2018. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/03/29/online-dispu-
te-resolution-future-alternative-dispute-resolution/
18 Para mayor información sobre esta plataforma virtual de solución de controversias, se puede visitar https://kleros.io/

421
Derecho y Nuevas Tecnologías: el impacto de una nueva era

las partes en disputa. Ante ello, el reconocimiento y ejecución del laudo arbitral resultante
puede ser denegado conforme al artículo V (1) (b) de la Convención de Nueva York19 por
no dar a la parte la oportunidad de presentar su caso.
Teniendo en cuenta lo indicado, es claro que las bondades de blockchain van a ser de gran
ayuda para probar la existencia fidedigna de un convenio arbitral. Sin embargo, como ya se
indicó, el problema radicará en que el sistema legal logre permitir que esta realidad sea válida.
Otro aspecto, que resultaría de gran utilidad para el arbitraje, está en la posibilidad de que
los centros de arbitraje creen un programa (software) que permita a las partes prestar su con-
sentimiento para ir a un arbitraje administrado por esa institución, y que para ello solo deban
llenar un simple formulario en línea. Ello importaría el sometimiento de esas partes a dicho
fuero y a las reglas de la institución arbitral. Se trataría, en suma, de un cuestionario muy sen-
cillo que funcione sobre la base de modelos que, una vez explicados de manera breve y clara,
sean capaces de otorgar a las partes una idea general del tipo de arbitraje al que ingresarían de
presentarse un conflicto de intereses.
En este punto, el blockchain también podría ser de gran ayuda, pues su mecánica permiti-
ría almacenar y probar la validez de las reglas que las partes han elegido, de forma tal que no
podrían sustraerse de ellas ni tener que afrontar el riesgo de que algún aspecto de lo acordado
se pueda modificar.
C. La elección de los árbitros
Otro tema, que causa gran preocupación por su importancia, es el referido a la elección de los
árbitros que resolverán la controversia. Sobre el particular, diversos han sido los elementos a
tener en cuenta para estos efectos, entre ellos el deslinde de un posible conflicto de intereses
que podrían acarrear que el árbitro elegido sea recusado y apartado del tribunal. De manera
similar, se deben considerar aspectos como la independencia e imparcialidad, la experiencia, el
conocimiento de la materia en disputa, la celeridad con la que actúa, la orientación en relación
al sistema jurídico que maneja (civil law o common law), entre otros.
En ese sentido, de manera tradicional, cada parte elige a su árbitro de forma directa; sin
embargo, ocurre que este proceso toma algunos días e incluso semanas, pues se deben verificar
diversos aspectos antes de que estemos frente a un tribunal arbitral debidamente constituido.
Ello es así porque son varios los factores que se tienen que analizar para proceder con la desig-
nación; uno de ellos reside en la reputación que dicha persona posea, y es que en el ámbito del
arbitraje la reputación es el mayor activo que un árbitro posee.
Al ser un círculo relativamente pequeño, todos conocen a todos y, aunque en los últimos
años esto ha ido cambiando y se han abierto más los espacios para que sean más las personas
que arbitran, las cualidades personales siempre van a tener un lugar determinante como ele-
mento a tomar en cuenta para la designación de una persona como árbitro.

19 Dicho precepto establece lo siguiente:


“Artículo V
1. Sólo se podrá denegar el reconocimiento y la ejecución de la sentencia, a instancia de la parte contra la cual es
invocada, si esta parte prueba ante la autoridad competente del país en que se pide el reconocimiento y la ejecución:
(…)
b) Que la parte contra la cual se invoca la sentencia arbitral no ha sido debidamente notificada de la designación del
árbitro o del procedimiento de arbitraje o no ha podido, por cualquier otra razón, hacer valer sus medios de defensa;
o (…)”.

422
¿Es posible tener un arbitraje cien por ciento tech?

Ante esta realidad, Duarte ha señalado algunas ideas muy interesantes que me permito
resumir y comentar a continuación. El citado autor ha señalado que “(...) tal vez no sea con-
cebible crear un sistema de reputación completamente descentralizado para los árbitros. Sin
embargo, incluso utilizando parcialmente la tecnología blockchain, las partes podrían propor-
cionar información inmutable, pública y contextual sobre los árbitros. Además, como la repu-
tación existe en un libro mayor distribuido, se puede seguir al árbitro de un lugar a otro”20.
Esta es una gran idea, ya que, gracias a la tecnología, en un futuro no muy lejano, podrá
existir una base de datos accesible para cualquier persona, en donde se consigne información
sobre aquellos que se desempeñen como árbitros. Ello, naturalmente, deberá estar avalado por
un sistema que logre codificar información verídica sobre una serie de factores y cualidades
sobre esas personas, y si el blockchain sigue funcionando como hasta hoy lo hace, me queda
claro que será utilizado por los beneficios de su principal característica: impedir que la infor-
mación allí almacenada sea mutable.
Por otro lado, para Duarte, la valía de esta base de datos reside en dos aspectos: “(...)
primero, los árbitros competentes podrían tener exposición internacional fuera de su pequeño
círculo de colegas y blockchain podría deshacerse de la asimetría de la información en el mer-
cado para los árbitros; y, segundo, se protege al arbitraje de los malos actores”21.
En efecto, mientras el público tenga acceso a mayor información, mayores serán las posi-
bilidades de elegir un árbitro adecuado. Así, la inteligencia artificial “(...) puede ayudar a las
partes a elegir el mejor árbitro para sus disputas en términos de calidad y disponibilidad”22.
En tercer lugar, se podría crear “(...) un nuevo sistema de reputación basado en la tecno-
logía blockchain para almacenar la reputación de una sola dimensión, con las partes dejando
un uno (1) para una experiencia positiva o un cero (0) para una experiencia no satisfactoria. A
diferencia de la mayoría de los sistemas de reputación de la generación anterior, donde la repu-
tación está controlada por una entidad centralizada, este sistema de reputación está controlado
por el cliente. En un entorno de red de igual a igual, cada persona tendría acceso a esa informa-
ción sin revelar necesariamente información confidencial de los procedimientos arbitrales”23.
Esta idea me parece, en principio, buena; sin embargo, se tendría que pensar en incluir
algunos candados para que esa calificación sea validada, pues puede ocurrir que se califique de
manera negativa a un árbitro con el único objetivo de perjudicarlo; por ejemplo, me queda
la interrogante de si acaso la parte que pierda el arbitraje no calificará de manera negativa a
ese tribunal. Siendo que esto es altamente probable, la realidad se verá distorsionada por esos
sesgos post laudo. Así las cosas, tal vez un candado que se pueda incluir en este mecanismo, sea
el referido a que las partes califiquen el desenvolvimiento del árbitro hasta antes de que estos
emitan su laudo, con lo que se podría cautelar, de mejor manera, la imparcialidad con la que
esas partes vayan a calificar la actuación de ese tribunal arbitral.

20 Duarte, Mauricio. “Reputation Arbitration: Building a Decentralized Reputation System for Arbitrators?”. En Kluwer
Arbitration Blog. Publicado el 26 de julio de 2018. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/07/26/
reputation-arbitration-building-decentralized-reputation-system-arbitrators/
21 Ídem.
22 Cfr. Nour Shehata, Ibrahim Mohamed. “The Marriage of Artificial Intelligence & Blockchain in International Ar-
bitration: A Peak into the Near Future!!!”. En Kluwer Arbitration Blog. Publicado el 12 de noviembre de 2018.
En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/11/12/the-marriage-of-artificial-intelligence-blockchain-in-
international-arbitration-a-peak-into-the-near-future/
23 Óp. Cit. Duarte, Mauricio. Publicado el 26 de julio de 2018.

423
Derecho y Nuevas Tecnologías: el impacto de una nueva era

En cuarto lugar, para el citado autor, este tipo de tecnologías han permitido alcanzar un
avance en el procedimiento mismo, tal como lo expresa en la siguiente cita:
“(...) se están desarrollando varios modelos de arbitraje de blockchain, como CodeLegit24 y
Kleros. CodeLegit, incluso, ha redactado un conjunto de Reglas de Arbitraje de blockchain
y prevé una Autoridad de Nombramiento [aunque no queda claro si será una institución
arbitral], que designará un árbitro que puede ser un jurista o un técnico de blockchain. La
comunicación se haría por correo electrónico e incluso podría haber una audiencia oral
durante una videoconferencia en caso de que el árbitro lo solicite. Kleros, por otro lado,
representa un sistema diferente de arbitraje de cadena de bloques, en el que los desarrolla-
dores parecen estar creando un sistema cuasi judicial completo, con un tribunal general,
seguido de dos niveles de divisiones de subtribunales, por ejemplo, división de transporte
y luego división de transporte aéreo. Entonces, se da un proceso bastante complejo donde
los ‘jurados’ que se ofrecen como voluntarios en estas divisiones de la corte Kleros serían
seleccionados por generación de números aleatorios. También ha implementado un sistema
de apelación e incluso un sistema de resistencia a sobornos para los jurados”25.
De la misma manera, existen programas que, a través de algoritmos, permiten a las partes
elegir de forma rápida y objetiva a su árbitro. Por ejemplo, hay modelos de inteligencia arti-
ficial26 que, como veremos a continuación, han desarrollado una serie de pasos para realizar
dicha elección:
a) Paso 1: inicialmente el programa recorre las bases de datos de internet que estén relacio-
nadas con el arbitraje; luego, dicho programa crea perfiles de árbitros basados en criterios
objetivos (experiencia, idioma, etc.). Al final de esta primera etapa, se clasifican los detalles
identificados de los árbitros (género, procedencia, edad, etc.).
b) Paso 2: las partes ingresan información sobre su potencial controversia a través de un
cuestionario. El programa compatibiliza a las partes con diez perfiles clasificados de
árbitros; luego, el programa recomienda el mejor árbitro desde una perspectiva entera-
mente objetiva. Finalmente, el programa analiza un conflicto preliminar de intereses de
los árbitros.
c) Paso 3: las partes hacen un ranking de diez árbitros en orden de su preferencia; posterior-
mente, el programa determina los tres árbitros que han recibido la mayor preferencia de las
partes. Al finalizar, el programa se comunicará con los tres árbitros potenciales para revisar
sus conflictos de intereses y su disponibilidad; una vez verificado, el tribunal arbitral es
revelado a las partes sin que estas lo hayan designado.
En consecuencia, programas como estos ayudarán a lograr algunos objetivos cruciales para
la resolución de conflictos, como son los siguientes:
– Eliminar el sesgo inconsciente de los árbitros designados por una parte. Téngase en cuenta
que los sesgos siempre van a existir, pero lo que se busca es que los mismos disminuyan; de
hecho, son esos sesgos los que en muchos casos generan potenciales conflictos de intereses.
– Diversificar y lograr una mayor inclusión de árbitros. Este es otro logro valioso que se
podría alcanzar, ya que, hace no mucho, el mundo arbitral era muy reducido y eran pocos

24 Su página web es http://codelegit.com/


25 Ídem.
26 Ver, entre otros, el siguiente post: https://www.lexology.com/library/detail.aspx?g=9e92b80f-6330-4a7a-b150-
a992a6e3ae51

424
¿Es posible tener un arbitraje cien por ciento tech?

quienes podían tener acceso a ese círculo. Ahora, gracias a la tecnología, se puede luchar
contra esa práctica y tener una especie de “libre mercado arbitral”. Ello generará más com-
petencia y ésta, a su vez, mejor calidad.
– Reducir considerablemente las recusaciones a los árbitros. En tanto programas como los
mencionados cruzan información con millones de bases de datos, la posibilidad de exis-
tencia de conflictos de intereses se reduciría notablemente. Cabe resaltar que uno de los
principales elementos para que proceda una recusación es el conflicto de interés que pueda
tener el árbitro con una parte del proceso.
– Encontrar el árbitro con las mejores cualidades personales y profesionales para que resuelva
el conflicto de intereses.
Ahora bien, como acabamos de ver, el tema de la elección del árbitro también podría cana-
lizarse a través del uso de la tecnología; el blockchain y el uso de softwares podrían simplificar, en
gran medida, el proceso de elección. Sin embargo, y frente a toda esta nueva concepción, surge
la siguiente pregunta: ¿no estamos acaso renunciando a uno de los pilares que ha sostenido al
arbitraje por mucho tiempo? Con ello nos referimos a ese derecho y esa libertad para elegir
como árbitro a quién queramos.
Si se tiene presente que la elección ahora se regirá por criterios objetivos, dado que los
algoritmos funcionan sobre esos parámetros, es claro que habría una renuncia palpable a ese
derecho de elección libre y directa, lo cual alimenta un aspecto subjetivo innegable; pero ¿acaso
ello no será mejor? Al fin y al cabo, lo que una parte quiere es que su conflicto se resuelva de la
mejor forma, sea para bien o para mal.
Dejo estas interrogantes sobre la mesa para que cada uno arribe a sus propias conclusiones.
Sin embargo, en lo que a mí respecta, preferiría que la elección sea más objetiva que subjetiva,
puesto que, por lo menos, se tendría la seguridad de que el árbitro elegido sea capaz, tenga el
tiempo suficiente para atender mi caso, no tenga conflictos de intereses y no haya tenido recu-
saciones fundadas en el pasado que hagan que su reputación se vea perjudicada.
D. ¿Nuevas materias arbitrables?
Tradicionalmente, se ha entendido que las materias arbitrables recaen en derechos de libre
disponibilidad con un contenido patrimonial. Sin embargo, en las últimas décadas, las mate-
rias arbitrables han ido expandiéndose. Por ejemplo, existen opiniones para llevar a arbitraje
controversias de naturaleza penal, siguiendo una tesis que desarrolla la idea de una media-
ción27 en materia penal; también están aquéllas que hablan de arbitrar algunos derechos con
contenido familiar.28
En este escenario, y dados los avances en el desarrollo tecnológico, las materias arbitrables
también están experimentando algunos cambios. Así, se ha empezado a hablar de arbitrar
disputas que tengan por objeto las criptomonedas. Según el Banco Central Europeo, en un
informe denominado Virtual currency schemes - a further analysis, publicado en el 2015, la

27 Cfr., entre otros, a Nieto Martín, A. En VV/AA.: «Mediación penal y Justicia alternativa». En Revista Penal, n.° 15,
2005, p. 208; y, Delgado Martín, J. «La mediación de la Justicia de Menores. Una experiencia positiva». En Actualidad
Penal, n.° 1-5, enero 1998, pp. 19-24.
28 Cfr. Roca Trías, E. «Crisis matrimonial y arbitraje». En Anuario de Justicia Alternativa, 2005, p. 177; y, Zarraluqui
Navarro, L. «El arbitraje en Derecho de familia en general y en España, en particular, la problemática de los menores
en los procesos arbitrales», 50° Congreso de la UIA, Comisión de Derecho de familia, p. 19 y 20. En: http://congres.
uianet.org/ fileadmin/user_upload/UIA/ZARRALUQUI_NAVARRO__Luis_-_ES_01.pdf

425
Derecho y Nuevas Tecnologías: el impacto de una nueva era

criptomoneda “(...) es la representación digital de valor, no emitida por ninguna autoridad


central, institución de crédito o emisor de dinero electrónico reconocido, que, en ciertas
ocasiones, puede ser utilizada como medio de pago alternativo al dinero”29. En la actualidad,
existen más de mil quinientos tipos de criptomonedas, siendo la más conocida el Bitcoin.
Pero, para entender de mejor forma este concepto, podemos mencionar las principales
características de las criptomonedas, siguiendo un informe elaborado por Capitaria30:
a) Descentralización: la mayoría de las criptomonedas son descentralizadas, lo que signi-
fica que no son controladas por ninguna entidad financiera, Estado o empresa, haciendo
inexistente la posibilidad de shocks de oferta por esta vía.
b) Son de un sólo dueño: esto implica que ninguna otra persona puede acceder a ellas, elimi-
nando la posibilidad de congelar o cerrar cuentas arbitrariamente.
c) Comisiones más bajas: en el intercambio de bienes y servicios con las criptomonedas no es
necesario tener intermediarios. Al pasar el dinero directamente entre persona y persona, se
eliminan los cobros asociados a las transacciones, siendo estos considerablemente menores
a los del mercado tradicional.
d) Seguridad para todas las partes: al no revelar cuentas bancarias o números de tarjetas de
débito o crédito, el riesgo de sufrir robos se reduce a cero.
e) Complejo sistema criptográfico: esta tecnología hace imposible su duplicación o falsificación.
f ) Tienen un valor en monedas tradicionales: pueden ser cambiados por dólares, euros o
cualquier otra moneda en cualquier instante.
Teniendo en cuenta lo señalado, cabe preguntarnos cómo se resolverían los conflictos que
tengan como objeto a una criptomoneda. Recuerdo mucho que, hace un tiempo, una persona
me hizo una consulta debido a que había sido engañada por otra en la compraventa de Bitcoins;
ante ese hecho, la persona fue a una dependencia policial a poner una denuncia por estafa, pero
quienes lo atendieron no sabían cómo proceder ante este caso. Si en el ámbito penal esto ha
ocurrido, con una frecuencia que seguramente va en aumento, no es difícil imaginar el tipo de
problemas existentes en el ámbito civil.
Por ello nos preguntamos, ¿pueden iniciarse procesos arbitrales en donde el objeto de la
controversia sea una criptomoneda? Sobre esta interrogante, se ha señalado lo siguiente:
“(...) las disputas que surgen de monedas sin fronteras pueden ser mejor atendidas por una
forma proporcionalmente sin fronteras de resolución de disputas internacionales. Así, el
arbitraje no sólo ofrece una alternativa neutral a los tribunales nacionales y da como re-
sultado un laudo que se puede hacer cumplir en más de ciento cincuenta países en virtud
de la Convención de Nueva York, sino que también permite a los emisores e inversores de
criptomonedas elegir expertos en la toma de decisiones capacitados para enfrentar disputas
técnicamente complejas. De hecho, las reglas arbitrales podrían adaptarse específicamente
a las peculiaridades de las disputas de criptomonedas, como lo han sido, entre otras cosas,
para las disputas de propiedad intelectual”.31

29 Banco Central Europeo. «Virtual currency schemes - a further analysis». Febrero del 2015. p. 4. Se puede descargar el
documento en: https://www.ecb.europa.eu/pub/pdf/other/virtualcurrencyschemesen.pdf
30 Capitaria. Guía para entender el mundo de las criptomonedas. Se puede descargar el documento en: https://www.capi-
taria.com/recursos/pdf/Guia-Criptomonedas.pdf
31 Maynard, Simon y Chan, Elizabeth. “Decrypting Cryptocurrencies: Why Borderless Currencies May Benefit from
Borderless Dispute Resolution”. En Kluwer Arbitration Blog. Publicado el 2 de noviembre de 2017. En http://ar-

426
¿Es posible tener un arbitraje cien por ciento tech?

En efecto, las bondades que el arbitraje ofrece para resolver estos problemas son innegables,
sobre todo si tenemos en cuenta el nivel de especialización que debería tener quien resuelva
el conflicto, el cual, además, puede ser determinado por las partes. Sin embargo, ante esta
posibilidad, van a surgir algunos problemas relacionados, principalmente, al hecho de que el
avance de esta nueva forma de intercambio comercial implicará la aparición de una regulación
por parte del Estado; sobre todo, en vista de que las criptomonedas pueden ser vehículo para
la comisión de ilícitos penales como el lavado de activos.32 Asimismo, no debe dejarse de lado
el conflicto normativo internacional que puede surgir, pues las criptomonedas tienen, como
una de sus principales características, la de tener un valor de cambio único en todo el mundo.
Así las cosas, ¿estará el arbitraje preparado para poder resolver conflictos entre privados
que tengan como objeto a las criptomonedas? Sin duda este es solo uno de los temas que se
relacionan a las materias arbitrales y que tienen origen en la interacción entre el derecho y la
tecnología.
Con todo, queda claro que los problemas que van a surgir serán de alta complejidad y de
importante gravedad, pues el avance tecnológico nos va a deparar supuestos y conflictos que
aún son inimaginables.

II. Durante el arbitraje


Una vez que el arbitraje se ha iniciado, se presentan una serie de actuaciones arbitrales y diver-
sas situaciones que no solo las partes, sino también los árbitros y terceros, como el secretario
arbitral o los testigos, tienen que afrontar. Ante esto, se han diseñado, en los últimos años,
arbitrajes que se desarrollan cien por ciento en línea, en donde las audiencias se desarrollan por
videoconferencia, las partes suben a la nube sus documentos, y el tribunal emite una decisión
que se notifica por e-mail.
Este tipo de arbitrajes es común en materia de controversias de nombres de dominio
de internet; así, estos casos tan particulares han sido explicados de la siguiente manera:
“(...) la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO) es uno de los proveedo-
res de servicios de resolución de disputas que administra disputas de nombres de dominio y
es responsable de designar a los panelistas para determinar la disputa. Los arbitrajes en línea
sobre disputas de nombres de dominio también pueden ser legalmente vinculantes. La Po-
lítica de Resolución de Disputas de Nombres de Dominio de Hong Kong administrada por
HKIAC adopta un enfoque más directo para llevar a cabo la decisión del panel. El artículo
4 de la HKIAC establece que las partes deben someterse a un procedimiento de arbitraje
obligatorio que se rige por la Ordenanza de Arbitraje de Hong Kong. Por lo tanto, el laudo
otorgado no está sujeto a apelación en ningún tribunal y se considera un laudo de arbitraje
otorgado en Hong Kong con el propósito de su cumplimiento en virtud de la Convención
de Nueva York”. 33
Sin perjuicio de esta alternativa, cuyas características están ganando espacio en todos los
procesos ordinarios a través de elementos como el uso de las videoconferencias, surgen otras

bitrationblog.kluwerarbitration.com/2017/11/02/decrypting-cryptocurrencies-borderless-currencies-may-benefit-
borderless-dispute-resolution/
32 Sobre el particular se puede consultar, entre otros, a Mulinari, S. Cyberlaundering. Riciclaggio di capital, finanziamento
del terrorismo e crimine organizzato nell’era digitale. Milano: Pearson, 2003.
33 Yeoh, Derric. “Is Online Dispute Resolution The Future of Alternative Dispute Resolution?”. En Kluwer Arbitration
Blog. Publicado el 29 de marzo de 2018. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/03/29/online-dispu-
te-resolution-future-alternative-dispute-resolution/

427
Derecho y Nuevas Tecnologías: el impacto de una nueva era

actuaciones y momentos en los que la tecnología puede ser de gran utilidad. A continuación,
me voy a referir a algunas de ellas.
A. El análisis “digital” de los medios probatorios
En los últimos años, se ha dado un gran avance con el uso de archivos digitales, dejando de lado
al papel. Si bien es cierto que el papel34 siempre ha sido necesario, es un hecho que hoy en día se
puede, y se debe, prescindir de él. Afirmamos esto no solo por la facilidad para transportar toda la
documentación en un USB, en un CD o subirlo a la nube, sino también por cuestiones que inte-
resan a todos, como es la protección del medio ambiente. De esta forma, este aspecto estaría solu-
cionado y ya no tendríamos que ver cajas y cajas de documentos; todo ello, gracias a la tecnología.
Sin embargo, surge el problema relacionado no solo al manejo de toda esa documentación,
sino también a su análisis. La inteligencia artificial puede, en este caso, ser de gran ayuda, pues
“(...) puede revisar contratos extremadamente largos y detallados”35, a efectos de encontrar
información específica que, de otra forma, tomaría horas en ser ubicada.
Así, en cuanto al análisis de documentos y medios probatorios, una alternativa intere-
sante la tiene Relativity, una herramienta que sirve “(...) para actuar con rapidez, ya sea para
comprender el riesgo en torno a un problema, encontrar y preparar pruebas para un litigio,
o incluso trabajar a través de una actividad de M&A. De esta forma, con este programa se
puede visualizar cualquier campo de metadatos o información de codificación, y combinar
varios campos para ver dónde está la información, fijar los términos de búsqueda, y compartir
fácilmente los resultados”36.
Lo valioso de esta alternativa radica en la cantidad de datos y documentos que existen, así
como en los problemas en torno a la organización y búsqueda de información en dichas fuen-
tes. Así, la mencionada empresa ha desarrollado un software para desentrañar, buscar y analizar
información enfocado no solo en la parte que las posee, sino también en todos aquellos casos
en donde se presenta un discovery37, que a veces trae consigo abundante información.
Nótese que resultará imprescindible el grado de colaboración que deberán tener los abo-
gados con los programadores de los algoritmos de esos softwares. Ello, debido a que dichos
algoritmos deberán estar programados de tal forma que puedan dar con la información que se
desee encontrar y analizar. Naturalmente, la valía de dicha información no la sabe el programa
por sí solo, sino que habrá que establecer una serie de variables y elementos que, combinados
entre sí, puedan permitir encontrar y analizar la información que cada caso concreto requiera.
No tenemos dudas de que este trabajo solo lo podrá hacer un abogado.

34 Sobre este particular, se puede revisar Iñiguez, Eduardo y Ciriani, Carolina. Arbitraje sin papel: llegó el momento. En
http://ciarglobal.com/arbitraje-sin-papel-llego-el-momento/
35 Nour Shehata, Ibrahim Mohamed. “The Marriage of Artificial Intelligence & Blockchain in International Arbitra-
tion: A Peak into the Near Future!!!”. En Kluwer Arbitratión Blog. Publicado el 12 de noviembre de 2018. En http://
arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/11/12/the-marriage-of-artificial-intelligence-blockchain-in-internatio-
nal-arbitration-a-peak-into-the-near-future/
36 Su sitio web es: https://www.relativity.com/
37 De manera general, se conoce a la institución del discovery como el requerimiento de información que hace una parte
a la otra para obtener información. En el derecho norteamericano, esta institución encuentra regulación en las reglas
26 a 37 de las Federal Rules of Civil Procedure (FRCP), y tiene como mecanismos más importantes la aportación de
documentos y las llamadas depositions.

428
¿Es posible tener un arbitraje cien por ciento tech?

B. El almacenamiento “digital” de medios probatorios


Otro aspecto importante es el almacenamiento de toda la información que se genere en un
proceso arbitral. Usualmente, lo que hacen los diversos estudios de abogados es contratar
empresas para que custodien y almacenen toda la información y documentación que poseen.
En muchos casos, los espacios que las firmas de abogados dedican a los archivos son insuficien-
tes, porque son espacios físicos, y tienen que contratar almacenes para guardar documentos.
Sin embargo, existen empresas que almacenan en la nube toda la documentación, luego de
un proceso a través del cual digitalizan todo aquello que está en formato físico y archivan esta
información en sus propios servidores.
Así, una empresa que brinda estos servicios es Law in Order38, la cual facilita la práctica de
los abogados que tienen que lidiar con los problemas relacionados al cuidado de la documen-
tación envuelta en un proceso.
En esta línea, el blockchain también podría ser de gran utilidad, dadas sus particulares
bondades. En efecto, “(...) sería la plataforma que contiene todos los documentos y datos
relacionados con un procedimiento de arbitraje de principio a fin. Esto significa que la parte
que solicita la ejecución del laudo conforme al Artículo IV de la Convención de Nueva York,
puede acceder al servidor de blockchain con su clave única para encontrar no una copia, sino
el acuerdo de arbitraje, las actuaciones arbitrales y el laudo arbitral. Debido a que los datos
en la cadena de bloques son auténticos, no se requiere certificación de copias o autenticación
de firmas. Blockchain contiene originales que están asegurados y que no se pueden alterar
ni perder”39.
Teniendo en cuenta lo indicado, me queda claro que la tendencia, ya inevitable, se dirige
hacia el almacenamiento de toda la información en la nube. No creo que resistamos mucho
más tiempo con las prácticas del uso y almacenamiento físico de papel. Sin embargo, aquello
que parece una ventaja podría convertirse en una pesadilla, ya que con solo un clic toda la
información almacenada puede desaparecer, de tal forma que ese avance que brinda la tec-
nología, en torno al almacenamiento de información, podría convertirse en un riesgo. Para
evitar ello, el uso de la tecnología en este aspecto debe ir de la mano con otras medidas como
la seguridad.
C. Las notificaciones
El tema de las notificaciones de las actuaciones arbitrales en ocasiones resulta ser problemático,
no solo en los procesos que tienen a las partes ubicadas en distintas ciudades o países, sino
también en aquellos en donde las partes residen en la misma zona geográfica. Para resolver
estos problemas, se ha ido asumiendo la regla de que las notificaciones se realicen a través de
correos electrónicos. Con ello no habrá más mensajeros ni gastos relacionados al transporte y
notificación de los escritos y medios probatorios físicos.
En Perú, por ejemplo, este avance lo ha adoptado el Centro de Arbitraje de la Cámara
de Comercio de Lima a través de lo que ellos denominan “mesa de partes on-line”, que solo
requiere de un usuario y contraseña para su utilización.

38 Ver: https://www.lawinorder.com.au/
39 Paulsson, Marike R. P. “The Blockchain ADR: Bringing International Arbitration to the New Age”. En Kluwer
Arbitration Blog. Publicado el 9 de octubre de 2018. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/10/09/
blockchain-adr-bringing-international-arbitration-new-age/

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Derecho y Nuevas Tecnologías: el impacto de una nueva era

Sin embargo, este problema, que en apariencia encuentra rápida solución, hace que surja
otro tema a analizar, el cual guarda relación con la transferencia de los archivos que tienen gran
peso en megas. En efecto, ningún problema se tendrá cuando se esté ante un archivo que no
tenga muchos megas de extensión, empero, no todos los casos son así, pues existen supues-
tos en los cuales los archivos no solo tienen muchos megas, sino incluso llegan a las gigas de
tamaño. Ello trae como consecuencia el colapso del sistema e, incluso, la imposibilidad de que
las cuentas de correo tradicionales puedan recibir esos datos adjuntos. En otras palabras, la
notificación electrónica no se produce.
Para solucionar este problema, Microsoft Office 365 ofrece SharePoint, que es una plata-
forma de intranet que permite compartir archivos en la nube. De esta forma, “(...) los archivos
y carpetas se pueden sincronizar para verlos y editarlos sin conexión desde un computador por-
tátil o computadora personal (PC), y las partes pueden compartir archivos de autoría conjunta
o edición conjunta utilizando los controles de versión de SharePoint. SharePoint también ofrece
una variedad de herramientas para organizar y administrar contenido en bibliotecas en línea”40.
Otro programa al que se puede acceder es FileCloud, que es un “(...) sistema de intercam-
bio de archivos en línea que permite a las partes transferirlos de forma segura o configurar un
espacio de colaboración para archivos relacionados con un proyecto. Los archivos se pueden
compartir con acceso público, protegido por contraseña, o acceso privado protegido a través
de una cuenta de FileCloud asignada a cada usuario. FileCloud ofrece a las compañías cuentas
gratuitas para los usuarios designados, lo que significa que una firma de abogados que utiliza
FileCloud podría hacer que los documentos estén disponibles para su cliente u otras partes,
tribunales e instituciones en un arbitraje”41.
Por otra parte, se debe tener en cuenta que siempre ha existido el temor relacionado a la
validez y certeza de la fecha de presentación de documentos en un proceso arbitral. Es decir,
puede darse el caso en el que una parte corrompa a quien se encarga de recibir, notificar o
correr traslado de algún escrito. El temor pasa por estar frente a un documento que indica que
fue recibido en determinada fecha cuando en realidad ello no fue así.
Ante este temor, una alternativa importante que se podría explorar está vinculada al uso
de blockchain que, como se dijo, se compone de bloques y registros que están encriptados por
un código alfanumérico. De esta forma, el código que tiene cada bloque hace referencia a un
bloque precedente de donde se ha originado cierta información, de manera tal que se está ante
un registro inmutable de información o transacciones entre personas que no requiere de un
intermediario para que funcione42.
Así las cosas, esta tecnología se podría utilizar para la presentación de cualquier documen-
tación, no solo por las partes, sino también por los árbitros o por el propio centro de arbitraje.
El nivel de seguridad que ofrece en relación a la inmutabilidad de la información, así como a la
fecha en la que ésta es compartida, daría, sin duda alguna, la posibilidad de tener certeza abso-
luta de cuándo y qué documento se presentó y/o notificó. Con ello se lograría mayor seguridad
y credibilidad de las fechas y contenidos de lo actuado en el proceso.

40 Se puede apreciar la gama de opciones que esta plataforma tiene en https://products.office.com/en-us/sharepoint/


collaboration
41 Se puede tener mayor información en https://www.getfilecloud.com/
42 Cfr. Mougayar, William. The Business Blockchain: promise, practice and application of the next Internet techonology. S/c:
Audible Studios on Brilliance Audio, 2016.

430
¿Es posible tener un arbitraje cien por ciento tech?

D. Las audiencias y la presentación del caso


De otra parte, un aspecto que resulta fundamental en todo arbitraje es la forma en cómo se
llevan a cabo las audiencias. Es normal que estas se realicen con la asistencia física de las partes,
los árbitros y el personal que tiene que cumplir alguna función logística, como el secretario
arbitral. Sin embargo, hoy es posible dejar de lado esa práctica y realizar todo por videoconfe-
rencias o videollamadas. ¿No sería esto más eficiente y útil, considerando que en muchos casos
las partes no se encuentran en la misma ciudad? Incluso pensando en ciudades como Lima o
Ciudad de México, las cuales son metrópolis de grandes extensiones, ¿no es acaso complicado
movilizarse de un lugar a otro?
Sin duda, ante estos casos, Skype es una gran alternativa para llevar a cabo audiencias por
video. Pero también se tiene a Cisco, un programa que permite tener video y audio de alta
calidad en centros denominados TelePresence. Así, los usuarios alquilan un espacio en dichos
centros que tienen salas idénticas “con cámaras de alta calidad que crean la sensación virtual
de estar juntos en una sola habitación. Es posible que un participante [por ejemplo, un tes-
tigo] participe desde un centro de TelePresence mientras que otros participan desde ubicaciones
distintas”43. El uso de estas herramientas ahorraría no solo tiempo, sino también dinero, pues
los costos de transporte y viáticos serían prácticamente inexistentes.
Por otro lado, y si seguimos descubriendo alternativas tecnológicas que sumen al proceso,
no podemos dejar de lado las presentaciones visuales que las partes tienen que realizar en las
diversas audiencias que se programen.
Así, existen variadas herramientas para potenciar los alegatos que tienen que hacer las partes.
Por ejemplo, se puede utilizar Prezzi, y dejar de lado el clásico Power Point, para elaborar pre-
sentaciones de alto impacto. También se puede recurrir a los servicios de empresas como la esta-
dounidense Trialgraphix,44 la cual se dedica al desarrollo de tecnología para litigios ofreciendo
gráficos bidimensionales (2D) y vistas tridimensionales (3D) que ilustran determinadas situa-
ciones. Es claro que el uso de estas herramientas lograría mayor impacto en los árbitros, pues
no solo se estaría frente a un alegato oral, sino también ante uno que se combine con lo visual.
E. El idioma en el arbitraje
Otro aspecto de suma importancia es el referido a la traducción de un idioma a otro, o incluso
a más de uno, el cual se tiene que realizar en los procesos debido a que las partes, los árbitros,
o terceros no hablan el mismo idioma o, hablándolo, no lo entienden de manera adecuada.
Si bien es cierto que es usual que los abogados y los árbitros sepan hablar y entender varios
idiomas en arbitrajes internacionales, también es verdad que en algunos casos ello no es así,
razón por la cual tienen que contratar los servicios de traductores no solo para las audiencias
que se realicen, sino también para traducir documentos y presentarlos al proceso.
Aquí existen varias opciones, entre las que destacan Google Translator o Microsoft Translator.
Otra empresa importante en este rubro es Transperfect45, la cual “(...) ofrece servicios de inter-
pretación en más de 170 idiomas y se usa ​​comúnmente en entornos individuales o de grupos
pequeños. Esta empresa posee intérpretes que poseen habilidades lingüísticas e interpersonales
excepcionales para ayudar a facilitar las interacciones entre dos (y, a veces, más) idiomas”.

43 Para mayor información, se puede visitar su página web: https://www.cisco.com/c/en/us/products/collaboration-


endpoints/immersive-telePresence/index.html
44 Para mayor información, se puede visitar www.trialgraphix.com
45 Se puede visitar su web para mayores detalles: https://www.transperfect.com/

431
Derecho y Nuevas Tecnologías: el impacto de una nueva era

Dichas herramientas resultan imprescindibles “(...) dada la naturaleza transfronteriza


del arbitraje internacional, pues el valor de esta tecnología es inmediatamente evidente. Sin
embargo, dada la complejidad del lenguaje legal y las cuestiones en disputa en los proce-
dimientos arbitrales, esta tecnología aún no está lo suficientemente madura como para ser
implementada”46.
La última contingencia indicada presenta un problema vigente, pues, aunque estos soft-
wares se van perfeccionando cada vez más en el ámbito legal, al encontrarnos frente a un
lenguaje técnico, las plataformas se tienen que ir afinado para que un mismo concepto sea
entendido de la misma manera en distintos idiomas. Sin embargo, es claro que, en ocasiones,
se va a perder parte del sentido de un término cuando este sea traducido, razón por la cual
podría dudarse de las bondades que los programas de traducción ofrezcan al proceso.
Sin perjuicio de todo ello, me queda claro que la necesidad de estos programas en un pro-
ceso irá en aumento, conforme estos se vayan perfeccionando. En su defecto, otra opción sería
mantenernos como ahora y tratar de aprender diversos idiomas; eventualmente, la elección se
irá haciendo más clara.
F. La seguridad cibernética y el arbitraje
Otro aspecto de vital importancia en un proceso digital está relacionado a la seguridad. Para
estos efectos, se pueden recurrir a softwares que tienen como fin encriptar los documentos de
un proceso o, simplemente, se puede utilizar las opciones de los programas, como Word o
Adobe, que exigen, que para abrir los documentos, se digiten los passwords que los propios
usuarios señalen. Con ello se podría evitar en buena cuenta los ataques de hackers que tienen
por objeto acceder a información que una de las partes, o el tribunal, maneja.
Al estar ante un arbitraje tech, existe la posibilidad que una parte que sienta que va a perder
el caso, hackee las cuentas de correo electrónico de los árbitros, a efectos de buscar información
sobre el intercambio de opiniones que dicho tribunal realiza en su tarea por definir el destino
de lo que va a laudar. Este es solo un ejemplo de cómo la seguridad digital del proceso se podría
ver afectada.
Por otro lado, debe tenerse en cuenta que las personas también tienen mucho que ver con
la seguridad, pues son ellas mismas quienes establecen contraseñas que son fáciles de adivinar
o vulnerar. Con lo cual, el problema reside no solo en el sistema tecnológico, sino también en
las personas que lo manejan.
Ante esta preocupación, hace unos meses se publicó un Proyecto de Protocolo de Ciber-
seguridad para el Arbitraje Internacional,47 elaborado por el Grupo de Trabajo en Cibersegu-
ridad en Arbitraje, creado por la International Council for Commercial Arbitration (ICCA),
la International Institute for Conflict Prevention and Resolution (CPR) y la New York City Bar
Association. En dicho documento, se identificaron algunos riesgos y se plantearon algunas pro-
puestas para lidiar con la problemática que resumimos a continuación:

46 Sekula, Geneva. “ICCA Sydney: The Moving Face of Technology”. En Kluwer Arbitration Blog. Publicado el 18 de
abril de 208. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/04/18/icca-sydney-moving-face-technology/
47 Se puede acceder al texto de dicho documento en el siguiente enlace: https://www.arbitration-icca.org/me-
dia/10/43322709923070/draft_cybersecurity_protocol_final_10_april.pdf

432
¿Es posible tener un arbitraje cien por ciento tech?

1. Los riesgos de ciberseguridad en el arbitraje internacional


a) La ciberseguridad son los medios empleados para proteger la información almacenada
digitalmente de la intrusión por parte de actores que no están autorizados para tener acceso
a ella.
b) Como una buena práctica, se deben emplear medidas razonables de ciberseguridad siem-
pre que se procesen grandes cantidades de información digital.
c) Las consecuencias específicas que pueden resultar de estos ciberataques incluyen, primero,
una pérdida económica para las partes, árbitros, instituciones, testigos u otras personas o
entidades cuya información comercial o datos personales esté comprometida. Segundo, un
daño a la reputación de las instituciones arbitrales, árbitros y abogados, así como al sistema
de arbitraje en general y, finalmente, responsabilidad potencial bajo las leyes aplicables y
otros marcos regulatorios.
d) Con respecto al marco legal y regulatorio, las vastas cantidades de información digital
disponible hoy en día han llevado a un aumento en la regulación de la seguridad y el uso
de la información, particularmente de los datos personales. Estos regímenes de protección
de datos requieren, entre otras cosas, medidas razonables de ciberseguridad cada vez que se
intercambian datos. Esta infraestructura legal tiene el potencial de aplicarse a la informa-
ción que se maneja en los arbitrajes internacionales y de darle forma.
e) La aplicación de la protección de datos y otros riesgos legislativos puede ser inconsistente
en diferentes jurisdicciones y crear obstáculos a los intercambios de información transfron-
terizos e indirectamente al arbitraje internacional.
f ) Dado el riesgo sustancial de incumplimiento, podemos esperar que las partes impulsen,
cada vez más, el cumplimiento de la protección de datos en todos los campos, incluida la
resolución de disputas internacionales, con el punto de partida de que puede requerirse
una ciberseguridad razonable como cuestión de derecho.
2. El objeto del Protocolo de Ciberseguridad
a) El Proyecto de Protocolo de Ciberseguridad para el Arbitraje Internacional tiene la inten-
ción de alentar a los participantes en el arbitraje internacional a estar más al tanto de los
riesgos de ciberseguridad en el arbitraje. Asimismo, busca proporcionar la orientación que
facilite una mejor colaboración en asuntos individuales sobre las medidas de ciberseguridad
que deben tomarse razonablemente. Todo ello, a la luz de los riesgos y las circunstancias
individualizadas del caso para proteger la información intercambiada en el proceso arbitral.
b) El objetivo del Protocolo es proporcionar un marco que las partes y los árbitros puedan
consultar, a efectos de determinar medidas razonables de ciberseguridad para sus procesos.
c) Aunque seguir el Protocolo puede ayudar a identificar los requisitos legales aplicables, no
reemplaza las leyes o regulaciones que pueden requerir la implementación de medidas
específicas de ciberseguridad.
d) En lugar de obligar a las partes a seguir un conjunto específico e inmutable de medidas de
ciberseguridad, el Protocolo proporciona flexibilidad para adaptarse a las preferencias de las
partes y la tolerancia al riesgo a la luz de las circunstancias individuales de cada caso.
e) Se espera que el Protocolo necesariamente evolucione con el tiempo, sobre todo a la luz del
cambio de tecnología, de las nuevas ciber amenazas, las nuevas leyes y/o regulaciones, de
cualquier consenso que pueda surgir en cuanto a medidas razonables y/o mejores prácticas
de arbitraje, de las nuevas iniciativas de ciberseguridad por parte de instituciones.

433
Derecho y Nuevas Tecnologías: el impacto de una nueva era

f ) Aunque el Protocolo está redactado teniendo en cuenta los arbitrajes comerciales interna-
cionales, quienes arbitran pueden encontrarlo como un punto de partida útil para asuntos
de arbitraje interno y/o arbitrajes de inversionistas y Estados.
Este Protocolo es, sin duda, un documento muy valioso de cara a los problemas que el uso
de la tecnología origina en cuanto a la protección de datos. Como el documento mismo señala,
no solo sirve para arbitrajes internacionales, sino que también puede utilizarse algunos de sus
extremos para arbitrajes domésticos.
Sin embargo, es importante señalar que la seguridad no solo se refiere a los documentos
que las partes y el tribunal arbitral manejan. Esto quiere decir que no basta con un entendi-
miento del problema hacia dentro, sino que también se ha ido discutiendo desde hace mucho
la posibilidad, o no, de aceptar como medios de prueba en un arbitraje, aquéllos que han sido
obtenidos a través de ciberataques; esto es, un punto de vista hacia afuera.
En un interesante comentario, Jain48 analiza si un tribunal arbitral puede admitir evidencia
obtenida a través de un ciberataque. Así, ante esta problemática, el autor parte por mencionar
que un tribunal arbitral puede admitir evidencia obtenida a través de una violación ilegal, pero
para ello deben concurrir tres elementos.
a) Primero: el tribunal debe considerar si una parte del proceso estuvo involucrada en la activi-
dad ilegal. Si una parte que solicita la admisión de pruebas tiene las “manos limpias” (clean
hands), la naturaleza posiblemente ilegal de esa divulgación no puede ser impugnada. La
evidencia obtenida originalmente a través de una conducta ilegal debe considerarse prima
facie admisible si ha llegado al tribunal a través de las manos de una tercera parte desinte-
resada. En otras palabras, dicha evidencia debe considerarse de una credibilidad superior.
Cuando una parte busca beneficiarse de su propia conducta ilegal, la evidencia debe consi-
derarse inadmisible.
b) Segundo: el tribunal arbitral tiene el deber de garantizar el derecho de las partes a ser escu-
chadas. Esto debido a que, si el tribunal arbitral no ha respetado los derechos del juicio
justo y el debido proceso, ello constituiría una violación de orden público y expone el
laudo al riesgo de anulación.
c) Tercero: ignorar la evidencia obtenida ilegalmente puede no proporcionar una solución
justa e incluso puede llevar a una adjudicación que es objetivamente incorrecta. Descubrir
la verdad supera la ilegalidad con la que se obtuvo la evidencia presentada.
Para el citado autor, lograr el equilibrio necesario requiere que el tribunal deba considerar
dos factores al decidir sobre la admisibilidad de la evidencia obtenida a través de una viola-
ción ilegal de datos. Primero, la evidencia debe ser aceptada si se obtiene sin la participación
de la parte reclamante en el acto ilegal. Segundo, tal evidencia debe ser aceptada solo si tiene
incidencia directa para el resultado del caso y esto alcanzaría, por ejemplo, a la información ya
disponible en internet. Sin embargo, cuando la actividad ilegal es grave, el tribunal debe negar
prima facie la admisibilidad de las pruebas. Los dos pasos señalados, en este párrafo, preservan
el debido proceso y la imparcialidad; con ello, por lo tanto, se protege el laudo.
Teniendo en cuenta lo señalado, en este caso podría ser de ayuda lo establecido por el
artículo 19.2 de la Ley Modelo UNCITRAL, el cual establece que “(...) el tribunal arbitral

48 Jain, Nitya. “Can an Arbitral Tribunal Admit Evidence Obtained through a Cyber-Attack?”. En Kluwer Arbitration
Blog. Publicado el 27 de enero de 2019. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2019/01/27/can-an-arbi-
tral-tribunal-admit-evidence-obtained-through-a-cyber-attack/#comments

434
¿Es posible tener un arbitraje cien por ciento tech?

podrá, con sujeción a las disposiciones de esta Ley, llevar a cabo el arbitraje de la manera que
considere apropiada. El poder conferido al tribunal arbitral incluye el poder para determinar
la admisibilidad, relevancia, materialidad y peso de cualquier evidencia”. Es decir, existe, según
esta norma, el principio de libre valoración de la prueba conferido a los árbitros, de tal manera
que ellos podrán decidir admitir, o no, determinado medio probatorio, aun si este fue obte-
nido a través de un ciberataque.
Como se puede apreciar, la seguridad es tema importante en un escenario digital. Se han
gastado millones en el desarrollo de tecnología para prevenir estos ataques, pero, en muchas
ocasiones, los hackers han ganado la batalla y han logrado vulnerar los circuitos de seguridad de
grandes empresas. En ese sentido, me queda claro que uno de los grandes temas que el arbitraje
debe tener siempre en cuenta es el referido a la seguridad que deben preservar sus actuaciones.
G. La confidencialidad digital
Hace muchos años, se tenía como una idea no sujeta a debate la confidencialidad que un
proceso arbitral debía tener. Es más, se tenía como uno de los principales activos que lo dife-
renciaba de los procesos ordinarios. Sin embargo, en los últimos años, debido a diversos casos
de corrupción en el arbitraje y manejos ilegales, esa idea que parecía inmutable se ha ido mode-
rando. De modo que hoy en día se discute la posibilidad de cambiar esa regla en aras de dotar
de mayor transparencia al arbitraje y dejar de lado esa confidencialidad.
Sin perjuicio de ese debate, cuando hablamos de confidencialidad, también podríamos
hablar del blockchain y aplicar una de sus clasificaciones. En efecto, el blockchain puede tener
un permiso público o un permiso privado. Queda claro que, para efectos de la confidencia-
lidad, el permiso público no servirá de nada, empero, el permiso privado nos podría dar una
serie de ventajas que ha explicado de gran forma Nour Shehata49, cuyos comentarios se pue-
den resumir de la siguiente manera. El uso del Blockchain podría mejorar la ciberseguridad, ya
que puede impedir actividades fraudulentas y detectar la manipulación de datos en función
de sus características subyacentes de inmutabilidad, cifrado de datos y resistencia operativa.
Asimismo, el Blockchain con permiso privado podría compararse con las páginas de la
intranet de las organizaciones, donde la información solo se comparte e intercambia interna-
mente con las personas que han sido autorizadas para acceder al sitio. Por lo tanto, una cadena
de bloques con permiso privado proporcionaría un arbitraje con una plataforma extrema-
damente confidencial que minimiza el riesgo de la fuga de datos confidenciales a cualquier
participante en el proceso arbitral.
Con todo, habrá que evaluar si es que la regla general debe continuar siendo la confidencia-
lidad, o pasar a la otra orilla y optar por la publicidad de los arbitrajes. Me queda la sensación
de que la tendencia irá por el segundo camino, en vista de que los casos de corrupción y fraude
en arbitrajes han ido creciendo y la comunidad arbitral es hoy más abierta a la posibilidad de
optar por un arbitraje transparente y público50.

49 Nour Shehata, Ibrahim Mohamed. “The Marriage of Artificial Intelligence & Blockchain in International Arbitra-
tion: A Peak into the Near Future!!!”. En Kluwer Arbitration Blog. Publicado el 12 de noviembre de 2018. En http://
arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/11/12/the-marriage-of-artificial-intelligence-blockchain-in-internatio-
nal-arbitration-a-peak-into-the-near-future/
50 En Perú, por ejemplo, los arbitrajes en materia de contratación estatal no son confidenciales, tanto es así que los laudos
son de público acceso.

435
Derecho y Nuevas Tecnologías: el impacto de una nueva era

H. Predictibilidad en el laudo
Uno de los pilares que soporta la seguridad jurídica de un sistema legal es la predictibilidad que
debe tener el resultado de los procesos. En el ámbito arbitral, ello también es una necesidad. La
idea es que todo justiciable tenga cierta certeza; es decir, pueda prever el resultado del proceso,
en vista de que el juzgador tiene que aplicar la norma que él mismo y las partes conocen.
Sin embargo, cabe preguntarnos si esa predictibilidad únicamente recae en cabeza de los
árbitros o si podemos llegar a ella a través del uso de inteligencia artificial.
Hace unos años, la British Broadcasting Corporation51 (BBC), en una nota muy interesante,
dio cuenta de un sistema de inteligencia artificial (IA) que había predicho correctamente los
resultados de cientos de casos resueltos en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Así, esa
IA pronosticó los veredictos con una precisión del 79%, según los científicos involucrados, y
para ello el algoritmo buscó patrones en el texto y pudo etiquetar cada caso como “violación”
o “no violación”. Para evitar sesgos y desaprendizaje, el equipo seleccionó un número igual de
casos de infracción y no infracción para que la IA pueda aprender. Sin embargo, en algunos
casos el algoritmo emitía juicios erróneos cuando había dos casos similares, lo que sugiere que
la plataforma no podía detectar las sutilezas de la ley.
En la actualidad, existen muchos esfuerzos para crear y mejorar programas que logren
predecir el resultado de casos. Sin embargo, este esfuerzo aún no es suficiente, en vista de que
los algoritmos aún no son capaces de diferenciar las sutilezas en la interpretación y aplicación
de normas.
Ese será el gran desafío, y es que, si estamos ante casos en donde la norma es clara en su
contenido y se logra identificar su supuesto fáctico y la consecuencia jurídica, entonces no
habrá mayor problema con lograr predictibilidad. En cambio, si tenemos que aplicar una
norma de contenido gaseoso y general, por ejemplo, ante la buena fe, es claro que el algoritmo
tendrá problemas para identificar los supuestos que subyacen a dicha norma y no podría apli-
car consecuencias unívocas, en vista de que, al estar ante una norma general, los supuestos y las
consecuencias serán diversos. Se trata, sin duda, de un camino largo para tratar de alimentar
al algoritmo y pueda ser capaz de tener una base de datos con la mayor cantidad de supuestos
posibles a efectos de dar soluciones a los casos que se le planteen.
Por otro lado, la inteligencia artificial también podría utilizarse para construir una base de
datos sobre cómo los árbitros resuelven sus casos. Se podría tener información sistematizada
sobre la posición que tiene determinado árbitro sobre un tema específico. Ello sería de gran
ayuda para las partes que deseen ir a un arbitraje, pues podrían tener un perfil más completo
del árbitro que van a nombrar, y también podrían conocer el historial de las posiciones de
fondo adoptadas en otros procesos por los árbitros que conformarán su tribunal.

III. Después del arbitraje


Como sabemos, el proceso arbitral se inicia con la petición de arbitraje que realiza una parte y
concluye, formalmente, con la emisión de un laudo arbitral. Sin embargo, luego de la emisión
del laudo, o de los recursos interpuestos contra dicho laudo, se inicia otra etapa en la que la
parte que ha vencido quiere materializar el derecho reconocido por el tribunal arbitral.
Si estamos ante un arbitraje doméstico, se tendrá que iniciar un proceso de ejecución de
laudo arbitral en caso la parte vencida no cumpla motu proprio con lo ordenado por el tribu-

51 Se puede acceder a dicha nota periodística en el siguiente enlace: https://www.bbc.com/news/technology-37727387

436
¿Es posible tener un arbitraje cien por ciento tech?

nal. Mientras que, si estamos en un arbitraje internacional cuyo laudo se tiene que ejecutar
en otro país, al proceso de ejecución debe añadírsele el proceso de reconocimiento de laudo
arbitral emitido en el extranjero. Es este último punto el que analizaremos, en vista de que la
tecnología puede ser de gran ayuda para facilitar y tramitar de manera más eficaz dicho pedido.
A tales efectos, conviene tener en cuenta el contenido del artículo IV de la Convención de
Nueva York:
“Artículo IV:
1. Para obtener el reconocimiento y la ejecución previstos en el artículo anterior, la parte
que pida el reconocimiento y la ejecución deberá presentar, junto con la demanda: a) El
original debidamente autenticado de la sentencia o una copia de ese original que reúna las
condiciones requeridas para su autenticidad; b) El original del acuerdo a que se refiere el
artículo II, o una copia que reúna las condiciones requeridas para su autenticidad.
2. Si esa sentencia o ese acuerdo no estuvieran en un idioma oficial del país en que se invoca
la sentencia, la parte que pida el reconocimiento y la ejecución de esta última deberá presen-
tar una traducción a ese idioma de dichos documentos. La traducción deberá ser certificada
por un traductor oficial o un traductor jurado, o por un agente diplomático o consular”.
Como se aprecia, se exige una copia original del laudo y del convenio arbitral. Sin embargo,
“(...) en la práctica, el artículo IV se convirtió en un artículo volátil y el tema de un uso sin
escrúpulos por parte de abogados y jueces. Esto se debe a que el artículo IV también requiere
que las copias deban estar certificadas y las firmas autenticadas. Sin embargo, no se proporcionó
una guía sobre quién debería hacer esto, dónde se debería hacer y qué se debería autenticar”52.
Ante esta realidad, se ha planteado la posibilidad de usar el blockchain para almacenar esta
información, a efectos de que los jueces nacionales puedan entrar a dicha plataforma y, con la
seguridad que esta ofrece, puedan acceder a dichos documentos, confiando en que los mismos
son cien por ciento originales. De esta manera, todo el trámite que exige el citado artículo IV
de la Convención podría desaparecer. Es en este mismo sentido que se ha dicho lo siguiente:
“(...) una propiedad clave de la tecnología blockchain, que la distingue de la tecnología de
base de datos tradicional, es que es verificable públicamente, respaldada por la integridad y
la transparencia del sistema. En otras palabras, sería prácticamente imposible cambiar una
entrada en la base de datos, ya que requeriría cambiar todos los datos que vienen antes,
en cada nodo. Con este mecanismo, es posible almacenar un laudo debidamente dictado
en un procedimiento de arbitraje. Al tener esta información en la cadena de bloques, la
autoridad competente podría verificar la existencia del laudo y evitar costos adicionales,
procedimientos judiciales y el método tradicional de hacer las cosas. Olvídese de tener la
carga de la prueba para demostrar la existencia del laudo que está debidamente certificado.
El blockchain puede hacer la tarea por sí mismo. De esta manera, la utilización de block-
chain en el arbitraje podría tener el efecto de automatizar el reconocimiento de laudos sin
acción humana”53.

52 Paulsson, Marike R. P. “The Blockchain ADR: Bringing International Arbitration to the New Age”. En Kluwer
Arbitration Blog. Publicado el 9 de octubre de 2018. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/10/09/
blockchain-adr-bringing-international-arbitration-new-age/
53 Duarte, Mauricio. “Could Blockchain Help the Recognition of International Arbitration Awards?”. En Kluwer
Arbitration Blog. Publicado el 20 de abril de 2018. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/04/20/
blockchain-help-recognition-international-arbitration-awards/

437
Derecho y Nuevas Tecnologías: el impacto de una nueva era

Por otro lado, otra alternativa que podría plantearse es la referida a la creación de un sis-
tema digital internacional que funcione al amparo de la Convención de Nueva York y por el
que se permita registrar laudos arbitrales de manera oficial. Así, gracias a este software, cual-
quier juez de cualquier país que haya firmado la citada Convención, podría entrar a ese sistema
para verificar la existencia del convenio arbitral y del laudo emitido, así como descargarlo para
iniciar el procedimiento de reconocimiento de dicho laudo. Sería una plataforma que reduciría
costos y otorgaría la confianza que los jueces nacionales requieren para reconocer esos laudos
emitidos en el extranjero.
Como se puede apreciar, la tecnología también puede ser de gran ayuda luego de que un
arbitraje haya concluido. El problema pasa, sin embargo, por adoptar políticas normativas que
permitan que ella se aplique a los procedimientos de reconocimiento judicial de laudos, pues
un gran problema con el que se encontrará el juez nacional será que no tiene una norma que le
permita utilizar dicha tecnología. Sin norma que lo permita, es poco probable que la judicatura
pueda utilizar estos avances, de manera tal que habría allí un problema que resolver.

IV. ¿Abogados y árbitros robots?


En un acápite anterior de este trabajo, ya me había referido al uso de inteligencia artificial y
algoritmos, a efectos de que se logre predictibilidad en el resultado de un caso. En ese esce-
nario, una pregunta que inevitablemente surge en esta era tecnológica es si los abogados y los
árbitros podrán ser reemplazados en el futuro por una inteligencia artificial, ante lo cual siento
que, a estas alturas, la frase “nunca digas nunca” puede tener plena aplicación.
En efecto, el avance de la inteligencia artificial permite hoy que problemas sencillos puedan
ser planteados y también resueltos por programas a través del uso de algoritmos. Es claro que
esto se encuentra aún en desarrollo y que las pruebas que se tienen hoy, como el caso de Ross54,
el primer abogado con inteligencia artificial, no permiten afirmar que todos los problemas
puedan ser defendidos y resueltos por un software que actuaría como abogado o árbitro. Sin
embargo, lo que sí puedo es afirmar que ello no sería imposible, dado el avance de la progra-
mación y la tecnología.
Así, de estar ante una era en la que la IA pueda ser capaz de resolver problemas legales,
tendría que repensarse, entre otros, el principio de la doble instancia. Esto porque, al tener
un algoritmo que no admite equivocación porque posee un razonamiento perfecto, no tiene
sentido que esa sentencia o laudo sean apelados55. Sin embargo, es claro que “(...) parte de
lo que es ser un ser humano es la equidad, la empatía, el pensamiento conceptual, la inte-
ligencia emocional, la imparcialidad y la confianza; y estos son ingredientes esenciales en la
resolución de conflictos (humanos)”56 que, probablemente, no puedan tener los sistemas de
inteligencia artificial.
No obstante ello, ante esta idea, uno también podría preguntarse: ¿quiero un árbitro empá-
tico y con inteligencia emocional, o quiero un árbitro independiente e imparcial, que juzgue
sin apasionamientos? Personalmente, me inclino por lo segundo, pues en realidad el fin último

54 Ver https://rossintelligence.com/
55 Sobre este punto, se podría pensar en la posibilidad de admitir una segunda instancia para los casos difíciles, es decir,
aquéllos en donde no exista norma aplicable, en vista de que hay vacíos o deficiencias de la ley. Allí sí tendría sentido
tener una segunda instancia que revise lo que la IA ha decidido.
56 Sekula, Geneva. “ICCA Sydney: The Moving Face of Technology”. En Kluwer Arbitration Blog. Publicado el 18 de
abril de 208. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2018/04/18/icca-sydney-moving-face-technology/

438
¿Es posible tener un arbitraje cien por ciento tech?

que uno persigue es que su caso sea resuelto aplicando la norma que se tenga que aplicar.
Empero, también reconozco que existen casos en los que la equidad juega un rol importante,
como los supuestos de otorgamiento de montos resarcitorios por daños personales en los que
la cuantificación es difícil.
Con todo, el futuro aún es incierto para los abogados y los árbitros, lo cual nos lleva a una
interrogante que, aunque pueda herir susceptibilidades, es pertinente realizarla: ¿desaparecerá
en algún momento nuestra profesión?

V. Reflexiones finales
El uso de la tecnología, en el arbitraje, podría traer consecuencias positivas, como la reducción
del tiempo que toma un proceso y la eficiencia en el uso de horas/hombre dedicadas a la reso-
lución de controversias. Sin embargo, hay algunos aspectos relacionados a esta práctica que
merecen una reflexión más profunda.
Así, por ejemplo, podría pensarse que el uso de la tecnología en el arbitraje va a incremen-
tar los costos que de por sí ya existen. Sin embargo, la asunción de dichos costos solo se daría
al inicio. Esto es, al momento de la implementación de estas herramientas tecnológicas, ya
que estas podrían ser de gran utilidad no una, sino varias veces, con lo que a la larga los costos
deberían disminuir. Es claro que todo cambio importa un costo extra, pero ello podría traer
mayores beneficios a mediano y largo plazo.
De otra parte, otra interrogante que surge es si tenemos que adecuar y/o modificar la ley
para que se pueda utilizar tecnología en el arbitraje. Nuestra posición es que ello no es necesario,
principalmente porque no tiene sentido iniciar un camino regulatorio para tener un arbitraje
de esta naturaleza debido a que, en pleno uso de la autonomía privada, los usuarios del arbitraje
pueden regular la forma como llevar su proceso. Las ideas planteadas en este ensayo no vulneran
norma alguna y, por el contrario, buscan la eficiencia en el desarrollo de un arbitraje. Además,
debe tenerse claro que la tecnología siempre va a estar un paso adelante, y cualquier intento
regulatorio podrá convertirse en algo vetusto al día siguiente. Así, lo mejor en este caso es tener
normas generales cuyo contenido pueda ser moldeado en cada caso en particular.
No obstante, lo que sí creo que se debe modificar es la mentalidad de los usuarios del
arbitraje, me refiero tanto a abogados como árbitros, pues, en muchos casos, se resisten a la
utilización de todas estas tecnologías, bajo el argumento del “temor” de que el software falle o
de que se presenten casos de inseguridad, como vimos, a través de los hackers, en la custodia de
los documentos e información.
La tecnología avanza sin parar y son muchos los esfuerzos y la inversión que las compañías
están otorgando a este desarrollo. El arbitraje, así como todas las ramas del conocimiento
humano, será influenciado por estos cambios. El punto pasa por entender que la tecnología
existe para estar al servicio del hombre y para otorgarle mayores facilidades en las actividades
que desarrolla. Si la calidad de vida de los seres humanos puede mejorar por el uso de la ciencia,
¿por qué el arbitraje no podría verse beneficiado? No hay razón para negarnos a lo inevitable.
De la mano con lo señalado, me queda claro que el diálogo interdisciplinario entre aboga-
dos y programadores debe iniciarse ya. Así como en los últimos años se han tendido puentes
entre abogados, psicólogos, economistas, historiadores, y otros tipos de profesionales, hace
falta un espacio para que exista un verdadero diálogo con ingenieros y programadores. Esta es
una necesidad que, si bien hasta el día de hoy no se ve, estoy seguro de que en los próximos
años será inevitable.

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Derecho y Nuevas Tecnologías: el impacto de una nueva era

Asimismo, es importante poner énfasis en que la tecnología debe desarrollarse siempre


dentro del respeto a un debido proceso y, en general, a los derechos fundamentales. “Las partes
deben ser cautelosas para asegurarse de que su uso no ponga en peligro el debido proceso y los
derechos de las partes a ser escuchados, a recibir el mismo trato y el derecho a presentar sus
propios juicios”57.
Sin perjuicio de todo lo señalado, es importante meditar sobre si el uso de tecnologías
puede darse a un cien por ciento en el arbitraje. Ello, debido a lo siguiente:
“(...) con las tecnologías emergentes, uno puede imaginar plataformas automatizadas de
resolución de conflictos donde estas tecnologías son interoperables, permitiendo así pro-
cedimientos más eficientes y mejor protegidos. Sin embargo, tal automatización completa
requiere un cuidadoso diseño de procedimientos, traducido y ajustado a la lógica condicio-
nal de un lenguaje de programación dado. Se debe tener especial cuidado en la redacción de
políticas relacionadas con aquellos aspectos que requieren una comprensión más matizada
de los procedimientos legales que aquellos que se pueden transmitir a través de la lógica
condicional”58.
En efecto, debemos ser conscientes de que no todo funciona bajo el esquema if-then, sino
que hay casos en los que el proceso tiene otros ingredientes que, al menos por ahora, escapan
al alcance del entendimiento de un algoritmo.
Al final, un algoritmo va a necesitar siempre de un ser humano para mejorar, o ¿es que
acaso cabe aquí asumir como válida la idea de que en el futuro la máquina prescindirá del
hombre porque habrá logrado una verdadera y autónoma inteligencia artificial? Yo creo que,
aunque no hay nada dicho, seremos testigos de cambios que nunca antes habíamos imaginado.

57 Ídem.
58 Jevremović, Nevena. “2018 In Review: Blockchain Technology and Arbitration”. En Kluwer Arbitration Blog. Publi-
cado el 27 de enero de 2019. En http://arbitrationblog.kluwerarbitration.com/2019/01/27/2018-in-review-block-
chain-technology-and-arbitration/

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