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Milton Eduardo Jaimes Blanco

Cód: 70182000

“Prehistoria de la modernidad: Las masas y el intérieur”

Walter Benjamin trata de construir una prehistoria de la modernidad a partir de un


método dialectico, buscando la tensión entre lo antiguo y lo moderno. La “imagen
dialéctica” se completa con la “imagen rápida”; ambas están llamadas a eliminar la
ilusión y provocar el despertar.

“La modernidad es lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente, la mitad del arte, cuya


otra mitad es lo eterno y lo inmutable. Para que toda modernidad sea digna de
convertirse en antigüedad, es necesario que la belleza misteriosa que la vida
humana induce en ella involuntariamente sea eliminada”. (Charles Baudelaire).

En los tiempos de Baudelaire el panorama social del siglo XIX se caracteriza por las
grandes reestructuraciones urbanas, que, intentaban paliar los efectos
devastadores de la industrialización en las grandes aglomeraciones. Para
Baudelaire y Benjamin, la ciudad de parís constituye el testimonio de la
antigüedad, mientras que sus masas de gente son la expresión de la modernidad.
Asimismo, el interior significa dejar huellas. En el interior, estas se subrayan. Se
inventan multitud de cubiertas, fundas, cajas y estuches en los que se imprimen las
huellas de los objetos de uso más cotidiano.

“Habitar significa dejar huellas”

La vivienda familiar y el despacho del arquitecto- se inicia la creación de un


intérieur, donde se mezclan la vida domestica y familiar con la labor creadora del
maestro, el arquitecto y el coleccionista. Con los años, el espacio interior se ira
colmatando de piezas arqueológicas y elementos artísticos singulares qué reúnen
lo distante en el espacio y el tiempo. Toda vinculación hacia afuera es negada. El
mundo exterior, como código abstracto de referencia, solo tiene cabida en la casa a
través de la orientación establecida por el sistema de los cuatro puntos cardinales.

Para Benjamin, el pasado nunca esta simplemente detrás- nunca se ha eliminado-,


sino debajo, subyaciendo en las profundidades. “La memoria no es un instrumento
Milton Eduardo Jaimes Blanco
Cód: 70182000

para el reconocimiento del pasado, sino su medio. Es el medio de lo ya vivido,


como el suelo es el medio en que todas las ciudades antiguas yacen enterradas.
Quien pretenda contemplar mas cerca su propio pasado enterrado, ha de actuar
como un hombre que excava”.

En una secuencia de estancias de similares proporciones, los espacios interiores y


exteriores-Monk’s Parlour y Monument Court- se funden en un continuum. La
homogeneidad de todos ellos, se debe, a la atmosfera creada por la luz cenital
dominante, capaz de igualar los llenos y vacíos de la casa y acentuar así su carácter
laberintico.

La obsesión del coleccionista en Soane es la del hombre culto y poderoso que, a


través de estos fragmentos cargados de memoria histórica, quiere sumarse a ella
para “Preservar las huellas de sus artículos y enseres cotidianos a perpetuidad”.
Benjamin dirá: “Habitar significa dejar huella”.

Este ingenio personal de Soane Resume como una metáfora la relación entre el
interior y el exterior de la casa situada en Lincoln’s Inn Fields: lo inmutable y
eterno de las obras de arte son la huella del coleccionista y, por tanto, su barrera
protectora contra lo contingente, efímero y fugitivo de la modernidad que avanza
inexorable en el exterior. La casa como un estuche es el perfecto soporte de esas
huellas; el sueño de habitar en la prehistoria de la modernidad es un intérieur, “un
retiro del mundo, callado, frondoso y bien guardado” que se construye de espaldas
al cambio radical y amenazante a la modernidad.

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