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A continuación se presenta una síntesis de una segmento del trabajo final integrador

de la especialización en docencia universitaria (UNLP) cuya pregunta principal que guía la

investigación es “¿Cuáles son los aportes de la Antropología al trabajo social?”, con el fin

de conocer cuáles son los objetivos perseguidos por la antropología y el trabajo social,

además de identificar los conocimientos teóricos, prácticos y específicos que retoma el

trabajo social y la antropología y por último los puntos en los que convergen las disciplinas.

Según la Dra. García la contribución principal es definir con mayor compromiso un

programa y su materialización en clases y trabajos prácticos que contribuyan al perfil

profesional construido en esta unidad académica para brindar herramientas teóricas y

metodológicas propias de la antropología a los futuros trabajadores sociales. Enfatizaron el

aporte de la Antropología en su práctica profesional que fue revalorizado a partir de su

práctica docente en la materia.

Esto se plantea con el fin de cumplir los dos objetivos fundamentales; el primero,

reflexionar de una manera crítica pero a la vez concisa, sobre lo que se ha venido llamando

en los últimos años «Antropología Aplicada», Con el fin de hacer un itinerario a través de

las distintas definiciones que el conocimiento antropológico ha producido. Y el segundo,

aportar líneas de concordancia entre la antropología y el trabajo social intentando mostrar

que es una “ciencia útil” para lograr la formación posterior y práctica profesional de los

trabajadores sociales, con el fin de facilitar la inserción profesional de los antropólogos en

programas de intervención orientados al bienestar social. Objetivos relacionados y basados

en el mismo fin; trabajando en conjuntos y complementando cada uno de los procesos o

requisitos.
Los aportes y objetivos nombrados anteriormente logran conocimientos teóricos que

posee, el enfoque cultural que sustenta, la metodología, la orientación de sus métodos y

técnicas para su acción profesional, incorporación que le serviría de acuerdo a Tello Peón

para reforzar el rigor de su quehacer y ampliar su “capital cognitivo”. Es de considerarse

que estos aportes de la animación sociocultural le hacen falta al trabajo social, para cubrir

una necesidad impostergable de la profesión, que se ha mencionado constantemente en

diversos textos de la misma; resolver la problemática atendida, al nivel de las causas que lo

originan y trascender los efectos que actualmente tiene su acción profesional.

En la sociedad, existen campos dinámicos y dialécticos considerados por trabajo

social como áreas de acción, dimensiones en donde se objetivizan como una construcción:

los espacios profesionales, ubicándolos en las diferentes instituciones públicas, y

organizaciones no gubernamentales, donde el profesional del trabajo social asume

funciones de intermediación, entre estas instancias, las políticas sociales con las que opera

y los usuarios que desean hacer uso de las mismas.

De esta manera los puntos centrales se enfocan principalmente hacia las necesidades

de: integrar con formalidad y rigurosidad a la animación sociocultural como un proceso

complejo, inserto en el desarrollo cultural de las comunidades, grupos, sectores e

instituciones, dirigido al logro de la real participación de la comunidad a través de la

cultura, descubriendo en ese proceso las formas prácticas de facilitar la incorporación no

sólo la memoria histórica, las tradiciones, costumbres, sino también las nuevas propuestas

de alternativas para la conservación, defensa y desarrollo del patrimonio cultural, y la

identidad cultural.
Así, pues en el desarrollo conceptual teórico y operativo del trabajo social y de la

animación sociocultural con la antropología se logra encontrar coincidencias y diferencias

entre ellas, de tal forma que es posible su utilización por los profesionales que se acercan de

una u otra a la realidad del trabajo social.

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