Está en la página 1de 7

UNIVERSIDAD SURCOLOMBIANA

Facultad de Educación

Sociología de la Educación

Profesor: Robinzon Piñeros Lizarazo

EL ROL DEL DOCENTE FRENTE A LA EDUCACIÓN SEXUAL EN LAS


ESCUELAS

Dairo Alejandro Riascos Quintero


Código: 20191177241
RESUMEN

La presente investigación titulada “El rol del docente frente a la educación


sexual en las escuelas”, en la Institución Educativa Las Palmas de la Ciudad
de Neiva. Se estudió las actitudes que poseen los docentes frente a la
sexualidad y la educación para la sexualidad infantil. Se utilizó el enfoque
cualitativo; unas entrevistas, y los participantes fueron los docentes
pertenecientes al grado sexto y séptimo. Fue una entrevista interesante, ya que
se dio a conocer sobre la forma en que el profesor gestiona sus miedos,
estereotipos, desconocimientos y mitos acerca de la sexualidad cuando deben
asumir la educación sexual de sus estudiantes, con quienes tienen diferencias
generacionales y culturales.

INTRODUCION

La educación sexual visto desde su origen histórico ha dado un vuelco de


transformación en la sociedad. La sociología de la educación le competen los
problemas que enfrenta hoy la educación sexual por lo tanto juntos deben de
desempeñar un rol decisivo en la socialización del individuo. Tanto en los
docentes como pare fundamental en la formación del estudiante, así como la
comunidad y la sociedad, todos deben crecer en exigencia para lograr elevar la
cultura y desarrollo de ese ser individualizado con respecto a educar su
sexualidad y comportarse ante los problemas de Educación Sexual.

En Colombia, así como en toda América Latina, el embarazo en la


adolescencia tiene una tasa de prevalencia alta (Flórez, 2001;2008). La
situación no parece mejorar en los últimos años. En el periodo1995-2005
Colombia mostraba las tasas más altas de crecimiento del embarazo en la
adolescencia de la región. Si bien de 2005 a 2010 la tasa de prevalencia no
aumenta; en 2012, el número de nacimientos por cada mil mujeres entre 15 y
19 años en Colombia es de 69, mientras que países como Perú o Chile es de
alrededor de52 (Departamento Nacional de Planeación; DPN, 2012).

El problema principal no es si los estudiantes de primaria deben recibir


educación sobre salud sexual, sino cómo y qué clase de educación van a
recibir. Es imposible apartar a la población infantil de las influencias sexuales.
Modelos adultos de comportamiento, la televisión y los anuncios comerciales la
bombardean constantemente, pero el silencio y las respuestas evasivas suelen
ser más eficaces.

En la década de los años noventa, tras la aprobación por parte de la Corte


Constitucional de la tutela puesta por la profesora Lucia Díaz, se obligó al
sistema educativo a que estableciera la educación sexual en todos los niveles
escolares por medio de la Resolución 3353 del 2 de julio de 1993, modificando
el concepto que se venía destacando décadas atrás en el escenario educativo
definiéndola a partir de un desarrollo de la sexualidad que incidiera en las
relaciones que se establecen en el ámbito social, familiar y amoroso (Ministerio
de Educación Nacional, 1994).

El papel del educador:

La escuela es y ha sido, real y potencialmente, un espacio social privilegiado


para lograr cambios en la sociedad, aunque también es reproductora de los
mecanismos propios de la misma. Según Yeiner Gonzalez (2015) “para que la
escuela sea una promotora de educación sexual integral tendrá que ser
atendida por docentes con formación específica” (p.10). A partir de reconocer
que los mensajes positivos o negativos acerca de la sexualidad presentes en
las aulas, están marcados por la historia de represión no solo de los
padres/madres y de sus grupos de origen, sino también de los profesores.

Lograr que la escuela y los maestros sean promotores de una


educación sexual integral, significa de entrada, reconocer que los
docentes tienen un historial de vida personal y profesional. Éste
les precede, marca la forma en que abordarán los temas de
enseñanza con los alumnos y determina, en buena medida, el
mensaje real que puedan transmitir. Es decir, los docentes no
enseñan en abstracto, sino con sus propias emociones y
sentimientos y los transmiten en cada acto pedagógico que
desarrollan, ya sea de manera explícita o implícita. Cuando el
profesor imparte temas relativos a la sexualidad, expresa a su
vez, la forma en la que él vive su propia sexualidad. Es decir que
la información que se vierte en los libros y en el currículo, pasa
por el filtro de la escuela, y, particularmente de sus profesores.
Ante un mismo evento y en un mismo momento, la interpretación
que haga el profesor o profesora, dependerá del estado de
consciencia que haya logrado desarrollar al respecto. (Casassus,
2006)

Para ser agentes de cambio, los profesores tendrían que desarrollar la


conciencia de sí mismos, sentirse cómodos con su propia sexualidad, con un
amplio manejo de los conceptos relacionados con ello. Ser capaces de: dar
información sin emitir juicios de valor; ofrecer espacios para que las y los niños
y jóvenes desarrollen sus propias opiniones; conozcan y promuevan los
derechos sexuales y/o reproductivos de las personas en un marco general de
derechos humanos (UNESCO, 2014).

Sin embargo, para Caricote (2008), citando a Montiel, los docentes traen
consigo procesos de formación marcados por la represión de la sexualidad, lo
que les genera un sentir impreciso y en ocasiones negativo frente a esta. Los
docentes que deben, en la actualidad, encargarse de la educación sexual en
las escuelas han pasado por sistemas educativos en los cuales la experiencia
de la sexualidad se ha relacionado con el temor, con la prohibición, con la
advertencia sobre los peligros que ella comporta, de tal manera que en sus
escenarios laborales y, por qué no pensarlo, familiares, reproducen el silencio
como estrategia frente a la experiencia de la sexualidad.

Se hace necesario, por tanto, desde este intento comprensivo, en


humanizar el rol de las profesoras y profesores, reconociendo sus
miedos, desconocimientos, inseguridades y prejuicios frente a los
cuerpos y a las sexualidades. De esta manera, es importante que
en nuestro papel de docentes hagamos un reconocimiento de las
limitaciones que se nos presentan en el ejercicio de acercarnos
limpia e inclusivamente a la diversidad. Es necesario que todas y
todos los encargados de educar en las escuelas lo hagan con una
perspectiva de orientación como promotores de la formación en
sexualidades, con adecuadas estrategias didácticas, no solo
como informadores o sancionadores (Testa, Núñez, Ruiz y Senior,
2002).

“Educación Sexual” por fuera de la Escuela

La demanda de contenidos de educación sexual integral ha colocado a los


docentes en un rol fundamental para brindar la información necesaria para
fomentar la igualdad, la convivencia y el respeto por la identidad. Sin embargo,
la enseñanza se topa aún con temores o pruritos de parte de los maestros y
profesores a la hora de impartir los conocimientos (Miguel Conocente,2009).

Cuando no hay educación sexual en la sociedad, en la mayoría de los casos la


pornografía hace el trabajo. Porque si los niños o adolescentes no reciben
información del tema, ellos en algún momento van a buscar información por
otra vía.

METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION

La metodología a realizar en la investigación es a partir de entrevistas, las


cuales permitirán ubicar a través de la narrativa de los docentes, las actitudes
con base en los significados que portan los entrevistados; Eduardo Sarmiento,
profesor de Ética y Valores, Albaluz Gonzales, profesora de Ciencias
Naturales y la Profesora de Español Martha Rojas, que gracias a sus
respuestas se pudo conocer sus prácticas cotidianas dentro y fuera del aula
para poder hacer un análisis interpretativo y comprender cuáles y desde dónde
construyen sus actitudes ante la sexualidad.

ANALISIS DE RESULTADO

Los docentes entrevistados identificaron la participación en procesos de


formación en sexualidad como una oportunidad para fortalecer y mejorar las
experiencias pedagógicas y por ende su práctica docente; reconocieron que el
contexto social en el que las y los jóvenes se desarrollan día a día. “Hay que
empaparse uno del tema para llegar a los estudiantes de diferentes edades,
mirar cómo puede uno ayudar de cierta manera y brindar información que
facilite la vida del estudiante, que al fin y al cabo para eso es que estamos
nosotros, para hacerles la vida como mejor.” [Profesor Eduardo Sarmiento, 59
años].

Así mismo, reconocieron en los procesos formativos una oportunidad para


ampliar sus conocimientos sobre la temática, pese a los temores iniciales que
generó el abordar un tema que ha sido tabú para la sociedad. “Porque es un
tema que nosotros como docentes lo tenemos que manejar y lo tenemos que
conocer, lo tenemos que estudiar. Porque es nuestro encuentro, nuestro diario
vivir y en nuestra misma experiencia pedagógica en donde nos encontramos
muchas veces con ciertas preguntas de los mismos estudiantes, muchas veces
del padre de familia también, que no sabemos cómo manejar” [Profesora
Albaluz Gonzales, 62 años], “La primera sensación es de impacto porque es un
tema bastante difícil de manejar, no tenemos sabiduría sobre el tema entonces
nos da susto porque se puede encaminar hacia cosas negativas, estábamos
muy prevenidos” [Profesora Martha Rojas, 32 años].

Estos conocimientos adquiridos, se constituyen en ayuda para mejorar su


práctica docente y las relaciones con sus estudiantes. “Pues cuando uno charla
con ellos y uno dice, pero bueno, ¿yo cómo le puedo ayudar?, pues
adquiriendo mayor conocimiento, así se les puede ayudar más” “Las ganas de
aprender y perder el miedo, ser capaz uno de hablar cuando un alumno le
haga a uno una pregunta y ser capaz de contestar con bases” [Profesora
Albaluz Gonzales, 62 años].

De la misma manera, un elemento que se busca conocer, es la manera como


los profesores clasifica a los alumnos dentro de sus enseñanzas de educación
sexual a sus estudiantes. “Uno participa pues para ayudar a los chicos porque
eso es lo que uno tiene que hacer… tratar de colaborar con los muchachos.
Como profesores, nos gusta charlar con los estudiantes, colaborarles,
apoyarlos. Esto es muy importante porque ayuda a uno a encaminar al alumno
por un buen sendero. Por eso, cuando voy a impartir la clase de educación
sexual, parto de necesidades, parto de acuerdo a conocimientos previos que
hayan adquirido por medio de la educación o por fuera de la escuela. La
educación sexual no es una temática para cierto o selecto grupo, sino que es
para todos.” [Profesor Eduardo Sarmiento, 59 años].

CONSIDERACIONES FINALES

Se considera o se puede decir que esta investigación se presenta como


pionera en el estudio de como un educador cumple su función o rol dentro la
catedra de educación sexual. Sus resultados son un pequeño aporte para la
capacitación y empoderamiento de docentes en el país y la región, a partir del
estímulo de sus motivaciones internas para hacer educación para la
sexualidad.

Afortunadamente el interés en investigar en este campo se ha incrementado y


hay estudios sobre motivación docente desde las diversas teorías existentes,
sus fundamentos conceptuales y relaciones con el desempeño propio y de
estudiantes para seguir avanzando en este campo del conocimiento.

Se puede considera que la Sociología de la Educación nos permite entender el


medio donde se desenvuelve y educa el hombre (conducta social). Es así como
el estudio de elementos de la sociología es imperante para asegurar la
formación del docente. Partiendo de los principios de la sociología de la
educación, donde se pretende estudiar las relaciones entre la educación y la
sociedad empleando para ello ciertos elementos de la sociología, se reconoce
el papel de esta ciencia en la formación del docente y de la importancia de ésta
como asignatura dentro del componente docente de la carrera de educación en
cualquiera de sus ramas.

BIBLIOGRAFIA

1 Casassús. (2006). La educación del ser emocional. México: Ediciones


Castillo.
2 Caricote, Esther. (2008). Los docentes y la educación sexual en la
adolescencia. Revista Ciencias de la Educación, 18(32). Recuperado
de http://servicio.bc.uc.edu.ve/educacion/revista/
3 DNP. (2012) CONPES 147.
4 Flórez. (2008). El estado de la salud sexual y reproductiva en América
Latina y el Caribe: Unavisión global P.72.
5 González, Y. (2015). El papel del docente en la educación para la
sexualidad: algunas reflexiones en el proceso educativo escolar.
Universidad de Costa Rica, Vol 15 núm 3, septiembre - diciembre p. 1-
15.
6 Ministerio de Educación Nacional. (1994). Junta Seccional de Escalafón
citado por el Ministerio de Educación Nacional. Bogotá.
7 UNESCO. (2014). Educación Integral de la Sexualidad: Conceptos,
Enfoques y Competencias. Colombia: UNESCO.
8 Testa, Mirian, Núñez, María, Ruiz, Fredy y Senior, Alexa. (2002). Nivel
de educación sexual de los docentes. Revista Multiciencias, 2(2), 107-
114. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90420204

También podría gustarte