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El primer debate filosófico de la modernidad

Enrique Dussel
Texto Critico
Gehiner Alexander Candela Mendoza

En la obra El primer debate filosófico de la modernidad, escrita por Enrique Dussel,


presenta una postura muy interesante dentro del ámbito filosófico en la edad moderna.
Muchos autores han planteado que el pensamiento moderno inicia a partir del pensador
Rene Descarte y que se origina en la Europa occidental, según Dussel no es así, luego del
descubrimiento de las Américas, la emancipación tanto político como el de la religión, la
historia del pensamiento empieza a dar un giro, pues con esta conquista surgen nuevas
problemáticas y retos que se deben plantear y para ello fue necesario de la misma filosofía.
La tesis que presenta el autor en el texto la puedo sintetizar de la siguiente manera:
Al empezar a denunciar Bartolomé la realidad de la emancipación por parte de los
conquistadores a todos los indígenas de las Américas, no lo hizo desde una manera
empírica, sino lo hizo con argumentos “El entendimiento conoce voluntariamente cuando
aquello que conoce no se le manifiesta inmediatamente como verdadero, siendo entonces
necesario un previo raciocinio para que pueda aceptar que se trata en el caso de una cosa
verdadera […] procediendo de una cosa conocida a otra desconocida por medio del
discurso de la razón (Del único modo, cap. 5,3, Las Casas, B. de 1942, p.81)” (Dussel,
2011,P. 62) Dussel refuta la idea de que la filosofía moderna inicia desde la obra reglas de
dirección del espíritu (1628) de Rene Descarte, pues ya desde antes (1537) las Casas ya
había escrito de una manera novedosa el único modo de atraer a todos los pueblos a la
verdadera religión, obra que fue usada para fundamentar racionalmente la ética y política
de la expansión europea.
El objetivo de esta relatoría será presentar de manera argumentativa las posturas principales
que tiene Dussel en su texto, y desarrollar los comentarios críticos simultáneamente a estos
argumentos.
Una de las problemáticas que inicialmente impugna Dussel, fue aquella postura Ginés
Sepúlveda, con su argumento “que la cultura dominante otorga a la más atrasada los
beneficios de la civilización” (Dussel, 2011, P. 57). Pues según el autor, a partir de la
llegada de los conquistadores a estas tierras las barbaries fueron inhumanas para aquellos
indígenas que eran habitantes de las Indias, el uso de armas, el destruir la divinidad propia y
acabar de manera tortuosa las vidas de estos, fue la manera como la cultura dominante fue
arrasando y beneficiando no a los propietarios de aquellas tierras que vinieron a invadir.
Esta postura de Dussel me parece muy valiosa, pues critica la realidad social,
antropológica, política; pues al imponer ciertas leyes como los impuestos, el ser vendidos
como esclavos, el explotar las riquezas, el implementar un nuevo culto por encima de la
voluntad de todos estos hombres se le considera barbarie.
Dussel no esta de acuerdo con argumentos como este: “Sera siempre justo y conforme al
derecho natural que tales gentes [barbaros] se sometan al imperio de príncipes y naciones
más cultas y humanas, para que, por sus virtudes y la prudencia de sus leyes, depongan la
barbarie y se reduzca más humana y al culto de la virtud (Ginés de Sepúlveda, J., 1967,
P.85)” (Dussel, 2011, P. 58)
Frente a esta situación, Dussel resalta la labor no solo humana sino filosófica de un
misionero de la Iglesia, Bartolomé de las Casas, quien se puso en el lugar de las
comunidades indígenas y defendió de una manera “teórico-filosófico” (Dussel, 2011, P. 60)
esta realidad, ante ello denuncia ante la monarquía y la iglesia lo que estaba sucediendo en
las indias:
““Comenzó considerar la miseria y servidumbre -recuerda Bartolomé- que
padecían aquellas gentes [indios] […] Aplicando lo uno [el texto semita] a lo
otro[la realidad del Caribe] determinó en sí mismo, convenciendo de la misma
verdad, ser injusto y tiránico todo cuanto acerca de los indios en estas Indias se
cometía” (Historias de las Indias, Libro III, cap. 79: Las Casas, B. de 1975, vol. 2,
p.356)””(Dussel, 2011 P. 61)
Unos de los propósitos de los conquistadores y de la misma iglesia era:
“ya no trasladar a Amerindia la cultura europea, sino de partir de las originarias
culturas americanas, organizándolas políticamente (con gran autonomía de la
“Republica de los españoles”), donde se expresaría el genio indígena bajo el
lejano poder del rey español y modificando el campo religioso cristianizándolo,
aunque respetando las tradiciones y ritos ancestrales” (Dussel, 2011, P. 59).
Esta visión es considera por Dussel como utópica, pues tanto políticamente como
religiosamente nunca fue llevada de esta manera a la realidad, fue todo lo contrario, pues
fue impuesto a la fuerza y fueron acabando todo lo propio de estas tierras. Y es allí donde el
debate de las Casas toma fuerza, y se enfrenta a la misma monarquía y a su misma Iglesia,
tratando de que tomaran conciencia de los actos de emancipación que se estaba cometiendo.
Ante esta postura de una manera crítica considero que Dussel tiene la razón, al considerar a
Bartolomé de las Casas como el primer pensador moderno de la filosofía occidental,
aunque el rigor filosófico que manejan los filósofos modernos es diferente, considero, que
fray Bartolomé debe tener su lugar dentro de la filosofía, ya que este fraile al estar en estas
nuevas tierras, da unos aportes importantes en el ámbito de la antropología que ya no solo
se basaba en el hombre europeo, en la ética, política y religiosa.
La manera como las Casas refuta el ideal europeo de Ginés Sepúlveda, las obras que
escribió en contra a la emancipación europea, imposición religiosa, hizo que naciera con
mayor fuerza este nuevo ideal filosófico que será la base para nuevos pensadores de la
filosofía moderna y porque no decirlo contemporánea.
La filosofía que implanta Bartolomé la considero como la filosofía para la conquista pues
fue un pensamiento que nace de una realidad específica para una realidad específica, es allí
donde la filosofía de este fraile fue un pensamiento real, donde varios fueron aportando
para que naciese esta filosofía, como lo fue Antonio Montecinos, que escribe un sermón
contra la esclavitud de los indios e interpela mucho al trabajo de los conquistadores: “(...)
[t]odos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis
con estas inocentes gentes", Sentencia Montecinos (1511), a lo cual agrega dos preguntas:
"¿Con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos
indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que
estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muertes y
estragos nunca oídos, habéis consumido?” (Santos, J 2011 P. 165- 186) Junto al
pensamiento de las Casas y según el profesor José Santos Herceg de aquí nace dos grandes
problemas filosóficos: “el problema del orden moral-antropológico y otro de carácter
filosófico-político” (Santos, J 2011 P. 165- 186)
De esta manera, considero a favor de Dussel que hubo una semilla importante en la
conquista para la filosofía de la edad moderna, no se le puede considerar tal vez a
Bartolomé de las Casas como el padre de la Filosofía moderna pero tampoco se le puede
rechazar su gran aporte junto a otros misioneros que vinieron a estas tierras a la filosofía. A
pesar de que los indios eran personas que las trataban de ignorantes, entorno a toda esta
realidad fueron más ignorantes los que entraron con violencia a conquistarlos, pues no
reconocieron su valor de hombres.

Referencias Bibliográficas:

 Dussel, E (2011) El pensamiento Filosófico latinoamericano, del caribe y “latino”


(1300-2000). Guatemala. XXI.
 Santos H, J (2011) Art. Filosofía de (para) la Conquista. Eurocentrismo y
colonialismo en la disputa por el Nuevo Mundo. Atenea Concepción. Recuperado
de: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
04622011000100009

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