Eficacia personal es el nivel de consecución de metas y objetivos. La eficacia hace
referencia a nuestra capacidad para lograr lo que nos proponemos, según Albert Bandura (1986). Se trata de que la persone crea que tiene la capacidad para triunfar. Por otra parte, la eficacia personal se define como “los juicios de cada individuo sobre sus capacidades, en base a las cuales organizará y ejecutará sus actos de modo que le permitan alcanzar el rendimiento deseado” (Bandura, 1987, p. 417). ¿Cómo influye la eficacia en los estudiantes del nivel secundario? Influyen en el nivel de esfuerzo, persistencia y la elección de actividades específicas. Los alumnos con alto sentido de eficacia para cumplir tareas educativas persistirán más ante las dificultades, trabajarán con mayor intensidad y participarán más que aquellos que duden de sus capacidades. De igual forma, los estudiantes con alta creencia en sus capacidades elegirán tareas difíciles y desafiantes, a diferencia de sus pares con baja autoeficacia, que tratarán de evitarlas. Por ejemplo un estudiante eficaz cumple con las tareas encomendadas por el profesor, decide sacar buenas calificaciones en todas las materias, aprobar todas las materias sin problema, entregar trabajos y tareas completas, realizar mejor las exposiciones; es decir son objetivos que se propone y es capaz de cumplirlos sin importar las adversidades que se presentan. Desarrolla un interés más profundo en las actividades en las que participa, tienen un mayor sentido del compromiso con sus intereses y actividades.
EL ÉXITO Y EL FRACASO EN EL SALÓN DE CLASES
El éxito y el fracaso escolar constituyen un problema de extraordinaria importancia
dentro del sistema educativo de enseñanza actual. El fracaso escolar, considerado en un principio como un fenómeno educativo sin consecuencias sociales relevantes, se impone cada vez más como un problema social preocupante, a partir del momento en que la escolarización se extiende como obligatoria para todos (Eurydice, 1994). Más que nunca el fracaso escolar engendra el fracaso social, es decir, la vida precaria, la marginación, la dependencia de mecanismos de asistencia social (Charlot, 1990). Entendemos por fracaso cuando el estudiante no es capaz de alcanzar el nivel de rendimiento medio esperado para su edad y nivel pedagógico. Por ejemplo, debido a la coordinación entre los padres y los profesores, a veces se iba pasando a los estudiantes de curso, y así se aplazaban los conceptos de fracaso escolar hasta la finalización de cada ciclo de secundaria que no pudieran superar. Otro ejemplo es de Joaquín, de 11 años, deja de ir a la escuela cansado de recorrer los seis kilómetros de ida y seis kilómetros de vuelta que debe hacer cada día para llegar a su escuela, en las afueras de un poblado rural El Diccionario de las Ciencias de la Educación (1984) destaca entre los factores que el propio educando precisa para lograr el éxito el de su interés o inclinación hacia los objetivos propuestos. Tarea fundamental del profesorado será, pues, despertar tal interés mediante la oportuna motivación, entendida ésta como el arte de estimular el interés de los alumnos y alumnas por aquello en que aún no están interesados, en definitiva, la motivación ha de crear en el educando sentimientos de necesidad que determinen impulsos orientados hacia la consecución de objetivos acomodados a sus posibilidades. Cada estudiante debería de ser motivado a lograr metas de aprendizaje y a obtener las mejores calificaciones posibles. Se entregan diplomas a aquellos estudiantes que se han esforzado, que han estudiado y superado diferentes cursos y materias, obteniendo, en definitiva, buenas calificaciones o resultados. Por ejemplo, el reconocimiento del esfuerzo y la valía del estudiante por parte de su familia, la cual se engalana para este acto, lo festeja, lo recuerda etc.; también se aprecia en el reconocimiento administrativo que recibe el estudiante, por parte de la sociedad o de un gremio profesional, al recibir un título con un determinado valor o equivalencia. Sin duda, se trata de un éxito y un reconocimiento centrado en el alumno o alumna, que es quien recibe el diploma como premio a su esfuerzo y dedicación, su sacrificio, su valía y buena preparación.