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Centro Médico ISSEMYM Ecatepec

Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Iztacala

Dr. Miguel Ángel Huerta Gertrudis

Cruz Mora Josué Omar

Equipo 1

Vacuna BCG
Descripción breve de la enfermedad.
Es una enfermedad infecciosa causada por micobacterias. El agente etiológico más
frecuente es Mycobacterium tuberculosis, bacilo aeróbico, ácido alcohol resistente, es uno
de los principales causantes de enfermedad y muerte en seres humanos, particularmente en
países en desarrollo. En el contexto mundial, la tuberculosis está estrechamente vinculada a
la pobreza, aunque no es una regla ya que actualmente se ha visto reincidencia en países
desarrollados, principalmente debido a los brotes que se producen en grupos de población
particularmente vulnerables. La situación actual es complicada ya que además de que el
VIH/SIDA es una razón por la cual la Tuberculosis ha retomado fuerza todo se complica
aún más por la aparición de resistencia a los antimicobacterianos.
Los síntomas y signos de la tuberculosis varían significativamente en función de la edad y
el estado inmunitario del enfermo, así como en función de la fase de la enfermedad. Tras la
inhalación de M. tuberculosis por vía respiratoria, se inicia una respuesta inflamatoria local
generada por la proliferación de la bacteria en los alvéolos pulmonares y por macrófagos
locales. En la mayoría de los casos, esta infección primaria asintomática se detiene,
habitualmente sin que la persona infectada llegue a darse cuenta. No obstante, puede
extenderse desde el lugar de la infección primaria por el sistema linfático y la sangre a otras
partes del organismo. En algunos casos, sobre todo en niños de corta edad, la extensión
hematógena puede ocasionar una enfermedad primaria grave, como tuberculosis miliar o
meningitis tuberculosa. Más a menudo (en el 90 a 95% de los casos), permanece latente
durante meses o años.
Los síntomas clínicos clásicos de la tuberculosis son tos crónica, fiebre moderada y
sudoración nocturna, fatiga, disminución del apetito y pérdida de peso.

Historia.

La asociación entre tuberculosis y el hombre precede a la historia escrita. Fue descubierta


en momias pertenecientes a la predinastía egipcia (3500- 2650 a.C.) y en restos humanos
ubicados en Suecia e Italia que datan del período Neolítico. En Europa, durante los siglos
XVII y XVIII, una de cada cuatro muertes es secundaria a esta enfermedad, siendo en el
siglo XIX la primera causa de mortalidad en los Estados Unidos.)

Hipócrates, Padre de la Medicina, en el siglo V a.C. designa la palabra “tisis” que quiere
decir consunción, y describe “la fascie hipocrática”, “el temperamento héctico” y la fiebre
vespertina o “fiebre héctica”. La define como la enfermedad "más grave de todas, la de
curación más difícil y la más fatal".12

Otro aspecto recogido por la literatura es la labor del médico Celio Aureliano (IV-V d.C.)
quien realiza la descripción de la forma pulmonar de la TB y plantea: "Hay una fiebre
latente, que por lo general comienza a finales del día y se alivia con la llegada del nuevo
día; se acompaña de mucha tos, con descarga de esputos icorosos".

La literatura expone la labor de Teófilo Jacinto Laënnec en el siglo XIX, quien atendía a los
tísicos y hacía las autopsias de los que morían. Se comenta en la literatura cómo este
médico establece una cuidadosa correlación anátomo-clínica que permite que enfermedades
vistas hasta el momento como diferentes, fueran consideradas como distintas formas o
localizaciones de la tuberculosis. Establece además las bases de la auscultación pulmonar y
como precio a su dedicación, muere de esta enfermedad infecciosa. Décadas después,
Schonlein da el nombre actual de tuberculosis.

En 1865, Jean A. Villemin demuestra que es inoculable, lo que resulta trascendental en el


conocimiento de esta. Otro aspecto que refleja la literatura es el surgimiento de los
primeros sanatorios, vinculado a esto aparece una figura relevante, Hermann Brehmer,
quien en 1854 presenta su disertación médica y expone que la tuberculosis es una
enfermedad curable, donde una adecuada alimentación y la existencia de ambientes frescos
son aspectos fundamentales.

Un impacto científico importante lo constituye el descubrimiento del Mycobacterium


tuberculosis. El 24 de marzo de 1882, en Alemania, el científico Robert Koch describe el
agente patógeno de esta enfermedad infecciosa. Su descubrimiento lo hace público en un
discurso pronunciado en el Instituto de Higiene, en Berlín. Por este motivo recibe en 1905
el Premio Nobel.

Con posterioridad al descubrimiento del bacilo, Carlos Forlanini introduce el método del
neumotórax artificial en el tratamiento de la enfermedad en 1892 y en 1902 se crea, en
Edimburgo, el primer Dispensario Antituberculoso por Robert Phillip, seguido por
Calmette que inaugura el primer Dispensario francés en Lille.

Estos y otros sucesos constituyen las bases para el diagnóstico y tratamiento de la


tuberculosis, así la literatura hace referencia al descubrimiento de la vacuna antituberculosa
BCG (Bacilo Calmette-Guerin) por los franceses Albert Leon Charles Calmette y Camille
Guérin a principios del siglo XX. La que en 1921 Weill Hallé aplica por primera vez en el
ser humano, y al descubrimiento por Selman Waksman de la estreptomicina, primer
antibiótico con acción efectiva contra el bacilo de Koch, a partir del cual cambia el
pronóstico de la enfermedad.

Otro hecho importante, ocurrido después de la Primera Guerra Mundial, fue la creación en
1920 de la Unión Internacional Contra la Tuberculosis (UICT) actualmente Unión Contra la
Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias (UICTER) en el Palacio de las Naciones de
París.)

En 1944, Seldman y Hinshaw de la Clínica Mayo, trataron por primera vez a una mujer de
24 años portadora de una tuberculosis aguda con un extracto de este hongo, Streptomyces
griseum, la estreptomicina, y asistieron al milagro de su curación.

Muchos avances de la ciencia se ponen de manifiesto al consultar la historia de esta


enfermedad y la humanidad. A pesar de esto, la TB a través de los tiempos representa un
grave problema de salud.
En 1982 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Internacional contra la TB
y las Enfermedades del Pulmón; proclamaron el 24 de Marzo, el Día Mundial de la TB, el
cual se celebra cada año en el mundo.

Ya en 1993 se declara una emergencia sanitaria mundial. Los problemas fundamentales que


contribuyen a esta situación de reemergencia son la asociación con el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y la aparición de cepas multidrogorresistentes.

Importancia de aplicar la vacuna.


La vacuna BCG disminuye fundamentalmente las formas meníngeas y miliares de
tuberculosis primaria o formas complicadas de primo infección, que ocurren con mayor
frecuencia entre la población infantil sin embargo no influye de la misma forma en la
disminución de la tuberculosis de re infección, ya que la aparición de ésta depende de la
disminución de la resistencia en el organismo con la edad y otros factores
(inmunodeficiencias, infecciones graves, alcoholismo, desnutrición) y de la exposición que
tenga una persona a fuentes de infección en su ambiente familiar y social. Si un adulto
vacunado, se expone a fuentes bacilíferas altamente contagiosas, es posible que pueda
desarrollar tuberculosis de re infección exógena a pesar de haber recibido la vacuna años
antes.
Historia de la vacuna.
Hace 97 años, el 1 de julio de 1921 los inmunólogos franceses Albert Calmette y Camille
Guerin aplicaron la primera dosis de la vacuna BCG en el Hospital de la Charité de París, y
dieron así un paso fundamental para combatir la tuberculosis.
Poco tiempo después de su introducción en el Programa Ampliado de Inmunización de la
OMS en 1974, se alcanzaron tasas de cobertura de vacunación superiores al 80% en países
en los que la tuberculosis es endémica. Actualmente, se administra la vacuna BCG a unos
100 millones de niños cada año. La mayoría de los países con alta carga de morbilidad
administran la vacuna BCG a lactantes como parte de su programa nacional de
inmunización infantil, pero en países industrializados, donde la enfermedad es ahora muy
poco frecuente, la estrategia preferida es, cada vez más, la vacunación de grupos de alto
riesgo definidos.
Todas las cepas vacunales actuales derivan del aislado original de M. bovis que Calmette y
Guérin sometieron a numerosos ciclos de atenuación durante el periodo de 13 años de 1909
a 1921. En pasos por medio de cultivo posteriores, en diferentes condiciones de laboratorio,
se obtuvieron diversas cepas nuevas del BCG con diferencias fenotípicas y genotípicas.
Para evitar desviaciones adicionales con respecto al BCG original, la OMS ha conservado
desde 1956 muestras liofilizadas de las cepas vacunales. Con dichas muestras se elaboran
nuevos lotes de vacuna cultivando los bacilos en un medio artificial. Transcurridos entre 6
y 9 días, el cultivo se recupera, se filtra y se concentra; luego, se homogeneiza, se diluye y
se liofiliza el producto final. La vacuna reconstituida contiene bacilos vivos y muertos. El
número de bacilos cultivables por dosis y la composición bioquímica de la vacuna puede
variar considerablemente en función de la cepa y el método de producción de la vacuna.
Existen diversas cepas de vacunas BCG, aunque la cepa francesa Pasteur 1173 P2, la cepa
danesa 1331, la cepa Glaxo 1077 y la cepa Tokio 172 constituyen alrededor del 90% de las
vacunas BCG en todo el mundo. En términos de eficacia, ninguna cepa de BCG es
manifiestamente mejor que las otras y no existe un consenso mundial sobre qué cepa de
BCG es idónea para uso general.

Características de la vacuna.
La vacuna BCG contiene bacilos bovinos atenuados que evitan la diseminación
hematógena que se produce en la primoinfección por el bacilo de Koch.
Esta primoinfección puede ser asintomática, evolucionar a enfermedad pulmonar, o bien
diseminarse por vía linfohemática, en cuyo caso las formas clínicas resultantes son miliar y
extrapulmonar —meníngea, ósea y sepsis (compromiso de varios órganos).
La OMS recomienda la aplicación intradérmica de la vacuna, preferentemente en el
deltoides, con jeringa y aguja, aunque en algunos países se practican otros métodos de
aplicación como la técnica de punción múltiple. El número de bacilos por dosis es función
de la cepa de la vacuna y varía en función del número de bacilos vivos y de su virulencia.
Los neonatos vacunados normalmente reciben la mitad de la dosis que se administra a los
niños de mayor edad. La vacuna BCG puede administrarse simultáneamente con otras
vacunas infantiles. La administración intradérmica de forma correcta de las vacunas BCG
ocasiona casi siempre reacciones locales menores (eritema, esclerosis, dolor con la
palpación) seguidas frecuentemente por la formación de una pequeña úlcera en el lugar de
inyección. La edad y estado inmunitario del vacunado, la habilidad del administrador de la
vacuna, y la cepa y dosis de la vacuna BCG administrada pueden influir en la intensidad de
estas reacciones. Al cabo de pocos meses, la reacción local genera una pequeña cicatriz. La
presencia de una cicatriz típica se utiliza como indicador de vacunación antituberculosa
anterior, pero no es un indicador de inmunidad contra la tuberculosis. En los países con
carga de morbilidad alta, se aconseja la vacunación contra la tuberculosis de los niños que
no tengan la cicatriz característica.

Edad de aplicación.
Recién nacidos y hasta los 5 años en países con alta incidencia y mortalidad, especialmente
a niños que no tengan la cicatriz característica.

Efectos secundarios de la misma


a) Reacciones locales; Normalmente la vacuna produce lesiones como: mácula, pápula,
nódulo y úlcera, las cuales se forman entre la primera y octava semanas. El nódulo adquiere
un diámetro medio de 7 mm y desaparece al cabo de la semana dejando una cicatriz de 2 a
3 mm. Otras reacciones locales poco frecuentes han sido abscesos subsecuentes, cicatrices
queloides y lupus vulgaris.
b) Reacciones regionales ocasionalmente pueden presentarse linfadenitis supurante.
c) Reacciones generalizadas rara vez, osteomielitis. En caso de complicación severa, la
conducta a seguir será determinada exclusivamente por el médico. No debe administrarse
ningún tratamiento ni utilizar medidas locales en el sitio de vacunación

Bibliografía.
 CDC. Vacuna contra la tuberculosis. Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Gobierno USA.

 Paneque RE, Rojas RL. La tuberculosis a través de la historia: un enemigo de la


humanidad. Rev haban cienc méd vol.17 no.3 La Habana mayo. -jun. 2018.

 Secretaria de Salud. Vacuna BCG (Liofilizada). Ficha técnica. Birmex

 OMS. La vacuna antituberculosa. Inminizaciones. 2004

 Comité Asesor de Vacunas. Tuberculosis BCG. Asociación Española de Pediatría.


Agosto 2018.

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