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El documento discute cómo la automatización y robotización traerán grandes cambios sociales y económicos que los políticos españoles no están preparados para enfrentar. Los robots eliminarán entre un 30% y 60% de los empleos en Estados Unidos y Europa, lo que requerirá nuevas formas de desacoplar los ingresos de las personas del trabajo. También plantea la necesidad de tomar decisiones éticas a medida que los robots adquieran mayor autonomía y capacidad de tomar decisiones por sí mismos.
El documento discute cómo la automatización y robotización traerán grandes cambios sociales y económicos que los políticos españoles no están preparados para enfrentar. Los robots eliminarán entre un 30% y 60% de los empleos en Estados Unidos y Europa, lo que requerirá nuevas formas de desacoplar los ingresos de las personas del trabajo. También plantea la necesidad de tomar decisiones éticas a medida que los robots adquieran mayor autonomía y capacidad de tomar decisiones por sí mismos.
El documento discute cómo la automatización y robotización traerán grandes cambios sociales y económicos que los políticos españoles no están preparados para enfrentar. Los robots eliminarán entre un 30% y 60% de los empleos en Estados Unidos y Europa, lo que requerirá nuevas formas de desacoplar los ingresos de las personas del trabajo. También plantea la necesidad de tomar decisiones éticas a medida que los robots adquieran mayor autonomía y capacidad de tomar decisiones por sí mismos.
El debate político español se desarrolla de espaldas a la gran transformación social
y económica que se está gestando en nuestras narices: la revolución de los robots.
Nos adentramos en un futuro marcado por la automatización y la robotización, que
nos conducirá a nuevas cotas de conectividad, pero también a nuevas fracturas sociales, económicas, territoriales y geopolíticas. A resultas de la integración de las máquinas en nuestras vidas, habrá que tomar un montón de decisiones de calado ético, sobre todo en la medida en la que aquellas vayan adquiriendo una mayor autonomía. Los vaticinios sobre su creciente capacidad para tomar decisiones, más allá de limitarse a ejecutar órdenes asignadas por los humanos que un día las programaron, se multiplican. Ya en alguna ocasión se han evaporado miles de millones de dólares en unos minutos porque ciertos ordenadores quedaron unos minutos fuera de control en los mercados financieros. Es más, las máquinas, según decenas de sesudos estudios realizados en los últimos años desde distintas instancias académicas, provocarán un terremoto social, puesto que eliminarán entre un 30% y un 60% de los empleos de Estados Unidos y Europa . Hasta el punto de que toma fuerza la corriente de pensamiento que, pese a contrariarnos, nos advierte de la necesidad de empezar a desacoplar fuentes de ingresos para la subsistencia y el trabajo. No sabemos si habrá trabajo, ni para cuántos, ni si dará para vivir. Y recoge algunas ideas sugerentes sobre las posibles fuentes de financiación que en el debate académico en curso han sido apuntadas. Destaca en este contexto, que los trabajadores participen de la propiedad de los robots y, por ende, de los ingresos que éstos generen. O que, considerando que buena parte de las empresas tecnológicas se ha hecho de oro sobre la base de inversiones billonarias inicialmente alimentadas con dinero público, que devuelvan a la sociedad ese apoyo que hizo posible su éxito. Todo ello no se traduce, pese a las apariencias, en una posición contraria a la inteligencia artificial, la robótica o la digitalización. [CITATION Tri17 \l 9226 ] Bibliografía Trillas Fonts, A. (Marzo de 2017). No estamos preparados para los robots. Dialnet, 57.