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Carta abierta al Presidente Santos sobre Ciencia, Tecnología e Innovación en Colombia


Dinamarca
investigador Francisco José Córdoba Otálora
Es menester de un gobernante el poder entender que es lo que están necesitando sus
gobernados. La razón por la cual existe el gobierno es para poder organizar el desarrollo
social, económico, cultural y establecer las normas de comportamiento que permiten a los
seres humanos poder convivir en relativa paz. Todos los seres humanos tenemos necesidades
específicas, claramente establecidas en la pirámide de necesidades de Maslow y las cuales
afectan nuestro diario vivir. Desde las necesidades de tener un techo digno, con la
posibilidad de contar con comida sobre la mesa, acceder a un sistema de salud con acceso a
todo el mundo, hasta el poder educarnos y desarrollar nuestras carreras.

La labor de presidente es muy compleja, porque siempre van a existir un conjunto de


intereses y necesidades que varían según el periodo de la historia y las circunstancias
específicas de cada país. Así como era importante invertir en la lucha contra el narcotráfico
en los años 1980s y contar con uno de los mayores presupuestos para la guerra más altos de
Latinoamérica para poder luchar en contra de los grupos armados al margen de la ley en
1990. Tambien es necesario enfocarnos más allá de los terribles periodos que motivaron a
millones de colombianos a migrar fuera del país buscando un refugio seguro.

Después de sus labores de negociación con el grupo guerrillero de las FARC, que a pesar de
no haber sido validado con el plebiscito se ha firmado un acuerdo. Que algunos sectores de
la población colombiana pueden no estar de acuerdo, se ha abierto una nueva posibilidad de
crear un nuevo tipo de Colombia y si queremos dejar de ser vistos como nos representa la
serie ´Narcos´ de Netflix debemos tomar cartas en el asunto. Este nuevo periodo que el
mismo Presidente Santos ha denominado de Post Conflicto nos da opciones para ponernos
a pensar que nuevos valores quiere la sociedad colombiana consolidar en la próxima década.

Si nos podemos a revisar los datos de crecimiento macroeconómico nos damos cuenta que
Colombia ha mantenido un crecimiento superior a sus pares suramericanos. Ya de algunas
listas nos han empezado a quitar presupuestos internacionales de apoyo a proyectos de toda
índole porque confían en el crecimiento de Colombia. Pero la percepción ciudadana sobre
las condiciones de seguridad, empleo, educación y acceso a oportunidades sigue siendo muy
variada. Mientras que en algunas ciudades del país se ha visto un mayor progreso que en
otras, como Bucaramanga, considerada en el 2016 como una de las ciudades más
competitivas del mundo por parte del Banco Mundial o Medellín que ganó el premio a
ciudad más innovadora en el 2013. Pero en departamentos como la Guajira que por motivos
de la corrupción sus últimos tres gobernadores han sido enviados a la cárcel. Esto es
lamentable para un departamento que tiene una de las geografías más bellas del territorio
nacional y que cuenta con una de las culturas indígenas más representativas de nuestra
historia. Los Wayú. Pero que ha sido explotado solo por sus recursos naturales y no ha
recibido la atención debida llegando a los casos de desnutrición infantil que ha generado la
muerte de 56 niños tan solo en el 2016.

Una de las políticas que da mayor tristeza y que no se le puede culpar toda al gobierno suyo,
presidente Santos, sino que es estructural, es la falta de fomento del desarrollo de la ciencia,
tecnología e innovación en el país como motor de desarrollo. Es triste ver como a pesar de
haber tenido a la Comisión de Sabios en el año 1993 o de haber transformado a Colciencias
en Departamento Administrativo en año 2009 o que en todos los planes de desarrollo se
nombre la importancia de estas locomotoras.

Al final, la locomotora de la innovación se ha quedado en palabras sobre el papel, porque


una cosa son las intenciones, que de forma juiciosa han puesto los expertos técnicos en los
documentos oficiales y otra es la voluntad política para realmente alcanzar la meta de
convertirnos en el segundo país más competitivo de Latinoamérica para el año 2032.

El concepto de la `realidad´ presidente Santos no es absoluta, sino que cuenta con tres
componentes de acuerdo al filósofo ingles Roy Bhaskar: Lo que cada persona percibe, lo
que realmente sucede y los mecanismos que producen los eventos.

La comunidad científica se ha creado para tratar de explicar la realidad con teorías sobre
cómo funciona, y aunque muchas de las teorías resultan falsas con el tiempo, son estas
teorías la que nos ayudan a solucionar nuestros problemas en el futuro. Porque es gracias a
la acumulación del conocimiento y la reinterpretación de la realidad lo que nos ha permitido
crecer como civilización. Los grandes científicos como el doctor Jorge Reynolds, que
inventó el marcapasos, el doctor Berraguer que desarrolló el método Lasik o inventores
como el sargento Miguel Farías Malagón del ejército nacional de Colombia que fue parte
fundamental para el desarrollo del cartucho de seguridad que sirve para evitar disparos
accidentales. No encontraron esas soluciones por arte de magia o por momentos de lucidez.
Ellos lo lograron gracias a todas las personas que los han precedido, que han buscado el
conocimiento, y ellos con base en esa construcción social del conocimiento, han planteado
nuevas formas de interpretar la realidad y han logrado cambiarla.

Cuando visité hace un par de años las instalaciones de Tolemaida y tuve la oportunidad de
sentarme con el grupo de científicos del ejército de Colombia me di cuenta que estaban
trabajando con tecnología de avanzada. Desde manipulación de realidad aumentada hasta
modificaciones propias para los sistemas de vuelo de los helicópteros. Pero una de las cosas
que más me sorprendió fue que a pesar de no contar con un presupuesto adecuado para
desarrollar mayores avances han sido capaces de innovar. Una de los hechos más fascinantes
es que gracias a todos los procesos de investigación y desarrollo fueron capaces de hacer
reingeniería inversa a los helicópteros y hacerles reparaciones y modificaciones sin
necesidad de traer ingenieros de los Estados Unidos. Ahorrando al país varios millones de
dólares, pero estas noticias no tienen eco en los pasillos de la casa de Nariño.

Veo con tristeza como en los siete años de su gobierno, usted ha nombrado a cuatro
diferentes directores para Colciencias, lo que claramente ha impedido un desarrollo
adecuado de su misión (imaginémonos si tuviéramos cuatro presidentes en ese periodo).
Esperemos que el nuevo director de la entidad, Cesar Ocampo pueda ejercer su función y
poder compartir ese liderazgo que lo ha caracterizado en la NASA. A esto debe añadirle los
cambios en el presupuesto, reduciendo la inversión en ciencia y tecnología para darle paso
al programa de formación del talento humano. Las dos áreas son importantes señor
presidente, o ¿De qué sirve tener doctores si no tienen instalaciones cuando vengan a
Colombia o sino cuentan con presupuesto para implementar sus ideas o si no se les paga
adecuadamente?

A esta falta de decisión por parte suya como presidente de los colombianos, en donde su
gobierno ha considerado a Colciencias como algo secundario, sin importancia, se suma la
pésima implementación del programa que estaba destinado para darle impulso a la ciencia
y la tecnología en el país. Como lo han expresado varios expertos frente a las problemáticas
estructurales del sistema de regalías dirigido a la ciencia y la tecnología. El experto José
Ramiro Bertieri en un artículo publicado en el Observatorio de la Universidad detalla los
problemas y argumenta que: “La reforma a las regalías fue bien intencionada en lo que se
refiere a CT+I, pero sus procedimientos han degenerado en una falacia”.

Pero la cereza de este terrible pastel, fue su comunicación del 28 de enero de 2017, de darles
vía libre a los gobernadores para destinar el dinero de las regalías que no se ha ejecutado en
proyectos de ciencia y tecnología en la construcción de vías e infraestructura. Esto si es
inaudito en cualquier país del mundo. De pronto presidente Santos le está pasando lo de
Trump y lo están informando mal o nadie en su administración puso atención al debate
organizado por el Senador Jorge Robledo al respecto o de pronto tampoco se han escuchado
las opiniones de los profesores universitarios, o incluso se le ha olvidado a alguien dentro
de su gabinete pasarle información sobre la importancia de tener un buen sistema de Ciencia
y Tecnología como lo ha expresado en incontables ocasiones ex rectores universitarios como
Wasserman o el los representantes de la Asociación Colombiana para el Avance de la
Ciencia ACAC.

Supongamos que por alguna razón no ha escuchado a la comunidad científica, pero déjeme
decirle que, si queremos construir un país en el postconflicto, adaptar el sistema educativo
para los retos de la cuarta revolución industrial, aumentar la competitividad del país,
encontrar soluciones a los problemas de salud en Colombia, reformar el agro o buscar
nuevas formas de creación de empleo, el sistema de ciencia y tecnología debe considerarse
con toda la seriedad del caso y convertirse no en una locomotora sino en un pilar
fundamental de nuestro desarrollo.
La ventaja presidente Santos es que puede comenzar a escuchar a la comunidad científica,
ellos siempre han estado allí, pero aún siguen siendo esperando la invitación a la mesa.
Porque aunque el mismo director de Colciencias quiera hacer cambios, su poder de
ejecución va a estar limitado como lo confesó el ex director Jaime Restrepo Cuartas tras su
renuncia a la entidad.

Señor presidente, durante la segunda guerra mundial Winston Churchill contaba con
Frederick Alexander Lindemann, un físico de origen alemán como su asesor científico, que
fue fundamental para las decisiones del premier inglés. En 1950 el primer ministro de la
India deseaba como usted convertir a la nación en un estado moderno y lo hizo gracias a su
enfoque en promover la educación y el desarrollo de la Ciencia y la Tecnología , gracias a
sus políticas la India es hoy en día uno de los mayores focos de innovación y se espera que
para el 2050 sea la tercera mayor economía del mundo.

Señor presidente, cada país debe desarrollar su propio modelo y recuerda que cuenta con la
comunidad científica, con la diáspora colombiana y con los millones de colombianos que
luchan cada día para salir adelante. Pero déjeme preguntarle una cosa, ¿acaso su presupuesto
no sufrió tras la caída de los precios del petróleo? Perdiendo casi el 1% del PIB. Pues si
Colombia quiere ser una nación competitiva no podemos depender de las industrias
primarias como ha sucedido hasta ahora. Y la única vía para pasar de ser un país cuyo
crecimiento dependa de petróleo, carbón, café y oro, que representan más del 70% de
nuestras exportaciones, es necesario ponerse las pilas, y pasar de la retórica a la acción.
Porque si no lo hace señor presidente esto creará un precedente para los futuros gobiernos
que creerán que a punta de mermelada se puede sostener a un país.

Mil gracias,
Francisco José Córdoba Otálora
Co-Fundador Red Diáspora Colombia

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