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En tiempos atrás han surgidos varias hipótesis que se basan en que los hombres que
vivían en las cuevas en la edad de piedra padecieron de enfermedades mentales en su
creencia que eran espíritus malignos y que se utilizaron hasta métodos quirúrgicos uno
de ellos es el Trepanación un método que consistía en abrirle un orificio en la parte del
cráneo contar de que el espíritu maligno salga del individuo algunos lograron sobrevivir
a este método en la edad de piedra.
Otro método que se utilizaba era el Exorcismo en los antiguos Chinos, Hebreos, y
Egipcios, el exorcismo que consistían en rezos elaborados, ruidos drogas que inducían
el vómito y hasta el ayuno que se usaba para retirar el espíritu del cuerpo de la persona.
Con la civilización griega en la era del dominio romano (500 d.c) surgen las
explicaciones naturales sobre las enfermedades mentales poniendo a un lado las
explicaciones sobrenaturales.
Las explicaciones que en esos tiempos habían era acerca de lo sobre natural Hipócrates,
que se le conoce como el padre de la medicina fue el primero en desafiar esas
explicaciones. Él estaba apoyado desde su punto de vista científico para explicar las
enfermedades mentales
Las explicaciones naturalistas se apoyaban firmemente en las observaciones que
sentaron la base del método científico.
Hipócrates creía que, debido a que el cerebro era un órgano central de las actividades
intelectuales, la conducta desviada era ocasionada por una patología cerebral que es
una enfermedad del cerebro.
Otros filósofos que apoyo esas explicaciones orgánicas de las enfermedades mentales
fue Platón y el médico griego Galeno. Platón siguió los pensamientos de Hipócrates e
insistió en que las personas con enfermedades mentales eran responsabilidad de la
familia y no deberían castigarle por sus conductas a los enfermos mentales.
Hipócrates hacía referencia a la teoría de los cuatro fluidos, (La Sangre, La Bilis
Amarilla, La Bilis Negra y La Flema) afirmaba que la conducta anormal se debía a los
excesos de estos, así, si había una abundancia de cualquiera de estos elementos, el
comportamiento del hombre devenía en un cambio de temperamento. Esclepiades
mantuvo que esto se debía a problemas emocionales. Siguiendo con la línea científica
Galeno en el 200 d.c. mantenía que estas enfermedades surgían de pasiones como el
enojo, el miedo, el pesar, la envidia y la lujuria violenta., uno de los conceptos que el
sostenía y que es el concepto que personalmente considero muy valedero y concreto, es
el que sostiene indicando que, “Estas pasiones están gobernadas por un poder irracional
que está dentro de nosotros y que se rehúsa a obedecer a la razón”
-Primeras concepciones filosóficas de la conciencia y el descubrimiento de la
mente.
Durante la Baja Edad Media (s. IX – XI) existió una relativa permisividad hacia las
tradiciones paganas y demonológicas; la mayoría de las personas recurrían a brujas y
magos para resolver sus problemas. Durante este período, cabe destacar también el trato
humanitario que los enfermos mentales recibían en los múltiples monasterios; claro
está, que quedaban fuera de este trato humanitario todos aquellos enfermos que
presentaran conductas violentas o muy desagradables. Pero, a medida que fue
transcurriendo el tiempo, la Iglesia católica fue escalando puestos hasta llegar a ser la
rectora absoluta de la vida de los ciudadanos, y la estricta moral cristiana choca con la
tradición popular apegada durante siglos a costumbres paganas más liberales.
- La reforma humanitaria.
La reforma humanitaria tenía como objetivo llegar a más beneficiarios, con especial
atención a la protección y a la provisión de ayuda más basada en las necesidades y de
una manera más eficaz y previsible.
- Las concepciones del siglo XIX sobre causas y tratamiento de los trastornos
mentales. Cambio de actitud hacia la salud mental a principios del siglo XX.
Asistencia en los hospitales mentales durante el siglo XX.
El trastorno mental responde muy pocas veces a modelos simples del tipo causa -
efecto. Las causas de las enfermedades mentales son probablemente múltiples, y en
algunos casos son desconocidas. Se sabe qué factores como alteraciones en la química
del cerebro u otros mecanismos biológicos, predisposición genética, factores
ambientales y culturales, lesiones cerebrales, consumo de substancias, etc., pueden
influir poderosamente en su aparición y curso, pero no se conoce con exactitud ni en
qué grado impacta cada uno de estos factores, ni qué combinaciones se producen
significativamente encada caso.
Trastornos mentales hoy es posible establecer criterios válidos para deslindar los límites
entre lo normal y anormal y ampliar reglas que sirvan de guía en el conocimiento de la
psicopatología. Exciten varios criterios de anormalidad posibles: todos estos criterios
están sometidos a fuertes críticas: ¿son los artistas trastornados? ¿Influye el ambiente?
¿Hay trastornos legales? ¿Malinterpretamos los síntomas? Criterio estadístico: todo
pensamiento, conducta, emoción que se desvíe de la normalidad es considerado
patológico.
Cambio de actitud hacia la salud mental a principios del siglo XX. Asistencia en
los hospitales mentales durante el siglo XX
El interés por las actitudes sociales hacia las personas con enfermedades mentales y la
consiguiente preocupación por sus efectos sobre éstas es una constante en el marco de
la atención comunitaria en salud mental. Desde los años cincuenta y sesenta del siglo
XX y con la emergencia de movimientos alternativos a la reclusión institucional, se
empieza a considerar que esas actitudes son un factor negativo de repercusiones
complejas, estrechamente relacionado con los sistemas tradicionales de atención, y que
constituyen, de hecho, una barrera poco permeable para el acceso de dichas personas a
razonables condiciones de vida y atención en nuestras sociedades. Aunque el efecto es
sobre distintos problemas de salud mental, parece evidente que son las personas
afectadas por trastornos graves las que más se ven perjudicadas en distintos aspectos de
su vida, encontrándose al final con dos tipos de problemas los derivados directamente
de su enfermedad o trastorno, que suelen ser, pese a su gravedad, episódicos o
intermitentes y susceptibles de intervenciones de efectividad creciente, y los
relacionados con el estigma, que, paradójicamente, suelen ser más permanentes y
constantes, además de refractarios a la intervención. La consecuencia de ambos es una
considerable disminución de las oportunidades para disfrutar de una vida ciudadana
activa y de los distintos aspectos relacionados con lo que, en lenguaje más técnico,
denominamos "calidad de vida": relaciones sociales, pareja, empleo, vivienda, salud,
etc.
- Perspectivas contemporáneas de la conducta anormal. El establecimiento del
vínculo entre el cerebro y el trastorno mental.
UNIDAD III