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La economía de los Taironas se caracterizaba por ser autosuficiente y funcionar

de manera independiente al comercio. La ubicación geográfica de los Taironas en


las montañas, les permitía trabajar la tierra y obtener productos de ella en
diferentes pisos térmicos.

Los Taironas eran una tribu precolombina ubicada en las montañas al noreste de


Colombia. Su historia se puede rastrear hasta hace más de 2000 años y gran
parte de su territorio se conoce hoy en día como la Sierra Nevada de Santa Marta
(Burgos, 2016).

La ubicación geográfica de los Taironas en las montañas, permitió la realización


de actividades agrícolas, principalmente la siembra del maíz. Al estar localizados
en diferentes niveles desde la costa hasta la cima de las montañas, podían tomar
recursos tanto del mar como de las montañas. De esta forma, algunos Taironas
podían dedicarse a la siembra y otros a la pesca.
La economía de los Taironas alcanzó altos niveles de desarrollo. Esto les permitió
evolucionar como una de las civilizaciones precolombinas más tecnificadas de
América. Guiadas por un modelo vertical de construcción de asentamientos a
diferentes alturas de las montañas con vías pavimentadas y puentes colgantes
para desplazarse de un lugar a otro.

A los descendientes de los Taironas hoy en día se les conoce como los Wiwa, los
Arhuacos, los Kankuamo y los Kogui. Estas tribus aún conservan algunos
vestigios del sistema económico de sus ancestros, aunque amplios cambios
fueron introducidos con la llegada de los españoles a América en el siglo XV
(Davis & Ferry, 2004).

Modelo económico

El modelo económico de los Taironas era de corte vertical, siguiendo los principios
de las civilizaciones pre incaicas al sur de la Cordillera de los Andes.

Este modelo se caracteriza por tener una población central ubicada en la parte
más alta de las montañas y varios asentamientos más pequeños dispersos en
diferentes zonas productivas. Cada asentamiento se especializaba en un área
productiva especifica.

La élite Tairona tenía el control de los recursos. En este sentido, la élite


administraría los recursos dispersos en las diferentes poblaciones aledañas a la
ciudad principal, principalmente en las zonas costeras.

La administración de los diferentes recursos, resultantes de la especialización


productiva de los asentamientos, permitió el desarrollo de una estructura
sociopolítica más compleja, con la presencia de un Jefe supremo en cada
comunidad.

En el caso de los Taironas, existen dos posibles escenarios o etapas de


organización económica que explican cómo pudieron alcanzar un alto nivel de
especialización productiva en campos como la agricultura, la alfarería y metalurgia
(Dever, 2007).

Etapa 1: Economía ascendente

La especialización productiva y el modelo económico de los Taironas, inicialmente


dependía de una estructura social de poder descentralizado.

Las tareas como la siembra y cosecha de cultivos, la alfarería, metalurgia,


tejeduría, entre otras, se llevaban a cabo gracias a la presencia de un sentimiento
colectivo en las comunidades. Estas comunidades usualmente estaban
conformadas por miembros de la misma familia y tenían una estructura de poder
horizontal.

La orientación hacia un objetivo común, permitía el desarrollo de actividades


productivas y la similitud étnica y afinidad en las necesidades, llevaba a que
hubiera una repartición de lo producido entre los miembros de la comunidad y
asentamientos aledaños. Este patrón de desarrollo económico fue llevando
gradualmente al crecimiento de los asentamientos y villas.
Cada villa se hacía responsable de la satisfacción de las necesidades de los
miembros de su comunidad y comunidades vecinas. De esta forma, cada villa se
especializó en la producción de bienes específicos que posteriormente pasarían a
ser intercambiados con miembros de otras comunidades a través de un modelo
económico ajeno a estructuras jerárquicas (Langebaek, 2005).

Este modelo de economía ascendente nació de la economía doméstica, donde un


administrador o jefe no era necesario para realizar una repartición eficiente de los
recursos.

Sin embargo, este modelo económico donde cada villa se especializaba en la


producción de bienes específicos, llevaría a la dependencia entre villas, y a la
centralización del poder en cabeza de un jefe administrador.

 Etapa 2: Economía descendente

Una vez creadas las relaciones de dependencia entre villas, se volvió


indispensable elegir líderes de cada villa encargados de administrar las relaciones
comerciales.

Estos líderes se convirtieron en la élite que luego evolucionaría para centralizar el


control de los recursos en cabeza de un Jefe supremo. En este caso, la economía
perdería su tinte ascendente y tomaría un modelo descendente.

La aparición de los jefes supremos se debió en gran parte a la inequidad


económica existente entre diferentes tribus Taironas. De esta forma, cada jefe se
encargaría de dominar un territorio y tener control sobre varias comunidades al
mismo tiempo, obteniendo control sobre un vasto sector de la economía y los
recursos.

La lógica de la economía descendente sugiere que el jefe tendrá la capacidad de


administrar la producción de las comunidades a su cargo, y beneficiar a los
miembros de las mismas con lo producido.
La esencia de este modelo llevaría al desarrollo posterior de relaciones
económicas más complejas, resultantes de la interacción entre poderes
centralizados y la jerarquización de las sociedades.

Actividades comerciales y subsistencia

Con la llegada de los españoles, las comunidades Taironas construirían terrazas


cultivables y muros de roca para proteger los cultivos. Algunas de estas
construcciones se pueden observar hoy en día en el territorio de los Koguis.

Para los Taironas, el cultivo de alimentos básicos como el maíz era fundamental
para su economía, sin embargo, la dureza de este alimento llevó a los Taironas a
desarrollar técnicas de cocción que les permitieran ablandarlo, amasarlo y comerlo
en un estado más blando.

Con el paso de los siglos y la aparición de campesinos criollos después de la


llegada de los españoles, el cultivo de alimentos como el plátano, la auyama y los
árboles frutales fue introducido. De esta forma la economía Tairona fue modificada
y sus cultivos fueron desplazados a partes más altas de las montañas (Quilter &
Hoopes, 2003).

Objetos de uso diario

La cultura material de los Taironas era bastante simple, por esta razón, objetos de
uso diario como la ropa, los utensilios de cocina, ánforas y recipientes, e incluso
las hamacas, eran bastante sencillos y no se les otorgaba mayo importancia. Por
tanto, estos objetos no ocupaban un lugar representativo dentro de la economía
Tairona (Minahan, 2013).

Intercambio comercial

Las relaciones de intercambio comercial existieron por siglos dentro las tribus
Taironas. El intercambio azúcar primitiva y ladrillos con campesinos de otras
tierras e incluso campesinos criollos después de la llegada de los españoles,
permitió a los Taironas difundir el uso de diversos productos especializados como
herramientas de hierro, sales y alimentos secados al sol.

División del trabajo

Dentro de la economía Tairona, tanto los hombres como las mujeres trabajaban la
tierra, ayudaban con las tareas de construcción y fabricación de prendas de vestir
y utensilios.

Sin embargo, existía una marcada diferencia de género, donde los hombres era
los únicos que podían dedicarse a actividades de alfarería, plantación de coca, y
mantenimiento de la infraestructura, y las mujeres debía cargar el agua, cocinar y
lavar la ropa. (City, 2016)

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