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Arteterapia.

Una vía más para la promoción de la salud

Autora: María del Río Diéguez. Universidad Autónoma de Madrid


1. Doctora por la Universidad Complutense de Madrid. Master U. en Arteterapia por la UCM.
Departamento de Educación Artística, Plástica y Visual. Facultad de Formación de Profesorado.
Universidad Autónoma de Madrid. Grupo de Investigación GICE (Cambio Educativo para la Justicia
Social) UAM.

Dirección de contacto María del Río Diéguez. C/ Pozo nº 11. Pozuelo de Alarcón. 28223.
Madrid
Email: maria.delrio@uam.es

Recibido el 31 de octubre de 2018


Aceptado el 19 de diciembre de 2018

Resumen
La arteterapia es una disciplina muy joven, que busca consolidarse como vía terapéutica
claramente diferenciada de otros dispositivos que utilizan el arte con fines de desarrollo
humano, especialmente de la psicoterapia y de la educación artística.
Este artículo es el primero de una serie monográfica, en los que se abordará su disponibilidad
como recurso terapéutico, en relación a diversos ámbitos relacionados con problemas de salud
y etapas del ciclo vital. Su objetivo es contextualizarla, aportar elementos teóricos y
metodológicos que sirvan para delimitar su campo de actuación, y argumentar una forma de
entenderla a partir de un enfoque terapéutico basado en la promoción de la salud, dentro del
que se presenta como intervención específica en aquellas situaciones en que la salud está ya
comprometida o se encuentra en riesgo.
Se presenta una panorámica de la situación actual, se exponen las limitaciones que se
observan para su desarrollo y se reseñan los principales retos que tiene por delante,
especialmente en el ámbito de la investigación.

Palabras clave: arteterapia, arte, psicoterapia, salud, investigación

El sabio no está enfermo,


porque considera la enfermedad como enfermedad.
Por eso tiene el secreto de la salud.
Lao Tse (1)

Introducción
El sufrimiento humano ha estado siempre presente en las Bellas Artes; la muerte, la
enfermedad, la lucha, el miedo, la vergüenza, la ira, el odio, la venganza, los celos, la angustia,
la incertidumbre, y un sinfín de emociones más, son en realidad la razón de ser de todas ellas.
Dice Munch (2) “Estaba cansado y enfermo; me quedé viendo el fiordo. Sentí como si un grito
atravesara por toda la naturaleza”. La expresión artística nos presenta el sufrimiento como algo
constitutivo, existencial, no intelectualizado; y el sufrimiento hermana a los seres humanos, los
emplaza a sostenerse entre ellos, a saberse comprendidos, amados a pesar de todo.

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Por otra parte, lo propio de la expresión artística, más allá de su función de simbolización, es su
capacidad para trascender lo racional y enraizarse en el cuerpo, permitiendo a la persona
sentir, a través de él, la emoción. No existe el arte sin el cuerpo y el sufrimiento, tomando las
palabras de Damasio “ya empiece en la piel o en una imagen mental, tiene lugar en la carne”
(3).
En cuanto a la relación entre arte y salud, es también a la vez antigua y cotidiana. Cuando
alguien que está sufriendo dice que escuchar música le relaja, que ver una película le distrae o
que leer un libro le permite evadirse, lo que está diciendo también es que, dentro de ese fondo
de malestar en que se encuentra, se recorta un instante de bienestar. Si durante ese instante
sucede, como tantas veces, que la música, la película o el poema, le introducen en una
experiencia ante la cual aparecen pensamientos, emociones y sensaciones análogas a las que
siente en medio de su sufrimiento, ¿cómo puede esto tener sentido, ser percibido como
bienestar? Es esa capacidad del arte para producir una experiencia sentida en términos de
realidad e inscrita en la cotidianidad de la persona, no su capacidad para la ficción, lo que hace
de ella una vía capaz de encontrar bienestar incluso en medio del más profundo sufrimiento.
La serie de artículos que se abre con éste, pretende ser un acercamiento al ámbito de la
arteterapia desde una perspectiva que toma la promoción de la salud como enfoque
terapéutico dentro de los distintos ámbitos en los que se implementa. Este primer artículo
tiene como objetivo contextualizar la arteterapia, así como delimitar su campo de actuación; y
en los siguientes se irá planteando la aportación de la arteterapia a diversos ámbitos,
relacionados con problemas de salud y etapas del ciclo vital.

Arteterapia, definición y recorrido histórico.


Partimos de una concepción de la Salud en sintonía con la Carta de Ottawa para la Promoción
de la Salud de 1986 (4), que la concibe como un recurso para la vida diaria; así como de un
concepto de arte ligado al desarrollo de recursos personales e interpersonales que permiten a
la persona “Dar expresión artística y personal a la propia enfermedad, al dolor, al sufrimiento,
al igual que a la propia fuerza, a la salud, y al amor” y la “ayudan a reconocer los contextos y la
inmutable historia de la propia vida” (5).
Desde ese lugar del arte y de la salud entendemos la arteterapia: como vía de facilitación de un
proceso que permite a las personas “incrementar el control sobre su salud para mejorarla” (6).
Un enfoque terapéutico que se dirige, tomando las palabras de Christian y Annina Hess (7) a
fomentar los potenciales “sanadores” de la persona, a recobrar el equilibrio perdido
estableciendo uno nuevo , aquel que ahora es posible.
El uso intencionado del arte como vía promotora de bienestar dentro de un contexto de
enfermedad, fue enunciado por primera vez como arteterapia por el artista británico Adrian
Hill. En 1938 Hill (8), que se encontraba convaleciente de tuberculosis en el hospital King
Edward, empezó a dibujar los objetos que tenía cerca de la cama para distraerse. Enseguida
constató que cuando pintaba se sentía bien, se “liberaba” de buena parte de su angustia, y,
como consecuencia, se aceleraba su recuperación. A partir de ahí describió una práctica,
específica; anotó los efectos que producía en su estado emocional y la forma en que este
estado afectaba a su recuperación. Estableció una correlación que confirmó a través de las
pruebas médicas que le iban haciendo. Luego la probó en otros pacientes y registró mejorías

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análogas a la suya. Por último, describió y documentó todo eso y lo presentó al hospital, que
consideró que la intervención era viable y rentable y le contrató como arteterapeuta1.
En la actualidad, la arteterapia está implantada como actividad terapéutica en países como
Reino Unido, Estados Unidos y Canadá. Cabe decir que en España no tiene todavía una
presencia significativa y, según la información que ofrece el Consorcio Europeo de Educación
en Terapias Artísticas (ECARTE) (9), en Europa la situación disciplinar es heterogénea.

Cuadro 1:
Situación de la implantación de la arteterapia en los principales países de Europa
PAIS COMIENZO APLICACIÓN RECONOCIMIENTO/REGULACIÓN PROFESIONAL
ALEMANIA 1920 -30 dentro de la medicina No existe una regulación estatal ni los costos están cubiertos por los
antroposófica y psiquiátria seguros de salud.
FINLANDIA Desde los años 50, primero en No se reconoce como profesión de atención médica registrada. Está
psiquiatría y luego en educación establecida en muchos hospitales psiquiátricos de forma poco estable.
especial y rehabilitación. Debido al sistema de seguro social (KELA), muchos arteterapeutas
registrados como psicoterapeutas trabajan en la práctica privada.
FRANCIA Desde los inicios de la psiquiatría No está reconocida como una profesión.
en Francia, hay actividades Los arteterapeutas trabajan en distintas instituciones en función de su
artísticas en los hospitales cualificación profesional inicial o como artistas

IRLANDA A principios de la década de No existe un sistema estatal de reconocimiento o registro del estado
1980, para las terapias artísticas.
REINO A partir de la segunda guerra El Servicio Nacional de Salud, Educación y Servicios Sociales reconoce
UNIDO: mundial. la terapia artística con fines laborales. Los practicantes están
registrados y regulados a través del Consejo de Profesiones de Salud y
Cuidado. http://www.hcpc-uk.org/
ESPAÑA Formación a partir de 2000 No está reconocida como una profesión.
(Elaboración propia)

Es importante señalar que, si bien no aún está reconocida profesionalmente, en todos los
países que se recogen en la tabla anterior está reconocida académicamente. El hecho de que
las formaciones de arteterapia sean mayoritariamente de posgrado, implica una situación
comprometida. Si bien el que se trate de una formación universitaria de posgrado aporta
credibilidad, no es menos cierto que, al quedar vinculada a la profesión de grado, su recorrido
se acorta. De hecho, en algunos países (USA, RU y Canadá, por ejemplo) se observa un ejercicio
diferenciado en función de si el/la arteterapeuta está en posesión o no de una titulación en
psicología clínica o psiquiatría, estableciéndose así dos formatos de intervención: el de
psicoterapia por el arte (o psicoterapia artística) y el de counselling.
También es importante señalar que, a día de hoy, la mayor carga documentada de la
arteterapia se produce asociada a otros dispositivos (psicoterapéuticos, educativos, de
rehabilitación, de inclusión social) a los que se subordina; es decir aparece como una técnica
más dentro de la práctica que se realiza en dichos dispositivos a los que coadyuva o enriquece,
en lugar de quedar referida a su propia área disciplinar, lo que lastra enormemente sus
posibilidades y hace difícil encontrar una definición realmente sustancial.


1 En 1946, aparece un artículo en la revista The British JournaI of Nursing

(http://rcnarchive.rcn.org.uk/data/VOLUME094-1946/page016-volume94-
february1946.pdf), que habla del libro de Hill y en el que se recomienda
expresamente que se coloque en todos los sanatorios y bibliotecas de hospital,
especialmente en el de enfermeras.

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Por último, cabe decir que se observa en ella una impregnación muy alta de lo “psico”,
seguramente fruto del interés que durante el siglo pasado suscitó el arte (plástico) en los
ámbitos psiquiátrico y psicoanalítico y del uso del formato gráfico en una parte de los test
proyectivos, que se reconoce en las distintas formas con las que se define. Algo que tampoco
beneficia a su expansión.
En cuanto a su definición, podemos recoger las que se proponen desde tres de las
federaciones que consideramos de referencia fundamentales en España: la Federación
Española de Asociaciones de Profesionales de la Arteterapia (FEAPA), la Asociación Americana
de Arteterapia (AATA) y la Asociación Británica de Arte Terapeutas (BAAT). Según la FEAPA
(10), la Arteterapia es “una vía de trabajo específica que utiliza el proceso de creación a través
del lenguaje artístico para acompañar y facilitar procesos psicoterapéuticos y promover el
bienestar bio-psico-social, dentro de una relación terapéutica informada y asentida a aquellas
personas y/o grupo de personas que así lo requieran.” Para la AATA (11) se trata de una “una
profesión integradora de servicios de salud y salud mental que enriquece las vidas de
individuos, familias y comunidades a través de la creación artística activa, el proceso creativo,
la teoría psicológica aplicada y la experiencia humana dentro de una relación
psicoterapéutica”. Y la BAAT (12), se refiere a “una forma de psicoterapia que usa el medio
artístico como su forma primaria de comunicación”.
Quizá esta falta de especificidad real, sin otros referentes que los que delimitan el campo desde
el arte por un lado y la psicoterapia por otro, sea una de las principales cuestiones a abordar.
Como toda nueva disciplina, la arteterapia ha necesitado y necesita aun, de cierto recorrido
para delimitarse como tal y, aunque es fundamental que no renuncie a sus orígenes para poder
mantener su propia naturaleza, también lo es que se desmarque de alguno de ellos para poder
desarrollarse con autonomía. De ahí que la pregunta por la arteterapia se refiera
principalmente a su pertinencia en tanto disciplina. A si existe o no un corpus teórico que la
avale como tal; una praxis reconocible y claramente diferenciada de aquellas otras
(psicoterapia, educación y creatividad fundamentalmente) que utilizan el arte con fines
terapéuticos o de crecimiento y desarrollo humano; y un conjunto de resultados
suficientemente consistente que respalde su indicación como vía de intervención eficaz en
relación a una problemática concreta.
En el documento que en 2011 desarrolló el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad (13)
la arteterapia se incluye en el epígrafe Técnicas de la mente y el cuerpo, y se dice de ella, como
del resto de las vías terapéuticas analizadas que, si bien los pacientes informan
satisfactoriamente de los resultados en cuanto a una percepción de mejoría de sus síntomas, su
bienestar o su calidad de vida, no se dispone aún de estudios que permitan atribuir a la
intervención dicha mejoría.
En este sentido, Gilroy (14) apunta a la falta de investigación como área de debilidad principal
para el buen desarrollo de la arteterapia, y señala algunas direcciones en las que habría que
trabajar: recopilar y sintetizar aquellas publicaciones actuales que responden a criterios
científicos, a fin de valorar la realidad de la arteterapia con suficiente perspectiva; incorporar el
hábito de la investigación dentro de la práctica arteterapéutica, incrementando así la cantidad
de información disponible y fortaleciendo la credibilidad de los resultados y conclusiones que
se obtienen; encontrar metodologías de investigación específicas; acometer estudios
multidisciplinarios; y desarrollar proyectos de investigación mixtos (cuantitativos y cualitativos).

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En cuanto a la posibilidad de generar evidencias que avalen su eficacia, Kapitan (15 Hill A. Art
Versus Illness. London: Allen & Unwin, 1945.
) sostiene que uno de los mayores condicionantes es el marco naturalista en el que
habitualmente se desarrollan las sesiones. Así, aun cuando como ya se ha dicho, profesionales y
usuarios refieren beneficios, es difícil obtener evidencias de ellos en un ambiente tan poco
controlado. En este sentido expone la necesidad de: realizar evaluaciones sistemáticas y
repetitivas; establecer líneas de base claras en relación a aquello cuyos beneficios se investiga;
hacer explícita la metodología de trabajo que se utiliza, de forma que pueda ser realmente
replicable y permita la obtención de muestras más grandes; hacer foco en aquellas prácticas
que ya se están realizando tratando de establecer mecanismos de control del sesgo; buscar
creativamente nuevas formas de evidencia que sean observables y, si es posible, mensurables;
y, por último, contextualizar y hacer explícitas las debilidades y limitaciones de la investigación.
De modo que la pregunta por la arteterapia sigue vigente. Hay evidencia de que existe una
práctica denominada así, pero no existen aún suficientes evidencias acerca de sus efectos,
beneficios, limitaciones, indicación, mecanismos de acción, alcance, etc. Por otra parte,
tampoco hay evidencia acerca de los elementos que componen su praxis y de cómo se articulan
metodológicamente en relación con los objetivos que se persigue.
Lo que sí parece existir es la costumbre de referirse a ella en términos psicológicos o artísticos,
y asociarla a algunas creencias que frenan muchas veces el interés de instituciones e individuos,
limitando sus potenciales beneficios y las posibilidades para evidenciarlos. Algunas cuestiones
importantes en este sentido son las siguientes:
• La finalidad de la arteterapia no es generar imágenes que sean depositarias de material
inconsciente que el/la arteterapeuta ha de interpretar.
• La arteterapia se refiere al arte como a una forma de lenguaje con unas características
específicas que lo diferencian con claridad del lenguaje verbal habitual,
fundamentalmente lógico, y a un proceso productivo que, a diferencia de los
habituales, no tiene ninguna finalidad fuera de sí mismo. Ambas cosas permiten un
acercamiento más íntimo de la persona hacia sí misma, le permiten expresar vivencias
imposibles de racionalizar pero reales, y generan una experiencia de relación exenta de
juicio, segura y confiable, donde es posible encontrar formas distintas de relación con
lo propio.
• La naturaleza del dispositivo arteterapéutico es relacional, y es dentro de la relación
arteterapeuta-arteterapeutizando, y no del proceso creador o la producción artística,
que la persona puede encontrar vías de trabajo significativas.
• El trabajo en arteterapia se dirige a desarrollar recursos de salud y no tiene como foco
la enfermedad en ninguna de sus formas. Es cierto, sin embargo, que a menudo trae
consigo una experiencia de alivio del malestar que deriva en un alivio sintomático
(sobre todo en dolor y ansiedad). Este elemento es entendible y deseable como
resultado del proceso de desidentificación con el propio malestar, es decir, de
incorporación de otros contenidos vitales significativos no vinculados con él, al campo
experiencial de la persona.
• La denominada Expresión o Pintura Psicopatológica, no tiene nada que ver con la
práctica de la arteterapia, sino que se trata de un formato puramente artístico, talleres
artísticos que se realizan dentro del ámbito psiquiátrico.

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Campo de actuación
El acto creador no es separable de la imaginación, pero tampoco de la voluntad que se
desprende de querer lo distinto, del deseo de que algo cambie. Cuando una persona decide
adentrarse en el territorio de lo diferente, el arte visibiliza el compromiso que media entre la
vida y el ensueño, entre lo que existe y lo que puede existir; aporta una primera forma desde
la que dirigirse a nuevos devenires. Es por esto que el auténtico detonador del trabajo
arteterapéutico es la capacidad del arte, como la del juego, para interponer una experiencia
relacional genuina, que permita a la persona explorar distintas formas de estar consigo misma
y con los demás. Podría decirse entonces que la intención que subyace a todo proceso
arteterapéutico es que la persona encuentre en lo artístico una forma de expresión y
comunicación en la que se reconozca. Una vía que le permita acercarse a su propia manera de
percibirse, de percibir al mundo y de percibirse a sí misma en el mundo; que le permita
establecerse en un espacio propio, íntimo, desde el cual pueda dirigirse hacia una mayor
libertad y, secundariamente, al cambio.

Dice Pardo (15) que las “bellas artes” simbolizan la libertad, el establecimiento de una voz que
no compite con la razón ni busca convertirse en ley; proveen de una intimidad que
tradicionalmente se encuentra confinada en la casa, y que es posible gracias a la estética, a la
interposición de una forma de “belleza” independiente del juicio externo, de la Ciencia y de la
Moral. El trabajo con el malestar a través de la arteterapia busca sobre todo acercarse a él de
una forma amable y cuidadosa, sintonizar con algo de la experiencia que origina, darle sentido,
o sencillamente integrarla como parte del curso vital y compartirla; reconocerse en ella como
ser humano sintiente, padeciente; evidenciar la dimensión humanizadora del sufrimiento y
sentirse acompañado, acogido y aliviado.
En tanto disciplina y desde esta perspectiva, la arteterapia se dirige a explorar las
implicaciones, posibilidades y potencial de “lo artístico”, dentro de los procesos de desarrollo
humano promotores de salud, esto es: aquellos que permiten a las personas desarrollar su
propio potencial, responsabilizarse de su bienestar, y contribuir al bienestar de su comunidad.
No existe por tanto un campo específico de intervención, sino un trabajo que puede orientarse
de distinta forma, en función de la situación en que se encuentre la persona: vulnerabilidad,
crisis, o crecimiento. Desde aquí se abren tres áreas de trabajo diferenciadas: la educativa y
social, la clínica, y la de desarrollo personal. La primera se orienta claramente al reforzamiento
de factores protectores de salud, potencialmente resilientes y se realiza sobre todo en ámbitos
educativos y/o de inclusión social; la segunda se orienta al reequilibrio del sistema
salud/enfermedad, y aparece formando parte de tratamientos clínicos multidisciplinares; y la
tercera se dirige a promover el desarrollo de una forma de vida más integrada, armoniosa o
plena, con individuos o grupos que buscan crecer, encontrar maneras de ser mejores.

Conclusiones
Vivimos en una sociedad volcada en la salud como valor que, sin embargo, parece seguir
concibiéndola en términos de prevención, es decir, orientada a la enfermedad. Una sociedad
con un marcado carácter científico, que demanda evidencias contrastadas de las intervenciones
en salud, y en la que tienen poco encaje aquellas que se focalizan en factores protectores en
lugar de preventivos, mucho más inespecíficos e indirectos en cuanto impacto evidenciable.

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Sin embargo, y puesto que son muy muchas las posibilidades y aplicaciones de la arteterapia
en los procesos “saludables”, habremos de encontrar la forma de evidenciarlas.

Tanto si se encuentra orientada específicamente a viabilizar procesos de promoción de la


salud, como si participa como coadyuvante en la recuperación, la arteterapia ha de suponer
siempre el enriquecimiento de los recursos asistenciales, una vía para el desarrollo de
personales e interpersonales relacionados con la salud, que permite a la persona poner en
valor sus aptitudes personales, responsabilizarse de su propio bienestar, y contribuir al
bienestar de su comunidad.

Bibliografía:

1. Tse, L. Tao Te King. Madrid: Ricardo Aguilera; 1980.


2. Marcano Torres Myriam, Marcano Michelangeli Anais. Vinculación entre creatividad, arte y
enfermedad en la actividad pictórica. Gac Méd Caracas [Internet]. 2003 Abr [citado 2018
Nov 12] ; 111( 2 ): 91-111. Disponible en:
http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0367-
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3. Damasio, A. El error de Descartes. (6 ed.). Barcelona: Critica; 2006.
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2018]. [Online]. Disponible en:
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5. Hess, C, Hess-cabalzar, A. Medicina Humana. (2º ed.). Girona: ISPA; 2008.P 242
6. Glosario de Promoción de la Salud . Ministerio de Sanidad y Consumo.– [citado el 11 de
diciembre de 2018)Disponible en
https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/docs/glosario.pdf
7. Hess, C, Hess-cabalzar, A. Medicina Humana. (2º ed.). Girona: ISPA; 2008.
8. Hill A. Art Versus Illness. London: Allen & Unwin, 1945.
9. The european consortium for arts therapies education . Membership. [citado 19 diciembre
2018]. [Online]. disponible en: http://www.ecarte.info/membership/member-
institutions.htm
10. Federación Española de Asociaciones Profesionales de Arteterapia. [citado 1 noviembre
2018] [Online]. Disponible en: http://feapa.es/feapa/#.
11. American Art Therapy Association [citado 1 noviembre 2018]. [Online]. Disponible en:
https://arttherapy.org/about/
12. British association of art therapists (baat). What is art therapy?. [citado 1 noviembre
2018]. [Online]. Disponible en: https://www.baat.org/about-art-therapy
13. Ministerio de sanidad, política social e igualdad. Nota resumen informe terapias naturales.
[citado 1 noviembre 2018]. [Online]. Disponible en:
https://www.mscbs.gob.es/novedades/docs/analisisSituacionTNatu.pdf
14. Gilroy, A. Art Therapy, Research and Evidence-Based Practice. (SAGE ed.). London: 2006.
15. Kapitan, L. Introduction to Art Therapy Research. New York: Routledge; 2010.
16. Pardo, J.L. La Intimidad. Valencia: Pre-Textos; 2004.

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