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Lectura 8 - Mezcla de Marketing. Consideraciones Acerca Del Producto PDF
Lectura 8 - Mezcla de Marketing. Consideraciones Acerca Del Producto PDF
Introducción
El entorno actual en donde se desenvuelven las empresas, se caracteriza por la impresionante
evolución en materia de comunicaciones, por lo que los clientes se encuentran mucho más
informados acerca de las distintas alternativas de productos y servicios disponibles en
comparación con años anteriores. Además, la globalización en el ámbito del Marketing ha logrado
ampliar enormemente el ambiente de intercambio, evolucionando desde el lugar físico al “espacio
de mercado”, particularmente desde la incorporación de las transacciones a través de los medios
electrónicos. Pero éste, a su vez, es un espacio muy particular; en realidad contenido en la mente
de los consumidores. Es en la mente de las personas donde se da la batalla de marcas, de
productos, de servicios, de ofertas que generen valor. Y esta situación, condiciona de manera
importante la definición de las estrategias que deben desarrollar las empresas sobre su oferta
para que ésta sea reconocida y aceptada.
Por lo tanto, los empresarios deben tomar una serie de decisiones importantes respecto a las
variables del mix de marketing ó las 4 “P”: Producto, Precio, Plaza, Promoción. En esta lectura en
particular, se desarrollarán aquellos aspectos fundamentales de la estrategia de producto.
Posteriormente, en el módulo 4, se trabajarán las restantes herramientas del marketing mix.
Observe en la figura 82 cómo se relacionan las distintas variables de la mezcla de marketing.
Mix de marketing
Producto
Variedad, surtido, calidad, diseño, pack, atributos,
Mezcla de marketing
Precio
Precio lista, descuentos, plazo de pago,
condiciones de crédito, etc
Plaza
Canales, cobertura, inventario, transporte,
servicio, etc.
Promoción
Comunicación, publicidad, prensa, fuerza de
venta, marketing directo, etc.
Las decisiones de los gerentes de Marketing abarcan distintos ámbitos y van desde la definición
acerca de las características que deben presentar los nuevos productos, pasando por fijar el
precio con el que saldrá a la venta, establecer en dónde deben comercializarse los productos,
hasta definir cuánto dinero se debe invertir en publicidad y ventas para darlo a conocer y
posicionarlo en la mente de los potenciales clientes.
Dentro de ese espectro deben tomar también una serie de decisiones más operativas, como ser el
tamaño y mejor diseño para el nuevo envase del producto, y el slogan más adecuado para asociar
al nombre de marca, como para citar algunas.
Por lo tanto, la planeación de marketing comienza con la formulación de una oferta que satisfaga
los deseos y necesidades de los consumidores. En ese sentido, los consumidores analizan la
oferta que realiza la empresa, evaluando múltiples aspectos y tomarán la decisión de adquirirlos o
no en base a considerar si esa oferta les genera o no valor. Es importante resaltar que los
consumidores no compran “productos”, compran “soluciones”.
Comencemos entonces definiendo la oferta que realiza una empresa u organización. Por lo tanto,
¿qué se entiende por producto? Producto es “todo aquello que se ofrece en el mercado para
satisfacer un deseo o una necesidad”1. Normalmente, la mayoría de las personas considera que
los productos son sólo elementos tangibles, pero para el Marketing es mucho más que eso. Es así
que se pueden ofrecer distintos tipos de productos: Bienes, Servicios, Eventos, Experiencias,
Personas, Lugares, Organizaciones, Información (este tema se abordó en la lectura 1).
No solo las empresas que brindan servicios deben ocuparse por estos temas, sino que ya la gran
mayoría de las empresas industriales (aquellas que se dedican a la elaboración de bienes físicos),
han incorporado a su oferta servicios adicionales como ser garantías, atención especial a clientes,
mantenimiento, etc.
Así, los servicios se distinguen básicamente de los bienes físicos por cuatro características
principales:
1) La intangibilidad: hace referencia a que los servicios no se puede experimentar con los
sentidos, es decir, no pueden verse, ni olerse ni tocarse. Hasta que no nos sentamos en el
salón de la peluquería y nos realizan un corte de cabello, no podremos predecir el
1
Kotler, P. y Keller, K.; Dirección de Marketing; Ed. Pearson; 12° Edic.; México; 2006; P. 372.
Al reconocer estas características distintivas de los servicios, es posible aplicar una serie de
estrategias que colaboren a mejorar las experiencias de los clientes y trabajar de mejor manera la
posibilidad de posicionar la oferta, administrar de manera más adecuada la demanda, por nombrar
algunas de las situaciones problemáticas que las empresas de servicios padecen.
Niveles de Producto
Niveles de producto
Potencial
Aumentado
Esperado
Genérico
Producto
Básico
Este esquema de análisis sirve esencialmente a todos aquellos que deban tomar decisiones en el
diseño de los productos, pues ayuda a entender y comprender desde la visión de los
consumidores que los productos deben considerarse como satisfactores de necesidades y deseos
y no como productos en sí mismos.
Las personas adquieren soluciones como remarcamos antes. Por ejemplo, al comprar comida,
satisfacen la necesidad de alimentación y no necesariamente están comprando una
hamburguesa; si adquieren un reloj de marca reconocida no solo satisfacen su necesidad de
conocer la hora, sino de autoestima y de reconocimiento de los demás.
El primer nivel a definirse entonces es el de beneficio básico ó central. Éste es aquel que
realmente desea satisfacer el consumidor. Por ejemplo, en el caso del transporte de pasajeros de
larga distancia, sería el “llegar a un destino lejano”.
El tercer nivel, el producto esperado, contiene el conjunto de atributos y condiciones que los
compradores normalmente esperan al adquirir el producto. Siguiendo con nuestro ejemplo, estaría
compuesto por butacas reclinables y un servicio que en principio llegue en horario a destino.
Fuente: www.urquiza.com.ar
Por último, en el quinto nivel conocido como producto potencial, se deben incluir las posibles
mejoras y transformaciones que el producto pueda incorporar en el futuro, dado que las empresas
compiten continuamente por agregar valor a sus ofertas para ganar ese espacio privilegiado en la
mente de los consumidores. Es así como una empresa de transporte de pasajeros podría incluir
en el futuro la posibilidad de contar con mantas térmicas, o con la posibilidad de reservar vía
Internet la mejor ubicación de su asiento ó lo que desea cenar en el servicio de catering del viaje.
Clasificaciones de Producto
Conocer cómo se clasifican los productos es básicamente útil para diseñar la estrategia de
marketing más adecuada, pues las decisiones a tomar al respecto dependerán en gran medida del
tipo de producto de que se trate.
Es así como los productos pueden clasificarse según estos tres criterios:
a) por su naturaleza,
b) como Bienes de consumo y
c) como Bienes industriales
Productos intangibles ó servicios: tal como se indicó en el punto anterior, los servicios
no se pueden ver, ni oler, ni tocar, es decir, su naturaleza es intangible. Además de esa
característica, son inseparables, heterogéneos y caducan con rapidez. Ejemplos de
servicios son las cirugías de todo tipo, las reparaciones de electrodomésticos, etc. Por lo
tanto, respecto a las estrategias comerciales que se pueden aplicar para estos casos, se
recomienda prestar atención al control de calidad, a trabajar en la credibilidad del
proveedor de servicio y a preocuparse por el grado de adaptabilidad del servicio respecto a
los distintos tipos de usuarios.
b) Bienes de Consumo: pueden distinguirse de acuerdo a los hábitos de compra. Es por ello
que encontramos: bienes de conveniencia, de compra, de especialidad, y bienes no buscados.
Bienes de Conveniencia: son aquellos que se adquieren con cierta frecuencia, con
escaso esfuerzo por parte del comprador y casi de manera inmediata. Por lo tanto, al
plantear la estrategia de marketing resulta trascendental colocar los productos donde
puedan ser encontrados con facilidad.
1. Productos de uso común: algodón, azúcar, detergente.
2. Bienes de impulso: cuando las compras no son planificadas y responde a un
impulso, por ejemplo: golosinas, revistas. Vale la pena prestar atención a todos
aquellos productos que normalmente se ubican al lado de las cajas de los
supermercados.
3. Bienes de emergencia: surge la necesidad de adquirirlos por una situación
imprevista, por ejemplo: un apósito cuando sufrimos un corte en la mano, ó un
paraguas, cuando comienza a llover.
c) Bienes Industriales: cuando se trata de bienes y servicios industriales, hay que considerar si
ingresan totalmente en el proceso productivo ó solo colaboran con el mismo. Así podemos
distinguir entre tres grupos distintos de productos industriales: materiales y piezas, los bienes
de capital y los suministros y servicios.
Bienes de capital: son bienes durables, que se utilizan para llevar a cabo el proceso
productivo. Aquí se encuentran tanto las instalaciones físicas donde se desarrolla el
proceso (por ejemplo, un galpón), como las máquinas que se utilizan en el mismo
(generadores, torno, etcétera.)