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1) ¿Cómo explica Freud la salida del Complejo de Edipo en la mujer, a diferencia

del varón?

Freud indica que tanto varón como niña pasan, en principio, por una misma etapa del
complejo de Edipo: la madre es el objeto de amor (sea la madre o quien esté en el
lugar de madre), aquella que otorgó los primeros cuidados y satisfacciones.

La transición por el c. de Edipo se diferencia en varón y niña, cuando:

-la niña descubre que su clítoris es un órgano que otorga satisfacción, actúa como un
“pequeño pene”. En cuanto tiene ocasión de compararlo con un pene verdadero,
descubre que se encuentra en una posición de desventaja e inferioridad. Durante
algún tiempo, la niña considera que tal elemento va a crecerle, y cree que en algún
tiempo lo tuvo, pero que fue castrada. A partir de este momento, y asumiendo esta
castración, la mujer entra al Complejo de Edipo buscando en su padre aquello que su
madre no pudo darle: un hijo que la complete (falo). En tanto esto no se cumple, la
niña renuncia a este pedido, y de tal actitud parten tres salidas posibles del complejo
de Edipo:
 Apartamiento general de la sexualidad (sentimiento de inferioridad): la niña se
torna insatisfecha con su clítoris, renuncia a su actividad sexual en general. No
tener instrumento (falo = pene) la ubica en un lugar con menos privilegios.
 Complejo de masculinidad: conserva la esperanza de que llegará alguna vez a
tener pene, convirtiéndose esto en la finalidad de su vida. Se ubica en una
posición de desafío y confrontación con el varón. En su extremo se ubica la
homosexualidad femenina: la mujer se comporta tal cual si fuera hombre.
 Forma femenina del complejo de Edipo: salida “normal”, el hijo se convierte en
el falo faltante en la mujer. La maternidad completa a aquella mujer.

-En el varón, la entrada al complejo de Edipo está todavía relacionada con los deseos
incestuosos hacia la madre, ubicándola como objeto capaz de satisfacer sus
necesidades. El niño considera un único aparato genital posible: el pene. No admite la
posibilidad de que alguien no lo posea. Comienza una investigación para compararlo
con el de otras personas (curiosidad sexual). En el curso de estas investigaciones,
descubre que no es común a todos: las niñas no lo tienen. Pero niegan tal falta,
pretenden que el órgano es aún muy pequeño y que crecerá más adelante. Cuando el
niño concentra su interés sobre su órgano genital, aplica movimientos manuales sobre
él, y advierte que los mayores no están de acuerdo con esta conducta, quienes
amenazan al niño con cortarle esta parte: cuando el niño enlaza su observación de los
genitales femeninos “castrados” con esa amenaza, se hace posible representar la
pérdida del pene, y dicha amenaza comienza a surtir efectos. El niño se aparta del
complejo de Edipo por temor a tal castración posible.

Freud llama esta salida del complejo de Edipo “SEPULTAMIENTO este proceso es más
que una represión (sería el caso ideal que devenga inconsciente totalmente.) El
Superyó deviene heredero de tal complejo, comandando las elecciones de objeto.
Utiliza el término sepultamiento para dar cuenta que se trata de algo más que una
represión. Si bien no queda al alcance, sigue estando allí y no tiene el estatuto del
olvido y recuerdo.

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