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Todos tenemos el deseo innato de amar y ser amados. Los poetas escriben sobre
el amor, los cantantes cantan canciones de amor y todos siempre pensamos y
soñamos con el amor. El amor es la fuerza más grande y poderosa en el universo
y la fuente de la vida y la felicidad.
En la familia, cada uno crece, aprende y experimenta los ilimitados reinos del
amor: Primero, el amor filial hacia nuestros padres, luego el amor entre hermanos
y hermanas, después el amor conyugal con nuestra pareja, y finalmente el amor
paternal hacia nuestros propios hijos e hijas. Cuando aprendemos y
experimentamos estos cuatro reinos de amor en nuestro corazón, nos graduamos
en esta escuela del amor. A través de este proceso nos preparamos para señorear
todas las complejas relaciones de la sociedad en general. Debido a que somos
diferentes de los animales, los seres humanos tenemos pocos instintos que nos
guían. Aprendemos cómo amar y vivir, básicamente de nuestra familia y cultura.
Por esta razón, es esencial establecer verdaderos patrones de comportamiento en
nuestras familias para que luego modelen constructivamente la vida humana de
las futuras generaciones.
Cuando observamos la familia, vemos que los padres están en la posición central.
La familia se forma sobre la base del amor entre un hombre y una mujer. El amor
es como el pegamento, el elemento que los une y que mantiene esa unidad. El
amor de nuestros padres origina nuestra vida física y transmite el linaje. El amor
y la familia son inseparables y por lo tanto es absolutamente necesario descubrir
el valor y el propósito transcendental que el amor tiene en nuestras vidas. Sin
lugar a dudas, el amor es una fuente de alegría y felicidad, pero cuando el amor
se desvia y se mal usa, es también la fuente de los mas grandes desengaños y
sufrimientos. El amor ilícito o prohibido es el principal enemigo de la familia y la
causa de amargas tragedias tanto para las personas y familias involucradas como
para la sociedad en general.
Se puede hacer una analogía entre el poder físico de la energía atómica y el poder
espiritual del amor. Si la energía atómica se usa sabiamente para propósitos
pacíficos, es una fuente de prosperidad y progreso inimaginable, pero mal usada,
la energía atómica se convierte en la fuerza más destructiva. En forma similar,
cuando el amor se experimenta en la dirección correcta nos eleva y nos hace
sentir la más grande felicidad, paz y armonía imaginables, pero si el amor se
experimenta de forma inmadura o equivocada nos degrada y produce trágicos
resultados, como divorcios, embarazos no deseados, abortos, incestos, violencia
en el hogar, etc.
Como escribió William Graham Cole: "Los objetos robados pueden devolverse o
compensarse, las mentiras pueden ser retractadas y corregidas, la envidia puede
ser superada. Pero el acto sexual cometido con otra persona no puede anularse.
Las relaciones mutuas sufren un cambio radical, y la pareja afectada nunca jamás
volverá a ser lo que era antes. Algo indeleble les ha marcado".
En el tiempo actual, muchos problemas pueden ser eliminados gradualmente por
el avance de la ciencia, la tecnología y el empleo de nuevos y más avanzados
sistemas económicos, políticos y sociales. Pero, sin importar la magnitud de estos
avances, observamos que cuanto más desarrollado llega a ser un país parece más
incapaz de reconocer y controlar la inmoralidad sexual, el adulterio y los delitos
sexuales. Tales actos inmorales casi siempre se cometen en secreto y en una
sociedad libre no hay forma de prevenirlos, a menos que se eleve nuestra
sensibilidad, corazón y conciencia. Simples leyes, reglamentos, castigos u otros
métodos externos aceptables, prueban, tanto ahora como en el pasado, ser
ineficaces para controlarlos. Como los seres humanos no podemos vivir sin
experimentar el amor, si no somos capaces de vivir por las normas del amor
verdadero, es evidente que la alternativa es el amor ilícito.
El hombre existe para la mujer y la mujer existe para el hombre. De manera que
podemos decir que desde el mismo momento en que una persona nace, nace para
su compañero o compañera. En la historia, distintos puntos de vista sobre la vida
y el universo nos han presentado problemas no resueltos. La solución de estos
problemas se hallará cuando un verdadero hombre y una verdadera mujer se unan
con el absoluto estandard del amor verdadero, creando una unidad absoluta,
debido a que ese es el propósito original de nuestras vidas y la fuente del valor
absoluto.
Sólo el marido y la esposa tienen la llave de acceso para abrir esos lugares
sagrados para el cumplimiento del amor celestial. Ese acto de amor está
destinado a ser la posesión mas sagrada del marido y su esposa y nunca debe
profanarse permitiendo que un extraño entre y lo adultere o corrompa. Esta es la
única forma correcta de comprender la relación entre marido y esposa. Una vez
que el hombre y la mujer encuentran su amor verdadero, es algo eterno y
permanente y no puede existir un amor alternativo.
Hombres y mujeres tenemos los órganos sexuales para que como marido y
esposa podamos unirnos, lo que supone la bendición más increíble. A través de
esa unión, ellos sienten placer en el Palacio del Verdadero Amor (los órganos
sexuales). Ese es el punto de comienzo de la felicidad verdadera. Ese no sólo es
el momento cumbre de consumación para hombre y mujer, sino que es el punto
culminante de consumación también para nuestro Creador. Ese es el comienzo de
la felicidad y la esperanza, por eso debemos de restaurar y lograr ese ideal. Esa es
la forma de vida que nuestro Creador concibió para cada hombre y mujer aquí en
la tierra y cuándo se termina esta clase de vida en la tierra, iremos al mundo
espiritual eterno. El hombre es un ser privilegiado, por ser capaz de realizar el
acto del amor, una y otra vez, toda su vida y continuar después en el mundo
espiritual. Las experiencias de amor con los demás son nuestro verdadero tesoro
y forman nuestra personalidad, identidad y carácter. Esa es la única riqueza o
posesión que podemos llevar con nosotros para siempre.
Por esta razón, el acto del amor debería ser lo más precioso, hermoso y santo en
la vida. Pero, sin embargo, es muy significativo descubrir el hecho de que
constantemente durante toda la historia humana, los órganos sexuales y el acto
del amor hayan sido vistos como algo sucio y vergonzoso. También es
sintomático que la mayoría de los idiomas usan frecuentemente el lenguaje más
obsceno y vulgar para describir los órganos sexuales y el acto del amor. Esto
degrada el amor sexual, la experiencia más sublime, bella y sagrada,
convirtiendola en algo casual, obsceno, impuro y vulgar. Cada experiencia de
amor, debería ser una regocijante explosión celestial de energía y creatividad.
En realidad somos conscientes de que esas son metas muy elevadas y difíciles de
lograr, y que la mayoría de las personas que tienen éxito en realizarlas, se apoyan
en fuertes creencias morales o religiosas que les permiten luchar contra la
corriente actual en la que prevalecen actitudes más tolerantes hacia una falsa
conducta sexual. Sin embargo, creemos firmemente que estas son metas
alcanzables y las más valiosas normas u orientaciones para la realización del
Amor Verdadero.
file:///C:/Users/USUARIO/Documents/JAIME%202014/TESIS/La%20Familia%20es%20la
%20Escuela%20del%20Amor.htm (25/03/2014).