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Isabelle Combès

DE LA UNA Y OTRA BANDA DEL RÍO


PARAGUAY

Historia y etnografía de los itatines


(siglos XVI-XVIII)
Isabelle Combès
De la una y otra banda del río Paraguay. Historia y etnografía de los
itatines
(siglos XVI-XVIII)
231p.; ilus; 24x17 cm (Colección “Scripta autochtona”, 15)
ISBN: 978-99974-854-1-0
D.L.: 2-1-2825-15
[Itatines / Guarayos / Kaiowá / Etnogénesis / Etnohistoria]

©  Isabelle Combès, 2015


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Primera edición, septiembre 2015

Fotografías de la tapa: Mapa del río Paraguay, 1772 (Sánchez Labrador) (Furlong 1936: mapa 37, detalle);
ollera guaraya, 1930 (García Jordán 2009: foto 136); mujer guaraya cargando el pana-
cú, c. 1930 (García Jordán 2009: foto 143); casa kaiowá, 2007 (Vietta 2015)

Impreso en Bolivia - Printed in Bolivia


Este libro se publica con el apoyo de ADVENIAT
Prólogo

Sumario

PRÓLOGO................................................................................................................7
EN EL CORAZÓN DE AMÉRICA DEL SUR............................................................ 11

PRIMERA PARTE. UNA CRÓNICA ITATÍN............................................................17

I.  DE LA UNA Y OTRA BANDA DEL RÍO PARAGUAY...........................................17


1.  Primeras noticias...........................................................................................17
2.  Las migraciones itatines................................................................................22
3.  El mosaico itatín............................................................................................30
II.  ETNOGRAFÍA ITATÍN (siglos XVI-XVII).............................................................37
1. Demografía....................................................................................................37
2. Cacicazgo......................................................................................................40
3. Religión..........................................................................................................41
4.  Matrimonios, ritos, juegos..............................................................................45
5.  Los itatines y sus vecinos..............................................................................49
III.  HISTORIA DE LOS ITATINES...........................................................................55
1.  La Colonia temprana.....................................................................................55
2.  La diáspora itatín...........................................................................................66
3.  Caaiguás y guarayos.....................................................................................78
PALABRAS FINALES..............................................................................................87

SEGUNDA PARTE. DICCIONARIO ITATÍN...........................................................91

5
Graciela Chamorro

TERCERA PARTE. DOCUMENTOS....................................................................149

1.  Información de servicios de Hernando de Salazar, 1563.................................149


2. Viaje de don Francisco Ortiz de Vergara desde Asunción hasta
   Santa Cruz, 1565.............................................................................................154
3. Itatines de Santa Cruz bautizados por Diego de Porres en 1578....................156
4.  Misión en la provincia de Santa Cruz. 1589.....................................................176
5.  Anua jesuita peruana de 1594..........................................................................184
6. Carta del padre Diego de Samaniego, San Lorenzo de la Frontera,
   26 de diciembre de 1600.................................................................................187
7. Dos cartas del padre Diego de Boroa sobre la visita de los itatines a
   Guarambaré, 1614...........................................................................................191
8. Estado del Itatí, por el padre Diego Ferrer, 21 de agosto de 1633 ..................195
9.  Rebelión de Ñanduabuçu, 1643.......................................................................200
10.  Muerte del padre Pedro Romero, 1645..........................................................203
Siglas de archivos.................................................................................................213
Bibliografía............................................................................................................213

MAPAS

1. Ubicación general................................................................................................16
2.  Ubicación aproximativa de los grupos guaraní-hablantes occidentales en
  el siglo XVI..........................................................................................................36
3.  La provincia del Itatín oriental (Sánchez Labrador)............................................54
4.  Traslados de las misiones de Itatín, siglo XVII...................................................67
5.  El río Paraguay, 1772 (Sánchez Labrador)........................................................72
6.  Misiones de Chiquitos donde ingresaron guarayos............................................82
7.  Misiones del Tarumá, 1771.................................................................................85

CUADROS

1.  Migraciones guaraníes confirmadas (siglo XVI).................................................24


2.  Aldeas itatines visitadas por Diego de Porres, 1578..........................................38
3. Cronología de la historia itatín, siglos XVI-XVII...................................................76

FIGURA

1.  Tatuajes de los xarayes....................................................................................148

6
Prólogo

PRÓLOGO

Hacer la historia de un pueblo indígena americano significa casi siempre


de-construir las historias oficiales, sea porque en ellas se ignoran o subestiman
los hechos protagonizados por indígenas, porque en ellas preponderan la visión
de las élites locales y de las de ultramar, o porque en ellas los Estados suelen
proyectarse como grandezas de larga duración a partir de las cuales se cuentan los
hechos considerados memorables y de relevancia nacional. Al abrir brechas en ese
imaginario, la historia indígena no sólo da voz y rostro a otros actores sociales y
protagonistas históricos sino que también redimensiona las historias de los Estados
americanos en escalas menores, puesto que ellas generalmente son más cortas
y menos complejas que las historias indígenas que le antecedieron y en algunos
casos le son aún concomitantes. En el libro que tengo el placer de presentar, Isabelle
Combès nos ofrece la oportunidad de acompañar esa complejidad histórico-cultural
en el corazón de la América del Sur. Su trabajo nos ayuda a comprender esta
región, más allá de la geopolítica que la dividió entre Bolivia, Brasil y Paraguay,
como una verdadera área cultural, como zona de intensos vaivenes, intercambios y
alianzas indígenas antes y después de la colonización. En términos más estrictos,
este libro nos ayuda a (re)establecer tres relaciones: entre el pueblo guarayo de
Bolivia y los kaiowás de Brasil y los paĩ-tavyterã de Paraguay; entre la historia de
estos tres grupos y la historia itatín, nombre bajo el cual ellos aparecen durante
toda su historia antigua y parte de su historia colonial; entre la historia de los itatines
occidentales y la de los orientales. El libro reúne esas mitades.
Desde Brasil y Paraguay estamos más acostumbrados a los itatines del
lado oriental del río Paraguay, que fueron contactados y en parte reducidos por
los jesuitas que remontaron desde Asunción a la región. Isabelle nos invita a ir con
ella hacia aquéllos ubicados al oeste de los xarayes, mostrándonos que el conjunto
de pueblos itatines empezó a resquebrajarse durante la segunda mitad del siglo
XVII y que la separación sólo se consolidó en el siglo XVIII, aunque los contactos
interétnicos mismos “sólo disminuyeron o cambiaron de forma a partir de la época
republicana, la colonización masiva y la fijación de los límites internacionales en el
siglo XIX”, como escribe en su introducción.
Para las primeras dos décadas de la conquista en la región y para el período
inmediatamente prehispánico, ella se apoya en los documentos dejados por los
fundadores de Asunción (1537), sobre todo, en sus relatos de las expediciones
río Paraguay arriba e incursiones hacia el oeste. Para las décadas siguientes, sus

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Graciela Chamorro

fuentes son los escritos relativos a la primera ciudad de Santa Cruz, la Vieja, fundada
en 1561, especialmente en los registros de jesuitas que actuaron allí y entre los
itatines. Sobre los itatines orientales, para los últimos años del siglo XVI, las fuentes
son las relativas a la(s) fundación(es) de Santiago de Xerez y para los itatines
occidentales los escritos de los primeros jesuitas que entraron en la región desde el
Perú. Para los itatines occidentales de los siglos XVII y XVIII, la documentación es la
producida por los jesuitas de la provincia de Paraguay que misionaban en Chiquitos;
para los orientales, son los informes de los mismos jesuitas que misionaban en
Itatín y los escritos sobre los bandeirantes en los dominios españoles. La autora
usa también fuentes posteriores, inclusive datos provenientes de la tradición oral
kaiowá, paĩ-tavyterã y guaraya, encontrados en la literatura antropológica, donde
aparecen imágenes y frases probablemente relacionados a ese pasado común.
El nombre itatín fue registrado por primera vez como nombre étnico en 1555,
en una carta de Domingo Martínez de Irala al rey. La apelación se aplicaba a los
habitantes de ambos lados del rio Paraguay en las inmediaciones del puerto llamado
Itatín. Esos indígenas acompañaron en calidad de guías varias expediciones de
europeos hacia el Perú, pues eran experimentados en la busca por metales en la
región occidental. Irala los considera “amigos” a punto de ser “reducidos” al servicio
de Su Majestad (Irala 1877 [1555]: 571-578; Combès 2010: 172). Basado en el
relato de sus interlocutores indígenas, Zurubay y Xagoani, Irala registró la movilidad
de los itatines, aún antes de la llegada de los europeos a la región. Escribe que
“antes que García viniese del Brasil” –o sea, antes de 1530, si seguimos la fecha
propuesta por Julien (2005)– los itatines organizaron una reunión general de
indígenas y emprendieron expediciones hacia el oeste, en busca de metales.
En su artículo sobre García, Catherine Julien (2005) relee los documentos
y las historias escritas en base a ellos sobre ese personaje. Para ella, el foco en
García llevó los autores de esas historias a olvidar las expediciones realizadas
exclusivamente por esos itatines, sin la participación de europeos. Para la autora,
se dejaba así fuera del relato uno de los aspectos principales de la complejidad
mencionada arriba, que junto con la movilidad geográfica y social es constituyente de
la región. A ese respecto, cabe recordar que los itatines probablemente mantenían
también contacto con los carios o carijós de la costa sur del Brasil.
Pues bien, muchos de esos itatines acompañaron no sólo García sino
también los españoles de Asunción hacia el Perú. Parte de los integrantes de esas
expediciones se quedó en las tierras recién exploradas. A ese grupo se juntaron los
guías posteriores de los conquistadores europeos en la tierra de los metales. Los
itatines occidentales denominaron “Itatín” al territorio que ocuparon, por el nombre

8
Prólogo

de su provincia de origen, siendo que ellos mismos fueron llamados también


chiriguanes, chiriguanaes y guarayú.
Los descendientes de los itatines orientales son los kaiowás, en el Estado
brasileño de Mato Grosso do Sul, y los paĩ-tavyterã, en Paraguay, sobre todo en
el departamento de Amambay. Los guarayos en Bolivia, en el departamento de
Santa Cruz, lo son de los itatines occidentales. Los grupos de Brasil y Paraguay se
reconocen como idénticos, pero no así los de Bolivia. El largo tiempo de separación
se encargó de hacer que estos grupos ya no mantengan un sentimiento de
pertenencia común. Una de las características culturales vivas de estos tres grupos
es la lengua y la tarea pendiente que urge realizar es el estudio contrastivo de las
mismas. Es probable que eso nos revele las marcas de los diferentes contactos que
estos grupos mantuvieron a lo largo de su historia con otros pueblos indígenas y
con distintas frentes colonizadoras y misioneras. 
La historia de los guarayos, kaiowás y paĩ-tavyterã es conocida a partir
del siglo XIX. En el caso de los primeros, a partir de su ingreso en las misiones
franciscanas; en el de los dos últimos, desde fines de la guerra de la triple alianza
(1864-1870). Según Isabelle Combès, en el caso de los guarayos, la historia
colonial prácticamente no ha sido estudiada, “y mucho menos relacionada con la
de aquellos itatines de la banda oriental del río”. Para los kaiowás y paĩ-tavyterã,
los primeros capítulos de las investigaciones que tratan de su historia se resumen
en partes de los estudios dedicados a las misiones jesuíticas, y no más que eso.
Ése era también mi caso, pues yo misma no conocía casi nada sobre los itatines
orientales fuera de los escritos jesuíticos del Paraguay, muchos de ellos leídos
en la monografía de Melià y los Grünberg sobre los paĩ-tavyterã; de los itatines
occidentales no sabía nada. Solamente en 2009, cuando empezamos a preparar
las XIII Jornadas Internacionales sobre las Misiones Jesuíticas en Dourados (2010)
y con el excelente aporte de Isabelle en la mesa dedicada a los itatines, avanzamos
en las investigaciones sobre la historia colonial de los kaiowás. Aún así, escribo
en mi Historia Kaiowá (Chamorro 2015a), que una reflexión histórica sobre los
kaiowás en un período que ultrapasa doscientos años es tarea difícil, pues las
más antiguas referencias sobre ellos datan de las primeras décadas del siglo XIX.
Faltaba precisamente la historia colonial, cuando los kaiowás todavía no llevaban
este nombre y eran genéricamente denominados itatines y más tarde ka’aguá. De
modo que el libro de Isabelle viene a llenar un vacío en la bibliografía histórica
de los pueblos indígenas del centro de la América del Sur y lanza las bases para
futuras investigaciones.
Mientras trabajábamos juntas en el libro Povos Indígenas em Mato Grosso do
Sul y en algunos seminarios de Historia Indígena en el Programa de Posgrado en

9
Graciela Chamorro

Historia de la Universidade Federal da Grande Dourados, Isabelle nos preguntaba


“¿hasta cuándo los itatines fueron llamados itatines? ¿por qué los kaiowás se
consideran hermanos de los paĩ-tavyterã y no de los guarayos?”. Como le es
peculiar, sin encontrar respuesta satisfactoria en la literatura que trata de estos
pueblos, fue a las fuentes y en pocos meses dio a luz su “Monumenta Itatinorum”,
como jovialmente quedó conocido su libro entre quienes acompañábamos su
gestación. En la primera parte nos presenta a los itatines de ambos lados del río
y sus migraciones al oeste, marcando la etnografía de los diversos grupos, su
“diáspora” en el siglo XVII y su desaparición en el siglo XVIII. En el diccionario, la
segunda parte, recopila todos los términos relativos a los antiguos itatines, lo que
nos ayuda sobremanera a comprender los documentos. La tercera consiste en la
transcripción actualizada de varios documentos. Gracias, Isabelle, por debruzarte
con ahínco y tesón sobre los documentos y por responder de manera elocuente y
fundamentada a tus preguntas, que también son nuestras.

Graciela Chamorro
Universidade Federal da Grande Dourados

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En el corazón de América del Sur

EN EL CORAZÓN DE AMÉRICA DEL SUR

Con la expresión “corazón de América del sur”, el viajero y científico francés


Francis de Castelnau (1850) designó las regiones que recorrió a mediados del
siglo XIX, y que abarcaban la antigua provincia brasileña de Mato Grosso (actuales
Estados de Rondônia, Mato Grosso y Mato Grosso do Sul), la Chiquitania boliviana
y el norte del Chaco boreal.
Por azares o caprichos de la historia, esta región está dividida entre tres
países: Brasil, Bolivia y Paraguay. Sin embargo, históricamente y etnográficamente
hablando, puede ser considerada como un verdadero “área cultural” –no en el
sentido tradicional y obsoleto del término, sino en función de los permanentes
contactos y vaivenes entre la población indígena en los tiempos coloniales, los
intercambios, las alianzas interétnicas, etc., que tejen una gigantesca telaraña en la
región y nos obligan a considerarla como un todo.
Los guarayos de Bolivia, los kaiowás de Mato Grosso do Sul y los paĩ-tavyterã
de Paraguay comparten, por ejemplo, un origen y una historia colonial común, que
nace en la antigua “provincia de Itatín” (actual Mato Grosso do Sul); los kadiwéus,
los terenas, los kinikinaus y los grupos zamuco-hablantes que viven hoy en el mismo
Estado brasileño provienen del Chaco boreal hoy dividido entre Bolivia y Paraguay.
Los mismos zamucos siguen viviendo, hoy, en Bolivia y Paraguay.
De la misma manera, constantes huidas y vaivenes de la población indígena
están registrados en las fuentes coloniales. Todos los grupos de la región sufrieron
bajas, recomposiciones étnicas y cambios debidos a la colonización española, al
establecimiento de las misiones jesuitas de Itatín (siglo XVII) y de Chiquitos (siglo
XVIII) y, sobre todo, a las cacerías de esclavos organizadas por los bandeirantes
paulistas a partir del siglo XVII1. Pero las mismas fuentes coloniales comprueban
la existencia de redes, alianzas y contactos mucho más antiguos entre los pueblos
indígenas de la región. En tiempos prehispánicos está registrado un intenso comercio
del metal andino hacia el Este, que involucraba toda una cadena de pueblos
indígenas desde los últimos estribos andinos hasta el Pantanal, el Chaco boreal
y, más allá, el río de La Plata. Tenemos constancia de matrimonios interétnicos,

1 También llamados “mamelucos” o “paulistas”, los bandeirantes eran cazadores de esclavos que salían de la ciudad
de São Paulo en Brasil. Se constituyeron en el mayor enemigo de las misiones jesuíticas del Paraguay.

11
Isabelle Combès

de migraciones, de confederaciones guerreras o de expediciones multiétnicas que


tuvieron lugar antes de la llegada de los españoles. En este sentido el Pantanal
y el río Paraguay, que conforman el centro de esta macro-región, no pueden ser
considerados como barreras u obstáculos, sino todo lo contrario, como espacios
de frontera y comunicación que alentaron los contactos interétnicos. Éstos sólo
disminuyeron o cambiaron de forma a partir de la época republicana, la colonización
masiva y la fijación de los límites internacionales en el siglo XIX.
Es un hecho que estos mismos límites internacionales así como, en parte,
la barrera lingüística (español/portugués) entre los Estados modernos afectan
profundamente nuestras investigaciones (y, entonces, nuestra visión) sobre los
antiguos pueblos indígenas de la zona, en general recalcitrantes a ubicarse dentro
de los límites administrativos. El caso de los itatines es un ejemplo llamativo de esta
situación. Este grupo étnico guaraní-hablante, antiguamente asentado en ambas
orillas del río Paraguay, ya no existe como tal. Son considerados hoy como sus
descendientes dos conjuntos:
-  Los kaiowás y los paĩ-tavyterã, en el Estado brasileño de Mato Grosso do
Sul y en Paraguay (departamentos de Amambay, Concepción, Canindeyú
y San Pedro) respectivamente. Aunque lleven un nombre diferente y estén
hoy divididos por una frontera internacional, kaiowás y paĩ-tavyterã se
consideran como un solo grupo.
-  Los guarayos en Bolivia (departamento de Santa Cruz).
Ninguna relación existe en la actualidad entre ambos conjuntos y, a decir
verdad, ninguna relación tampoco aparece en los estudios antropológicos que
existen sobre ellos. Estos estudios son sumamente escasos en el caso de los
guarayos bolivianos, y mucho más numerosos y de calidad sobre los kaiowás y los
paĩ-tavyterã. Sin embargo, aunque suelen mencionar en una obligada introducción
histórica el origen itatín de estos grupos, se dedican luego al estudio de cada grupo
particular, por separado. Los estudiosos de los guarayos no conocen, o conocen
muy poco, las fuentes paraguayas o brasileñas, y viceversa.
Es cierto que los itatines, como conjunto, se dividieron y se separaron en
algún momento de la historia: pero eso ocurrió en tiempos relativamente recientes,
durante la segunda mitad del siglo XVII, hasta llegar a una separación definitiva
en el siglo XVIII. Sin embargo, al igual que los estudios antropológicos, las
investigaciones históricas no parecen exageradamente interesadas en acercarse
a la historia compartida de los itatines de ambas orillas del río Paraguay. Al oriente
del río, las historias de los itatines no mencionan prácticamente a sus parientes
occidentales. A decir verdad, no existe en la bibliografía una historia de los itatines

12
En el corazón de América del Sur

orientales en sí: están mencionados en los primeros capítulos de las investigaciones


que tratan de la historia de los kaiowás o de los paĩ-tavyterã, o bien en partes de
los estudios dedicados a las misiones jesuíticas, y no mucho más. Pasando al lado
oeste del río, el estado de las investigaciones es aun más preocupante. La historia
de los guarayos es relativamente bien conocida a partir del siglo XIX y su ingreso en
las misiones franciscanas; este período fue objeto de sendas investigaciones, por
parte de Pilar García Jordán en particular. Pero la historia colonial de estos grupos
prácticamente no ha sido estudiada, y mucho menos relacionada con la de aquellos
itatines de la banda oriental del río.
Por así decirlo, las investigaciones que existen sobre los itatines o sus
descendientes abarcan sólo una mitad de su historia. Se habrá entendido, mi
intención es procurar juntar ambas mitades en estas páginas. Partes activas en los
intercambios y las relaciones entre los pueblos indígenas de ambos lados del río
Paraguay, asentados ellos mismos en ambas orillas del río, los itatines contribuyeron
no poco a dibujar esta “área cultural” de la cual hablé al empezar. Por esta razón el
título de este ensayo retoma el de un antiguo “catálogo de las naciones de indios
que hay de la una y otra banda del río Paraguay” (Zurbano 1915b [1644]).
Trataré entonces aquí de la historia de este grupo hasta su desaparición
como tal a finales del siglo XVIII. Son diversas las fuentes sobre la cual me apoyaré
para esta tarea. Cronológicamente hablando, los primeros documentos de interés
provienen de los fundadores de Asunción del Paraguay (1537) y, sobre todo, de
los relatos de sus expediciones remontando el río Paraguay e internándose hacia
el oeste. Estos documentos proporcionan asimismo fragmentarias informaciones
sobre el período inmediatamente prehispánico de la región. En las décadas
siguientes, mucha información está disponible en los escritos relativos a la primera
ciudad de Santa Cruz la Vieja, fundada en 1561 a medio camino entre el Pantanal
al este y el río Guapay al oeste, en la actual Chiquitania boliviana. Entre estos
escritos se destacan los de los primeros jesuitas que actuaron en la ciudad, y entre
los itatines.
A finales del siglo XVI, la(s) fundación(es) de Santiago de Xerez y el ingreso
de los primeros jesuitas a Itatín completan la información para la región al este del
río Paraguay. Por el contrario, el traslado de Santa Cruz de la Sierra al río Guapay
en 1603-1604 tiene por consecuencia un vacío casi total de informaciones sobre los
itatines occidentales. Finalmente, para los dos siglos siguientes, los informes de los
jesuitas de Itatín por un lado y de Chiquitos por el otro son las principales fuentes de
información, así como la voluminosa correspondencia y literatura originadas por los
ataques de los bandeirantes portugueses en los dominios españoles.

13
Isabelle Combès

Otras fuentes posteriores también son útiles, aunque se refieran a una


época en la cual “los itatines” ya no existen como tales: me refiero a los informes
de los demarcadores de límites entre los imperios español y portugués a partir de
mediados del siglo XVIII, y a los datos recogidos ya en el siglo XIX por los padres
franciscanos que trabajan entre los guarayos de Bolivia. Haré uso, también, de datos
de la tradición oral de los actuales kaiowás, paĩ-tavyterã y guarayos, encontrados
en la literatura antropológica.
El texto que sigue está dividido en tres partes. La primera es un estudio
preliminar, dividido en tres capítulos. Utilizando las fuentes de la Colonia temprana,
el primero establece la existencia de los itatines como grupo étnico a ambos lados
del río Paraguay, y se detiene en particular sobre las migraciones guaraníes en
dirección al oeste. El segundo está dedicado a recopilar lo que sabemos de la
etnografía de los antiguos itatines en esta primera época (siglo XVI, inicios del siglo
XVII). Finalmente, el tercer capítulo reconstruye la historia del conjunto itatín hasta
su “diáspora” en el siglo XVII y su definitiva desaparición en el siglo XVIII. Los
dos primeros capítulos de esta parte recogen y profundizan datos expuestos en un
artículo previo, donde enfoqué mayormente el lado occidental o boliviano (Combès
2015).
La segunda parte es un breve diccionario que recopila todos los términos
(nombres personales, topónimos, etnónimos, etc.) relativos a los antiguos itatines
que encontré en las fuentes de los siglos XVI a XVIII. Este diccionario recoge algunos
de los nombres ya encontrados en investigaciones anteriores sobre el poblamiento
étnico de la primera ciudad de Santa Cruz (Combès 2010).
Finalmente, la tercera parte de este libro presenta algunos de los principales
documentos históricos relativos a los antiguos itatines. Al transcribirlos, he
modernizado en cada caso su ortografía para una lectura más ágil, respetando sin
embargo la grafía de los nombres propios y de las palabras en guaraní u otro idioma
nativo. Tanto en el diccionario como en las fuentes, varios términos son recurrentes
y necesitan una breve explicación:
- 
La “encomienda”, “repartimiento” o “repartimiento en encomienda”
designaba “la atribución […] por la Corona de una población indígena a un
colono […] en retribución de los servicios que le ha prestado en la conquista
de los nuevos territorios” (Barnadas 2002: 708-709).
- En la Colonia temprana, los españoles solían hablar de “generaciones”
indígenas –un término que podemos interpretar como “nación”, “grupo
étnico” o “etnia”– y de “parcialidades”: este último término debe entenderse

14
En el corazón de América del Sur

como “parte de”, y puede en ocasiones ser interpretado como “sub-grupo”,


“barrio”, etc.
- Se encontrará también a menudo la palabra “principal”, o “indio principal”,
que bien podría traducirse en general como “jefe”, pero que también podría
designar a cabezas de linajes, de clanes, ancianos respetados, etc.
En muchas “parcialidades” y en muchas aldeas, encontraremos a varios
“principales”, pero generalmente sin tener información sobre su respectivo estatus:
pueden existir caciques “más principales” que otros, aunque otras veces la situación
no está clara, y podrían tratarse de funciones diferentes, como las de jefe de guerra,
chamán, etc. En ausencia de mayores precisiones, y para evitar proponer una
interpretación única en cada caso, he mantenido en el diccionario y en el ensayo
que lo precede los términos empleados en la época.
Dejé para el final de esta introducción la tarea la más agradable de todas:
la de agradecer a todos aquellos que, con bibliografía, fuentes, comentarios y
críticas, me apoyaron en todo este proceso. Mi primera deuda es sin duda para con
los amigos y colegas del programa de post-grado en historia de la Universidade
Federal da Grande Dourados en Mato Grosso do Sul, culpables de mi interés por
cruzar el río Paraguay y reconstruir la historia itatín. Entre ellos quiero mencionar
a Protasio Langer, Paulo Cimó Queiroz y a la que siempre estuvo presente y se
convirtió en mi cómplice en esta investigación, Graciela Chamorro. Del lado
paraguayo, quiero agradecer a Bartomeu Melià, Adelina Pusineri y Raquel Salazar
en el Museo Etnográfico Andrés Barbero de Asunción, y Guillaume Candela que
compartió documentos de archivos conmigo. En Bolivia, a Paula Peña, Roberto
Tomichá y muy en particular a Pilar García Jordán que despertó mi interés por la
historia guaraya. Desde muy lejos del antiguo Itatín me ayudaron con bibliografía,
consejos y buen humor Lorena Córdoba, Francis Ferrié, Cecilia Martínez, Marie
Morel y Diego Villar.

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