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Los carijonas de Chiribiquete

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PRJMERA EDICION
Bogotá, 2002
ISBN-958-33-4458-3

Los carijonas de
Publicación realizada con el
apoyo financiero de la Unión Europea
dentro del proyecto
"Elaboración e Implementación de un
Plan de manejo para el Parque Nacional
Chiribiquete
Natural Serranía de Chiribiquete"
COL B?-6201/IB/98/0518(13)

EDICION
Miró Comunicación Visual
Roberto Franco
DISEÑO Y DIAGRAMACION
Silvia Florez
Jorge Valero

APOYO INVESTIGATIVO
Simón Oribe

© DERECHOS RESERVADOS
Roberto Franco
Fundación Puerto Rastrojo
rastrojo@uolpremium.net.co

Pre-prensa
All digital

Impreso en los talleres de

Panamericana Formas e Impresos S.A.

Bogotá, Colombia

Impreso en Colombia
Printed in Colombia
 Contenido

Introdncción 9
Los carijonas como sociedad Carib 17
Identificación étnica 27
Territorio y Población 41
Conquistadores, Misioneros y Esclavitud 61
La expedición de límites de 1782 83
El Territorio del Caquetá y el Corregimiento de Mesaya 99
Las caucherías y la diáspora carijona 129
161
Los carijonas de La Pedrera

Anexol. Topónimos carijona 181

Anexo 2. Nombres carijonas tomados del Censo de 1870

de la sección de Mesaya 191
Bibliografía 19 3
Fuentes de archivo 2 Ü8
Entrevistas 2 Ü9
Indice 211
 /----·:
Introducción \\....

L
os carijonas, como muchos otros grupos étnicos de la Amazonia y del
mundo, están desapareciendo como culturas diferenciadas,
perdiéndose para siempre su memoria histórica, su lengua y sus
peculiares formas de adaptación a uno de los lugares más desconocidos: las serranías
de Araracuara, !guaje y Chiribiquete. Debido a la conquista y colonización tardía de
su territorio, enclavado en el centro de la Amazonia colombiana, fueron derrotados
a comienzos del siglo XX en medio de la fiebre por el caucho. Hoy en día tres
grupos pequeños de familias carijonas se encuentran viviendo en localidades distantes
entre sí, están asimilados a comunidades multiétnicas y poco diferenciados de la
sociedad nacional y de las tribus vecinas. Su población se calcula alrededor de 15 O
a 200 habitantes, no habitan malocas tradicionales y su lengua es hablada por unos
pocos individuos.
No existe una etnografía básica de los carijonas, y su lengua se encuentra en
una etapa incipiente de estudio, que se inició con los trabajos pioneros de Koch-
Grünberg y en épocas recientes ha sido trabajada por Camilo Robayo. El primer
vocabulario de los carijonas lo compiló el padre Manuel María Albis en la segunda
mitad del siglo XIX, aunque es probable que los padres franciscanos realizaran
estudios de este tipo con anterioridad. Lo que sí tenemos son largas listas de nombres
carijonas tanto en los padrones de indios de las misiones del siglo XVIII, como en el
censo de 1870 que cuenta con más de 700 nombres. Sólo existe un trabajo específico
de etnohistoria carijona, un artículo de Helmut Schindler (1977), y múltiples
referencias a la historia de esta tribu en el libro de Llanos y Pineda (1982),Etnohistoria
del Gran Caquetá. La recopilación de textos realizada por Camilo Domínguez,
Augusto Gómez y Guido Barona para conformar la Geografía de Codazzi, fue también
de gran utilidad. Además debe resaltarse el texto denominado Parque Nacional
Natural Chiribiquete, de María Cristina Peñuela y Patricio von Hildebrand (1999)
_1.9. _ ~ Los carijonas de Chiribiquete
que contiene un acápite sobre los carijona, las caucherías, la colonización y los
laboratorios de cocaína en su territorio.
La lengua carijona pertenece a la familia lingüística Carib. Los carijonas y los
yukos de la Sierra del Perijá son los únicos grupos Carib existentes en Colombia en
la actualidad, aunque se supone que algunas de las tribus del valle del Magdalena
entre las actuales poblaciones de Neiva y Barrancaberrneja pertenecían a este grupo
lingüístico. Lamentablemente se carece de material lingüístico que permita confirmar
esta hipótesis. Sin embargo, Rivet ha construido una posible explicación para la
filiación Carib de etnias tales corno los yariguies, los carares, los panches, los
pantágoras y los pijaos.
Me referiré durante el transcurso de este texto a los carijonas, con este
apelativo, aunque han sido llamados murciélagos, guaques, guaguas, enaguas, maua,
umaua_, omeguas_, omaguaesy mesayas. Sin embargo, en cada referencia respetaré la
forma corno los autores se refirieron a esta sociedad tribal. Los uitoto los han llamado
riama y coreba, los rniraña les dicen umaua, los yucuna capunia, los andoque sindi
y los grupos Tucano occidental ayo u ocho, que quiere decir murciélago. El apelativo
guaque, sería Tucano occidental y provendría de guaje, que querría decir simplemente
gente, pues este prefijo le era adicionado a cada clan o tribu de esta tradición
lingüística, corno en el caso de coreguaje, sensegnaje o rnacaguaje. Con los nombres
de guaques y murciélagos fueron llamados por los españoles y con el de umaua o
maua por los portugueses.
Mis limitaciones para llevar a cabo este trabajo son variadas, y se destacan
que no soy indígena, que soy hombre y que mis entrevistas las realicé principalmente
con hombres, aunque espero poder corregir esto último, en futuros trabajos. Todo
esto implica que no he logrado ver la historia desde el propio punto de vista carijona,
ni desde el punto de vista del género femenino. El aporte más valioso de este texto
es proporcionar a partir de una exhaustiva revisión documental, una estructura
espacial -donde ocurrieron los eventos- y temporal -en que fecha o cuando ocurrieron
los mismos-, pues para futuras investigaciones esto .es fundamental. El otro aporte
no es mío. Es el aporte de los carijonas y algunos de sus vecinos a su propia historia.
No obstante el trabajo de tradición oral es todavía incipiente y seguramente con
más tiempo dedicado a esta labor es posible enriquecer mucho más la historia de los
carijonas y sus vecinos.
Los diversos procesos de contacto de los carijonas con los españoles, los
portugueses, los colombianos, los peruanos y los brasileros, tuvieron características
específicas, destacándose su aversión hacia los portugueses y posteriormente a los
brasileros y peruanos. Por el contrario, establecieron contactos tempranos con los
españoles, que pueden remontarse a las últimas décadas del siglo XVII, época para
la cual consiguieron las primeras hachas de hierro.
INTRODUCCIÓN I I
l
En este trabajo se ha pretendido comenzar a comprender la diversidad
cultural del centro de la Amazonia colombiana y las relaciones entre los grupos
Arawak, Tucano y Carib, que se encuentran en el lugar. Tiendo a pensar que los
intercambios y contactos entre las sociedades tribales del área fue mayor de la que
tradicionalmente se ha atribuido. Se observa la existencia de bailes y canciones
compartidas, de héroes culturales de la importancia de Kuwai, de clara tradición
Arawak y adoptado por los carijonas, y la presencia de una toponimia en su territorio
con predominancia de tradiciones Tucano y Arawak.
Se intentó igualmente avanzar en el conocimiento de la historia de la región
del Chiribiquete, Parque Nacional Natural constituido por el INDERENA en 1989,
poniendo en relieve los valores históricos y culturales, la toponimia y los eventos
ocurridos en el área. Sería deseable que los resultados de esta investigación sirvan
corno un primer paso en la definición del plan de manejo de la zona, en lo que
refiere a los aspectos históricos y culturales.
No es posible una reconstrucción completa de la historia de los carijonas Y es
a partir de fragmentos y datos puntuales, junto con su tradición oral y la de sus
vecinos, que intentarern_os describir y explicar algunos procesos históricos vividos
por esta etnia. Así, el presente texto se convierte en una particular versión de los
acontecimientos que intenta mostrar las diferentes interpretaciones que pueden existir
sobre cada caso o evento específico.
Esta investigación me fue encargada en agosto del año 2000 por la dirección
de la Fundación Puerto Rastrojo en Bogotá, en el marco de los estudios e
investigaciones que se realizaron con el patrocinio de la Unión Europea, en el Parque
Nacional Chiribiquete. Sin el apoyo irrestricto de Patricio von Hildebrand Y Barbara
Jeffrey, no hubiera sido posible dedicar 15 meses a investigar y escribir sobre un
terna que nos ha interesado hace ya muchos años, y que la Fundación decidió
patrocinar, considerando en primer lugar la urgencia de realizar el trabajo dada la
desaparición acelerada de los últimos miembros de esta etnia, y en segundo lugar,
por la importancia de los carijonas dentro del marco del área cultural del noroeste
amazónico.
Se partió de una compilación bibliográfica realizada durante muchos años
sobre la Amazonia colombiana y la de nuestros vecinos. A partir de agosto del año
2000 se intensificó esta búsqueda y durante un año se rastreó información secundaria
en bibliotecas de Bogotá, Popayán, Pasto, San José del Guaviare y Manaos. Del
mismo modo se compiló información primaria en los archivos de las tres primeras
ciudades, así corno en el Archivo del Museo Amazónico, en Manaos. En Washing-
ton, en la Biblioteca del Congreso, se consiguió el mapa del Yarí y sus afluentes del
coronel Francisco Requena, el comisario español de límites entre 1779 y 1792; las
acuarelas que le han sido atribuidas, fueron encontradas en la Oliveira Lima Library
r
1
12 ~ Los carijonas de Chiribiquete
de la Universidad Católica en la capital de los Estados Unidos. Las bibliotecas de las
universidades de Cornell y Syracuse, en el estado de Nueva York, también
proporcionaron material relevante para la investigación. Por otro lado se realizó
una temporada de trabajo de campo en enero y febrero de 2001, entre Araracuara y
La Pedrera, a lo largo de 500 kilómetros sobre las márgenes del bajo río Caquetá
colombiano, donde viven uitotos, andoques, rnuinanes, horas, nonuyas, mirañas,
yucunas, tanimukas y carijonas. Durante el trabajo de campo conté con la valiosa
compañía de mi compañero y amigo, Luis Angel Trujillo, quien fue de mucha ayuda
durante un viaje que no dejó de ser un tanto azaroso por las condiciones actuales de
ord~n público. En Leticia, en el mes de marzo, se realizaron entrevistas con indígenas
c~~1¡onas y otras personas. El trabajo de campo se complementó con una segunda
v1s1ta a La Pedrera y Leticia en septiembre del mismo año, durante la cual entrevisté
a algunos carijonas con el fin de constatar algunos datos y llenar algunos vacíos.
En el trabajo de archivo en Bogotá conté con la importante ayuda de Simón
Uribe, quien enfrentó la búsqueda de documentación pertinente durante cinco meses
en el Archivo General de la Nación, el Archivo de la Provincia Franciscana, el Archivo
del Ministerio de Relaciones Exteriores, y otras bibliotecas; igualmente colaboró en
la correcci.ón y edición del texto final. Así mismo, algunos documentos que
proporcionó Augusto Gómez fueron de utilidad.
Esta es apenas una primera versión de la historia carijona, es el esqueleto de
un texto que le falta más cuerpo, pero sin este esqueleto es imposible reconstruir
buena parte de la historia de la Amazonia colombiana. Nos queda por emprender
una compilación participativa y sistemática de textos o narraciones de los carijonas
Y algunos de sus vecinos para conocer mejor el significado -para ellos- de la historia
pasada. Entre los carijonas que me ayudaron durante el trabajo de campo, fue muy
importante Joaquín Carijona, quien con paciencia y generosidad me introdujo en el
mundo de los carijonas, y también debo mencionar a Vicente Moncayo Carijona, su
mu¡er (q.e.p.d.) y su hijo Andrés; Armando Perea, María Carijona, Alberto Mosquera
Y Olmedo Carijona. Sin su ayuda el trabajo de tradición oral habría sido imposible.
. Fueron igualmente valiosos los testimonios de Luis Perea Carijona, Pedro
M1raña, José Enrique Miraña, Gwako Miraña, Salvador Miraña, Cheiba Miraña
MigudMiraña, Carlos y Ramiro Matapí, Antonio Perdomo Muinane, José Suárez'.
Marcehano Guerrero, María de la Cruz Valencia, Máximo Martínez, Alejandro
Quintero, Paulina Perea, Ofelia Perea y Luis Alfonso Martínez.
Los textos originalmente escritos en portugués, inglés y francés fueron
traducidos para facilitar su lectura. Así mismo, modernicé toda la ortografía, y los
n~mbres en lenguas indígenas los copié a mi mejor saber y entender, sin pretender
mnguna competencia lingüística.
Mi objetivo principal a lo largo de este trabajo fue responder a ciertas preguntas
INTRODUCCIÓN ]l_
tales como: ¿Quiénes eran los carijonas?, ¿cómo se relacionaron con sus vecinos y
con los europeos de la península Ibérica?, iQué procesos coloniales los afectaron y
de qué forma?, iQué cambios ocurrieron en la época republicana y en qué época
podemos situar el declive y destrucción de los carijonas en su territorio tradicional?,
/Cómo ven los carijonas su propia historia?. En este sentido, una de las tareas más
importantes consistió en tratar de demostrar con cifras y hechos, y cuando éstas
faltaron, con indicios y relaciones, el proceso de declive demográfico vivido por los
carijonas, entre 1780 y 1930, período para el cual se encuentran la mayor parte de
referencias históricas de este grupo.
La tesis que ha predominado sobre el descenso demográfico carijona estaba
basada en versiones orales recogidas por Schindler, de pestes sucesivas que los
diezmaron entre 1923 y 194 2. Yo creo que las pestes sí tuvieron lugar, pero ya
cuando los carijonas habían perdido gran parte de su territorio tradicional y habían
migrado hacia el Vaupés en un caso, al Orteguaza en otro, y a La Pedrera. Aunque
no se descarta la ocurrencia de epidemias cuando todavía vivían en su propio
territorio, especialmente en el río Apaporis hacia los años veintes del siglo pasado,
argumentamos que se percibe una declinación demográfica sustancial -la mitad de
la población- para mediados del siglo XIX, y consideramos que entre 1900 y 1912
se dieron los eventos principales que los exterminaron en los ríos Apaporis, Macaya,
Ajaju, Mesay, Cuñaré, Yarí y Cuemaní.
La historia que sigue es una narración de hechos y opiniones de personas,
europeas e indígenas, que conocieron a los carijonas y estuvieron en su territorio, y
que analizadas críticamente, lo que nos muestran es una declinación constante en el
poderío carijona desde las últimas décadas del siglo XVIII hasta el siglo XX. Se
sugiere que la época de expansión carijona en el territorio entre el río Vaupés y el
río Caquetá, habría tenido lugar con anterioridad, o durante las expediciones de
conquista españolas y portuguesas, que en su versión local, fueron las fallidas
expediciones de los alemanes de la Casa Welser entre 1538 y 1541 y las primeras
tropas de bandeirantes que llegaron al Caquetá posiblemente a finales del siglo
XVII. Pero carecemos de datos fehacientes sobre este grupo Carib para épocas
anteriores al siglo XVIII, pese a que en la tradición oral se menciona un período en
que los carijonas dominaron a todas las tribus vecinas.
En las páginas siguientes se encuentran 8 capítulos. Los primeros tres se
dedican a dar un marco de referencia de tipo lingüístico, cultural, geográfico y
poblacional que nos servirá para comprender los capítulos restantes. Estos presentan
una narración cronológica, comenzando por la época colonial, que está descrita en
el capítulo 4, dedicado específicamente a des'cribir las primeras expediciones de los
conquistadores en el siglo XVI, los pueblos de misión en el siglo XVIII y la penetración
portuguesa desde el oriente, con sus poblados, fuertes, precarias misiones -por lo
menos en nuestra zona de interés- y expediciones esclavistas. El capítulo 5 se dedica
a la expedición de límites luso-española de 1782 al río Caquetá. El capítulo 6 está
Mapa de la Amazonia colombiana
centrado en el siglo XIX, con referencia especial al Territorio del Caquetá y el
corregimiento de Mesaya. El capítulo 7 está referido a historia del siglo XX, con
énfasis en las caucherías y en los eventos ocurridos en los primeros 3 O años de este
siglo, que son los más críticos ya que determinaron la situación de los carijonas
sobrevivientes. Por último, el capítulo 8 trata de reconstruir un esbozo de la historia
vivida por los carijonas de La Pedrera, basado en sus propias narraciones de los
hechos y algunas versiones de sus vecinos.
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Fuente: Fundación Puerto Rastrojo

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Los carijonas como sociedad Carib

1 t,érmino Carib se refiere a un grupo lingüístico del norte de

E Suramérica, que se distribuía de norte a sur desde las Antillas hasta el

alto Xingú, y de este a oeste, desde la Guyana Francesa hasta el alto
río Caquetá y posiblemente el alto río Magdalena. Algunos grupos Carib se
eucoutraban en expansión en la Antillas menores a la llegada de Colón y los españoles.
El padre jesuita Gilij acuñó el término Caribe para este grupo lingüístico suramericano
y posteriormente los investigadores lo han modificado a Karib y hoy en día Carib 1 •
Por otro lado, el término Caribe se utilizó para referirse a los indios que se opusieron
a la conquista, a aquellos que siendo antropófagos o no, Arawak o Carib, fueron
objeto de guerras y esclavitud por parte de los españoles, justificadas por su resistencia
a la conquista. La presencia de casos de incesto u homosexualismo, también fue
pretexto para esclavizarlos. Caníbal y caribe provienen de la palabra caniba, término
Taino -lengua Arawak de las Antillas mayores-, que se refería a los indios Carib que
por el tiempo de la llegada de Colón a América estaban haciendo incursiones guerreras
desde las Antillas menores a las mayores invadiendo el territorio Arawak. De la
misma forma la palabra canbana se refirió al territorio de los Carib en el norte de
Suramérica. Otros términos derivados de caribe y caniba, son apelativos de tribus
Carib, como galib1; canbisi y karinya. Incluso la palabra carijona parece provenir
de esta misma tradición.
El mar Caribe conservó esta denomi~ación lo mismo que una especie de pez
muy voraz de la Amazonia y Orinoquia conocido como piraña o caribe. Sin em-
bargo, un grupo específico, los Karinya de Venezuela, fueron considerados por Im
18 ~ o s carijonas de Chiribiquete
Thurn como los caribes verdaderos o True Canb. En su lengua este término quiere
decir La Gente.
Según Im Thurn2, las tribus Carib eran más guerreras que las demás y habrían
invadido el territorio de los grupos Arawak, proviniendo de las islas de las Antillas,
en cuatro migraciones distintas: tres por el Orinoco, y una por la costa, la de los
verdaderos Carib. Esto habría ocurrido según el mismo autor hacia finales del siglo
XVI. Dentro de la lista de familias o clanes Arawak de las Guyanas, Im Thurn
menciona de interés para nosotros los karuafona, gente de las sabanas, y los
kabolifóna, gente del espino o de la hormiga de alas blancas.
Aunque en los primeros años del descubrimiento de América la corona española
prohibió la esclavitud de los indios, esta norma tuvo varias excepciones, como la
belicosidad indígena o su presunta antropofagia. Los grupos Carib que encontró
Colón, especialmente en las islas de las Antillas y la costa norte de Suramérica,
fueron sujetos a la política de guerra justa y esclavitud. De esta forma y por
conveniencia política y económica muchos grupos que no practicaban el canibalismo
fueron incluidos en esta denominación, con el fin de poder utilizarlos como mano
de obra esclava en las plantaciones y minas de La Española (actual República
Dominicana y Haití), en las pesquerías de perlas de la costa venezolana o como
siervos personales. Desde la época del descubrimiento hasta el final de la colonia
española y portuguesa en América, la esclavitud persistió, especialmente en la
Amazonia y fronteras más lejanas de los dos imperios ibéricos, causando disrupción,
dislocación y disminución demográfica. Los ingleses y holandeses en tiempos
coloniales, así como los colombianos, brasileros, venezolanos y peruanos en el siglo
XIX y XX, continuaron esta tradición.
La esclavitud indígena prehispánica estuvo relacionada con las guerras o
conflictos iutermitentes de baja intensidad que existían entre las tribus amazónicas,
guerras en las cuales se mataban los hombres y se capturaban mujeres y niños que
eran adoptados por la tribu conquistadora. Robert Southey3 dice que los cantivos,
producto de las guerras intertribales, preferían ser comidos que ser llevados como
esclavos a Belém de Pará; no obstante, una vez el comercio colonial de esclavos
indígenas se estableció, se acabó el canibalismo, pues resultaba mejor vender los
cautivos que consumirlos.
Nuestra visión de las sociedades amazónicas antes del contacto con los con-
quistadores ibéricos, es de sociedades igualitarias, con algunas jerarquías derivadas
de funciones específicas, como el conocimiento mitológico y chamánico. No existía
una dominación económica, pues nadie se apropiaba de excedentes para su propio
consumo o lujo. Mantenían alianzas con quienes comerciaban e intercambiaban
mujeres, y guerras con otros grupos, contra quienes emprendían expediciones en
busca de cautivos. Pero de cualquier forma es necesario considerar que las tribus
LOS CARIJONAS COMO SOCIEDAD CARIB _1_2__
amazónicas no vivían en un estado permanente de guerra, sino que ésta tenía mayor
o menor intensidad según las condiciones económicas y políticas de las tribus en el
conjunto del noroeste amazónico. La llegada de los europeos causó cambios culturales
sustanciales, como la aparición del comercio de gente y el establecimiento de un
régimen de esclavitud en la frontera colonial, que implicaba una sujeción personal
en el trabajo y la producción para el amo.
Las pruebas sobre la existencia del canibalismo en las naciones indígenas
americanas son escasas. Además, no sólo los Carib, sino también los Tupí y los
Arawak fueron acusados de esta práctica. El argumento principal de Whitehead es
que las fuentes españolas sobre canibalismo indígena son por lo general de segunda
mano e influenciadas por intereses políticos y económicos. El primero fue Colón,
quien de forma irresponsable marcó el destino de muchos pueblos indígenas de
América, acusando a los Carib de las Antillas, los kalinago, de ser caníbales, de
acuerdo con lo que -según él- le informaron los taino. En sus informes pasó de una
versión en que los huesos humanos encontrados en una casa eran parte de las prácticas
funerarias de los indios, a ver los mismos huesos como restos de una fiesta caníbal,
y "una vez que estos informes circularon por Europa, la Corona española respondió
con rapidez identificando la resistencia amerindia con la práctica caníbal" 4 • De la
misma forma, y de acuerdo con Whitehead, Américo Vespucio, Fernández de Oviedo
y Valdés, Fray Pedro de Aguado, Federman y Gilij, cayeron en la misma
generalización. Más grave aún, todas las versiones españolas carecen de base factual
puesto que es por indicios o versiones de informantes, que llegaron a esta conclusión.
Por el contrario, Juan de Castellanos, escribiendo desde Tunja, observó en su famosa
historia en verso que:
" ... fueron llamados caribes,
no porque comiesen carne humana
sino porque defendían bien su casa" 5 •
Así mismo, Jacinto de Carvajal refiere que al volver una expedición caribe de
la guerra, parte del cuerpo del guerrero vencido era llevado a sus casas y tras una
larga dieta un pedazo muy pequeño de su cuerpo era consumido. Dice Carvajal:
"La comida diaria de los caribes es cazabe, bananos, pescado o caza ..... comen carne
humana cuando están en guerra y lo hacen como una seña de victoria y no como
comida"'. Whitehead menciona versiones en las que el canibalismo se reduce al
consumo de pedazos del cuerpo humano, como una mano o un pie que eran
ahumados y en ocasiones especiales ingeridos en pequeñas porciones. En el siglo
XVII menciona a los lokono, grupo Arawak, que primero torturaban a sus prisioneros
quemándolos vivos y posteriormente cocinaban y comían pedacitos de su cuerpo
como la nariz, las orejas o el pene. El resto del cadáver lo guardaban para compartirlo
con sus aliados 7 • Deduce además que hubo dos formas de canibalismo, el
20 ~ o s carijonas de Chiribiquete
endocanibalismo en prácticas funerarias y el exocanibalismo con prisioneros de
guerra. Con todo, el autor plantea que para tener una visión más equilibrada sobre
el canibalismo es necesario estudiar las versiones inglesas, francesas y holandesas
sobre este fenómeno en la región del Orinoco y las Guyanas. En efecto, estos tres
últimos pueblos que intentaban hacerse a un espacio en América, se instalaron al
interior de las Guyanas, en los ríos Corentyn, Berbice, Pomeroon, Esequibo y
Oyapock, aliándose con los pueblos de habla Carib que habitaban la región
comprendida entre las bocas del Orinoco y el Amazonas.
Estos colonizadores, aliados con los Carib, se dedicaron al comercio de esclavos
indígenas durante más de doscientos años. Los europeos ponían las armas de fuego,
Y los caribes subían en piraguas por los ríos atacando los pueblos, matando a los
hombres y llevándose los niños y mujeres, para venderlos luego en las colonias; de
igual forma, compraban cautivos a otras etnias a cambio de mercancías de procedencia
europea,
Tanto grupos Arawak como Carib tuvieron costumbres caníbales, dentro de
una perspectiva ritual de vengarse de su enemigo, pero con el contacto colonial
prefirieron vender los cautivos. En un informe franciscano transcrito por Cuervo se
dice que los carijonas hacen un "cruel destrozo .... en la miserable Nación Quiyoyo .. .les
dan repetidos y sangrientos asaltos a fin de hurtarles los hijos, para pasar a venderlos
a los pueblos de las misiones de Santa Fe por herramientas y ropas" 8• En tiempos
anteriores al contacto con el mundo hispánico, los niños eran tenidos como sirvientes,
Ycuando estos crecían eran incorporados a la comunidad y tratados como si fuesen
de origen carijona.
Los historiadores colombianos que se interesaron por el tema de los caribes
confunden la lengua Carib con la belicosidad, cayendo en el estereotipo de denigrar
sus costumbres, su ánimo guerrero, etc. Un historiador colombiano, Ernesto Restrepo
Tirado, dice en su artículo de 1903, refiriéndose a su apariencia personal, que su
aspecto era repulsivo pues se deformaban el cráneo, tenían los pómulos salientes,
"la nariz achatada y ancha boca armada de poderosa dentadura .... Su retrato moral
en nada les aventajaba. Valientes y atrevidos, conocían todos los ardides de la guerra,
Y aunque sus lanzas no retrocedían delante de nn enemigo superior en número,
empleaban medios cobardes para llegar a sus fines. Eran muy de su gusto las
emboscadas, las envenenadas púas que sembraban en los caminos y las emponzoñadas
flechas. Navegantes intrépidos, el agua era su elemento, el camino que los guiaba a
sus empresas guerreras. Los combates los libraban a fuego y sangre, no pasaban por
el trabajo de hacer prisioneros sino cuando necesitaban llevar carne para sus
despensas. En sus ideas religiosas siempre eran guiados por un espíritu tan negro y
tan malo como sus propias acciones. No temían ni a los hombres ni a los elementos
aunque eran supersticiosos. El culto de la familia, la compasión por el vencido, el'
LOS CARIJONAS COMO SOCIEDAD CARIB 21
amor al trabajo, eran para ellos desconocidos. El amor al pillaje, a la orgía, a la
carne humana y a los sufrimientos de sus víctimas, eran los motivos que los llevaban
9
a la guerra" •
Obviamente esta serie de opiniones son una generalización absurda, pues
cobijan muy diversos grupos del norte de Suramérica y no cuenta de dónde provienen
las descripciones físicas y morales, qué fuentes fueron utilizadas o si los
acontecimientos fueron vistos con sus propios ojos. Es claramente un exceso de
imaginación que ha servido para continuar afianzando el estereotipo de los caribes
como los peores indígenas americanos.
La gran mayoría de las tribus pertenecientes a la familia lingüística Carib,
habitan hoy en día la región de las Guyanas, incluyendo las regiones vecinas de
Venezuela, Colombia y Brasil. En la Amazonia colombiana, solamente se conoce un
grupo perteneciente a la familia Carib, los carijona, inmersos entre grupos de otras
filiaciones lingüísticas y aislados de sus demás parientes lingüísticos. Su presencia
en este lugar es un interrogante que no se ha logrado develar.
Los Carib son una de las grandes tradiciones lingüísticas de Suramérica, que
incluyen entre otras familias la Arawak, Tupí, Tucano, Quechua, Aymara y Chibcha.
Además una multitud de lenguas aisladas persisten en la alta Amazonia peruana,
boliviana, ecuatoriana y colombiana, constituyéndose en un centro de alta diversidad
cultural y lingüística. Sin embargo, así como los carijonas, muchas de estas sociedades
tribales se encuentran reducidas a muy pocos individuos.
De acuerdo con Marshall Durbin, existe material lingüístico de cerca de 5 2
lenguas Carib de las cuales 19 pertenecen a grupos indígenas ya extintos. Entre
estos se incluyen la lengua coyaima y los dialectos opone y carare. La lengua carijona
la subdivide en tres dialectos cuales son guaque, umaua y carijona, con los dos
primeros como dialectos extintos. Dice que hay datos lingüísticos satisfactorios
únicamente del Hianacoto Umaua10, seguramente los tomados por Koch-Grünberg
en el río Vaupés, a comienzos del siglo XX.
Durbin descarta cualquier relación entre el Chocó y la familia Carib. Descarta
también la pertenencia de los pijao, colima, muzo, pantagora y panche a esta fa-
milia, aunque acepta que nunca habrá suficiente evidencia sobre este punto, ante la
desaparición de estas tribus. Menciona la posible supervivencia de tres hablantes
del carare y la existencia de un vocabulario pijao colectado por Gerardo Reichel
Dolmatoff en 1943.
En términos de su distribución geográfica, Durbin establece tres áreas
geográficas de hablantes de lenguas Carib: "(1) Colombia que puede dividirse en
dos unidades geográficas, (a) suroriente de Colombia y (b) la frontera noroccidental
de Colombia y Venezuela; (2) un área al sur del Amazonas que puede dividirse en
(a) las áreas periféricas del norte y este del Brasil y (b) la cuenca del río Xingú; y (3)
22 ~ o s carijonas de Chiribiquete
la masa de tierra de la Guyana, que puede considerarse una unidad homogénea" 12 .,
Es de destacar la desaparición de los grupos Carib de la costa venezolana como los
chayma, cumanagoto, piritu, pariagoto, palenque, tamanaco, tiverigoto, caraca y
yao.
Distribución de los grupos Carib en Suramérica11
,.,
" habría invadido los valles del Cauca y el Magdalena. Rivet se basó en evidencias
A TLANTIC OCEAN
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BOLNIA L. \
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" datos a favor de esta hipótesis serían principalmente la cercanía geográfica del alto
Sin embargo la clasificación más moderna de las lenguas Carib, compilada
por J oseph Campbell 13, es la de Ka ufman, quien establece 12 grupos de lengm1s
Carib y agrupa a los carijonas como un subgrupo con dos dialectos. Estos son el
Jianácoto y el Carijona dentro del grupo Tiriyo, que además incluye las lenguas de
los akuriyo de Surinam, los tirio (trio, pianakoto) de Surinam y Brasil y los salumá
de Pará en Brasil. Se plantea que no existen estudios lingüísticos suficientes para
agrupar las lenguas en divisiones más inclusivas que al nivel de grupo. Ya desde
comienzos del siglo XX Theodor Koch-Grünberg había identificado una gran
similitud entre la lengua Trío y la Umaua. Estudios modernos entre los Trio han
confirmado este hecho y parece ser que la similitud es tan sorprendente que se
piensa que la división de estos dos grupos debió haber tenido lugar en épocas
relativamente recientes, entre 500 y 900 años 14. Sergio Meira considera posible que
las lenguas Taranoa, que incluyen el karijona, tiriyó, akuriyó-piankoto y saruma,
pueden haber tenido su origen en una lengua proto Taranoa emparentada con el
Karinya de Venezuela.
LOS CARIJONAS COMO SOCIEDAD CARIB _2,_l_
En cuanto a la migración de los carijona a su territorio tradicional del Yarí y
el Apaporis, se han sugerido dos posibles hipótesis. La primera hace referencia a su
llegada desde las Antillas pasando por el alto río Magdalena, y la segunda desde las
Guyanas y a través de los ríos Branco y Negro-Vaupés, o por el Orinoco-Guaviare.
Para Colombia, . Duque Gómez 15 retoma a Rivet, Cuervo Márquez y Restrepo
Tirado para reafirmar la tesis de una migración proveniente de las Antillas que
lingüísticas, no tanto en vocabularios sino en terminaciones de nombres de sitios,
tales como ima, ma, arco; e igualmente, en lo que decían los cronistas sobre la
similitud o diferencia entre lenguas vecinas y evidencias arqueológicas, como la
presencia o ausencia de ligaduras en brazos y pantorrillas, en las figuras de cerámica.
Esta última característica la retoma de una hipótesis de Métraux, que deduce una
influencia Carib si están presentes ligaduras en las piernas o brazos. Rivet dice al
finalizar su concienzudo estudio que "hemos visto que el mapa de la deformación
artificial de la pantorrilla y del brazo coincide de un modo casi perfecto con lo que
nos enseñan la lingüística y la toponimia" para concluir que en Colombia había dos
grupos Carib: nno oriental, el del valle del Magdalena y otro occidental, el del
Cauca, divididos por tres tribus, los pijao, los pantagora y los panche, "cuya relación
con el Carib es probable pero no demostrada" 16 • Curiosamente Rivet no hace
referencia a dos verdaderos grupos Carib, como los yuko o yukpa de la serranía de
Perijá en la frontera de Colombia y Venezuela y los carijona del alto Caquetá y
Vaupés. Basándonos en la hipótesis de Rivet, se podría pensar en la posible migración
de grupos Carib desde el alto Magdalena hacia los ríos Guayabero o Caguán. Los
río Yarí y el Apaporis con el piedemonte y el estado de alianzas e intercambios con
los grupos Tucano occidental del piedemonte amazónico y con los españoles. Así
mismo su enemistad tradicional con los grupos al oriente como los mirañas y los
yucunas, y al sur con los uitotos, indicarían una preferencia carijona por los pueblos
más cercanos al piedemonte.
Donald Lathrap, en su libro sobre el alto Amazonas, plantea la hipótesis de
que la distribución de lenguas de una misma familia o grupo lingüístico es evidencia
de sus migraciones, y que éstas se dan por un aumento en la capacidad de producción
que genera explosiones demográficas que a su vez obligan a migrar. Considera que
en el bajo Amazonas, los antiguos grupos Tupí y Arawak desarrollaron tecnologías
para aprovechar los recursos disponibles de la varzea generando aumentos de
población que debió migrar, y en general lo hizo, aguas arriba por el Amazonas y
sus afluentes. La actual distribución de los grupos Arawak y Tupí nos mostrarían el
rumbo de sus migraciones. Por su lado los grupos de lengua Carib, según Lathrap,
migraron hacia el norte y occidente, desde un centro de dispersión que sitúa en el
 ~ o s carijonas de Chiribiquete
bajo Amazonas: "El peso de la evidencia histórica y lingüística sngiere que la antigua
tierra de los proto Carib estaba en o adyacente a las tierras altas de Guyana,
posiblemente a lo largo de la costa norte del bajo Amazonas" 17 ,
En nuestra zona de estudio encontramos las siguientes etnias de ancestro
Arawak: los tarianas en el bajo Vaupés, los cabiyarí del medio Apaporis y Cananarí,
los eubeo (grupo Tucano con influencia Arawak según Reichel Dolmatoffl'), los
yukuna del Mirití y los resigero del alto Cahuinarí. Estos grupos en alguna época
remota migraron -en el primer milenio antes de Cristo según Lathrap-, por el río
Negro-Vaupés o elJapurá aguas arriba. Alguno de estos grupos puede haber ocupado
la tierra que sería posteriormente de los carijona, dada la supervivencia de toponimia
Arawak en el área. Se debe aclarar de antemano que los ríos terminados en ario are
son de tradición Arawak, como el río Ariary, Guaviare, Cayarí (Vaupés), Yarí,
Cahuinarí y Cuñaré.
Reichel-Dolmatoff plantea que el noroeste amazónico podría haber sido
habitado originalmente por grupos Makú, cazadores y recolectores, qui:;
representarían "un estrato pre-Arawak en el territorio del Vaupés" 19 • Estos habrían
sido desplazados de los grandes ríos por los Arawak, afamados alfareros y agricultores
sedentarios, Posteriormente habrían subido por el río Negro grupos Tucano, que
dejaron su presencia plasmada en los ríos de terminación ya. Su ocupación del
territorio entre el bajo Vaupés y el Orteguaza partió en dos a los grupos Arawak: los
cabiyarí, yukuna y resigero al sur; y los eubeo, curripaco, baniwa, uarequena y baré
al norte. Nimuendajú20 plantea el mismo proceso, pero no explica la presencia del
único grupo Carib, los carijonas, en medio de los grupos Tucano oriental y occidental.
La división de la familia Tucano oriental en dos grandes secciones, como son,
la occidental con las lenguas siona, coreguaje, macaguaje y rama; y la oriental con
más de diez lenguas, entre las que se encuentran el taiwano, tatuyo, macuna, desana,
uanano etc., se podría explicar por la intrusión de los carijona en medio de la gran
tribu original Tucano, que en su plenitud se habría extendido de forma continua de
oriente a occidente desde el río Papurí y medio Vaupés hasta el Orteguaza y alto
Purumayo-Napo. De esta forma el área central de distribución de los grupos Tucano
habría sido ocupada por los carijonas en alguna época de difícil determinación,
pero en principio, esta ocupación sería posterior a la llegada de los Makú, Arawak
y Tucano,
La segunda hipótesis posible acerca de la proveniencia de los carijona, los
haría venir de las montañas de las Guyanas en la frontera entre el Brasil y Surinam,
donde se encuentran sus parientes lingüísticos más cercanos, los Trio. La ruta que
tomaron para realizar un viaje de varios miles de kilómetros entre tribus extrañas y
en muchos casos enemigas, pudo haber sido por el río Branca, descendiendo hasta
su boca y de allí aguas arriba por el río Negro hasta el alto río Vaupés. Una posible
LOS CARIJONAS COMO SOCIEDAD CARIB _2,_5
razón para emprender esta migración pudo estar relacionada con las expediciones
esclavistas que emprendían los holandeses con sus aliados Caribes por esta zona
desde épocas tempranas. Del río Vaupés habrían pasado al Apaporis y después hasta
el Yarí y Mesay.
La influencia Arawak y Tucano entre los carijona podría explicarse sea por
un largo tiempo de convivencia con las tribus del río Negro-Vaupés, o por la conquista
de un territorio en la cuenca del Yarí en que sociedades tribales de estas dos tradiciones
culturales convivían. Habrían tomado sus mujeres como botín guerrero y con ellas
las tradiciones culturales que representaban. Koch-Grünberg se inclina por la hipótesis
de una migración desde las Guyanas, planteando que ciertas "consideraciones hacen
pensar que los umáua llegaron hace relativamente poco, provenientes del oriente, a
sus actuales lugares de asentamiento. En muchos de sus instrumentos, en la forma
de las mazas, en los diseños de sus trenzados, entre otros, muestran una notable
coincidencia con sus parientes de la Guyana. Sus relaciones con los habitantes del
Guaviare pueden tal vez indicar el camino que ellos siguieron para llegar a su acrual
territorio" 2 1. Esta hipótesis podría complementarse con las referencias de José
Gumilla, el padre jesuita quien menciona en El Orinoco Ilustrado22 que hasta el
Vichada y el río Guaviare llegaron las expediciones de indios caribes que provenían
de la Guyana holandesa e inglesa en busca de esclavos. Sin embargo, es difícil explicar
la llegada de los carijonas al Chiribiquete en tiempos coloniales dada su población
de cerca de 20.000 habitantes a finales del siglo XVIII. Por esta razón principal se
piensa que su asentamiento al norte de Araracuara ruvo lugar con anterioridad a la
conquista española.
NOTAS
1 Adam Luden. Matéríaux pour servir a rétablissement d'une grammaire
comparée des dialectes de la famille Caribe. J.Maisonneuve, Libraire-
Éditeur, Parls, 1893, p.3.
2 lm Thurn Everard. Among the indians of Gwana. Kegal Paul, Trench &
Co.1883, pp.171-173.
3 Southey Robert. History of Brazi! William Pople, London, 1819.
4 Whitehead Neil L. Lord of the tiger spirit. A History of Canbs in colomal
Venezuela and Guyana, 1498-1820. Foris Publications, Leiden, 1988,
p.176.
5
lbíd
6
lbíd, p.177.
7
lbíd, p.178.
8 Cuervo B. Antonio (compilador}. Colección de documentos inéditos sobre
la Geografla y la Historia de Colombia. Imprenta de vapor de Zalamea
Hermanos, Bogotá, 1894, p.260.
26 ~ o s carijonas de Chiríbiquete

9
Restrepo Tirado Ernesto. Las invasiones caribes antes de la conquista
española. En: Boletín de Historia y Antigüedades, año 1, No.5, Bogotá,
1903, pp.196-197.
10
_Durbin Marshall. A survey of the Canb Language. En: South American
1nd1an languages. University of Texas press, Texas, 1985, p.386.
11
~ornado ~e American indt'an !anguages. The historica/ /inguistics of Na-
tlve Amenca. By Lyde Campbell, Oxford University Press 1997.
"!bid, p.345. '
" Campbell Lyde. American indian languages. The hi,torical linguistics of
natwe America. Oxford University Press, New York 1997.
1
14 "
Me1ra Sergio. A reconstruction of Proto-Taranoan. Phono!ogy and Mor-
phology. Lincom Europa, Munich, 2000, pp. 129-130. Contrasta esta
posi~i?n con la afirmación de Durbin, de que "mientras más se haya
mod1f1cado una lengua de su protoforma, más lejos habrá migrado desde
su tierra, de origen_" _(Durbin Op.ot, p.347). Se dice que el proto Carib
co~enzo a subd1v1d1rse hace unos 4.500 años y por esta razón Durbin
sugiere q~e 1.a lengua carijona estaría entre las primeras en separarse del
15
proto Canb, Junto con otras lenguas Carib del sur.
Duque G. Luis. El origen de las culturas indígenas en Colombia. En:
Identificación étnica de los carijonas
Academia Colombiana de Historia. Historia Extensa de Colombia, vol.l,
tomo 1, cap. 1 O, Bogotá, 1965.
16
Rivet Paul. La influencia Karib en Colombia. En: Revista del Instituto

Etnológico Nacional, vol. 1, entrega no.1, Bogotá, 1943, p.85.
" Lathrap D.W. The Upper Amazon. Praeger Publishers, New York, 1970,
pp.82-83.
18
Reichel Dolmatoff Gerardo. Yurupar/ Studies of an amazonian founda-
tion myth. 1997, p.68.
"!bid, p.21.
'"Nimuendajú Curt._Reconhecimento dos rios /cana, Ayaríe Uaupés (1927).
En: Textos 1nd1gen1stas. Edrc6es Loyola, Sáo Paulo, 1982, pp. 168-171.
21
Koch-Grünberg Theodor. Dos años entre los indios. Editorial Universidad
Nacional, Bogotá, 1995, tomo 2, p. 11 O.
22
Gumilla Jo~é. E/ <?rlnoco !lustrado. Historia natural, 0V1! y geográfica de
este gran rto. B1bl1oteca popular de la cultura colombiana tomos 1 y 2
Bogotá, 1944, p. 77, 200. ' '
E
ste capítulo está destinado a intentar aclarar la confusión creada
por las múltiples denominaciones utilizadas en la bibliografía para
mencionar a los carijonas y a mostrar las diferentes relaciones que
mantenían con sus vecinos, y finalmente, a reseñar algunas de sus características
étnicas que hicieron posible la existencia de una identidad cultural propia y
determinaron su carácter de grupo iudependieute y guerrero.
Omaguas y carijonas
Los españoles llamaron omaguas a los miembros del cacicazgo que habitaban
las islas del río Amazonas entre la boca del río Napo y las bocas del Caquetá, etnia
que con el contacto colonial quedó, hacia mediados del siglo XVIII, reducida a
unas pocas familias en el Marañón peruano. Los portugueses los llamaron cambebas,
que quiere decir cabezas chatas, pues acostumbraban deformar el cráneo de sus
hijos a temprana edad con un par de tablillas, de forma tal que según Cristóbal de
Acuña, sus cráneos parecían "mitra de obispo". Vestían indumentarias de algodón y
utilizaban la estólica o tiradera como arma de guerra o caza. Los omaguas pertenecían
a la familia lingüística Tupí, de amplia difusión en la Amazonia y cuya lengua, un
tanto modificada por misioneros y comerciantes, se convirtió en la lengua franca o
!ingua gera! en buena parte de esta región,
De forma tal vez casual, los expedicionarios de la Casa Welser encontraron al
sur del río Guaviare un grupo indígena que llamaron omeguas, dando pie a las
confusiones que sobrevinieron. Curiosamente los portugueses llamaron a los
carijonas, umauds o mauds, aumentando las probabilidades de que los siguientes
viajeros y estudiosos confundieran a los carijonas con los omaguas, incluso hasta
28 Los carijonas de Chiribiquete
mediados del siglo XX, cuando el estudioso de la iconografía brasilera, el
estadounidense Robert W. Smith, los confunde otra vez.
De La Condamine en su viaje por el río Amazonas en 1743, hallándose en la
misión de San Joaquín, un poco arriba del actual !quitos, en el Marañón peruano,
se refiere a los omaguas diciendo que era un pueblo poderoso "que poblaba hace un
siglo las islas y riberas del Amazonas en una extensión de cerca de 200 leguas más
allá del Napo. Sin embargo, no se cree que sean originarios del país, y hay sospechas
de que vinieron a establecerse a orillas del Marañón descendiendo por alguno de
los ríos que tienen su origen en el Nuevo Reino de Granada, huyendo de la
dominación de los españoles cuando conquistaron este territorio ... " 1 • De La
Condamine basa su afirmación en la existencia de una tribu que se llamaba omagua
"cerca de las fuentes de uno de estos ríos", y los peculiares vestidos de algodón que
ninguna otra tribu utilizaba.
Felipe Pérez, quien escribió la Geografía de los Estados Unidos de Colombia
en 1862, ante la muerte prematura de Agustín Codazzi en 1859, dice refiriéndose a
los guaques: "serán acaso de la misma raza de los omaguas? En estos lugares era
donde vivía aquella belicosa nación que después se halló establecida en las islas del
Amazonas, habiendo ido sin duda allí por el Yupurá, el Apaporis o río de los Engaños".
Más adelante describe a los guaques usando el estrecho fono y refiere que Requena
los llamó omaguas o guaques "lo que prueba que es una sola nación" 2 •
El viajero francés Paul Marcoy, en la segunda mitad del siglo XIX, arma una
confusión aún mayor. Recorriendo los alrededores de Tefé, llegó al sitio de Paruarí
Tapera, donde según este autor hubo una misión de Umauás fundada por los padres
carmelitas portugueses en el siglo XVIP y que debido a las incursiones de los jesuitas
españoles, secuestrando a los nativos para llevarlos al Perú, "finalmente cambiaron
su nombre de umauás por el de omaguas". Pero esto no es todo, pues Mar coy
explora el laberinto del delta del Japurá con su boga indígena, Joáo Le Miranha, y
en el sitio donde existió el pueblo de San Marías en el bajo J apurá, llegó a un rancho
donde vivía una pareja con un trabajador umaua. Contrario a lo que plantean De
La Condamine y Pérez, deduce que los omaguas del río Amazonas migraron aguas
arriba por el Caquetá, más arriba de los raudales. Se habrían instalado entre el
J apurá y el alto río Apaporis, cambiando sus costumbres e indumentaria.
Abandonaron sus vestidos de algodón y en cambio, los Umaua Mesaya, como ahora
los denomina, utilizaban una especie de cinturón ancho de pelo de mico, y menciona
que tanto hombres como mujeres llevaban el pelo largo y suelto. Respecto de su
fama de caníbales plantea que sólo llevaban a cabo esta práctica con los mirañas,
sus inveterados enemigos y que a causa de esta costumbre fue que la tribu se dividió
entre los que se deformaban la cabeza, los "cabezas planas", y aquellos con "cabezas
naturales", los primeros protestando de canibalismo4 •
IDENTIFICACION ETNICA DE LOS CARIJONAS _1,_9_
Martius nombra a los carijonas bajo los nombres portugueses de umauás,
umáuas y mauas. Dice que son indios "de sabanas, quienes sólo descienden a las
selvas del Japurá para buscar urari-uva5 que no existe en sus tierras, o cuando cazan
mirañas o los salvajes huaques (huates, guates), a quienes von Humboldt hace
referencia anotando que son llamados murciélagos"'.
Robert W. Smith, en su artículo sobre la expedición de límites entre España y
Portugal, que recorrió el Amazonas y el Caquetá o Japurá, publica y describe por
primera vez unas acuarelas de procedencia española del siglo XVIII, y después de
concienzudo estudio se las atribuye al comisario español de la Cuarta Partida de
Límites, Francisco Requena. Smith describe las acuarelas de forma detallada y al
llegar a la acuarela llamada "Primer Raudal del río Mesay", observa que "los
ocupantes del primer barco están interrogando a uno de los indios omaguas, quien
está en una pequeña canoa señalando los rápidos al frente. Estos indios visten anchos
cinturones de color café, tal vez de cuero, y sus cabezas tienen la forma aplanada
característica de su tribu" 7 • Aunque en las acuarelas está claramente escrito Indios
Omaguaes, al lado de sus figuras, esto no obsta para que Smith los considere los
omaguas del río Amazonas, por la similitud entre los nombres, pues las acuarelas no
muestran deformación craneana alguna.
Por el contrario Requeua, quien sí conoció a los omaguas de San Joaquín en
el Marañón peruano, y quien también conoció a los carijonas, no cayó en estos
enredos y dedicó una página de su diario a identificar a los indios que conoció en el
Yarí y sus afluentes:
"Estos indios son conocidos por diferentes nombres: el de guaques
es el que más debe prevalecer, por denominarse así ellos (y este le dan
los españoles), y el de Morciélagos por las misiones de Sucumbios. Los
portugueses les dicen Mavas y Omaguaes o Enaguas, pero por la
semejanza del nombre no tiene nada parecido a los omaguas de Mainas
y que poblaban todavía a principios de este siglo el Marañón hasta la
boca del río Negro, que los portugueses conocen en sus pueblos por la
denominación de Cambebas. El idioma es muy diferente y aún más
diferentes-sus costumbres. Entre todas la más extraordinaria es la de no
usar más vestido los hombres que una fuerte faja de corteza de árbol la
cual les ciñe de tal modo la cintura que les resulta a todos un talle de
mujeres, teniendo a algunos tan oprimido desde el estómago hasta la
parte más inferior del vientre que les queda el pecho muy
sobresaliente ... "8 •
No obstante la acertada descripción de Requena, la confusión entre omaguas
y carijonas persistió entre varios escritores a pesar de las múltiples diferencias entre
estas dos naciones: lengua Carib entre los ca¡-ijonas y Tupí entre los omaguas; faja o
fono de corteza de árbol en los carijonas, vestidos de algodón en los omaguas;
estólica entre los omaguas, arco y flechas entre los carijonas; deformación craneana
_J_Q_ Los carijonas de Chiribiquete
en los omaguas y pelucas negras en los carijouas. Además, los omaguas ocupaban la
varzea del río Amazonas, con un mayor potencial de subsistencia, mientras que los
carijonas eran habitantes de la terra firme, lo que derivó probablemente en la
conformación de un cacicazgo entre los primeros, con una mayor estratificación
social, mientras que los carijona parecen haber sido una sociedad tribal, básicamente
igualitaria y con unidades residenciales autónomas.
Los carijonas y sus diferentes denominaciones
El historiador Juan Friede, en el año de 1948, trató de aclarar la identidad de
los grupos que fueron llamados en diversos momentos mesayas, guaques, canjonas,
umauds y hianakoto, mediante la identificación de un mismo territorio para ellos,
actividades económicas similares y una misma lengua'. Su planteamiento es que los
carijona fueron denominados huaques por los españoles, y en la segunda mitad del
siglo XIX estos mismos fueron llamados por los colombianos carijonas, que en su
lengua quiere decir gente. En cuanto al nombre umaua, es un despectivo de los
indios de habla Tucano, según Koch-Grünberg. Además, uno de los subgrupos
carijona se llama pianakoto, que corresponde con una de las parcialidades de los
huaques: los piana-carifona. Por lo tanto huaque, mesaya, umaua, canjona y
hianakoto son nombres distintos para los mismos indios, los carijonas.
Los carijonas fueron denominados murciélagos por parte de los misioneros
franciscanos en el siglo XVIII en los pueblos de misión establecidos en el territorio
del Caquetá y Putumayo. Sin embargo, algunos clanes de grupos Tucano occidental
fueron denominados igual, razón por la cual trataremos de no confundirlos. Esta
denominación parece haber sido exclusiva de los españoles y no tenemos
conocimiento de la existencia de un clan de murciélago entre los carijonas.
A mediados del siglo XIX, Agustín Codazzi denominó a los carijonas como
guaguas, término que aparece en las crónicas sobre las expediciones de la Casa
Welser en el siglo XVI. El presbítero Manuel María Albis, fue el primero en referirse
a los guaques como carijonas, con la salvedad que denomina enaguas a los carijona
del río Cuñaré.
Por último, la similitud guaje-guaque, nos lleva a pensar que los indios de
misión en el Orteguaza y el Caguán, que eran principalmente tamas u otros grupos
Tucano occidental, como coreguajes, piaguajes, senseguajes, etc., habrían sido quienes
nombraban así a los carijonas. Se podría pensar que con el tiempo los huaques que
vivían más al occidente se aliaron con los tamas o los coreguajes, tomando sus
mujeres y posiblemente incluso, adoptando la lengua Tucano occidental. Estos
podrían ser los koreba que mencionan los uitotos, que habitaban la banda izquierda
del río Caquetá, abajo de la boca del Caguán.
De aquí en adelante, y con el fin de respetar las diferentes denominaciones
IDENTIFICACION ETNICA DE LOS CARIJONAS Jl_
por parte de los cronistas, viajeros, misioneros y en general quienes tuvieron algún
contacto o hicieron referencia a este grupo Carib, cuando nos refiramos a guaques,
umauás, hianakotos, murciélagos, mesayas, guaguas y enaguas nos estaremos
refiriendo a una misma etnia: los carijonas.
Visión de otras tribus sobre los carijonas
El término mismo canjona significa para estos la gente, fenómeno muy usual
del etnocentrismo indígena que en la mayoría de los casos se consideran la gente y
más aún la gente del centro, pues cada grupo indígena considera su territorio ances-
tral como el centro del mundo dentro de su mitología tradicional.
Las tribus que mantuvieron contactos con este grupo Carib, los percibieron y
denominaron de formas diferentes, lo que trataremos de mostrar de manera muy
sucinta, para así aproximarnos a su identidad cultural. Es de destacar que varios
grupos vecinos de los carijonas tienen canciones carijonas, como es el caso de los
andoques, los muinanes, los mirañas 10 y los uitotos, lo que demuestra que entre
ellos hubo contactos por algún tiempo o que aprendieron sus cantos de cautivos
carijonas, como mencionan los uitotos. También es de destacar los múltiples
enfrentamientos guerreros que tuvieron las etnias de la región y las largas expediciones
que emprendían los carijonas en sus ataques a las tribus del área. Por lo general los
relatos que subsisten de sus vecinos, sobre estos enfrentamientos, tienen un marcado
carácter etnocéntrico, pues casi siempre triunfan sobre los carijonas.
Los andoques
Para los andoques los carijonas son identificados con el personaje mitológico
llamado Sindi, que significa el carnívoro, el dueño de los Jaguares, y es considerado
muy importante dentro de su mitología dadas las connotaciones del jaguar, que
llevan a considerar a los carijonas como caníbalesll. En el relato compilado por
Landaburu denominado La guerra del palo hablador hay varias referencias a Sind1;
tales como: "Ese es el Trueno-Sindi, el Trueno-carnívoro, el Caníbal... De los que se
quedaron en la maloca, Sindi se volvió príncipe de los tigres .... " 12 • Sin embargo
parece ser que hubo relaciones de alianza entre ambas etnias y tal vez por esto
existieron asentamientos carijona sobre el Caquetá abajo y arriba de Araracuara,
como lo plantea Landaburu, cuando anota que los andoques limitaban por el norte
"con los Carijonas, quienes dominaban las bocas del Quinché, Aduche e Ipanché: al
occidente se encontraban con ciertos linajes uitotos que vivían en el alto Nocaimaní
(la parte baja del río estaba habitada por los caribes)" 13 •
Thomas Whiffen, explorador británic~ que recorrió el interfluvio Caquetá-
Putumayo en 1908, plantea que los andoques se mantenían en guerra con todos sus
vecinos pero sostenían ''algún comercio con los Muenane y con los andariegos
 Los carijonas de Chiribiquete
Karahone, quienes sirven como eslabones de unión entre las tribus del norte con
aquellas al sur del J apurá" 14 •
Los uitotos
Los uitotos denominan a los carijona riama, que significaría carnívoro o come
gente. Esto denotaría que en la memoria de casi todas las etnias se achaca la práctica
caníbal a otros y jamás a ellos mismos. Los mismos carijonas sobrevivientes atribuyen
esta práctica a un clan específico, los berebere. Por diversas fuentes escritas sabemos
que los uitotos eran enemigos de los carijonas, y que estos últimos los capturaban ya
fuera para comérselos o para venderlos como esclavos. Esta tradicional enemistad
tuvo consecuencias funestas para los carijonas, especialmente a partir de finales del
siglo XIX y comienzos del XX, cuando los uitotos ocuparon parte de su territorio,
ya fuese como refugiados de la Casa Arana o mediante incursiones bélicas
independientes o apoyadas por los peruanos.
José Suárez, de !agente de piedra de los uitotos nos contó en Puerto Santander,
que antiguamente los carijona estaban divididos en dos grupos: los carijona negros,
que eran caníbales, y los koreba. Los primeros vivían en el bajo Yarí y los segundos
arriba de Angostura en los ríos Tuyarí y Cuemaní. Existen indicios de que el grupo
koreba tendría algún tipo de parentesco con los coreguajes, debido a su cercanía
geográfica en el sector occidental del territorio carijona. Los carijonas eran según
José Suárez "andariegos, muy ariscos, muy ágiles y carnívoros de carne humana,,.,_
Por eso les tenían miedo. Cuando los carijonas negros capturaban a algún uitoto, si
era perezoso lo engordaban, lo mataban y luego lo comían, pero si era trabajador lo
dejaban. Dice que los koreba llamaban a los uitotos, uitotó. La gente de canangucho,
la gente de mico y la gente de piedra de los uitotos, fueron quienes sufrieron estas
expediciones de carijonas negros y korebas, perdiendo así mucha gente. Las capturas
de jóvenes, mujeres y niños era práctica frecuente entre unos y otros.
En una ocasión los uitotos de Entre Ríos y el alto río Nocaimaní, ante las
continuas desapariciones de niños, pusieron guardias en todos los caminos y ríos de
su territorio. Sospechaban de los boras y muiuanes, hasta que una guardia avanzada
situada en el río Nocaimaní oyó "una canoa que venía remando muy suavemente;
venían remando, entonces cuando ellos principiaron a mirar, venían en una canoa;
ellos tenían sus amarraditos con tiras rojas y su corona, plumas de guacamayo; las
tenían puestas ellos, y delante de la canoa venia un hombre con las flechas, mirando
para todos lados, pues venía listo, y su vestido era una saya así cortica hecha de
fono, y acá los brazos amarrados bien así apretados y la cinturita por allá; y aquí, en
el pecho, tenían una cosa de madera fina, parecían como senos pero tienen punta,
esos son la defensa de él, para agarrar la persona, apretarla así para matarla. Los
muchachos miraron esa gente muy desconocida ... " 15 • Como los uitotos lograron
IDENTIFICACION ETNICA DE LOS CARIJONAS _l_l
capturar después a dos niños koreba, dice José Suárez que los v1e¡os uitotos
aprendieron la lengua de los koreba y sus bailes, lo mismo que los korebas habrían
hecho con sus cautivos. Después de varias negociaciones, los uitotos liderados por
Guamayire y los korebas por Tacunarí, llegaron a la conclusión de que ningún
grupo era caníbal, identificaron a los mutuos cautivos como vivos y en buen estado,
y dedujeron que los verdaderos caníbales eran los carijonas negros del Yarí. Entonces ,
korebas y uitotos hicieron la paz tras varios diálogos en espíritu y físicamente, dando
origen al bat!e carijona de los uitotos de Guaymaraya.
Por su parte, Fernando Urbina reafirma que los uitotos llamaban riama a los
carijonas. Eran sus viejos enemigos y su conflicto fue de larga duración. Además,
sugiere que los korebas eran coreguajes. El resultado final del conflicto entre korebas,
carijonas y uitotos fue que se recurrió a la brujería, "los uitotos se prepararon para
atacar tomando forma de tigre. Este tigre brujo no distingue entre amigos y enemigos.
Mata parejo. Los korebas huyeron no se sabe a donde y la mayoría de los karijonas
fueron exterminados. Pero nuestro antepasado cambió la tradición y continuo
haciendo baile de karijona" 16 •
Preuss en su obra sobre mitología de los uitotos menciona que estando sobre
el río Orteguaza, en 1914, después de una fiesta, los uitotos bailaron dos veces al
atardecer, " ... primero se interpretaban danzas de los carijonas; luego, danzas de la
fiesta juarei .... Los bailes de los carijonas se diferenciaban en algunos aspectos de
aquellos de los uitotos ... " 17 •
Los cabiyaríes
Vecinos de los carijonas ~n el río Apaporis, eran aliados de los carijonas y
hubo rasgos culturales compartidos. Según Koch-Grünberg, los cabiyaríes
intercambiaban bodoqueras o cerbatanas a cambio de veneno carijona.
Camilo Robayo descubrió que unas canciones compiladas entre los carijonas,
resultaron estar en lengua cabiyarí, y corresponderían a un bat!e de muñeco con
cantos de animales, pero con un sentido de duelo y tristeza18 • La existencia de este
baile en lengua cabiyarí entre los carijona daría razón de intercambios culturales
importantes. Según Armando Perea Carijona, los cabiyaríes eran aliados de los
carijonas: "Los cabiyarí son casi hermanos de los carijonas. La cultura tradicional
salió de ellos. Les pasaron el poder a los carijonas" 19 • Andrés Moncayo Carijona
<lice que los carijonas eran amigos de los cabiyaríes y de los urumis y que se invitaban
entre ellos a fiestas. Según Francois Bourgue, quien estudió la mitología cabiyarí,
los carijonas cambiaban herramientas por gente que proporcionaban los primeros'º.
Los yukuna matapí
Según Menno Oostra, y a partir de tradiciones de los yukunas y tanimukas,
 Los carijonas de Chiribiquete
l·L
los carijona fueron los primeros que llegaron a comer gente al río Mirití, incluso
antes que los rnirabara y los comerciantes de esclavos que venían del Brasil. Dice
Oostra sobre los carijonas: " ... ellos llegaban a las cabeceras del Mirití a comer gente,
cogían uno o dos de cada maloca para comer. Parece que ellos venían de la parte del
Yarí" 21 •
Por su lado, Ramiro y Carlos Matapí nos contaron el mito de Jeerí, donde se
narra el origen de los carijonas según los yucunas. Dicen: "Los yucuna tenían una
oración especial para cuando tenían problemas con sus enemigos, Según ellos cuentan,
la tierra central carijona estaba en el espacio y para hacerlos bajar hacían una trompeta
de carguero y al mediodía la soplaban y cuando contestaban, bajaban y los
rnataban ..... La tierra ancestral de los carijona era el Yarí. Carijona se dice en yucuna
caipuná, El creador de los carijonas es conocido en yucuna corno Jeerí, era un caratejo
(así ellos son). También tiene otro nombre que es Yainakahí que quiere decir
comegente. Por eso sus nietos comían a la gente. Jeerí vivía con sus hermanos, tenía
tres hermanos, y él era el mayor y era una persona muy fea, carateja y de todo,
Resulta que Supremo Jeechú (el cielo), el creador de todas las cosas, tenía una hija
que se llamaba Mananíyo, ella se acostaba con su hermano la luna ... "22 • Este es el
inicio del cuento yucuna-rnatapí defeerí, en que éste mata aMananíyo para comérsela.
Una interpretación adecuada de este mito sería labor interesante para un trabajo
futuro.
Los yucuna rnatapí tienen un cuento de la entrada de los carijonas al Mirití,
en que se defendieron rodeando de troncos de palma de canangucho (moriche) una
loma donde estaba la maloca, y cuando llegaron los carijonas, soltaron los palos
loma abajo, causando así su derrota. Cuentan también la historia de un joven yucuna
que en una ocasión fue raptado por los carijonas, y una vez rescatado regresó a su
tribu, a casa de sus primos. Habiendo aprendido costumbres carijonas, y ante las
continuas peticiones de sus primos respecto de cómo matan los carijona~ este terminó
matándolos tras una competencia de carreras. El cuento relata: "Buenp les dijo, les
voy a mostrar como mata carijona. Póngase usted en esta loma, usted en esta otra
loma y usted en esta. Cuando yo golpee esta bamba salen a correr. Y la golpió y
salieron corriendo y arrancó detrás y alcanzó al primero, lo alzo y lo mató
quebrándolo con la rodilla, Y así a los demás. Y el papá de los muchachos le dijo:
sobrino usted que hizo con mis hijos. Y él le respondió que lo estaban molestando
mucho preguntándole que cómo mata canjonay que entonces les rnostró" 23 •
Los urumi
Esta etnia era dependiente de los yukunas, hasta su separación en tiempos del
comercio de esclavos, momento en que migró hacia las cabeceras del Mirití y el
Metá24 , donde según Matallana y Shackt habrían tenido enfrentamientos con los
IDENTIFICACION ETNICA DE LOS CARIJONAS _li_
carijonas, de los cuales habrían salido triunfantes, aunque terminaran esta empresa
"casi totalmente exterminados" 25 • Triunfos pírricos en que el ganador salía más
debilitado que el vencido. Por el contrario, Andrés Moncayo Carijona afirma que
los carijonas eran amigos de los ururni, y que se invitaban a fiestas".
Los bora-miraña
Los rnirañas llaman a los carijonas umauá, el mismo apelativo utilizado por
los grupos de habla Tucano oriental del río Vaupés y por los portugueses. Cuando
Martius subió por el Japurá en 1819, interrogó al jefe de los rnirañas sobre el motivo
de la antropofagia tribal, éste le contestó haciendo referencia a los carijonas:
"Después de muerto el enemigo, es mucho mejor comérselo que
dejarlo podrir. La cacería grande es escasa, porque no pone huevos
como las tortugas. Lo peor es la muerte, no el ser comido; una vez
muerto, para mí es indiferente que el umauá me coma. Pero no conozco
cacería de mejor sabor que esa, aunque es verdad que los blancos son
muy ácidos ... Comer un prisionero que uno pueda vender es una
estupidez. La cachaza sabe mucho mejor que la sangre, pero los umauá
que prefieren morir de hambre a ser vendidos a los blancos y que ya
comieron tantos de los nuestros, preferimos matarlos ... "27 •
Marcoy menciona la enemistad tradicional de rnesayas y rnirañas, y dice que
cuando capturaban un rniraña, le daban una mujer para agasajarlo y lo engordaban;
luego de un tiempo, lo mandaban a traer leña que depositaba en el centro del
poblado, lo marcaban con pinturas de rojo ocre en partes del cuerpo, bailaban, y al
amanecer, al salir de su casa, lo mataban de un garrotazo:
"Entonces le cortaban la cabeza que clavaban en una vara, llevándola
alrededor del poblado. El cuerpo lo arrastraban a la quebrada más
cercana donde las mujeres lo limpiaban y lo cortaban en pequeños
pedazos que echaban a la olla con sal y ají. Cuando esta repugnante
mezcla estaba cocinada, los viejos, los guerreros, las mujeres y los niños
se sentaban en un círculo y el brujo más viejo servía a cada uno de los
asistentes a la fiesta, su porción de indio miraña con un poco de salsa.
Las vísceras e intestinos, previamente lavados con agua corriente y asados
a la brasa se comían de postre, mientras que sus huesos los rompían
para chupar la médula. De acuerdo con la tradición no debían quedar
más desperdicios del miraña muerto que su cabeza embalsamada y
pintada, que entonces era guardada por el guerrero más bravo de los
Mesayas .... Cuando la fiesta terminaba, se enfermaban de pensar en el
extraño plato que habían comido y procedían sin perdida de tiempo a
28
vornitar... El último banquete Mesaya de este tipo tuvo lugar en 1846" •
Esta descripción resulta completamente exagerada y es evidente que Marcoy
no fue testigo de estos hechos, y que nunca llegó al territorio carijona, sino que
tornó este relato en la boca del Japurá. Sin embargo, es interesante la mención al
vómito, pues demuestra que el acto caníbal no poseía la finalidad de alimentarse.
 Los carijonas de Chiribiquete
El capitán Luis Enrique Miraña nos relató una historia sobre una incursión
carijona para atacar a los horas del río Cahuinarí, durante la cual la estrategia de
defensa bora fue similar a la utilizada por los yucunas con sus troncos de canangucho.
Es muy diciente del poderío carijona el que se desplazaran, como lo muestran estas
historias, hasta los ríos Cahuinarí y Mirití, y aunque no conocemos la época de
estos acontecimientos, se situarían en el siglo XVII, cuando ya los carijonas tenían
herramientas y armas de procedencia española. Luis Gwako Miraña refiere un tiempo
en que los carijonas mandaban sobre todas las tribus del área, como resultado de
haber derrotado al Dios del Comercio de Oriente, los portugueses. Este aspecto se
analizará con más detalle posteriormente.
Los coreguajes
Para los coreguajes y otros grupos Tucano occidental los carijona son
identificados como los murciélagos u ocho, y esta denominación no tiene la
connotación de canibalismo o de vampiros que chupaban la sangre de sus enemigos,
interpretación que parece deberse a un prejuicio propio de los españoles.
Luis Gwako Miraña relata que los carijonas dominaban y humillaban a todas
las tribus vecinas y que por esta razón los coreguajes se armaron y atacaron a un
grupo de carijonas del río Yarí matándolos a todos menos a un brujo. Este brujo les
habría enseñado las canciones de los bailes carijonas. "Los coreguajes quedaron con
los cantos, por eso los cantos de los coreguajes son parecidos a los de los carijonas.
Y con eso se terminó la guerra de los carijonas contra otros tribunales (sic) ... " 29 ,
Según el padre Albis las costumbres de coreguajes y carijonas eran muy
parecidas. Dice Albis: "Esta nación lo mismo que los Guaques y Tamas están
desnudos, en pelota como los parió su madre, los varones usan una cáscara de palo
qne llaman fono, la cual en cantidad de un jeme de ancho y vara y media de largo
cnbre su cintura y del mismo fono forman una especie de capita o empajado que
cubre sus partes. Las mujeres están perfectamente desnudas y no tienen la más pequeña
vergüenza"30 • Las coregnajes usaban una concha que por medio de un hilo atado a
su cintura desolgaban para cubrir "sus partes" mientras que las carijonas no usaban
nada, aunque andaban casi siempre pintadas.
Carijonas y coreguajes vivieron en el pueblo de San Francisco Solano de los
misioneros franciscanos, y un grupo de carijonas terminó viviendo con los coreguajes
como resultado de migraciones generadas por el episodio de las caucherías.
Los tanimukas
Los tanimukas son considerados en la mitología yukuna con un mismo origen
mitológico que los carijonas y los blancos. Dice María Clara Van der Hammen que
"los yukuna asocian a los blancos principalmente con el jaguar Jerí, el mismo del
IDENTIFICACION ETNICA DE LOS CARIJONAS _J_2_
cual descendieron grupos antiguamente enemigos como los tanimuka y los
Karijona" 31 • Martín van Hildebrand sostiene que de acuerdo con todos los grupos
del área (Mirití y Apaporis) y en particular según los makunas, tienen nn ancestro
común los tanimukas, los carijonas y los colombianos: el tigre Yainakahf. Los
tanimukas no dan esta explicación pues para ellos J:áinakahí es únicamente el ancestro
de los carijona y los colombianos. Sin embargo, esta clasificación indica posiblemente
qne para los demás grupos de la región, los tres grupos anteriores tienen algo en
común; posiblemente el haber llegado hace poco tiempo a la región y en forma
belicosa e impositiva ... 32 • Según este mismo antor, tanimukas y carijon¡is se decían
hermano y nunca se atacaron entre ellos.
Los eubeos
Goldman, en sn texto sobre las tribus de la región del Caquetá y Vaupés
menciona qne los grupos Tucano oriental llaman a los Carib, Umdua, y refiere que
los eubeos del Cuduyarí fueron atacados por estos, y que como estrategia de defensa
represaron el río con cortezas de árbol tomadas de las paredes de sus casas. A mediados
del siglo XIX hubo un asentamiento carijona, fomentado por Jesuino Cordeiro,
arriba de Ynruparí. Koch-Grünberg encontró tres carijonas donde los eubeos del
Cnduyarí, que bajaban a vender caucho y tenían alianzas matrimoniales. Algunos
carijonas vivieron con los eubeos en el Vanpés durante las caucherías, por ser los
vecinos más cercanos en este río. Los dos grupos se opusieron a la conquista cauchera
annque sucumbieron tras múltiples enfrentamientos.
Los desanas
El profesor Gerardo Reichel Dolmatoff trae en su libro Desana Texts and
Contexts3 3 un relato sobre la Gente Aguila. De forma resumida el relato es el siguiente:
un hombre estaba cogiendo coca y llegó un águila y se lo llevó a su nido en la cima
de un árbol, donde le arrancó una mejilla para que se la comiera su aguilncho.
Escapó bajando del tronco tras haber botado al aguilucho de su nido. Después
llegaron varias águilas buscándolo. Cayó un aguacero y el hombre se escondió en el
hueco de un tronco. Cuando volvió a la maloca contó lo que le había pasado y
entonces decidieron matar a las águilas con sus flechas. Salieron y llegaron a una
gran maloca en donde oyeron al abuelo águila diciendo: "Nietos vayan a bañar
pues la muerte se nos acerca. Vienen a matarnos, por eso se acercan. Al oír esto,
ellos se asustaron. No podían matar a las águilas con sus flechas, eran demasiadas.
Por eso se fueron. En esos tiempos todos los seres eran gente. Se fueron al río a
pescar. A medianoche cogieron al águila vieja, la encontraron en el río. -No me
toquen- gritó. Después de quitarle las plumas de abajo la botaron al río. Tras esto
les tomó dos días llegar a la casa. Dos días más tarde las águilas bestias llegaron a su
 Los carijonas de Chiribiquete
casa en forma humana. -Traigan los chiruros-. Los desana habían hecho chiruros
con las plumas. Recuperaron sus plumas y mandaron truenos corno castigo. En el
comienzo la gente dgu,!a traía objetos muy valiosos. Ahora carecen de todo. Viven
en sus casas. Viven en las casas de las lomas".
Reichel Dolrnatoff comenta sobre este relato que en tiempos míticos los
animales se comportaban corno gente y la gente que no era desana era comparada
con animales. Además la gente dgu,!a arpía eran los ancestros de los modernos
carijonas de acuerdo con su informante. Dice también que los objetos valiosos que
tenían las águilas, eran plumajes de baile. Refiere por último que las casas en las
lomas eran lugares sobrenaturales dentro de lomas rocosas. En otro relato se menciona
que la costumbre de rnarnbear coca fue introducida por la gente dgui!a arpía a los
desanas.
NOTAS
1 53.
De La Condamine C. M. 1,1a;e a la América meridional. Editorial Espasa
Calpe, Madrid, 1962, p.47.
'Pérez Felipe. Jeografta Física /Política de los Estados Umdos de Colom-
bia. Imprenta de la Nación, Bogotá, 1862.
3
Estas misiones fueron fundadas por jesuitas españoles, dirigidas por del
famoso padre Samuel Fritz, lo que invalida la afirmación de Marcoy.
4
Marcoy Paul. A Journey across South America from the Pacific Ocean to
the Atlantic Ocean. Half Vol. IV (Nauta-Tabatinga-Santa María de
Belen), Balckie & son, London, 1873, pp. 431-443.
5 25 Matallana Carla y Jon Shackt. Los Jurumi Una historia oral de una tribu
Curare o uraries un término que significa veneno y es de origen Carib.
'Spix & Martius. Viagem pelo Brasil (1817-7820). Universidade de Sao
Paulo. Editora ltatiaia, Sao Paulo, 1981, p. 238. Se destaca el hecho de
que el apelativo murciélago no tenía una acepción denigrante sino por
el contrario "son considerados como personas no egoístas, como los
murciélagos, los cuales comen reunidos y comparten los frutos"
(Quiroga Marcela. Los Tukano Omdental. En: Geografía Humana de
Colombia. ICANH, Bogotá, 1999, p.358). Esto contrasta con las
versiones de que eran llamados así porque chupaban la sangre de sus
enemigos, como si fuesen vampiros. Además la mayoría de los
murciélagos no se alimentan de sangre sino que son frugívoros o
insectívoros. La visión de los carijonas como vampiros es entonces parte
de la leyenda negra que se construyó acerca de los grupos indígenas
que se opusieron con tenacidad a la dominación esclavista y cauchera.
' Smith Robert C. Requena and the /apura: some eighteenth centu¡y
waterco/ors of the Amazon and other nvers. The Americas, vol. 111,
no. l., Washington, 1946, p.62.
8
Requena Francisco D. Diario del viaje hecho al río Japurá para su
reconocimiento por las dos partidas de sus majestades católica y
ftdelísima, destinadas para la demarcación de los lín7!tes entre las dos
IDENTIFICACION ETNICA DE LOS CARIJONAS 12_
coronas. En: /lustrados y bárbaros Diario de la exploración de límites al
Amazonas (1782). Alianza Editorial, Madrid, 1991, p.113.
9 Friede Juan. Algunos apuntes sobre los Kari¡ona-Huaque del Caquetá.
Acte du XXXVIII Congres des Americanistes, París, 1948.
10 Comunicación personal de Juan Alvaro Echeverri.
" Pineda C. Roberto, Landaburu Jon. Tradioones de la Gente del Hacha.
Imprenta Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1984, p.29,34.
" Landaburu Jon. Cuentos del diluvio de fuego. En: Maguaré. Universidad
Nacional de Colombia, vol.1, no.1, Bogotá, junio 1981, p.67,73.
13
lbíd, p.54.
14 Whiffen Thomas. The north west Amazon. Notes of some months
spent among canmba/ trJbes. Consta ble and Company, London, 1915,
p.61.
15 Entrevista, Puerto Santander, enero 28 de 2001.
76 Urbina Fernando. Un fito para hacer la Paz. Por qué los wtotos hacen
baile de cari¡ona?. En: Religk5n y etnicidad en América Latina (tomo 2).
Memorias del VI Congreso Latinoamericano de Religión y Etnicidad.
Instituto Colombiano de Antropología, Bogotá, 1997, p.101.
" Preuss K. Theodor. ReligJi5n y Mitologfa de /os U1totos. Recopilación de
textos y observaciones en una tf!bu indígena de Colombia, Suramérica.
Editorial Universidad Nacional, Bogotá, 1994, pp.33-34.
18 Robayo Camilo. Convivencia e identidad étnica regiona{ un caso del
noroeste amazónico. En: Actualidad Arqueológica, no.1, 1992, pp.50-
" Entrevista, La Pedrera, febrero 13 de 2001.
' 9 Robayo Camilo. Convivenoa e 1dentldad. .... Op.ot., p.51.
21 Oostra Menno. Historia de la gente del Mifltíparaná. Trabajo de campo,
Uniandes, Departamento de Antropología, Bogotá, 1978.
22 Entrevista con Carlos y Ramiro Matapí, río Metá, enero 31 de 2001.
D lbíd
24 Los Urumi vivieron también en un afluente del Yavillá, el Cujarí, según
Joaquín Carijona.
del río Mintiparaná de la cuenca amazónica. En: Etnohistoria del
Amazonas. Ediciones Abya Yala, Quito, 1991, pp.168-169.
"Entrevista, La Pedrera, febrero de 2001.
"Spix & Martius. 1,1agem pelo Bras1!. .... 0pcit, p.235.
28 Marcoy Paul. Ajoumey across South America .... Op.ot., p.381.
29 Entrevista con Luis Gwako Miraña. Realizada por Frank Seifart, Puerto
Remanso del Tigre, agosto, 2001.
30 Albis Manuel María. Culios1dades de la Montaña. En: Domínguez et al.
Geografía Física y Polítk:a de la Confederao6n Granadina. Estado del
Cauca, Temtorio del Caquetá. Obra dliig1da por el General Agustín
Codazzi Coama-Fondo FEN-IGAC, Bogotá, 1996, p.76.
31 Van der Hammen María Clara. El mane;o del mundo. Naturaleza y
sooedad entre los yukuna de la amazoma colomb1ana. TROPENBOS,
Tercer Mundo editores, Bogotá, 1992, p.345.
"Hildebrand Martín. Mitología Tanimuka. Informe inédito, Bogotá, 1979,
pp.16-17.
33 Reichel Dolmatoff Gerardo. Desana Texts and Contexts. Acta
Ethnologica et Lingüística, no. 62, Wien-Fóhrenau, 1989, pp.461-473.
Territorio y población

E
xiste una cierta similitud entre el territorio carijona y las montañas
de las Guyanas, con sus tepuyes y sabanas. Pero sin duda la serranía
del Chiribiquete y las mesas de !guaje son una versión a escala reducida
de las grandes montañas de las Guyanas que culminan en los cerros Roraima y La
Neblina, de más de 3.000 metros de altura. Los afloramientos del escudo Guyanés
en Colombia incluyen los cerros del Vichada y Guainía, los del Chiribiquete y la
serranía de La Macarena, entre otros. En el territorio carijona las áreas de cerros no
alcanzan alturas superiores a los 800 m.s.n.m. La serranía de Chiribiquete y
Araracuara "... se inicia en dos pequeños cerros (cerro Otare~ cerro Azul) ligeramente
al norte del río La Tunia y se prolonga hacia el sur hasta Araracuara sobre el río
Caquetá. Su longitud t_otal es de unos 240 kmy su ancho máximo es de unos 90 km.
De norte a sur se reconoce un conjunto de cinco serranías: la serranía de Chiribiquete
entre los ríos Tunia y Ajaju; la serranía de Cuñaré en la parte central y entre los ríos
Apaporis y Mesay; la mesa de !guaje al occidente de la anterior, entre las cabeceras
del río Mesay y la quebrada Huitoto; la serranía del Yarí o de !guaje, conjunto de
_pequeños cerros entre el río Mesay y el río Yarí y la serranía de Araracuara entre el
río Yarí y el río Caquetá... " 1 . Para las tribus amazónicas los cerros tienen por lo
general significados especiales y sagrados al interior de su mitología. Dentro de la
tradición oral carijona, el cerro del Gallo sobre el río Ajaju es uno de estos lugares
de singular importancia.

El territorio carijona
La región que fue habitada por los carijonas se caracteriza en primera instancia
por ser muy extensa pero de difícil acceso y poco atractiva en términos productivos.
 );~)
_'f_2 ;fu( Los carijonas de Chiribiquete
La etnia que en un comienzo ocupó este lugar debió ser incapaz de controlar tierras
más fértiles o cercanas a los grandes ríos, o por alguna circunstancia apreció los
tepuyes y quebradas de aguas negras que tal vez les recordaban sus primitivos lugares
de origen. Como territorio de fácil defensa en medio de guerras intermitentes con
algunos vecinos, los cerros ofrecieron seguramente muy buenos lugares de refugio y
la multitud de raudales controlaba la entrada de intrusos. Por la relación de Fran-
cisco Requena da la impresión de que los guaques u omaguaes como los llamó él, no
vivían en las riberas de los ríos sino monte adentro. Esta sería una clara estrategia de
defensa frente a las hostilidades intertribales y posteriormente contra las expediciones
esclavistas. Tal vez con anterioridad al siglo XVIII, durante su período de
predominancia, los carijonas ocuparon las riberas de los ríos con asentamientos
permanentes en los raudales como sitios estratégicos.
Los límites del territorio carijona incluyen, de acuerdo con la documentación
existente, las siguientes áreas: el río Vaupés en inmediaciones de los Lagos de El
Dorado y Puerto Nare; el río Apaporis aguas arriba de la desembocadura del río
Cananarí hasta el río Ajaju y el curso bajo y medio del Macaya o La Tunia; los ríos
Mesay, Cuñaré, Yavillá y Amú; el curso medio y bajo del río Yarí, así como los ríos
Cuemaní, Tuyarí, Sainí e Imiya; y por último el río Caquetá desde el río Cuemaní
arriba de la Angostura de Araracuara hasta la isla de Mariñame, más abajo de la
boca del río Yarí.
Pero el sector norte del territorio, el río Vaupés, no parece haber sido un área
de asentamientos continuos, pues los actuales pobladores de Puerto Nare y Miraflores
llegaron al área hacia 1930. Sin embargo existió un poblado carijona sobre este río
en el siglo XIX, y en el XVIII es probable que los "indios castelhanos" nombrados
en los mapas de Lobo D'Almada fuesen carijonas. De esta forma el centro del
territorio comprendía el área de la cuenca baja del río Yarí, sus afluentes y el alto
Apaporis en inmediaciones de las confluencias de los ríos Macaya y Ajaju. Pero esta
zona no es precisamente un área de gran potencial productivo, por el contrario los
suelos son frágiles y la fauna se encuentra dispersa: y en bajas densidades. No ob-
stante el acceso de los carijonas a las vegas del Caqnetá, con el fin de aprovechar la
pesca en épocas de subienda o en el tiempo de postura de huevos por las tortugas
charapas, debió enriquecer su potencial de subsistencia.
Los ríos Yarí, Mesay, Cuñaré, Ajaju, Macaya y Apaporis están plagados de
raudales, e incluso el Caquetá tiene serias interrupciones para la navegación hasta el
comienzo de su curso bajo. Del mismo modo el Apaporis tiene más de cinco raudales
antes de llegar a territorio carijona, navegando desde sn desembocadura. Peor aún
es el río Vaupés, pues tiene decenas de raudales antes de llegar a su curso alto. De
esta forma su territorio estaba protegido de incursiones por los ríos, especialmente
desde el oriente.
TERRITORIO Y POBLACION _±3
Los viajeros del siglo XIX y comienzos del XX se vieron derrotados por estas
dificultades de acceso y el carácter independiente de los indios. Sin embargo, esta
misma situación de relativa marginalidad en el concierto de tribus amazónicas, se
vio favorecida con el contacto colonial por su ubicación en los bordes de las áreas
de influencia portuguesa y española, razón por la cual no se establecieron poblados
en sus tierras con excepción de algunos de corta duración y mantuvieron un territorio
independiente hasta finales del XIX. Por otro lado, aunque en el Caguán se fundó
una ciudad española en el siglo XVI, para el siglo XVIII había desaparecido y no
volvió a haber pueblos en este río hasta mediados del siglo XIX. Tampoco existieron
poblados portugueses en el río Vaupés arriba de Yuruparí, ni en el Caquetá arriba de
la boca del Apaporis. Ocasionales entradas a este territorio tuvieron lugar en estos
tiempos pero sin fundaciones permanentes hasta comienzos del siglo XX. La Pedrera
1 no se fundó sino en la primera década y Araracuara hasta 193_8. Ya para este tiempo
los carijonas habían desaparecido del Chiribiquete.
Los carijonas aprovecharon su situación para comerciar con los españoles
desde los primeros contactos y algunas familias estuvieron sujetas al régimen misional
español, sometiéndose temporalmente a la reducción en pueblos a cambio de hachas
y cuchillos. Estuvieron en los ríos Orteguaza y Caguán bajo el nombre deguaquesy
en el Putumayo bajo el nombre de murciélagos. A fines del siglo XVIII las misiones
estaban destruidas, y puede afirmarse que nunca existió un pueblo en territorio
carijona con excepción posiblemente del controvertido pueblo de Mesaya en el
siglo XIX, como veremos más adelante. Sus relaciones con los portugueses y después
los brasileros fueron de desconfianza y conflicto, evitando el contacto seguramente
por haber conocido las expediciones esclavistas en sus tierras desde comienzos del
siglo XVIII.
Las ventajas del territorio carijona se debieron a su posición estratégica entre
grupos de diferentes tradiciones culturales, con quienes intercambiaban objetos como
hamacas, perros o veneno, posibilitando el acceso a herramientas mediante el
comercio con los españoles y después los colombianos. Hacia el norte tenían caminos
y trochas que los llevaban desde el siglo XVIII hasta el alto Vaupés y el río Ariari, en
las u'iisiones franciscanas de San Juan de Llanos. Del Yarí salían por las cabeceras de
los ríos Yavilla, Cuñaré o Mesay al Ajaju y al Apaporis. Del río La Tunia o Macaya
salían al Guayabera. Tenían las trochas del Tacunema y del Macayarí hasta el río
Vaupés, los varaderos del Yarí al Caguán, y el paso por los ríos Tuyarí y Cuemaní al
río Caquetá arriba de la Angostura. La boca del Yarí y el chorro de Araracuara
fueron lugar de encuentro con los andoques.
De los 2.200 kilómetros de longitud del río Caquetá o Japurá (como se conoce
en el Brasil), 1.000 corren por territo¡io brasilero, ya en la sección en que no hay
raudales, y su curso sigue sobre la planicie amazónica propiamente dicha. Desemboca
 \ }' J

wl\ Los carijonas de Cl1iribiquete TERRITORIO Y POBLACION _±i_

en el río Amazonas, conocido en el Brasil como Solim6es, creando un delta interno curso medio, arriba del raudal de Yuruparí, pudo ser habitado por carijonas en el
de grandes dimensiones, en que las aguas corren por ocho canales en diversos sentidos siglo XVIII y XIX, como vimos antes.
según la época del año. Sus vecinos eran los eubeos por el río Vaupés y abajo de la cachivera de
Subiendo desde su boca el Caquetá tiene cuatro interrupciones mayores para Yuruparí; los cabiyaríes en los ríos Cananarí y Apaporis, arriba del salto de Jirijirimo;
su navegación: el raudal Mirí o cachoerinha de Cupatí, actual chorro de Pedrera; el los grupos Tucano occidental del río Caguán; los andoques y uitotos al sur de'.
raudal de Cupatí, actual chorro de Córdoba y que era llamado ytu"' en Tupí; el Caquetá y los mirañas por el mismo río, abajo del río Quinché; en el alto Yan
chorro de Araracuara, 500 kilómetros aguas arriba, y que fue conocido con varios habitaron los tamas y tiniguas, y en el alto Mirití los yucunas y urumis.
nombres; y un poco más arriba, el raudal de Angostura. Los portugueses y brasileros
no pasaron jamás de la Angostura. Por su lado los españoles también se vieron Clanes
frenados por los obstáculos de Araracuara y tampoco bajaron por este río a establecer La primera noticia acerca de la existencia de grupos o clanes carijonas proviene
misiones o poblados. de un informe de los misioneros franciscanos de 1773, compilado por Cuervo (1894),
Es curioso que ninguno de los viajeros, exploradores, naturalistas y etnógrafos, quienes planteaban que los huaques o murciélag~s estaban dividid~s en parcialidad:s
con excepción de los padres franciscanos, Francisco Requena y el cura Albis, llegó que en este trabajo denominaremos clanes s1gmendo la sugerencia de Juan Fnede .
jamás al territorio tradicional de los carijonas, quedando rezagados por las dificultades Schindler sugiere que los carijonas estaban divididos en sibs (parientes) exogámicos
de los viajes por río, la falta de víveres, las enfermedades y epidemias usuales en este y patrilineales con un nombre que los identificaba'. . .
río, o porque simplemente recorrieron los ríos principales sin molestarse en explorar Revisando la lista de parcialidades carijona del documento m1S10nero antes
sus afluentes. El que más cerca estuvo fue tal vez Hamilton Rice en 1913, cuando mencionado, hemos identificado con Armando Perea y Alberto Mosquera Carijona',
llegó al Ajaju, pero de forma poco afortunada no se encontró con los carijonas. El las siguientes:
estado de guerra en que se encontraban estos por esta época impidió este encuentro. Mecu carifona: gente de mico maizero.
Así mismo Koch-Grünberg subió en 1904 por el Vaupés, superando el raudal de Piana carifona: gente gavilán (son los mismos hianalcoto).
Yuruparí, obstáculo donde se quedaron Wallace y Stradelli años atrás, y aunque Cana carifona: gente de saba!eta.
llevaba dos remeros carijonas no logró superar los lagos del curso medio del Vaupés Rofoneime carifona.
desde donde por trocha se podía pasar al río Apaporis. Hamilton Rice nombra estos Mazifuri carifona: gente de danta.
lagos Uarud lpdua y corresponderían a los actuales lagos de El Dorado abajo de Famue carifona.
Puerto Nare. Toronó carifona: gente de pajanto.
En 1819, durante su subida al Caquetá, Martius cuenta que fueron tales las Ysurú carifona: gente de gusano de rastrojo.
enfermedades y el hambre que en el chorro de Araracuara tuvieron que devolverse. Fuerié carifona.
No suben el Yarí ni sus afluentes aunque menciona que unos mamelucos que estaban Seisé carifona.
colectando zarzaparrilla se cruzaron con los carijonas, quienes iban en "una flotilla
de 12 canoas (ubás), cada una con ocho o diez hombres, que al verlos, se fugaron Schindler 8 menciona los siguientes clanes:
río arriba ... " 3 • Sahasaha: gente honniga.
Kaikutshiyana: gente de tigre.
Vecindad y distribución territorial Mahotoyana: gente de fuego.
Por las diversas fuentes consultadas podríamos identificar una serie de grupos Hianakoto: gente de dguila arpía.
territoriales carijonas distribuidos entre el río Caguán y el Cananarí, de occidente a Yakaoyana: gente de mosca verde.
oriente y del río Caquetá al alto Apaporis. Estos grupos serían los de Cuemaní, Tshohone: gente de pato.
Tuyarí y Sainí, afluentes de la banda izquierda del río Caquetá arriba de Angostura; Roroyana: gente de loro.
bajo Yarí y Caquetá, hasta la isla de Mariñame; Ajaju y Macaya en la serranía de Sukahasa: gente de palo de sembrar.
Chiribiquete; Cuñaré, Amú y Yavillá; y por último, Mesay. El río Vaupés en su Los primeros cuatro clanes mencionados por Schindler habían sido ya referidos
 LOS
CARlJONAS Sabanas de[ Refugio 50 rno

y sus
VEClNOS
tcU¡,..S
/circa 1890/

Mapa base Instituto

Sabanas
Geográfico Agustín del Yarí
Codazzi 1993

Elaboró: R. Franco

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ic:ONVENCIONES
l!Raudal o Chorro INANE
74º/
 'i;,ím Los carijonas de Chiribiquete
p,
por Koch-Grünberg en 1904. Los carijonas de Manacaro y La Pedrera que consulte
al respecto no están de acuerdo con algunas traducciones de Schindler y proponen
las siguientes: sahasaha sería gente de pato churriento, hianakoto gente de gavt!dn,
yakaoyanagente de hormiga, tshoshone gente de pato real. A estos habría que sumar
los hatakachaimu, gente de pescado dormt!ón y los berebere, gente de gusano de
pudrictón, según Andrés y Vicente Moncayo 9 • Algunos carijonas no consideran haber
sido antropófagos, achacándole esú costumbre únicamente al clan de los gusanos,
los berebere. Vicente Moncayo Carijona nos contó la historia del muchacho carijona
barrigón, quien mató una boa que se comía la gente y al volver con otros carijonas
a ver la boa muerta había mucha gente allí, habían nacido los berebere, los carijonas
caníbales. Curiosamente Whitehead cita a Gumilla refiriendo que los sálivas, del
medio río Orinoco, cuentan que el hijo de uno de sus héroes culturales fue "enviado
a matar una gran culebra que estaba devorando los pueblos del Orinoco. Para gran
contento de la gente mató la culebra, pero al pudrirse ésta, de allí salió la primera
pareja de indios Carib, enemigos de todos los pueblos, inhumanos y crueles" 10 • Es
sorprendente que un mito sobre el origen de la práctica caníbal subsista entre los
carijonas y los sálivas al mismo tiempo, lo que nos remitiría a la procedencia carijona
de las tierras de las Guyanas, por la vía del Orinoco.
En el censo de 1870 de la sección de Mesaya 11 aparecen los siguientes nombres
ciánicos: toronoyana, caicusana o caicuche, sajasaja, yanacoto y yoroyana. Tenemos
entonces por todos unos 20 clanes carijonas que se pueden deducir de la
documentación existente.
De acuerdo con los informantes de Koch-Grünberg12, los clanes carijonas se
distribuían en 1904 del siguiente modo:
Los mahotoyana y yakaoyana en el río Macaya.
Los hianakoto en el Cuyarí y el Macaya con ocho malocas.
Los kaikutshana en cuatro malocas en el Apaporis.
Los kahatonari en el Mesaí.
Los tsahatsaha en tres malocas en "las sabanas del Cunyarí y Mesay".
Esta distribución, que no menciona población en los ríos Caquetá, Yarí o
Cuemaní, es diciente del impacto negativo que tuvieron las caucherías del Caguán
a finales del siglo XIX, y de la penetración de caucheros colombianos por el Caquetá
hasta Araracuara. Todo el sector sur del territorio carijona se habría perdido ya para
1903, y la presión desde el Vaupés y el Macaya se volvía cada vez más fuerte por el
norte.
Datos y censos de población
No existen informes tempranos para calcular la población carijona al tiempo
de los primeros contactos que pueden haber tenido lugar a finales del siglo XVII y
TERRITORIO Y POBLACION _±9
comienzos del XVIII. El primer dato de población para los carijonas parece ser el de
Requena 13, quien informa que los Guaques tenían 101 casas con 30 o 40 personas
de lanza cada una, en los ríos Mesay y Cuñaré. En esto coincide con los datos de
Alexandre Rodrigues Ferreira, quien nombra a los Umaua viviendo en más de cien
malocas. Si multiplicamos 100 casas por 30 guerreros tendríamos 3.000 hombres
en sólo estos dos ríos, y si a cada uno le sumamos una mujer y cuatro hijos, la
población alcanzaría las 15.000 personas. Dado que hay otros sectores donde también
había carijonas, como en el Macaya, en las cabeceras del Mesay y en el Yarí, la
cantidad podría aumentarse, llevándonos a calcular una población carijona
aproximada de 20.000 habitantes para 1782, incluyendo aquellos indios guaques
que se encontraban en las misiones franciscanas del Putumayo, Caquetá, Caguán y
Orteguaza.
El siguiente dato demográfico que tenemos es del informante de Codazzi,
Pedro Mosquera14, quien calculó la población de los guaques en 4.000 individuos,
lo que parece un error de transcripción de quienes trabajaron este documento o un
error de apreciación del mismo Mosquera, pues varios datos de la misma época
calculan su población entre 8.000 y 10.000 habitantes. Por el diario de viaje de
Pedro Mosquera en 1848 sabemos que cada casa de guaques tenía entre 50 y 60
personas, una notable disminución frente a la situación 70 años atrás. Sin embargo,
es muy factible que Mosquera no hubiese considerado en su cálculo parte del
territorio carijona, pues tenía una ruta determinada para viajar del alto río Caquetá
hasta Medina en Cundinamarca por el territorio de los guaques, y no habría recorrido
parte del Yarí, el Cuñaré, el Cuemaní y el Vaupés, donde la presencia de carijonas
para esa época parece ser un hecho.
En efecto, según los censos de 1849 y 1851 la población de carijonas era de
9 .213 y 8 .400 respectivamente, el doble de lo calculado por Pedro Mosquera. El
censo de diciembre de 1849 15 por Miguel J. Toro nos arroja los siguientes datos:
Corregimiento de Mesaya
Mesaya: Indígenas civilizados, 5 .4 23 varones y 3. 790 mujeres.
Caguán: Indígenas civilizados, 2.205 varones y 1.465 mujeres.
Mesaya: Racionales, 13 hombres y mujeres.
Caguán: Racionales, 4.
Los 9.213 indios de Mesaya serían carijonas, mientras que los del Caguán
son seguramente en su mayoría grupos Tucano occidental con alguna población
carijona. Se deduce además de estos datos una desproporción relativa a los sexos,
siendo las mujeres menos, en una proporción de casi una tercera parte.
En el cuadro de indígenas independientes en el territorio del Caquetá elaborado
por Ramos 16 en septiembre de 1851, este calcula la siguiente población:
Guaques: 8.400 en los ríos Mesaya, Ajaju y Cuñaré.
 'jf~: Los carijonas de Chiribiquete
Enagnas: 500 en la banda meridional del Caquetá.
Estas cifras tienden a coincidir con las anteriores. Los enaguas serían según
Albis, un grupo carijona del Cuñaré, lo que pondría la población carijona en 8.900
individuos aproximadamente. En su informe sobre el Territorio del Caquetá de
1857, José María Quintero afirma que "la tribu de los Guaques con quienes se
tienen continuas relaciones comerciales es calculada en 8.000 individuos: se ignora
de las dernás" 17• Esta cifra parece ser muy confiable por lo enfática y coincidente
con las anteriores, con excepción de la mencionada por Mosquera.
En 1857 Codazzi" nombra a los carijonas, guaguas y enaguas, y calcula la
población de los centros poblados del corregimiento de Mesaya en 800. Estos habrían
sido tres pueblos o asentamientos principales llamados Mesaya (sede del
corregimiento), Yanacuru y Tacunerne. El último no puede ser más que un
asentamiento en el Apaporis y Yanacuru es un afluente del río Mesay. La población
total de los guaguas la calculó en 10.080. Los enaguas serían 1.700, pero los sitúa
en la margen meridional o sur del Caquetá, aumentando la confusión respecto de la
identidad de este grupo.
A partir de estos datos observarnos una ostensible disminución de población
desde 1782, fecha en que habría aproximadamente 20.000 carijonas, a 8.000-10.000
carijonas entre 1849 y 1857. Las causas de esta considerable disminución demográfica
en este período no las conocernos, pero es muy posible que se haya debido a
enfermedades de proveniencia europea y/o guerras intertribales o civiles. Es sabido
que enfermedades contagiosas de origen europeo llegaron a tribus donde nunca
antes habían llegado estos, y dado que el territorio carijona era visitado con alguna
frecuencia por comerciantes, misioneros e indígenas de otras tribus que sí mantenían
contacto con gentes de afuera, existía la posibilidad de aparición de epidemias. De
hecho en las misiones del Caquetá y Puturnayo de los sacerdotes franciscanos, una
de las causas del abandono de los pueblos de misión era la aparición de epidemias.
Además el origen de enfermedades entre los indígenas fue atribuido en muchos
casos a la brujería, lo que generaba frecuentes campañas armadas contra los vecinos.
Para 1870 tenernos un censo detallado de la sección de Mesaya (ver anexo 2)
realizado por Nicanor Jararnillo 19 • No sabernos a que corresponda la secct6n de
Mesaya, pero por el número de población y la presencia de algunos comerciantes
blancos sospechamos que era un pueblo nucleado. De los censados la mayoría aparece
con nombre indígena, salvo unos pocos que tienen nombre hispano. La población
total era de 792, 437 hombres y 355 mujeres. Encontrarnos que entre 1 y 7 años
había 98 personas, de las cuales 39 eran mujeres y 59 hombres; de 7 a 21 años había
281 personas, 146 mujeres y 132 hombres; pero donde la desproporción es más
marcada es en el siguiente rango de edad, entre los 21 y 50 años de edad, pues de los
352 censados, 146 eran mujeres y 206 hombres. Por un prejuicio religioso todos los
TERRITORIO Y POBLACION __il_
habitantes de Mesaya eran considerados solteros, así tuvieran mujer e hijos, pues no
habían sido casados por el ritual católico. Sólo aparecen 2 casados y 3 viudos, entre
los blancos del pueblo. Por lo visto el presbítero Albis no visitaba Mesaya para casar
a los carijonas, cosa que sí hacía en el distrito del bajo Caqnetá, corno veremos más
adelante.
La población estaba clasificada según el censo entre labradores y !oseras en su
gran mayoría, algunas tejedoras, 4 comerciantes entre los cuales estaba Salvador
Reyes con 80 años, qne es el mismo a quien enviaron a fundar el pueblo de Mesaya
a
en 1847, y el comisionado del censo, Nicanor Jararnillo. No se sabe ciencia cierta
'donde fue realizado, pero algunas fuentes documentales complementarias indican
que habría sido en la sede del corregimiento de Mesaya, que estaría situado en La
Laguna, sobre la banda izquierda del Caquetá entre Angostura y Araracuara20 •
Otro censo del distrito del bajo Caquetá21 de la misma época, que creo debió
tener su sede principal en el río Caguán, nos da una población total de 602 habitantes
de los cuales 330 son hombres y 272 mujeres. Cerca de 50 censados son carijonas y
aparecen con nombre español seguido del nombre dánico, corno yanacoto,
toronoyana, sajasaja, caicusana y yoroyana. El resto de los nombres tienen
terminación en guaje, seña clara de ser grupos de origen Tucano occidental. Este
censo incluye más oficios que el de Mesaya, tales corno agricultor, pescador, !osera,
tejedora, sirviente y artesano. Aparecen cuatro comerciantes y un ministro del culto,
Manuel María Albis. Se destacan los apellidos Mosquera, Cuellar, J ararnillo, Chaves
y Cabrera.
La única fuente de comienzos del siglo XX es la de Theodor Koch-Grünberg,
quien estuvo en el alto Vaupés con dos remeros carijonas que contrató donde los
eubeos del río Cuduyarí, que se llamaban Kauánarnu y Kauílirnu, del clan hianakoto,
que el explorador traduce corno indios buitre. Como vimos anteriormente, él
determina con base en información que recogió de sus dos remeros, la existencia de
6 clanes, de los cuales dice que los hianakoto tenían 8 malocas, los tsahatsaha 3 y
los kaikútschana 4. No sabernos cuantas malocas tenían los Kahatonari, los Yakaoyana
y los Mahotoyana, pero para efectos de hacer un cálculo de población podernos
suponer de forma conservadora que cada uno de estos tres clanes tenía 2 malocas.
Así, podríamos tener en total 21 malocas carijonas en octubre de 1904.
El segundo problema es determinar la población que podía contener cada
maloca y para esto tenernos que en tiempos de Requena el cálculo era de 200 perso-
nas, pero para mediados de siglo XIX, Pedro Mosquera cuenta que cada maloca
podía albergar de 5 O a 60 personas. Thornas Whiffeu vio en 1909 una maloca
uitoto con cerca de 200 personas. Pero por muchas fuentes sabernos que los carijonas
no eran tan numerosos corno los uitotos, lo que nos llevaría a estimar una población
promedio de 100 habitantes por maloca en 1904, para un total de 2.100 personas.
 ~1 Los carijonas de Chiribiquete TERRITORIO Y POBLACION -2L

Además es posible que Koch-Grünberg no haya recibido informes sobre otros grupos
que podían estar en los ríos Yarí, Cuemaní o Ajaju por esta época. Tenemos pues Datos de población carijona según varias fuentes
que para esta época no había más de 3.000 carijonas, lo que implica que entre 1850 Denominación Area oonside,ada Población Afio Fuente
y 1904 la población habría disminuido de 8.000-10.000 personas a un máximo de étnica
Huaques o Purísima Concepción de 123 1774 Archivo Central del Cauca (sig.5371).
3.000. Citado por Pineda v Llanos (1982: 26
:Murciélagos María
Whiffen calculó en 1909 la población carijona o Karahone22 como la denomina Huaquesy San Francisco Solano (río 59 1774 Archivo Central del Cauca (sig.5371).
Quiyoyos Ortem,aza) Citado por Pineda v Llanos (1982: 34)
él, en 25.000 personas, pero estuvo apenas en los límites de su territorio abajo de Guaques Río lvfesav y Cuñaré 15.000 1782 Requena (1991)
Araracuara sobre el río Caquetá, nunca recorrió el Yarí y sus afluentes, como tampoco Huaques Nuestra Señora de la 72(entre huaques 1787 Archivo Central del Cauca (sig,6006).
Concepción del río y macaguajes) Citado por Pineda y Llanos (1982: 35)
el Apaporis ni el Vaupés. Su información es de oídas. El mismo dice que sus cifras Orteguaza (fundado en
poblacionales pueden haber sido sobreestimadas. Para la época que estuvo Whiffen 1787?)
Huaques Concepción de Ahumea 52 1789 Archivo Central del Cauca (sig.6006),
en el Caquetá, la cifra de población carijona es demasiado alta, comparándola con (fundado en 1788) Citado por Pineda y Llanos (1982, 35)
la de mediados de siglo XIX o finales del XVIII. Ya debían estar muy disminuidos Guaques Territorio del Caquetá 4.000 1848 Mosquera P.(1996)
por las incursiones de los caucheros colombianos Cecilio y Tomás Plata y Alonso y .Mesayas Corre9"imiento de .Mesaya 9.213 1849 Miguel Toro (1894)
Guaques Río Mesay, Aiaiu y Cuñaré 8.400 1851 Ramos (1894)
Gregorio Calderón, en los altos ríos Apaporis y Vaupés y por las caucherías del Guaques Corregimiento de Mesaya 8.000 1857 José M Quintero (1996)
Caguán, en la última década del siglo XIX, que afectaron a los carijonas del Yarí y Guaimas Territorio del Caquetá 10.080 1857 Codazzi (1996)
Guaguas Poblados de .Mesaya, 800 1857 Codazzi(1996)
el Cuemaní. Del mismo modo los que habitaron en el siglo XVIII la margen izquierda Yanacuru, Tacuneme .

del Caquetá y el bajo Yarí, ya para 1909 estaban siendo atacados por los peruanos. Guaques lnterfluvio de los ríos 4.000 1862 Felipe Pérez (1862, 47lss)
Guaviare v Caauetá
Los hermanos Calderón tuvieron agencias caucheras en el corazón de su territorio, Guamies Sección de .Mesava 792 1870 AGN, Fondo Censos de Población
desde 1904 en el Apaporis y Vaupés, y en los ríos Cuñaré y Tabachineme para 1910. Guamies Distrito Baio Caauetá 50 1870 AGN, Fondo Censos de Población
Umaua Hianakoto-8 malocas 21 malocas 1904 Theodor Koch-Grünberg (1995)
La realidad es que todos los grupos que conoció Whiffen entre el Caquetá y Tsahatsaha-3 malocas 2.100 más 900
el Putumayo vieron sus números dramáticamente disminuidos en los primeros 1O Kaikutschana- 4 malocas personas (total
Mahotoyana 2 malocas? 3.000)
años del siglo XX, bordeando la extinción en algunos casos. Whiffen publicó su Yakaoyana 2 malocas ?
libro en 1915 y muy posiblemente fue sobornado por Arana, en primer lugar para Kahatonari 2 malocas ?
Otros-900 personas
no publicar su obra en 1909, año crítico pues mientras subían los precios del caucho Entre los ríos Vaupés y 25.000 1909 TI10mas Whiffen (1915)
Karahonc
en la bolsa de Londres, se destapaba el escándalo de los crímenes en el Putumayo; y Canuetá
Cariiona Río Caguán v Alto Yarí 5.000 1918 Censo General de Población (1924)
en segundo lugar, para sobreestimar las cifras poblacionales con el fin de esconder
C.ariiona Altos ríos Yavilla v Olfiaré 1.000 1925 De Las Corts (1926l
el genocidio que estaba ocurriendo en ese momento. Hasta 1911, con los informes Envueltos Margen derecha del Apaporis 120 1928 Censo de Población de 1928
de Roger Casement, no se supo la verdad. Estos revelaron que entre 1893 y 1910, cerca de Tirfürimo
Carijonas_ Río Apaporis, donde 54 1928 Ibíd
murieron a manos de los caucheros colombianos y de la Casa Arana o Peruvian 1

Salvador Perea
Amazon Company, 30.000 indios en el interfluvio Caquetá-Putumayo23 • Carijonas Puerto Córdoba 300 1928 Ibíd
C.arijonas Guanial (Caquetá) 11 1928 Ibíd
Los carijonas antes del auge cauchero del Caguán, en 1890, debieron ser por C.arijonas la Pedrera 40 (?) 1928 Ibíd
lo menos los mismos 8.000 de mediados del siglo XIX y creemos que en cerca de 30 Carijonas Calamar 7(?) 1928 !bid
Carijonas Río Pescado 137(entre tamas y 1928 AGN, Fondo .Ministerio de Gobierno.
años, antes de 1920, estaban reducidos a menos de 500 personas. No se puede carijonas)
sustentar esta hipótesis con datos estadísticos confiables, pero de otra forma no se
C.arijonas Puerto Córdoba 16 1932 AGN, Fondo Archivo Anexo.
explica la disminución tan grande para 1928, año en que se realiza un censo Cariionas Entre Caauetá v OrteP1rnza 70 1940lfanalada y Castellví (1940)
relativamente fiable. Cariionas Entre Caguán y Yari 20(?) 194o lbíd
Cariionas En Tres Esauinas 2 194o!bid
Las Corts menciona que para 1925 los carijonas habitaban los cursos altos
Riarna Entre Yarí-Aoaooris-Vaupés 20 1940lbíd
"de las quebradas Yabilla y Cuñaré, afluentes del Mesaya, y este del Yarí. Dicen que Tsahátsaha Cabeceras de Yavilla y 1.000 194o Ibíd
hay unas veinte casas, y como cincuenta individuos en cada una" 24 . Tendríamos Cuñaré
Tsahátsaha Región del Bajo Yarí 300(? 194o Ibíd
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Los carijonas de Chiribiquete
entonces para este año una población de carijonas viviendo en los ríos Yavillá y
Cuñaré de aproximadamente 1.000 personas. Constant Tastevin25 menciona que
para 1922 no había más que dos asentamientos carijonas en su territorio tradicional,
Yaruje y Yavillá. Pero el informante de Tastevin, Luis Mejía26, no menciona nadie en
el Cuñaré, aunque él era hijo de madre carijona y casado con una mujer carijona.
No creo que los dos asentamientos que menciona Tastevin pudiesen pasar de 5 00
personas, y dado que Luis Mejía venía de recorrer el camino desde San Martín en
los llanos orientales hasta La Pedrera, pasando por el centro del territorio carijona,
esta información parece ser muy confiable.
Los censos de 191227 y 1918 28 parecen a todas luces sobreestirnaciones aun
cuando Michael Stanfield se basa en estas cifras para su análisis de la población del
Caquetá-Puturnayo. El censo de 1912 calculó para el distrito del Puturnayo 30.000
indígenas y para el del Caquetá 22.5 00, pero sin especificar las etnias en el área.
Para 1918 se calcularon las fabulosas cifras de "5 .000 carijonas a lo largo del Caguán
y el alto Yarí y 28.000 uitotos a lo largo del Caquetá y el Igaraparaná" 29 • No parece
factible la localización de los carijonas en estos sitios, pues unos años más tarde
Estanislao De Las Corts encuentra el río Caguán deshabitado, con excepción de
una cuantas familias de uitotos huidos de la CasaAraua. Además se estimaron 20.000
andoques, cifra a todas luces irreal. Dicen los que hicieron el censo de 1918 que
"no es verosímil que en vez de aumentar haya disminuido esta clase de población" 30
y por ende le subieron un 12% sobre los datos de 1912. Por un lado tornaron estos
datos sin considerarlos de forma crítica y además, sí era verosímil que la población
hubiese disminuido, por las circunstancias de genocidio que estaban teniendo lugar.
Estas cifras eran especulaciones burdas pues en 1912 los encargados del censo
no pudieron bajar por el Puturnayo más abajo de Güepi y por el Caquetá más allá
de Puerto Pizarra, por la presencia armada de los peruanos en estos dos lugares.
Además, no poseen coherencia alguna con los datos de Tastevin e incluso Las Corts.
El colapso demográfico carijona tuvo lugar entre 1890 y 1911, y no posteriormente,
corno veremos en el capítulo sobre las caucherías. Para los años veintes la población
carijona viviendo en su territorio tradicional no debió pasar de 500 individuos
corno mencioné más arriba. La conclusión de Stanfield frente al problema
demográfico es pues, de enmarcar: "El punto pues es que el auge del caucho y sus
muchos crímenes y atrocidades no borró la cultura indígena ni la vida de decenas de
miles de personas que todavía vivían en el Puturna yo y el Caquetá" 31 •
Un argumento más para refutar las afirmaciones de Stanfield y la imprecisión
de estos dos datos censales de 1912 y 1918, lo encontrarnos en el censo de Colom-
bia de 1928 32, donde aparecen los siguientes datos sobre los carijonas:
Se menciona la existencia de un grupo indígena llamado Los Envueltos, de
unos 120 individuos habitando una quebrada cercana al raudal de Jirijirirno en la
TERRITORIO Y POBLACION íi _
margen derecha del río Apaporis, que serían indios salvajes. La identidad de este
grupo está por descifrar pero deben ser cabiyaríes o carijonas, por su localización
geográfica. El hecho de ser Envueltos podría hacer referencia a la utilización del
fono o corsé característico de los carijonas.
Aparecen 50 indios carijonas de ambos sexos viviendo con Salvador Perea en
el río Apaporis y 4 indios cahuiyarises donde Juvenal Pineda. No se menciona el
nombre de la localidad específica pero el informante de Rivas fue Manuel Ezequiel
Lernos, casado con una hija de Salvador Perea, quien había trabajado para el correo
y conocía el Apaporis desde la quebrada Macayarí hasta su desembocadura en el
Caquetá. Dado que es un dato censal, estos 5 O carijonas deben incluir mujeres y
niños, teniendo unas 7 u 8 familias viviendo en el Apaporis para esta época. Estos
fueron los últimos carijonas que vivieron en el Apaporis dentro de su territorio
tradicional.
En Puerto Córdoba, bajo Caquetá, se censaron 24 indios entre yucunas,
rnirañas y carijonas. Unicarnente 3 individuos eran carijonas, Sajarní, Braulio y Moisés,
todos menores de edad.
En Guarna!, en la orilla izquierda del río Pescado, corregimiento de Solano,
se calcularon un total de 13 7 indios entre tamas, coreguajes y carijonas, viviendo en
6 casas. De estos, los siguientes individuos eran carijonas: Fabián (3811ños), Jacinto
(37), Salvador (8), Feliciano (4), Flora (14) y Concepción (39). Posiblemente unas
cinco personas de apellido Valencia, eran también carijonas, para un total aproximado
de 11 personas.
La población de La Pedrera era de 43 blancos y 49 indígenas y calcularnos
que de estos unos 40 eran carijonas, pues sabemos que allí había seis familias de esta
etnia en 1922 de acuerdo con Tastevin. No tenemos un censo de Puerto Nare o más
arriba por el río Vaupés, donde se encontraba la familia Mora con un grupo de
carijonas. Sin embargo, existe un censo de Calamar para 193033 en que aparecen los
siguientes indígenas carijonas: Andrés Valencia, Carlos Carijona, Julia Carijona,
Matilde Carijona, Miguel Carijona, Clotilde Carijona y Rafaela Carijona.
Posiblemente otros de los censados eran carijonas, pero con apellidos hispanos y
por lo tanto imposibles de identificar.
Para concluir, en 1928 los carijonas sumarían entre 200 y 300 personas,
incluyendo a los 120 envueltos del Apaporis, en el caso de que estos fuesen carijonas.
En 1932, durante la guerra con el Perú se hizo un censo del corregimiento de
Puerto Córdoba34 , en que aparecen además de blancos del interior de Colombia,
algunos brasileros, indígenas rnuinane, rniraña, uitoto y 16 carijonas que anoto a
continuación:
Braulio Carijona, 12 años, Mateo Carijona 12 años, Sajarní Carijona 15 años,
Mejía Carijona 22 años, Ajotajiri Carijona 70 años, Herrnelinda Carijona 28 años,
__i§_ Los carijonas de Chiribiquete
Julio Carijona 28 años, Seboma Carijona 30 años, Nieta Carijona 18 años, Yuray
Carijona 25 años, Rufina Carijona 19 años, Teresa Carijona 36 años, Melitón
Carijona 17 años, Leticia Carijona 17 años, Luis Carijona 25 años, Bobe Carijona
28 años. Esta población parece corresponder a la segunda migración carijona a la
región de La Pedrera. La población total de Córdoba era de 202 personas ..
Por su parte el padre capuchino Bartolomé de Igualada, fundador del internado
de La Pedrera en 1934, calculó en 1940 la siguiente población Carijona35 :
"Lengua Carijona
Entre el Caquetá y el Orteguaza: 70
Entre el Caguán y el Yarí: 200 (?)
En Tres Esquinas: 2
Lengua Riama
Tribu nómada entre el Yarí-Apaporis-Vaupés: 20(?)
Lengua Tsahátsaha o Saha
Cabeceras de las quebradas Yavilla y Cuñaré: 1.000 (?)
Región del bajo Yarí. Nómadas de difícil localizar (sic): 300 (?)"
Por todos calcula 1.592, y no incluye la población de La Pedrera o Puerto
Nare. Esta cifra es bastante dudosa tanto por los signos de interrogación qne ponen
los misioneros, como por el hecho de considerarlos nómadas, pauta de asentamiento
que no era la tradicional, y que es poco probable que hubieran adoptado para esta
época. No se conoce ninguna expedición misional realizada en este tiempo al Yarí y
sus aflnentes fuera de la que hizo Las Corts por el Caguán en 1925, y es de aquí qne
proviene el dato de 1.000 carijonas en las quebradas Yavilla y Cuñaré. Estamos casi
seguros de que para 1932 no había población carijona en su territorio tradicional,
pues para esta fecha ya estaban en La Pedrera, Puerto Nare y en el río Orteguaza.
Posiblemente una o dos malocas aisladas hayan subsistido en sitios de refugio.
Tradiciones culturales en la toponimia del territorio
carijona
Las tradiciones lingüísticas pueden observarse en la toponimia y es notable la
presencia en la Amazonia colombiana de las tradiciones Quechua, Tupí, Tucano,
Arawak y Uitoto, entre otras, configurándose esta área en un rompecabezas de
tradiciones culturales y lingüísticas.
La toponimia del lugar de poblamiento carijona está llena de nombres Tucano,
Arawak y Uitoto, como si los Carib hubiesen llegado con posterioridad a estos sitios
y constituido un territorio en medio de enemigos o extraños, pero adoptando sus
nombres y costumbres. La conquista carijona del área debió ser relativamente reciente
pues no logró imponer topónimos duraderos. Además se observa la adopción de
características Arawak, como el héroe cultural Kuwat' 6 , el ritual de Yuruparí y los
TERRITORIO Y POBLACION _JZ_
ríos terminados en ari. Por otro lado Schindler en uno de sus últimos escritos sobre
los carijonas dice que estos habrían migrado desde la Guyana hasta el noroeste
amazónico, adoptando con el curso del tiempo rasgos culturales de los grupos étnicos
Tucano vecinos, tales como máscaras, el complejo del yagé, trompetas de corteza de
árbol, clanes y stbs patrilineales. Los Tucano utilizan el sufijo ya para río. La
terminación mani significa en uitoto río grande mientras que ye es el sufijo para
quebrada. El sufijo andoque es che, como en el caso de los ríos Aduche y Quinché 37 •
En cuanto a sufijos que creemos son carijona mencionamos neme, nemu o nema
que aparece en Tacunema y Tabachinemu y no conocemos su significado; ecuru o
curu que significa quebrada; toju, taju o taje que querría decir piedra y sabemos
que ima o aima es un aumentativo como en los casos de Maracanaima -donde hay
mucha maraca de monte- o de Tunaima -agua grande-.
Robayo hace algunos comentarios referidos a la toponimia carijona entre los
cuales se refiere a Quinoró (guacamaya), como un asentamiento ancestral carijona
sobre el Caquetá38 , pero hemos de considerar que el territorio tradicional carijona
jamás se extendió hasta el alto Caquetá, aunque hubo carijonas que fueron reducidos
a los pueblos de misión en esta región en el siglo XVIII. El topónimo chinbiquete,
según Robayo, significa algas para hacer sal, pero existe la versión de Alberto
Mosquera Carijona39 de que corresponde al nombre de un personaje uitoto. Robayo
dice que el topónimo Tuna significa agua y menciona una tal laguna Tunaima o
Agua grande (tuna: agua; ima: sufijo aumentativo), en los cursos altos de los ríos
Orteguaza y Caguán. Tal vez podría corresP,onder a la mayor laguna del área, que
es la del Chairá. Por su lado Mendes40 , se refiere a Yarí, como una forma lexical de
la toponimia carijona, en lo cual creo está errado pues el sufijo presente es an; de
tradición propiamente Arawak. Se refiere acertadamente a La Tunia, como una
hispanización de Tuna. Aporta el significado de otros topónimos como Ta¡isa (pato),
afluente del Yarí, Tabachinemu (agua clara), Tacuneme (agua sucia) yJiri¡irimo (piedra
de moldear). Una acepción diferente de Tabachinemu sería rfo del mico tanque, de
acuerdo con Joaquín Carijona. El cerro Otare querría decir hueco, y Maine Hanari,
la serranía al sur de Araracuara, espinera de bagre. Por último dice que Masaca
significa zancudo, pero localiza este chorro en el Cuñaré y no en el Mesay, que es su
ubicación real.
Para sistematizar de forma preliminar la toponimia del territorio carijona,
hemos revisado los nombres de ríos y chorros o raudales de la región, que hemos
agrupado de acuerdo con las siguientes tradiciones culturales así:
Tradición Arawak, terminaciones en ari
Yarí, Yaviyarí, Macayarí, Ufarí (afluente del Yavilla), Cananarí, Cayarí (Vaupés),
Guaviari, Ariari, Cahuinarí, Cuñari (Cuñaré), Papuri, Yuruparí, Apapari (Apaporis)
y por último Tuyarí (también llamado Tuyasí), afluente de la banda izquierda del
_58
't®'
)l'ci~ Los carijonas de Chiribiquete
río Caquetá, arriba de Angostura,
Tradición Tucauo, terminaciones en ya
Macaya, Tutuya, Yavilla, Unilla, !tilla, Conoya (afluente del Ajaju según Pedro
Mosquera), Catuya (afluente del Guayabero según Mosquera), Payoya (afluente
del Yarí), Mesaya (Mesay), Güecaya (Caguán), Suya (Orteguaza), Imiya (laguua y
quebrada eutre Angostura y Araracuara sobre la banda izquierda del río Caquetá) y
Cuntiya (río Putumayo).
Tradición Uitoto, terminaciones en mani
Cuemauí (o Cuemañí), Tirimani, Nocaimaní, Camaní (Caquetá). Albis trae
en su vocabulario guaque la palabra Camañ,; para rfo grande. En efecto los carijonas
llamaban al Caquetá, Cumainf, según Requena (según Mendes Camant), lo que
sería un indicio de que este río estaba dominado por uitotos o muinanes cuando
llegaron los carijonas. Sin embargo Camani es el uombre de un río del territorio de
los Trio en Surinam, lo que complica la procedencia de este término.
Tradición Tupí, terminaciones en parand y otras
Mirití paraná, lgará paraná, Cará paraná, Pirá paraná, Araracuara.
Tradición Carib
Tacuneme, Ajaju, Sararamano, Amú, Maricuñe, Tajisa, Esa (río Apaporis según
Requena), Tabachineme, Quinoró (lugar en el alto Caquetá), Chiribiquete, La Tunia,
Yanacuru (ver anexo 1 para otros topónimos carijona).
Sobre la serranía de Chiribiquete tenemos algunas referencias en las que se
menciona el cerro del Gallo, el cual parece coincidir con la loma de Los Encantos,
en el río Ajaju. Según Las Corts por este río se llega a una "loma muy alta llamada
por los carijonas Loma de los Encantos. En su base tiene una gran cueva donde
jamás se quedan los indios porque en ella está su dios .... Por la parte de un quebradón
forma un corte vertical, en cuya peña hay una gran pila labrada artificialmente, y
sobre la pila, esculpidos en la peña, un gallo, una danta y una mano. En la cumbre
de la loma hay ruinas de un castillo (encantado dicen), y en el centro de la extensa
llanura, un gran palo que tumbaron los autiguos, petrificado ya, del cual, según la
leyenda carijona, salieron las primeras semillas de yuca"41 , Según Joaquín Carijona
el cerro del Gallo se denomina Cajeriyituru y "el dueño de las gallinas se llama
Temekemu. En un remanso del Ajaju sacaban sal quemando las plantas acuáticas de
las piedras, ahí se llamajamutina (mucha sal)". Por su lado Codazzi menciona una
serie de cerros de caprichosas figuras "cerca del río Macaya", lo cual no puede ser
más que la serranía de Chiribiquete en que según tradiciones locales "Dios pasó por
aquellos cerros y botó en una profundidad que hoy se descubre en medio de ellos
un baúl verde que se ve desde un altísimo pico sin que nadie pueda bajar allá para
cogerlo. Aseguran también que en las rocas se hallan grabados muchos animales
como gallinas, perros, gatos, con bastantes garabatos como letreros, etc. Lo que
TERRITORIO Y POBLACION _j')
puede ser factible, porque atendida su posición inexpugnable es muy probable que
allí pasase Spira con sus compañeros, la cruda estación del invierno y que la ociosidad
de los soldados los convidase a grabar las figuras que aseguran existir allí" 42 • Disiento
de Codazzi en creer que las pictografías de Chiribiquete se deban a los soldados de
Spira y también disiento con Domínguez y sus compañeros, en considerar este sitio
el Raudal II en el río Guayabero. Además en el Raudal II del Guayabero no hay
petroglifos sino pictografías. Hay indicios que apuntan a que las pictografías del
Chiribiquete sean obra de los mismos carijonas.
NOTAS
1 Peñuela M. Cristina, van Hildebrand Patricio. Parque Naaonal Natural Ch1r1biquete.
Fundación Puerto Rastrojo. Escuela de Artes Gráficas del Instituto San Pablo Apóstol,
Bogotá, 1999, p.37.
2 Spix & Martius. Viagem pelo Bras!/ .... Op.at, p.225.
3
lbíd, p.238.
'Friede Juan. Algunos apuntes sobre los ...... Op.cit., p.257.
5 Schindler Helmut. Kanhona. En: Encyclopedia of World Cultures, Vol.
Vil. G. K. Hall and Co., Bastan, 1994, p.192.
6 Mapa elaborado por el autor.
7 Entrevistas, La Pedrera y Manacaro, febrero de 2001.
8 Schindler Helmut. Carijona and Manakini: an opposit1on in the mythol-
ogy of a Carib tnbe. En: Canb-speaking indians. Culture society and
language. Ellen B. Basso edit. University of Arizona Press, Tucson, 1977,
p. 66. .
9 Entrevistas, La Pedrera, febrero de 2001.
10 Whitehead Neil L. Lord of the tlger spint A Histo¡y of Canbs in colonial
Venezuela and Guayana, 1498-1820. Foris Publications, Leiden, 1988,
p.182.
11 AGN. Fondo Censos de Población (Sección República 2da). Tomo 2, caja
1, carpeta 3, fls.486-502 (r y v).
12 Koch-Grünberg Theodor. Dos años entre ...... Op.at,T.1, p.111.
13 Requena, Francisco D. Diana del viaje hecho...... Op.at p. 113.
"Mosquera Pedro. 1,1a¡e de Pedro Mosquera - Corregidor de Mesaya. En:
Geografía Física y Política .... Op.at, pp.137-138.
15 Cuervo B. Antonio (compilador). Colew6n de documentos ..... Op.at,
p.491.
16
!bíd., p.500.
17 Quintero José María. Informe sobre el territorio del Caquetá~ Mocoa
(1857). En: Geografía Física y Política .... Op.at, p.131.
18 Codazzi Agustín. En: Geografía Ffsica y Política .... Op.ar.,p.165.
19 AGN. Fondo Censos de Población (Sección República 2da). Tomo2, caja
1, carpeta 3, fls.486-502 (r y v).
20 Este asunto es tratado con más detalle en el capítulo 6.
21 AGN. Fondo Censos de Población (Sección República 2da). Tomo 2, caja
1, carpeta 3, fls.471-484 (ryv). ·
22
En varias ocasiones refiere Whiffen que los Karahone eran muy
reconocidos por sus venenos teniendo un profundo conocimiento del
60 ·•)¡f~J Los carijonas de Chiribiquete
p\
tema y son "de lejos los más inteligentes toxicólogos" (Whiffen Thomas.
The north west Amazon. Notes ofsome...., Op.ot., p.74). Todas las
tribus vecinas obtenían veneno de los carijonas por trueque y "el veneno
de los Karahone alcanza tribus desconocidas por sus fabricantes y
chaquiras o cuentas hechas en Birmingham se filtran por muchas rutas
hasta estas selvas aisladas" (/bíd, p.91). Un dicho de la zona respecto
del veneno carijona era: "si un Karahone te regala una piña, ten
cuidado"(/bíd, p.260).
03
Casement Roger. The Amazon Jouma! Edited by Angus Mitchell,
Anaconda Editions, London, 1997, p.322.
24
De las Corts Estanislao. Nueva excursión por el desconoodo ria Caguán.
En: Informes de las misiones católicas de Colombia relativos a los años
de 1925y/926. Imprenta Nacional, Bogotá, 1926, p.112.
"Tastevin Constan!. Les Pétroglyphes de La Pedrera, Río Caquetá
(Colombie). En: Journal de le Societé des Americanistes, T.XV, 1923,
p.111.
"Luis Mejía era hijo del cauchero de El Retiro (Antioquia) Félix Mejía,
quien llegó al río Caguán a finales del siglo XIX.
"Censo General de la República de Colombia. Imprenta Nacional, Bogotá,
1912.
"Censo de Población de la República de Colombia. Imprenta Nacional,
Conquistadores, misioneros y escla
Bogotá, 1924.
" Stanfield M. Edward. Red Rubber, B/eeding trees. Violence, 5/ave!)'
and Empire in Northwest Amazonia.University of New Mexico Press,

A
Albuquerque, 1998, p.184.
í como en los tiempos anteriores al viaje de Orellana las tribus más
3
°Censo de Población .... 1924, Op.ot, p. 388. poderosas ocupaban las tierras más fértiles de las vegas o varzea de
' Stanfield M. Edward. Red Rubber, Bleeding trees .... Op.ot, p.184
3

30
os grandes ríos de la Amazonia, conformando cacicazgos; por estar
AGN. Fondo Ministerio de Gobierno (Sección República 1 ra). Tomo
1049, fls. 464-465(r y v). situadas en las principales rutas de comunicación, como el río Amazonas, fueron
"AGN. Fondo Ministerio de Gobierno (Sección República 1 ra). Tomo rápidamente exterminadas con nuevas enfermedades y un proceso permanente de
1021, fls.490-493 (r).
esclavización que despobló casi por completo el bajo río Amazonas en el siglo XVII,
"AGN. Fondo Censos de Población, carpeta 001 (caja 15), fls.181-188
(r) y que para mediados del siglo XVIII había virtualmente exterminado a los omagua
35
Igualada Bartolomé, Marcelino de Castellví. Clasificación y estadística de del Solimóes o medio Amazonas. Aquellos grupos refugiados tras los raudales de los
60 lenguas de la Amazonia Colombiana. En: Amazonia Colombiana principales aflnentes del rfo-mar, como el Xingú, Madeira, Branca, Japurá, o el
Americanista, T.1, nos. 2-3. Tipografía Villarreal, Pasto, 1940, p.99.
"Schindler Helmut. Kar1nona .... , Op.ot, p.193. Vaupés, lograron snbsistir hasta finales del siglo XIX cuando las caucherías los
37
Las terminaciones enye para los uitoto y che para los andoques son diezmaron y exterminaron tal vez con más furia que en la primera etapa esclavista.
aportes de Juan A. Echeverri.
Desde la región andina los carijonas fueron afectados por la fundación del pueblo
38
Robayo Camilo A Lingüfstica y etnohistoria en el Amazonas. Indicios
lingüfsticos acerca de la tradición e historia de los Carfjona. En: Revista del EspírituSªn1:ocl_\'1_Cagnán e1;11590 y su régimen de encomiendas y posteriormente
Lingülstica y Literatura, vol.X, no.15, enero-junio 1989, pp.131-139. -d~
-por-;r~~tablecimiento 111isiones ~spañolas franciscanas en el piedemonte caqueteño
39
Entrevista, Manacaro, febrero de 2001.
y putumayense.
40
Mendes Giovanni. Frontera/ integración y diferenciación étnica. En:
Geografía humana de colombia. ICAN, Bogotá, 1999, p.229. En el siglo XVI algnnas expediciones partieron de Coro, en Venezuela, y
"De las Corts Estanislao. Nueva excursión ....... Op.cit, pp.109-11 O. desde Bogotá, en bnsca de El Dorado. Entre ellas estnvieron las de Jiménez de
42
Codazzi Agustín. En: Geografía Físka y Política .... Op.ot,p.152.
Quesada y sn hermano y las de los capitanes de la Casa Welser. El primer contacto
de los carijonas con el mundo occidental europeo pudo haber tenido lugar en las
malogradas expediciones de los aleman.es acreedores de Carlos V, qnienes
establecieron su gobierno en Coro, en la capitanía de Venezuela. Desde allí salieron
las expediciones de Alfinger que murió a manos de los Chitateros y la de Federman
62 Los carijonas de Chiribíquete
quien llegaría a Bogotá, la única expedición que rindió un botín apreciable. La ruta
de Spira, siguiendo el piedernonte, rindió algunos datos sobre la región que nos
interesa, pero es la posterior expedición de Hutten o Utre corno lo llamaron los
españoles, la que nos proporciona elementos para pensar en un contacto. muy
temprano entre españoles y carijonas. Felipe de Utre sigue los rastros de la desastrosa
expedición de Hernán Pérez de Quesada, quien anduvo en busca de la Casa del Sol
por el piedernonte llanero y amazónico. Este hermano del conquistador de Bogotá,
pasó por Mocoa y Sibundoy en tiempos tempranos.
Para 15 3 7 la expedición de Spira llegó hasta el río Bermejo, que según Friede
podría ser el Yarí o Caguán, teniendo que enfrentar los continuos ataques de los
indios. Hutten dijo de esta expedición que "fue un milagro que se salvase uno
solo" 1• Posteriormente, Felipe de Utre habría llegado hasta los nacimientos de los
ríos Motoya y Payoya que según le dijeron eran el mismo río Marañón que llegaba
hasta los confines del Brasil. Dice Friede: "atraviesa el río Guacayá que por la sierra
se llama Paparnene y penetra en el territorio de los indios Mayas, con quienes el
ejército sostiene serias escararnuzas ..... Los indios Mayas le informan que en la
confluencia de los ríos Guacaya y Motoya (que se llama -declaran los testigos- abajo
Manna), se sitúa Ocuarica, habitado por las amazonas. Tal informe les infundió la
esperanza de hallarse ya cerca del tan anhelado Dorado"'. Dice Aguado refiriéndose
a la posterior expedición de Utre, que después de pasar el río Guaviare, llegó este al
poblado de Macatoa de indios Guayupes, con cuyos guías se internó nueve días
hasta un pueblo de amigos del cacique principal de Macatoa. Con estos últimos
indios "caminaron cinco días por muy seguidos y anchos caminos, aunque por allí
parecía la tierra inhabitable, y al último día, bien temprano, dieron en una casería
(sic) de hasta cincuenta bohíos, en los cuales había gente ... que tenían cargo de guardar
las labranzas o sementeras de los pueblos de adelante" 3 • Adelante vieron "bien cerca
un pueblo de disforme grandeza, tanto, que estando bien cerca no le veían el cabo,
todo junto y puesto por su orden, en medio de la cual estaba una casa que en
grandeza y altura sobrepujaba mucho a las otras; y preguntando a aquel principal
que por guía llevaban, qué casa fuese aquella tan señalada y eminente entre las
otras, respondió ser la casa del señor o principal de aquel pueblo, llamado Quarica"4 •
Aguado en su Recopilación Historial de Venezuela5 menciona que la gente de Nuestra
Señora llamaba a estos indios guaguas y los de Paparnene, omeguas. Los indios
omeguas, un día después del primer enfrentamiento, atacaron a los españoles: "venían
divididos en diversos escuadrones y armados con lanzas y rodelas pero ante los
caballos se retiraron. También llevaban dardos en las manos"'. Dice Aguado también
que el principal Quarica "tenía ciertos simulacros o ídolos de oro del grandor de
muchachos, y una mujer que era su diosa, toda de oro, poseía otras riquezas, él y sus
vasallos, que eran muchos ... "'. De esta forma revive el mito de El Dorado. De
CONQUISTADORES, MISIONEROS Y ESCLAVITUD _§_¡_
cualquier forma era tal la cantidad de guerreros orneguas, que Utre se devuelve a
Nuestra Señora y de allí vuelve fracasado a Coro donde es decapitado por sus
enemigos. Existirían pues serios indicios de que la nación indígena que enfrentó y
derrotó a Felipe de Utre al sur del Guaviare fueran los carijonas, tanto por los
términos omegua y guagua', así corno por los nombres de los ríos y su itinerario.
No obstante, leyendo con cuidado el enjudioso tratado de Gregorio Arcila
Robledo sobre las misiones franciscanas de San Juan de Llanos, las naciones indígenas
que este relaciona son por lo general de filiación Tucano occidental. Menciona la
existencia de misiones en 1780 en el río Payoya con 157 indios de la nación Tarna y
San José de Misaya donde había 135 de la misma nación'. Debe destacarse el parecido
de la palabra Misaya con Mesaya, y en segundo lugar que el río Payoya es situado
en diversos mapas corno un afluente del río Yarí. Un segundo pueblo de nación
Tarna se encontraba en el río Quecaya 10 , que debe ser el Caguán. Además dentro de
la lista de misiones establecidas en 1790, se mencionan el pueblo de San Francisco
de Macatía sobre la banda del sur del río Guayabero, y a una jornada más adelante,
los ríos Payoya y Mecaya (sic), límite de las misiones de San Juan de Llanos y las
franciscanas de Popayán. De cualquier forma, desde la expedición de Utre habían
pasado ya más de 200 años.
El cronista jesuita Gilij menciona que el misionero de San Miguel de Macuco,
el padre Roque Lubián, realizó un largo viaje que lo llevó al Gran Airico (la selva
del amazonas al sur del río Guaviare, en contraposición al Airico del Macaguán, en
la región de Arauca) en los primeros meses de 1751, y luego de atravesar los ríos
Ariari y Guayabero encontraron grandes sabanas, que deben corresponder a las de
El Refugio y el Yarí. Después llegaron al río Macaya, que desagua en el Apapu
(seguramente Ajaju), donde vivía el indio Macatúa de la nación betoye o betoas
según la fuente. Todo indica que esta nación pertenecería a los Tucano occidentales,
pues betoye ha sido utilizado corno un sinónimo de Tucano y los Tarnas del Caguán
podrían haber expandido sus dominios hasta las cabeceras del río Apaporis. Sin
embargo Mariano Use che Losada11 prefiere relacionar estos indios con los betoyes
del Casanare, lo que no parece muy factible dada la lejanía geográfica.
Dada la similitud de los nombres Macatía, Macatúa y Macatoa, y su
persistencia a lo largo de tres siglos, es muy posible que los alemanes de la Casa
Welser hubiesen llegado a los bordes del territorio carijona en los altos ríos Yarí y
Apaporis. La escena de la conquista del Dorado en que Felipe de Utre alucinado
observa en la lejanía un poblado con templos y palacios que juzga ser El Dorado, es
interpretada por Codazzi corno "un grupo de cerros graníticos de formas raras y
caprichosas que existen cerca del río Macaya y no muy distante del camino de tierra
que hoy frecuentan los indios para pasar de este río al de Guayabero. Parecen a lo
lejos edificios, ruinas de fortificaciones, torres, puntas, pirámides, etc. " 12 • Esta visión
 Los carijonas de Chiribiquete
no es más que la serranía de Chiribiquete, tierra ancestral de los carijona.
Los pueblos misioneros
Las encomiendas que fueron establecidas por los españoles en el piedemonte
del actual departamento del Caquetá tuvieron una corta vida por el maltrato a los
indígenas, su traslado al alto Magdalena, las epidemias y las rebeliones indígenas.
Durante el siglo XVII esta influencia llegó hasta tierra carijona, y fue muy
seguramente de esta forma que los carijonas adquirieron las primeras hachas de
hierro. Pero para finales de este siglo la ciudad del Espíritu Santo del Caguán "fue
destruida por los Andakies y sus aliados ... " 13. Para la última década del siglo XVII
se menciona en documentos de archivo analizados por Roberto Pineda que los indios
murciélagos tenían por costumbre hacer la guerra a otras naciones para comer a los
prisioneros Y que por ende los pobladores de Timaná "con celo bueno y cristiano,
arriesgan sus vidas entrando entre los dichos indios a rescatar, los cuales codiciosos
de hachas, machetes, agujas, chaquiras y otros géneros, los dejan de comer.... "14_
Dice más adelante en otro documento que los españoles llegaban al primer pueblo,
donde dejaban las mercancías y los indígenas de este pueblo viajaban a rescatar
huérfanos a cambio de estas, y también a cambio de los "que tienen los murciélagos
encerrados para comer, que esta nación come carne humana, y los españoles jamás
han llegado a estas provincias" 15 •
Un documento de 1704 se refiere al comercio de esclavos indígenas que los
comerciantes de Pasto realizaban por esta época. Entraban por Mocoa y en el Caquetá
rescataban "todas las piezas de Indios e Indias que a dicho pueblo suben los infieles
que habitan en dicho río, a donde también concurren los de nuestras misiones .... y
sacándolas a Pasto con poco terror de Dios las venden por esclavos en precios de
sesenta, cincuenta y cien pesos de a ocho reales .... costándoles el rescate de cada
pieza un hacha o poco más el valor... " 1'.
De este modo queda claro que aunque los españoles no habían llegado hasta
donde los murciélagos o carijonas hasta comienzos del siglo XVIII, sus mercancías
llegaron antes que ellos, transformando la relación de estos con sus prisioneros,
dentro del sistema de intercambio colonial. Fue así como los carijonas adquirieron
1
las primeras herramientas que les dieron ventajas comparativas frente a sus vecinos
al sur y al oriente.
Una segunda forma en que los carijonas lograron conseguir herramientas
desde épocas tempranas fue a través los pueblos de misión. Desde 1663 inician los
franciscanos su labor misionera en los llanos y las selvas del Caquetá y Putumayo, a
partir de las ciudades de San Juan de Llanos y el Espíritu Santo del Caguán. Para
173 7 habían fundado en la región de San Juan de Llanos las misiones de Yaname
Curanabe, Anime y Rayo, con indígenas Achaguas, Cacaitos, Catamaes, Cataricoas:
CONQUISTADORES, MISIONEROS Y ESCLAVITUD 6_2_
Churubenes, Homoas, Camuniguas, Coreguajes, Pamiguas, Tamos, Betoas o Caribes.
Años más tarde una epidemia de viruela destruyó la misión de Anime, pero para
1750 fue repoblada con 170 personas entre las cuales estaban los Achaguas, Gavilanes,
Zorros, Pauíes y Enaguas; no obstante, una segunda epidemia de viruela se desató
este pueblo de misión 17• Entre estos grupos pienso que es probable que los Gavilanes
sean algunos miembros de los carijonas del clan de Gavilán, los hianakoto. Así
mismo, los enaguas, si es cierto lo que dice el Padre Albis en el siglo XIX, serían un
grupo carijona del río Cuñaré. Más adelante en la obra de Llanos y Pineda se
mencionan enaguas viviendo refugiados en el alto Guayabera, junto con otras tribus.
Sobre el Guayabera y en el alto río Apaporis se establecieron misiones con los
Pamiguas, Camuniguas y Tamas.
Por otro lado, Rivas Groot 18 refiriéndose a las misiones de San Juan de Llanos
cita una lista de indios casados, entre las cuales aparece Esteban Morcielago, lo que
nos refiere otra vez a la posibilidad de que hubiera indios carijonas en estas misiones.
Al estudiar la penetración portuguesa por el río Vaupés, veremos que los indios del
alto Vaupés le cuentan en 1785 al militar portugués Manoel da Gama Lobo
D, Almada que ellos iban a pie hasta las misiones españolas de Anime e lraca.
En las misiones del Putumayo, se menciona la existencia de la "Provincia de
los Oyos (que quiere decir murciélagos)" 19 a partir de 1694 en el río Acuyúa, afluente
del Putumayo, en el Pueblo de San José de Los Curas. Este dato nos induciría a
pensar que los carijonas vivían en el Putumayo desde el siglo XVII, pero creo que
en realidad esta Provincia de los Oyos fue de algunos grupos o clanes siona, pues los
murciélagos de estirpe carijona fueron contactados por los misioneros con
posterioridad 20 •
En 175 O Fray Pedro Rafles nombra siete pueblos en el Putumayo, de arriba
hacia abajo: San Diego, Tabacunti, Concepción, San Juan Capistrano, San Fran-
cisco de Asís, el de indios murciélagos de fundación reciente, y el séptimo, de indios
senseguajes. En 1770 sólo se mencionan guajes en el pueblo de la Purísima
Concepción, junto con encabe liados, senseguajes y macaguajes 21 • Se observa la
inestabilidad de las fundaciones de pueblos pues se mencionan por un corto período
y luego desaparecen de los registros.
En un documento de 1770 el misionero franciscano Fray Bonifacio del
Castillo22 , menciona que la nación de los guaques o murciélagos fue descubierta el
año de 1728 por el padre predicador general Antonio Paternina, el cual llegó hasta
el río ltoya, arriba de Cuemaní. Hasta un poco más abajo, al río Cuemaní, llegó el
padre J oseph Carba "y sacó de este río veinticuatro indios guaques entre hombres y
mujeres y niños, el año de 1766. No pasó más adelante dicho misionero por haberle
faltado los avios y cosas que darles a los indios". Más adelante dice el padre Castillo
que "todos estos indios ai(sic) esta nación son Caribes, se mantienen con carne
66 Los carijonas de Chiribiquete
humana, sus casas están llenas de huesos humanos, que los tienen colgados junto de
sus hamacas, por razón de su valor. Todo su coraje es contra la nación Quiyoya o
Huitóto". Esta afirmación puede ser del mismo tipo de la que hizo Colón, cuando
confundió en las Antillas, los huesos de los antepasados con los restos de un festín
caníbal23 •
Entre los meses de mayo y octubre de 1770 el padre Bonifacio de San Agustín
Castillo salió del pueblo de La Concepción en el río Putumayo, pasó al río Macaya
por tierra y por este río bajó hasta el pueblo de Santa María. En este río había indios
Payaguajes y Macaguajes. De aquí bajo por el Caquetá y subió dos días por el
Orteguaza hasta llegar al pueblo de San Francisco Solano. Por este río bajó hasta
pasar la boca del río Guecayá, que sabemos era el río Caguán. Aquí vivían Coreguajes,
Tamas, Piaguajes, Heguages y Cafunguajes. Bajó pasando por la banda derecha el
río Hasoya y después por la izquierda el río Itoya. Continúa el documento del
padre Castillo:
"Ya de este río comienza la nación de los Murciélagos ... Desde Itoya
a Petorá hay un día escaso y desde este hasta el río de Cuemaní dos
días ..... Desde Cuemaní a la boca de Tuyarí hay un día y desde aquí a la
primera Angostura que es de piedras y mucho más temerosa que la
angostura de Carare en el río de la Magdalena y otras que conozco, hay
mediodía; y desde esta Angostura hasta la laguna de Imiya hay un día,
los otros ríos no anduvimos a causa que las gentes que los habitan son
muy bravos y no permiten que nadie llegue a sus chozas. Son
Morciélagos o Guaques, pero los mismos indios de su nación les
tiemblan; buenas ganas tuve de ir a verlos pero se me acobardaron
sumamente los indios de mi comitiva. En este río conseguí reducir diez
y seis indios para que viniesen al pueblo de La Concepción con lo que
recibí no poco consuelo. Ya desde este río de Imiya es necesario tomar
el camino de tierra, por excusar la segunda Angostura que es mucho
más terrible que la primera y no da paso a las canoas. Caminamos
medio día por montaña y salimos a las sabanas tan espaciosas y grandes
como las que hay desde la Villa de Honda hasta la ciudad de La Plata;
a larga distancia descubrí una serranía, o cordillera bastantemente
grande, no se qué cordillera será. Caminamos por sabanas tres días y
llegamos a la margen del río Yarí, cuyos raudales compiten con los de la
Magdalena. A las sabanas les puse por nombre, en nombre de sus
majestades, los Llanos de nuestro seráfico Padre San Francisco. Estando
en las orillas del Yarí se apareció un indio en su canoa al cual procuré
acariciar y regalar bastante para que nos condujese a las casas o chozas
de sus gentes, el cual con mucho gusto condescendió. Llegamos en un
día (río abajo) a la primera casa aunque con algún recelo mío porque
estaban en bebezón, había en dicha casa doscientas y setenta y dos
almas, todos nos recibieron con grande placer y alegría; aquí me detuve
tres días a ver si podía con la ayuda de Dios reducir a algunos; algunas
familias quedaron conmigo a venir al pueblo, pero para el verano grande;
CONQUISTADORES. MISIONEROS Y ESCLAVITUD _§2_
bajé a la segunda casa y gastamos dos días en bajar, aquí es tan grande
la casa que caben y hay quatrocientas y una alma, aquí conseguí reducir
cuatro y otros que después en el verano vendrían; pasamos a otra casa,
no muy distante, sólo había ocho almas, aquí no conseguí nada. En la
tercera casa había treinta y seis, tampoco no conseguí nada; pasamos a
la cuarta, gastamos un día en caminar, había diez y seis almas. Sólo me
dieron esperanzas de que el verano vendrían. Pasamos por tierra al
otro río de Mesai (este es tan grande como Yarí), gastamos dos días, en
las dos casas primeras de este río conseguí reducir veinte: ocho para el
pueblo de San Francisco Solano, que me dijeron querían ir allá, y los
doce para este pueblo de La Concepción. También quedaron a venir a
este pueblo para el verano grande diez y seis familias con señales muy
ciertas de que vendrán, pues han mandado sus joyas o esclavos para
que les hagan en este pueblo buenas casas y les tengan buenas chagras.
En este río de Mesai es mucha la gente que hay. Conté doce casas, no
conté la gente porque andaban en cacerías algunos y no había tiempo
para ello. Sólo vinieron conmigo cuarenta y uno, treinta y tres para
este pueblo y los ocho restantes para San Francisco Solano".
El documento contiene un mapa de forma circular en que se destaca la red
hidrográfica, haciendo desembocar erradamente el Mesay en el Caquetá, lo que
demuestra que el cura Bonifacio no estuvo en la boca del Mesay en el Yarí, sino más
bien en su curso medio. Se destaca también la presencia de una laguna unida al
Caquetá entre las dos Angosturas, que el cura denomina Laguna de lmiya y aparece
conformada por dos ríos, el Imiya y el Gueggfa. Este sitio estaría hoy en día al norte
de la actual comunidad de Monochoa, en la banda izquierda del río Caquetá entre
Angostura y Araracuara, posiblemente sobre la quebrada Paujil.
Del documento se destaca la mención sobre el carácter bélico de los indios
huaques o murciélagos que vivían en los ríos Tuyarí, Cuemaní, Petará e Itoya. Podría
explicarse esta actitud por ser guardianes de una frontera con los uitotos y con las
tribus Tucano occidental del Caguán y el Orteguaza. Por último es interesante ver
que en realidad lo que hacía el cura era conseguir indios para los pueblos de misión
a cambio de hachas y otras mercancías. Los indios obviamente no podían rechazar
este ofrecimiento pues esta tecnología del hierro les daba una ventaja en la producción
agrícola y en la guerra muy grande. Muchos indios prometieron ir en el verano
grande de enero y febrero con el mismo interés: herramientas. Los espejos y chaquiras
eran la parte menos sustancial del negocio. Además debe destacarse la mención del
padre 4e que algunos carijonas principales mandaron sus esclavos a coustruirles
casa y abrirles chagras en el pueblo de misión de La Concepción.
Por otro lado parece ser que los carijonas vivían temerosos de los ataques de
sus enemigos, pues en el informe de los misioneros franciscanos de 1773 24 se dice
que ellos no se emborrachaban en sus fiestas por miedo a sus enemigos, y que en
cambio sí lo hacían en los pueblos de misión donde se sentían más seguros. Algo así
r ----------,
68 Los carijonas de Chiribiquete
, ~
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:p.,¡,Jt..
Mapa elaborado por Fray Bonifacio de San Agustín Castillo en su viaje por el río
Caquetá en 1770/nótese que dibuja la desembocadura del río Mesay sobre el
Caquetd}
como si pasaran vacaciones de verano en los pneblos de misión para volver a su vida
normal en el Yarí o el Mesay.
El pueblo de Concepción, Inmaculada Concepción o Purísima Concepción
en el Putumayo, parece haber sido el de mayor duración, por ser el principal pueblo
de misión del Putumayo y el punto de escala del camino hacia el Caquetá. Dicen los
franciscanos que el pueblo tenía iglesia y sacristía de teja, campanario con tres
campanas y convento. Además tenía carpintería, herrería y en el convento "dos
pares de grillos, dos pares de esposas de dedo y tres de mano". Dice el informe:
"Este pueblo tuvo gran número de indios pero la emulación que hubo entre las dos
naciones Huaque y Macaguaje expelió las noventa piezas que quedan referidas,
CONQUISTADORES, MISIONEROS Y ESCLAVITUD ~
siendo su misionero el hermano Fray José de Jesús Carbo, a quien por haber intentado
quitar la vida los indios zenzeguajes, se levantó entre ellos un motín y alboroto, con
que casi se destruyeron mutuamente. Y las repetidas pestes de flujos disentéricos ha
trasladado a la eternidad la mayor parte de los ciento y treinta y seis que han fallecido
en el curso de seis años que he residido en él'' 25 •
El padre Carba es una figura de la mayor importancia pues las crónicas y
documentación de archivo dicen que fue de los primeros misioneros, junto con el
~
~~
padre Barrutieta, en entrar a las tierras de los murciélagos, tamas y coreguajes para
el año de 1749 26 • Además dice un documento que "le temblaban los indios y ha sido
. notoria su falta como que él fue el que sacó toda la gente de que se componen estos
tres pueblos de La Concepción, Amaguajes y San Diego" 27 •
La fidelidad de los huaques reducidos en pueblos de misión debió ser ejemplar
pues bajaron con los franciscanos hasta la boca del río Putumayo, donde estos tenían
la fundación de San Joaquín a partir de 1754. En este pueblo habitaban hacia 1762
únicamente indios yumanas y murciélagos. Fray Antonio de Jesús Paredes, el cura
del pueblo, cuenta que:
"El día 5 (9?) de abril a las 10 horas del día de este presente año se
levantaron los Indios Yumanas de boca Negra contra mí a quererme
matar y quemar el Pueblo que tanto me ha costado su fundación. Siendo
capitán del levantamiento el Indio Mauricio a quien por Indio muy fiel
y por mas confianza lo había hecho Capitán (en Nombre de mi Rey y
Señor) (que Dios goce?) para que gobernase el Pueblo. Mas Dios y
María Santísima sin atender a mis infinitos pecados, me libró de (que)
yo fuese mártir en manos de Infieles (que son peores que fieras) siendo
mis defensores (después de Dios) los Indios Morsielagos quienes con
grande ánimo y valor me defendieron, como ángeles de mi guarda" 28 .
Existe una lista de 25 indios murciélagos que vivían en la boca del Putumayo
con los padres Antonio Alfara y Fray Antonio Paredes. Estos fueron divididos en:
"Hombres cristianos: Cachirique, Caiague, Ymipue.
Hombres infieles: Vatarame, Teferí, Yaifue, Tetefue, Fuereyeni,
Titi, Yaiguana, Gueremuque, Aruique.
Mujetes cristianas de la misma nación: Ecurue, Emauye, Merifue,
Ferique.
Mujeres infieles: Cocone, Marea, Tetefue, Aretuie.
Niños de la misma nación: Cacherique, Cocone, Paredes, Guansoca.
Niña: Cecilia-Cacherique" 29 ,
La escasez de niños sólo puede explicarse por una decisión de sus padres,
quienes los habrían dejado en sus tierras por no traerlos a una localidad de frontera
y de conflicto entre portugueses y españoles, pues por esta época, las tropas esclavistas
portuguesas subían por el Putumayo periódicamente y el intento franciscano de
fundar y consolidar San Joaquín era principalmente para controlar estas incursiones
que estaban impidiendo la labor evangelizadora y despoblando la Nueva Granada.
 Los carijonas de Chiribiquete
Para 1766, los portugueses expulsaron a los franciscanos de este pueblo "deportando
a sus habitantes indígenas ... al Gran Pará". Dicen Llanos y Pineda que la población
de San Joaquín en este año era principalmente Yuri30 •
El otro pueblo donde hubo una constante población huaque o murciélago
fue cerca de la boca del río Orteguaza, en el pueblo de San Francisco Solano. Para
1773 sabemos que era una fundación nueva y que tenía población huaque y uno
que otro quiyoyo.
En cuanto al origen o procedencia de los huaques o murciélagos del Putumayo,
el informe de 1773 de Fray Bonifacio de San Agustín Castillo y tres misioneros
franciscanos más, dice claramente que el pueblo de La Concepción constaba de
indios encabellados, senseguajes y de los huaques o murciélagos quienes habían
sido traídos del río Caquetá.
En lo que refiere a las relaciones de los carijonas con las misiones de San Juan
de los Llanos, el comisario español de límites, Francisco Requena, constató en 1782
que desde la misión de Santa María llegaban indios a comerciar con los carijonas,
porque los mismos le contaron que caminando tres días desde el alto río Macaya
"se encuentra la población española que los indios llaman Maricoarí, donde dicen
hay pobladores blancos, soldados y misioneros y según las señales que dieron de la
barba larga mostraron ser capuchinos, que además de esta población se encuentran
dos más a orillas de los ríos Macatía y Guaire, abundantes en pescados, que no sólo
son pobladas de blancos como la otra, sino también de ganado caballar, ruminoso y
de cerda, a cuyos pueblos van a comerciar del mismo modo que en las misiones
franciscanas del obispado de Popayán ... " 31 • De esta forma es un hecho que los
carijonas comerciaban con los misioneros de San Juan de Llanos y del Caquetá. Los
ríos Macatía y Guaire mencionados, parecen ser el Guayabera y Guaviare
respectivamente. Las relaciones carijonas hacia el norte los llevaron entonces hasta
más allá del río Guaviare, por lo que asentamientos carijonas permanentes en el
Vaupés son factibles. La región de Miraflores y los lagos de El Dorado estaban en la
ruta de paso, y desde aquí se podían tener vigías que controlaran la entrada a su
territorio en el Apaporis y la cuenca del Yarí. , costumbre era rodearlos como ganado y guardarlos en up corral hasta que se había
Para 1791 los misioneros habían abandonado lo¡ pueblos del Putumayo e
intentaron reagrupar la población restante en tres pueblos sobre el río Caquetá,
"que son el Caguán, San Antonio de Orteguaza y Ahumea; en el primero se recogió,
a esfuerzos de indecibles trabajos e incomodidades todo el resto de la nación Tama
que había quedado, y en los dos segundos del mismo modo los que se pudieron
recoger de la numerosa nación Guaque" 32 •
El régimen misional consistía en mantener reducidos en un pueblo, a una
comunidad indígena, para adoctrinarla en la fé católica y sujetarlos a trabajos
continuos en sembrados o ganaderías. Los misioneros proporcionaban hachas y
CONQUISTADORES, MISIONEROS Y ESCLAVITUD _'Zl_
otras herramientas a los indios y tenían unos pocos soldados de escolta que los
protegían o les servían para capturar indios en los montes y traerlos obligados a los
pueblos. El fin de las hachas y la aparición de epidemias hacían de estos pueblos
asentamientos muy efímeros que eran trasladados frecuentemente. Además los
métodos violentos de los curas generaron resistencia que se traducía comúnmente
en asesinatos de los mismos y huidas. Esto sumado a la disminución progresiva del
apoyo de la Corona española a esta actividad, dio como resultado que para comienzos
del siglo XIX las misiones franciscanas habían desaparecido del mapa y los indígenas
sobrevivientes volvieron a sus bosques y sabanas. Desde este momento hasta mediados
del siglo XIX, el territorio carijona no sería alcanzado más que por excursiones
esporádicas de curas como el presbítero Manuel María Albis y el cura Guerrero.
Penetración y esclavitud portuguesa
El Caquetá fue mencionado por los portugueses desde el siglo XVIII como
un río donde se conseguían esclavos, que eran destinados a trabajos personales
corno sirvientes o a las incipientes empresas de caña de azúcar y arroz en el río
Amazonas.
El maltrato de los esclavos en el Brasil colonial era más común con los indios
que con los esclavos negros, pues estos_últimos eran más costosos, mientras que los
indios se conseguían en cacerías por los ríos o comprándolos a bajo precio en el
mercado de Belém de Pará. Dice Southey que en esos tiempos (siglo XVIII), "los
indios eran obligados a trabajar hasta la muerte, en Maranhao y Para, de la misma
forma que los caballos en Inglaterra eran trabajados hasta la muerte por sus insensibles
dueños" 33 • Esto nos da una idea de cómo eran tratados los indios por los portugueses
en la Amazonia. Inclusive hubo una época en que fueron marcados con el hierro de
su dueño.
Continúa Southey diciendo que "los esclavos que habían sido comprados de
forma justa eran muy pocos comparados con la cantidad que había sido secuestrada.
Muchos de ellos morían antes de llegar a las colonias portuguesas aguas abajo. La
recogido una manada grande qne se enviaba: de esta forma eran encerrados de
manera miserable por ocho o nueve meses, en un estadtj de inacción y expuestos a
la intemperie ... y así innumerables vidas eran destruidas. Un portugués pocas veces
traía a casa más de la mitad de los que le habían correspondido en el reparto.
También morían muchos indios que acompañaban a los comerciantes de esclavos" 34 •
Southey hace mucho énfasis en que los indios preferían la muerte a la esclavitud
entre los portugueses. Incluso preferían ser comidos en una fiesta caníbal a ser
esclavos entre los blancos.
J_J,_ Los carijonas de Chiribiquete
La esclavitud intertribal parece haber sido un caso totalmente diferente.
Whiffen dice que la esclavitud entre los indígenas es apenas un nombre pues "un
esclavo pertenece al jefe y pronto se identifica con su familia. Aunque los esclavos
tienen oportunidades frecuentes de escapar pocas veces lo hacen, pues por lo gen-
eral son tratados con cariño y posiblemente están casi igual en la casa de sus dueños
que en la suya propia. Los cautivos de ambos sexos de siete o menos años son
tenidos como esclavos por la tribu conquistadora, los mayores son destruidos, pues
se presume que poseen la inteligencia suficiente para traicionar a su nueva tribu con
la vieja" 35 •
Cuando Requena entró al territorio de los omaguaes o guaques como los
llamó él, rescató a dos esclavos mirañas en poder de los carijonas, pero cuando
estaba saliendo hacia el Caquetá, los dos excautivos desertaron la partida española
Y se volvieron a donde sus amos carijonas. Sin embargo Requena insiste en pensar
que los cautivos vivían "faltos de alimentos, enteramente desnudos, castigados
cruelmente con rigurosos azotes, que se los dan sin delito en sus bailes y diversiones
Y lo que es más, el estar destinados a ser la víctima del hambre o capricho de sus
amos, que los conservan para su pasto o en las necesidades o en las fiestas" 36 . Por lo
visto los mirañas tuvieron más miedo de este supuesto benefactor que los sujetaría a
trabajos forzados, que a los carijonas y su sistema de servidumbre.
La conquista y colonización del Brasil por los portugueses generó un segundo
frente de penetración a la Amazonia que fue más efectivo que el español, puesto
que ocupó un área mucho mayor, mediante el establecimiento de fuertes militares y
continuas expediciones en busca de esclavos como mano de obra para las nacientes
ciudades. En un comienzo la colonización del Brasil estuvo restringida a la zona
costera y en especial al nordeste, donde se establecieron plantaciones y ganaderías
con base en mano de obra indígena y de esclavos africanos. En el interior no
encontraron minas de metales preciosos ni densas poblaciones indígenas para sujetar.
Pero fue con la aparición de los Bandeirantes de Sáo Paulo que el panorama cambió
pues partidas de portugueses apoyados por indígenas esclavizados comenzaron a
recorrer el continente suramericano esclavizando indígenas y buscando oro. Volvían
a Sáo Paulo con los indios encadenados y los utilizaban en sus haciendas o como
sirvientes. Hacia 1700 una de estas Bandeiras encontró oro en el actual estado de
Minas Gerais -Minas Generales-, auge que duró unos cincuenta años. Ya para este
tiempo la lucha entre jesuitas españoles y carmelitas brasileros por el sector del río
Amazonas conocido como Solimóes estaba en su etapa más álgida, y para 1710 el
área fue controlada definitivamente por los portugueses. En este momento se abre
el período de esclavitud portuguesa y brasilera en el Japurá, que durará cerca de
200 años. Y con la derrota de los indios mana os y su jefe Ajuricaba en 1725 en el río
Negro, se dio paso a las incursiones en toda la cuenca del Negro incluyendo el
CONQUISTADORES, MISIONEROS Y ESCLAVITUD ]2
Vaupés. Esta fue la tenaza que amenazó a los carijonas desde el oriente.
La justificación de la esclavitud de los indios, ante multitud de leyes portuguesas
que la prohibían, estaba basada en excepciones tales como la legitimidad de esclavizar
indios rebeldes que no se dejaran reducir a poblados o escaparan de ellos, aquellos
que atacaran a los blancos, y el rescate de prisioneros de guerra en manos de una
tribu, que podían ser sujetos a prácticas caníbales. De ahí el término español de
rescates y el portugués de tropas de resgate. El proceso de capturar o negociar esclavos
en el Amazonas fue llamado descimento por los portugueses, pues hacían descender
a los indios de los cursos altos de los ríos hacia los centros poblados del bajo
Amazonas.
Tal vez la primera incursión esclavista al río Negro ocurrió en 1657, cuando
una tropa y padres jesuitas subieron por este río y trajeron de vuelta a Belém 600
indios o piezas. Ese mismo año otra tropa conformada por 40 soldados y 400 indios
del bajo Amazonas, logró capturar 700 indígenas contactando tribus desconocidas
y propagando una epidemia 37. Por el Vaupés las primeras tropas llegaron entre 1730
y 1740.
La carencia de mano de obra, ante la desaparición de tribus enteras en los
lugares más accesibles a Belém, Manaos o Tefé, hizo que se intentara repoblar estos
sitios, así como muchos otros, bajando o haciendo descimentas de indígenas de las
cuencas medias y altas de los ríos afluentes. Esto llevó a que se despoblaran los
cursos medios de los ríos, lo que produjo nuevas incursiones a la región de los
raudales que grosso modo, en el caso colombiano, corresponde con la actual frontera
con el Brasil. Pero los raudales hicieron difícil este proceso, así como las enfermedades
que contraían los expedicionarios en los meses de viaje que duraban estas campañas.
Los saltos de Yurnparí en el río Vaupés, Jirijirimo y La Libertad en el río Apaporis y
Cupatí y Araracuara en el Caquetá, sirvieron de muros de contención frente a la
entrada de las tropas esclavistas.
La Frontera del Japurá
Por el río Japurá una modalidad común en la caza de indios era el ingreso de
una tropa a un poblado indígena, que aterrorizaba a la población con disparos y
fuego, y luego procedía a capturar personas, especialmente mujeres y niños. Estos
eran amarrados y llevados aguas abajo a Tefé, Coarí o Manaos, donde eran vendidos
como esclavos. Otra modalidad podía ser negociar cautivos con una tribu a cambio
de herramientas. La tribu realizaba una expedición, atacaba a sus vecinos y traía
cautivos que cambiaba por hachas o cachaza38 • Los mirañas fueron afamados por
este comercio que hacían incluso con miembros de su propia etnia. Los esclavos,
una vez "descidos", eran utilizados en la extracción de productos del bosque, en
haciendas de caña, en pesquerías o como sirvientes domésticos.
_7_4 Los carijonas de Chiribiquete
Para mediados del siglo XIX el diccionario de Silva y Arauja trae la siguiente
definición de Hyapura Qapurá): " ... es este río navegable 160 leguas, poco más o
menos, desde su desembocadura hasta donde comienzan los raudales que lo
obstruyen ... se han podido conocer más de 5 O naciones indígenas distribuidas en sus
dos márgenes, en cuya esclavización se ensañó más la furia de los conquistadores,
tanto así que llegaron a establecer un depósito para su venta en las inmediaciones
de Paraguari, con el nombre de corral que aun conserva (Caycara)" 39 • Este lugar,
cerca de Tefé, fue el destino de muchos indios del Japurá y Caquetá entre los cuales
hubo algunos carijonas, bajo el nombre portugués de umauás o mauás.
En el caso colombiano el estudio de la esclavitud indígena en el Caquetá se
inicia con el trabajo pionero de Llanos y Pineda de 1982, quienes por primera vez
analizaron de forma sistemática las fuentes portuguesas y brasileras. Estos
investigadores plantearon que a partir de las últimas décadas del siglo XVII se inició
la práctica de capturar o rescatar esclavos en el Caquetá. Es más acertado pensar
que es a partir de la salida de las misiones españolas jesuíticas del medio Amazonas
en 1710, que se dan las condiciones favorables para este tipo de actividad, pues
además los padres carmelitas estaban más dispuestos a participar en estas correrías
que los jesuitas. Por su lado Martius calculó en 1820 que "desde hace unos 80 años
son capturados indios en el río J apurá y el número de ellos que son arrancados de
sus bosques tal vez pueda alcanzar ya los 20.000. Las tribus que habitan sus márgenes
son todavía consideradas con recelo y desconfianza por los viajeros, y sólo
acompañados de numerosa guarnición se atreven a llegar a las regiones más allá de
las aldeas de indios fundadas por los portugueses, Maripí y Sáo Joao do Príncipe,
situadas debajo de las primeras cataratas" 40 •
Sweet arguye que para finales del siglo XVII el curso del Solimóes estaba
despoblado debido a esclavitud, enfermedades y búsqueda de áreas de refugio. Por
esta razón los esclavistas recurrieron al Japurá como fuente principal de esclavos,
mientras en el río Negro los manaos estaban siendo aniquilados y esclavizados. Tefé
era la base principal de los esclavistas que se internaban al Japurá, pero Cai,ara, un
poco más arriba sobre el Solimóes, era el mercado de esclavos. Sweet menciona a
Eugenio Ribeiro quien "sobrepasó los rápidos del J apurá en busca de esclavos ... " 41 •
Los primeros datos sobre este comercio se encuentran en el Livro das Canoas,
un libro de registros de llegada de esclavos indígenas a Belém de Pará entre 1739 y
175 5. Se hace mención a la nación, procedencia y marcas personales del esclavo. En
la introducción a este texto trabajado por Marcio Meira, se hace mención a un
ciudadano de Belém, Manoel Gomes Rocha quien "mandó una canoa a los bosques
(sertao) a negociar clavo y cacao y que en ella iba el cabo Severino dos Pa,os y por
no haber las dichas drogas (especias), se metió en los bosques delJapurá que queda
en el Solimóes donde rescató treinta y dos piezas de gentío de la tierra de nación
CONQUISTADORES, MISIONEROS Y ESCLAVITUD __7_i_
Mavua" 42 • Dice Mavua, y lo más parecido en nombres de tribus del Caquetá es
Maua, término portugués, junto con umaua~ para referirse a los carijonas. Sweet
también menciona este caso utilizando el mismo nombre de tribu, y diciendo que
este evento ocurrió entre 1718 y 1719, y que ocho de los cautivos eran prisioneros
que iban a ser asesinados por sus enemigos. Dado que fue considerado un caso de
esclavismo ilegal, le fueron entregados a Rocha como forros o indios libres, pero
sujetos a trabajar para un patrón por un salario a perpetuidad43 • Para 1721 una
tropa de guerra y rescate oficial, bajo el mando de Diogo Pinto da Gaya fue enviada
al lago Cupacá un poco arriba del corral de esclavos de Cai,ara, donde realizó el
castigo de los indios Juma y Aisuares por haber matado a su misionero carmelita y
aprovechó la ocasión para capturar esclavos en el J apurá. La cantidad de esclavos
capturados fue de 269, de los cuales 226 sobrevivieron el viaje a Belém44 •
En la larga lista del Livro das Canoas aparecen indígenas makus, boapés,
banibas y mirañas, entre otros. Estos últimos podían distinguirse por su costumbre
de horadar las aletas de las narices y colocar allí conchas. Se destaca que la mayoría
de los registros se refieren a cautivos mujeres y niños.
Dice John Hemming que en la segunda década del siglo XIX, durante el
gobierno de José Joaquim Victoria da Costa en la Capitanía de río Negro -quien
participó en la expedición de límites del Japurá como astrónomo-, la explotación
de indios del río Negro aumentó y menciona que Arauja y Amazonas dice que
"quinientos indios trabajaron por algunos años en una plantación que Victoria da
Costa fundó en Taruma. Y en Manaos los nativos fueron vistos trabajando con
cadenas, como convictos. Hubo una excesiva despoblación de indios en este tiempo
como resultado de esta opresión, y de interminables trabajos en las pesquerías del
río Branca y Manacapuru" 45 • Se acusaba al comandante del puesto militar de Ega
(Tefé) de ser especialmente duro, encarcelando y castigando de forma cruel a los
indios. Hacia 1815 Francisco Ricardo Zani, el acompañante de Martius por el
Caquetá cuatro años más tarde, se estableció en Ega para traficar con esclavos del
Japurá, de los cuales trasladó unos cientos a Manaos donde los vendieron entre 10
y 40 mil reis cada uno. El procedimiento era sencillo: se subía el Japurá con algunas
mercancías y armas de fuego y se contrataba allí una tribu para que fuera a atacar a
otra. Amarraban los cautivos y haciendo tiros mataban a los que se resistían. Además
de nn pago, los indios atacantes recibían todas las armas tradicionales y venenos de
los cautivos. Hemming acusa a Martius de llevarse algunos indios con él, y de
entregar al comandante militar de Ega y a un magistrado en Belém, siete cautivos
más46.
El río Caquetá llegó a ser el principal destino de las exploraciones en busca
de esclavos a partir de la segunda mitad del siglo XVIII. A este río se entraba desde
el Solimóes por alguna de las bocas del Japurá, o tomando el río Negro por los
 Los carijonas de Chíribiquete
_76
varaderos de sus afluentes australes como el Marié, Yurubaxi y Unueixi. Las listas
de etnias viviendo en pueblos y ciudades portuguesas de los ríos Negro y Solimóes
a finales del XVIII, contienen muchos nombres de grupos originarios del Vaupés,
!sana, Caquetá y Putumayo.
Casi un siglo más tarde Martius comenta que el tuxaua de Manacaro, un
poblado Yuri, arriba de la boca del Mirití sobre el Caquetá, estaba realizando un
descimento con un mameluco de Ega, actual Tefé. En el Porto dos Miranhas conoció
al tuxaua miraña Joáo Manoel, quien "era conocido y temido, no sólo entre sus
mirañas sino en todo el alto Japurá. Probablemente tenía bastante coraje e iniciativa
como para adquirir esclavos de su tribu o tribus vecinas y negociarlos con los
blancos" 47 • Más adelante dice Martius que vivían en hostilidad con los mirañas del
interior "y con los antropófagos umauás que habitan el territorio arriba de la catarata
de Araracuara en el J apurá" 48 •
La revisión del libro de bautismos de Nogueira, pueblo en la margen occidental
del lago Tefé, es revelador del estado de cosas en el siglo XIX respecto al esclavismo
y los descimentas. Este documento histórico reposa en una caja del archivo del
Museo Amazónico, en Manaos49 , con datos de más de 1.200 bautizos, en su mayoría
indígenas. Se observa que buena parte de las etnias provenían de los ríos Caquetá,
Isá y Juruá, y son referidas las siguientes: yuri, miraña, picaflor, uainumá, jupiua,
jucuna, macuna, pacé (passé), chumana, cauiana, catuquina y mura. Aparecen además
4 registros de indios umauá, bautizados por el vigario André F. de Sousa:
"El día 14 de septiembre de 1813 bauticé solemnemente y puse los
santos óleos al adulto Raymundo, hijo de la gente de nación Umaná.
Fueron padrinos Fco.Leitao de Pinho y su hermana Joana María de
Pinho.
En el mismo día y mes, bauticé solemnemente y puse los santos
óleos al adulto Claudia, que en su paganismo se llamaba Nupen; de la
nación Umauá. Fueron Padrinos Feo. Leitao de Pinho y la dicha hermana
J oana María de Pinho.
En el mismo día y mes, bauticé solemnemente y puse los santos
óleos al adulto Roque que en su paganismo se llamaba Uraud, de nación
Umauá.
En el mismo día y mes, bauticé solemnemente y puse los santos
óleos al niño Quintiliano que en su paganismo se llamaba Achó, de la
dicha nación Umauá".
Revisando los casos de descimentas, encontré entre 1814 y 1821 los siguientes
personajes de Tefé y Nogueira, acompañados de las etnias víctimas de dichas
incursiones:
Victoriano Gorn;alves. Juris en julio de 1817 y noviembre de 1819 y
uainumá en 1821.
Ignacio Gomes de Araujo. Picaflor del Japurá en agosto de 1814 y
febrero de 1817.
CONQUISTADORES, MISIONEROS Y ESCLAVITUD _J_L
Mano el J ose Freire. Pacé en febrero de 1816 y chumana en agosto de
1819.
Francisco Leitao de Pinho. Miranha y juri en febrero de 1818.
Francisco Antonio Pereira. Miranha y picaflor en enero de 1814 y en
agosto de 1817; miranha, juri y picaflor en octubre de 1817, juri en
diciembre de 1817, miranha y juri en enero de 1819.
Manuel Filicio. Picaflor en septiembre de 1816 y octubre de 1819.
Romao Gomes de Arauja. Chumana en octubre de 1819 y picaflor en
agosto de 1818.
Joaquim José Ferreira. Picaflor y juri en noviembre de 1819.
Nicolas Esteves da Costa. Uainumá en octubre de 1821
José de Oliveira. Miranha en mayo de 1814.
En total se reportaron en el libro de bautismos de Nogueira 20 descimentas
entre 1814 y 1821, con 6 descimentas en el año de 1819. En muchos casos los que
hacían los descimentas eran los mismos padrinos de bautismo. Los documentos que
mencionan descimentas dicen que "pertenecen al descimento que hizo el
morador.... ". Debe considerarse que más de la mitad de los registros que suman un
poco más de 1.205 entre 1798 y 1849, están borrosos, de difícil lectura o ilegibles,
razón por la cual es posible que se encuentren más registros referidos a carijonas o
umauás.
La Frontera del Vaupés
Por el río Vaupés los misioneros portugueses no subieron más arriba del raudal
de Yuruparí, en primera instancia por la gran cantidad de raudales y chorros de este
río y en segundo lugar por la resistencia que oponían los indios. Pero algunas tropas
de rescate, aunque aparentemente no muy numerosas, sí subieron hasta el alto Vaupés
como veremos a continuación.
En el libro de Robin Wright50 hay algunas menciones a la región del alto
Vaupés a partir de 1725. Con el establecimiento del fuerte de La Barra do Río
Negro en el sitio del actual Manaos, comienzan las expediciones esclavistas
portuguesas en el río Negro. Este comercio de esclavos era controlado por los indios
de la nación manao. Tras la destrucción de los indios manaos, las tropas de rescate
fueron comunes en este río. Cambiaban esclavos por herramientas y apoyaban las
guerras intertribales. Entre los comandantes de estas tropas, controladas por el padre
jesuita Avogadri -quien se encontraba en Mariuá (después Barcelos)-, estaban
Lourenco Belfort, Estacio Rodrigues y Pedro da Braga. Este último extendió sus
actividades hasta el alto Vaupés, donde los indios Boapés. Estos Boapés podrían ser
los carijonas. Eran los dueños del lago de oro y comerciaban con los tariana. Al
parecer los tariana les cambiaban plumas de águila arpía por oro.
Szentmartonyi calculó que entre 1740 y 1750, cerca de 20.000 esclavos fueron
capturados en el alto río Negro. De este padre jesuita existe un texto traducido del
 ]_ll_ Los carijonas de Chiribiquete
CONQUISTADORES, MISIONEROS Y ESCLAVITUD _79

latín al inglés por Wright que se llama Sequentes Notitiates de Rfo Negro 17S 1. En faltaban diez días de viaje para llegar a las cabeceras del río Vaupés: '\Que las cabeceras
este se menciona:
del río Uaupés son sierras de piedra y montes. Dice también que los referidos montes
" .. . el río Cayarí (Vaupés), en cuyas orillas viven los Chapuenas, los
y sierras son de la parte de los castellanos". Más adelante dice que el mencionado
Kuevanas, después de ellos los Banivas, y después los Boapés, quienes
ocupan el curso alto del río y son la última población, aún hasta sus indio le contó que dos días más arriba de donde él llegó, en la margen septentrional
fuentes. A ellos, cree el padre, pertenece el célebre lago cubierto con del río Vaupés hay "un camino grande por el cual atravesando montes se llega en
oro en donde hay mucho oro y que es llamado por los españoles el lago cuatro días a los llanos, por los cuales en tres días de marcha se llega a un río
de oro. Puesto que como menciona el padre, los Boapés elaboran del llamado Aviará, que yo supongo es un brazo del río Negro. Que descendiendo el
precioso metal láminas de oro que se cuelgan de las orejas. El líder de
Aviará un día, se sale a otro río que él llama Aviari que dice ser de aguas negras; este
la tropa de rescate D. Bellforte, el inglés, vio en el Marañón y declaró
ser de excelente oro y muchos indios también los vieron. Puesto que Aviari juzgo ser el río Negro. Dice que subiendo seis días el Aviari se llega a dos
Braga (Pedro Braga), un cierto lusitano, fue hasta las cabeceras pero poblaciones castellanas, cada una a un lado del río y que una se llama Sraca y la otra
huyó de los indios y se asustó y decía que eran muchos y feroces indios Nime" 54 .
que le prohibieron el acceso a este" 51 ,
Todo indica que el río Aviará es el Guaviare o Guayabero y no el río Negro,
Pero después dice el padre que los Boapés son una nación con idiomas y que el Aviarí es el Ariari, y los pueblos son Iraca y Anime, pueblos de misión de los
particulares, entre los que están los tariana de la lengua Baniwa, los barias con una
franciscanos de San Juan de Llanos. Revisando la obra de Arcila Robledo,
lengua particular y otras gentes desconocidas 52 • Más adelante se refiere al "río
efectivamente ambas misiones existieron en la segunda mitad del siglo XVIII. Esto
Cudujari, después del cual sigue el mayor y más peligroso rápido (Yuruparí), que
muestra además que la comunicación de los indígenas del Vaupés con los llanos era
esta a ocho días de distancia del Capurí (Papurí). Después yo no se que tan ancho es
un hecho corriente en esta época.
el lago que forman 4 ríos que llegan al Cayarí, dos del este con aguas blancas y dos En el Muse@Amazónico de Manaes hay unas cuantas fotocopias de mapas de
por la derecha negros .... uno sube por el río blanco, el Cayarí, hasta llegar a sus
Lobo D' Almada, uno de los cuales, con fecha de 1785, esta titulado "Mappa em
fuentes según se cree. En este está una nación que tiene oro de lo que se presume
que se demostra o reconhecimento do río Uaupés, desde a foz do Yucarí ou Peroré
tienen algún comercio con los europeos .... La gente del lado izquierdo del Cayarí
paraná para cima. La communicaca6 mais alla do mesmo Uaupés para o J apurá
no come carne humana pero los de la derecha sí"53 •
pello río Unhunham, ate o río Ussá-parana, q. dezagoa no Apaporis". A1 parecer
Varias razones nos hacen pensar que los indios del alto Vaupés nombrados en hubo dos expediciones hasta la parte alta del Vaupés, en la primera (1785) subió
estos documentos son carijonas. La resistencia y ferocidad de los indios del alto
Lobo D' Almada 9 días arriba del río Tenarí55 , y después subió el cabo de esquadra
Vaupés frente a los esclavistas y la posibilidad de que el lago de oro corresponda con
Joaquín Pires.
los actuales lagos de El Dorado, abajo de Puerto Nare, nos llevarían a pensar que
En uno de sus mapas Lobo D'Almada marca 24 cachiveras {chorros) en el
los carijonas pudieron estar establecidos en esta zona por esta época. Además la
curso bajo del Vaupés y arriba de estas sitúa el río Yucarí, desde el cual se pasa por
división del río en caníbales a la derecha y no caníbales a la izquierda coincide con
varadero al Cananarí. Más arriba por la margen izquierda del Vaupés sitúa el río
el territorio de los carijonas en la banda derecha del río Vaupés.
Iriarí (he de agua preta), el Piriehauina (?), el Buritazá ("gentilidade onde avía r0<;a
Las exploraciones sistemáticas al alto río Vaupés de Manoel de Gama Lobo
mandada fazer pelos castelhanos"), y por último el río Muazá ("Maloca da
D 'Almada realizadas en la época de la cuarta expedición de límites, buscaron
Gentilidad e d' aonde se trouva6 2 tapuias pór guias y hum dos qua es fala semente
afanosamente la conexión fluvial entre las cuencas del Vaupés-Negro y el Caquetá,
castelhano"). Todos estos ríos por la banda izquierda del Vaupés. Por la derecha
para así forzar a los españoles a fijar una línea limítrofe más al occidente. Con este
I!
1
propósito Lobo D'Almada revisó las uniones de las cuencas en sus cursos bajos y
encontramos arriba del Yucarí únicamente el río Mazai {?) dos veces, el Unhunham
por el que sale el varadero al río Ussá paraná y de ahí al Apaporis, y donde se
posteriormente reconocieron el Vaupés y el Cananarí. Llegó incluso a remontar el
observa se acercan más los ríos Vaupés y Apaporis, y por último el río Tenari.
raudal de Yuruparí alcanzando un lugar en que encontró indios caste!hanos.
Este es seguramente el sector de Puerto Nare, pues de aquí salen los varaderos
En su carta a Pereira Gamba de 1785, Lobo D'Almada hizo mención a su al Apaporis sea por el Macayarí o por el Tacunema. Es muy probable entonces que
viaje al alto Vaupés y destacó que tuvo contacto con un "indio castellano que vivía
la maloca de los indios gentiles sea de carijonas.
con la gente del río Uaupés", quien le dijo que desde el punto hasta el cual él subió,
Curiosamente Lobo D 'Almada no hace mención al lago del oro que los

i
ÍI
80 Los carijonas de Chiribiquete
- 11 Useche Losada Mariano. El proceso colonial en el alto Orinoco-Río
portugueses situaban en el alto río Vaupés y donde supuestamente había mucho
oro, como vimos anteriormente. Los misioneros jesuitas tuvieron algunas aldeas en
el río Negro hasta su expulsión en 1757, y posteriormente los carmelitas establecieron
toda una serie de aldeas con indios descidos del curso alto de este río y sus afluentes.
Para la época de la independencia las misiones pierden toda su importancia y no es
sino hasta mediados del siglo XIX cuando llega Fray Gregario José María de Ben e
y funda en el río Vaupés, arriba de Jutica, las aldeas de Cuerarí, Macaquiña y
Miarigaraparaná, y Mutum, en el río Cuduiarí. En 1854 se enfermó Fray Gregario
y bajó a San Gabriel pero "no quedaron abaudonadas las poblaciones, porque J esuino
Cordeiro continuó cuidándolas y fundó otras, que tuvieron poca duración como
consecuencia de la escasa cultura y genio irascible de Jesuino. Fundó entre otras las
siguientes: Aracaporis, situada en la cachivera del mismo nombre y poblada por
indios eubeos; Iuruparí cachoeira, con indios tatupiás (?); luhy cachoeira, muy cercana
a la anterior, con Umauas" 56 • Este es el único dato de un poblado carijona sobre el
río Vaupés autes de las caucherías.
NOTAS
1
F1·iede Juan. Los We!ser en la conquista de Venezuela. Ediciones Edime,
Caracas, 1961, p.356.
'lbíd, p.382. Todo indica que el Guacayá es el río Caguán por ser el
nombre que los grupos Tuca no occidental le daban a este río, y que el
Papa mene era su principal afluente. Actualmente se considera el
Papa neme como afluente del río Guayabera.
3 p.54.
Aguado Fray Pedro. Noticias Historia/es de tierra firme. Presidencia de la
Republica, T. 111, Bogotá, 1957, pp.203-206.
4
!bíd, T. 111, p.206.
'Aguado Fray Pedro. Recopilación historial de Venezuela. Biblioteca de la
Academia Nacional de Historia. Caracas, 1963.
'!bíd, pp.266-267.
2
!bíd, pp.264-265.
8 indigena da Amazonia. Núcleo de Historia Indígena e Indigenismo, Sáo
Guaguas fue el término que utilizó Codazzi para referirse a los carijonas
en 1857 y omeguas tiene un gran parecido con Umauas. Como vimos
antes, esto dio pie para confundirlos con los omaguas del medio
Amazonas.
9 Hístorico, Descriptivo da Comarca do Alto Amazonas. Tipographia
Arcila R. Gregorio. Las misiones Franciscanas en Colombia. Imprenta
Nacional, Bogotá, 1951, p.243, 251.
w lbíd, p.277.
CONQUISTADORES, MISIONEROS Y ESCLAVITUD 81
Negro.
Banco de la República, Bogotá, 1987, pp.122-123.
"Codazzi Agustín. En: Geograffa Física y Polltica .... Op.ot, p.152.
13 Pineda c. Roberto. El Rescate de /os lamas. Análisis de un caso de
desamparo en el siglo Xv7I. En: Revista Colombiana de Antropología,
vol. XXIII, Bogotá, 1982, p.340.
"!bid, p.349.
"!bíd, p.350.
'" APFS. Documentos de Popayán y Cali, caja 1, doc.5.
" Llanos V. Hector, Pineda C. Roberto. Etnohistoria del Gran Caquetá.
FINARCO - Banco de la República, Bogotá, 1982, pp.46-47.
18 Rivas G. José Manuel. Historia Eclesiástica y Oíl!! de Nueva Granada.
Casa Editorial M. Rivas & Cia., Bogotá, 1889, p.215.
19 Oyo es la palabra siona para decir murciélago y de esta_ forma fu~ron
conocidos por los Tucano occidental, los hablantes de lengua Canb en
el Putumayo.
20 Según Marcela Quiroga, hoy en día !os carijonas del río_ Orte~u~za
viven en las comunidades de Jácome y Gorgona y han sido asimilados a
la etnia coreguaje bajo la denominación ocho paiu ocho bajú, ge~te
murciélago. Se distinguen por un apellido común cual es el Valencia
(Quiroga Marcela. Los Tukano Ocodenta! En: Geograffa Humana de
Colombia. ICANH, Bogotá, 1999). También de acuerdo con Chaves y
Vieco dos clanes sionas, "los Amoguaje y Payoguaje dicen ser gente
Oyo, Oyo Pain, o gente murciélago" (lbíd, p.353).
" Llanos V. Hector, Pineda C. Roberto. Etnohistortá ..... Op.cit., pp.22-26.
"APFS. Documentos de Popayán y Cali, caja 2, doc. 34.
23 José Gumilla menciona la práctica entre los caribes del Orinoco de
enterrar a sus capitanes con su mujer y desenterrar los huesos al año y
guardarlos en sus casas entre una caja colgada del techo.
24 Cuervo B. Antonio (compilador). Colección de documentos ...... Op.ot
"!bid, p.251.
'"APFS. Documentos de Popayán y Cali, caja 1, doc. 44.
02 APFS Documentos de Popayán y Cali, caja 2, doc. 30.
'"APFS. Documentos de Popayán y Cali, caja 2 doc. 1O.
n APFS. Documentos de Popayán y Cali, caja 1 doc. 66.
30 Llanos V. Hector, Pineda C. Roberto. Etnohistorta ..... Op.ot, p.83.
" Requena Francisco D. Diario del v1aje ...... Op.ot, p.141.
32 Geografía Física y Política de la Confederación Granadina ... Op.ot,
33 Southey Robert. History of Brazt!.... Op.ot, T.2., p.644.
34 !bíd, pp.641-642.
as Whiffen, Thomas. The north west Amazon. Notes of some ..... Op. ot,
pp.69-70.
36 Requena Francisco D. Diario del v1a;e ...... Op.ot, p.121. . .
37 Meira Marcio, edit. Livro das Canoas. Documentos para a htstona
Paulo, 1994.
38 Aguardiente del Brasil. .
39 Silva Arauja e Amazonas Lourenco. Diccionario Topographtco~
Comercial de Meira Henriques, Recife, 1852, p.135, 137.
40 Spix & Martius. Vtagem pelo Bras1!...0p.cit., p.205.
 r
Los carijonas de Chiribiquete

" Sweet D. A rtch realm of nature destroyed· the mtddle ama /,"
J640 1750 U . . f w· . zon va ,ey,
" .- .. n1vers1ty_ o 1sconsIn, Madison, Phd. thesis, 1974, p.669.
43
Meira Marci~, ed1t. Lwro das Canoas. Documentos para .... Op,cit., p.11.
Sweet D. A nch realm of....Op.ai'., p.476.
41
!bíd, p.484.
4s H ·
emm1ng J_ohn: Amazon Frontier. The defeat of the Brazifian fndians nn:
/,),i/,JO;\
Ha'."ard Un,versity Press, Cambridge, 1987, p.215. · C(lN0EHVt\T,lO;~
46
fbíd, p.222. --~-' "'' --~---·
47 .-\CT Colo1i1bia
Spix & Martius. Viagem pelo Brasil....Op.ai'., p. 230 _ I\IIT: 900.120,609-3
48
lbíd, p.232.
:: AH_U. Capitanía d_o Maranhao, caixa 015, fls.255-298.
l<;'nght Rob1n. Htstory and Reliqion of the Bamwa people of the Upper
Rto Negro Va/ley. Stanford, 1981.
51
!bid, pp.601-602.
52
!bid, p.606.
53
fbíd, p.610.
54
Ferreira Reis A.C. Lobo D '.4/mada e a exp!ora,ao do alto Río M E .
Revista do Instituto Historico e Geografico Brasileiro vol. 242 R~gr~. n.
Janeiro, 1959, p.421. ' , 'º e
Ferreira Reis A C. Lobo d✓ Almada. Um estadista colonial. Sin editor
55

56
Manaos, 1940, p.12.
Missó_es Sal:sianas do Amazonas. Pelo río Mar. Estab!. De Artes
'
La expedición de límites de 1782
Graph1cas, R10 de Janeiro, 1933, pp.40-41.

L
as expediciones de límites entre los imperios portugués y español en
América hacia la segunda mitad del siglo XVIII, como resultado de
los tratados de Madrid en 175 O y San Ildefonso en 1777, recorrieron
parte del territorio carijona con el fin de definir las fronteras entre estos dos imperios,
y por primera y última vez llegó una gran expedición con astrónomos, ingenieros y
militares a los ríos Caquetá, Yarí, Mesay, Cuñaré y Apaporis. Antes de la llegada de
Humboldt, los geógrafos de ambos países ya habían dibujado sendos mapas, acuarelas
y dibujos, y escribieron diarios, informes y oficios a las autoridades en Quito, Bogotá,
1
Belém de Pará, Lisboa y Sevilla.
España y Portugal mantuvieron disputas en América mientras sobrevivieron
sus imperios y el resultado de esta situación fue que Portugal ocupó en el Brasil un
extenso territorio que pertenecía a España, la cual estaba atareada primero con el
botín que tomaron de los indígenas americanos, y luego con las fabulosas minas de
oro y plata que gracias a la presencia de una abundante mano de obra, pudieron
explotar en Méjico, Perú y la Nueva Granada. En cambio Portugal no encontró
nada semejante en el Brasil, y por tanto reconoció y ocupó más terrenos, llegando a
sus actuales límites en la segunda mitad del siglo XVIII, con la fundación de las
poblaciones más extremas como Tabatinga en el Solimóes, Sáo Joáo do Príncipe en
el Japurá, San José de Marabitanas en el río Negro y San Joaquín en el río Branco,
entre otras. Es curioso como a pesar de l~s intentos por fundar poblados en el
Caquetá desde comienzos del XVIII, nunca lograron establecerse a la altura de la
boca del río Apaporis y el cerro de Cupatí. El lugar de La Pedrera fue ocupado por
 carijonas de Chiribiquete
Colombia a comienzos del siglo XX, al costo de un ataque peruano en este sitio en
1911.
Corno vimos, el interés español por las tierras amazónicas de sus virreinatos
de la Nueva Granada y del Perú era mínimo. Por el contrario, ante la ausencia de
descubrimientos de minas de oro y plata en la costa brasilera1, una vocación de
exploración y conquista se desarrolló especialmente entre los paulistas, que
conformaron lo que llegó a ser conocido como los bandeiras, bandas de conquista-
dores que iban buscando minas y esclavos, así les tocara llegar hasta el Perú. La
corona portuguesa envidiaba a los españoles la abundante mano de obra indígena.
Los portugueses dependieron de una constante búsqueda de indígenas esclavos,
despoblando grandes trechos del bajo Amazonas e incursionando hasta ríos cada
vez más lejanos, dentro de la frontera del imperio español. Igualmente introdujeron
esclavos negros hasta 1880.
El Tratado de Madrid de 175 Ointentó subsanar la indeterminación de límites
entre los dos imperios y estableció en primer lugar que se daban por nulos los
demás tratados previos y en segundo lugar, en cuanto a lo que nos interesa en esta
historia, Portugal cedía a España las islas Filipinas y España aceptaba que pertenecía
a Portugal, "todo lo que tiene ocupado por el río Marañón o de las Amazonas
arriba, y el terreno de ambas riberas de este río hasta los parajes que abajo se dirán"'.
Como resultado del tratado se conformaron dos partidas de límites para definir la
frontera en los ríos Orinoco y Negro. Estas partidas nunca se encontraron y los
españoles aprovecharon para fundar las fortalezas de San Carlos y San Felipe en el
alto río Negro, salvando para España la cuenca del Orinoco, Casiquiare y las
cabeceras del río Negro. Así mismo los portugueses fortalecieron su presencia en el
río Negro, fundando Barcelos, la primera capital de la Capitanía del río Negro.
El tratado de San Ildefonso de 1777, en su artículo 12 definió la porción de
frontera que nos interesa y que partía de Tabatinga siguiendo aguas abajo por el
Amazonas hasta la boca más occidental del J apurá, y de aquí subiendo por este río
hasta encontrar un río que en su curso hacia el norte, se encontrara con la cordillera
de montes que supuestamente dividía las cuencas del Orinoco y Amazonas. Debía
quedar a salvo para Portugal el antiguo canal que utilizaban los portugueses para
comunicar el Japurá con el Negro y los establecimientos portugueses ya constituidos
en estos dos ríos.
Eugenio Ribeiro, un esclavista o sertanista como lo llamaron, participó en
tropas de rescate que subieron por lo menos hasta Araracuara a comienzos del siglo
XVIII, y proporcionó a las autoridades portuguesas en 175 5 información sobre el
Caquetá y sus tribus. En su informe Ribeiro refiere que a quince días de viaje desde
la boca del laporá (Caquetá) está el río Apupurez (Apaporis). Plantea que
desembocaría en el Orinoco, y que su curso era norte, aunque es noroeste claramente.
LA EXPEDICION DE LIMITES DE 1782 __8_i_
Dice que en este río habitaban los "Matamez, y aguas arriba, los Curutus, Iguarites,
Paricatapuya, Cavearys, Vacujas y otros un poco más arriba". No menciona a los
carijonas, pero sí nombra claramente a los cabiyarís, sus vecinos aguas abajo en este
río. Siguiendo por el Caquetá arriba de la boca del río Apaporis, se pasa la "caxoeira
pequena" y la "caxoeira grande", a día y medio de viaje del Apaporis. Medio día de
viaje más arriba estaba el río Mirití, donde habitaban los "indios Querunas, Canucas,
Incuna y Maruá o Querito .... Diez días más arriba está el río Netá, donde habitan
los Tayassú", Estos últimos podrían ser un linaje Yucuna, gente de puerco. "Seis días
más arriba está otro río más grande que los anteriores llamado Messá. Habitan en él
varias naciones de las cuales no se conocen sus nombres. A quatro días de distancia
está otro río igual a este llamado Iary que se dirige muy al centro y en él habitan los
indios Umavás y otras naciones. En este río se han hallado herramientas de
proveniencia europea y dicen que hay minas de oro. Desde este río hasta la cachivera
grande, que hasta ahora no se ha hallado la forma de pasarla, son cuatro días de
viaje y de aquí para arriba no se tienen noticias ... En las cabeceras del Iaporá habita
la nación de los Mauás, que es la más feroz de todas y es antigua" 3 •
Dentro de las instrucciones del rey portugués al jefe de la partida de límites
de 1777, Francisco Xavier Mendo¡;a de Furtado, se menciona en primer lugar que
las aguas que corrían al río Negro debían .ser portuguesas y las que corrían al Orinoco,
españolas. Por otro lado manifestaba que no iba a ser fácil definir el límite en la
boca más occidental del Japurá, puesto que era una región dominada por los
portugueses y subiendo por este río el límite debía fijarse en el río Yarí, y de las tres
cachoeiras del J apurá, "la que se debe considerar sin duda alguna la cordillera de
los Andes es la tercera". De esta forma consideraban que la escarpa de Araracuara
era parte de la cordillera de los Andes, una curiosidad geográfica. Afirma que tanto
en el Yarí como en el Cayarí o Vaupés, hay noticias de oro4 •
El curso del Caquetá fue explorado de forma oficial hasta la Angostura, arriba
de Araracuara, por Joao Wilckens y el astrónomo portugués José Simóes en 1781,
un año antes de que la partida española y portuguesa subiera el mismo río. La
comitiva estaba compuesta por 128 personas entre las cuales había 8 8 indios que se
clasificaban en cuatro categorías: esclavos, indios siervos, indios remeros e indios
armados pedestres. Se nombra por primera vez el chorro de Cupatí refiriéndose al
actual chorro de Córdoba, pero todavía no se utiliza el término Araracuara. Por el
camino Wilckens intenta fundar poblaciones de efímera existencia, como es el caso
de los yuris en Tabocas (algún lugar cercano a Manacaro, arriba de la boca del río
Mirití), trasladando la población de la banda sur del río al norte. Además pretendió
hacer descender a los corotus del Apap0ris, por el Caquetá aguas abajo. Las
fundaciones se justificaban para asegurar población en la banda norte del río que
pertenecería a Portugal y para definir un lindero conveniente para los portugueses,
 86 Los carijonas de Chiribiquete
de acuerdo con el principio legal de la posesión como generadora de derechos,
contrario a la tradición hispánica fundada en el legalismo.
Wilckens pasó el Cahuinarí (lo llama Caurinan), habitado por los "Miranhas
e Ituas, en cuya margen austral, junto a su boca está el rastrojo donde estuvo Eugenio
Ribeiro". Este es obviamente el sitio donde está hoy en día la cabaña principal del
parque nacional Cahuinarí, cerca de donde moriría años después el explorador
francés Eugenio Robuchon. Más adelante comenta su llegada al río Nectd (Metá?),
"antiguo domicilio de las naciones Gametuá, Taciuá y Mamé"; menciona que ese
i·: día de mayo de 1781, y los días anteriores, había visto "muchas malocas (choupanas)
'' de la gente Mauá". Más adelante envió al soldado Francisco da Rua a examinar el
río de los Engaños y la cachivera del Aviso. Por su informe Wilckens se entera que el
río de los Engaños estaba poblado por las "malocas que vio y que creía tenía
cachiveras, por la espuma encima del agua".
Posteriormente la expedición sobrepasó el río de los Engaños o Yarí y des~ués
superó el chorro grande o Araracuara, haciendo un camino en medio del monte.
Joáo Días, un ayudante, remontó el río Caquetá en una canoa de cáscara de palo
hasta la Angostura, desde donde pasó por una trocha o pica indígena hasta su
cabecera. Desde allí envió razón de que le mandaran una botella de aguardiente
para curarse las heridas del mal camino y por la inmensa plaga que había en este
lugar. Después el astrónomo Simóes y unos acompañantes intentaron subir otra vez
por la Angostura, pero fueron derrotados por la fuerza de la corriente.
Ya de vuelta Wilckens dice que "estando en la boca del río de los Engaños
salieron seis canoas de la gente Mauá, las cuales viendo nuestras embarcaciones
quisieron atacarlas con sus lanzas, pero al dispararles dos tiros huyeron, saltando a
tierra los miembros de tres canoas y desapareciendo las otras tres. Los soldados
trajeron plumajes, una lanza, unos escudos, remos y tres canoas" 5 • Cerca de 40 años
después Martius describió el mismo tipo de escena.
Por la lectura de su diario, Wilckens denomina caxoeira do Aviso al chorro
del Yarí sobre el río J apurá o Caquetá. Pareciera ser el lugar en que se dejaban cartas
o razones las bandas esclavistas portuguesas. Esto da pie para que Codazzi y después
Camilo Domínguez, de forma errónea, nombren el chorro de Araracuara, Aviza'.
La Cuarta Partida de Límites
El primer comisario español de la Cuarta Partida de Límites, nombrado en
1779, mientras hacía el mapa de la provincia de Quito, fue el coronel e ingeniero
Francisco Requena, militar español que nació en Orán sobre la costa de Africa y
cuyas ocupaciones anteriores fueron como ingeniero militar en Cartagena, Panamá
y Guayaquil; de este momento en adelante fue a más de comisario de límites,
gobernador de Maynas, extensa provincia oriental correspondiente grosso modo a
LA EXPEDICION DE LIMITES DE 1782 _87_
la Amazonia peruana y ecuatoriana actual.
Además de Requena, viajaba de segundo comisario Felipe de Arechúa y
Sarmiento, Juan Manuel Benítez, teniente de milicias de Quito; Gaspar Santistévan,
cadete; Juan Salinas, ayudante; Mariano Bravo, capellán; Mánuel Vera, médico;
Justo Munar, guardalmacén, y decenas de indios mitayos'. Además vinieron, según
el diario de Requena, los oficiales Don Joaquín Bustos, Don José Mazorra, el capitán
de conquistas Fernando Rosas, el capitán de conquistas Juan de Silva y el dibujante
José Anselmo Cartagena. La partida portuguesa estaba compuesta por el primer
comisario Theodosio Constantino de Chermont, el segundo comisario Joáo Wilckens,
quien ya había subido el río como vimos, dos astrónomos, soldados y cientos de
indios.
Requena bajó de Quito por el río Napo y llegó a Tabatinga donde se iniciaron
las discusiones con los portugueses, el 7 de Marzo de 1781. Aquí apareció la primera
disputa. De acuerdo con el tratado, Portugal debía entregar a España esta población
y la banda izquierda del Amazonas hasta la boca más occidental del Japurá. Para no
cumplir lo estipulado los portugueses adujeron que en ese caso se debían entregar
previamente los fuertes españoles del alto río Negro y pagar el valor de las
instalaciones de una casa de comercio en Tabatinga. Requena se quejó de forma
oficial, pero decidió continuar aguas abajo, donde se originó la segunda disputa.
Cuál era la boca más occidental del Japurá? Al revisar sobre el terreno descubrieron
que las aguas del caño Avatiparaná corrían del río Solimóes al]apurá y no viceversa.
Los portugueses arguyeron que en otra época del año corrían al revés y aunque
Requena visitó el área en el tiempo indicado, las aguas seguían fluyendo del Solimóes
al Avatiparaná. Sin embargo los portugueses establecieron un hito -que después
destruirían- en la boca de este caño y no permitieron que se estableciera el hito en la
verdadera boca del Japurá, aguas abajo, frente a Tefé.
En febrero de 1782 partió la expedición de límites luso-española de la Villa
de Ega, actual Tefé. Al subir el Japurá se discutió en la boca del Apaporis si se debía
subir por este río o por el río de los Engaños o Yarí, predominando la posición
portuguesa de ir hasta el Yarí, pero con el compromiso de reconocer el Apaporis a la
bajada. Los portugueses buscaban avanzar lo más posible al occidente y por esta
razón la partida de límites no reconoció el río Apaporis a la subida, a pesar de las
protestas de Requena. El hecho de haberlo reconocido al regreso de la comisión, le
costaría la destitución al jefe de la partida portuguesa.
Requena encontró ranchos de indios "Omaguaes o Guaques" a la altura del
río Metá, y dice que "hacen guerra a todas las demás naciones de infieles de estos
territorios"'. Más adelante afirma que son aliados de todas las tribus aguas arriba, o
al occidente, y enemigos de las tribus aguas abajo, o al oriente.
Al llegar al salto de Araracuara, dice Requena que es "llamado por los indios
Mapa de una parte de
los ríos Engaños o
Comiari_, Mesay,
Cuñaré, láviyd y
Ufarí. .., Requena,
Ega, 1 de enero de
1789. Biblioteca de
Congreso, Washt:ng-
ton DC, Geograffa y
Mapas, Sig GS291.
F21789.R4
 ~'"-
~ . Los carijonas de Chiribiquete
Í\
de estos países Huhuya", uno de los nombres para este lugar tan importante en la
geografía del río y en los mitos de los indígenas de la región. Sin embargo en su
mapas Requena prefiere nombrar Araracuara, Uvid'. De aquí descendieron otra vez
el Caquetá y entraron a reconocer el río Yarí y sus afluentes el día 6 de Mayo de
1782, en plena época de lluvias. El Yarí, término carijona según Requena, era llamado
por los portugueses río de los Engaños, como vimos antes. Por el Yarí vieron algunos
ranchos carijonas antes de llegar hasta el primer raudal, donde encontraron algunas
canoas de estos indios y un soldado español que días antes había sido enviado a
buscar a los indios con el cap,tdn de conquistas, el moreno Fernando Rosas.
Rosas era un experto en lenguas indígenas amazónicas y hablaba la lengua
carijona. Este hecho fue de la mayor importancia pues gracias a su labor de intérprete
Requena logró demostrar a los portugueses que esta área estaba bajo la influencia
de España, debido a las relacioues y comercio de los iudios con los misioneros
franciscanos. El moreno Rosas, que era de Popayán y conocía la región por lo menos
desde 1772, había sido nombrado capitán por el Presidente de Quito, para estar
bajo el mando de Requena en esta expedición. Dice un documento colonial que era
hermano del negro Buenaventura Mosqueta "que habita en el centro de la montaña
a orillas del río de Jesús que desagua al Caquetá", y que tuvo un hijo llamado
Antonio, con una india Andaquí con la cual se fue a vivir al Brasil. Terminada la
expedición y la estadía de Requena en Tefé, habría caído bajo la influencia de los
portugueses para organizar la ocupación del Putumayo. El padre misionero Antonio
Olaya refiere que Fernando y Antonio Rosas eran intérpretes de las siguientes naciones
indígenas: yuri, pasé, chumana, mirañas, canicaró, yagua, quinga, umagua, cucama
y cucamiya 10 • Aparece el carijona como Umaguay los dos últimos grupos pertenecen
a la familia lingüística Tupí, el cocama y el cocamilla, del río Ucayalí.
Siguiendo con el diario de Requena, este menciona que el día 17 de mayo
llegó Fernando Rosas al primer raudal del Yarí (La Gamitana) con 27 indios de
ambos sexos, a quienes Requena interrogó aprendiendo que el río Yarí tenía 7 saltos,
que ellos pasaban en sus canoas en 15 días y que aguas arriba habitaban los indios
tamas y coreguajes. Se enteró también que el afluente del Yarí se llamaba Mesay, y
que en sus cabeceras vivía el indio Guairé y que los guairés "van a comerciar en las
misiones españolas de San Juan de Llanos". Le contaron que partiendo del río Cuñaré
y subiendo un día, se dejaban las canoas y se caminaba hasta el río Macaya, "donde
volviéndose a embarcar y navegando por él nueve días arriba se encuentran gentes
de su propia nación, y que caminando después tres días por tierra se encuentra la
población española que los indios llaman Maricoarí. Donde dicen que hay pobladores
blancos, soldados y misioneros ... ". El Macaya correspondería ai Apaporis. Le
contaron también que comerciaban con miembros de las misiones franciscanas de
Popayán "por ser sus pobladores sus parientes, amigos y aliados con los que tienen
LA EXPEDICION DE LIMITES DE 1782 _2_L
comercio abierto y con los blancos moradores de dichos pueblos y que en prueba de
esta amistad vienen todos los años los indios cristianos .... a hacer veneno a estos dos
ríos de Mesay y de Yarí". Se dice más adelante que conocían a los padres Carbo y
Bonifacio del Castillo, pues hasta allí llegaban "a solicitar gente para llevar a sus
reducciones" 11 • Como podemos ver el comercio y relaciones de los carijonas se
extendía al norte hasta los llanos y al occidente hasta el piedemonte caqueteño.
De aquí en adelante parte de la expedición subió hasta el segundo salto del
río de los Engaños. En la acuarela de este salto aparece el dibujante José Anselmo
Cartagena, encima del toldo de una canoa dibujando. Es el mismo personaje que
figura en la acuarela del "Primer raudal del río Mesay" donde aparece a la mano
izquierda dibujando al lado del toldo de una embarcación.
Posteriormente, guiados por los omaguaes, como Requena llamaba a los
carijonas en ciertas ocasiones, reconocieron parte de los ríos Mesay y Cuñaré,
buscando la unión entre el Caquetá y el río Negro en estos parajes. Subieron por el
Mesay en donde encontraron 33 indios dedicados a la cacería que tenían dos esclavos
mirañas que Requena les cambió por hachas, un caso típico de "rescate". Compraron
alimentos a los carijonas en varias ocasiones, especialmente cazabe y plátanos, así
como venenos. La expedición sirvió a los carijonas para aprovisionarse de hachas y
cuchillos, que por lo visto Requena cambiaba generosamente. Reconocieron por
último los ríos Amú, Yavilla y el Ufarí, afluente de este último.
Respecto de la magnitud de población, Requena dice textualmente que "los
que me servían de prácticos dijeron que sólo de su partido tenían entre los ríos
Mesay y Cuñaré 101 casas, desde 30 hasta 40 personas de lanza cada una y que por
todas estas partes están regadas otras muchas más a la obediencia de otros capitanes
o principales" 12 • Esto me llevó a calcular, en un capítulo anterior, una población de
20.000 carijonas para 1782. Es de destacar que Requena también nombró a los
carijonas como guaques y murciélagos, las dos denominaciones clásicas de los
españoles para este grupo. Pero dice además que "los portugueses les dicen Mavas y
Omaguaes o Enaguas" 13 .
Cuenta además Requena que la estrecha faja que utilizaban los hombres, en
algunos casos les oprinúa tanto que "comen muy poco y con frecuencia vuelven a
arrojar lo que comieron, sin que esta parsimonia les tenga ni de mal color ni débiles,
pues todos son muy robustos, muy alegres, y de genio desembarazado para el trato
de los extranjeros .. .'' 14. Relata haber visitado una casa carijona en el río Cuñaré, a
"un cuarto de legua de la orilla" (un poco más de un kilómetro si consideramos la
legua 5 kilómetros), donde "para mostrar los infieles la complacencia que tenían
por la visita tocaron sus trompetas, bailando al son de ellas con mucha alegría" 15 •
Requena hace énfasis en que los carijonas eran antropófagos mencionando "la mala
costumbre de los infieles de estos ríos en alimentarse de sus prisioneros, vicio que
92 caríjonas de Chíríbíquete
deben frecuentarlo tal vez más por necesidad que por gula, vista la falta de carne
que tienen en estas partes" 16 • Cuenta además que "usan también el pelo muy largo,
que es otro adorno de ellos, pero tirando hacia atrás y aún muchos para ocultar el
defecto de tenerlo corto se ponen una pelucas regularmente, bien imitadas a las
nuestras, de estopa de árbol teñida de negro y tejida en menudas tiras, de suerte que
es cosa rara ver en una canoa bogar todo el día al sol y al agua unos hombres sin más
resguardo a las intemperies que su ceñidor y peluca ... " 17•
Requena critica a las mujeres que "están enteramente desnudas" y "parece
que desconocen absolutamente la honestidad por el descaro con que se presentan,
sin rubor ni cuidado en tan fea e impúdica desnudez" 18 , Por lo visto lo traumatizaron
las bellas carijonas, después de años sin su esposa, que se quedó en Quito.
Los carijonas en la iconografía de la época
Durante la expedición de límites y mientras se desarrollaba de forma paralela
la expedición botánica Brasilera, o la Vtagem Filoso/tea en el río Negro y el Ma-
deira, se elaboraron varias acuarelas y dibujos en que aparecen los carijonas, que
pasamos a describir.
Los dibujos de la Vtagem Ft!osofica de Alexandre Rodríguez Ferreira contienen
algunos referidos a las tribus del J apurá entre las cuales figuran los mirañas, los
yuris y los carijonas, estos último nombrados por ellosMauds, Umduasy Hiamacoto.
Es interesante constatar que el dibujo del indio carijona le sea atribuido al dibujante
José Joaquim Freire, pues este no hizo parte de la expedición de límites por el
Japurá y seguramente trabajó con base en esbozos o bocetos hechos por alguien más
que sí los conoció. También es posible que algún carijona hubiese bajado a los
establecimientos portugueses del río Negro, de forma voluntaria o forzada, y sobre
este modelo se haya dibujado la acuarela. La posibilidad de que efectivamente haya
habido algún carijona o maua en el río Negro aumenta si consideramos las continuas
exploraciones por el Vaupés, estudiando las conexiones entre el Negro y el Caquetá
realizadas por Lobo D'Almada en esta época. Esto es probable además porque hasta
el río Negro llegó un omagua o cambeba, Dionisia da Cruz, proveniente del Solimóes,
y fue allí que lo dibujaron y le pidieron que construyera una estólica o tiradera, con
la cual aparece en la acuarela.
En las Memorias de Rodríguez Ferreira, el Humboldt portugués como lo
llamaron, este dice que los nombrados indios vivían en el río Cumiari (Yarí), y sus
afluentes, especialmente el Cunhari (Cuñaré) y Messai (Mesay). Dice que los
miembros de la partida de límites luso-espanola contaron "más de cien malocas
pobladas de este gentío, cuya apariencia los distingue mucho de los demás. Andan
siempre con un corsé como las damas de Europa" 19 • De aquí en adelante describe el
fono o corsé20, y pasa a decir que lo usan hasta que se pudre y daña, utilizándolo
LA EXPEDICION DE LIMITES DE 1782 _93___
para remar y todo tipo de trabajos. Menciona que "sus adornos consisten de collares
de cuentas de Mo~ambique que traen entrelazados al cuello y que compran a los
españoles por cera blanca, amarilla y negra de óptima calidad, que para este negocio
extraen del bosque en gran cantidad" 21 • Las "cantas de Mo~ambique" son las
chaquiras que lleva el carijona y se observa también en el dibujo que usan arco y
flechas, el cabello largo y negro, y un paisaje de fondo más parecido a la campiña
portuguesa que a la tierra de los carijonas. El corsé no deja de parecer exagerado.
Por otro lado se ha atribuido a Don Francisco Requena, por parte de Robert
W. Smith (1946) y posteriormente por Beerman (1996), una serie de acuarelas que
para nuestra fortuna incluyen en dos casos, indios claramente carijonas. Estas son
las tituladas "Primer raudal del río Mesay (18 x 30 cm)" y "Cascada del río Cuñaré
(17 x 29 cm)". Las acuarelas eran por todas al menos 17, aunque sólo han aparecido
10 de ellas.
La discusión acerca de la autoría de las acuarelas la inició Smith en 1946,
planteando que eran de Requena, y para lo cual argumentó lo siguiente: en primer
lugar, el conocimiento que Requena tenía de todos los sitios que salen en las acuarelas,
como Guayaquil, San Joaquín de Omaguas, Pebas, etc; y además, el hecho de que
las acuarelas fueron originalmente compradas en España. Encuentra así mismo que
hay un gran parecido entre las figuras y motivos de las acuarelas y las de los mapas,
y que las ornamentaciones floreadas y los pájaros son similares en ambos casos.
Pero el mismo Smith aceptó que las acuarelas no estaban tan bien dibujadas
como las decoraciones de sus mapas y que "muchas de las figuras en las acuarelas
parecen torpes, en comparación con las de los mapas" 22 . Aduce razones de escala y
de color pero insiste en que son de Requena.
Cincuenta años después, en 1996, Eric Beerman, un estudioso de la figura de
Requena, acepta las conclusiones de Smith, adicionando únicamente que la caligrafía
de Requena y la de las acuarelas es similar23 • Me he tomado el trabajo de observar la
caligrafía en algunos documentos de Requena para compararla con algunos caracteres
en la base de las acuarelas, y en los casos de la s, como en comisarios o cascadas o
español, en las acuarelas aparecen como largas jotas, mientras que en documentos
que tengo a la mano no están delineadas así. De la misma forma la p mayúscula es
muy diferente y no parece ser la misma caligrafía. Además la letra de Requena es
más redondeada y no tan inclinada como aparece en las acuarelas. Pero esta sería
labor de un grafólogo.
Comparando los dibujos de Requena en las esquinas de sus mapas, que son
de suma elegancia, con las acuarelas, estas últimas parecen mucho más burdas, lo
que nos llevaría a pensar que sean del dibujante José Anselmo Cartagena. Los indicios
en este sentido son además de los indicados, que en varias ocasiones Requena envió
a su ayudante a hacer dibujos de los lugares que este no recorre, como el 1 O de

_9_4_ carijonas de Chiribiquete
mayo de 1782, en que manda a su dibujante por el raudal del Yarí, "a
sacar varias perspectivas"; el 28 de mayo a "sacar la configuración" del
río Mesay arriba de la boca del Cuñaré; y el primero de junio, a
configurar el río Cuñaré. Además Requena no firmó estas acuarelas,
corno sí lo hizo con sus mapas. Por lo tanto creernos que el dibujante
José Anselmo Cartagena pudo haber sido el verdadero artífice de estas
bellas acuarelas.
Tras volver a la Villa de Ega, Requena permaneció allí inactivo
durante cerca de diez años debido a la renuencia de los portugueses a
continuar las labores iniciadas. Entonces, contrario a lo afirmado por
Beerrnan, no se dedicó a realizar grandes expediciones, sino más bien a
dibujar sus mapas y escribir reiterados oficios y súplicas al virrey en
Bogotá, a los ministros de Carlos IV y a la Real Audiencia de Quito,
solicitando encarecidamente lo relevaran de su cargo. Se destaca para
nuestro trabajo el mapa del Yarí o río de los Engaños y sus afluentes,
primer mapa en que describe con cierta precisión la situación relativa
de estos ríos. Además se dedicó a darles de comer a los miembros de la
partida española, lo que implicó establecer pesquerías y muchas tareas
más, entre las que se destaca el intento por controlar la entrada de
portugueses por el Puturnayo, empeño en el cual fracasó.
Resultados de la cuarta expedición de límites
Aunque Requena propuso desde 1779, recién nombrado primer
comisario de la Cuarta Partida de Límites, la fundación de poblados en
la boca del Yavarí, del Puturnayo o Issa y del Caquetá, no contó con los
medios suficientes o no tuvo la energía de emprender las obras que sí
inició en Tabatinga corno drenajes, tumbas de bosque y construcción
de ranchos, y que también inicio en el Lago de Cupaca, en cercanías de
Ega, donde estableció pesquerías y sembrados para abastecer a los
miembros de la expedición española. Lamentablemente no restableció
el antiguo pueblo de San Joaquín del Desemboque de los curas
franciscanos, pues esta fundación habría cambiando la historia de la
Amazonia colombiana entre los ríos Amazonas y Vaupés, dado que
controlando la boca del Putumayo, los demás ríos, con sus raudales, se
cuidaban solos, pues no podían subir por ellos embarcaciones mayores.
Martius menciona que a él le contaron -y no dice quién- que
Requena aceptaba corno límite provisional el chorro de Araracuara,
que él denomina Uvid, pues habría "mandado a decir a los indios de la
tribu de los umauás, algunos de los cuales se presentaron a la comisión
LA EXPEDICION DE LIMITES DE 1782 ~
de límites con el consentimiento de los portugueses, que se retiraran, corno
súbditos de la corona española, al oeste de este salto y del río de los Engaños
(o más exactamente de su afluente principal o Cunhari, Cunaré, o Corniari),
lo que habrían hecho" 24 • Es decir que los carijonas se habrían trasladado
hacia el occidente por sugerencia de Requena, lo que sería lógico si querían
evitar ser esclavizados por los portugueses, especialmente después de la
expedición y el conocimiento adquirido sobre su presencia, sus números y
territorio.
Tenernos pues a Requena reducido a su mínima expresión cediendo
la frontera del Apaporis por la que luchó, y llegando a aceptar que el río
Cuñaré fuera el límite entre los dos imperios. Pero el asunto no se queda
ahí, pues en las discusiones que siguieron a la expedición en la corte española,
Requena aceptó corno límite el raudal de Cupatí y una tierra neutral entre
Cupatí y Araracuara, quedando al oeste del río Cuñaré tierras de España y
al oriente de Cupatí tierras portuguesas. Dice Requena:
"... se dignó su S.M. mandarme persistiese en dejar por
límites el salto de Cupatí (se refiere al salto de lo que se llama
en Colombia el chorro de Córdoba y no La Pedrera como dice
Beerman) ... situado un poco más arriba del desemboque del
Apaporis; y éste es el punto que debe fijarse desde el cual para
abajo pertenezcan a los portugueses ambas orillas, quedando
neutral el espacio ... que hay desde Cupatí al salto grande de
Uvía y sean desde este último para arriba privativas y de la
pertenencia de España ... Por muchas partes y según las
circunstancias locales más pierde un Estado cuanto más
adqciiere de terreno. Es paradoja política que puede aplicarse
a la parte inferior del río Japurá" 25 .
Requena y por lo visto Godoy, el todopoderoso ministro español,
querían perder tierra para ganar tiempo y posiblemente ganarse de aliado a
Portugal, para contrarrestar los poderes de Francia e Inglaterra. España
estaba para este tiempo, finales del siglo XVIII, debilitada por las continuas
guerras europeas, y las rebeliones en América, corno las de los Comuneros
en la Nueva Granada y Tupac Arnaru en el Perú. La dificultad de manejar
un imperio tan grande corno el español, llevó tanto a Requena corno a
Godoy a pensar en sacrificar el triángulo Avatiparaná-Tabatinga-Boca del
Apaporis, a cambio de un tratado rápido y definitivo con Portugal. Lo que
no ocurrió.
Con el Tratado Vásquez Cobo-Martins de 1928, quedaron definidos
los límites con el Brasil, con grandes pérdidas'frente a lo estipulado por los
tratados del siglo XVIII entre Portugal y España. Las labores de Requena
fueron infructuosas a pesar de sus esfuerzos y preveían ya la pérdida de
 carijonas de Chiribiquete LA EXPEDICION DE LIMITES DE 1782 97

inmensos territorios a favor del Brasil, que se consumaron en el siglo XX, ya cuando
los carijonas habían sido destruidos como nación independiente.
NOTAS
1
Fue hasta comienzos del siglo XVIII cuando se encontraron las primeras minas de
metales y piedras preciosas en Brasil.
Pianakoto cuyos hombres "usaban una profusión de chaquiras alrededor de sus
muñecas y alrededor de sus hombros ... su cintura está apretada por un ancho pedazo
de corteza, del cual de desprende un delantal. Esto era común entre los pianakoto,
wayana y tiriyo" (citado en Hemming John. Amazon Frontier, The defeat of the
Braz1/ian lndlans. Hanvard University Press, Cambridge, 1987, pp.342-343).
21
!bid, p.32.
" Smith Robert C. Requena and the )apura: some eighteenth .... Op. at, p. 50.
23 Beerman Eric. Francisco Requena: la expedición de límites Amazon/a 1779-1795.

'Ilustrados y bárbaros. Diario de la exploraoón .... Op.ot, p.12. Compañía Literaria, Madrid, 1996, p.49. El trabajo sobre la Cuarta Partida de Límites
3 Ribeiro Eugenio. lnformar;ao que me deu Eugenio R1beiro. Revista do Instituto
de Beerman es el más completo sobre el tema, aunque se concentra en la figura del
Historico e Geografico Brasileiro, tomo 67, Río de Janeiro, 1906, pp.321-322. coronel Don Francisco Requena, la política europea de la época, las acuarelas
4
Viagens no Braz1Z En: Revista do Instituto Historico e Geografico Brasileiro, tomo atribuidas a Requena y sus mapas. La cuestión indígena para Beerman es apenas un
XLVII, Río de Janeiro, 1906, p.309. dato iconográfico más, al cual además no le concede más que unas pocas líneas de su
5
Wilckens Henrique Joáo. O D/ário da Viagem ao Japurá. En: Amoroso Marta, Farage libro.
Nádía. Documentos de Henrique Joao Wikkens e Alexandre Rodngues Ferre1ra. Núcleo "Spix & Martius. V!agem pelo Bras1!.. ... 0p.at, p.242.
de História Indígena e do Indigenismo, Sao Paulo, 1994, p.30 y ss. 25 Beerman Eric. Francisco Requena: la expedición ..... Op.cit, p.58.
6
Domínguez Camilo, Gómez Augusto. Nación y etnias Los conf/¡dos terntoriales en la
Amazonia 1750-7933. COAMA-Unión Europea, Disloque Editores, Bogotá, 1994.
Requena menciona la cachoeira del Aviso arriba de la boca del río Yarí y antes de
Araracuara, por lo que se puede deducir que hace referencia a! chorro del Yarí sobre el
Caquetá.
'Smith Robert C. Requena and the )apura: some e1ghteenth .... Op.ot, p.36.
e Requena Francisco D. Diario del v1a;e ...... Op.ot, p.97.
9
Araracuara se menciona por primera vez en el relato de Martius en 1819 (como
Araracoara), pues así lo nombraban sus compañeros brasileros, que lo acompañaron
desde Tefé. También es nombrado Huhuyá por Requena; Masegua por Pedro
Mosquera; Av1Za/ Paviza o Macigua por Codazzi. Por último, según Joaquín Carijona,
Araracuara se dice en lengua carijona Manac0n0taJO, que significa el chorro de los
animales, donde vive su dueño.
10
AGN. Fondo Archivo Diplomático y Consular, T.599, fls. 442 y ss.
11
Requena Francisco D. Diario del v1a;e ...... Op.ot, pp.140-141.
"lbíd, p.113.
13
!bíd
14
!bíd., p.114.
15
!bíd., p.117.
16
/bíd., pp.112-113.
"!bid., p.114. Entre los wayaná del alto río Jarí (Brasil), grupo Carib de la Guyana
brasilera, Crévaux describe su apariencia física diciendo: "los hombres están cubiertos
de plumas, collares y cinturones de algodón o de cuero de coatí. Casi todos tienen una
especie de peluca hecha de tiras de corteza de árbol, pintadas de negro" (citado en
Hemming John. Red Gold. The Conquest of the Brazilian lndlans, 1500-l 760. Harvard
Univeristy Press, Cambridge, 1978, pp.356-357).
18
Las mujeres vivían completam~nte desnudas y no se depilaban como la mayoría de
sus vecinas. Dice Whiffen que,,se pintaban con tinturas vegetales prefiriendo el co!or
morado y que los hombres utilizaban el fono/ que consistía en cortezas de madera
apretadas en la cintura, que requerían ser cortadas para quitárselas y que esta misma
incómoda costumbre se extendía al norte entre los Umaua y aquellas tribus del distrito
del Apaporis (Whiffen Thomas. The north west Amazon. Notes ofsome.... , Op.at,
p.74).
19
Rodrigues Ferreira Alexandre. Vlagem Alosofica pelas capJtanias do Grao Pará, Río
Negro, Mato Grosso e Cwabá. Memoria 4, Conselho Federal de Cultura, 1974, p.31.
'ºCuando Schomburgk, en 1843, llegó al alto río Trombetas, encontró allí a los
El Territorio del Caquetá
y el Corregimiento de Mesaya
urante el siglo XIX y comienzos del XX, el oriente del país en sus

D áreas de llanos y selvas fue objeto de la codicia territorial por parte

de nuestros vecinos, en especial Venezuela, Perú y Brasil. Los
brasileros penetraron hasta los raudales de Yuruparí en el Vaupés, Jirijirimo en el
Apaporis y Araracuara en el Caquetá, los peruanos se interesaron por el Putumayo
y los venezolanos pretendían ambas bandas del río Orinoco y buena parte del río
Meta.
Las misiones franciscanas, como se vio anteriormente, se habían extinguido a
finales del siglo XVIII y sólo algunos sacerdotes recorrieron el río Caquetá, como
los padres Carlos Guerrero y Manuel María Albis. Este último dejaría un texto
sobre los carijonas y sus vecinos del mayor interés. Pero poco sab~mos sobre las
actividades y vidas de estos curas. Albis parece haber sido huilense -del Tolima
Grande de la época-, y sabemos que permaneció en la región desde 1851 hasta por
lo menos 18 70, fecha en que aparece en un censo del Distrito del bajo Caquetá. Los
pueblos de misión habían desaparecido, aunque algunos pueblos como Solano y
Mocoa subsistían. A partir de mediados de siglo se habría establecido el pueblo de
Mesaya, único pueblo que existió en territorio ancestral carijona hasta nuestros
días, que calculo no duró más de 20 años, y que además fue trasladado a diversos
sitios como veremos más adelante.
El siglo XIX marca además el cambio en la denominación de los carijonas,
quienes por primera vez son nombrados así por el Padre Albis en 18541, aunque con
100 J Los carijonas de Chiribiquete
el tiempo se continuó empleando diferentes nombres.
Los gobernantes del siglo XIX no lograron asegnrar el territorio oriental del
país, pues estaban en el problema perpetuo de lograr algún tipo de unidad nacional
en las provincias del interior y de la costa caribe, que erradicase las guerras civiles y
las eventuales secesiones. Pero esto no fue posible y con la pérdida de Panamá inició
el siglo XX. La ausencia de una política de fronteras que ayudara a conservar lo
heredado de España mantuvo a Colombia centrada en el eje andino, bañado por los
ríos Magdalena y Cauca, y el mar Caribe. La Amazonia colombiana se convirtió en
una tierra de nadie sin autoridades reconocidas y respetadas, siendo sometida al
vandalismo de grupos de pastusos y caucanos que bajaban por Sibundoy y pasando
por Mocoa se embarcaban por el Caquetá y Putumayo para comerciar veneno, cera
y gente, a cambio de hachas y otras mercancías. También grupos armados de caboclos
y mamelucos de Tefé subían el Putumayo y Caquetá. Estos estaban interesados
también en esclavos o siervos que cambiaban por unas cuantas herramientas y
abalorios o que cazaban directamente. Pero estas actividades eran intermitentes y la
situación social se mantuvo sin cambios sustanciales en cuanto a la autonomía de
los carijonas. Con el auge de la quina en la cordillera oriental y el piedemonte, se
lanzaron a la aventura amazónica los habitantes del sur andino del país, a partir de
1870. Pero hacia 1882 finalizó el auge de la quina, pues esta fue establecida en
plantaciones en Asia por ingleses y holandeses. Pero tras la quina surgió uu uuevo
auge que tuvo un final parecido: el de las gomas o caucho.
Frente a la situación de ausencia estatal, el gobierno creó en 1845 el Territorio
del Caquetá, dependiente de Popayán y con sede en Mocoa, única población que
persistió a lo largo de ese siglo, por su estratégica posición de acceso al Caquetá y al
Putumayo, y por ser la puerta de entrada desde el interior andino, Sibundoy y
Pasto.
El territorio del Caquetá estaba delimitado por el río Guaviare al norte, por
los límites todavía no definidos con Brasil y Venezuela al oriente, y por Ecuador y
Perú al sur. El coronel Anselmo Pineda fue nombrado primer prefecto de este
territorio. Una de sus preocupaciones fue la apertura de un camino desde La Ceja
en el Cantón de Timaná, hasta Solano, en el bajo río Orteguaza. Anselmo Pineda se
refirió a su labor como un acto patriótico y calificó a la población del territorio
como tribus bárbaras o salvajes a las que se debía "reducir", siguiendo así las
costumbres coloniales. Se abrieron vías jurídicas para entregar baldíos a quienes
estuviesen asentados o se asentasen en el territorio, con total exención de impuestos,
ausencia de tarifas para las importaciones por sus ríos y el libre cultivo del tabaco.
De esta forma se pretendía aumentar la inmigración a la región y animar el comercio.
Para 184 7, el nuevo prefecto, José María Quintero, nombra al moreno Pedro
Mosquera como "corregidor de la extensísima y bárbara Tribu de Mesaya" 2 • A su
EL TERRITORIO DEL CAQUETA Y EL CORREGIMIENTO DE MESAYA 1_01_
vez el padre Carlos Guerrero intentó reunir a todos los coreguajes del Orteguaza en
un sólo sitio, reuniendo los de Puicunti y La Laguna, que en total eran 11 Oindígenas.
El territorio tenía para esta época tres corregimientos: Mocoa, Solano y Putumayo.
En 1849 José M. Quintero ordenó al negro Salvador Reyes, un baquiano
hablante de lenguas indígenas, reunir los indios de Mesaya en Tuyasí, un lugar
conveniente para su reducción y evangelización. Este lugar ha de ser el mismo Tuyasí
de los misioneros franciscanos, el actual río Tuyarí, lo que nos permite situarlo
arriba de la primera angostura y abajo del río Cuemaní, al norte de la zona del
actual asentamiento uitoto de Guaimaraya, sobre el río Caquetá. La fundación habría
de llamarse Santo Domingo de Mesaya y tendría iglesia embarrada, casa cural y
cárcel3 • Salvador Reyes hablaba el idioma de la tribu de Mesaya pues "ha vivido
mucho tiempo entre ellos". Se menciona por esta época la presencia de negros
esclavos fugitivos de las minas del Chocó en Mesaya, donde era imposible capturarlos.
Este lugar de refugio para los negros esclavos fue mencionado por los franciscanos
desde el siglo anterior, constituyéndose en una especie de palenque amazónico, el
único del que se tenga noticia.
Durante el viaje de Codazzi por el Caquetá en 1857, en el marco de la
Comisión Corográfica ordenada por el gobierno, este recibió informes valiosos sobre
los Huaques o Guaguas -como él termina por llamarlos-, por parte del prefecto
Quintero, el presbítero Manuel María Albis y los hermanos Mosquera, Miguel y
Pedro, quienes hablaban la lengua carijona.
Para Codazzi fue fundamental el relato de viaje de Pedro Mosquera, quien en
1848 atravesó el centro de la Amazonia colombiana, aclarando el curso y localización
de los ríos Yarí, Apaporis, Vaupés y Guayabera. Su viaje partió del alto Caquetá,
bajó hasta la boca del Caguán, subió por este río hasta que tomó una trocha al Yarí,
y de ahí al Mesay. Luego pasó al Apaporis para llegar al alto Vaupés, y de allí llegó
al Guayabera. Su destino final fue Medina, al oriente de Bogotá. Durante este viaje
es de destacar que Mosquera encontró carijonas y tamas en los siguientes sitios4:
- Teterupe, sitio de indios Guaques, arriba de la boca del río Orteguaza sobre
el Caquetá.
- Doce días arriba de la boca del Caguán, casa de los indios Tamas.
- Río Maricuñe afluente del Yarí, unas leguas arriba, casa de indios Guaques.
- Cinco días arriba por el río Tajisa y luego tres a pie, hasta llegar al principal
caserío de los Guaques, casa de Chorejofe en el Mesay.
- Abajo de la boca del Ajaju, casa de los Guaques llamada Samutumano.
- En el Ajaju y el Macaya encontró algunas casas de Guaques.
- En el Macaya, cerca de la desembocadura del Tutuya, casa de Guaques
llamada Camamañajei.
102 l Los carijonas de Chiribiquete
Mosquera se refirió a los guaques de la siguiente manera:
" ... una nación belicosa, altiva, muy amiga de la independencia y
que se cree superior a todas las demás. Son bien formados, robustos,
activos e industriosos, son navegantes y construyen canoas. Viven en
guerra con la nación de los Guitotos que habitan entre el Caquetá y el
Putumayo. No tienen gobierno, no habitan en pueblo; cada familia
tiene una o más casas separadas de todas las otras. Estas son de cuatro
gruesas estacas y el techo de paja en forma de cono. Duermen en
hamacas, habiendo de 5 O o 60 personas en cada casa. El dueño de ella
es el jefe de la farnilia ... Su pan es el cazabe y de bebida hacen chicha de
yuca brava. Llevan flechas envenenadas para sus cacerías y por la guerra.
No usan vestido pero apetecen la ropa. Carecen de sal y se sirven de la
ceniza de unas plantas que crecen sobre las piedras en las corrientes de
las aguas" 5 .
Mosqueta menciona también que sembraban plátano, yuca, caña, ñame, batata,
maíz, piña, el mate o guaduita, chontaduro, aguacate, anón, guama, árbol de uva,
marañón y neusca. El dato de población que dio Mosquera es de 4.000 carijonas.
Esta cifra, como vimos antes, tiene poco sustento. Además, hemos de considerar
que aunque el viaje de Pedro Mosquera atravesó el centro del territorio ancestral
carijona, los carijonas estaban distribuidos en esta época en un área aledaña mucho
mayor, que incluía parte del río Apaporis, los afluentes septentrionales del río Caquetá
abajo de la boca del Caguán, el Yarí y el Cuñaré, y la no muy numerosa población
carijona del Caguán, Orteguaza y alto Caquetá, que vivía en territorio de los grupos
Tucano occidental. A esto hemos de sumar por lo menos un asentamiento en el alto
Vaupés -arriba del raudal de Yuruparí- fomentado por los brasileros.
Albis menciona la práctica de reducir indios de Mesaya, cuando por orden
del Prefecto subió "cuarenta indios de la tribu de Mesaya al sitio denominado Santa
María"'. Santa María estaba en cercanías de la boca del río Mecaya, afluente de la
banda derecha del Caquetá. Este evento en particular me asombra un poco pues me
hace recordar las expediciones del padre Bonifacio Castillo 8 O años antes. Será
posible que hubiesen sido llevados a limpiar los caminos que llevaban al Puturnayo?
O para repoblar este sitio que fue pueblo de misión en el siglo anterior? No sabemos.
De cualquier forma la práctica de reducir indios del Mesay en los pueblos más
cercanos al piedemonte subsistió hasta esta época.
Codazzi denominó en 1857 a los carijonas, corno guaguas, nombre utilizado
por Aguado en su historia de Venezuela, cuando describe la entrada del alemán
Felipe de Utre al sur del río Guaviare en 1541. Esta supervivencia del apelativo es
bastante curiosa. Además habla de "la raza de los enaguas", que hablarían dialectos
del Maquiritare (otra lengua Carib ), y que traficaban con los guaguas. Estos podrían
ser los grupos carijonas más orientales. Según Albis gua quiere decir no, lo que diría
mucho de la palabra favorita de los carijonas frente a los blancos.
EL TERRITORIO DEL CAQUETA Y EL CORREGIMIENTO DE MESAYA 123_
La visión de Codazzi sobre los carijonas es negativa y despectiva por decir lo
menos, pues manifiesta que eran llamados antes "Murciélagos, porque chupaban la
sangre de sus enemigos" y que "en sus guerras el hacer prisioneros es una prueba de
que la cacería ha sido buena, y festejan el triunfo con bailes y borracheras y en
medio de su entusiasmo salvaje matan a las víctimas, beben su sangre, los descuartizan
y asados se los comen corno por un exceso de venganza, no escapándose de su
ferocidad ni las mujeres y solamente los niños de ambos sexos les conservan la vida
para que sirvan corno esclavos ... ". Se reafirma entonces el estereotipo de la sociedad
antropófaga y esclavista carijona, con una descripción grotesca del festín caníbal,
que además Codazzi nunca vio, pues no bajó más allá del río Orteguaza.
Destaca Codazzi que aunque vivían en guerra con los uitotos estaban en paz
entre ellos y con los traficantes que iban a comerciar hasta allá .."Solamente para ir
a la guerra eligen un jefe que llaman capitán, al cual le dan un segundo. Todos van
desnudos, los hombres con un pequeño delantal asegurado al estrecho fono, que es
una corteza de árbol con que se aprietan la cintura; las mujeres no tienen ni aún
eso ... " 7 •
Según Codazzi, como mencionamos con anterioridad, en 1857 el
corregimiento de Mesaya tenía tres pueblos con un total de 800 habitantes, el propio
Mesaya con 400 habitantes, sobre el río de este nombre, Yanacuru con 200 habitantes
y Tacuneme con 200 8 • En el itinerario de Mocoa al Mesay, dice que llegando al río
Cuernaní, se sube a palanca por este río un día, donde se toma camino por el monte
hasta el Yarí, donde hay "rancherías", y por último se toma camino hasta el Mesay
donde esta el "Pueblo de Guaques"'.
Codazzi refiere también que de los afluentes del Caquetá se conocen el
Cuemaní, el Tuyarí y el Imiya "que los traficantes de cera suben por algunas leguas
para tomar luego los caminos de tierra que pasan por sabanas ... Todas estas tres vías
llegan a un mismo punto sobre el río Mesay o Mesaya habitado por la nación de los
Guaguas o Guaques que ocupa un extensísimo territorio. En las orillas de este río se
compra la cera en cambio de espejos, cuentas de vidrio, hachas, machetes y cuchillos".
Dice más adelante que "más abajo del río Imiya nadie osa navegar el Caquetá, hasta
el salto de Aviza, Paviza o Macigua, por temor de la feroz nación de los guitotos,
que está en antigua guerra con los guaguas ... "1º.
El documento tal vez más interesante de todos los existentes sobre los carijonas
en el siglo XIX es el de Manuel María Albis, el cual fue publicado inicialmente en
la imprenta de la Matricaria en Popayán en 1855 por Evaristo Delgado y José
María Vergara y Vergara, el historiador de la literatura colombiana. Se tituló Los
Indios delAndaquf, memon"as de un viajero. Esta versión fue publicada posteriormente
por Fray Gaspar de Pinell en Pasto, en el Boletín de Estudios Históricos (1934),
bajo el título de Los Indios del Andaquf, regiones incultas al oriente de Neiva.
12± X Los carijonas de Chiribiquete
Tambiénapareció en el periódico llamado El Alto Magdalena. Existe una acuarela
de Albis dibujada por Manuel María Paz en la Ceja de los Andaquies.
Domíngnez et. al. publicaron en 1996 la Geografía del Territorio del Caquetá,
con base en los informes y mapas que reposan en alguna biblioteca de Turín, Italia,
documentos que pertenecieron a Codazzi, entre los cuales se encuentra el texto de
Albis. Este aparece con el título de Curiosidades de la Montaña. El texto de
Domínguez et. al., es más completo que los publicados anteriormente, sea porque
Albis le entregó a Codazzi la versión más acabada o por que Evaristo Delgado y
Vergara y Vergara editaron el texto original suprimiendo lo que no les pareció
interesante. Por ejemplo la descripción de todo el proceso de preparación de la
correría a cazar uitotos es más completa. La grafía del vocabulario Guaque de Albis
no coincide en todos los casos con la versión de De Pinell, y el orden de las palabras
es opuesto, la palabra española primero y la guaque después. La versión de De
Pinell tiene una parte denominada Diccionario Incito, que no aparece en los papeles
de Turín. Albis fue el primero en compilar la lengua Carib del Mesay y el Yarí y
cuenta que quemó sus borradores de una gramática por la dificultad de hacerla
sistemática.
El padre Albis refiere que a mediados del siglo XIX los carijonas habitaban
los ríos Orteguaza, Caguán, Caquetá y Putumayo. Es sorprendente que con la
extinción de las misiones de todos modos los carijonas continuaron viviendo en el
Putumayo. Pero esto no es signo de expansión territorial carijona sino más bien de
su continuo traslado del Yarí y sns afluentes hacia los pueblos del piedemonte.
Albis, contrario a Codazzi, y quien sí estuvo en su territorio, hace una
descripción moral de los carijonas que demuestra su simpatía hacia ellos: "la
naturaleza ha distinguido a estos indios con buenas cualidades, raras entre los salvajes.
Son inteligentes, generosos y amables; pero en cambio son embusteros y algo
tramposos. Sus costumbres son parecidas a las de los Coreguajes: andan desnudos
como ellos, los hombres con el estrecho fono, las mujeres desnudas. Trafican con
los comerciantes de las provincias de Pasto y Túquerres con cera veneno 11 chica
12 ' que se colgaban
etc. " • La diferencia entre una coreguaje y una carijona era la concha ' '
de la cintura las primeras, con el fin de tapar su pubis. Comenta que los carijonas
eran exigentes con las hachas que compraban, pues las probaban antes y si se les
partían le decían al comerciante: "Toma tu hacha que no sirvió; no vuelvas con
herramienta floja, porque te molestas con el camino tan largo y pierdes tu
trabajo .... " 13 • Se observa entonces que el comercio era relativamente simétrico lo
que demuestra el alto grado de autonomía que los carijonas conservaban por esta ' Una arroba de achiote, preparada para pintura, 3 O centavos.
época.
EL TERRITORIO DEL CAQUETA Y EL CORREGIMIENTO DE MESAYA l__ü_i
Dentro de los encargos que Miguel Mosquera le hiciera a Codazzi en 1856 se
incluyen "cien hachas hechizas y pequeñas si fueren mandadas hacer en Bogotá;
pero extranjeras no". Increíblemente los indios preferían hachas bogotanas, pequeñas
y hechizas.
Dice Albis que los indígenas guaques no vivían muy ocupados, aunque
sospecho que era un prejuicio del cura. Las actividades de los hombres eran salir
cada verano a "cortar cera blanca y negra, vueltos a la casa la cocinan y todo el resto
del tiempo lo gastan unos en hacer peines, otros matafrio (es el sebucán) y tazas, y
otros en pasearse y andar de vagabundos en las otras casas y así pasan intertanto
(sic) viene otro verano" 14 . Menciona la costumbre de atacar a los uitotos, y en su
larga descripción demuestra que no era una empresa que se emprendiera al azar o
muy a menudo, pues comenzaban por socolar el terreno donde iban a sembrar la
yuca para la chicha de las fiestas y bailes que realizaban antes de salir en sn expedición.
Se hacían picar de hormigas venenosas como la conga y también por avispas,
costumbre existente entre otras tribus Carib. Menciona que tocaban trompetas hechas
de yarumo y también el uso de cuernos de ganado y tambores que tocaban en sus
fiestas. Estos dos últimos instrumentos serían préstamos de la población criolla de
los llanos orientales o del alto Caquetá.
Albis no describe ninguna escena caníbal, razón por lo cual reafirmo mi
creencia de que las escenas de este tipo descritas por Codazzi y otros viajeros son
una ficción. Albis aclara el apelativo de enaguas y guaguas atribuyéndolo a grupos
del Cuñaré, por lo tanto carijonas. Codazzi en cambio confunde el asunto hablando
de una raza de enaguas que incluiría a los yucunas, los macos y los cabuines del
Apaporis.
Para 1857, según informe del prefecto del territorio, José María Quintero, el
Territorio del Caquetá tenía los corregimientos de Mocoa, Sibundoy, Solano,
Putumayo, Aguarico y Mesaya. Calcula la población de bárbaros en 30.000 habitantes
y a los guaques en 8.000. Menciona que con estos se mantienen "continuas relaciones
comerciales" 15 • Tenemos también los siguientes datos de productos y sus precios de
venta en Mocoa en el año de 185716 :
Una arroba de cera de Mesaya, sesenta centavos.
Una arroba de zarzaparrilla, veinte centavos.
Una arroba de cacao, diez centavos.
Una arroba de barniz vegetal, veinticinco centavos y medio.
Un kilo de vainilla, ochenta centavos.
Una arroba de resinas aromáticas com0 el copa!, 1 O centavos.
Una arroba de Leche de María y otras gomas o leches vegetales, 40 centavos.
Una arroba de coco, dos y medio centavos.
 X
!06 Los carijonas de Chiribiquete
Por cada hamaca de palmicha de las de Mesaya u otros puutos en que las
tejan igual, diez centavos.
Por cada medio kilo de veneno vegetal, un peso.
Una arroba de cogollos de iraca para sombreros, 30 centavos.
Es de destacar la cera y hamacas de Mesaya, así como el precio del veneno
para cacería, sin duda el producto más caro de todos los que producía la selva por
esa época. Se decía que el veneno curare era la pólvora de la selva. No deja de ser
interesante también la mención a cauchos o gomas, con el nombre de Leche de
Maria.
Para dar una idea de la situación que se presentaba por esta época en la
región, veamos los testimonios de un pastuso que conocía Mesaya, pues había sido
corregidor de este lugar en 185 8 y fue testigo del comercio de esclavos con el Brasil.
En indagatoria rendida por José A. Ordóñez ante el prefecto Lope Restrepo
en Mocoa el 28 de septiembre de 1870 17, cuenta que estando en Mesaya en abril de
1861, "supo por los indios de esa tribu que los comerciantes del Brasil venían
frecuentemente hasta el Salto Grande (Araracuara), en el río Caquetá, con el fin de
extraer zarza i otros artículos de los bosques y que el principal comercio que hacían
era comprar indios". Viajó río Caquetá abajo, desde Cuemañí, en compañía de 8
indios y en la boca del Cahuinarí encontró "varios brasileros entre ellos a un señor
Francisco de la Chacara Praya, vecino de Santarem, residente en Tefé", y cuenta que
los indios no estaban contentos con ellos, pues decían que cada año los llevaba
forzosamente a trabajar a Manaos. Ante el pedido de Ordóñez al brasilero de que le
mostrara su canoa, "habiendo ido a verla, encontró en ella unos sesenta indios
aprisionados (sic) en grillos de madera puestos a los pies de cada iudio y remachados
con clavos de fierro .... que otros comerciantes brasileros que existían en ese punto
eran José Praya Sosa vecino de Santarem, Leocadio N. y Antonio Carvazo de Tefé ... ",
Diez años después, en 1870, "estando el que declara en Mesaya, en el puerto
de Cuemañí, llegó el uegro Benedicto, vecino de Ovidos, en el Imperio del Brasil,
en compañía de Manuel Cuellar, colombiano y agente de los brasileros y que a sus
preguntas respondieron que habían venido a llevar indios de Mesaya para el territorio
brasilero con el fin de sacar caucho y que en el salto grande de Araracuara quedaban
cuatro canoas .... ". Por intervención de Ordóñez los indios no fueron llevados al
Brasil y "el tal Benedicto perdió algunos efectos que había dado ya a los güitotos, o
salvajes vecinos de Cuemañí, los que habían recibido en cambio de indios ... ".
Varios interrogantes surgen de la lectura de este documento. En primer lugar,
quiénes eran los sesenta indios aprisionados en la canoa? Es muy posible que fueran
mirañas pues Ordóñez afirma que en el Cahuinarí habitaban los muy numerosos
Carapanaces Jejenes (estas dos palabras juntas son una redundancia pues campana
quiere decir mosquito en lengua geral). Camilo Domínguez ubica en uno de sus
1.
11
ri
EL TERRITORIO DEL CAQUETA Y EL CORREGIMIENTO DE MESAYA l__DZ li
mapas una migración carijona a Tefé en 1860, confundiendo a los miraña-bora con
los carijonas 18 •
La segunda pregunta es qué etnia vivía en Cuemañí. La respuesta parece ser
uitotos y su objeto de cacería humana serían los carijonas, por su cercanía geográfica.
En otra declaración de A. Ordóñez este dice que los mesayas "se hallan diseminados
en una inmensa extensión de terreno, que de estos han salido algunos y han formado
un caserío hasta donde van los comerciantes pero que no ha podido aumentar la
población a consecuencia de que los güitotos los han asaltado varias veces por la
noche y han destruido las labranzas y aún quemado algunas casas". Dice además
que ningún prefecto ha visitado "el pueblo de La Laguna y caserío de Mesaya en el
corregimiento de este nombre" 19 •
Mesaya, de acuerdo con el censo de 1870, debía ser un pueblo relativamente
grande, y aunque 15 años antes Codazzi planteaba que estaba situado en el río de
este nombre, todo indica que para esta época se encontraba entre Araracuara y
Angostura, en la banda izquierda del río Caquetá. Por las declaraciones de Ordóñez,
el corregimiento quedaba en La Laguna, que no puede ser otra que la Laguna de
Ymiya mencionada por el padre Bonifacio del Castillo. Esta podría estar en lo que
se conoce hoy como la quebrada Paujil, arriba de Puerto Arturo, donde según
Alejandro Quintero Carijona, había una maloca uitoto en los años cincuentas. La
laguna es pequeña y se encuentra rodeada de altas peñas20 •
Se percibe entonces que habría algún tipo de expansión uitoto al norte del
Caquetá, en alianza con el pastuso Manuel Cuellar y los brasileros, para capturar
indios. Esto podría explicar la marcada desproporción de sexos entre los habitantes
de Mesaya y la relativa escasez de niños en edades entre Oy 12 años, de acuerdo con
el censo de 1870 que vimos anteriormente. Niños y mujeres serían el objeto princi-
pal de las cacerías de esclavos, por su relativa debilidad y más fácil captura. Los
hombres se enfrentaban y preferían morir a ser llevados corno esclavos a las ciudades
brasileras del río Amazonas.
Pero sigue quedando la incógnita de si el censo de 1870 se refiere al pueblo
de Mesaya únicamente, a la población dispersa en sus alrededores, o si incluía los
sitios de Tacuneme, Yanacuru y Mesaya que mencionaba Codazzi como los tres
centros poblados entre los guaques en 1857. Según Codazzi entre estos tres pueblos
había 800 personas y el censo de 1870 cuenta 792, prácticamente la misma población.
Por otro lado pareciera que del año 1870 en adelante hubiera desaparecido
este pueblo de Mesaya, pues deja de ser mencionado en los documentos. En el
Diccionario Geográfico de los Estados Unidos de Colombia de 18792 1, Joaquín
Esguerra describe Mesaya como uno de los corregimientos del distrito del Caquetá,
en el Estado del Cauca. Menciona que tiene como cabecera el caserío de Caguán,
con su corregidor y secretario y 792 habitantes. Otra vez la misma cifra de población
 ~"
108 ) , Los carijonas de Chiribiquete
pero su localización es ahora en el río Caguán.
Parece ser entonces que la sede del corregimiento de Mesaya estuvo situada
en sitios diferentes. Sabemos que en 1849 se aprueba el establecimiento de un
corregidor en el Distrito de Mesaya, en el sitio de Tuyasí, arriba de la Angostura. El
corregidor era Salvador Reyes, "que aunque de color es honrado, ha vivido mucho
tiempo entre ellos, entiende y habla el idioma que acostumbran y por consiguiente
es de bastante ascendiente, a quien he prevenido vaya a reducirlos con política, al
sitio ya indicado"". Tenemos pues que el centro del corregimiento de Mesaya pudo
estar en Tuyasí en 1849, en el río Mesay en 1857, en la laguna de Imiya en 1870 y
en el río Caguán hacia 1879.
Para completar un panorama de la distribución de los asentamientos indígenas
carijonas por esta época, el prefecto del Territorio del Caquetá, Maximiliano Díaz
Erazo, informó desde Mvcoa el 4 de Marzo de 1872 que los corregimientos del
territorio eran Sibundoy, Mocoa, Caquetá, Putumayo, Aguarico y Mesaya. Mesaya
estaba compuesto de "los caseríos de Sucunacuntí, Guecocuntí, Sotocuntí, Pestojupó,
Peneya, San Juan de Yarí, Pestocunti, Conegua, El Mauro, Ñañacuntí, La Guisa,
Marijutujé, Guiramano, Sarecuanendú y otra multitud de casas o tambos que están
esparcidos a grandes distancias unos de otros, en el inmenso territorio que ocupa la
tribu de Mesaya hasta sus confines con los Llanos de San Martín ... " 23 • Las
terminaciones en cunti son de algún grupo Tucano occidental y es posible que los
últimos cuatro sitios sean caseríos carijonas,
Un documento nos hace ver que la situación por estos tiempos era complicada
y había conflictos entre blancos e indios, pues se acusó a los indios carijonas del
Cuñaré de un asesinato en la chorrera de Araracuara. En 1869 se supo eu el pueblo
de Mocoa que Manuel María Perafán, quien venía de Pará, al llegar al salto de
Araracuara tuvo algún problema con sus bogas, quienes procedieron a botarlo de la
canoa, ahogándose este en el río. Sin embargo posteriormente en oficio firmado en
Mocoa el 1 de Septiembre de 1869 y dirigido al Secretario de Estado del Estado
Soberano del Cauca, se describe otra historia que parece más ficción que realidad,
pero muestra el estado de animadversión con los indígenas independientes de Mesaya
por parte de los comerciantes de cera y demás civilizados de la zona. Dice así: "He
averiguado bien como fue la muerte del desgraciado Sr. Manuel María Perafáu, a
orillas del Caquetá el año anterior, y resulta que de regreso del Marañón fue
abandonado por los bogas junto a la chorrera de Araracuara; y hallándose en un
rancho enteramente solo, se aparecieron trece indios de Cuñaré, a quienes suplicó
le condujeran más arriba hasta donde pudiera encontrar otros auxilios; los indios se
excusaron y huyeron al monte; pocos momentos después regresaron y le asaltaron y
asesinaron con flechas de arco, arrojaron el cadáver a la mencionada chorrera,
robándole varios objetos que tenía en su baúl. Estos mismos indios fueron los que
EL TERRITORIO DEL CAQUETA Y EL CORREGIMIENTO DE MESAYA _109
asesinaron a otro racional el año de 64, habiéndose quedado impunido (sic) el
delito por falta de energía del Corregidor de Mesaya". Concluye su oficio sin
mencionar testigos de los hechos ni un interrogatorio formal a nadie, diciendo que
está en un "caso imprescindible de exigir del gobierno me remita lo más pronto
posible unos diez y seis fusiles, bien dotados, con sus respectivas bayonetas, para
armar a los racionales del Caquetá y marchen a ponerse a las ordenes del Corregidor
de Mesaya, y capturen a esos indios bandidos para juzgarlos, castigarlos e imponer
con este ejemplar a las demás tribus que quieran seguir su huella de exterminio
contra la raza blanca ... " 24 • Por el contrario parece ser que cuando los carijonas se
enfrentaron a los blancos fue en actos de legítima defensa, pues sabemos que
comerciaban de forma pacífica con los españoles y colombianos desde hacía más de
100 años.
Unos años más tarde, en 1879, el explorador Jules Crévaux bajó por el Caquetá
con dos carijonas y su acompañante Apatou, y no observa la existencia de ningúu
pueblo sobre las márgenes del río, mencionando sólo tres chozas de carijonas abajo
de Quinoró (arriba de la boca del Orteguaza), y un pequeño pueblo carijona cinco
días abajo de Araracuara. En el resto del camino, entre estos dos puntos, mencionó
coreguajes, tamas y uitotos. Esto uos lleva a pensar que los uitotos estaban
controlando el Caquetá arriba de Araracuara y que el pueblo de La Laguna habría
desaparecido.
Crévaux destaca que los carijonas usaban una especie de corsé de corteza de
árbol amarrado con bejucos. Dice además que nunca salen de viaje sin pintarse de
roucou o genipa, de color rojo, que mezclan con manteca de charapa para disolverlo
y pintarse. "Las mujeres pintan a sus maridos y cuando acaban ellas se echan el resto
de la pintura en todo el cuerpo" 25 • Estando en el poblado carijona llegó un hombre
carijona que había escapado de los uitotos y quien contó que a su compañero lo
habían matado con una flecha envenenada. Cuando el carijona les preguntó por
qué lo mataban, los uitotos respondieron "queremos comerte por que los de tu
tribu han comido a los nuestros" 26 • Crévaux continuó su viaje desde el poblado
carijona y dos días más abajo encontró un jefe indígena, que intentó despojarlo de
su equipaje y quien tenía un baúl lleno de mercancías entre las cuales había diez
fusiles y "sables de caballería". Dice que estos objetos "provienen de uu tráfico de
esclavos que hacen los jefes cou negociantes brasileros. Un infante sin destetar vale
lo que un cuchillo americano, una niña de seis años vale lo que un sable y algunas
veces un hacha, un hombre o mujer alcanza el precio de un fusil" 27 • Sospecho que
este jefe mencionado por Crévaux era de la tribu de los mirañas, quienes hacía más
de cien años se dedicaban a este tráfico con los portugueses.
En su informe de 1890 Alejandro Quintero, prefecto del Territorio del Caquetá,
hace referencia al bajo río Caquetá, y sus corregimientos de Canelos y Mesaya que
IIO 1, Los carijonas de Chiribiquete
colindan con el Brasil. Según él, la región tenía mucho movimiento de mercancías
que provenían de Neiva y Pasto y una producción anual de caucho de 1.200 arrobas.
Cuenta que "El comercio a pesar de ser víctima de todas las tramas y maquinaciones
ilícitas del primer descorazonado que por allí se presenta, se mantiene en buen pié,
debido especialmente a la mucha abundancia de caucho, cera, y otras resinas que
son hoy artículos principales venales ... La marcha de los pueblos que recorrí es
enteramente nula, pues en ninguno de ellos existe iglesia, casa de gobierno, ni edificio
alguno que indique la más pequeña muestra de civilización .... " 28 • Se refiere a la raza
blanca diciendo que "desempeña el papel más triste del mundo. En otras partes es
conquistadora y civilizadora, y allí es corruptora y conquistada. Con profundo pesar
vi blancos e hijos de estos, con vestidos y costumbres indígenas enteramente
repugnantes, y que ostentaban como lujo refinado sus caras pintadas de achiote y
otras tintas, y su nariz y orejas atravesadas por enormes trozos de palo"29 . Había
llegado el tiempo del caucho y por ende la valorización de los bosques ricos en
gomas y de la mano de obra indígena. Alejandro Quintero relata que durante su
viaje por el Caquetá, observó que había cuatro empresas dedicadas a extraer caucho
en el río Caguán.
Se refiere a las tribus del territorio: los uitotos de la banda derecha del Caquetá
(20.000 personas), los tamas en el Caguán, menos numerosos que los primeros y
hablantes del "ciona" (Tucano occidental), y los carijonas que habitan "la parte alta
de los ríos Yarí y Mesay; esta es una tribu muy grande, casi tan numerosa como la de
huitotos y viven en continua lucha con estos .. " 30 • Se refiere a los comerciantes y
caucheros del Caquetá en estos términos: "en ninguna parte de la provincia se
cometen tantos abusos e injusticias, como en ese importantísimo río; tal vez en
ninguna parte de la república se cometen iguales, porque en él se han juntado los
comerciantes más pérfidos: ellos roban a los indios, les dan unas varas de lienzo por
una arroba de caucho ... ellos los estropean, ellos son los que los aterran diciéndoles
que si no hacen lo que les ordenan, como viajes casi gratuitamente, recibir mercancías
por caucho, cera, etc., llamarán al Prefecto y que este irá con soldados y los
exterminará .. " 31 •
Para finales del siglo XIX y ante la pérdida de importancia de Mocoa a pesar
del breve auge quinero, los corregimientos más lejanos como Mesaya y Aguarico
desaparecieron y tomó relevancia la región del alto Orteguaza y Caguán con el auge
del caucho negro, que sacaron a las plazas del Tolima en mnlas entre 1890 y 1905.
En el futuro, el comercio se dirigió hacia !quitos y Manaos, aguas abajo por los
grandes afluentes del río Amazonas, el Vaupés, el Caquetá y el Putumayo. Pero el
Territorio y después Provincia del Caquetá subsistió hasta 1910-1911, cuando se
crearon las comisarías especiales del Vaupés, Caquetá y Putumayo. El gobierno
asumió desde entonces la administración de estas nuevas entidades territoriales.
EL TERRITORIO DEL CAQUETA Y EL CORREGIMIENTO DE MESAYA .ill
El Territorio del Caquetá desapareció de la organización administrativa de
Colombia, teniendo en su breve existir de unos 65 años, de 1845 a 1910, el honor
de haber sido la unidad administrativa más grande y desconocida de Colombia. Del
mismo modo Mesaya desapareció y los uitotos en expansión pusieron en jaque a los
carijonas. A finales del siglo XIX una horda de campesinos pobres se descolgó por
la cordillera oriental bajo el influjo de la bonanza de un nuevo artículo en el mercado
internacional, el caucho. Estos probaron ser más devastadores para los carijonas
que los impactos de las misiones y la esclavitud colonial combinados. Vinieron en
más grandes números, con armas de fuego más precisas y ligeras, trajeron epidemias
y enfermedades, y su codicia fue tal que esclavizaron a todas las tribus de la Amazonia
colombiana con pocas excepciones.
Por el Putumayo subieron los peruanos que se apoderaron de toda la región
habitada por los uitotos, andoques, horas, resigeros, muinanes y okainas. Al norte
del Caquetá los carijonas se vieron atacados por dos frentes, los peruanos y uitotos
coaligados desde el sur, y las caucherías de los hermanos Calderón y Plata, así como
Salvador Perea por el norte. Desde el occidente entraron a territorio carijona Urbano
Gutiérrez, Braulio Cuellar y Agustín Ciceri.
Finalmente llegó el momento en que las sociedades amazónicas se vieron
bajo la amenaza de desaparición total. El siglo XX no trajo nada positivo para los
carijonas, por el contrario, marcó el fin de una forma vida independiente y altiva,
de un mundo con autonomía y autosuficiencia. Entre 1900 y 1912 se perpetraron
crímenes contra la humanidad en que los carijonas vieron destrozadas sus vidas y
comenzaron un largo migrar, huir, resistir y morir. Intentaremos describir lo sucedido
en las páginas que siguen.
NOTAS
Manuel María. Curiosidades de la Montaña. En: Domínguez et al.
1 Albis
Geograffa f/sica y Política de la Confederación ...... Op.ot, p. 80.
2 Cuervo B. Antonio (compilador). Colección de documentos ...... Op.ot,
p.464.
3
!bíd, p.475.
4 Mosquera Pedro. Via;e de Pedro Mosquera - Corregidor de Mesaya. En:
Geografía física .... Op.at, pp.137-138.
5 /bíd, pp.137-138.
112 J '
Los carijonas de Chiribiquete

e !bíd, p.125.
'Pérez Felipe. Jeografia Física i Política ..... Op.at., p.471 y ss.
8
Codazzi Agustín. En: Geografía Física y Política ... Op.cit, p.208, 232.
9
!bid, pp.218-219.
w !bíd, p.194.
"Henry Walter Bates, el famoso naturalista inglés que vivió en la Wla de
Ega, hoy Tefé, entre 1850 y 1859, hizo una visita a una casa de indios
passés en cercanías de Ega, y allí describe el tipo de cerbatana que
utilizaban, y dice que "el veneno, el cual debe estar fresco para matar
rápidamente, se obtiene únicamente con los indios que viven más allá
de las cataratas de !os ríos que vienen desde el norte, especialmente el
río Negro y el Japurá. Su principal ingrediente es la madera del
Strychnos tox1fera, un árbol que no crece en las selvas húmedas de las
vegas de los ríos". Menciona también que el término Carib para el
curare es urarí(Bates H.W. The natura!ist on the river Amazons. J.M.
Dent & Sons, London, 1930, p.303). Martius menciona que el término
Tupí para el curare es urariuva.
12
Albis Manuel María. los indios del Andaquf En: Boletín de Estudios
Históricos, vol. VI, nos. 61-62, Pasto, septiembre de 1934, p.11.
13
!bíd, p.12.
14
Albis Manuel María. Curiosidades de la Montaña. En: Domínguez et aL
Geografía física y Política de la Confederación ...... Op.at., p. 80.
15
Quintero José María. Informe sobre el territorio del Caquetá, Mocoa
(1857). En: Domínguez et al. Geografía física y Po/ítk:a de la
Confederación ...... Op.cit., p.131.
16
ACC. Indice de documentos manuscritos, paquete 64, legajo 35.
"ACC. Indice de documentos manuscritos, paquete 108, legajo 42.
18
Domínguez Camilo, Gómez Augusto. Nación y etnias. Los
conf!tdos...... Op.at., p.125.
19
AGN. Fondo Archivo Diplomático y Consular, T.599, fls. 638 y ss.
2
° Comunicación personal de Alejandro Quintero Carijona, a quien no
debemos confundir con el Prefecto del Territorio del Caquetá en 1890,
aunque probablemente sean parientes.
21
Esguerra Joaquín. Diccionario Jeográfico de los Estados Unidos de
Colombia. J.B. Gaitán Editor, Bogotá, 1879.
"Cuervo B. Antonio (compilador). Colección de documentos...... Op.at.,
p.475.
23
ACC. Indice de documentos manuscritos, paquete 116, legajo 26.
24
ACC. Indice de documentos manuscritos, paquete 103, legajo 38.
25
Crévaux Ju les. Voyages dans L'Amerique du Sud Librairie Hachette,
Parls, 1883, p.366.
"!bíd, p.371.
" !bid, p.375.
"Informe del señor Prefecto de la Provincia del Caquetá, Moma, 1889.
En: Informe de Gobemador del depattamento del Cauca a la Asambíea
del mismo en sus sesiones ordinarias de 1890. Popayán, Imprenta del
Departamento, p.78.
29
lbíd
30
!bíd, p.327.
31
/bíd Indio umauá o mauá con su característico corsé o fono. Dibujo tomado
de Rodngues Ferreira Alexandre, Wagem Filos1tca pelas capitanías do
Grao Pará, Rfo Negro, Mato Grosso e Guiaba. 1738-1792. Conse!ho
Federal de Cultura, Rio de Janeiro, 1971.
Indio omagua con vestido de algodón, deformación craneana y estólica.
Dibujo tomado de de Rodrigues Ferreira Alexandre, Wagem Filosofica
pelas capitanias do Grao Pará, Río Negro, Mato Grosso e Cuiabá. 1738-
1792. Conselho Federal de Cultura, Rio de Janeiro, 1971.
Primer raudal del río Mesay. En primer plano se observan tres hombres canjonas, uno de
los cuales conversa con el dtbujante Anselmo Cartagena. En el extremo inferior derecho
dice Indios Omaguaes. ©Catholic University o/America, Oliveira Lima Library.

Segundo salto del rfo de los En$años. © Catholic University of

America, Olivetra Lima Library.

=·•¿·•·
 Salto de Araracuara. En primer plano aparece el explorador alemán Martius con un incito remero
cari¡ona. Dibu;o tomado de Spix & Martius Tfagem pelo Brasil (1817-1820). Universidade de Sao
Paulo, Edttora Itiaia_, Sao Paulo, 1981.

Un banquete Mesaya. Representación imaginaria de una escena caníbal entre los indtos mesayas por el
explorador francés Paul Marcoy, 1873, A journey across South America from the Pacific Ocean to the
At!antic Ocean. 1873. Blackie & son, London.

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Indio Mesaya con su dios Buequé. Paul Marcoy, 1873, A journey across South Indios cartjonas, fules Crévaux, 1883, Voyages dans l'Amérique du Sud.
America from the Pacific Ocean to the Atlantic Ocean. 1873. Blackie & son, 1897. Ltbrairie Hctchette, Paris.
London.
 Indios carijonas del río Macaya y Cunyary. Foto de. Theodor Koch-
Grünberg, 1904 Dos años entre los indios. Edttonal Umverstdad
' ' Nacional Bogotd 1995.
Indio carijona_, fules Crévau:x; 1883. T0yages dans l'Amérique du Sud. 1897.
Librain'e Hachette, Pan:S.

Salto de Cuemany, fules Crévau:x; 1883. T0yages dans l'Amérique du Sud. Niño canj'ona. ..
1897. Librain'e Hachette, Paris. Foto de Thomas Whefen, 1908 The north west Amazon. Notes ofsome
months spent among canniba! tribes. Constab!e and Company, London, 1915.
 El Capitdn Mtraña y don Félix Me¡fa. Foto de Luis Forero Román, 1911. Rfo Yarf. Parte de las prensas de que se vallan los trabajadores de la Casa
Relato del combate entre peruanos y colombianos en el año de 1911 Arana para beneficiar la balata ae los ríos Mesay y Yarf. Junio 21,1924
Editorial Bolívar, Bogotá, 1928. · (AGN).

Aduana de La Pedrera, 198S. Foto de Roberto Franco.

La Pedrera. Rio Caquetá. El cóns_ulgenera/ de Colombia en ]quitos con el

personal de la Aauana del Ba¡o Caquetá. Junio 26 de 1924 (AGN).
 Joaquín Canjona y Annando Perea en el Resguardo de Curare, 2001. Foto de Joaquín Carijona y Helena Canjona (q.e.p.d}, 2001. Foto de Roberto
Roberto Franco. Franco.

'

----/J
Wcente Moncayo Carijona y Joaquín Canjona, 2001. Foto de Roberto
Ana Cubeo, Luis Angel Trujillo y Armando Perea Canjona, La Pedrera, 2001. Franco.
Foto de Roberto Franco.

Alberto Mosquera Canjona frente a su casa en Manacaro 2001. Foto de
Roberto Franco. ' os primeros barcos a vapor que subieron el río Amazonas más arriba
Vicente_Moncayo Carijona con su htfo y su nieto en el sitio que habitaron
los can;onas desde comienzos del siglo X\;; al lado del actual internado de
La Pedrera, 2001. Foto de Roberto Franco.
Las caucherías y la diáspora carijona
L
de Manaos, hacia 18531, revolucionaron la región, pues convirtieron
en rutas expeditas ríos meándricos y eternos, y los lugares más
recónditos de la Amazonia se volvieron accesibles siempre y cuando los ríos carecieran
de raudales o saltos importantes. En el caso colombiano todos sus ríos con excepción
del Putumayo tenían saltos que imposibilitaron la navegación. Por el Putumayo
subieron los vapores de la compañía de Rafael Reyes y sus hermanos boyacenses, en
los años setentas y ochentas del siglo XIX, hasta la caída del precio de las quinas. El
Caquetá, con sus raudales resultantes de su paso a través de las montañas de Cupatí
y la serranía de Araracuara, afloramientos guyaneses, era subido a remo en viajes
que duraban meses. Hasta la actual localidad de La Pedrera subieron en tiempos
prehispánicos a conseguir piedras de afilar los indios del medio río Amazonas. El
río Vaupés es el que tiene más obstáculos, haciendo la navegación muy peligrosa,
todavía hoy en día. Lo mismo el Apaporis que tiene entre otros raudales los saltos
de La Libertad y Jirijirimo que no se pueden pasar navegando.
Las caucherías fueron el proceso histórico de mayor importancia en la
Amazonia durante el siglo XX, constituyéndose en la conquista salvaje del territorio
selvático y en un atropello permanente a las poblaciones indígenas sobrevivientes al
proceso colonial y el siglo XIX. La Amaz'onia colombiana podría tener más de
150.000 indígenas hacia 1900 y en dos o tres décadas grupos numerosos como los
mirañas, uitotos, andoques y carijonas quedaron reducidos a familias dispersas en
l3Q ~~ Los carijonas de Chiribiquete
lugares muy apartados. Otros desaparecieron como los resigero. En el caso carijona,
acabaron sobreviviendo tres grupos aislados en lugares distanciados por cientos de
kilómetros, en el río Orteguaza, La Pedrera en el bajo Caquetá, y Puerto Nare en el
río Vaupés.
La falta de una definición de fronteras con nuestros vecinos, Venezuela, Brasil,
Perú Y Ecuador, ante los tratados fallidos entre Portugal y España y la ausencia de
autoridades colombianas en buena parte de la región, hicieron de nuestra Amazonia
una tierra desprotegida, en que se entró a saquear, robar y matar para conseguir
dinero como producto de la venta de caucho, extraído por los indios bajo formas de
trabajo servil o semiesclavo con la ficción del endeude. El territorio amazónico fue
invadido por caucheros peruanos, brasileros y venezolanos, seres feroces que como
los colombianos, conquistaron tribus a sangre y fuego, y los pusieron a trabajar por
unas cuantas mercancías, esperando un lucro grande y rápido. Los indígenas
recalcitrantes o abiertamente rebeldes, fueron torturados con azotes, cepo y fuego.
Por último las balas, fueron una medida de clemencia.
De esta forma durante los años cruciales de explotación cauchera, entre 1890
Y1916, los periódicos de Bogotá y la provincia publicaron artículos sobre atrocidades
contra los indios y entre los mismos caucheros, cosa que no preocupó demasiado a
nadie, hasta la toma de La Pedrera por los peruanos en 1911. A inicios de ese año,
gracias a los mensajes del cónsul colombiano en Manaos, Santiago Rozo, el gobierno
de Colombia envió una expedición militar que salió de Barranquilla, tomó la boca
del Amazonas y pasando por Manaos subió el río Caquetá hasta La Pedrera, donde
se estableció un destacamento militar al mando del General Isaías Gamboa y una
comisaría judicial a cargo de Gabriel Valencia. Esta fue la gota que llenó la copa de
los peruanos, la excusa que necesitaban para atacar y apoderarse del área. Pero la
diplomacia bogotana pudo más que su pírrica victoria, pues fueron obligados a
retirarse y a su vuelta a !quitos las fiebres mataron buena parte de sus soldados.
Si bien varios funcionarios vaticinaron que a una ausencia del estado vendría
la explotación y destrucción de las tribus indígenas, nada se hizo hasta que la toma
de La Pedrera por los peruanos en 1911 despertó del sopor a la burocracia bogotana
Y payanesa, apareciendo un interés por la región, ya cuando los precios del caucho
habían llegado a su cenit. Cinco años después, en el año de 1916, la quiebra se
había apoderado de Manaos e !quitos, y se derrumbó un imperio basado en el
trabajo esclavo y el endeude. Pero algunas empresas como las peruanas y colombianas
del Vaupés, Apaporis, Caquetá y Putumayo, que operaban con una mano de obra
cuasi-servil, endeudada y engañada en las cuentas o aterrorizada por el látigo y el
cepo, lograron mantener sus negocios y la explotación continuó en algunas partes
hasta los años setentas del siglo XX. Los carijonas vivieron este proceso.
Aunque desde 1880 se inició la explotación de caucho, fueron los primeros
LAS CAUCHERIAS Y LA DIASPORA CARIJONA l3l_
años del siglo XX los que marcaron la penetración de los caucheros a lugares nunca
visitados por los occidentales, en donde encontraron tribus viviendo todavía en el
neolitico, que para su desgracia fueron obligadas a comprar las nuevas mercancías
que traía esta nueva oleada colonizadora. Las tribus conocían ya las hachas de
metal, y estas eran objetos muy preciados pues eran escasas y se gastab_an. , .
Del río Caguán y del alto Vaupés se extrajo caucho negro (Castilla elasttca),
y después se aprovechó la siringa (Hevea spp). La balata (Mant!cara balata) era
común en el Vaupés, Apaporis, Yarí y Mesay, así como la siringa en el Putumayo Y
sus afluentes. Entre 1890 y 1911 hubo un gran auge en los precios y demanda por
el caucho, hasta que la competencia asiática desplazó a los productores de caucho
silvestre. Sin embargo la balata tuvo un breve auge en los años veintes y tremtas.
También con la segunda guerra mundial se reactivó la explotación del caucho
suramericano debido a la invasión japonesa de Malasia, Ceilán e Indonesia, entre
1940 y 1945.
Manuel Espinosa Montero, vicecónsul de Colombia en !quitos a finales del
siglo XIX escribió al ministro de relaciones exteriores en Bogotá frases premonitorias
respecto de lo que ocurriría con los indígenas del Putumayo, visto lo que estaba
ocurriendo en la Amazonia peruana y el río Napo. En su carta del 25 de Enero de
1896 se refiere a los caucheros así:
"Destruirán las tribus que hoy poblan (sic) nuestros bosques como
lo han hecho en los bosques peruanos, donde se han cometido l?s
mayores crímenes con los infelices salvajes. Esta ~obre ge_~te sm
herramientas para trabajar, se juntan todos los de la tnbu y vahendose
del fuego, de hachas de piedra y de algunos otros rr_iedios, hacen grandes
desmontes donde hacen sus sembríos y los cultivan cmdadosame~te
para asegurarse su subsistencia; pero llegan los caucheros y se apropian
esa labranza hecha con tantos sacrificios.
El robo de sus labranzas es un crimen atroz; porque es matar a sus
dueños de hambre, pues no siempre pueden estos desgraciados,
encontrar frutas para alimentarse. No es esto sólo lo que hacen los
caucheros, sino que organizan lo que llaman correrías que es. salir en
pandilla bien armados siguiendo las huellas de los pobres salvajes hasta
encontrarlos y sorprenderlos asesinándolos villanamen:e y robán~oles
sus mujeres y sus hijos para venderlos después o de1arlo_s_ monr de
hambre y de miseria si se enferman los dejan morir sm auxilio alguno,
a título de que no son' cristianos o de que no les entien
· den su d.ia1ecto" 2 . . .
Ese mismo año en carta de Rogerio María Becerra al prefecto de la provmcia
del Caquetá en Mocoa, le dice que "en cuanto al carácter e índole de los explotadores
de caucho, peruanos, brasileños o colombianos es el mismo, generalmente son
hombres que debieran estar ocupando los salones de los panópticos ... vemos con
dolor los colombianos que quedamos aquí la salvajez de esos hombres que en m1
3
concepto son más salvajes y feroces que los nómadas del Caquetá" •
IJ2 ~t Los carijonas de Chiribiquete
Vemos pues descrito en estas palabras lo que fueron los caucheros para los
indios y su destino fatal, del cual no estuvieron exentos los carijonas, por más
resistencia que opusieron al proceso y por su estratégica localización geográfica que
los favoreció hasta que fueron colonizados por todos los flancos, desde el Vanpés y
el Apaporis por el norte y el oriente, desde el Caguán por el occidente y desde el
Caquetá por el snr.
Este nuevo tipo de personajes, que ya no eran los comerciantes de cera y
veneno que venían desde Pasto y Mocoa hasta Mesaya a cambiar herramientas por
estos productos, ni eran tampoco los comerciantes de esclavos que provenían del
Brasil, comenzaron a apoderarse de la Amazonia y a subyugar a los indígenas. Estos
caucheros afectaron en primera instancia a los tarnas y coreguajes y despnés a los
grupos carijonas situados en el medio río Yarí y el Cuemaní, trasladándolos a sacar
el caucho negro del río Caguán. Posteriormente fueron estos mismos caucheros y
otros provenientes de Villavicencio quienes penetraron hasta el alto Vaupés y
Apaporis. Así mismo los peruanos a partir de 1905, cuando consolidaron su presencia
y control del Putumayo y sus afluentes, iniciaron su penetración del Caquetá, Caguán,
Cuemaní, Yarí y Mesay.
Auge del caucho y ocupación del territorio carijona
Quiero proponer una explicación de la destrucción de los carijonas, que de
cuenta de las migraciones de los tres grupos que actualmente viven en Puerto Nare,
el río Ortegnaza y La Pedrera. Pretender exactitud en todas las fechas o movimientos
poblacionales es imposible, pero trataré de mostrar las principales tendencias
migratorias, así como sus causas y circunstancias específicas.
Aunque se ha intentado en ocasiones anteriores explicar las migraciones
carijonas desde su territorio ancestral hasta sus actuales localidades<, así como la
notable disminución demográfica experimentada por esta etnia, intentaré dar una
explicación fundada en dos razones básicas, la expansión peruana al norte del Caquetá
y los precios internacionales del caucho. La causa principal de tipo regional fue la
política de la Casa Arana peruana de comprar o expulsar a los caucheros colombianos
del Putumayo y sus afluentes, llevándolos a migrar al norte del Caquetá, y a su vez
el inicio de sn expansión al norte del Caquetá, en primera instancia para capturar
los uitotos y andoques huidos de sus secciones caucheras. Esta situación puso a los
uitotos en una posición de fuerza frente a su enemigos tradicionales, llevándolos a
realizar incursiones al interior del corazón del territorio carijona en los ríos Mesay,
Cuñaré y Ajajn.
Consideramos que entre los años de 1900 y 1912 ocurrieron los eventos que
despedazaron el territorio carijona, generando las migraciones que poco a poco los
llevarían a sns actuales sitios, en procesos complejos de resistencia, huida y búsqueda
LAS CAUCHERIAS Y LA DIASPORA CARIJONA I 3 3.
Ti1E
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de áreas de refugic(teó'l'iipli.:l:ón del espacio perdido y migración final. Hasta los
años veinte algunos'°pequet~:6 grupos subsistieron en lugares recónditos de su
territorio y en algnnas malocas sobre el río Apaporis, pero las tradicionales relaciones
carijonas de comercio y alianza con los pueblos al occidente en la zona del
piedemonte, existentes desde la época colonial, se vieron rotas violentamente por la
llegada de los cancheros. Sns caminos y ríos que los llevaban desde el río Caquetá al
río Guaviare fueron ahora los caminos de entrada de los caucheros. Cuando estos
alcanzaron su territorio trajeron la ruina y destrucción.
La causa de tipo global que impulsó la ocupación del territorio carijona fue el
alza en los precios del caucho en el mercado internacional. Esto significó una
intensificación de la explotación de la mano de obra indígena para conseguir mayor
producción, lo que en términos locales quiso decir que aumentó el terror sobre la
población para obligarla a trabajar más, y aumentaron las incursiones de los peruanos
al norte del Caquetá, a territorio carijona.
Los eventos locales son principalmente las sucesivas penetraciones peruanas
al norte del Caquetá que comienzan hacia 1905. En este año, el cauchero boliviano
Armando Normand se situó en Araracuara y José Inocencio Fonseca, jefe de sección
de la Casa Arana, emprendió sus correrías por el Yarí y el Caguán. En 1909 Fonseca
ataca otra vez en el Yarí y para 1910 Urbano Gutiérrez es atacado por los peruanos.
En 1907 ya los caucheros colombianos que estaban en el Caraparaná y el Putumayo
habían vendido o habían sido expulsados por la Casa Arana, lo que los llevó a La
Pedrera, a Florencia o a Calamar. Desde estos sitios ejercieron presión sobre el
territorio carijona. En 1911, año del ataque a La Pedrera, los peruanos tenían
establecidas dos guarniciones sobre el Caquetá, Las Delicias y Puerto Pizarro, un
poco abajo de la boca del río Caguán.
A pesar de la diversidad de situaciones de los grupos territoriales carijonas, se
puede afirmar que en general el territorio carijona estaba destrozado ya en 1912 y
que de cada grupo se refugiaron familias de forma aislada en los lugares más
inaccesibles de los ríos o iniciaron sus primeras migraciones a La Pedrera. El camino
de Calamar a Pedrera se abrió en la segunda década del siglo XX y los encargados
del correo pasaron a través de sus tierras. Consideramos que ningún grupo familiar
carijona sobrevivió en su territorio ancestral más allá de 1930-1932.
Así mismo los ríos Yarí, Mesay y Cuñaré se convirtieron en sitios de refugio
de grupos nitotos huidos de la Casa Arana. Algunos de estos permanecieron allí
hasta la segunda mitad del siglo XX, cuando salieron a la Colonia Penal de Araracuara
creyendo que los peruanos todavía dominaban la región. Del Mesay y Cuñaré se
extrajo balata por parte de los andoques en los años 20 y años después, en los 50 y
60, se realizaron expediciones para matar tigres y lobos de agua. Los carijona nunca
volvieron a establecerse en las tierras de sus antepasados.
134 ~ Los carijonas de Chiribiquete
Es posible que la penetración uitoto al norte del Caquetá fuera otra razón
para que los carijonas buscaran migrar hacia el norte, dada su permanente
inseguridad. Pero la migración en esta dirección, hacia el río Apaporis, fue bloqueada
, por Gregorio Calderón, quien desde Calamar consolidó este frente de colonización
cauchera. Los uitotos que migraron al norte del Caquetá, lo hicieron corno refugiados
en forma pacífica o de forma agresiva contra los carijonas que todavía vivían en el
Mesay, Cuñaré y Ajaju. Debían estar mejor armados puesto que estaban bajo la
influencia de una poderosa casa cauchera y parece ser, de acuerdo con los testimonios
orales, que los ataques a los carijonas fueron mortíferos. La enemistad tradicional
entre estos dos grupos jugó un papel fundamental, pues aunque los uitotos estaban
sufriendo en el Igaraparaná y Caraparaná un régimen de terror, una vez establecidos
al norte del Caquetá, se organizaron en algunos casos corno grupos de choque
contra sus enemigos tradicionales.
La colonización del Caquetá por los tolirnenses, huilenses, caucanos y pastusos,
se diferencia con la colonización antioqueña tanto por la actividad que se desarrolló,
de tipo extractivo y extensivo, corno por sus dimensiones geográficas, mucho mayores
que las del eje cafetero. Esta actividad de explotación de las diversas gomas o cauchos
silvestres en su enorme extensión transformó radicalmente las selvas y- tribus
amazónicas. Nuestros bandeirantes fueron los caucheros del Tolirna, Cauca y Pasto.
La expansión hacia el oriente de los campesinos del sur andino de Colombia se
convirtió en el mayor intento de ocupación de un espacio geográfico en la historia
de Colombia.
Veremos en adelante una versión a partir de documentos escritos de los eventos
ocurridos entre 1890 y 1932, cuando por una conjunción de factores, los carijonas
se vieron atacados desde todos los puntos cardinales, obligando a la población
sobreviviente a desplazarse por fuera de su territorio ancestral.
Frontera del Caguán
En el Caguán, la colonización se activó con las noticias de los altos precios de
la quina, bonanza efímera que se derrumbó en la penúltima década del siglo XIX.
Sin embargo, la compañía Perdorno y Falla abrió el camino de Carnpoalegre al alto
río Caguán en 1876 y los caucheros bajaron en números crecientes a finales del
siglo XIX, dedicados a la extracción del caucho negro. Durante unos 15 años, y
hasta después de la guerra de los Mil Días, la extracción se realizó tumbando los
árboles y agotando el recurso rápidamente. En 1892 se fundó Puerto Rico y en
1904 San Vicente'. Florencia se fundó en el lugar de La Perdiz en predios donados
por el cauchero Urbano Gutiérrez. Las caucherías del Caguán fueron establecidas
principalmente por empresarios y campesinos venidos de los departamentos del sur
corno el Huila, Cauca y Nariño y algunos antioqueños. Muchos de estos personajes
LAS CAUCHERIAS Y LA DIASPORA CARIJONA _!_E
recorrieron la Amazonia colombiana estableciendo campamentos, conquistando
indios y en algunos casos afectaron a los carijonas corno sucedió con los hermanos
Calderón (de Pitalito), Félix Mejía(antioqueño), Salvador Perea (de Jarnundí), Urbano
Gutiérrez, Braulio Cuellar (pastuso con madre carijona) y Agustín Ciceri.
El texto más informativo sobre este proceso de caucherías en el Caguán es el
del padre capuchino Estanislao de las Corts, quien en su Nueva Excursión por el
desconocido rfo Cagudn de 1925, relata información oral recibida de Alfonso Perea,
capitán de los indios uitotos de La Cucha, muy cerca de San Vicente. Perea acompañó
al padre en su recorrido y lo ilustró con sus conocimientos históricos y antropológicos.
La excursión estaba dirigida a contactar indios salvajes, lo que lograron en
dos ocasiones, con grupos de uitotos y rnuinanes huidos de las caucherías de los
peruanos en la cuenca del río Puturnayo. En su reconocimiento Las Corts identificó
las trochas que del Caguán llevaban al Yarí, puerta de entrada a territorio carijona.
Estas aparecen enumeradas así:
- De la quebrada La Ilusión, afluente izquierdo del Caguán, aguas arriba dos
días a remo y tres días a pie hasta el Yarí.
- Trocha La Yegua, del Caguán al Yarí, que llega al sitio de Chicorá.
- Por la quebrada del Billar, trocha de día y medio al Yarí, al lugar llamado
Monterey.
- Trocha de Salamina.
- Trocha de Puerto Huitoto a Puerto Cuba en el río Yarí.
- De La Cabaña a la quebrada Luisa, afluente del Yarí que desemboca en este
río entre los chorros de Quinorotare (ponedero de Guacamayos, en carijona)
y Macuje.
Todas estas trochas amenazaban de una forma u otra el territorio carijona,
poniendo en peligro la población del Yarí.
Alfonso Perea adoptó el apellido de Salvador Perea6, pues trabajó con él du-
rante cuatro años en el Caguán, a finales del siglo XIX. Conocía los ríos Caraparaná,
Puturnayo, Negro, Vaupés, Yarí y Caguán. Según Las Corts, hablaba más de diez
lenguas indígenas incluido el carijona. Alfonso Perea ilustró a Las Corts sobre el
caucho negro del Caguán en la última década del siglo XIX, mencionando varias
agencias y sus dueños. Entre estas aparecen la agencia de Nápoles, en la quebrada
Tarariya, al igual que Las Delicias, en el Caquetá, de los hermanos Calderón, Teófilo,
Alfonso y Gregario. En el bajo Caguán, abajo de Puerto Huitoto, en la desembocadura
de la quebrada San Francisco, estaba "la antigua agencia de Félix Mejía, que tuvo
aquí una tribu de indios carijonas a sus órdenes sacando caucho"'.
Cuenta Perea que en 1912 los peruanos subieron hasta el Yarí, y por la trocha
de Puerto Huitoto sacaron gran cantidad de indios que embarcaron en cuatro bal-
sas. Estos pudieron ser grupos de uitotos y carijonas.
 LAS CAUCHERIAS Y LA DIASPORA CARIJONA 1)2

Menciona además que en 1925 todavía vivían los carijonas en el Ajaju, y que
no acompañaba al padre de Las Corts hasta allá, porque "son bravísimos. Saben
matar, son perezosos y no quieren ver a los blancos". Más adelante refirió que los
PLAN O carijonas se vestían en ocasiones con la cáscara del árbol llamado fono, pintado de
achiote y qne "se cubren desde los sobacos hasta medio muslo, bien ajustado, de
DEL RIO CAGUAN DESDE SAN VICENTE
modo que no se pueden sentar". Contó que carecían de bodoqueras y que usaban
HASTA SU CONFLUENCIA EN EL RIO CAQUETA
lanzas y flechas de chonta. "Fabrican el veneno llamado masimicú, padre del veneno
LEVANTADO CON BRUJULA PRISMATICA CENTESIMAL en traducción al castellano, poderoso en sus efectos"'.
POR EL R.P.F. ESTANISLAO DE LAS CORTS Al parecer uno de los primeros caucheros en entrar a territorio carijona, fuera
de la familia Cuellar, fue Crisóstomo Hernández, un negro que escapó del alto
Capuchino Misionero del Caquetá y Putumayo
Caquetá por haber cometido un crimen y bajando hasta la boca del Caguán encontró
ESCALA APROXIMADA. 11 920.000 una maloca de carijonas donde fue bien recibido. Allí vivió con los carijonas, estos
le dieron una mujer joven para vivir con ella y aprendió la lengua. Así pasó el
tiempo hasta que se enamoró de otra carijona y escapó con ella río Caquetá abajo,
en donde encontró un grupo de uitotos recogiendo huevos en las playas, quienes lo
guiaron después al alto Caraparaná. Ganada la confianza de los uitotos, Hernández
los puso a sacar caucho que envió al alto Caquetá, desde donde bajaron después
Gregario Calderón, Braulio Cuellar y otros de los primeros colonos del Caraparaná'.
o..i.oo.,r, •""~.fl•v... <111 Estos eventos debieron ocurrir entre 1880 y 1895. Otros negros antes y después de
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••• ftl V•••fO O t,o,o Nok>
_rO.ffloo - • • Hernández gozaron de la confianza de los carijonas, como Pedro Mosquera en
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1848 y Salvador Perea durante las primeras décadas del siglo XX.
loo,O.or.,o
Q,<oloflobBI En 1900, de acuerdo con Abe! Calderón, en el alto Caquetá estaban las agencias
de Pizarra y Cia., en Tres Esquinas, en la boca del río Orteguaza. Más abajo estaba
la agencia de Puerto Príncipe en el Caquetá, perteneciente a Mauricio Cuellar, y
más abajo La Tagua, la agencia de Emilio y Urbano Gutiérrez. En el Caguán menciona
las agencias de los Cano y los Perdomo, así como "los indios conquistados por de la
Espriella, quien también tiene agencia" y enfatiza que "el río Caguán es notable
10
porque de los afluentes del Caquetá es el que más caucho ha producido" • Aguas
abajo por el Caquetá quedaba Numancia, agencia de los señores Pizarro y Cia., que
fue en algún momento propiedad de Félix Mejía, uno de los primeros en conquistar
las tribus del alto Caraparaná.
Más abajo quedaba el puerto de Cuirá, que se llamó después Puerto Pizarro,
puerto de entrada al territorio uitoto que utilizaron los "pastusos Crisóstomo
Hernández, Domingo David, Antonino Ordóñez, Antonio Martínez, Carlos Lemus
y otros". Menciona que por aquí también entraron los hermanos Calderón, Hipólito
Pérez, Bernardo Carvajal, Olegario Silva y otros tolimenses.
Abajo de Cuirá se encontraba el puerto de los Piedras, de propiedad de José
Cabrera y Braulio Cuellar. Después seguía el puerto de los Lunas de indios uitotos,
y una hora y media más abajo "se encuentra el río Cuemañí que viene del N.E.,
Dib: Jase Feo Perea E S Santiago, Julio de 1925
Feb: 11 de 1988 Hno: Pedro Claver Marista
LIª- ~ Los carijonas de Chiribiquete
cuyo nacimiento está en medio de los ríos Caguán y Yarí. Por este río había hecho
una excursión bastantes años atrás, un señor Cuellar (pastuso), encontrando sobre
las riberas de él una nación numerosa de indios llamados carijonas, Este conquista-
dor se captó el cariño de los naturales, vivió entre ellos largo tiempo, les enseñó a
extraer cera de castilla y estableció relaciones comerciales con estos, de los artículos
que él traía a cambio de veneno y cera, cuyos productos salían de vez en cuando a
beneficiar a Pasto; cuarenta años atrás estos indios eran antropófagos y Cuellar los
rnoralizó" 11. Este Cuellar bien podría ser Manuel Cuellar, el comerciante pastuso
aliado con los brasileros que venía a comprar gente al Cuernaní y que conoció al
corregidor de Mesaya Manuel A. Ordóñez en 1870. Según Abe! Calderón, Braulio
Cuellar fue uno de los hijos que el conquistador de los carijonas tuvo con una india
carijona. Posteriormente el Cuellar viejo se instaló en el Caquetá arriba-del río
Peneya con su mujer e hijos y "los carijonas, sintiendo la falta que les hacía su
conquistador, resolvieron en su mayor parte veuirse al punto donde se encontraba y
fundaron un caserío ... Pocos años después sorprendió la muerte al conquistador y
los indios se vieron obligados a abandonar sus nuevas posesiones y regresar a sus
antiguas viviendas" 12 • Los primeros conquistadores de la Huitocia habrían sido peones
y bogas de Cuellar 13 •
Braulio Cuellar es mencionado por Vicente Olarte Carnacho corno cauchero
en el Puturnayo, en la localidad de Nueva Granada, con indios uitotos. Dice Olarte
que Cuellar, en una borrachera de brandy y champaña en un vapor de la Casa
Arana vendió su propiedad y sus indios por un precio irrisorio 14• Desde aquí Cuellar
emigró al río Cuemaní
"La vecindad más próxima quedaba a cinco días de distancia ..... y
con muchos indios carijonas (parientes de Braulio, pues la madre era
carijona) acometimos trabajos en agricultura para luego emprender la
explotación de cauchos. Pronto empezaron a llegar indios huitotos de
Caraparaná, huyendo de la cadena y el látigo con que recompensaban
los peruanos sus servicios e implorándonos protección ....
Considerablemente aumentada en Cuemañí la inmigración huitota, y
con los carijonas que hicimos venir del Yar (Yarí), del Amir (Amó), y del
Cuñaré, comandados por los caciques Takeneiko, Carerujmo y Kibbo,
se formó un pueblo numeroso. Entonces fue cuando, congregados los
salvajes, aquellos hombres primitivos, caníbales, habitadores del oscuro
boscaje, de tez bronceada, largas cabelleras, desnudas
formas ... .levantaban sus atávicos ojos oblicuos a Braulio que, erguido
en medio de ellos como un sacerdote indio, les hacía ver la causa de su
desgracia presente y sus futuras desventuras, si no procedían por una
transformación de sus costumbres y daban comienzo a su
civilización ... " 15 •
Estos últimos eventos tuvieron lugar entre 1906 y 1907, época de las
principales ventas de las caucheras colombianas a los peruanos, Ya por esta fecha el
LAS CAUCHERIAS Y LA DIASPORA CARIJONA 13 9
cauchero colombiano Buenaventura Fajardo, quien trabajaba con uitotos en Salarnina
y Montebello sobre el río Caguán, tuvo que abandonar estas tierras por la persecución
de los peruanos "que recorrían las márgenes de los ríos Yarí y Caguán en busca de
los indígenas que se fugaban de la Casa Arana a la que pertenecían por compra
hecha a los caucheros Hipólito Pérez y Gregario Calderón". Por esta razón Fajardo
emigró a los llanos del Yarí con su personal uitoto 16 •
Cuenta también Abe! Calderón, que por el Tolima entraron los antioqueños
Venancio y Francisco Gutiérrez, fundando Tres Esquinas y entrando al Cuernaní,
donde "no tardaron mucho tiempo en conocer los naturales .-por el mal tratamiento
de que fueron víctimas- que estas comisiones diferían en mucho con la índole benévola
de su conquistador y vejados y explotados tristemente, determinaron levantar sus
reales para ir a instalarse al Yarí" 17 .
Así mismo, en 1907, los peruanos atacaron a un cauchero llamado Leonardo
Cabrera en el río Caguán. Dice el documento que "le destruyeron la casa, y
encadenaron a los indios e indias, cometiendo con estas abusos incalificables. Al día
siguiente los llevaron amarrados, matando a los ancianos que no podían caminar y
a los niños" 18 •
Por su lado Agustín Ciceri optó por establecerse con uitotos y carijonas en el
río Yarí, a partir de 1907-1908. Por la declaración de Roberto Plaza ante el comisario
judicial Gabriel Valencia el día 9 de mayo de 1911 en La Pedrera, sabemos que este
conoció a Ciceri en 1909: " ... trabajaba yo en esa época en el río Bodoquera afluente
del Orteguaza ... El Sr. Ciceri me convidó para que me fuera con él a su finca del Yarí
y que se llamaba Macuje; me contraté corno su empleado y salimos para Macuje en
los últimos días del mes de mayo de mil novecientos y nueve. De Florencia salirnos
con él, Miguel Palacios, yo y los indios que él había traído corno bogas. El mismo
día que nosotros salirnos de Marsella salió también una balsa en la que iba Manuel
Arcila, y otras personas que no supe corno se llamaban, llevando ganado para la
finca de Buenosaires de don Urbano Gutiérrez. Arcila y Pedro Claros con unos tres
indios de los de don Urbano nos acompañaron hasta la boca del río Cuernaní en
comisión a buscar indios por cuenta de don Urbano". Más adelante cuenta que en
Macuje había "una casa grande con bastantes muebles y útiles de cocina Y las
herramientas de trabajo; una sementera grande de yuca dulce y brava, plátano, caña
de azúcar y maíz y unas cincuenta gallinas ... Corno a los cuatro meses de estar nosotros
en Macuje llegaron Eladio Trujillo y Martín Velásquez que venían del Apaporis, por
cuenta de don Gregario Calderón, a proponerle al señor Ciceri que les vendiera las
deudas de unos indios carijonas que él tenía y que quedaban más a la mano para
trabajar con Calderón porque quedaban muy extrabiados(sic), es decir muy lejos,
para trabajar con el señor Ciceri. Eladio Trujillo no volvió a donde Calderón; se
quedó trabajando con el señor Ciceri; Martín Velásquez se volvió para donde don
1±_0 Los carijonas de Cl1iribiquete
Gregario y según se dice lo mataron después los indios carijonas .... ". Roberto Plaza
declaró que Ciceri tenía "cuarenta indios huitotos, buenos trabajadores, fuera de
mujeres y muchachos, y cien indios carijonas de trabajo, fuera también de mujeres y
muchachos .... ". La cifra total de carijonas viviendo entre el Yarí, Mesay y Cuñaré
podría ser entonces de por los menos 600 personas, si consideramos que por cada
hombre carijona había una mujer y cuatro hijos.
A los seis meses de estar en Macuje, Roberto Plaza fue testigo del abandono
de Macuje por parte de Ciceri ante la inminente llegada de una comisión de peruanos
a órdenes de José Inocencia Fonseca 19 • Cuando los peruanos subieron hasta la última
chorrera que tiene el Cuemaní, a dos horas de Macuje, Ciceri escapó abandonando
160 arrobas de caucho, y por los ríos Mesay y Cuñaré, llegó al Apaporis, donde se
encontró con Gregario Calderón, quien le vendió una embarcación y "como los
carijonas estaban bastante retirados de la casa de Macuje, se quedaron en sus casas;
los huitotos se vinieron con nosotros; unos se nos huyeron del camino y corno unos
treinta llegaron con nosotros a Puerto Nariño" 20 • Todo indica que los carijonas que
trabajaban para Ciceri lo hacían de forma independiente aunque con alguna deuda
por mercancías que les adelantaban y no bajo la forma de una sujeción personal,
pues permanecieron en sus casas. Pero sobrevivieron a la incursión del peruano
Fonseca? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que al salir Ciceri expulsado de
Macuje Y de su puerto en el alto río Cuemaní, se encontró con Gregario Calderón,
en su agencia de Maracanaima, sobre el río Apaporis, quien le compró las deudas
de los carijonas y le vendió un bote grande para bajar por este río, como ya vimos.
En declaraciones dadas en Urania, río Vaupés, el 31 de octubre de 1910, los señores
Faustino Zabala y Pedro Fajardo declararon que "les consta que el señor Ciceri
vendió al Sr. José Gregario Calderón las mencionadas agencias de Cuemany y Macuje,
las que se vio obligado a abandonar por haber sido invadido y que al mismo tiempo
cedió a Calderón las deudas del personal huitoto y carijona en esa parte y también
el derecho de reclamar los daños y perjuicios por intermedio del gobierno de Co-
lombia, ante el gobierno del Perú ... Que les consta además que las tribus de indios
carijonas y huitotos moradores de esa parte se muestran hoy rebeldes al abono de
sus cuentas y al trabajo con colonos colombianos que con ellos viven"21 •
El viaje de huida de Ciceri tal como fue relatado por Plaza nos interesa por el
hecho de haber atravesado el territorio tradicional carijona. Cuenta Plaza:
"Salimos de Macuje por tierra y después de dos días de camino
llegamos a un quebradón, en ese quebradón encontramos dos canoas
de_los carijonas que trabajaban con Ciceri, nos embarcamos en ellas y
baJ~mos por ese quebradón como una hora, nos desembarcamos y
cogimos otro varadero y después de tres días de camino por tierra,
llegamos al río Cuñaré. En el Cuñaré encontramos una canoa también
de los carijonas, y en esa se bajó el Sr. Ciceri con Eladio Trujillo hasta
LAS CAUCHERIAS Y LA DIASPORA CARIJONA _14__1
otro puerto de los mismos indios carijonas y también sobre el Cuñaré,
a decirles que mandaran canoas para bajar la carga que quedaba en el
puerto de arriba; yo y Miguel Palacios nos quedamos en ese puerto de
arriba cuidando la carga y el resto de la gente se bajó por la orilla del
río hasta el puerto a donde había ido el Sr. Ciceri. Los carijonas
mandaron las cancias y yo y Palacios bajamos a encontrarnos con el
señor Ciceri y el resto de la gente. Del puerto de los carijonas tomamos
otro varade~o y echamos dos días de camino para llegar al Apaporis" 22 .
A Miguel Palacios lo mataron los carijonas en 1910. Este viaje por el centro
del territorio ancestral carijona nos muestra que aunque los carijonas todavía vivían
en los ríos Mesay y Cuñaré, estaban amenazados desde el sur por los peruanos y
desde el norte por el cauchero Gregario Calderón. La venta de las deudas de los
carijonas por parte de Ciceri fue una canallada contra sus fieles carijonas y para
Calderón fue su patente de corso, su excusa perfecta para entrar a los ríos Cuñaré y
Tabachineme a cobrarlas.
Para 1909, hacia el mes de julio, el administrador secciona! de rentas del
Caquetá informó que en el Caguán se encontraban Pablo Riqsin (sic) y Cia., y
Maximilano Tobar quienes "mantienen comercio con las tribus coreguajes y
carijonas". Se refiere también a los señores Urbano Gutiérrez "con numerosos indios
Carijonas y Huitotos, la compañía Perdomo y Hermanos y Glasee y Compañía en
Cuemaní, Siseres y Compañía también con indios Carijonas y Huitotos" 23 • Tenemos
pues una población indígena considerable de carijonas y uitotos al servicio de varios
caucheros entre los ríos Caguán, Cuemaní y Yarí, hacia la primera década del siglo
XX.
Sin embargo, este estado de cosas se modificó radicalmente con la instalación
de una base militar peruana al mando de Andrés Valera en el sitio de Las Delicias a
orillas del Caquetá, abajo de la boca del río Caguán, y desde donde partieron una
serie de incursiones al norte de este río, en especial por el Caguán y a la quebrada
San Bernardo, donde estaba la finca de Urbano Gutiérrez, Buenos Aires.
Leopoldo Lombana realizó un viaje de espionaje al Caquetá y al Caraparaná
por instrucciones del Gobernador en Neiva y el General José Diago, primer
comandante del Cuerpo Especial de Zapadores, e informó sobre el ataque peruano
a Buenos Aires, capturando y llevándose hasta Las Delicias, en el mes de marzo de
1912 "107 indios de ambos sexos custodiados por 16 hombres que comandaba
Valera más otros civilizados"24 • Es bastante probable que entre estos indios estuvieran
los carijonas que trabajaban para Urbano Gutiérrez.
Frontera de la Casa Arana
En 1901, la compañía colombiana de Larrañaga y Ramírez, establecida en La
Chorrera del lgaraparaná, y asociada con capitalistas de !quitos, como José J acob
142 ~ Los carijonas de Chiribiquete
Barchelon y José María Morí, asaltó la empresa de Pedro A. Pizarro y Francisco
Gutiérrez, que se llamaba La Huitocia y estaba localizada en el sitio de Los Monos
sobre el río Caquetá, arriba de Araracuara. Aquileo Torres manifestó en una carta
enviada al cónsul de !quitos el 10 de julio de 1901, que "en los últimos diez meses
transcurridos, los asesinatos de comerciantes y trabajadores, que del Tolima, Cauca
y Nariño han entrado a los ríos Putumayo, Caquetá y sus afluentes, ascienden a la
suma de cincuenta y nueve (59) victimados, todos por los indios salvajes que obedecen
a Larrañaga" 25 • Acusa además a la firma de Larrañaga y Ramírez de estar involucrada
en la venta de indios al Brasil. Por este mismo tiempo llevaron aprisionados en
barra de grillos a Iqu,itos, a los colombianos Cecilia Plata Rojas, Rafael Tovar Cabrera
y Juan de Jesús Cabrera, acusados por las autoridades peruanas del Putumayo de un
crimen cometido en el Caquetá. Larrañaga fue el primero en conquistar las tribus
del río lgaraparaná. En Pasto se encuentra un expediente abierto en 1903
denunciando estos hechos y buscando capturar a los Larrañaga, tanto el padre
Benjamín como su hijo Rafael.
Es un hecho comprobado que los peruanos realizaron incursiones al norte
del río Caquetá con el objetivo patente de rescatar indios huidos de las secciones
caucheras situadas al norte y oriente de La Chorrera, como Matanzas o Andoques,
Sabana, Entre Ríos y Ultimo Retiro. Aunque no hemos podido determinar con
precisión todas las incursiones al norte del río Caquetá en territorio carijona, sabemos
que Normand, el jefe de Matanzas desde 1905, "había estado comprometido por
muchos años en cacería de indios que habían huido al otro lado del río Caquetá
para escapar de las crueldades inhumanas que les infligía en sus esfuerzos por
obligarlos a trabajar caucho para su propio lucro" 26 .
Sabemos también, gracias a los informes de Roger Casement, que en 1906 y
por orden de Normand, Bucelli partió de Matanzas a este río, de donde volvió con
ocho indios prisioneros, dos hombres (que encadenaron), cuatro mujeres y dos
niños27 • En 1908 Augusto Jiménez, jefe de sección de Abisinia, partió hacia el Caquetá,
de donde trajo 50 indios después de incursionar bien adentro en territorio
colombiano. Estos fueron puestos a trabajar en la estación de Morelia28 •
Posteriormente, entre marzo y mayo de 1910, Jiménez emprendió una correría
desde Ultimo Retiro que duró dos meses, y de la cual trajeron 21 indios y tres
colombianos (Ramón Vargas, Mosqueiro y Tejo) quienes se encontraban construyendo
una casa29 • En septiembre de 1910 Normand y 10 compañeros más, de los cuales
seis eran "muchachos de confianza", incursionaron durante 21 días al norte del
Caquetá de donde trajeron tres hombres y tres mujeres indígenas. Iban armados con
winchesters 30 .
Arana reinó indiscutido en el Putumayo y sus afluentes, desde 1907 hasta
1928, sólo con excepción de la época de las denuncias internacionales de Roger
LAS CAUCHERIAS Y LA DIASPORA CARIJONA I4i_
Casement en 1911 y el escándalo mundial que suscitó. Con la ratificación del tratado
Lozano-Salomón por el Congreso del Perú en 1928, procedieron a sacar a la fuerza
una parte de las disminuidas y aterrorizadas tribus indígenas de esta región a la otra
banda del río Putumayo, y a los ríos Napo y Ampiyacu, en territorio del Perú.
La connivencia del gobierno de Rafael Reyes, presidente de Colombia entre
1904 y 1909, con la empresa de Julio C. Arana, llevó a los convenios de 1905 y
1906 que se llamaron de Modus Vivendi; por los cuales el Perú y Colombia debían
retirar sus guarniciones del Putumayo hasta que se establecieran límites definitivos
entre los dos países. Pero con estos convenios lo que se logró fue la desprotección de
los colonos colombianos del Putumayo, pues los peruanos reforzaron su presencia
militar. Por esta razón y ante el incumplimiento del convenio por parte de Perú,
ocurrieron las fatídicas ventas de José Gregorio Calderón e Hipólito Pérez de sus
establecimientos de El Encanto, La Florida y Argelia a la Casa Arana, entre 1906 y
1907. Esto consolidó a Arana y los militares peruanos como dueños absolutos del
Putumayo y permitió que con total impunidad fueran expulsados los caucheros
colombianos restantes del Caraparaná, matando y aterrorizando a las decenas de
miles de uitotos, horas, andoques, nonuyas, muinanes y resigeros. Desde este
momento en adelante las incursiones al norte del Caquetá aumentaron de forma
considerable, y muchos indígenas optaron por huir hacia el territorio carijona, donde
se sentían más seguros. Los carijonas resistieron estas ocupaciones hasta que debieron
huir más al norte, refugiándose en los tepuyes y viviendo trashumantes ante la
conversión de su territorio en un lugar donde incursionaban bandas armadas de
peruanos y grupos indígenas buscando refugio.
Frontera de La Pedrera y Puerto Córdoba
Los caucheros colombianos de los afluentes del Putumayo, migraron desde
comienzos de siglo XX hacia el bajo Caquetá, Mirití y Apaporis, buscando alternativas
de explotación cauchera lejos del Caraparaná, que no dependieran de los peruanos
ni del mercado de !quitos. Cuando el explorador alemán Koch-Grünberg salió del
río Piraparaná y entró al Apaporis en el año de 1904, además de los makunas y
yaunas que trabajaban para Cecilio Plata, encontró a un cauchero colombiano,
Tomás Plata, y cinco indios, entre ellos un tsahatsaha y un hianakoto, que venían de
Corinto, "el asentamiento principal de los caucheros en la confluencia del Macaya
y el Ajájo, para traer mercancías del bajo Apaporis, que almacenaban allí". Cecilio
Plata tenía otro campamento en Puerto Nariño, sobre la boca del Apaporis en el
Caquetá. Este campamento era todavía muy reciente según Koch-Grünberg, pues el
sembrado no producía todavía. Tenemos pues a los Plata con campamentos apartados
cientos de kilómetros por el río Apaporis, y al parecer asociados con la casa Calderón.
Bajando el Apaporis el explorador alemán se encontró con otro grupo de
.14:± ~ Los carijonas de Chiribiquete
LAS CAUCHERIAS Y LA DIASPORA CARIJONA 145

colombianos, seis caucheros blancos y mestizos y un ind' h h .

por el río. Más abajo llegó al campamento cauch ig:na tsa atsa a que ba¡aban varadero del Mirití al Apaporis, en 1908. Por este tiempo estaba ya Oliverio Cabrera
Sánchez en el Mirití, quien con diversos socios, entre ellos Félix Mejía, dominó este
0
1:
::: ::~;~:r:;da~e;!~a!:;:; !::~:r, quien trabajaba ;:~a c~:a~:~::!~,d:~::e:: río y a sus indios.yucunas, matapis, tanimukas y mirañas (estos últimos emigrados
alto Apaporis y el Vaupés o CayaríM;:7: r:::r:~:'.~rntr~rlas a los caucheros del del Cahuinarí), hasta los años treintas.
esclavos, pertenecían a los grupos Uitoto, Miranya, Hia:~~:;~e;: ,para no decir El mismo Mejía, en declaración jurada ante el comisario judicial de La Pedrera,
Muchos estaban gravemente enfermos de malaria Cuand 1 ' s , atlsaha y otros. el 16 de marzo de 1911, declaró qne había estado en la región amazónica "cerca de
d p • · o epreguntea acomp • 14 años durante los cuales viví una época en los ríos Caraparaná e Igaraparaná,
e rata, qmen escasamente había salido de 1 . , . , . anera
mi remero en el alto C , ., a runez, s1 conoc1a al hianákoto Kauílimu, afluentes del río Putumayo; en el Cuemañí, afluente del Caquetá y en este último
y huyó. "Prata se I h ;;:an, se sum10 en el silencio y después gritó "él es mi padre" hace cerca de tres años" 36 • Dice más adelante que vivió en Tres Esquinas, en la
a a ia comprado a otro por un panta1ón"31
Uno de los carijonas que encontró al . . 1 , . confluencia del Orteguaza con el Caqnetá, donde conoció a Emilio Gutiérrez, quien
eubeos, había sufrido el asalt d al via¡ero a eman en el río Vaupés entre los murió asesinado por agentes de La Casa Arana en 1901 en el punto El Pamar, en el
o esum ocaene!Mac d
colombianos, quienes arremetieron "contra algun d aya :or parte e caucheros río Cahninarí. Aquí s.e salvaron los bora-miraña de estos cancheros colombianos,
habían llevado mu¡·eres y mucha h . os e sus ermanos de grupo y se para caer años más tarde en manos de los peruanos.
e as consigo J ust t .
actos de violeucia, estos tres habían empr d'd amen e enco1~nzados por estos Un último avance sobre el territorio que todavía salvaguardaban algunos
de venganza hasta el alto Caiary (sic) y ::bí~no !:;:;om~;~s atras una expedkión grupos carijonas se inició en los años veintes. Hacia 1921 se comenzaron a cotizar
que encontraron en la selva "32 L .. I a cuatro colomb1anos envíos de balata en los mercados europeos y norteamericanos, creando un auge en
llamaban Kauánamu, Uakét~~u ~ 1~:~~1:::rrn~s ~ue conoció Koch-Grünberg se la extracción de esta goma, que puso en peligro una vez más a la población carijona
cuyo jefe era Rafael Tobar te , b . egu_n el, los caucheros colombianos, de los ríos Apaporis, Mesay y Cuñaré.
1 En el año de 1921 el administrador de la aduana de La Pedrera, Eladio Paz,
~!:í~eqv:~:mdás arrib a ~ar;ía :~:~r::~a :::i:\~~:roq!: ::~:::;a~!s~ao;;~;;;u:::
informó al cónsul colombiano en Manaos que habían llegado a La Pedrera "Salva-
' a e ser e1 no que conocemo h d,,
viaje desde la barraca col b. 1s oyen la como Macayarí. A tres días de dor y Julio Perea, padre e hijo" quienes informaron de invasiones peruanas "al
om iana os cauche t , b
desembocadura del río Hirisa -un afluente d 1 r~s ;man otra arraca en la Araracuara" y que "los aborígenes colombianos están atemorizados debido a los
ascendiendo este río por tres días y luego tom ~ a an a derecha del Vaupés-, y hechos cometidos antes por los peruanos y piensan abandonar el territorio" 37. En
"hasta Corinto, el puerto principal de los c::c:e~:: ::c~aie dos días se llegaba 1923, el entonces cónsul en Manaos, Demetrio Salamanca, informó también de
maloca de los umáua no le¡· os d 1 ., d , e acaya, una antigua invasiones de brasileros por el río Vaupés arriba de Yavaraté.
, e a muan e este no con I A' · "33 L ·
demuestra que para 190J y h b' e Ja¡u , o antenor El cónsul colombiano en !quitos, Alfredo Villamil Fajardo, se enteró de este
a a ian penetrado Jo h h
del territorio carijona, y que algunos d 1 .. s cauc. eros asta el sector norte proceso extractivo por un oficio del administrador de la Aduana de La Pedrera del
De acuerdo con el ma a de Koch e ~s can¡onas traba¡aban ya con los caucheros. 21 de octubre de 1922, quien informaba que había llegado esa localidad Salvador
Ahelem,; y el Itilla seríape! Anari34, -Grunberg los umaua llamaban al río Unilla, Perea proveniente.del Apaporis, "por los ríos Yaruje, Mesay, Yarí y Caquetá en viaje
de negocio trayendo goma elástica y balata extraída de dicho río" 38 , y denunciando
Al parecer el primero en entrar a la zona d I b . , .
mismo Cecilia Plata dueñ d ¡ e . a¡o Caqueta colombiano fue el la entrada de los peruanos al norte del Caquetá, en especial al Yarí y al Mesay. Los
, 0 e os puertos de Connto ¡ , M
Nariño en el río Apaporis3s E d en e no acaya y Puerto peruanos estaban con más de cien indios andoques tumbando los árboles de balata
colombiano en Manaos dice .qu n ,~n ~c~mento, Heliodoro Jarami1!o, cónsul en la boca del río Mesay.
bajo Caquetá) al ciudad~no C ·¡e Pnlom re agente rnnsular de ella (la región del Villamil en su informe afirma que "por lo dicho se ve que hacia el Yarí
ec110 ata, en 3 de Julio d 19 06 , • .
colono establecido en ella h t e , umco mdustrial o convergen actualmente distintas y peligrosas actividades a las que el gobierno debe
as a entonces· pero d · d
asesinado por los . d' " ' esgracia amente el señor Plata fue prestarles especial atención: las de la fatídica empresa del Putumayo, qne ha ensayado
m 10s yucunas N O es se
yucunas y la causa de su mu t .. . . , guro que a p 1ata lo asesinaran los ya asentar sus reales en la margen izquierda del Caquetá, las de los aventureros
. er e no es aun muy clara.
brasileños de las regiones del Vaupés y del Río Negro y las de los colombianos del
Postenormente Bredio Barrero muere a manos de lo . d'
s 1n 10s yucunas en el Caquetá quienes desgraciadamente se encuentran sin suficientes elementos para

146 ~ Los carijonas de Chiribiquete
explotar con éxito tan rica región ... " 39 •
Alberto Nieto, empleado de la aduana de La Pedrera, salió de Puerto Córdoba
el 3 de febrero de 1924, con el supuesto propósito de controlar la entrada de peruanos
al Yarí y Mesay a sacar balata, pero lo que hizo fue intentar fundar su propia
explotación. Por el camino tomó algunos indios en Puerto Córdoba, la agencia
cauchera del Mirití de Oliverio Cabrera y Gómez Posada. Llevó un indio llamado
Miguel, que trabajaba para Aurelio Gutiérrez y Salvador Perea en el Vaupés "quien
al saber que la expedición se dirigía quizás a esos lados, se ofreció a ir y no quiso
regresar puesto que su patrón se hallaba más adelante del lugar hasta donde
llegaron"40 • Este indígena era con toda seguridad carijona. En 32 días llegó Nieto a
la boca del Yarí habiendo pasado en un trayecto de casi 400 kilómetros únicamente
el sitio de El Sol, una de las secciones de la empresa de Cabrera y Gómez, donde
sembraban parte de la comida que se consumía en Campoamor, sobre el río Mirití.
En la boca del "Mesayu" (sic), en el Yarí, "encontré los vestigios o las ruinas de unas
casas incendiadas por los peruanos y vestigios también de unas prensas de madera
para prensar gomas, destruidas tambiéu por el fuego y el hacha. Al día siguiente
encontré personal indio de la tribu de los Andoques, a órdenes del peruano Miguel
Sumaeta. Algunos días después me trasladé a la residencia de dicho peruano sobre
la margen derecha del río Caquetá y un poco más arriba del caño denominado
Aduce". Más adelante informa que sabía que "dos colombianos de apellido Perea
ha (sic) asesinado cobardemente a dos indígenas moradores del Apapari y de la
tribu Carejona, sólo por el hecho de quitarles dos mujeres ... y es de suponerse que
las osamentas de seres humanos encontradas por la Expedición en las márgenes del
río Yarí son delitos cometidos o mandados cometer por nuestros vecinos al sur" 41 .
Esta denuncia contra los Perea puede referirse a las actividades de Isaías Perea, uno
de los hijos mayores de Salvador, sobre quien nos extenderemos en el último capítulo.
En cuanto a la mención a invasiones desde el sur, no tiene nada de raro que fuesen
los peruanos, continuando con esta práctica que iniciaron hacia 1905.
El cónsul Villamil Fajardo hizo de este proceso de extracción de balata por
parte de los peruanos su caballo de batalla para impedir a todo trance la permanencia
de estos al norte del Caquetá. Vaticinó que si el negocio de la balata levantaba el
deprimido negocio del caucho, los problemas de límites con el Perú se agudizarían.
En efecto y sin saberlo Villamil, en el Cuemañí se habían establecido 60 familias de
muinanes manejadas por Remigio Arana, hermano de Julio, trabajando balata en
territorio colombiano, de acuerdo con declaración de Plinio Montenegro ante el
comisario especial del Caquetá en Florencia el 16 de mayo de 1925. Arana se habría
establecido en el río Cuemaní el último verano. El comisario decide establecer un
corregimiento en la boca del Yarí, que por supuesto nunca establece 42 •
Villamil escribió diversos oficios poniendo en guardia al gobierno de los
' -~·"··=·<<>·--"" 1
1:
LAS CAUCHERIAS Y LA DIASPORA CARIJONA )47 I!
I'¡,,
posibles efectos de este proceso, e hizo una memorable expedición hasta la boca del
río Mesay con el fin de poner freno a las explotaciones de balata. Todo esto ocurrió
después del tratado de 1922 que aseguraba la propiedad de Colombia sobre el río
Caquetá. Como resultado de su expedición, emprepdida en 1924, reposan en el
Archivo General de la Nación, un informe, un mapa y' algunas fotos. En su informe
Villamil Fajardo nombra a Miguel Zumaeta acompañado de indígenas mirañas Y
andoques en el Yarí y el Mesay, extrayendo balata hasta el rápido llamado Masaca.
La sede de Zumaeta se localizaba en el quebradón El Tunche (seguramente Aduche).
Se menciona que Zumaeta empleaba el látigo y el cepo para castigar a los indios que
no cumplían con su "tarea" de balata.
En el río Cananarí se encontraban sacando balata los colombianos Miguel
Sánchez y Manuel A. Gómez, entre otros, y su éxito, anota el cónsul, " .... parece que
ha estimulado la codicia de otros aventureros del Vaupés, pnes el mismo sirio
informante (Antonio Abraham) y su compañero el venezolano Carlos Valero han
llegado hasta las solitarias regiones del Alto Apaporis, Mesay y Yarí con el fin de
43
explorar balatales por cuenta del brasileño Higinio Antonio de Alburquerque" ,
este último con fama de asesino. Más adelante menciona Villamil que las tribus
entre el Caquetá y el Vaupés, entre estas los carijonas, han disminuido mucho, Y que
en el alto Apaporis trabaja con indios carijonas Salvador Perea, dos de sus hijos Y el
antioqueño Aurelio Gutiérrez. Este último aconsejaba a los hijos de Salvador "que
44
mataran unos indios para así quedarse con las mujeres" .
Dice Villamil que estando en la boca del Mesay, "tuve ocasión de hablar -
sirviéndome de interprete- con varios indios carijonas del alto Yarí quienes me dijeron
que era cierto que Zumaeta, acompañado por dos empleados blancos Y muchos
indios Andoques y Mirañas, había trabajado balata en la margen izquierda del
45
Caquetá y en ambas márgenes del Yan, y Mesay, d urante bastantes 1unas... " . Los
capitanes andoques se llamaban Marimiame, Marimegeppe y Doñacoy. Villamil
encontró cinco tambos entre la boca del Yarí y la del Mesay, dos en la margen
derecha y tres en la izquierda. Entre la boca del Yarí y Araracuara encontró tres
tambos en la banda izquierda del río Caquetá. A la altura de El Sol, ya bajando por
el Caquetá, halló dos indios mirañas refugiados que venían huyendo de la Casa
Arana y los embarcó hasta La Pedrera. Se llamaban Teja y Quiriamé. Un mes más
tarde llegaron a La Pedrera cinco indios mirañas, uno de los cuales, el capitán
Tiracaguaco, había sido flagelado y le habían quitado su esposa e hijo.
Como resultado de las gestiones de Villamil Fajardo ante el Prefecto de Loreto
en !quitos, el cauchero de la Casa Arana Miguel Loaiza escribió desde El Encanto
un telegrama, en el cual afirmaba que ellos· no podían impedir que los andoques Y
uitotos pasaran a la banda izquierda del río Caquetá a hacer sus cacerías, Y que
"además indios carifonas vienen orilla derecha ofreciendo productos en venta a
l4I ~ Los carijonas de Chiribiquete
nuestros peones, transacciones que tratamos de impedir objeto evitar reclamos por
saber que extractores colombianos con carifonas en margen izquierda trabajan balata
y atribuyen destrozos realizados en árboles por ellos mismos a gente este lado ... "46 •
No creo lo afirmado por Loaiza que los carijonas comerciaran con los peones de
Arana, pues contrario a esto les huían y por esto estaban ya en el Apaporis o el alto
Yarí, lejos de su influencia asesina. Pero las incursiones peruanas al norte del Caquetá
continuaron hasta 1928, ordenadas por Carlos Loaiza y Remigio Vega. Miguel
Zumaeta denunció a su vez que un grupo de peruanos y "muchachos" indígenas
(Froilán Muinan, Pablo Ocaina, Nitibe Bora, cuñado de Remigio Vega, Cudiñeco
Andoque y algunos uitotos), atacaron a un grupo de andoques cerca de Araracuara,
"los amarraron y azotaron de la manera más cruel, y cometieron con las mujeres e
hijas de los indios toda clase de tropelías. Los llevaron presos a Chorrera, donde los
embarcaron en la lancha El Agui!a y llevaron para el Putumayo". En enero otras
comisiones armadas fueron enviadas al norte del Caquetá, "con orden de cometer
toda clase de crímenes y ya tienen cometidos muchos, quien sabe cuantos más
cometerán, pues han ido hasta el alto río Mesay... "47 •
Por su lado, Salvador Perea también extrajo balata con un grupo de carijonas
en el Apaporis, en un proceso que duró aproximadamente 1 O años, durante los
cuales una epidemia diezmó a este grupo que según Schindler tenía 900 personas.
Posteriormente los carijonas sobrevivientes bajarían con Perea a La Pedrera. No
conocemos la fuente de Schindler para calcular la población carijona del Apaporis
en esta época, pero supongo fue una versión oral, pues en todo su texto no especifica
qué carijonas le ayudaron con sus relatos en su trabajo histórico. Por el censo del
año 1928 se sabe que Perea tenía menos.de 50 carijonas a sus órdenes en el Apaporis,
o sea que su disminución fue brutal. Además tenemos el testimonio complementario
de José Suárez quien dice que en 1928, el Mesay y el Cuñaré eran-puros rastrojos
sin habitación carijona alguna. Además fue en este período de diez años que Isaías
Perea y seguramente algunos de sus hermanos, emprenderían su carrera de destrucción
contra los carijonas. El mismo corregidor del Apaporis, Benjamín Nieva, fue acusado
en 1931 de "abuso indebido" con las mujeres carijonas del "Macaya en casa de
Salvador Perea .. " 48 •
Frontera del Vaupés y el Apaporis
Desde el Vaupés la colonización cauchera se inició de forma más tardía que
en el Caguán y el Putumayo, llegando los primeros desde el Caguán posiblemente
desde finales del siglo XIX, y desde San Martín a La Sal, primer puerto sobre el río
Guaviare, a comienzos del siglo XX. La Sal y San José, así como la trocha a Calamar,
eran en 1907 propiedades de Gregario Calderón. Según Hamilton Rice, San José
era "el sitio de un asentamiento miserable de indios de pantano, y La Sal unas
LAS CAUCHERIAS Y LA DIASPORA CARIJONA _149
cuantas horas río abajo, era el puerto de entrada al país del Vaupés. Para 1912 ya La
Sal había sido "abandonada y ahora un pueblo de unas veinte casas existe en San
José, de donde los indios han huido" 49 • La trocha La Sal-Calamar se había ampliado
en los últimos cinco años para permitir el paso de ganado, mercancías y caucho. La
trocha se atravesaba en seis días. Calderón habría sido el fundador de Calamar con
Manuel Olarte.
Sabemos que Gregario Calderón estaba establecido en elApaporis hacia 1904,
y que con el producto de la venta de sus posesiones en el Putumayo a Arana fortaleció
sus caucheras en el Apaporis, Vaupés y Guaviare. Había recorrido desde el Caguán
y alto Caquetá donde tuvo la agencia de Las Delicias hacia finales del siglo XIX,
hasta el Caraparaná y Putumayo, y a comienzos del siglo XX llegó al Vaupés. Desde
1905 su hermano Alonso "acompañado de un grupo de colombianos se trasladó al
río Vaupés para conquistar las tribus de ese territorio. Ya para 1906 Gregario y
Alonso Calderón llevaban invertidos en la empresa doscientos mil soles. "La primera
expedición ... pereció a manos de los feroces andoques. No obstante este fatal suceso,
los Calderón llevaron sus esfuerzos adelante, y en la actualidad tienen muchas tribus
salvajes y reducidas al trabajo de explotación de caucho"50 • Por estos tiempos sujetaron
algunos grupos carijonas, con toda certeza. Calderón tuvo las agencias caucheras de
Maracanaima en el río Apaporis, antes de 1909, y de Tabachinemu y Cuñaré a
partir de 1910, en el corazón del territorio carijona.
Pero las primeras referencias concretas a las caucherías del río Vaupés, están
en el libro resultado del viaje de Koch-Grünberg por el !sana, Ayarí, Tiquié, Vaupés
y Apaporis, entre 1903 y 1904. Aunque recorrió el río Vaupés hasta arriba de
Yuruparí, estando en su curso bajo le contaron acerca de "otros abusos que habían
cometido los colombianos en la región de la cabecera del Caiary, donde habían
entablado una sangrienta lucha con los umáua, una tribu generalmente pacífica"51 •
Cuenta además que los eubeos cambiaban instrumentos de hierro y cuentas por
flechas envenenadas que proveían los carijonas, y que "en tiempos recientes venían
muy poco, ya que estaban trabados en una sangrienta guerra con los colombianos" 52 •
Esta lucha pudo haber sido el proceso de resistencia a la conquista que emprendieron
los carijonas contra los Plata, Tobar y Salvador Perea. Posteriormente llegarían los
Calderón. Pero no tenemos documento alguno sobre esta época. Camilo Robayo
menciona que en un texto de Koch-Grünberg en alemán, este dice que los carijonas
que conoció en un asentamiento eubeo del río Vaupés, habitaban en el río Macaya
y desde hacía varios años traían caucho y llevaban mercancías desde el Vaupés53 •
Estos datos indicarían que los carijonas pueden haber estado resistiendo a los
caucheros en el alto río Apaporis, desde finales del siglo XIX.
La Comisaría Especial del Vaupés se creó mediante el decreto 1131 del 5 de
diciembre de 1910, siendo hasta entonces parte del Territorio del Caquetá. En su
150 ~ Los carijonas de Chiribiquete
informe como comisario del Vaupés, en marzo de 1911, el señor Carlos Fraser
destacó que a la región habían llegado cerca de cuatrocientos caucheros que venían
"desde el río Caguán, región que abandonaron por haberse acabado dicho caucho y
van, si se quiere, de paso destruyendo el caucho negro que encuentran y avanzando
hacia el río Negro: por estos contornos no les resisten cuatro años más .. " 54 •
Más adelante se refiere a Salvador Perea establecido en el río !tilla, "hombre
de color, casado y fundador de una familia de muy robustos trabajadores ... Habla
las lenguas de las distintas tribus salvajes de la región, tiene a su cargo unos sesenta
indios carijonas, a los que tiene cómodamente alojados y trata bien. Este señor tiene
que ir diez y seis días de su plantación para encontrar donde cauchar" 55 • Al parecer
sacaban caucho del Yarí y sus afluentes o del Apaporis, pues de otra forma no se
explica que tuvieran que recorrer tal distancia. La otra posibilidad es que se hallara
refugiado aquí ante las invasiones peruanas al norte del Caquetá. En un comienzo
Perea traía su mercancía de Villavicencio y parece ser que después optó por el camino
del Brasil, primero bajando el Vaupés, después el Apaporis y luego prefiriendo la
plaza de La Pedrera56 •
Vale la pena transcribir las palabras de Fraser sobre unas expediciones que
hizo a los ríos Ajaju y Vaupés. Del Ajaju cuenta que "es un bello río y diferente de
todos los otros de la región. Sus curvas son majestuosas, y a cada una aparecen
enormes y fantásticos peñones que semejan ruinas de castillos feudales o enormes
estatuas talladas por los cíclopes y medio derruidas por el transcurso de los siglos.
El principal de ellos es el denominado cerro de La Campana, al cual se puede
ascender por una senda sumamente escarpada, hasta una enorme cornisa, en donde
hay una piedra que tiene la particularidad de que suena al golpearla exactamente
igual a una campana ... En esa cornisa hay muchas figuras de animales pintadas en la
roca, seguramente por los indios". En cuanto al Vaupés cuenta que "arriba del Lago
de Pazos, en el punto llamado Nare, hubo una trocha de unas seis leguas, que
comunicaba el Vaupés con el Yare o Macayare, y bajando este cuatro días, se encuentra
su desembocadura en el Apoporis (sic). Yo quise hacer una exploración, pero los
bogas no quisieron acompañarme por temor a una tribu de indios carijonas
establecidos por allá, y mal prevenidos contra los blancos" 57 •
Con la toma de La Pedrera por los peruanos a mediados de 1911, la reacción
del gobierno, a más de diplomática, fue consolidar la aduana de La Pedrera y buscar
comunicar la colonización del Vaupés y su centro en Calamar con el bajo Caquetá,
para lo cual conformó la Expedición Colonizadora del Vaupés a finales de 1912, en
la que participó Gregario Calderón como práctico. De forma al parecer casual se
encontraba dentro de los miembros de la expedición Hamilton Rice, el explorador
y geógrafo, quien se encontraba efectuando su segundo viaje a esta región de Co-
lombia.
LAS CAUCHERIAS Y LA DIASPORA CARIJONA )í_I
Parte de la labor de la expedición fue consolidar el camino entre el Unilla y el
!tilla, y el puerto de San Camilo en este último río, pasando de hacer un viaje de 14
días por agua entre Calamar y San Camilo a un viaje de dos días por tierra. Esto
perjudicaba considerablemente a los carijonas, más aún cuando el informe de la
expedición decía que "la sola idea de que el gobierno seguirá mejorando la pica que
hizo la expedición de San Camilo en adelante, ha entusiasmado a los habitantes de
la región y se preparan algunos para ir a establecer trabajos en este verano a Puerto
Paulina sobre el río Macaya". Dice que en el río Macaya se encontró mucho caucho
y que era muy rico en pesca y cacería. Al pasar el Macaya debieron pasar "las
inmensas montañas de piedra que se encuentran al otro lado del río y sólo con un
indio muy práctico y dándole una vuelta a uno de los cerros, se pudo pasar las
cordilleras buscando la pica que en otro tiempo tuvieron los Carijonas" 58 • Estas
montañas entre el Macaya y el Ajaju eran llamadas por los indios carijonas
Chiribiquete. Al Ajaju llegaron sólo 4 expedicionarios el 11 de noviembre de 1912,
entre ellos Rice, quien fijó las coordenadas geográficas de un punto sobre este río.
El propósito de la expedición era llegar hasta el Mesay pero dificultades
logísticas, como falta de víveres y embarcaciones no lo permitieron. El comisario
especial por esta época, Benjamín J aramillo, sugirió que en un segundo viaje se
podría llegar "a las sabanas del Mesay, dejar allí alguna autoridad con algunos
soldados en forma de zapadores, que diera protección a los indios y al mismo tiempo
procurar atraerlos pues parece que allá se encuentran los indios que por el maltrato
que les dieron las compañías caucheras en los puertos de Tucunaré, Corinto y Macuje
tuvieron necesidad de refugiarse a esas sabanas"59 • Más adelante plantea el informe
que entre la tribu de los carijonas "hay algunos a quienes les tocó sufrir las crueldades
del Perú"'º. Un oficio de la Comisaría del Vaupés, fechado del 4 de enero de 1913
en Calamar, informa que "por individuos que acaban de llegar de Caquetá .... parece
que caucheros y militares peruanos han llegado hasta las sabanas del Mesay en
busca de indios que han venido huyéndoles. Los mismos empresarios caucheros
colombianos parece que piensan venir a establecerse por aquí porque no son capaces
de resistir a los peruanos" 6 l,
Durante su descenso del río Vaupés en 1907, Rice bajó con ocho indios eubeo
"en compañía de José Espriella, un joven de gran inteligencia natural cuya madre es
muy importante entre la nación carijona, su esposa es una huitota y él mismo domina
varios dialectos indígenas ... " 62 • José Espriella debe ser hijo de Ramiro de la Espriella,
1111 cauchero del Caguán, de origen costeño, lo que nos indicaría que este último
trabajó con indios carijonas. Después se reunió con su compañero el teniente Bauer,
quien durante el tiempo que Rice estuvo en el Chiribiquete, había bajado el Vaupés
hasta Puerto Nare, un asentamiento indígena para esa época. Juntos, Bauer y Rice,
iniciaron el descenso de Caño Grande el 24 de enero de 1913, llegando hasta San
152 ~ Los carijonas de Ciliribiquete
Gabriel en el río Negro por la vía de los ríos Papuuaua e !sana.
Dice Rice que el verdadero nacimiento del Vaupés es el río Itiya, y afirma que
Uniya quiere decir gusano en carijona, mientras que Itiya querría decir pau¡i'I en la
misma lengua. A mi modo de ver estas dos palabras no parecen carijona, por su
terminación en ya. Observa también que el Vaupés es una selva desolada entre la
unión de estos dos ríos y la cachivera de Yuruparí; sin embargo, en su mapa sitúa las
localidades de Miraflores y Puerto Nare, y de este último sitio marca una trocha
que llevaba al río Apaporis. Plantea que el río Vaupés tiene treinta cachiveras y
sesenta correntadas, lo que hace de su navegación un riesgo permanente, y anota
que en 1912 Calamar era un pueblo de más de 20 casas, mientras que en 1907 tenía
apenas dos ranchos y una cocina. Dice que la nación carijona "ocupa el territorio de
los ríos Macaya Y Ajaju y algunos de sus miembros incursionan al territorio del
Vaupés y son el vínculo entre la nación uitoto y las tribus del Vaupés" 63 • El
antropólogo Hugh Jones plantea que los carijonas habrían destruido Calamar, lo
que no parece factible de acuerdo con las fuentes.
En el año de 191 O Gregario Calderón tenía caucherías establecidas en el
Apaporis, el Cuñaré y el Tabachineme (sic). Por lo visto entró en conflicto con los
peruanos puesto que ocupaba personal uitoto en su empresa. Dice Calderón que "el
16 de septiembre de 1910 fui atacado por los peruanos y los indios que tenían a su
mando en un afluente del río Cuñaré, resistiendo tal ataque en compañía de Pedro
Fajardo, Anastasia y Marcos Güitotos (sic) hasta que rechazamos a una legión de
más de veinte individuos, debido al punto favorable que ocupábamos, pero al
occidente a alguna distancia y en la misma noche del 16 de Septiembre, fueron
asaltados siete compañeros míos llamados Abelardo J áuregui, Manuel Antonio
Cuellar, Vicente Reyes, Napoleón Núñez, Enrique Barrera, Juan Chacón, y
Maximiliano Bastidas, todos los cuales fueron vilmente sacrificados por los peruanos
Y sus indios ..... De los compañeros que indiqué al principio traje, a fuerza de muchos
cuidados y a mis expensas a Pedro Fajardo quien se hallaba gravemente herido en la
cabeza de un fuerte machetazo que sufrió en el parietal.. .. Estoy listo a jurar esta
queja y a suministrar todos los datos que el gobierno crea necesarios a fin de de-
fender el rico e importante territorio del Caquetá, donde he vivido por más de 26
años ... "'4. Es muy curioso que no nombre la etnia de los indios que acompañaban a
los peruanos.
Hay una mención a un hecho de resistencia carijona, al parecer diferente del
caso anterior, pues tuvo lugar entre mayo y junio de 1910 y no septiembre, pues en
una carta sin firmar con fecha 7 de abril de 1911, que sospecho fue escrita por José
Carulla o alguno de sus socios (pues nombra dos fundaciones de su propiedad como
eran Orocué sobre el Itiya y Tunamare sobre el Macaya), se afirma que el obstáculo
para "el desarrollo de esta región está en los indios que habiendo sido tratados
LAS CAUCHERIAS Y LA DIASPORA CARIJONA W
bárbaramente por individuos blancos o racionales, juraron venganza al elemento
blanco, siendo una prueba de ello el desastre ocurrido a una expedición de D. José
G. Calderón, que en mayo/junio último fue asesinada cerca de las bocas del Yaré
(sic), muriendo en el desastre ocho blancos y algunos indios adictos a estos"".
Tampoco nombra la etnia que los atacó. El tal río Yaré es el actual Macayarí, de
acuerdo con el mapa del ejercito colombiano de 1911. Este mapa muestra el grado
de penetración para la época en el territorio carijona, pues aparecen múltiples trochas
atravesando su territorio ancestral. A pesar de su resistencia en variados encuentros
contra caucheros colombianos, peruanos y uitotos, me da la impresión que hacia
1913 esta resistencia había sido destruida. Algunos grupos carijonas subsistieron
pero quebrantados, disminuidos en población y seguramente con dificultades de
alimentación dado el estado de zozobra y huida a lugares de refugio en las serranías.
En su relato de viaje al Chiribiquete, Rice comenta que tuvo dificultades para
conseguir bogas y cargueros pues a más de las enfermedades de un año antes, en
1911, doce caucheros y 26 indios uitotos habían sido asesinados por los carijonas.
Cuenta que conoció a Gregario Calderón, un tolimense que tenía una gran empresa
cauchera pero que "incitados por los peruanos los indios Carijonas atacaron el
campamento de Calderón en los ríos Tabachenemue y Cuñaré, tres veces en veinte
días matando a sus recolectores de caucho e indios Huitotos"". Estos ataques
carij~nas tuvieron lugar en el corazón de su territorio y revelan un intento desesperado
por conservar su tierra natal.
Aunque no creo en una alianza de carijonas y peruanos contra Calderón,
pues el remedio era peor que la enfermedad, es posible que los peruanos estuvieran
por esta época intentando rescatar a los indios uitotos que comenzaron a huir al
norte del Caquetá a partir de 1905. De cualquier forma la penetración caucher~ :
desde el Caguán, el Vaupés, el Apaporis y el Caquetá, dest:uyó la independencia_~<
carijona y de aquí en adelante su única esperanza fue migrar a lugares donde,
esperaban no ser asesinados, así tuvieran que estar bajo el control y protección, en
diversos sitios, de Braulio Cuellar, Salvador Perea y Gabriel Mora. ,
A partir de 1920 las tierras del Mesay y el Yarí fueron ocupadas por uitotosj
huidos, y por diferentes caucheros, entre quienes estuvo\Oliverio Cabrera. José,
Suárez, indio de Los Piedras de los uitotos, nacido en el Mesayz cuenta que cuando1¡
entró /a Ruber (Rubber Development Corporation) en los años 40's, un peruano\
que se llamaba Tomás Torres estaba balateando en el Mesay con yucunas y mninanes. ·
Había como 100 personas y fue en este momento que encontraron a su familia que
se había refugiado en este lugar hacia 1922. Años más tarde, en 1959, otro grupo
uitoto fue encontrado en el río Cuñaré por Alberto Zumaeta, y al sacar a las mujeres
y niños a Araracuara, allí enfermaron y murieron en su mayoría. Los hombres, tras
sacar caucho con el nuevo patrón, encuentran que sus familias han muerto Y
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Detalle del mapa de la Amazonia colombiana elaborado por el Ejército

Nacional en 1911 (AGN)
 Los ca rijo nas de Chiribiquete
reconstruyen una pequeña comunidad en Araracuara, en lo que se llama hoy el
Charco del Niño Dios.
Posteriormente el Mesay fue recorrido por bandas de cazadores de nutrias y
tigres que asolaron la Amazonia, pero esta vez las víctimas no serían los indígenas
sino los animales, la fauna silvestre. Las tierras ancestrales de los carijonas se
convirtieron así en zona de refugio de los uitotos, como ya mencionamos, y en una
suerte de reserva natural sujeta a las vicisitudes de los auges extractivos.
NOTAS
1
Bates H.W. The naturalist on the ..... Op.ot.
2
AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 726, carpeta 197, folio 57 (r
y v).
3
ACC. Indice de documentos manuscritos, paquete 233, legajo 56.
4
Schindler Helmut. Etnohistoria de los Cari/ona en el S/(710 XX En:
Montalban, no. 6, Caracas, 1977.
5
Abadía Martín. Estudio sobre la colonización del Alto Caquetá en la
región comprendida con el nombre de Alto Caguán. En: Boletín de la
Sociedad Geográfica de Colombia, Bogotá, 1934.
6
Salvador Perea trabajó con los carijonas en el Caguán, Vaupés y Apaporis
desde la última década del siglo XIX hasta los años treintas.
7
De las Corts Estanislao. Nueva excursión .... Op,cit., p.73.
8
lbíd, p.11 O. Cuenta el viajero Joaquín Rocha (1903) quien recorrió el
Caquetá hasta Puerto Pizarra para de allí pasar al Caraparaná y por el río
Tamboryacu al Napo e lquitos, que las tribus ta mas, coreguajes y
macaguajes no llegaban para 1903 a 400 habitantes mientras que los
carijonas del Yarí "son los indios más interesantes del bajo Caquetá, más
LAS CAUCHERIAS Y LA DIASPDRA CARIJONA 152
industriosos e inteligentes que los demás salvajes del territorio, y como
valientes, temidos por los uitotos sus vecinos. Fabrican hamacas muy
solicitadas por la calidad de ellas, superiores a las demás de fabricación
indígena; curare o veneno, el mejor que puede conseguirse, mejor aún
que el de Lamas traído de lquitos; y en vez de cusmas para vestirse ellos
mismos, camisas de la cáscara de un árbol, primorosamente labradas y
con fortaleza suficiente para no dejar pasar la flecha hasta la piel, de
modo que esas camisas les sirven también de cotas de malla .. ,Se habla
también de un veneno, la maya, que aplican espolvoreándolo en una
hamaca ... y que ese polvo absorbido por la boca y narices, o aun por los
poros, mata infalible e instantáneamente. Se dice que cuando el
Carijona va a cosechar la maya, espera que el viento sople por el lado
contrario a aquel por el cual necesita aproximarse a la planta y que le
sería fatal omitir esa precaución .. ," (Rocha Joaquín. Memorandum de
!1aje. Regiones Amazónicas. Casa Editorial El Mercurio, Bogotá, 1905,
pp.86-87).
9 Domínguez Camilo, Gómez Augusto. La economía extradiva en la
Amazoma Colombiana 1850-1930. Tropenbos - COA, Bogotá, 1990,
pp.202-218.
"Calderón Abel. !1a;es del Caquetá y Putumayo al Amazonas. Imprenta
de Hernando Santos, Bogotá, 1904, p.13.
11
lbíd, p.14.
12
!bíd
13 Los carijona del Orteguaza fueron visitados por el historiador Juan
Friede en 1945, y para este tiempo vivían con los coreguajes. Fabián
Valencia, un carijona de 60 años, le contó que ellos vinieron desde las
tierras del Vaupés (que creo fue la Comisaría entonces existente y no el
río) y que el asentamiento antiguo de los carijonas era el río Mesaya,
afluente del bajo Yarí. Más adelante relata Friede que "se fueron de
Mesaya debido a vejaciones por parte de los caucheros peruanos y
pasaron por tierra al río Yarí, donde los conquistó Braulio Cuellar, para
quien siguieron cauchando. Una vez mientras estaban trabajando en la
selva, los peruanos atacaron el campamento de Cuellar, cerca de la
quebrada Guisa. Debido a esto los indios se bajaron por montes y
quebradas directamente a Puerto Pizarra, sobre el Caquetá ... " (Friede
Juan. Algunos apuntes sobre.... Op.ot., p.262). La quebrada Guisa, que
aparece como Luisa en algunos mapas, es un afluente del río Yarí,
cercano al río Caguán. Más adelante re!ata que algunos carijonas se
fueron a la boca del Orteguaza junto con los ta mas, después a
Cosacunte en el Caquetá donde vivían independientes y después,
obligados por el corregidor de Curiplaya y los misioneros, llegaron al río
Bodoquera donde los coreguajes y de ahí al río Pescado y luego a
Gerumani y Santa María. Dice además que sucesivas epidemias de
sarampión y fiebre amarilla, que en un sólo mes mataban hasta
cuarenta personas, fueron las causas de las sucesivas migraciones.
Escapaban de un flagelo. Cuenta por último que según Marcos
Manchola para 1945 había todavía un grupo carijona viviendo entre el
alto Yarí y el Guayabera.
14 Olarte Ca macho Vicente. Las crueldades de, los peruanos en el
Putumayo y en el Caquetá. Imprenta Nacional, Bogotá, 1932, p.67.
15 lbíd, p.68.
16 AGN. Fondo Ministerio de Gobierno (Sección República 1ra), T. 974,
fls.351 y SS.
158 Los carijonas de Chiribiquele LAS CAUCHERIAS Y LA DIASPORA CARIJONA 152_

48 AGN. Fondo Ministerio de Gobierno (Sección República, 1 ra), T.1000,

"Calderón Abel. !1á;es del Caquetá..... Opot., p.15.
18
AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 741, carpeta 320, fl.64. fls. 632 y SS.
19 49 Rice Hamilton. Further exp!orations in the North-west Amazon Basin.
José lnoncencio Fonseca fue uno de los peores criminales de la Casa
Arana, jefe de las secciones de Ultimo Retiro, Occidente y Sabana entre En: The Geographical Journal, vol.XLIV, no.2, London, agosto de 1914,
1906 y 191 O, y tras las investigaciones de Casement, huyó al Brasil. p.147.
20 50 Pardo Ricardo María, Informe que el inspedor del censo en la provincia
AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 743, carpeta 334, fls. 66-75.
Los uitotos que trajo Ciceri a Puerto Na riño terminaron trabajando para de Ca!da5✓ señor don Ricardo María Pardo, rinde al señor Gobernador
la empresa del Mirití de Félix Mejía y Oliverio Cabrera. del pepartamento sobre la región del Caquetá. En: Región del Caquetá.
21
AGN. Archivo Diplomático y Consular, carpeta 238, caja 123, fls. 168- Documentos relativos a su colonización y estado actual Imprenta del
171. Departamento, Popayán, 1912, p.9.
22
AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 743, carpeta 334, fls. 66-75. 51 Koch-Grünberg Theodor. Dos años entre ..... .T.1, p.244.
52
23
AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 734, carpeta 265, fls. 120- lbíd, T.II, p.67.
53 Robayo Camilo. Babel de nuevo erigida. El caso de la lengua cari¡ona.
124.
24
AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 743, carpeta 333, fls. 105· En: Lenguas Amerindias, Condiciones sociolingüísticas en Colombia.
110. Instituto Colombiano de Antropología, Bogotá, 1997, p.567.
25 54 AGN. Fondo Ministerio de Gobierno (Sección República 4ta), T.62, fls.
AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 726,carpeta 198, fls.22-23 (r
y v). 310-322.
55
26
Correspondence respecting the treatment of british colonial subjects lbíd
and native ti7dians employed ti7 the collectton of rubber in the 56 Sa!vador Perea llegó a la zona del Vaupés proveniente del Caguán a
Putumayo distrtd. Harrison and sons, London, 1912, p.36. comienzos del siglo XX y a la región de La Pedrera en los años veintes a
"lbíd, p.13. vender caucho y balata que traía desde el Apaporis con indios carijonas.
28 57 AGN. Fondo Ministerio de Gobierno (Sección República, 4ta), T. 63, fls.
Jbíd, p.82, Es probable que esta incursión afectara mas el teritorio
mi raña que el ca rijo na, por la ubicación misma de Abisinia y Morelia en 432 y SS.
5 s AGN. Fondo Ministerio de Gobierno (Sección República, 1 ra), T.718,
el medio río Cahuinarí.
29
lbíd, p.35,88. fls. 164-169.
30
lbíd, p.94. 59 lbíd
31
Koch-Grünberg Theodor. Dos años entre ..... T.2, p.283. '° lbíd
32
lbíd, p.106. s1 AGN. Fondo Ministerio de Gobierno (Sección República, 1 ra), T.718,
33
lbíd, p.107. fls. 193-194.
34
lbíd, pp.108-109. s, Rice Hamilton. The river Vaupés. En: The Geographical Journal,
35 London, 191 O, p.687.
Plata había estado también en el Putumayo pues fue tomado preso por
los peruanos en 1901. La localidad de Pueto Nariño coincide con la "!bid, p.690.
actual base militar brasilera de la Villa Bittencourt. "AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 743, carpeta 333, fl. 146.
36 65 AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 133, carpeta 326, lis. 20·
AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 743, carpeta 334, fls. 44-46.
37
AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 124, carpeta 249, fl. 133. 21.
Equivocadamente dice Paz que estaban extrayendo zarzaparrilla, pues ss Rice Hamilton. Further explorattons ti7 the ... Op.cit., p.148.
sabemos que era balata; y que los Perea vivían en Salami na y El Encanto,
dos lugares que debieron estar situados al norte del Caquetá pero que
este no supo localizar.
38
AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 727, carpeta 204, fl. 141.
39
AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 727, carpeta 204, fl. 71.
40
AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 743, carpeta 331, fls. 140·
141.
41
AGN. Fondo Ministerio de Gobierno (Sección República, 1 ra), T.922, fls.
9-11.
42
AGN. Fondo Ministerio de Gobierno (Sección República 1 ra), T. 922, fls.
12-13
43
AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 727, carpeta 205, fl. 70.
44
lbíd, fl.76.
45
lbld
"AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 726, carpeta 198, fl. 116.
"AGN. Archivo Diplomático y Consular, caja 728, carpeta 208, fls. 132 y
SS.
Los carijonas de La Pedrera

E
n este último capítulo utilizamos las versiones orales recogidas con
los carijonas de La Pedrera de manera a dar una explicación de lo
ocurrido de acuerdo con su propia versión de la historia, aunque
citamos algunas fuentes escritas con el fin de dar un marco temporal a los hechos.
Los carijonas sobrevivientes al auge cauchero viven hoy en día en tres
localidades de la Amazonia colombiana distantes a cientos de kilómetros por ríos y
quebradas. Unas pocas familias viven con los coreguajes o corebaju, en el río
Orteguaza, y otro grupo habita en la localidad Puerto Nare, sobre el río Vaupés. En
ambos casos están inmersos en medio del conflicto armado y las fumigaciones de
cultivos ilícitos. Por último, algunas familias viven en asentamientos dispersos desde
Manacaro en el bajo Caquetá hasta La Pedrera, en comunidades multiétnicas con
predominancia de indígenas yukunas y mirañas.
En 1982 los historiadores Llanos y Pineda, plantearon la hipótesis de que
para mediados del siglo XIX, "los carijonas, después de 3 siglos de contacto con el
blanco, estaban probablemente, más prepotentes que antes" 1 y sugieren que el
contacto colonial los habría fortalecido en vez de debilitarlos, como les pasó a la
mayoría de sus vecinos. Por lo que nosotros hemos visto a lo largo de este texto,
aunque se destaca el carácter independiente de los carijonas así como su ánimo
guerrero, observamos que su población disminuyó de forma constante desde 1782,
perdiendo territorios y viéndose cada vez más amenazada. De cerca de 20.000
habitantes en esta fecha pasaron a la mitad a mediados del siglo XIX, y para 1920,
calculamos eran menos de 1.000.
 Los carijonas de Chiribiquete
La supuesta expansión carijona estaría basada en una interpretación errónea
de los datos que proporciona Crévaux de su viaje de 18 79, pues es claro que la tal
expansión es apenas tres ranchos en el alto Caquetá en el sitio de Quinoró y un
pequeño poblado cinco días aguas abajo de Araracuara, como vimos antes. Además
en su mapa Crévaux situó a los carijonas en el alto Caquetá, Caguán y Yarí, y lo que
se deduce de su relato es más bien una expansión de los grupos uitoto. Su mapa
,¡', muestra una ocupación uitoto del río Caquetá, desde abajo del río Caguán hasta
·"'(\', más abajo de Araracuara. Además Crévaux confunde a los andoques con los uitotos,
1
., aumentando así el área de poblamiento de esta última etnia.
1 de las epidemias y enfermedades en la definitiva declinación demográfica y política
Sin embargo, hemos encontrado un indicio acerca de un antiguo poderío y
hegemonía carijona en un relato del cantor miraña, Luis Gwako Miraña, quien nos
contó de una época en que los carijonas eran los dominadores de un gran territorio
imponiendo su ley sobre sus vecinos. Yo tiendo a pensar que su relato está referido
a una época anterior al siglo XVIII, pero cuando ya habían llegado los primeros
comerciantes de esclavos del Brasil. Dice así:
''A los antiguos les gustaba pelear mucho. Los carijonas ellos peleaban
entre ellos. Entonces con eso se acabaron. Había muchos carijonas, pa
que, pero se acabaron. Los abuelos de nosotros, ellos peleaban con los
carijonas. Dice la historia que venía del oriente Dios del comercio, y el
Dios de los carijonas, hombre de carijona, hombre pero ya es como
Dios, lo mató al Dios de Oriente del comercio, y le quitó todos los
uniformes de ellos, armamento de ellos. Ahí fue que él dijo -Bueno,
ustedes ahora son mi gente-. Se apoderó contra todos los vivientes de
este territorio, bajo su responsabilidad de él. Por eso fue que ellos (los
carijonas) jugaban con ellos, con los indígenas miraña, con los horas,
los muinane, los andoque, todos. El quedó como jefe de ellos por lo
que derrotó al Dios de Oriente, al Dios del comercio. Así comenzaron
la pelea otra vez. Ahí sí que ellos se frentiaban, pues sí los enemigos,_
ellos comían, después llegó eso, la época de compra de gente y ahí se ·
vendían. Como yo le dije, como él era Dios antiguo de carijona era
pues patrón de todos, o sea jefe de todos ellos. Ellos dicen Dios de
antiguo de carijona" 2 •
Este interesante relato fue también recogido por Dimitri Karadimas3 con la
misma persona, e incluye un desenlace en que les quitan los unifprmes, con sus
huesos hicieron escopetas y fabricaron balas, pero les faltó la pólvora, la que
consiguieron amenazando a una rana, dueña de la guerra. Pero posteriormente la
rana convirtió a los carijonas en mosquitos. Esta habría sido la causa de la ruina
canJona.
Yo sugeriría, a partir de este relato y por su fama generalizada entre todas las
tribus de su capacidad guerrera, que la expansión carijona sí fue un hecho, pero que
ésta tuvo lugar antes del siglo XVIII, y que es correcto asumir que su contacto
inicial con los españoles pudo ser muy temprano. De aquí resultaría la superioridad
LOS CARIJONAS DE LA PEDRERA 1-§.1
tecnológica sobre sus vecinos, mediante la adquisición de herramientas y armas de
metal. El poderío carijona puede incluso ser un fenómeno anterior a la conquista y
al contacto con los blancos, lo que podríamos deducir de los poderosos ejércitos
que debió enfrentar Felipe de Utre, que no le permitieron continuar su búsqueda
del Dorado en 1541.
Pero la historia que intentamos develar en los capítulos anteriores lo que nos
muestra es una declinación constante del poderío carijona, que hace crisis en las dos
primeras décadas del siglo XX ante la invasión de todo su territorio ancestral por
las bandas de caucheros colombianos y peruanos. Aunque no descartamos el impacto
de los carijonas, estas, al menos las documentadas, tuvieron lugar en los años 20's y
30's cuando ya la población carijona había sufrido el proceso cauchero y estaba
reducida y derrotada. Las epidemias ocurren, con excepción de las que tuvieron
lugar en el río Apaporis, en los años 20's, una vez los carijonas migraron de su
territorio a Puerto Nare, al Orteguaza y a La Pedrera, y tuvieron lugar sobre pequeñas
poblaciones ya muy disminuidas en términos demográficos. Nimuendajú menciona
en 1927 que los indígenas del Isana y el Vaupés habían sido sometidos con poca
resistencia, pero que "los Cubeo y especialmente los Carihóna del alto Vaupés
colombiano han demostrado un poco más de energía que las tribus del bajo Vaupés
e Isana; sin embargo hoy su resistencia ha sido también aniquilada"4 •
Los carijonas de La Pedrera
Los carijonas de La Pedrera estuvieron ligados, desde finales del siglo XIX, a
un negro caucano de Jamundí, hoy en día departamento del Valle. Salvador Perea
fue uno de los caucheros que conquistaban tribus en los tiempos del caucho negro
del Caguán, y contactó a los carijonas por primera vez en el río Yarí. Sabemos que
desde antes de 1911 trabajó con los carijonas, pues aparece en este año cerca de
Calamar viviendo con ellos como vimos antes. Más tarde, en 1928, aparece en un
censo con 50 carijonas en el río Apaporis. Perea tuvo varias mujeres, entre ellas dos
carijonas, Petrolina y Clementina; una uitoto, Micaela; y una paisana suya de
Jamundí, Tomasa Valencia. Puesto que aprendió a hablar la lengua logró entrar al
territorio carijona del Apaporis o sus afluentes -Macaya o Ajaju-, y allí fue recibido
por la intermediación de su mujer. En adelante veremos algunas versiones sobre
Salvador Perea y su contacto con los carijonas, las enfermedades que los afectaron Y
las migraciones. Además trataremos de develar la identidad de los carijonas que
llegaron a La Pedrera y algunos eventos de sus vidas en sus nuevos asentamientos,
ahora lejos de sus tierras ancestrales.
Luis Perea Carijona cuenta que "cuando Salvador Perea vino del Valle, él
vino a Florencia, era muy montañoso. Unos indígenas le contaron de una mancha
 Los carijonas de Chiribiquete
de caucho negro. Eso fue de 1901 para atrás. El trabajó primero con los uitotos,
andoques, carijonas, tiniguas, bainilleros (del alto Guayabera). Trabajó con los
carijonas del Yarí y hablaba esa lengua lo mismo que las de los tiniguas, uitotos y
guayaberas". Con algunos de estos indígenas, entre ellos algunos carijonas, tomó el
camino del Guayabera y bajó a la zona de San José. Después, estando en San José
"pusieron la brújula y cogieron la pica para Calamar. Calamar lo fundó Salvador
·Perea. Por Platanales -ahora La Libertad-, encontraron un palo llamado balata y ahí
se cambiaron de caucho negro a balata. Ahí consiguieron indígenas para trabajar
con espuelas con carijonas, uitotos, andoques. Volvieron a Concordia y poco a
poco fueron orientándose. Después bajaron hasta Miraflores, eso ahí era Brasil y
tenía bandera. Ellos tumbaron ahí. Traían la mercancía de Florencia vía el Guayabera.
Toda la remesa entraba por Macarena. Macarena fue surtidor. Era un pueblo grande.
Con la violencia se acabó eso". Después Salvador habría recorrido el Vaupés y
llegando al Apaporis "se encontraron un grupo de carijonas .... Ellos caucharon con
los carijonas en un punto que no me acuerdo el nombre a donde sale la trocha que
viene del Cuñaré al Apaporis" 5 •
Armando Perea tiene otra versión de la historia de la llegada de Salvador
· Perea a donde los carijonas. Dice así:
"Entre el Apaporis y el Mesay hay un quebradón que fluye al Mesay,
que se llama Tabachinemú. En sus cabeceras está el cerro Júbú donde se
formó la gente carijona. Ese cerro tiene como una laja de piedra en
forma de caidizo, ahí fue que nacieron ellos.
El único blanco que andaba por ahí era mi abuelo Salvador y él
supo que esa gente andaba por ahí. El era un negro valluno. Y él se
consiguió una mujer y aprendió el idinma, y estuvieron juntos años.
Ella le enseñaba hasta que aprendió bien. De ahí él se quiso meter a
donde los carijonas, y cogió su peinilla y carabina pero su mujer le dijo
que no llevara armas, entonces él solo llevó su peinilla. Ella se fue
adelante, y al acercarse a donde ellos vivían se sacó la ropa por lo que
ellos andaban desnudos, y les habló y ellos le preguntaron que quería
Salvador y ella les dijo que era bueno. Entonces el capitán de ellos le
dijo que lo trajera. Salvador les trajo chaquiras. Si uno va allá eso es
rígido, allá salen los jefes y lo indagan a qué viene, qué quiere.
Y Salvador les dijo que quería que se salieran del monte, pero como
estaban biringos y no alcanzaron las chaquiras él bajó al Brasil a traer
ropa y regalos para ellos. Pero la ropa no alcanzó, sólo alcanzó para
faldas, entonces él se fue y demoró meses en volver del Brasil y cuando
llegó les dijo ahí está la carga y trajeron el montón de cajas. Eran tres
círculos de hombres y el capitán les repartió a ellos y después a las
mujeres.
Entonces él les dijo -bueno, ahora yo necesito sacarlos de aquí de
Tabachinemú. Y los sacó y los llevó al Apaporis por el lado de Buenos
Aires. Hicieron tres malocas cada clan en su maloca: clan de tigre, de
LOS CARIJONAS DE LA PEDRERA l_t,5_
guacamayo, de pato churriento. Entonces el finado los puso a trabajar
caucho, y hacía negocio con el Brasil. Sacaban buen caucho y entonces
salió el papá de Sergio Rey, Luis Felipe, y supo que por ahí andaba
Salvador con gente. Y le pidió una sociedad, Salvador manejaba la gente
y Rey el comercio. Rey fue conquistando la gente y se fue con el producto
y a traer mercancía, pero no alcanzaba. El se gastaba tres meses en ir y
volver" 6 •
Los carijonas llegaron en varias migraciones hasta La Pedrera, en oleadas
sucesivas entre 1910 y 1932. Tenemos datos de la presencia de carijonas en la región
de La Pedrera por lo menos desde 1908, fecha en la cual los yukunas matan a una
expedición de caucheros que subió por el río Mirití, comandada por Bredio Barrero.
7
Dentro de los muertos, a más de los caucheros, aparecen un carijona y un uitoto •
Además en el libro de Luis Forero Román sobre La Pedrera y el ataque de los
peruanos en 1911, evento en qne él participó siendo tomado preso tras la derrota
del general Isaías Gamboa, aparece una escena en que describe una tempestad con
rayos y truenos. Dice que el
"compadre Calijona (sic) capitán de aquella tribu quien se hallaba
en nuestra compañía por estar sirviéndonos de práctico en busca de un
compañero de expedición que se había extraviado del campamento,
soplaba hacia los cuatro puntos cardinales, haciendo gesticulaciones y
profiriendo extraños gritos, diz que (sic) como hacía el brujo de su
tribu para apartar los espíritus del mal, y se extrañaba mucho de que
nosotros blancos y civilizados, no contáramos con poder suficiente para
impedir esa clase de tempestades. En aquellos momentos de terror todos
fijábamos la mirada y- nuestra atención en el capitán Calijona .... " 8 •
Este relato es diciente de la presencia de un grupo de carijonas en la zona de
La Pedrera en 1911, quienes posiblemente llegaron allí por la influencia de Félix
Mejía, cauchero paisa que tuvo mujer carijona, vivía en Puerto Córdoba para esta
época y había conocido a miembros de estas tribus en el Caguán desde la última
década del siglo XIX. De hecho algunos carijonas adoptaron el apellido Mejía.
Cinco años más tarde, en octubre de 1916, en el río Cananarí los cabiyaríes
atacaron y mataron a los miembros de una expedición de la empresa de Félix Mejía,
Heliodoro Jaramillo y Oliverio Cabrera del Mirití, quienes pretendían ponerlos a
trabajar caucho. Un tal Paulina Carijona logró escapar, junto con Bartola Miraña, a
pesar de que iban heridos de macanazos'. De~ii::,-f6rma es posible que aun antes
del establecimiento por parte de Pedro Pizarr de la Aduana de La Pedrera en 1909,
1
ya algunos carijonas habitaran el área. Concluimos por tanto que los movimientos
poblacionales carijonas hacia este lugar fueron múltiples y siempre relacionados
con los caucheros que los emplearon en sus labores.
En 1879 la zona de La Pedrera, al paso del explorador Jnles Crévaux, estaba
deshabitada, lo mismo que en los tiempos de Martius y Requena. Los pobladores de
166 Los carijonas de Chiribiquete
este sitio desaparecieron, no sabemos en que momento. En la revista francesa La
Géographie de febrero de 1921, aparece un corto artículo del padre Tastevin, quien
trabajaba en la Prefectura Apostólica de Tefé. Menciona que abajo del chorro de
Siharé (término utilizado por Crévaux para nombrar lo que conocernos corno chorro
de Córdoba), en la boca de la quebrada Maninka (actual quebradón de Muinane?),
"un grupo de seis familias Carijona se establecieron cerca de dos colombianos casados
con una Ouitoto y una Carijona y me prometieron que se quedarían allí y que
traerían otras familias de los afluentes del río Vaupés ... " 10• Estos dos colombianos
deben ser Salvador Perea y su socio Aurelio Gutiérrez. Dice también que en el
Mirití trabajaban unos colombianos con la tribu yukuna, algunos rnirañas y algunos
carijonas "muy perezosos". Este calificativo indicaría más biensu renuencia a trabajar
para los blancos.
En febrero de 1922 el mismo Tastevin subió el Caquetá y en La Pedrera se
dedicó a estudiar los petroglifos del área. Comenta que allí se localizaba la aduana
colombiana y dos casas más, y que por un sendero se llegaba al Igarapé Asú, actual
quebrada La Tonina. Dice que en la bodega de Córdoba se encontró con un mestizo
llamado Luis Mejía (el hijo de Félix Mejía) de madre carijona y quien a más de
hablar francés, vivía con una carijona en el alto Yarí. Menciona que "los carijonas
son poco numerosos y mejor que los demás indígenas resisten la esclavitud, a la cual
han estado sometidos sus hermanos de raza, so pena de ser exterminados. Todavía
tienen dos pueblos independientes, el uno sobre el río Yaruhe y el otro sobre el
Yawíya, dos afluentes de la banda izquierda del Cuñaré, tributario del Yarí" 11 • Estos
dos grupos pueden ser los que fueron reunidos por Perea en el Apaporis hacia esta
época, cuando ya el primer grupo de carijonas estaba en La Pedrera.
Estos son tal vez los últimos asentan1ientos carijonas viviendo en los afluentes
del Yarí, pues para 1928 Salvador Perea se encontraba en el Apaporis trabajando
con 54 carijonas. También es posible que uno de estos asentamientos fue el que
vieron los uitotos refugiados de la Casa Arana, que entre 1922 y 1938 vivieron en
el Mesay.
La versión más factible respecto de la migración de 1932 parece ser la de
Joaquín Carijona quien cuenta que él nació en una maloca carijona en el quebradón
de Yaruje, un afluente del río Mesay, de donde salieron huyendo hacia el alto Mesay
por miedo a los uitotos. Esto ocurrió a comienzos de los años veintes. De aquí
migraron al río Ajaju, desde donde bajaron algún tiempo después a Maracanaima
(donde hay mucha maraca de monte), sobre el río Apaporis o Macaya, como se
llama en carijona. Aquí llegó el sarampión con las mercancías que trajeron los
blancos" y por esta razón Joaquín y su mamá huyeron con algunos de sus parientes
en cuatro canoas hacia el río Ajaju, donde estuvieron unos siete meses. De aquí
bajaron al quebradón de Marañón (Orochiecuru¡, abajo del quebradón de Tacunerna
LOS CARIJONAS DE LA PEDRERA _I~Z_
(Agua sucia en lengua carijona), donde trabajaron siringa para Alfredo Lornelín. En
el Quebradón de Salado (ltabariecuru¡ estaba la maloca del capitán Guinare. Después
llegó Salvador Perea con sus hijos, trajo mercancías y bajaron al lugar de Peñas
Blancas (Tabd), donde tuvieron una maloca por el término de unos dos años. Pero la
maloca se les quemó y el capitán de los carijonas se quejaba de que había llegado
"rnatagente" a donde los tatuyos. Estos últimos vivían en el quebradón de Grulla
( Curicanaima yanacuru). Por este tiempo una parte de los carijonas se regaron para
el norte, hacia Puerto Nare, Miraflores y Calamar. El capitán Benito Carijona estuvo
entre los que optaron por irse a Calamar. La presencia de Isaías Perea en el quebradón
de Ornirna ( CotichiecurÚ), sobre el río Apaporis, quien maltrataba la gente y quien
por esta razón fue asesinado por los carijonas, fue una causa, concomitante con las
enfermedades epidémicas y la llegada de más caucheros a la zona, para decidirse a
migrar. Pero el grupo en que estaba Joaquín, que eran unas 20 personas, optó por
migrar al sur, al varadero del Apaporis al río Yavilla, donde construyeron maloca e
hicieron chagras. Aquí vivieron unos tres o cuatro años. Posteriormente Salvador
Perea les propone a los carijona viajar a La Pedrera: "Jracuche ene mane (vamos a
mirar los blancos)" -dijo-, y ellos aprobaron. Joaquín tenía unos 10 años cuando
bajaron por el Yavilla y Mesay al Yarí y el Caquetá. De aquí bajaron en un gran
batelón hasta El Sol, donde había rnirañas y boras trabajando para Oliverio Cabrera.
Después pararon en Las Palmas. Más abajo, llegando a la Isla del Mirití vieron una
manada de puercos que los carijonas confundieron a lo lejos con soldados y pensaron
que los iban a matar. Ya en Puerto Córdoba encontraron rnirañas, uitotos y carijonas,
de los que habían venido antes. En La Pedrera había dos malocas carijonas que
Joaquín visitó con su mamá, pues eran familiares de ellos. Del lado del internado,
que todavía no existía, había una maloca carijona pequeña junto al puerto.
Aproximadamente en el año de 1932 Salvador se instaló en lo que conocernos hoy
corno el cocotal, arriba de La Pedrera, donde hicieron una casa grande y una
rnaloquita.
Según los informantes de Schindler, en 1923 Salvador Perea habría contactado
un grupo carijona a través de su mujer y "toda la tribu participó en el éxodo hacia
el río Apaporis" 13 , donde Perea los puso a sacar caucho. Eran 900 personas. Después
llegó el sarampión "que diezmó la tribu". Corno los blancos que utilizaba de capataces
maltrataban a los carijonas, Salvador habría puesto de capataces a sus propios hijos.
Uno de estos fue Isaías, quien causaría la emigración de un grupo de carijonas al
mando del cacique Wanayai (Manuel) hacia el Yavilla, donde vivieron tres años y de
allí llegaron a La Pedrera en el año de 1933 o 1934. Por el mismo tiempo migraron
el resto de los carijonas del Apaporis, después de matar a Isaías, hacia Miraflores, a
donde habrían llegado en 1933 14 • Por un censo sabernos que los carijonas de esta
migración llegaron en 1932.
 Los carijonas de Chiribiquete
Joaquín Carijona cuenta que cuando Salvador Perea se vino de Calamar y
Miraflores, una parte de los carijonas se quedaron en el !tilla mientras que los otros
se vinieron a Pedrera:
"Había un brujo grande finado, mi tío Jotajirí, él vino atrás de ellos.
Bajaron primero Salvador con los hijos y 20 carijonas. Después vino
Jotajiri, Bartolomé (que se volvió al !tilla), Wadjú, Yamarabí, Chío,
Chiyabay, Manuel, las mujeres. Vinieron a mirar y se quedaron. Los
carijonas de Córdoba trabajaron con Oliverio Cabrera, habló para
trabajar siringa, juansoco, balata" 15 •
Cuenta además que en una ocasión un grupo de unos 15 carijonas que bajaron
en balsa por el Caquetá, se ahogaron en el sitio del Embudo, en el actual chorro de
Córdoba.
Salvador Perea vivió con carijonas por cerca de 40 años, hasta su muerte en
1938. Sabemos que los dos primeros hijos que tuvo Salvador con Tomasa Valencia
fueron Israel y Hermeregildo (le decían Merejo), muy probablemente nacidos en el
Vaupés 16 • Se dice que Israel vive todavía hoy, arriba de La Tagua. Otro hijo de
Salvador fue Isaías, quien tenía fama de brujo y era hijo de una huitota, muy
posiblemente Micaela. Después nacieron tres hermanos, Celia, Pedro y Daría, quienes
vivieron y son recordados en La Pedrera. Los tres eran hijos de Clementina o Petronila
Carijona y vivieron con carijonas. Pedro con María Carijona, viuda del capitán
Manuel, Daría con Leticia o Tiboy Carijona y Celia, la mayor de los tres, de quien
se dice anduvo biringa en el Mesay con los carijonas. La hija menor de Salvador es
Paulina Perea, hija de Clementina, quien vive en Leticia y nos ayudó a desenredar
un poco la genealogía Perea. Se sabe que Salvador Perea tuvo un hijo llamado también
Salvador, quien aparece como policía en Calamar hacia 1930,
Se dice que Daría y Pedro Perea fueron buenas personas con excepción de
cuando se emborrachaban, cosa que debía ocurrir con alguna frecuencia. El mismo
Pedro tuvo una muerte trágica al caerse borracho desde el segundo piso de la Aduana
de La Pedrera.
Emitir un juicio sobre Salvador y sus relaciones con los carijonas es difícil,
pues no puedo creer que fuera el patrón benevolente que pinta Robayo, aunque es
posible que hacia el final de su vida su carácter hubiese mejorado. El juicio de
Villamil Fajardo sobre Salvador Perea fue severo y consideraba que este carecía de
principios morales.
Pero el personaje Perea con una historia negra es Isaías, quien nunca vino a
La Pedrera pero trabajó con un grupo de carijonas en el río Apaporis. Su hijo Luis
Perea cuenta que Isaías nació en Florencia, de una madre huitota. Isaías tuvo una
mujer que se llamó Matilde Rodríguez Valencia, "india carijona del Yarí". Cuenta
Luis que Isaías aprendió una oración con los cabiyarís y que tomaba yajé, de ahí su
fama de brujo. Hablaba varias lenguas indígenas. Sobre su muerte cuenta que lo
LOS CARIJONAS DE LA PEDRERA _l~
mató un socio, "pa'l lado de Florencia, donde tenía una finca". Este socio era
Heruando Ramírez, un huilense, con quien tenía una lancha en La Playa, "para
navegar por el Apaporis" 17 •
Joaquín Carijona cuenta que lsaías,
"era un Perea pero gruesote, y tenía tres mujeres, Marijá, Rosita y
Teresita. El que traía poca balata lo bañaba con ella botándosela. Daba
muy poquita fariña. Ese sí era malo ese negro. Julio Perea y Hermeregildo
no eran casi. Por eso dejaron a Isaías. El se fue a trabajar balata a las
cabeceras del Ajaju. Los carijonas pensaron, lo vamos a matar. Se fue a
bañar con su mujer, cuando salió con carabina y le dispararon dos tiros.
No le hicieron nada. Se escaparon y se bajaron al Apaporis. Cogieron
por Tacuneme a Miraflores y Calamar. Sólo le quedaron tres muchachos
a Isaías" 18 •
Vicente Moncayo Carijona, contó que:
"Isaías Perea aprendió brujería con los coreguajes, y a punta de
brujería y a tiro iba acabando a los carijonas. También por epidemia se
morían ellos. Y por eso fue que se regó la gente a Miraflores y Nare,
para Florencia, para Pedrera. Los Perea esclavizaron a los carijonas .... ,El
finado Isaías Perea era un criminal. Isaías mató un brujo grande y mató
a la mujer y se cogió la hija. El papa de ellos, Salvador, no decía nada.
Salvador tuvo tres mujeres en el Apaporis, Mariana, Chone y Cachekóje.
Israel Perea también era malo, él le pegaba a los carijonas y no aconsejaba
primero. Pedro Perea también era malo. Isaías vino con tres brasileros
para matar a Julio Perea. Isaías le decía al capitán carijona -si no me
trae gallineta yo me los como a ustedes. Y ahorcó un muchacho. Y lo
esperaron donde él se bañaba, detrás de una bamba, y lo mataron a
tiros. Eso fue por Pacoa. El tigre de Isaías quedó ambulando hasta que
un brujo lo hizo ir. Tenía brujería mala de coreguaje. Un taiwano le
acabó el espejo de la brujería de él. Cuando el corregidor investigó la
muerte de Isaías lo dejo así porque había hecho mucho daño" 19 •
Por su lado Schindler se refiere a este asunto del siguiente modo:
"lsaías, el mayor de los hermanos, fue un personaje casi legendario.
Era un hombre alto y vigoroso y se cuenta que en cierta oportunidad
venció a un jaguar armado sólo con un cuchillo. Isaías aprendió
shamanismo y así tiranizaba a la tribu. Si morían niños atacados por
una fiera o una culebra, o si un adulto sufría un accidente, Isaías siempre
lo explicaba como su obra. Además, a uno de sus profesores en
chamanismo hasta lo mató por medio de la brujería. El trataba de
protegerse a sí mismo con la profecía de que a su muerte se acabaría el
mundo. De esta manera logró infundir miedo y espanto en estos
indígenas y los forzó a seguir caucheando para él.. .. él era un hombre
malo. Para escapar de Isaías, un grupo de carijonas con su cacique
Wanayai (o Manuel) se trasladó desde el río Apaporis hacia el río Yavilla,
donde permanecieron tres años. Como aquel trató de recuperarlos para
20
el trabajo, estos carijonas se trasladaron a Pedrera en el río Caquetá .... " •
_170 Los carijonas de Chiribiquete
Dice Schindler que entre los carijonas que se quedaron con Isaías en el
Apaporis, había dos shamanes que no soportaron más tiempo los maltratos de Isaías
y lo mataron a tiros.
Como podemos ver hay consenso en todas las fuentes menos una, la de su
propio hijo, de que la muerte de Isaías fue a manos de los carijonas en el Apaporis.
Salvador Perea murió el 4 de enero de 1938, en el lugar de Angostura arriba
de La Pedrera, donde hoy tiene su sede la Fundación Gaia. Sobre la causa de su
muerte dice uno de sus nietos, Armando, que se golpeó una costilla estando en
Jirijirimo, y que con el tiempo se le complicó. A partir de la muerte de Salvador
Perea, sus hijos Pedro y Darío, con sus mujeres carijonas, se instalaron en Puerto
Caimán y Mariamanteca.
Los ataques de los uitotos
Tanto Helmut Schindler como Camilo Robayo, dos investigadores sobre los
carijonas desde los años setentas y ochentas respectivamente, coinciden en ubicar
los ataques de los uitotos a los carijonas durante el tiempo de las caucherías. Schindler
dice que un "grupo de nitoto qne vivía bajo el dominio de la Casa Arana, quiso
escapar de su servidumbre y por eso fingieron a los peruanos que tenían la intención
de capturar gente para el trabajo. Se hicieron equipar con fusiles y se dirigieron
hacia el río Cuñaré, territorio de sus enemigos, los carijona. Atacaron un grupo de
estos, mataron a los hombres y niños y se apoderaron de las mujeres así como de la
maloca y las plantaciones. Varios años después, los carijona dieron el contraataque,
capitaneados por el cacique Tuiware. Eqnipados con armas de fuego asaltaron a los
uitoto, los mataron y recuperaron sus mujeres"21 • Esta versión fue sacada seguramente
de sus conversaciones con carijonas en Puerto Nare, Pedrera o Manacaro, personas
que muy posiblemente ya murieron hace tiempo.
Robayo llega a afirmar que los carijonas que "vivían en La Pedrera sufrieron
el ataque sangriento de las tropas peruanas, y en la época del conflicto estuvieron
combatiendo al lado de los demás colombianos"". Respecto de esta afirmación, no
tenemos evidencia alguna de que los carijonas hayan combatido contra los peruanos,
y sólo nos consta que algunos carijonas habrían trabajado en la apertura de la trocha
que de Pedrera llevaba a Tarapacá en 1932 o 1933, durante la guerra con el Perú.
En estos trabajos los carijonas habrían contraído enfermedades de tipo epidémico.
Hemos buscado testimonios sobre las incursiones armadas de uitotos y
muinanes al norte del Caquetá, atacando malocas carijonas en las primeras décadas
del siglo XX, el cual es un fenómeno nuevo en la historia que se ha hecho hasta el
momento.
Según Horacio Carijona, en entrevista realizada por Camilo Robayo en 1983,
los carijona de Pedrera vinieron del Ajaju y el Apaporis, de donde habrían sido
LOS CARIJONAS DE LA PEDRERA 1.V.
expulsados por los uitotos, razón por la cual migrarían al río Vaupés, donde
conocerían a Salvador Perea. Dice Horacio:
''Así me lo contaba mi tía. Así dizque eran los antiguos. Tiempo, no
con los blancos, en las cabeceras del Apaporis. Lejos, y ahí dice de
tanto ellos andar para aquí y para allá andando de cerros en cerros
cazando, andando por quebradas y quebraditas cazando. De tanto andar
por el monte descubrieron un cerro y ahí se establecieron por mucho
tiempo. Ahí fue que ellos vieron la mina de sal, que es sal que se come,
la misma sal que conocemos nosotros hoy en día. Y ahí está eso es sal,
que ahí también vieron sobre ese cerro la puerta, la puerta de un gallo,
ese se llama el gallo del cerro y dicen que es gallo, dicen que se levanta
a la misma hora de cualquier animal, a las cuatro de la mañana canta y
debajo de ese cerro también hay un quebradón, se ve un chorro levantar
como algodón y de ahí siguieron viviendo. Y después ahí hicieron una
maloca y ahí estuvieron viviendo muchos años. Y de ahí, de tanto andar
lejos por el monte pues pronto encontraron gente y de ahí ellos se
fueron bajando a donde otras gentes. Les dijeron: ellos por qué vienen
por acá hombre, pues aquí hay gente pero no se sabe de donde vienen.
Y ahí donde se encontraron sí. Esos son gente extranjera. Serán los
uitotos, pues ellos nos están acabando, les dijeron. Entonces dijeron:
vamos a ver y así se pusieron ya a pelear con ellos, pues ahí comenzó la
guerra a matarse entre ellos. Como los mataron a ellos, los uitotos
también duraron dos meses peleando, ahí se vio ya los carijona vencidos
y ahí los carijona se vieron muy pocos. Al verse ya muy pocos ellos se
humillaron y por eso abandonaron sus casas. Se bajaron y así es como
pudieron abandonar la casa, se bajaron al propio Apaporis, salieron al
Apaporis donde es ya ancho, ahí vivieron tiempo más. Y pues ahí fue
donde se acabó la gente, ahí fue donde cogió el mando el papá del
finado y ahí siguieron viviendo. Mi tía estaba mnchachita, pero se daba
cuenta de todo y se acordaba y pues fíjese como es las cosas, que nunca
jamás se olvidó lo que ella vivió y eso es lo que hoy en día le estoy
explicando. Pues sí, ahí vivía ella con sus padres, pues ahí se acabó de
criar la finada mi tía y de ahí comenzaron otra vez la cacería, el rebusque,
pues nadie se daba cuenta de que los uitotos se habían apoderado de
ese lugar. Pues ahí permanecían los uitotos, y vivían muchos años y la
gente pues no pensaba nada. Ellos decían: tal vez ya se fueron. Pues ahí
comenzaron la cacería, de nuevo a andar, pues ahí de tanto andar en el
monte, hasta que salieron al camino de los uitotos. -De quién será este
camino?- decían ellos. -Será que este es de nuestro paisano. De allí
ellos pues cogieron rumbo del camino y más al tiempo, andando por
ahí, buscando gente, pues ese era el lugar donde estaban ellos antes.
Ellos dijeron -pues vámonos, regresemos que estos son los m{smos
enemigos de nosotros, ellos son los mismos uitotos ..... Pues ahí los
hermanos los bajó a ella porque ella era ,todavía una muchacha. Pues
los hermanos ya eran mayores de edad y por eso dijeron no vamos para
más abajo. Ellos dijeron -Puede que más abajo haya paisanos. De ahí se
bajaron abajo donde ya forma el Apaporis, por acá abajo donde hoy en
172 Los carijonas de Chiribiquete
día se llama (sic), llegaron al río Vaupés, pues en el Vaupés encontraron
más paisanos. Pues ahí la finadita mi tía ella era una mujer hecha y
derecha, pues ahí siguieron viviendo. Pues si mi tía con todos su fa-
milia, cuando estaban viviendo ahí llegaron los blancos, ahí estaba ya
por entre medio de los blancos y ahí estaba viviendo cuando llegó el
señor Perea, un blanco negro. Entonces ahí es cuando ese Perea quedó
a cargo de una muchacha, se casó con una muchacha carijona y aprendió
bien el idioma de carijona. Ahí vivió, y siendo blanco, pues sí, ahí tuvo
la señora de él el primer hijo, ya fueron dos y una mujercita. El hijo
mayor de él se llamaba Daría, el que le seguía el menor, se llamaba Beo
o Pedro. La mayor se llama Celia. Pues sí y por eso pues de ahí él se fue,
ahí él dijo, -Bueno yo me voy de aquí-, y le dijo a la familia de la mujer
-Yo me voy, me voy para un río grande, será algún día yo vendré otra
vez a visitarlos-. Así le decía a la familia de la mujer. Pues como ellos
estaban muy amañados con él, entonces ellos lo mezquinaban y porque
tenía de mujer una carijona, y por eso ellos no lo podían olvidar, ni se
querían quedar. Entonces dijeron: -No patrón, nosotros nos vamos
con usted- decían los viejos. -Vamos a ver, pues ustedes verán- les dijo
~se blanco. -Yo me voy a ir en medio de los blancos-. Dijeron: -No
importa, nosotros nos vamos con usted, nosotros nos vamos con usted.
Pues mezquinando a su hija, pobres mezquinando. Y de ahí pues alistaron
viaje. -Bueno muchachos entonces nos vamos tal mes- les dijo el patrón
de ellos. Ahí fue cuando se fueron la gente, se fueron con Salvador, se
fueron para el Caquetá, un río grande se llama Caquetá, allá es que está
La Pedrera. De ahí pues comenzaron a vivir. -Caramba- dijo el patrón,
-a dónde yo los voy a poner a ustedes?-. Y así dijo Perea. Entonces pues
los llevó directamente a La Pedrera. Llegaron en el tiempo que había
enfermedad, pura fiebre de paludismo, unos se murieron otros todavía
' . . '
1ns1st1eron, unos se adelantaron. Después de eso vino el sarampión.
P~~s el sarampión fue que acabó toda aquella familia. Pues de ahí siguió
VlVlendo el patrón. Vivía el finado Perea en La Pedrera. Ya se encontró
muy viejito y ahí se acabó todos los carijonas con el sarampión. El
sarampión fue que acabó con todos los carijonas y de ahí también se
murió el patrón de ellos. Pues sí así era la historia de los antiguos. Se
murieron también y después quedaron los hijos del finado. Pues ellos
también ya llegaron hasta cierta edad se murieron ya viejos, se murieron
los dos hijos varones, pues ahí se murió el primero Darío. El hermano
menor que se llamaba Beu era mi papá. Ahorita solamente queda mi tía
Celia. Pues sí de todos esos sólo quedamos yo y ella y el resto de gente
de familia, nosotros somos los últimos que quedamos. Mire, oigan bien,
esta finada mi tía si era de las carijona, raza de carijona. Mi tía era gente
de candela, no es gente de gavilán sino gente de candela, por eso es que
ellos vivían muy separados de los otros, solos, lejos de la tribu, y porque
ellos eran muy bravos. Esa tribu de carijona gente de candela, pues sí
paisano, mi tía era la tribu carijona, pero raza de candela, mi tía" 23 •
Por esta versión de los acontecimientos podríamos deducir que estos son los
LOS CARIJONAS DE LA PEDRERA !Tl_
carijonas que llegaron a La Pedrera primero, pues en su éxodo se presenta una
salida hasta el Vaupés, lo que explica la presencia de Salvador Perea hacia 1911 en
el río !tilla con carijonas. Este podríamos llamarlo el grupo del Ajaju o del Cerro del
Gallo (gallito de roca), que fue atacado por los muinanes en la primera década del
siglo XX según Las Corts.
Por su lado Alfonso Perea, el capitán uitoto de La Cucha e informante del
padre Estanislao de Las Corts, refiere que estando en una correría para buscar caucho
con Marcos Herrera
"Fueron por Maricuña, afluente del Yarí, subiendo el Maricuña cinco
días, hasta llegar al Porvenir, donde se toma una trocha de un día que
sale al Ocañali, el cual se baja dos días para llegar al Ajaju, residencia de
los carijonas. Allí encontraron errantes una tribu de muinanes, los cuales
simpatizaron con Perea y sus compañeros. Muinanes y carijonas son
enemigos irreconciliables. Los muinanes, codiciosos de la posesión de
los carijonas, alta, arenosa, con arroyos cristalinos, sin mosco, fértil y
llena de fruto, determinaron arrebatársela. Para ello aprovecharon el
momento de una pesquería, en que sólo quedaban en el lugar siete
individuos, entre hombres, mujeres y niños, que fácilmente victimaron.
Cuando regresaron los dueños, huyeron despavoridos. A los dos meses
los carijonas, en mayor número (los muinanes eran treinta y cinco),
atacaron a los muinanes y mataron a diez; los veinticinco restantes se
escaparon y pidieron refugio a Perea en Artamisa, sito en el Yarí, margen
izquierda, un día más abajo de la desembocadura del Maricuña. Entonces
Perea trabajaba con fruto; había reunido hasta sesenta indios de su tribu,
y sacaban caucho en su compañía. El, como gerente, lo vendía a un tal
Gabriel Rosas de Bogotá. Una madrugada los carijonas cayeron sobre
ellos y inataron a veinte compañeros suyos" 24 •
Este evento podría haber tenido lugar en la primera o segunda década del
siglo XX.
De acuerdo con versión de Luis Perea Carijona, su mamá le contaba que "en
el Mesay los uitotos mataron a más de mil carijonas. Con lanzas y veneno de curare
y garrote, en medio de rezos. Los uitotos eran más berracos para la guerra, ellos son
selváticos, tienen inás potencia" 25 • En un relato deVicente Moneayo Carijona, aparece
por primera vez de boca de un carijona un elemento nuevo para explicar la
destrucción de los carijonas y su diáspora. Cuenta Vicente:
"Los uitoto vinieron porque los peruanos los maltrataban mucho
en Chorrera. Los quemaban con petróleo .... Los peruanos les dieron a
los uitotos carabinas, un cuñete de balas, petróleo, comida. Eran veinte
uitotos. Mi tío vio todo pues estaba escondido. Los uitoto sabían
carijona, amarraron con guindos de cumare a un carijona grande y se
les soltó. Los uitotos no venían a sacar a Jos carijonas a trabajar, sino a
matarlos. Mataron a 12 carijonas a escondidas. Los carijonas creyeron
que venían era a hablar para trabajar. Ahí se fueron los carijonas con mi
tío a avisar a otra maloca, pero los berebere no querían pelear, eran
IZ± Los carijonas de Chiribiquete
flojos. Cantó el gallo y el finado mi tío les dijo, -Ustedes son flojos.
El uitoto que mandaba se llamaba Ananías. Había mujeres con los
uitotos. Y los carijonas dijeron -Escóndanse porque armas no le dice
nada a mi gente. Y mataron a los uitotos. Porque salen enemigos de
nosotros. Pero cogieron dos muchachos. Un uitoto llamado Dobe fue
criado por los carijonas pero los traicionó. El capitán carijona lo llamó
para que dejaran de molestar y que hablara, pero ellos en cambio llegaron
y mataron a la mujer del capitán. Mataron los hombres y se llevaron
veinte mujeres y se instalaron en una maloca grande en el Cuñaré.
Después los carijonas mataron a los huitotos, y quemaron su maloca y
comieron bejuco (tomaron yajé?) y ·vomitaron la sangre de los que
mataron, para limpiarse. En Cuñaré fue que pasó eso. El principio de
los carijonas fue ahí, después se fueron al Apaporis. Toiware se llamaba
el capitán carijona en el Apaporis" 26 .
Está claro también que los uitotos fueron aprovisionados por los peruanos
con armas y pertrechos, y muy seguramente estos uitotos fueron los "muchachos" o
"muchachos de confianza" que llamaba la Casa Arana, entrenados para capturar y
castigar a los indios de otras tribus. Esta claro que atacaron a los carijonas al norte
del Caquetá, hasta el corazón de su territorio en el Cuñaré, obligándolos a huir
hacia el Apaporis, habiendo mnerto muchos carijonas y perdido más de 20 mujeres27 •
Esta versión que ha de completarse y precisarse más en futuros trabajos, coincide
con evidencias documentales de incnrsiones peruanas al norte del Caqnetá, como
las que vimos con anterioridad en el caso de los ataques peruanos a Ciceri en el
Cnemaní y el Yarí, Branlio Cuellar en el Yarí, Urbano Gutiérrez abajo del Cagnán y
Gregario Calderón en el Cuñaré y las múltiples incnrsiones docnmentadas por Roger
Casement para la primera década del siglo XX.
Las enfermedades
La hipótesis de las enfermedades o epidemias como cansa principal de la
declinación demográfica carijona no puede descartarse, y pudo tener inflnencias
negativas en los carijonas desde los primeros contactos en las primeras décadas del
siglo XVIII o antes. Los pueblos de misión fueron atacados por epidemias en mnchas
ocasiones, lo que causaba grandes mortandades y la huida de los indígenas buscando
salvarse de la muerte. Las epidemias del siglo XX según Schindler tuvieron lugar en
1923 en el Apaporis (sarampión), en 1933 o 1934 en La Pedrera, y en 1942 en
Miraflores (sarampión o viruela). Dado que estos informes están basados en
entrevistas realizadas por Schindler hace casi 3 O años no dudo su veracidad, pero
tuvieron lugar, después de 1920, sobre una población que no alcanzaba ya las 1.000
personas y se encontraba en plena diáspora.
Nuestras informaciones orales dan cuenta de epidemias en Calamar en los
años veintes del siglo XX, qne afectaron al grupo qne vivía cerca del pueblo de
LOS CARIJONAS DE LA PEDRERA 172-
Calamar bajo el mando de la capitana Jnlia. Este grupo posiblemente fue parte de
los carijonas que sacaban caucho con Salvador Perea en el Unilla y según María de
la Cruz Valencia eran unas 5 O personas28 •
Por su lado Joaquín Carijona cuenta que:
"Por Calamar cogió Salvador Perea los primeros carijonas. Bajó de
Villavo y trabajó con taiwanos, barasana, cabiyarí, también en el
Apaporis. Tenía mucha gente. Salvador traía mercancía en mulas de
Villavicencio. Llegaron un poco de blancos de Mitú que subieron por
el Ajaju. Ahí sí ya venían los blancos a trabajar gomas. Y ahí se murió
un poco ... De Ajaju fuimos a Puerto Nare. En Puerto Nare por Tacuneme
les dio sarampión y gripa a los carijonas, nos mataba. Eran muy delicados
ellos. Con la mercancía que traía Salvador venía la gripa ...... allá en
Calamar se murió mucha gente. Llegó gripa y la gente se bañaba y se
bañaba y no aguantaban, mi padrastro Salvador Perea les daba remedios
y no servía, buscaban remedios de monte. Allá había dos malocas, una
de eubeo y otra de carijona. Tenían de capitana a Julia, pues hicieron
reunión y no se ponían de acuerdo. Primero llegó sarampión y ahí se
mnrió la capitana, después llegó la gripa. Morían de a dos, de a tres,
ahí se acabaron muchos. Venía enfermedad en la comida que venía de
Villavicencio. Salvador habló con Gabriel Mora para repartir la gente y
entonces unos se quedaron en Miraflores, quedaron trabajando caucho,
siringa. Los demás se quedaron en el río !tilla o se vinieron a Pedrera" 29 •
Según Luis Perea hacia 1920 "hubo una epidemia de sarampión en el río
Vaupés arriba de Miraflores, en un lugar que llaman Puerto Zancudo donde cauchaba
Gabriel Mora con los carijonas. Hubo más de 25 mnertos. De ahí bajaron a La
Percha con Marcos Mora, su hijo30 • La Percha es una localidad muy cercana a Pnerto
Nare.
Cuando se construyó la trocha de Pedrera a Santa Clara sobre el río Pntumayo
en 1932 o 1933, cnenta Antonio Perdomo Mninane que "muchos indígenas fueron
a trabajar, incluso los carijonas, pero por el Puré los cogió la fiebre, escalofrío,
venía mucha enfermedad" 31 • Por su lado Alberto Mosquera afirma en consonancia
con Antonio Perdomo qne "cnando estaban haciendo la trocha de Pedrera a Tarapacá
llegó el sarampión y se acabó toda esa gente. Ahí fne que se acabaron los carijona de
acá"32 • Por su lado Jacopín menciona nna epidemia de rubéola en 1932, durante la
cual habrían muerto más del 60% de. los yncnnas33 •
Pedro Miraña cnenta que estando en El Sol, lugar donde la empresa de Oliverio
Cabrera tenía sns chagras, vio llegar a los carijona con Salvador Perea.
"Vinieron huidos porque los mataban como a nosotros los peruanos.
Llegó un tipo grandote con cabezota y pelo chnrrusco, llegaron en
bote grande los carijonas y Pereas a El Sol. Traían un catarijanado de
yuca exprimida. Pidieron plátano y les dimos 1O raciones. Pagaron con
plata y ahí se amañaron. En El Sol estaba el finado Miriguao. Ahí llegó
el finado Oliverio Cabrera diciendo -no se asusten, somos colombianos,
1-7&_ Los carijonas de Chiribiquete
no peruanos. Les dio machete, hachas. Los carijonas fueron bajando
poco a poco. Cuando llegaron a Pedrera tumbaron monte del lado del
internado y en Pedrera. Y comenzaron a morirse de gripa. Se morían"34 .
Armando Perea Carijona relata que cuando Salvador Perea volvió de su primer
viaje a La Pedrera, llevaba mercancías con las que
"cubrió a la gente. Pero la ropa traía infecciones, enfermedad. Y
decidieron salirse de donde vivían y entonces Salvador partió la gente
con su hermano, quien se quedó con la gente de gusano de pudrición,
los tigres que comían gente. Los que se vinieron para La Pedrera eran
gente de gavilán, de muchilero, de hormiga y de guacamayo. Y se
. vinieron de Apaporis al Mesay y de ahí a la boca del Yarí y a la zona de
Villazul y dijeron aquí está bueno. Pero el tradicional pensó y dijo no
está bueno y ahí murió el propio. Y miraron de ahí para abajo pensando
aquí está sano, por aquí; por aquí hay gente, otra gente, no hay donde
quedar y se vinieron y se vinieron y se quedaron ahí en Puerto Caimán.
Esto es bueno pero no es tierra para nosotros y entonces vinieron a
Angostura y a donde está hoy el internado de La Pedrera y ahí sí
comenzaron a trabajar, caucho, balata, juansoco, Pero cuando llegaron
acá, el clima, la comida de los blancos, la sal, les hizo daño y se fueron
muriendo" 35 •
Existe un año especialmente trágico para los carijonas de La Pedrera. En
1939, de acuerdo con el libro de defunciones de la parroquia de San Rafael de La
Pedrera, entre el 7 de mayo y el 8 de junio murieron siete adultos de bronconeumonía
y cuentan que la epidemia fue tan grave que se abrió el cementerio del internado,
pues este quedaba antes únicamente del lado del pueblo y el trasteo de los cadáveres
estaba agotándolos.
Existieron además otras epidemias como la famosa peste internacional de
gripa española de 1919 y la ocurrida enAraracuara durante el conflicto con el Perú,
cuando Oliverio Cabrera llevó gente del Mirití y Caquetá a abrir el lugar de
Araracuara y el camino a La Chorrera para los militares. Cientos de indígenas habrían
muerto en esta época.
Los carijonas que llegaron a La Pedrera
Para responder a la pregunta de quiénes eran los carijonas que llegaron a La
Pedrera realizamos con mi compañero de viaje, Luis Angel Trujillo, una entrevista
con Alberto Mosquera Carijona, hijo del finado capitán Manuel. De aquí salió una
lista de 15 personas de sangre carijona, lo que no incluye a los hijos o nietos de
Salvador Perea, quienes en muchos sentidos eran tan carijonas como los propios.
También nos valimos de los libros de fe de bautismo y actas de defunción de los
padres capuchinos en Pedrera abiertos en 1934, como también de otras versiones
orales. Hemos incluido en la lista únicamente aquellos carijonas que presumimos,
de acuerdo con varios indicios, que no nacieron en La Pedrera ni en Puerto Córdoba.
LOS CARIJONAS DE LA PEDRERA 122
Todas las edades que aparecen en las actas de defunción y de bautismos son
aproximadas, dado que era gente que no tenía cédula de ciudadanía y no llevaba
cuenta de su edad, fenómeno puramente occidental. Esta era calculada por los pa-
dres capuchinos con base en su apariencia física y lo que ellos mismos decían. Los
nombres que aparecen acompañados por clanes fueron proporcionados por Alberto
Mosqueta.
1. Ajotajuru o Ajotajiri, clan Hianakoto, brujo tradicional, muere en
1935. Sin hijos, aunque Armando Perea dice que sí tuvo por lo
menos dos hijos, Luis y Horado .
2. Cabá o Cabasilio y Wainera (mujer de Cabá), clan Sahasaha y
Hianakoto, respectivamente.
3 Jubana o Francisco, clan Sahasaha, nació en 1907. Mujer: Boboje
(Bora). Tuvo una primera mujer llamada Virginia Miraña (?).
4. Erisetu o Vicente, clan Yakaoyana, nació en 1918 en el Apaporis
(cerca del actual Pacoa). Hijo de Leimo Carijona y Yaya Carijona.
5. Helena o Yayu Carijona, nacida en el río Yavillá, hija de Salvador
y Nebba Carijona.
6. Chío o Quinto Carijona, clan Hianakoto.
7. Erijayé o Marina, mujer de Chío, nació en 1911 y murió en 1947.
Padres Aijamoy y Tebaje.
8. Sajamí, clan Sahasaha.
9. Virgilio Mejía, nació en 1918, padres Miguel y Laura Carijona.
10. Manuel, clan Hianakoto, capitán o Unidómo de los carijonas de
Pedrera, nació en 1897 y murió de 45 años el 31 de mayo de 1942.
Padres Kiyarimo y Ribiñia.
11. María Carijona, clan Yakaoyana, mujer de Manuel. Después
mujer de Pedro Perea.
12. Chibayá o Jaime, clan Hianakoto, nace en 1902 y muere de 65
años en 1967. Casado con María Cristina Bora. Otro Jaime Carijona
nacido en 1922 en Pedrera sería hijo suyo.
13. Yakau o Joaquín Largo, clan Hianakoto, nace en 1922. Su mujer,
Aurora Tanimuka.
14. Anéi o Joaquín Augusto, clan Hianakoto.
15. Kaibiye o Esperanza, mujer de Anéi.
16. Tiboy o Leticia, mujer de Darío Perea, muere en 1999.
17. Rufina Carijona, nace en 1910, hija de Pedro Carijona.
18. Ana Carijona, nacida en 1913, hija de Pedro Carijona.
19. Rosalía Carijona, esposa de Félix Mejía. Su hijo Luis Mejía muere
en 1935.
20. José Carijona, nace en 1917, bautizado de 18 años en 1935.
21. José Carijona, muere en 1943 de 49 años, nace en 1894. Hijo
de Kinayeteje y Huañire Carijona.
22. Inés Carijona, su mujer.
23. Mercedes Carijona, mujer de Pedro Perea, que trajo del Vaupés.
24. Gabriel Carijona, muere en 1953 de 48 años, nació en 1905,

178 Los carijonas de Chiribiquete
sus padres fueron Kuaigari y Kaibina Carijona. Su mujer fue Aurelia
Perea, hija de Julio Perea y Hortensia Huitota.
25. Quebabana o Francisco Carijona. Nace en 1917. Muere en 1977
de 70 años. Su mujer Virgilia Miraña.
26. Marcelino Carijona, hijo de Koeno y Nerita, nacido en el
Apaporis en 1916. Muere a los 28 años en 1944.
2 7. Cecilia Carijona, esposa de Marcelino, hija de Vittá y Clotilde o
Matilde Sahasaha. Nació en 1920. Murió de 19 años en 1939.
28. Eleuteria Carijona. Nació en 1914 y murió de 25 años en 1939.
29. Antonio Carijona. Nació en 1904. Murió de 35 años en 1939.
Padres Yokoriyel y Luisa Carijona.
30. Bechoko o Sofía Carijona. Nació en 1909. Padres Jukurio y
Korubbay. Esposa de Manuel Carijona (no confundir con el capitán).
Murió en 1939.
31. Zúñiga Carijona. Nació en 1906, muere de 35 años en 1941.
Padres Bajaigue y Cucheye.
32. Maisena Carijona. Nació en 1913, muere de 30 años en 1943
hijo de Kuchire y Quevery. ' Salvador y ya la gente se pusieron a trabajar juansoco, balata, por el
33. Carmelita Carijona. Nació en 1915. Muere de 38 años en 1953.
34. Arsenio Carijona. Nació en 1885, muere de 60 años en 1945.
Padre Kabiya.
35. Simón Carijona. Nació en 1908, murió de 38 años en 1946.
Esposo de Celia Perea. Padre Bojaica Carijona.
36. Adjogíbba o Eduvigis Carijona, muere en 1939.
37. Pablo Carijona. Nació en 1918. Tenía 21 años en 1939, fecha
en la cual murió. Sus padres Auranio y Margarita carijona.
38. María Charora Carijona, esposa de Pedro Carijona. Murió de
40 años en 1940.
39. Pedro Carijona. Nació en 1905, hijo de Pedro y Aijochema.
Dado que estos son los datos de los indígenas carijonas que pasaron por
manos de los curas, es muy probable que su número fuera mayor, pues no todos
vivían cerca del internado y pudieron morir sin bantisrno o acta de defunción en
Mariarnanteca o Manacaro. En el libro de bautismos y defunciones aparece algunas
veces el lugar de nacimiento y este es por lo general el río Apaporis.
Algunos eventos de la vida carijona en La Pedrera.
A su llegada, los carijonas se instalaron en la base de la loma, donde hoy día
está el internado, al pie del cerro de Cnpatí. Es posible qne también tuvieran maloca
del lado de La Pedrera. Allí estaban viviendo cnando subió el padre Tastevin en
1921, y también años después, cuando llegó el misionero capuchino Bartolorné de
Igualada en 1934, lnego de la Guerra con el Perú. Mannel Carijona tuvo una maloca
y al parecer había un caserío. Allí llegaron rnuinanes y bora-rnirañas conformando
una comunidad rnultiétnica, en lo que se conoce hoy en día corno Corneyafú. Todavía
·~·~¡
r'
LOS CARIJONAS DE LA PEDRERA ll2
en 1947, cuando se asienta el registro civil de un hijo de Vicente Moncayo Carijona
en el corregimiento de La Pedrera, se dice que este nació en la "vereda de los indios
carijonas".
Pero dicen que cuando Manuel murió en 1942 se regó otra vez la gente,
marcando la dispersión paulatina de familias a sitios corno Angostura, Córdoba,
Puerto Caimán, Manacaro y Mariarnanteca. Cuenta su hijo Alberto Mosquera
Carijona, que cuando su papá llegó a La Pedrera:
"Se instaló en donde queda el internado. En ese tiempo no había
nada de gente. En ese tiempo vino entonces el padre Bartolomé y ellos
se amistaron con mi papá, y donde está el internado era puro caserío
de carijonas, y había muinanes, horas y mirañas. El era el capitán de
ellos, entonces él hizo maloca, y esa es la base principal y montaron
banco de pensamiento y para finado Ajota. Entonces el padre Bartolomé
y mi papá fundaron el internado, y ahí pasó unos tiempos ya y entonces
ya las caucherías y la familia, todos los que habían bajado con el finado
Caquetá hasta arriba por Araracuara, a trabajar siringa. En ese tiempo
el patrón era Alberto Villareal, y trabajaban gomas. Entonces el finado
mi papá murió, y el finado Perea, Pedro, cogió finada mi mamá, nos
crió a nosotros y entonces se instalaron aquí en Puerto Caimán. Ya
después yo me instalé en Manacaro ..... Los carijonas se regaron cuando
se murió mi papá ahí en el internado. Ahí están los estantillos todavía,
el yajé, el pensamiento" 36 •
Manuel murió el 31 de mayo de 1942, a los 45 años de edad, tal corno figura
en la partida de defunción. Sus padres eran Kiyárirno y Ribiñia. Quedó su viuda,
María Carijona, quien viviría luego con Pedro Perea.
Sobre la muerte de Manuel Carijona existe la siguiente versión de Antonio
Perdorno Muinane, residente en La Pedrera. Dice él:
"El capitán Manuel Carijona usaba el chundul, pues tenía enemigos
y buscó defensa para que no lo maten. Entonces Manuel fue a donde
Laurentino Macuna, que tenía chundul para matar gente, y lo consiguió.
Pero le advirtió que tenía que hacer dieta y no comer animales grandes.
Cuando estaba preparando el chundul una mujer le preguntó qué hacía
y él hizo como que le echaba un poco encima. Entonces el marido,
Pedro, se enojó y lo iba a matar. Los carijonas trabajaban con el padre y
el cura mató un novillo y les dio unos kilos y cocinaron y comieron y al
ratico le dio fiebre. A los cuatro días se murió. Un chundul muy bravo"37 •
Queda claro pues que la muerte de Manuel marcó el final de la vida de los
carijonas en maloca, pasando de aquí en adelante a vivir en casas individuales
levantadas sobre pilotes. La pérdida de su capitán los llevó a dispersarse aguas arriba
por el Caquetá, en un proceso que duró más de 15 años. Hoy en día sólo queda una
familia extensa viviendo en el mismo lugar que fundaron los carijona entre 1918 y
1920.
]80 Los carijonas de Chiribiquete
Los carijonas qne llegaron a La Pedrera se dedicaron a actividades extractivas
con varios patrones, pero principalmente con los mismos Perea, en especial Pedro,
que se instaló en Puerto Caimán, y Darío, quien lo hizo en Mariamanteca, tras la
muerte de Salvador Perea. Ellos fueron los fundadores de estos dos puntos y dado
que su madre era carijona, estaban casados con mujeres carijonas y hablaban el
idioma desde su infancia.
Según Armando Perea, su padre, Daría Perea,
"era el que manejaba la gente, trabajaron caucho negro en la zona
de Caparú y balata en el Mesay. Después sacaron juansoco por todos
lados, realizaron pesquerías en Puerto Caimán, cuerdiado, y lo salaban
y secaban, después fue la caimaniada, que le sacaban sólo el chaleco al
comienzo, después de la cabeza a la cola y después fue entero. Este
proceso duró unos dos años. Después fue la tigrillada en el Apaporis y
la labiada en los ríos Mesay y Yarí. La caimaniada fue cuando yo tenía
12 años. Ibamos Pedro Nel Perea, Joaquín el tío de bizco, Daría y yo.
Fuimos hasta el Cahuinarí. En ese tiempo no se podía andar, se tropezaba
uno con los caimanes, eran como palizada. Para matarlos se garroteaban.
Cuando estaba arisco se cogía con anzuelo y con balso. Se envolvía un
balso con tripas de animal y cuando lo cogía el caimán se atoraba y
moría ahogado. Esa vez cogimos como 15 Oo 200 chalecos. Los patrones
eran el finado Jácome Cabrera, Julio Blanco y Argüello. Ellos avanzaban
arpones, piolas, cuchillos, sal, cigarrillos y anzuelos y pagaban 25 pe-
sos por chaleco" 38 •
Joaquín Carijona cuenta que cuando tenía unos 18 años participó en la
extracción de balata en el Mesay:
"Cuando tenía 18 años salí con Darío Perea Carijona, Janei mi primo,
Júbana, Sajamí y Simón. Fuimos puros Carijonas. Subimos por Caquetá, ,
cogimos Yarí, Mesay, pasamos Masaque y el chorro de Marañón
(Orochí). Subimos por Cuñaré, haciendo correría buscando balata. No
hay nada. Arriba de Jurujuru, el último chorro del Mesay, encontramos
una mancha de balata, y también en las cabeceras del quebradón de
Yaruje. Ahí trabajamos balata dos horas al centro. Yo no sabía trabajar al
comienzo y entonces marcaba los palos. Estuvimos tres meses ahí.
Cuando llovía duro se bajaba la balata en balsa. Al árbol de balata se
subía con aparejos, y con machete se iba cortando el palo hasta el cogollo.
En la base del palo se clavaba un talego de fariña brasilera. Sacamos 30
planchas de 40 kilos cada una. Bajamos en nn batelón por el Yaruje
hasta la bocana en el Mesay. Ahí hicimos balsas y bajamos hasta arribita
de Córdoba, en un quebradón donde lavamos la balata para blanquearla.
Después llegamos a La Pedrera. Le vendieron la balata a Artnro Villareal,
el patrón. Yo salí debiendo de lo que me habían dado al salir, fariña,
cartuchos, anzuelos, fósforos, jabón ....Yo le dije a Darío, yo no voy
más, pero volví dos veces más a hacer fábrica de balata. Me rogaban
que fuera con ellos .... Mariamanteca era el punto de Darío y Puerto
Caimán estaba puro rastrojo en ese tiempo" 39 .
LOS CARIJONAS DE LA PEDRERA I8I
Según Joaquín Carijona el auge del chicle tuvo lugar hacia los años cincuentas
del siglo XX, y cuenta que:
"En el tiempo de los chicleros yo tenía unos 25 años, trajeron
mercancía muy barata a Pedrera, casi regalada. A mí me dieron hamaca,
pantalón, camisa, machete, 2 escopetas, botas, anzuelos, cartuchos 16.
Fuimos a sacar chicle o juansoco detrás de Puerto Caimán con Darío y
Pedro Perea. Ibamos yo, Simón Carijona, Francisco Carijona, Yamarabí
Carijona, Manuel Tanimuka, Anei Carijona (tío de bizco, mi tocayo), y
José Reina, un blanco. Yo no sabía trabajar pero comencé marcando
palos. Se limpiaba bien alrededor del palo, se tumbaban los palos y se
picaban hasta las raíces. Ahí la leche se cuajaba y se tapaba con platanillo.
Había mucha cacería, matábamos cerrilo, puerco. Estuvimos seis meses
trabajando ahí hasta que llegó una comisión con lancha de motor de
Villareal, pues se habían robado la plata de la tienda de Villareal en
Pedrera. Tocaba ir todos a presentar allá y ahí fuimos. -No diga nada,
oiga no más lo que los blancos hablan-, me dijeron. El corregimiento
quedaba ahí donde es la casa de Doña Oliva Cabrera. Encontraron al
que robó, un tal Marcelino, un blanco. Lo amarraron con cadenas y
aparecen 40.000 pesos. -Faltaron 50.000 pero no aparecieron-, dijo
Arguello. Entonces Villareal dijo -tiene que ir mañana a trabajar chicle.
Nos dieron víveres de todo, y ahí llegamos a Puerto Caimán. Volvimos
a trabajar cada uno con su panero de fariña. Yo saqué por todo 6 bloques
de 1 metro de largo y como 20 centímetros de ancho. Cada bloque
pesaba 25 kilos" 40 •
José Enrique Miraña, capitán de los mirañas del bajo Caquetá colombiano
recuerda los tiempos en que Darío Perea habitaba Mariamanteca:
"Ya lo que es la llegada de los Perea con los carijona yo ya tenía
conocimiento, y una vez bajaron con los carijonas y arrimaron y ahí
conocí al finado Darío, y Pedro y Maneto. Por ahí en 1951. Llegaron a
donde mi finado abuelo y salieron a hablar Daría y Pedro. Vinieron
muchos hombres, mujeres y niños. Doña Leticia estaba muchacha y
María, la de Pedro. Les dieron de comer, Kowau les dijo, -será ustedes
mambean? Y Darío dijo -no me diga señor, si yo soy indígena. -De
dónde ustedes vienen? .:Yo soy Darío Perea y este es mi hermano Pedro,
Maneto (Humberto) es mi primo; estas son las mujeres de nosotros.
Ahí vi yo al finado Sajamí y a Chío, eran los dos viejos. Kaibiye, finadito
Joaquín, Vicente, Joaquín Largo, Marcelino y Francisco. Esos fueron
los que primero llegaron. Ya después Darío iba y traía más carijonas.
Papa de Nigua, un tal Ambrosio, José, Pablo, Maximiliano (1958-59).
Con los primeros que llegaron algunos se abrieron del finado Daría.
Darío tenía su malaquita en Mariamanteca y Pedro en Puerto Caimán.
Y tuvieron relaciones con nosotros. Eran muy buena gente, a mi papá
le gustaba visitarlos. Yo iba también, y nos atendían bien, nos daban
fruta, caimo, uva. Muy bueno. Ahí ya 'habló el finado Darío que me
voy a ubicar aquí. Yo quiero hacer malaquita y le colaboraron a hacer
maloca. Y el finado pensó en baile y así él invitaba la gente. Yo viví
 Los carijonas de Chiribiquete
mucho tiempo con mi mujer entre los carijonas. Y sé algo de cultura de
ellos. Y dijo -yo voy a hacer baile de mojojoy. Y mandaron a tumbar
palmas de canangucho y sacar los mojojoyes. Hicieron chicha de yuca
de cazabe quemado con batata y a una bombona le sacaban las tripas y
la quemaban. A la primera chicha invitó a los carijonas. Se reunieron y
los mirañas miraban no más. Sacaban esos mojojoy en cantidad y finado
Darío la noche anterior mambeaba con los mirañas y les contaba como
era el baile. -Esta chicha no va a estar muy fuerte porque la bombona
está nueva. Y cierto, era medio dulce no más la chicha. Llegaron los
bailadores con ese Yuruparí de ellos, de yarumo. Como una corneta
era. Y con plumaje. Venían tocando por el camino. Darío decía -los
abuelos van a entrar no vayan a mirar. Eso es mal agüero. Ya dentro de
la maloca sí se podía mirar y entraron por la maloca los carijona y
bailaban. Después ya guardaron sus cornetas. El finado Daría entregaba
la chicha. Bailaban chirnro. Cuando las mujeres van a bailar tienen que
hacerlo dos veces. A los bailadores les pagaban con mojojoy las mujeres
carijonas y mirañas. La segunda chicha, ahí sí fue la borrachera de la
gente. Muy fuerte. Las viejitas Leticia, María y Kaibiye cogían la chicha
y le repartían a la gente cantaudo. Y así ellos vivían.
Los viejitos Kajitá, Sajamí y Chío estaban ubicados en Angostura en
el actual punto de Gaia. Hacían baile de mojojoy, de guadua, e invitaban
a los de Mariamanteca y viceversa.
Y se fueron acabando los carijonas, se morían por enfermedad. No
sé que pasaría con ellos. Los únicos que quedaron se regaron" 41 .
A lo largo de estas páginas hemos intentado reconstruir, a partir de las fuentes
disponibles, los eventos más importantes que afectaron la vida de los carijonas desde
comienzos del siglo XVIII hasta la primera mitad del siglo XX, buscando establecer
un marco temporal y espacial. Observamos como a lo largo de estos años la población
carijona se redujo de forma constante, lo que nos lleva a pensar que este período
histórico es el de su decadencia y que posiblemente en épocas anteriores sí tuvieron
un auge y dominaron las tribus vecinas. Vimos como se enfrentaron con los grupos
Y la manera en que recorrieron el Caquetá, el Cahuinarí y el Mirití tomando
prisioneros, fuese ya para venderlos o ya para adoptarlos a su sociedad cuando eran
mujeres o niños. En algunos casos habrían canibalizado algún guerrero enemigo
como venganza por autiguas afrentas, pero cuidándose de vomitar el pequeño pedazo
ingerido.
El canibalismo atribuido a los carijonas era según ellos una costumbre que
practicaba únicamente el clan de los berebere, y aunque yo creo que sí practicaron
LOS CARIJONAS DE LA PEDRERA _IJLt
esta costumbre, no fue con el fin de alimentarse, como lo intentaron explicar muchos
europeos para justificar su conquista, sino como un acto de venganza. No tenemos
testigos presenciales de ninguna fiesta caníbal entre los carijonas, pero en cambio
abundan relatos dentro de los cuales se destacan la artificiosa descripción de Marcoy
y las imaginaciones de Codazzi. En el informe de Fray Bonifacio Castillo, que vimos
en el capítulo sobre las misiones franciscanas del Caquetá, este afirmó que los
murciélagos o guaques eran caribes y se mantenían de carne humana, pues sus casas
estaban llenas de huesos humauos que tenían colgados junto a sus hamacas, pero
esto nos lleva a pensar que estos huesos erau de sus ancestros y no de prácticas
caníbales. Vimos también como Albis no menciona antropofagia alguna y cuenta
que sus expediciones a cazar uitotos eran precedidas por la siembra de cultivos para
llevar comida y elaborados rituales propiciatorios para asegurar su éxito. Sin em-
bargo, los vecinos de las carijonas se refieren casi siempre a ellos como caníbales,
tigres o comegente.
El territorio carijona pudo abarcar desde el Guayabera hasta el Caquetá,
incluyendo los altos ríos Vaupés y Apaporis, el bajo Yarí y sus afluentes y los ríos
que fluyen al Caquetá desde abajo de la boca del Caguán hasta el río Metá. Para
mediados del siglo XIX observamos como en los censos de 1851 y de 1870 se
presenta una marcada desproporción de mujeres respecto de los hombres, lo que
nos hizo pensar en una debilidad demográfica importante, al limitarse la cantidad
de mujeres en edad reproductiva. Los conflictos intertribales y las venganzas de sus
vecinos pusieron a los carijonas en una posición de tener que abandonar el río
Caquetá y refugiarse en ríos más seguros; y con el paso del tiempo, este territorio se
fue restringiendo hasta que se vio limitado a los ríos Ajaju, Mesay y Cuñaré, hacia
1910. Desde este momento los carijonas sobrevivientes emprendieron procesos
migracionales complejos hacia el alto Caquetá, el Apaporis, el alto Vaupés y La
Pedrera.
Los carijona como sociedad Carib presentan características de la mayor
importancia en el conjunto de sociedades afiliadas a este grupo lingüístico por ser el
grupo §ituado más al suroccidente, y rodeado completamente de grupos étnicos de
diferentes tradiciones culturales, de las cuales tomaron rasgos culturales tan
importantes como el héroe cultural Kuwai de los Arawak, bailes de máscaras de los
Tucano y nombres de ríos de estas dos tradiciones. Además su localización en medio
de los grupos Tucano oriental y occidental sugiere que posiblemente su llegada a la
zona rompió en dos el grupo Tucano original. La tradición Tucano en la toponimia
es avasalladora, comprendiendo ríos como el Macaya o Apaporis, el Mesaya o Mesay,
el Yavilla y el Güecaya o Caguán; lo mismo que la Arawak, en los casos del Yarí,
Cuñarí o Cuñaré, Macayarí, Cananarí, Cahunarí y Cayarí o Vaupés, entre otros.
Tal vez los antiguos pobladores del Chiribiquete pertenecientes a tradiciones Arawak
184 Los carijonas de Chiribiquete
como los yukunas o cabiyaríes, o Tucano, como los coreguajes o eubeos, fueron
desplazados por guerreros carijonas que venían en largas migraciones desde las
Guyanas, quienes tomaron sus mujeres y se establecieron en este territorio, criando
su descendencia de madres de estas dos tradiciones. De esta forma sobrevivieron
los topónimos de las tribus derrotadas y los carijonas adoptaron si no su lengua, si
muchos ritos, mitos y demás tradiciones que además ya conocían, dada su procedencia
por ríos habitados por grupos Tucano y Arawak, corno el Vaupés y el río Negro.
Aunque los carijonas tuvieron fama de grandes guerreros y de ser una nación
independiente, al igual que otras etnias más sumisas, fueron destruidos por los
bárbaros protagonistas del comercio de esclavos y posteriormente por la explotación
cauchera. Sin embargo el régimen colonial parece haber sido menos violento e
inhumano que el republicano, lo mismo que la esclavitud indígena era una institución
mucho más respetuosa de la dignidad humana que la esclavitud española o
portuguesa. Al parecer la actitud de resistencia a toda costa y la no sumisión
condenaron a los carijonas a la destrucción, mientras otras etnias de la región que
optaron por colaborar con el invasor lograron sobrevivir con mayor éxito. De
cualquier forma la resistencia que opusieron los cabiyaríes, los andoques, los nonuyas,
los rnirañas y otras etnias, los dejaron reducidos a tener en la actualidad menos de
200 habitantes. Por alguna razón que desconozco, las epidemias posteriores al auge
cauchero de 1890-1916, afectaron de forma más grave a los carijonas que a sus
vecmos.
El proceso cauchero que se inició en 1890 en el Caguán afectó de forma
dramática a esta etnia y se ha intentado dar una explicación de lo que ocurrió
identificando a los actores y las fechas críticas en que los carijona pierden su
independencia y su territorio ancestral. La identificación de los uitotos - tradicionales
enemigos de los carijonas- corno partícipes en las matanzas de carijonas en las primeras
décadas del siglo XX abre un nuevo campo de investigación. Es de destacar el
intento por determinar las migraciones carijonas a sus actuales sitios de asentamiento,
así corno los personajes que participaron en ellas, tornando el caso de los carijonas
de La Pedrera.
En cuanto a sn territorio de Chiribiquete, aunque Tastevin menciona la
existencia de dos grupos carijona en los ríos Yaruje y Yavillá en 1922, sabernos que
por esta época los andoques estaban trabajando balata con Miguel Zurnaeta y que
seguramente esta presencia los llevó a emigrar a lugares más apartados. De este
momento en adelante su territorio ancestral fue ocupado por uitotos refugiados de
la Casa Arana, de los cuales hemos identificado dos migraciones. La primera
corresponde a las familias de la gente de Piedra que llegaron al Mesay en 1922 y
permanecieron en el área hasta los tiempos de las caucherías de la Rubber Develop-
rnent Corporation, en los años cuarentas del siglo pasado. La segunda correspondería
LOS CARIJONAS DE LA PEDRERA _1:l__i
a otras familias corno se contempla en el relato de José Suárez, quien menciona que
"después llegó otro grupo pues el tío de mi papa hablaba con los de Entre Ríos
espiritualmente y les decía que cruzaran los chorros y subieran. Llegaron gente de
Mico primero, después de Pava y de Palo también". Cuenta también José Suárez que
en 1928 la tierra de los carijonas era puros rastrojos y que una vez subieron hasta el
último chorro del Mesay donde vieron una canoa: "Escondieron las mujeres y
subieron por el río en canoa y llegaron al puerto. Había rastros pero no había gente.
Entraron más y encontraron una maloca nueva quemada y un cuerpo humano con
la cabeza cortada y quemada. Y vieron yuca madura y cazabe"42 • Este relato hace
pensar que esta maloca sería carijona pero las causas de su destrucción no las
conocernos. En los testimonios indígenas recopilados por Mariano Useche en La
Prisión del Raudal encontrarnos los de Enókayi, quien relata corno los peruanos
comenzaron a sacar gente para el Puturnayo y frente a esto los indígenas reaccionaron
buscando escapar al norte del Caquetá. Salieron primero a Monochoa y se dedicaron
a construir canoas para poder pasar el río con gente de Canangucho, gente de Pava
Colorada, gente de Palo y gente de Chontaduro. Pasaron el río y de ahí subieron por
sabanas al río Yarí para pasar luego al Mesay, "y estando allí llegaron los
perseguidores, alcanzaron a capturar un poco, los amarraron, los echaron en un
bote y los llevaron río abajo ... En el Mesay aguantarnos mucha hambre porque no
había nada. Toda era gente escapada que no tenía chagra. Habían ido a robarle la
yuca a otras gentes que antes habían estado allí. Comíamos pepas de monte, de eso
vivíamos; comíamos milpeso, canangucho y otras pepas que había"43 .
El segundo grupo de uitotos refugiados en territorio carijona venía también
de Entre Ríos y corresponde a la gente del Charco de Niño Dios, en cercanías de
Araracuara. Ellos permanecieron refugiados en el río Cuñaré, en cercanías de la
boca del río Arnú, desde los años veintes hasta 1959, fecha en la cual fueron
encontrados por caucheros colombianos al mando de Alberto Zurnaeta. Los
persiguieron, los atraparon, los pusieron a trabajar caucho y enviaron a las mujeres
y niños al río Aduche, donde los andoque, "pues por allá llegaron y murieron ellas
todas. Sí, cuando nosotros vinimos, pues tarde vinimos pues, ya murieron todas.
Cambió la comida. Nunca no comernos sal. Nunca no comemos cebolla. Mezclada
con manteca. Ese hizo daño uno ......Y además nosotros llegarnos puro hueso, puro
esqueletos, pero todavía vivos" 44 • Este fue el último grupo indígena que vivió de
forma permanente en territorio carijona. Posteriormente los andoques trabajaron
caucho en esta zona hasta los años setentas. En los ochentas llegaron al Chiribiquete
los narcotraficantes a establecer el complejo coquero de Tranquilandia en donde
permanecieron hasta comienzos de la década de los noventas, cuando fueron
bombardeadas sus pistas de aterrizaje y las cocinas de cocaína.
A finales de los años 90's, el antiguo territorio carijona se convirtió en zona
!86 Los carijonas de Chiribiquete
de refugio de la guerrilla, área que tieuen controlada hoy en día. Tal vez, con ojos
asombrados, los guerrilleros miran los millares de pictografías situadas en los abrigos
rocosos de los cerros del Ajaju y el Apaporis, y entre ellos observan la figura de un
indio que con flechas en la mano, brinca amenazante.
NOTAS
1 Llanos V. Hector, Pineda C. Roberto. Etnohistoria ..... Op.at, p.80.
' Entrevista, Puerto Remanso del Tigre, febrero 4 de 2001.
3 Karadimas, Dimitri. Le corps sauvage. !déo!ogie du corps et
réprésentations de / 'environnement chez les M/1-aña d Amazonie
co!ombienne. Thése présentée en vue du grade de docteur de
l'université de París X. París, 1997, pp.58-66.
4 Nimuendajú Curt. Reconhedrniento dos ria !cana, Ayarf e Uaupés. En:
Textos indigenistas. Edi,óes Loyola 1982, p.183.
s Entrevista, San José, marzo 1 de 2001.
6 Entrevista, La Pedrera, febrero 13 de 2001.
'AGN. Fondo Ministerio de Gobierno (sección República 1 ra), T. 677, fls.
118-127.
' Forero Román Luis. La Pedrera. Relato del cobate entre colombianos y
peruanos en el año de 19 J l. Editorial Bolívar, Bogotá, 1928, p.160.
'AGN. Fondo Ministerio de Gobierno (sección República, 1ra), T.776, fls.
156-161.
10 Tastevin Constant. Statistique du )apura. En: La Géographie, T.XXX,
MM. Masson editeur, París, febrero de1921, p.174.
11
!bid, p.111.
12 A Maracanairna llegaron los blancos para trabajar siringa con miembros
de otras tribus como los cara pana, cabiyarí y taiwano.
"Schindler Helmut. Etnohistoria de los Carq'ona ...... Op.at, p.554.
14
!bid, p.555.
"Entrevista, Leticia, Marzo 3 de 2001.
16 Entrevista realizada a María de la Cruz Valencia, San José, febrero 28 de
2001.
LOS CARIJONAS DE LA PEDRERA J 87
17 Entrevista, San José del Guaviare, marzo 1 de 2001.
18 En·trevistas, Leticia, febrero 17 y marzo 3 de 2001.
" Entrevista, La Pedrera, febrero 14 de 2001.
20 Schindler Helmut. Etnohistoria de los Cari¡ona ..... Op.at., pp.554-555.
21 Schindler Helmut. Etnohistoria de los cari¡ona ...... Op.at., p.553.
"Robayo Camilo. Babel de nuevo erigida. El caso de la /engua ..... Op.at,
p.553.
23 Entrevista de Camilo Robayo con Horado Carijona en 1983. Agradezco
su colaboración con este interesante material.
24 De las Corts Estanislao. Nueva excursión .... Op.ot., p.86.
25 Entrevista, San José, marzo 1, 2001.
26 Entrevista, Comeyafú, febrero 14 de 2001.
27 Cuando en los cuentos que he recogido encuentro este número
deduzco que son mas de 20, pues el sistema para contar llega hasta
20, los dedos de pies y manos.
28 Entrevista, San José, febrero 28 de 2001.
29 Entrevistas, Leticia, febrero 17 y marzo 3 de 2001.Entrevista,
Manacaro, febrero 6 y 7 de 2001.
30 Entrevista, San José, marzo 1 de 2001.
31 Entrevista, La Pedrera, febrero 11 de 2001.
" Entrevista, Manacaro, febrero 6 y 7 de 2001.
33 Jacopin, Pierre lves. Hab1tat et térntoire yukuna. En: Journal de la
Société des Américanistes, T. LXI, Museé de L'Homme, París, 1972, p.
109.
34 Entrevista, La Pedrera, febrero 1O de 2001.
35 Entrevista, La Pedrera, febrero 13 de 2001.
36 Entrevista, Manacaro, febrero de 2001.
" Entrevista, La Pedrera, febrero 11 de 2001.
" Entrevista, La Pedrera, febrero 13 de 2001.
39 Entrevista, Leticia, marzo 15 de 2001.
40 Entrevista, Leticia, marzo 15 de 2001.
41
Entrevista, Puerto Remanso del Tigre, febrero 4 de 2001.
42 Entrevisp, Puerto Santander, enero de 2001.
43 Useche Mariano. La Prisión del Raudal. Instituto Colombiano de
Antropología, PNR, Corpes Amazonia, Bogotá, 1998, pp.15-17.
"'Céfiro Murui. Relato inédito recopilado por Roberto Franco,
Araracuara, 1988.
 ANEXOS _l_Íl_2_

Anexo 1.
Topónimos Carijona

Chorros
El padre Justo de San Martivell nos proporciona los nombres de los 7 saltos
o raudales del río Yarí, en lengua carijona, cuales son, de aguas arriba hacia abajo:
Maragua, Cajuarf, Caicuchitaré (chorro del Tigre), Manttejurú, Macuge,
Quinorotare (salto de la Guacamaya) y Joame (salto en carijona). Según Albis
sal se dice Jame, razón por la cual este podría ser el chorro de La Sal.
Chorros del Yarí, Mesay y Cuñaré según Joaquín Carijona y Alberto
Mosquera:
Yarí aguas arriba
Chorro de la Campana, Campana de trueno (Kajú es el dueño
de la piedra de La Campana).
Chorro de la Gamitana, Karaukuri
Chorro de Sábalo, Tiyekemú.
Mesay aguas arriba
Chorro del Bujeo, Isoyma-taje (bujeo es el dueño).
Chorro de Zancudo, Masaque.
Chorro de Rayador, Chimár¿ situado abajo de la bocana de
quebradón de Yaruje (arriba de la bocana se ubica un salado de
danta).
Chorro de Manguaré, Wína.
Chorro de Cncha, Kabará.
Chorro de Jacameyá.
Cuñaré (Cuñañí, o río de Tucunaré)
Chorro de Tubo, Kamarí. Es una semilla como una cuyita. Desde
Kamarf, se llega por un varadero al Ajaju.
Apaporis (Macaya) 1

¡:
¡
 ca rijo nas de Chiribiquete ANEXOS _191.

Raudal de El Venado, Cajautojurú.

Sitios, quebradones y ríos
Según Joaquín Carijona las siguientes son palabras carijonas para sitios
importantes:
Cerro de Pedrera,Jíibíiima ("Mira uno cerro, pero es maloca").
Cerro de Jirijirimo, Ch,bocúri (curies oro en carijona según Albis).
Además parece corresponder al nombre de lsibicure, la serranía que forma el Anexo 2.
chorro y divide las cuencas de los ríos Piraparaná y Cananarí. Nombres carijonas tomados del Censo de 1870 de la sección
Río Arnú (dos muchachos se fueron a pescar allá y uno se perdió, su nombre
eraArnú). de Mesaya (Mesaya, febrero 7 de 1870)
Quebradón de Tabachinemu (quebrada del mico tanque).
Sararamano o Cacharamano (significa tucupí, caldo de yuca fuerte). Así se
llama un quebradón del Mesay y un quebradón arriba del Lago del Dorado LISTADO DE NOMBRES DE MUJERES
en el río Vaupés. Abachiye Berigingari Caroré
Río San Jorge, Quinoroimá (quebradón de Guacamaya), afluente del Cuñaré. Abalijaje Berije Casecoye
Caño Yanacuru (saliva de gavilán). Abaría Beteiquie Casuguaye
Quebradón Samutumano (quebradón del Apaporis, al norte del río San Acurube Bicha Cataenjarí
Aerero Bichabicha Cátai
Jorge).
Agachiye Bidoré Caye
Río Vaupés, Saranaimo.
Agaguijé Bigoyo Chabitari
Río Cu;arí(afluente del Yavilla, era el quebradón de los urumi). Bindaru Chichigua
Aguagochini
Lago de El Dorado o El Espejo, Besenecurú. Un quebradón que desemboca Aguara Birigeringari Chimaye
en este lago es el Maribecurú. Aguarechanjari Boyeje Chinaguje
Aina Buimotarí Chinguaruto
AmJie Cabínageri Chiraguaye
Amarasi Cacaje Chiribe
Amarinjarf Cagochini Chiricuiení
Amaron Caguara Cigariye
Añarique Ca guayare Ciriquiquí
Anclaje Cagutumuru Ciyochiní
Anejaie Caiageque Cojiriye
Aribeyana Caiariye Conocagua
Ariboye Caichingari Cosarije
Arigaje Caigochiní Cosya
Arimaye Caimaye Cuchime
Arimimaye Cajecari Cuchimeru
Arioye Cajeco Cuchirique
Baique Camamaque Cué
NOTAS
Bateyaci Cameya Cuemejeye
1 San Martivell Justo de. Excursiones apostólicas atrevidas. En: Revista de Misiones, Baunaje Camige Cuiaguaru
nos.8-9, Bogotá, enero de 1926. Beiraje Caogochini Cuiguaye
2 Entrevistas, Leticia y Manacaro, febrero de 2001. Beneima Caracique Cuimeje

·11,1
,,
192 ~ L o s carijonas de Chiribíquete ANEXOS 193

Cumaraque Lueresía Sirigaye

Cumaye Macasu Sirima
Cusicaie Machaeteri Sirimayá
Cutarujé Macuyungari Siriquery LISTADO DE NOMBRES DE HOMBRES.
Cutume Magugaje Surun1a
Daviye Mari Surumaqui
Eniyí Marigaie Tairirije Curisa
Aberiei Caiqueieri
Erechaje Mariguaje Taregua Cuyeuro
Abribejeri Cajeta
Erechingarí Maruye Tarere Cycuiri
Acuríbetendu Canaguamoje
Eseganejari Matijaye Tiqueo Dandiyé
Acurienuru Canaguaru
Eseniañe Matiye Tuyarije Dureré
Amaná Canicuye
Etique Mausaye Yacagochini Euinoró
Amanaje Canuya
F arejanjarí Mayaje Yacarije Faiquimano
Amano Cararetije
Gabiye Mayeje Yamaie Farique
A111arí Carnudo
Gaiariri Mereyochiní Yamogé Gaiachuíma
Amejeruamotirí Casirejire
Ganagari Moconemba Yaranagarí Gaicaique
Amey Casirejire
Gerereganjarí Morí Yaré Ganaya
Aminago Catichionari
Geruco Morije Yareirí Garigeri
Anagoti Cayaque
Guabije Muiguaje Yariyare Geigueye
Anduje Cheregutuje
Guacaiana Muragachini Ycafaima Goegocari
Añiqui Cheugochini
Guachiri Nabí Yecaregochini Gotohonari
Araguataieri Chigaragoque
Guachucun1e Narique Y echigunuri
Guacana
Arataique Chimaquí
Guacoma Nataima Yeguima Guacharaguga
Arebarí Chiricoyoto
Guacorocoro Notique Yeririye Guachimico
Areje Chiriyaco
Guaiguana Oñaje Ygamangari Guachimiró
Bebearejimbe Chiyoje
Guamura Pechaija Ygotimbi Guagochini
Berery Chogojonari
Guanamiye Rabaye Yguagochini Guairé
Berigeqneri Chuchuje
GuJramaye Raijochiní Yitare
Guaje
Bigo Cocoyó
Guarimaye Raimaye Yitareza Guanguananai
Biguagonó Condije
Guaroroje Raique Ymajerí Guarecoechonarí
Biraré Conojime
Guatoye Reimeye Ynrnre
Guareguare
Bisaconté Corococo
Guatuye Reripo Ymiruye Guareguaro
Boboye Coroyeri
Guayaca Reriponi Ymiya Guaricoré
Cabica Crigamano
Gueiquino Reteyeri Yracuyé Guaririyo
Cabijanjarí Cucuyemuru
Guiguaye Ricaguaye Yranagoti
Cachaguagoque Cuecueri Guatuca
Gumacha Ricaye Yrí Gucmnu
Cacharimayo Cueñina
Gunaca Riguanjarí Yrigoyo Gueicoco
Cachemenequeri Cuitaqui
Guoyacaye Riponí Yruriye Guirachimbe
Cacheruima Cumacaonarí
Gurine Roegua Ysimaye
Cachuge Cumento Guiru
Gusigerique Saeguanjari Ytacu
Cagaiguai Cunañuje !guasa ye
Icucó Saiguaná Ytasa
Cagocó Cunotochonari Isayé
Lamagochiní Samani Yuaqui
Caguagiñí Curachiboy Jairu
Limatu Samuye Yuaquigari
Cagurí Curarí ]enajena
Lona Saragua Yureba
Caicuchen1eru Curifio Leina
Luchiquení Síragaye
 A,,!$~
!!,
194 carijonas de Chiribiquete
BIBLIOGRAFIA 195

Lemo Nequeseino Siberejeri

Macaguco Nogoirí Sigaribeti
Machignma Nogojí Surumaqui
Machiguri Nogoyo Tabinaco
Machirijare Noseje Tacuiemu
Machiye Ñucucoca Taguachineme
Machuge Ocomoje Taguai
Macuna Ocoymachonarí Tamaje
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ENTREVISTAS 209
Entrevistas
María de La Cruz Valencia. San José del Guaviare, febrero 28 de 2001.
Máximo Martínez Jiménez. San José del Guaviare, marzo 1 de 2001.
Luis Perea Carijona. San José del Guaviare, marzo 1 de 2001.
Joaquín Carijona. Leticia, febrero 17, marzo 3, 15 y septiembre 18-22 de2001.
María Carijoua. Angostura, septiembre 19 de 2001.
Luis Alfonso Martínez. Leticia, febrero 17 de 2001.
Armando Perea Carijona. La Pedrera, febrero 13 de 2001.
Vicente Moncayo Carijona. Comeyafú, febrero 14 y septiembre 22 de 2001.
Andrés Moncayo Carijona. Comeyafú, febrero 15 de 2001.
Antonio Perdomo Muinane. La Pedrera, febrero 11 de 2001.
Pedro Miraña. La Pedrera, febrero 10 de 2001.
Alberto Mosquera Carijona. Manacaro, febrero 6 y 7 de 2001.
Olmedo Carijona. Mariamanteca, febrero 5 de 2001.
Salvador y Cheiba Miraña. Mariamanteca, febrero 5 de 2001.
Luis Gwako Miraña. Puerto Remanso del Tigre, febrero 4 de 2001.
José Enrique Miraña. Puerto Remanso del Tigre, febrero 4 de 2001.
Miguel Miraña. San Francisco, febrero 2 de 2001.
Carlos y Ramiro Matapí. Enero 31 de 2001. i
'
Marceliano Guerrero. Araracuara, enero 27 de 2001.
José Suárez. Puerto Santander, enero 28 de 2001.

Indice
A
Abisinia, sección 142, 158
Abraham Antonio 14 7
Acuña, Cristóbal de 27
achaguas, indios 65
Aduche, río 31, 57,147,185
Aguado, Fray Pedro 19, 62, 80, 102
Ajaju, río 14, 41, 42, 43, 44, 49, 52, 53,
58, 63, 101, 132, 134, 137, 144,
150,151,152,163, 166,169,171,
173, 175, 183, 186
Albis, Manuel María 10, 30, 36, 39, 44,
50, 51, 58, 65, 71, 99, 101, 102,
103, 104, 105, 111, 112, 183
Alburquerque, Antonio de 147
Alfaro, Antonio 69
Amazonas, río 20, 23, 24, 27, 28, 29, 30,
44,61, 71, 72,84,87,94, 107,110,
129, 130
Ampiyacu, río 143
Amú, río 42, 44, 58, 91, 185
andoques, indios 13, 31
Andoques, secctón 142
Angostura, rauda/32, 42, 43, 44, 51, 58,
66,67,85,86, 108,170,176,179,
182
Anime, misión 65, 79
Apaporis, río 14, 23, 24, 25, 28, 33, 37,
41,42,43,44,45,48,50,52, 53,
55, 56, 58, 63, 65, 70, 73, 79, 83,
83, 85, 87, 90, 95, 99, 101, 102,
105,129,130,131,132,133,134,
139, 140,141,143,144,145,147,
148, 149 150 152, 153, 159, 163,
164,166,167,168,169,170,171,
172, 174, 175, 176, 177, 178, 180
813, 184, 186
Arana, Julio (ver también Casa Arana)
143,147
Arana, Remigio (ver también Casa Arana)
147
Araracuara 10, 13, 25, 31, 41, 48, 51,
INDICE 2!1
52,57,58,67,84,95,96, 107,109,
129,133,142,145,147,148,156,
162, 176, 179, 185, 187
Araracuara,rauda/42,43,44, 73, 76,85,
86, 90, 94, 99, 110, 106, 108
Arawak, fam.!ingüística 12, 17, 18, 19,
20, 21, 23, 24, 25, 183, 184
Arcila Manuel 139
Arcila Robledo, Gregario 63, 79, 80
Arechúa y Sarmiento, Felipe de 87
Ariari, río 43, S8, 63, 79
Aviso, raudal 86, 96
Aymara, fam.!ingüística 21
Azul, cerro 41
B
banibas, indios 78, 75
Barcelos 77, 84
Barchelon, José Jacob 142
Barra do Río Negro 77
Barrera, Enrique 15 2
Bastidas, Maximiliano 152
Becerra, Rogerio María 131
Beerman, Eric 93, 94, 95, 97
Belém de Pará 18, 71, 73, 74, 75, 83
Belfort, Lourern;o 77
Bene Fray Gregario José de María de 80
Benítez, Juan Manuel 87
berebere; clan 32, 48, 174, 183
Bermejo, río 62
Berner, Ernst 144
betoas, indios 63, 65
betoye, indios 63
Billar, quebrada 13 5
boapés, indios 75, 77, 78
Barrero, Bredio 145, 165
Bourgue, Fran,ois 33
Braga, Pedro da 77, 78
Branca, río 23, 24, 61, 75, 83
212 ~ o s carijonas de Cl7iribiquete
Brasil 21, 22, 24, 34, 38, 39, 43, 44, 59,
62, 71, 72, 73, 82, 83, 90, 95, 96,
97, 99, 100, 102, 110, 130, 132,
142, 150, 158, 162, 164, 165
Bravo, Mariano 87
Buenosaires, finca 139
Bustos, Joaquín 87
eCabrera & Gómez, empresa 146
Cabrera, José 13 8
Cabrera, Juan de Jesús 142
Cabrera, Leonardo 139
CabreraSáncbez, Oliverio 145,146,165,
175, 176
cacaitos_, indios 65
cafunguajes, indios 66
Caguán 30, 43, 48, 49, 52, 53, 56, 58,
61, 63, 64, 67, 107, 110, 132, 133,
134,135,137,141,149,152,153,
156, 159, 162, 163, 165, 174, 184
Caguán, río 23, 30, 43, 44, 45, 51, 53,
54, 56, 57 60, 62, 63, 66, 70, 80,
101,102, 104, 108, 110,131,132,
133,135,137,138,139,141,150,
157, 162, 183, 184
Cahuinarí, río 24, 36, 58, 86, 106, 145,
158, 180, 182
Calamar, pueblo 53, 55, 133, 134, 149,
151,152,163,164,167,168,169,
175
Calderón, Abe! 137, 138, 139, 157, 158
Calderón, Alonso 149
Calderón, José Gregario 134, 137, 139,
140, 141, 143, 149, 151, 152 153,
174
Campbell, Joseph 22, 26
camuniguas_, indios 65
Cananarí, río 24, 42, 44, 45, 58,78, 79,
147, 165, 184,
Caraparaná, rfo 133, 134, 135, 137, 139,
140,141,143,149,151,152,153,
174
Carba, Fray Joseph de Jesús 65, 69, 91
Carib,fam.!ingüfstica 11, 12, 14, 17, 18,
19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 29,
31, 37, 38, 56, 58, 59, 81, 96, 102,
104, 105, 112, 183
caribes, indios 18, 19, 20, 21, 25, 26, 31,
48, 65, 66, 81, 183
Carijona, Benito 167
Carijona, Clementina 168
Carijona, Fabián 5 5
Carijona, Horacio 171, 187
Carijona, Jacinto
Carijona,Joaquín 13, 39, 57, 58, 96,118,
119,166,167,168,169,175,180,
181,
Carijona,María 13,168,177,179
Carijona, Olmedo 13
Carijona, Paulina 165
Carijona, Petronila 168
Carlos V 61
Cartagena, José Anselmo 87, 91, 93, 94,
108
Carnlla, José 152
Carvajal, Bernardo 137
Carvajal, Jacinto de 19
Carvazo, Antonio 106
Casa Arana 32, 52, 54, 132, 133, 138,
139,142,143,145,147,148,149,
158, 166, 170, 174, 185
Casa Calderón 144
Casement, Roger 52, 60, 142, 143, 158,
174
Castellanos, Juan de 19
Castillo, Fray Bonifacio 65, 66, 70, 91,
102, 107, 183
catamaes, indios 65
catarico.ls., indios 65
Cayarí, río 24, 58, 78, 85, 144, 184
Ciceri, Agustín 111,135, 139, 140, 141,
158, 174
Codazzi, Agustín 10, 28, 30, 39, 49, 50,
52, 58, 59, 60, 63, 80, 81, 86, 96,
107,102,103,104,105,107,112,
183,
Colombia 11, 21, 23, 25, 26, 28, 38, 39,
41,55,60,80,81,84,95, 100,107,
111,112,130,131,134,140,143,
147, 151, 156, 159
Comeyafú 179, 187
Comisión Corográfica 101
Cordeiro, Jesuino 37, 80
Córdoba, raudal 44, 85, 95, 166, 168
coreguajes, indios 15, 30, 32, 33, 36, 55,
65,66,69,90, 101,104,109,132,
141, 157, 161, 169, 184
Coro, pueblo 61, 63
Crévanx, Jules 96, 113, 114, 109, 112,
162, 165, 166
eubeos, indios 37, 51, 80, 144,149,184
Cuellar, Braulio 111,135,137,138,153,
157, 174
Cuellar, Manuel Antonio 106, 107, 138,
152
Cuellar, Mauricio 13 7
Cuemaní, rfo 14, 32, 42, 43, 44, 48, 49,
52,65,66,67,101, 103,132,138,
139, 140, 141, 147, 174
Cuervo, Antonio 20, 23, 25, 39, 45, 59,
81, 111, 112
Cuñaré, rfo 14, 24, 30, 42, 43, 44, 49,
50, 52, 53, 54, 56, 57, 59, 65, 83,
90, 91, 92, 93, 94, 95, 102, 105,
108,132,133,134,138,140,141,
145,148,149,152,153,164,166,
170, 174, 180, 183, 184, 185
Cupacá, lago 7 5
Cupatí, raudal 44, 73, 85, 95
Curanabe, misión 65
Chacara Praya Francisco de la 106
Chacón, Juan 152
Chermont, T. Constantino de 87
Chibcha, familia lingüística 21
Chiribiqnete, Parque Nacional Natural
10, 12
Chiribiquete, serranía 10, 25, 41, 43, 44,
58,59, 64,152
churnbenes, indios 65
D
De la Condamine, C. María 28, 38
Delgado, Evaristo 103, 104
desana, indios 24, 37, 38, 39
Diago José 141
Díaz Erazo, Maximiliano 108
Domínguez, Camilo 10, 39, 59, 86, 96,
104, 107, 111, 112, 157
Duque Gómez, Luis 23, 26
Durbin, Marshall 21, 26
E
El Dorado 61, 63, 163
El Dorado, lagos 42, 44, 70, 78, 144
El Embudo, raudal 168
El Gallo, cerro 41, 58, 171,173
El Pamar 145
El Sol, sección 146, 167, 175, 176
El Tunche, quebrada 147
enaguas, indios 11, 29, 30, 31, 50, 65,
91, 102, 105
Entre Ríos, sección 32, 142, 185
Escudo Guyanés 41
Esguerra Joaquín 107, 112
Espíritu Santo del Caguán, pueblo 61, 64
Espriella, Ramiro de la 152
Espriella, José de la 151, 152
F
Fajardo, Buenaventura 139
Fajardo, Pedro 140, 152
Ferreira, J oaqnim José 77
INDICE _lll.
Ferreira Rodrigues, Alexandre 49, 92, 96
Florencia, pueblo 133, 134, 139, 147,
163, 164, 168, 169
Fonseca, José Inocencio 133, 140, 158
Forero Román, Luis 116, 165, 186
Fraser, Carlos 15 O
Freire, José Joaquim 92
Friede, Juan 30, 39, 45, 59, 62, 80, 157
G
Gamboa, Isaías 130, 165
gavilanes, indios 65
Gilij, padre 17, 19, 63
Goldman, lrving 3 7
Gómez, Manuel 147
Gomes Rocha, Manoel 74
Grulla, quebrada l 67
Guacayá, rfo 62, 80
guaguas, indios ll, 30, 31, 50, 53, 62,
80, 101, 102, 103, 105
Guaimaraya, raudal10l
Guama! 53, 55
guaques, indios ll, 28, 29, 30, 31, 36,
42, 43, 49, 50, 53, 65, 66, 72, 87,
91,101,102,103,105,107,183
Guaviare, región 25, 63, 149
Guaviare, rfo 23, 24, 25, 27, 53, 62, 63,
70, 79,100,102,133,149
Guayabera, rfo 23, 43, 58, 59, 63, 65,
70, 79, 80, 101, 157, 164, 183
guayupes, indios 62
Gueggía, rfo 67
Güepi, pueblo 54
Guerrero, Carlos 71, 99, 101
Guerrero, Marceliano 13
Gumilla, José 25, 26, 48, 81
Gutiérrez, Aurelio 146, 147, 166 i
Gutiérrez, Emilio 137, 145
Gutiérrez, Francisco 139, 142
Gutiérrez, Urbano 111, 133, 134, 135,
137, 139, 141, 174
Gutiérrez, Venancio 139
Guyana/Guyanas 18, 20, 21, 22, 23, 24,
25,41,48,57,96, 184
Guyana francesa 17
Guyana holandesa 25
H
Hasoya, río 66
heguages, indios 66
Hemming, John 75, 82, 96, 97
Hernández, Crisóstomo 13 7
Herrera, Marcos 173
Hirisa, río 144
 ~ o s carijonas de Chiribiquete
homoas, indios 65
Hugh-Jones, Stephen 152
huitotos, indios (ver también uitotos) 110,
138, 140, 141, 153, 174
I
lgaraparaná, río 54, 80, 134, 142, 145
!guaje, serranía 10, 41
Igualada, Fray Bartolomé de 53, 56, 60,
179
Imiya, río 42, 58, 66, 67, 103, 108
lpanché, río 31
!quitos, pueblo 28, 110, 130, 131, 142,
143, 145, 148, 156, 157
lraca, mis;ón 65, 79
!sana, río 76, 149, 152, 163
Itoya, río 65, 66, 67
Imundí, pueblo 135, 163
Japurá, río 24, 28, 29, 32, 35, 38, 43,
61, 72, 73, 74, 75, 76, 77, 79, 83,
84, 85, 86, 87,92,95,96, 112
Jaramillo, Benjamín 151
Jaramillo, Heliodoro 144, 165
Jaramillo, Nicanor 50,51
Jáuregui, Abelardo 152
Jiménez, Augusto 142
Jiménez de Quesada, Gonzalo 61
Jirijirimo, rauda! 45, 53, 55, 57, 73, 99,
129,170
K 161, 186
Karadimas, Dimitri 162, 186
Koch-Grüuberg, Theodor 10, 21, 22, 25,
26, 30, 33, 37, 44, 48, 51, 52, 53,
59, 115, 143, 144, 149, 158, 159
korebas, indios 32, 33
kuevanas, indios 78
L
La Campana, cerro 150
La Ceja 100, 104
La Concepción, pueblo 53, 65, 66, 67,
68, 69, 70
La Cucha 135, 173
La Chorrera, sección 142, 148, 173, 176
La Huitocia, agencia 142, 138
La Ilusión, quebrada 135
La Laguna, pueblo 51, 101, 107, 109
La Libertad, campamento cauchero 144,
164
La Libertad, rauda/73, 129
La Macarena, serranía 41
La Neblina, cerro 4 l
La Pedrera,pueb!o 8, 13, 14, 15, 39, 43,
48, 53, 54, 55, 56, 59, 60, 83, 95,
129,132,133,139,143,145,146,
147,148,150,159,161,163,165,
166,167,168,169,170,171,172,
173,174,175,176,177,178,179,
18~ 181,183,184, 18~ 187
La Perdiz, lugar 134
La Sal, puerto 149
La Tagua, pueblo 137, 168
La Tonina, quebrada 166
La Tunia, río 41, 42, 43, 57, 58
Landaburu, Jon 31, 39
Larrañaga y Ramírez, compañia 142
Las Corts, Estanislao 52, 53, 54, 56, 58
60, 135, 137, 156, 173, 187
Las Delicias, lugar 133, 135, 141, 149
Lathrap, Donald 23, 24, 26
Leitao de Plnho, Francisco 7 6, 77
Lemas, Manuel 5 5
Leticia 13, 168, 186, 187
Loaiza, Carlos 148
Loaiza, Miguel 148
Lobo D'Almada, Manoel 42, 65, 78, 79,
80, 82, 92
Lombana, Leopoldo 141
Lomelín, Alfredo 167
Los Monos 142
Lozano-Salomón, tratado 143
Luisa, quebrada 135, 157
Llanos, Héctor 10, 53, 65, 70, 74, 81,
M
macaguajes, indios 53, 65, 66, 156
Macaya, río 14, 25, 29, 41, 42, 43, 44,
48, 49, 50, 53, 54, 57, 58, 63, 66,
67, 68, 70, 83, 90, 101, 140, 141,
143,144,145,146,147,148,150,
151,152,153,156,163,164,166,
167,168,173,176, 180,183,184,
185
Macuje, /inca 135, 139, 140
Madeira, rfo 61, 92
Madrid, tratado 83, 84
Magdalena, río 11, 17, 23, 64, 66, 100,
104
makús, indios 7 5
Manacaro 48, 59, 60, 76, 85, 161, 170,
178, 179, 187
Manaos 12, 73, 75, 76, 77, 79, 82, 106,
110, 129, 130, 144, 145
Maracanaima, agencia 140, 149, 166,
186
Marañón, río 27, 28, 29, 62, 78, 84,108,
167
Marcoy, Paul 28, 35, 38, 39, 111, 112,
183
Mariamanteca 170, 178, 179,180,181,
182
Mariñame, isla 42, 44
Maripí, aldea 74
Martínez, Antonio 137
Martínez, Luis Alfonso 13
Martínez, Máximo 13
Martius 29, 35, 38, 39, 44, 59, 74, 75,
76, 82, 86, 94, 96, 97, 110, 112,
166
Matanzas, sección 142
Matapí, Carlos 13, 34, 39
Matapí, Ramiro 13, 34, 39
mauás, indios 27, 74, 85, 92
mayas., indtOs 62
Mazorra, José 87
Meira, Marcio 74, 81, 82
Meira, Sergio 22, 26
Mejía, Félix 60,116,135,137,145,158,
165, 166, 177
Mejía, Luis 54, 60, 166, 177
Mendes, Giovanni 60, 57, 58
Mendo<;a de Furtado, Francisco 85
Mesay, río 14, 25, 29, 41, 42, 43, 44, 48,
49,50,53,545,57,58,67,68,83,
90, 91, 92, 93, 94, 101, 102, 103,
104,108,110,131,132,133,134,
140,141,145,146,147,148,151,
153,164,166,167,168,173,176,
180,183, 184, 185
mesayas, indios ll, 30, 31, 35, 100, 101,
102, 106, 107, 108,
Miraflores 42, 70, 152, 164, 167, 168,
169, 174, 175
Miraña, Cheiba 13
Miraña, José Enrique 13, 36, 181
Miraña, Luis Gwako 13, 36, 39, 162
Miraña, Miguel 13
Miraña, Pedro 13, 175
Miraña, Salvador 13
Mirí, rauda! 44
Mirití, río 24, 34, 36, 37, 39, 45, 58, 76,
85, 143, 145, 146, 158, 165, 166,
167, 176, 182
Moncayo Carijona, Vicente 13, 48, 119,
120, 169, 173, 179
Monochoa, pueblo 139
Montebello, pueblo 139
Montenegro, Plinio 14 7
INDICE 1,__].2_
Mora, Gabriel 153, 175
Mora, Marcos 175
Morelia, sección 158, 142
Mari, José María 142
Mosquera Carijona, Alberto 13, 45, 57,
120,175,176,177,179
Mosquera, Buenaventura 90
Mosquera, Miguel 101, 105
Mosquera, Pedro 49, 50, 51, 53, 58, 59,
100, 101, 102, 111, 137
Motoya, río 62
muinanes, indios 31, 32, 58, 59, 96,100,
101, 102, 111, 137
Munar, Justo 8 7
murciélagos, indios 11, 29, 30, 31, 36,
38, 43, 45, 53, 64, 65, 66, 67, 69,
70, 91, 103, 183
N
Napa, río 24, 27, 28, 87, 131, 143, 156
Nápoles, agencia 135
Negro, río 23, 24, 25, 29, 73, 74, 75,
76, 77, 78, 79, 80, 82, 83, 84, 85,
87,91,92,97, 112,135,146,150,
152, 184
Nieto, Alberto 146
Nieva, Benjamín 148
Nimuendajú, Curt 24, 26, 163, 186
Nocaimaní, río 31, 32, 58
nonuyas, indios 13 143, 184
Normand, Armando 133, 142
Nueva Granada 70, 81, 83, 84, 95, 138
Nurnancia, agencia 137
Núñez, Napoleón 152
o
Olarte Camacho, Vicente 138, 157
Olarte, Manuel 149
Olaya, Antonio 90
omaguaes, indios 11, 29, 42, 72, 87, 91
omeguas, indios ll, 27, 62, 63, 80
Omima, quebrada 167
Oostra, Menno 33, 34, 39
Ordóñez, Antonio 107, 137
Ordóñez, José A. 106
Ordóñez, Manuel A. 13 8
Orinoco, río 18, 20, 23, 25, 26, 48, 80,
81, 84, 85, 99
Orteguaza, río 14, 15, 24, 30, 33, 43, 49,
' 53, 56, 57, 58, 66, 67, 70, 81, 100,
101,102,103,104,109,110,130,
132,137,139,145,157,161,163
Otare, cerro 41, 57
n6 Los carijonas de Chiribiquete
p Piraparaná, río 143
Palacios, Miguel 13 9, 141
pamiguasJ indios 65
pantágoras, indios 11
Papunaua, río 152
Papurí, río 24, 78
Paredes, Fray Antonio de Jesús 69
Pasto 12, 60, 64, 100, 104, 110, 112,
132, 134, 138, 142
Paternina, Fray Antonio 65
pauíes, indios 65
Paujil, quebrada 67, 107
Payoya, rfo 58, 62, 63
Paz, Eladio 145, 158
Paz, Manuel María 104
Peñas Blancas 167
Perafán, Manuel María 108
Perdomo & Falla 134
Perdomo & Hermanos 141
PerdomoMuinane,Antonio 13,175,179
Perea, Alfonso 135, 137, 173
Perea, Darío 168, 170, 172, 177, 180,
181, 182
Perea, Isaías 146, 148, 167, 168, 169
Perea, Israel 16 9
Perea, Julio 145, 169, 178
Perea, Ofelia 13
Perea, Paulina 13, 168
Perea, Pedro 168, 170, 172, 177, 178,
179, 180, 181
Perea, Salvador 53, 55, 111,135, 137,
145,146,147,148,149,150,153,
156, 159, 163, 164, 166, 167, 168,
170,171,173,175,176, 17~ 180
Perea Carijona, Armando 13, 33, 45, 118,
164, 170, 176, 177, 180
Perea Carijona, Luis 13, 163, 168, 173,
175
Pereira, Francisco Antonio 77
Pérez de Quesada, Hernán 62
Pérez, Felipe 28, 38, 53, 112
Pérez, Hipólito 137, 139, 143
Perijá, serranía 11, 23
Perú 28, 55, 83, 84, 95, 99, 100, 130,
140 143, 146, 151, 170, 176, 179
Peruvian Amazon Company 52
Pescado, río 53, 55, 157
piaguajes, indios 30, 66
pijaos, indios 11
Pineda, Roberto 10, 39, 53, 64, 65, 70,
74, 81, 161, 186
Pineda, Anselmo 100
Pinedo, Juvenal 55
Pinell, Fray Gaspar de 104
Pinto da Gaya, Diogo 75
Pires, Joaquín 79
Pizarra & Cia., agencia 13 7
Pizarra, Pedro 142, 165
Plata, Tomás 52, 111, 143
Plata Rojas, Cecilio 52, 111, 142, 143,
144, 145, 158
Plaza, Roberto 139, 140
Popayán 12, 63, 70, 81, 90, 91,100,103,
112, 159
Praya Sosa, José 106
Preuss, Konrad Theodor 33, 39
Puerto Nare 15, 42, 44, 55, 56, 78, 79,
130,132,152,161,163,167,170,
175
Puerto Arturo 107
Puerto Caimán 170,176,179,180,181,
182
Puerto Cuba 135
Puerto Huitoto 135, 137
Puerto Pizarra 54, 133, 137, 156, 157
Puerto Príncipe 137
Puerto Rico 134
Puerto Santander 32, 39, 187
Puerto Zancudo 175
Puicunti 101
Putumayo, río 24, 30, 31, 43, 49, 50, 52,
54, 58, 64, 65, 66, 68, 69, 70, 76,
81, 90, 94, 99, 100,101,102, 104,
105,108,110,111,129,130,131,
132,133,135,138,142,143,145,
146, 148, 149, 157, 158, 175, 185
Qcaya, río 63
Quechua, fam. Lingüfstica 21, 56
Quinché, rfo 31, 45, 57
Quinoró 57, 58, 109, 162
Quintero Carijona, Alejandro 13, 107,
109, 110, 112
Quintero, José María 50, 53, 59, 100,
101, 105, 112
R
Rafles, Fray Pedro 65
Ramírez, Hernando 169
Rayo, mistan 65
Reichel Dolmatoff, Gerardo 21, 24, 26,
37,38,39
Reina, José 181
Requena, Francisco 12, 28, 29, 38, 42,
44, 49, 51, 53, 58, 59, 70, 72, 81,
86, 87, 90, 91, 92, 93, 94, 95, 96,
97,166
Restrepo, Lope 106
Restrepo Tirado, Ernesto 20, 23, 26
Rey, Sergio 165
Reyes, Rafael 129, 143
Reyes, Salvador 51, 101, 108
Reyes, Vicente 152
Ribeiro, Eugenio 74, 84, 86, 96
Rice, Hamilton 44, 148, 149, 151, 152,
153, 159
Rivas Groot, José M. 55, 65, 81
Rivet, Paul 11, 23, 26
Robayo, Camilo 10, 33, 39, 57, 60, 149,
159, 168, 170, 171, 187
Robuchon, Eugenio 8 6
Rodrigues, Estado 77
Rodríguez Valencia, Matilde 168
Roraima, cerro 41
Rosas, Antonio 90
Rosas, Fernando 87, 90, 107
Rosas, Gabriel 173
Rozo, Santiago 130
Rua, Francisco da 86
Rubber Development Corporation 153,
185
s T
Sabana, secctan 142, 158
Sainí, río 42, 44
Salamanca, Demetrio 145
Salamina 135, 139, 158
Salinas, Juan 87
San Antonio de Orteguaza 70
San Bernardo, quebrada 141
San Camilo, puerto 151
San Carlos, fortaleza 84
San Diego, pueblo 65, 5 9
San Felipe, fortaleza 84
San Francisco de Asís, pueblo 65
San Francisco de Macatía, pueblo 63
San Francisco Solano, pueblo 36, 53, 66,
67, 70
San Gabriel, pueblo 80, 152
San Ildelfonso, tratado 83, 84
San Joaquín de Omaguas 93, 29
San Joaquín del Desemboque 94
San Joaquín, misión 28
San José de los Curas, pueblo 65
San José de Marabitanas, pueblo 83
San José de Misaya, lugar 63
San José del Guaviare, 12, 187
San José, sitio
San Juan Capistrano, pueblo 65
San Juan de Llanos, misión 43, 63, 64,
INDICE .~17
65, 70, 79,90
San Juan de Yarí, caserío108
San Matías, pueblo 28
San Miguel de Macuco, lugar 63
Sánchez, Miguel 14 7
Santa María, misión 70
Santiestévan, Gaspar 8 7
Santo Domingo de Mesaya, mistan 101
Saó Joáo do Príncipe 74, 83
Schindler, Helmut 10, 14, 45, 48, 57, 59,
60, 148, 156, 167, 169, 170, 174,
186, 187
senseguajes, indios (ver también
zenzeguajes) 30, 65, 70
Shackt, Jon 34, 39
Simóes, José 85, 86
siona, indios 81
Smith, Robert 28, 29, 38, 93, 96, 97
Solimóes, río 44, 61, 72, 74, 75, 76, 83,
87,92
Sonsa, André F. de 7 6
Southey, Robert 18, 25, 71, 81
Stanfield, Michael Edward 54, 60
Suárez, José 13, 32, 33, 148, 153, 185
Szentmartonyi, padre 78
Tabacunti, pueblo 65
Tabachineme, rfo 52, 58, 141, 152
Tabatinga, pueblo 38, 83, 84, 87, 94, 95
Tabocas 85
Tajisa, río 57, 58, 101
tamas, indios 30, 36, 45, 53, 55, 63, 65,
66,69,81,90,101,109, 110,132,
156, 157,
tanimuka, indios 13, 33, 36, 37, 39, 145
Tanimuka, Manuel 181
Tarariya, quebrada 135
tarianas_, indios 24
Taruma 75
Tastevin, Constant 54, 55, 60, 166, 178,
184, 186
Tefé, pueblo 28, 73, 74, 75, 76, 87, 90,
96, 100, 106, 107, 112, 166
Tenarí, río 79
Timaná, cantón 64, 100
tiniguas, indios 45, 164
Toro, Miguel J. 49, 53
Torres, Aquileo 142
Torres, Tomás 15 3
Tovar Cabrera, Rafael 142
Tres Esquinas 53, 56, 137, 139, 145
Trujillo, Eladio 139, 140, 141
Trujillo, Luis Angel 13, 118, 176
Tucano, fam. lingüística 11, 12, 21, 23,
218 ~ o s carijonas de Chiribiquete
24, 25, 30, 35, 36, 37, 45, 49, 51, 56,
57, 58, 63, 67, 80, 81, 102, 108,
110, 183, 184,
Tupí, fam. lingüística 19, 21, 23, 27, 29,
44, 5 6, 58, 90, 112
Tutuya, río58, 101
Tuyarí, río 32, 42, 43, 44, 58, 66, 67,
101, 103
u
Ucayalí, río 90
Ufarí, río 58, 91
uitoto, indios (ver también buitoto) 13,
23, 30, 31, 32, 33, 39, 45, 51, 54,
58, 67, 103, 104, 105, 107, 109,
110, 111, 129, 132, 133, 134, 135,
137,138, 139,141,143, 148, 153,
156,157, 158, 162, 164, 166, 167,
170, 171, 173, 173, 183, 184, 185
Ultimo Retiro, sección 142, 158
umauás/urnauas) indios 27, 28, 29, 30, 31,
74, 76, 77,95, 80
Urania 140
Urbina, Fernando 33, 39
urumis_. indios 3 3, 4 5
Useche Losada, Mariano63, 80, 185, 187
Utre, Felipe de 62, 63, 102, 163
V
Valencia, Andrés 55
Valencia, Gabriel 130, 139
Valencia, María de la Cruz 13, 175, 186
Valencia, Tomasa 163, 168
Valera, Andrés 141
Vale ro, Carlos 147
Vaupés, río 14, 15, 21, 23, 24, 25, 35,
37, 42, 43, 44, 45, 48, 49, 51, 52,
53, 55, 56, 58, 61, 65, 70, 73, 76,
77, 78 79, 80, 85, 92, 94, 99, 101,
102,110, 129,130,131,132, 135,
140,144,145,146,147,148,149,
150,151,152,153,156,157,159,
161,163,164,166,168,171,172,
173,175,178,183,184
Vega, Remigio 148
Velásquez, Martín 139, 140
Venezuela 17, 21, 22, 23, 25, 59, 61, 62,
80, 99, 100, 102, 130
Vera, Manuel 8 7
Vergara y Vergara, J. María 103, 104
Viagem Filosofica 92, 96
Villa de Ega, pueblo 87, 94, 112
Villamil Fajardo, Alfredo 145, 146, 147,
148, 168
Villareal, Alberto 179
Victoria da Costa, José J oaquim 75
von Hildebrand, Martln 37, 39
w
Wallace, Alfred 44
Welser, casa 14, 27, 30, 61, 63
Whiffen, Thomas 31, 39, 51, 52, 53, 60,
72, 81, 96, 115
Whitehead, Neil 19, 25, 48, 59
Wilckens, Joiío 85, 86, 87, 96
X
Xingú, río 17, 21, 61
y
Yaname, mtSión 64
Yarí, río 12, 14, 23, 24, 25, 29, 32, 33,
34, 36, 41 42, 43, 44, 45, 48, 49,
52, 53, 54, 56, 57, 58, 62, 63, 66,
67, 68, 70, 83, 85, 86, 87, 90, 91,
92,94,96,101, 102,103,104,108,
110, 131, 132, 133,135,137,138,
139,140, 141, 144,145,146, 147,
148, 150, 153, 156, 157, 162, 163,
164,166,167,168,173,174,176,
180, 183, 184, 185
Yavillá, río 39, 42, 44, 54, 177, 184
Yucarí, río 79
yucunas/yukunas, indios 13, 23, 33, 34,
45, 55, 105, 145, 153, 161, 165,
175, 184
yukos, indios 11
Yuruparí, raudal 37, 43, 44, 45, 58, 73,
77, 78, 99, 102, 149, 152, 158
z
Zabala, Faustino 140
Zani, Francisco Ricardo 7 5
zenzeguajes, indios (ver también
senseguajes) 69
zorros, indios 65
Zumaeta, Alberto 153, 185
Zumaeta, Miguel 147, 148, 184