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El tacto

Es el encargado de percibir la temperatura,


presión y dolor del cuerpo de cada ser humano.
En la piel se encuentran diferentes clases de
receptores nerviosos que se encargan de
transformar los diferentes tipos de estímulos del
exterior en información susceptible para ser
interpretada por el cerebro.
Además de ello, permite que la persona se
relacione con su entorno de manera precisa y
genera señales que obedecen las órdenes que da
el cerebro, lo que crea un ciclo de
retroalimentación que facilita la comunicación
entre impulsos y respuestas.
Se pensaba que la precisión en el tacto residía
exclusivamente en las terminaciones nerviosas
sensoriales que llegan a la piel y transmiten estas
sensaciones al cerebro con gran celeridad. Pero
cada vez más indicios apuntaban a que otros
tipos de células distintos de las nerviosas podían
jugar un papel importante en la percepción del
tacto.
En concreto, la atención se centraba en las
llamadas células de Merkel, descritas por
primera vez en 1875, que se localizan en la
epidermis, fundamentalmente en las áreas
desprovistas de vello, y que transmiten los
estímulos mecánicos a las neuronas sensoriales
cercanas. Aunque no son neuronas propiamente
dichas, se comportan como si lo fueran y
trabajan codo con codo con las terminaciones
nerviosas adyacentes para lograr que
percibamos los detalles finos de los objetos que
tocamos, como bordes y texturas. Al menos es lo
que ocurre en roedores.
El importante papel de las células de Merkel para
la detección del tacto se debe a una proteína
llamada Piezo2, esta se encuentra incrustada en
la membrana celular, se comporta como una
compuerta -o canal- que se abre con la presión
sobre la piel, dejando pasar iones positivos que
provocan una corriente eléctrica que se
transmite a las terminaciones nerviosas y viaja
en forma de impulso nervioso hasta el cerebro a
la velocidad de 70 metros por segundo. De
hecho, se había observado con anterioridad que
las células de Merkel establecían contactos
parecidos a las sinapsis con las fibras nerviosas y
que también tienen neurotransmisores.
Corpúsculos
La mayoría de las sensaciones son percibidas por
medio de los corpúsculos, que son receptores
encerrados en cápsulas de tejido conjuntivo y
distribuido entre las distintas capas de la piel.
Cada tipo de corpúsculos tiene una función:
1. Meissner: nos permiten darnos cuenta de la
forma y tamaño de los objetos y discriminar
entre lo suave y lo áspero.
2. Pacini: son los que determinan el grado de
presión que sentimos y distinguen el peso.
3. Ruffini: perciben los cambios de temperatura
(calor).
4. Krause: registran la sensación de frío.
Enfermedades que afectan al tacto
Este proceso es susceptible a sufrir trastornos de
diversa índole que pueden llegar a causar
enfermedades o incapacidades. A continuación
describiremos algunas de las más comunes:
Analgesia
Eliminación de la sensación de dolor mediante el
bloqueo artificial de las vías de transmisión del
mismo y/o de los mediadores dolorosos, o por
desconexión de los centros del dolor.
Agrafoestesia
El término tiene que ver con la ausencia de
grafoestesia, que es la capacidad del individuo
para reconocer letras o números que se escriban
en forma imaginaria (o real, pero sin que el
individuo lo vea) sobre la piel de alguna parte del
cuerpo.

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