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Antología de poesía

joven costarricense
SUB-30

Antología de poesía
joven costarricense
Colección Casa de Poesía 2016
XV Festival Internacional de Poesía
-La paz tiene la palabra-

Primera edición: 2016, Casa de Poesía


Corrección filológica: Lucía Arroyo Chinchilla
Revisión de pruebas: Julieta Dobles Izaguirre
Diseño y diagramación de textos y portada: Damaris Rojas A. y Norberto Salinas
Ilustración de portada: Pintura de Cali Rivera
© Editorial Universidad de Costa Rica, Ciudad Universitaria “Rodrigo Facio”. Costa Rica.
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ISBN: 978-9968-675-42-0
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Conexos, es prohibida la reproducción de este libro en cualquier forma o medio, electrónico o
mecánico, incluyendo el fotocopiado, grabadoras sonoras y otros, sin el permiso de la Editorial.
Prohibida la reproducción total o parcial. Todos los derechos reservados.
Hecho el depósito de ley.
De cómo terminé en el banquillo de la
sele sub-30

Por Diego Mora.

Dicen que un antologador es el tipo que juega de vivo


metiendo en un libro textos de otros (frecuentemente
de sus amigos) bajo criterios poco serios, a menudo
azarosos, siempre cargados de polémica, principal-
mente cuando llega al descaro de escogerse a sí mismo
para engrosar su lista bibliográfica. Pero, en este caso,
no es así: las pautas de selección no me beneficiaban,
pues la convocatoria indicaba la participación única-
mente de menores de 30 años y residentes en Costa
Rica. La convocatoria sobrepasó todas las expectati-
vas planteadas, se recibieron trabajos de todas partes
del país y de edades y estilos sumamente variados.
De esta manera, el boliviano Giovanni Bello, mi com-
pañero de la Universidad de Cincinnati y también
escritor, y yo nos dimos a la tarea de preseleccionar
25 obras de entre las 62 participantes. La significativa
calidad fue esclareciendo la lectura hasta llegar a los
11 elementos que, según nuestro criterio, debían es-
tar en la alineación. Frente a aquellos textos, me sentí
como el técnico de alguna selección nacional, en este
caso sub-30.
Hicimos cálculos, preparamos estrategias, jugadas,
y poco a poco fuimos haciendo la injusta pero nece-
saria elección dentro de una variedad y cantidad de

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jugadores bastante generosa. Planteamos un juego
ofensivo (“la mejor defensa es el ataque”, ¿Bora dixit?);
por ello, nos decantamos por autores que no tienen
quizás demasiada trayectoria pero que están jugando
bastante bien en la Primera División. Nos interesaban
jugadores que dieran la cara por el equipo, nada de
poses ni arrebatos de glamur, que sudaran la cami-
seta y aplicaran el legendario lema de Italia 90: “En el
mundial, lo daremos todo”.
Estos trabajos representan un gran impulso en la poe-
sía costarricense contemporánea, con interés por es-
tructuras poéticas como el soneto o el romance; con
toda clase de referencias culturales, desde el Génesis
bíblico, pasando por Alicia en el País de las Maravi-
llas, la Reina de los Ángeles o Meryl Streep; y temá-
ticas que van desde los terremotos y el cine hasta el
duelo de un hijo por su padre difunto.
La diversidad queda plasmada en textos contunden-
tes como el de Alejandra Valverde: “Cada ojo guar-
da un laberinto / y la pupila / lenta y ancha como
la madrugada / no sabe qué la enceguece / si la luz
o la distancia”; o en este de Marvin Castillo sobre el
videojuego Zelda: “Para hacerse grande consigue las
Piedras Espirituales, / las lleva al Templo del Tiempo,
/ abre con ellas el portal / y saca de la roca la Espada
Maestra. / Así pasan siete años de un solo”.
Llega el día de la entrega de la alineación y salimos

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al terreno de juego de la siguiente manera: con el nú-
mero uno, en la portería, Alejandra Valverde Alfaro;
con el número dos, Sergio Mauricio Sánchez Cooper;
Kevin Jesús Román Villalobos con el número tres,
Cristopher Angulo Borbón con el número cuatro;
y cerrando la zona defensiva, con el número cinco
Marianella Monge Ramírez. En el mediocampo con
el número seis, Marvin Castillo Solís; con el siete Ro-
berth Ramírez Martínez; y con el ocho Edan Alberto
Mena Guzmán. En la delantera con el número nueve
Mónica Alvarado Barzuna; Joset André Navarro con
el diez; y Sofía Tamara Guevara con el once. 
Los dejo en la cancha. Las estrategias quedaron en el
papel. La poesía es un deporte de instinto y pasión,
cada quien maneja su estilo de juego y transporta la
pelota a su manera. Como técnico, estas fueron mis
elecciones. Lo demás, lo escribirán los jugadores sobre
el terreno de juego.
El árbitro está listo, suena el silbato: ¡a lo que vinimos!

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ALEJANDRA VALVERDE ALFARO

Pupila

Cada ojo guarda un laberinto


y la pupila
lenta y ancha como la madrugada
no sabe qué la enceguece
si la luz o la distancia.

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Página 85: de volver al corazón

El corazón mide
del pulgar al índice
así como un amor esquivo.
Si le pudiera
desabrochar el saco
lo llevaría a dormir conmigo.
Fingiría celos
rencor
resentimientos imaginarios
para provocar la ruptura.
Pero no.
Paso la página
y vuelvo siempre
a la medida exacta
aunque vaya de dedo a dedo
aunque sea solo una distancia.

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Los ojos de Alicia

Ya no me muerdo las uñas, ahora me como los ojos


Erika Kuhn

Los ojos de Alicia


no son de setiembre ni de lunas
o de partículas de luz entre las celosías.
Nunca tratan de imitar
el profundo dolor de una calle amplia
que lleva el récord
de dormir hombres y niños sin casa.
No sé de dónde son esos ojos
o a cuántas de sus pestañas
se les pide deseos.
Los ojos de alicia
sin mayúsculas
no son los de mis manos
no son la dicha.
Ni densos, ni negros
ni ojos.
Ojos de niña y salto
que se ven como canción de piano
una que todavía no me aprendo.
Alicia tiene ojos de no redondo.
Sus ojos no son mis ojos.

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SERGIO M. SÁNCHEZ COOPER

Magnitud momento (MW)

[TERREMOTO]
Evento principal
Sep. 21, 2015
9.2
Terremoto en mi pecho.
Murallas debilitadas
por tormentas de ausencia
agonizaron tumbadas en el suelo
como un dominó de ladrillos.
Mi cuerpo se ató a tierra,
no pudo mantenerse de pie
en medio del evento
que rechina tu nombre.

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[Tsunami]

Minutos después,
el tsunami de tu saliva vino por el sur
y destruyó todo piel adentro.
Aferrado a vos,
vi pasar muertos entre el oleaje
las ocasiones que fuiste puerto.
En medio del lodo,
no somos más que el mismo caos,
marejadas turbias
que revientan mis labios contra tus besos,
con tal de desaparecer
la peste de la ciudad que hubo en
mi cama.

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[Réplica]

9.3
Escombros de lo que fuimos
caen como edificios de naipe.
Los cadáveres salieron a flote
desde los recuerdos
y las razones que me hicieron abandonar
este sitio tiempo atrás.
Segundo impacto letal.
Y a pesar de ello,
reconstruyo incansablemente,
cada noche,
mi ciudad
sobre el mismo risco.

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KEVIN ROMÁN

El contrato

De manera que la vida


nos aleja a algunos
del pecado
y nos priva del goce.
Tus padres firmaron
ese contrato
al ponerte nombre de Mesías
y empaparte de agua bendita
cuando no diferenciabas
la cama del baño.
Lo reafirmaste a los diez.
El cuerpo de Cristo
era galleta de turno
sin dulce de leche.
¡Acarrearle esa cruz
a un individuo
que aún no sabe
lo que le aguarda
la entrepierna!
Luego la flagelación.
Un adolescente
que se abstiene de su mano
en semana santa
por miedo a cometer una herejía.
Finalmente triunfa el hambre
y amparada a ella la razón.
¡Adiós, beatas feas!

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¡Nos vemos el día en que me entierren
hombres del clero!
Pero se tarda poco en descubrir
que de nada sirve rezar.
Danos hoy nuestro pan de cada día
pero que venga con carne.
Llevate esta culpa amarga
que me da gastritis.
Dejame
por una mísera vez
caer en la tentación.
¿Dónde está
la serpiente que guía
hacia los naranjos?
¿Dónde la mujer
que nos hace
arriesgar el reino?
Supe que aquella
no era Lillith
cuando me dijo:
vos vas encima.
Muy tarde leí a Dalton decir
que las mejores amantes
eran por siempre
las que iban a misa temprano
y al parque después.
De manera que la vida

18
nos aleja a algunos
del pecado
por encima
de nuestros deseos.
Y qué hay que decir:
¿Gracias?
Jesucristo García

19
Es ganancia

Para los nuestros


dijo mi viejo amigo
es ganancia
cualquier mendrugo
de caricia y pasión.
La lotería nos llegará
endeudados
y otros absorberán
todo
todo
todo lo que nunca fue nuestro.
Así ha sido siempre.
¿Sabés
por desgracia
lo que hacía el antiguo inquilino?
Sí,
me lo ha dicho todo.
No dejo de pensar
en ese tiempo mítico
cuando ella ardía
y yo era el mismo inútil
de siempre
sin derecho a quejarse.
No dejo de pensar en ello
mientras miramos la tele
y ella se sirve otro plato
y me dice todo

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menos el ansiado:
apunte
dispare
fuego.
Ha vuelto a pasar y ahora se esfuma
como todo lo que nos enloquece.
Parra hablaba de la depresión
post-eyaculatoria del zaguate
y yo solo pienso: ¡maestro!
Jesucristo García
Para los nuestros
dijo mi viejo amigo
es ganancia
no llegar de blanco
a la cama de tierra
donde al fin
nos dejarán
en paz
estas necias
necias ideas.

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Mayo

Mayo empezó
con un bombillo
que parpadea
y amenaza quemarse.
Un diluvio precoz
que enseguida es bochorno.
Otro mes que se esfuma
sin más metáfora
que ese abejón
ahogado en el orinal.

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CHRISTOPHER ANGULO

Primera Teoría Atómica

Me gustan las películas


cuando es de noche en el mar
y la espuma se lava en la arena;
es la misma tristeza,
el mismo frío,
la misma sensación a molusco
bajo el sobaco
que ahogaba mi infancia.
Conocí el mar a los 24 años.
Nadie me llevó.
Nadé hasta blanquear los hematomas,
nadé bebiendo toda el agua,
escupí peces, llantas,
sillones viejos
y promesas que nadie quería.
De niño jugaba a subir
las esqueléticas torres del tendido eléctrico
para alcanzar esa chicharra afónica
que ronca en la cumbre;
mi padre me decía que no era un insecto,
sino el sonido de los átomos
compresionando en las curvas de los cables.
Yo nunca le creí.
Los átomos no son motores;
son partículas indestructibles,
indivisibles y diminutas,

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que dan forma a la materia,
como sus nudillos.
Quizá por eso nunca me llevó al mar,
a pesar de su barriga de pez globo
temía hundirse y tocar fondo.
Él era un tipo de mano dura
y yo no tenía
materia en el corazón.

24
La cuidad está muerta

La selva crece
violentando al poro,
taladra el concreto
como quien lima sus uñas
y de los barcos
apenas surge
su espinazo a ras del agua.
Lo escandaloso del paisaje
radica en los huesos
encarnados en lo que fue
la bocina de un auto;
solo quedan los madrazos,
resonando entre los brotes del árbol
que alcanza ya
la azotea de los edificios.
En los teatros abandonados
crecen sauces en el proscenio,
sus raíces redimen el vodevil
y la zarzuela se agita
entre el estupor de las hojas.
Los pájaros
quemaron sus patas
antes del salto que los lleva al vuelo.
Lo que antes fuimos
es una semilla que no acontece.
Quedará solo
una mirada perdida,

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conservada entre las rocas,
y los gritos
como el raya-punto-raya
en las pinturas rupestres.
Quedarán en la arena bramidos
pisados por las bestias
que se vuelven brea.
Y tú y yo seremos,
con suerte,
un cuarzo con forma de puño
al que se le pudre el dedo del centro.

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Aires de batalla

Yo sé que esto
de jugar al hombre duro,
al coronel invicto
que desayuna con whisky
y se rasura con navaja,
algún día acabará conmigo.
Nunca hago ejercicio
pero vos no te cansás de caminar sola,
arrastrando junto a las piernas
todos los porqué
y todos los dónde,
de igual manera que yo
intento arrancar cuando me afeito
todos los cómo.
Vos izás tu bandera de la soledad
sobre algún banco de concreto
y la hacés ondear a punta de suspiros.
Ejecutás bien tu papel,
a lo Meryl Streep,
al contener y negar el peso
de aquellos puentes
bajo el marco de la puerta.
Yo hago mis señales de humo
desde una azotea
pero no logro escuchar los cañones
a pesar del espeso aire de batalla
que abolla mis figuras de precaución.

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Vos me ganás los aires,
te hacés de los pájaros
y me apuntás con ellas a donde ir
pero yo tan pequeño
no veo más que el suelo.
Solo abro las puertas de mi casa
y la lengua de mis amigos,
por si algún día tenés la idea
de preguntar por mí.
MARIANELLA MONGE

Relato del Génesis desde nuestra cama

A Jorge Aragón

En el principio creó Dios


los cielos y la tierra
y la tierra estaba
desordenada y vacía.
Génesis 1:1

Fui testigo del Génesis.


La creación empezó cuando
se extendió la noche por tu pecho
y de tus lunares hizo
las constelaciones:
las Pléyades,
la Osa Mayor,
Ofiuco.
Entonces la bóveda celeste,
recién creada en tu torso,
me invita a acurrucarme
y sueño que es abril;
llueve,
pero la lluvia
no nos moja...
Y las tinieblas estaban sobre el abismo
pero el demiurgo esculpió la melodía
de los astros en tu columna como braille... y se hizo
la luz.
Me escondés en tu abrazo,
protegés mi sueño

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como un tronco
e inspirás al Todopoderoso
a rasgar los suelos y desenterrar los
árboles ocultos en ellos.
... y vio Dios que era bueno.
Escondió el creador
las semillas del sol
en tus ojos, que apenas
se notan en tu cara,
para que no escape el día
porque yo sigo durmiendo
en la vastedad de tu cuerpo.
Aún sueño que es abril
y la lluvia
no nos salpica...
Los mares gimen;
susurrando, le pedís al Supremo
que nada perturbe mi sueño;
y colocó Dios lumbreras en los cielos
que separaban la noche del día.
La mayor se enseñoreó de la mañana
e iluminó la tierra;
la menor dominó la noche
y calmó los mares.
De nosotros,
nació el amor.
Yo aún no me entero
empero vos esperás

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con ansias mi despertar
para contarme sobre ello.
...Y vio Dios que esto había pasado,
y he aquí que era bueno en gran manera.
Yo, consumida por la inmensidad del Edén, sigo so-
ñando que es abril...
... y la lluvia no llega a nosotros.
Con la salida del sol, se ocultan las constelaciones de
tu cuerpo;
recibo el día totalmente segura
de la existencia de Dios
porque, en vos,
condensó el Paraíso.

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Condenados

¿Habrá alguien en la Tierra


a quien se le ocurriera
orar por Satanás,
el más célebre pecador de la historia?
¿Redimirlo de su maldad?
¿Alguno ha ofrecido rezos y se ha golpeado con una
piedra en el pecho para alivianar su castigo?
Ocultamos que hemos conocido
la delicia del pecado
e hipócritamente nos atrevemos
a juzgar al ángel caído.
Vos y yo cargamos nuestra sentencia:
somos culpables por nacer
de las llamas y consumirnos en deseos;
responsables por tentar a los demonios,
infractores de los preceptos divinos.
Soy la causa de tu estadía en el fuego
eterno,
te di el infierno por residencia,
te condené a las tinieblas
y te incité a probarme.
Arrepentida,
pido a Dios que te salve de mí,
te absuelva de culpas compartidas
y te coloque a su diestra en el día del juicio.
Me ofrezco a cumplir la condena de ambos,
a exorcizarte de mí todas las veces necesarias,

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a enfrentar nuestros fantasmas sin ayuda;
y si logro que el Todopoderoso te conceda la salva-
ción,
recibí gozoso el perdón del cielo,
pero no te atrevás a mirar atrás,
no considerés, ni por un instante,
permanecer conmigo.

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Desalojo el 21 de setiembre

Se le ocurrió de pronto que la cura a sus mañanas


rotas estaría en conseguir un despertador programa-
do para sonar después del mediodía, que el remedio
para sus semanas huecas estaba en llenarse el estó-
mago con vodka y los oídos con el canto de los lápices
de grafito. Pensó que la solución a su baja autoestima
era vestirse de amarillo y lamerse la panza siete veces
antes de dormir. Es una fracasada cuyas batallas dia-
rias pretenden ocultarle su falta de talento, encontrar
algún terapista barato que le ayude a comprenderse.
No sabe nada sobre sí, además de su color favorito. Tie-
ne la idea de que su nacimiento sucedió un día mar-
cado por número impar y el mes definitivamente no
podría ser abril. Sus pasatiempos: pasar cada noche
en una cama diferente y agarrarse los pechos cuando
algo se le cae al suelo. Su existencia es una contradic-
ción, un chiste del cielo, un boceto mal hecho.
Buscó justificar su estadía en el mundo, compró una
billetera, como las que tienen las personas exitosas. La
llenó con las credenciales de todos los clubs a los que
se había unido pero nunca asistió y los billetes que no
le duraban hasta fin de mes. Metió cuidosamente to-
dos los papeles importantes. Finalmente abrió la boca,
se tragó la billetera y así desaparecieron las facturas
que evidenciaban sus deudas con la vida.

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MARVIN CASTILLO

Raíz de cementerio

A la memoria de Marvin Castillo Esquivel


Fui marcado con su nombre,
me heredó la mancha que tengo en la nuca.
Esos signos que me obligaban a obedecerle
ahora me dan la última palabra…
Los difuntos no escriben,
no piensan aquí viene el gusano,
aunque el gusano entre y salga y entre
y los deje cosidos a la tierra.
Ni siquiera extrañan las ganas de llorar.
Mi papá no lloraba.
Si pudiera, a lo sumo, extrañaría
almorzar con arroz, frijoles y barbudos
bañados en vinagre de chilera.
La enfermedad llegó como la policía, el amor
o cualquier otro amigo de lo ajeno
que se instala en casa prestada,
ensucia paredes, rompe macetas
hasta que un día incendia la cocina…
Cuando la vida ya no tenía caso
sacaron por su nariz
la culebra de hule que lo sustentaba.
¡Qué indigno no ser alimentado por el pan,
la carne en salsa, el plátano frito;
sino por un licuado de manguera!
¡Y qué forma hermosa de matar a un hombre,

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sobre todo a uno tan fuerte,
acostumbrado a imponerse sobre todos:
quitarle una manguerita
como quien desconecta el microondas!
Jamás olvidaré la flacura de sus brazos
su cara de esqueleto agonizando de hambre,
ni aquellos ojos de pozo
que reemplazaron las últimas palabras…
Quien fuera el que dijo:
no temáis,
es tan hermoso morir
nos tomó a todos por idiotas.
Chao, pa, cuánto me alegra
que no haya Dios,
vida eterna,
energía,
vibraciones,
aura,
providencia,
reencarnación,
ni nada remotamente parecido.
Gracias por enseñarme a orinar en público.
Gracias por llevarme sobre los hombros.
Gracias por dejarme dormir en misa.
Perdón por no cuidarlo en su enfermedad.
Perdón por no asistir a sus funerales.
Perdón por no ser un hombre en sus términos.

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Y esto es lo inútil, mi última palabra:
la gente convierte el arroz,
los frijoles y los barbudos
en mierda.
El árbol convierte
la tierra del cementero
en naranjas.

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La ocarina del tiempo es el mejor juego
que jamás hubo para nintendo 64

“Ni Queen
ni Pink Floyd
ni Soda Stereo
ni Héroes del Silencio
ni Asia
ni Trent Reznor
ni Blur ni Pearl Jam
podrán llenar el vacío
que tú dejaste
mi amado hermano”
Julio Calvo Drago
Eso me lo enseñó mi hermano cuando éramos menores
pero conseguir un 64 en el 2014 cuesta un huevo.
Yo lo juego en compu,
con emulador.
La gente cree que en el juego uno se llama Zelda,
pero uno se llama Link, Zelda es la princesa.
Mi hermano dijo que Link se la cogía
pero estaba chingando.
Yo algún día voy a cogerme a Vale.
Por más rica que esté,
mañana en el colegio sí le hablo.
Si el muy imbécil no se hubiera peleado con mi mamá,
ni se hubiera ido,
ni hubiera dejado de hablarnos,

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me diría cómo hacer para llegarle a Vale;
así sin preguntarle yo.
Y para colmo se llevó el seis cuatro.
Uno empieza el juego como niño.
Para hacerse grande consigue las Piedras Espirituales,
las lleva al Templo del Tiempo,
abre con ellas el portal
y saca de la roca la Espada Maestra.
Así pasan siete años de un solo.
Mi hermano pasó el juego varias veces;
recuerdo que me dejaba pelear
contra los monstruos más fáciles
como los grandes le dejaban a uno
la parte más suave
con los bordes tostados
a la hora del café.
Para pelearse con alguien así,
seguro que mi mamá tiene algo de imbécil.
Así crecí yo: siete años de un espadazo.
Pero yo no puedo pasar el Templo del Agua
porque me falta una cochina llave
y, en lugar de eso,
toco mucho rato la ocarina
y el tiempo se detiene,
literalmente,
o sea,
si hay un pájaro detrás de uno,

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se detiene a medio vuelo.
Pero mi ocarina no sirve para eso,
porque la compré en línea por cincuenta dólares.
La cosa es que me harté del Templo del Agua
y me fui al del Tiempo;
dejé la Espada Maestra en su lugar
y Link volvió a ser un niño.
Llevo rato disparándole al sol con mi resortera.
Pensándolo bien qué aburrimiento,
ya me voy a acostar.
Anoche,
en sueños,
Vale y yo pasamos el Templo del Agua.

40
Basílica

Reina de los ángeles,


soy Carmen, tu hija
Carmen Rojas Segura, cédula 1-1521-0028,
vecina de San Ignacio de Pérez Zeledón.
Desde allá he venido en romería
a poner en tus manos mi congoja.
Me casé con un energúmeno
un insufrible, un infiel.
De nada valieron para mi bienestar
tantas católicas guerras contra los infieles.
Imagínate, Santa María,
cuando por su pecado le cerré las puertas
de mi cuerpo, que es templo del Espíritu Santo,
el sinvergüenza
se fue a vivir con su amante de toda la vida.
Yo nunca había pensado en divorciarme,
pero así las cosas,
solo veo dos soluciones para mi tribulación:
el divorcio o el homicidio
y bien sabes que entre dos pecados
debe escogerse el menor.
Supongo que tendré que divorciarme.
Pero este no es el problema del que te hablaba,
Madre virginal,
Consuelo de los afligidos.
Mi congoja es esta:

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El pasado 30 de julio amaneció frente a mi casa un
carro de la policía.
Su exmarido acaba de vender la casa,
eso me dijeron,
tiene que desalojar.
En ese momento clamé a ti
porque sabía que fuiste nombrada
Comandante de la Fuerza Pública de Costa Rica,
pero no me escuchaste
ni me escucharon ellos cuando les dije
que no podían desalojar
a una devota de su superior.
Como no tenía adónde ir,
está bien, les dije, pero sepan
que voy a hablar con su Comandante.
Agarré mis cuatro trapos
y me fui con un grupo de romeros.
Sé que eres la patrona de Costa Rica,
pero me darás la razón si digo que en este país
no hay orden humano ni divino.
Si la patria la hacemos todos,
¿cómo es posible que los policías,
los diputados, el presidente,
mi marido en la cama de la otra
y yo frente a ti
estemos haciendo juntos
los pastizales y las pozas que aparecen

42
en los anuncios de Imperial y en Informe 11?
¿No crees, Comandante inmaculada,
que si este país, o cualquier otro,
fuera hijo de sus hijos,
sería una telenovela grabada en un manicomio?
Contéstame, Espejo de justicia,
no endurezcas tu corazón,
que cada vez hay menos gente en esta Basílica que es
tu casa
y no estoy acostumbrada al frío de Cartago.

43
ROBERT RAMÍREZ

El niño y la piedra

El niño cogió la piedra


con un cuidado psicopático
le sacudió el barro amarillo
y la hizo despegar
Salió desde su mano
cruzó el patio de su casa
subió por el aire de la calle
siguió recto hasta la escuela
y reventó los pizarrones
Bajó hasta la pulpería
resbaló por el mostrador
atravesó la lista de fiado
que tenían de su madre
giró sigilosa hacia la plaza
pasó cerquita de la banca
donde Ana María le dio el primer beso
Dobló a la izquierda
luego a la derecha
chapoteó por debajo del puente viejo
y saludó a Luis el ermitaño
Cimbró por la calle de la iglesia
e hizo polvo los vitrales
Arrolló por unas escaleras
se escondió en una mata de china
esperó a que pasara Roberto
y le destapó la jupa
Regresó a la casa

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pasó por la milpa y los vástagos
hizo una reverencia al sol del mediodía
se metió en la cocina
donde su Mamá lloraba
mientras pelaba guineos
Se sumergió en un olvido
de varias décadas
y resurgió por atrás de las cortinas
Se movió imperceptible hasta el cuarto
esquivando la colección de muñecas
que tenía su hermana
pegó un par de brinquitos en el catre
y traspasó una lámina del techo
Subió para ver por última vez
la panorámica las latas
y como meteoro se derrumbó
en caída libre
hasta reventarse contra el pecho
de un hombre triste
que nunca soltó la piedra de su mano

45
Bang bang

“My baby shot me down”


Sonny Bono, 1966

Gran plano general


Un destello se derrama por el espacio
y muestra fugazmente dos siluetas
Plano general
Blanca se bambolea
como en un baile de niña tonta
Plano americano (a ella)
Sus manos inquietas buscan un par de pistolas
en las fundas imaginarias
Plano medio
Blanca tiembla
Parece más un papel de arroz
que una futura venganza
Primer plano (fondo desenfocado)
Su rostro se contrae por un frío mítico
Que le azul-rojiza los labios
Detrás de ella se escapa una sombra
Primerísimo primer plano
Blanca apenas y llora de amor
Plano detalle (al ojo)
La vida se le proyecta
La pupila se dilata
y el brillo
poco a poco
se vuelve una vieja historia

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Emplazamiento cenital
Blanca se desploma
Bang bang
His baby shoot her down

47
Causas y azares

A Gabo

Muchos años después


frente al pelotón de fusilamiento
Fiódor Mijáilovich Dostoievski
no podía creer
que esa tarde remota
su infinita suerte
lo habría de llevar
a conocer el hielo

48
EDAN ALBERTO

Persianas

Ciega ronda las alcobas,


los aleros y los rincones:
reflejando luces pálidas,
verduzcas, grises y tornasoles.
A veces deformaba las sombras,
las animaba, bailaba dulcemente
y les cambiaba su tinte;
las alborozaba y les narraba historias,
las absorbía.
Un día quiso llorar, eso sentimos.
La habitación trémula y vacía se agrietó
y la ninfa voló libre,
allende de las fronteras;
mientras sonreíamos frente a las persianas,
livianos y endebles,
libres al fin.
¿Cuánto tiempo ha transcurrido?
Han volado ya muchos libros y juguetes,
el polvo ha profanado las paredes,
y el silencio reina
cual fuese patriarca en su planeta.
Ya nuestros cuerpos no reflejan las formas,
ni los fondos, las texturas y las caricias.
Ya no crece más la amapola entre los muros,
y el tiempo se quedó estancado en las canoas,
ya no resuena más el eco de las Dianas

49
entre la lluvia, entre las calles,
pero sobre todo
no se abren ya las viejas persianas,
desde que la vimos partir.

50
Transición involuntaria

Tres sillas vacías


han presenciado en silencio
la deformación más miserable
de la inocencia intacta.
Tres reyes fueron derrocados
por masturbaciones triunfalistas,
el mito de la rebeldía
y las primeras resacas.
Tres niños trepan
al otro lado del mundo,
escribiendo así su epitafio
en la piel de sus juguetes.
Bajo lluvias de saliva
y medias lunas de sangre,
la silla que una vez arrulló al niño
espera meditativa
y donde tres niños jugaron “la anda”
hoy crece la hiedra.

51
El espejo de la realidad impuesta

Si pudiese modificar la vida, cambiaría los amane-


ceres por tardes de lluvias torrenciales, cargadas de
relámpagos y frío. Traería de nuevo las tormentas con
sus remolinos de basura en los respiraderos de las
alcantarillas, y mis tías muriéndose de miedo en sus
alamedas. Sacrificaría cuatro siglos de esta realidad
(tapada por mil máscaras) por esas tardes en el co-
legio, cuando fuimos invencibles y donde sufrir era
exquisito. La vida valía la fiesta y el bullicio de voces
liberadas, hablando de sexo y videojuegos. En la ado-
lescencia eso sí era placer.
Cambiaría los salarios, los venideros, los que no ten-
go, por unas horas de camisa celeste y ruedos moja-
dos. Fuimos profetas sin tener tierra, aún faltaba mu-
cho para terminar quinto.

52
MÓNICA ALVARADO

Cuarteto florido

I
la gente, eco
Ella es mujer porque
tiene un par de senos
y caderas espaciosas
como un armario abierto,
o porque su pulpa
se llama vagina
y sus curvas acentúan
su flamenca silueta.
II
la mujer, voz
Yo soy mujer porque
deseo con furia
la soberanía de mi cuerpo,
grito las injusticias
que no, no me corresponden
o porque soy guerrera
contra una condena externa
a mí y a la vez
(con fieros colmillos)
encarnada dentro
de mi “feminidad”.
III
unión, complejo
Ninguna de nosotras

53
sabe por qué nació mujer
o cómo serlo,
porque ser mujer depende.
Depende de la tradición,
la réproba cotidianeidad,
la preferencia,
de la costumbre
de la iglesia y la política.
Depende
no de nuestra historia,
no de nuestra batalla,
no de nuestra congoja:
de nada de eso depende.
IV
verdad
Y existe la verdad.
Dicen que es más fuerte
que un muro hecho de huesos
y concreto,
una verdad con forma
de amor y canto.
Y dicen que a cada uno
de los vientres le toca una,
una verdad inmutable
como una segunda piel.
Cuentan que la verdad

54
vive dentro de mí
y de la abuela y la prima
y la amiga y la enemiga
y de la mano y la piedra
y todo lo que toca se vuelve real.
¿la hemos tomado acaso nosotros?

55
Poema 2

Brota una enredadera en la casa


desde hace unos días;
es gruesa, fuerte y verde,
y de sus extremos diminutos
cuelgan desnudas raíces floridas.
Tú puedes ver mi enredadera;
acércate, hunde los dedos en ella
como se entierran las semillas en la tierra;
así sentirás el abismo precioso
del roce de dos almas.

56
Poema 3

Que no me callen el cuerpo


(lleva adentro toneladas de silencio)
ni me amarren la palabra
con envolturas de manía rancia
(ya rojiza llevo la piel con su beso);
que me desnuden los senos
y vuelen escurriendo alas de mariposa
sobre el valle hermoso de las caderas.
¡Mujer!, así nos desamarraremos
el manifiesto
y la costumbre
que malditos traemos clavados
en la entrepierna y el pecho amputado.
¡Que no nos callen la vida, mujer!

57
JOSET ANDRÉ NAVARRO ABARCA

Pesca del viejo tiempo

Un poco al sur las cortinas siguen llenas de polvo.


Se asoman los potreros con su hilo de mojarras
que en la hondura curten los barriales
entre musgos hambrientos.
Saltan un poco. Muerden las cabecillas de la lombriz
que arranqué al barro y a las capas de la finca.
Es un tiempo invisible, perdido ante mis ojos.
Clavo su anillo rosa en los anzuelos.
Sobre el pozo de árboles y de achiotes
también lancé la caña al hondo río.
Allí las pianguas negras
muerden la carne
que tiembla entre recuerdos.
La honda escarlata cubre a la humedad
y el lago rojo mancha hasta los huesos
con la ciega luz de la mente.
Las pianguas cuelgan de una ramita de eucalipto
que las luce con sus bocas abiertas frente a mí.
Puedo jugar a los cuentos cuando es octubre,
un saqueo a los detalles de la nostalgia
o alguna funda entibiecida en remedios.
Frente a este lugar, he oído a mi abuela gritarle a un
madero.
He dejado al añejo ventanal de los años que no vi
romperse un espejo en la obstinación.
Deshecho en un comerciante de animales

58
y cazador de hembras.
Ya no está en los salones con su palabra severa
ni con sus golpes en la espalda de mi padre.
Los pescados ya no muerden su caña,
los anzuelos no cuelgan tras la puerta,
su padrenuestro frente a la cena
ya no existe más.
Cada cierto tiempo visito esta memoria
y encuentro sentido a la piedad que rechazo,
al porqué anego a la palabra vacía de recuerdos
en su hondo cauce.
En el más antiguo de los ríos donde pesqué mi infan-
cia
frecuento las curvas del duelo y del espanto
como olas mínimas,
y amontono a mi pasado y a su ambigüedad
en los cambios de la suerte
que todo lo crea y en todo baila.

59
Cruz de madera

A Manuel Mora Solano

Acaso es porque me duelen las épocas


cuando las canta un familiar difunto.
Sea tal vez el rechazo a los entierros
que me deja la esperanza.
Presumo a las canciones cónyuges del destierro.
Ciertamente, sin ellas, podríamos ser un error,
pero es tal su forma de ilusiones
que engendran a la misma muerte
y encaminan nuestros pasos, adelante, sin remedio ni
alma.
Nos impulsan al final de la última borrachera
sin preguntarnos a qué abismo, qué jarabe.
Hay canciones que no deberían ser compuestas nunca
y dejar su pesadumbre para alguna casa en el incen-
dio.
Incluso en ellas me hurto la felicidad
y la entrego a mi padre alto
y a su invisible dentadura;
por ellas me alcanzan las penas.
¡Que el que muere ya no es nada!
Cruz de Madera

60
Significa que el sur

A Jorge Salamea
Diego Montaña Cuellar
Jorge Gaitán Durán (por ejemplo)

Los pulpos de la ira sin misericordias ni sexualidades,


la cantina de los relámpagos viajeros, paz enérgica del
whisky,
y las langostas de arena enterradas por la bota del te-
niente
me acompañan flotando en las botellas del mar que
habito.
Esta ciénaga de agua espesa rompe la textura del
océano
cuando no soporta los cuerpos atestados de liquen
apiñándose en los arrecifes, los esteros, los pantanos
del Atlántico y muestran sus heridas de tempestad
americana.
Es curioso el tiempo baila y dice «bien descansa el que
se muere».
Apenas distingo los rostros. Las algas todo lo han cu-
bierto.
El soldado/marinero/poetilla que ata el cordón del
escarpín
también es cuerpo encadenado a los corales; no es su
arma que desiste,
son palabras hundidas, matadas, violadas.
Donde el faro se extingue dejé poemas,

61
donde el faro se extingue dejaron la poesía a merced
del puerto
hundido fácilmente por la borrasca de un general.
Hay un puño de barriles y canciones, de rones, de tra-
gos y exigencias
que en poco tiempo son del mar oscuro.
Los muertos van de lejos. El mar observa eternamente.
No se diga como el tuerto y viejo: «Interesaron nada
las hendiduras del mástil,
o los colores de las tablas bajo el barro idéntico al es-
panto de las metrallas,
o que hallase en la arena una astilla flotando con ape-
llidos y nombre
cubierta de úlceras por el musgo».
Quizá me rodea en los océanos y en las materias vivas
el ruido de un islote artificial de almas con cristal roto,
o solo abandoné la energía de quien falte recordando
la tumba invernada que habita.
Si fuese así, la primera (poesía), estaríamos los mari-
neros/poetillas/soldados
(más por el verso que el poeta) de pie y sin llagas ante
el mar;
todo inaccesible sin perdones, sin más preguntas ni
más dolor en el oficio
que levantar una humeante bandera muerta para el
extraviado.

62
TAMARA GUEVARA

A mis abuelos

Adán Guevara Centeno y Aurelia Luna Leal

I
Tita ya no recuerda las cosas
anda huraña
los años le cayeron encima
y en menos de dos semanas
empezó a soñar con muertos
les cuenta cosas
les reza un rosario
los manda a la mierda
por dejarla aquí
muda
como una guitarra
que no pudo llorar
en la entrada de la casa
que se cae sin usted
II
Dicen que lo más triste de su muerte
fue ver su espalda fuerte
en una cama de hospital
Dicen que ella se puso
pantalones rojos
para levantarle el ánimo
Pero ya no había música
y la fe se murió con el partido
Para mí, usted es el único camarada
aún hoy.

63
III
Abuelo, ¿cómo se toca a la Luna
cuando parece una muchacha?
Si la persigue por la calle
y al tomar el bus en el centro
¿cómo se abraza a la Luna
cuando envejece
y se queda sola, rezando
en medio de las voces?
IV
Estos treinta y tantos años
arrugaron el corazón de mi abuela
se le rompió la memoria.

64
Éxodo

a Luis Dobroski

Hay palabras que si no salen de tu boca


no tienen peso.
La puerta se abre si decís gracias
y buscás a la musa
la invitás a un trago, a la carne
a todo lo que arde y se mueve
se ondea en el viento
el aroma de la semántica
te gusta, te atrae
hay una biblioteca con hambre en tu casa
un juego de libros en necesidad
de su propia Carmen
con los dedos/labios/cejas delgados
el lunar, el vestido
los hombros tibios y desnudos
¿Te has roto en pedazos?
¿Has caído de estas escaleras con falda?
Esta será la noche del cuerpo
la primera vez
que tenés ventaja sobre la venus de ciudad
así que no esperés cuervos en la entrada
no hay umbral, solo cuerpos
no hay respiración, solo cuerpos
no hay cuerpos, solo colores.

65
Actualización de estado

1.
“I am on the highway to hell”
Han pasado días
entre una boca y tu boca
conseguí trabajo
hago las compras
y aprendí a cocinar
a llevar de lejos
el peso de la palabra
que no dije al salir
cuando cerré la puerta
y dejé la llave
rompí el pacto
y en mi destino
el fuego vendrá por mí.
2.
Estoy borrosa en el supermercado
la tercera dentro de mí
le susurra a la primera
que no sé lo que hago
por ellas devuelvo la leche
para comprar cigarros
y antes del pasillo de mascotas
la causa y el efecto
de haber sido estúpida
la noche anterior

66
me golpea la cabeza.
SMS: Dejé una lista de compras en tu suéter, ¿me la
mandás?
3.
Yes Sir Yes
LOG IN
log out
LOG back IN
Thank you so much for calling.
La maquila tiene dos bocas que se comen al mundo.
4.
No sabía que crecer
era lavar la ropa una vez por semana
y sentirme indigente
el día de pagar la renta
recibí el año a las 12:36
con los tres cigarros que me quedan
y el shot de cacique que arde
con las letras en mis piernas
escritas con sangre
el sexo como comerse una galleta
salada, dulce, con crema, sin crema
sin ganas
el lunar en mi hombro derecho
es un suicida crónico
el lunar en mi hombro izquierdo

67
es un ángel que hace tour de bares
bendito este año en acabose
esta edad que sigue siendo un fracaso
las horas que no he dormido
y el beso que solo di con la boca
perdí una casa, una hija
un esposo, cuatro perros
una lora y un atrapasueños azul
me comí a la diosa blanca
en salsa de soya
tengo un trabajo absurdo
desmayos cada viernes
y hoy
ganas de dormir con alguien 
Índice

Alejandra Valverde Alfaro


Pupila........................................................................11
Página 85: de volver al corazón ........................... 12
Los ojos de Alicia................................................... 13
Sergio M. Sánchez Cooper
Magnitud momento (MW)....................................14
[Tsunami].................................................................15
[Réplica] ...................................................................16
Kevin Román
El contrato................................................................17
Es ganancia............................................................. 20
Mayo........................................................................ 22
Christopher Angulo
Primera Teoría Atómica ....................................... 23
La cuidad está muerta........................................... 25
Aires de batalla...................................................... 27
Marianella Monge
Relato del Génesis desde nuestra cama.............. 29
Condenados.............................................................32
Desalojo el 21 de setiembre................................... 34

69
Marvin Castillo
Raíz de cementerio................................................. 35
La ocarina del tiempo es el mejor juego
que jamás hubo para nintendo 64 ....................... 38
Basílica..................................................................... 41
Robert Ramírez
El niño y la piedra.................................................. 44
Bang bang............................................................... 46
Causas y azares ..................................................... 48
Edan Alberto
Persianas.................................................................. 49
Transición involuntaria......................................... 51
El espejo de la realidad impuesta.........................52
Mónica Alvarado
Cuarteto florido ..................................................... 53
Poema 2................................................................... 56
Poema 3................................................................... 57
Joset André Navarro Abarca
Pesca del viejo tiempo........................................... 58

70
Cruz de madera...................................................... 60
Significa que el sur..................................................61
Tamara Guevara
A mis abuelos......................................................... 63
Éxodo....................................................................... 65
Actualización de estado........................................ 66

71
Este libro se terminó de imprimir
en el mes de Setiembre del año 2016
en la Sección de Impresión del
SIEDIN-UCR.

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