Está en la página 1de 9

Omar Ramírez Torres | Lic.

en Psicología
| Tópicos de actualidad en Psicología

Las máscaras del psicoterapeuta

“Todo el mundo es teatro y todos los hombres y mujeres no son sino actores. Tienen sus entradas y
salidas de escena y cada uno de ellos interpreta diversos papeles en la vida...”.

- William Shakespeare.

Una máscara es “aquello que tapa el rostro, que caracteriza a un personaje, que
brinda una imagen del personaje” (Serebrinsky y Rodríguez, 2012, p. 55). Como
terapeutas, quizá uno de los principales problemas que existen durante la
psicoterapia, es la manera en la que se dan a conocer frente a los pacientes,
como son vistos por ellos. Pensando que una máscara cumple la finalidad de
cubrir al que se encuentra detrás de ella, ocultando su singularidad y autenticidad,
se entiende la connotación “oscura” del profesional de la salud; sin embargo, lo
planteado en el presente documento, subraya, desde una óptica personal, la
importancia en la construcción de la máscara personal del terapeuta como una
forma de entender su pasado, su historia, las repercusiones que conllevan, así
como el impacto que puede originar al utilizar alguna de ellas.

Partiendo desde la terminología de psicoterapia, la Federación Española de


Asociaciones de Psicoterapeutas (1992, citado en Feixas y Miró, 1993) la define
como:

todo tratamiento de naturaleza psicológica que, a partir de manifestaciones


psíquicas o físicas de sufrimiento humano, promueve el logro de cambios o
modificaciones en el comportamiento, la adaptación al entorno, la salud
física y psíquica, la integridad de la identidad psicológica y el bienestar bio-
psico-social de las personas y grupos tales como la pareja o la familia.
Comprende las actuaciones en todos los niveles de edad de las personas,
desde los niños y niñas más pequeños hasta las personas de edad más
avanzada [...] (p. 16).
Omar Ramírez Torres | Lic. en Psicología
| Tópicos de actualidad en Psicología

Comprendiendo lo que la psicoterapia conlleva, destacando su foco de atención y


las poblaciones a las que se dirige, es igual de importante una aproximación en
cuanto al trabajo que lleva a cabo el profesional de la salud mental en relación a
su identidad durante el proceso psicoterapéutico. En primer lugar, resulta
fundamental, como psicoterapeutas, conocer la propia epistemología y lo que ello
implica, es decir, la forma en la que entendemos la realidad y nos aprehendemos
de ella. Barbagelata (2012) expresa que “la máscara epistemológica es la máscara
más importante para ser un buen terapeuta” (p. 47). De la misma forma, afirma
que:

El alumno debe saber que su historia incide en lo que observa, en cómo


organiza la información, y aunque no pueda “salirse” de esta situación, tiene
que saber que su intervención va a estar matizada por su historia actual y
pasada, que necesita tenerla más o menos consciente cuando interviene
para poder ser reflexivo y crítico con lo que está haciendo (p. 47).

Por tal motivo, se hace hincapié en el reconocimiento de las máscaras que los
psicoterapeutas utilizan para con sus pacientes, entendiéndose como seres
influenciados de manera multifactorial. Según este autor, se resaltan además, tres
tipos de máscaras en el psicoterapeuta que son imprescindibles de identificar: la
primera de ellas es la máscara de la relación de ayuda; en ella, el acto terapéutico
tiene dos polos: el paciente que va a ser ayudado, y el terapeuta que ayuda; en
ella, el terapeuta se percata del impacto que ha tenido para con sus consultantes,
si ha podido ayudarlos, y si él mismo se ha sentido satisfecho en su labor. La
segunda de ellas es la máscara del aprendizaje: en esta máscara, el terapeuta se
percata de la problemática que ocurre con cada uno de sus pacientes, y a partir de
ello extrae aprendizajes que puede aplicar a su propia vida. Y finalmente, la última
máscara es la del género; esta máscara supone que, dependiendo del género del
terapeuta, se tendrá una visión propia de intervenir en la problemática de los
pacientes. El problema radicará entonces en la forma de entender las mismas, así
como el abordaje para cada una (Barbagelata, 2012).
Omar Ramírez Torres | Lic. en Psicología
| Tópicos de actualidad en Psicología

Retomando lo anterior, no se debe olvidar pues, que el psicoterapeuta es el


resultado de su cultura, de sus propias creencias, valores, ideologías y
costumbres, por lo que sus modelos y teorías, por consecuencia, se hallarán
impregnadas por estas; es más, no puede haber psicoterapia sin ideologías del
psicoterapeuta (Gómez, 2012). De esta manera, el psicoterapeuta requiere
realizar un profundo cuestionamiento acerca del bagaje cultural del que forma
parte, ya que debe mostrar un interés cada vez creciente por el bienestar de sus
pacientes, considerándolos como seres que desean mermar su sufrimiento
emocional, y no como sujetos que se aprisionan en una búsqueda material
tratando de compensar los vacíos de carácter emocional que cargan dentro de sí.
Vivimos, señala Gómez (2012), en una cultura de represión del ser, ante la cual,
los profesionales de la salud mental debemos adoptar una postura y un
posicionamiento claro, ante la impostura de lo políticamente correcto.

La psicoterapia no dejará de ser un compromiso con la vida, la cual se encuentra


caracterizada por luces y sombras, mismas que se complementan una con la otra.
Por tanto, se pretende que la labor psicoterapéutica no sea bajo aquellas
máscaras superficiales que den resultados eficientes, sino eficaces y efectivos,
conformando así, una psicoterapia del hombre, una psicoterapia del ser (Gómez,
2012).

Finalmente, concuerdo con Carreras (2012) al afirmar que las máscaras del
terapeuta no son otra cosa que las múltiples identidades del mismo. De esta
forma, durante el proceso de psicoterapia, el terapeuta utilizaría como sus
principales recursos, su experiencia y los roles que ha sabido desempeñar
exitosamente con anterioridad. Por tanto, debe primeramente configurar su
personalidad de tal forma que sepa expresar dichas experiencias y manifestar
adecuadamente sus emociones. En resumen, es fundamental conocer y entender
la labor del profesional de la psicología; esta debe caracterizarse por su
autenticidad, por estructurar su propia máscara de manera individual, a través de
la conjugación de su propio estilo, su personalidad, y su pasión por hacer de dicha
labor, una transformación individual y social.
Omar Ramírez Torres | Lic. en Psicología
| Tópicos de actualidad en Psicología

Descripción de la máscara

Mi máscara fue hecha a base de yeso; está pintada de fondo con pintura acrílica
blanca. Tiene incrustaciones de plástico transparente, los cuales fueron pintados
de color azul, amarillo, rojo y blanco a base de pintura vitral. Tiene en la frente el
logo de psicología, y posee en ambos lados dos orejas grandes hechas de cartón.
Dentro de la máscara se encuentran inscritas las palabras: cultura, valores,
creencias, ideologías y costumbres, además del hashtag #soypsicólogo.

Explicación de la máscara

La máscara pretende ser aquel rostro del terapeuta, caracterizado primeramente


por su honestidad y sinceridad, lo cual se refleja en el color blanco de aquella. Las
incrustaciones de plástico de colores simbolizan el espejo que el profesional de la
salud mental intenta convertirse durante el proceso de psicoterapia, con objeto de
que el paciente se dé cuenta de la forma en la que verbaliza y expresa sus
emociones, y a su vez, su principal motivo de consulta. Las grandes orejas a los
costados representan una de las cualidades principales del buen psicoterapeuta:
saber escuchar; un psicoterapeuta que sabe escuchar a sus pacientes, ha hecho
ya la mitad de su labor; además, a través de dicha cualidad, tratará de entender
sus situaciones y buscará la manera más acorde de orientarlo en la resolución de
sus problemas emocionales. Finalmente, al interior de la máscara se encuentran
inscritas las palabras: cultura, valores, creencias, ideologías y costumbres, las
cuales hacen referencia al bagaje cultural del que el propio psicoterapeuta se halla
influenciado, como resultado de su pasado e historia.

Evidencias
Omar Ramírez Torres | Lic. en Psicología
| Tópicos de actualidad en Psicología
Omar Ramírez Torres | Lic. en Psicología
| Tópicos de actualidad en Psicología
Omar Ramírez Torres | Lic. en Psicología
| Tópicos de actualidad en Psicología
Omar Ramírez Torres | Lic. en Psicología
| Tópicos de actualidad en Psicología
Omar Ramírez Torres | Lic. en Psicología
| Tópicos de actualidad en Psicología

Referencias

Barbagelata, N. (2012). Acerca de las máscaras del terapeuta. Revista de la


Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar, 1 (53), pp. 45-
50.

Carreras, A. (2012). Máscaras, identidades e imitación. Revista de la Federación


Española de Asociaciones de Terapia Familiar, 1 (53), pp. 52-53.

Feixas, G. y Miró, M. T. (1993). Aproximaciones a la psicoterapia. Una


introducción a los tratamientos psicológicos. Barcelona: Paidós.

Gómez, N. C. (2012). Las máscaras del terapeuta. El terapeuta y sus caras.


Revista de la Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar, 1
(53), pp. 31-36.

Serebrinsky, H. A. y Rodríguez, S. E. (2012). Las máscaras del terapeuta. Revista


de la Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar, 1 (53), pp.
54-57. este sentido podemos decir que las máscaras

del terapeuta pueden no ser otra cosa que


las múltiples identidades del mismo.

También podría gustarte