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Los discursos sobre las nuevas tecnologías en contextos educativos

¿Qué hay de nuevo en las nuevas tecnologías?1

Por
María Estela Ripa
(estelaripa@yahoo.es)

Fecha:
abril de 2004

Licencia:

1
Trabajo elaborado en el marco del doctorado en Educación y NNTT, UNED.

1
2
Introducción

En las últimas décadas la inversión en equipamiento de las administraciones


educativas ha sido millonaria y persistente, al menos en los países “atentos a
no perder el tren del futuro” -como dice no sin ironía Romero Morante-. Un
estudio2 realizado en 1999 por IEA – International Association for the
Evaluation of Educational Achievement- con 38 países participantes, mostraba
que más de la mitad de esos países tenían una cobertura casi total de
ordenadores en las escuelas (el 98% de los alumnos concurría a escuelas
equipadas con ordenadores, y de ellos, el 90 % disponía de una computadora
cada 15 alumnos o menos).
Sin embargo las evidencias de su uso y aprovechamiento con fines educativos
no son tan abrumadoras, y menos aún si se indaga acerca de la calidad o
innovación que esos eventuales usos educativos conllevan.

Coincidimos con Romero Morante (2002) que para explicar este panorama hay
que recurrir a un amplio abanico de variables, pero como punto de partida no
podemos dejar de reconocer un hecho fundamental: las TICs entraron en las
aulas fundamentalmente por motivos extrapedagógicos, sin que estuviese en
claro de qué manera redundarían a favor de la enseñanza.

La mayor parte de las críticas coinciden en señalar la adopción acrítica de las


tecnologías en la educación por parte de las administraciones educativas y las
actitudes poco reflexivas por parte de los docentes. Dentro de este marco,
distintos autores distinguen diferentes enfoques o discursos frente a la
introducción de TICs en la educación, algunos de los cuales presentaremos en
este trabajo.

Los discursos como lentes para mirar

A continuación presentaremos distintos discursos acerca de las nuevas


tecnologías. Cada discurso representa una forma particular de mirar la realidad

2
IEA Third International Mathematics and Science Study (TIMSS), 1998-1999.

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y, en función de esa mirada, concebir cuál es la novedad que esa tecnología
aporta o comporta.

a. Discurso informativo de los medios (prensa escrita)


¿Qué dicen los medios acerca de la tecnología y por qué empezar por ellos?
Los medios de comunicación tienen un gran poder para instalar creencias y
representaciones del mundo, y por ende para difundir una idea acerca de qué
es la tecnología.
Numerosos autores reconocen en ellos la expresión del discurso socialmente
extendido y dominante acerca de la tecnología. Zubero (1999), citando un
estudio de Menor Senra y Perales Albert (1989/90)3, lo describe con las
siguientes notas:

- Mecanicista: refleja y reproduce el discurso autoreferenciado de la


técnica, independientemente del origen (y efecto) social, político e
histórico de la tecnología. Es un discurso donde no hay actor.
- Objetivista: relacionada con la anterior, esta característica alude al
hecho de que en este discurso no se suelen citar fuentes de la
información que se brinda. Y, en caso de hacerlo, son de índole técnica,
científica o comercial.
- Descontextualizado: se habla de la tecnología como presente, sin
aludir ni mencionar el contexto ni la evolución histórica que lo anteceden
y enmarcan dentro de un proceso más amplio.
- Axiomático: las afirmaciones no se justifican, se presentan como una
cuestión de fe o de hecho, o en forma tautológica.
- Reduccionista: se ofrece una información sesgada sobre las NT, donde
prima la afirmatividad sobre la negatividad (se menciona lo que son pero
se omite lo que no son), la asertividad sobre la problematización (se dice
lo que son y se cierra el discurso sobre otras alternativas posibles o
problemas que podrían plantearse), la descripción sobre la proyección
(se soslaya la discusión de alternativas de futuro, de proyectos, de fines
y valores).

3
Si bien han pasado 15 años y el estudio se realizó sobre la prensa escrita española, no es difícil
reconocer aún hoy y en la prensa de otros países, las características que menciona.

4
Zubero describe el discurso de los medios como “determinismo práctico” y
“simplismo tecnológico”, por el hecho de que no ven la complejidad del proceso
de cambio.
Esta visión representa, como se ha dicho, el discurso más extendido, por lo
tanto juega un papel importante a la hora de analizar la toma de decisiones de
padres, docentes y autoridades educativas. De hecho varios autores coinciden
en señalar que en general las decisiones referidas a la introducción de TICs en
la educación provienen de hechos anecdóticos, creencias y presiones, en
lugar de basarse en una evaluación crítica, reflexiva y fundada. Por eso ahora
pasaremos a analizar otro de los discursos que mayor influencia tienen sobre
todos nosotros, y es el de la publicidad.

b. Discurso de la publicidad
Dentro de la información que ofrecen los medios sobre la tecnología, gran parte
es de tipo promocional.
Un interesante ejemplo de este discurso lo encontramos en un trabajo de
Aquilina Fueyo Gutiérrez y Carlos Rodríguez Hoyos. A partir del estudio de
publicidades televisivas sobre las nuevas tecnologías4 , se centran en el
análisis de las metáforas elegidas para representarlas, que constituyen el
discurso dominante creado por los medios en torno a ellas.

En términos generales este discurso transmite una imagen positiva (siempre


positiva) de la vida mediada por las nuevas tecnologías, donde todo es fácil,
cómodo y rápido.
Los autores destacan cuatro metáforas utilizadas para representar las NT en el
discurso publicitario. NT como sinónimo de:

- Libertad: Con las NT no tienes límites, eres libre de elegir y hacer lo que
quieras.
- Igualdad y fraternidad: Todos podemos tener acceso a las NT. Todo lo
que necesitamos podemos encontrarlo en o a través de... las NT. Las

4
También aquí, si bien el estudio es de España y tiene algunos años ya, es fácil reconocer la vigencia de
varias de las metáforas que menciona.

5
NT nos hacen más iguales. Las NT son el lugar donde todo el mundo
puede encontrarse, posibilitando la comunicación, solidaridad, amor,
generosidad y unión entre personas y pueblos.
- Progreso: las NT son el progreso y el progreso son las NT. Por tanto las
NT –como el progreso- son deseables, necesarias e inevitables.

También este “imaginario” abona la idea generalizada acerca de las TIC y de la


cual se desprenden sus eventuales ventajas para la educación. Por ello
coincidimos con Fueyo Gutiérrez y Rodríguez Hoyos en la relevancia que
tienen estos análisis desde el punto de vista pedagógico, por la “continuidad
existente entre el discurso dominante transmitido por los medios y el que se
emplea para argumentar la importancia de incorporar las nuevas tecnologías
a la práctica”.

Entre estas imágenes asociadas a las NT por el discurso publicitario, la idea de


NT como progreso tiene una particular incidencia en el ámbito educativo, dando
una connotación muy precisa a la idea de que la educación, y por ende la
institución educativa, debe formar a las personas para el futuro laboral. Con
esta idea nos introducimos en otro discurso acerca de las tecnologías, que
exponemos a continuación.

c. Discurso económico
“El paradigma de la sociedad informatizada propone, según sus defensores, un
nuevo principio de estructuración y estratificación social: la relación con los
medios de producción no es ya lo determinante, ahora las diferencias están
marcadas por la riqueza o carencia de información que posea cada persona.”
(Aparici). Las nuevas tecnologías de la información constituyen uno de los
elementos claves de esta economía y de ello se deriva la necesidad de
incorporarlas en la educación, como modo de preparar a los ciudadanos para la
nueva sociedad y la economía que la caracteriza.

6
Estos postulados expresan una visión economicista de la educación, vinculada
al “pensamiento único”, discurso dominante actualmente en el campo
económico y que tiene un claro reflejo en el discurso educativo5.
Como se ha dicho, la educación ha “importado” razones y argumentos de
variado tipo para justificar la inclusión de las nuevas tecnologías y buena parte
de ellas se puede encontrar en razones vinculadas a la relación con el mercado
laboral.

Básicamente desde este discurso se afirma que hay una relación directa entre
la formación y las oportunidades laborales. Que la alfabetización tecnológica es
necesaria para asegurar un lugar en el mercado laboral y que las competencias
informáticas permiten el acceso a puestos de mayor creatividad,
responsabilidad e ingreso. Que una de las causas del desempleo es la
inadecuación de la escuela y la educación en general a los requerimientos del
mercado laboral.

Para un análisis crítico de estas ideas, podemos citar los trabajos de Romero
Morante (1999; 2002), Accino (1999), Fueyo y Rodríguez (ya mencionado) que
analizan el tema desde varios aspectos.

Según Romero Morante, este discurso encuentra su cauce en el marco de un


particular modo de concebir los objetivos y fines de la escuela: la tradición
económico – vocacional. Asume como objetivo primordial de la educación la
preparación para el trabajo y representa la visión imperante actualmente acerca
de la educación. Subyace a ella una “cultura de la inevitabilidad” del cambio, a
causa de la necesidad imperiosa de adaptarse a la era de la información.

5. Nos referimos al pensamiento único como una ideología, una visión social que se
pretende única, exclusiva, natural, incuestionable y que constituye el discurso más
extendido y dominante actualmente en el campo económico. Una de sus características
fundamentales tiene que ver con la hegemonía de la economía en el resto de los
dominios sociales y la concepción del mercado como mano invisible, capaz de corregir
cualquier tipo de disfunción social. (Cfr. Carlos Älvarez de Sotomayor, “Qué es el
pensamiento único”.)

7
d. Discurso crítico-político
Los tres discursos que hemos descrito hasta aquí conforman lo que, desde una
perspectiva crítica, varios autores consideran el discurso dominante. Funcional
con los intereses económicos y políticos de los poderosos y con posturas
conservadoras desde lo social.

Los tres enfoques presentan el cambio como algo autónomo, independiente de


las voluntades y decisiones de las personas. En este sentido podemos decir
que tienen como característica común la ausencia del sujeto, del agente
humano concreto. Y es esto quizás uno de los ejes de la crítica que se les
hace.

La cuestión es devolverle agente humano al cambio tecnológico: son personas


con valores, intereses e intenciones quienes no solo usan sino también diseñan
la tecnología. Por lo tanto la tecnología no es neutra y los intereses en juego
son muchos y de variado signo. En esta línea, por ejemplo Fueyo Gutiérrez y
Rodríguez Hoyos sostienen que las metáforas sobre la globalización tienen la
función de invisibilizar las desigualdades que las tecnologías crean entre
países y personas del Norte y del Sur. Las metáforas de las NT, por su parte,
tienen la función de promover el consumo mediante la creación de un
imaginario “conveniente” a los procesos de globalización.

Frente a la “cultura de la inevitabilidad” del cambio, desde esta perspectiva se


opone el debate sobre los fines y los medios. Se rescata el ámbito de las
decisiones sobre el cambio tecnológico como un ámbito político, porque influye
sobre la autoridad y el poder, sobre las relaciones y condiciones de vida de las
personas. Por lo tanto debe ser un ámbito de participación ciudadana
democrática.

Se denuncian la visión economicista y el reduccionismo tecnológico como


intentos de presentar los problemas sociales, económicos y educativos como
problemas técnicos o, mejor dicho, tecnológicos. Y por ende susceptibles de
soluciones también tecnológicas, descuidando y agravando más aún las

8
verdaderas causas y consecuencias de esos problemas, que la tecnología no
solo no soluciona sino que generalmente agudiza.

Como afirma Zubero (1999), las NT no nos liberan de reflexionar sobre los
viejos problemas de la emancipación, la libertad, la autonomía y la solidaridad.
El problema no está en la tecnología sino en el modelo de sociedad en que
dicha tecnología surge y al servicio de la cual se pone. “El cambio tecnológico
se vuelve la mejor disculpa para no pensar la sociedad”.

En síntesis, las principales características de este enfoque son:


- la reivindicación del carácter político del cambio tecnológico
- el rechazo tanto a la neutralidad como a la racionalidad de la tecnología
(puesto que a lo sumo se trata de una razón instrumental)
- crítica a la supuesta autonomía del cambio tecnológico
- oposición a los intentos de presentar las nuevas tecnologías afectando de
manera global al conjunto de la sociedad.

e. Discursos en la educación
Las diversas representaciones de las nuevas tecnologías que venimos
describiendo impregnan, como hemos dicho, buena parte del discurso
educativo. Para ver cómo se encarnan y expresan concretamente en este
campo, resulta esclarecedor tomar como eje del análisis la actitud de docentes,
directivos y administradores de la educación ante la innovación tecnológica.
Burbules (2001) presenta el siguiente esquema para analizar las diversas
formas de encarar las decisiones sobre el tema:

- NT como panacea: Desde esta perspectiva se sostiene que las NT son


“la solución” a los problemas de la educación, traen con ellas
“posibilidades intrínsecas para revolucionar la educación y bastaría con
liberar ese potencial para que se resolvieran muchos problemas de la
escuela”6. Son lo mejor, pero pueden pasar rápidamente a ser lo peor
cuando se verifica que con su uso no se cumplen las expectativas que

6
Burbules, p. 24.

9
habían despertado. Esta visión se desarrolla en función de la ingenuidad
de padres y docentes, y esconde claros intereses comerciales. Se ve
favorecida por la tendencia a encontrar soluciones totales, cegándose
así a los matices que existen entre lo mejor y lo peor, que son los que
verdaderamente iluminan la práctica y constituyen la experiencia. Se
induce el gasto en recursos técnicos ocultando que se crean más
problemas con ellos que los que se resuelven, que las posibilidades de
las NT aumentan la necesidad de creatividad, planificación y disposición
a enfrentar consecuencias no previstas y desafíos a superar. En
síntesis, podríamos decir que esta perspectiva abreva de las ideas del
discurso dominante y deposita demasiada fe en la tecnología.

- NT como herramienta: según esta postura la tecnología no es ni buena


ni mala, todo depende del uso que se haga de ella. Este enfoque tiene
como positivo que rescata el espacio de creatividad y decisión de la
persona, y su capacidad de diseñar los planes de uso en función de los
propios fines y valores. Pero tiene graves limitaciones: Soslaya la
posibilidad de que sobrevengan consecuencias no deseadas, ajenas a la
voluntad y previsibilidad del actor. Ignora que la tecnología tiene límites
intrínsecos en cuanto a la forma y finalidad con que puede ser usada
(desde el modelo socioeconómico del cual surge y al cual contribuye a
mantener, al modelo pedagógico o comunicacional que las sustenta y
que también tienden a reproducir ). Por otro lado, esta perspectiva al
depositar demasiada fe en el actor, ignora que toda herramienta también
modifica al usuario, especialmente influyendo en los fines que este es
capaz de concebir y desear. Por lo tanto esta perspectiva es susceptible
de las críticas del enfoque crítico-político y compatible con el discurso
dominante.
Por ej., esta perspectiva podría enmarcar la tendencia de los pedagogos
que critica Accino (1999), de mantenerse al margen de las discusiones
sobre el modelo de sociedad que subyace a la tecnología y centrarse en
aspectos operativos de sus posibles aplicaciones. Dato contrastante –
sostiene- con la conciencia y pretensión de la educación y los
educadores de influir en la transformación social.

10
- NT como herramienta no neutral: Según esta postura, la tecnología
incluye ciertas tendencias en cuanto a sus probables usos y finalidades,
por lo tanto los usuarios tienen que ser críticos y reflexivos y estar
preparados para que los beneficios que brinde se vean atemperados por
los problemas y dificultades no previstos que acarrea. Esta perspectiva
reconoce la coexistencia de aspectos buenos y malos en la innovación,
comprende que hay consecuencias no deseadas y acepta las
limitaciones de la racionalidad humana a la hora de tomar decisiones.
Puede sintetizarse muy bien en la expresión de Begonia Gros Salvat:
“La tecnología no es ni buena ni mala, ni neutra”. Se trata de un enfoque
sensato y equilibrado –afirma Burbules- sostenido actualmente por la
mayoría de los observadores serios.
Esta perspectiva podría ser en principio compatible con el discurso
crítico-político antes expuesto. Así por ej. podría dar marco a las
afirmaciones de Romero Morante cuando habla del impacto del
ordenador en las cualificaciones laborales: las tecnologías pueden
usarse tanto para agudizar el control como para recobrar autonomía,
para acentuar o mermar las competencias requeridas, aumentar o
mermar poder a los trabajadores. El futuro no está tan condicionado por
el desarrollo tecnológico puro sino por las relaciones entre los distintos
agentes sociales implicados, que generarán y utilizarán tecnología para
promover determinados modelos y fines.

En esta línea por ejemplo podríamos ubicar las propuestas de


contemplar en la enseñanza no solo el uso de la tecnología (aprendizaje
con TIC) sino también enseñar el contexto del desarrollo histórico de la
tecnología y sus influencias económicas y políticas. Las deudas sociales
pendientes y sus causas. (Aprendizaje sobre las TIC, desde una
perspectiva política).

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f. Discurso crítico radical o postecnocrático
A pesar de ser un enfoque equilibrado y crítico, la concepción de la tecnología
como herramienta no neutral responde – según Burbules- junto con las otras
dos perspectivas anteriores, a lo que él llama “el sueño tecnocrático”. Este se
caracteriza básicamente por tres aspectos:

- La relación entre medios y fines está predeterminada: la relación con


la tecnología es instrumental. Se acepta que las NT no son solo mejores
medios para lograr los mismos fines sino que también son capaces de
generar nuevos fines. Burbules señala en esta postura un limite muy
importante: esto es, que no se percibe la naturaleza relacional de la
tecnología, por la cual esta influye material, psicológica y culturalmente
al hombre, hasta llegar a desdibujar los límites entre ambos. Como muy
bien lo expresa Sherry Turkle: “Construimos nuestras tecnologías y
nuestras tecnologías nos construyen a nosotros en nuestros tiempos.
Nuestros tiempos nos hacen, nosotros hacemos nuestras máquinas,
nuestras máquinas hacen nuestros tiempos. Nos convertimos en los
objetos que miramos pasivamente, pero ellos se convierten en lo que
nosotros hacemos de ellos”7.

- Cálculo de costos y beneficios como modo de evaluar el cambio:


Dentro de esta perspectiva existe una versión elemental según la cual
es posible calcular costos y beneficios de las NT y en función de ello
decidir lo mejor. Y una versión sofisticada, que reconoce que hay efectos
no deseados, imprevisibles y difíciles de aislar. Asume que el cálculo de
costos y beneficios es imperfecto y puede variar en el mediano y largo
plazo. Burbules, por el contrario, sostiene desde una visión que él llama
postecnocrática, que no se trata simplemente de consecuencias no
deseadas, sino de una realidad indisolublemente ambivalente, donde
beneficios y costos son las dos caras inseparables de una misma
moneda.

7
Sherry Turkle, La vida en la pantalla, p. 60 citado por Begonia Gros salvat en El ordenador invisible,
Ediuoc, Ed. Gedisa, Barcelona, 2000.

12
- Se pueden separar los resultados “buenos” y “malos”: Burbules
también critica esta creencia afirmando la naturaleza paradojal de la
tecnología, por la cual los resultados pueden ser buenos y malos al
mismo tiempo y respecto del mismo objetivo. Ilustra esta idea con el
ejemplo de los antibióticos, que si bien cumplieron con el propósito de
salvar vidas y combatir enfermedades, generaron a su vez nuevas
especies de bacterias cada vez más virulentas, algunas de las cuales se
resisten a todos los antibióticos.

En síntesis, Burbules propone una perspectiva superadora de la visión


tecnocrática. Se basa en la idea de que el enorme potencial de las nuevas
tecnologías es tanto riesgo como promesa, e indisolublemente ambas
cosas. Afirma que las NT son intrínsecamente peligrosas y que no
debemos engañarnos pensando que somos sus amos. La peligrosidad de
las NT radica justamente en su capacidad para influir en gran escala, de un
modo impredecible que escapa a nuestras posibilidades de previsión (la
incalculabilidad que menciona Zubero) y que por su naturaleza es
ambivalente.
En función de estas características, el autor toma postura por una actitud
prudente y humilde frente al tema de las NT (es decir consciente de sus
limitaciones) pero a la vez comprometida en el debate. Más allá de las
justas críticas y escepticismo respecto del trasfondo comercial e ideológico
que existe detrás del tema, las NT son un hecho y avanzan y la sociedad
tendrá que vérselas con ellas de uno u otro modo. Por otro lado no está
todo dicho, poseen múltiples potencialidades y más allá de las limitaciones
señaladas, el debate político acerca de las mismas es imprescindible y
urgente, no solo como crítica sino como propuesta y no solo entre algunos,
sino ampliando cada vez más el ámbito de discusión democrática, por la
trascendencia de las consecuencias que las decisiones en la materia
implican.

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Algunas preguntas acerca de la novedad de las NT

Luego de haber abierto una parte representativa del abanico de discursos


sobre las NT, es claro que la pregunta acerca de qué traen de nuevo no admite
una única respuesta. Es más, que la pregunta misma se puede replantear en
función de diversos matices, que los diversos discursos ponen en evidencia. A
continuación proponemos algunas de esas interrogaciones posibles sobre la
novedad de las tecnologías, permitiendo, de algún modo una mirada
transversal sobre los discursos.

- Qué hay de nuevo... y para qué sirve?

Pareciera que la respuesta a la pregunta qué hay de nuevo en las NT no es


absoluta sino que depende de la mirada que se realice sobre el tema. Así
desde el discurso dominante se podrá decir que lo nuevo es el progreso, las
enormes posibilidades antes jamás pensadas de superar límites de tiempo y
espacio, de comunicación y organización. Una nueva libertad definida por la
multiplicación descomunal de alternativas de acceso a informaciones,
personas, interacciones, actividades, productos, servicios, etc.
Desde el enfoque crítico, se podría contestar que lo nuevo es una nueva forma
de desigualdad y dominación, de acentuación y ocultamiento de los problemas
más graves de la humanidad en general y de las instituciones y las personas
en particular. Que lo nuevo eventualmente es para el disfrute de unos pocos a
expensas de la gran mayoría de la población mundial, que primeramente
debería poder ver satisfechos sus más elementales derechos humanos. Que lo
nuevo es la promoción de mayor consumo.
Situados en la perspectiva postecnocrática podríamos decir que lo nuevo es un
gran riesgo, que requiere el mayor compromiso de todos, pero que no nos
ofrece garantías de nada. Una gran promesa que es necesario plasmar al
servicio de un modelo de sociedad democráticamente pensado y elegido,
siendo conscientes a su vez de los límites de nuestra racionalidad para
comprender y conducir el cambio.

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- Qué hay de nuevo... y en dónde?
Si miramos las escuelas de los países, ciudades, pueblos o familias “atentos a
no perder el tren del futuro” , hay de nuevo muchos ordenadores, aulas de
informática, escuelas conectadas a Internet y en red entre sí. Hay asignaturas
de informática en el currículum e intentos variados de introducirlas en el resto
de las materias. Hay numerosos catálogos de software educativo y
multiplicidad de productos y recursos para utilizar. Hay diversidad de
experiencias de uso de los ordenadores en función de diversos modos de
concebirlos: los ordenadores como “máquinas de enseñar “ (metáfora del
ordenador como tutor), como entornos de descubrimiento en los cuales los
niños y jóvenes pueden programar y “enseñar” a la máquina lo que debe hacer
(ordenador como “alumno”) y , la más extendida, como herramienta de usos
múltiples para facilitar diversidad de tareas (Crook, 1998).
Si miramos otros países, otras ciudades, otros pueblos y otras escuelas no
vemos lo mismo. Vemos que antes de pensar la proporción de computadoras
por alumno, es necesario pensar la proporción de alumnos por maestro, o por
metro cuadrado de aula, o la proporción de alumnos que han comido lo
suficiente o que siguen yendo a la escuela. Mirando esa realidad vemos que
las NT están creando una nueva forma de exclusión, pero que admiten también
otras formas de uso, animado por otros valores y orientado a un modelo de
sociedad inclusivo y solidario.
Vemos cambios con un rumbo no siempre previsible. Por ejemplo en un país
como Argentina, donde luego de una crisis económica sin precedentes, no se
verificaron los pronósticos de caída del crecimiento de Internet. Más bien se
observó un fenómeno inesperado: siguió aumentando el acceso, pero mediante
un cambio de modalidad de conexión. Se popularizaron los servidores gratuitos
y el acceso a través de telecentros comerciales que bajaron sus tarifas a
valores muy económicos. De este modo, no solo no disminuyó sino que se
amplió el acceso a sectores de nivel socioeconómico más bajo8. (Para tener
una referencia podemos decir que en muchos casos es más económico pagar

8
Esta democratización del acceso está de todos modos lejos de tener una influencia significativa si se
toma en cuenta que más de la mitad de la población se encuentra debajo del límite de pobreza
y por ende en su gran mayoría no accede a estos servicios.

15
una hora de conexión a Internet en un telecentro que un pasaje de autobús
para trasladarse a la escuela o la universidad).

Innovación... tecnológica o didáctica?


Respecto de los que han podido innovar se formulan muchas críticas acerca
del efectivo grado de innovación didáctica que ha significado la incorporación
de nueva tecnología. En realidad se observa bastante dificultad para traducir el
cambio en mejoras cualitativas de las prácticas de enseñanza y aprendizaje.
Más bien se constata una asimilación de la tecnología a las culturas
profesionales preexistentes (Romero Morante, 2002) y los estilos y creencias
de cada profesor e institución educativa. Es decir, se tienden a incorporar para
hacer lo mismo que se hacía antes, sirviendo más o menos según los grados
de estructuración, control, creatividad y participación que los propios esquemas
de enseñanza y aprendizaje permiten.
Ahora bien, esta crítica necesaria a la naturaleza de la innovación en la
escuela, como cuestión tecnológica más que didáctica o pedagógica, adquiere
diverso matiz cuando se refiere a la educación a distancia. En ese contexto, se
mantiene la validez de la distinción: las buenas prácticas son las que definen la
calidad de la educación y estas no mejoran por el simple hecho de usar nuevas
tecnologías (Litwin, 2000). Pero es verdad que la posibilidad de usar mejores
medios para –aunque sea- los mismos fines, tiene una gran incidencia en la
mejora de la educación. Al punto que los especialistas en la materia afirman
que ya no será la distancia la que defina la característica de la modalidad, pues
la virtualidad ha modificado sustancialmente ese concepto que definió desde
sus inicios a la EAD (Litwin, 2000). Más bien será la relación mediada entre
docentes y alumnos la característica distintiva. Y esa relación se ha beneficiado
mucho con las nuevas tecnologías, sobre todo en posibilidades de interacción
sincrónica y asincrónica, a menores costos, con más rapidez , frecuencia y
multidireccionalidad. Por lo tanto, reconociendo la fundamental dimensión
didáctica que debe sustentar la innovación, reconocemos que en el ámbito de
la EAD, la mera innovación tecnológica ha aportado beneficios notables (a los
cuales, siguiendo la línea de Burbules, podemos también aparejar perjuicios...
pero no nos detendremos a hacerlo aquí).

16
Devolver el agente al discurso... y la palabra de los destinatarios?
Finalmente, deseo destacar uno de los elementos que subyace a las
diferencias entre el discurso dominante y el crítico: la ausencia o reivindicación
de presencia del agente del discurso.
El discurso dominante habla desde un lugar impersonal, objetivo y omniciente
de las ventajas que disfrutan las personas con las NT, pero no otorga a ellas la
palabra. Desde otro perspectiva se reivindica el carácter subjetivo, orientado
por intereses y político del discurso, y su vinculación con valores y modelos de
sociedad.
Se critica la actitud de los docentes, los padres y los alumnos. Se citan los
medios, los técnicos, los políticos y los científicos. Pero poco lugar se da a la
palabra de los “destinatarios”: maestros, profesores y alumnos; sus
experiencias, deseos, necesidades, valores y temores. Una participación
democrática en función del uso e incorporación de la tecnología en la
educación no debería dejar de lado su palabra, a riesgo de seguir decidiendo
por motivos extra pedagógicos.

Un nuevo paradigma?

Algunos hablan de un nuevo paradigma educativo, un modelo de aprendizaje


nuevo y más poderoso, posible gracias al potencial de las TIC.
Este paradigma se centra en la interactividad: “Las tecnologías de la
información y la comunicación transforman radicalmente este modelo9 al
permitir la aparición de un factor nuevo: la interactividad basada en la
digitalización, que convierte la información en bits” (Don Tapscott, 1998; citado
por Arbués Visús, M.T y Tarín Martínez, Lluis, 2000). Si bien los autores que
citan este texto reconocen que la interactividad “es posible en entornos
analógicos” – entre los cuales mencionan tanto a la TV como a las clases-,
señalan que la novedad es que con las TIC queda bajo control del aprendiz, y
no en el docente, el grupo o el experto, como en los casos de interactividad
analógica mencionados.

9
Que antes, en el texto que se cita fue caracterizado como tradicional, centrado en el docente, transmisor
y pasivo.

17
Parece haber cierta confusión entre la posibilidad u oportunidad de emergencia
de un nuevo paradigma y su identificación con el surgimiento o uso de las TIC.
De hecho, como ya se ha mencionado, la innovación tecnológica no implica
innovación didáctica. En la presencialidad no todos los profesores o
instituciones conciben la educación desde una perspectiva tradicional, centrada
en el papel del profesor, los contenidos, la actitud básicamente receptiva del
alumno y la comunicación unidireccional. Del mismo modo, en la virtualidad, no
todos los usos de las TIC son ejemplo del “nuevo paradigma” centrado en el
alumno, con profesores que actúan de facilitadores, con procesos de
comunicación democrática y aprendizaje colaborativo, flexible y automotivado,
orientado al aprendizaje a lo largo de la vida y el aprender a aprender. No es
fácil ni cierta esa identificación. Quizás si podamos decir que las nuevas
tecnologías, al ampliar las posibilidades de acceso a fuentes de información y
recursos, y al generar espacios de interacción social nuevos e inéditos 10
cambian el escenario, el contexto de educadores y educandos, de educación,
trabajo, participación y tiempo libre. Y de este modo, las prácticas anteriores se
ven interpeladas por este nuevo contexto. Se requieren nuevas competencias
para manejarse en ese contexto y también son nuevas las condiciones. Por
ejemplo, la disponibilidad de información a través de internet requiere saber
operar la tecnología, saber buscar en un contexto nuevo (por ej. Distinto a una
biblioteca real o librería), saber discriminar la información confiable, útil,
necesaria, importante, etc. de la que no lo es, y a la vez saber hacerlo en
tiempos escasos, conscientes de que esa información posiblemente caduque
en breve tiempo, y que posiblemente a lo largo de la vida deba seguir
realizando este proceso de búsqueda y de aprendizaje , pues ya las formación
básica de la educación formal no es suficiente para enfrentar los cambiantes
requerimientos laborales. Así mismo es necesario saber que en internet hay
mucho, pero no está todo, por lo tanto saber leer también las ausencias y la
necesidad de remitirse a información que no está presente allí. Esta
disponibilidad ya no es exclusiva del docente ni del investigador, sino que está

10
Eespacios virtuales donde se producen interacciones sociales entre personas que de otro modo no
podrían interactuar, al menos en esa medida, o con esa inmediatez o con ese costo (relativamente bajo
respecto de envíos por correo postal o teléfono) o en simultaneidad con diversas personas.

18
al alcance de muchos estudiantes, por lo tanto cambia las condiciones de la
relación con el saber: el docente sabe que puede encontrarse con alumnos que
manejen información diversa, más amplia o nueva que él. Esto puede
cuestionar su papel tradicional de ser el privilegiado en relación al saber, pero
no necesariamente lo obliga a cambiar de actitud. Como tampoco el hecho de
que los alumnos puedan acceder a internet significa que van a buscar allí la
información en lugar de esperar que se las brinde el profesor.

En definitiva, creo que podríamos decir que las nuevas TIC tienen la
potencialidad de cambiar las condiciones de la educación, su contexto, y este
cambio cuestiona las prácticas anteriores, al ofrecer nuevas posibilidades
(entendidas como promesas y riesgos). Pero esto no significa que el solo
hecho de adoptar nuevas tecnologías cambiará las relaciones entre docentes y
alumnos, ni su concepción del aprendizaje ni de la enseñanza, ni la relación
con el saber ni los contenidos y objetivos de la educación.

Conclusión

Más allá del análisis de los diversos motivos, justificativos y grados de


adhesión al cambio, de posturas a favor o en contra de la tecnología, o
consideraciones acerca de sus usos o efectos, algunos autores señalan la
necesidad de una mirada más profunda. Así, por ej. Burbules y Zubero
advierten sobre cuestiones mucho más radicales vinculadas al cambio y la
tecnología: no se limitan a analizar los aspectos técnicos, históricos, sociales y
políticos, sino que ponen de relieve, como aspecto distintivo de las nuevas
tecnologías algo que se intuye desde el sentido común y que no puede
encuadrarse en controversias antitéticas de tecnofílicos o tecnofóbicos, de
ingenuos o críticos. Se refieren al limite mismo de la crítica, como posibilidad
de comprender la verdadera naturaleza y alcances del cambio que producen

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las tecnologías, la doble e indisoluble naturaleza de promesa y riesgo que la
caracteriza.

Bibliografía y webgrafía consultada

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