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El profeta ABDÍAS
PROFESOR:
PRESENTADO POR:
Diciembre de 2018
EL PROFETA ABDÍAS
Veintiún versos dedicados en sustancia al juicio divino sobre los Edomitas: éste es el
mensaje de Abdías ("Siervo de Yahvé"), un profeta de difícil ubicación cronológica,
quizá contemporáneo de Ageo y del Primer Zacarías. Es posible, en efecto, que los
edomitas obstaculizaran —como los samaritanos— la restauración del estado hebreo
postexílico.
El pecado de Edom denunciado por Abdías es, de todos modos, más de orden
teológico general: el orgullo y la autosuficiencia (ver Is 14): "Tu arrogancia te sedujo:
porque habitas en rocas escarpadas, asentada en las cimas, piensas: ¿Quién me derribará
por tierra? Pues aunque te remontes como águila y pongas el nido en las estrellas, de allí
te derribaré —oráculo del Señor—" (vv. 3-4).1
El libro presenta un tema único: una fuerte invectiva contra el pueblo de Edom o
Idumea, cuyo territorio se extendía al sureste de Israel. Su población remontaba sus
orígenes hasta Esaú, el hermano gemelo de Jacob. Por tanto, el libro pertenece por
derecho propio a la literatura anti-edomita que conocemos por Gn 27,39-40; Is 34,5 ss,
1
Cfr. GIANFRANCO RAVASI, Los Profetas, Paulinas, Colombia, 1989, p. 224.
1
etc. También hay que incluirlo entre los textos que anuncian el día del Señor (Is 2,6-22;
Ez 7; Jl 1,15-2,11; Am 5,18-20).
Edom era un pueblo semita ubicado en las montañas que rodean el valle de la Araba.
Tuvo una larga historia de guerras con Judá debido, fundamentalmente, a dos causas: su
riqueza en cobre y ser paso obligado hacia la ciudad de Ezion-Geber (junto a la actual
Eilat), única salida marítima al golfo de Aqaba. Tras muchos años de sometimiento a
Judá (desde David, cf. 2 Sm 8,13-14), Edom se independizó en el s. IX, en tiempos de
Jorán. Las relaciones no mejoraron sustancialmente a juzgar por los recuerdos de Amos
(1,11) y posteriormente de Ezequiel (35,5). De hecho, Amasias y Ozías (s. VIII) fueron
penetrando en territorio edomita. Cuando Asiría o Babilonia invadían Judá, Edom
recobraba la libertad de movimientos que los grandes imperios le permitían. Hasta que
2
LUIS ALONSO SCHÓKEL, Biblia del Peregrino - Antiguo Testamento Poesía, T. II, Verbo Divino, Navarra,
2009, p. 431.
2
en el 587 a. C. se unió a las tropas babilónicas para aprovechar la ruina de Judá,
llegando incluso a establecer su capital en Hebrón3.
Más allá de las circunstancias particulares, la lectura del libro deja la clara impresión
de que entre las dos poblaciones vecinas no corría buena sangre y que existía una
rivalidad permanente. Las referencias polémicas contra Edóm, frecuentes en los escritos
proféticos (Is 11, 14; Am 1, 11 – 12; Jr 49, 7 – 42; Ez 25, 14- 14; Ml 1, 2- 4; etc.)
demuestran lo profundo que era el odio recíproco, mezclado con sentimientos de
superioridad en algunos aspectos y de inferioridad en otros. La tensión entre los dos
pueblos hermanos se manifestó históricamente no solo en palabras de desprecio sino
también en una beligerancia mutua. Una circunstancia es especialmente significativa: en
el año 587 a. C., los edomitas aprovecharon el momento de debilidad del reino de Judá
para hacer razias en el territorio de Israel, saquear lo que los babilonios habían dejado y
ocupar la zona suroriental de Judá, situación que se prolongó hasta la primera parte de la
época Persa. 4
Este deseo de venganza motivada por antiguos rencores causó honda impresión a los
judíos. Se recordaba con amargura en Babilonia y en Palestina y dio paso a denuncias
que encontramos en los más diversos libros proféticos. En esta serie se inserta la obra de
Abdías, profeta del que sólo conocemos su nombre «Siervo del Señor».
Como hemos dicho, Edom e Israel eran pueblos hermanos, al menos así lo creían los
israelitas. Según ellos, los edomitas descendían de Esaú y los israelitas de Jacob; cuando
los babilonios conquistaron Jerusalén el año 586, los edomitas les ayudaron y se
aprovecharon de la derrota de los judíos. Abdías (siervo de Dios) reelabora, antes del
312 a. C. un oráculo contra Edom que aparece ya en la obra de Jeremías (Jr 49,7-22)
con motivo de la derrota que los edomitas sufrieron a manos de los nabateos (un pueblo
que vivía más al oriente). Abdías ve en esta derrota la justicia de un castigo de Dios por
la actitud de Edom contra su hermano en los desdichados días del verano del 586.
3
J. M. ÁBREGO DE LACY, Introducción a la Biblia – Libros Proféticos, Verbo Divino, Pamplona, 1993,
186 – 190.
4
M. A. TÁBET- B. MARCONCINI – G. BOGGIO, Introduccion al Antiguo testamento- II libros proféticos,
Palabra, Madrid, 2009, p. 322.
3
El nombre Abdías se deriva del hebreo Obhádhyah, que significa "sirviente, servidor,
o adorador de Yahvé". Abdías es el cuarto profeta menor y a quien se adjudica el más
breve de los libros proféticos del antiguo testamento (contiene veintiún versículos). El
título del libro es dedicado al nombre del autor. Sin embargo, recientemente algunos
académicos consideran que debería ser reconocido como un apellido, debido a que
comúnmente "sirviente de Yahvé" sería adjudicado sólo como apellido o sobrenombre,
por otra parte, no se da ninguna otra distinción informativa acerca del escritor, quien es
identificado como Abdías.
Es cierto que al carecer de información con autoridad, tanto judíos como cristianos
han llegado a suplir libremente esa carencia en términos de autor, pero también queda la
evidencia de que no se conoce nada de Abdías, en términos de familia, período de vida,
lugar de nacimiento, muerte y otras circunstancias que son desconocidas a nosotros. La
única información identificable acerca del autor es que pertenecía al reino de Judá.
Abdías según una antigua tradición judía el profeta había sido un idumeo convertido
al judaísmo que se habría puesto luego a seguir al profeta Elías. Se trata entonces del
profeta mencionado en la casta rey Ajab (874 – 853). Así es como una antigua tradición
judaica tardía, que hoy se considera sin fundamento histórico, identificaba el profeta con
el mayordomo del mismo nombre del rey Ajab de Israel (1 R 18, 3-16).
Los autores se dividen al localizar históricamente todos estos datos. Así, podemos
distinguir dos hipótesis: a) la que supone que el libro es anterior al exilio babilónico.
Abdías, en este caso, habría predicado en tiempos de Joram de Judá (849-842), durante
cuyo reinado su tierra fue invadida por los filisteos y árabes. Para probar esta tesis,
suponen que Joel y Jeremías conocen la profecía de Abdías. b) Otra hipótesis, más
común hoy día, es que Abdías es posterior al destierro, pues los hechos aludidos sobre
la invasión de Jerusalén por los extranjeros y el mal trato dado por los edomitas a los
judíos vencidos se explican mejor en el supuesto de que se refiera a la destrucción de
4
Jerusalén por los babilonios (587-86), con cuya ocasión los edomitas hicieron causa
común con los vencedores en la conculcación de los vencidos.
5
Cfr. ENRICO GALBIATI y FILIPPO SERAFINI, Atlas Histórico de la Biblia, San Pablo, Madrid, 2004, p. 131
5
Esta venganza motivada por antiguos rencores causó honda impresión a los judíos.
Se recordaba con amargura en Babilonia y en Palestina 6.Y dio paso a denuncias que
encontramos en los más diversos libros proféticos.
El libro más corto del AT anuncia el castigo de Edom y de las naciones como
cumplimiento de la ley del Talión (v. 15b: lo que hiciste te lo harán). Este mensaje
disuena en oídos creyentes y deberá ser revisado por quienes han experimentado el
perdón. Edom es acusada de tomar partido con los enemigos de Israel en el tiempo en
que Jerusalén y Judá estaban en grande aflicción. El profeta exhorta a Edom a terminar
su maligna alianza con los enemigos de Jerusalén. En el fondo el profeta Abdías
denuncia la espiral de la violencia, la incapacidad de olvidar errores antiguos.
6
Am 1,11-12; Ez 25,12-14; 35,1-15; Jr 49,7-22; 1s 34,5-17