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TRES LECTURAS CORTAS Y REFLEXIVAS.

Iniciando el mes de Julio, les entrego tres


cuentos cortos y de reflexión; espero lo
disfruten. 

Consejo chino

Una vez un campesino chino, pobre y muy sabio, trabajaba la tierra


duramente con su hijo.  

Un día el hijo le dijo: "Padre, ¡qué desgracia! Se nos ha ido el caballo."


 
"¿Por qué le llamas desgracia? - respondió el padre, veremos lo que trae
el tiempo..." 

A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo.


"¡Padre, qué suerte! - exclamó esta vez el muchacho, nuestro caballo ha
traído otro caballo."    

"¿Por qué le llamas suerte? - repuso el padre, veamos qué nos trae el
tiempo." 

En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo,


y éste, no acostumbrado al jinete, se enfureció y lo arrojó al suelo. El
muchacho se quebró una pierna.     
"Padre, qué desgracia! - exclamó ahora el muchacho - ¡Me he quebrado
la pierna!"  

Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, sentenció: 

"¿Por qué le llamas desgracia? Veamos lo que trae el tiempo!"        

El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que se


quejaba en su cama. Pocos días después pasaron por la aldea los
enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra.
Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna
entablillada, lo dejaron y siguieron de largo.        

El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni


la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al
tiempo, para ver si algo es malo o bueno.

Moraleja: La vida da tantas vueltas, y es tan paradójico su desarrollo,


que lo malo se hace bueno, y lo bueno, malo. Lo mejor es esperar
siempre el día de mañana, pero sobre todo confiar en que todo sucede
con un propósito positivo para nuestras vidas.
Aprovechar una situación desfavorable

Cuenta esta historia que un joven de la ciudad se fué al campo y le


compró un burro a un viejo campesino, por $ 100.        

El campesino acordó entregarle el animal al día siguiente, pero al día


siguiente el campesino le dijo:     

- Lo siento hijo, pero tengo malas noticias... el burro murió. 


 

- Bueno, entonces devuélvame


mi dinero... 

- No puedo, ya lo he gastado…    

- Bien... da igual, entrégueme el burro...       

- Y ¿para qué?... 

¿Qué vas a hacer con él?    

- Lo voy a rifar.         


- ¡Estás loco! ¿Cómo vas a rifar un burro muerto?  

- Es que no voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto.      


   

Un mes después de este suceso, se volvieron a encontrar el viejo


vendedor y el joven comprador. 

- Lo rifé, vendí 500 números a $ 2.- y gané $998.-      

-¿Y nadie se quejó?    

- Sólo el ganador... pero a él le devolví sus $ 2.

CONCLUSIÓN: éste es un ejemplo de cómo convertir una situación


desfavorable, en un éxito. 

               El Circulo del Odio


Un importante empresario estaba enojado y regañó al director de uno
de sus negocios. 
El director llegó a su casa y gritó a su esposa, acusándola de que estaba
gastando demasiado porque había un abundante almuerzo en la mesa.

 La señora gritó a la empleada, que rompió un plato y le dio una patada
al perro porque la hizo tropezar. El animal salió corriendo y mordió a
una señora que pasaba por allí.

Cuando ella fue a la farmacia para hacerse una


curación, gritó al farmacéutico porque le dolió la aplicación de la vacuna.
Este hombre llegó a su casa y le gritó a su madre porque la comida no
era de su agrado.   

La señora, manantial de amor y perdón, le acarició la cabeza mientras le


decía: “Hijo querido, te prometo que mañana haré tu comida favorita. 

Trabajas mucho, estás cansado y hoy precisas una buena noche de


sueño. 

Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias y


perfumadas para que puedas descansar en paz. Mañana te sentirás
mejor”. 
Lo bendijo y abandonó la habitación, dejándolo solo con sus
pensamientos.  

En ese momento se interrumpió el círculo del odio, al chocar con la


tolerancia, la dulzura, el perdón y el amor.

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