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FUSARIUM OXYSPORUM

Fusarium oxysporum es una especie anamórfica que incluye cepas patógenas y no patógenas. Las
formas patogénicas de las plantas causan una enfermedad de marchitez y se agrupan en formas
especiales según su rango de hospedante; algunos se subdividen en razas patógenas. Muchas formas
especiales se componen de múltiples linajes clónales y, en algunos casos, una raza patógena se
asocia con más de un linaje clonal, lo que sugiere orígenes independientes. Aunque alguna
evidencia sugiere que una raza patógena puede dar lugar a otra, no se ha documentado la derivación
reciente de un patógeno a partir de un no patógeno. La mayoría de los nuevos casos de marchitez
por Fusarium parecen ser el resultado de una introducción reciente y no un origen local
independiente del patotipo. La propagación asexual es la influencia dominante en la estructura de la
población en F. oxysporum y la ausencia de reproducción sexual no es probable que evite que este
patógeno continúe causando daños significativos en los hospedadores susceptibles.

El género Fusarium es un grupo de hongos filamentosos ampliamente distribuidos en el suelo y


plantas. Debido a su capacidad de crecer a 37°C, son considerados oportunistas. Pueden causar
infecciones sistémicas en pacientes inmunocomprometidos, con una alta mortalidad. Algunas de sus
especies producen toxinas que afectan al hombre y animales. De las más de 100 especies de
Fusarium descritas, sólo 12 de ellas pueden considerarse patógenas.

El género Fusarium es un patógeno distribuido ampliamente a nivel mundial (en más 32 países) y


afecta a más de 80 cultivos de importancia comercial, como el tomate y la cebolla. Existen diversas
especies del género Fusarium, sin embargo, las más relevantes para los cultivos de hortalizas
son Fusarium oxysporum y Fusarium solani.
¿CÓMO AFECTA LA SANDÍA?

Fusariosis o fusarium es la enfermedad vascular más importante que ataca al cultivo de sandía. Es
causada por el hongo Fusarium oxysporum f. sp. niveum (García, 1991).

Esta enfermedad vascular transmitida desde el suelo por el sistema vascular de las raíces. El hongo
penetra por el sistema radical y se propaga por los vasos conductores, invadiéndolos y no dejando
subir por ellos la savia que proviene desde las raíces (Reche, 1988).

Las plantas afectadas por Fusarium oxysporum presentan marchitez de hojas, que al principio puede
afectar sólo a parte de la planta, seguida de la aparición en las ramas afectadas de necrosis sobre las
que se ven exudaciones gomosas y, en condiciones de alta humedad, desarrollo de micelio
blanquecino (Armengol y Martínez-Ferrer, 1995).

Finalmente, las plantas acaban marchitándose en su totalidad y los vasos conductores de las plantas
se ven completamente necrosados con una coloración rosado-café si se realizan cortes transversales
en las ramas, con la consiguiente reducción en el tamaño de los frutos, que la mayoría de las veces
no alcanzan tamaño comercial y no tienen buena calidad gustativa (Dinamarca, 2001).

Este hongo tiene descritas tres razas fisiológicas que corresponden a las razas: 0, 1 y 2. El
conocimiento de estas razas es fundamental para el planteamiento de medidas de control (Insausti,
1990).

Contra Fusarium oxysporum se pueden utilizar varias tácticas como, por ejemplo: utilización de
variedades resistentes, desinfección de semillas, desinfección del terreno y aplicación de productos.
También es conveniente la rotación de cultivos, como asimismo el injerto sobre patrones resistentes
(Reche, 1988).

La injertación sobre patrones resistentes a este patógeno es una técnica que está ampliamente
difundida en países productores de sandía, utilizando principalmente cuatro a cinco patrones
diferentes, obteniéndose con híbridos de cucúrbita los mejores resultados comerciales. Fusarium
oxysporum puede sobrevivir en el suelo por 15 a 20 años en ausencia de una planta susceptible de
sandía. Una vez que se introduce el patógeno en el área, es muy difícil deshacerse de éste
completamente. El hongo infecta las raíces e ingresa a la xilema (tejido que conduce agua) de la
planta. La presencia del hongo en el xilema restringe el flujo de agua y nutrientes, lo que produce
fusarium de la planta.

La marchitez de Fusarium provoca el marchitamiento general del tejido de la planta que esta sobre
el suelo. Típicamente, un lado de la planta presentará síntomas más severos que el otro, lo que se
conoce como marchitamiento unilateral. El hongo coloniza el tejido vascular tanto en la raíz como
en la corona de la planta. Con un corte al tejido en plantas afectadas se podrá observar rayas
marrones dentro del xilema. La incidencia de esta enfermedad se va a observar en forma de parchos
dispersos sin ningún patrón por todo el campo.

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