La marchitez que causa el hongo Fusarium Oxysporum, también conocida como mal de Panamá, es conocida como una de las mas destructivas para los cultivos de banano y plátano. Pertenece al reino Fungí, de la división de los ascomicetos, de la familia de los nectriaceae, siendo su género el Fusarium, capaces de atacar a las musáceas y las familias relacionadas, sin embargo, nos centraremos en la raza 4 que continua presente en el continente americano y se tiene que hacer todos los esfuerzos posibles para evitar su ingreso a las plantaciones. Descripción de la reproducción sexual y asexual Dentro de esta especie es importante entender que no todas las razas se relacionan ya que no se conoce una fase sexual de este hongo, y se asume que todas las variaciones entre las cepas se dieron por medio de la mutación, producto de los cambios en el medio en el que se encontraban y las condiciones adversas del mismo. Se han realizado investigaciones para lograr el desarrollo de nuevos cultivos resistentes a estos hongos, sin embargo, el sistema de reproducción asexual impide el progreso en dichos estudios ya que decrece las variaciones genéticas en la misma. Efectos que produce en la planta Las plantas infectadas a menudo mueren antes de producir racimos, lo que significa un rendimiento menor en los campos que afecta, además, produce clamidosporas que se quedan en los suelos y los contamina por largos periodos de tiempo, e incluso sobreviven sin la necesidad de plantaciones de banano y especies de maleza. Es importante destacar que tanto Latinoamérica como El Caribe forman parte de los cultivos base en la seguridad alimentaria, siendo estas una fuente prima de exportación hacia la industria platanera en la región.
La raza 4 tropical forma estructuras de reproducción que son resistentes a condiciones
adversas del clima en el que se encuentren y pueden garantizar su supervivencia en el suelo y en residuos de plantas infectadas por décadas. Cuando se siembran en un campo contaminado, las estructuras invaden todo el sistema vascular de la planta, restringiendo la absorción de ciertos nutrientes y agua, dando paso al cambio de coloración en sus hojas y finalmente, la muerte. Incluso luego de este proceso, el hongo continúa reproduciéndose y contagia a las plantas vecinas, dejando un foco de infección para el resto de cultivo existente.