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5
PROLOGO
1
MALLEA, Eduardo Historia de una pasión argentina. Buenos Aires. Espasa-Calpe. 1945. p.23
2
Eclesiástico 44 ss
3
HEIDEGGER, Martín Lógica. Lecciones de 1934. Barcelona. Anthropos. 1991. p.73
6
Es cierto que, el insistir sobre la importancia de la memoria colectiva
abre la posibilidad de concebir que lo propio está marcado en el pasado
y que todo cambio atenta contra la identidad, por eso, siempre que la
memoria deja de ser un instrumento popular para transformarse en un
elemento intelectual utilizado por una élite o grupo, se convierte de ala
en peso y puede ser un obstáculo en la recreación histórica. Carlos
Fuentes realiza un planteo más radical aun, sosteniendo que un pueblo
tiene derecho a soñar su futuro, lo cual es fácilmente aceptable, agrega
que también tiene derecho a soñar su pasado lo cual significa que lo
mantiene vivo.
4
SAIN-EXUPERY, Antoine Ciudadela. Buenos Aires. Goncourt. 1966 p.28
7
tempestad5 y por eso, frente a ella, hay quienes se “desmueren” y
perduran y también quienes se “desviven” y solo existen virtualmente
dentro de un aparato cultural. Por eso la memoria, a veces oculta,
desvía, posee la astucia del rastreador o baqueano, descripta entre
nosotros por Domingo F. Sarmiento6, porque a diferencia del disco
rígido de una PC, que guarda todo lo que se le envía, ella conserva
aquello que le es funcional a su propio existir. Así hay trayectos en que
desensilla esperando que aclare y en otros en los que estalla en
originalidad y colorido.
5
BENEDETTI, Mario Pobreza de la cultura y cultura de la pobreza en Revista de la Universidad
Autónoma de México 41(1986)426 p.3-8.
6
El rastreador es un personaje grave, circunspecto (...) La conciencia del saber que posee le da cierta
dignidad reservada y misteriosa (...) Todos los gauchos del interior son rastreadores, esta es una ciencia
casera y popular (...) el baqueano, personaje eminente que tiene en sus manos la suerte de los
particulares y de las provincias. El baqueano es un gaucho grave y reservado (...) es el topógrafo más
completo (...) modesto y reservado como una tapia, está en todos los secretos de la campaña (...)
SARMIENTO, D.F. Facundo. Buenos Aires. CEDAL. 1967. p.44-47
7
MARTINOTTI, Héctor J. – PEREYRA, Rodolfo O. Manual de Sociología. La Plata. UCALP. 2003
p.43
8
ORTEGA Y GASSET, José Prólogo a la Histotria de la Filosofía de E. Brehier. Buenos Aires.
Sudamericana. 1942. t.: I p.32
8
ANTECEDENTES EN EL PUEBLO HEBREO
9
Gn.3.19-23; Qo.3.20s, 12.17; Sal. 104.29ss; Job 34.14ss Todas las citas bíblicas son tomadas de la
Biblia de Jerusalén. Bruxelles. Desclée de Brouwer. 1967.
10
MAC KENZIE, J.L. Aspectos del pensamiento veterotestamentario en Comentario bíblico San
Jerónimo. Madrid. Cristiandad. 1972 p.634
11
Gn. 2.7
12
ARISTOTELES De Anima III.5.20 ss (Oxford University Press. 1993)
13
Dt. 12.23
14
Ex. 23.9
15
Ex. 23.12; 31.17; 2 Sam. 16.43
9
dando por resultado la idea de que ese barro vivificado es una «persona
viviente».
16
Gn. 1.26-27
17
ALAS, Guillermo Antropología teológica. Buenos Aires. Ediciones del Centro. 1979 p.2
18
Gn. 2.18
10
concepción más fuerte del hebreo es precisamente esa: la pertenencia a
un pueblo, una etnia, al punto tal que en el Libro de Esther y
posteriormente en el de Daniel, aparecen «los ángeles de las naciones»,
algo similar al ángel de la guarda de cada pueblo. Ese sentido de
pertenencia a una etnia estaba ligado a que se consideraban el pueblo
elegido, entre todos los pueblos, por Dios y con quien sellaron una
alianza19.
19
Ex. 15.16; Dt. 7.6
20
de VAUX, R. Instituciones del Antiguo Testamento. Barcelona. Herder. 1976 p.139-140
21
WOLF, Hans Walter Antropología del Antiguo Testamento. Salamanca. Sígureme. 1975 p.281-283.
22
Amós 7.17; 1 Sam. 26.19
11
LOS IDEALES POLÍTICOS GRIEGOS
12
resuelve los enigmas, da un sentido a las visiones del adivino y puede
transmitir el mensaje. Allí aparece la sabiduría.
13
los sentidos, el equilibrio o proporción entre todos ellos queda alterado.
Ya no sentimos del mismo modo. Tal el caso de quienes son ciegos y se
relacionan con el mundo por medio de otros sentidos.
A través del relato de la Ilíada y la Odisea –sucesos del siglo XII aJC.
escritos en el siglo VIII aJC.- encontramos la existencia de pólis en sus
más remotos orígenes, la organización existente era una forma que
intentaba avanzar sobre la organización tribal, era aristocrática, en
donde el equilibrio del poder estaba reflejado en la tensión entre el rey y
los nobles, existiendo frecuentes luchas por el mismo. Es de tener en
cuenta que el término «rey» () carecía de la importancia con que
nos llega a nosotros después de la experiencia histórica del
absolutismo. El «rey» es la autoridad de cada pueblo 25, como Aquiles u
24
VERNANT, Jean-Pierre op. cit. p.39
25
Si tomamos la Odisea, encontramos un modelo de funcionamiento público: Odiseo era la cabeza de
un oikos compuesto por su padre, su mujer sus hijos, los esclavos, las cosas y la tierra. Carecer de un
oikos –más allá del lugar que uno ocupara en él- significaba transformarse en un marginal, algo similar al
«paria» de los indios. A su vez, era rey de Itaca, lo cual no era obstáculo para que en su ausencia, los
nobles no intentaran suplantarlo en el poder. FINLEY, M. I. Grecia Primitiva: la edad de bronce y la era
arcaica. Buenos Aires. EUDEBA. 1974 p.65
14
Odiseo, pero también existe un «gran rey» -Agamenón- que intervenía
en los grandes asuntos que involucraban al conjunto, para lo cual –por
derecho o tradición- debía convocar a la asamblea de los demás reyes.
15
primera vez consideraron que los únicos principios de todas las cosas
son de especie material. Aquello a partir de lo cual existen todas las
cosas, lo primero a partir de lo cual se generan y el término en que se
corrompen, permaneciendo la substancia mientras cambian los
accidentes, dicen que es el elemento y el principio de las cosas que
existen; por esto consideran que nada se genera ni se corrompe, pues tal
naturaleza se conserva siempre [...] Debe de haber, pues, alguna
naturaleza única o múltiple a partir de la cual se generan las demás
cosas, conservándose ella. No todos dicen lo mismo sobre el número y la
especie de tal principio, sino que Thales, quien inició semejante filosofía,
sostiene que es el agua (y por ello también manifestó que la tierra está
sobre agua). Tal vez negó a esta concepción tras observar que todas las
cosas tienen un alimento húmedo y que el calor se produce y se mantiene
en la humedad (ya que aquello a partir de lo cual se generan las cosas es
el principio de todas ellas). Por ello llegó a esta concepción y también
porque todas las simientes son de naturaleza húmeda y el agua es el
principio natural de las cosas húmedas. Pero hay quienes consideran que
los antiguos, muy anteriores a la generación actual, y primeros en
reflexionar sobre los dioses, pensaron así sobre la naturaleza e hicieron a
Océano y Tetis padres de la generación32.
Es muy probable que Thales haya estado mucho más cerca de los
antiguos [...] y primeros en reflexionar sobre los dioses que de la
depurada ciencia de los principios que plantea Aristóteles aunque como
señalan diversos autores es notorio que una concepción mítica pasa en
Thales a convertirse en física33.
16
Como punto de partida tomaremos el fragmento 114: es necesario
que los que hablan con inteligencia confíen en lo común a todos, como la
pólis en la ley (nomos), y con mucha mayor confianza aún; en efecto,
todas las leyes humanas (nomoi) se nutren de una sola, la divina. 34.
Este fragmento reviste una importancia capital porque es la primera vez
que figura una referencia escrita al concepto de «ley» 35; la fuerza de la
pólis reside en el nómos, que a su vez deriva de una ley divina, así como
el poder de quienes tienen inteligencia se basa en algo que es común a
todos.
17
Esto que el autor llama «lo común» es el lógos en tanto ordenador de
la realidad, pues como dice el frag. 2: todo sucede según este lógos, al
cual el hombre puede conocer y solo remitiéndose a él se puede
comprender la realidad como totalidad.
18
armónica que subyace bajo el aparente caos de los cambios y de la
multiplicidad de los objetos sensibles..
UN CAMBIO DE RUMBO
19
A lo largo del siglo V aJC. Se produce una transformación en Grecia,
de la cual vimos algunas raíz en Heráclito y que tendrá múltiples
expresiones: religiosa, política y cultural.
Existe una distinción que nos puede ayudar mucho en relación con
el siglo V aJC ateniense y lo que éste siglo muestra de diferente en
relación con tiempos pasados, ésta es aquella que distingue entre
virtudes cooperativas y virtudes competitivas. Brevemente, las virtudes
20
trono de Itaca. Diké significa básicamente el orden del universo, y
dikaios, pues, viene a ser no sólo el hombre que cumple gloriosa y
excelentemente su papel, sino, también, el hombre que respeta y no
viola el orden en el que su papel está determinado.
21
Aristóteles escribe un tratado45 donde analiza este género,
sosteniendo que la tragedia es superior a cualquier otro género poético
por el tipo de placer que procura y los efectos que produce por su
función de purgación del temor y la compasión mediante su realización
efectiva a través del ritual de su representación.
22
Posteriormente, establecerá la definición de la “esencia” de la
tragedia que se ha hecho clásica y que Jacques Lacan retomará como
punto de partida para su elaboración sobre el sentido de la misma: la
tragedia es, pues, la imitación de una acción elevada y completa que se
efectúa con personajes que obran y que, con el recurso a la compasión
y al terror, logra la expurgación (catarsis) de tales pasiones.
47
ARISTÓTELES Poética 1447 a 27
48
PARRA, Silvia La comprensión aristotélica de lo trágico en Universitas Philosophica Bogotá (1993)21
p. 85
23
tercer elemento es el pensamiento que define como aquellas expresiones
por medio de las cuelas los personajes demuestran o explican algo. Por
tanto, el carácter y el pensamiento son las dos causas de las acciones. Y
su vehículo de expresión es el lenguaje de los discursos.
49
LACAN, Jacques El seminario. Libro 7. La ética del psicoanálisis. Buenos Aires. Paidós. 1994 p.304
24
verosímil. Esto es el fundamento de la llamada «catarsis» que se
buscaba en la tragedia.
50
LACAN, Jacques op. cit. p.294
51
WEBER, Alfred Das Tragische un die Geschichte. München. R.Piper Verlag. 1959 p.310
52
JAEGER, Werner Paideia México. FCE. 1968 p.256
25
los personajes de Sófocles nacen de un sentimiento de la belleza cuya
fuente es la nueva virtud política.
26
voluntad de los dioses opera en las tragedias de Sófocles, pero no como
un poder omnipresente e inmediato sino que sale repentinamente al
encuentro del héroe como algo ajeno, ininteligible, cómo un hálito que
surge de un mundo distinto al del hombre, ante el cual sólo queda como
salvación la humildad sofoclea de la «reflexión» 53. Es decir, para poder
orientarse en su camino el héroe trágico sofocleo, sólo lo puede
conseguir conociendo sus límites mediante un tanteo doloroso y
siempre renovado.
53
REINHARDT, Karl Sófocles. Barcelona. Destino. 1991 p. 46
54
EGGERS LAN, Conrado En torno al origen de la noción de ley en Grecia en Anuario de Filosofía
Jurídica y Social (1986)6 p.42; reconociendo la cuestión del enfrentamiento pero modificando los
términos del mismo puede verse VERNANT, J.P. – VIDAL-NAQUET, P. Mito y tragedia en la Grecia
antigua. Madrid. Taurus. 1987 p.18, 35-37
27
otro lado, una religión pública donde los dioses tutelares de la ciudad
tienden finalmente a confundirse con los valores supremos del estado55.
55
REINHARDT, Karl op. cit. p.96
56
SOFOCLES Antígona 21-38 (Buenos Aires. EUDEBA. 1983)
57
PINKLER, L - VIGO, A. Introducción a la «Antígona» de Sófocles. Buenos Aires. Biblos. 1987 p.49
58
SOFOCLES Antígona 192-210
28
tradiciones religiosas, sobreestimación de la eficacia política,
racionalismo sistemático, orgullosa confianza en la capacidad del
hombre para dar adecuada solución a todos los problemas. Es el
hombre que quiere subordinar la naturaleza en todos sus dominios a su
voluntad y está dispuesto a las mayores osadías para conseguirlo. Si
embargo, Sófocles señala que lo decisivo es siempre reconocer lo
absoluto que los dioses han colocado por encima de él o se arrastre a la
destrucción y consigo arrastre a la comunidad por despreciar el orden
eterno59.
59
SOARES, Lucas Anaximandro y la tragedia. Buenos Aires. Biblos. 2002 p.117
60
SOFOCLES Antígona 282-289
61
SOFOCLES Antígona 1051
62
SOFOCLES Antígona 1349-1350
63
SOFOCLES Antígona 622-624
29
En el coro, que es donde se expresa la «voz del pueblo» encontramos
una exhortación al olvido de las presentes guerras64, pero esto es
precisamente lo que no quiere el alma vengativa de Creonte y, desde el
comienzo se siente el sordo desacuerdo entre la pólis y su gobernante.
La pólis mira el futuro y desea un olvido del pasado que permite
cicatrizar, pero Creonte no quiere olvidar porque lo que busca es la
venganza. Es cierto que en algunos pasajes 65, el coro parece
acompañar la posición de Creonte, a lo largo de la obra es manifiesto la
mala acogida del edicto y pone de relieve la concepción trágica de la
hybris66, inclinándose de alguna manera hacia la figura de Antígona y
su reivindicación de la ley divina aun con la advertencia antes
mencionada.
LOS SOFISTAS
64
SOFOCLES Antígona 149-150
65
SOFOCLES Antígona 211-214 C.f..: BOWRA, C.M. Historia de la Literatura Griega. México. FCE.
1948 p.63; 77.
66
SOFOCLES Antígona 605-614
30
hacen falta para participar exitosamente en la vida pública? ¿Cómo se
triunfa en política?
Por otra parte, los sofistas fueron viajeros incansables, por lo cual no
les fue difícil transformarse en defensores del ideal panhelénico: la
unidad de todos los griegos. Consideraban que el eje integrador estaba
dado por su lengua común, lo cual debería contribuir a mantener la paz
y olvidar las diferencias.
31
característica es la que motiva al sofista Gorgias (483-374 aJC) a
expresar que la palabra es una «gran dominadora».
32
lucha por el poder. En esa comunidad configurada según esos
parámetros éticos y políticos, los aspectos retóricos del lenguaje no son
circunstanciales, constituyen su esencia. Se habla porque se quiere
persuadir a alguien de algo.
33
como la facultad de considerar teoréticamente los medios posibles de
persuadir o de prestar verosimilitud a cualquier asunto74.
74
ARISTÓTELES Retórica I.2. 1355 b (Buenos Aires. EUDEBA. 1966)
75
PLATON Gorgias 452 d (Buenos Aires. EUDEBA. 1967)
76
PLATON Gorgias 456-457
77
COLLINGWOOD, R.G. Ideas de la historia. México. FCE. 1965 p.32
34
educadores decididamente innovadores. En este grupo se incluyen:
Gorgias, Protágoras, Pródico, Hipias, Trasímaco y Antifón.
78
HEGEL, Guillermo F. Lecciones sobre historia de la Filosofía. México. FCE. 1985 t.: II p.12
79
NESTLE, Wilhelm Historia del espíritu griego. Barcelona. Ariel. 1961 p.141
35
los hijos de los ciudadanos, financiada enteramente con cargo al
Estado80.
36
conciudadano Demóstenes85: Tú eres el único que ha recibido de la
fortuna el poder de enviar embajadores a quien tu quieres, de recibir a
quien te place, de decir lo que juzgas útil, además de que posees una
riqueza y un poder que ningún griego puede alcanzar, necesarios para lo
que diré. Te aconsejo establecer la unión entre los griegos y emprender la
expedición contra los bárbaros; hacia los griegos la persuasión es útil,
hacia los persas conviene la fuerza. (...) Digo que es preciso que seas el
benefactor de los griegos, el rey de los macedonios, el amo del mayor
número posible de bárbaros 86.
37
análisis los conceptos de felicidad y poder, al decir que una ciudad
depende de la armonía entre gobernantes y gobernados, es decir de la
buena disposición de ánimo de unos para con otros. Y es interesante
notar cómo a la vez entreteje en la rama conceptual de sus discursos la
relación saber y poder. El poder produce saber y viceversa. Ese poder se
ejerce desde un cuerpo político integrado por hombres sabios, una
especie de aristocracia intelectual. Al definir a aquellos a quiénes
considera sabios advierte: Ten por sabios, no a los que disputan
minuciosamente sobre cuestiones pequeñas, sino a los que hablan con
acierto de los grandes temas; no a los que prometen la felicidad a los
demás, viviendo ellos en la mayor miseria, sino a los que hablan
moderadamente de sí mismos, y pueden tomar parte en los asuntos
públicos entre los hombres, y no se alteran en las vicisitudes de la vida,
sino que saben llevar con dignidad y mesura tanto la buena como la
mala fortuna90.
90
ISOCRATES Carta a Nicocles 39
38
El dirigente educado es un hombre virtuoso, que opone límites a la
política egoísta del poder ejercida por las póleis y los individuos. El
ansia de poder sobre los demás no condice, sostiene Isócrates, con la
actitud de quienes delegan en terceros sus responsabilidades y evitan
comprometerse en la defensa de su opinión y de su pólis: buscamos
mandar sobre todos, pero no queremos ir a una expedición militar, y nos
falta poco para emprender la guerra contra todos los hombres, pero no
nos ejercitamos a nosotros mismos para ella, sino a hombres
desterrados, desertores o que proceden de otras maldades, gente que si
uno les paga un sueldo mayor, irá con él contra nosotros (...) Hemos
llegado a tal grado de locura que, faltándonos el sustento cotidiano,
hemos intentado mantener tropas mercenarias y maltratamos e
imponemos un tributo especial a nuestros aliados para proporcionar un
sueldo a enemigos comunes a todos los hombres. Somos tan inferiores a
nuestros antepasados (...) que aquellos, si habían votado hacer la guerra
a alguien, se creían en la obligación de poner en peligro sus propias
personas para defender su opinión, aunque la acrópolis estuviera llena
de oro y plata. Nosotros (...) a pesar de haber llegado a tanta miseria y
de ser tantos, utilizamos, como el gran rey, tropas mercenarias 91.
39
Es de interés notar que las pautas que dirigen el pensamiento
político isocrático no se apoyan en algún tipo de idealismo sino en la
experiencia histórica, porque se dice que el soberano ejemplar tomará
de cada forma de gobierno lo mejor y se comportará demócrata o tirano
dependiendo de las circunstancias. Su poder no estará limitado por la
constitución o la ley, sino por la justicia y la virtud moral 94. Pero, como
para Isócrates la constitución es el alma de la pólis, modificándola se
producirá un cambio en ella. Sin embargo, las leyes de por sí no educan
y nada se soluciona multiplicándolas. Hay que infundir sus principios
en la conciencia de los ciudadanos: conviene que quienes gobiernen con
rectitud (...) graben la justicia en las almas: porque no es con decretos
sino con buenas costumbres como se gobiernan las pólis. Aquellos que
han recibido una educación perversa osarán transgredir aun las leyes
más puntillosamente redactadas, en tanto que los que han sido bien
educados querrán obedecer aquellas establecidas con sencillez.95".
SÓCRATES*
94
ISÓCRATES Carta a Nicocles 45
95
ISÓCRATES Panatenaico 49-50
96
ISÓCRATES Carta a Nicocles 29
40
Los griegos utilizaban la misma palabra para referirse a la capacidad
racional del hombre y a su discurso (lógos) y allí se sitúa Sócrates para
sostener que el camino del verdadero conocimiento se encuentra
entregándose al discurso y entendiendo que, para que este fructifique,
debe ser dialogal. El método elaborado por él para conducir el diálogo y
por lo tanto la búsqueda de la verdad, es denominado «mayéutica»
(palabra con que se denominaba al arte de las parteras, de ayudar a dar
a luz) elaborando una metáfora del parir sabiduría97.
41
posee. Este segundo paso es al que se denomina propiamente
mayéutica.
42
obedece a una disputa de poder. Producto de ello es juzgado y
sentenciado al ostracismo o a la muerte por cicuta.
103
PLATON Critón 50 a 10 – 51 c 5 (Buenos Aires. EUDEBA. 1966)
43
Esta actitud queda aún más claro citando las palabras que Platón
pone en boca de su personaje Sócrates, pero que muy probablemente
estén muy cerca de las pronunciadas por el personaje histórico: Yo
estaría actuando de manera extraña, señores atenienses, si tuviéramos
en cuenta que, cuando los jefes que Uds. Eligieron para mandar me
ordenaron estar en Potidea, en Anfípolis y en Delión 104, permanecí allí
donde ellos me ordenaron, corriendo como cualquier otro el riesgo de
morir, y que ahora que el dios, según he creído y he admitido, me ordena
vivir filosofando, examinándome tanto a mi mismo como a los demás, por
miedo a la muerte o a cualquier otro asunto, abandonara el puesto
asignado105.
LA FILOSOFÍA DE PLATÓN*
44
política donde la justicia sea el eje ordenador de la misma,
transformando con ello a la actividad política en un camino de
perfeccionamiento del hombre107. Queremos decir que, ante la muerte
de su maestro, Platón habría realizado una suerte de examen sobre la
viabilidad de un perfeccionamiento humano –como lo quería Sócrates-
sin que ello estuviera potenciado por la organización política, más
precisamente por su conducción, llegando a la conclusión de era
imposible.
107
Platón se plantea como meta de su vida el fundar una pólis de acuerdo con los principios socráticos.
Tal intento no habría sido algo esporádico sino más bien una constante que recorre toda la vida y la obra
de Platón. Los tres viajes realizados a Sicilia, con una finalidad política manifiesta, la fundación de la
Academia con vistas a formar a los futuros gobernantes y la centralidad de la temática política son
muestra de ello.
108
Platón tuvo dos tipos de producciones intelectuales: por un lado aparecen sus escritos dirigidos al
público en general, de difusión de sus ideas, constituidos -casi en su totalidad- por diálogos cuyo
personaje central suele ser siempre Sócrates. Casi todo este material ha perdurado. Por otro lado, se
encuentra lo que podríamos llamar «los apuntes con que daba clases» propios de su actividad en la
Academia, los cuales no han perdurado y solo aparecen atisbados en algunos de sus escritos.
109
Este término proviene del latín responsum/respondere que significa estar obligado a responder de
alguna cosa o por alguna persona.
110
PLATON República 514 a-b (Buenos Aires. EUDEBA. 1966)
45
Tras esta descripción metafórica está la concepción platónica de esa
decadencia de que habláramos. Allí, los hombres están como
prisioneros y solo ven sombras, o sea, meras representaciones de las
cosas y no las cosas mismas, ello hace que consideren sabios –y aquí
aparecería una alusión a la visión socrático-platónica de los sofistas- a
quienes hablan de esas sombras, sin comprender que poseen un
pseudo-conocimiento pues es azaroso, no posee un eje vertebrador y
por eso no distingue representación de realidad.
46
que el filósofo puede acercar las cosas sensibles a las Ideas, que la
realidad no es la tensión entre el pragmatismo y el diletantismo.
47
El desconocimiento del Bien supone igualmente, en Platón, el hecho
de la enajenación del ser humano, donde el sujeto no está en posesión
de sí mismo y es incapaz, pues, de una determinación efectiva, al
menos en el sentido de que el Bien es esto que persigue y con miras a lo
cual obra siempre toda alma 120. Y si esta enajenación ya es significativa
a nivel del individuo concreto, cuánto más lo será a nivel de la pólis,
donde las decisiones trascienden los intereses individuales, y
condicionan y posibilitan la justicia y armonía sociales. Es necesario
interpretar esta tesis en el sentido de que, para Platón, es imposible la
justicia social sin la adecuada dimensión trascendental de la vida
política, que la ordena hacia la excelencia, la que sin lugar a dudas
también posee una valoración ética.
120
PLATON República 505 e
121
PLATON República 517 c
122
PLATON Carta VII. El reordenamiento social que plantea Platón es el de una sociedad ordenada por
estamentos (filósofos, guerreros y comerciantes) cuya incorporación a uno u otro de los mismos estaba
determinado por la propia naturaleza de cada uno manifiesta por medio de la educación igualitaria. En
ese modelo desaparecía la institución familiar y el estado aparecía como rector de la vida social.
48
Posteriormente, Dionisio invita de nuevo a Platón y el filósofo se
dirige a Siracusa acompañado de varios discípulos. Heráclides Póntico
es ahora el encargado de regir la Academia. De nuevo, la actitud de
Dionisio fue tajante con el ateniense que, preso, consiguió ser liberado
merced a la intervención de Arquitas. Una vez libre regresó a Atenas.
Pero Dión no cejó en su empeño, sino que reclutó un ejército del que
formaban parte discípulos de Platón, venció a Dionisio e instauró una
dictadura. Sin embargo a los tres años fue asesinado por su amigo, el
platónico Calipo.
123
Sobre El Político de Platón comprende la publicación de un seminario de ocho clases dictado por C.
Castoriadis entre el 19 de febrero y el 30 de abril de 1986 en la Ecole de Hautes Etudes en Sciences
Sociales. Aunque constituye una edición “no autorizada”, ya que el propio Castoriadis no había aprobado
la publicación de la desgrabación de estas clases por parte de sus alumnos por considerarlo en realidad un
texto viciado de “oralidad” y sin la suficiente profundidad sobre el tema, la publicación póstuma de este
seminario ofrece una lectura de gran interés.
124
CASTORIADIS, Cornelius Sobre El Político de Platón. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica.
2003 p.19
125
Libro que junto con El Sofista marcan una transición entre La República y Las Leyes en lo que hace a
la visión política de Platón.
49
guían al político en el buen camino no son formalmente los que
gobiernan.
50
democrática permanente de la sociedad porque hay que educar a la
gente de manera tal que puedan cerrar constantamente por sí mismos la
brecha entre los grámmata, las letras muertas de la ley, y la realidad;
que cada uno de ellos pueda sentarse en su propia cabecera, porque
ningún otro puede hacerlo en su lugar; en lo cual Platón concuerda 129.
ARISTOTELES
51
que desde siempre fue un alumno fuertemente cuestionador o por lo
menos que poseía criterios propios. De cualquier manera el meollo de
la cuestión se centra en la crítica que hace a la teoría de las Ideas. Esto
se desarrolla en diversos textos135 pero aparece desarrollada claramente
en su Metafísica136, bajo el argumento denominado «del tercer hombre».
135
ARISTÓTELES Analítica Posteriora I.22.83 (Oxford University Press. 1966); Etica Nicomaquea I.6
(Madrid. Gredos. 2000); De generatione et corruptione II.9.335 b 10 ss. (Oxford University Press. 1966)
136
ARISTÓTELES Metafísica I.9.990 a 34 – b 8
137
PLATON Parménides 132 a-c (Madrid. Gredos. 1988)
138
AA.VV. Las críticas de Aristóteles a Platón en el Tratado sobre las Ideas. Buenos Aires. EUDEBA.
2000 p.38-42
139
ARISTÓTELES op. cit. I.9.987
140
Ya era objetivo de Platón hacer de la Política una ciencia, uniéndola inseparablemente con la teoría de
la virtud (). C.f.: JAEGER, Werner Aristotle. Oxford University Press. 1967 p.260
52
constituirse sin ella, en la medida en que la vida política presupone la
virtud y la acción ética.
141
ARISTÓTELES Política I. 1. 1252 a (Oxford University Press. 1973)
142
ARISTÓTELES Etica Nicomaquea I. 2. 1094 b
143
CAPPELLETTI, Angel J. Etica y Política en Aristóteles en Pensamiento. San José de Costa Rica
(1976)32 p.324
144
ARISTÓTELES Política. I.1.1253 a 3; III.6.1278 b 19; Etica Nicomaquea I.7.1097 b 11
145
CORSO, Laura Acerca de la sociabilidad natural del hombre en Nao. Buenos Aires 12(1991)53 p.122
146
ARISTÓTELES Política I.2.1253 a 2
147
ARISTÓTELES op. cit. I. 1. 1252 b De Partibus Animalium IV. 6 683 a 24 (Oxford University Press.
1966)
53
para nuestro autor la que conforme el hombre y la mujer, teniendo su
origen en la procreación; no llega a establecerse por una decisión de
voluntad, sino como en las plantas y animales por el impulso natural de
dejar descendientes. La segunda es la que se da entre quien por
naturaleza domina y el que por naturaleza es dominado 148. De estas
dos comunidades se desarrolló la economía doméstica. El pueblo ()
es la comunidad de varias familias para satisfacción de aquellas
necesidades que exceden lo cotidiano. La comunidad de varios pueblos
es la pólis, en la que se ha alcanzado el límite de la independencia
perfecta, la autarquía. Lo que en el origen era conservación de la vida,
subsiste para realizar la buena vida, pues así como en la naturaleza,
también en las instituciones humanas la meta última es el desarrollo
dirigido a la perfección149.
148
Este concepto de «esclavitud natural» jugó un papel central en el siglo XVI cuando se aborda la
cuestión de la legitimidad de esclavizar a los aborígenes americanos. Haciendo referencia a Aristóteles,
Juan de Sepúlveda –traductor renacentista de la Política de Aristóteles (París, 1548)- afirma contra
Bartolomé de Las Casas, que los aborígenes americanos eran esclavos por naturaleza y que así debían ser
tratados por la autoridades españolas. Más adelante abordaremos en detalle el tema.
149
DÜRING, Ingemar Aristóteles. México. UNAM. 1990 p.758-759
150
ARISTOTELES Etica Nicomaquea I. 7. 6.
151
ARISTOTELES Etica Nicomaquea IX. 9. 1169 b
54
La naturaleza le concede al hombre exclusivamente la palabra,
mediante la cual, diferencia el bien del mal y lo justo de lo injusto,
siendo esto la principal característica que lo hace distinto de los demás
animales. La justicia es una necesidad política, porque el derecho es la
regla de la vida para la comunidad política, y la decisión de lo justo es
lo que constituye al derecho.
55
existir identidad entre la virtud política, que puede variar según la
función que cada uno desempeñe dentro de la pólis perfecta, y la virtud
privada, que tiene que ser única y puede no encontrarse presente en
todos los hombres. El magistrado digno de ejercer el mando, debe de
contar con esta doble virtud, de buen ciudadano y de hombre de bien,
por lo que a los hombres destinados a ejercer el poder, es preciso
educarlos de manera especial.
152
ARISTÓTELES Política III. 1. 1275 b
153
GARCIA MAYNEZ, Eduardo Doctrina aristotélica de la justicia. México. UNAM. 1973 p.155, 177.
56
o La Monarquía: que es el gobierno de uno sólo.
o La Aristocracia: que es el gobierno de una minoría conformada
por hombres de bien.
o La Democracia: que es el gobierno de la mayoría.
57
del vicio, porque tanto la pólis como el hombre no prosperan sino a
condición de ser virtuosos y prudentes, transformándose en el fin
esencial de la vida de ambos el alcanzar este grado de virtud y hacer
todo lo que ella ordene.
58
confiriendo las funciones según las distintas etapas de la vida, habida
cuenta que una necesita del vigor de la juventud y las otras prudencia,
la que es propia de las etapas maduras de la vida. Los artesanos, como
otras clases extrañas a las nobles ocupaciones de la virtud, no gozan de
derechos políticos.
154
LLOYD, G.E.R. Aristotle: the growth & structure of his thought. Cambridge University Press. 1968
p.250
59
constitución, sino sólo la que es posible, la más fácil y la que
comúnmente pueda implantársele a todas las comunidades políticas 155.
155
ROSS, David Aristotle Londres. Methuen. 1966 p. 244
156
Para superar la oposición de la democracia y la oligarquía, Aristóteles propone un «gobierno mixto» al
que le da el nombre de Politeía () Política VI. 7. 1293 a y al que algunos autores traducen por
«república» sin que ese nombre pueda justificarse.
60
mandar, sino obedecer con mando servil, lo cual es lo más distante de
la amistad (phília), pero la comunidad no se funda entre enemigos,
puesto que ellos no quieren ir juntos ni por el mismo camino. Por todo
esto, la pólis aspira a componerse de ciertos elementos iguales en la
manera en que sea posible. La clase media es la que contiene esta
composición por lo que la comunidad deberá fundarse en esta más que
en ninguna otra clase, esta clase es la que tiene mayor estabilidad 157,
porque no codician ni son codiciados y en aquellas pólis donde la clase
media es numerosa es difícil que se produzcan facciones entre los
ciudadanos, preservando de esa manera el orden dentro de la pólis.
61
caracteres de la libertad, es la alternancia en la obediencia y el mando,
y en efecto, la justicia democrática consiste en la igualdad por el
número y no por el mérito, y siendo esto lo justo, de necesidad tiene que
ser soberana la masa popular y estimarse como final y justa la decisión
de la mayoría, el otro carácter es que cada cual viva como le agrade, por
el simple hecho de que el esclavo no vive como quiere.
158
ARISTÓTELES Política IV. 7. 1324 a
159
El concepto de naturaleza que plantea Aristóteles resulta capital a la hora de interpretar su obra
política. Lo natural estará siempre orientado a la consideración de aquello que plenifique el ser de las
cosas y constituya su propio fin: Toda polis es una asociación natural, ya que también lo son las
sociedades primitivas que les dieron origen. Aquella es la coronación de éstas, y su naturaleza es ella
misma un fin. Porque decimos que nada llega a su pleno desarrollo, por ejemplo un hombre, un caballo,
una familia si no es siguiendo su proceso natural. Ahora bien, la meta y el fin de una cosa es lo mejor, y
precisamente autarquía es ambas cosas, el fin y lo mejor. ARISTOTELES. Política I 2 1252 b
160
ARISTÓTELES op. cit. I 2 1253 a
62
Para Aristóteles la comunidad política es algo orgánico que
constituye un todo heterogéneo per se y no por accidente, que no posee
como sustento asegurar la paz y castigar a los criminales. En eso
preferimos seguir a Santo Tomás cuando sostenía que, aun cuando no
hubiera pecado el hombre seguiría realizando su naturaleza en una
comunidad política161.
Así resulta que tenemos que pensar que lo primero y anterior desde
el punto de vista de la naturaleza es la pólis, porque ésta es el fin de las
otras comunidades, su perfección y a ella tienden. La pólis en sí misma
plenifica y constituye el sentido de la filiación humana, que se extiende
desde las relaciones de fraternidad y paternidad hasta las relaciones
políticas, cuyo desarrollo está planteado considerando la realización del
sentido de lo común, como respuesta a la natural tensión del hombre
hacia la politicidad.
161
SANTO TOMAS DE AQUINO Suma Teológica I. 96. 4 (Madrid. BAC. 1959)
162
CAPPELLETTI, Angel J. op. cit. p.327
163
ARISTÓTELES op. cit. I 2 1253 a
63
Así entendida, la pólis tiene un objetivo antropológico trascendente,
más allá de las facultades comunicativas innatas al hombre y más allá
del escenario familiar: el objetivo de la institución de la pólis es la
creación de un ser humano, el ciudadano ateniense, que existe y vive en
la unidad y por la unidad de estos tres elementos: el amor y la práctica
de la belleza, el amor y la práctica de la sabiduría y la responsabilidad
del bien público, de la colectividad, de la pólis 164.
64
Para asegurar los fines de vida buena a los que aspiran, los hombres
se han asociado en comunidades mayores, en pólis, con una estructura
de gobierno particular y con una expresión del poder en la que quedan
signadas las características de la vida en común 168, pues como expresa
Hannah Arendt, el poder sólo aparece allí y donde los hombres se
reúnen con el propósito de realizar algo en común (...)el poder es el único
atributo humano que se da en el espacio secular interhumano gracias al
cual los hombres se ponen en relación mutua, se combinan en el acto de
fundación en virtud de la prestación y cumplimiento de promesas, las
cuales, en la esfera de la política, quizá constituyen la facultad humana
superior169.
¿Cómo, sin embargo, podría saberse que las decisiones políticas que
se toman son las correctas? ¿Qué el legislador ordena teniendo el bien
común por meta? ¿No son acaso las verdades políticas contingentes?
Precisamente, aquí aparecen un tipo de proposiciones que nutrirán la
168
ARISTÓTELES op. cit. III.6.1278 b
169
ARENDT, Hannah Sobre la revolución. Madrid. Revista de Occidente 1967 p.185-186.
170
Hahhah Arendt presenta así esta problemática: esta igualdad dentro del marco de la ley, que la palabra
isonomía sugería, no fue nunca la igualdad de condiciones... sino la igualdad que se deriva de formar
parte de un cuerpo de iguales. La isonomia garantizaba la igualdad, isotees, pero no debido a que todos
los hombres hubiesen nacido o hubiesen sido creados iguales, sino, por el contrario, debido a que, por
naturaleza, (physei) los hombres eran desiguales y se requería de una institución artificial, la polis, que
gracias a su nomos les hiciese iguales. La igualdad existía sólo en esta esfera específicamente política,
donde los hombres se reunían como ciudadanos y no como personas privadas... La igualdad de la polis
griega, su isonomia, era un atributo de la polis y no de los hombres, los cuales accedían a la igualdad en
virtud de la ciudadanía, no en virtud del nacimiento. ARENDT, H. op. cit. p.37
171
Democracia, Isegoria y parresia constituyen la tríada del estatuto político griego. Así la democracia se
refiere a los sujetos detentores del poder, isegoria al equilibrio en la igual oportunidad de discurrir delante
de la asamblea y parresia al nivel de responsabilidad en el ejercicio de la libertad.
172
ARISTÓTELES op. cit. V. 9. 1310 a
65
política y a las que Aristóteles llama endóxa () y a las cuales
adhieren si no todos, al menos la mayoría173 y siendo que, todos los
hombre tienen la capacidad de conocer, a lo largo de un proceso pueden
distinguir lo verdadero –aun contingente- de lo falso.174
66
mismos; mas donde no sea posible por ser todos por naturaleza iguales
también es justo que todos participen del poder, sea bueno o malo
gobernar; de lo cual una imitación es que por rotación los iguales se
retiren del oficio y, ya sin mando, sean tratados como semejantes; que
unos gobiernen y a su turno sean gobernados como si se convirtiesen en
otras personas; de la misma manera, entre los gobernantes, unos
desempeñan unas funciones y otros otras179.
67
se haga en honradez es cosa que no solo agrada sino que espera la
comunidad política: la mayoría trabajadora no se irrita tanto por no
gobernar cuanto se alegra si alguien le permite dedicarse a sus asuntos
privados. Pero si piensan que los magistrados están robando los fondos
públicos, entonces ambas cosas los exasperan: la de no participar del
poder ni de las utilidades183.
183
ARISTÓTELES op. cit V. 8. 1308 b
184
ARISTÓTELES op. cit IV. 4. 1291 a
185
ARISTÓTELES op. cit VII. 3. 1325 a
186
FOUCAULT, Michel Microfísica del poder. Madrid. La piqueta. 1980 p.108
187
MARESCA, Silvio Etica y poder en el fin de la historia. Buenos Aires. Catálogos. 1992 p.136
68
El poder se manifiesta como elemento dinamizador de la realidad que
se actualiza en el espacio público, lo acompaña el número y la vitalidad
de las instituciones que corporizan ese poder 188, de esta manera para
Aristóteles la ley debe gobernar sobre todos en general, en los detalles
los oficiales públicos: y esto es lo que se considera politeia 189. Pero la ley
sola es tiranía inadmisible, de ahí que sea preferible una articulación
entre el poder decisorio de los gobernantes frente al poder que desde su
codificación y recepción por la ciudadanía toda, se estatuye en ley
constituida: es preferible, pues, que la ley gobierne y no cualquiera de
los ciudadanos, y aun si es mejor que gobiernen varios, habría que
constituirlos en guardianes y ministros de las leyes, porque si es
menester que haya magistraturas, no es justo –dicen- que sea uno solo
quien tenga el poder siendo iguales todos. Es verdad, cuando la ley no
parece capaz de decidir, mucho menos un individuo podría determinarlo.
Pero es que la ley educa de propósito gobernantes, encomendando luego
a su justo criterio el juzgar y determinar lo que falte. Más aún, les permite
rectificar lo que por experiencia juzguen mejor que las leyes establecidas.
Así pues, exigir que gobierne la ley es como pedir que Dios y la razón
reinen solos; sostener lo contrario, es agregar también un elemento
bestial: la concupiscencia; fuera de que la pasión pervierte a los
gobernantes, aun siendo buenas personas. Por ende la ley es la razón
liberada de pasión190
188
DE ZAN, Julio Libertad, poder y discurso. Buenos Aires. Almagesto – Fundación Ross. 1993 p.120
189
ARISTÓTELES op. cit V. 8. 1308 b
190
ARISTÓTELES op. cit Ibídem.
69
espacios más amplios a partir de lo que se denominó las Ligas. Pero en
ningún caso se intentaba coartar la autarquía inherente a la peculiar
creación griega.
191
Compárese con la presencia de los ingleses durante 250 años en la India, 100 años de presencia
francesa en el sudeste asiático y la obra de Alejandro Magno toma una nueva dimensión.
192
HAMMOND, N. G. L. A history of Greece to 322. Oxford University Press. 1967 p.640
70
A la muerte de Alejandro, sus generales se disputan este enorme
Imperio, que se extendía desde el Adriático hasta el Punjab. Entre el
323 y el 320 aJC. Perdicas un oficial de caballería, que había sido
nombrado regente por Alejandro poco antes de morir, intenta mantener
la unidad del Imperio bajo su persona. Entre los años 320 y 301 aJC.
después de la muerte de Perdicas, Antígono intenta monopolizar el
poder en el Imperio. A partir del 281 aJC. va a concluir la guerra que
habían sostenido los generales de Alejandro, y se van a constituir tres
grandes reinos con sus respectivas dinastías: Macedonia bajo los
Antigónidas, Asia anterior bajo los Seléucidas y Egipto bajo los
Ptolomeos.
193
GRIMAL, Pierre El helenismo y el auge de Roma en Historia Universal del siglo XXI. Madrid. Siglo
XXI. 1972 t.: VI p.156
194
JULIA, Victoria et all Las exposiciones antiguas de la ética estoica. Buenos Aires. EUDEBA. 1998
p.84
195
GRIMAL, Pierre op. cit. p.158
71
La autoridad real se ejerce en el país por medio de los «estrategas» o
de los «sátrapas» en el país seléucida y, en Egipto, por medio de los
«nomarcas»196, asistidos de estrategas (comandantes de regiones
militares) y de administradores financieros ( = oikonomoi).
Hay además algo que podemos llamar el «espíritu romano» y que así
como se puede resumir la herencia de los griegos antiguos en la palabra
«lógos», se puede afirmar que la equivalencia latina es «res» y encarna
ese espíritu el cual permite comprender su pensamiento político y su
cultura. Ella genera el concepto de «realidad» como tarea del obrar; ese
196
Comandantes de los distritos territoriales que ejercían el «nómos» () la ley de la tierra.
197
* Se deberá leer en esta unidad De Res Publica de Cicerón, Libro V.
GRIMAL, Pierre El Imperio Romano. Barcelona. Crítica. 2000 p.28
72
concepto abre la concepción romana de pararse frente a las cosas, nos
descubre la cualidad fundacional que para ellos poseía el hombre:
operar con las cosas, saber actuar con ellas, en definitiva, organizarlas
en cuanto a su disposición y servicio al hombre.
198
VIRGILIO Georgias I.1220 (México. Porrúa. 1975) HAECKER, Teodoro Virgilio, padre de
Occidente. Buenos Aires. Ghersi. 1979.
199
RUSSOMANNO, Mario Breve Historia del Derecho Romano. Buenos Aires. Claridad. 1988 p.55-56
73
Las instituciones jurídicas romanas deben ser consideradas en su
evolución histórica, no obstante, Roma mantendrá una serie de
instituciones que le son constitutivas: la asamblea y el senado; la
magistraturas y luego aparecerán las pro-magistraturas.
200
MOMMSEN, Theodor Historia de Roma. Madrid. Turner. 2003 T.: I p.105
201
CICERON De legibus III.3 (Madrid. Alianza. 1989) El término prætor significa originariamente «el
que va adelante», «el que conduce y guía a los soldados».
74
disponía que las medidas aprobadas por la Asamblea tuvieran fuerza de
ley, aun sin la aprobación del senado.
EL DERECHO ROMANO
202
von IHERING, R. El espíritu del Derecho Romano. Buenos Aires. Revista de Occidente Argentina.
1947 p.52
203
POLIBIO Historias I.1. 5 (Madrid. Gredos. 2000)
204
La palabra que usa Th Mommsen en la edición alemana de su Historia de Roma es synoikismos que
significa convivencia, sin traicionar la letra creemos que el espíritu de la expresión se corresponde al
término «integración».
205
POLIBIO op. cit. I.3.5-6; XV.3.1-4
206
von IHERING, R op. cit. ibídem.
75
El sujeto del Derecho Romano es el ciudadano y el eje ordenador es
el imperium, de hecho las magistraturas se clasificaban según
poseyeran o no a éste último. El mismo representaba el poder soberano
que en la monarquía temprana ejercía el rey, y que con la república se
atribuyó a los cónsules, pretores y las magistraturas extraordinarias
(dictador, tribuno militar, etc.). En un sentido más conceptual aún, se
entiende por imperium, aquella facultad que permite ejercer un fuerte
poder de ejecución, ampliamente discrecional. Ese poder de ejecución
se materializa mediante la coerción que podía utilizar los magistrados
que lo poseían.
La recopilación más antigua del Derecho es la Ley de las 12 Tablas,
que marca el inicio del ordenamiento jurídico romano, recogiendo aún,
Derecho y religión unidos, pero ya organizados y sistematizados. Esta
ley fue elaborada por “la Comisión de los 10 varones”, estando inspirada
en algunas legislaciones griegas e interpretada por los pontífices.
Dentro de esta ley se recogen a los mores maiorun (costumbres jurídico-
religiosas de los antepasados).
76
CICERON
207
ROBERT, J.N. Eo Romam. París. Belles Lettres. 1980 p.89
208
CICERON De Res Publica (México. Porrúa. 1978) I
209
El título de este texto suele traducirse como “Sobre la república”, pero literalmente significa “acerca de
la cosa pública” y que hoy podríamos traducir por “del ámbito de lo político”. La res publicæ es
interpretada por Cicerón como res populi, que se distingue de la res familiaris (que indica el ámbito de la
vida privada) y de las res divinæ (que indican el ámbito del culto).
210
CICERON De Res Publica V El libro en su conjunto nunca lo obtuvimos de la antigüedad sino que lo
conocemos por un rearmado posterior, particularmente el libro V, del cual faltan fragmentos. El principal
transmisor de este libro V es San Agustín.
77
fuera del cual no hay justicia (...) pero como el piloto estudia la
astronomía y el médico la ciencia física; uno y otro buscan en la ciencia
conocimientos para su arte, subordinándolo todo a la práctica (...) así
como el piloto se propone llegar al puerto, el médico devolver la salud, el
general vencer al enemigo; así también el hombre de estado trabaja sin
cesar en la felicidad de sus conciudadanos, aspirando a dotarlos de
riqueza, poder, gloria y virtud211.
211
CICERON op. cit. ibídem.
78
Explícitamente no se hace ninguna referencia al concepto de estado
si no es para identificarlo con el de República, lo que no quiere decir
que no esté presente en el texto como después tendremos ocasión de
observar.
79
fundamentan la teoría del bien común. Su aportación teórica, la
defensa del derecho como forma jurídica del estado, estaba en
consonancia con las condiciones su tiempo, en la medida en que el
estado romano necesitaba de una legitimación.
EL CONCEPTO IMPERIAL
212
BAILEY, Cyril The Legacy of Rome. Oxford at Clarendon Press. 1927 p.51
80
A la luz de ello, Julio César inició una serie de medidas tendientes a
fortalecer la capacidad de conducción del imperium, iniciadas con la
constitución de un nuevo senado, donde no tenían representación las
viejas familias aristocráticas. Esas medidas dan testimonio de un
programa político que tenía como objetivo no solo garantizar la
gobernabilidad sino también la cultura romana, pero no está inspirado
en lo que hoy llamaríamos una ideología. Se trataba de asegurar a
Roma una cohesión de sus territorios y sus habitantes similar a la que
había constituido su fuerza, impedir todos los excesos y todas las
desviaciones.
213
VIRGILIO Bucólicas Egloga IV
214
SALUSTIO Conjuración de Catilina XX.6 (México. UNAM. 1991)
215
ROBERT, J. N. op. cit. p.90
81
armónico, cohesionado, pacificado e integrado entre las provincias y la
metrópoli216.
POLIBIO
216
De los textos presentados por el retor ELIO ARÍSTIDES, en su elogio a Roma, destacando la
unidad imperial y civilizadora, entre otros, XXVI, 9; 13; 29; 59 citado en CORTES COPETE, Juan M.
Elio Arístides: un sofista griego en el Imperio Romano. Madrid. Clásicas. 1995.
217
MODESTINO Digesto 50, I, 33. (México. UNAM. 1993)
82
siguiente produzca la destrucción y disolución. En tal caso, como en la
muerte de un organismo viviente, la comunidad se corrompe y disuelve;
no hay recurrencia (anakyklosis) política, sino retorno a la naturaleza
(physis)218.
218
DISANDRO, Carlos Sentido político de los romanos. Buenos Aires. Thule Antártica. 1985 p.29
219
POLIBIO Historias XIII.3.8
220
POLIBIO Historias I.3.4
221
ROMERO, José Luis De Heródoto a Polibio. Buenos Aires. Espasa-Calpe. 1952 p.133
222
POLIBIO Historias VI.50.6
223
POLIBIO Historias VI.51-52
224
ANDREOTTI, Gonzalo Cruz Introducción General a Historias. Madrid. Gredos. 2000 p. xxii
83
Aunque al pueblo no se le priva de emitir su opinión por medio de las
Asambleas, el Gobierno y la dirección de los asuntos de estado la
ejecutan los más capaces y honrados, integrados en el Senado y las
magistraturas. Así se sintetizan para Polibio, las mejores virtudes de la
monarquía (mando único), de la aristocracia (gobierno colegiado de los
mejores) y la democracia (participación del pueblo en la toma de
decisiones). Esto le da una estabilidad interna al país que facilita las
grandes empresas exteriores225.
LA CONTRIBUCIÓN CRISTIANA
EL EVANGELIO, LOS PADRES DE LA IGLESIA Y LA POLÍTICA
225
POLIBIO Historias III.118.7-9
226
POLIBIO Historias VI.47.4
227
POLIBIO Historias I.35.9
228
Gn. 2.18-20
84
En los libros escritos bajo la influencia del helenismo, aparece
todavía con mayor claridad el universalismo del mensaje. Toda la
humanidad es considerada como una totalidad, querida y amada por
Dios229. Pero dentro de ello nunca se deja de reconocer a los pueblos,
cuyo destino aparece en el tema de los «ángeles de las naciones» 230.
85
comunitaria que se apoye en lo meramente terrenal 235 estableciendo ese
tensionamiento del que venimos hablando236.
235
1 Pe. 2.11
236
FLICK, Mauricio – ALSZEGHY, Zoltan op. cit. p.161
237
2 Tes. 2.3-6
238
BUELA, Alberto Metapolítica y Filosofía. Buenos Aires. Teoría. 2002 p.21-30; SCHMITT, Carl El
nómos de la tierra. Madrid. Estudios Constitucionales. 1979 .
239
CLEMENTE ROMANO Epístola de Clemente a los Corintios LXI.1 en The Apostolic Fathers.
Londres. W. Heinemann. 1930 t.: I p.115
240
SAN JUSTINO Apología I.17.3 en Padres Apologistas Griegos. Madrid. BAC. 2002
86
toda patria extranjera es su patria y toda patria le es extranjera 241. En el
mismo sentido se oirá la declaración de Tertuliano: nada nos es más
extraño que la cosa pública. Nosotros solo admitimos una para todos, el
mundo242. Fórmula cuya resonancia estoica es innegable, pero el
cristiano no es un «cosmopolita» en el sentido estoico –como miembro de
un cosmos único- sino que él es miembro de la Iglesia, que compone el
«cuerpo místico» que trasciende el mundo.
87
proselitista y su exclusivo monoteísmo, hace imposible esa libertad. Si
se reconoce al Dios de los cristianos se lo tiene que reconocer único, por
otra parte, los cristianos no tenían el propósito de conquistar el poder
del Imperio, su objetivo era conquistar almas para Cristo lo cual hacía
de difícil lectura y sospechosa actitud a la luz de los políticos romanos
su actuar.
Así como en el siglo III, todos los habitantes del Imperio accedían a la
ciudadanía romana, en el 312 y como resultado de la batalla del puente
Milvio, el Cristianismo consigue su reconocimiento legal.
88
comprometida que solo pudo llevar a Italia la cuarta parte de sus
efectivos totales, pero tras una decisión súbita, el resultado de la batalla
fue mejor que lo esperable y nace la idea de un milagro250.
SAN AGUSTÍN
89
ciudadanos somos; porque es uno mismo el origen del estado y del
hombre255.
255
SAN AGUSTÍN Epístolas 155.3.9 (Madrid. BAC. 1958)
256
SAN AGUSTÍN La ciudad de Dios. XIX.12.1 (Madrid. BAC. 1964)
257
YACOBUCCI, Guillermo J. Notas introductorias al estudio del pensamiento político y jurídico de San
Agustín en Prudentia Iuris. Buenos Aires (1983)9 p.81
258
SAN AGUSTÍN op. cit. II.21.4
259
SAN AGUSTÍN op. cit XIV.12
260
SAN AGUSTÍN op. cit XV.8.2
90
El fundamento del buen gobierno y la «salud pública» lo encuentra
San Agustín, apoyándose en Cicerón- en la justicia, la cual –siguiendo a
Platón- la considera madre de todas las otras virtudes. El poder que la
niega renuncia al mismo tiempo a la prudencia, a la fortaleza y a la
templanza y se condena a todos los excesos 261 y todas las tiranías.
Desterrada la justicia ¿qué son los reinos sino grandes piraterías? 262. A
su vez, una comunidad que no reconoce al verdadero Dios no puede
tener auténtica justicia: sin justicia no hay derecho y sin derecho no
hay pueblo ni estado, por esa razón el estado verdaderamente cristiano
es aquel en que Cristo reina en la conciencia del gobernante, de los
magistrados y de todos los ciudadanos.
261
SAN AGUSTÍN op. cit XII.27
262
SAN AGUSTÍN op. cit. V.4
263
SAN AGUSTÍN Epístolas 147.5.17
264
CALDERON BOUCHET, Rubén Formación de la ciudad cristiana. Buenos Aires. Dictio. 1978 p.114
265
SAN AGUSTÍN op. cit. 138.2.159
266
SAN AGUSTÍN Del libre arbitrio I.15.32 (Madrid. BAC. 1947)
91
lo que tus padres te manden contra ella no los escuches. Y en todo lo que
la Patria te ordenare contra Dios no la escuches267.
267
Citado por YACOBUCCI, Guillermo J op. cit. p.85
268
SAN AGUSTÍN Epístolas 152.2
269
SAN AGUSTÍN Ciudad de Dios XIX.17
270
SAN ISIDORO DE SEVILLA Etimologías IX.3 (Madrid. BAC. 1995)
92
exigencias del reino espiritual: los poderes civiles están bajo la disciplina
de la religión, y aunque hayan alcanzado la cima del reino, siguen
atados con las cadenas de la fe, debiendo dar prueba de ella tanto en las
leyes como en las costumbres271.
93
«imperio cristiano»; así los príncipes deben apoyar con la fuerza lo que
los sacerdotes no puedan imponer por la palabra278.
También se ocupará de las relaciones del rey con la Iglesia y allí dirá
que los poderes seculares están sometidos a la disciplina religiosa,
conservando sin embargo las prerrogativas del poder recibido para
proteger las disciplina eclesiástica.279
278
BARBERO DE AGUILERA, Abilio La sociedad visigoda y su entorno histórico. Madrid. Siglo XXI.
1992 p.20
279
GUERRAS MARTÍN, María S. Op. cit. p.375
280
Concilios visigóticos e hispano-romanos p. 218
94
EL PENSAMIENTO MEDIEVAL
LA IDEA IMPERIAL
281
GILSON, Etienne La Filosofía en la Edad Media. Madrid. Gredos. 1972 p.176
282
No es necesario pensar solamente en los pueblos fronterizos como sajones y eslavos, también los
propios francos mantenían costumbres reñidas con la moral cristiana, tal el caso de la poligamia que
seguía siendo practicada.
95
territorio alguno en cuanto tal sino que posee uno por ser rey de los
francos. El imperio es una magistratura que se la nombra como nomen
imperatoris y que se traduce por título imperial283.
Los vasallos más elevados y sabios eran nombrados missi dominici, los
cuales eran enviados a realizar visitas de inspección en todo el territorio
imperial que se ha dividido en sectores llamados missatica. Cada uno
está colocado bajo la vigilancia de dos missi, un conde y un obispo.
283
De REYNOLD, Gonzague Cristianismo y Edad Media. Madrid. Pegaso. 1975 p.438
284
SCHMITT, Carl El mar contra la tierra en Escritos de política mundial. Buenos Aires. Heracles. 1995
p.99
285
GILSON, Etienne op. cit. p.237
96
Este ideal de imperio cristiano se halla expresado claramente en el
documento denominado Ordinatio Imperii del 817 y firmado por el hijo de
Carlomagno, Luis el Piadoso, para entonces habiendo ya sucedido a su
padre. En el se sostiene que a su sucesión no le corresponde dividir el
imperio entre sus tres hijos sino que el mayor, Lotario, heredaría el
título imperial y la parte más grande del imperio, sus otros dos hijos el
resto de los territorios y su sobrino continuaría gobernando Italia, pero
los tres debían aceptar la subordinación al emperador. Este proyecto
no se pudo llevar a la práctica pues la mayoría estaba disconforme con
el reparto y ello culminó con la disolución del imperio 286.
La nobleza era devota pero poseían unos valores propios que eran en
cierto sentido independientes de la religión, pero aun singularmente
286
WALLACE-HADRILL, J.M. El oeste bárbaro. Buenos Aires. Eudeba. 1966 p.181
287
Para los medievales, la sociedad política, más que un orden legal –en el sentido constitucionalista del
término- es un orden de justicia, o sea, tiene que ver con el cultivo de la virtud y no con la observancia del
derecho positivo, tal cual lo entendemos hoy. La ley tenía una función pedagógico-moralizante.
288
BAUMER, Gertrud Otto I und Adelheid. Tübingen. R.Wunderlich. 1951 p.47
97
poderosos. La sociedad feudal nacida de la invasiones germánicas de
los siglos IV y V y mantenida a partir del siglo IX gracias a las
constantes oleadas de los pueblos escandinavos, heredó algo del
antiguo paganismo germánico, pues había elementos en esta religión
que podían facilitar la adhesión del cristianismo. La Iglesia como es
lógico no intento explotar con tales similitudes al contrario la condenó
para evitar todo sincretismo. La antigua religión pagana era una
religión de casta, y no era sino un fuerte orgullo lo que impulsaba a los
nobles vikingos la protección especial del dios de la guerra y esperar el
paraíso reservado a lo valerosos. Dicho orgullo, en el alma del cristiano
feudal, pervivió en estado latente a través de los siglos. Una clase
dominante no renuncia con facilidad a tan seguros privilegios.
289
La ceremonia de la unción se remonta al Antiguo Testamento y refiere a los óleos que el sacerdote
derramó sobre la cabeza de Samuel para señalar que ese era el elegido por Dios para conducir a su
Pueblo.
98
relación de ambos órdenes. Lo que existe no es, pues, un pueblo y
además una Iglesia, sino un pueblo cristiano, informado, animado,
desde dentro por la Iglesia y que no puede subsistir separado de ella.
JUAN DE SALISBURY
Juan de Salisbury representa a las mentes brillantes del siglo XII que
tratan de elaborar un sistema conciliatorio, que permita la convivencia
entre los poderes espiritual y temporal. Este autor configura un modelo
político que si bien está basado en pautas clásicas y bíblicas, tiene
como novedad la voluntad de establecer modos de convivencia para los
poderes en pugna.
290
El título de la obra no puede traducirse sino como El libro del estadista.
291
BROOK, Christopher. Europa en el Centro de la Edad Media (962-1154). Madrid: Aguilar, 1973
p. 276-301.
99
la época de Juan de Salisbury, encarnado en los personajes de Enrique
II y Thomas Becket292.
292
LADERO QUESADA, M. Estudio preliminar en Policraticus. Madrid: Editora Nacional, 1984., p.
20-21
293
PETIT-DUTAILLIS, Ch. La monarquía feudal en Francia y en Inglaterra (siglos X a XIII). México.
UTEHA, 1961 p.58
294
TOUCHARD, Jean Historia de las Ideas Políticas. Madrid. Técnos. 1990 p.139; ULLMANN, Walter.
Historia del pensamiento político en la Edad Media.. Barcelona. Ariel. 1983 p. 118-120
100
el príncipe y el alma de este cuerpo responde al clero, que debe inspirar
las decisiones del gobernante.
295
TOUCHARD, Jean op. cit. p. 100
296
JUAN DE SALISBURY Policraticus. Madrid. Editora Nacional. 1984 L.: III Cap.15
297
JUAN DE SALISBURY op. cit. L.: IV Cap. 2 HUIZINGA, Johan Juan de Salisbury en Hombres e
Ideas. Buenos Aires. Cía. Gral. Fabril Editora. 1960 p.152
298
KANTOROWICZ, Ernst. Los dos cuerpos del rey. Un estudio de teología política medieval. Madrid.
Alianza. 1957 p.99
299
JUAN DE SALISBURY op. cit. L.: IV Cap. 1
300
JUAN DE SALISBURY op. cit. L.: IV Cap. 2
301
JUAN DE SALISBURY op. cit. L.: III Cap. 5
101
profunda impresión302, y su pensamiento servirá como guía de futuras
interpretaciones al respecto303.
El autor señala que son los sacerdotes, el alma del cuerpo político,
los que están más capacitados para interpretar la ley: introdúzcanle los
letrados con sus palabras, a través de esa especie de puerta que es el
oído, en la ley que él con sus propios ojos no puede mostrar a su mente.
Lea, pues la mente del rey en la lengua del sacerdote y venere como ley
del Señor todo lo que ve loable en sus costumbres 305. Advertimos que
estas palabras son escritas en tiempo de un rey como Enrique II que
bregaba por una autonomía de su reino con respecto de la Sede
Pontificia. Juan de Salisbury era secretario de Thomas Becket y si en
sus tiempos de canciller este último se había mostrado muy mundano y
amigo personal del rey, cuando asumió el cargo de obispo de
Canterbury, asumió también la lucha por la libertad de la Iglesia.
Formula así la concepción ministerial de la realeza, de forma que
reduce su poder a la espada secular que recibe de la Iglesia para la
instalación del Reino de Dios en la tierra. Juan se muestra en un
camino conciliador, en su cuerpo político reserva la cabeza al rey, pero
el alma, conocedora de la ley, que es ley divina, establece a la jerarquía
eclesiástica. Formula así la concepción ministerial de la realeza, de
forma que reduce su poder a la espada secular que recibe de la Iglesia
para la instalación del Reino de Dios en la tierra 306. El alma de este
cuerpo servirá de guía y sostén a la monarquía para que no yerre el
camino y sucumba ante las veleidades del poder.
102
súbditos. Hay algunos preceptos que obligan perpetuamente, que son
legítimos entre todos los pueblos y que en ningún caso pueden derogarse
impunemente. Antes de la antigua ley, en tiempo de esa ley y en el de la
gracia hay una ley que obliga a todos308. Los mandatos perpetuos,
aquellos concernientes a la ley natural, deben ser respetados por los
gobernantes. Es una ley eterna, anterior a los preceptos bíblicos y
común a todos los seres humanos, no importa el tiempo o el lugar.
EL SISTEMA FEUDAL
308
JUAN DE SALISBURY op. cit L.: IV Cap. 7
309
JUAN DE SALISBURY op. cit L.: IV Cap. 8
310
JUAN DE SALISBURY op. cit L.: IV Cap. 12
311
JUAN DE SALISBURY op. cit L.: IV Cap. 11
312
JUAN DE SALISBURY Metalogicon. Prólogo (Oxford University Press. 1929)
313
JUAN DE SALISBURY Policraticus L.: IV Cap. 12
314
JUAN DE SALISBURY op. cit L.: IV Cap. 11
103
El derecho de señorío se perfeccionaba con el pacto de señorío,
téngase en cuenta que el derecho romano había desaparecido. Así, por
medio de este pacto había un intercambio de servicios 315.
FEDERICO II HOHENSTAUFEN*
104
corona. A su vez, regulaba ámbitos donde nunca el poder del estado se
había inmiscuido antes, como el caso de la fijación de salarios, la
prohibición de contraer matrimonio con extranjeros sin una
autorización especial, la confección de un catastro, la realización de
empréstitos forzosos y la obligación de cursar estudios en la
Universidad de Nápoles, creada por él.
317
MASON, Alfredo Teoría del estado. Buenos Aires. Biblos. 1997 p.12-13
318
Algo similar sucede con el Comentario a la Política de Aristóteles (Buenos Aires. Boletín de la
Biblioteca del Congreso de la Nación (1981)106), el cual fue iniciado por Santo Tomás durante su
segunda estadía en París, 1269-1272. El mismo se interrumpe en el libro III, lección 6, siendo
Pedro de Alvernia el autor desde el libro III, lección 7.
105
Santo Tomás sostiene que el hombre, para alcanzar su propio fin,
vive en sociedad como una exigencia de su naturaleza y, en cuanto
forma así una comunidad en la cual muchos se orientan de diverso
modo hacia el fin apetecido, también necesita que alguien dirija la
comunidad319. Para Santo Tomás la sociedad, siguiendo a Platón y a
Aristóteles, es el estado natural de la vida del hombre. En cuanto tal, el
hombre es por naturaleza un ser social nacido para vivir en comunidad
con otros hombres; pero ya sabemos que Santo Tomás asigna al
hombre un fin trascendente, por lo que ha de reconocer un papel
importante a la Iglesia en la organización de la vida del hombre. Del
mismo modo que había distinguido entre la razón y la fe y, aun
manteniendo su autonomía, concedía la primacía a la fe sobre la razón,
por lo que respecta a la sociedad, aun aceptando la distinción y la
independencia del estado y la Iglesia, aquél ha de someterse a ésta, en
virtud de ese fin trascendente del hombre. A lo que refiere Santo Tomás
es que una comunidad está compuesto por personas diversas, el orden
de la diversidad está dado por la aparición de un principio sobre el cual
esa diversidad se aúna; ese principio es la autoridad. De allí que defina
al rey como aquel que gobierna en la persecución del bien común.
319
SANTO TOMAS DE AQUINO Regimiento de Príncipes I.1 (Madrid. Técnos. 1989)
320
SANTO TOMAS DE AQUINO Suma Teológica I-II q.90 a3 (Madrid. BAC. 1959)
321
DRI, Rubén Teología política de Santo Tomás. Buenos Aires. CLACSO. 2000 http://168.96.200.17/ar/
libros/clasicos/dri1.rtf
106
sentimiento de arraigo, no solo territorial, sino fundamentalmente
humano que permite decir de nuestros compatriotas, “esta es mi gente”.
Nuestro autor comprende que si un pueblo está unido es muy difícil
imponer un dominio sobre él y por eso se fomentan divisiones y vicios.
107
forma recta del régimen popular se la llama democracia, y a la corrupta
tiranía (tyrannis) ; otras, al régimen del pueblo en general se le llama
«politia», subdividiéndose luego en timocracia, como forma recta, y
democracia, como forma corrupta; otras, «politia» designa, en general,
toda forma de gobierno, o la forma de gobierno mejor, resultante de la
combinación de las tres principales. En ocasiones, el régimen popular,
en su forma recta, es el llamado status popularis, y status plebeius en su
forma corrupta; incluso en otras ocasiones, estas mismas expresiones
designan indistintamente la forma corrupta del régimen popular. A
veces también, el régimen popular en su forma recta es denominado
republica (res publica) , mientras que en otras esta misma palabra
designa a la comunidad en general, sin distinción de forma de gobierno.
108
Se trataría de una mezcla de monarquía, aristocracia y democracia,
como el mismo Santo Tomás lo señala. Lo importante es la exigencia de
la participación de todos.
325
El médico curando, el maestro enseñando, etc. Aparece en esta descripción una tenue imagen de la
alegoría de la caverna de Platón.
326
SANTO TOMAS DE AQUINO Regimiento de Príncipes L.: I cap. 14 y 15
327
SANTO TOMAS DE AQUINO Suma Teológica I-II q.90 a.1
328
SANTO TOMAS DE AQUINO op. cit. I-II q.90 a.4
109
Dios ha creado todo el universo, sostiene Santo Tomás, y es claro que
todas las cosas participan de la ley eterna, en cuanto la llevan impresa
en sus inclinaciones a los propios actos y fines. Pero no es igual la
participación que tienen en la ley eterna los seres irracionales y los
racionales. Aquellos participan necesariamente, mientras éstos lo hacen
libremente. El hombre participa de la razón eterna, por la cual se inclina
naturalmente al debido orden de sus actos y de su fin. Y tal participación
de la ley eterna en la criatura racional es lo que llamamos ley natural [... ]
de tal manera que la ley natural no es otra cosa sino la participación de
la ley eterna en la creatura racional329.
329
SANTO TOMAS DE AQUINO op. cit. I-II q.91 a.2
330
DRI, Rubén op. cit.
331
SANTO TOMAS DE AQUINO op. cit. II-II q.61 a.1
110
La relaciones entre el poder público y los particulares se regulan
mediante la justicia distributiva, que consiste en distribuir el todo entre
las partes. Por tanto, según la justicia distributiva tanto más participa
de los bienes comunes quien tiene mayor participación en el gobierno
de la ciudad. Se trata no de la proporción aritmética, sino de la
proporción geométrica. Ello significa que se da a cada uno según una
proporción que no es la misma para todos. Pues a los más se les dará
una porción mayor que a los menos, lo cual puede interpretarse en los
términos en que en la actualidad compremos la justicia social, que es
mucho más que la simple distribución de la riqueza.
111
derecho divino. Y según el orden natural, instituido por la divina
providencia, todos los objetos inferiores están ordenados a subvenir a
las necesidades humanas. Por tanto, siendo la división y apropiación de
cosas objeto del derecho humano, nada impide que se socorra la
necesidad de un hombre mediante tales cosas. Por tanto, por derecho
natural, todas aquellas cosas en que sobreabunda el rico, están
destinadas para la sustentación del pobre334.
334
SANTO TOMAS DE AQUINO op. cit. II-II q.66 a.7
335
SANTO TOMAS DE AQUINO op. cit. II-II q.78 a.1
336
PIRENNE, Henry Historia de Europa desde las invasiones hasta el S XVI,. México. FCE. 1974. p.103
112
construcción social de un mundo de símbolos y significados
particulares. La elaboración teológico-política del Papado se enfrenta, en
principio, a la misma praxis del poder político temporal para justificar
su jurisdicción sobre los asuntos terrenales. Estas elaboraciones dieron
fruto con la aparición del llamado «agustinismo político», movimiento
doctrinario que a partir de una particular interpretación del
pensamiento de San Agustín, justifica la auctoritas papal sobre la
potestas regia. Complementada por la formulación de la plenitudo
potestatis,337 donde el Papa es postulado como la primera ratio de todo el
poder, tanto espiritual como terrenal dentro de la eclessia universal.
337
La plenitudo potestatis o plenitud de poder se sostiene en el siguiente pasaje bíblico: Tú eres Pedro y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (…) y te daré las llaves del Reino de los Cielos, y todo lo que
atares en la tierra, será atado en los cielos, y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los
cielos (Mateo XVI, 18-19). Este principio bíblico, junto al Rex Dei Gratia y al de Las dos espadas, era
parte de un programa teológico-política denominado agustinismo político, legitimando la teocracia Papal.
La autoridad absoluta del Papa sobre todo poder espiritual y terrenal. ULLMANN, Walter Principios de
Gobierno y Política en la Edad Media. Madrid. Alianza. 1985.
338
FIGGIS, Neville John El derecho divino de los reyes. México. FCE. 1982. p,43.
339
GUGLIELMI, Nilda La ciudad medieval y sus gentes. Buenos Aires. FECIC. 1981 p.156-157.
113
Por último, la disputa entre el poder papal y el imperial formará dos
“partidos”, el de los «güelfos», del lado del Papa y el de los «gibelinos», de
parte del emperador.
114
El razonamiento se complica con argumentos muy propios de la
mentalidad escolástica. Por ejemplo, lo que tiene más unidad es lo más
perfecto, es así que el Imperio universal tiene la mayor unidad
posible345, luego es la sociedad más perfecta posible, recordando en esto
a Aristóteles, quien al concluir el Libro X de la Metafísica, cita a
Homero quien dice que no es buena la multitud de jefes, que haya un
solo jefe346, lo cual fue interpretado desde distintas ópticas, pero los
romanos después de Augusto sostenían que con ello se afirmaba la
unidad de Dios, Imperio y Emperador: es preciso que haya un rey único
que rija y gobierne, pues, de lo contrario, no solo dejan los súbditos de
conseguir sus fines, sino que hasta el mismo reino perece 347. Otros
argumentos son de orden más práctico, como es la necesidad de un
juez supremo que pueda juzgar incluso las disputas entre los reyes,
con lo cual –es obvio- está pensando aún cuando hable del universo, en
la Europa cristiana exclusivamente: la monarquía universal es
necesaria para la mejor organización del mundo348.
345
Frente a las múltiples divisiones que Dante contempla, pensemos que es la disolución del orden
medieval, aspita a lograr alguna unidad política. GILSON, Etienne La metamorfosis de la ciudad de
Dios. Madrid. Rialp. 1965 p.128
346
HOMERO Ilíada II.204
347
ALIGHIERI, Dante op. cit. I. 5.8
348
ALIGHIERI, Dante op. cit. I. 11.20
349
ALIGHIERI, Dante Divina Comedia Infierno Canto VI 61.3 (Buenos Aires. FNA/Carlos Lohlé. 1972).
350
ALIGHIERI, Dante op. cit. Purgatorio Canto VI 76.8
351
ALIGHIERI, Dante op. cit. Paraíso VI. 80
352
ALIGHIERI, Dante Sobre la Monarquía I. 16.2
115
la monarquía o sea el imperio. La justificación que quiere Dante es la
única posible para una mentalidad medieval que cree que todo el poder
viene de Dios. Pues bien, la voluntad de Dios se manifiesta a través de
los acontecimientos y la historia de Roma demuestra que estaba
cumpliendo un papel querido por la Providencia. Dante reseña que Dios
ha intervenido con hechos milagrosos para proteger a los romanos y
señala el Imperio romano ha verificado la idea del Imperio universal
porque no era un poder creado para satisfacer la ambición de dominio
del pueblo romano sino para el bien común de los pueblos conquistados:
al pueblo más noble le corresponde ser preferido a todos los demás; el
pueblo romano fue el más noble; luego, le corresponde ser preferido a los
demás353 (...) Todo el que pretende como fin el derecho procede
legítimamente; el pueblo romano, sometiendo al mundo, pretende como fin
el derecho; luego, el pueblo romano sometiendo al mundo procedió
legítimamente354.
353
ALIGHIERI, Dante op. cit II. 3.2 Nótese que Dante, para dar más fuerza a sus argumentos comienza a
utilizar el método silogístico.
354
ALIGHIERI, Dante op. cit II. 6.19
355
ALIGHIERI, Dante op. cit. III.15.12-18
116
documentos que habían sido base para dichas pretensiones: la Donación
de Constantino y la traslación del Imperio a Carlomagno. Para Dante la
donación, cuya historicidad no pone en duda, es ilegítima porque el
emperador no tenía autoridad para enajenar el Imperio porque el Imperio
era res publica. La traslación es ilegítima porque el Papa no podía
trasladar a Carlomagno un poder que no poseía legítimamente. Toda la
argumentación de Dante termina las consideraciones que entonces se
estaban haciendo comunes: la Iglesia es una realidad espiritual, el reino
de Cristo no es de este mundo y, por tanto, la posesión de poder
temporal es contraria a la naturaleza de la Iglesia.
MARSILIO DE PADUA
356
MARSILIO DE PADUA, El defensor de la paz. (Madrid. Técnos. 1988)
357
El término civitas representa no sólo una entidad legal y política sino también económica, religiosa,
moral. En el sentido aristotélico la comunidad perfecta que provee todas las funciones para vivir y vivir
bien.
358
BERTELLONI, Francisco De la política como ontología a la política como teología en Revista de
Filosofía (1987)2 p.119-134; El surgimiento de la scientia politica en el siglo XIII.[Reconstrucción de un
nuevo espacio conceptual] en ZURUTUZA, H.- BOTALLA, H.- BERTELLONI, F. El hilo de Ariadna.
Del Tardoantiguo al Tardomedioevo, Rosario. Homo Sapiens. 1996.
117
teocrática descendente del poder y la filosófica naturalística-
ascendente.359
359
Para comprender esta situación podemos hablar de dos modos de legitimar y justificar el poder. Una
tesis del poder descendente y otra ascendente, que serán protagonistas principales de la lucha política
doctrinaria del período bajo medieval. A partir de ahí es fácil la crucial importancia que adquiere el
problema de establecer donde radicaba el origen del poder, pues de ello dependía el que se considerase
a un gobernante capacitado o no para dictar leyes ULLMANN, Walter Historia del pensamiento política
en la Edad Media., Barcelona. Ariel. 1983 p.17
360
MASON, Alfredo Teoría del estado. Buenos Aires. Biblos. 1997 p.11
361
SCHULTZ, Walter El dios de la metafísica moderna. México. FCE. 1967 p.45
362
PIRENNE, Henri Historia económica y social de la Edad Media. México. FCE. 1969 p. 106-123
363
BRUNNER, Otto: Ciudad y Burguesía en la Europa Feudal en Nuevos Caminos de la Historia Social
y Constitucional. Buenos Aires. Alfa. 1977; Estructura Interna de Occidente. Madrid. Alianza. 1991.
118
Un orden en crisis que se presenta incongruente frente a las formas
de explicación predominantes. Reproduciendo a su vez nuevos
interrogantes sobre el hombre, el mundo natural, la sociedad y el poder
político. Y este trastocamiento de las columnas del poder establecido
tendrá su desenvolvimiento en la teoría. El nuevo escenario, la ciudad
medieval, tendrá un actor secundario que luego tornará protagonista:
las ciudades del norte de Italia. Primeros atisbos de poder ascendente,
repúblicas aristocráticas que plantean su libertad, su independencia
frente al poder universal tanto del Papa como del emperador de
turno.364
119
y la unidad de la acción 368. Entonces distingue la esfera de lo
filosóficamente cognoscible del ámbito donde la razón no puede llegar y
distinguir así, las verdades de fe de las verdades de razón369
Las causas del estado se determinan por los hábitos del cuerpo y de
la mente. Se institucionalizan las funciones naturales del hombre
necesarias para la vida suficiente. El individuo está predeterminado por
la naturaleza como integrante de un oficio, apareciendo aquí la lejana
imagen del Platón de la Alegoría de la caverna, pero donde la areté
puede ser institucionalizada en la corporación; esto implica la idea de
que el individuo aislado, librado a sus deseos particulares, es una
fuente de discordia, mientras que la paz del Estado es resultante de una
correcta disposición de sus partes funcionales. Hasta cierto punto su
368
MARSILIO DE PADUA El defensor de la paz I.1.8
369
MARSILIO DE PADUA op. cit. I.4.3
370
MIETHKE, Jünger op., cit. p.150.
371
MARSILIO DE PADUA op. ci t I..4.3
372
MARSILIO DE PADUA op. cit I. 4.5
373
MARSILIO DE PADUA op. cit I. 15.5
374
MARSILIO DE PADUA op. cit I. 2.3
120
teoría es una transacción, en el modelo los ciudadanos son miembros de
corporaciones, el estado y la iglesia.375.
De forma que las partes del estado son producto de la razón para
encauzar las pasiones y los intereses humanos. Para todo esto es
condición necesaria el logro de la paz, que consiste precisamente en la
ordenada y jerarquizada interrelación de cada parte. De aquí se sigue
que en todas las cuestiones temporales el control del clero por el estado
es en principio exactamente como el control de la agricultura o el
comercio.376 Establece que la función del sacerdocio en la civitas es la de
mantener mediante su discurso, la paz y el orden. 377 Específicamente su
causa es la de moderar los actos humanos mediante el ejercicio del
carácter sacerdotal, dedicándose al vivir eterno. Dejando bien en claro
que esto no implica jurisdicción terrenal.378 Dado que la opinión
perversa hace imposible cualquier gobierno, pues destruye la unidad del
gobierno y del orden legal, o causa una anarquía permanente, ya que
consiste en la idea de que el cristiano está sometido en este mundo a dos
gobiernos (el espiritual y el temporal) que tienen que entrar en conflicto. 379
121
ya no es meramente lógica sino ontológica. Habla de lo verdadero y
necesario en cuanto a las instituciones necesarias. La formulación del
estado natural y sus partes es a la vez, la de un programa político.
122
donde -en contra de la tradición medieval- las partes se subordinan
entre ellas para lograr la preservación del estado. Unidad del estado,
caracterizada por un único centro de dónde emana la facultad de
coerción386. Y la unidad del Estado, que es particularmente importante,
implica que toda la coercitividad esté centrada en el gobierno y la ley
por la que ésta es llevada acabo, de manera que ninguna otra parte del
Estado y ninguna otra ley, puede hacerlo. De esta forma en la teoría
marsiliana aparece el principio de coercitividad indisolublemente ligado
a la naturaleza del poder político.
GUILLERMO DE OCKHAM
123
no designaría ninguna realidad distinta de la de los hombres
singulares, sino que indica una semejanza que va del todo «Pedro» al
todo «Pablo» y funda una noción común.
389
IGLESIAS, José Antonio Una introducción a Guillermo de Ockham y sus doctrinas política y
jurídica en Prudentia Iuris. Buenos Aires (1984)12 p.106
390
LEFF, Gordon Medieval thought: St. Agustine to Ockham. Harmondsworth. Penguin. 1968 p.259
124
De su concepción de los universales, la absolutización del individuo,
su teoría de las relaciones, su escepticismo en materia de causalidad,
su desconocimiento de la substancia y, fundamentalmente, su
concepción de la omnipotencia divina no podía hacer otra cosa que
prefigurar una doctrina política que no reconozca poder mundial –
excepto el de Dios- y donde carece de sentido suponer a la Iglesia un
poder sobre los estados. Ello significa la disolución ontológica de la
«cristiandad» como imaginario político391.
391
MASON, Alfredo op. cit. p.13
392
Citado por IGLESIAS, José Antonio op. cit. p.92
393
IGLESIAS, José Antonio op. cit. p.93
125
los que eligen o eliminan a sus gobernantes. Habiendo establecido un
paralelismo total entre el poder papal y el imperial, concluye que el
Papa tiene efectivamente el poder de Dios, pero como es elegido por los
hombres y él mismo es hombre, puede equivocarse y, por tanto, ser
sujeto a sanciones y aun de eliminación del poder. Puestas estas bases,
considera que puede rebelarse contra un Papa; ya que como cristiano,
tiene la obligación, dice Ockham, de estar sometido en general al
Papado, pero no a un Papa concreto elegido por hombres.
Por otra parte, sostiene que el poder papal y el civil son totalmente
independientes y que el príncipe no se ha de someter al Papa, dado el
origen divino común de ambos poderes, pero independientes en su
estructura y fines. Limita además Ockham los poderes que
habitualmente se daban al Pontífice; solamente le reconoce el hecho de
ser cabeza y príncipe de todos los obispos por su condición de sucesor
de San Pedro; por la misma razón, su autoridad suprema se extiende
sólo a lo referente al culto, a la fe y a lo espiritual. Su poder será
suficiente para permitirle gobernar sabiamente la comunidad de los
fieles, pero lo bastante restringido como para evitar el peligro de la
tiranía394.
394
TOUCHARD, Jean Historia de las Ideas Políticas. Madrid. Técnos. 1977 p.168
395
La expresión ius fori alude al campo del legislador humano –distinguiéndolo del legislador divino- en
donde opera su voluntad. Tal legislador puede ser el gobernante o el individuo al relacionarse con otros
individuos mediante convenciones, donde la única fuente de derecho es la voluntad.
396
Puede ampliarse en C.R. de SOUZA, José A. Ockham contra Marsilio de Padua en Veritas. Porto
Alegre 40(1995)159
126
cuestiones ambas comprendidas dentro del error conciliarista que
nuestro autor defendía.
EL PENSAMIENTO DE LA MODERNIDAD
MISIÓN ESPAÑOLA*
127
y su enfrentamiento con los nobles397, de ese conflicto surgirá Isabel de
Castilla –media hermana de Enrique IV- que a su muerte asumirá como
reina y, con una clara estrategia de poder enfrenta a los nobles y
plantea su casamiento con Fernando de Aragón, unificando las coronas.
No, entendemos que la cuestión política que los reyes debían resolver
–aun más allá de sus simpatías personales, pues hay fuertes sospechas
de que a ellos no les interesaban las medidas extremas- la oposición de
los nobles y la posibilidad de que éstos establecieran una alianza con
los moros (cosa que ya había comenzado a plantearse) para enfrentar a
la corona, sumándosele una parte de la comunidad judía; por otro lado,
el malestar del pueblo llano con dichas minorías no era tampoco un
dato menor ya que, el principal apoyo de los reyes para enfrentar a la
397
* El desarrollo de esta unidad sigue básicamente los cap. III y IV de MASON, Alfredo Teoría del
estado. Buenos Aires. Biblos. 1997 p. 27-47
La alta nobleza castellana es por entonces, de origen muy reciente y en la mayoría de los casos no se
remonta más allá de 1368, los cuales se transformarán en los ricos hombres del siglo XV y en los
Grandes de España del siglo XVI. PEREZ, Joseph La España de los Reyes Católicos. Madrid. Cambio
16. 1992 p.7
398
En Toledo (1449) y en Segovia (1474) se producen disturbios y hostilidades contra los miembros de
esas dos minorías.
128
nobleza en la construcción de su propio poder era ese sector de la
población399.
399
Para comprender este proceso es recomendable leer Fuenteovejuna, de Lope de Vega (Madrid.
Alianza. 2004).
400
A esta forma se la denomina de variadas maneras: ganar la calle, política de la plaza o más
técnicamente aclamattio.
401
C.f.: SÁNCHEZ ALBORNOZ, Claudio España, un enigma histórico. Buenos Aires. Sudamericana.
1956.
129
El Mundus Novus de Américo Vespucio (1454-1512) es la apertura a
la utopía, la posibilidad de la imposibilidad. de lo «otro» pero no en tanto
su singularidad, sino en tanto pensado como alteridad por la propia
racionalidad europea. América ocupa en el horizonte europeo el lugar de
la utopía y hace posible conllevar aquella época vivida como terrible por
sus coetáneos en la que, como dice Vives, la causa de las continuas
guerras que, con increíble fecundidad, han ido naciendo unas de otras,
ha sufrido Europa tantas catástrofes que en casi todos los aspectos
necesita una grande y casi total restauración.
402
CAMPANELLA, Tommaso La monarquía de España. Madrid. Alianza. 1991 p.152
130
Tal como afirma José Blanco Amor, las estructuras de la monarquía
absoluta de los Habsburgos o Austrias, permitían una gran libertad
intelectual para exponer puntos de vista novedosos, incluso se
reflexiona sobre la legalidad que posee su estancia en estas tierras; se
reflexiona, en definitiva, sobre el poder 403. Desde el mismo encuentro
con América. pero muy especialmente durante el reinado de Carlos I, se
abre en España -con total originalidad y sin restricción alguna- un
enorme ámbito de discusión sobre la legitimidad de la conquista del
nuevo continente y sobre la naturaleza del poder desde el cual esa
conquista se realizaba.
403
BLANCO AMOR, José España y su imagen en La Nación (Supl. Lit.) Buenos Aires. 16 de marzo de
1975 p.1
404
MENÉNDEZ PIDAL, Ramón Las Casas y Victoria. Madrid. Espasa-Calpe. 1966 p.3
405
VITORIA, Francisco De Indis en Relecciones teológicas 16 (Madrid. BAC. 1960)
131
también cita Juan de Solórzano Pereira en su Política indiana; Clemente
VI, en 1344, dio a Luis de la Cerda, conde de Clermont. hijo de Alfonso
de Castilla, el principado de las Canarias; a principios del siglo XV,
Martín V concedió al rey de Portugal la investidura de los
descubrimientos desde el cabo Bojador a las Indias; hubo otras Bulas
similares en 1437, 1452, 1456, 1459 y 1481.
Desde fines del siglo XIII fue frecuente que los juristas ligados por
sus intereses a la curia romana miraran al Papa como señor natural del
orbe (dominus orbis) extendiendo, por consiguiente, su jurisdicción
sobre tierras de infieles hasta poder disponer del dominio político de
éstas. La formación de tales doctrinas correspondió a Enrique de
Segusa o de Suza, cardenal obispo de Ostia, fallecido en 1271. En su
obra Summa aurea sostenía que los pueblos gentiles tuvieron
jurisdicción y derechos antes de la venida de Cristo al mundo pero,
desde entonces, todas las potestades espirituales y temporales
quedaron vinculadas a su persona y, luego, por delegación. al Papa 406.
132
Esta preocupación por la legitimidad del poder también surge en el
centro mismo de España. El 14 de agosto de 1509, Fernando el Católico
ordenó que ningún oficial impidiera a nadie enviar al rey o a cualquier
otro cartas u otra información concerniente al bienestar de las Indias 408 y
en 1521 una instrucción común ordenaba que aquel que impidiera a
otro dirigirse por escrito al rey perdiera por tal hecho privilegios y
bienes.
408
SIERRA, Vicente op. cit. p.71
409
Citado por HANKE, Lewis Bartolomé de Las Casas. Buenos Aires. Eudeba. 1968 p.37
410
ELLIOT, John Europa y América en la época moderna en La incorporación de las Indias al mundo
occidental en el siglo XVI. Universidad de Granada. 2000 p.29
133
siguieran arribando españoles a América, por el contrario, solicitó el
envío de verdaderos pobladores: Gente labradora que viviese de cultivar
tierras tan felices como éstas, las cuales de su propia voluntad
concedieran los mismos naturales pobladores y dueños de ellas. que
eran los indios. y los unos se casaran con los otros. y de ambas se
hiciera una de las mejores repúblicas. y quizás mas cristiana y pacífica
del mundo, y no enviar indiferentemente a todo tipo de personas
desalmadas. que las robaron, destruyeron411.
En lo que atañe al poder del rey sostendrá, que ningún estado, ni rey,
ni emperador puede enajenar territorios ni cambiar su régimen político
sin consentimiento expreso de sus habitantes 413, sentando de alguna
manera los orígenes de la doctrina de auto-determinación de los
pueblos.
134
Pero no fue esa la única voz sino que, a través del siglo XVI,
eclesiásticos, conquistadores colonizadores, indios y multitud de
oficiales reales de los mas recónditos lugares del imperio hispánico en
América enviaron mensajes al rey y al Consejo de Indias, explicando
qué o quienes estaban equivocados, a la vez que describían las medidas
requeridas para remediar la situación. Este hecho denota la relativa
libertad de expresión que se disfrutó en América en ese siglo, debido a
que los gobernantes españoles no solo la permitían sino que la
estimulaban. Pero este profunda sentido piadoso y de autocrítica no
mellaba el orgullo con que se pensaba el imperio "donde nunca se pone
el sol" y así lo expresa Hernando de Acuna, poeta "oficial" de la corte de
Carlos V:
Pero... ¿qué era América para los pobladores de una España pobre y
campesina? Era el sueño de riquezas fabulosas y ascenso social, el
sueño de fama eterna; el sueño de la evangelización; el sueño de crear
una sociedad alternativa y mejor. Quizás todos estos sueños se puedan
sintetizar en la expresión que en su carta escribe un fraile en México a
su hermano en España: la tierra es buena, aunque no está como solía
pero al fin ganan los hombres de comer mejor que en España. Este deseo
de vivir mejor reflejó las aspiraciones tanto individuales como colectivas
de un pueblo. La migración masiva de los españoles es comprensible a
partir de que ellos eran un pueblo en movimiento pues, la «reconquista»
no solo fue un proceso militar sino un continuo movimiento popular
135
hacia el sur, en búsqueda de un mundo mejor y, la aparición de
América a sus ojos no fue sino la continuación de ello 415.
136
En su experiencia en construir pueblos hospitales, las ordenanzas (que
debían regirlos en adelante) se redactaban al final. Para Quiroga es
esencial la experiencia y el desarrollo práctico de las instituciones;
tienen también gran influencia la experiencia histórica del cristianismo
primitivo, la tradición de tenencia colectiva de tierras entre log indios, el
conocimiento de las formas de colectivismo agrario español y las formas
democráticas que desarrollara España durante el proceso de
reconquista.
FRANCISCO DE VITORIA
419
VITORIA, Francisco De potestate civile 6 en Relecciones teológicas. Madrid. BAC. 1960
420
VITORIA, Francisco op. cit. 21
421
VITORIA, Francisco op. cit. 24
422
VITORIA, Francisco op. cit. 5
137
logre sus fines. El signo de tal sociabilidad, Vitoria, lo encuentra en la
palabra, a la que considera nuncio del entendimiento423 y concibe a la
comunidad como un órgano: así como un miembro busca más el bien
común de todo el cuerpo que el propio y perece la mano por la salud de
todo el cuerpo, así también el hombre, a quien Dios hizo parte de una
república, busca par inclinación particular el bien público más que el bien
particular424. Inmediatamente destaca la necesidad de la autoridad
política para esa misma sociedad. Luego afirma que habiendo mostrado
que la potestad pública está constituida por derecho natural, y teniendo
el derecho natural a Dios solo por autor, es manifiesto que el poder
público viene de Dios y que no esté contenido en ninguna consideración
humana ni en algún derecho positivo425.
Como se ve, la autoridad es conferida inmediatamente par Dios a la
comunidad: y a los gobernantes mediante la intervención de las
voluntades , humanas, pues toda determinación concreta del poder civil
y sus titulares es de derecho positivo. 0 sea, el sujeto de poder es la
comunidad y ella por consentimiento -aunque sea implícito- delega en
quien gobierna el ejercicio del poder. La comunidad no puede por si
misma ejercer la autoridad: si pudiera hacerlo, no seria necesaria la
designación del gobernante426.
423
VITORIA, Francisco op. cit. 3
424
VITORIA, Francisco De Homicidio 1103 en Relecciones teológicas (Madrid. BAC. 1960)
425
VITORIA, Francisco De potestate civile 6 en Relecciones teológicas (Madrid. BAC. 1960)
426
VITORIA, Francisco op. cit. 6
427
VITORIA, Francisco De Indis 3.8 (Madrid. Técnos. 1998)
428
VITORIA, Francisco De potestate ecclesiae prior 3.3.4 en Relecciones teológicas (Madrid. BAC.
1960)
429
VITORIA, Francisco op. cit. 3.3.13
430
VITORIA, Francisco De iuri belli en Relecciones teológicas. Madrid. BAC. 1960. 7
138
totum, su totalidad es relativa: la república no es sino una «totalidad
parcial» junto a otras totalidades. El término «totalidad», entonces, no es
geográfico ni cuantitativo sino cualitativo: y equivale a «autosuficiencia»
y «soberanía», en cuanto unidad de poder político y de jurisdicción.
Desde esta perspectiva, Vitoria también hace frente a la articulación
pontificado-imperio.
Pese a todas las críticas y negociaciones del poder temporal del Papa,
se aceptó la adquisición de América por concesión pontificia, es decir
que los monarcas, eran señores del territorio pero sin potestad política
sobre los aborígenes; esta concepción se reflejó en las Ordenanzas para
Descubrimiento y Población de 1573, que reconocieron el derecho de los
españoles a descubrir y establecerse en América, pero también
impusieron el deber de respetar la libertad de los pueblos americanos,
admitiendo solamente la guerra defensiva.
431
VITORIA, Francisco De Indis 3.6
432
VITORIA, Francisco op. cit. 3.1.2
433
VITORIA, Francisco op. cit. 3.2.1
434
VITORIA, Francisco op. cit. 3.5.1
139
La existencia de esta institución virreinal viene del tratamiento que la
corona de Aragón daba a los dominios anexados, donde se nombraba
un funcionario con la más alta dignidad y poderes para gobernar. Así
hubo virreyes en Cataluña, Valencia, Mallorca, Cerdeña, Nápoles y
Sicilia, con la misma categoría y funciones que en América 435.
140
1511. Aquellas que presidían los virreyes y capitanes generales
realizaban sesiones administrativas llamadas “acuerdos”, y las
resoluciones adoptadas “autos acordados”, que llegaban a ser
verdaderas leyes locales que luego se sometían al Consejo de Indias.
436
LOZANO, Pedro Historia de la Compañía de Jesús en las Provincias de Paraguay. S.M. de Tucumán.
Instituto de Antropología (UNT). 1941 p.226
437
LAFUENTE MACHAIN, R. Buenos Aires en el siglo XVII. Buenos Aires. Municipalidad de la Ciudad
de Buenos Aires. 1980 p. 233
141
Sacramento en 1679, que fue realizada solo por doscientos sesenta
soldados españoles y tres mil soldados guaraníes de las reducciones a
cargo del general Ignacio Amandaú. En 1697, la ciudad pidió refuerzos
porque se temía una invasión de tropas francesas, por lo que bajaron de
las misiones dos mil guaraníes, y en igual número acudieron en defensa
de esta ciudad cuando en 1700 se temía un desembarco de tropas
piratas dinamarquesas.
JUAN DE MARIANA
438
GALILEANO, Ana María Las reducciones guaraníticas. Buenos Aires. Ediciones Culturales
Argentinas. Ministerio de Cultura y Educación. 1979 p.12-13
439
IBARGUREN, Federico Lecciones de historia rioplatense. Buenos Aires. Huemul. 1966 p. 55
440
Recopilación de Leyes de Indias de 1681. De las Universidades, y Estudios generales y particulares.
Libro Primero. Título 22 Ley primera. www.filosofiayderecho.com/biblioteca-e/legislacion.htm
142
consentimiento, expropiarles injustamente su propiedad, o por impedir
que se reúna un parlamento democráticamente elegido.441
441
Mariana describe de la siguiente manera al tirano típico como aquel que sustrae la propiedad de los
particulares y la saquea, impelido por vicios tan impropios de un rey como la lujuria, la avaricia, la
crueldad y el fraude (...) los tiranos intentan perjudicar y arruinar a todo el mundo, pero dirigen sus
ataques en especial contra los hombres ricos y justos que viven en su reino, consideran el bien más
sospechoso que el mal, y temen como a nada precisamente esas mismas virtudes de las que carecen (...)
los tiranos expulsan del reino a los mejores con la excusa de que ha de rebajarse a quienquiera que
destaque sobre el resto (...) dejan exhausto al pueblo para que no pueda reunirse, exigiendo casi a diario
nuevos tributos, promoviendo disputas entre los ciudadanos y empalmando el fin de una guerra con el
comienzo de otra. De situaciones así surgieron las pirámides de Egipto (...) el tirano no puede menos de
temer que aquellos a quienes esclaviza puedan intentar derrocarlo (...) por eso prohíbe que los
ciudadanos se reúnan o formen asambleas o discutan en común los asuntos del reino, arrebatándoles
con métodos propios de policía secreta la ocasión misma de hablar o escuchar con libertad, impidiendo
incluso que puedan expresar sus quejas libremente. ROTHBARD, Murray N. Juan de Mariana and the
Spanish Scholastics en Fifteen Great Austrian Economists. Auburn. Ludwig von Mises Institute. 1999 p.
5-6
442
MARIANA, Juan de Discurso sobre las enfermedades de la Compañía. Madrid. Imprenta Gabriel
Ramírez. 1978 p. 53.
443
MARIANA, Juan de Tratado y discurso sobre la moneda de vellón. Madrid. Instituto de Estudios
Fiscales. 1987
444
MARIANA, Juan de op. cit. p.33
143
A partir de aquí, Mariana deduce que el rey no puede imponer un
impuesto a sus ciudadanos sin que estos estén de acuerdo, dado que
los impuestos no son sino una apropiación forzosa de una parte de la
riqueza de los vasallos. Para que esta apropiación sea legítima, los
vasallos deben, por tanto, manifestar su aquiescencia. De la misma
manera, tampoco puede el rey crear monopolios estatales, puesto que
estas instituciones no son sino una manera de imponer cargas
contributivas.
FRANCISCO SUÁREZ
445
MARIANA, Juan de op. cit. p. 46
446
ROTHBARD, Murray N. op. cit. p.8
144
Los gobernantes absolutistas aprovecharon esta situación para
establecer un nuevo concepto de autoridad soberana que les permitiera
constituir legítimamente su poder sobre si -dado que no era el Papa
quien lo delegaría como autoridad universal- consolidando un nuevo
modelo de estado centralizado.
447
Citado por FRANCESCHI, Gustavo J. Francisco Suárez y el origen del poder civil en Presencia y
sugestión del filósofo Francisco Suárez. Buenos Aires. Kraft. 1959 p.59
145
animal social y de una manera natural y recta tiende a vivir en
sociedad448 para ello cita explícitamente a Aristóteles449.
448
SUAREZ, Francisco De Legibus 1.3 (Madrid.CSIC. 1974)
449
SUAREZ, Francisco Defensor Fidei. 1.4 (Madrid. CSIC. 1965); ARISTÓTELES Política 1253 a
450
SUAREZ, Francisco De Legibus 2.5
451
SUAREZ, Francisco Defensor Fidei .2.4
452
SUAREZ, Francisco op. cit. 2.5
146
Precisamente ese poder aparece en el momento de la constitución de
la comunidad, lo cual -señala Suárez- es la comprobación de que no
estaba previamente en los hombres. Antes de que se congreguen los
hombres en un cuerpo político, esta potestad no esta en cada uno de
ellos, ni total ni parcialmente453. El hecho de que los hombres se unan
voluntariamente en sociedad no modifica la realidad de que la
autoridad no depende de esa voluntad.
Afirma también Suárez que tal potestad no la otorga Dios para una
distinción especial o para algo distinto de la naturaleza humana y,
como afirmáramos. se manifiesta cuando se constituye la comunidad
perfecta455. Ello es muy explícito en la obra suareciana en tanto afirma
la necesidad de que exista la voluntad y la libertad de los hombres de
constituirse en una comunidad perfecta. pero para que exista la
autoridad solo se sigue de la naturaleza y su autor.
453
SUAREZ, Francisco De Legibus 3.1
454
SUAREZ, Francisco Defensor Fidei 1.7
455
SUAREZ, Francisco Defensor Fidei .3.6
456
SUAREZ, Francisco op. cit. 1.2; 2.4; 3.
457
SUAREZ, Francisco De Legibus 2.4
147
Pues, naturalmente. este poder solo se encuentra en la comunidad en
cuanto es necesario para su conservación y en cuanto puede
demostrarse por el dictamen de la razón natural. Ahora bien, la razón
natural solo dice que el poder político esta necesariamente en toda la
comunidad y no en una sola persona o senado. Luego, en cuanto procede
de Dios inmediatamente, se entiende que solamente reside en toda la
comunidad y no en una parte de ella. -y más adelante insiste- en virtud
de la razón natural no puede hallarse motivo por el cual el poder se haya
de corresponder a una persona o a un determinado grupo de personas
más que a otro dentro de toda la comunidad del estado. Luego, en virtud
de la concesión natural. solo reside inmediatamente en la comunidad 458.
148
debe tiene su fundamento en un pacto de la sociedad humana y, por
consiguiente, que no tiene su origen en la inmediata institución divina.
pues el pacto humano se contrae par voluntad de los hombres 463.
463
SUAREZ, Francisco op. cit. 2.10 Aquí Suárez cita a Alfonso de Castro De potestatis lege poenali I.1;
Bellarmino Apología, cap. 13, pp. 125-127; Francisco de Vitoria De potestate civile, De potcstate
ecclessiael; Domingo de Soto De Iustitia, IV. 1 q.4 a.l; Luis de Molina (De Iustitia. v.: I t.: II. disp. 21 y
a Santo Tomas de Aquino Suma Teológica I-II q.97 a.3, I-II q.90 a.3 inc. corpus, II-II q.l0 a.l0.
464
SUAREZ, Francisco op. cit. 2.12
465
SUAREZ, Francisco op. cit. 2.13
466
SUAREZ, Francisco op. cit. 2.17
149
merece que el pacto formulado entre él y sus súbditos no sea guardado
por ellos467.
150
comunidad y viceversa? ¿quedará vacante hasta conocerse el resultado
del plebiscito?
151
Se comprueba esta afirmación, observando que no existieron
señoríos jurisdiccionales en América, lo cual significó la inexistencia de
estructuras intermedias entre monarca y súbditos, restando funciones y
tierras a los reyes que es el intento permanente de la nobleza en
España. Solórzano muestra como todo ello fue abortado en América,
evitando que prosperasen los intentos iniciados por los conquistadores,
lanzados a la lucha por la perpetuidad de las encomiendas de indios. La
experiencia de la feudalización producto de la guerra de «reconquista»
no se repetirá en América.
152
no lo remediéis, lo tengo de remediar, y mandaros hacer gran cargo de
las más leves omisiones de ésto, por ser contra Dios y contra Mí, y en
total destruición de esos Reynos, cuyos naturales estimo, y quiero sean
tratados como lo merecen vasallos que tanto sirven a la Monarquía y
tanto la han engrandecido e ilustrado.473
153
solo estaban legalmente definidos, sino objetivados para su actuación
por vía de acciones judiciales. Algunos juristas latinoamericanos
señalan a los orígenes del moderno «recurso de amparo» en los cauces
procedimentales que se establecieron en el Juzgado General de Indias
de la Nueva España (actual México) el cual brindaba a los indios
asistencia letrada gratuita475.
RENACIMIENTO Y REFORMA*
NICOLÁS MAQUIAVELO**
154
punto se hizo frecuente esta acepción que la palabra era usada sin
adjetivo alguno que la calificara. La formula tradicional era: Precari pro
statu Ecclesia o populi christiano o regis regnis476.
155
la burocracia se elimina la mediatización feudal del poder del estado y
se hace posible establecer el vínculo de súbdito con carácter general y
unitario480.
156
experiencia histórica del poder y del estado, necesariamente distinta de
la europea y, por lo tanto. necesariamente «contextual». En apoyo de
esta interpretación acuden dos autores de diversos puntos de vista:
Antonio Gramsci (1891-1937) y Friedrich Meinecke (1862-1954).
484
FERNÁNDEZ PARDO, Carlos Sobre la historia y la política nacional en Maquiavelo en Revista de
Filosofía Latinoamericana. Buenos Aires (1979)9/10 p.88
485
GRAMSCI, Antonio Note sul Machiavelli, sulla política e sullo stato moderno.Turín. Giulio Einaudi.
1966 p. 144
486
MEINECKE, Friedrich La razón de estado en la Edad Moderna. Madrid. Centro de Estudios
Constitucionales. 1983 p.33
487
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: Lattere 1138
157
pues no es posible actualizar la verdad sin el conocimiento de la
situación político-histórico concreta488.
488
SÁNCHEZ, Sergio Los artificios del poder: Maquiavelo en Estudios. Córdoba. (1994)3 p.39
489
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: Príncipe III.9; Discorsii I.60.215; II.13.252
490
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: Discorsii XV.40.50
491
FERNÁNDEZ PARDO, Carlos op. cit. p.89-90
158
ya hemos dicho, en 1322 se levanta el pueblo de Urbino y mata al
duque Federico por enemigo de la Iglesia; 1o mismo pasa en Osimo y en
1342 Florencia se levanta para expulsar al duque de Atenas).
492
MAQUIAVELO, Nicolás Opere op. cit. XV.50:
493
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: op. cit. XIX.65
494
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: op. cit. XIX.63
495
POSADA, Francisco Maquiavelo y la libertad nacional en Eco. Bogotá (1966)76 p.377
159
tocado bregar, puesto que existen tantas condiciones reales como países
o estados se consideren496.
496
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: Lettere 1113
497
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: Discorsii I.47.187
498
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: op. cit. I.1.89; I.59.212
160
A partir de cierto momento, un príncipe no podrá utilizar sin más las
medidas «discrecionales» y aspirar a calificarse de prudente, ni
satisfacer la necesidad de atraerse el favor del pueblo para mantener el
poder. Solo si se le garantiza protección y bienestar como forma de
reconocimiento de la dignidad del pueblo se obtiene el consenso y la
gobernabilidad. Ello reconoce la «gloria» del gobernante -complemento
de la virtu- y la concepción del pueblo como sujeto digno de respeto.
161
de manera alguna, que cualquier acción se justifica en nombre de ella –
los argentinos tenemos múltiples ejemplos de tal felonía- sino que no
hay que olvidar lo que ya comentamos de nuestro autor; el príncipe
debe tener la mirada hacia el bien de la Patria y al pueblo en el corazón.
503
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: Discorsii I.12.124
504
MARTINOTTI, Héctor J. Maquiavelo y la dominación en Rev. Arg. de Estudios Estratégicos. Buenos
Aires (1997)17 p.89
505
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: Príncipe XV.49; ARAUJO, Cicero Algunas reflexôes sobre
Maquiavelo en Trans/formaçao. San Pablo (1994)17 p.48
162
simultáneamente en la vida política, esto es 1o que intentaba 1ograr
Maquiavelo a través de la reforma de la milicia 506.
506
GRAMSCI, Antonio op. cit. p.14
507
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: Príncipe III.12; XIII.45; XV.51
508
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: Discorsii I.6.105
163
La virtu siempre aparece ligada a la conducción política. En tanto que
potencia, el político virtuoso podrá imponer con su acción una veritá
efettuale, campo de estudio de la ciencia política. a sea, la virtu política
estará en condiciones de convertir el dominio en «instituciones» 509. Es la
prolongación de la virtu más allá de 1os hombres particulares, 1o que
institucionaliza el poder y la grandeza 510. La fortuna es un «hecho»
humano, resultado más que causa. Es el encuentro de la necesidad
(histórica) con aquel hombre que conoce su dirección y se orienta por
ella.
509
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: Discorsii I.2.94
510
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: op. cit. I.24.149
511
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: op. cit. II.29.298; III.9.316
512
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: op. cit. II.16.259; Príncipe XXV.81; Lettere 1116
513
CHABOD, Federico El método y el estilo de Maquiavelo en Eco. Bogotá (1966)76 p.396
514
MAQUIAVELO, Nicolás Opere: Discorsii I.3.97; I.10.116; Príncipe 6.16; 23.83; HERMOSA,
Antonio Las pasiones de la libertad. Una hojeada al «Príncipe» en Daimon. Murcia (1993)6 p.66
164
actuar en conformidad con ellas, por eso afirma que lo peor de una
república es la indecisión515.
Es así como la verdad en política tiene que ver con los resultados,
con la realidad misma o como evangélicamente se afirma: los conoceréis
por sus obras. El interés de Maquiavelo por el estudio de las formas de
institucionalización apunta al pasaje de una concepción de 1o político
centralizado en las capacidades del mando, la autoridad, la astucia del
príncipe, a otra concepción más moderna del estado como «régimen»,
«dominio» o «sistema de gobierno».
165
concerniente a la soberanía, Maquiavelo dirá que los príncipes deben
saber que comienzan a perder el estado en el momento mismo en que
comienzan a quebrantar las leyes y las viejas instituciones y costumbres
bajo las cuales han vivido sus súbditos largo tiempo 520.
166
sitio porque ninguna autoridad está en su lugar 522. A partir de ahí, la
Reforma toma una dimensión políticamente escatológica.
522
Citado en La Reforma Protestante: Lutero. Santa Rosa. UNLPam. 1980 p.4
167
1. Origen en el luteranismo, con el Nuevo Testamento
como texto.
2. Tendencias más radicales, con el Antiguo Testamento
como texto.
168
divina no fuera contradicha por lo menos externamente y de que llegara
a cada uno para que desplegara su fuerza redentora personal e
íntima526.
Seremos más claros. Para Lutero, la esencia del mundo son la cruz y
el dolor, la muerte y la enfermedad, la desgracia y la impotencia, lo cual
nos recuerda siempre la condenación del pecado. El mismo sostendrá
que tenemos que vivir en él y superarlo, viendo toda nuestra salud en
nuestra justificación y en el sacrificio de Cristo por nosotros; sin fiarnos
nunca del mundo y contando siempre con el castigo de los pecados,
pero sometidos humildemente a él y a su curso. Humildad, obediencia
y confianza en Dios, es la actitud luterana ante el mundo, que se
adopta con pasión, como castigo de nuestros pecados y como
ordenamiento de Dios. Es un mundo en donde las raras alegrías no
son más que un reflejo fugaz de la bondad original de la creación,
perdida por el pecado original. Con esos principios establece Lutero las
bases para el desarrollo de una doctrina de la no resistencia a los
tiranos, de la cual hemos visto el desarrollo que le dio Jacobo I de
Inglaterra.
526
Lutero, Zwinglio y Calvino sienten desde el principio una oposición interna encarnada en el
humanismo, los baptistas y el espiritualismo individualista pues, el retiro de esa gente en pequeños
círculos piadosos, su alejamiento del estado y su renuncia a la coacción religiosa se oponía a las ideas de
los reformadores. TROELTSCH, E. op. cit. p.32-33
169
Para el estudio de las ideas políticas de Calvino hay que acudir al
capítulo XX de su Institutio christianae religionis, donde expone su
doctrina sobre la comunidad política y sobre la cuestión de la
resistencia a la autoridad. La doctrina política de Calvino parte de su
teología, cuya idea básica es que el poder de Dios domina toda la
creación. Nada sucede en el mundo sin la voluntad de Dios.
Precisamente de ella emana todo derecho. Así, el derecho natural
procede de Dios y es el fundamento de la comunidad política. En
segundo lugar, la comunidad política se asienta en la naturaleza del
hombre, es decir, éste es por naturaleza un animal social, tiende por
instinto a formar y defender un orden social regido por leyes aceptadas
y queridas naturalmente por todos. En tercer lugar, la comunidad
política tiene como objeto proporcionar a los hombres un tipo de vida
civilizada, esto es, pacífica y justa, de tal manera que el orden político
es necesario, gratuito y establecido por Dios. La autoridad política tiene,
de ese modo, carácter protector y educador.
527
Esto refleja su convicción de que la «mancha» del pecado original no se limpia por el bautismo sino
que se lleva de por vida, siendo por ello la naturaleza humana corrupta en su esencia.
528
TROELTSCH, E. op. cit. p.56-57
529
TROELTSCH, E. op. cit. p.61
170
En cuanto al derecho de resistencia a la autoridad, Calvino establece
que la autoridad política deriva de Dios y por esa razón se le debe
obediencia, aunque quien gobierne sea un tirano. Como instrumento
divino para castigar los pecados de los hombres, con el objeto de
provocar un sentimiento de culpa colectiva, como aguijón de la
conciencia, el tirano es para Calvino un fenómeno extrapolítico, de tal
manera que la fundamentación de su obediencia es de tipo religioso, no
político. Dicho de otro modo, quienes mandan bien son espejos de Dios,
quienes gobiernan injustamente son enviados para castigar. Es Dios
mismo quien coloca al tirano en el trono y sólo él o quien tenga
autoridad delegada de él puede destronarlo. En la radicalización de
estas posturas, que el calvinismo realiza en sus luchas contra el
catolicismo en Francia, Holanda, Escocia e Inglaterra, culmina
aceptando la desobediencia o el tiranicidio cuando el tirano, ordenando
alguna cosa contra lo que Dios ha ordenado, pierde su autoridad.
171
elección y de constitución de nuevas autoridades prefiere una
aristocracia moderada530, reforzado ello por la aristocrática idea de la
predestinación531.
172
en esa época era aceptable lo que luego se llamó la plusvalía y el cobro
de intereses.
EL HUMANISMO Y LA UTOPÍA
Sabemos, así, que las humanidades tienen que ver con el mundo de
lo humano y con el amor a los hombres y sus cosas. También que, si
decimos humanismo cristiano, lo hemos bautizado, pero no con un
536
WEBER, Max op. cit. p.214-215
173
nombre sino con un adjetivo. Esto es, en rigor, la «humanitas» no es otra
cosa que la filantropía; por su parte, las humanidades son «aquellos
estudios que fomentan y depuran la filantropía o amor a los hombres».
«Humanista», es el que florece en estos estudios. Finalmente,
entendemos por «humanista cristiano», a aquel que, iluminado por la fe,
podrá reconocer en ese amor por los humanos la obra de un Creador
pero nunca ensombrecerla equívocamente con su gloria.
Por su parte, la palabra «utopía» quiere decir «no hay tal lugar», según traduce
Francisco de Quevedo537 en el pró1ogo a la versión, expurgada, que en 1627 hizo don
Gerónimo Antonio de Medinilla y Pones de la obra de Tomás Moro (Thomas More).
Recubierto de la estética de lo imaginario la palabra y concepto utopía, utópico, permite
al racionalismo la sutil construcción de una concepción totalitaria; la utopía es,
curiosamente, la construcción más originariamente europea: es la Razón que se concibe
a sí como absoluta y ordena un universo según sus propias leyes, frente a lo que de
hecho es, opone lo que, según el pensamiento más estricto, debe ser, escindiendo la
realidad. A pesar de lo arbitrario, consagra a esa construcción como el ideal perfecto en
donde, en general, una élite de sabios se autoproclama como autoridad política y ética.
¿Cuál es la cuestión? Históricamente, la relación entre los intelectuales y la política no
ha sido fácil, pues aparece una incomprensión de parte de los primeros respecto del
significado y construcción del poder, es natural que el pensamiento haya huido a otros
ámbitos buscando un estado ideal en ninguna parte (Utopía) creado con arreglo a ideas
racionales, en donde no existe ese molesto concepto. Y un mundo construido por la
razón, al ser evaluado por ésta, no puede ser otra cosa que perfecto, pero por mucho que
pese, no es humano. La utopía es un ejercicio intelectual que aparece como
contrapartida del estado existente hic et nunc.
537
www.proteus.1afm.com/utopia01.html
174
nuestro globo material, el globo espiritual permaneciera cerrado en los
estrechos límites de los antiguos descubrimientos 538. Y, en el Novum
Organum, interpreta en este sentido la profecía de Daniel. El mundo,
espejo de los enigmas de Dios, fue en la Edad Media, el escenario donde
todas las criaturas representaban simbó1icamente la historia sagrada:
la nuez era una prefiguración de la Crucifixión y la mariposa emblema
realista de la Resurrección. ¿En qué momento ese espejo empezó a
reflejar los enigmas del hombre? ¿Cómo le fue revelando el mundo como
escenario de su historia? Es cierto que a partir del siglo XIII comienzan
a surgir los elementos que permiten hablar del resquebrajamiento del
paradigma medieval y la aparición de los indicios de lo nuevo que se
está creando pero, nos basta con señalar el otoño de la Edad Media
pues no habría sido más que una «primavera» renaciente de no haberse
encontrado el Nuevo Mundo. Só1o el «descubrimiento» de América -el
descubrimiento de la motivación para la utopía- hace posible a Europa
conllevar aquella época terrible en la que, como nos dice Vives, a causa
de las continuas guerras que, con increíble fecundidad, han ido naciendo
unas de otras, ha sufrido Europa tantas catástrofes que casi en todos los
aspectos necesita una grande y casi total restauración 539. Así España,
dice Campanella, descubrió el Nuevo Mundo para que todas las naciones
estuvieran sometidas a una sola ley540.
Tomás Moro publicó su Utopía en 1516, y Lutero dio el primer paso hacia la
Reforma protestante al año siguiente; hacía menos de 25 años que se había descubierto
ante los ojos europeos el continente americano. Además de anticipaciones del futuro,el
autor realiza una crítica de la situación presente de Inglaterra. El interés por la
reflexiones políticas y morales que se ve reflejado en sus obras fue acompañado por una
participación activa en la vida política de su tiempo. En 1504 es elegido miembro del
Parlamento, oponiéndose al absolutismo de Enrique VII, siendo multado y encarcelado
a raíz de dicha oposición, viéndose obligado a abandonar la participación activa en la
vida política. Con la llegada al trono de Enrique VIII se ve rehabilitado, siendo
nombrado alguacil de Londres, y participando también en algunas misiones
diplomáticas; el éxito alcanzado en sus actividades le lleva a ser nombrado Lord
Canciller de Inglaterra. Sin embargo, su desacuerdo con los planes de Enrique VIII,
quien deseaba romper con la iglesia de Roma y consolidar su poder absoluto, le hacen
caer en desgracia, siendo encarcelado en la Torre de Londres, y condenado a muerte y
decapitado, finalmente, en julio de 1535.
538
BACON, Francis La Nueva Atlántida en Utopías del Renacimiento México. FCE. 1991 p. 238
539
Citado por IMAZ, Eugenio Topía y Utopía en Utopías del renacimiento. p.15
540
CAMPANELLA, Tomás Monarquía de España en La Política. Madrid. Alianza. 1991 p.75
175
Hay una crítica inicial vinculada a la posición con que se encara los asuntos de
Gobierno. La mayoría de los príncipes piensan y se ocupan más de los asuntos militares,
de los que nada sé ni quiero saber, que del buen gobierno de la paz541, dominados por la
ambición sólo se preocupan por adquirir nuevos dominios, sin preocuparles el buen
gobierno de los que ya tienen; además, se rodean de aduladores, dominados también
por ambiciones, en medio de una maraña de leyes desproporcionadas, injustas e
ineficaces542.
Frente a la ambición que genera el poder, la cual es vista como algo intrínsecamente
negativo y ello, se vincula a esa situación crítica de la razón que debe escindir la
realidad por no poder abarcar esa voluntad de poder, lleva a Moro a reconocer que la
filosofía es inoperante. No hay ninguna vía, ni directa ni indirecta, que por medio de
una operación intelectual pueda transformarse dicha voluntad por lo que concluirá: si
no puedes conseguir todo el bien, que resulte el menor mal posible543. No hay modo de
ser útil para unos hombres así, dice Hitlodeo: su solo trato deprava. El más limpio y
honesto terminaría encubridor de la maldad y estupidez ajenas544. ¿Cuál es la razón
última –para Moro- de esa imposible colaboración entre poder y filosofía? Creo que
donde hay propiedad privada y donde todo se mide por el dinero, difícilmente se
logrará que la cosa pública se administre con justicia y se viva con prosperidad, dirá el
personaje Hitlodeo545.
Casi hacia el final del Libro I sostendrá que para eliminar la causa de la ambición,
la propiedad privada, no se trata de apelar a la buena voluntad del gobernante, ni de
que éste se deje asesorar por el filósofo: en un mundo dominado por ella sería absurdo.
El filósofo rey no tiene sentido en esa sociedad, en la que la sabiduría tampoco tiene
lugar. La verdadera solución a los males sociales y, en particular, al de la guerra
comienza por instaurar unas condiciones sociales que la hagan imposible546. Por el
contrario, muestra que en Utopía, cuando algún pueblo prohíbe a otro el uso y la
posesión de terrenos que tiene vacíos y desocupados, de los que nadie se aprovecha, por
ley y ordenamiento del Derecho Natural este otro pueblo puede vivir allí y trabajarlo, y
apoderarse del dominio y del uso de aquella tierra.(...) De estos almacenes cada padre de
familia saca todo aquello que necesita para sí y para los suyos, sin dinero ni nada que lo
sustituya. ¿Por qué se le negará nada si allí hay abundancia de todo, y Sin temor a que
nadie pida más de lo que necesita? ¿Y qué objeto puede tener el pedir con exceso
cuando se está seguro de que no faltará nada de lo necesario?547
541
MORO, Tomás Utopía. Madrid. Alianza. 1992 p.75
542
MORO, Tomás op. cit. p.77
543
MORO, Tomás op. cit. p.101
544
MORO, Tomás op. cit. p.102
545
MORO, Tomás op. cit. p.103
546
MORO, Tomás op. cit. p.104
547
MORO, Tomás op. cit. p.105
176
secular de Cristo exige más que la imitación de la Idea platónica, se trata de volver al
cristianismo primitivo.
548
El joven Moro, apenas contrariada su vocación franciscana, realizó una lecturas de la Ciudad de Dios
de San Agustln; más avanzado en edad y ya perfecto humanista cristiano, escribirá la Utopía.
549
Citado por IMAZ, Eugenio Topía y Utopía p.11
550
MORO, Tomás op. cit. p. 85
551
MORO, Tomás op. cit. p. 109
177
tan bien constituido como aquel 552. El mito de la edad dorada parece
reactualizarse por la incitación de América. La idea de la comunidad
cristiana primitiva que ronda tanto los hospitales de Nueva España 553
como las reducciones guaraníes les complace a los utopistas, porque
encuentran la vida de esa comunidad muy parecida a la que ellos
aspiran para toda la humanidad. Este es el punto en que el.
pensamiento humanista cristiano va más allá de si mismo y llega a
secularizar, impregnándolo de utopía el. dogma de la Redención y a
materializar la invisible ciudad de Dios. La naturaleza humana ha sido
restaurada por Cristo; el. cristiano tiene o debe tener, si responde a su
título, su naturaleza humana rescatada. El. cristiano, por primera vez,
puede ser plenamente hombre. Puede, con la caridad, prolongar el amor
a los demás hombres que la naturaleza ha puesto en su seno
haciéndole sociable. Si nos parece que esta doctrina cristiana es alguna
burlería ¿Por qué no la dejamos del todo?554 .
178
defender sus fronteras, expulsar de los territorios amigos a los invasores,
liberar del yugo y esclavitud de un dictador a algún pueblo oprimido por
la tiranía557, nos hace acordar a algunos de los argumentos tanto del
siglo XX como XXI para iniciar guerras, ni utópicas ni justas, tal el caso
de la invasión a Irak por parte de los EEUU, Gran Bretaña y sus
aliados. Por último, se establece un régimen de transición, mientras
todo el mundo se hace utópico, y en el que los pueblos utópicos, que
bien pueden ser todos los cristianos, ejercen una hegemonía civilizadora
sobre el resto del mundo a sus alcances.
Moro, que no hizo otra cosa en toda su vida –y en toda su Utopía- que
tratar de humanizar el fanatismo religioso, se encuentra con el
espectáculo de Alemania, centro de todos 1os fanatismos. Frente al
«clericalismo» manifestado por la invasión de los eclesiásticos en todas
las esferas de lo civil, él preconiza un estado guiado fundamentalmente
por el Derecho Natural. Frente a los privilegios de los poderosos, pone la
igualdad de todos los ciudadanos, en una vida comunitaria.
179
instrumento de poder que puede hacer de ese hombre, nacido del fango,
desnudo e inerme, se convierta en constructor del mundo y señor de
toda cosa.
562
CAMPANELLA, Tomás Monarquía de España p.122-123
563
El medievalismo del que hablamos tiene que ver con su similitud con las posiciones de Dante, mientras
que la simulación está relacionado a la interpretación de que muchas de estas afirmaciones tienen que ver
con una «máscara» que asume Campanella para ser protegido por la Iglesia y defenderse de las
autoridades españolas frente a sus proyectos y acciones revolucionarias.
564
En carta a A. Scioppius del 1 de junio de 1607 sostiene que, aun cuando no sea cristiano, amo, sin
embargo, como filósofo y en forma natural a Dios. (citado por MEINECKE, F. La idea de la razón de
estado en la edad moderna. Madrid. Centro de Estudios Constitucionales. 1983. p.99).
565
MEINECKE, Friedrich op. cit.. p.94
180
insensato. Con ello desea expresar lo que considera la esencia de la
concepción política moderna y que en la mencionada carta a Scoppius
la denomina ratio status, consistente en la apreciación de la parte sobre el
todo y que refiere a la convicción de Maquiavelo que el hombre realiza
sus obras impulsado por la voluntad de poder y dominio; por el
contrario Campanella sostendrá que la cadena causal de los hechos
está anclada en la causa primera que es Dios, por eso, el pensamiento
político debe tener presente la totalidad de las cosas y acontecimientos
y su última fuente en Dios.
Estamos ante una visión casi mística del proceso histórico visto
desde una gran conexión universal, por la que el cielo y la tierra actúan
de conjunto para producir todo cuanto acontece. El hacer humano,
dentro de este espectro, aparece como un pequeño aspecto, mal
iluminado del proceso vital universal. Finalmente, encontramos que,
como en todo pensador utópico, no puede trasponer los límites del
racionalismo que, en el fondo, aspira a transformar todo en una
máquina de relojería.
566
BACON, Francis Nueva Atlántida en Utopías del Renacimiento p. 238
567
HELLER, Hermannn Teoría del estado. México. FCE. 1968. p.49
568
BACON, Francis Ensayos. Buenos Aires. Aguilar. 1965 p.225
569
QUINTON, Anthony Francis Bacon. Madrid. Alianza. 1985 p.102
181
Como político Bacon nos ha dado su idea en el ensayo Of the truth
greatness of Kingdoms and States (De la verdadera grandeza de los
reinos y los estados): Por encima de todo, para el imperio y la grandeza,
lo que mas importa es que una nación profese las armas como su
principal honor, estudio y ocupación. En la Europa cristiana so1o los
españoles hacen esto.570 Recomienda que se imite a 1os españo1es
cuando por la misma época Campanella trata de utilizarlos para la
edificación de su ciudad. En cuanto a las utopías piensa 1o siguiente:
miramos a Maquiavelo y a escritores de este género que, abiertamente y
sin disimulo, declaran 1o que el hombre hace de hecho. y no 1o que debe
hacer; porque es imposible reunir la prudencia de la serpiente y la
inocencia de la paloma sin el previo conocimiento de la naturaleza del
mal.571
570
BACON, Francis op. cit. p.133
571
BACON, Francis op. cit. p.47
182
El Papa León X le dispensó de tener que vestir el hábito para que
viviese en el mundo y en 1515, es nombrado consejero del archiduque
Carlos, gobernador de los Países Bajos, para quien escribe la Institutio
Principis Christiani. Aunque inicialmente no le prestó gran atención, el
crecimiento del problema luterano le hizo cada vez más difícil su
insistente pretensión de neutralidad intelectual. Erasmo traza el camino
imperial de la mínima unidad cristiana de doctrina y hace todo 1o
posible, en su visión de la situación, para que el emperador obligue al
Papa a convocar un Concilio. La dieta de Augsburgo da la razón. La
suerte esta echada y preparado el camino para el Concilio de Trento: se
abre el camino de la contra-reforma. Pero su situación personal no es
sencilla, si en 1517 se había ido a Lovaina, en 1521 hubo de salir de la
ciudad y volver a Basilea, por lo insostenible de su situación (aun
distanciándose claramente de Lutero, insistía en ser no beligerante) y
para guardar su independencia. Pero en 1524 lanzó su Disquisición
sobre el libre albedrío, con una violenta respuesta de Lutero (Sobre el
albedrío esclavo) y con su correspondiente réplica (Hyperaspistes).
183
estaba permitido airear con franqueza las grandes verdades y
desenmascarar, con la risa, los peores defectos 572.
572
La idea que se quiere expresar fue la que plasmara tan acertadamente el pintor polaco Jan Matejko con
su bufón triste.
573
ERASMO DE ROTTERDAM Elogio de la locura. Buenos Aires. CEDAL. 1969 p.30
574
ERASMO DE ROTTERDAM op. cit. p.31
575
ERASMO DE ROTTERDAM op. cit. p.85
576
ERASMO DE ROTTERDAM op. cit. p.92
577
ERASMO DE ROTTERDAM op. cit. p.96-97
184
Esta misma crítica aparecerá en la obra Institutio Principis Christiani
(Educación del príncipe cristiano). Escrita en 1516 y dedicada a Carlos
V, al cual sirvió de consejero, Erasmo invita a que el rey sea también
filósofo: sólo así aspirará al bien supremo y, por lo tanto, podrá ser un
auténtico cristiano.
578
ERASMO DE ROTTERDAM op. cit. p.25
185
EL ABSOLUTISMO: JEAN BODIN Y LA CUESTIÓN DE LA SOBERANÍA*
186
Dentro de esa concepción reconoce que hay una nota esencial nueva
en la organización política: que la potestad soberana es inherente a la
noción misma de comunidad política y por ello, la idea de la supremacía
del gobierno nacional o central sobre el sistema descentralizado feudal
de la Edad Media, surgiendo el criterio de que debe haber una única
fuente de toda ley.
187
términos, la soberanía es la fuerza de cohesión de la comunidad
política, sin la cual esta se dislocaría. Cristaliza la relación que el
pensamiento europeo posterior denominó «mando-obediencia».
188
cual -el medioevo por un lado y el utopismo por el otro- lo tenían
atrapado. La fuerza de su posición se funda en la lógica y la
jurisprudencia.
Bodin hace suya la idea de que hay una doble fuente suprema de
todo derecho, la naturaleza y los mandatos divinos, que tiene que ser
observada siempre e incondicionalmente. Lo novedoso del planteo es la
inserción de la voluntad estatal soberana en el ámbito de una voluntad
universal soberana, aun cuando ésta solo podía tener la eficacia de una
potencia espiritual actuante sobre las conciencias.
587
MEINECKE, Friedrich op. cit. p.64
588
BODIN, Jean op. cit. Ibidem.
189
Con la reina Isabel I se extingue la dinastía Tudor -nunca se casó y así
se lo hizo saber, desde el principio, al Parlamento- y se inicia la etapa
de los Estuardos al designar ésta como heredero de la corona, a Jacobo
VI de Escocia, (1566-1625), el hijo de María Estuardo. La Reina
escocesa, que fue ejecutada en 1587 y que, por su defensa del
catolicismo, fue una constante amenaza para su corona.
589
Entre sus logros, en el plano cultural, se resalta su papel protector hacia William Shakespeare .
590
Extracto de su discurso en el Parlamento del 21 de mayo de 1609 http://www.jesus-is-
lord.com/kinginde.htm
190
más que a Dios, pidiendo a la Divina majestad con su paciencia, sus
plegarias, su vida buena, que aparte la calamidad que sufre 591.
591
Basilikón Doron http://www.jesus-is-lord.com/kinginde.htm
592
Sobre esta visión, precisamente, escribe su oposición Francisco Suárez, tal como hemos visto.
593
Extracto de su discurso en el Parlamento del 21 de mayo de 1609 http://www.jesus-is-
lord.com/kinginde.htm
594
MUN, Thomas La riqueza de Inglaterra por el comercio exterior. México. FCE. 1978 p.58
595
PARRY, J. H. Europa y la expansión del mundo. México. FCE. 1968 p.125
191
A su vez, el absolutismo monárquico también se complementa con lo
que podemos llamar una etapa primitiva de acumulación de capital
representada por la convicción que, vender más que lo comprado debe
servir para establecer un estilo de vida frugal y el fomento de la
industria, como para reprimir el desenfreno y el desorden que la riqueza
genera596.
THOMAS HOBBES597 **
596
MUN, Thomas Discurso acerca del comercio de Inglaterra con las Indias Occidentales. Ibiden. p. 158
597
** Para acompañar este tema se debe leer HOBBES, Thomas Leviatán, capítulos 17 y 19.
Este punto se desarrolla siguiendo el capítulo correspondiente de MASON, Alfredo Teoría del estado.
Buenos Aires. Biblos. 1997.
598
Para este aspecto es interesante leer SCHMITT, Carl El mar contra la tierra en Escritos de Política
Mundial. Buenos Aires. Heracles. 1995.
192
diezmada -tanto por la guerra con Francia como por las luchas
intestinas. Especialmente, la Guerra de las Dos Rosas, proceso del que
derivó la dinastía Tudor.
193
Par otra parte, el absolutismo inglés nace con los Tudor, tal como
hemos afirmado. Uno de los primeros propagandistas de la nueva
política es el isabelino James Morice quien sostiene en 1593: admirad
con nosotros la autoridad soberana de un príncipe absoluto, grande en
majestad, que gobierna y reina guiado y dirigido par los principios y
preceptos de la razón, que nosotros llamamos la ley. No un rey de
Esparta o un duque de Venecia, sino libre de todo control o presión de no
importa quién, sin igual ni superior, no obstante firmemente ligado al bien
público, par el juramenta de fidelidad de un príncipe cristiano. que
solamente esgrime la espada cortante de la justicia y de la corrección,
atemperada par la gracia y la compasión; demandando impuestos y
tributos al pueblo, sin embargo. no sin causa ni asentamiento común.
Aun nosotros, los súbditos de ese reino, hemos nacido y fuimos educados
en la debida obediencia, pero lejos de la servidumbre y la esclavitud,
sometidos al mandato y a la autoridad legales, pero libres de voluntad
licenciosa y de tiranía; gozando gracias a las limitaciones de las leyes de
la justicia, de nuestras tierras, bienes y libertades en gran paz y
seguridad599.
599
HARTUNG, Fritz – MOUSNIER, Roland Algunos problemas relativos a la monarquía absoluta.
Buenos Aires. Fac. de Filosofía y Letras (UBA). 1961. p. 9-10
194
calificada como el peor de todos los males porque lleva a la inseguridad
y a la anarquía.
600
SERRANO, Enrique La disputa en torno al derecho natural en Filosofía y Política (razón y poder).
México. UNAM. 1987 p.17
601
HOBBES, Thomas Leviatán. p.38 (Oxford University Press. 1998)
195
Al igual que algunos de sus contemporáneos, Galileo sostenía que la
naturaleza era una gran máquina de la cual había que descubrir las
leyes que resultaban de sus mecanismos, para poder reconstituirlos y
así ejercer un poder real sobre ella; tras 1o cual pueden construirse
máquinas artificiales de acuerdo con las necesidades. como por
ejemplo. el estado.
La naturaleza (el arte con que Dios ha hecho y gobierna el mundo) está
imitada de tal modo, como en otras muchas casas, por el arte del
hombre, es que éste puede crear un animal artificial [...) gracias al arte se
crea ese gran Leviatán que llamamos república o estado (civitas) que no es
sino un hombre artificial, aunque de mayor estatura y robustez que el
natural para cuya protección y defensa fue instituido602.
Por otra parte, Hobbes no niega que cada vez que encuentra hombres
son parte de una comunidad y no individuos aislados. Pero de manera
consciente rebasa este límite empírico buscando las «razones» que
hacen que esos hombres vivan socialmente y dirá que ellas son:
dominación y sometimiento. Insistimos, Hobbes no debate la historia
sino la legalidad del mundo político.
602
HOBBES, Thomas op. cit. p.19
196
sufrida tras la muerte del presidente Juan D. Perón, Hubo entonces
políticos que -aún faltando menos de un año para la convocatoria a
elecciones- prefirieron buscar el orden a cualquier precio y acataron la
junta golpista que asumiera el 24 de marzo de 1976 con tal de que
ordenara. Fue el contrato hobbesiano perfecto.
603
MACPHERSON, C. B. The political theory of posessive individualism. Oxford University Press. 1962
p.20
604
HOBBES, Thomas op. cit. p. 64
605
HOBBES, Thomas op. cit. p. 116
197
Hobbes cree que la búsqueda de satisfacción está directamente
vinculada con la necesidad del hombre de una necesidad propia de
reconocimiento 1o cual no sería el origen de la libertad sino la fuente de
sus desgracias. De ahí el título del libro más famoso de Hobbes:
explicando que Dios envió la gran fuerza de Leviatán y 1o llama rey de
los orgullosos, compara entonces su estado a Leviatán por ser éste el
rey de todos los hijos del orgullo, pero precisamente, el no viene a
satisfacer ese orgullo sino a someterlo606.
La igualdad entre los hombres y la escasez de log bienes producen la
lucha, que es a muerte. Las principales causas de ello son: a) la
competencia, que los impulsa a atacarse para lograr un beneficia: b) la
desconfianza, que los lleva a luchar para lograr seguridad, y c) la gloria,
tras la cual compiten para lograr reputación.
606
STRAUSS, Leo The political philosophy of Hobbes. Chicago University Press. 1952 p.13
607
HOBBES, Thomas op. cit. p.117
608
HOBBES, Thomas op. cit.. p.118
198
la injusticia, ni 1o legal ni 1o ilegal dado que no hay ley, solo existe la
fuerza.
609
HOBBES, Thomas op. cit.. p.63
610
STRAUSS, Leo The political philosophy of Hobbes. Chicago University Press. 1952 p.15-16
611
HOBBES, Thomas op. cit.. p.67
612
HOBBES, Thomas op. cit.. p.68
613
HOBBES, Thomas op. cit.. p.69
199
Allí encontramos expresada la esencia del pacto social hobbesiano,
por medio del cual todos los miembros de una comunidad renuncian
simultáneamente a la libertad que cada uno posee de ejercer sin
restricciones su derecho natural a todas las cosas. Es como si cada
hombre en el momento de concurrir al pacto dijera a los demás:
Autorizo y transfiero mi derecho a gobernarme a mi mismo a este
hombre, o a esta asamblea de hombres. bajo la condición de que
vosotros también le transferiréis a él vuestro derecho y autorizareis todos
sus actos de la misma manera [...} la multitud así unida en una persona
se denomina estado614. Esta idea de contrato social intenta ser una
explicación de la naturaleza de la sociedad más que una interpretación
de su origen.
Tal como 1o dijimos líneas antes, las causas que impulsan a los
hombres a construir un estado y someterse al poder soberano son -en
parte- el temor recíproco y por otro lado, el deseo de su propia
seguridad y conservación, como así también de lograr una vida más
armónica, producto de un cálculo racional sobre un beneficio futuro no
inmediato.
200
Tal como afirma Carl Schmitt. la lógica interna de ese producto
artificial llamado «estado» fabricado por el hombre no lleva a la persona
sino a la máquina. La que importa no es la representación por medio de
una persona sino la protección efectivamente presente del estado. La
representación no es nada si no es tutela praesens. Pero esta solo se
asegura par media de un mecanismo de mando que funcione
eficazmente. El estado que naciera en el siglo XVII en Europa es, en
realidad, una obra humana y distinta de todos los tipos anteriores de
unidad política. Se 1o puede considerar como el primer producto de la
época técnica. el primer mecanismo político de gran estilo, la machina
machinarum [. ..} En este tipo de estado no solo se da ya el supuesto
sociológico e histórico de la época técnica industrial siguiente, sino que el
mismo es obra típica y aun prototípica de la nueva época técnica 618.
618
SCHMITT, Carl El Leviathan. Buenos Aires. Struhart & Cía. 1990 p.33
619
HOBBES, Thomas De Cive Madrid. Técnos. 1965 p.27
620
SCHNECKENER, Ulrich The fall of Leviathan en Law and States. Tübingen (1998)57 p.113
201
mismo modo el mundo político que contempla Hobbes se descompone
en individuos (palabra de origen latina que traduce la griega «átomo»).
202
1o tanto. en esta sociedad compuesta por átomos (individuos) el estado
va a ser la mayor cantidad posible de poder que los hombres puedan
reunir y que se obtiene mediante la suma de los poderes individuales 622.
622
HOBBES, Thomas Leviathan. p.83
623
HOBBES, Thomas op. cit.. p.82
624
HOBBES, Thomas op. cit.. p.146
625
FUKUYAMA, Francis El fin de la historia y el último hombre. Buenos Aires. Planeta. 1992 p.293
626
HOBBES, Thomas op. cit.. p.88
627
HOBBES, Thomas op. cit.. p.66
203
movimiento no está sujeto a impedimento. Par tanto, cuando se dice, por
ejemplo, «el camino está libre», no significa libertad de camino, sino de
quienes 1o recorren sin impedimento (...) Par último, del uso del término
libre albedrío no puede inferirse libertad de la voluntad, deseo o
inclinación, sino libertad del hombre, la cual consiste en que no
encuentra obstáculo para hacer 1o que tiene voluntad, deseo o
inclinación de llevar a cabo628.
204
estructuración racional y no de su autoridad personal. Pero el carácter
impersonal -abstracto y racional- que asume el cuadro institucional de
las relaciones humanas, tanto en 1o político como en 1o económico-
social. a menudo ha servido para disimular el elemento de coerción y de
fuerza que implicaba632.
632
BOBBIO, Norberto Thomas Hobbes. México. FCE. 1992 p.89
633
ARISTÓTELES Etica Nicomaquea I.9.1099 a 13-16
634
HOBBES, Thomas Leviathan. p.83
635
MEINECKE, Friedrich op. cit. p.217
205
individualismo y utilitarismo burgués que trata de adaptar el estado a
las necesidades de su clase.
636
HOBBES, Thomas op. cit.. p55
637
HOBBES, Thomas op. cit.. p154
206
EL LEGITIMISMO: JACQUES BOSSUET
207
La monarquía es sagrada. Los príncipes obran como ministros de
Dios y como sus lugartenientes en la tierra. Atentar de cualquier
forma contra ellos es un sacrilegio. Ello modifica la posición que
el pensamiento cristiano había tomado desde Santo Tomás de
Aquino, quien sostenía que el poder llegaba de Dios, por
intermedio del pueblo. Aquí aparecerá el fundamento de la
doctrina monárquica y galicana. Dios establece los Reyes, como
ministros suyos y reina por medio de ellos sobre los pueblos. Ya hemos visto
que toda potestad procede de Dios. El Príncipe, añade San Pablo, es Ministro
de Dios para el bien. Si obráis mal temblad, porque no en vano empuña la
espada, y es Ministro de Dios, vengador de las malas acciones. Los Príncipes,
pues, obran como Ministros de Dios y sus lugartenientes en la tierra. Por medio
de ellos ejerce su imperio. ¿Pensáis poder resistir al Reino de Dios, que lo
posee por medio de los hijos de David? Por eso hemos visto que el trono real no
es el trono del hombre, sino es trono del mismo Dios. Dios ha elegido a su hijo
Salomón para colocarle en el trono, en que reina el Señor sobre Israel. Y
también: Salomón se sentó sobre el trono del Señor. Y para que no se crea ser
particular a los israelitas el tener Reyes establecidos por Dios, ve aquí lo que
dice el Eclesiástico: Dios da a cada pueblo su Gobernador y manifiestamente le
es reservado Israel. El Señor, pues, gobierna todos los pueblos, y a todos asigna
sus Reyes, aunque gobierna a Israel de un modo más particular y más
manifiesto640.
La monarquía es absoluta, entendiendo este último término en el
mismo sentido que Hobbes. El príncipe no posee una instancia
política superior que juzgue sus actos ni fuerza coactiva que lo
obligue. El príncipe, sí debe sujetarse a los mandatos de la
justicia, la equidad y el derecho natural. Pero esta sumisión a
tales ordenamientos heterónomos no supone que quede sujeto a
ninguna potestad humana. San Pablo, después de haber dicho que el
Príncipe es Ministro de Dios, concluye así: Es pues necesario que les estéis
sujetos, no sólo por temor de su ira, sino también por la obligación de vuestra
conciencia. Por lo cual conviene servirle no exteriormente ni sólo a la vista,
como para agradar a los hombres, sino es con buena voluntad, con temor,
respeto y sinceridad de corazón como a Jesucristo. Y también: Siervos,
obedeced en todo a vuestros señores, no sirviéndoles sólo en el exterior (...).
Si el Apóstol se explica así hablando de la servidumbre, que es un estado contra
la naturaleza, ¿qué debemos discurrir de la sujeción legítima a los Príncipes y a
los magistrados, que son los protectores de la pública libertad? (...)641.
La monarquía es paternal. Esta característica está vinculada a
posiciones propias de la época en las cuales se sostenía que el rey
ocupaba el lugar de Dios, como padre del género humano.
Aparecía la figura del «pater» como arquetípica del monarca.
Bossuet propone una monarquía paternal cuyo titular actúe
limitado y condicionado por el único "contrapeso verdadero del
poder": el temor de Dios.
640
BOSSUET, Jacques La Política (París. Dalloz-Sirey, 2003) ó www.res.gestae.com/Galeria/Textos/
texto038.htm
641
ibídem.
208
La monarquía está sometida a la razón. Con ello que quería
significar que el gobierno es fruto de la razón y la inteligencia.
ROBERT FILMER
209
individuo con poder unitario derivan todos los demás: subordinados al
poder de Adán están Eva y los hijos de ambos y los hijos de los hijos.
En la doctrina de Filmer la familia patriarcal es el germen de la
sociedad civil y el patriarca es el germen de los reyes, en definitiva,
sostendrá que la familia es la forma natural de gobierno y que los
estados son desarrollados de ello642.
Según Filmer, este derecho divino de gobernar que nace con Adán se
ha transmitido a todos los reyes. Su argumento secular es un ataque
sobre la idea que las sociedades son construidas por nosotros, para
nuestros propios objetivos. Filmer dice que esto es contrario a lo que
observamos en la realidad.
210
es una relación de autoridad y dominio. Al decir «absoluto» refiere a que
la monarquía no está limitada por las leyes o según la voluntad de los
que son gobernados.
211
vieron atraídos por el papel que en su tiempo tuvo la física, en especial,
y las ciencias naturales. en general. Frente a ello se sintieron urgidos
por encontrar un orden racional en lo humano, así como los físicos lo
habían encontrado para el cosmos; los dominaba la idea de construir
un sistema político válido para todo tiempo y lugar.
En este sentido expresa Hugo Grocio que los principios del derecho
natural conservarían su validez aun en el caso de que se supusiera que
no existe ningún Dios o que la divinidad no se ocupa de las cosas
humanas. El sostén del derecho natural mana de la pura «idea del bien»
en sintonía platónica. Grocio acentúa permanentemente esta
trascendencia de la idea del derecho, que coloca lo justo y lo bueno por
encima de todo ser e impide fundamentar sobre cualquier ente. En este
modelo se inserta la dicotomía «estado de naturaleza-sociedad civil» que
cada uno de ellos entiende de manera distinta.
649
LOCKE, John Cartas sobre la tolerancia en Estudios Públicos. Santiago de Chile (1987)28 p.348
212
El ideal de gobierno que sustenta es el de un gobierno constitucional
y su ideal teórico va a estar dado por el racionalismo moderado que
-como ya expresáramos- no incluía la tolerancia al catolicismo.
650
LOCKE, John Two treatises of civil government. Cambridge University Press. 1967 p.361
651
LOCKE, John op. cit. p. 289
652
LOCKE, John op. cit. p.550
213
observa cotidianamente que no existe un estado de racionalidad total en
todos y cada uno de los hombres, por lo que expresa que cuando ésta
flaquea es porque aparecen los apetitos, los deseos, la envidia, que lleva
a los hombres a violar las leyes naturales, y por lo tanto. a romper la
armonía.
653
BOBBIO, Norberto – BOVERO, Michelangelo op. cit. p.83
654
LOCKE, John op. cit. p. 281
655
LOCKE, John op. cit. p. 280
214
supremo que justifica la sumisión misma del hombre a Dios en el
derecho de propiedad. Pero podemos preguntamos ¿hasta dónde
alcanza el derecho de propiedad? La palabra clave en inglés es «enjoy»
(gozar). Hasta dónde se puede «gozar» de él, Locke sostiene -junto a los
escolásticos656- que la apropiación legítima es la que cubre las
necesidades; por el contrario, pretender más de lo que puedo gozar,
trabajar, fecundar, es ilegítimo, al igual que apropiarse sin dejar reserva
para el otro.
215
que inicia y realmente constituye una sociedad política cualquiera no es
otra cosa que el consenso de un número cualquiera de hombres libres
capaces de armar mayoría para unirse e integrarse dentro de semejante
sociedad, y eso y solamente eso, es lo que dio o podría dar principio a un
gobierno legítimo657.
¿Quiénes son esos hombres libres? Locke concluye que son aquellos
que poseen propiedad. La exigencia político-social de libertad e igualdad
se limita primero a la clase burguesa, identificada con el «pueblo». y el
mismo Locke que, de acuerdo con su época, considera la libertad
personal y de la propiedad como algo inherente a la esencia del hombre,
sanciona, en la Constitución para Carolina del Norte, la esclavitud y la
propiedad de los cuerpos658.
657
LOCKE, John op. cit. p. 348
658
HELLER, Hermann Teoría del estado. México. FCE. 1968 p.135
659
LOCKE, John op. cit. p 78, 270, 415..
660
LOCKE, John Two tracts on government. Oxford University Press. 1967 p. 84-85, 97. 99
661
En este punto se puede observar las medidas despiadadas y accesorias que propone Locke en uno de
los informes que redactara, cuando estuvo al frente del "Board of Trade", para cambiar la miseria y la
desocupación. cuyo aumento lo atribuía a la relajación de la disciplina y a la corrupción de las
costumbres.
662
LOCKE, John Two treatises of civil government. p.350
216
la mayoría pasa por el acto de la totalidad 663. Éste es, pues el primer
supuesto o la primera simulación que subyace en la noción de
«consenso» tal como Locke la plantea.
663
LOCKE, John op. cit. ibídem.
664
LOCKE, John op. cit. p. 365-366
665
LOCKE, John op. cit. p. 367
217
en su debido lugar y función 666. La propia restricción de Locke del
sufragio universal667 no sería un indicio antiliberal sino que, por el
contrario, se integraría todavía más dentro del liberalismo, el cual se ha
opuesto al voto general "durante la mayor parte de su historia".
La doctrina del contrato sostiene que éste está constituido por dos
pactos: el de asociación (pactum societatis) y el de sujeción (pactum
subiectionis). El primero es aquella convención por la que los individuos
deciden vivir en sociedad, y el segundo, aquella por la que los
individuos deciden aceptar un poder común.
218
abundancia para todos por medio de la institución de la propiedad
privada. La pobreza natural se sustituye por la abundancia social, pues
un rey de un territorio amplio y fructífero [en América] se aloja, se
alimenta y se viste peor que un peón en Inglaterra 673.
219
El tercer poder del que habla Locke es el federativo. Justifica la
existencia y la necesidad de este poder en que no todos los hombres
viven bajo un mismo estado. por ello se puede vivir en sociedad política
con unos hombres y en estado de naturaleza con otros. Para controlar y
evitar la inseguridad de esta situación se hace necesario establecer
alianzas o ligas con otros estados.
678
LOCKE, John op. cit. p.412
679
LOCKE, John op. cit. p.420
680
LOCKE, John op. cit. p.428
681
LOCKE, John op. cit. p.443
220
LA ILUSTRACIÓN
682
D’ALEMBERT, Jean Cuadro del espíritu humano en el siglo XVIII en Los enciclopedistas. Buenos
Aires. Ibero-Americana. 1948 p.141
221
En estas líneas aparece expresada la irrupción de una nueva fuerza;
pero más que las creaciones que esa fuerza hace surgir de continuo, se
resalta la forma y manera de su actividad. No solo causa asombro sus
resultados, sino que se rastrea el modo de su actuación. En este sentido
se plantea la cuestión del «progreso» espiritual para todo el siglo XVIII.
683
CASSIRER, Ernst Filosofía de la Ilustración. México. FCE. 1993 p.20
684
La expresión castellana «análisis» proviene del griego e indica la distinción y separación
de partes de un todo hasta llegar a conocer sus principios o elementos. Su contrario es «síntesis».
222
Kant, esto no quiere decir que sean lo mismo. Montesquieu y Helvetius
sostienen que los hombres no son ni buenos ni malos, sino que eran
moldeados por el entorno, la educación y el accidente; otros, como La
Mettrie y en ocasiones Voltaire, creían que los hombres eran por
naturaleza crueles, agresivos y débiles, proponiendo su defensa por
medio de una disciplina conscientemente impuesta; algunos creían en
el despotismo ilustrado y otros en la democracia; algunos creían en la
igualdad humana –como Condorcet- mientras que otros como Holbach y
Kant, tachaban de razas inferiores a los pueblos no-europeos. Lo que
es común a todos ellos es el punto desde el cual ven la realidad.
223
Es lo que Dostoievsky advierte en el: Discurso del Gran Inquisidor: y
los hombres se han alegrado mucho al verse conducidos de nuevo como
un rebaño y al notar que habían levantado de su corazón aquélla
terrible y pesada piedra de la libertad que tantos sufrimientos les había
ocasionado. Nos harán entrega de los más terribles secretos de su
corazón, de todo cuanto atormenta a sus conciencias y nosotros
resolveremos sus inquietudes y tendrán plena confianza en nuestras
decisiones porque les ahorraremos la preocupación y el tormento que
trae consigo toda decisión libremente tomada por uno mismo688.
224
Lo que se quiere remarcar que el derecho no vale porque exista Dios,
para los hombres de la Ilustración éste proviene de la Idea del Bien, de
aquella de la que Platón decía que precedía a todas las demás; así se
coloca lo justo y lo bueno por encima de todo ser690.
¡Tartarín en Königsberg!
Con el puño en la mejilla,
todo lo llegó a saber.
Allí sostiene Kant, que la nueva etapa que le toca vivir producto de
ese giro que ha dado la modernidad, más que la entrada a algo es la
salida, es un proceso que nos libera del estado de minoría. Y por
«minoría» entiende un cierto estado de nuestra voluntad que nos hace
aceptar la autoridad de algún otro en los dominios en que conviene
hacer uso de la razón. Este proceso es presentado en forma bastante
ambigua, donde a la vez de estar efectuándose es una tarea y una
obligación de cada hombre transitarlo dentro de sí bajo la consigna
Aude sapere, ten el coraje de saber692.
690
CASSIRER, Ernst Filosofía de la Ilustración. p.268
691
Con este término nos referiremos a las tres principales obras de Kant: Crítica de la Razón Pura,
Crítica de la Razón Práctica y Crítica del Juicio.
692
FOUCAULT, Michel ¿Qué es la Ilustración? en Revista de Filosofía. Murcia (1993)7 p.8-9
225
aumentó este tipo de publicaciones. Sin embargo, sería un error pensar
que Kant se preocupó de la política únicamente en la última década de
su vida. Esto no es así, y la prueba de ello es que se conocen notas
donde sostuvo por largos años preocupaciones teóricas sobre
acontecimientos políticos y sobre teoría política en general. La nota más
remota data aproximadamente de 1760, cuando estudiaba Rousseau y
el derecho natural. Es importante considerar que el pensamiento
político kantiano se halla en total correspondencia con sus tesis
epistemológicas y éticas suscritas en las Críticas y, por lo tanto, están
rigurosamente fundamentadas por los límites acotados en ellas, y esto
constituye en sí su mayor mérito.
Por otro lado, el pensamiento político de Kant está fuertemente
influenciado por dos hechos históricos propios de la época: la
Revolución Francesa (1789) y la Independencia de los Estados Unidos
(1776). Hay cierta analogía entre ambas revoluciones y el pensamiento
kantiano: la independencia del individuo frente a la autoridad y el
problema de la libertad, que yacen en el centro de su pensamiento,
guardan coherencia con la reivindicación de ambas revoluciones, de la
realización de los derechos del ser humano. Sin embargo, ya hacia 1784
Kant venía pensando sobre estos temas propiamente políticos. Es
posible considerar, con todo, que la Revolución Francesa lo estimuló a
seguir escribiendo. Ahora bien, si es cierto que en muchos casos Kant
se acerca a los ideales de la Revolución Francesa, su demanda de paz
perpetua va mucho más lejos que ella.
Las ideas políticas de Kant se enfrentan a los clásicos iusnaturalistas
como Th. Hobbes, J. Locke, D. Hume y J-J. Rousseau, y al realismo
político de N. Maquiavelo. También se enfrentan las tesis de sus
contemporáneos, J. Hamann y J. Gottfried, quienes sostenían una
crítica al clamor de la Ilustración de descubrir principios universales
válidos y el ver la historia y la sociedad en términos de regular
uniformidad. Para ellos, el individuo era más revelador y no se podía
subsumir a leyes generales. Kant les responde en forma lógicamente
riguroso lo que ellos criticaron, defendiendo la Ilustración como un
proceso dinámico, como una negación a todo tipo de estancamiento. En
este sentido, el pensamiento de Kant se suscribe a dicha Ilustración.
Kant es su madurez, pero también su mejor crítica.
¿Hay que amar al género humano en su totalidad o es éste un objeto
que se ha de contemplar con enojo, un objeto al que ciertamente se desea
todo bien (para no convertirse en misántropo) pero sin esperarlo jamás de
él, por lo cual será mejor apartar de él la vista? La respuesta a esa
pregunta depende de la que se dé a esta otra: ¿Hay en la naturaleza
humana disposiciones de las cuales se puede desprender que la especie
progresará siempre mejor, y que el mal del presente y del pasado
desaparecerá en el bien del futuro? 693
693
KANT, Inmanuel Acerca del refrán: «Lo que es cierto en teoría, para nada sirve en la práctica» en
Filosofía de la Historia. p.137
226
Kant se preocupa por encontrar una base firme para echar a andar
su sistema político-filosófico. Frente la postura de los contractualistas,
sostiene que esta base no puede ser definitivamente el fin particular de
cada ser humano, como tampoco el fin general, debido a la dificultad
del consenso. La Naturaleza es para Kant esta base desde donde se
garantiza, por ejemplo, que la historia humana progrese hacia mejor y
que la paz sea perpetua. Pero no nos apresuremos. En Ideas para una
historia universal desde el punto de vista cosmopolita, Kant se propone
explicar como, independientemente de consideraciones metafísicas
sobre la libertad, las acciones humanas se hallan determinadas a leyes
universales de la Naturaleza. Para ello el filósofo deberá intentar
descubrir en este absurdo de las cosas humanas una intención de la
Naturaleza694.
694
KANT, Inmanuel Ideas para una historia desde el punto de vista cosmopolita en Filosofía de la
Historia. p. 42
695
Esta idea del «estado cosmopolita» será mejor tratada en la Paz Perpetua, proponiendo en su lugar una
Confederación de Estados Libres.
227
carácter antagónico de esa praxis y la necesidad de la razón de pensar
este horizonte utópico para ayudar a la misma Naturaleza.
En el artículo ¿Qué es la Ilustración?, dice que el uso de la razón es
una disposición de la Naturaleza a los seres humanos y que ir en contra
de esto es ir en contra del fin que la Naturaleza le ha prescrito al
hombre. Podríamos decir entonces que Kant utiliza la Naturaleza como
instrumento de valoración ética, por ejemplo cuando dice: constituiría
esto un crimen contra la naturaleza humana, cuyo destino primordial
radica precisamente en este progreso”696.
De nuevo el tema de la Naturaleza será tratado en el ensayo titulado
Acerca del refrán «Lo que sirve en teoría, para nada sirve en la práctica» 697
escrito en 1793, sobre todo en la tercera parte cuando propone que la
naturaleza es la que garantiza el progreso de la historia humana: si
preguntamos ahora por qué medios cabría mantener, e incluso acelerar,
este incesante progreso a mejor, pronto se ve que tal éxito no dependerá
tanto de lo que hagamos nosotros (por ejemplo, de la educación que
demos a la juventud) y del método con que nosotros hemos de proceder
para conseguirlo, cuanto de lo que haga la naturaleza humana en
nosotros y con nosotros para forzarnos a seguir una vía a la que
difícilmente nos doblegaríamos por nosotros mismos”698. Esta garantía
que ofrece la Naturaleza para el progreso de la historia humana a mejor,
también lo ofrece para la consolidación de la paz perpetua, tal y como lo
vemos en el artículo de ese nombre.
696
KANT, I. ¿Qué es la ilustración? en Filosofía de la Historia p.58
697
El punto de partida para comprender la posición de Kant es su afirmación acerca que el princpio
fundamental que rige todo mi idealismo es este: «todo conocimiento de las cosas que provenga
meramente del Entendimiento puro y la Razón no es más que una simple ilusión, y solo hay verdad en la
experiencia. KANT, I. Prolegómenos a toda metafísica del porvenir que haya de poder presentarse como
una ciencia. (Madrid. Istmo. 1999).
698
KANT, I. Acerca del refrán «Lo que es cierto en teoría, para nada sirve en la práctica» en Filosofía
de la Historia p.139
699
KANT, I. Hacia la paz perpetua. Madrid. Técnos. 1989 p. 103.
228
La Naturaleza en la teoría de Kant cumple básicamente tres
funciones: primero, lleva en sí misma el designio teleológico de
realizarse a plenitud (lo cual podría debatirse, es decir, es un
presupuesto injustificado pensar que el plan oculto de la Naturaleza –si
lo hubiere- debe realizarse; la práctica capitalista del último siglo ha
demostrado que se puede caminar irracionalmente consumiendo todos
los bienes de la Naturaleza y acabar completamente con la misma, esto
sin pensar en un apresuramiento mediante la utilización de bombas
atómicas, por ejemplo); segundo, como valoración ética en el sentido
que no se debe ir en contra de la Naturaleza, ni siquiera es permitido
estancarse; y tercero, como garantía del progreso humano hacia mejor
y de la paz perpetua.
Pero frente a ese ideal de la paz perpetua, Kant, comprende que hay
que vencer algo propio del hombre, una situación antagónica «original»,
y así sostiene: entiendo aquí por antagonismo la insociable sociabilidad
de los hombres, esto es, el que su inclinación a vivir en sociedad sea
inseparable de una hostilidad que amenaza constantemente con disolver
esa sociedad. Que tal disposición subyace a la naturaleza humana es
algo bastante obvio. El hombre tiene una tendencia a socializarse, porque
en tal estado siente más su condición de hombre al experimentar el
desarrollo de sus disposiciones naturales. Pero también tiene una fuerte
inclinación a individualizarse (aislarse), porque encuentra
simultáneamente en sí mismo la insociable cualidad de doblegar todo a
su mero capricho.700
Para Kant el antagonismo es el medio del que se sirve la naturaleza
para hacer que los seres humanos lleguen a un orden legal donde
puedan realizarse como fines en sí mismos, y no solamente como
medios701. Por antagonismo, como se lee arriba, se refiere a la
«insociable sociabilidad» de los seres humanos. Para Kant la resistencia
a la sociabilidad despierta todas las fuerzas del ser humano y las
desarrolla, dejando la inclinación a la pereza e impulsándolo a la
ambición, al afán de dominio o a la codicia. Desde esta noción, Kant
argumentará cómo desde tiempos primitivos el hombre ha venido
desarrollándose a través de guerras y competencia, hasta alcanzar la
ilustración y el discernimiento ético. De no haber sucedido así, y de no
disponer la Naturaleza de tal antagonismo, los talentos hubieran
quedado ocultos y los seres humanos serían animales domésticos
nomás y jamás hubieran llenado el vacío de la creación respecto de su
destino como naturaleza racional. Tal antagonismo además revela bien
la organización de un sabio creador, y no algo así como la mano
chapucera de un genio maligno que arruinaría su magnífico dominio por
pura envidia.
700
KANT, I. Idea de una historia universal desde el punto de vista cosmopolita en Filosofía de la
Historia p.39-40
701
KANT, I. p. 39
229
El antagonismo es el motor del progreso de la historia en Kant, pero
también lo será posteriormente en Hegel, donde la negatividad es un
momento del desarrollo del Absoluto, y en Marx, que acuña el término
de “lucha de clases”.
Para Kant el último estadio de este antagonismo es la ilustración.
Poco a poco va emergiendo la ilustración, como un gran bien que el
género humano ha de obtener702. La Ilustración es sobre todo la
liberación del hombre de su culpable incapacidad 703, es pasar a la edad
adulta y dejar la infancia como algo del pasado, es arriesgarse a pensar,
permitirse tal aventura. De la ilustración también se puede decir de lo
que se ha dicho de la Naturaleza, es decir, que constituye en sí mismo
un fin teleológico (todos caminamos hacia la ilustración, aunque no
vivamos en una época ilustrada) y una obligación ética (a cuya
realización estamos obligados y no podemos permitir su estancamiento).
Las leyes y las decisiones políticas requieren una justificación que
sólo pueden encontrar en la fuerza de la razón, una razón que se hace
manifiesta en el debate de la opinión pública. El uso público de la razón
tiene el poder de la fuerza coactiva de la no coacción. En este sentido,
Kant afirma que «únicamente la razón tiene poder», porque fuera de ella
no hay legitimación ni justificación posible. La concepción ilustrada
kantiana se encuentra en las antípodas del principio hobbesiano
(auctoritas non veritas facit legem) y en ella el principio de racionalidad
vincula necesariamente moral y política: la verdadera política no puede
dar ni un paso sin rendir antes tributo a la moral, y aun cuando la
política es por sí misma un arte difícil, de ningún modo es su asociación
con la moral arte alguno; porque ésta atajaría gordianamente el nudo que
aquélla fuera incapaz de desatar tan pronto como ambas comenzaran a
disputar704.
702
KANT, I. op. cit. p.17
703
KANT, I. ¿Qué es la Ilustración? en Filosofía de la Historia p.61
704
HABERMAS, J.ünger Historia y crítica de la opinión pública. Barcelona. G. Gili. 1981 p. 86-87
705
KANT, Inmanuel Werke vol. VI p. 467 citado por HABERMAS, J. op. cit. p. 136.
230
comprenda que debe basar sus acciones en la razón que ordena a priori
los imperativos categóricos del deber ser. Desde el antagonismo
humano, nace entonces el deseo de erigir un sistema legal y una
constitución civil que de pie a la máxima realización de cada individuo
dentro de la sociedad. Así nace el derecho, la constitución civil, la
confederación de estados y la paz perpetua. Estos son producto de
mentes ilustradas, del acuerdo de personas que se dejan guiar por los
preceptos que le dicta su razón.
Esta necesidad que constriñe al hombre –tan apasionado por la
libertad sin ataduras- a ingresar en ese estado de coerción, es en verdad
la mayor de todas, esto es, aquellas que se infligen mutuamente los
hombres, cuyas inclinaciones hacen que no puedan coexistir durante
mucho tiempo en salvaje libertad. Sólo en el terreno acotado de la
asociación civil esas mismas inclinaciones producirán el mejor
resultado…706
706
KANT, I. Idea de una historia universal desde el punto de vista cosmopolita en Filosofía de la
Historia p. 42.
707
KANT, I. Crítica de la Razón Pura. Losada. Buenos Aires 1960 p. 61.
231
naturaleza del hombre es el de la guerra: el estado de paz entre
hombres que viven juntos no es un estado de naturaleza, que es más
bien un estado de guerra, es decir, un estado en el que, si bien las
hostilidades no se han declarado, sí existe una constante amenaza de
que se declaren. El estado de paz debe, por tanto, ser instaurado… 708
Esta última frase es muy reveladora. El estado “debe ser instaurado”
significa que es una tarea de los hombres y que la conquista del
derecho es la constitución misma de tal estado. Estos son los gérmenes
que subyacen en la época para la instauración de un «estado de
derecho», es decir de un estado regido por leyes.
El problema ahora consiste en considerar cuáles son los
fundamentos y los criterios últimos para dictar leyes de carácter
universal. La obra ética de Kant intenta dar respuesta de manera
completa a esta fundamentación necesaria, sin embargo por el
momento nos contentaremos con las conclusiones que llega en su
artículo Acerca del refrán: «Lo que es cierto en la teoría, para nada sirve
en la práctica».. En la primera parte de este ensayo, en el que trata la
relación teoría y práctica en moral, Kant sostiene que no debemos
fundamentar las leyes teniendo como criterio la felicidad, ni siquiera la
felicidad de un pueblo, pero tampoco la moralidad como tal, como se ve
cuando dice: el único fin del Creador no es ni la moralidad del hombre
por sí misma, ni la felicidad sola, sino el supremo bien posible en el
mundo, que consiste en la reunión y concordancia de ambas 709. Ahora
bien, sabiendo que la finalidad última es el bien supremo, es decir la
máxima libertad mía coexistiendo con la máxima libertad de los demás,
Kant sugiere que actuemos de acuerdo al deber y no a la felicidad: el
ser humano puede y debe hacer el bien de manera pura (es decir, sin
otros móviles) y luego gustar de la felicidad o la infelicidad que ello le
cause710. La felicidad es equívoca y, en todo caso, secundaria, ya que no
garantiza el supremo bien sino a penas bienes personales.
En la segunda parte del ensayo en cuestión, que trata de la relación
teoría y práctica en el derecho, Kant se promulga en contra de Hobbes.
Para Hobbes el Estado civil es un medio para garantizar el desarrollo de
las libertades y derechos individuales. Para Kant, por el contrario, el
estado civil es un fin en sí mismo, ya que a través de él se plenifica la
especie humana. Si el «contrato social» de Hobbes es unión de personas
en orden a cualquier fin, la ‘constitución civil’ de Kant es unión de
personas como fin en sí misma. De este modo, para Kant la sociedad no
es una suma de individuos, sino comunidad, y he aquí una de sus vetas
revolucionarias entre las teorías políticas clásicas de la época.
Para Kant los principios a priori del estado civil son la libertad, la
igualdad y la independencia. El Estado civil en mente de Kant no es el
708
KANT, I. Hacia la paz perpetua p. 81.
709
KANT, I. Acerca del refrán «Lo que es cierto en teoría, para nada sirve en la práctica» en Filosofía
de la Historia p. 139
710
KANT, I. op. cit. p. 140
232
‘Estado paternalista’ que actúa con el pueblo como si éste fuera menor
de edad, como un pueblo pasivo que espera el deber ser del mandatario.
Todo lo contrario, Kant piensa en un «estado patriótico» donde los
hombres sean capaces de tener derechos, donde sean libres en la
prosecución de su felicidad sin interferir con la de los demás. Tal
Estado deberá tener en igualdad de coacción a todos sus súbditos,
todos deberán estar ceñidos a la ley que coacción los excesos de
libertad. Es una igualdad jurídica, de coacción, que es a su vez
compatible con las demás desigualdades (económicas, culturales, etc.).
Por último, la independencia que en mente de Kant se refiere a la
capacidad de cada cual de subsistir, es decir que cada quien tenga los
medios y la propiedad necesaria para hacerse cargo de sí mismo. La
independencia así entendida puede resultar ambigua: por un lado
puede ser una postura ‘conservadora’ si acoge en su seno únicamente
los que tengan «propiedades», pero por otro lado, y pienso que éste es el
caso de Kant, es una postura liberal en tanto que sugiere un orden
social donde cada quien pueda hacer su vida y realizarse como persona.
Por lo menos, ésta es la idea de la constitución republicana que Kant
sugerirá una y otra vez como la más adecuada para alcanzar el fin
indicado.
Finalmente, concluye Kant que resulta claro que el principio de la
felicidad (propiamente incapaz de constituirse en auténtico principio)
también conduce al mal en Derecho político, tal y como lo hacía en Moral,
por óptima que sea la intención que se proponen sus defensores. El
soberano quiere hacer feliz al pueblo según su concepto, y se convierte en
déspota. El pueblo no quiere renunciar a la general pretensión humana
de ser feliz, y se vuelve rebelde. Si se hubiese preguntado, ante todo y
sobre todo, qué es conforme a derecho (aquí los principios están fijados a
priori y ningún empírico puede hacer chapucerías),la idea del contrato
social mantendría su indiscutible crédito; pero no como un factum, sino
sólo como principio racional para juzgar toda constitución jurídica pública
en general711.
Para Kant el derecho es la limitación de la libertad de cada uno a la
condición de concordancia con la libertad de todos, en tanto que
universalmente posible. El predominio del derecho en la teoría política
kantiana responde sobre todo a su fundamentación ética. Más adelante
se referirá, por ejemplo, a la imposibilidad de la revolución de un pueblo
contra su tirano, pero también a la constitución de un Derecho
internacional, al que llama ya no derecho público (que es el derecho
dentro de un Estado civil determinado), sino derecho de gentes (que se
rige por los principios universales de la hospitalidad).
Kant no deja de abordar el concepto de revolución y evolución,
planteando que toda oposición contra el supremo poder legislativo, toda
incitación que haga pasar a la acción el descontento de los súbditos, todo
711
KANT, I. op. cit. p. 141
233
levantamiento que estalle en rebelión, es el delito supremo y más punible
en una comunidad, porque destruye sus fundamentos.712
Estas palabras parecen demasiado fuertes y demasiado
conservadoras, sobre todo cuando los fundamentos de una sociedad
determinada, por qué no decir de la nuestra, se han erigido sobre la
base de injusticias, opresión, exclusión y desigualdad. Sin embargo nos
hallamos con un pensador político de la ilustración de hace poco más
de doscientos años atrás, y a nuestro modo de ver, no poco
revolucionario y vamos a ver por qué.
En primer lugar recordemos que Kant es un gran humanista y lo que
le preocupa es la instauración de un reino donde los hombres sean
fines en sí mismo, y no simplemente cosas o medios de cualquier
sistema. Para la instauración de este reino Kant ve que la naturaleza ha
dispuesto en el hombre el uso de la razón. Ante el desagrado de tantas
actuaciones humanas irracionales, no le queda de otra que encontrar
en el derecho la realización de un orden donde la máxima libertad
personal coexista con la máxima libertad de los demás. El reino de los
fines, en Kant, es el Estado de derecho y a esto se aferra, porque si se
destruye el derecho entonces queda nulo el reino de los fines y, por
tanto, la realización humana. Por otro lado, las irrupciones al orden
legal responden no tanto a la consecución racional de mejorar tal orden
legal, sino a los caprichos del ser humano de perseguir sus propios
intereses y su propia felicidad, y ya vimos que la felicidad no constituye
un principio de derecho político. La felicidad de un pueblo, en todo
caso, es el termómetro de la actuación del gobernante, de donde se
sigue que dictar leyes orientadas a la felicidad se hace más bien para
conservar y asegurar el estado de derecho y procurar que exista la
comunidad, sobre todo frente a enemigos exteriores del pueblo 713.
Si bien es cierto que la felicidad o infelicidad de un pueblo no puede
ser causa justificatoria de una revolución, también es cierto que son los
mandatarios los que propician las condiciones y las causas de la
revolución: aseguran (nuestros políticos) que se ha de tomar a los
hombres tal como son y no como los pedantes que no conocen el mundo o
los ilusos bienintencionados dicen que deben ser. Pero ese como son
viene a significar en realidad: lo que nosotros hemos hecho de ellos
merced a una coacción injusta y mediante alevosas maquinaciones
inspiradas por el gobierno, esto es, seres obstinados y proclives a la
rebelión; así las cosas, por supuesto que si aflojan un poco las riendas,
acontecen trágicas consecuencias que cumplen los vaticinios de aquellos
estadistas presuntamente perspicaces714.
Pero en vez de una revolución, Kant habla de ayudar, por medio de la
razón, a que la historia humana evolucione hacia mejor; es decir, en vez
712
KANT, I. op. cit. p. 139
713
KANT, I. op. cit. p. 139
714
KANT, I. El conflicto de las facultades. Buenos Aires. Losada. 1963 p. 81
234
de revolución, propone evolución. Esto no indica que deba ser visto
como funcional del sistema y del monarca 715, ante lo que se defiende:
mas si a la vista de estas afirmaciones mías no se me hará, a buen
seguro, el reproche de que con tal inviolabilidad lisonjeo en exceso al
monarca, cabe esperar que se me ahorre el reproche de que favorezco
demasiado al pueblo cuando digo que éste tiene, igualmente, sus
derechos inalienables frente al jefe de Estado, aunque no puedan ser
derechos de coacción716.
Kant se refiere principalmente a una evolución ilustrada donde debe
prevalecer a toda costa la libertad de pensamiento y la libertad de
expresión: por tanto, puesto que todo hombre tiene, sin embargo, sus
derechos inalienables, a los que ni puede renunciar aunque quiera y
sobre los cuales él mismo está facultado para juzgar, y puesto que, por
otro lado, la injusticia que en si opinión sufre proviene, según esa
hipótesis, del error o del desconocimiento de ciertas consecuencias de las
leyes por parte del poder supremo, resulta que se ha de otorgar al
ciudadano –y además con permiso del propio ciudadano- la facultad de
dar a conocer públicamente su opinión acerca de lo que en las
disposiciones de ese soberano le parece haber de injusto para con la
comunidad. Pues admitir que el soberano ni siquiera puede equivocarse o
ignorar alguna cosa sería imaginarlo como un ser sobrehumano dotado
de inspiración celestial. Por consiguiente, la libertad de pluma es el único
paladín de los derechos del pueblo (siempre que se mantenga dentro de
los límites del respeto y el amor a la constitución en que se vive, gracias
al modo de pensar liberal de los súbditos, también inculcado por esa
constitución, para lo cual las plumas se limitan además mutuamente por
sí mismas con objeto de no perder su libertad)717.
235
nos hace aspirar a una constitución que pueda no ser bélica, es decir, la
republicana719. De tal manera, que el deber ser se postule así: en toda
comunidad tiene que haber una obediencia sujeta al mecanismo de la
constitución estatal, con arreglo a leyes coactivas (que conciernen a
todos), pero a la vez tiene que haber un espíritu de libertad, pues en lo
que atañe al deber universal de los hombres todos exigen ser
persuadidos racionalmente de que tal coacción es legítima, a fin de no
incurrir en contradicción consigo mismos720.
Analiza también Kant, como comprender las relaciones
internacionales y se plantea que si se compara con ello la conducta
inhospitalaria de los estados civilizados de nuestro continente,
particularmente de los comerciantes, produce espanto la injusticia que
ponen de manifiesto en la visita a países y pueblos extranjeros (para
ellos significa lo mismo que conquistarlos). América, los países negros,
las islas de las especies, el Cabo, etc., eran para ellos, al descubrirlos,
países que no pertenecían a nadie, pues a sus habitantes no los tenían
en cuenta para nada. En la Indias orientales (Indostán) introdujeron
tropas extranjeras, bajo el pretexto de establecimientos comerciales, y
con las tropas introdujeron la opresión de nativos, la incitación de sus
distintos Estados a grandes guerras, hambrunas, rebelión, perfidia y
cuanto figure en la letanía de todos los males que afligen al género
humano.721 Estos principios son desde ya utópicos y sumamente críticos
con la realidad contemporánea pero lo que lo acerca aun más a los
pensadores de la utopía es su comentario: que existan reyes filósofos o
filósofos reyes no hay que esperarlo, pero tampoco desearlo. Porque la
posesión del poder corrompe inmediatamente el juicio de la razón 722.
Donde aparece el poder como una influencia maligna, incompatible con la
“objetividad” de la razón, por eso, si bien reconoce que la idea de poder
es intrínseca del hombre, será el Poder Judicial aquel que pueda
encauzarlo “positivamente”723.
No está demás empezar este apartado considerando la fuerte crítica
que Kant le hace a las naciones europeas y su política exterior. Sin
duda, esta crítica no ha perdido actualidad, aunque también deba
ampliarse a otros países no-europeos.
Hay tres ensayos en los que Kant trata de la problemática de las
relaciones internacionales y la paz, ellos son: Ideas para una historia
universal desde el punto de vista cosmopolita, Acerca del refrán «Lo que
sirve en teoría, para nada sirve en la práctica», y Hacia la paz perpetua,
sin duda el mejor trabajado.
719
KANT, I. p. 90
720
KANT, I. Acerca del refrán «Lo que es cierto en teoría, para nada sirve en la práctica» en Filosofía
de la Historia p. 141
721
KANT, I. Hacia la paz perpetua p. 81.
722
KANT, I. op. cit. p.110
723
VILLACAÑAS, José L. Kant: ilustración jurídica versus razón de estado en . Murcia.
(1993)7 p.47
236
En éste último analiza seis principios preliminares de cuyo
cumplimiento depende el alcanzar la paz perpetua: a) la destrucción de
las causas de la guerra y la claridad de intención; b) cada estado, sea
grande o pequeño, es independiente, no puede venderse ni entregarse
en herencia ni unirse a otro estado; c) con el tiempo, los ejércitos deben
desaparecer; d) no debe emitirse deuda de guerra; e) un estado no
puede intervenir por la fuerza en la constitución o gobierno de otro
estado724; y f), en caso de guerra, ésta debe limitarse y humanizarlo lo
más posible a fin de generar confianza en el oponente en la formulación
de la paz futura.
Luego de señalar que el estado de naturaleza del ser humano es un
estado de guerra, Kant dice que el estado de paz necesita ser
instaurado, y propone tres artículos definitivos para la paz perpetua, a
saber: uno, la constitución de todo estado debe ser republicana, es
decir debe ser un estado de derecho; dos, no debe haber un estado
mundial, ya que supone una relación superior-inferior, sino una
«Federación de estados libres»; y tres, el derecho cosmopolita debe
ceñirse a las condiciones de hospitalidad universal, es decir a colaborar
con los pueblos vecinos en sus necesidades de sobrevivencia. Aquí
encontramos frases muy elocuentes que prevén la globalización.
724
Este rasgo utópico lo acercan a los utopistas ingleses. Ver clase 13.
725
Sobrenombre de François Marie Arouet
726
Esta expresión no posee en Voltaire un sentido negativo, él sostiene que el comercio inglés ha hecho
grande ese reino y da como ejemplo el hecho de que mientras Lord Oxford gobernaba en Inglaterra,
tenía un hermano menor que era empleado de comercio en Alep, trabajo que no dejó hasta el día de su
muerte. VOLTAIRE Carta Sobre el comercio en Cartas filosóficas. Buenos Aires. CEDAL. 1972 p.14
727
MAUROIS, André El pensamiento vivo de Voltaire. Buenos Aires. Losada. 1939 p.17
237
A la pregunta ¿Dios existe? Voltarie hubiera respondido: sin duda,
pues un maquinista divino ha concebido, creado y reglamentado este
universo.
238
De ninguna manera podría sostenerse que Voltaire haya sido él
mismo un revolucionario, tal como hemos expresado, o que estuviera
impulsado por el anhelo de un profundo cambio social. Ni siquiera creo
que sea sustentable atribuir a Voltaire una nítida inclinación o
preferencia por la democracia como régimen de gobierno. La monarquía,
incluso la monarquía absoluta, no aparece para él como un problema;
la acepta como un hecho que no cuestiona. Más aún, sus juicios
valorativos acerca del comportamiento o las decisiones del rey son casi
siempre elogiosos.
239
dirigida al ámbito religioso, pero la aplicación de sus argumentos
exceden ese solo campo e invaden otros espacios de la vida social donde
también son válidos, en la medida en que el poder intenta reprimir la
expresión de ciertas opiniones o creencias. Es por esta razón que las
ideas volterianas, en sí mismas a-políticas, tienen inevitablemente
repercusiones políticas.
240
una infinidad de hombres útiles y que nada posean, pues un hombre que
goce de comodidades no abandonará su tierra para trabajar la vuestra, y
si tenéis necesidad de un par de zapatos, no será un abogado quien os lo
hará. La igualdad que es, pues, la idea más natural, es al mismo tiempo
la cosa más quimérica732.
241
poderosa arma de propaganda contra la autoridad eclesiástica, la
superstición, el conservadurismo y el orden semifeudal de la época. En
consecuencia, Diderot y sus colaboradores se convirtieron en el blanco
de las críticas desde la Iglesia y el Gobierno. En 1759 el Consejo del Rey
suprimió formalmente los diez primeros volúmenes (publicados a partir
de 1751) y prohibió la publicación de la obra. Pese a todo, Diderot
continuó trabajando en los volúmenes restantes y logró imprimirlos en
secreto. Los 17 volúmenes del texto se completaron en 1765, pero las
ilustraciones y los suplementos no se añadieron hasta 1780.
242
método. Vico pretende, entonces, establecer los principios y determinar
las leyes de una nueva ciencia que dé cuenta de la «historia ideal
eterna» y explique la naturaleza común de las naciones 736.
Para llevar a cabo este propósito -además de afirmar con claridad que
el único modo de penetrar en la naturaleza humana es mediante la
ciencia verdaderamente nueva que es la historia- desarrolla el concepto
de una providencia ya no de origen divino, sino de origen natural.
243
partir de sus voluntades generales una voluntad particular para el
hombre. Aunque el estado de la ciencia en los tiempos de Vico no le
permitió avanzar en esa dirección, su teoría abre al conocimiento un
recorrido que lleva de la estructura del pensamiento a la estructura de
la realidad. En este sentido la obra de Vico resulta de particular interés
por su posición de pivote paradójico entre el Renacimiento y la
Ilustración
244
identificación entre lo «verdadero» y lo «hecho»: verum et factum
convertuntur741. Ello fija una forma de pensar la política que la aleja de la
ficción de la utopía centrando en la acción la posibilidad de
construcción o transformación de la realidad742.
741
VICO, Giambattista Sabiduría primitiva de los italianos. Universidad de Buenos Aires. 1939. p.27.
742
BOCARDO CRESPO, Enrique Las dificultades de la noción de acción en Cuadernos sobre Vico.
Sevilla (1994)4 p.114
743
VICO, Gimabattita Scienza Nuova II.6
744
Del latín civile que significa sociabilidad. El mondo civile no es en sus raíces algo abstracto sino que es
la comunidad concreta del género humano que tienen, en la tradición clásica italiana, las nociones
equivalentes de humana civilitas y de umana civilitade en la Monarchia y en el Convivio de Dante
745
KLEIN, Ansgar Vico y la arqueología de la condición humana en Cuadernos de Filosofía. Buenos
Aires. 9(1969)11 p.49-50
245
POLÍTICA, LEYES Y LIBERTAD EN MONTESQUIEU.
746
(Madrid. Técnos. 2000) o http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd99/ed99-0257-01/#Espiritu
246
no sólo se opuso a la separación entre ley natural y ley positiva sino que consideraba
que son complementarias.
Cada pueblo tiene las formas de gobierno y las leyes que son propias
a su idiosincrasia y trayectoria histórica, y no existe un único baremo
desde el cual juzgar la bondad o maldad de sus corpus legislativos. A
cada forma de gobierno le corresponden determinadas leyes, pero tanto
éstas como aquéllas están determinadas por factores objetivos tales
como el clima y las peculiaridades geográficas que, según él,
intervienen tanto como los condicionantes históricos en la formación de
las leyes. Ellas son herramientas políticas necesarias para poder
generar mayor prosperidad individual y social con sólo considerar los
aspectos particulares y universales de cada organización social.
247
igualdad, sino que todo lo contrario, el honor alienta la presencia de
jerarquías, nobleza y distinciones. Así como la ambición es perniciosa
en la república, no lo es en la monarquía pues es la diferenciación
social lo que le infunde vida al gobierno. Mientras que en la república
existe una organización igualitaria entre los miembros de la
colectividad, la monarquía se fundamenta en un tratamiento social
desigual frente a la ley. Luego, podemos concluir que la república y la
monarquía tienen diferente esencia; uno se basa en la igualdad y el otro
se apoya en la diferenciación, uno se funda en la virtud política y el otro
en el honor.
747
MONTESQUIEU El Espíritu de las Leyes. Madrid. Técnos. 2000 VIII.17
748
MONTESQUIEU op. cit. p.106
749
MONTESQUIEU op. cit. Ibídem.
248
autogobierno colectivo, por un lado, fórmula que de inmediato nos
remite al mundo antiguo y al paradigma de la política basada en la
virtud, y, por el otro la libertad, que en su atributo básico será
entendida por Montesquieu no en términos participativos sino como un
sentimiento de confianza en la seguridad individual. Para ilustrar este
contraste basta con remitirse al capítulo Algunas instituciones de los
Griegos750, descriptivo de ese contexto de educación en la virtud,
frugalidad, exigüidad del territorio e indignidad de las profesiones
comerciales, propicio para el ejercicio de una ciudadanía activa, y,
opuestamente, al capítulo De la constitución de Inglaterra751 del cual es
fácil inferir hasta que punto Montesquieu, aunque no usara la
expresión «libertad moderna», tenía conciencia de ella al definirla
textualmente como la tranquilidad de espíritu que nace de la opinión
que tiene cada uno de su seguridad, a lo cual agregaba: Y para que
exista la libertad es necesario que el Gobierno sea tal que ningún
ciudadano pueda temer nada de otro752.
249
de hacer todo lo que las leyes permiten, de modo que si un ciudadano
pudiera hacer lo que las leyes prohíben, ya no habría libertad, pues los
demás tendrían igualmente esta facultad756.
756
MONTESQUIEU op. cit. p. 106
757
AGAPITO SERRANO, Rafael Libertad y división de poderes. Madrid. Técnos. 1989 p.102-103
758
BERLIN, Isaías Dos conceptos de libertad en Libertad y necesidad en la historia. Madrid. Revista de
Occidente.1974. p.160
759
MONTESQUIEU op. cit. p. 8
760
STAROBINSKI, Jean Montesquieu. México. FCE. 1989 p.118-119
250
REVOLUCION Y CONTRARREVOLUCIÓN761
251
Para él, la política resultaba la manifestación material y simbólica de
un principio fundante: la existencia de la comunidad popular y su
voluntad como previas a toda institución del universo de lo político.
252
especialmente en aquellos tiempos- dos cuestiones: la conducción
política y la legitimidad.
Marsilio de Padua, a fines del siglo XIV –como hemos visto- había
advertido la discontinuidad entre 1o teológico y lo civil. Durante el siglo
XVIII, se fue abandonando gradualmente, en el área católica y con más
lentitud en la protestante, la identificación de la «comunidad» como
«comunidad de creyentes». Sin embargo, los teóricos del contrato no
podían dejar de explicar las circunstancias que habían llevado a los
hombres a acordar la forma de convivir y gobernar sus asuntos y
construir una génesis de la sociedad a partir de un estado anterior
-histórico o lógico- que diera cuenta de la conformación presente.
765
ROUSSEAU, Jean Jacques Contrato social en Ouvres completes. París. Gallimard 1964 1.6
253
El acto fundacional de la comunidad política se revela indiferenciado
respecto del origen mismo de la sociedad. Ante todo, la comunidad
retiene consigo el poder. La comunidad es inmediatamente un universo
político en plenitud. No delega la soberanía en ningún momento. Porque
la soberanía es poder y éste es voluntad, la cual es indelegable. Para
Rousseau es evidente que 1o político no tiene origen en el contrato
social sino que hay un «humus» político que hace de fundamento
originario a toda acción contractual.
254
los seres próximos. El hombre natural rousseauniano se nos exhibe
como un ser dotado de piedad. Se manifiesta como alguien en aptitud
de compadecerse del otro, a quien reconoce. Es un ser solitario pero sin
lugar a dudas no es egoísta766.
Rousseau es claro a este respecto. toda vez que quiere señalamos las
condiciones anteriores al pacto: (ellas) forman finalmente en cada
comarca una nación particular ligada por los lazos de las costumbres y
del carácter. no por reglamentos y leyes 767. En cierto modo. puede
entenderse lo comunitario como una instancia existencial, anterior a su
consolidación jurídica. Sobre todo, si consideramos que Rousseau lo
encuentra ya constituido en la familia, resultando ésta la forma primera
de organización política. Incluso, la idea misma de «Patria» la evoca
necesariamente: necesidad, costumbre y sentimientos particulares 768.
255
indicáramos- puesto que el primer acto legítimo es la constitución del
pueblo como tal771. Teniendo origen en una voluntad sustantiva, que se
quiere totalizadora y autónoma, la comunidad popular encarna la ley.
Desde luego. corresponderá al derecho positivo administrar los
momentos particulares de aquélla.
256
El estado civil permite sustituir el instinto por la justicia otorgando
moralidad a la acción. El primero esclavizaba en el impulso del apetito
en tanto que, fuera del estado de naturaleza. el hombre dueño de sí
mismo es libre y obedece libremente a la ley.
257
éste quiere indefectible- mente su bien, pero no siempre lo comprende.
[por eso] jamás se corrompe al pueblo pero a menudo se lo engaña 781.
781
ROUSSEAU, Jean-Jacques op. cit. ibídem.
782
ROUSSEAU, Jean-Jacques op. cit. 2.4
783
GENTILE, Giovanni Sulla dottrina del contratto sociale. Venecia. Marsilio. 1995
784
ROUSSEAU, Jean-Jacques Consideraciones sobre el Gobierno de Polonia en Ouvres Complétes 4
785
ROUSSEAU, Jean-Jacques Contrato social 2.10
258
El patriotismo debe ir acompañado por la dedicación al trabajo, la
transparencia del poder, el equilibrio de las fortunas, la concordancia
ciudadana y el cuidado de las costumbres. De ahí que un buen
gobierno sea aquel que defienda la libertad, observe las leyes, mantenga
un culto a la tradición y atienda las necesidades públicas.
259
Los magistrados, los funcionarios, los diputados no son
representantes del pueblo ni poseen poder para decidir por él,
únicamente son sus comisionados para ejecutar los designios
populares. Por lo tanto. son ejecutores de actos particulares y
revocables en sus funciones cuando corresponda a la voluntad
soberana.
792
ROUSSEAU, Jean-Jacques op. cit. 3.4
793
ROUSSEAU, Jean-Jacques op. cit. 3.10
794
ROUSSEAU, Jean-Jacques op. cit. 2.2
260
allí, como retrospectivamente estuvo en la instancia fundacional de su
comunidad.
795
LEFEBVRE, George La revolución Francesa y el Imperio. México. FCE. 1970 p.35
796
FERNÁNDEZ PARDO, Carlos La era napoleónica. Buenos Aires. CEDAL. 1973 p.24
797
LEFEBVRE, George op. cit. p. 197
261
subalterna. Ellos sostendrán que los privilegios sociales y sus
consecuencias fiscales que gozaban el clero y la nobleza estaban
fundados sobre prejuicios absurdos, y violaban la igualdad que
entendían conforme a la naturaleza798.
262
completa, pero lo que quiere mostrar es que éste -siendo las diecinueve
vigésimas partes de Francia- aporta el trabajo que sostiene la sociedad,
pero se le niega el acceso a la función pública.
263
Únicamente de manera impropia podría el tercer estado ser
considerado un estamento, pues no representaba sino la Nación entera
y carecía, por tanto, de intereses corporativos, ya que su único objeto
era el interés nacional. De ahí que si no podía formar en solitario los
Estados Generales, pudiera, sin embargo, constituir una Asamblea
Nacional como expresión de la voluntad política del pueblo francés.
Esto que nuestro autor llamó llegar a ser algo no es comprendido por
el rey y la nobleza. Las ideas expresadas en el texto tendrían su
plasmación práctica en los primeros acontecimientos de la Revolución
de 1789, durante la reunión de los Estados Generales (se abre en
Versalles el 5 de mayo) cuando los representantes del tercer estado,
igualados en número a los de la nobleza y el clero, se inclinan por la
reunión en una sola sala y por la votación por individuos, mientras los
privilegiados desean reunirse por separado y emitir su voto por
estamento. Mientras nobleza y clero se reúnen en dos salas separadas,
los diputados del estado llano deliberan en la gran sala que luego
llamaran «nacional».
264
Edmund Burke nació en Irlanda, hijo de un matrimonio mixto entre
protestante y católica de muy holgada posición, todo lo cual le permitió
adquirir una educación superior. Como político, se enorgullecía de ser
práctico y trabajador que trataba, dentro y fuera de la Cámara de los
Comunes, de denunciar todos los abusos que hallaba en el sistema
británico de gobierno, impulsando reformas moderadas que impidieran
futuros abusos en la metrópoli, como en el conjunto del Imperio. Desde
este punto de vista es un hijo del siglo XVIII.
265
éramos ciudadanos de Francia. Pero cuando vemos el modelo levantarse
ante nosotros, debemos sentir como ingleses, y al sentir, debemos tomar
precauciones como ingleses. Vuestros asuntos, a pesar nuestro, son
parte de nuestro interés, al menos en la medida necesaria para mantener
a distancia vuestra panacea, o vuestra peste. Si es una panacea, no la
queremos. Conocemos las consecuencias de los medicamentos
innecesarios. Si es una peste, es de tal carácter que deben establecerse
contra ella las precauciones de la más severa cuarentena 804.
804
MACPHERSON, C.B. op. cit. p.64
805
LASKI, Harold El liberalismo europeo. México. FCE. 1969 p.170
806
OTERO, Lisandro Los conservadores en La Jiribilla. La Habana 3(2004)177
807
MACPHERSON, C.B. op. cit. p.40
266
si lo sacrifica a vuestra opinión, os traiciona, en vez de serviros (...) Si el
gobierno fuera cuestión de voluntad de alguna de las partes, la vuestra,
sin discusión, debería primar. Pero el gobierno y la legislación son
asuntos de razón y de juicio (...) el Parlamento es una asamblea
deliberante (...) cuya guía no deben ser los fines locales, sino el bien
general, que resulta de la razón general de la totalidad. Vosotros elegís
un miembro, pero una vez que lo habéis elegido no es un miembro de
Bristol, es un miembro del Parlamento808.
808
MACPHERSON, C.B. op. cit. p.45
809
MACPHERSON, C.B. op. cit. p.71
267
Cerdeña, y fue embajador en Rusia (1802-1817), donde entabló
amistad con el zar Alejandro I y miembros de la alta sociedad rusa.
Dentro del Imperio español las tierras que hoy constituyen Argentina
eran territorio de frontera, la extensa zona sur del Virreinato del Perú;
enorme extensión despoblada en su mayor parte, donde no había
posibilidad de extraer oro o plata 812, que se irá poblando desde el
interior hacia las márgenes costeras.
810
LASKI, Harold op. cit. p.203
811
Este punto sigue el capítulo correspondiente de MASON, Alfredo Teoría del estado. Buenos Aires.
Biblos. 1997.
812
Tampoco hay en un comienzo grandes cantidades de ganado, en 1580 Buenos Aires tenía un rodeo de
675 cabezas de vacas guampudas. ZABALA, R. – de GANDIA, E. Historia de la Ciudad de Buenos
Aires. Buenos Aires. MCBA. 1980. T.: I p.204
268
Estas características hicieron que la población de sus ciudades fuera
de origen plebeyo –a diferencia de Lima o México donde llegará nobleza
castellana- siendo los aquellos que siguieron a Juan de Garay
fundamentalmente asunceños y de otras regiones americanas 813, luego
irán llegando andaluces, vascos, portugueses, manchegos, castellanos e
italianos provenientes del reino de las Dos Sicilias, en manos de la
corona de Aragón814.
813
De los 96 pobladores llegados a fundar Buenos Aires, 57 eran asunceños, 27 americanos, 15 españoles
y 5 se desconoce su origen.
814
GAMMALSSON, Hialmar E. Los pobladores de Buenos Aires y su descendencia. Buenos Aires.
MCBA. 1980.
269
del Argentino Reino, gran Apolo,815
..........
Pero desde los primeros años aparece una postura que, siguiendo a
Ginés de Sepúlveda, considera no sólo a los aborígenes americanos
sino también a los descendientes de europeos nacidos en este suelo en
condiciones de inferioridad respecto de los europeos; estos
"sepulvedistas" intentan denigrar la capacidad y la identidad
americanas. Ya a fines del siglo XVII escribe Manuel Fernández de
Villalobos a Carlos II informes sobre la situación americana de la que
ha sido testigo, particularmente, sobre la actitud de funcionarios y
sobre todo jueces inescrupulosos. La venta de los cargos públicos es
denunciada en 1685 como el eje de la corrupción. Fernández de
Villalobos sostiene que mientras las Reales Cédulas disponen la
815
del BARCO CENTENERA, M. La Argentina en Los fundadores: crónicas y poemas de la colonia.
Buenos Aires. CEDAL. 1967
270
preferencia en los empleos públicos para los "beneméritos de Indias",
en la realidad no son éstos los que los consiguen pues los logran los que
mejor pagan y una vez en ellos procuran resarcirse de las gruesas
cantidades que muchas veces quedaron debiendo [...] si al ministro se le
vende el oficio ¿quién le podrá castigar cuando venda la justicia? 816.
816
FERNÁNDEZ DE VILLALOBOS, Manuel Vaticinio de la pérdida de las Indias en Orígenes de la
Emancipación. Caracas. Instituto Panamericano de geografía e Historia. 1949 p.79, 114
817
Citado por OTERO, José pacífico La revolución de Mato y su influencia en América. Buenos Aires.
Instituto Sanmartiniano. 1978 7
818
VISCARDO, Juan Pablo Carta a los españoles americanos en Pensadores nacionales
iberoamericanos. Buenos Aires. Biblioteca del Congreso de la Nación. 1993 t.:II p. 121
271
Por una cuestión de «de-formación» ligada a nuestros maestros de
historia nacionalistas, tendemos –los de mi generación- a valorar la
historia de España y América de los siglos XVI y XVII y la política de los
Austrias, por sobre lo sucedido en el siglo XVIII. Las críticas que desde
el liberalismo -especialmente inglés y estadounidense- se generaron a
lo sucedido en ese siglo en España sostienen que éste fue objeto del
dualismo mítico secularizado por la Ilustración, que contrapuso la era
de la luz a la de las tinieblas, la Revolución Francesa en Europa como
la guerra por la independencia en América dividió -según este
esquema- los tiempos en dos; un antes y un después depositarios de
cargas ideológicas polares: antes (y ello coincide con el siglo XVIII) todo
era oscuridad, servidumbre y sumisión a la monarquía absoluta,
después llega la luz de la razón, la soberanía nacional y la libertad
republicana. Todo esquema simplista es falaz.
Por otra parte es necesario notar el carácter moderno que posee ese
siglo en América, donde la identidad americana se construye en lucha
contra el absolutismo y ante la muerte de Carlos III y la inviabilidad
posterior de su proyecto, la búsqueda -cada vez más marcada- de
construir una nacionalidad que posee marcados matices regionales y
que nunca se la construyó en términos continentales, más allá de los
anhelos bolivarianos. Ésa será tarea para otras generaciones.
A fines del siglo XVIII cobran gran prestigio y desarrollo los estudios
de economía política, conviviendo distintas posiciones y escuelas. En
España -teniendo como antecedente a Juan Luis Vives- estos estudios
se encaminaron a través de las escuelas fisiocrática y filantrópica.
272
(Della Moneta y Dialoghi su! commercio del grani), los padres Ludovico
A. Muratori (Rerum italicarum scriptores) y Antonio Genovesi (Lezioni di
commercio), finalmente Bruno Brunello. Tan lo Muratori como Genovesi
sostenían sus doctrinas políticas y económicas sobre una concepción
cristiana del hombre, lo cual planteaba concepciones que se
complementaban con las de la escolástica española.
819
GIANELLO, Leoncio Influencia del pensamiento de Belgrano en la gesta revolucionaria de Mayo en
Anales del Instituto Belgraniano Central. 1981 p.60
273
Posteriormente y ya en el Río de la Plata encontramos a Fernando
Braco quien incluye en su curso de ética de 1797 cuestiones de neto
corte político y tinte suareciano; se pregunta allí si el consenso humano
puede dictar la ley y si la aceptación del pueblo es requisito esencial de
la ley.
274
febrero de 1810 una Proclama a la América española, que envió a todas
las ciudades americanas. En ella se leen expresiones muy cercanas a
las que se citarán en Buenos Aires, meses más tarde: Mas para que el
gobierno de Cádiz tuviese toda la representación legal y la confianza de
los ciudadanos, cuyos destinos más preciosos se le confían, se procedió
a petición del pueblo y protesta de su síndico, a formar una Junta de
Gobierno que nombrada solemne y legalmente por la totalidad del
vecindario reuniese sus votos, representase sus voluntades y cuidase de
sus intereses. Verificase así y sin convulsión, sin agitación, sin tumulto,
con el decoro y concierto que conviene a hombres libres y fuertes, y han
sido elegidos por todos los vecinos, los individuos que componen hoy la
Junta Superior de Cádiz: junta cuya formación deber servir de modelo en
adelante a los pueblos que quieran elegirse un gobierno representativo
digno de su confianza821.
821
Citado por FURLONG, Guillermo La Revolución de mayo. Buenos Aires. Club de Lectores. 1960
p.90-91
822
CAILLET BOIS, Ricardo La revolución en el Virreinato en Historia de la Nación Argentina. Buenos
Aires. Academia Nacional de Historia. 1939 t.: V p.121-123
275
Cuenta Francisco Seguí -en su Autobiografía- que el 22 de mayo de
1810 escuchó un discurso de Juan José Castelli sosteniendo, con
autores y principios, que el pueblo de esta capital debía asumir el poder o
los derechos de la soberanía823, entre otras cosas Castelli expresó que la
reversión de los derechos de la soberanía al pueblo de Buenos Aires y su
libre ejercicio en la instalación de un nuevo gobierno, principalmente no
existiendo ya la España en la dominación del señor Fernando VII 824.
276
suerte de los pueblos, cuyo destino no depende sino de su libre
consentimiento [...) porque el pueblo es el origen de toda autoridad y el
magistrado no es sino un precario ecónomo de sus intereses 829.
829
Biblioteca de Mayo. Antecedentes, documentos políticos y legislativos. T.: XVIII p. 17.082
830
Manifiesto del Congreso a los Pueblos. Buenos Aires. Pardo. 1966 p.12-13
831
Ibídem p.14, 18
277
monopolio colonial de Brasil ha sido abandonado a favor de una política
comercial más liberal cuyas saludables consecuencias parecen haber
quedado evidentes832.
832
AA.VV. La independencia de la América española y los diplomáticos alemanes. p. 101-102
278
(10) Hay discrepancias sobre quien fue el director, se menciona a Pedro Feliciano Sáenz de Cavia, Santiago
Vázquez.
FUENTE: URQUIZA ALMANDOZ, Oscar F. La cultura de Buenos Aires a través de la prensa periódica (1810-
1820)
279
TEMAS CANTIDAD DE LIBROS PORCENTAJE
Historia Y Política 34 46%
Literatura 7 10%
Diccionarios y Enciclopedias 7 10%
Religión 6 8%
Matemática 4 5.5%
Filosofía 4 5.5%
Gramática 3 4%
Geografía 3 4%
FUENTE: URQUIZA ALMANDOZ, Oscar F. La cultura de Buenos Aires a
través de la prensa periódica (1810-1820)
834
AGN, División nacional, Gobierno, Asamblea General Constituyente, ene-jun 1813 X-3-8-9
835
URQUIZA ALMANDOZ, Oscar F. op. cit. p.390
280
unificaba a los «indianos», los nacidos en esta tierra, lo cual era anterior
y fundante de esta posición836.
281
alianza político-militar que constituyera un polo de poder
hispanoamericano.
840
CHIARAMONTE, José Carlos La cuestión regional en el proceso de gestación del estado nacional
argentino en La unidad nacional en América Latina. México. El Colegio de México. 1983 p.54
841
Documentos del Archivo del general San Martín.
282
obedecen empleando los medios adecuados a este fin 842, teniendo en
cuenta que ya ha afirmado que yo sólo deseo la independencia de la
América del gobierno español, y que cada pueblo, si es posible, se dé la
forma de gobierno que crea conveniente 843. Allí aparece un hombre
colocado fuera de los marcos ideológicos de su época que recoge la
tradición de los filósofos políticos de los siglos XVI y XVII Y los
filántropos del siglo XVIII, fundando, a su vez, un estilo de pensar la
soberanía de nuestros pueblos.
Por ello puede afirmar: Miro como bueno y legal todo gobierno que
establezca el orden de un modo sólido y estable 844, dando aún más
precisión al decir: Estoy firmemente convencido [de) que los males que
afligen a los nuevos estados de América no dependen tanto de sus
habitantes como de las constituciones que los rigen. Si los que se llaman
legisladores en América hubieran tenido presente que a los pueblos no
se les debe dar las mejores leyes, pero sí las mejores que sean
apropiadas a su carácter, la situación de nuestro país seria diferente 845.
Por último encontramos que el «igualitarismo» que aparecía como «telón de fondo»
en el pensamiento americano independentista también estuvo presente en el
pensamiento y la acción de San Martín. Una vez jurada la independencia del Perú,
declaró libres a todos los peruanos nacidos desde el 28 de julio de 1821 -con
expresiones similares a las que fijara la Asamblea de 1813 en Buenos Aires- y por el
decreto del 27 de agosto de 1821 se abolió el tributo y prohibió el uso del nombre de
«indios», a quienes desde aquel momento debía llamárseles «peruanos».
842
Ibídem.
843
Ibídem.
844
Ibídem.
845
Ibídem.
846
Ibídem.
283
Tal como había sostenido San Martín, tras la derrota del poder español
en América se inicia un proceso que busca consolidar estos sujetos de
poder que van apareciendo. Obviamente, esto quiere decir que, a
diferencia de lo que pasó en el proceso de descolonización europea en
Africa y Asia a mediados del siglo XX, no se respetaron las divisiones
territoriales de la administración colonial, sino que se fue perfilando
cada sujeto de poder, y de lo que fue el Virreinato del Río de la Plata
surgieron con el tiempo Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay.
284
centro, da vida al universo. Esta suprema autoridad debe ser perpetua,
porque en los sistemas sin jerarquías se necesita más que en otros un
punto fijo alrededor del cual giren los magistrados y los ciudadanos, los
hombres y las cosas. Dadme un punto fijo, decía un antiguo, y moveré al
mundo. Para Bolivia, este punto es el presidente vitalicio 849.
849
BOLIVAR, Simón op. cit. p.130
850
BOLIVAR, Simón op. cit. p.131
851
BOLIVAR, Simón op. cit. p.128-129
852
BOLIVAR, Simón op. cit. p.36
285
político, presente la América al mundo con un aspecto de majestad y
grandeza sin ejemplo en las naciones antiguas 853.
853
BOLIVAR, Simón op. cit. ibídem.
854
DEL VALLE, José Cecilio Soñaba el abad de san Pedro yo también se soñar en Pensadores
nacionales iberoamericanos p.318
855
BOORSTIN, Daniel Historia de los norteamericanos. Buenos Airea. Tea. 1973 t.:II p.135
286
previo a la organización del estado; nos atreveríamos a decir que, en ese
sentido, tenemos una visión similar a la estadounidense. El concepto
fuerte que se acerca a la idea de «estado» europeo y a la de «Nación»
latinoamericana es el de «unión», que aparece como objetivo de la
Constitución desde 1787 y alude a la entidad política constituida -por
sobre los vínculos provinciales- y al estado que la rige 856.
856
Documentos básicos de la historia de los Estados Unidos de América. Washington. Servicio de
Informaciones de los EEUU. 1978 p.9
287
los cuatro hijos de este matrimonio tienen esposas de cuatro
nacionalidades diferentes857).
La guerra de las trece colonias era una lucha entre whigs y tories:
los whigs americanos seguían la tradición de los commonwealthmen de
finales del siglo XVII, cuyas tesis habían sido popularizadas en las
colonias por medio de una antología -editada por Gordon y Trenchard-.
En Inglaterra, la Restauración y la gloriosa revolución de 1688 habían
marginado el pensamiento de los contemporáneos de Cronwell. Así,
cuenta Benjamín Franklin que los colonos ingleses tenían apego a
aquellos que creían sus derechos y, si se resistieron cuando esos
derechos fueron atacados, se trató de una resistencia a favor de la
constitución británica [...] era resistir imposiciones arbitrarias al derecho
común y a la antigua usanza. Se trataba, indudablemente, de la
resistencia a favor de las libertades de Inglaterra 858.
857
KOHN, Hans El pensamiento nacionalista en los Estados Unidos. Buenos Aires. Troquel. 1966 p.16
858
ALRIDGE, Alfred Owen Benjamín Franklin, philosophers and man. Filadelfia. Lipincott. 1965. p.138
859
Documentos básicos de la historia de los Estados Unidos de América. p.5-6
860
CONDORCET Influencia de la revolución de América sobre Europa. Buenos Aires. Elevación. 1945
p.34
288
Por su parte, es importante señalar que hay una «política europea»
respecto del movimiento emancipador de las colonias inglesas. Los
franceses concebían en su estrategia internacional una situación
conflictiva con Inglaterra, cuyo origen son los desastres provocados por
la Guerra de los Siete Años, y al saber de la prédica de Silas Deane y
Benjamín Franklin en favor de la revolución y de la Declaración de
Derechos de Virginia, no obstruyeron las operaciones de hombres de
negocios, como Beaumarchais, que procuraban suministros a los
estadounidenses, como tampoco la salida de voluntarios -como el
marqués Marie Joseph de Lafayette-. Cuando una división inglesa
capituló en Saratoga, Vergennes, el ministro de Luis XVI, se quitó la
máscara y empeñó la lucha en febrero de 1778.
289
felicidad [...) para garantizar estos derechos se instituyen entre los
hombres los gobiernos861.
290
Frente a este concepto de soberanía popular -aspiración que
también sostuvieron los revolucionarios franceses, para quienes habría
una coincidencia perfecta entre sistema de gobierno y sociedad- la
solución estadounidense fue convertir todas las instancias del gobierno
(senado, cámara de representantes, presidente, sistema jurídico) en
representativas. Pero nunca creó una instancia soberana que pudiese
sustituir al pueblo. La soberanía quedaba íntegramente en mano de los
ciudadanos. El resultado fue una distribución parcelada del poder en
donde nada es implícito o sugerido ni se funda en el establecimiento de
jerarquías de autoridad, sino más bien en limitaciones para evitar su
abuso, tal como ya figura en la mencionada Declaración de Virginia:
Todo el poder es inherente al pueblo y. en consecuencia, procede de él
[...) los magistrados son sus servidores y en cualquier momento,
responsables ante él [...) y cuando un gobierno resulta inadecuado [...) la
mayoría de la comunidad tiene el derecho [...) de reformarlo alterarlo o
abolirlo868 y que repetirá casi literalmente George Washington en su
discurso de despedida el 17 de septiembre de 1796869.
291
adelante, en estado, es decir, en parte receptora dentro del sistema de
parcelación del poder.
LIBERALISMO Y CAPITALISMO
872
Esta actitud aparece con la compra de la Luisiana, instalados allí y en 1802 envían expediciones
militares que atraviesan ese enorme espacio vacío que era el nor-oeste, yendo desde la ciudad de San Luis
hasta la costa del Pacífico en el actual estado de Oregon, luego llegará la incorporación de Florida y la
incorporación de los territorios mexicanos del norte (Taxas, Arizona, Nuevo México y California).
873
Documentos básicos de la historia de los Estados Unidos de América. p.24
292
Desde fines del siglo XVI hasta las primeras décadas del siglo XX se
desarrolló un modelo de organización política, social y económica que se
denomina liberal-capitalista. Cuando Max Weber se pregunta que es el
capitalismo, busca la respuesta a través de dos trabajos de Benjamín
Franklin titulados: Advertencias necesarias a los que quieren ser ricos y
Consejos a un joven comerciante, donde el autor realiza una serie de
reflexiones sobre la esencia misma del capitalismo. Entre otros
consejos se dirá: piensa que el tiempo es dinero. El que puede ganar
diariamente diez chelines con su trabajo y dedica a pasear la mitad del
día, o a holgazanear en su cuarto, aun cuando solo dedique seis
peniques para sus diversiones, no ha de contar esto solo, sino que en
realidad ha gastado, o más bien derrochado, cinco chelines más 874.
874
WEBER, Max La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Barcelona. Península. 1979 p.42
875
MUN, Thomas La riqueza de Inglaterra por el comercio exterior y Discurso acerca del comercio de
Inglaterra con las Indias Occidentales. México. FCE. 1978
876
SMITH, Adam An inquiri into the nature and causes of the wealth of nations. Oxford University Press
1976 p.236
877
SMITH, Adam op. cit. p.258
293
Había una vieja discusión en Inglaterra respecto del funcionamiento
del mercado, que la abstracta «mano» de Smith no resolvía
satisfactoriamente. Así se llega a que «los que pagan el mejor precio por
un artículo nunca dejarán de tenerlo», de lo cual se sacó la
consecuencia de que una política de prohibiciones era fatal en tanto
que, una política de libertad de mercado permitiría que muchos miles se
emplearan en beneficio de la Nación878.
878
LASKI, H. J. El liberalismo europeo. México. FCE. 1969 p.129-130
294
Esa concepción de la libertad lleva a Bentham a recomendar a la
legislatura francesa, la emancipación de sus colonias pues, ellas
estarían tan dispuestas como antes a comprar en el mercado más
barato y a vender en el más caro879.
295
contrato, y que nada bueno se consiga inventando un contrato a fin de
deducir obligaciones sociales de él, todo el que recibe la protección de la
sociedad debe una compensación por este beneficio881, del cual consiste
en la promoción de la educación, la higiene, la seguridad social y la
justicia así como el sentimiento de lealtad y cohesión nacional. Mill
está de acuerdo con las críticas que Coleridge le realiza al principio del
laisser faire, sosteniendo que la doctrina de la no intervención, o teoría de
que lo mejor que pueden hacer los gobiernos es no hacer nada, se debía
al egoísmo y la incompetencia manifiestos de los gobiernos europeos
modernos. Por supuesto que es escéptico frente a la intervención
gubernamental cuando ésta intenta encadenar la libre acción de los
individuos.
Desde el punto de vista de esta ciencia, Mill sostiene que las leyes y
condiciones de la producción de riqueza tienen el carácter de verdades
físicas. No hay en ellas nada discrecional ni arbitrario, pero no sucede
los mismo con la distribución de la riqueza, que es un asunto de las
instituciones humanas exclusivamente, o sea, depende de las leyes y
costumbres de la sociedad, o sea, de la política gubernamental. Por
881
MILL, John S. Sobre la libertad. Madrid. Alianza. 1992 p.153
882
MILL. John S. op. cit. p.172
883
C.f.: ROLL, Eric Historia de las doctrinas económicas. México. FCE. 1969 p.330
884
C.f.: ROLL, Eric op. cit. p.333
296
eso Mill aboga por el mantenimiento de la libre competencia en la esfera
de la producción y el cambio, y propugna reformas que llevarían a una
nueva distribución de la propiedad y de los ingresos.
297
regímenes que se sustentan en las victorias militares y en la agresión
exterior.
reemplazo de Napoleón.
886
CONSTANT, Benjamín Del espíritu de la conquista. Madrid. Técnos. 1988 p.9
887
CONSTANT, Benjamín op. cit. p.7
888
CONSTANT, Benjamín op. cit. p. 13
889
CONSTANT, Benjamín De la libertad de los antiguos comparada con la de los modernos Madrid.
Técnos.1988 p. 73
298
Ciertas innovaciones técnicas y la desaparición de determinados
prejuicios, han permitido abrir vías de comunicación que en la
antigüedad eran impensables. Pero ha sido la sustitución de la fuerza
por el cálculo como medio de poseer lo que se desea, lo que ha traído la
alta valoración del intercambio de bienes. A su vez, el comercio permite
el desarrollo del crédito, y éste puede colocar a la autoridad del estado
en manos de acreedores privados. Una sociedad de comerciantes
invierte la relación entre gobernantes y gobernados que primaba en la
antigüedad, de donde se deduce que los individuos, en la época de
Cosntant, se pensaban más fuertes que el propio estado, colocando a
éste último como resguardo de la libertad individual y el disfrute
privado de la propiedad.
890
CONSTANT, Benjamín op. cit. p. 67
891
CONSTANT, Benjamín op. cit. p.87
892
CONSTANT, Benjamín op. cit. p.88
893
CONSTANT, Benjamín op. cit. p.90
894
CONSTANT, Benjamín op. cit. p.91
299
los problemas de libertad e igualdad, en medio de los cuales Francia no
cesaba de debatirse desde 1789.
300
ocupaciones, todas las profesiones, todas las dignidades, todos los
honores son accesibles a todos902.
EL ESTADO EN HEGEL
El final del siglo XVIII Y principio del siglo XIX son para la cultura
alemana un tiempo prolífico en personalidades que contemporáneamente
desarrollan sus obras en los campos de la literatura, la filosofía, las
artes, etcétera. Dentro de ello encontramos un movimiento que en
términos muy amplios podemos denominar el «idealismo». Más que un
desarrollo armónico de fuerzas preexistentes, el idealismo -como también
el romanticismo- es una verdadera rebelión que trata de no dejar en pie
premisa alguna de aquellas que constituían la armazón doctrinaria del
racionalismo, particularmente aquello que mejor lo definía: la concepción
atómico-mecanicista del mundo, el naturalismo, el utilitarismo y -ante
todo- la incondicionada fe en la capacidad racional del hombre.
902
ARON, Raymond Las etapas del pensamiento sociológico. Buenos Aires. Siglo Veinte. 1985 p.67
903
de TOCQUEVILLE, Alexis op. cit. t.: I p.55
301
y malvados!...) Muy otra cosa sucede si se mira al hombre en general. En
esta consideración se nos revela como algo grande y de origen divino 904.
302
Herder considera el incremento de la razón y la creciente mecanización
de la vida moderna como muestras de su senilidad. Por su parte,
sostiene que los signos de los nuevos tiempos están marcados por el
despertar de las nacionalidades y la autonomía de las corporaciones y
clases dentro del organismo del estado. Herder, junto a los escritores
románticos alemanes, fundó el «nacionalismo germánico», que no era
concebido como un particularismo sino justamente lo contrario. Herder
dice que cada Nación es tan sólo una voz dentro de una armonía
universal y coherente.
303
de modo que las instituciones sociales y políticas concordaran con la
libertad y el interés del individuo.
910
HERDER, Johann op. cit. p.10
911
FICHTE, Johann op. cit. p. 33-34
912
Die Werke. Berlín. G.B. Volz. 1913
913
HÖLDERLIN. Friedrich Sämtliche Werke und Briefe. Munich. Carl Hanser. 1978 t.:II p.162
304
invoco ya; pero si con vosotros
ahora, ¡oh patrios ríos!,
el corazón eleva
su lamento de amor.
¿Qué quiere más en su tristeza santa?
Pues llena de esperanza está mi tierra.
y como en días cálidos
hoy el cielo se abate envuelto en sombras
sobre nosotros, ¡oh anhelantes ríos!
cargado de presagios.
Austria y Prusia son los dos Estados alemanes más fuertes y, en ese
orden, Hegel pensará que serán el sujeto de la aspirada unificación de
Alemania.
305
punto, sentado sobre un caballo que domina el mundo entero. Es
imposible no admirarle917.
306
de su lentitud. El espíritu universal pensante tiene tiempo, nada le mete
prisa, dispone de una multitud de pueblos, de naciones, cuyo desarrollo
es justamente un medio para producir su conciencia 921.
307
aparece en primer lugar la clase absoluta: posee la absoluta conciencia
real de la eticidad, es la que constituye y conduce al Gobierno. Está
liberada del trabajo directo para satisfacer sus necesidades 929. La
segunda es la clase burguesa, que conduce al comercio: Lo máximo a
que puede llegar tal clase por su actividad productiva es a contribuir a
superar las necesidades de la primera clase y en parte a ofrecer ayuda
al menesteroso930. La tercera es la clase campesina, la más antigua,
constituida por los simples ciudadanos en general que captan con su
sentido común el pleno valor de la vida ética absoluta mediante su
intuitiva confianza en la organización general y en el destino del mundo,
lo que implica la espontaneidad de su obediencia 931.
308
La función del estado para con las corporaciones es la de
supervisarlas, que es la única limitación que tienen aquéllas, y sólo es
para evitar (que la corporación] se esclerose, se burocratice, se repliegue
sobre ella misma y degenere en una miserable casta 934.
309
En el estado el individuo no pierde su libertad, sino que, al revés, el
estado es la realización de la libertad y en él el individuo resulta
determinado, no por algo ajeno a sí, sino por la racionalidad, que
constituye su verdadero ser. Mas a su vez esto no significa que los
estados que hay y ha habido sobre la Tierra sean perfectos; lo dicho
refiere al concepto, en tanto que sus manifestaciones pueden ser
deformaciones, en mayor o menor grado; sin embargo, también en esos
Estados se realiza el concepto938.
938
HEGEL, Guillermo Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas p258
939
ADORNO, Theodor Tres ensayos sobre Hegel. Madrid. Taurus. 1969 p.98
310
La marcha de Dios por el mundo es lo que constituye el Estado (...) Al
concebir el Estado. no hay que pensar en Estados particulares. sino más
bien contemplar sólo la Idea: Dios como real en la Tierra.940
311
la totalidad [y) esta unión no ha de tener solamente la mera intención de
defenderse. sino que ha de estar dispuesta a hacerlo mediante una
auténtica resistencia. cualesquiera sean el poder y el resultado
logrado942.
Cuando Hegel habla del poder y del estado se sitúa en un plano más
allá de la moral. Ello vale no sólo para la conducta de las naciones y los
estados sino también para aquellos individuos excepcionales que
determinan el curso del mundo político, y que son quienes
verdaderamente hacen la historia. También ellos están exentos de toda
obligación moral. En el sistema de Hegel, el culto al estado se combina
con el culto del héroe. y la grandeza de éste no tiene nada que ver con
sus llamadas «virtudes», puesto que grandeza significa. en este
contexto. poder.
Hegel no confundió el poder con la fuerza física. Sabía muy bien que
el simple aumento de riqueza y poder material no debe ser considerado
como medida de la riqueza y la salud de un estado e incluso llegó a
sostener que el aumento del territorio de un estado puede muchas
veces delimitar e inclusive disolver su forma y convertirse por tanto en
el principio de su riqueza945.
942
HEGEL, Guillermo Constitución de Alemania p.103
943
SEIBOLD, Jorge Pueblo y saber en la «Fenomenología del Espíritu» de Hegel. Buenos Aires.
Universidad del Salvador. 1983 p.117
944
HEGEL, Guillermo op. cit. p.105
945
FERNÁNDEZ MIRES, Adriana Reflexiones acerca del poder en Filosofía en Actas. Buenos Aires.
1992 p.101
312
En el mencionado trabajo La Constitución de Alemania se insiste en
que la fuerza de un estado no consiste ni en el número de sus
habitantes y de sus soldados. ni en su tamaño. La garantía de su
constitución reside más bien en el espíritu inherente y en la historia de
la Nación que ha estado haciendo y hace las constituciones.
946
HEGEL, Guillermo Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas p.549
313
Esta teoría de la historia es la clave para comprender la idea del
estado como poder que posee Hegel. De esta manera se llegó a lo que
Hegel hubo de llamar la «verdad que se encuentra en el poder». y se
liberó a la política de las normas de la moral ordinaria y de las
pretensiones ideales de los individuos. Es importante comprender
claramente de qué se «libera» a la política: no se trata de que el campo
político sea amoral, donde negociación sea sinónimo de transacción y
ésta de corrupción; se trata de que, al igual que no puede explicarse
cualquier acción humana desde lo instintivo -lo que no quiere decir que
el instinto no esté presente- tampoco puede comprenderse la política
aplicándole principios de la ética individual o abstracta. En términos
generales podemos estar de acuerdo que matar a otra persona es algo
éticamente censurado, pero desde ese principio no podemos intentar
explicar un hecho político. como por ejemplo, la campaña libertadora de
San Martín.
947
HEGEL, Guillermo Constitución de Alemania p.189
948
BOURGEOIS, B. El pensamiento político de Hegel. Buenos Aires. Amorrortu. 1969 p.67
949
HEGEL. Guillermo op. cit. p.197
314
contradicción con los derechos y obligaciones o con la moralidad. el
estado no tiene ningún deber superior al de mantenerse a sí mismo 950.
950
HEGEL. Guillermo op. cit. p.200
951
D’HONDT, Jacques Hegel, filósofo de la historia viviente. Buenos Aires. Amorrortu. 1971 p.89
952
LÖWITH, Karl De Hegel a Nietzsche. Buenos Aires. Sudamericana. 1968 p.126
315
A su vez, Hegel sostiene que la idea de la libertad tiene un origen
cristiano y es llevada a todo el mundo por la Revolución Francesa: La
idea de la libertad llegó al mundo a través del cristianismo, pues en su
doctrina el individuo como tal tiene valor infinito por ser objeto y fin del
amor de Dios y está destinado a tener una relación absoluta con Dios,
entendido como espíritu, y a poseer dicho espíritu en sí 953.
953
HEGEL, Guillermo Filosofía del Derecho p.381
954
HEGEL, Guillermo Constitución de Alemania p.98
955
HEGEL, Guillermo Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas p.548; Filosofía del Derecho p.340
316
manera que los fines en relación con otros estados y el principio de la
justicia de las guerras y tratados no es una idea general (filantrópica),
sino el bien realmente menoscabado o amenazado en su singularidad
determinada.956.
956
HEGEL, Guillermo Filosofía del Derecho p.336-337
957
MEINECKE, Friedrich op. cit. p.369
958
SZIVOS, Mihaly Narration und perspektive in der Einfuhr en Lingua ac Communitas. Poznan.
(1996)6 p.32
959
HEGEL, Guillermo Lecciones de Filosofía de la Historia p.428
317
Las raíces más importantes de sus ideas sociológicas se encuentran
en los estudios de Tönnies y Jellinek. El primero influyó sobre todo en
su concepto de lo social, el segundo en su idea del estado y del
«dominio»; a Tönnies lo conocía desde los años ‘90, y pertenecía con
Sombart a la generación joven y reformadora960.
318
sociedad-institucionalizada. Este artefacto surge, en ese proceso social,
por la acción de individuos movidos por la racionalidad instrumental: el
individuo calculador y racional se sirve de conocimientos científicos
como de instrumentos o herramientas y ayuda a configurar esa
sociedad estructurada (en el estado moderno). El estado es pues la
institución que surge en esa racionalización de sus relaciones sociales -
lo que las aparta de su naturalidad anterior en «comunidad». En la
«comunidad» también existen estructuras de dominio y derecho, pero
surgen de la «voluntad de lo esencial», un tipo de voluntad en que el
pensamiento se supedita a facticidades previas. Así se da el dominio
inspirado en la autoridad del Patriarcado, y el derecho apoyado en las
costumbres. Cuando la «comunidad» es incapaz de unir
espontáneamente a los sujetos, suena la hora de la «sociedad-
institucionalizada», del estado que impone orden incluso sobre o contra
las enemistades personales. Según Tönnies, esto sucedió tanto en el
Imperio Romano como al final del Medioevo cristiano.
319
Pero las ideas weberianas sobre el estado y el ejercicio del Dominio
tienen más clara referencia a la obra de Jellinek 962. Este, como Weber,
diferencia el tratamiento jurídico del sociológico del estado, en el
primero, considera el «dominio» como la característica básica del estado
que: posee poder de dominio. Pero dominar significa tener la capacidad
de poder imponer su voluntad a la de otros de forma incondicional, poder
imponer su propia voluntad contra otra voluntad. Y este poder imponer
incondicionalmente la propia voluntad contra otra voluntad sólo lo posee
el Estado. El Estado es la única asociación que puede ejercer dominio, en
virtud de un poder que posee por sí mismo, originario, no derivado
legalmente de ningún otro poder963.
320
Lo que no puede, porque no pertenece al campo de la ciencia en
general, es establecer escalas de valores o establecer que fines o que
medios son mejores. Por eso sostiene que a la ciencia le corresponde
reconocer y no juzgar.
321
hipótesis y para, funcionar como puertas de entrada a una realidad
histórica en cuyo interior deberá bucearse con la ayuda de aquellos
tipos en procura de hallar conexiones causales específicas.
967
WEBER, Max op. cit. p. 75
968
WEBER, Max Economía y Sociedad. México. FCE. 1964 p.24
969
WEBER, Max op. cit. p.25
322
unión de intereses, además de que existen reciprocidad y máximas.
Weber, sin embargo, no es explícito acerca de cómo aplicar el tipo ideal
«sociedad» o conglomerados humanos grandes.
970
WEBER, Max op. cit. p.22
971
WEBER, Max Über einige Kategorien der verstehenden Soziologie en Weber: Methodologische
Schriften. Frankfurt/Main. 1968 p. 196 s.
323
las clases sociales y del estado constitucional con sus características de
racionalidad moderna y ordenación burocrática de los organismos
claves en el todo social.
324
Los críticos que no tienen en cuenta el trasfondo de su pensamiento
consideran esta implicación de ambos elementos como olvido del papel
de la política en la vida social, como si Weber dejara de lado que la
configuración organizativa misma no es sino objeto negociado o
combatido en luchas de poder y conflictos de intereses de muy distintos
protagonistas. Se le ha interpretado como si se fijara sólo en el «cómo»
realizar esa configuración organizativa, y no estudiara los «por qués» o
«para qués» de dicha estructuración. Los críticos contraponen
Administración y Dominio, como si el dominio, pudiera ser sustituido
por una administración libre de dominación. Weber estudió los
conflictos nacidos en la relación entre jefes que marcaban fines de
acción y sus estados mayores que debían realizar la consecución de
esos objetivos mediante actividades administrativas. Mientras en el
feudalismo esos servidores del poder llegan a apropiarse de los cargos y
a ejercerlos por cuenta propia, en el absolutismo se expropia a los
administradores y se les reduce al rango de meros instrumentos.
325
encuentre obediencia en la persona o grupo que la recibe. Es decir,
debe existir alguien que logra actualmente que otros obedezcan a sus
mandatos. «Obediencia» es un concepto que indica que la acción del
obediente transcurre en lo esencial en conformidad al contenido de la
orden, como si el sujeto obediente siguiera internamente dicho
contenido tomado como «máxima» que debe orientar su acción, y sólo
por dicha razón, no por considerar él mismo como aceptable o deseable
la acción ordenada o su valor. En el extremo de la obediencia acrítica y
masiva se encuentra la disciplina en que se ha llegado, por
«ejercitación» a desencadenar reacciones cuasi automáticas de
obediencia ante cualquier orden.
326
normalmente a través de la actividad de algunos seguidores más
próximos al líder.
Dominio tradicional: se apoya en la fe cotidiana en la santidad de
las tradiciones y en la legitimidad de los que han sido llamados a
poseer autoridad dentro de los ordenamientos tradicionales. Se
cree en la rectitud absoluta de la forma tradicional de hacer las
cosas. La obediencia se presta a la persona del llamado a
desempeñar dicha autoridad tradicional, al señor vinculado a la
tradición, en virtud de la piedad hacia lo acostumbrado, y el
poder del señor tradicional le viene por mecanismos como la
herencia. La estructuración organizadora es aquí o patriarcal o
feudal. En el caso del régimen patriarcal, existen ciertas
personas más ligadas al que gobierna, y remuneradas por él que
suelen salir de su propia familia, o son siervos vinculados por
lazos estables, o quizá favoritos. En el sistema feudal, los
intermediarios tienen más autonomía dentro de una esfera de
influencias que delimitan con el gobernante del que no dependen
directamente por su remuneración. Los medios empleados en el
ejercicio de su autoridad son propios no dependen de quienes
detentan la autoridad formal máxima.
Dominio racional: donde la vigencia de la legitimidad tiene
carácter racional, y se apoya en la fe en la legalidad de los
órdenes establecidos y del derecho a dar órdenes en los llamados
al ejercicio del dominio. Se presta la obediencia al orden
establecido legalmente, de forma impersonal, por ejemplo en un
código legal o por un conjunto de normativas, y a sus
representantes sólo en cuanto sus órdenes se apoyan en tal
legalidad. Las leyes o normas establecidas delimitan qué tipo de
autoridad puede ejercer el gobernante. El aparato organizador es
el de la burocracia, un marco racional y legal donde se concentra
la autoridad formal en la cúspide del sistema. Los medios de
administración no son propiedad del administrador intermediario.
Sus competencias no son sujeto de herencia o venta. Se
diferencia claramente entre ingresos privados y oficiales973.
327
«carismático», esto es un dirigente «natural» que más allá del conocimiento técnico y la
racionalidad burocrática sea susceptible de establecer entre la Nación y él una
comunicación directa, ofreciendo al pueblo el arquetipo de una personalidad
auténtica975, lo cual equivalía, con el fin de evitar el dominio de los políticos
profesionales, a crear una república presidencialista (Führerdemokratie)976.
975
WEBER, Max Estructuras de poder. Buenos Aires. Leviatán. 1985. p.73ss
976
PINTO, Julio La evolución del concepto de presidente plebiscitario del Reich de Weber y Schmitt en
Carl Schmitt. Su época y pensamiento. Buenos Aires. EUDEBA. 2002. p.109ss.
328
2.1.-Tradición: validez de lo que ha sido; por mantener como «santo»
el contenido de la tradición, incluso por temer casi mágicamente
perjuicios debidos a la infracción. Normalmente se manifiesta en las
inhibiciones psíquicas ante cualquier cambio en lo tradicional.
2.2.-Creencia y fe emocionales: por confianza total en lo que se
considera revelado o ejemplar. Aquí, junto a la fe en la validez del orden
promulgado por un oráculo profético, puede darse el «sentir» como
«atractivas» determinadas reglamentaciones sin poner en tela de juicio
su fundamentación.
2.3.-Fe racional valorativa: admitiendo la vigencia de lo que se cree
como absolutamente válido. Por ejemplo, la admisión del llamado
derecho natural, o la creencia en valores como la libertad, la libertad de
mercado, la democracia etc. y por tanto también de los ordenamientos
sociales que garantizan o defienden tales valores.
2.4.-Orden establecido positivamente, de normas o leyes en cuya
legalidad se cree: esta fe en la legalidad del orden establecido puede
surgir por acuerdo pactado de interesados en determinados objetivos;
por dominio previamente reconocido de personas sobre personas
cuando los que lo ejercen establecen dichos ordenamientos; por
sumisión forzada personal ante los que dominan.
Esta fe en la legalidad es la base más común de la aceptación de
ordenamientos. Se manifiesta por la obediencia ante normativas
consideradas como correctas desde el punto de vista «formal».
329
Los funcionarios lo son en virtud de un «contrato» después de un
proceso de selección de acuerdo a criterios sobre las cualidades
requeridas para el desempeño de sus tareas o funciones. El contrato les
asegura un futuro económico -generalmente de por vida. Las tareas que
se les asignan constituyen su profesión principal, deben ejercerlas en
tiempos fijados y en espacios determinados. No poseen propiedad
alguna sobre los medios que administran (quizá con la excepción de
tareas notariales y similares). Por otra parte el desarrollo personal
profesional sigue unas determinadas pautas de promoción y ascenso
por escalones jerárquicos. Se encuentran sometidos al mismo tiempo a
una disciplina y control unificados jerárquicamente.
330
burocráticamente, que serán de carácter regular y ejercidas en
ocupación principal por determinadas personas. Todo miembro del
conjunto, sobre todo los del aparato administrativo, posee competencias
determinadas (o capacidades definidas de decisión).
Estos grupos de competencias definen una función, cargo o campo de
tareas, o puesto de trabajo. Se fijan así responsabilidades y
competencias o capacidades de dar ordenes.
Las competencias no se conciben de forma individualizada o
personalizada, sino se determinan por reglas (leyes o reglamentos
administrativos) con carácter general.
Las personas que deben desempeñar estos cargos son elegidas según
las exigencias de cada campo de tareas. Así se crea una estructura en
la que las personas son intercambiables sin alterarla.
331
compuesto por escribanos que levantaban acta de todos los incidentes,
desde los más mínimos cambios en las existencias de volátiles o leña
hasta los más graves choques y pérdidas en vidas o enumeración de
daños físicos en la tropa.
Al mismo tiempo se regula la comunicación imponiendo la estructu-
ración de los comunicados en forma de cartas, formularios, notas o
actas etc. También deben documentarse reflexiones previas a una
decisión, etc.
Todo este material escrito sirve para el control de las medidas adminis-
trativas adoptadas y para garantizar la continuidad de dichos procesos
aun en el caso de cambios en las personas que desempeñan esos
cargos.
332
por quien domina. El dominio es comprendido como forma de transmitir
la voluntad del que domina a los que obedecen. Y su instrumento es el
mandato, la orden.
LA OTRA EXPERIENCIA
978
SCHLUCHTER, W. Rationalismus der Weltheherrschung. Frankfurt. Sunrkamp. 1980
333
latinoamericanos. en tanto que los estadounidenses centrarán su
atención en la organización del estado y su posterior expansión.
Estas afirmaciones poco tienen que ver con el ideal democrático del
período independentista. pero desde 1815 Estados Unidos habían
aceptado sobrevivir como los demás países: ello significa que no se
transformaría en una suerte de paraíso aislado. Los dos períodos
presidenciales de Tomás Jefferson y James Madison representan el
hiato histórico en el cual los estadounidenses renunciaron a su sueño
de que su país fuera distinto de los otros, y como afirma el historiador
Henry Adams, en ambos presidentes se encuentra la desilusión de
descubrir que la política está ligada a la realidad efectiva más que a las
ideas.
334
y sistemático [...) también creo .el mejor gobierno es el que no gobierna
en absoluto- y, cuando los hombres estén )reparados para ello, ésta es
la clase de gobierno que tendremos980.
980
VOLKOMER, Walter E. The liberal tradition in american thought. Nueva York. Putnam´s Sons. 1969
p.184
981
DORREGO, Manuel Civilización y Barbarie. San Antonio de Padua. Castañeda. 1980 p.159
982
HALPERIN DONGHI, Tulio Introducción en Proyecto y construcción de una Nación Argentina.
Caracas. Biblioteca Ayacucho. 1982 p. XV
335
Este párrafo nos señala dos cuestiones significativas: por una parte,
el convencimiento de que son las ideas y no los hombres quienes
transforman la realidad, abstrayéndose así el verdadero sujeto de la
acción. Ello también está vinculado al hecho de que. en el momento en
que Echeverría escribe. gobierna Juan Manuel de Rosas -de quien era
opositor- aunque el escritor tampoco adhiere a las posturas de algunos
caudillos unitarios.
983
ECHEVERRIA, Esteban El Dogma Socialista y otras páginas políticas. Buenos Aires. Hachette. 1965
p. 76
984
ALBERDI, Juan B. Fragmento preliminar al estudio del derecho. Buenos Aires. Hachette. 1955 p.52
336
tomar francamente la forma más propia que las condiciones del suelo y
la época les brindan985.
985
ALBERDI, Juan B op. cit. p.53
986
ALBERDI, Juan B op. cit. p.75
987
ALBERDI, Juan B Del arte moderno en La época de Rosas. Buenos Aires. CEDAL. 1967 p.33-34
988
ALBERDI, Juan B. Fragmento preliminar al estudio del derecho p.167
337
Finalmente, Alberdi piensa el estado como otorgante de una realidad estable y
permanente a los derechos y obligaciones (...) Lo único que puede dar es penas y
recompensas989.
989
ALBERDI, Juan B. op. cit. p.198
990
Manuel Dorrego, cabeza del federalismo, fue quien tradujo El Federalista.
991
DORREGO, Manuel op. cit. p.144
992
ROSAS, Juan Manuel Correspondencia con Facundo Quiroga y Estanislao López. Buenos Aires.
Hachette. 1958 p.51
993
ROSAS, Juan Manuel op. cit. p.201
994
ALBERDI, Juan B. op. cit. p.67
995
ROSAS, Juan Manuel op. cit. p.100
338
Aquí hay una concepción democrática no liberal y por lo tanto no
representativa sino directa –más cercana de Rousseau que de Locke-
que condice con la idea de pueblo que el mismo Alberdi señala: por
pueblo no entendemos aquí la clase pensadora, la clase propietaria
únicamente, sino también la universalidad, la mayoría, la multitud, la
plebe996.
996
ALBERDI, Juan B. op. cit. p.72
997
SIGLER, Jay A. op. cit. p.134
339
que resolvía un problema a la clase trabajadora inglesa provocaba un
grave problema a sus pares argentina y estadounidense.
Los cambios que se venían produciendo en escala mundial con la expansión del
capitalismo liberal eran observados también en la Argentina. José María Roxas y Patrón
-colaborador y consejero de Rosas- preveía una incontenible inmigración europea. Una
inmensa masa de pobres, expulsados por la injusticia social y la miseria de Europa,
podrían llegar a nuestra tierra produciendo una conmoción en su estructura social.
340
para dar pábulo al desarrollo comercial e industrial, prodigando el favor
a las empresas industriales que levanten su bandera atrevida en los
desiertos de nuestro continente. El privilegio a la industria heroica es el
aliciente mágico para atraer riquezas de afuera998.
Para que la industriosidad cundiera en la Argentina era menester mejorar nuestra raza,
para lo cual era necesario remover los impedimentos morales de nuestras mujeres
empujándolas a unirse a ingleses; agregando que paradójica y utopista es el propósito
de realizar las concepciones audaces de Sièyes y las doctrinas puritanas de
Massachusetts, con nuestros peones y gauchos que apenas aventajan a los indígenas
(...) utopía es pensar que podemos realizar la República [...] si no alteramos o
modificamos profundamente la masa o parte de que se compone nuestro pueblo
hispanoamericano (...) necesitamos cambiar nuestras gentes [...] con tres millones de
indígenas, cristianos y católicos no realizaremos la República. Es necesario fomentar
en nuestro suelo la población anglosajona999.
998
ALBERDI, Juan B. Las bases. Buenos Aires. EUDEBA. 1966 p.76
999
ALBERDI, Juan B. op. cit. p.181-182
1000
ALBERDI, Juan B. op. cit. p.114
341
El inicio de la construcción del estado nacional argentino es la
sanción de la Constitución de 1853, pero recién en 1862 asume el
primer presidente con autoridad nacional. Por otra parte, los límites
territoriales y humanos de ese estado se terminan de perfilar con el
accionar de la generación del ‘80.
1001
CONSTITUCIÓN NACIONAL artículo 2°
1002
CONSTITUCIÓN NACIONAL artículo 86°
1003
CONSTITUCIÓN NACIONAL artículos 6° y 23°
1004
CONSTITUCIÓN NACIONAL artículo 5°
1005
CONSTITUCIÓN NACIONAL artículo 25°
342
De ahí que en esta concepción ser moderno implica asumir la
temporalidad y el ritmo ya alcanzado por Europa; absorber la evolución
de Europa es acceder plenamente al propio potencial ontológico.
Obviamente aquí ya no se trata de decidir entre imitación o creatividad,
sino de asumir o no la propia realidad en el tiempo. En este contexto,
hacer nación es, por consiguiente, modernizar y civilizar.
1006
ALBERDI, Juan B. op. cit. p.134
1007
ALBERDI, Juan B. Escritos póstumos. Universidad Nacional de Quilmes. 2003 t.: III p.155; TERAN,
Oscar Las palabras ausentes. Para leer los Escritos Póstumos de Alberdi. Buenos Aires. Fondo de
Cultura Económica. 2004.
343
modelo, viendo, por su parte, en Estados Unidos una experiencia a
seguir.
1008
SARMIENTO, Domingo Faustino Facundo. Buenos Aires. CEDAL. 1967.
344
comercial y del desarrollo del arte, que en 1820 los caudillos ataban sus
caballos en las rejas de la plaza de Mayo1009.
La élite del ’80 percibe la influencia que desde Europa aparece bajo el
signo del «progreso» con cierta desconfianza y sobre todo como esto
varia la relación campo-ciudad, dando una preeminencia al desarrollo
urbano. Para Cané este aceleramiento vertiginoso que va cobrando la
vida urbana atentan contra la estabilidad del refugio hogareño y con
valores que a su entender deberían ser preservados de la corriente
modernizadora. Hay en él un fuerte intento de «imaginar» un época
dorada en donde el hombre podía establecer una identidad y arraigo en
colaboración de un cierto concepto estático del tiempo, esto es, el
cambio del paisaje puede obstruir el reconocimiento de lo propio, tal
como el ejemplo que citáramos de Cané en la clase pasada, cuando
describe lo «irreconocible» de la plaza de Mayo cuando se ha
derrumbado el Cabildo, la Recova y se abre la avenida de Mayo.
1009
Citado por TERAN, Oscar Historia Intelectual en la Argentina 1880-1930. Quilmes. UNQui. 2000
p.19
1010
CANE, Miguel En tierras tucumanas en Juvenilla y otras páginas argentinas. Buenos Aires. Espasa-
Calpe. 1958 p.96
345
gobierno, que a su vez, pone en tela de juicio la legitimidad de la élite
aristocrática.
1011
CANE, Miguel De cepa criolla en op. cit. p.126
1012
VAZQUEZ PRESEDO, Vicente El caso argentino. Migración de factores, comercio exterior y
desarrollo 1875-1914. Buenos Aires. EUDEBA. 1979 p.95-108; ONEGA, Gladys S. La inmigración en
la literatura argentina. Buenos Aires. CEDAL. 1982.
346
No obstante la nostalgia del pasado idílico y de la preocupación real
por los peligros de desarticulación social por «las cosas nuevas» (los
inmigrantes, las ideas democráticas, el socialismo, el anarquismo) Cané
–como la élite en su conjunto- son optimistas de las posibilidades de
poder conducir el proceso para controlar los desbordes.
347
situación desde el punto de vista del idioma nacional, retomando –de
alguna manera- una línea de pensamiento que se nutre en los
románticos europeos que sostenían que la lengua nacional es el factor
central en la definición y constitución de una nacionalidad.
personaje de Juan sin Ropa en la poesía de Rafael Obligado, los judíos en la obra de Martel o ciertos
personajes de Cambaceres.
1016
GONZALEZ, Joaquín V. La tradición nacional. Buenos Aires. Hachette. 1957.
1017
ABEILLE, Luciano Idioma nacional de los argentinos. París. Èmilie Bouillon. 1900.
348
Carlos Olivera, Eduardo Wilde, Miguel de Unamuno, Miguel Cané,
Carlos Estrada, Alberto del Solar, Carlos Pellegrini y el propio
Quesada1018.
Surge entonces una versión del gaucho que, apelando a la teoría del
medio fabrica lo que podríamos llamar una «geogénesis», la cual
señalará, respecto de los gauchos, que la vida aislada en las soledades
de las llanuras sin fin, les dio su razón y linaje: tonándose melancólicos
1018
C.f.: En torno al criollismo. Buenos Aires. CEDAL. 1983.
1019
Deformaciones que comienzan a tomarse como propias y vertidas en expresiones como «laburo»
proveniente del «laboro» italiano; «spiche» del «speech» inglés y «papirusa» o «pausa» del polaco
«papirus».
1020
QUESADA, Ernesto El criollismo en la literatura argentina en En torno al criollismo. p. 145
1021
En torno al criollismo p.46
1022
QUESADA, Ernesto op. cit. p.108
349
y resignados, modificando su carácter, que ganó en seriedad lo que
permitió su brillantez1023.
1023
QUESADA, Ernesto op. cit. p.122
1024
LUGONES, Leopoldo El payador. Buenos Aires. Centurión. 1944.
1025
Ello llegará a plantear, por decreto del presidente Hipólito Yrigoyen, la designación del 12 de octubre
como “Día de la raza”, o sea, el nacimiento de la cultura hispanoamericana.
350
estructura de clases como hecho social inmutable. Según ellos es
necesario aceptar la desigualdad entre los hombres como condición
inevitable, a despecho de las suposiciones optimistas de Locke. En
consecuencia, el problema social no consistiría en crear una igualdad
falsa, sino en hacer a los hombres conscientes de sus diferencias, para
que aprendan a admitirlas.
1026
SIGLER, Jay A. op. cit. p.169
1027
SIGLER, Jay A. op. cit. p.187
1028
What Social Classes Owe to Each Other. Yale University Press. 1911; http://www.brothersjudd.com/
index.cfm/fuseaction/reviews.authlist/author_id/1090/Sumner.htm
351
recíproco deber de otorgar el esfuerzo de un hombre para la
satisfacción de otro1029.
352
junto a navíos alemanes, y cerrará el siglo XIX la guerra entre Estados
Unidos y España, que culminará con la ocupación de Cuba y Puerto
Rico en 1898.
1035
MARTINEZ, Ricardo De Bolívar a Dulles. México. América Nueva. 1959 p.79
1036
SAENZ PEÑA, Roque Escritos y discursos. Buenos Aires. Jacobo Peuser. 1914 t.:I p.83
1037
IBARGUREN, Carlos La historia que he vivido. Buenos Aires. EUDEBA. 1969 p. 242
353
Como eco de esta postura y en tono de denuncia, William James
-padre del pragmatismo estadounidense- pronuncia un discurso en
1903 en la V Reunión Anual de la Liga Antiimperialista de Nueva
Inglaterra donde sostiene que Estados Unidos está cometiendo un
genocidio en las Filipinas, donde la represión a la rebelión contra la
ocupación lleva ya cien mil muertos. En la misma reunión George M.
MacNeil sostiene que la política llevada adelante en Panamá está
recubierta de indecencia 1038.
1038
JAMES, William Discurso anti-imperialista en Cuadernos Uruguayos de Filosofía. Montevideo
(1968)5 p. 136
1039
DARIO, Rubén Poesía. Buenos Aires. Cuyena. 1970 p.78
354
Gobierno pasivo si habían de extender sus actividades. A mediados del
siglo XIX, tales ideas sustentadas por economistas y filósofos ingleses
como Jeremy Bentham, David Ricardo y James Mill empezaron a
enseñarse en escuelas superiores y universidades de Estados Unidos.
355
El presidente que es arquetipo de esa generación del 80 sostuvo que
entonces era ya posible resolver el problema que había sofrenado la
organización nacional: establecer el imperium de la Nación sobre el de las
provincias. Así concebido, el estado tiene por función ofrecer garantías
ciertas a la vida y la propiedad pero no realizar ensayos de organización
social tan en boga por entonces.
356
Ketteler, obispo alemán de Mainz, quien publicó un estudio sobre los
trabajadores de su época: Die Arbeiterfrage und das Christentum
(1864)1043, y su discípulo austríaco Karl von Vogelsang, quien fundó las
publicaciones Vaterland desde 1875 y Monatsschrift für Christliche
Sozialreform desde 1879.
1043
Sämtliche Werke und Briefe. Mainz. Akad. der Wissenschaften und der Literatur. 1977-1985.
1044
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Encíclica Inmortale dei en Colección de Encíclicas y cartas
Pontificias. Buenos Aires. Poblet. 1944 § 6
1045
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Rerum Novarum § 33
1046
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Au Mille § 17
1047
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA op. cit. § 26
1048
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Quanta Cura § 5
357
En nuestra época, con el afianzamiento de la democracia y el sentido
de la participación popular, estas líneas pueden malinterpretarse si se
encuadran dentro de una posición autoritaria. Sólo ubicándolas en el
contexto histórico se hacen comprensibles. ¿Cuál es el pueblo de que
habla Pío IX? Se trata de la burguesía que, al secularizar el poder,
busca fundamentarlo en el desarrollo económico y por ello se concluye
que sólo importará adquirir y acumular riquezas.
Pero a partir del siglo XVI -sostiene León XIII- aparece la doctrina que
replantea la cuestión del poder -aquí aparece una referencia que bien
podría remitir a los utopistas pero. fundamentalmente, alude a
Maquiavelo- lo cual habría servido como antecedente al Iluminismo que
sostendrá que toda potestad viene del pueblo1051.
Para delimitar la cuestión, León XIll sostiene que aquellos que han de
gobernar las repúblicas pueden en algunos casos ser elegidos por la
1049
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Quod apostolici Muneris § 8
1050
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Diuturnum § 4
1051
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Diuturnum § 5
1052
Recién en 1900 se las disminuye a diez horas diarias
358
voluntad y juicio de la multitud, sin que se oponga ni lo repugne la
doctrina católica. Con cuya elección se designa ciertamente el príncipe.
mas no se confieren los derechos del principado, ni se da el mando. sino
que se establece quien lo ha de ejercer [...] aquí no se cuestiona las
formas de gobierno [tampoco] se prohíbe a los pueblos que adopten aquel
sistema de gobierno que sea más apto y conveniente a su naturaleza o a
los instintos y costumbres de sus antepasados 1053.
1053
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Diuturnum § 6
1054
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Diuturnum § 7
1055
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Diuturnum §13
1056
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Inmortale Dei §42
1057
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Inmortale Dei §45
1058
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Au Mille §15
1059
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Au Mille §16-17
359
Por otra parte, el fin último del poder político es el derecho soberano,
indiscutible e inalienable de la sociedad1060 a tal punto que en caso de
tiranía -definida como la ruptura entre el bien común y la autoridad- la
resistencia es justificada por la búsqueda de la restitución del bien
común1061. A este respecto, el texto de la encíclica no hace más que
traer al presente la doctrina de Santo Tomás de Aquino y de Francisco
Suárez.
A su vez, para quienes desean gobernar a través del miedo -aquí sopla
un aire hobbesiano-- León XIII recuerda a Santo Tomás de Aquino: es
flaco apoyo, porque los que por él se someten, cuando ven la ocasión de
escapar Impunes, se levantan contra príncipes y soberanos, con tanta
mayor furia cuanta mayor haya sido la sujeción impuesta por el
miedo1064.
León XIII observa con razón que en el campo económico -cada vez
más determinante- confluían los descubrimientos científicos y sus
aplicaciones que fueron coadyuvando a la construcción de una
estructura de producción de bienes. Aparece así una nueva forma de
propiedad, el capital, y una nueva forma de trabajo, el trabajo
asalariado, caracterizado por gravosos ritmos de producción sin la
debida consideración para con el sexo, la edad o la situación familiar.
La lógica de todo este proceso -en forma creciente- es la de la eficiencia
con vistas al aumento de los beneficios.
1060
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Notre Consolatione §16
1061
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Libertas §12
1062
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Diuturnum §17
1063
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Libertas §10
1064
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA op. cit. §ibídem.
1065
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Inmortale Dei §22, 24
1066
Séances et Travaux de l'Académie des Sciences Morales et Politiques. París. Moniteur Universel.
1842-1851.
360
laboral en jornadas de catorce horas diarias de labor, de lunes a lunes,
sin ningún tipo de seguridad social.
Ya en 1845, Karl Marx sostiene que debajo de toda lucha política -por
la democracia, por el derecho al sufragio, etc.- se debate la lucha de
clases, y el término «lucha» es empleado en su sentido literal pues como
cada una de las clases se conforma por condiciones antitéticas, el
enfrentamiento es «natural». Es así como la clase proletaria -según
Marx- había llegado a un grado de injusticia cuya resolución implica la
necesidad de abolir la propiedad privada porque las fuerzas de
producción y las formas de intercambio se han desarrollado ya con tal
amplitud que bajo el imperio de la propiedad privada se convierten en
fuerzas destructivas y porque el antagonismo entre las clases se ha visto
empujado a su máxima culminación1069.
1067
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Rerum Novarum §1
1068
ACCION CATOLICA ESPAÑOLA Rerum Novarum §132
1069
MARX. Karl La ideología alemana. Montevideo. Pueblos Unidas. 1968 p.493
1070
LUDENDORFF, Erick Der totale krieg. München. Ludendorffs Verlag. 1935. p.15
361
No obstante, frente a ese panorama, León XIII sostiene que hay en la
cuestión que tratamos un error capital y es el figurarse y pensar que son
unas clases de la sociedad por su naturaleza enemigas de las otras,
como si a los ricos y a los proletarios los hubiera hecho la naturaleza
para estar peleando los unos contra los otros1071.
Ante tal situación se afirma que el estado debe velar por el bien
común como misión propia suya1072. Ello supone un estado que
determine el marco jurídico dentro del cual se desarrollan las relaciones
económicas y señala las justas reformas que devuelven al trabajo su
dignidad de libre actividad del hombre con políticas económicas,
dirigidas a asegurar el crecimiento equilibrado y el pleno empleo. La
autoridad pública debe tener el cuidado conveniente del bienestar y
provechos de la clase proletaria; de lo contrario violará la justicia, que
manda dar a cada uno su derecho [...)la justicia llamada distributiva 1073.
362
pertenece por lo tanto a la vocación de toda persona; es más: el hombre
se expresa y se realiza mediante su actividad laboral.
1079
BRUGGER, Walter Diccionario de Filosofía. Barcelona. Herder. 1978 p.482-483
1080
WINSTANLEY, Gerrard The Law of Freedom and the other writings. Harmondsworth. Penguin.
1973
363
encarcelado (en una iglesia) por los campesinos del lugar.
Posteriormente los diggers volvieron al lugar, pero el entorno le
resultaba demasiado agresivo, tanto que llevo al fracaso al ensayo.
364
Simón, Charles Fourier) y Robert Owen, que defendieron la idea de
constituir una sociedad emancipada, capaz de garantizar la igualdad
entre ciudadanos. Sin embargo, la iniciativa socialista de estos
personajes, que llegaron aplicar sus tesis en pequeñas comunidades,
fue tildada de «utópica» por dos autores que pasarían, con el tiempo, a
ser los principales expositores de esta teoría. Marx y Engels, años más
tarde, contestaron las propuestas de lo que llamarán el «socialismo
utópico», considerándolo una simple fantasía de la sociedad futura que,
si bien eran útiles para amonestar las penurias de la época, eran
completamente irrealizables. Así, lejos de contentarse con una crítica
infundada, elaboraron un programa conocido con el nombre de
Manifiesto Comunista, que promulgaba la teoría del socialismo científico
en sustitución del utópico.
365
consecuencia directa de las circunstancias en que nace, vive y trabaja el
hombre; por lo que se puede lograr la transformación del carácter
humano a través de una nueva organización de su medio ambiente.
366
y dejar fluir a los instintos como la mentira y la hipocresía. El abandono
general de la moral convencional significará el establecimiento del reino
de la armonía social.
1084
FOURNIER, Charles Théorie des quatre mouvements de capitaliste en www.lirhe.univ.tlse1.fr/
publications/notes/403-04.pdf
1085
GINER, Salvador Historia del pensamiento social. Madrid. Ariel. 1975 p.156
367
Luego, cuando todo el mundo estuviese organizado en falansterios,
habría un sistema general de garantías, por la cual toda persona sería
asistido por un servicio público que recibirían en caso de necesidad
(encontrar empleo, ayuda en caso de enfermedad, etc.). Cuando el
mundo viva en falansterios y haya triunfado el garantismo, el hombre
transformará la faz de la tierra con grandes obras colectivas.
EL SOCIALISMO CIENTÍFICO: K. MARX, F. ENGELS Y V.I. LENIN
368
conciencia humana –nos dice Marx- o sea, es el lugar que cada hombre
ocupa en la estructura económica la que determina su conciencia
política. Allí nacen la clases sociales y de ello extraerá Marx que, el
dinamismo de la historia está dado por la lucha que se establece entre
esas clases sociales. Pero esta lucha no es producto de la voluntad libre
del proletariado sino que, siguiendo las concepciones deterministas –
provenientes de la biología- propias de su época, Marx sostendrá que no
se trata de lo que desee uno o el conjunto de los proletarios, sino de lo
que está obligado a ser por su condición de tal.
369
Hegel no existe obra alguna de Marx que trate específicamente del
problema del estado, no hay texto del cual no se puedan extraer sobre
este mismo problema fragmentos relevantes y esclarecedores, y que las
tesis que ellos concisamente expresan son a menudo expuestas en
forma ocasional y polémica, toda reconstrucción demasiado rígida de la
teoría de Marx sobre el estado corre el riesgo de ser deformante o, por lo
menos unilateral.
370
sustancial [...]es el racional en sí y por sí, deduciendo de ello que el
deber supremo de cada uno de los individuos era el de ser componentes
del Estado1091.
1091
HEGEL, Guillermo Filosofía del derecho en Sämtliche Werke. Stuttgart. Frommam. 1949 p.239
1092
BOBBIO, Norberto Ni con Marx ni contra Marx. FCE. México. 1999 p.134
1093
MARX, Karl En torno a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel p.39
1094
MARX, Karl La sagrada familia. México. Grijalbo. 1967 p.122-123
371
agente» (esto es, un sujeto histórico real) en la filosofía especulativa
están «actuadas» por la idea real y «deben su existencia a un espíritu
distinto del suyo», de donde la condición se vuelve el condicionado, el
determinante el determinado, el productor el producto de su producto 1095.
1095
MARX, Karl En torno a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel p.17-18
1096
MARX, Karl op. cit. p.42
1097
MARX, Karl op. cit. p.135
372
del estado. Lo que para los autores precedentes es la sociedad pre-
estatal, esto es, el reino de la fuerza irregular e ilegítima -ya sea el
bellum onmiun contra omnes de Hobbes, o el estado de guerra o de
anarquía que, según Locke, una vez comenzado no puede ser abolido
sino con un salto en la sociedad civil o política, o la société civil de
Rousseau, en que está vigente el pretendido derecho del más fuerte, que
en realidad no es derecho, sino mera constricción, o el estado de
naturaleza como estado sin ninguna garantía jurídica y por lo tanto
provisional de Kant, para Marx todavía el estado, el cual, en cuanto
reino de la fuerza o, según la conocida definición que se nos da en El
capital, violencia concentrada y organizada de la sociedad 1098, no es la
abolición ni la superación, sino más bien la prolongación del estado de
naturaleza, esto es el estado de naturaleza como estado histórico, o
prehistórico, no sólo imaginario o ficticio, de la humanidad.
1098
MARX, Karl El Capital. Buenos Aires. Biblioteca de Propaganda Ideal Socialista. 1918. t.: I p.594
1099
MARX, Karl Manuscritos. Economía y Filosofía p.112
1100
MARX. Karl La ideología alemana. Montevideo. Pueblos Unidos. 1968 p.112
1101
MARX, Karl La sagrada familia p.131
373
material condiciona, en general, el proceso social, político y espiritual de
la vida1102.
1102
MARX, Karl Contribución a la Crítica de la Economía Política p.10
1103
MARX, Karl La cuestión judía en La sagrada familia p.20
1104
MARX, Karl Manifiesto del Partido Comunista. Buenos Aires. Anteo. 1965 p.54
374
sobre la independencia y no sobre la dependencia del estado de la
sociedad: esta lógica, que transforma el dependiente del propietario
forestal en una autoridad estatal, transforma la autoridad estatal en un
dependiente del propietario1105.
1105
BOBBIO, Norberto op. cit. p.143
1106
MARX. Karl La ideología alemana p.60
1107
BOBBIO, Norberto op. cit. p.144
1108
MARX, Karl 18 de Brumario. Moscú. El Progreso. 1968 p. 17
375
dictador; Bonaparte siente, observa Marx, que su misión consiste en
asegurar el orden burgués1109, aun cuando después, envuelto en las
contradicciones de su papel de mediador por encima de las partes, es
decir de un papel cuyo ejercicio y cuyo éxito se han vuelto
impracticables por las condiciones subjetivas de la sociedad de clase, no
triunfa en el intento (o por lo menos Marx juzga que, en vez del orden
prometido, el presunto salvador termina por dejar el país en garras de
una nueva anarquía).
1109
MARX, Karl op. cit. p.26
1110
MARX, Karl op. cit. p.30
1111
MARX, Karl op. cit. p.76
1112
MARX, Karl op. cit. p.5
1113
MARX, Karl op. cit. p.116
376
Parece, pues, que para Marx la dependencia con respecto al poder
estatal del poder de clase es tan estrecha que el paso de la dictadura de
la burguesía a la dictadura del proletariado no puede realizarse
simplemente a través de la conquista del poder estatal, es decir de aquel
aparato de que se ha servido la burguesía para ejercer el propio
dominio, sino que exige la destrucción de aquellas instituciones y su
sustitución con instituciones completamente diferentes. Si el estado
fuese sólo un aparato neutral por encima de las partes, la conquista de
este aparato, o hasta la sola penetración en él, serían por sí mismas
suficientes para modificar la situación existente. El estado es, sí, una
máquina, pero no es una máquina que cada uno pueda manejar a su
antojo: cada clase dominante debe formar la máquina estatal según las
propias exigencias. Sobre los caracteres del nuevo estado Marx da
algunas indicaciones tomadas justamente de la experiencia de la
Comuna (de las cuales sacará inspiración Lenín para el ensayo Estado
y revolución y los escritos y discursos de los primeros meses de la
Revolución Rusa): supresión del ejército permanente y de la policía
asalariada, y su sustitución por el pueblo armado; funcionarios o de
elección o bajo el control popular y por lo tanto responsables y
revocables; jueces elegibles y revocables; sobre todo sufragio universal
para la elección de los delegados con mandato imperativo y por lo tanto
revocables; abolición de la tan mentada pero ficticia separación de los
poderes; y finalmente amplia descentralización capaz de reducir a pocas
y esenciales las funciones del gobierno central. Marx Ilamó a esta
nueva forma de estado gobierno de la clase obrera1114, mientras Engels,
en la introducción a una reimpresión de los escritos marxistas sobre la
guerra civil en Francia, la llamó con fuerza, y con provocadora
intención, dictadura del proletariado: El filisteo socialdemócrata
recientemente se ha sentido invadido una vez más por un saludable
terror al oír la expresión: dictadura del proletariado. Pues bien, señores,
¿queréis saber cómo es esta dictadura? Mirad la Comuna de Paris. Esta
fue la dictadura del proletariado1115. Desde el Manifiesto Marx y Engels
habían dicho muy claramente que, puesto que siempre el poder político
era el poder de una clase organizada para oprimir a otra, el proletariado
no habría podido ejercer su dominio sino convirtiéndose a su vez en
clase dominante. Parece que Marx habló por primera vez de «dictadura
del proletariado» en sentido propio (y no en sentido polémico, como lo
hace en las Luchas de clases en Francia de 1848 a 1850) en una
conocida carta a Joseph Weydemeyer del 5 de marzo de 1852, donde
confiesa no haber sido el primero en demostrar la existencia de las
clases, y se reconoce el único mérito de haber demostrado:
1114
MARX, Karl op. cit. p.114
1115
BOBBIO, Norberto op. cit. p.146
377
3. que esta dictadura constituye sólo el paso a la supresión de todas
las clases y a una sociedad sin clases.
378
la clase dominante es el proletariado no es, pues, un estado como todos
los otros, porque está destinado a ser él último estado: es un estado de
«transición» a la sociedad sin estado. Y es un estado distinto de todos
los demás, porque no se limita a apoderarse del estado existente, sino
que crea uno nuevo, y tan nuevo que origina las condiciones para el
final de todos los estados. El estado de transición, en síntesis, se
caracteriza por dos elementos diferentes y que deben ser mantenidos
muy distintos; aunque destruya al estado burgués precedente, no
destruye el estado en cuanto tal; sin embargo, al construir un nuevo
estado, sienta las bases de la sociedad sin estado.
Estos dos caracteres sirven para distinguir la teoría de Marx, por una
parte, de la socialdemócrata, y por otra de la anarquista. La primera
considera que es tarea del movimiento obrero conquistar el estado
(burgués) desde el interior; no ya «destrozarlo»; la segunda considera
que se puede destruir el estado en cuanto tal sin pasar a través del
estado de transición. Contra la teoría socialdemócrata Marx sostiene, en
cambio, que el estado (burgués) no puede ser conquistado sino que
antes debe ser destruido; contra la teoría anarquista afirma que lo que
debe destruirse no es el estado tout court sino precisamente el estado
burgués, porque el estado en cuanto tal, una vez destruido éste, está
destinado a extinguirse. Manteniendo distintos los dos momentos
dialécticamente unidos de la supresión y de la superación, se puede
decir que la supresión del estado burgués no es la supresión del estado
sino la condición para su superación. Y es por esto que el estado
burgués debe ser suprimido en un primer momento -a diferencia del
que plantean los socialdemócratas- para poder ser superado en un
segundo momento, a diferencia de lo que consideran los anarquistas.
1121
ENGELS, Federico Fuerza y economía en la formación del imperio germánico en MARK, K. –
ENGELS, F. Ausgewählte Werke. Berlín. 1985-1986 p.87
1122
MONDOLFO, Rodolfo El humanismo de Marx. México. FCE. 1964 p.189
379
O sea, la constitución de naciones libres es una condición necesaria –
siendo ese su valor histórico- pero no suficiente, pues en la Nación
subsisten los conflictos de clase. En un discurso de Engels,
pronunciado en Londres en 1845, durante la Primera Fiesta de las
Naciones afirma: los proletarios son los únicos que pueden realizar la
fraternidad de las naciones; pues la burguesía tiene en cada país sus
intereses particulares (...) los proletarios tienen en todos los países un
solo y mismo interés; por eso solo los proletarios pueden destruir los
nacionalismos; solo el proletariado que despierta puede hacer fraternizar
a las naciones diferentes1123.
1123
MONDOLFO, Rodolfo op. cit. p.85
1124
MARX, K. El Capital p.745
1125
GODELIER, Maurice Marx-Engels. Sobre el modo de producción asiática. Barcelona. Martínez
Roca. 1969 p.69
380
Desconocemos las causas, pero Marx manifiesta particular antipatía
hacia este grande de América, a quien describe como un falso e incapaz
salvado por la heroicidad de los soldados británicos, aludiendo a la
brigada británica que acompañaba al Libertador 1126. Hay dos textos
donde claramente se manifiesta este «eurocentrismo» en acción.
Refiriéndose a la situación de Grecia, en lucha contra el Imperio
Otomano por su independencia dirá que si nos atenemos a los hechos,
las islas Jónicas, como la India e Irlanda, demuestran únicamente que
para ser libre en su caso John Bull tiene que esclavizar en el
extranjero1127; respecto de la ocupación de los EEUU al territorio de
Texas y los sucesivos conflictos entre México y éste país verá que: en
América hemos presenciado la conquista de México, la que nos ha
complacido. Constituye un progreso también que un país semejante sea
lanzado al movimiento histórico (...) Es en interés de su propio desarrollo
como México estará en el futuro bajo la tutela de Estados Unidos 1128.
381
todos los trabajadores, pues aquellos llamados de cuello blanco –algo
similar a una clase media- no asumen su conciencia de clase sino que
asumen la de la burguesía.
1131
LENIN, V.I. El estado y la revolución. Buenos Aires. Anteo. 1962 p.9-10
1132
Sobre los hechos históricos de 1871 puede verse BOURGIN, Georges La Comuna. Buenos Aires.
EUDEBA. 1966
1133
LENIN, V.I. ¿Qué hacer? Buenos Aires. Anteo. 1972 p.143
1134
LENIN, V.I. El estado y la revolución p.16-17
1135
LENIN, V.I. op. cit. p.41
382
El estado pre-revolucionario es un órgano de dominación de las
clases propietarias, por ello no puede corregirse o utilizarse con fines
revolucionarios, hay que destruirlo, barrerlo. Una vez que el
proletariado haya obtenido la victoria, el estado revolucionario existe
solo durante un período de transición, y es ahí donde el modelo de la
Comuna sirve de referencia, para concluir en una desarticulación del
mismo1136. Pero Lenin avanza con prudencia en la descripción de ese
estado destinado en última instancia a desaparecer. Lo que describe es
ante todo un funcionamiento en la fase de la dictadura del proletariado,
donde existe y funciona según modos inéditos. La supervivencia del
estado en este período está dada por la necesidad de quebrar
definitivamente toda resistencia de las clases explotadoras que en un
principio no se resignan a desaparecer; es esa resistencia la que explica
la necesidad de mantener una fase estatal1137.
1136
LENIN, V.I. op. cit. p.39
1137
CARRERE d’ENCAUSSE, Hélène Lenin. México. FCE. 1999 p.272
1138
LENIN, V.I. op. cit. p.37
1139
LENIN, V.I. op. cit. p.41
383
En el estado revolucionario, por otra parte, no se reconoce –y Lenin
sigue al modelo de la Comuna- la división de poderes, por lo que
aparece una crítica fuerte al poder legislativo. La salida del
parlamentarismo no está, naturalmente, en abolir las instituciones
representativas y la elegibilidad, sino en transformar las instituciones
representativas de lugares de charlatanería en organismos «activos». La
Comuna debía ser, no un cuerpo parlamentario, sino un organismo
activo, legislativo y ejecutivo al mismo tiempo 1140.
1140
LENIN, V.I. op. cit. p.43
1141
HALLET CARR, Edward Estudios sobre la revolución. Madrid. Alianza. 1968 p.138
1142
CRESPO, Horacio La Nomenclatura, nueva clase social en Revista de la Universidad de México.
(1982)17
384
Respecto de la cuestión nacional, Lenin, la aborda con particular
interés ya que tanto el Imperio Ruso como luego la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas fueron un conglomerado multinacional 1143. En ese
sentido sostiene que el marxista reconoce plenamente la legitimidad
histórica de los movimientos nacionales (...) pero solo en aquellos
aspectos progresistas como la democracia y la lucha contra la
opresión1144. Al mismo tiempo que escribe estas líneas, escribirá una
carta a Gorki donde le informa que en cuanto al nacionalismo, coincido
plenamente con Ud.: habría que ocuparse de esto más seriamente.
Tenemos a un portentoso georgiano, que se puso a escribir para
Prosveschenis un extenso artículo1145. El georgiano era José Stalin, y en
su abordaje irá más allá del marxismo, sosteniendo que Nación es una
comunidad estable, históricamente formada, de idioma, de territorio, de
vida económica y de psicología, manifestada ésta en la comunidad de
cultura.1146
EL ANARQUISMO: BAKUNIN
1143
Constitución de la URSS art. 70. Moscú. Progreso. 1977
1144
LENIN, V.I. Notas críticas sobre el problema nacional en Obras Completas. Buenos Aires. Cartago.
1970 t.: XX p.362
1145
LENIN, V.I. Carta a Gorki. t.: XXXIX p.40
1146
STALIN, José El marxismo y el problema nacional. Buenos Aires. Cepe. 1973 p.15
385
suficientemente. Nadie negará tampoco que los grandes estados actuales
tienen por objeto, más o menos confesado, la conquista 1147.
EL SINDICALISMO: G. SOREL
1147
BAKUNIN, Mijail El principio del estado en www.marxists.org/espanol/bakunin/princip.htm
1148
www.marxists.org/espanol/bakunin/dyes1.htm
1149
SOREL, Georges Reflexiones sobre la violencia en www.antorcha.net/biblioteca_virtual/filosofia/sorel/
sorel
386
Sorel sostiene que los cambios que lleven a un mundo más feliz no
se producirán por sí solos para todo el mundo en un porvenir muy
próximo. Tiene la convicción arraigada de la debilidad natural del
hombre –lo que lo hace un el fondo un pesimista- de la fuerza de los
obstáculos que se oponen a la satisfacción de sus expectativas.
Considera las condiciones sociales como formando un sistema
encadenado «por una ley de bronce», cuya necesidad se sufre en bloque,
tal como está dada, y que no puede desaparecer más que por una
catástrofe que destruye a dicho sistema por entero. Cree que la suerte
de la humanidad está simbolizada por el «judío errante» y consiste en
estar destinada a caminar constantemente, sin reposo, a esforzarse
siempre, a tender hacia la grandeza, hacia lo sublime.
387
cada caso, la teoría al acontecer. El destino del socialismo se hallará,
cada vez más, ligado a la suerte del sistema capitalista y a los avatares
de sus fluctuaciones.
1150
MASON, Alfredo Il parlamentarismo e la Republica di Weimar en Diorama Florencia (2000)234
p.56
1151
SOREL, Georges op. cit.
388
manejo de la opinión pública, las combinaciones de partidos
políticos1152.
IMPERIALISMO Y NACIONALISMO.
1152
SOREL, Georges op. cit.
1153
SOREL, Georges op. cit.
1154
SOREL, Georges op. cit.
389
Edimburgo en 1818. Allí estudió leyes durante un breve periodo de
tiempo y posteriormente escribió artículos para la Edinburgh
Encyclopedia. Asimismo abordó en profundidad el estudio de la
literatura alemana y publicó Los años de aprendizaje de Wilhelm
Meister1155 (1824), una traducción de la novela Wilhelm Meister (1796),
del escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe, y German Romance1156
(1827), que incluía su traducción de los Viajes de Wilhelm Meister.
Carlyle es también autor de Vida de Schiller1157 (1825), publicada por
entregas en London Magazine entre 1823 y 1824. Tras viajar a París y
Londres regresó a Escocia y colaboró con la revista literaria liberal
Edinburgh Review. El sastre sastreado1158 es una obra publicada entre
1833 y 1834 en Fraser's Magazine, es en parte autobiográfica y en ella,
Carlyle comenta la falsedad de la riqueza material. Con esta sátira,
Carlyle se perfila como un crítico social muy preocupado por las
condiciones de vida de los trabajadores británicos. Entabló una amistad
de por vida con el ensayista estadounidense Ralph Waldo Emerson y en
1834 se trasladó a Londres, donde se le asignó el sobrenombre de «el
Sabio de Chelsea» y perteneció a un círculo literario en el que figuraban
los ensayistas Leigh Hunt y John Stuart Mill.
1155
www.grtbooks.com/exitfram.asp?
idx=2&yr=1795&aa=AA&at=AA&ref=goethe&URL=http://www.bartleby.com/314/
1156
CARLYLE, Thomas Selections Oxford Clarendon Press. 1957
1157
Boydell & Brewer. 1992.
1158
Madrid. Fundamentos. 1976
1159
Nueva York. The Modern Library. 2002
1160
Madrid. Sarpe. 1985
1161
Chartism en www.uoguelph.ca/englit/victorian/HTML/chartism.html
1162
www.questia.com/PM.qst?a=o&d=98993729
1163
www.cs.cmu.edu/~spok/metabook/fgreat.html
390
Respecto de la primera, y como ya hemos visto, no hay posibilidad
real de desarrollo del sistema capitalista sin expansión colonial; ésta es
el soporte económico que permite resolver el conflicto social que las
grandes potencias veían desarrollar en su seno 1164 y que denunciara SS
León XIII.
1164
KOJÈVE, Alexander Marx es Dios y Ford es su profeta en Revista de la Universidad de México.
(1981)37 p.8
1165
HELLER, Hermann Teoría del estado. México. FCE. 1968 p.137
1166
HELLER, Hermann op. cit. p.233
1167
Abundar de los términos en que se hicieron las expansiones coloniales británica y francesa es insistir
sobre algo relativamente conocido, por eso es interesante ver, por ejemplo, como se llevó adelante la
colonización belga del Congo. VARGAS LLOSA, Mario En el corazón de las tinieblas en La Nación.
Buenos Aires 13.12.2000.
391
De dónde buscar una fuente de legitimidad que justificase la «puesta
en marcha» de la ideología imperialista: en una cultura que había
depositado una inmensa confianza en las ideas positivistas y
etnocentristas del progreso, en la exaltación irracional de la voluntad o,
indudablemente, en las tesis racistas del darwinismo social que gozaron
de una gran aceptación popular. En la literatura encontramos a Joseph
Conrad1168, Rudyard Kipling1169, William Thackeray1170, que han
considerado como un hecho sin más la expansión colonial con su
imagen repetida de las razas bárbaras e inferiores; desde un enfoque
antropológico encontramos la teoría clasificadora de las razas de G.
Cuvier en 1817 o el Essai sur l´inegalité des races humaines 1171 del
conde de Gobineau, quien sostenía que la menor cavidad craneal de los
negros era sinónimo de menor masa encefálica y por lo tanto de una
capacidad racional menor. Todos los esfuerzos de la «Academia» iban
encaminados a afirmar la perfección de la civilización de la raza blanca
frente al grado de barbarie del «otro». Lo que es más importante: en la
era del imperialismo, la «Academia» puso en marcha un paradigma
historiográfico que explicaba la expansión de Occidente a través
solamente de su perfeccionada naturaleza capitalista e incuestionable
racionalidad industrial que otros pueblos clamaban por tener cuanto
antes. En definitiva, Occidente había crecido necesariamente por el bien
de las «civilizaciones bárbaras» y siempre apoyado por la innata
perfección blanca. El propio Spencer describía el tipo ideal de sociedad
industrial -occidental- en los términos de una sociedad en donde la
guerra se convertía en un recurso disfuncional que bloqueaba el
desarrollo industrial y comercial, en donde existía un gobierno
democrático y se protegía eficazmente al individuo, pues todos en ella
eran tolerantes y flexibles1172.
1168
Originalmente llamado Teodor Józef Konrad Korzeniowski, hijo de un desterrado político ucraniano
recorrió el mundo enrolado en las marinas mercantes francesa e inglesa, una de cuyas obras más logradas
es Lord Jim.
1169
Británico de origen, nació en Bombay (India) pero fue educado en Londres y sus libros más conocidos
son El libro de la selva y Los siete mares, que junto al resto describen como escenario de fondo el
imperio colonial bajo la mirada de la cotidianeidad, pero con ojos ingleses.
1170
Nacido en Calcuta, fue educado, al igual que Kipling, en Gran Bretaña y en sus novelas aparece la
atmósfera colonial en la India.
1171
GOBINEAU, Joseph Arthur Essai sur l´inegalité des races humaines. París. Belfond. 1967 o
extractos en www.philo5.com/Les%20philosophes%20Textes/Gobineau_ Inegalite Des Races Humaines.
htm
1172
OTERO, Raymundo La dinámica de la civilización occidental: Huntington a debate en
sincronia.cucsh.udg.mx/otero.htm
392
Carlyle a su vez, ganó importancia dentro del militarismo alemán
antes que por su filosofía, por una de sus obras mayores: La Historia de
Federico II, donde se advierte una exageración del derecho divino de los
héroes o una apología del despotismo absoluto.
1173
CARLYLE, Thomas Sobre los héroes en www.epdlp.com/escritor.php?id=1550
393
1813 Argentina abolió la esclavitud.
1814 Gran Bretaña recibe la isla Santa Lucia en el Caribe.
Gran Bretaña ocupa Trinidad y Tobago.
1815 Gran Bretaña ocupa Ceilán (Sri Lanka). !} 1819 Gran Bretaña funda Singapur.
1820-1826 I guerra anglo-birmana (Birmania).
1825-1828 11 guerra anglo-ashanti en Costa de Oro (Ghana).
1830-1848 Francia ocupa Argelia.
Francia consolida su posición en Senegal.
1832 Guerra entre Gran Bretaña y China.
Ocupación de Hong Kong. Gran Bretaña ocupa las islas Malvinas (Argentina).
1834 Gran Bretaña abolió la esclavitud en Barbados.
1837 Gran Bretaña ocupa las islas de Jark. Bushiry Korramshah (Irán). 1838-1840
Francia bloquea los puertos argentinos en el Río de la Plata (Argentina).
1839 Francia ocupa Gabón.
1839-1840 I guerra anglo-afgana (Afganistán).
1840 Gran Bretaña ocupa Nueva Zelanda.
Francia ocupa Tahiti.
1840-1842 I Guerra del Opio (Gran Bretaña y China).
Intervención de Estados Unidos a favor de Gran Bretaña.
1843 Francia ocupa Costa de Marfil.
Francia ocupa las islas Comoranes.
España reconquista Guinea Ecuatorial (Guinea-Biassau). 1845-1848
Gran Bretaña y Francia bloquean los puertos argentinos del Río de la Plata
(Argentina).
1846 Estados Unidos declara la guerra a México y ocupa el norte de ese país (Texas,
Nuevo México, California, etcétera).
1848 Gran Bretaña bloquea los puertos de El Salvador.
Francia abolió la esclavitud.
1849 Holanda ocupa las islas Bali y Java (Indonesia).
Holanda y Portugal ocupan la isla Timor (lndonesia).
1852-1853 II guerra anglo-birmana (Birmania).
1853 Francia ocupa Nueva Caledonia.
1855-1858 Estados Unidos ocupa Nicaragua.
Alemania ocupa Samoa Occidental.
1856-1860 II Guerra del Opio (Gran Bretaña-China). Estados Unidos participa
apoyando a Gran Bretaña.
1857 Estados Unidos invade Costa Rica.
1858 Gran Bretaña consolida su dominación en la India. Proclamación de la reina
Victoria como emperatriz de la India (India, Paquistán, Bangladesh).
1858-1908 Francia ocupa Mauritania.
1859 Portugal ocupa la parte oriental de la isla de Timor (República Democrática de
Timor Oriental).
1860 Francia ocupa Guinea.
1861 Gran Bretaña provoca un incidente armado en Brasil.
Gran Bretaña ocupa Nigeria.
Gran Bretaña declara el protectorado de Bahrain.
1861-1865 España ocupa Santo Domingo.
1862 Francia ocupa Camboya (Kampuchea) y Vietnam.
Francia ocupa Djibuti.
1863 Francia ocupa México.
Holanda abolió la esclavitud en las Antillas Holandesas.
1864-1866 España declara la guerra a Chile, Perú. Bolivia y Ecuador. Acciones
navales en el Pacífico.
1865 Gran Bretaña ocupa Bután.
1867 Gran Bretaña declara el protectorado sobre Swazilandia.
1868 Gran Bretaña declara el protectorado sobre Lesotho.
1869 Gran Bretaña ocupa Eritrea (Etiopía).
1870 Gran Bretaña declara el protectorado sobre Malasia.
1871 Rusia ocupa Armenia.
1872 Gran Bretaña declara la tutela sobre Nepal.
1874 Gran Bretaña ocupa Ghana.
Gran Bretaña ocupa las islas Fidji.
1875 Gran Bretaña y Alemania bloquean los puertos atlánticos de Nicaragua.
394
1877 Gran Bretaña declara la guerra a los böers (Sudáfrica).
Gran Bretaña declara la guerra a cafres y zulúes (Sudáfrica).
Gran Bretaña declara el protectorado de Tokelau.
1878 Gran Bretaña ocupa Chipre.
Portugal abolió la esclavitud en Angola.
1878-1880 II guerra anglo-afgana (Afganistán).
1880 Francia ocupa el Congo (República Democrática del Congo).
1881 Francia ocupa Túnez.
Francia ocupa Malí.
1882 Gran Bretaña declara el protectorado sobre Egipto.
1884 Alemania ocupa Camerún y Togo.
Francia declara la guerra a China.
1885 Gran Bretaña ocupa Sudán.
Gran Bretaña ocupa Birmania.
Gran Bretaña ocupa los puertos de Somalía.
Francia ocupa Madagascar (República Malgache).
Francia ocupa Chad y Alto Volta (Burkina Faso).
Bélgica ocupa el Congo.
Acta de Berlín (Alemania) que fija el reparto colonial europeo.
1886 Gran Bretaña y Alemania ocupan Nueva Guinea (lndonesia/Papúa).
Alemania ocupa Tanganika (Tanzania).
Francia declara el protectorado de Wallis y Futuna.
1887 Gran Bretaña ocupa las islas Maldivas.
Gran Bretaña y Francia ocupan Vanutu (República de Vanutu).
1888 Gran Bretaña ocupa Brunei.
Gran Bretaña ocupa Gambia.
Alemania ocupa Naurú.
1889 Alemania ocupa las islas Salomón.
Alemania ocupa las islas Marianas, en poder de España.
Estados Unidos ocupa parte de Samoa.
1890 Gran Bretaña y Alemania culminan la ocupación de Kenia y Tanganika
(Tanzania).
Gran Bretaña ocupa Rodesia (Zambia).
Gran Bretaña ocupa Uganda.
Gran Bretaña declara el protectorado de Tonga.
Gran Bretaña declara el protectorado de Zanzíbar.
Portugal ocupa el interior de Angola.
Alemania ocupa Burundi.
Alemania ocupa Namibia.
1891 Gran Bretaña ocupa Malawi. ,
Gran Bretaña culmina la ocupación de Rhodesia del sur (Zambia) y Rhodesia del
norte (Zimbawe).
Gran Bretaña declara el protectorado de Omán.
1892 Italia ocupa Somalía.
Gran Bretaña declara el protectorado de Tuvalu.
Gran Bretaña declara el protectorado de las islas Gilbert (Kiribati).
Gran Bretaña declara el protectorado de los Emiratos Árabes Unidos.
1893 Francia ocupa Laos.
1894 Francia ocupa Dahomey (Benín).
Gran Bretaña declara el protectorado de Botswana.
1894-1895 Japón declara la guerra a China.
Japón ocupa Corea y Formosa (Taiwán) .
1895 Gran Bretaña y Alemania bloquean los puertos de Nicaragua.
1896 Gran Bretaña ocupa Sierra Leona.
I guerra ítalo-etíope (Etiopía).
III guerra anglo-ashanti (Ghana).
1897 Alemania ocupa la provincia china de Shantung.
Rusia ocupa el puerto chino de Lushún (Port Arthur).
Francia ocupa la provincia china de Kuangtung.
Gran Bretaña ocupa la provincia china de Wei Hai Wei.
Guerra germano-camerunense (Camerún).
Alemania ocupa Ruanda.
1898 Estados Unidos declara la guerra a España. Ocupa Cuba y Puerto Rico.
Estados Unidos ocupa Guam, Hawai y Filipinas.
395
Alemania compra a España el archipiélago de las Carolinas.
1899 Gran Bretaña declara la guerra al Transvaal (Sudáfrica).
Gran Bretaña ocupa Kuwait.
1899-1901 Guerra entre Estados Unidos y las Filipinas.
1900 Gran Bretaña, Francia, Japón y Estados Unidos invaden China y ocupan
Beigin.
Francia ocupa Níger.
1900-1904 Gran Bretaña declara la guerra a Somalía.
1902 Gran Bretaña, Alemania e Italia bombardean los puertos de Venezuela y ocupan
Puerto Limón.
1902-1905 Rusia declara la guerra a Japón.
1903 Estados Unidos ocupa el Canal de Panamá.
1905 Estados Unidos ocupa la República Dominicana.
1906 Francia declara el protectorado sobre Marruecos.
Australia ocupa Papúa.
Italia ocupa el sur de Somalía.
1911 Italia ocupa Libia.
1912 España ocupa la región del Rif, Ceuta, Melilla y el Sidi lfni (Marruecos).
1912-1925 Estados Unidos ocupa Nicaragua.
1914 Gran Bretaña declara el protectorado de Yemen del Sur.
Gran Guerra Europea (1 Guerra Mundial).
Japón ocupa las islas Marianas y las Carolinas.
Gran Bretaña ocupa Namibia.
Australia ocupa Naurú y Nueva Guinea.
Nueva Zelanda ocupa Samoa Occidental.
Estados Unidos compra las islas Vírgenes a Dinamarca.
1915 Estados Unidos ocupa Haití.
Gran Bretaña y Rusia ocupan Irán.
1916 Gran Bretaña ocupa Togo.
Gran Bretaña ocupa Irak.
Francia ocupa Líbano y Siria.
1916-1924 Estados Unidos ocupa República Dominicana.
1918 Gran Bretaña ocupa Tanganika (Tanzania).
Gran Bretaña ocupa las islas Salomón.
Bélgica ocupa Ruanda y Burundi.
Francia y Gran Bretaña ocupan Camerún.
1919 III guerra anglo-afgana (Afganistán).
1920 Francia ocupa definitivamente el Chad.
1923 Estados Unidos invade Honduras.
1925 Nueva Zelanda ocupa Tokelau.
1936 II guerra ítalo-etíope. Italia ocupa Etiopía.
Guerra Civil Española.
1939 II Guerra Mundial.
1174
Buenos Aires. Anteo. 1966; también en www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Lenin/Lenin_
ImperialismoFaseCapitalismo_01.htm
396
2. La fusión del capital bancario con el industrial y la creación,
sobre la base de este «capital financiero», de la oligarquía
financiera.
3. La exportación de capital, a diferencia de la exportación de
mercancías, adquiere una importancia particular.
4. La formación de asociaciones internacionales monopólicas
de capitalistas, las cuales se reparten el mundo.
5. La terminación del reparto territorial del mundo entre las
potencias capitalistas más importantes1175.
EL NACIONALISMO EUROPEO.
CHARLES MAURRAS
Los últimos 10 años del siglo XIX fueron para Francia un momento
de intenso debate de ideas políticas cuyo espectro irá de George Sorel a
Charles Maurras. A su vez, el llamado «caso Dreyfus» fue un catalizador
que precipitó en la sociedad francesa la conflictividad latente:
antisemitismo y antiparlamentarismo por una parte, antimilitarismo y
anticlericalismo por la otra.
397
y preciosas comunicaciones económicas o espirituales del universo
se verían igualmente comprometidas y amenazadas; tendríamos
que temer un retroceso de la civilización. El nacionalismo, pues, no
solo es un acto de sentimiento; es una obligación racional y
matemática.
3. Entre los franceses, ciudadanos de un estado evidentemente
traicionado por la facción que le gobierna 1176 y amenazado de
temibles rivalidades, todas las cuestiones pendientes, todos los
problemas que los dividen deben ser coordinados y resueltos
conforme a la nación. Las agrupaciones naturales de los franceses
deben hacerse en torno al común elemento nacional. Por encima
de sus diversidades políticas, religiosas y económicas, debe
clasificarse según la mayor o menor intensidad y profundidad de
su fe francesa.
4. El deber de los franceses conscientes de estas verdades es, hoy
día, formularlas tan públicamente y tan a menudo como sea
posible para regenerar a sus compatriotas ciegos o negligentes 1177.
398
particularmente argentina- donde aparece una nacionalidad por
adopción. Volviendo a nuestro autor, la toma de conciencia de la
«naturalidad» de la pertenencia a una sociedad expresa la constitución
esencial de la especie y es, la condición indispensable de toda empresa
de renovación política.
399
Dios sino que es la cima de la jerarquía de las ideas políticas, es la
realidad más segura y más humana. No se trata de una idea abstracta
de Nación sino que refiere a los hombres de esa nación; no se trata de
esa mujer con gorro frigio que la representaba oficialmente, sino una
multitud de rostros humanos, de paisajes y monumentos. Por eso la
Nación está por arriba de los partidos y la política no es el juego de las
pasiones y las ideologías sino la ciencia y el arte de la vida de los
estados (...) y cada estado depende de sus antecedentes históricos y de
su configuración geográfica, como cada hombre de sus antepasados y
país1187. Por eso, cuando él afirma «política ante todo», significa, la
política primero en el orden del tiempo, de ningún modo en el orden de la
dignidad (...) el medio de acción precederá al centro de destino 1188.
EL FASCISMO
1187
MAURRAS, Charles op. cit. p.103
1188
MAURRAS, Charles op. cit. p.139
1189
MAURRAS, Charles Carta a Pierre Boutang del 26 de junio de 1953, citado por PLONCARD
d’ASSAC, J. op. cit. p. 50
400
De acuerdo al Diccionario de Política de Norberto Bobbio y Ludovico
Incisa, sostiene que el «Fascismo» es un sistema político que trata de
llevar a cabo un encuadramiento unitario de una sociedad en crisis
dentro de una dimensión dinámica y trágica promoviendo la
movilización de masas por medio de la identificación de las
reivindicaciones sociales con las reivindicaciones nacionales.
1190
LEDEEN, Michael A. Entrevista sobre el Fascismo con Renzo de Felice. Buenos Aires.
Sudamericana. 1979 p.52-53
1191
DE FELICE, Renzo Le interpretazioni del fascismo. Laterza. Bari. 1969.
401
papel de mediador en las controversias laborales y por una orientación
autárquica (nacionalismo y proteccionismo1192.)
1192
DE FELICE, Renzo op. cit. p.156
1193
NOLTE, Ernst. El fascismo y su época. Action française, fascismo, nacionalsocialismo. Madrid.
Península. 1967 p. 291
1194
GENTILE , Giovanni Genesi e struttura della società en Opere. Florencia. La Lettere. 1987 t.: IX
p.235
402
forma la sociedad ideal definida como sociedad trascendental: síntesis
espiritual de todos los moldes particulares y históricos de la vida
asociada1195.
403
de activismo y convencido de que el socialismo había perdido la virilidad
al abandonar su carga idealista sofocado por el sistema que habían
creado los seguidores de Marx, el superhombre de Nietzsche era un
símbolo1201.
1201
DE FELICE, Renzo Mussolini il rivoluzionario. 1883-1920. Turín. Einaudi. 1965 p. 60
1202
Programa del Partido Nacional Fascista citado por CARSTEN, Francis La ascensión del Fascismo.
Barcelona. Seix Barral. 1971. p. 100-101
1203
MUSSOLINI, Benito Lo stato corporativo en www.polyarchy.org/basta/documenti/mussolini.1933.
htm
404
derecho de representación del sector1204. El reconocimiento al progreso
de los derechos sociales que este conglomerado expresó se encuentra en
las constituciones de varios países, generadas en la segunda
postguerra: la italiana de 1947, la alemana federal y la argentina de
1949 y las francesas de 1946 y 1958.
El ataque a los partidos políticos tiene que ver con la corrupción que
éstos poseían en España después de haber derrocado la monarquía en
una elección dudosa1207; él sostendrá: que desaparezcan los partidos
políticos; nadie ha nacido nunca miembro de un partido político; en
cambio nacemos miembros de una familia, somos todos vecinos de un
municipio, nos afanamos todos en el ejercicio de un trabajo. Pues si esas
1204
Carta del Lavoro en DE FELICE, Renzo Mussolini il fascista. L’Organizzazione dello Statto fascista
1925-1929. Turín. Einaudi. 1995
1205
DIAZ NIEVA, José – URIBE LACALLE, Enrique José Antonio: visiones y revisiones. Madrid.
Plataforma. 2003
1206
PRIMO DE RIVERA, José Antonio Textos de Doctrina Política. Madrid. Sección Femenina del
Movimiento. 1970 p.61 Se puede consultar en www.rumbos.net/ocja/_indices/indices.htm
1207
Es necesario aclarar que Primo de Rivera no es monárquico y, si bien puede tener puntos en común,
tampoco puede sumárselo a la llamada «contrarrevolución».
405
son nuestras unidades naturales, si la familia y el municipio y la
corporación es en lo que de veras vivimos ¿para qué necesitamos el
instrumento intermediario y pernicioso de los partidos políticos? 1208 La
concepción de la formación de un «movimiento», a diferencia de un
partido político, ya aparece en el pensamiento español con José Ortega
y Gasset, bajo la forma de la aglutinación de las masas en movimiento,
la participación de un sujeto colectivo organizado y armónico que
permite comprender «la misión» de un pueblo 1209. Por supuesto que
Primo de Rivera conocía también la doctrina del Fascismo donde
también aparece este concepto «movimientista».
406
de los menos. El trabajo es el mejor título de dignidad civil. Nada puede
merecer más atención del estado que la dignidad y el bienestar de los
trabajadores1214.
LA REVOLUCIÓN CONSERVADORA
407
septiembre han pasado 106 días en que Alemania pierde una guerra,
está a punto de desmembrarse, pierde territorios -coloniales y
metropolitanos- y comienza a entrar en un período de crisis económica,
inflación e hiperinflación que la someterá a una dura experiencia. Esta
situación es altamente movilizante para el pueblo alemán y permite el
surgimiento de diversas y antagónicas perspectivas políticas, que no
solo serán fruto de discusiones ideológicas sino que representarán el
auténtico estado de ánimo de ese pueblo. Quizás para acercarnos a la
comprensión del mismo debamos retrotraernos -los argentinos- al
período de nuestra historia que transcurre entre la derrota sufrida en
Malvinas (14 de junio de 1982) y la reinstauración de la democracia (10
de diciembre de 1983). Ese sentido de desazón, de incertidumbre y
vergüenza, que a su vez genera un aferramiento a las posiciones
políticas que cada uno toma, un cerrar filas con quienes aparecen como
nuestros compañeros frente al derrumbe del mundo presente.
408
conocimiento técnico y la racionalidad burocrática sea susceptible de
establecer entre la Nación y él una comunicación directa, ofreciendo al
pueblo el arquetipo de una personalidad auténtica 1218, lo cual equivalía,
con el fin de evitar el dominio de los políticos profesionales, a dar su
adhesión a una república presidencialista (Führerdemokratie)1219.
1218
WEBER, Max Estructuras de poder. Buenos Aires. Leviatán. 1985. p.73ss
1219
PINTO, Julio La evolución del concepto de presidente plebiscitario del Reich de Weber y Schmitt en
Carl Schmitt. Su época y pensamiento. Buenos Aires. EUDEBA. 2002. p.109ss.
1220
C.f.: MEINECKE, Friedrich Cosmopolitismo e stato nazionale. Peruggia. La Nuova Italia. 1930.
1221
MANN, Thomas Friedrich und die grosse Koalition en Essays II, 1914-1926. Frankfurt. Fischer.
2002.
1222
MANN, Thomas Betrachtung eines Unpolitischen en op. cit.
1223
MANN, Thomas La montaña mágica. Barcelona. Edhasa. 2005
1224
SPENGLER, Oswald Prusianismo y Socialismo. Buenos Aires. Struhart. 1984
409
nacional. Europa era considerada como síntesis de una conciencia
“autóctona” de la cultura.
410
Hermann Hesse, entre 1919 y 1920, escribe un trabajo titulado La
mas reciente literatura alemana1228 donde afirma que lo que trajo la
Gran Guerra como experiencia vital es la destrucción de todas las viejas
formas, el fracaso de las morales y las culturas hasta entonces válidas;
eso pues parece encontrar su interpretación solo en el psicoanálisis.
Europa se muestra a esta juventud como un neurótico gravemente
enfermo al que se puede ayudar solamente mediante la destrucción de
los lazos creados por él mismo, llenos de complejos y en los que el se
ahogaba.
Por esta misma época reaparece una expresión que desde mediados
del siglo XIX existía: «revolución conservadora». Thomas Mann la
menciona y se produce una violenta controversia sobre dicha expresión
por el uso programático que le otorga H. von Hofmannstahl en su
trabajo sobre la literatura como espacio espiritual de la Nación, donde
afirma que el proceso de que hablo no es otro que una «revolución
conservadora» de una amplitud ignota en la historia europea 1229.
411
inadvertida la diferencia entre las idas liberales parlamentarias y las
ideas de la democracia de masas 1231. En este encuadre, «discusión»
significa un intercambio de opiniones cuyo objetivo es convencer al
adversario -con argumentos racionales- acerca de lo verdadero y lo
correcto.
412
Así planteado, el parlamentarismo entra en una contradicción que
señala su esencia: el parlamento debe ser independiente del pueblo
durante todo un período entre elecciones y no puede ser relevado a
voluntad mientras que el Gobierno (Poder Ejecutivo) depende de la
confianza del parlamento, pudiendo ser relevado en cualquier momento.
La «ratio» del parlamento radica, según la acertada denominación de
Rudolf Smend en Die Verschiebung der konstitutionellen Ordnung durch
Verhältniswahl en 1919, en lo «dinámico dialéctico», es decir, en un proceso
de controversias entre contradicciones y opiniones, de lo que resultaría la
auténtica voluntad estatal (...) lo esencial del parlamento es la
deliberación pública de argumento y contraargumento (...) A consecuencia
de ello, el parlamento es el lugar donde las partículas de razón, que se
hallan desigualmente distribuidas entre las personas, se agrupan,
siendo convertidas en el poder público1235.
413
Kirchheimer en su artículo Vom Wandel der politischen Opposition 1238, la
quimera de la mayoría del 51 % es la que permitió pensar a los
socialdemócratas que la transformación de la sociedad era mágica, pues
ingenuamente pensaban que el apoyo logrado en una elección se
transforma en incondicional acatamiento, ignorando que en política es
necesario convencer para conducir la acción y por ello, se plebiscita
diariamente una autoridad.
1238
KIRCHHEIMER, Otto Der Wandel des westeuropäischen Parteiensystems. Opladen. Westdeutscher
Verlag. 1989.
1239
SCHMITT, C. op. cit. p. 4-5
1240
TÖNNIS, Ferdinand Fundamental Concepts of Sociology. New York. Lewis. 1940.
1241
SCHMITT, C. Sobre el parlamentarismo. p. 50
414
competencia entre opiniones, en la que ganará el mejor argumento. 2)
La separación de poderes busca alcanzar un equilibrio dentro del cual
al Parlamento le corresponde el poder legislativo, relativizando así el
racionalismo que está en la base de esta idea de equilibrio.
1242
SCHMITT, C. op. cit. p. 64
1243
WEBER, Max Parlamento y gobierno en el nuevo ordenamiento alemán en Escritos Políticos.
México. Folios. 1982. t.: I p.94
1244
SCHMITT, C. op. cit. p. 31
415
gobierno en relación al desarrollo técnico y económico, en la misma
medida en que la democracia se fue desarrollando en la metrópolis 1245.
Por último, Weber destaca que las pequeñas burguesías son los
exponentes específicos y más dignos de confianza del concepto de estado
como una estructura de poder imperialista que requiere una incondicional
fidelidad 1248.
416
oportunidad. Schmitt sostendrá que ese mito y esa fuerza vital no se la
encuentra en la burguesía moderna, esa clase social degenerada por el
miedo a perder el dinero y los bienes, moralmente estremecida por el
escepticismo, el relativismo y el parlamentarismo. La energía de lo
nacional aparece como el gran mito movilizador 1252. El mismo Schmitt
hace referencia al discurso de octubre de 1922 de Benito Mussollini,
pronunciado en Nápoles y antes de la Marcha sobre Roma 1253 donde se
afirma que se ha creado el mito de la gran Nación, el que quieren
convertir, a su vez, en una realidad concreta y que será posible porque
el mito es fe, entusiasmo, impulso y esperanza.
EL NACIONAL-SOCIALISMO
1251
SOREL, George Reflexiones sobre la violencia en www.antorcha.net/biblioteca_virtual/filosofia/sorel/
sorel
1252
SCHMITT, C. op. cit. p. 98
1253
MUSSOLINI, Benito La Nuova Política dell’Italia. Milano. Alpes. 1928 t.: I
1254
HELLER, Hermann op. cit. p.212
1255
SCHMITT, C. Lectura europea de Donoso Cortés. Madrid. Rialp. 1963. p. 90
1256
WEBER, Max op. cit. p.38
1257
SCHMITT, C. El concepto de lo político. p.82
1258
TÖNNIS, F. op. cit. 19ss.
417
El primero de febrero de 1933, Adolfo Hitler, el nuevo Canciller de
Alemania, en su primer llamamiento al pueblo alemán pidió que le
fueran concedidos cuatro años para la realización de su obra de
reconstrucción nacional. Dos días más tarde repitió el mismo pedido en
el Palacio de Deportes de Berlín: Durante 14 años los partidos de la
decadencia gobernaron al pueblo alemán y lo humillaron. Durante 14
años lo desmoralizaron y lo disgregaron hasta destruirlo. No es, pues,
presuntuoso presentarme hoy ante la Nación para solicitar: Pueblo
alemán, concédenos cuatro años y te juro que nosotros, yo el primero, si
fallamos, nos retiraremos de los puestos en la misma forma en que los
hemos asumido. No me ha impulsado la ambición de beneficios
materiales sino el amor a tí. Esta ha sido la decisión más grave de mi
vida... No puedo renunciar a la fe en mi pueblo ni a la persuasión de que
esta Nación se levantará otra vez. No puedo prescindir del amor hacia
este pueblo y guardo la convicción inquebrantable de que llegará la hora
en que los millones de seres que hoy nos maldicen, se unirán a nosotros
y con nosotros saludarán a la nueva Nación Alemana creada por todos, y
conquistada en una lucha ardua y amarga: el Nuevo Reich Alemán; un
Reich en cuya grandeza son indivisibles el honor y el poder, la grandeza
y la justicia.
418
internacionales con arreglo a sus posibilidades, la suma total de oro y
divisas en existencia en el Reichsbank (equivalente a nuestro Banco
Central), a fines de enero de 1933, importaba apenas unos 439
millones de marcos. En concepto de existencias propias no pueden
contarse ni el crédito de 70 millones de dólares concedido al
Reichsbank, ni el de 45 millones de dólares al Golddiskontbank, o sea
en total 483 millones de marcos, ya que ambos debían reembolsarse a
corto plazo si Alemania no quería perder su libertad de acción. Las
deudas exteriores contraídas por particulares ascendían a más de
25.000 millones y devengaban un interés diario de 2 millones sin contar
la cuota de amortización. No existía un superávit de exportaciones que
hubiere permitido la adquisición de las divisas extranjeras necesarias
para hacer frente a los enormes pagos.
419
negro-blanco-rojo ( nacionalistas alemanes, cascos de acero y liga
campesina de Turingia) y el partido de los vinicultores de Württemberg
y así, de los 647 votos del Parlamento conquistaron 341, es decir, la
mayoría absoluta.
Diputados
423 459 472 493 491 577 608 584 647
Totales
NSDAP
32 14 12 107 230 196 341
Nazis
CRECIMIENTO DE LAS BANCAS DEL PARTIDO NACIONA-SOCIALISTA EN EL PARLAMENTO
1260
MASON, Timothy National Socialism and the German Working Class 1925-May 1933 en New
German Critique (1977) 11 p. 49-93
1261
HITLER, Adolf Raza y Destino. Barcelona. Juventud. 1969 p.15
420
En primer lugar, en este texto aparece una concepción en la cual no
tiene cabida el partido político como tal –o al menos como lo entendían
los liberales- pudiendo sí señalarse una cercanía ideológica con la que
poseían los revolucionarios franceses, especialmente en el período
1789-1794, haciendo coincidir «partido» con «facción». El sujeto de la
acción política será el pueblo, encuadrada ésta en los términos de la
dialéctica «amigo-enemigo».
1262
HELBER, H.-von KOTZE, H.-KRAUSNICK, H. Hitler: habla el Führer. Barcelona. Plaza & Janés.
1973 p.389
421
Queremos poner en lugar del eterno vaivén de los cambios políticos un
gobierno firme para que preste así a nuestro pueblo una autoridad
inconmovible.
Queremos restablecer la primacía de la política que está llamada a
organizar y dirigir la lucha de la vida de la Nación.
Queremos formar una verdadera comunidad en el seno del pueblo
alemán, de sus profesiones, oficios y clases actuales. Esta comunidad
debe ser capaz para restablecer el justo equilibrio de los intereses vitales
que exige el porvenir de la nación entera.
Hay que formar de nuevo un pueblo alemán compuesto de campesinos,
ciudadanos y obreros que con fidelidad custodie eternamente nuestra fe
y cultura, nuestro honor y libertad. Así quedó formado el Tercer Reich.
422
sistema burocrático de la economía organizado por el Estado, sino por el
fomento más intenso de la iniciativa privada bajo el reconocimiento de la
propiedad particular. Sólo mediante el establecimiento de un justo
equilibrio entre la capacidad de iniciativa, por un lado, y el trabajo
productivo, por otro, se debe obtener un equilibrio justo y la
administración debe limitarse a respetar los resultados de la inteligencia
y del trabajo mediante la economía en los gastos públicos 1263.
1263
Citado por SANTORO, César op. cit
1264
Estos aparecían como un ala «apresurada», equivalente en la Revolución Rusa a la posición asumida
por León Trotski.
1265
Puede consultarse el texto completo (en inglés) en www.lib.byu.edu/~rdh/wwi/
423
sintéticos de aquellos materiales de los que carecía y que no podrían
adquirirse en el extranjero. El suministro de alimentos quedaba
asegurado a través del desarrollo controlado de la agricultura.
1266
Entre los ensayos nacional-socialistas sobre las cuestiones de economía, se presentaba a Henry Ford
como un tipo ideal de industrial nacional, que excluía toda dependencia del capital financiero mediante la
creación de una corporación industrial autofinanciada.
1267
HERF, Jeffrey El modernismo reaccionario. México. FCE. 1993 p.395
424
Uno de los elementos que aparece es la creación de «acciones de
trabajo» como elemento de integración de la fuerza del trabajo y el
capital. Aquellos que trabajaban en las grandes industrias alemanas
recibían acciones de trabajo de esa misma industria –cuya posesión
estaba ligada a seguir trabajando en ella- percibiendo por lo mismo
dividendos.
1268
HITLER, Adolf Mi Lucha. Santiago de Chile. Wotan. 1995 p.318
1269
JÜNGER, Ernst El trabajador. Barcelona Tusquets. 1990 p.71-72 Recuérdese que el nombre del
partido es Nacional-Socialista Alemán de los Trabajadores y que Hitler será denominado Erster Arbeiter
(Primer Trabajador).
1270
HERF, Jeffrey op. cit. p.234
1271
JÜNGER, Ernst op. cit. p.77
1272
Se refiere a los Estados Unidos.
425
estamos ciertos, este pueblo solo obtendrá su destino cuando conciba su
tradición de modo creador1273.
1273
HEIDEGGER, Martín Introducción a la Metafísica. Buenos Aires. Nova. 1972 p.75-76
1274
Lo que hoy se conoce como autopista nació en Berlín entre 1913 y 1921. El tramo de 19 km.
conocido como el AVUS está al suroeste de Berlín. Alemania inauguró la primera carretera exclusiva para
autos en 1929 entre Düsseldorf y Opladen, y en 1932 entre Colonia y Bonn. En la década de 1930, bajo
las órdenes de Hitler, quien aprovechó la propaganda de los beneficios de las carreteras de alta velocidad,
el gobierno alemán echó a andar los planes para construir autopistas de Norte a Sur y de Este a Oeste. La
primera de ellas, la Reichsautobahnen fue inaugurada el 19 de mayo de 1935 entre Frankfurt y Darmstadt.
Cuando estalló la II Guerra Mundial, la red de Autobahns tenía ya 2,128 kilómetros
1275
HERF, Jeffrey op. cit. p.404
426
de éste, sino que lo conduce al gozo de la máxima libertad, impulsando al
desarrollo de sus facultades morales e intelectuales 1276.
1276
HITLER, Adolf op. cit. p.162-163
1277
TÖNNIS, Ferdinand op. cit. p.34
1278
ROSEMBERG, Alfred Fundamentos del nacionalsocialismo: las bases del nuevo orden en
www.resistenciaria.org/hg/fundamentos_ns.htm
427
Reich a promulgar un nuevo derecho constitucional (art. 4) y luego se
suspende el Parlamento.
1279
FORSTHOFF, Ernst Die totale Staat en Wissenschaftliche Abhandlungen und Reden zur
Philosophie, Politik und Geistesgeschichte. Berlín. Dunker & Humblot. 2002 p.134
1280
HEIDEGGER, Martín Lógica. Barcelona. Anthropos. 1991 p.17
1281
HEIDEGGER, Martín op. cit. p.69
428
LOS MOVIMIENTOS NACIONALES EN AMERICA LATINA
429
connotaciones negativas extraídas de sus propias experiencias de
origen. En nuestro caso preferimos hablar solo de movimientos
populares1282.
1282
MASON, Alfredo «Popolare» e «populista» en Trasgressioni. Florencia 12(1997)24 p.119-122
1283
CASTELLO, Antonio E. Vargas: el caudillo «gaúcho» en Todo es Historia (1980)153 p.21
1284
CASTELLO, Antonio E op. cit. p.21-22
430
presentarse como candidato a la presidencia de Brasil en las elecciones
de 1930. Pareció aceptar la derrota, pero a poco de la confrontación
electoral lideró una revuelta que lo llevó a la jefatura del estado.
Los motivos de la revolución del ’30 son bastante más profundos que
deponer a un presidente electo. Los mismos se inician con el
establecimiento de la llamada «política de los gobernadores», la cual
consistía en que el Gobierno nacional apoyaría el reconocimiento de los
diputados y senadores federales indicados por los gobernadores o por
los partidos políticos que gobernaban en los estados y éstos, en
retribución, apoyarían al Gobierno nacional en todos los asuntos
relativos a la política general del país. A su vez, los gobernadores se
convertían en los verdaderos electores del Presidente, pues éste surgía
del acuerdo de ellos.
431
su vez impulsó un programa nacionalista y popular, apoyado por los
jóvenes militares del movimiento (el «tenentismo»), las capas medias y
las masas descontentas con las condiciones políticas, económicas y
sociales preexistentes.
1288
FREIRE, Gilberto Raíces europeas de la historia brasileña en Ideas en torno de Latinoamérica.
México. UNAM/UUAL. 1986 t.: II p.987-1006
1289
PESAVENTO, Sandra J. Regiâo e Naçâo: as releituras do Brasil em tempo de democracia en Actas
del III Congreso Latinoamericano de la Universidad de Varsovia. Uniwersytat Warszawski. 1996 p.433
432
desligar estas iniciativas de las experiencias políticas alemanas e
italianas, lo cual, el Canciller Marcelo de Soares –por directiva de
Vargas- aclara que se mantiene un alineamiento detrás de la política de
los EEUU, en materia internacional.
1290
CASTELLO, Antonio E op. cit. p.32
1291
CASTELLO, Antonio E op. cit. p.34
1292
CASTELLO, Antonio E op. cit. p.36
433
la Segunda Guerra Mundial, Vargas buscó aprovechar la tecnología
estadounidense a cambio del respaldo a los Aliados, llegando a declarar
la guerra al Eje y hasta a enviar tropas brasileñas que participaron de
la campaña de Italia, las únicas fuerzas latinoamericanas en el conflicto
mundial.
1293
El Canciller brasileño Raúl Fernández declaró al Correo da Manha el 8.8.1947: Brasil no está
interesado en la formación de un «bloque latino» . HIRST, Mónica Vargas y Perón: las relaciones
argentino-brasileñas en Todo es Historia (1985)224 p.12
1294
El «queremismo» fue el nombre dado al conjunto de manifestaciones ocurridas en 1945 con una gran
participación popular que defendía la continuidad de Vargas en el poder y cuya consigna identificatoria
era «queremos Getulio».
1295
Anhembí 3 de octubre de 1950 citado por MASTRORILLI, Carlos Brasil 1930-1964. Auge y
contradicción del populismo brasileño en Estrategia. Buenos Aires (1974)28 p.28
1296
CASTELLO, Antonio E op. cit. p. 40
434
petrolera (fue creada Petrobrás) y la política a favor de las
organizaciones sindicales. Contrario a la política de Dutra, Vargas
vuelve a plantear una política de relación con América Latina –en
especial le interesa encontrar puntos en común con Argentina-
sosteniendo que nosotros los americanos debemos formar un bloque
puesto que tenemos problemas comunes (...) siendo Estados Unidos el
país más rico y el más adelantado industrialmente, debemos contar con
su buena voluntad1297. Aparece aquí la fórmula varguista marcada por la
equidistancia entre Argentina y Estados Unidos, que más que
ambigüedad ideológica debe comprenderse como pragmatismo político
en la negociación con ambas naciones.
Allí sostenía una visión que sintetiza su experiencia: Una vez más,
las fuerzas e intereses antipopulares se combinan nuevamente y se
desencadenan sobre mí (...) Después de decenios de domino y
explotación de los grupos económicos y financieros internacionales, me
hice jefe de una revolución y vencí. Inicié el trabajo de la liberación e
instauré un régimen de libertad social. Tuve que renunciar. Volví al
gobierno en los brazos del pueblo. La campaña subterránea de los
grupos internacionales se alió a la de los grupos nacionales complotados
en contra de un régimen que garantizaba el trabajo. La ley de lucro
excesivo fue detenida en el Congreso. Contra la justicia de la revisión del
salario mínimo se han desencadenado los odios. Quise desarrollar la
libertad nacional potencializando nuestra riquezas a través de Petrobrás
y, apenas ésta comienza a funcionar, la ola de agitación se agranda.
Electrobrás fue obstaculizada hasta la deseperación. No quieren que el
obrero sea libre. No quieren que el pueblo sea independiente (...) Nada
más os puedo dar, a no ser mi sangre 1299.
1297
Clarín 2.2.1951
1298
HIRST, Mónica op. cit. p.24
1299
VARGAS, Getulio Testamento Político en Línea. Buenos Aires 16(1999)161 p.34
435
LÁZARO CÁRDENAS Y LA REVOLUCIÓN MEXICANA
436
Cárdenas efectuó una reforma agraria que eliminó el latifundismo,
repartiendo cerca de 18 millones de hectáreas. En carta a William
Townsend explica la misma: se afectan las extensiones que tiene más de
la superficie señalada por el Código Agrario para la pequeña propiedad,
dejando a propietarios extranjeros y nacionales, la extensión suficiente
para vivir de la tierra. En el reparto que se está llevando a cabo, se ha
tratado a mexicanos y a extranjeros por igual 1300.
Este texto plantea uno de los elementos por los que Cárdenas más
tiene que luchar: la institucionalización de la revolución mexicana. En
esos años escribía el pensador mexicano Antonio Caso: el mundo
contemporáneo se gobierna democráticamente por tanto, la soberanía
radica esencial y originalmente en el pueblo (...) pero en nuestra América
existe y ha existido siempre el caudillo (...) que, en un instante dado,
gobierna fuera de la ley, sobre la ley, contra la ley misma; y gobierna
1300
CARDENAS, Lázaro Epistolario. México. Siglo XXI. 1974 t.: I p.107
1301
CARDENAS, Lázaro op. cit. p.38
1302
CARDENAS, Lázaro op. cit. p.37
437
hasta que el pueblo le concede su favor, su aceptación, su respeto; pero
llega un día en que el pueblo desacata al caudillo y vuelve a la ley 1303.
Dejó la presidencia en 1940.
LA TERCERA POSICIÓN1304
1303
CASO, Antonio México y sus problemas en Ideas en torno de Latinoamérica t.: I p.546-547
1304
En este tema seguimos MASON, Alfredo Alcune riflessioni sull Tercera Posición Peronista en
Trasgressioni. Florencia 8(1993)17
438
Hasta la década de los ’70 la principal crítica que se realizaba sobre
el mismo era su aparente raíz fascista, luego de los excelentes trabajos
que con diferentes ópticas han mostrado lo inconducente de esta
asimilación, como las obras de G. Mosse 1305, R. De Felice1306, P.
Waldmann1307, R. Newton1308 y la obra de la dictadura militar, esta
posición se abandona. A partir de allí la nueva postura será el silencio
en el sistema educativo1309.
439
c)por medio de la «ley de arriendo», suministrar material bélico
disponible permitiendo movilizar aun más la industria militar. Frente a
ello Argentina -por sus múltiples razones- no se suma a las
declaraciones de guerra a las potencias del Eje. Pero en 1943 la
situación internacional ha cambiado y la suerte de la guerra se inclina
hacia los aliados; la oligarquía gobernante entonces, reconsiderará las
razones expuestas y la tradicional oposición a la política exterior
estadounidense y estará dispuesta a, realizando un fraude en las
elecciones a convocarse para 1944, colocar en el cargo de Presidente de
la Nación a uno de sus hombres, Robustiano Patrón Costa, capaz de
dar el paso que llevaría ala Argentina a ser un país beligerante.
440
a las corporaciones. ¡Qué corporaciones ni ocho cuartos! Los demás
factores de poder que pueden conjugarse, si hay una organización en la
Comunidad ¿no cuentan? ¿Porqué los empresarios que son el poder
económico no van a participar de las decisiones del Gobierno? Y los
obreros -que son la parte activa del trabajo- que en la .vida son el
instrumento de grandeza y desarrollo ¿porqué no van a participar?
¿Porqué van a participar solo los políticos?1314.
1314
PERON, J.D. Discurso ante la Delegación argentina ala Conferencia de la OIT. 28.5.1974.
1315
MUSSOLINI, Benito Discorso per la medaglia dei benemeriti del Comune di Milano (28.10.1925) en
Opera Omnia. Florencia. La fenice. 1956 t.: XXI p.425; en castellano El espíritu de la revolución
Fascista. Mar del Plata. Informes. 1973 p.217; en inglés www.worldfuturefund.org/wwffmaster/Reading/
Germany/mussolini.htm
1316
MUSSOLINI, Benito Opera p. 447; El espíritu de la revolución fascista p.225
1317
PERON, J.D. Discurso 26.10.1944
1318
PERON, J.D. Discurso 18.1.1945
1319
FUKUYAMA, Francis El fin de la historia y el último hombre. Buenos Aires. Planeta. 1992.
441
Desde el origen mismo del Justicialismo se tiene la convicción de que
las ideologías son solo imágenes de la realidad y que su supuesta
confrontación es solo aparente. Esto es, ellas encarnan en sujetos que
las realizan y esos sujetos son a fines de la década del '40, los EEUU y
la URSS. Al igual que aquellos que sustentan los principios del
demoliberalismo y el marxismo en la Argentina poseen una política
anti-popular, más precisamente se hablará de las grandes potencias
como de los imperialismos convivientes, pues respecto de los pueblos del
Tercer Mundo se aúnan en la concepción totalizante y dominadora 1320.
442
Esta concepción de la «doctrina» proviene del pensamiento militar
que liga dos elementos: toda acción es conducida, las acciones
conducidas van fijando una doctrina del actuar. En el caso de Perón,
será decisiva la influencia que –al respecto- tiene sobre sus propias
concepciones el pensamiento del mariscal Ferdinand Foch, quien
asegura que el arte de la conducción es sencillo y todo de ejecución 1327,
más explícitamente y citando a Napoleón afirma que «la guerra es, ante
todo, un arte simple y todo de ejecución». Conocer los principios, si no se
sabe aplicarlos, no conduciría a nada 1328. La aplicación tiene que ver
con el método que adoptará la conducción y que le permite pasar de la
concepción científica al arte de conducir, de la verdad poseída y
conocida a la puesta en práctica de esta verdad. Esto es, en el arte de la
conducción se crea a partir de los hechos pero, el conocimiento de la
historia sirve como instrucción y base de la misma. No se trata de una
repetición sino de estudiar como los grandes conductores han librado
las grandes batallas e ir conformado una doctrina.
443
responsable de la realidad. Y en la obra obtenida -que es el testimonio
de la autoría- reside lo «efectivo» de esa realidad. Este término «efectivo»
se emplea en castellano en diversos sentidos pero uno de ellos -el de
uso más vulgar- es el que nos interesa: aquel que alude tanto a lo
«cierto» como a lo «seguro» y «verdadero». Cuando lo utilizamos decimos:
«es efectivamente así», con lo que afirmamos que en la realidad, la
verdad está en el camino señalado. De esta manera, la realidad efectiva
es la cristalización de una voluntad libre que por medio del trabajo,
intenta resolver el tensionamiento de someter la necesidad a la
dirección de la propia voluntad, buscando que tanto la persona como el
Pueblo surjan como artífices libres y responsables de su destino.
MOVIMIENTO NACIONAL
1333
PERON, Juan Domingo Conducción Política. Buenos Aires. Presidencia de la Nación. 1954 p.74
1334
PERON, J.D. Discurso de clausura del I Congreso Nacional de Filosofía p.167 En realidad, estas
líneas hacen una interpretación de la visión veterotestamentaria que figura en el Eclesiastés.
1335
PERON, J.D. Discurso del 11.1.1949
444
solidaridad entre clases y sectores colocados como adversarios del viejo
sistema de dominación1336.
445
Nación como pueblo, la necesidad de contar con un partido solo se
reducía al hecho de poseer una instrumento jurídico-legal de acceso
pacífico al Gobierno, pues la vida política se canalizaba a través del
movimiento que planteaba a la misma como la relación líder-masas.
Allí sostiene que entre las numerosas tendencias que caracterizan las
naciones y los Pueblos del siglo XX, el internacionalismo y el
nacionalismo son dos modalidades trascendentes. Desde la Edad Media
hasta el último cuarto del siglo XIX se produce la formación de las
nacionalidades, es decir, es la etapa del nacionalismo. Simultáneamente,
en la segunda mitad de este medio siglo, nace el internacionalismo
doctrinario, encarnado en el socialismo y el comunismo. Sin embargo, el
nacionalismo culmina en el mundo entre el Congreso de Viena de 1815 y
la Primera Guerra Mundial (...) Después de 1918 el internacionalismo y el
nacionalismo se enfrentan. Toma en Rusia la forma comunista, en
Alemania la nacional-socialista y en Italia la fascista, manteniendo en el
resto la forma de un nacionalismo burgués. El imperialismo anglo-sajón
-con sus ramas europea y americana- mantiene esta forma, aunque
influenciada por un internacionalismo sui generis, producto de su tipo
imperialista. Terminada la Segunda Guerra Mundial, quedan enfrentados
el internacionalismo ruso y el nacionalismo burgués anglo-sajón, ambos
bajo las formas imperialistas predominantes [. ..] semejantes porque se
aferra y se aferrará todavía alas formas locales y nacionales, que están
1340
BORGES, Jorge Luis – BIOY CASARES, Adolfo Nuevos cuentos de Bustos Domecq. Buenos Aires.
Librería de la Ciudad. 1977 p. 93, 95
446
en la naturaleza misma de los hombres actuales. El imperialismo
capitalista, que odia y desprecia el internacionalismo desde su
nacionalismo materialista, practica un nacionalismo extremo para uso
interno, en tanto que, impelido por la necesidad de «colonizar» y
«dominar», utiliza para uso externo una peregrina concepción de la
necesidad de subordinar las soberanías nacionales a la soberanía
general de su conveniencia imperialista. La verdadera fuerza de nuestros
países está precisamente en su aglutinación y decisión de su sentido
nacional1341.
447
prende la libertad de la América del Sur», como dijera nuestro Gran
Capitán. Unión por arriba de las fronteras nacionales en resguardo del
mismo ideario político y social. Unión en el fomento coordinado y
armónico de las riquezas para impulsar la prosperidad general. Unión en
las ideas y en los sentimientos. En el culto aseñorado de la raza, de la
tradición de honor, justicia y libertad. En el mismo afán de superación
espiritual hacia una cultura homogénea y superior. En la misma
sensibilidad para percibir y sostener la grandeza de un destino solidario
y universal1345.
CONCEPCIÓN DE LA ECONOMIA
1345
SAROBE, José María Iberoamérica. Buenos Aires. Claridad. 1944 p.57
1346
SAROBE, José María op. cit. p. 62-64
1347
PERON, Juan Domingo Significado de la Defensa Nacional desde el punto de vista militar p.62
1348
SAROBE, José María Política Económica Argentina. p.13
448
vida, esto es, una concepción humanista y nacional que pondrá al
hombre como su eje: es el hombre que trabaja la tierra en busca de
tesoros, cultiva los frutos del suelo y explota las materias extraídas para
revitalizar al pueblo y satisfacer sus necesidades –necesidades a
menudo creadas artificialmente- y utiliza lo más posible los
procedimientos técnicos1349.
449
sus depósitos. La riqueza de un país depende de su potencial humano
con su grado de organización, su espíritu de iniciativa y su trabajo; de la
extensión y fertilidad de su suelo; de su producción y reservas de
materias primas y energía; de sus plantas industriales; de su tecnicismo
y de su desarrollo de la investigación técnico-científica; de su red vial y
elementos de transporte, que faciliten la distribución fácil y el comercio
sano y honesto; de una buena organización de crédito y finanzas que de
agilidad al sistema y, finalmente, de la armonía y solidaridad social 1354.
ORGANIZACIÓN SOCIAL
1354
PERON, Juan Domingo Doctrina Revolucionaria. Buenos Aires. Freeland. 1973 p. 127-128
1355
DE FELICE, Renzo op. cit. p.229
1356
Carta del Lavoro IV en DE FELICE, Renzo op. cit. p.543.
1357
Carta del Lavoro IX en DE FELICE, Renzo op. cit. p.544.
1358
Carta del Lavoro XXVIII en DE FELICE, Renzo op. cit. p.546.
450
lo social y por ello ese es el principal problema del Gobierno de un
Pueblo1359.
En un discurso radial pronunciado en 1943, Perón sostiene que
simple espectador como he sido, en mi vida de soldado, de la evolución
de la economía nacional y de las relaciones entre patrones y
trabajadores, nunca he podido avenirme a la idea, tan corriente, de que
los problemas que tal relación origina, sean materia privativa de las
partes directamente interesadas. A mi juicio, cualquier anormalidad
surgida en el más ínfimo taller y en la más oscura oficina, repercute
directamente en la economía general del país y en la cultura de sus
habitantes [...] la táctica del estado abstencionista era encontrarse frente
a ciudadanos aislados, desamparados y económicamente débiles, con el
fin de pulverizar las fuerzas productoras y conseguir, por contraste un
poder arrollador. La contrapartida fue el sindicalismo anárquico, simple
sociedad de resistencia, sin otra finalidad que la de oponer a la
intransigencia patronal y a la indiferencia del estado, una concentración
de odios y resentimientos [...] el ideal de un estado no puede ser la
carencia de asociaciones [...] lo que sucede es que únicamente pueden
ser eficaces las asociaciones que lleven al estado las inquietudes del
más lejano de sus afiliados y haga llegar a éste, las inspiraciones de
aquel1360.
451
como elemento de poder, por medio de una organización libre como son
los sindicatos1365.
Perón mismo sostiene que ya hace más de sesenta años, cuando las
teorías del sindicalismo socialismo comenzaron a producir sus frutos en
esa lucha [de clases] opiniones extraordinariamente autorizadas como la
de Massini y la de León XIII proclamaron nuevas doctrinas, con las
cuales debía desaparecer esa lucha inútil, que como toda lucha, no
produce sino destrucción de valores 1372. Pero no debe olvidarse que tal
concepto de armonía se adecuaba muy bien como teoría social al
principio de «unión del pueblo y el Ejército», en que hacía hincapié la
teoría de «Nación en armas».
1365
PERON, Juan Domingo Doctrina Revolucionaria. p. 108
1366
PERON, Juan Domingo El Pueblo quiere saber de que se trata. p. 135
1367
PERON, Juan Domingo Doctrina Revolucionaria. p. 107
1368
PERON, Juan Domingo El Pueblo quiere saber de que se trata. p. 50
1369
CIRIA, Alberto Perón y el Justicialismo. Buenos Aires. Siglo XXI. 1971 p.69-84
1370
de ANDREA, Miguel El catolicismo social y su aplicación. Buenos Aires. Difusión. 1944
1371
de ANDREA, Miguel Justicia Social en Obras Completas. Buenos Aires. Difusión.1951; FRANKL,
Viktor Der Peronismus und die Social-Enzykliken en Zeitschrift f. Politik. München. 19 (1972) 3 p. 230-
233
1372
PERON, Juan Domingo El Pueblo quiere saber de que se trata. p. 158
452
continuidad histórica. A tal efecto se distinguirá entre Gobierno,
estado y pueblo.
Aquí cobran su singular valor las instituciones del estado y son fruto
del análisis de Perón en dos aspectos: en primer lugar sostiene que
instituciones y pensamiento político son solamente una dimensión de la
política; la otra es la realización, o sea que ésta última orienta el
1373
PERON, Juan Domingo Significado de la Defensa Nacional desde el punto de vista militar p.67;
Doctrina Revolucionaria. p. 80
1374
PERON, Juan Domingo Doctrina Revolucionaria. p. 82
1375
PERON, Juan Domingo Doctrina Revolucionaria. p. 85
453
accionar de las primeras o para ser más claro, es la que les otorga el
sentido de su existencia. Por otro lado toma el ejemplo del Poder
Legislativo para abordar la segunda instancia y acorde con lo afirmado,
si lo importante es la realización, el valor de un Parlamento no es el
parlamento mismo. No es el sistema. Su importancia se mide por el valor
de los hombres que lo constituyen1376.
454
predominio del espacio político, representado por el Gobierno y el
estado, por sobre el espacio económico y finalmente, la organización
masiva de los trabajadores permite su participación en las decisiones a
tomar en el campo económico-social.
455
«cara a cara» se va generando esa «vox populi» que es la única
racionalidad que explica los hechos.
1382
PERON, Juan Domingo El Pueblo ya sabe de que se trata p.225
1383
DOCTRINA PERONISTA Buenos Aires. Secretaría de Informaciones. Presidencia de la Nación.
1954. p.236
1384
PERON, Juan Domingo Discurso ante la Asamblea Legislativa del Congreso Nacional (1.5.1974).
Buenos Aires. Presidencia de la Nación. 1974 p.85
1385
PERON, J.D. Los vendepatria. Buenos Aires. Freeland 1972 p.182-183
456
La Tercera posición denominará a la oleada de procesos
descolonizadores de la década del '60 precisamente, como la hora de los
Pueblos en la cual se insiste en encontrar una unidad en la afirmación
de cada uno de ellos respecto de su identidad. Dentro de ese análisis,
Perón señala el papel de América Latina, sosteniendo que se fortalece
por la posesión de reservas de alimentos y materias primas que en un
mundo superpoblado y superindustrializado, serán las causas de
muchas de las luchas futuras1386, planteando por entonces, la aparición
de las sociedades postindustriales1387 y de un Tercer Mundo cuyo eje es
la integración del anhelo liberador de los Pueblos, teniendo por limite
temporal el fin del siglo xx donde encontrará a esos Pueblos unidos o
dominados en una lucha por la comida y la materia prima1388.
457
forma parte de la plena realización de su existencia. Es decir, habitante
de su hogar, de la Argentina, su Patria1390.
1390
PERON, J.D. op. cit. p.19-20
1391
PERON, J.D. op. cit. p.14
458
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