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Vigencia de Los Conceptos Psicoanalíticos - Osvaldo Delgado PDF
Vigencia de Los Conceptos Psicoanalíticos - Osvaldo Delgado PDF
DE LOS CONCEPTOS
PSICOANALÍTICOS
I Jornada de Psicoanálisis Freud I
Titular: Prof. Osvaldo Delgado
Compiladores:
Osvaldo Delgado y Mirta Watermann
Comisión de Publicaciones:
D. Zerba, M. Watermann, S. Cafaro, V. Mozzi,
S. Harari, I. Carraro, V. Rovere
w DISPOSITIVO ASISTENCIAL
Presentación
Susi Epsztein y Federico Musicmann . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .257
Dos imposibles freudianos (psicoanalizar y educar) en la contemporaneidad
Ivana Velizán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .258
Tramando la clínica, interviniendo en lo escolar
Eugenia Crivelli y Luciana Salomone . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .261
Algunas reflexiones sobre el psicoanálisis en el campo de lo público
Susi Epsztein, Santiago Ortiz Molinuelo y Federico Musicmann . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .266
MESA PLENARIA.
Problemáticas clínicas contemporáneas
El sujeto en la clínica. Vicisitudes y obstáculos
Gloria Aksman . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .272
Paranoid Park y el secreto
Mario Goldenberg . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .275
La práctica del psicoanálisis y los problemas clínicos contemporáneos
Adriana Rubistein . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .278
APERTURA
Primeras Palabras
Osvaldo Delgado*
Este texto es producto de las Jornadas Anuales organizadas por tres uni- Finalmente expreso mi agradecimiento a la Licenciada Mirta Watermann
dades académicas a mi cargo: La Cátedra I de la asignatura Psicoanáli- y al equipo de publicaciones ya que sin su aporte este texto no hubiera
sis: Freud, la Práctica Profesional “Hospital de día y problemáticas clíni- sido posible.
cas contemporáneas”, y el Programa de Actualización de Posgrado “El El desafío de estas Jornadas fue el de demostrar y mostrar lo vivo del
lugar del analista y los efectos del discurso contemporáneo”, de la Facul- legado freudiano.
tad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Todos los desarrollos psicoanalíticos actuales abrevan en el legado de
Han participado como invitados profesores de otras Cátedras, colegas de Freud y su deseo tiene el estatuto de causa para todos aquellos que nos
gran trayectoria hospitalaria, alumnos, ex alumnos, docentes de las tres consideramos deudores de la potencia de su acto fundante, de una nueva
unidades académicas, profesionales de distintos ámbitos asistenciales respuesta al malestar en la cultura.
que forman parte de la Práctica Profesional.
Quiero destacar especialmente la participación de pacientes de una serie
de Hospitales de Día, en la hermosa muestra de arte en diferentes expre-
siones: plásticas, musicales, teatro, etcétera. Esto último gracias al enor-
me trabajo de la Licenciada Norma Fantini y la Profesora Ana Laisa.
El área de Psicoanálisis y Cultura coordinado por la Licenciada Silvia Pino,
organizó una mesa propia con esta temática.
El dispositivo asistencial, que desde el año 2001 sostienen las unidades
académicas con la coordinación de los Licenciados Susi Epsztein y Fede-
rico Musicman, fue otro aporte valioso e inédito en una actividad de Jor-
nadas.
Deseo expresar mi agradecimiento a la Secretaría de Extensión Universi-
taria de la Facultad, especialmente a las Licenciadas Viviana Loponte y NOTAS
Natacha Delgado, por el enorme trabajo realizado para estas Jornadas. *Profesor Titular de la Cátedra Psicoanálisis Freud: I, Facultad Psicología, UBA.
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Apertura
Ernesto Pérez*
Quiero darles la bienvenida en nombre de la pasantía “Hospital de Día y Todas ellas están aquí presentes en sus distintas modalidades de dispo-
Problemáticas clínicas contemporáneas”, un espacio donde nos propone- sitivo, presentes con sus elaboraciones teóricas con sus alumnos, ex
mos como ejes el cruce entre los dispositivos actuales y las nuevas pato- alumnos y colaboradores docentes, y con una muestra artesanal de los
logías, desde el psicoanálisis. distintos hospitales de día, muestra a la que tendrán acceso para obser-
Como vemos por la convocatoria y lo que escucharemos en el transcurso var una parte de los trabajos que realizamos.
de la jornada, Sigmund Freud está vigente, vigente para plantear las coor- Les deseo una intensa jornada y muchas gracias por estar presente.
denadas del malestar actual y de sus posibles salidas. Sabemos que
esto es posible por la potencia de su pensamiento y por el esfuerzo de
transmisión de Jacques Lacan de mantenerlo vivo.
Nosotros formamos parte de un equipo que con estos ejes, desde el año 1994
venimos sosteniendo una enseñanza que tiene su base en los mismos lugares
donde se practica el psicoanálisis aplicado, en las distintas instituciones que
forman parte de una red, para que los pasantes hagan sus primeras experien-
cias clínicas. Acompañamos ese descubrimiento que es el nuestro.
Enseñanza en movimiento puesto que nos enriquece la teoría y cuestiona
nuestra práctica para que ésta no se duerma.
Esta red está conformada por las siguientes Instituciones: Hospital Álva-
rez matutino, Hospital Álvarez vespertino, Hospital Tobar García, Hospital
Posadas, Centro CAMPI Ramos, Hospital Gandulfo, Centro Dos, Instituto
Abracadabra, Centro Enrique Pichón Riviere, Hospital de San Isidro, Insti-
tuto Espacio de Vida, Hospital Piñero, Hospital Tornú, Hospital Ramos NOTAS
Mejía, Hospital Borda, Institución Témpora, Instituto Enlace Clínico, Hospi- * Docente Hospital de Día Problemáticas Clínicas Contemporáneas: JTP, Facultad de Psicología,
tal Eva Perón, Fundación Espacio Analítico. UBA.
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Apertura
Kuky Mildiner*
En mayo de 1926, Sigmund Freud cumplía setenta años. El mundo se unió A la luz de este reportaje, no podía haber sido mejor elegida la palabra de
para homenajearlo con excepción de su propia universidad, la de Viena. convocatoria.
Este señor tenía su fama. Vigencia es una práctica que está en vigor y observancia. Y es justamen-
Su obra influía en la literatura de cada país y hacía que los hombres mira- te sobre la vitalidad que se tratan los conceptos del psicoanálisis.
ran la vida y se miraran a sí mismos con otros ojos. Freud inventó el psicoanálisis y esto implica un nuevo lazo que hasta en-
En ese mismo año le concedió una entrevista al periodista George Viereck tonces no existía, ya que la relación entre el psicoanalista y el analizante
en su casa de los Alpes suizos. Las preguntas iban dirigidas a la trascen- no es la del amo y el esclavo, ni la del discípulo y el maestro, ni la del
dencia del nombre, al reconocimiento, a la muerte, al valor de la vida. médico y el paciente, ni la del confesor y el penitente.
Freud le dijo al periodista: “Setenta años me enseñaron a aceptar la vida Sensible a las resonancias de la palabra y a las leyes del lenguaje, un
con serena humildad”. analista lee en las palabras del que sufre su verdad ignorada, su satisfac-
También le señaló que la edad no era razón para que aceptaran su obra, ción rechazada, su amor inconfesable, su empuje siempre más allá para
que su virtud no era la modestia y que su preocupación se centraba en atravesar el sinsentido que lo anonada. El analista lee y también opera
las cuestiones de la vida: el destino de sus hijos, un capullo que florecía con su presencia, abriendo una segunda oportunidad para la vida.1
en su jardín. Como decía Freud, “nuestros complejos son la fuente de nuestra debili-
Ese reportaje deja traslucir la valentía del genio que, lejos de vivir más dad; pero con frecuencia, son también la fuente de nuestra fuerza.”
allá de los preconceptos de razas o de ser inmune a cualquier rencor Como decía Lacan, “la verdadera razón del inconsciente es que el hombre
personal, afirma que comprender todo no es perdonar todo. Decía Freud sepa que en el origen subsiste una relación de ignorancia”.2
en ese entonces que “el análisis nos enseña apenas lo que podemos Freud nos revela también que en último término hay algo irremediable-
soportar, pero también lo que podemos evitar. El análisis nos dice lo que mente falseado en la sexualidad humana. Pero no pretende una solución
debe ser eliminado. La tolerancia con el mal no es de manera alguna co- general para arreglar la moral sexual de la civilización moderna.
rolario del conocimiento”. “[…] El pasado es arcilla que el presente labra a su antojo. Interminable-
Hoy, mayo de 2008, ochenta y dos años después, estamos aquí preparados mente.” (J. L. Borges)
para una jornada de trabajo sobre la vigencia de los conceptos freudianos. Abramos entonces estas jornadas.
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Encendamos, pues, la nuevas luces del viejo varieté.
Sirvamos vino nuevo en el viejo odre del psicoanálisis.
Celebremos en este día de trabajo la vigencia, el vigor de los conceptos
freudianos, que es nuestra manera de honrar la vida.
NOTAS
*
Titular de la Cátedra de Posgrado, Facultad de Psicología, UBA.
1
Musachi, G., “Acontecimiento Freud”.
2
Lacan, J., “¿Es el psicoanálisis constituyente de una ética la medida de nuestro tiempo?”, en:
Uno por Uno Nº 39, Conferencia Bruselas 1960, Buenos Aires.
BIBLIOGRAFÍA
Entrevista a Freud realizada por G. Viereck “El valor de la vida”.
Lacan, Jacques, “¿Es el psicoanálisis constituyente de una ética la medida de nuestro tiem-
po?”, en: Uno por Uno Nº 39, Conferencia Bruselas 1960, Buenos Aires.
Musachi, Graciela, “Acontecimiento Freud”.
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MESA PLENARIA
El legado freudiano
Apertura
Osvaldo Delgado*
Este defender tiene un carácter compulsivo al punto que si la percepción Diana Rabinovich en “El carácter en la obra freudiana. Algunas conclusio-
de la realidad objetiva trae displacer ella, o sea la percepción, tiene que nes clínicas”22 afirma que:
ser sacrificada. O la verdad se trata de: el placer ante una percepción (la “Se esboza pues una relación peculiar entre la estructura del yo como ca-
castración) que conmueve el principio de placer. rácter, la formación reactiva como reemplazo (los diques de la moralidad)
de la pulsión y el fantasma inconciente, que sitúa al carácter en una fijación
“Los mecanismos de defensa sirven al propósito de apartar peligros. Es
diferente a la del síntoma o la sublimación. Formación sustitutiva que afec-
incuestionable que lo consiguen; es dudoso que el yo, durante su desarro-
ta al yo, satisfacción autoerótica alejada del cuerpo que empero remite a él,
llo, pueda renunciar por completo a ellos, pero es también seguro que
el reemplazo parece alojarse en el paso de la dimensión del fuera del cuer-
ellos mismos pueden convertirse en peligros.”18
po de las zonas erógenas autoeróticas a la intimidad del fantasma, a esa
dimensión en la que el sujeto es objeto de… ¿Puede acaso el dique carac-
Germán García en La clínica y el lenguaje de las pasiones,19 se va a referir
terológico que es la moralidad no ser más que el reemplazo de una pulsión
a esta cuestión señalando que aquí Freud introduce el tema de las pasio- cautiva del fantasma, y el yo (diferenciación del Ello a partir de 1923) ser
nes. Según su perspectiva “carácter” equivaldrá a defensa. Los modos entendido como otra cosa que una diferenciación perceptual? Las formula-
regulares de los mecanismos de defensa y las reacciones de carácter son ciones posteriores de Freud, como se verá, parecen avalar precisamente
articulados. Además agrega: estas hipótesis, al insistir en la heterogeneidad radical entre las estructu-
“Jacques Lacan transforma los mecanismos de defensa, en figuras retóri- ras neuróticas y toda construcción de tipos libidinales o caracterológicos.
cas, y por ahí nos acercamos a la idea de que a las pasiones hay que si- La tipificación se bifurca en una disyunción excluyente.
los analistas.
3
Freud, A., El yo y los mecanismos de defensa, Buenos Aires, Paidós, 1979, p.53.
4
Ibidem, p.31.
5
Ibidem, p.43.
6
Madison, M., La represión de Freud. Su lenguaje teórico y observacional, Madrid, Ediciones del
Libertino, 2001.
7
Ibidem, p.28.
8
Ibidem, p.33.
9
Ibidem, p.41.
10
Ibidem, p.43.
11
Ibidem, p.49.
12
Joseph, B., Equilibrio psíquico y cambio psíquico, Madrid, Julián Yebenes, 1993, p.163.
13
Ibidem, p.162.
14
Coderech, J., Psiquiatría dinámica, Barcelona, Herder, 1991, p.179.
15
Freud, S., “Recordar, repetir y reelaborar” (1914), en: Obras completas, tomo XII, Buenos
Aires, Amorrortu editores, 1990.
16
Freud, S., “El yo y el ello” (1923), en: Obras completas, tomo XIX, Buenos Aires, Amorrortu
editores, 1990.
17
Ibidem, p.238.
18
Ibidem, p.239.
19
García, G., La clínica y el lenguaje de las pasiones, Buenos Aires, Impreso General Español, 1999.
20
Ibidem, p.29.
21
Freud, S., “Análisis terminable e interminable” (1937), op. cit., pp.239-240.
22
Rabinovich, D., “El carácter en la obra freudiana. Algunas conclusiones clínicas”, inédito.
23
Freud, S., “Análisis terminable e interminable” (1937), op. cit., p.240.
24
Freud, S., “Más allá del principio de placer” (1920), en: Obras completas, tomo XVIII, Buenos
Aires, Amorrortu editores, 1990.
25
Cosentino, J.C., Construcción de los conceptos freudianos, Buenos Aires, Manatial, 1993, p.284.
26
Freud, S., “Análisis terminable e interminable” (1937), op. cit., p.241.
27
Cosentino, J.C., Construcción de los conceptos freudianos, op. cit., p.281.
Preparando esta presentación me encontré con una cita: “Uno de los sínto- El sufrimiento humano no es patrimonio de una cultura determinada ni de
mas más frecuente de la histeria es la anorexia y el vómito”, y continúa: los imaginarios de turno, pero sí en diferentes culturas adquiere formas
“En otros casos, el asco a la comida se puede referir con toda exactitud singulares que lo caracterizan. En el planeta tierra los usos y costumbres,
al hecho de que la persona, obligada por la institución de la mesa compar- de la mano del desarrollo y el avance tecnológico, van produciendo moda-
tida, come con otras a quien aborrece. El asco se transfiere luego de la lidades cada vez más sofisticadas que intentan paliar la desgarradura del
persona a la comida”.1 humano que habita el campo de lenguaje. Tratar de domeñar el sufrimien-
to no es más que la marca que señala que éste, constitutivo del sujeto,
Me sorprendo, esto fue dicho por Sigmund Freud en el texto “Sobre el produce permanentes efectos. Esta fue la apuesta de Freud.
mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos”, ¡en 1893! Si uno des- Establecer una serie conceptual es poder ubicar las invariantes que faci-
conociera el autor, diría que forma parte de aquellas referencias que se litan regular los hechos y tratar de extraer de estos, consecuencias lógi-
encuentran hoy, cuando se tratan temas de actualidad con los nombres cas. Así cuando Charcot, para pensar el fenómeno de los síntomas histé-
de los significantes que acompañan las modas: anorexia, bulimia y otras ricos, señala una regularidad y una ley, puede establecer la condición de
tantas denominaciones. ¿Quién establece esas modas? Suponerle un enfermedad de la histeria restándola del campo de la magia y la supers-
autor, es como querer encontrar quien fue el primer hablante. No se trata tición. Definir un concepto implica poder operar con él, y si nos referimos
entonces de indagar sobre como se inició sino de considerar la utilización a cuestiones que hacen al factor humano, esto se vuelve condición nece-
que se hace de aquello que ocurre y de la pregnancia que adquieren cier- saria para evitar que las intervenciones terapéuticas se transformen en
tos ropajes imaginarios. una charla vacía que, si bien puede brindar un cierto inicial alivio catárti-
Lo simbólico es la posibilidad de marcar coordenadas que permiten esta- co, no modifica en absoluto la problemática del sujeto.
blecer relaciones, anticipar y prever resultados, pero para nada excluye la ¿Por qué el psicoanálisis sigue teniendo vigencia? En principio, porque no
incidencia de lo real, es más, al decir de Jacques Lacan, “tratamos lo real reniega de sus orígenes y hace su punto de apalancamiento en el concep-
mediante lo simbólico”.2 Pero que lo simbólico implique la posibilidad de to de transferencia donde tempranamente Freud encuentra la principal
efectuar un análisis sobre los sucesos que ocurren no significa que lo herramienta del éxito, como también el principal obstáculo para llevar
determine. adelante la cura. Para el psicoanálisis, ésta no puede darse al decir de
BIBLIOGRAFÍA
Althusser, Louis, “Estructuralismo- Estructuralismo y psicoanálisis” (1970), Buenos Aires, Nue-
va Visión.
Freud, Sigmund, “Sobre el mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos” (1893), en: Obras
completas, tomo III, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1980.
---------------, “Estudios sobre la Histeria” (1893-95): Obras completas, tomo II, Buenos Aires, Amo-
rrortu editores, 1980.
---------------, “Tótem y tabú” (1912): Obras completas, tomo XIII, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1980.
---------------, “El yo y el Ello” (1923): Obras completas, tomo XIX, Buenos Aires, Amorrortu editores,
1980.
---------------, “El problema económico del masoquismo” (1924): Obras completas, tomo XIX, Buenos
Aires, Amorrortu editores, 1980.
---------------, “Análisis terminable e interminable” (1937): Obras completas, tomo XXIII, Buenos Ai-
res, Amorrortu editores, 1980.
Lacan, Jacques, El Seminario, libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis
(1964), Buenos Aires, Paidós, 1987.
I. LOS NUEVOS SÍNTOMAS Y LAS TRANSFORMACIONES DE LA ÉPOCA nálisis aplicado puede tomar diversas perspectivas, consideramos dos:
El psicoanálisis está reubicando sus lugares de intervención en lo social 1. La perspectiva terapéutica, que como sabemos apunta a los resulta-
para situar y tratar al sujeto del malestar contemporáneo. Encontrar mo- dos terapéuticos.
dos de respuestas terapéuticas y prácticas para que la vida sea vivible. 2. La perspectiva del concepto, que apunta a las prácticas útiles. Con
Nos encontramos un momento donde tanto los sujetos como los conjun- conceptos psicoanalíticos constantes, aplicados en dispositivos varia-
tos sociales están puestos en cuestión en sus estatutos de legalidad y bles para procurar que los efectos de la operación analítica encuentren
legitimidad por la inercia imparable del capitalismo, que se revela como utilidad pública.
efecto desvastador de los procesos de segregación más internos al vín-
culo social. En esta coyuntura se hacen escuchar nuevos síntomas que III. LO INHÓSPITO Y LO HOSTIL
en su mayoría se presentan bajo la forma de excesos, consumos, violen- Es frecuente que las instituciones públicas se conviertan en laberintos
cias, adicciones. siniestros, que los lugares familiares se vuelvan extraños, que en lugar de
recibir a las personas las expulse, que las molestias, las quejas y la de-
II. LAS APLICACIONES DEL PSICOANÁLISIS solación se multipliquen y afecten a todos sus integrantes.
Como resultado de una investigación sobre los nuevos síntomas y las El Hospital General de Agudos Teodoro Álvarez no quedaba al margen del
transformaciones sociales, políticas y culturales que comenzó en 1997,1 problema y por lo que escuchamos se puede hacer un catálogo de fenóme-
se dejó pendiente el interrogante por los dispositivos de atención: ¿qué nos, expedientes, normativas, libro de quejas, es decir, se puede burocra-
usos, qué aplicaciones del psicoanálisis cuando la angustia, el trauma y tizar el problema. En tanto analistas, y con la perspectiva del psicoanálisis
la urgencia se han generalizado? Con este interrogante comenzamos otro aplicado al concepto, nuestro interés fue cambiar la óptica del problema y
tramo de investigación epistémica y práctica, para lo cual ampliamos la probar dar un paso: de la descripción de los fenómenos, a la posible la lo-
noción de “aplicar” (applicare del latín) en su sentido de arrimar, destinar calización, formalización de un síntoma. Fue tener en cuenta ese paso que
un empleo, o poner en ejecución.2 Si bien pensar en términos de psicoa- marca Lacan: hacer del hecho un dato para poder tener incidencia.
El comienzo de un análisis para un neurótico implica que la modalidad de que tomó forma durante su niñez. No quiere correr el velo. En el escena-
satisfacción del sujeto entre en transferencia con el analista. Durante rio, la teoría sexual infantil se conmueve, se tocan los puntos de fijación
cada sesión el analizado actuará de acuerdo a una trama en la que está de la libido. Detrás de escena, se vislumbra la castración. El agujero es-
inscripto un modo de satisfacción pulsional. Repetirá un lugar con rela- tructural, el sinsentido. Un análisis es, sostenido por la regla de abstinen-
ción a un Otro, que hablará de su desvalimiento, de sus fantasías, de sus cia, traumatizador del sentido.
fijaciones. Será el quehacer del analista, apoyándose en la transferencia En este punto, se produce un estado que nunca existió: el yo amplía su
positiva, realizar un pacto con el yo del paciente para ir tras el ello y el poderío, disminuye la viscosidad de la libido, se conmueven los mecanis-
superyó. Esta búsqueda implica, para Freud, disminuir los vasallajes del mos de defensa estereotipados que pueden abandonarse o reconocerse.
yo, sin pretender eliminarlos. Existe un resto inaccesible, no ligado, que Se pone fin al hiperpoder del factor cuantitativo, se reconocen los modos
mantiene en funcionamiento al aparato psíquico. de satisfacción fijados en la infancia a través de la rectificación de la re-
El analista interviene aliado con el yo, a través de la interpretación, para presión primaria. Esto no implica la recuperación de significantes perdi-
ampliar un saber. Esta situación encuentra un límite en la resistencia del dos, lo que la represión primaria encubre nunca fue reprimido, no se lo
paciente a la cura, que implicaría abandonar el dolor, la satisfacción ma- puede atravesar, es otro nombre de la castración estructural. Implica en-
soquista. Es el núcleo del síntoma, que se satisface en la enfermedad contrarse al final de todo análisis, de acuerdo con lo expuesto por Freud,
misma. Esto produce la caída del pacto con el yo; el analizado abandona con un basamento rocoso. En la mujer es la envidia del pene, y en el va-
la regla fundamental. El hiperpoder del factor cuantitativo orienta la cura rón, la revuelta contra la actitud pasiva o femenina hacia otro hombre.
hacia la dimensión económica. La tarea del analista no recae ahora en Freud aclara que tratar de trabajar sobre esto en el análisis implicaría
ampliar un saber, sino en conmover la dimensión pulsional, vía la cons- predicar en el vacío, rechazar la castración.
trucción. Esto constituye un punto de quiebre en el análisis, marca un El encuentro con la roca de base es para Freud la conclusión de la activi-
antes y un después en la vida misma del analizado. Cae el deseo de sa- dad del analista. No existe un más allá, no hay nuevos estratos psicológi-
ber, como si el paciente se convirtiera en espectador de la trama edípica cos detrás. La desautorización a la feminidad es la base con la que choca
“Las utopías parecen mucho más realizables hoy de lo que se creía antes. la psiquiatría, las TCC y la neurobiología.
Y ahora nos hallamos ante otro problema igualmente angustioso: ¿cómo evitar El metilfenidato, más conocido por la marca comercial Ritalina,5 es un
su realización definitiva? […] Quizás empezará una nueva era en la que derivado de las anfetaminas. Tiene un efecto paradojal: es un “psicoesti-
soñaremos con el modo de evitar la utopía y volver a una sociedad no utópica, mulante” que actúa sobre zonas cerebrales que ejercen control sobre
que sea menos perfecta pero más libre.”1
otras. Este medicamento pertenece, según la Ley Nacional 19.303, al
¿Qué nos convoca a abordar el tema de la “vigencia de los conceptos grupo de psicotrópicos de lista II, que requieren de receta oficial por tripli-
freudianos en la clínica contemporánea”? cado; en esta lista se encuentran también la ketamina y la metanfetami-
na, entre otros.
“Otro nuevo acontecimiento lamentable es la afirmación de que millones
de niños sufren de una enfermedad mental llamada «trastorno por déficit Los efectos secundarios más frecuentes del fármaco son los siguientes:
de atención e hiperactividad» (DDA)2 y que la droga Ritalín, administrada a insomnio, depresión, cefaleas, acidez, anorexia, nerviosismo y ascenso
los niños […] es el tratamiento para ella. Bueno... si ustedes creen eso, de la presión arterial. Con dosis grandes: supresión crónica del apetito y
entonces creerían cualquier cosa. Ninguna conducta o mala conducta es disminución del crecimiento. Está asimismo especificado que dosis bajas
una enfermedad, ni puede ser una enfermedad”3 suelen favorecer el aprendizaje y, las altas ¡la obediencia!6 Por lo demás,
el suministro de metilfenidato es una consecuencia de concebir al llama-
Nadie conoce exactamente la etiología del ADD. La evidencia científica do DDA como un desorden en el funcionamiento cerebral, es decir, como
sugiere que en muchos casos el desorden es transmitido genéticamente un problema de base orgánica.
y es el resultado de un desequilibrio o deficiencia en ciertos neurotrans- Hasta aquí entonces, las formas que prevalecen a la hora de abordar las
mitores que ayudan al cerebro a regular la conducta. La estadística4 indi- dificultades que plantea el llamado ADD. En resumidas cuentas, las neu-
ca que se han demostrado factores de origen hereditario en el 80 por rociencias tienden a reducir el malestar al registro de la biología, mientras
ciento de los casos, explicando el 20 por ciento restante a partir de la que las terapias cognitivo-comportamentales explican que de lo que se
contribución de factores ambientales. trata, es de unos patrones conductuales erróneos y corregibles.
El abordaje farmacológico del problema que expresan los “síntomas” del El psicoanálisis subvierte esta lógica del “para todos”, sin caer en el “para
DDA, constituye el pilar más fuerte de su terapéutica dentro del campo de uno”. Tampoco se trata de “su majestad el niño”.
BIBLIOGRAFÍA
Avram, Graciela, “Respuesta al libro negro del psicoanálisis.”, en: Revista Noticias del 06/04/07,
citada en www.soydondenopienso.wordpress.com
Freud, Sigmund, “Esquema del psicoanálisis” (1940 [1938]), parte II, punto VI: “La técnica
psicoanalítica”, en: Obras Completas, tomo XXIII, Buenos Aires, Amorrortu editores, 2001.
Major, René y Talagrand, Chantal, Freud una biografía política, Buenos Aires, Topía, 2007.
La pulsión, concepto fundamental freudiano tiene hoy su máxima vigencia “[…] la histeria se comporta en sus parálisis y otras manifestaciones
en oposición a lo teorizado por las “nuevas terapias” basadas fundamen- como si la anatomía no existiera, es la concepción trivial, popular de los
talmente en una creencia: “la pulsión es educable”, asistimos hoy más órganos y del cuerpo en general lo que está en juego en las parálisis his-
que nunca a su constante fracaso. téricas... será entonces la alteración de la concepción (representación) de
la idea de brazo”.1
La aparición de los llamados “nuevos síntomas de la época” (anorexia,
bulimia, nuevas adicciones, ataques de pánico, fatiga crónica, etcétera), Podemos ubicar aquí, sin dudas, el primer anudamiento que da cuenta de
nos hablan del debilitamiento de la relación con “lo prohibido”, síntomas cómo el cuerpo es recortado y afectado por la incidencia de la palabra
que no se dirigen a nadie, que no quieren decir nada, donde el conflicto sobre él. Síntomas metáfora que se dirigían al saber inconciente porque
está ausente, con retornos brutales en el cuerpo de la satisfacción pul- suponían que eso quería decir algo y porque estaba Freud allí, por su-
sional desanudada del Otro de la palabra, no metaforizados por el Edipo, puesto, para ser el depositario de esos mensajes cifrados en el cuerpo,
más del lado del estrago materno o del narcisismo, es a partir de ellos y cómo podemos ubicar en su encuentro con las primeras histéricas, su
precisamente, que podemos dimensionar la importancia que ha tenido “consentimiento” a “ser tomado por otro” en la transferencia, a diferencia
para nosotros que los síntomas de aquellas primeras histéricas le permi- de Breuer en su encuentro con Anna O.
tieran a Sigmund Freud inventar el psicoanálisis y un nuevo objeto en la Si bien en Freud no encontramos la noción de cuerpo, él recurre al con-
cultura “el psicoanalista”. cepto de conversión histérica, para dar cuenta del traspaso de la energía
Se podría hacer un recorrido a lo largo de toda la obra de Freud para dar libidinal y la inscripción de los pensamientos inconcientes en el cuerpo.
cuenta de cómo las palabras y los cuerpos anudados hacen su entrada y En el texto “Las neuropsicosis de defensa” expresa que:
su salida en la escena analítica, sostenidos a partir de un deseo: el suyo, “En la histeria, la representación insoportable se vuelve inofensiva por el
el deseo del analista. Sólo haré en el presente trabajo uno muy breve por hecho de que su suma de excitación es «traspuesta» (umsetzen) a lo cor-
la primera parte de su obra. poral”. 2
Y en el principio fue el cuerpo… de las histéricas, esas mujeres locas que
desafiaban al saber médico con sus cuerpos sufrientes, que le hacen En el texto “Sobre el mecanismo psíquico de fenómenos histéricos” hace
decir a Freud que: dos afirmaciones capitales para el desarrollo de la doctrina psicoanalíti-
las histéricas sino “un para todos”, de la incidencia del cuerpo en el aná-
Es en este texto donde Freud realiza la afirmación de que los síntomas
lisis. Sigmund Freud para hablar de “cuerpo” habla del síntoma, a la altu-
son la práctica sexual de los enfermos, las psiconeurosis se sostienen en
ra del historial de Dora tiene dos vertientes: la de la representación, en
fuerzas pulsionales de carácter sexual:
tanto se trata de una representación reprimida y la vertiente de la pulsión,
“Con ello no quiero decir que la energía de la pulsión sexual preste una
ya que el síntoma toma la fuerza de la pulsión sexual. Hay una parte del
mera contribución a las fuerzas que sustentan a los fenómenos patológi-
síntoma que no es susceptible de descifrar, queda un resto. La idea de
cos (síntomas), sino aseverar expresamente que esa participación es la
un resto se mantiene vigente a lo largo de toda la obra freudiana y la teo-
única fuente energética constante de las neurosis, y la más importante,
ría se irá modificando a través de la incesante pregunta que gira en torno de suerte que la vida sexual de las personas afectadas se exterioriza de
del destino posible de ese resto, inasimilable, indomeñable, lo no ligado manera exclusiva, o predominante, o sólo parcial, en estos síntomas.”
a la representación que toma sus distintas formas en la concepción de
obstáculo en la cura, entendido como momento fecundo. La frase “los síntomas son la práctica sexual de los enfermos”, es la for-
Freud utilizó en alemán el término Trieb en oposición a instinkt utilizado ma que tiene de afirmar que la relación que un sujeto tiene con la sexua-
para referir los comportamientos animales que siguen un programa fijado lidad sólo puede ser sintomática, no hay otra forma, afirmación capital
por la herencia genética, y adaptados a su objeto. El sujeto al ser arrojado para el psicoanálisis ya que este no es un síntoma que se pueda remover,
al mundo del lenguaje pierde al organismo, la pulsión como marca de es la forma que toma “lo incurable”.
satisfacción en el cuerpo lo constituye como cuerpo libidinal que no es un Se podría formular la siguiente pregunta: ¿qué justifica que un psicoanalis-
dato de origen sino una construcción, no se es un cuerpo sino que se ta sea llamado a intervenir siendo el destinatario de los relatos que los
tiene un cuerpo -en el mejor de los casos- y al perder el saber hacer de la pacientes hacen de sus “prácticas sexuales” sino fuera pura y exclusiva-
biología su objeto no está predeterminado, no hay programa, sólo podrá mente en que también se constituyen como fuente de su padecimiento?
ser un ser sexuado a través de un proceso de subjetivación que incluirá La introducción del concepto de pulsión posibilita el pasaje del trauma
todo lo teorizado por Freud como sexualidad infantil, conceptos como acontecido a la fantasía. Freud define a la libido como la energía de la
Edipo y castración, fases del desarrollo libidinal, etcétera. pulsión sexual, fuerza constante que soporta los síntomas, que proviene
En 1905 en su texto “Tres ensayos de teoría sexual” en el apartado “Pul- de la pulsiones parciales, se revelan como representaciones convertidas
siones parciales y zonas erógenas”, Freud nos da una primera definición en fantasías y hay que aprender a interpretar su lenguaje, entre pulsión
de la pulsión: sexual y objeto no hay sino una soldadura. Las pulsiones sexuales son
“Por pulsión podemos entender al comienzo nada más que la agencia re- parciales porque no coinciden con la finalidad biológica de la reproduc-
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El encuentro con la clínica de nuestros días ha tensado los conceptos Propondremos provisoriamente la siguiente definición: “una época se de-
psicoanalíticos hasta el punto de someterlos a una constante puesta a fine por el tipo de malestar al que intenta dar respuesta, y por los males-
prueba; ciertas posiciones subjetivas, de difícil disposición al dispositivo tares que en ese mismo intento produce”, o dicho de otra manera; “por
analítico -que supone la neurosis de transferencia- nos confrontan con la los goces que tramita con sus regulaciones, y los goces nuevos que se
tarea de repensar las articulaciones entre la estructura del sujeto, y la producen en ese movimiento y requieren de nuevas regulaciones”.
subjetividad de la época. Pensamos que esta es una definición suficientemente amplia, en la que
Una primera referencia para ordenar la exposición la encontramos en el texto convergen dos cuestiones de interés para el psicoanálisis: lo real y el
“Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”. Allí Jacques tratamiento simbólico del mismo.
Lacan refiriéndose a los analistas hace una recomendación precisa: Entonces, cuando consideramos estas dos variables al referirnos a una
“Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetivi- época determinada estamos en el marco específico que a nuestro queha-
dad de su época. Pues, ¿cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vi- cer le importa.
das aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vi- Contamos pues con una herramienta para orientarnos sobre qué es lo
das en un movimiento simbólico? Que conozca bien la espira a la que su que debemos considerar, a saber, qué real esta en juego y qué tipo de
época lo arrastra en la obra continuada de Babel, y que sepa su función tratamiento simbólico; si esclarecemos estas dos preguntas habremos
de intérprete en la discordia de los lenguajes[…].1 unido a nuestro horizonte la subjetividad de una época. No obstante, esto
no aporta luz sobre cuales son los factores determinantes que mueven el
En esta recomendación encontramos la importancia de estudiar y com- fiel de la balanza entre ésta época y otra lógicamente anterior.
prender los resortes que definen y determinan la particularidad de una Si un elemento común recorre el pensamiento de los distintos autores
época, en tanto y en cuanto la subjetividad que en ella se expresa hace a que debaten sobre el tema de la modernidad-posmodernidad, es que en
la posición misma del analista. nuestros días se verifica un desfallecimiento de la función paterna; la
No obstante es necesario ponernos de acuerdo respecto de que estamos autoridad paterna ya no es el único modo de concebir el orden social, en
diciendo cuando decimos época, por cuanto ésta no es una noción exclu- todas sus formas es puesta en cuestión, desde la familia hasta el Esta-
siva del campo del psicoanálisis. do, han perdido su referencia al padre o a sus subrogados. Entonces, es
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La noción de trauma está íntimamente ligada, en la obra de Freud, a la Una escena no se significa por sí misma sino que debe operar en relación
búsqueda de la ubicación de la causa de la enfermedad y de su cura. con otra.
El caso Emma es paradigmático.1 Emma presenta una fobia a entrar sola ¿Dónde ubica el trauma en este caso? No lo sitúa ni en la escena I ni en
a las tiendas. Asocia su padecimiento con un recuerdo de sus doce años la II, es decir, que no lo ubica en las vivencias.
(escena I): entra a una tienda y ve a dos dependientes riéndose. Echa a Freud rechaza el esquema explicativo: intensidad de la vivencia → efecto
correr presa de susto ligado a la sensación de ser ella el objeto de las sintomático.
burlas. Además, experimenta atracción sexual hacia uno de los depen- El modelo es otro: el trauma es el resultado de una relación entre recuer-
dientes. Freud concluye que este recuerdo no puede explicar por sí mis- dos de vivencias tomando en cuenta también el espacio que media entre
mo el síntoma. una y otra, y donde opera el efecto de la retroacción que es efecto de
Relata un segundo recuerdo (escena II): a los ocho años entró a una pas- significación. Los recuerdos traumáticos giran alrededor del goce del su-
telería ocasión en que el pastelero le pellizcó los genitales a través del jeto: a los doce años sintió atracción por el dependiente, a los ocho des-
vestido. Entró una segunda vez y se reprochó por haberlo hecho. pués de ser seducida vuelve a la tienda. El acontecimiento traumático se
Freud afirma que sólo se puede comprender la escena I por asociación articula estrechamente al terreno de la satisfacción libidinal. El trauma
con la II, cuando se establece el eslabón asociativo: la risa de los depen- es, entonces, una relación con el goce ligado al plano de la significación
dientes evoca la mueca sarcástica del pastelero, el vestido enlaza ambas retroactiva sobre dicho goce.
escenas (la risa de la tienda es interpretada como burla por sus vestidos). En la “Comunicación preliminar” del trabajo “Histeria”,2 la causa de la
La escena I la remite inconcientemente a la II. Así, explicará que un re- enfermedad está pensada con relación al sobresalto. El trauma psíquico
cuerdo puede despertar un afecto que no pudo producirse en el momento actúa a modo de cuerpo extraño y ejerce una acción eficaz y presente
mismo de la vivencia. Las modificaciones que trajo la pubertad hicieron más allá del tiempo transcurrido. El trauma habla de otro tiempo que el
posible una modificación de lo recordado. cronológico. El proceso causal actúa sin mediación de una cadena inter-
Se reprime un recuerdo que sólo posteriormente llega a convertirse en media. La cura es pensada como facilitadota a través de la expresión
trauma. Emma da como motivo de su padecer el recuerdo de sus doce verbal, de la descarga de afecto estancado. Trauma es algo que falla al
años. Sin embargo, Freud no confunde esa escena con la causa. lenguaje y deberá tramitarse por esa vía para que el síntoma se levante.
No deja de tener relevancia que al final de su obra Sigmund Freud siga hombre por añadidura. Y bajo estos avatares perdurará la familia.
sosteniendo a la “feminidad” como el gran enigma. Pero “las mujeres, las mismas, que por los reclamos de su amor habían
El resto que queda… a Freud. El resto que queda al final de un análisis, establecido inicialmente el fundamento de la cultura, pronto entran en
la “roca de base”, se manifiesta en las mujeres como envidia del pene. oposición con ella y despliegan su influjo y retardo.”2
Envidia que realza lo insoportable de la castración rechazando que el Los varones deben dedicarse a las actividades sociales, deben salir a
hombre, aún teniendo pene, también está castrado. sublimar, tienen labores culturales que cumplir. Y la mujer... ¿que quiere
El varón, por su parte, se defiende de la actitud pasiva hacia otro hombre una mujer? ¿Quiere que la amen? ¿Que le hablen de amor? La amenaza
sólo hacia otro hombre. La protesta masculina presentifica la angustia de de la pérdida de amor marca la vida femenina. No hay encuentro entre los
castración. Complejo de castración que vela la castración estructural, sexos, hay malestar en la cultura. Inclusive el amor por una mujer cae
evitando el encuentro con la castración del Otro materno. Dice Freud en fuera de serie de la masa pudiéndola disolver. La mujer queda por fuera
“Análisis terminable e interminable que “lo que en ambos casos cae bajo de la masa opositora a la cultura, nuevamente la mujer como lo ajeno.
la represión es lo propio del sexo contrario”.1
La asunción del sexo por parte del sujeto, operación que se realiza res- ¿CON QUÉ SE IDENTIFICA LA MUJER?
pecto del falo, no requiere solamente la asunción o rechazo del propio La mujer puede realizar la identificación: cuerpo-falo, para ser deseada y
sexo sino también que el varón descubra que hay mujeres y que las mu- suplir la castración mediante la identificación: falo-niño.
jeres soporten que haya hombres. Esto es, confrontarse con la posibili- En la primera identificación podemos ubicar la línea de la feminidad, en la
dad de otra relación al falo, a la castración, otra posición en el deseo, en segunda, la de la maternidad. Feminidad y maternidad no circulan por los
el amor, otro modo de satisfacción. mismos caminos.
También con relación a la cultura la mujer es enjuiciada tanto positiva Se puede acceder a la maternidad siendo una mujer que detenta el falo. La
como negativamente. En primer lugar, la mujer es pensada como favore- maternidad es uno de los nombres de la castración del lado femenino.
cedora de la cultura, permitiéndole al hombre tomarla con el afán de no Se puede del lado del “tener”, agregar artificialmente lo que le falta a modo
separarse de sus hijos. El hombre retendría a la mujer a su lado para su de postizo, puede “ser” ella misma el falo, ser aquello que le falta a los
satisfacción sexual. La mujer sólo quiere retener a sus hijos, tomará al hombres, encarnar la falta misma, ser el agujero, fabricarse un ser con la
INTRODUCCIÓN discursiva, juego que consiste en decir por una parte: eso estaba allí,
Este trabajo toma la hipótesis propuesta por el espacio Psicoanálisis y basta con leer, todo se encuentra allí, había que tener los ojos muy cerra-
Cultura: desde la segunda tópica freudiana, el tipo de relación entre psi- dos […] como para que no se lo vea […]; y a la inversa: no, no es en esta
coanálisis y cultura es el de una introducción de aquel en ésta, y ya no se palabra, ni en esa otra, ninguna de las palabras visibles y legibles dice lo
que ahora está en cuestión, se trata más bien de lo que se dice a través
hace sólo por analogía.
de la palabra en su espaciamiento, en la distancia que la separa.” 2
Me sirvo de un texto de Michel Foucault que ubica a Sigmund Freud, en
tanto autor, dentro de una clase especial que él llama “fundadores” o
El presente trabajo rastrea, en la literatura de Cortázar, estas diversas for-
“instauradores, de discursividad”:
mas de introducción en la cultura: coordenadas discursivas que remiten al
“[…] lo que posibilitan esos instauradores de discursividad (tomo por
psicoanálisis, retornos a la obra original, resistencias al hallazgo freudiano.
ejemplo a Marx y a Freud, porque creo que son a la vez los primeros y los
más importantes), lo que ellos posibilitan, es algo muy distinto de lo que
posibilita [por ejemplo] un autor de novela. […] ellos no sólo hicieron posi- EL RETORNO A FREUD EN RAYUELA
ble cierto número de analogías, también hicieron posible cierto número de Rayuela es impensable sin la introducción del psicoanálisis en la cultura.
diferencias.”1 Es interesante investigar la relación: Cortázar encuentra formas poéticas
para expresar, sin proponérselo, lo que fueron hallazgos en Freud. Me limi-
Un “fundador de discursividad” implica una profunda alteración cultural to a trasladar unos pasajes del capitulo 84, donde puede verse de un modo
ya que constituye las reglas de formación de otros discursos. Acorde al casi literal lo que Foucault ubica como retorno “al texto en su desnudez”.
“retorno a Freud” que Jacques Lacan preconizó, Foucault hace hincapié “Imagino el hombre como una ameba que tira sus seudópodos para al-
en un particular efecto que produce un “fundador”: la exigencia sentida, canzar y envolver su alimento. Hay seudópodos largos y cortos, movimien-
por la cultura heredera, de un “retorno al origen”. Es posible rastrear es- tos, rodeos.” 3
tos retornos, ya en su desnudez, ya en los esfuerzos por buscar faltas,
lagunas; estas son las dos vertientes del retorno, según Foucault: No es Freud quien tiene la voz, sino Horacio Oliveira, protagonista de la
“De ahí el juego perpetuo que caracteriza estos retornos a la instauración novela. Pero se trata de la misma imagen, célebre en “Introducción del
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“A veces algo dentro de mí me impulsa hacia una síntesis, cia analítica somete el saber a los efectos del deseo inconciente.
pero yo resisto” “[…] mi recuperación sólo puede producirse mediante un trabajo en el in-
Freud, carta a Fliess, 16 de abril, 1900. conciente; no puedo arreglarme con los esfuerzos concientes solamente.”1
¿Freud es el padre del psicoanálisis? ¿Qué salva al psicoanálisis de ser Tal como lo plantea O. Manoni,2 el primero de todos los análisis, el análi-
una religión en la época del politeísmo? sis original, aquel que para los analistas -lo sepan o no- desempeña el
Nos proponemos situar la operación analítica, como aquella que abre la papel de escena primitiva… es el análisis de Freud ante Fliess en el trans-
juntura entre saber y verdad. curso de los últimos años del siglo XIX.
Para ello haremos un recorrido orientado no sólo por la producción teóri- El análisis de Freud se inicia después de un viaje.
ca, sino también por los viajes freudianos, como aquello que se ha cons- Nos interesa ubicar el estatuto que tienen para Freud los viajes en el
tituido con el valor de un acontecimiento para Freud a partir de su relación marco de lo que se ha llamado su autoanálisis. Sostenemos que los via-
epistolar con Fliess. jes para él funcionan como un acontecimiento.
Este recorrido nos llevó a rastrear en la obra freudiana los puntos de ten- “[…] tras el viaje de vacaciones se desató ‘después’ de repente el autoa-
sión constantes que permiten que el psicoanálisis se sostenga como una nálisis, del que en aquella época no se avizoraba rastro alguno. Hace po-
experiencia diferente a la experiencia religiosa. cas semanas fue el deseo de ver sustituida la represión por lo esencial
La construcción de saber en psicoanálisis no requiere solamente del de- que hay tras ella, y de eso se trata ahora.”3
seo conciente de saber. Freud no avanza en el campo del saber médico
sino que la originalidad de su operación es abrir un nuevo campo. Esta Freud en su correspondencia con Fliess manifiesta recurrentemente su
operación freudiana implica una discontinuidad, una ruptura. Movimiento anhelo de viajar a Roma, lugar al que quería llegar y no podía. Visita varias
que determinará definitivamente una hiancia entre saber y verdad. El an- veces Italia sin llegar al lugar de sus sueños.
helo de síntesis del saber hegeliano se pierde. “Descubrí, hace mucho tiempo, que sólo se requiere un poco de coraje
La construcción de saber en psicoanálisis esta orientada por el modo en para cumplir deseos que antes se habían juzgado inalcanzables; [...] y
que se inscribe el acontecimiento en la dimensión subjetiva. La experien- desde entonces me convertí en un fervoroso peregrino a Roma.”4
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En el espacio de “Psicoanálisis y Cultura” de la Cátedra1 nos propusimos cuerpo y su psiquismo. De esa demanda hay algo que no se inscribe: algo
lograr una interlocución y un debate con otras disciplinas e inscripciones no cierra con las herramientas que tiene el médico para leer la situación.
discursivas en la cultura para poner en discusión las categorías freudia- Llamaré a esto que no cierra “desencuentro”. Es en estos desencuentros
nas e interrogar su vigencia. donde me parece se hace lugar al síntoma subjetivo, herramienta de aná-
En ese marco trabajamos el debate entre el psicoanálisis y el discurso lisis necesaria. Algo se pone en juego, que no puede ser aprehendido ni
médico. Este trabajo sitúa ese debate con relación a la noción de síntoma con el discurso médico, ni con la subjetividad propia de cada uno.
que uno y otro sostienen. Proponiendo que la institución y la práctica ¿Qué hacer con alguien que no quiere ser curado? ¿O con alguien que
hospitalaria constituyen el escenario por excelencia para el mismo. Una deja entrever placer en ciertas maniobras sobre su cuerpo? Las deman-
praxis que muchas veces los analistas realizamos en la institución hospi- das del paciente, como las otras que mencionamos (a veces con mayor
talaria es la interconsulta. furor), también exigen una respuesta del médico. Sobre todo porque el
Cuando un médico nos pide una interconsulta suele estar atravesado por paciente es “su” paciente, y no por las camas que tiene asignadas a su
una o varias demandas: del cuerpo médico y sus instituciones, del discur- cargo en la sala. Es su paciente en el punto en el que lo preocupa y por-
so médico habitado por la pretensión de un saber todo respecto de la que tiene que responder con un acto médico del que es responsable.
enfermedad, del campo jurídico. Todo lo mencionado es a la vez herra- Esta responsabilidad le es propia, aunque la comparta con la institución.
mienta pacificadora, apoyo, sostén y tiene, sin embargo, una contracara El acto médico esta sostenido por la transferencia, la que justamente se
angustiante: la amenaza siempre presente de hacer las cosas mal. Todas aloja y se sostiene en los agujeros del saber.
demandas que exigen del médico una respuesta y lo ubican en un lugar Del lado del paciente debemos ubicar que, en su acto, el médico diagnos-
de responsabilidad. tica, realiza pronósticos, indica tratamientos. Es decir: nomina. Alguien
No he mencionado todavía una demanda fundamental que lo ubica en su consulta y el discurso médico pone nombre a lo que le ocurre. Reordena
lugar de médico como ninguna otra: la demanda del paciente. Él mismo bajo una nueva lógica, distinta a la que el sujeto tenía sobre su cuerpo,
atravesado por la enfermedad, que no es sin consecuencias sobre su las coordenadas del padecimiento. Este reordenamiento según la lógica
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Desde la cátedra Psicoanálisis Freud: I, se creó, durante el año 2007, el de este espacio constituyéndose como uno más en la serie de la formación
espacio de “Psicoanálisis y cultura”. Un grupo de docentes comenzamos que un analista debe sostener en su práctica cotidiana, así como el de las
a pensar una propuesta de trabajo a partir del interés y de la problemáti- supervisiones y controles.
ca que llevaron a Sigmund Freud a su vasta elaboración teórica.
Nuestro propósito para la puesta en marcha consistió, por un lado, en INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS Y LA CULTURA
situar el pensamiento freudiano respecto de sus contemporáneos en el Este eje se orientó por la articulación de los sueños y el cine. El marco de
campo de las humanidades y de los acontecimientos culturales y sociales esta articulación está dado por la orientación de Jacques Lacan, según lo
de su época. Por otro lado, lograr la interlocución, el debate y el intercam- trabaja Massimo Recalcati en el texto Las tres estéticas de Lacan,1 donde
bio con colegas e intelectuales de otras disciplinas de la cultura para define al arte como una organización del vacío que, en tanto práctica sim-
poner en discusión las categorías freudianas, con el fin de enriquecerlas bólica, está orientada a tratar el exceso ingobernable de lo real.
en un marco interdisciplinario, entendiendo la interdisciplina como un Dos preguntas guiaron el trabajo de este eje en particular. Una, ¿cómo
nombre del no todo en el campo de los saberes. define Freud al sueño, qué resonancias tuvo? La otra, está referida a la
Dirigimos la invitación a los ex alumnos causados por la obra de Freud, posibilidad de relacionar los sueños y el cine.
que respondieron a la misma sin hacerse esperar. Se organizaron peque-
ños grupos de investigación que trabajaron a lo largo de cinco encuen- ALGUNOS ANTECEDENTES CON RELACIÓN AL SUEÑO
tros. Se planteó la siguiente sugerencia: a partir del intercambio produci- ¿Cómo se pensaba el sueño? Mencionaré brevemente las posiciones de
do, que los alumnos realicen su propia producción. Descartes, que se correspondían con el hecho de invalidar el testimonio
Se conformaron cuatro grupos orientados por los siguientes ejes pro- de los sentidos en tanto realidad. Por otro lado, Spinoza quien atribuía al
puestos: “Psicoanálisis y discurso médico”, “Psicoanálisis y lazo social”, sueño un lugar en el que se hacía reiteradamente la experiencia de la li-
“Psicoanálisis, moral y pedagogía de la época” y, el último, en relación bre voluntad. Hegel, por último, rechazaba el sueño por considerarlo una
con la interpretación de los sueños y la cultura. actividad que se sustraía del análisis dialéctico racional.
Nuestro punto de partida fue pensar la vigencia del psicoanálisis y sus po- A partir de la modernidad -incorporada la concepción del yo- se instaura
sibles articulaciones, y comprendimos, desde esta perspectiva, la creación la competencia de la imagen y la palabra. Pero la imagen requiere de un
Teniendo en cuenta el tema que convoca a estas jornadas “Vicisitudes de bien las exteriorizaciones directas, es decir, las afirmaciones y las negacio-
los conceptos freudianos” este trabajo se enmarca en la polémica actual nes del paciente posteriores a la intervención analítica, no brindan datos
en torno a la mayor eficacia de las psicoterapias con respecto al psicoa- unívocos acerca de su pertinencia, existen modos indirectos de corrobora-
nálisis, considerado una disciplina poco eficaz para terminar con los pa- ción que son plenamente confiables. Entre ellos nombra:
decimientos de la época, regidos por la lógica capitalista de la inmediatez “[…] el giro […]. Nunca se me ha pasado […] por la cabeza […], que el
y las políticas de mercado relacionadas al gerenciamiento de los medica- analizado responda con una asociación […], una operación fallida […],
mentos. Esta problemática no puede ser abordada sin tener en cuenta una reacción terapéutica negativa […], vívidos recuerdos […].”3
los conceptos que Sigmund Freud esbozó a lo largo de su obra. Con este
fin, revisaremos qué se le critica al psicoanálisis desde las psicoterapias, Por otro lado, resaltamos que el psicoanálisis no supone una posición de
y situaremos lo que creemos es esencial al tratamiento psicoanalítico. poder ni opera por sugestión. En “Psicoanálisis”, Freud dice:
En Escritos de psicoterapia cognitiva, Keegan, dice: “El procedimiento psicoanalítico se distingue de todos los métodos su-
“Cualquier persona puede evaluar la justeza y pertinencia de una interven- gestivos […] por el hecho de que no pretende sofocar mediante la autori-
ción cognitiva. Ésta es una de las grandes diferencias con el psicoanáli- dad ningún fenómeno anímico […]. El inevitable influjo sugestivo del médi-
sis. El psicoanalista se arroga la capacidad de interpretar las formaciones co es guiado en el psicoanálisis hacía la tarea, que compete al enfermo,
del inconciente del paciente, y no hay modo fiable de saber si ha acertado de vencer sus resistencias, o sea, de efectuar el trabajo de la curación.”4
o no […]. El psicoanalista supone una posición de poder: es él quien deci-
de el sentido de lo dicho, y muchos lo transmiten a modo de oráculo.”1 Una vez deslindado que el psicoanálisis según esta terapia no es realmen-
te psicoanálisis, intentemos ver qué es lo esencial del mismo que hace di-
Podemos decir junto con Freud que esta es “una apreciación tan mortifican- ferencia con las psicoterapias. Desde el inicio, Freud nos habla de la exis-
te como injusta de nuestra técnica analítica”,2 y agregar que fue contestada tencia de una cantidad perturbante que fuerza al aparato psíquico a trabajar
hace 71 años en “Construcciones en el análisis”. Allí Freud explica que si intentando ligarla a representantes psíquicos, trabajo que siempre nos va
Nuestro trabajo de investigación intenta interrogar cuál es el legado freudia- Sin embargo, él le otorga a las manifestaciones de la sexualidad infantil
no para la clínica con niños, entendiendo como legado aquello que se deja el carácter de una ley, y con ello amplía el concepto de sexualidad impe-
o transmite a los sucesores. Nuestro intento será indagar y enunciar las rante: Para todo niño hay sexualidad, y la sexualidad tiene la condición de
condiciones de posibilidad en la obra freudiana para la clínica con niños. infantil. Para ésta enunciará tres caracteres: 1) nace apuntalándose en
¿Qué es un niño para Sigmund Freud? Sin duda, él afirma que hay subje- una de las funciones corporales importantes para la vida; 2) es autoeró-
tividad en el niño. tica, no está dirigida hacia otra persona sino que se satisface en el propio
En el “segundo de sus “Tres ensayos de teoría sexual” dice: cuerpo; 3) su meta sexual, la satisfacción, se encuentra bajo el imperio
“[…] en esos años, de los que después no conservamos en la memoria de una zona erógena.
sino unos jirones incomprensibles, reaccionábamos con vivacidad frente Esto permite disipar la confusión entre sexualidad y genitalidad en la que
a las impresiones, sabíamos exteriorizar dolor y alegría de una manera descansaban los pediatras de la época, desanudando el concepto de
humana, mostrábamos amor, celos y otras pasiones que nos agitaban sexualidad para el psicoanálisis de la vida sexual restringida, puesta al
entonces con violencia, y aún pronunciábamos frases que los adultos re- servicio de la reproducción. Siguiendo este planteo, Freud nombra al niño
gistraron como buenas pruebas de penetración y de una incipiente capa- como un perverso polimorfo, dispuesto a todas las trasgresiones posi-
cidad de juicio.”1 bles, consecuencia de que no se han instalado aún los diques anímicos
contra los excesos sexuales. El asco, la vergüenza y la moral intentan ser
Mas allá de la época victoriana donde se descuidaba la sexualidad infan- barreras contra la pulsión dando cuenta de la operación de la represión,
til, Freud subraya que las manifestaciones sexuales infantiles siempre barreras que intentan domeñar la pulsión y que no obedecen a teorías
habían llamado la atención, no se las desconocía, sino que eran clasifica- evolutivas.
das como excepcionales, degeneraciones, curiosidades o vicios. Dicho Otro de los ejes de su legado es el método analítico. La práctica analítica
descuido no estaba sentado en causas morales sino que la amnesia in- está regulada por una técnica, que se sostiene en un método y una ética.
fantil que convierte la infancia de cada individuo en una anterioridad pre- La técnica no debe pretenderse incondicionalmente obligatoria, sino lo más
histórica y le oculta su propia vida sexual, es la culpable de que no se variable, ya que, cobrará significado desde la trama del plan de juego.
haya otorgado valor al período infantil en el desarrollo de la vida sexual. En la “34ª conferencia”,2 Freud enfatiza no sólo lo infundado del temor de
tual con jóvenes y niños. Grupo de trabajo sobre clínica con niños. Psicoanálisis Freud: I, Titular Osvaldo Delgado.
Coordinadora: Silvia Bermúdez.
Por lo tanto, el psicoanálisis no es complemento de la pedagogía sino 1
Freud, S., “Tres ensayos de teoría sexual” (1905), en: Obras completas, tomo VII, Buenos
suplemento, pues ambas disciplinas en su especificidad comparten el Aires, Amorrortu editores, 1998, p.158.
sufrimiento de un sujeto en el atravesamiento de la cultura. En el psicoa- 2
Freud, S., “34ª conferencia. Esclarecimientos, aplicaciones, orientaciones” (1933 [1932]), en:
nálisis no se trata de la reeducación, pues no se puede educar la pulsión Obras completas, tomo XXII, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1996.
En el presente trabajo me propongo interrogar la vigencia del concepto como “la necesidad de ser castigado por un poder parental” valdría en este
freudiano de masoquismo en un campo que no es otro que el de la insti- punto como una satisfacción pulsional masoquista con relación a la cual
tución carcelaria, ahí donde el padecimiento testimonia sobre la violencia sería posible ubicar el axioma de “Pegan a un niño”; como al mismo tiem-
y roza muchas veces el desamparo. po, el núcleo mismo de la ganancia de la enfermedad.
Comenzaré por situar el concepto tal como éste se presenta en el artícu- De este modo, el masoquismo moral es pasible de ser articulado con la
lo de 1924 “El problema económico del masoquismo”. Allí la pulsión de formulación temprana pero valedera en referencia a los tipos de carácter.
muerte, que venía horadando el dispositivo analítico, se le precipita a En su artículo de 1916 Freud plantea un tipo de carácter al que llama
Sigmund Freud en su más íntima ligazón con la pulsión de vida y, enton- “delincuentes por sentimiento de culpa”. Mucho antes de dar el alcance
ces, la libido deja ver ya su más honda raigambre mortífera. Tánatos la justo al sentimiento de culpa y estatuirlo como necesidad de castigo, ya
habita y la sostiene. El masoquismo es formalizado entonces como pri- por entonces, el autor sitúa una culpa que no es reactiva al crimen sino
mario, como el resto de esa pulsión mortífera que no es expulsado al que por el contrario lo determina. Con “Más allá de principio de placer”
exterior sino que persiste dentro del aparato; resto que se funde a la libi- será posible empezar a pensar en las enigmáticas tendencias masoquis-
do y en cuya mezcla primaria Freud sitúa el fundamento erógeno de la tas del yo y recién luego, con su formulación de 1924, será posible ubicar
posición del sujeto en el fantasma así como de su condición de enfermo. la tramitación edípica de la culpa como un intento por dar respuesta al
El placer en el dolor se presenta de este modo como la paradójica satis- enigma del empuje pulsional de la necesidad de castigo.
facción que exige la pulsión para sí. Es comprensible entonces la formulación del masoquismo moral como
Situado el masoquismo erógeno como fundamento de las otras dos formas una reversión del masoquismo erógeno que habría de situarse en su fun-
-el femenino y el moral- Freud ubica el enigma que introduce este último. El damento. La versión del masoquismo moral permite establecer una liga-
mismo es planteado como aquello que obliga al sujeto a reclamar para el dura con la representación parental.
yo el más abrumador de los castigos de parte del superyo. Castigo que Ahora bien, en el masoquismo moral de lo que se trata según Freud es de
implicaría la articulación de una versión paterna. Así, lo que Freud ubica una resexualización de las representaciones edípicas. Esto es, habría
sobre la pulsión, permite al sujeto equivocar el valor mortificante del sig- ---------------, “El problema económico del masoquismo” (1924), en: Obras completas, tomo XIX,
Buenos Aires, Amorrortu editores, 1997.
nificante “detención” y operar ahí un corrimiento. Movimiento que posibi-
lita situar un punto de abrochamiento con el que armar una escena nue-
va, diferente.
Seguirá siendo necesario recordar la exhortación freudiana y su legado
para resituar algunos de los fenómenos del malestar contemporáneo, para
seguir interrogando el modo en que la pulsión de muerte fusionada a la li-
bido produce una paradójica satisfacción que el sujeto intenta enmarcar
dentro de alguna escena, aunque ésta sea muchas veces la del malestar y
por qué no, la del delito y su mundo de violencia y destrucción.
Seguirá siendo necesario entonces volver a ubicar allí el lugar del psicoa-
nálisis y la vigencia no sólo de los conceptos fundamentales que susten-
tan su práctica, sino el quehacer mismo del analista en el punto en que
éste permite introducir allí alguna operación posible.
Elegí presentar el caso de Ana Paula, una niña de tres años, por haber a dibujar, jugar o hablar, mientras su abuela hablaba en forma ininterrum-
sido mi primera experiencia clínica por haber traído aparejadas, en el ini- pida. Aunque yo insistía, la niña no pronunciaba una sola palabra a lo
cio del tratamiento, grandes dificultades tanto por parte de la joven pa- largo de la primera entrevista.
ciente como de la analista joven. “Hace un año que todo sucedió “, empieza Elisa haciendo referencia a la
La primera experiencia clínica ya es de por sí un momento que nos movi- muerte de su hijo Sergio, el papa de la paciente. Su fallecimiento fue
liza y genera ansiedades. Mas específicamente en los casos con niños consecuencia de un accidente en motocicleta. La abuela observa que
intentamos prever las posibles situaciones desagradables que pueden desde esta pérdida, Ana presenta comportamientos agresivos que suele
llegar a ocurrir en el dispositivo, lo que nos resulta muy difícil teniendo en ver en sus juegos. Enseguida dice que Ana todavía no se enteró de la
cuenta el mundo fantástico que los rodea. muerte de su padre y que ella no sabe como contarle (la chica esta pre-
Para ilustrar este trabajo serán presentadas las primeras entrevistas del sente en este momento). Sigue relatando que la madre y el padre de Ana,
caso clínico de Ana Paula. Ella fue mi paciente por un lapso de seis meses, eran muy jóvenes al momento de tener a su única hija y que pronto se
desde mayo hasta noviembre de 2006 en el servicio de Psicología Aplicada separarían, tras haberla concebido (Paula y Sergio tenían 13 y 16 años
de La Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro -el órgano responsa- respectivamente). Como eran menores de edad, Elisa junto a la abuela
ble por las pasantías de profesionalización, requisito obligatorio para la materna de Ana ¨tuvieron que firmar papeles¨ responsabilizándose por la
graduación en la carrera de psicología-. Los pacientes son, la mayoría de niña. Por ello, Ana Paula vive dividida entre tres hogares y entre tres figu-
las veces, provenientes de las favelas (villas) cercanas y poseen bajos re- ras maternas, que se alternan en los días de la semana.
cursos, como es el caso de Ana. Esta pasantía tiene un año de duración y En las primeras entrevistas, Ana Paula estaba callada y cuando le dirigía la
los casos son supervisados por profesores a elección del alumno. Mi elec- palabra no me contestaba. Saltaba y se tiraba contra el piso y parecía no
ción se inclinó por la clínica infantil con orientación freudiana. querer escuchar nada de lo que pudiera venir de mí. Ella sentía mucha an-
En mayo de 2006, la niña fue atendida en mi guardia asistiendo en com- gustia que me la transmitía en cada gesto. Me resultaba muy difícil el ma-
pañía de su abuela Elisa. Ni bien entraban al consultorio Ana se recusaba nejo de este caso pero estaba segura que de alguna manera aquel momen-
CASO CLÍNICO Ante la pregunta a G. de por qué viene, la paciente dice que es porque
G. tiene cinco años, vive con su mamá y con un hombre al que su madre está enferma y que a veces no puede ir al colegio por este motivo. Al poco
cuida, y al que G. llama abuelo. No conoce a su padre, ya que éste rompió tiempo de comenzada la entrevista, su mamá entra al consultorio para
relación con la mamá de G. cuando se enteró que estaba embarazada. decirle algo, ante esto digo que debe esperar siempre afuera hasta que
La madre de la niña relata que le cuesta mucho despegarse de su hija. Lo termine la entrevista. G. comenta que su mamá está de novia, dice que
explica de este modo: “ella necesita estar todo el día arriba mío. Hasta es un secreto.
cuando está en el jardín no me puedo despegar, porque estoy pensando si Dice “voy a viajar por el mundo, me voy a ganar un concurso que te da tres
tiene fiebre o no.” Cuenta que en el jardín “levanta fiebre”; pero que si ella pasajes para Disney, para Willy (el perro), mi madrina y mi mamá”. Pregun-
la va a buscar, se la lleva a la casa y le hace mimitos, enseguida se le pasa. to si ella no va a ir, se queda pensando y dice “Willy, mi madrina y yo”, le
Además relata que ella misma fue abandonada por sus padres al nacer y pregunto entonces si la mamá se va a quedar con su novio, se sorprende
luego adoptada a los diez años. Su padre adoptivo abusaba de ella, y esto y dice: “no, con el abuelo. Tiene que cuidarlo.”
es algo que ella jamás podría permitir que le pasara a su hija, por esto le A la siguiente sesión, dice en voz baja: “mi mamá se enteró de lo que te
revisa los genitales constantemente en busca de algún signo. conté, que tiene novio, hoy nos trajo él, a veces cuando se saludan se
Comenta que G. últimamente amenaza con tirarse de la terraza y cortarse dan besos en la boca. Él está abajo, en el auto.”
con un cuchillo, de hecho un día se tiró de la cama y se lastimó un ojo, A partir de ésta sesión, la madre comienza a quejarse de que la paciente
dice que no sabe ya cómo ponerle límites. También cuenta que la pacien- habla como un bebé y ya no quiere comer sola, dice “me pongo como
te rechaza a su actual pareja, hecho que la lleva a pensar en terminar con loca, le grito, no sé que hacer”. Pregunto si sigue amenazando con tirarse
la relación. Pregunto por qué y dice que su hija es lo más importante que de la terraza y cortarse, contesta que ya no.
tiene en la vida, digo que tal vez no sea malo para G. que ella tenga otros G. comienza a hablar como bebé también en sesión pero además habla
intereses. Ella cuenta que delante de la niña no puede abrazar ni besar a bajito y sale varias veces del consultorio para ver si su mamá está escu-
su novio, explica que es por miedo a que se ponga mal. Después de decir chando lo que dice.
esto se ríe. Agrego que debería dejar de revisar a la niña todos los días La mamá pide una entrevista en la que dice: “no tengo miedo de que ella
para calmar su propio miedo. crea que no la quiero, pero sí de que piense que soy una mala madre.
BIBLIOGRAFÍA
Esto es fundamental porque se destaca en esta cita la retroactividad que
Freud, Sigmund, “Inhibición, síntoma y angustia” (1926 [1925]), en: Obras completas, tomo XX,
nos permite, a partir de la valoración de la ausencia de la madre, interpre- Buenos Aires, Amorrortu editores, 1975.
tar aquella perturbación inicial como traumática.
Vemos cómo, tanto el trauma de nacimiento como la ausencia de la ma-
dre, argumentan una perturbación económica de la que Freud afirma que
“constituye pues el núcleo genuino del peligro”.
Continúa:
“[…] el contenido del peligro se desplaza de la situación económica a su
condición, la pérdida del objeto. La ausencia de la madre deviene ahora
peligro […].”.6
Sigmund Freud tuvo que vérselas con los avatares de su época ante el “En una exposición del caso habría que llamar la atención sobre la violen-
develamiento de una sexualidad infantil en contraposición con el niño cia de la angustia, pues de otro modo se diría: «De haberle dado una
inocente y puritano: buena paliza, seguramente habría salido a la calle».”2
“¿Estos que combaten mis puntos de vista de dónde sacan el saber que
tan seguros de sí mismos exponen, sobre si las pulsiones sexuales repri- A mi entender en este breve y contundente fragmento, el padre “del pe-
midas desempeñan un papel en la etiología de las neurosis y cuál seria queño Edipo”, acuña una orientación política, ética y clínica en la direc-
ese papel? Lo pregunto porque ellos cierran la boca a los pacientes tan ción de la cura para el tratamiento de los estragos subjetivos ocasiona-
pronto como empiezan a hablar de sus complejos y de los retoños de es- dos por la violencia de la angustia.
tos; mis comunicaciones y las mis partidarios son la única ciencia que le Llamado de atención que nos implica y hace la diferencia indiscutible
es asequible.”1 entre nuestros principios psicoanalíticos y el de otras psicoterapias. Ya
que se trata de dos campos disjuntos.
¿Cuál pudo haber sido el perjuicio del análisis de Hans, acaso el pequeño Violencia de la angustia freudiana de total actualidad, violenta por su ca-
se ha tomado en serio sus reclamos sobre la madre o sus malos propó- rácter invasivo, que rompe con el dique protector entre el principio del
sitos hacia el padre han cedido sitio a las vías del hecho? De estos su- placer y el más allá. Violencia que desgaja el velo, indicando un peligro en
puestos perjuicios “las únicas consecuencias del análisis de Hans es que el sujeto desvalido en su impotencia ante el encuentro con lo ominoso,
ha sanado, ya no le teme a los caballos”, y mantiene un trato más familiar este estado afectivo no engaña, es certeza, es ante algo.3 Estado afecti-
con su padre, así este se lo comunicó complacido. Sigue Freud “lo que el vo fecundo para ponerlo al trabajo en nuestra práctica
padre puede perder en respeto lo gana en confianza.” Dos recortes clínicos.
En mayo de 1908 una semana después del restablecimiento del niño, el Una niña de 11 años se presenta así: “hablé desde que nací, soy un ca-
padre le comunica a Freud unas notas de siete puntos, me detengo en el mión sin frenos. Soy grande pero soy chiquita, ahora quiero entender
punto siete que reza: como chiquita quiero ser yo; pero tengo miedo a hablar más, quiero saber
BIBLIOGRAFÍA
Freud Sigmund, “Análisis de la fobia de un niño de cinco años” (1909), en: Obras completas,
tomo X, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1999.
---------------, “Inhibición, síntoma y angustia” (1926 [1925]), tomo XX, en: Obras completas, Buenos
Aires, Amorrortu editores, 1990.
Estado Unidos consume la mitad de los sedantes y demás drogas químicas de escuela y de las familias- que solicitan aquello que la cultura actual les
que se venden legalmente en el mundo y más de la mitad de las drogas prohibidas ofrece como solución pronta a los problemas de sus hijos.
que se venden ilegalmente, lo que no es poco si se tiene en cuenta que EE.UU.
apenas suma el cinco por ciento de la población mundial.1 DESARROLLO
Para arribar a la medicalización de la infancia se tienen que entretejer
INTRODUCCIÓN diferentes entrecruzamientos teóricos, políticos, ideológicos y económi-
En este trabajo recorreremos la estrategia de una “terapéutica” cuestio- co-comerciales, para dar supuesta legalidad a su sustento y a su praxis.
nada e investigada, sostenida en una lógica adaptativa y comercial, don- Comencemos por el par teórico e ideológico, aparece en primer orden el
de aparece como primera elección en el tratamiento del malestar en la (DSM IV) Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, la
infancia: “el psicofármaco” y no la palabra, el juego, el dibujo. primera versión (DSM-I), al igual que el CIE, surge del anhelo de confec-
Para que exista una medicalización de la infancia es necesario un cons- cionar una “clasificación” dentro del campo de la Salud Mental “univer-
tructo que justifique y de legalidad supuestamente científica a una praxis sal” (un para todos). En el año 1952 surge la primera edición, DSM-I, con
sobre los niños. una marcada influencia del Adolf Meyer,3 como una variante del CIE-6, de
La intención de este trabajo es pensar los efectos a corto y largo plazo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
una niñez farmacologizada y sobreadapatada para convertirse en objeto El DSM-III se editó en el año 1980 luego de una disputa llevada por las
de la ciencia y el mercado. asociaciones de psicoanalistas norteamericanos que trataron en vacío de
Así como el manual de la Asociación de Psiquiatría Norteamericana (DSM)2 sostener la diferencia que existe entre un manual de clasificación epide-
fue escrito para ser comprendido y utilizado como dice su prólogo para mé- miológica, tal vez útil en la investigación y un manual diagnóstico útil al
dicos, psicólogos, consejeros, maestros y demás agentes psicosociales, la clínico. Seguramente, la ofensiva principal tuvo lugar en torno de la neu-
medicalizacion extendida de la infancia recorre como respuesta bio-politica rosis. Era un hecho inscribir el término de la neurosis correspondiente
los consultorios no sólo de los especialistas de la salud mental sino por un entre paréntesis luego del término DSM III, Por ejemplo distimia (o neuro-
“variopinto” de agentes de la salud -pediatras, neurólogos, médicos genera- sis depresiva). El DSM IIIR en el año 1987 aplica los mismos principios,
listas, médicos de familia, etcétera-, de la educación -maestros, directores el DSM IV en 1994 hace desaparecer definitivamente el término de neu-
Partiré de algunas afirmaciones de Jacques Lacan en “El Seminario 4” de solo falo en juego.
las que se desprende que el padre es la metáfora paterna.1 Pero, además, al ser símbolo entre la madre y el hijo la metáfora paterna
La función paterna es pensada como una experiencia metafórica, en el ubica la dialéctica ser-tener que podríamos situar del siguiente modo: la
sentido de la sustitución. La función de la metáfora paterna concierne madre no lo tiene, el hijo no lo es.
entonces a la función del padre, y esta función (x) metaforiza las relacio- La metáfora posibilita entonces una cuña en los significantes primordia-
nes del niño con la madre, es lo que como símbolo opera de forma tal de les de la madre y produce un corrimiento de ser el falo de la madre a te-
ubicar un significante en el lugar real de la madre y en la relación con ner el falo y el pasaje de la madre como objeto deseado a otro objeto. Se
ella. produciría un triple corrimiento, una triple sustitución -no lo tiene en él, él
NP no lo es, ella no es su objeto-.
-------M En El Seminario 17 Lacan dice que siempre habló del complejo de Edipo
X bajo la forma de la metáfora paterna.4
NP
Ubicamos además que en “Una cuestión preliminar...”2 Lacan sitúa la -------
metáfora paterna en relación con el complejo de castración, y los tres DM
tiempos del Edipo producen un deslizamiento desde el mito Edípico a lo
estructurante del mismo en la sexualidad humana. Entonces, en principio, sostengamos el valor fuerte de metáfora.
Años después retomará el mito en relación con el goce ubicándolo como Para agregar, además, que sin metáfora no hay neurosis y que sabemos
aquello que permite dar cuenta de un goce perdido. que la neurosis es una respuesta sintomática al nombre del padre.
En “El Seminario 6” encontramos que detrás de la metáfora del padre Otra cuestión que me parece importante es que: hay un punto en donde
como poseedor del goce se esconde la metonímia de la castración. La el nombre del padre, en tanto nombre, nominación y función generacional
castración del hijo es la continuación de la castración del padre.3 Hay un corre el riesgo de quedar únicamente del lado de lo normativo y la ley, allí
MESA DE TRABAJOS LIBRES. CLÍNICA DE ADULTOS [ 106 ]
es necesario recordar que, del padre no sólo importa la función normativa padre dado a sus hijos, nunca es suficientemente padre. Esto se da a ver
y de prohibición sino su lugar en tanto sujeto ligado al deseo, importa el fuertemente en el contenido manifiesto.
deseo del padre. Y desde allí podemos afirmar que el padre solo prohíbe Lo curioso es que Lacan, desde otro lugar, y hablando de los padres tam-
el objeto que desea, y es allí donde el deseo y la ley se articulan. No ha- bién dice: “No los encontré suficientes”.7 O como situaba Silvia Ons en
bría entonces disyunción sino conjunción.5 una clase dictada en el Departamento de Psicoanálisis y Filosofía recien-
En este mismo seminario,6 Lacan sitúa un esbozo de algo que luego reto- temente, “nadie lo ha sido todo por entero”.
mara fuertemente en posteriores seminarios respecto del deseo femeni-
no, cuando a propósito de un libro de Sandor Ferenczi -1929, Versuch ei- NP DM
ner genitaltheorie (Acerca de la genitalidad)-, dice: “El pasaje aludido ------- -------
expresa que el desarrollo de la sexualidad genital [...] sufre en la mujer DM X
una interrupción inesperada.”
Lacan considera que la traducción más adecuada sería “una interrupción Luego retomaremos aquí mismo, pero respecto del deseo materno se
que carece de mediación”. abriría aquí una posible investigación del concepto de superyó femenino,
¿Cuál es, desde lo que desprendemos de esas páginas, la mediación de del goce y de aquello que queda del lado de las exigencias pulsionales
la que carece la genitalidad interrumpida de la mujer? La mediación pa- más arcaicas, habría que retomar cuestiones no solamente freudianas y
terna, en tanto amenaza de castración. Ferenczi dice que en la genitali- lacanianas sino también de Melanie Klein, en relación con su concepto de
dad femenina esa mediación falta. superyó temprano.
El goce femenino no quedaría entonces explicado por el mito del padre. Bástenos recordar para lo que estamos trabajando que hay un punto de
Hay un mas allá del deseo en lo femenino que no queda cernido totalmen- la mediación simbólica de la metáfora paterna que en lo femenino toma
te por la mediación simbólica de la metáfora paterna. Cuestión que Lacan el sentido de promesa, no de amenaza.
retomara fuertemente en el goce y la mujer, posteriormente. En la metáfora paterna encontramos que Jacques-Alain Miller dice8 que el
Pero siguiendo los ejes conceptuales de la metáfora paterna vemos que nombre del padre funciona para metaforizar el deseo materno pero el
en tanto función, se ubica, por un lado, que el padre en tanto padre sim- nombre del padre es ya metáfora del padre, es ya metáfora de la presen-
bólico es inhallable, lo que hay es una función y, por otro lado, que al es- cia del padre y agrega además que es un padre hablado por la madre.
cribir el deseo de la madre debajo del nombre del padre, aquel queda bajo Pensada la metáfora del lado femenino, del lado de la x, ubicamos que la
la barra de dicha función de la metáfora. Lo cual equivale a decir que la madre está necesariamente causada por su propia estructura edípica, es
madre queda cernida ella misma por la castración simbólica y en relación porque ella consiente al padre que la metáfora puede operar. La madre
con su propia metáfora paterna. Sin embargo, la clínica muestra con bas- que denominamos “estrago” en nuestra jerga, se ubica allí donde lo fe-
tante frecuencia que hay por un lado en la histeria una fuerte lectura menino no condesciende su goce materno al deseo de ser deseada por
imaginaria, ideal -en tanto hijas- de su propio padre y que, respecto del su partenaire. No acepta que la promesa edípica a la que quedó ligada
Cuando las situaciones de violencia familiar son judicializadas, una de las las “necesidades elementales”.
medidas que se toma en esa instancia es la derivación de las personas Alberto ubica una etapa que define como “autista”, desde los 13 a los 20
implicadas a tratamiento psicológico. Presentaremos un recorte clínico años, en la que se sentía “menos que todos”. Dice: “los demás tenían la
de un paciente derivado al equipo de Violencia Familiar del Servicio de iniciativa y yo los seguía como un perrito”, “iba a los bailes, la música me
Psicopatología de un Hospital General que viene a dar cuenta de la vigen- hacía vibrar por dentro, pero yo no podía hacer nada”. Esta etapa culmina
cia de los conceptos freudianos en la práctica clínica actual. para él cuando ingresa al servicio militar, gracias al “contacto forzado”
Alberto llega al equipo de Violencia Familiar por haber sido denunciado con los otros. Al salir del servicio militar, su abuelo le da a elegir: el taxi
por su pareja, debido a reiteradas agresiones. La primera entrevista co- o el colectivo.
mienza con un obstáculo. Alberto expresa que quiere comenzar un trata- Alberto repite el mismo guión todos los días: sale sin ganas a manejar su
miento pero que prefiere no ser atendido por una mujer. Dice: “hay cosas taxi, a agredir a los pasajeros porque le dan motivos: lo tratan de manera
que con usted no voy a poder hablar”. La analista apuesta: “en el servicio “prepotente”, lo quieren “pasar por encima”. Un odio generalizado acom-
no hay hombres, le propongo que empecemos el tratamiento, seguramen- paña sus actos. Manifiesta querer ser “el rey de la humillación”. Descar-
te habrá otras cosas de las que sí podrá hablar”. gar la bronca le produce una “intensa satisfacción”.
Alberto cuenta que las discusiones con su pareja se dan porque él es Alberto considera a su abuelo como la figura más importante de su infan-
“distraído, impuntual, disperso”. Admite sin pudor que está en pareja con cia, su “ídolo”. Al ser interrogado por esto, Alberto dice no comprender
su mujer por “comodidad” y confiesa: “estoy siempre en guerra con las dicha admiración ya que él fue testigo, a sus siete años de edad, de es-
mujeres”. Da sus razones: “no fui criado por mi madre por eso perdí el cenas donde el abuelo “manoseaba y toqueteaba” a su madre. Se pre-
sentimiento de lo que es una mujer”. Su madre era una “enferma mental, gunta cómo, a pesar de esto, llegó a partir con un fierro la cabeza de un
una discapacitada”. Una mujer que “aparecía por unos días y desaparecía tío que ofendía verbalmente a su abuelo.
meses”. El paciente fue criado por sus abuelos, “gallegos brutos que no Transcurrido un tiempo de tratamiento comienza a contar sus “costum-
se comunicaban con nadie”, que lo “cuidaban en lo principal”, es decir, bres privadas” y relata con detalle prácticas “higiénicas” que no puede
El presente trabajo incluye, a modo de retomar algunos conceptos freu- Dice de su madre que no tiene carácter por no decir basta, y que: “no es
dianos, una viñeta clínica correspondiente al tratamiento llevado a cabo una mamá que te da consejos”.
en Consultorios Externos en el Área Niñez-Adolescencia del Servicio de Refiere sentirse desprotegida y que necesita una orientación. Esta fun-
Salud Mental del Hospital Piñero. ción de orientarla en la vida la cumplía su abuelo, quien le preguntaba
Se trata de una adolescente de 21 años que ha sido derivada luego de la siempre cómo estaba, le preparaba la comida, la escuchaba, etcétera.
entrevista de admisión. La paciente se presenta diciendo que odia a su Surge en las primeras entrevistas la pregunta de si debe o no hablarle a
padre. Refiere que la semana anterior había fallecido su abuelo paterno, su padre. Éste le exige que le hable y ella explica que no puede hacerlo.
de quien dice: “siempre para mí fue mi padre”. Dice que su padre es muy celoso y que siempre le insistía preguntando
Describe una escena en la que a sus ocho años ve a su padre “semi des- por qué ella hablaba con el abuelo y no con él.
nudo” con una mujer, mientras su madre se encuentra en el hospital a En este tiempo, me llama una noche muy angustiada, diciéndome que
punto de tener su séptimo hijo, en un parto de alto riesgo. Con respecto estaba encerrada en su pieza, que había discutido con su padre y que
a esta escena refiere haberse quedado: “trabada ahí”. quería irse de la casa, pero que era muy tarde y no tenía a dónde ir. Cuen-
Ubica el haber presenciado esta situación como la causa de todos sus ta que estaban cenando y su padre le pide nuevamente que le hable, ella
problemas: es cerrada y no puede integrarse en un grupo (lo que le difi- le responde: “por qué te llama la atención ahora si nunca te hablé”. Mi
culta tener amigos), piensa que lo que vivió la va a perjudicar al momento intervención en este punto, en cada oportunidad en que se le planteaba
de formar una familia, no puede dejar de tomar los problemas de sus la cuestión de si hablarle o no a su padre, fue apoyarla en la decisión que
hermanos como propios, etcétera. tomaba cada vez.
Por otra parte, se queja de que no existe para los demás. Dice: “da lo Para esta época, sueña que ve a su abuelo, lo saluda y luego se despier-
mismo si estoy o no estoy”. Frase que repetirá insistentemente. Asocia ta angustiada.
esta cuestión al hecho de que habla poco y de ello extrae distintas con- Como táctica comencé a cuestionar algunos dichos en cuanto al fuerte
secuencias: que los demás piensan que es tonta, que se deben pregun- determinismo que les imprimía con respecto al rumbo que había tomado
tar si ella tiene vida, que nadie la va a extrañar si no está. su vida. Cuando decía: “estoy triste”, “nadie me quiere”, mis intervencio-
Relata que su padre le ha pegado a su madre hasta hace tres años atrás. nes eran del tipo: “¡Ah, claro, la escena!”, o tomando palabras de la pa-
BIBLIOGRAFÍA
Freud, Sigmund, “Las perspectivas futuras de la terapia psicoanalítica” (1910), en: Obras com-
pletas, tomo XI, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1994.
Lacan, Jacques, El Seminario, libro 10. La angustia (1962-1963), Buenos Aires, Paidós, 2006.
En este trabajo me propongo investigar el lugar que ocupa el obstáculo en Gaston Bachelard, hay que plantear el problema del conocimiento cientí-
la producción del saber psicoanalítico para, a partir de allí, abrir la contro- fico en términos de obstáculos. Según este autor en el acto de conocer
versia entre psicoanálisis y psiquiatría acerca de la etiología de las neuro- aparecen necesariamente entorpecimientos, causas de inercia que él de-
sis. Retomaré entonces la discusión que inició Freud en el siglo XIX y que nomina “obstáculos epistemológicos”. Se conoce siempre en contra de
continúa plenamente vigente: las relaciones entre herencia y sexualidad. un conocimiento anterior.
Etimológicamente “obstáculo” proviene del latín obstaculum, y significa Abramos ahora al tema de la etiología. Corría el siglo XIX y la psiquiatría
“impedimento, dificultad, inconveniente”.1 Deriva del verbo latino obstare: consideraba que lo que hoy denominaríamos “las neurosis” estaban cau-
“oponerse” o, propiamente, “ponerse enfrente, cerrar el paso”.2 Y de este sadas fundamentalmente por la herencia, la degeneración, la predisposi-
verbo deriva también obstetricia que proviene de obstetrix, -icis, “comadro- ción. Freud realiza entonces una ruptura epistemológica al considerar el
na”, “la que se pone enfrente”. Obstetricia, justamente aquella parte de factor de la sexualidad como el específico en la causación de las neuro-
la medicina que se ocupa de la gestación, el parto y el puerperio. Esta sis, dándoles a los factores clásicos el papel de condición o etiología
familia de palabras nos acerca a una visión del obstáculo ligada a la fe- auxiliar. El gesto freudiano consiste, como afirma Paul Laurent Assoun, en
cundidad, visión muchas veces opacada por la imagen negativa y hasta designar lo sexual como lugar estratégico y, en sentido propio, sintomáti-
estéril que transmite el término. co de la conflictualidad psíquica.
En esta perspectiva Osvaldo Delgado sitúa que el psicoanálisis considera En el texto “La sexualidad en la etiología de las neurosis” (1898) Freud da
al obstáculo como “un lugar de interrogación principal”. En efecto, el psi- cuenta de cómo llega a la idea de esta etiología sexual: a partir de los
coanálisis surge de la interrogación de aquel campo del saber que hacía obstáculos clínicos que presentaban los pacientes tratados en los sana-
obstáculo a la ciencia, el catalogado como “irracional”: síntomas a los torios de cura de aguas. En sus historiales clínicos aparecían enigmáticas
cuales no se les encontraba un anclaje orgánico, fantasías, sueños. Este mejorías y empeoramientos inexplicables. Freud indaga estos obstáculos
valor epistemológico del obstáculo como lugar fecundo es una constante interrogando a estos pacientes que llegaban quejándose por la decepción
en la obra freudiana y debe serlo para todo analista pues, siguiendo a terapéutica. Y es en esa indagación que descubre que los pacientes ha-
MESA DE TRABAJOS LIBRES. CLÍNICA DE ADULTOS [ 117 ]
cían referencia a su vida sexual actual o a vivencias sexuales infantiles. “El psicoanálisis y la psiquiatría se completan uno a otra, hallándose en
Corre el siglo XXI y los avances de la neurobiología y la genética dieron un una relación semejante a la que existe entre el factor hereditario y el su-
nuevo vigor a la etiología psiquiátrica clásica. Por ejemplo, respecto del ceso psíquico, los cuales, lejos de excluirse, recíprocamente colaboran
“trastorno obsesivo compulsivo”, se realizaron estudios en gemelos y fa- del modo más eficaz a la obtención del mismo resultado […]. Es el psi-
quiatra y no la psiquiatría lo que se opone a psicoanálisis”.
milias de pacientes afectados que documentan la hipótesis de la predis-
posición hereditaria en relación con los genes ligados a la neurotransmi-
Creo que esta relación entre ambas disciplinas debe seguir vigente, y de
sión serotoninérgica y dopaminérgica.
hecho ningún psicoanalista puede negar la importancia de la medicación
En el citado texto de 1898, Freud afirma que el postular la etiología sexual
en muchos casos. ¿Pero cuál será “la consecuencia práctica” de reducir
de las neurosis tiene “importancia práctica” ya que del discernimiento de la
la causación a lo biológico y eliminar a la sexualidad de la ecuación etio-
etiología a partir de la morfología de los síntomas se infieren indicaciones
lógica? Es en este punto donde el valor epistemológico del obstáculo
terapéuticas diferentes para cada una de las categorías nosológicas del
debe orientarnos.
grupo de las neurosis. Por el contrario, la herencia es “inasequible al influjo
Siguiendo este camino, resalto uno de los obstáculos clínicos planteados
médico”, no hay nada que el médico pueda modificar en relación con ella.
por los mismos psiquiatras respecto del tratamiento del “trastorno obse-
De ahí que Freud resalte el escasísimo interés de los médicos en las discu-
sivo compulsivo”. Dicen Kaplan y Sadock:
siones nosológicas ya que todos los enfermos recibían el mismo tratamien-
“Muchos pacientes con trastorno obsesivo compulsivo se resisten al tra-
to: sanatorio de cura de aguas o debían escuchar que no tenían nada.
tamiento de manera tenaz. Pueden rechazar la medicación y pueden resis-
Volvamos a la actualidad. La hipótesis de la etiología hereditaria sí tiene
tirse a llevar a cabo las tareas que les prescriben los terapeutas conduc-
ahora una importancia práctica ya que de ella se desprenden indicacio-
tuales. La sintomatología obsesivo-compulsivo, al margen de su base
nes terapéuticas: el tratamiento farmacológico. La herencia ya no es “in-
biológica, puede tener una significación psicológica importante que dificul-
asequible al influjo médico”. La neurosis obsesiva es tratada con antide- ta el que los pacientes quieran deshacerse de ella.”4 Y para su resolución
presivos que actúan a nivel de la neurotransmisión serotoninérgica. estos mismos autores reconocen que “una exploración psicoanalítica so-
Kaplan y Sadock, autores del libro Sinopsis de psiquiatría. Ciencias de la bre la resistencia del paciente al tratamiento puede producir una mejoría
conducta. Psiquiatría clínica, libro de referencia del programa de forma- en su cumplimiento”.5
ción de la carrera de medicina y de las residencias en salud mental en
Argentina, dicen que “debido a la evidencia creciente de que el trastorno Se sitúa el obstáculo clínico y una actitud contradictoria frente al mismo:
obsesivo-compulsivo está determinado por factores biológicos, la teoría se dice que el psicoanálisis ha perdido aceptación, pero se lo invoca para
psicoanalítica clásica ha ido perdiendo aceptación”3 y resaltan la prefe- resolver los impasses terapéuticos.
rencia por los tratamientos farmacológicos y conductuales. Pero hay un efecto mucho más preocupante de este reduccionismo que,
Vale recordar en este punto lo que planteaba Freud en la 16ª conferencia paradójicamente, es señalado también por estos autores: dicen que el
de “Conferencias de introducción al psicoanálisis”: número de pacientes en urgencias está aumentando debido a “la mayor
“Si con toda justificación reprochamos al actual estado de nuestra cultura rapidez, se demandan tratamientos breves que se suponen eficaces para
cuan insuficientemente realiza nuestra pretensión de un sistema de vida responder con urgencia a la urgencia de lo sintomático.
que nos haga felices, si le echamos en cara la magnitud de los sufrimien- El discurso capitalista nos induce a creer que la satisfacción total es po-
tos, quizá evitables, a que nos expone; si tratamos de desenmascarar con sible, de este modo se crea la ficción de la completud. “El imperativo de
implacable crítica las raíces de su imperfección, seguramente ejercemos
goce de la ley de mercado como dios oscuro, se presenta como correlati-
nuestro legítimo derecho […] pero quizá convenga que nos familiaricemos
vo de la inexistencia del Otro.”3 Siguiendo esta línea, pensamos que los
con la idea de que existen dificultades inherentes a la esencia misma de
discursos actuales tratan de taponar la falta mediante distintos objetos
la cultura e inaccesibles a cualquier intento de reforma”.
Sigmund Freud1 circunstanciales; hay un rechazo al sujeto del inconciente creándose así
la ilusión de poder alcanzar un saber total y absoluto, que permitiría un
El párrafo citado parecería provenir de una crónica de actualidad, sin em- goce sin falla.
bargo fue escrito por Sigmund Freud en 1930. En estas líneas el autor El título de las jornadas “La vigencia de los conceptos freudianos en la
nos advierte que “existen dificultades inherentes a la esencia misma de clínica contemporánea”, en primer lugar nos lleva a preguntarnos ¿por
la cultura e inaccesibles a cualquier intento de reforma”.2 Si bien la refe- qué hablar de la vigencia de los conceptos freudianos?
rencia a lo actual podría leerse en sintonía con nuestra época, la conside- La referencia a la clínica nos resulta insoslayable, una clínica enmarcada
ración de “lo inaccesible a cualquier intento de reforma” ubica claramente en los estigmas de la época que influencian a los sujetos y por lo tanto a
el lugar de malestar con relación a la castración estructural. sus síntomas. Actualmente el analista ya no se encuentra con histéricas
En la época actual nos encontramos con la inmediatez constante, no hay como Elizabeth Von R. o Lucy, pero recibe pacientes con ataque de páni-
tolerancia a la espera de los procesos. Esto se ve reflejado en la oferta co, anorexia, bulimia, depresión, podríamos decir, las nuevas nominacio-
cada vez mayor de terapias breves de objetivos limitados. Éstas ofrecen nes de los cuadros patológicos.
la ilusión de un tratamiento exitoso en un tiempo finito. En el malestar de Pensamos que un psicoanálisis hace posible tramitar, ligar lo perentorio de
la cultura que la post modernidad instala, la eficacia se confunde con la la pulsión que se satisface en el síntoma, causa a su vez del sufrimiento
BIBLIOGRAFÍA
Delgado, Osvaldo, “Psicoanálisis y salud mental”, en: La subversión freudiana y sus consecuen-
cias, Buenos Aires, JVE ediciones, 2005.
Freud, Sigmund, “El malestar en la cultura” (1930 [1929]), en: Obras completas, tomo XXI,
Buenos Aires, Amorrortu editores, 2003.
Escribimos este trabajo a raíz de una pregunta que nos interrogó por largo del texto francés. Transcurrido un tiempo, Jacotot -para su sorpresa- se
tiempo, al incorporarnos a la cátedra, acerca de la transmisión del psicoa- encontró con que esos estudiantes habían podido entender y contar so-
nálisis y su enseñanza en el marco universitario. Su título, El maestro ig- bre lo que habían leído en un idioma nuevo, superando ampliamente la
norante, es también el título de un libro que, por esas cosas del azar, expectativa, e incluso, mejor de lo que muchos franceses lo hubieran
llegó a nuestras manos,1 y cuya lectura nos evocó una articulación posi- hecho; y “sin necesidad de explicación alguna”. Habían aprendido el Telé-
ble entre 2legado freudiano y enseñanza”. Es a partir de la lógica que in- maco con la misma inteligencia con la que se aprende la lengua materna:
troduce Sigmund Freud, que la frase “maestro ignorante” ya no es una observando y reteniendo, repitiendo y relacionando, equivocándose y co-
contradicción, sino que pone de manifiesto, en todo caso, cierta tensión rrigiéndose mientras se habla y se les habla a su alrededor.
en la que ambas posiciones -la del maestro y la de la ignorancia- pueden Ubicamos entonces, en Jacotot, que lo que en un primer momento se pre-
coexistir, brindándonos una respuesta posible respecto de la enseñanza sentaba como un obstáculo para la enseñanza, su ignorancia, resultó ser
del psicoanálisis. aquello que hizo posible un aprendizaje. A partir de esta primera experien-
El libro relata una experiencia. En el año 1818 Joseph Jacotot, reconocido cia azarosa, decidió profundizar sobre su hallazgo. Experimentaba dando
profesor de literatura francesa, obtuvo una suerte de revelación con res- lecciones sobre diferentes ciencias de las cuales no era un experto cono-
pecto a su práctica. Por ese entonces, el regreso de los Borbones al po- cedor, y se encontró con que gran cantidad de gente concurría a sus cursos
der lo había obligado a exiliarse en los Países Bajos, donde se vio enfren- abarrotando su modesta aula, mientras quedaban abandonados los cursos
tado con una situación inédita en sus treinta años de ejercicio docente. magistrales de los sabios maestros. Solía inaugurar sus lecciones dicien-
Debía dar sus lecciones de literatura francesa en un idioma que descono- do: “Es necesario que les enseñe que no tengo nada que enseñarles”.
cía, a alumnos que a su vez, no hablaban francés. Es decir, no existía Lo que pone en evidencia esta experiencia pedagógica es un quiebre en
entre ellos un punto de referencia lingüístico en común mediante el cual la lógica del saber tradicional. El modelo del “maestro explicador dador
pudiera instruirles en lo que le pedían. Decidido a no retroceder frente a de conocimientos al otro incapaz”, será para Jacotot una lógica que sos-
este obstáculo, este avezado profesor, tuvo la iniciativa de ofrecer a sus tiene el “principio del atontamiento”. Mientras que la relación pedagógica
estudiantes un libro -Telémaco- en una edición bilingüe (francés-holandés), de la ignorancia a la ciencia promueve lo que llamó “la emancipación in-
bajo la consigna de que, “librados a sí mismos”, captaran lo que pudieran telectual” de los alumnos. A su criterio, tras el principio de la explicación
BIBLIOGRAFÍA
Cottet, Serge, “El dominio sobre el inconciente”, en: Freud y el deseo del psicoanalista, Buenos
Aires, Manantial.
Delgado, Osvaldo, “El obstáculo epistemológico en la reforma de la razón freudiana”, ficha de
la cátedra.
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Aires, Amorrortu editores, 1989.
Kant, Emmanuel, “Filosofía de la historia. Respuesta a la pregunta ¿qué es la ilustración?”,
ficha de la cátedra.
Laurent, Eric, ¿Cómo se enseña la clínica?, Buenos Aires, Cuadernos del ICBA.
Rancière, Jacques, El maestro ignorante. Cinco lecciones sobre la emancipación intelectual, Bue-
nos Aires, Libros del Zorzal, 2008.
“Aunque vivíamos en condiciones muy modestas, mi padre me exhortó a Acerca de si es posible o no transmitir algo del discurso psicoanalítico en
guiarme exclusivamente por mis inclinaciones en la elección de una el marco de una institución como la Universidad, encontramos en Freud
carrera. En aquellos años no había sentido una particular preferencia por que sostiene que la enseñanza “sólo podrá tener carácter dogmático-
la posición y la actividad del médico; por lo demás, tampoco la sentí
crítico”,2 ya que es una institución con cierta posición en relación al saber
más tarde. Más bien me movía una suerte de apetito de saber, pero
-“saber todo”.3 Hay, alrededor de este tema, un largo debate que no voy a
dirigido más a la condición humana que a los objetos naturales […]”.
retomar aquí.
Sigmund Freud, “Presentación autobiográfica” (1924)1
Qué decir, más que mi primer encuentro con el psicoanálisis fue en esta
El presente trabajo está causado por el interés que despertó la insisten- Universidad, escuchando las clases teóricas de un docente que hablaba
cia de una pregunta: “¿qué pasa, qué pasó del otro lado?”, y que surgió de Freud y su subversivo descubrimiento. Algo se transmitió y estoy hoy
al ocupar una función docente en la materia Psicoanálisis Freud: I, en la -con algunos otros recorridos de por medio- pensando sobre Freud en
Facultad de Psicología de esta Universidad. La pregunta y algunos de sus esas mismas aulas.
matices -¿qué se transmite, qué se transfiere, en lo que un docente dice
al exponer una clase? También, ¿qué les pasa, qué les sucede a los que POSICIÓN FREUDIANA…
se encuentran del otro lado, a quienes escuchan aquello que se dice?- Se lee en su obra que para Freud la transmisión del psicoanálisis siempre
me llevó a buscar en Freud algunas referencias acerca de su posición con fue con otro que interroga, que interpela a su oyente, que cuestiona la
respecto a la enseñanza del psicoanálisis; Freud que dedicó su vida a teoría. El ejemplo más claro es el del “juez imparcial” en su texto “¿Pue-
transmitir, a dar a conocer su descubrimiento. ¿Cuál es la vigencia de la den los legos ejercer el análisis?”, A lo largo de toda su obra encontramos
posición freudiana sobre la transmisión del psicoanálisis en la enseñanza esa construcción, ese armado que hace Freud de sus interlocutores. Para
contemporánea? Paul-Laurent Assoun, Freud no sólo explica y expone “como en un «trata-
El 26 de junio de 1995 se exponía por primera vez, en el Musée d’Orsay obra del propio Courbet. Son pocos los que lo han visto, pero ha generado
de París, L’origine du monde (El origen del mundo), una tela de Gustave ya suficiente literatura, desde versos de Gautier hasta esa constatación de
Courbet pintada entre 1865 y 1866 y que llevaba 130 años oculta, sólo Edmond de Goncourt: “Un vientre tan bello como la carne de un correggio”.
accesible a la mirada de sus sucesivos compradores. Durante mucho Pero a la esposa del cantante no le gusta el tiempo que su marido pierde
tiempo no sólo no había existido imagen pública de esa imagen púbica, ante la tela, ni las risas de los amigos privilegiados que la descubren. En
sino que también había permanecido sin nombre, sin título, víctima de 1888, la pintura aun innominada está en posesión de un marchante, De la
esa misma pudibundez que impide llamarle sexo al sexo y que impulsa a Narde, que la exhibe en la trastienda sólo a clientes de confianza. Hasta
la invención de mil y un nombres, elusivos, poéticos o procaces, para re- 1912 nada se sabe del cuadro, del que se rumorea que pudo haber perte-
ferirse a la cosa. necido a un gobernador civil puritano y pervertido, a un ginecólogo que lo
Bernard Teyssedre acaba de publicar Le roman de l’origine (La novela del utilizaba como reclamo o a un burdel. Sea cual sea la verdad, en 1912 una
origen), un relato de 420 páginas protagonizado por la pintura de Courbet. galería prestigiosa compra la tela a una tal señorita Vial.
Todo arranca cuando Jalil-Bey, embajador turco en Paris, visita, en 1866, La carrera internacional comienza cuando François de Hatvany, un colec-
el taller del artista. Quiere comprar una tela escandalosa, Vénus et Psy- cionista de Budapest, se lleva el Courbet a su ciudad. En 1935, Charles
ché, pero ésta ya tiene propietario. Pide una copia, pero Courbet propone Léger, especialista en Courbet, se refiere por primera vez a la obra como
a cambio Les dormeuses, también de tema lésbico. Jalil-Bey logra que le L’origine du monde. En marzo de 1944 los nazis destituyen a Hodhy, su
regalen, sin que conste en la factura de 25.000 francos, un pequeño cómplice en Hungría. L’origine du monde es robado por el ejército de ocu-
cuadro de 55 por 46 centímetros que reproduce el vientre de una mujer pación y Bernard de Teyssedre propone las dudas del coronel Schweinko-
o, más concretamente, unas caderas y un pubis en el centro, los muslos pf, que sopesa el pro -el pintor era ario, despreciaba a los burgueses,
en la parte inferior y el vientre y el torso, incluidos los pechos, en la supe- pintaba bien y era atlético- y el contra -participó en la Comuna, simpatiza-
rior. En el cuarto de baño del embajador, detrás de un cortinaje verde, ba con los anarquistas y probablemente era de moral abyecta-. La razón
quedará oculto el cuadro sin nombre ni firma. determinante es una estimación rápida del propio Hatvany: vale 300.000
En 1868 el Courbet pasa a manos de Jean-Baptiste Faure, barítono de la dólares. Pero tanta vacilación da tiempo a que llegue el Ejército Rojo y a
ópera de París. Ahora el cuadro se esconde detrás de un paisaje nevado, que el coronel Tatastrov aplique las normas del realismo socialista: ¿aca-
En el Congreso de Budapest (1918) Freud afirmó estar orientado a exami- les, desde la referencia jurídico-estatal está incluido el psicoanálisis. Las
nar en qué nuevas direcciones podría continuar el desarrollo del psicoa- terapias se encuentran en franca proliferación de 50 años a esta parte y la
nálisis. Se imaginaba que en oposición a lo limitado de la práctica privada arremetida se justifica bajo la premisa del inquietante vacío jurídico al res-
de ese momento, en el futuro podría surgir una aplicación institucional pecto, que amenazaría la seguridad pública. No se hizo esperar la agitación
por medio de la cual accederían al tratamiento analítico grandes masas del conjunto “psi” que dio origen a la respuesta de Jacques-Alain Miller en
de enfermos en forma gratuita. A partir de la fundación y el desarrollo su calidad de Presidente de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, indican-
exitoso del Ambulatorio de Viena, los intereses de las corporaciones mé- do los graves perjuicios que ocasionaría avanzar en el sentido que B. Acco-
dicas querían reservarse para sí la aplicación del psicoanálisis. Freud fue yer planteaba. A la fecha, por la resistencia del medio “psi” francés, ese
un defensor acérrimo del análisis lego y encaró una lucha sostenida para frente está cerrado. (Recomiendo para mayor detalle la lectura de la traduc-
no permitir que el psicoanálisis fuera tragado por la medicina, señalando ción del artículo publicado en el diario Le monde del 30/10/2003, traduci-
que su uso para el abordaje de la neurosis era sólo uno de los posibles, do y publicado en Virtualia, revista digital de la Escuela de la Orientación
y tal vez en el futuro se demostrara, que no el más importante. Recorde- Lacaniana).
mos cuando en defensa de Theodor Reik, Miembro no médico de la Aso- Nuestro país no ha estado exento de marchas y contramarchas en los
ciación Psicoanalítica de Viena acusado de curanderismo, redactó y publi- espacios políticos del poder, con la sanción de sucesivas leyes que -inclu-
có “¿Pueden los legos ejercer el psicoanálisis?” Allí separa la práctica sive- han condicionado en forma directa al ejercicio del psicoanálisis. La
psicoanalítica de toda homologación con la práctica médica. Sus esfuer- ley Nº 17.132 del año 1967, dentro de su articulado determinaba que el
zos fracasaron; en sus propias filas estaban los detractores de su come- psicoanálisis quedaba reservado para los médicos, y los psicólogos ope-
tido, impulsados por fuertes intereses profesionales cortoplacistas. raban como auxiliares paramédicos bajo supervisión y control de los psi-
¿Qué actualidad guarda esta referencia separada de nuestro tiempo en quiatras. Esta ley de facto fue redactada por la Secretaría de Salud Públi-
más de 80 años? ca con colaboración de la Confederación Médica de la República Argentina
Siguen candentes los intentos intermitentes de regulación tal como lo de- y estuvo vigente hasta el año 1985 cuando el Congreso de la Nación -ins-
muestra en el 2003 la enmienda Accoyer votada por el Parlamento francés, tituida nuevamente la democracia- sancionó la ley Nº 23.277 que signifi-
con el fin de regular y evaluar la práctica de las psicoterapias entre las cua- có un gran progreso al regular el ejercicio profesional de la psicología
BIBLIOGRAFÍA
Freud, Sigmund, “¿Pueden los legos ejercer el análisis?” (1926), en: Obras completas, tomo XX,
Buenos Aires, Amorrortu editores, 2001.
Miller, Jacques-Alain, “Psicoanálisis y psicoterapia”, en: Freudiana Nº10, Barcelona, Escuela
Europea de Psicoanálisis, 1994.
Revista Le Débat.
Le monde del 30/10/2003, traducido y publicado en: Virtualia Nº10, revista digital de la Escue-
la de la Orientación Lacaniana. Traducción: Carmen Cuñat y Oscar Caneda.
Rubistein, Adriana, Greco, Guillermo, “Psicoanálisis y política. Situación legal del psicoanálisis
en la Argentina, perspectiva futura”, en: La Carta de la Escuela en movimiento, Año XIII, mayo
2004.
Pensar el psicoanálisis sin tener en cuenta los discursos contemporá- Tema que toca al psicoanálisis y, a la vez, de absoluta candencia en las
neos es hacer de él un discurso obsoleto y elitista, y nada más desviado ciencias sociales. Muchos escritos han sido convocados a partir del exce-
del proyecto freudiano. so, la falta, la equidad, la justicia, la igualdad; discusión que, por otro
Las palabras que en una oportunidad escuché del Doctor José Nun,1 me lado, lleva más de 50 años en las ciencias sociales y políticas. Tomé
llevaron a pensar los puntos de cruce entre los conceptos psicoanalíticos unos pocos conceptos de autores de esas disciplinas para ponerlos en
y la política. Nun decía que las discusiones actuales en las ciencias so- relación con el psicoanálisis.5
ciales y políticas giran en torno, por un lado, al exceso de igualdad como La discusión conceptual que subyace en esta polémica planteada en
intolerable para la democracia, por otro, la igualdad como la imposibilidad Francia desde los años 70 y reabierta en los 90, es cómo se resuelven
de gobernabilidad. Citó también dos escritos: el primero, ubicaba la rela- las desigualdades y sus expresiones de sobreabundancia para unos po-
ción entre la democracia y la falta, y el segundo, entre la democracia y el cos y carencias tremendas para las mayorías ¿por la igualdad o por la
exceso.2 Exceso y falta como contradicciones contemporáneas que tocan justicia? En la tensión entre estos conceptos se abren discusiones que
al psicoanálisis e implican desde otras disciplinas diferentes abordajes y plantean la igualdad absoluta como un horizonte utópico, un imposible
respuestas. social o concepto abstracto. Por el lado de la justicia parece estar la so-
El para todos igual plantea el habría más de uno y, a la vez, el habría al me- lución y esto implica la aceptación de ciertos niveles de desigualdad en
nos uno. Es la lógica de un elemento excluido para poder nombrar el con- tanto no perjudiquen la idea de justicia.
junto. Pero ese al menos uno también deja un borde fino para pensar la “[...] el poder de esta comunidad se contrapone, como «derecho», al poder
excepción -que Freud describió en 1916-3 que tiene una cara que implica lo del individuo, que es condenado como «violencia bruta». Esta sustitución
peor en la clínica o las peores consecuencias a nivel político y social. del poder del individuo por el de la comunidad es el paso cultural decisivo.
Freud afirmó que renunciar a la satisfacción en pos de armar una socie- Su esencia consiste en que los miembros de la comunidad se limitan en
dad y dar lugar a la cultura muestra su contracara paradójica de incre- sus posibilidades de satisfacción, en tanto que el individuo no conocía tal
mento de exigencia superyoica. Cuanto más se apunte a la norma, más limitación. El siguiente requisito cultural es, entonces, la justicia, o sea, la
caro se pagará el precio del retorno del superyó. Es preciso que las cosas seguridad de que el orden jurídico ya establecido no se quebrantará para
funcionen un poco mal, que la norma se afloje lo suficiente para hacer favorecer a un individuo. Entiéndase que ello no decide sobre el valor éti-
lugar a lo anormal.4 co de un derecho semejante [...]”.6
BIBLIOGRAFÍA
Affichard, Joëlle y Foucault, Jean-Baptiste, Pluralismo y equidad, Buenos Aires, Nueva Visión,
1997.
Alemán, J., Reportaje posteado por AMP Blog, 21 de noviembre de 2006.
Freud, Sigmund, “Recordar, repetir y reelaborar” (1914), en: Obras completas, tomo XII, Buenos
Aires, Amorrortu editores, 1990.
---------------, “Algunos tipos de carácter dilucidados por la teoría psicoanalítica” (1916), en: Obras
INTRODUCCIÓN El MALESTAR
La invención del psicoanálisis -como producción de autor- no sólo levantó Resulta creciente la derivación y pedidos de intervención por parte de los
los pilares fundamentales que constituyeron un campo disciplinar inédito docentes frente a situaciones problemáticas que se presentan con alum-
sino que resultó una contribución decisiva para el ámbito de la cultura en nos que oscilan entre los 3 y los 7 u 8 años de edad y que en su abruma-
general y conmocionó ciertas concepciones -como la de sujeto del incon- dora mayoría son varones. El hecho de que esta franja de población no
ciente, responsabilidad subjetiva, identificaciones, lógicas colectivas, et- haya resultado tradicionalmente problemática para las escuelas, justifica
cétera-, que resultan centrales también para otros discursos, como el de que devenga en un objeto de preocupación y estudio con el objetivo de
la filosofía, de la justicia, de la política, etcétera. aportar entendimiento a las coordenadas actuales que inciden sobre la
Para abordar la vigencia de los conceptos freudianos (convocatoria de producción del malestar.
esta Jornada), tomaré el sesgo del psicoanálisis en extensión, en particu- En los ámbitos escolares, suelen repetirse ciertas frases de los docentes
lar, sobre el ámbito educativo. referidas a algún alumno: “…en los años que tengo de docente, nunca…”,
Aprovecho la oportunidad que me brinda esta Jornada para presentar al- “no para”, “no puede con su cuerpo”, “no podes llegar a él a través de la
gunas reflexiones que fueron tomando forma en años de trabajo cotidiano palabra”, “cuando está así, no escucha”, “con estos chicos no se pue-
con muchos niños que, quedando en posición de objetos de las corrien- de…”. Los relatos de los adultos que describen las escenas que desplie-
tes biologicistas y cognitivo-conductuales, padecen en “carne propia” los gan estos niños, en general, coinciden: “Rompe, escupe, patea, putea,
efectos de un discurso que pretende desentenderse de lo que el psicoa- revolea las cosas de sus compañeros, tira sillas, sale corriendo, golpea,
nálisis freudiano nos dejó como enseñanza: la irreductibilidad del males- se esconde debajo del escritorio, amenaza con tirarse de la escalera;
tar y el más allá del principio de placer. prácticamente, en ninguno de los casos, aquello que un niño hace o dice
Ante la preocupación por los efectos de desubjetivación y desresponzabi- se lo pone o queda puesto en relación con un adulto. Simplemente, se lo
lización que estos discursos conllevan, este trabajo tiene el objetivo de describe, se lo observa, se lo clasifica, se lo cuantifica, se los transforma
advertir sobre los riesgos que implica el avance de estas corrientes que en una clase, la de “estos niños”.
se extienden en la actualidad. “Estos niños”, ¿qué niños? Los niños que no logran adaptarse o incluirse
MESA DE TRABAJOS LIBRES. PSICOANÁLISIS Y POLÍTICA [ 142 ]
a la dinámica de la institución escolar reciben en su gran mayoría el diag- retos que los otros niños y que lo llevan a fracasar en los aspectos más
nóstico de ADD, una sola expresión que concierne sólo al niño y lo deter- importantes de su vida. Nadie elegiría ese lugar si pudiera evitarlo” (Jose-
mina en su ser: “es un ADD”. No deja de sorprenderme cada vez que al- levich, Estrella; 2006). Sigamos leyendo: “Entonces, plantear que es el
gún padre o docente me dice: “pero quédese tranquila porque ya fui al ADD el que origina estos problemas en vez de “ustedes” o “su hijo” faci-
psiquiatra y es ADD”. Hoy podemos quedarnos todos tranquilos ya que lita la cooperación de todos. Los padres pueden llegar a ayudar o agravar
las corrientes biologicistas les atribuyen a estos síntomas una etiología el problema pero siempre son las características propias del síndrome
orgánica transformando las manifestaciones en signos que -por agrupa- las que moldean las reacciones del medio”.
miento y en base a diferencias cuantitativas- constituyen el Síndrome de Una niña de 8 años le comenta a su maestra que al día siguiente debería
Déficit de Atención (con o sin Hiperactividad).1 Esto implica que el diag- faltar porque tenía que ir al médico. Una compañerita le pregunta si está
nóstico se realiza por las características conductuales. enferma, ante lo cual, la nena responde: “sí, estoy enferma de la conduc-
En una entrevista, frente a la pregunta sobre cual era la idea que ella te- ta pero ahora que tomo la pastillita ya me porto bien”.
nía respecto de lo que le pasaba a su hijo (cuyo psiquiatra le había cam- Podemos leer en los textos sobre ADD que efectivamente el objetivo de
biado por tercera vez en el mes la medicación), una madre responde la medicación no es curar, sino que permite actuar sobre la conducta del
“todo el mundo sabe que los ADD son así”. niño y modificarla. Medicación, que produce efectos sobre la conducta:
“disminuye las características conductuales del AD/HD, permitiendo que
MODOS ACTUALES DE TRATAMIENTO el niño decida como cualquier otro si quiere hacer o dejar de hacer algo,
Esta conformación de un conjunto -cuya determinación se considera bio- mejora las relaciones con pares y con adultos y normaliza la conducta en
lógica-, es un modo de tratamiento -el del discurso de la ciencia actual- de la clase, mejora el rendimiento académico, disminuye la inquietud moto-
lo que no ingresa al dispositivo normalizador escolar, una operación sobre ra, mejora la atención, aumenta la dedicación a una tarea y la actitud de
lo que falla, sobre lo que hace síntoma a una institución particular trans- cumplimiento de la misma”.
formándolo en un resto inasimilable en sí mismo. Bueno, el diagnóstico les brinda a los padres y docentes la ilusión de que
En cambio, desde la perspectiva del psicoanálisis, determinados modos aquello que le pasa a este chico en absoluto tiene que ver con los vínculos
de expresión del malestar se tornan legibles a condición del reconoci- con los adultos, mucho menos con la educación. Hubo una publicidad (un
miento de las operaciones de producción de síntoma, esto implica, nece- cartel) en EEUU de la droga utilizada para el ADD: “Para que ser padres sea
sariamente, el campo del Otro y la instalación en el lazo social. más fácil… Ritalina” (Stiglitz G. 2006). En la actualidad, nos encontramos
Vayamos a los TCC. en el ámbito escolar con niños medicados desde los tres años.
Qué nos dicen los especialistas en ADD? Leamos: “conviene utilizar fra- Me extendí en la presentación para que podamos dimensionar los efec-
ses que eximan de culpa porque los padres deben recibir el mensaje de tos sobre las vidas de los niños si esta perspectiva de abordaje actual se
que ellos no son culpables, que los maestros no son culpables, y cierta- transformase en hegemónica. Y por eso, la importancia de la presencia
mente el niño no es culpable si está siempre expuesto a desarrollar con- de psicoanalistas orientados por el discurso analítico.
ductas que irritan a los adultos, que lo hacen recibir mayor cantidad de
BIBLIOGRAFÍA
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La referencia freudiana a “lo infantil” abunda en toda la obra sin que se el organismo vivo, gracias a la acción específica que realiza el Otro auxilia-
precise clara y rigurosamente a qué se refiere. El falo como organizador dor y que permite la entrada a lo simbólico. Queda como resto de esta
permite trazar una línea divisoria entre lo que es infantil, pregenital y au- operación, el deseo, en tanto búsqueda de la identidad de percepción.
toerótico, y lo que está después, pero es insuficiente para abarcar aspec- Será un nuevo automatismo pero ya en la trama del recuerdo, en la “otra
tos que hacen a lo infantil, y exceden el campo de lo sexual. escena” de Fechner.
Propongo nombrar “lo infantil” a lo que resulta anterior a la constitución
subjetiva o lo que se entiende como su primer tiempo. En esta línea ubi- LA PULSIÓN
caremos allí como conceptos solidarios a la angustia traumática, el esta- Definida conceptualmente en el año 1915. Su satisfacción alrededor de
do de necesidad, la pulsión no fijada a un objeto y el masoquismo eróge- un objeto contingente no supone descarga. De ahí que se presenta como
no. Todos ellos remiten a cuestiones metapsicológicas pues son de orden fuerza constante de la que no se puede huir, exigencia de trabajo, exceso
económico y, al mismo tiempo, orientan la dimensión clínica. irreductible. Recién al final de su recorrido encontrará un amarre en algún
objeto al que quedará fijada, surgiendo así el advenimiento fantasmático
LA ANGUSTIA TRAUMÁTICA como marco pacificante. En el año1920 será conceptualizada como pul-
Definida en el año 1926 como anterior a la represión, situación económi- sión de muerte: eterno retorno al estado anterior.
ca, exceso sin medida, peligroso, automatismo padecido por un indefen-
so. Indefenso refiere a sin defensas, carente de aparato psíquico. Sig- EL MASOQUISMO ERÓGENO
mund Freud la define como de constitución (el nacimiento será el En el año 1924 queda ubicado como originario. Se trata de una afirma-
paradigma), pero también emerge cuando falla la señal de alarma, es ción, resto de la expulsión de la pulsión de muerte por efecto de Eros. El
decir, la otra angustia. peligro es que el ser propio es tomado como objeto. Encontramos una
anticipación de este concepto en los primeros artículos de Freud, en
EL ESTADO DE NECESIDAD aquellas vivencias sexuales, prematuras y traumáticas que en su primer
Queda definido en “El proyecto de psicología” como cantidad acuciante, tiempo aparecen como pura marca sexual, efecto de un adulto que abusa
dolorosa que supone un peligro. Necesidad mítica que se pierde junto con de un indefenso pasivo.
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4. A MODO DE CONCLUSIÓN
El carácter se presenta entonces como un síntoma que no es tal y como
una sublimación que no es tal. En tanto satisfacción sustitutiva se distin-
gue de las otras satisfacciones, la del síntoma y la de la sublimación. Su
estatuto es el de una formación reactiva.
Se presenta como un síntoma porque afecta el comportamiento, la con-
ducta y el conjunto de la vida del sujeto. Pero es más arcaico que el sín-
toma porque la pulsión se satisface en la acción que lo reemplaza. El
carácter se caracteriza porque en lugar del síntoma se tienen acciones
afuera, en la vida. Hay como una introducción del desorden, como por
ejemplo: tratar mal, hacerse maltratar, caerse en el momento inoportuno,
hacerlo de modo reiterativo y movilizando al resto del mundo. Se trata de
experiencias donde son los otros los injustos, los que hacen mal o es el
sujeto quien se las agarra con los otros y los perjudica. El carácter movi-
liza la realidad exterior, moviliza el entorno, la realidad, el lazo social.
Freud acudió a la idea de un inconciente no reprimido para dar cuenta de
esta cuestión patológica pero no para oponerla al síntoma sino para indi-
car un más allá del mismo.
En 1915 Sigmund Freud escribe los “Trabajos sobre metapsicología”,1 de la aceptación intelectual de lo reprimido, retomará lo planteado en “Las
entre ellos el “Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños”.2 neuropsicosis de defensa”13 aunque ya desde la perspectiva lógica.
En dicho texto, se interroga acerca de “la génesis de la alucinación”.3 El reubicar que “la función intelectual -o sea, la representación- se separa
Al respecto, Freud sitúa que: […] del proceso afectivo”,14 lo lleva a interrogar “la función intelectual del
“la psicosis alucinatoria de deseo […] consuma dos operaciones[…]: trae juicio”15 y a continuación el “origen psicológico de dicha función”.16
a la conciencia deseos ocultos o reprimidos” y “los figura, con creencia Si bien Freud parte de la lógica clásica, en tanto entiende que la función
plena, como cumplidos.”4 del juicio “es afirmar o negar contenidos de pensamiento”,17 imprimirá en
“Parece justificado -continúa Freud- suponer […] que la creencia en la reali- este sintético18 texto un movimiento propio de la dialéctica hegeliana lle-
dad se anuda a la percepción por los sentidos. Toda vez que un pensamien- gando incluso a fundar otra lógica.
to ha hallado el camino de la regresión5 hasta las huellas mnémicas incon- Es la clínica misma la que le impone este movimiento pues le indica “el
cientes de objeto, y de ahí hasta la percepción, admitimos su percepción modo en que nuestros pacientes producen sus ocurrencias durante el
como real. Por tanto, la alucinación conlleva la creencia en la realidad.”6 trabajo analítico”.19 Freud sitúa lo que conceptualiza como “el rechazo,
por proyección, de una ocurrencia que acaba de aflorar”.20
Sin embargo, Freud supondrá que “la alucinación tiene que ser algo más Pero la aseveración fundamental de Freud en el texto es que la negación
que la reanimación regresiva de las imágenes mnémicas en sí inconciente”,7 -como modo de tomar noticia de lo reprimido- es ya una cancelación -inte-
pues “desde muy temprano resignamos la satisfacción alucinatoria de lectual- de lo reprimido, con persistencia de la represión”.21 Esta “cance-
deseo e instauramos una suerte de examen de realidad”.8 lación con persistencia” de la represión sustenta los fundamentos de una
Freud destacará el valor de poseer “tal signo distintivo de realidad objeti- nueva lógica -ya no kantiana- sino dialéctica.
va”, que permite “trasladar hacia fuera lo que desde adentro se le vuelve Siguiendo la crítica kantiana, ubica al juicio como “asentimiento subjetivo”,22
penoso, en proyectarlo”.9 encontrándose dicho sujeto,23 ante una doble decisión a adoptar: “atribuir
Diez años más tarde expondrá su formalización más acabada de la cuestión o desatribuir una propiedad a una cosa -juicio de atribución- y admitir o
que él denomina de “afuera y adentro”.10 Lo hará en el texto “La negación” impugnar la existencia de una representación en la realidad”24 -juicio de
de 1925.11 Partiendo de ubicar la negación (Verneinung) como “condición”12 existencia-.
que una vez fue percibido, para lo cual no hace falta que el objeto siga
11
Ibídem, p.253.
BIBLIOGRAFÍA
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Un modo freudiano de abordar la vigencia de los conceptos de Sigmund organizar, de ese modo, a la escena onírica que variará en la complejidad
Freud es afirmando lo vigente del olvido. Considero que, desde hace tiem- de su análisis conforme a la cantidad de inversores participantes. Por su
po, su monumental trabajo sobre los sueños ha seguido en parte ese parte los mecanismos de condensación y desplazamiento operan como
camino. En tal sentido una coartada la ha dado el escrito técnico “El uso medios de producción que transforman la materia prima de las ideas
de la interpretación de los sueños en el psicoanálisis” (Freud, 1980), fre- diurnas, quienes así reciben el afecto proveniente de representaciones
cuentemente leído con la clave de restringir el valor del sueño al relato del reprimidas. Tal transformación es una formación de compromiso entre el
paciente en análisis. A contrapelo de Calderón de la Barca, el presente material de la vigilia, de carácter preconciente, y el deseo inconciente que
trabajo pretende retomar aquella apuesta freudiana que lo llevara a los banca el sueño y realiza las transacciones necesarias para emerger tras-
confines en donde no toda la vida es sueño. tocado en la vida anímica del soñante. A diferencia del socio industrial
En principio el sueño trabaja, y en términos aristotélicos: genera. Desde constituido por ideas entre preconcientes y concientes, el capitalista por-
ya que ambas expresiones no dan cuenta de lo mismo. A posteriori de ta una cantidad que -en los términos de la psicofísica de Gustave Fech-
Aristóteles al menos hay que considerar la analítica del capital pergeñada ner- se instala en una zona indiferenciada entre el placer y el displacer
por Carlos Marx, para que luego Freud planteara, en la perspectiva eco- que hace desaparecer la cualidad sensorial. Entre el placer y el displacer
nómica del inconciente, el lugar del deseo inconsciente como socio capi- se toca la frontera que separa el proceso primario y el proceso secunda-
talista en ese trabajo. Por fuera de las ideas y anhelos de la vigilia, este rio. En ese punto Freud construye una conjetura ubicando el protodeseo
aporta el capital necesario para costear el gasto psíquico del sueño, al capitalista como deseo infantil. Remite su origen a un estado primitivo del
ser incitado por un pensamiento diurno y encontrar en el dormir el ámbito aparato psíquico establecido sobre el soporte de la nutrición, que empie-
más adecuado para la inversión. Freud lo caracteriza en “La interpreta- za con la vivencia de satisfacción que deja en el niño la primera experien-
ción de los sueños” como fuerza pulsionante (Freud, 1979 (b)). Jugando cia con el alimento. A partir de ella queda la huella mnémica que deja la
con la metáfora, puede ocurrir que el deseo inconciente principal no ten- percepción del alimento por la excitación de la necesidad. Reanudado el
ga el capital necesario para efectuar el negocio y se asocie a otros de- estado de excitación el pequeño activará la huella mnémica y repetiría la
seos capitalistas para concretarlo. Lo efectúan a partir de un pool de percepción enlazada con la satisfacción de la necesidad, cumpliendo el
capitales que oficia como campo gravitatorio para atraer ideas diurnas, y deseo de modo inmediato a través de la alucinación del alimento. Este es
“Gris es toda teoría, caro amigo, prime movimiento, una discordancia temporal entre el tiempo primero de
y eternamente verde el árbol de la vida.” la percepción y el tiempo segundo de la significación retroactiva. Es ese
Fausto, de Goethe intervalo de tiempo irreductible lo que el sujeto intenta infructuosamente
anular, tal como lo expresa Freud:
La “represión primaria”1 es la fijación que tiene lugar cuando un represen- “La regla de defensa, que no rige para percepciones, sino sólo para pro-
tante psíquico es investido por la intensidad de carga proveniente de la cesos psi, se comprende ahora mucho más fácilmente. El ir rezagada la
pulsión. conciencia secundaria permite describir en términos simples los proce-
“Este extrañamiento que el aparato psíquico realiza fácilmente y de ma- sos de neurosis” y agrega “(¡sic!)”.4
nera regular respecto del recuerdo de lo que una vez fue penoso nos No es para menos. Acaba de descubrir todo el problema de la temporalidad
proporciona el modelo y el primer ejemplo de la represión psíquica {esfuer- subjetiva: la imposibilidad de atrapar el instante perdido de la percepción.5
zo de desalojo psíquico}.”2 “[…] la existencia de un tesoro de recuerdos ¿De qué depende que aquello resulte admitido y olvidado o por el contra-
infantiles sustraídos desde el comienzo al Prcc pasa a ser la condición rio reprimido?
previa de la represión.”3 Lo traumático está en exceso, es una excitación que rebasa la protección
Si leemos esta operación como única y definitiva -que lo es- pero la aisla- antiestímulo y constituye la ocasión inmediata de las represiones primor-
mos del factor tiempo, entonces concebimos esta represión primaria diales; retiene restos de percepción sensoriales – lo visto, lo oído – que
como lo que hay que suponer necesariamente, la condición previa de la no han podido significarse siguiendo el derrotero que hubiera posibilitado
represión dada de una vez y para siempre en el origen. su olvido. Porque según lo postulado desde el “Proyecto de Psicología”,6
Sin embargo, si incluimos el tiempo -como efectivamente ocurre- esta cuanto más a menudo se lo recuerde, tanto más inhibido resulta el des-
condición pasa a ser lo que está en permanente tramitación. Es el “im- prendimiento de afecto.
passe” mismo que se abre con cada nueva percepción. El yo “aún” no Sin embargo, en la “Carta 52” Freud advierte que a menudo nos empeña-
discierne eso como nuevo y distinto, se anoticiará “recién” cuando pueda mos en vano contra recuerdos de máximo displacer, que se nos imponen
significarlo. Así, esta condición es causa del trabajo psíquico de manera una y otra vez. Esta constatación contradice el principio de evitación del
inacabada y constante, exigiendo nuevas tramitaciones. Ese trabajo im- displacer, salvo que admitamos que esa insistencia expresa el reiterado
BIBLIOGRAFÍA
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“Es una historia natural del dolor, que se resume así: querer sin motivo, sufrir al sentimiento inconsciente de culpa, expresión de la tensión entre el yo
siempre, luchar de continuo y después morir…Y así sucesivamente por los y el ideal del yo, que manifiesta la crueldad del superyó.
siglos de los siglos, hasta que nuestro planeta se haga trizas.”1 Se genera entonces esa necesidad de castigo como otra forma de satis-
Arthur Schopenhauer facción, generando un goce en el sometimiento, en todas sus equivalen-
cias que se conceptualizan en el más allá del principio del placer. En este
La oferta de la OMS, que define a la salud mental como el estado óptimo texto Freud nos va a decir que la pulsión de muerte que actúa en el inte-
del beneficio psíquico, social y físico propone para la psiquiatría, psicolo- rior, es idéntica al masoquismo, y este modo de masoquismo es entendi-
gía y afines como cuestión fundamental responder a esta oferta de bien- do como una ligadura entre Eros y la pulsión de muerte.
estar en la sociedad industrializada. También Freud nos va a decir que son provocadores de las mismas conse-
Sigmund Freud plantea en su texto de 1924 “El problema económico del cuencias el sadismo del superyó que el masoquismo del yo, que se realiza
masoquismo”, contemporáneo al segundo dualismo pulsional, al maso- en la necesidad de castigo como ligazón erótica entre el yo y el superyó. En
quismo como originario, constitutivo, hecho que lo lleva a repensar su donde la paradoja va a ser que a mayor renuncia de lo pulsional, mayor
teoría, el hombre ya no es gobernado por el principio de placer, entendido abstinencia de la agresión, habrá mayor sentimiento de culpa.
como la descarga del aparato psíquico. Con el masoquismo se plantea la Este planteo freudiano arma un sin salida porque si la agresión no se
búsqueda de otra satisfacción en la que desarticula el ordenamiento que exterioriza, se incrementa el sentimiento de culpa, pero si se actúa se
el principio del placer había hecho consistir. El principio de placer no es complica el lazo con el otro fundado en la necesidad de amor, Freud en
guardián de la vida, no hay más posibilidad de pensar en un guardián de “El malestar en la cultura” va a trabajar la agresividad como un obstáculo
la vida. cultural en donde su rechazo puede producir tanta infelicidad como su
El aumento de la cantidad, genera una tensión que evoca un goce que realización.
nos muestra otra satisfacción. Ya la excitación sexual cuestiona que el Es consecuencia, del pasaje por el complejo de Edipo que el fantasma de
aumento de tensión sea vivido como displacentero. ser acosado, humillado, tome cuerpo como constitutivo de la subjetivi-
El superyó, heredero del complejo de Edipo, desexualizado se resexualiza dad, y su residuo sea el superyó, resultando la conciencia de culpa, como
en el masoquismo moral, el castigo se vuelve una necesidad, es primero “desdicha interior permanente”.
En otro ejemplo del mismo texto Freud nombra “al sentimiento de culpa
Podemos pensar el goce inútil para el deseo, que es lo que se cede en como lo que mueve a la autopunición”,4 que la encontramos en: la acción
ese sometimiento donde se consagra al superyó en autoridad para dedi- fallida, en la confesión, las pérdidas, entre otras cuestiones que ocasio-
carle la vida. nan diversos y claros padeceres.
El psicoanálisis tiene su prehistoria en la hipnosis, se funda y se diferen- Vuelvo a citar otro párrafo de Schopenhauer, para pensar un contrapunto
cia de ella, se puede leer en la hipnosis esta estructura donde el sujeto con el psicoanálisis:
es pasible de hacerse someter a una voz, de quedar ligado desconocién-
“[…] Los esfuerzos sin tregua para desterrar el sufrimiento no dan más
dose como objeto de esa voz y, como causa de su accionar. El psicoaná-
resultado que cambiar su figura. En su origen aparece con la forma del
lisis en contraposición a la hipnosis intenta ubicar al deseo como causa, menester, de la necesidad, del cuidado por las cosas materiales de la
desligando el actuar de la voz del otro: hipnotizador-superyó. vida. Si a fuerza de trabajo se logra expulsar el dolor desde este aspecto,
Sobre la temática de la crueldad y el sufrimiento, hay reflexiones y relatos inmediatamente se transforma y adquiere otras mil fisonomías, según las
en la filosofía, la literatura, el cine, la pintura, pero el psicoanálisis nos edades y las circunstancias, que son el instinto sexual, el amor apasiona-
permite ubicar las condiciones que dan cuenta de la sintaxis, la gramáti- do, los celos, la envidia, el odio, la ambición, el miedo, la avaricia, la en-
ca en juego, a la luz de “Pegan a un niño”, texto de Freud de 1919, pode- fermedad, etcétera. Si no encuentra otro modo de entrar en nosotros, lo
mos leer los modos donde el sujeto se vive como pegado, humillado, hace bajo el manto triste y gris del tedio y de la saciedad […]. Si se logra
apareciendo relieves para pensar la crueldad y el sufrimiento, y sólo así expulsarlo, no sin combate, vuelve a sus antiguas metamorfosis, y vuelta
modificar, por el modo discursivo el lugar de la subjetividad. Este hacerse el baile a continuar.”5
hacer daño, está ubicada muy tempranamente en la obra de Freud, ya en
“Psicopatología de la vida cotidiana”, texto de 1901, en el capítulo: “Ac- En este párrafo Schopenhauer da a ver este “baile” humano como un
ciones casuales y sintomáticas”, trabaja minuciosamente valiéndose de destino. Freud no nos habla de un destino, en todo caso el destino puede
ejemplos, donde da cuenta del propósito inconciente que tienen ciertas pensarse en “los destinos de la pulsión”, vuelta contra si mismo, trastor-
se rehúse a sufrir. De ahí la elevación en el humor en tanto hay una dis- Freud, Sigmund, “Pulsiones y destinos de pulsión” (1915), en: Obras completas, tomo XIV, Bue-
nos Aires, Amorrortu editores, 1989.
tancia con el sometimiento superyoico. El humor implica cierto repudio
---------------, “Pegan a un niño. Contribución al conocimiento de la génesis de las perversiones
con la realidad, no ser tocado por los “traumas del mundo”, pero nos sexuales” (1919), en: Obras completas, tomo XVII, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1986.
aclara que no de manera resignada, sino de modo opositor, por eso su ---------------, “El problema económico del masoquismo” (1924), en: Obras completas, tomo XIX,
Buenos Aires, Amorrortu editores, 1984.
carácter particular, ese saber hacer de la pérdida una ganancia de placer
Schopenhauer, Arthur, El amor las mujeres y la muerte, Buenos Aires, Gradifco, 2006.
como rasgo esencial. No se niega el hecho ni la pérdida, y lo esencial es
la ganancia de placer, no la broma que constituye al humor.
Respecto del carácter del humor: Woody Allen decía: que el humor no lo
hacía feliz, lo compensaba de no serlo.
A partir de este recorrido, me propongo demostrar lo diferente de la posición
frente al sometimiento ante el superyó en el masoquismo, del modo en el
humor donde se esquiva al sufrimiento y hay una ganancia de placer.
¿Existen personas mayores? Es la pregunta que se planteó una sobrevi- Desde ya que hay desarrollo y maduración en lo que al organismo se re-
viente de los campos de concentración. “Por delicadeza no me hablaban fiere pero en lo que atañe al psicoanálisis, el tiempo se escande en ope-
de los campos […] su mutismo me parecía infantil.”1 Sitúa así que la po- raciones psíquicas. Por ejemplo, en las fases de la organización genital
sición de los hombres de ignorar la muerte y el empecinamiento en hacer- -oral, anal, fálica- no se trata de poner el acento en lo lineal de la serie
se el distraído, tienen un costado infantil. Jacques Lacan extremó esta sino en lo que lo que sostiene la serie: “la castración” en su función de
posición relacionando la entrada del mundo a la segregación con el niño operador estructural.
y lo llamó “el niño generalizado”. Desde antes del psicoanálisis la pubertad era la barrera casi natural entre
Antes del psicoanálisis se sostenía que lo que separa al niño del adulto el niño y el adulto, pero de ninguna manera se accede a ser un adulto por
es el desarrollo. El descubrimiento freudiano complejiza la cuestión y en- haber pasado por la pubertad. Es en la niñez donde se juegan las eleccio-
tonces cabe la pregunta: ¿cuando se es una persona mayor desde el nes que luego en la pubertad, con el acceso al uso y ejercicio del sexo y a
punto de vista del sujeto freudiano? ¿Es luego del Edipo y vía las identifi- algunas operaciones psíquicas, estarán disponibles para el adulto.
caciones sexuales? ¿Es luego en la pubertad con la posibilidad del ejerci- La pubertad opera reeditando las elecciones infantiles luego de la resolu-
cio de la sexualidad? ción del complejo de Edipo. El desarrollo de la sexualidad, “empuja” al
Sigmund Freud introdujo etapas en el desarrollo del niño que no respon- sujeto a confirmar sus elecciones, es además la condición de posibilidad
den a ninguna cronología ni desarrollo sino a tiempos en la estructuración de pasaje del individuo a la especie.
de la subjetividad. Kant, por su parte, en su artículo: “¿Qué es la ilustra- Las operaciones psíquicas que se realizan en la pubertad son de tal mag-
ción?”, afirma que la minoría de edad es una posición. En consecuencia nitud y complejidad que no solamente pueden desarrollarse síntomas
se sale de la minoría de edad si se asume la responsabilidad de saber y como intentos del sujeto de responder a esto, sino que algunos autores
actuar por si mismo… ¿y para Freud? llegaron a plantear que en ese momento podía instalarse una psicosis
transitoria (Melanie Klein).
EL TIEMPO
Se puede pensar el acceso a la adultez desde muchos puntos de vista: ADOLESCENCIA Y SALIDA DE LA ADOLESCENCIA
médico, legal, social, pero desde la teoría psicoanalítica se complejiza la Antes de preguntarnos cómo se es un adulto sería conveniente introducir
cuestión. las preguntas sobre qué ha acontecido en la adolescencia y, sobre todo,
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Los conceptos freudianos que en su origen conmovieron el paradigma del EL LUGAR DE LA ANGUSTIA PARA EL PSICOANÁLISIS
sujeto racional de la “modernidad”, parecen recobrar su carácter subver- La problemática de la angustia atraviesa toda la obra freudiana. El autor
sivo en la actualidad. Una de las principales características de este tiem- realiza un extenso recorrido que va de la angustia como simple afecto a
po es no soportar la existencia de problemas. La palabra “conflicto” se su lugar estructural en la constitución del sujeto. Este recorrido puede
torna insoportable y todo debe ser resuelto de inmediato; en consonancia ordenarse a partir de dos virajes fundamentales: el primero se anticipa en
con esta idea se instala una lógica donde “la felicidad toda” parece ser “Más allá del principio de placer” donde la angustia se define como reac-
posible. El inicio de esta época, que recibe el nombre de “posmoderni- ción frente a un peligro. De la articulación entre angustia y peligro exterior
dad”, podría situarse a partir de las crisis ocasionadas en los discursos surge la pregunta acerca de la función de la angustia.2 En “Inhibición,
que ordenaban la vida del sujeto “moderno”. La crisis del estado de bien- síntoma y angustia” se produce la primera inversión: dos zoofobias infan-
estar y la caída de ideales, que representaban una alternativa al sistema tiles3 lo llevan a afirmar que “[…] el motor de la represión es la angustia
capitalista, dejaron al sujeto sumiso frente a la lógica del mercado; lógica frente a la castración. […] Aquí la angustia crea la represión y no, como
que instala como nuevos dioses: la moda, el espectáculo y el éxito, em- yo opinaba antes, la represión a la angustia”.4 Aparece entonces el carác-
pujando al sujeto a gozar autísticamente con el objeto de consumo. Es en ter funcional de la angustia que surge para señalar una “situación de pe-
este escenario donde la palabra va perdiendo su valor: devaluación sim- ligro”: la amenaza de castración.
bólica que en sintonía con la ruptura en los lazos sociales va transforman- Sin embargo, el segundo viraje conlleva un cambio en el estatuto del pe-
do al sujeto en su propio soberano, “[…] en un producto incierto, puesto ligro. Analizando las “neurosis traumáticas” concluye que el incremento
que ya nada externo puede dictarle su conducta, puesto que es él el en- de magnitudes de estímulo que rompen la barrera protectora, hacen in-
cargado de elaborar sus propias reglas”.1 gresar al aparato “volúmenes hipertróficos de excitación” provocando un
El discurso capitalista actual promueve nuevas modalidades de angustia. peligro de desvalimiento psíquico. El “núcleo genuino del peligro” pasa a
Se intentará abordarlas a la luz de los desarrollos que Sigmund Freud ser la perturbación económica y la angustia ya no se limita a ser una se-
realiza sobre la angustia a lo largo de su obra. ñal-afecto, sino que también puede surgir “[…] como algo nuevo a partir
de las condiciones económicas de la situación”.5
Diana Rabinovich sostiene que “el lugar de la angustia como traumática
EL DETALLE EN LA PINTURA El método Morelli2 fue el primero en la historia del arte que generó una
El detalle no tiene que ver con aquello que sobresale, salta a la vista o aproximación sistemática a los atributos de la obra de arte. Dicho método
encandila, quizá el detalle se esconde, hay que encontrarlo, o mejor, “no está basado en la creencia de que, por sobre las formas, deben resaltarse
se lo busca, se lo encuentra”. los detalles. La importancia del detalle está colocada en las manos, orejas,
El método paranoico crítico utilizado por Dalí para descubrir el detalle en vestidos, pliegues, de los mismos. Esto nos lleva a pensar en una búsque-
el cuadro de Millet -El Ángelus- que esconde al hijo muerto, permite pen- da de lo singular en toda investigación y análisis que se lleve a cabo.
sar que detrás de lo bucólico de esa escena o de un relato ingenuo se Para Morelli el concepto de “forma” había adquirido otro estatuto, la bús-
puede esconder el detalle. Así como decía Joyce en Portrait of an artist, queda del detalle en un cuadro revelaba el espíritu del pintor, es donde se
que en la misma torre de Londres se pueden encontrar las epifanías, sólo encuentra manifiesta su expresión. Entonces, ¿dónde hallarlo?, ¿en el
que hay que pasar varias veces por el mismo punto hasta encontrarlas. tratamiento que el pintor le daba a los vestidos, por ejemplo?
En el capítulo II, de “El Moisés de Miguel Ángel”1 Sigmund Freud nos ha- La mano constituyó una de las más expresivas y características partes
bla de que mucho antes de que pudiera enterarse de la existencia del del cuerpo humano. También lo fueron las orejas, el panorama detrás del
psicoanálisis se enteró acerca de “un conocedor ruso en materia de arte, objeto, la ambientación y la armonía de los colores.
Ivan Lermolieff”, quien había provocado una revolución en los museos de Casi todos los pintores tienen sus propias peculiaridades que salen de él
Europa al revisar la autoría de muchos cuadros, enseñando a distinguir sin tener conciencia de su existencia -un rasgo, un trazo-.
las copias de los originales y resaltando que debía prescindirse de la im- Alguien que se ocupó muy intensamente de la renovación del interés por
presión global, de los grandes rasgos de la pintura y centrarse, en cam- los trabajos y el método de Morelli fue Wind3 quien vio en ellos un ejemplo
bio, en los pequeños detalles subordinados. típico de la moderna actitud hacia la obra de arte -una actitud que lleva a
En el trabajo de un verdadero artista hay diferentes partes de la pintura que gustar de los detalles antes que del conjunto de la obra-, donde los libros
son características y representativas y por lo tanto de gran importancia. de Morelli están moteados de ilustraciones de dedos y orejas, cuidado-
Freud descubrió más tarde que tras el seudónimo del ruso se ocultaba un sos registros de las típicas minuciosidades que acusan la presencia de
médico italiano llamado Giovanni Morelli, quien murió en 1891 siendo un artista determinado, de la misma forma que un criminal es acusado
senador del Reino de Italia. por sus huellas digitales.
El nombre de las Jornadas, “Vigencia de los conceptos freudianos en la En el diccionario de la Real Academia Española, la palabra “creación”
clínica psicoanalítica”, nos lleva a pensar una cuestión fundamental: si está definida vía el “hacer”, es la acción y efecto de crear. Acción y efecto
los conceptos construidos por Sigmund Freud, sus “inventos”, siguen de crear una Jornada, acción y efecto de crear un trabajo escrito y, en
siendo vigentes para pensar la clínica y, por ende, para operar. Si aquello función de la problemática del fin de análisis, acción y efecto de crear una
que leemos en textos escritos hace ya un siglo sigue teniendo actualidad diferencia. Es por este último sesgo, el del fin de análisis freudiano, que
y qué nos habilita para responder que si. me propongo dar un rodeo por la cuestión de la vigencia.
Freud utiliza los recursos de su época y los transforma a una lógica origi- Leyendo a Freud en su texto “Análisis terminable e interminable” nos en-
nal, novedosa y revolucionaria. Es sabido que el término “inconciente” ya contramos con la siguiente pregunta / afirmación:
existía a esa altura, sin embargo, el inconciente como concepto psicoana- “¿Acaso nuestra teoría no reclama para sí el título de producir un estado
lítico suspende los significados que portaba en el uso de la lengua y se que nunca preexistió de manera espontánea en el interior del yo, y cuya
instaura como novedad. En ese punto, el inconciente es un invento freu- neo-creación constituye la diferencia esencial entre el hombre analizado
diano. Así, en toda la teoría vamos a encontrarnos con la necesidad de y el no analizado?”.1 (El subrayado es propio).
vaciar ciertas palabras de contenido, de aquel que nos dicta el sentido
común o la época, y reubicarlas en función de lo que Freud nos propone. Aquí aparece un término compuesto que vale la pena rescatar: “neo-
Incluso en función de cada momento de su teorización. Teniendo esto en creación”. Nombra la idea de una diferencia cualitativa y cuantitativa en-
cuenta, la pregunta es si este “edificio” conceptual -el psicoanálisis freu- tre el hombre analizado y el que no lo ha sido. Es interesante la utilización
diano- sigue siendo actual, novedoso y revolucionario. No es un tema del guión que une y a la vez separa dos términos. Une, y entonces habla-
menor dentro de una cátedra de Psicoanálisis; hace a la diferencia entre mos de una creación neo-nueva, original, producto del análisis. Y separa,
enseñar “letra muerta” o “viva” y nos remite a la problemática de repen- entonces hablamos de una creación distinta a otras (sino no se entiende
sar cómo transmitir algo del orden de nuestro quehacer en la clínica. por qué habría que aclarar y reforzar que esa creación es neo). Es proba-
También es interesante el tema de la vigencia teniendo en cuenta que esta ble que una de las diferencias a plantear sea la que el propio Freud enun-
es nuestra primera Jornada de la cátedra Psicoanálisis Freud: I. Es por lo cia; en el caso de esta creación se requiere de un acto, no se da por si
tanto, una creación novedosa, con todo lo que esto implica de actual. sola ni espontáneamente.
BIBLIOGRAFÍA
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tomo XVI, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1997.
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Aires, Amorrortu editores, 1997.
Sigmund Freud fue el traductor e introductor al alemán de una psiquiatría Las razones serán en cada oportunidad inseparablemente éticas y técni-
francesa que había descubierto los teatros de la histeria y los poderes de cas. La cura por la sugestión hipnótica se le volvió monótona y violenta,
la palabra. Por eso sus primeros escritos sorprenden doblemente por su un trabajo de practicón, donde a la variedad de síntomas se respondía
defensa y encomio, tanto de la verdad de los síntomas de las la histéricas, siempre con una y misma respuesta: una orden objetivante, una prohibi-
acusadas de simulación, como del valor genuino del instrumento de la pa- ción, que dejaba al sujeto pasivizado, sin iniciativa y sin decisión. A modo
labra -recordemos que los hipnotizadores eran tildados de charlatanes- al de testimonio podemos recurrir a lo que él mismo relata en el capítulo
servicio de la práctica médica y simultáneamente, esto me resulta notable, cuatro de “Psicología de las masas y análisis del yo”. Palabras que mues-
desenmascara la hipocresía de una psiquiatría organicista ante el escánda- tran que dicho abandono fue un verdadero acto ético-técnico de renuncia,
lo que provoca lo que, según sus detractores, pondría en peligro el libre en el sentido de “la renuncia pulsional” que abre al deseo del analista y
albedrío de los pacientes cuando ellos, responde Freud, no dudan en nar- que marca el inicio del psicoanálisis: abstinencia del ejercicio de un poder
cotizarlos con fármacos. Dura respuesta ética que tiene para nosotros que ante la presencia del obstáculo se vuelve abusivo y violento por im-
enorme actualidad. Podríamos agregar que el psicoanálisis hoy, a los here- potencia y desconocimiento de los poderes en juego y que para el psicoa-
deros del organicismo y del milagro psicofarmacológico les parece dema- nálisis son dignos de interrogación.
siado largo, cuando se trata, para los administradores de fármacos, de Dice Freud:
medicar a los pacientes, liquidado el sujeto, para toda la vida. “[…] la sugestión sería un fenómeno primordial. Por tal la tiene en efecto
Suele decirse que Freud abandona la sugestión hipnótica porque los sínto- Berheim, de cuyo arte asombroso fui testigo en 1899. Pero bien lo recuer-
mas retornaban. Sería más próximo a la verdad si agregáramos que al re- do, ya en esa época sentí una sorda hostilidad hacia esa tiranía de la
tornar requerían una repetición del método y que con la repetición se pro- sugestión. Si un enfermo no se mostraba obediente, le espetaban: «¿qué
ducía un efecto negativo e indeseado. Es que los pacientes quedaban hace usted, pues? Vous vous contre-suggestionnez!». Me dije entonces,
que eso era una manifiesta injusticia y un acto de violencia. Sin duda al-
“habituados” al método y a la persona del hipnotizador. Efecto paradójico,
guna, el sujeto tenía derecho a contra sugestionarse cuando se intentaba
una cura que prometía curar no solo síntomas neuróticos sino adicciones
someterlo con sugestiones. Por eso más tarde mi resistencia tomó el
como la morfinomanía, la cocainomanía, el alcoholismo, etcétera, producía sesgo de una rebelión frente al hecho de la sugestión, que lo explicaba
una nueva dependencia adictiva, ahora a la autoridad del hipnotizador. todo, se sustrajera ella misma a la explicación”.
BIBLIOGRAFÍA
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---------------, “Análisis terminable e interminable” (1937), en: Obras completas, tomo XXIII, Buenos
Aires, Amorrortu editores, 1994.
El cuerpo teórico freudiano ha sido parcialmente reformulado a la luz de comanías, anorexias) a los síntomas “del mismo lazo social” en su cara
los nuevos desarrollos linguísticos, matemáticos y topológicos, pero su positiva e inventiva. Los ubica como los nuevos esfuerzos por reinventar la
hueso se conserva totalmente y sólo se ha podido avanzar a partir de él. diferencia, para ir contra ese régimen. ¿Y qué coloca en ese lugar?
Más aun, afirmo que la ética que orientó su construcción debería seguir Justamente a la Histeria, la gran excluida del DSM IV, manual diagnóstico
guiando nuestra clínica, ya que mantiene totalmente su vigencia. que responde a los intereses del mercado hoy, el de los laboratorios. Las
Considero que es el hecho de mantenerse fiel a una ética lo que llevó a histéricas/os promoviendo a pequeños líderes, gurues, etc , como defen-
Freud a abrir las grietas de la razón moderna, aun sin proponérselo. Su soras de causas, a veces nimias, a veces perdidas, otras no, pero de to-
tiempo, el del “Progreso”, el de la Ciencia, podemos sintetizarlo en rela- dos modos causas que no dejan de desafiar, desenmascarar o poner en
ción al padecimiento subjetivo, como el de la tensión entre el Ideal y las entredicho al amo, en este caso, al amo actual.
pulsiones. Freud no elige promover la vía del ideal, de la civilización, ya La misma Histeria que en aquel fundacional momento hace surgir al psicoa-
que eso favorecería la multiplicación o reforzamiento de las satisfaccio- nálisis en el punto en que Breuer abandona la partida y Freud toma la pos-
nes sustitutivas, y más aun, la ferocidad del Superyo. Tampoco apuesta ta. El encuentro de la histeria con Freud, es el de la resistencia de ellas a
como tarea del análisis, por la satisfacción directa, liberalización sexual ser sugestionadas, el de la posición de Freud, que sólo en apariencia es
de la que se lo acusó para denostarlo. El neurótico no necesita permiso una posición de amo, ya que lo vemos aprendiendo de ellas, y el del resul-
para disfrutar, ya que eso lo aliviaría de la responsabilidad frente a su tado, en el que el amor se expresa por la entrega de un saber hacia ése
deseo y su modo de satisfacción. Es decir que para él, no se trata de li- que no retrocedió ante ese efecto que lo implicaba. Ese encuentro los mo-
berar al sujeto de esa tensión, eso bien lo sabe hacer el neurótico con un difica a ambos, él pasa de médico a analista, ella de enferma a investiga-
alto costo, sino de enfrentarlo a ella. dora. Ese encuentro también los inventa a ambos, y al discurso que los
Acerca de la actualidad, y su correspondiente malestar mucho se ha dicho, llevará al dispositivo del análisis. A producir ese otro que su continuador
pero me parece interesante la forma en que C. Soler la define. Época del más fiel, Jacques Lacan formalizará como el discurso analítico.
“impulso hacia lo mismo”, o en otros términos la del “régimen del narcisis- Digo fiel en el sentido estricto que le da Badiou, cuando habla de la fide-
mo cínico”. Desde ahí hace una suerte de clasificación de los síntomas lidad a una verdad, una verdad efecto de un acontecimiento. Aquí, el
predominantes, que va desde los que llama “disidentes” (depresiones, toxi- “acontecimiento-Freud”.
“[…] hacer saber cómo lo menos pensado es origen nos captura y allí situamos un hecho o un acontecimiento; luego
en uno mismo resultado de un cálculo […].” sobre eso echamos un manto de olvido, lo oscurecemos. Así creemos
Eric Laurent, “¿Conoce usted a Lacan?” que “hubo una vez....”.
Para el caso de un dispositivo, además de creer en eso, sería bueno decir
INTRODUCCIÓN algo acerca de lo que implica un dispositivo. Inicialmente, se le podrían
En el marco de lo que se denomina la formación del analista, la supervi- suscribir tres características para aproximar un esbozo de definición. Es
sión o control como la conocemos hoy, es el nombre de un dispositivo de algo contra-natura; implica un mecanismo y hace falta.
larga data cuya vigencia se relaciona tanto con la clínica como con la po- Volviendo al terreno de la creencia, vayamos a algunos de nuestros ante-
lítica freudiana. cedentes.
Supervisión o control -traducción del francés- se remonta a los primeros En primer término, ubiquemos a Max Eitingon, tal como nos lo cuenta
encuentros de Sigmund Freud con sus analizantes y con aquellos que in- Peter Gay en la biografía de Freud. En el año1907 fue a Viena1 “para rea-
quietos por su práctica esperaban de Freud cierta orientación. lizar una consulta acerca de un paciente no tratable y permaneció allí
Ya por entonces, los efectos del psicoanálisis llevaban al practicante que durante dos semanas”. Su relación con Freud se estableció en el marco
se comprometía en él a acudir a Freud. de lo que el autor llama una amistad que incluyó “[…] unas cuantas ‘se-
Tomaré como puerta de entrada este aspecto en la formación del analista siones’ de análisis muy poco convencionales” que consistían en paseos
que me conducirá a través de un recorte arbitrario, desde los anteceden- por Viena de manera informal, que Ernest Jones, calificó como el “primer
tes hasta cierta conclusión provisoria, con relación a los usos posibles de análisis didáctico”.
este dispositivo, en el marco del contexto interdiscursivo en el que el psi- Helen Deutch, analizante de Freud primero, luego formada en Berlín junto
coanálisis hoy se despliega ampliamente en lo que denominamos: su a Karl Abraham, durante la floreciente década del 20 cuenta en su artícu-
aplicación. lo “Analyse sous contrôle” (“Análisis de control”) que lo considera esen-
cial en la enseñanza del psicoanálisis. Para la autora es una tarea ardua,
CREENCIA EN EL ORIGEN en la que el supervisor o el representante responsable del instituto, es el
Tenemos la tendencia a creer que hubo una vez un inicio. Una idea de que debe informar de las aptitudes del candidato. Por aquel entonces,
BIBLIOGRAFÍA
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Laurent, Eric, “¿Conoce usted a Lacan?”, en: AA.VV., Lettre mensuelle Nº 114, Buenos Aires,
Paidós, 1992.
UNA POSICIÓN: “ÉTICA” sus propias expectativas o inclinaciones. Pero eso, justamente, es ilícito;
La abstinencia definida en términos freudianos consiste en negar al pa- si en la selección uno sigue sus expectativas, corre el riesgo de no hallar
ciente lo que este demanda. Sigmund Freud invita a que el analista evite nunca más de lo que ya sabe; y si se entrega a sus inclinaciones, con toda
toda actitud íntima con el paciente, ya que la relación médico-paciente no seguridad falseará la percepción posible.”3
Encontramos en los “Escritos Técnicos” -o como bien los llama Osvaldo EL BENEFICIO DE LA NO COMPRENSIÓN
Delgado “Escritos éticos”-2 que Freud sienta las bases sobre la tarea del En el texto “Lo inconciente” (1915) Freud se ocupa de la noción de com-
analítico dejando en claro que se opone a la fijación mecánica de una prensión, concepto que posteriormente será retomado y trabajado en pro-
regla. Es decir, no se trata de hacer de las reglas técnicas un ritual. Múl- fundidad por Lacan.
tiples referencias dan cuenta de la posición ética de este autor, “Psicológicamente más correcta es, empero esta descripción: Sin una
“Tan pronto como uno tensa adrede su atención hasta cierto nivel, empie- reflexión especial, atribuimos a todos cuantos están fuera de nosotros
za también a escoger entre el material ofrecido; uno fija un fragmento con nuestra misma constitución y por tanto también nuestra conciencia; y
particular relieve, elimina en cambio otro y en esa selección obedece a esta identificación es en verdad la premisa de nuestra comprensión.”4
BIBLIOGRAFÍA
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tomo XII, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1991.
Desde que Sigmund Freud cuestionó la certidumbre del sujeto moderno Desde que existe lo humano existe la locura, desde que existe una forma
introduciendo la no identidad entre psiquismo y conciencia, se viene de concebir el mundo existen sujetos que no comparten esta construc-
anunciando la muerte del psicoanálisis. No es de extrañar que en nues- ción. Esto tiene que ver con que lo que nosotros creemos que es el mun-
tros tiempos esta costumbre siga estando presente. Desde diferentes do desde nuestra perspectiva neurótica se basa en la suposición de que
sectores del campo de la salud mental, e incluso a veces desde sectores este mundo es así para todos. Por ende, este mundo y la experiencia que
ajenos a este campo, se critica al psicoanálisis más o menos amigable- tenemos sobre él son “intercambiables”. Sobre esta creencia reposa la
mente pero siempre en la misma tonalidad: aquella que insiste en que el realidad, en ella se funda. Quienes tácitamente comparten esta construc-
psicoanálisis es “ineficiente”, por hacer perder tiempo a la gente, por no ción están invitados a formar parte del mundo, de la realidad que lo so-
curar a nadie, por ser una abstracción intelectual que poco tiene que ver porta. Pero en nuestra práctica diaria nos encontramos con sujetos que
con la “verdadera naturaleza humana”. no comparten esta perspectiva, sujetos que habiendo caído en el abismo
No hace falta ir demasiado lejos para darse cuenta de que detrás del del fin del mundo,2 reemergen de esta experiencia trayendo consigo un
“rigor científico” en el cual pretenden inmunizarse quienes disparan estas nuevo mundo sostenido ahora en el delirio.
flechas se encuentra en realidad, lo que Freud advirtió ya en 1915:1 los El lugar que se les ha dado a estos sujetos a lo largo de la historia fue
prejuicios estéticos y morales, los prejuicios intelectuales y el desconoci- variando según los tiempos y las geografías: mensajeros de los dioses,
miento absoluto de la teoría psicoanalítica, a lo que habría que agregar, encarnaciones del demonio, testigos de un estado anterior, héroes, crimi-
sin excluir estos factores, otros que no estaban presentes en la época de nales, objetos de estudio... Y en proporción directa con los lugares que se
Freud: los intereses económicos. les fueron asignando se fueron construyendo formas de abordar su pade-
Pero el énfasis está puesto en la “eficacia” y por ello debemos responder cimiento, formas de tratarlo.
desde nuestro discurso pero sin olvidarnos de ella. Intentaremos hacer Y en este punto aparece “la” pregunta. La pregunta fundamental, la que
un aporte a esta discusión desde nuestra perspectiva: la de la práctica nuestra práctica diaria nos autoriza a hacernos: ¿existe alguna rama del
del psicoanálisis aplicada al tratamiento de las psicosis en el dispositivo conocimiento occidental, ya sea científico, ya sea religioso, ya sea del más
de Hospital de Día Vespertino de un hospital público: el Hospital General común de los sentidos comunes; existe alguna teoría que pueda abordar el
de Agudos Dr. Teodoro Álvarez. tratamiento de las psicosis de forma más eficaz que el psicoanálisis?
BIBLIOGRAFÍA
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INTRODUCCIÓN: A MODO DE PREGUNTAS Es desde el chiste que trabajará también las modalidades del humor y lo
Mediante este escrito intentaré transmitir algunas reflexiones surgidas cómico diferenciándolas entre sí y ubicando sus coincidencias.
del trabajo con grupos de pacientes psicóticos con distintos grados de Una de las diferenciaciones principales entre el chiste, el humor y la co-
estabilización, donde lo gracioso, desde sus diversas fuentes y con sus micidad reside en la fuente de ahorro proveedora del placer que se gana:
distintos efectos, demandaba un interés cada vez mayor para pensar la “El placer del chiste nos pareció surgir de un gasto de inhibición ahorrado,
clínica. el de la comicidad, de un gasto de representación (investidura) ahorrado,
Hablo de lo gracioso incluyendo en este significante todas las agudezas y y el del humor, de un gasto de sentimiento ahorrado.”1
ocurrencias que surgen del uso de ciertas modalidades del aparato aní- Aun siendo esta texto un de los que menos correcciones y modificaciones
mico como ser: el chiste, el humor y la comicidad, junto con la ironía. sufrió dentro de su bibliografía, Freud va a continuar con estas reflexiones
Es así que plantearé a modo de interrogantes que atraviesan este trabajo en el escrito, veintitrés años posterior, titulado “El humor”. Desde aquí va
las siguientes preguntas: ¿puede haber chiste en la psicosis?, ¿desde a proponer que así como el chiste sería la contribución que lo inconciente
que lugares posibles se genera el efecto risa en esta estructura?, ¿puede presta a lo cómico, el humor sería la contribución del superyo en esa
pensarse a lo gracioso como instrumento táctico para una estrategia de misma dirección.
trabajo en la clínica de las psicosis? Más allá de las diferencias entre estos tres fenómenos de la vida aními-
ca, se podría pensar que desde su estructura se agrupan, para así distin-
RASTROS DESDE LA TEORÍA guirse de otro de los mecanismos que incluyo dentro de lo gracioso: la
En la obra “El chiste y su relación con lo inconciente”, escrita en el año ironía; aunque todos puedan provocar risa.
1905, Sigmund Freud trabaja el chiste, ubicándolo como otra de las vías Esta diferencia estructural se puede pensar desde la siguiente cita del
para pensar las formaciones del inconciente, continuando en la misma trabajo de Jacques Alain Miller, “La ironía”:
dirección iniciada en la interpretación de los sueños. “El humor se inscribe en la perspectiva del Otro. El dicho humorístico se
profiere por excelencia en el lugar del Otro. […] La ironía, por el contrario,
BIBLIOGRAFÍA
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“[…] hay que hacer justicia al psicoanálisis porque no trata de jugar con esta presan: “no es el mismo, no lo vemos bien… dice cosas que no coordina,
dimensión de la sugestión ni de la creencia ni de la confianza; tampoco de la lo atribuye todo a lo físico pero no tiene nada… parece que entiende pero
dirección de lo que uno llama paciente. Si fuera así, el psicoanálisis habría no, sólo le interesa el play station, no duerme, no habla con nadie de la
desaparecido hace mucho de este mundo, como ha sucedido con ciertas casa, tiene ideas raras, no acepta un no.”
técnicas que jugaban con este aspecto humano”
En la primera entrevista N dice “me broto cuando voy a la escuela… no
Jacques Lacan, Discurso de Tokio (1971)1
se puede hacer gimnasia se rompe el cuerpo… me muero me falta el
aire… me duele el brazo…. No me acuerdo matemáticas se me olvida…
PRESENTACIÓN DEL TRABAJO tengo miedo que se me corte la pielcita del pene”. Agrega “¿y si me mue-
Les presento en esta Jornada una posible propuesta teórica-clínica, para ro? Me falta el aire… una voz me dijo que si no voy a un colegio normal
interrogarnos sobre la vigencia de los conceptos freudianos en el queha- soy un bobo, y eso me pone mal, tengo que dar matemáticas”. Cuando se
cer institucional (consultorios externos y hospital de día) en nuestra clíni- intenta de relativizar este imperativo que lo atormenta, desde su extran-
ca actual. A partir del escrito freudiano de 1924 “La pérdida de la realidad jeridad da cuenta de un pasaje de ida sin retorno, atemporalidad que no
en la neurosis y la psicosis” les expondré: “Un dibujo japonés”. advierte.
La estructura psíquica se desestabiliza al momento de tener que presen-
VIÑETA CLÍNICA tarse a un examen de matemáticas en noveno año -meses antes de la
Un joven de 16 años, a quien llamaremos N, acude con sus padres grave- primera consulta- evaluación a la cual no concurre. Hasta esa fecha N era
mente descompensado a la institución CAMPI (Centro Asistencial Médico un alumno con excelentes promedios en las asignaturas -en particular en
Psicológico Integral), de Ramos. El tratamiento transcurre durante cuatro matemáticas-. Señalan que en la escuela se comportaba por momentos
años, lapso en el cual se ha ido modificando los dispositivos y las manio- negativista, caprichoso, pero que no afectaban su rendimiento escolar.
bras en la dirección de la cura. Se produce la descompensación de la estructura y el desmantelamiento
1) Inicio del tratamiento. Los padres se presentan muy angustiados ex- subjetivo, por efecto lo poco de sujeto se desamarra y lo arroja huérfano
“Volverán las oscuras golondrinas Delgado, Osvaldo, “Hospital de Día y dispositivo analítico” (1999), en: AA.VV., Los bordes en la
clínica, Buenos Aires, JVE ediciones, 2007.
en tu balcón sus nidos a colgar,
AA.VV., Inconciente y pulsión, Buenos Aires, Letra Viva, 2007.
y, otra vez, con el ala a sus cristales Roudinesco, Elisabeth, capítulo 1: “La derrota del sujeto”, en: ¿Por qué el psicoanálisis?, Bue-
jugando llamarán; nos Aires, Paidós, 2000.
pero aquellas que el vuelo refrenaban Bécquer, Gustavo, Rimas, artículos y leyendas, Rima XXXVIII y Rima LIII, Buenos Aires, Difusión.
“Hay mucho lugar aquí. lo previsible, este “saber” con el que uno se acerca. Se trata de un espacio
Se podría construir una centena de talleres.” que obliga a abandonar “los bancos de la escuela”, y para abarcarlos hay
Cartas de Van Gogh a su hermano Theo que interrogar “la larga cocción metafísica de la ciencia en la Escuela”.1
Esto significa experimentar qué pasa cuando no se puede “situar una de-
El dispositivo de los talleres en el Hospital Tiburcio Borda es llevado a manda”, no se sabe si la transferencia “está instalada”, etcétera. Todo
cabo con la participación de pacientes crónicos, en general con largos para darse cuenta de que inicialmente se trata de ponerle el cuerpo, más
períodos de internación y en algunos casos sin ningún contacto con el específicamente ponerle el oído y dejarse habitar por estos sujetos, produ-
exterior. Estos pacientes no reciben visitas y rara vez salen de las insta- cidos y productores del lenguaje en manera singular. Pensamos que esto
laciones del hospital, ya que generalmente no tienen familia ni amigos es a lo que Lacan se refería con “no retroceder frente a la psicosis”.
que los quieran recibir. Son pacientes portadores de diagnósticos de las La presencia-ausencia del Otro nos pone a trabajar frente a algo para lo
más diversas formas de esquizofrenia y demencia, autismo y debilidad cual no hay explicación, y que ya Freud había identificado en este juego
mental -según los criterios del DSM IV-. del carretel donde observa jugar a su nieto.
En este contexto se han organizado varios talleres: el de arte, dos de
juegos, el de expresión corporal y el de lecturas de diarios. Tanto la coor- LA ÉTICA DEL PSICOANÁLISIS Y EL FENÓMENO PSICÓTICO
dinadora como los colaboradores tienen como punto de partida el psicoa- EN LA ENSEÑANZA DE JACQUES LACAN
nálisis y su ética, conviviendo dentro del servicio con el discurso psiquiá- Por síntoma entendemos un grano de arena que es recubierto por senti-
trico y otras formas de intervención propias de un ambiente institucional dos que lo constituyen en perla.2 Esta es la imagen con la que Freud
complejo. metaforiza este real del síntoma. Sin embargo, debemos esperar a los
Esta experiencia que se ofrece gana toda su dimensión y excede la teoría, aportes de Lacan para poder hablar de “real” en tanto que aparece algo
MESA DE TRABAJOS LIBRES. NUEVOS DISPOSITIVOS [ 210 ]
que falta en lo simbólico. Falta del significante que nos define en tanto “invento”8 en su calidad de mediador de un goce invasivo y desde su ca-
sujetos concebidos en este deseo del Otro. Seres que desde nuestro pacidad de desprender sentido. Se trata de varios “caminitos”9 hacia una
comienzo sólo nos constituimos allí donde no estamos, donde no somos verdad singularmente subjetiva.
y donde no hay garantías, o mejor dicho, sólo hay garantías de nada: La Estos parlantes seres deberán emprender este camino que mucho tiene
alienación básica del sujeto humano en tanto ser parlante. Se trata enton- de mediatizar un goce, encontrar sentido en algo que no es más que una
ces de arreglárselas con esto que mal anda y como psicoanalistas “abrir falta, un agujero; y donde de lo que menos se trata es de comprender
los ojos ante la evidencia de que nada es más disparatado que la realidad “reforzando entonces la dificultad de penetrarlas con una reticencia pro-
humana.” 3 vocada no sin fundamento en el sujeto”.10
Podría decirse que en los talleres realmente vemos la trascendencia y la Es aquí donde, como psicoanalistas, ocupamos la posición que nos es
magnitud de lo que Freud planteaba en tanto la falta de naturalidad del propia: este recorrido en el que acompañamos y recibimos el testimonio
encuentro humano -y con Lacan retornando a Freud- mediado por lo simbó- de la construcción de estos inconcientes a cielo abierto, de la invención
lico.4 Esto produce efectos singulares en sujetos de estructura psicótica: de un “encadenamiento” posible y soportable.
“Ahí donde lo que retorna lo hace por fuera de la mediación de lo simbóli-
co, se la sustituye por un pulular, una proliferación imaginaria y profunda- LOS TALLERES, ¿UN ESPACIO PSICOANALÍTICO?
mente a-simbólica.”5 ¿Podemos hablar de un espacio psicoanalítico aquí? Habrá que estar
atento a las palabras y efectos que nos “sorprendan”: “¿Nos van a privar
En la psicosis la mortificación del humano parlante se muestra en un ar- de leer el diario?” ,“Desde que voy al taller de expresión corporal me cre-
duo trabajo de reordenamiento de significantes. cieron las piernas.”, “Tengo que acompañarlos a ustedes y volver rápido
En base a lo planteado podríamos entonces entender al fenómeno psicó- al servicio para que todo marche bien.”, “Cuando se dibuja no se habla.”,
tico como: “Si no creés la violencia quedate en tu casa, tomá mate y no salgas”, “El
“La emergencia en la realidad de una significación enorme que parece gorro de Racing me protege de que me lean la mente”, “¡Te bendigo! Por-
una nadería -en la medida que no se la puede vincular con nada ya que que a las chicas no se las muerde”, “Gracias por venir”. Son algunas de
nunca entró en el sistema de simbolización- pero que en determinadas las expresiones con las que salen a este “encuentro”. Hacer circular esta
condiciones puede amenazar todo el edificio.”6 palabra en tanto que no lo somos ni lo tenemos, para constituir un lazo,
adonde ellos son los que interpretan y testimonian.
De aquí se desprenden entonces los fenómenos de significación que le Parecería que, si bien no operamos sobre estos inconcientes a cielo abier-
son propios: la certeza psicótica, la autorreferencia, la disgregación del to, nos prestamos en tanto hay algo que circula, que encadena en un sen-
cuerpo, la iniciativa del Otro, el testimoniar de estas experiencias, la sig- tido de límite, de reglas y limitaciones que se producen en esta dialéctica
nificación de significación. Este real hará trabajar al sujeto para urdir donde lo que intercambiamos son palabras por parte de ellos y silencios
aquello que le retorna en forma invertida.7 El sujeto deberá abocarse a un por parte nuestra: nada más y nada menos. “Este deseo de deseo en el
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“Por cierto que de este mundo no podemos caernos, reflexionando acerca de la vigencia de “El malestar en la cultura”, no sólo
estamos definitivamente en el.”1 en lo que hace a los conceptos elaborados en aquel texto, sino en la im-
portancia de recobrar una lectura de Freud donde lo social tome un rol
Maón Tipulí significa “Morada Terapéutica” en hebreo. Es el nombre pro- preponderante.
pio elegido por los integrantes del primer taller de un dispositivo que Maón Tipulí es un espacio terapéutico conformado por varias áreas: Talle-
empieza a funcionar a fines del 2006. En este texto haremos un recorrido res terapéuticos de arte, Área legal, seguimiento individual, familiar e in-
a través de los diferentes atravesamientos que articulan nuestra praxis: terinstitucional. La lógica que permitió su construcción es la del Hospital
el trabajo, el arte, la religión, intentando resaltar la vigencia de los con- de Día. Es un lugar de circulación abierto donde los espacios están orga-
ceptos freudianos en la clínica contemporánea. nizados principalmente en base a Talleres de producción, hasta el mo-
Proponemos para comenzar una cita de Osvaldo Delgado, a quien agrade- mento artísticos. Pero la particularidad de este espacio es que, si bien se
cemos su colaboración en la construcción de este proyecto, como tam- inspira en el dispositivo de Hospital de Día, no funciona en un hospital.
bién a Ernesto Pérez, a Norma Fantini, a Diana Campolongo y a Mario Esto que parece un juego de palabras veremos que signa el espíritu y la
Goldenberg, cada uno ha hecho sus profundos y generosos aportes. proyección de la propuesta. Maon Tipulí es un dispositivo clínico que fun-
Osvaldo Delgado dice “ciertos efectos que produce el desencadenamiento ciona en una institución perteneciente a la comunidad judía que brinda
del discurso capitalista en el campo de la salud mental, hacen emerger fi- diferentes servicios: actividades religiosas llevadas a cabo por un rabino,
guras y problemáticas psíquicas inéditas (los efectos de marginalidad, vio- prestaciones otorgadas desde el área social, entre otros servicios de
lencia y segregación, son algunas de ellas)”. En el campo de la psicosis características gratuitas. Sin embargo, el objetivo último de la institución
estos efectos parecen profundizar el aislamiento y la falta de entramado continua siendo el acercamiento de la religión a quienes son parte de su
social. Es en este contexto donde Maon Tipulí se propone como una inter- comunidad, más allá de los modos particulares de práctica que cada uno
vención no sólo en el campo singular, donde cada participante puede ins- sustente.
cribirse, sino en el campo social en su conjunto. ¿Cómo abordar el trabajo Escribiendo estas líneas, y antes de ahondar en las particularidades de
con la psicosis en el campo de la salud mental de nuestros días? nuestra propuesta, quisimos rastrear la etimología de la palabra “religión”.
A la hora de articular estas líneas pensamos que debíamos comenzar Ella viene del latín religión. Religio viene del verbo religare formado de re (de
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El quehacer actual del analista presenta intersecciones con otros cam- desde la incertidumbre: el lazo padre-hija anuda legalidad y función pater-
pos. En mi práctica la intersección es con el campo de la justicia. na. Es decir, por un lado la legalidad de la filiación dando a una hija el
Esta presentación reflexiona sobre la posición ética del analista cuando apellido, y por el otro, en simultaneidad ser padre es una función que en
la escena analítica comienza a partir de una demanda de intervención de Freud y desde “Tótem y tabú”, aparece como función simbólica.
un padre ante la justicia. La intervención girará en torno a una pregunta Por otro lado, esta situación plantea otro tema que es del derecho a la
que en la obra de Sigmund Freud no tiene una única respuesta: ¿qué es identidad. Para la justicia, identidad y paternidad, quedan reducidas al
un padre? Cuando comienzo a intervenir a pedido del padre es para que ADN. Sobre el tema del derecho a la identidad y después de un largo y
presente un informe. Él consulta porque la justicia ha aceptado dar curso doloroso recorrido, Abuelas de Plaza de Mayo concluyó que su lucha por
a una presentación de su ex mujer quien en calidad de madre, le impugna la restitución de niños apropiados ilegítimamente por las acciones desde
la paternidad de una de sus dos hijas. Como la paternidad sólo puede ser el terrorismo de estado de la última dictadura, no se legitimaba en el ADN
impugnada por el hombre que en calidad de padre se sintiere dañado sino en la historia que le habían quitado a cada uno de esos niños al ser
ante la certeza de un engaño o por el niño/a a los 18 años, se puede apropiados por acción del terrorismo de Estado. Coincido con que la jus-
afirmar que la justicia acepta el inicio de esta causa por fuera de la ley. ticia desconoce que la identidad se juega en el seno de la historia familiar
Se plantea así una causa legal que no se sostiene en ninguna ley o sea en la que un niño es ubicado al nacer y antes de nacer. Se desconoce que
que queda por fuera de la ley. También el Asesor de Menores toma similar el deseo de cada uno de los padres, es el hilo que teje esa trama. Se
posición argumentando el derecho a la identidad de la menor. Podemos desconoce que solo así es posible que un niño/niña pueda reconocerse
señalar que en nombre de los derechos de la niña, se pone en marcha la como singularidad. Singularidad que se instituye en la diferencia con los
maquinaria de la justicia produciendo una particular dialéctica: hay dere- otros integrantes del grupo familiar.
chos que se van a defender por fuera de la ley. A esta situación la pode- En esta presentación, Guillermo “impugnado como padre” comienza a
mos formular bajo la expresión “derechos sin ley”. abrir un espacio de trabajo terapéutico con esta marca: un padre no es el
Como ya dije, mi intervención comienza por la vía de informes que ubican progenitor. “Soy el padre de mis dos hijas y estoy luchando por ellas”.
desde el comienzo que la paternidad no es tema del avance científico Conviene situar que previa a mi intervención había transcurrido más de
donde el ADN da la certeza a una función que solamente puede ejercerse medio año y que en ese tiempo hubo una separación de la pareja que
Este escrito presenta el primer tramo de un trabajo de investigación en el volver presente algo a alguien bajo la forma de un sustituto o recurriendo
marco de las actividades del Área de “Arte y psicoanálisis” dentro de la a un artificio.
cátedra Psicoanálisis Freud: I. El objetivo de dicho trabajo es recorrer la w Idea, imagen o figura que sustituye a la realidad
obra freudiana tratando de ubicar los aportes que Sigmund Freud hace al En la idea clásica de representación la imagen o figura se apoya en la
debate de su época sobre el concepto de representación y la idea de impresión sensible estableciéndose una correspondencia biunívoca entre
realidad que lo sustenta. el objeto de la realidad y la figura del objeto. Allí se articula la noción de
Podemos considerar vigente ese debate en la época actual, época donde mimesis.
imperan ciencia y técnica al servicio de la lógica del mercado haciendo La Vorstellung (representación en alemán) aparece en Freud desde sus
del mundo imagen e información, en el que pareciera que todo debe vol- primeros textos. Con Herbart la psicología de la época había incorporado
verse presencia visible, calculada y planificada. Se hace necesario en el término haciendo de él una entidad psíquica aparte, célula elemental
este contexto sostener la pulsión como concepto fundamental freudiano, de la vida psíquica. Pero también desde el inicio Freud se topa con algo
que introduce en el debate sobre la representación de la realidad lo “in- que es de un orden diverso a la representación y que lo lleva a formular
calculable”, propio del sujeto del inconciente. en su exposición sobre las neurosis de defensa una “hipótesis auxiliar”:
Si Freud conmueve la idea de una representación única, unívoca de la se hace necesario incluir como parte de la vida psíquica una cantidad o
realidad, no es para habilitar la posibilidad de cualquier realidad tal como suma de excitación que se desplaza por las representaciones. El contra-
la época nos empuja a creer. Se trata para cada sujeto de la producción punto y la disyunción entre representación y factor económico, está insta-
de una realidad cuyo soporte es lo irrepresentable: la pulsión. lado desde el comienzo de la obra.
El término representación incluye entre sus diversas acepciones: En “Pulsiones y destinos de pulsión” Freud define a la pulsión como “un
w Acción y efecto de representar. Ser imagen o símbolo de algo. Acción de representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del
MESA DE TRABAJOS LIBRES. ARTE Y PSICOANÁLISIS [ 224 ]
cuerpo”.1 Luego, en “La represión”, habla de “agencia representante psí- unas historias inventadas. A nosotros nos parece que la realidad difiere
quica de la pulsión” -agencia representante-representación- y descompo- inconmensurablemente de la invención, y la apreciamos de una manera
ne lo que hasta el momento se concebía como unitario en: la representa- por entero diversa.”3
ción (Vorstellung) y algo que representa (rapresentieren) a la pulsión en
calidad de monto de afecto. Agrega Freud: este otro elemento de la agen- A lo largo de toda esta página Freud insiste en la necesidad de equiparar
cia representante “desasido de la representación ha encontrado expre- estos términos: la fantasía como invención y la realidad. Finaliza ubicando
sión a su cantidad en procesos registrables como afectos”.2 La represen- a la realidad psíquica como decisiva. Ahora: ¿cómo entender realidad
tación representante tiene un destino y el factor cuantitativo otros, uno psíquica? Freud avanza en el texto y se pregunta: “¿De dónde vienen la
de ellos es la transposición en angustia. La angustia testimonia sobre necesidad de crear tales fantasías y el material con que se construyen?
ese resto que excede a la representación. Me detengo en estos párrafos, No cabe duda de que su fuente está en las pulsiones”.4 Entonces, si la
especialmente, en el término compuesto utilizado por Freud: agencia re- fuente de la realidad psíquica es la pulsión, ¿qué lugar le queda allí a la
presentante-representación y me pregunto: ¿qué de la pulsión se repre- Vorstellung?
senta en el elemento de la representación? Y, ¿qué de este factor cuanti- Vuelvo al término compuesto utilizado por Freud: agencia representante-
tativo que aparece a lo largo de toda la obra freudiana, empujando el representación de la pulsión. Tomo aquí algunas referencias de un analis-
trabajo psíquico con las representaciones? ta francés, Guy Le Gaufey -en su libro El lazo especular, en el capítulo “La
Por otro lado si pensamos la Vorstellung articulada a la imagen de recuerdo, representación, entre imagen y cifrado”) quien destaca la importancia de
fundamentada en la impresión sensible, ya desde “Sobre los recuerdos sostener dicho término compuesto:
encubridores” se trastoca la idea del recuerdo como copia fiel de la reali- “la Vorstellung, que la mayoría de las veces ya representa algo puesto que
dad exterior o material. Al mismo tiempo que Freud sostiene la producción surge de una «imagen de recuerdo», se anuda en la ocasión a lo que de la
del recuerdo al modo de la creación literaria afirma su autenticidad y la pulsión pasó por el psiquismo bajo la forma de afecto, y esta ligazón, a su
fundamenta en los “resortes pulsionales” que alcanzan “figuración” en el vez, representa otra cosa (la pulsión), confiriendo a lo que ya representa-
recuerdo. Esta línea de elaboración continúa en la “23ª conferencia. Los ba (un recuerdo) una nueva carga de representancia que no necesaria-
caminos de la formación de síntoma”, cuando Freud plantea que en el tra- mente está en relación directa con la representación de recuerdo, la de la
bajo analítico sobre el síntoma nos topamos con vivencias infantiles, esce- Vorstellung”.5
nas, que en la mayoría de los casos no son verdaderas y a veces están en
oposición directa a la verdad histórica: Resalta que en la Vorstellung-reprasentanz Freud introduce una sutura
“Los síntomas son, entonces, ora la figuración de vivencias que realmente entre el factor cuantitativo, el esfuerzo de la pulsión, y un dato psíquico
se tuvieron y a las que puede atribuirse una influencia sobre la fijación de fijo: una representación. Pero se pregunta: “Este afecto, ¿es la prolonga-
la libido, ora la figuración de fantasías del enfermo […]. Tentados estamos ción exacta de lo que la pulsión era “antes” de suturarse con una repre-
de ofendernos por el hecho de que los enfermos nos hayan ocupado con sentación?”. Le Gaufey deja planteada la inquietud respecto a poder apre-
haciendo de los objetos materiales de la realidad solamente una ocasión ---------------, “La represión” (1915), en: Obras completas, tomo XIV, Buenos Aires, Amorrortu edito-
res, 1990.
para su recorrido. Le Gaufey, Guy, “La representación, entre imagen y cifrado”, en: El lazo especular, Buenos Aires,
Edelp.
“Un gran amor brota de un gran conocimiento del objeto amado, más realiza el mandato, más insatisfecho se halla.
y si conoces poco a este, poco o aun nada podrás amarlo” Porque lo que no anda es del orden de la sexualidad, “en el amor no hay
“Un recuerdo infantil de Leonardo”, Sigmund Freud solución. El hombre y la mujer son irreconciliables. Y es el intento conde-
nado de hacer lo imposible, repetido en cada relación, que le da su
Freud está vigente. Es la vigencia de un pensamiento que nos resulta grandeza”.2
indispensable para ubicarnos con relación al malestar actual. Además No hay relación sexual, nos dice Jacques Lacan, y es de estructura, pero
indispensable para trasmitir una experiencia que representa una posible la sublimación es justamente una salida.
salida del malestar. Freud en muchos momentos de su obra nos dice que:
Vamos a trabajar brevemente el concepto de sublimación, uno de los “[…] las mociones pulsionales perversas de la disposición sexual indife-
cuatro avatares que tiene la pulsión, como puerta abierta por Freud a una renciada del niño, pueden ser sofocadas por represión o cuya vuelta (Wen-
posible salida del malestar actual. Trabajaremos la sublimación en sus dung) hacia metas más elevadas, asexuales, su sublimación, es la fuerza
relaciones con la creación por el arte y con el acto analítico. motriz de un buen número de logros culturales”.3
“Es necesario ver que Freud reserva el lugar de la sublimación. Todo lo que
es cultura funciona de manera frontal con la pulsión. La posibilidad que él Pero, ¿que entendemos por sublimación? Para nada habrá que confundir
llama sublimación es por el contrario la posibilidad de una satisfacción de con la idealización del objeto en el mercado, un objeto que adquiere plus
la pulsión dentro de la cultura. La sublimación es una puerta que Freud abre de valor y plus de goce, en la maquinaria infernal de la repetición de la
a la satisfacción de la pulsión que no está en oposición a la cultura”.1 insatisfacción.
¿De qué se tratará entonces esa transformación de la meta donde, de
En “El Malestar en la cultura”, Sigmund Freud nos dice que el programa todas formas, la pulsión se satisface? ¿Qué es esta vuelta -Wendung- que
del principio del placer es incompatible con el programa de la cultura, y Freud plantea?
nos da la clave de ese malestar: la renuncia al goce pulsional se transfor- Creemos que el acto analítico mismo nos brinda las coordenadas para
ma en exigencias cada vez más fuertes, porque el superyó se apropia de pensar esa transformación, junto con lo que es propio de la creación por
ese goce excluido, y lleva al sujeto a una búsqueda sin salida. Cuanto el arte.
i ( a’)
objetos simbólicos imaginarios producción neurótica
castración
i ( a’)
letra, marca = fijación de goce producción psicótica
forclusión
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Que algunas de las creaciones artísticas más grandiosas y avasalladoras mayor parte de esas interpretaciones no contribuyen a esclarecer este
permanezcan oscuras para nuestro entendimiento es para Sigmund Freud fenómeno. Lo verdaderamente cautivante es el propósito del artista ex-
una paradoja. “Uno las admira, se siente subyugado por ellas, pero no presado en la obra, al lograr que cada espectador pueda aprehenderlo
sabe decir qué representan.”3 Es lo que le ocurre con la estatua del Moi- más allá del intelecto, reproduciendo en cada uno “la constelación psíqui-
sés de Miguel Angel desde su primera visita a Roma. No puede evitar ir a ca que prestó al artista la fuerza pulsional para su creación.”6
verla una y otra vez, permaneciendo largas horas frente a la escultura, Se interroga luego, ¿es posible expresar en palabras aquello que el artis-
estudiándola, midiéndola y dibujándola. ta se propone a través de sus creaciones? Sin embargo, desde esta po-
Lo que está en juego en Freud espectador, es algo del orden de un enigma tencial renuencia la obra misma es la expresión de lo que no puede ser
y a la vez un afecto, el encantamiento. Uno no es sin el otro, y los puede dicho pero sí mostrado incluso exhibido.
anudar expresándolo anónimamente en un ensayo publicado en la revista ¿De qué modo el arte puede aclarar el psicoanálisis? ¿Acaso nos sirve de
Imago en 1914, diez años antes de que decida revelar su autoría. modelo para comprender cómo se constituye la vida anímica?
En este artículo Freud se confiesa un profano del arte. Lo que más le En “El interés del psicoanálisis para la ciencia del arte”7 lo define como
atrae de una obra es su contenido, en detrimento de sus propiedades una actividad cuya vía conduce a la mitigación de los deseos insatisfe-
formales y técnicas, las cuales desconoce. Las creaciones poéticas y chos, tanto en el creador como luego en el espectador. Lo que el artista
escultóricas ejercen sobre él un poderoso influjo, más raramente las pin- busca en primera instancia es su propia liberación, de este modo brinda
turas y nulamente la música, terreno en el que se siente incapaz de obte- un aporte a aquellos que padecen de los mismos deseos retenidos, co-
ner gozo alguno, quizás, a causa de cierta disposición racionalista que le municando esas fantasías transformadas en una obra de arte.
impide conmoverse si no puede obtener una explicación que lo conforme. Freud abreva en la noción de creación para explicar no sólo estas conste-
Dice: “Siempre quise aprehender a mi manera, o sea, reduciendo a con- laciones sino también las formaciones del inconciente. Sueños que nun-
ceptos aquello a través de lo cual obraban sobre mí de ese modo.”4 ca fueron soñados, dichos que son síntomas, así lo puntualiza respecto
Entendemos ahora por qué Freud vacila en revelar su autoría. Considera de “El delirio y los sueños en la «Gradiva» de Jensen”. El poeta no necesi-
que “ante una de esas creaciones magistrales cada quien dice algo diver- ta saber nada de reglas ni propósitos, al dirigir su “atención a lo que hay
so, y nada que al simple admirador le resuelva el enigma.”5 Además, la de inconciente dentro de su propia alma, espía sus posibilidades de de-
Con este escrito les presento un dispositivo: la interconsulta; para que modo de goce, lo que hará de ese organismo un cuerpo vivo.
puedan aproximarse a la aplicación del psicoanálisis en la actualidad y en Una viñeta clínica intenta dar cuenta del trabajo de un equipo, la posición
un ámbito hospitalario. Provocando una conversación para tratar de inte- del analista, el encuentro con la sorpresa, la insistencia de la pulsión y la
rrogarnos, entre otras cosas, por la diferencia entre un efecto analítico1 y eficacia del inconciente.
lo que se busca en las terapias breves. Jacques-Alain Miller,4 nos dice que la clínica que da experiencia por acu-
La interconsulta2 es un dispositivo que funciona con una ética orientada mulación de saber, menos sorprende. En nuestra práctica la sorpresa se
por el obstáculo3 que ubica en la causa el más allá de lo terapéutico. puede ubicar tanto del lado del paciente como del practicante. En este
Fundado sobre los cimientos freudianos, da cuenta de sus conceptos y recorrido por las salas, el diálogo vida y muerte no toma, a nuestro cono-
los replantea a la altura de los tiempos que corren. Pone en tensión el cimiento, el carácter de “drama” sino a partir del momento en que el goce
psicoanálisis y la posición del analista pues, en el encuentro con el acto interviene;5 entonces, nuestros pasos irán del sentido al sinsentido, ha-
médico y con el discurso de la ciencia, delimita la frontera en la que los ciendo resonar algo de lo ridículo, lo deforme. ¿Por qué? Porque la trage-
practicantes tenemos que dar cuenta de una ética a sostener en un dis- dia6 trata de los hombres virtuosos, héroes, reyes o dioses, mientras que
positivo que opera en el lugar en que el límite al saber aparece. Es allí en la comedia hace lugar a los vicios de los hombres y las mujeres. Podría-
donde intentamos cernir la eficacia del acto analítico que da cuenta de lo mos decir, la tragedia nos ubica del lado de la novela familiar, del lado del
singular, nuestra herramienta. Este singular refiere al síntoma como acon- sentido, y lo cómico afloja, se ríe del argumento. Este camino habilita con
tecimiento, al modo en que el sujeto tiene de amarrar los significantes al ese vacío a que el sujeto se encuentre con eso que permita adentrar otro
cuerpo, de atribuirle un sentido y así, dar sentido a lo que le pasa. Pero paso a la repetición. Otro compás, interrumpir la regularidad. Distinguir la
considerando que, más allá de la novela que argumente, el cuerpo será pausa, permitirle sorprenderse con otra versión. El analista así, como
recortado por el paciente, a su modo, a su modo de vivir la pulsión. A su traumatizador,7 como sorprendedor8 de lo que escapa al sentido, intervie-
Esta presentación clínica se desarrolla en el dispositivo de Hospital de Día crea como un movimiento, un ritmo con un instrumento musical, el texto
en el que trabajamos interdisciplinariamente ofreciendo distintos lugares que escribe, el armado de un personaje y algún autor teatral, músico,
para la atención de pacientes psicóticos y neurosis graves. Desde las en- pintor, que le preste letra y técnicas para avanzar en procesos singulares
trevistas individuales psicológicas, las intervenciones psiquiátricas, las en- que cada uno de los usuarios del Hospital de Día desarrolla.
trevistas familiares, la red de talleres y la interconexión con otros espacios Evaluamos las incidencias de esta relación en la estructura psíquica ínti-
como por ejemplo Servicio social u otras áreas clínicas, legales, etcétera, mamente relacionada a los tiempos de cada sujeto.
tanto dentro como fuera del ámbito hospitalario, acompañamos a los pa- Buscamos articular el proceso creativo con los tiempos instituyentes de
cientes para que puedan ser los protagonistas de su propio recorrido. cada sujeto.
En relación con los talleres éstos incluyen en la actividad los ejes necesa- En este sentido se empalma lo artístico, lo creativo y las intervenciones
rios para desplegar procesos creativos. clínicas orientadas a un sujeto con articuladores teóricos psicoanalíticos
La planificación y organización de los talleres parte de las técnicas y re- que sirven para pensar la función de la nominación, los modos de favore-
cursos que las disciplinas artísticas ofrecen, las cuales operan como he- cer la invención para cada sujeto o el despliegue de otro goce menos
rramientas e instrumentos para intervenir en la clínica. Es en este sentido mortífero.
que cobran valor las propiedades lógicas que poseen el tiempo y el espa- Es de destacar que los diferentes tiempos del sujeto se abordan en la
cio, por ejemplo, para la apropiación de un ritmo que no fue incorporado singularidad de cada taller y se hablan en sus entrevistas individuales,
en los tiempos instituyentes del sujeto. Es desde aquí que pensamos el psicológicas, de musicoterapia, arteterapéuticas individuales, etcétera.
arte como un instrumento clínico. Algunas notas acerca de lo que nos planteamos e intentamos conceptua-
Las principales líneas de investigación se orientan en los diferentes mo- lizar.
dos de intervenir apuntando a propiciar un lazo social con los consiguien- ¿Qué estatuto tiene en la clínica de la psicosis, el proceso creativo, el
tes efectos subjetivos. objeto creado y cuál es su eficacia clínica? ¿Se tratará de un artificio?
A veces, se puede establecer algún tipo de relación entre lo que alguien Palabra proveniente del término latino artificium, que reúne: ars = arte, con
Es a partir de este título que voy a tratar de ubicar alguna diferencia entre o pérdida de goce, va a posibilitar el surgimiento del deseo en el sujeto, en
el malestar del reinado del padre y la violencia desatada de nuestra épo- la medida en que esté afectado por la castración, por esa pérdida.
ca del Otro que no existe. Porque si bien violencia hubo siempre y en to- La manera que tenía la cultura de poder coartar los impulsos agresivos y
dos los tiempos, en nuestra época se podría hablar de la presencia de la destrucción como manifestaciones de la pulsión de muerte, es a través
otro tipo de violencia. Pareciera que cierto límite que la apaciguaba se ha de superyó. La sociedad puede domesticar la agresividad alojándola en
diluido. el interior del sujeto a través de los sentimientos de culpa y su manifes-
Los tiempos de Sigmund Freud son los tiempos que él evoca en el “Ma- tación como necesidad de castigo. Entonces, la cultura apela a la con-
lestar en la cultura”. Se trataba de la época victoriana, época del reinado ciencia moral, moral victoriana. Así lo simbólico acota el despliegue de la
del padre. Freud nos habla allí que la interdicción, la ley, viene del padre. violencia inherente al registro Imaginario. Como nos dice Jorge Alemán en
Y la ley del padre viene acompañada de la prohibición como modo de re- El porvenir del Inconsciente: “El modo freudiano de pensar la política está
gulación. Este modo de regulación por medio de la prohibición, tiene dos referido a la época histórica de las ‘sociedades disciplinarias’. Son socie-
caras, una cara de regulación y otra cara de violencia. Es la violencia pre- dades donde la prohibición a gozar promueve el carácter sádico-anal del
sente en el registro simbólico. Lacan en El Seminario 5 nos habla de los superyó […].”.1
tres tiempos del Edipo. El segundo tiempo se trata del padre interdictor, Así podríamos pensar que en la época del reinado del padre había un Otro
el que prohíbe. Y el padre del tercer tiempo es el padre dador. Es el que que daba, u otorgaba, coordenadas al sujeto; lo situaba en lo simbólico
da los emblemas al sujeto. Es el padre que posibilita la identificación, la gracias a los ideales. Es cierto que también estaba ese Otro de las coor-
marca, que va a funcionar en el sujeto como S1. El significante que va a denadas nazis.
separar el goce del cuerpo. Se trata de lo simbólico haciendo marca en el En nuestra época se trata de otro malestar. No es el malestar de la época
cuerpo. Es una marca con articulación significante, cuerpo mortificado victoriana en donde el goce era regulado.
por el lenguaje, cuerpo violentado por los significantes. Luego de la caída del muro advino la caída de los ideales y así es que se
Entonces, el malestar es por la renuncia a la satisfacción pulsional que le inauguró el malestar del Otro que no existe. Si no hay Otro, si no hay idea-
impone el desarrollo cultural al sujeto. La sublimación de las pulsiones es les, un S1, esa marca que viene del Otro que de posibilidad del surgimien-
lo que va a motorizar la cultura y los lazos sociales. Esta renuncia pulsional to del deseo, queda sólo la búsqueda o la dirección hacia el goce todo al
empuje es que ninguno esté afectado por la castración y con ello la bús-
BIBLIOGRAFÍA
queda de exceso sin freno, sin vergüenza.
Alemán, Jorge, “Nota sobre el poder y la política en Freud”, en: El porvenir del inconsciente,
Quizás se trata en un análisis, uno por uno, de poder lograr fisuras en el Buenos Aires, Grama, 2006.
discurso de un sujeto y así promover la división subjetiva. Que el sujeto Biaggio, Mónica, “El imperio imaginario”, clase inédita.
instale un síntoma dentro del dispositivo. Al sintomatizar la pulsión, se Freud, Sigmund, “Introducción del narcisismo” (1914), en: Obras completas, tomo XIV, Buenos
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sintomatiza la violencia y ésta queda enlazada, en algo, a lo simbólico,
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Las emociones y los afectos han sido objeto de investigación en el psi- por caracterizar dichas variaciones.
coanálisis desde sus comienzos. La consideración de los afectos como energía ha dado lugar, para algu-
En la actualidad la psiquiatría biológica y las neurociencias vuelven sobre nos, a desatender el lenguaje. Por otro lado el predominio dado al lengua-
ellos. Para quienes conciben las enfermedades mentales como enferme- je por Freud ha sido interpretado por algunos autores como una desaten-
dades del cerebro, las emociones -entendidas como resultantes de cam- ción de los afectos.
bios en la química del organismo- cumplen un importante papel en la ho- Sin embargo hay afectos especialmente teorizados por Freud. La angustia
meostasis del organismo. Las neurociencias en sus avances en la tiene entre ellos un lugar privilegiado. Otros, en cambio, acompañan con
investigación de los neurotrasmisores encuentran cada vez nuevos mo- frecuencia la sintomatología histérica: la venganza, la vergüenza, los ce-
dos de explicar las emociones. los, la compasión, la tristeza, la ternura, la ambición, el rencor, son algu-
La preeminencia del cerebro conduce a respuestas disímiles respecto del nos de ellos. La envidia, ha sido más elucidada que los afectos anterio-
descubrimiento freudiano. Se plantea para algunos autores la caducidad res, se la considera un patrimonio femenino pero está presente en
de dicho descubrimiento, mientras que, para quienes abogan por un neu- formulaciones que comprometen a ambos sexos. En “La interpretación
ropsicoanálisis son los avances de la biología los que posibilitan una de los sueños”2 Freud entiende que los mayores no pueden evitarla frente
nueva validación de sus fundamentos. Son los “estados emocionales” a a la juventud. En “Las neuropsicosis de defensa”3 y la “33ª conferencia.
través de cambios en la química de cuerpo los que tienen un lugar pre- La femineidad”4 hay menciones a la vergüenza. El estudio del tabú mues-
ponderante en dicha controversia. Todas estas cuestiones conducen a tra la venganza como consecuencia de no respetarlo. La piedad por tras-
precisar el tratamiento que el psicoanálisis freudiano hace de los afectos. cender una identificación al padre puede elucidarse en la “Carta a Romain
Sigmund Freud en el “Proyecto de psicología”1 hace también lugar al pun- Rolland (Una perturbación del recuerdo en la Acrópolis)”5 al igual que en
to de vista cuantitativo (energético) para teorizar el funcionamiento psíqui- aquellos textos donde Freud estudia la religión. Los celos puestos a cuen-
co. Sin embargo, la introducción de los afectos en su aparato neuronal lo ta de la niña aparecen también en la vida erótica masculina, una mujer
lleva a la consideración de un punto de vista cualitativo pues el aumento resalta entre otras cuando tiene dueño.
de excitación da lugar a vivencias variadas: junto a diferentes afectos “Psicología de las masas y análisis del yo”6 constituye una referencia fun-
encuentra los estados de deseo. Freud nunca abandona la preocupación damental a propósito de la ternura y la hostilidad. Dichos afectos toman
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En 1930 Sigmund Freud postulaba que el programa del principio del pla- un “trastorno” al que le corresponde una determinada droga.
cer era irrealizable. No hay adecuación de la pulsión con el objeto, lo que En este contexto cabe entonces la pregunta: ¿de qué modo vive nuestra
es equivalente a decir que la satisfacción plena de la pulsión sexual es época la pulsión y su imposibilidad de satisfacción plena?
imposible. Por otro lado, Jacques Lacan a partir de 1950 realizará un re- Cuando Freud ubica la función del ideal del yo como condición de la repre-
torno a Freud y su lectura de la castración será bajo la fórmula “no hay sión, el síntoma -en tanto retorno de lo reprimido- se constituye en sustitu-
relación sexual”: la complementariedad sexual para todo ser hablante to de un modo de satisfacción pulsional que no concilia bien con el ideal.
-dirá- “no cesa de no escribirse”. Hay pues una imposible relación entre Se ha mencionado muchas veces la cuestión de la caída de los ideales
los sexos que nos indica que el malestar anunciado por Freud es inheren- como el signo de esta época. Considero que no se trata de esto. De lo
te a la estructura misma del lenguaje. que se trata es de un cambio en la función del ideal: el ideal ya no ordena
Si del malestar se trata, ¿con qué nos encontramos 70 años después de los modos de gozar sino más bien ordena gozar. Asistimos, entonces, a
lo anunciado por Freud? un tiempo en que se promueve la declinación del sentido en beneficio de
Asistimos a una época en que la caída de los “grandes relatos” y la decli- un empuje superyoico a gozar sin límites, sin medida. ¿Será entonces
nación del clásico Estado moderno, abren el espacio para la instalación que el ideal ya no funciona como condición de la represión? Tal vez esta
de un “imperialismo de mercado”. Los sujetos ya no son definidos por su particularidad nos permite a los analistas pensar si el padecimiento sub-
inserción en lo político-social sino por su inclusión o exclusión del siste- jetivo actual se configura del mismo modo que en la época de la moral
ma definido por la lógica neoliberal. victoriana de Freud.
Encontramos los nuevos semblantes propuestos por la revolución mediá- “Si alguien le encuentra un sentido a la vida, por favor que lo escriba”, tal
tica. Hoy, la sociedad del espectáculo se encarga de mostrar el horror, de es la frase que escribió en el aula el adolescente que entró a matar en su
hacerlo existir y nos propone que gocemos de él. escuela de Carmen de Patagones. En la película Elephant podemos ver
Las prácticas de goce, antes ocultas y reservadas al ámbito de lo privado, qué le dice uno de los adolescentes al otro en el instante previo al acto
ahora se hacen públicas y se ofrecen como un objeto más dentro de la serie en que realizan la matanza en la escuela norteamericana: “divertite”. Ese
de objetos “listos-para-consumir”. El único velo: la pantalla del televisor. es el único sentido presente allí.
En lo que respecta a la clínica del síntoma la clasificación descriptiva y
ateórica del DSM IV, rechaza su sentido reduciéndolo a no ser más que Jacques-Alain Millar en una conferencia que realizara hace pocos años en
En la apertura de esta primera Jornada de la Cátedra los participantes puestas singulares desde su propio campo con respecto al malestar con-
dieron cuenta de cómo sostienen la apuesta del psicoanálisis, tanto en la temporáneo.
Universidad como en el Hospital. Trataremos de hacer un breve recorrido para situar esas cuestiones.
Fue entonces cuando un alumno formuló la siguiente pregunta: “¿qué nos Freud construyó el concepto de pulsión para dar cuenta de los peculiares
podría decir Freud, hoy, de la situación actual de la Argentina?” Pregunta modos de hallar satisfacción por parte de los seres hablantes. Satisfac-
que pone en juego la puesta a prueba de la vigencia. ción no regulada por ningún conocimiento instintual, bordea una falta de
La respuesta no se hizo esperar en términos de que el psicoanálisis no objeto estructural y estructurante del sujeto humano, montándose en los
es una cosmovisión,1 no sirve para explicarlo todo, sus conceptos se han bordes del cuerpo, y articulándose, en el mejor de los casos, al marco de
forjado para una praxis muy particular que ubicamos como clínica psicoa- la fantasía inconciente. Ese cuadro se constituirá en la matriz de todos
nalítica. Al mismo tiempo, el psicoanálisis nació en el diálogo, el debate y los síntomas del neurótico.
la ruptura (a la vez) con respecto a los discursos y disciplinas de la época, El recorte de los bordes circunscribe tanto lo que llamamos cuerpo, como
y, de manera paradigmática desde “El malestar en la cultura”, pero aún la inagotable búsqueda de satisfacción en la que el sujeto queda compro-
desde los más variados escritos, Freud trató de pensar al sujeto en su metido por participar del mundo humano, conformado eminentemente
contexto. Si bien no se trata de ofrecer una elaboración de saber que lo por su estructuración simbólica. Es la palabra la que efectúa el recorte.
explique todo, desconociendo los diversos campos que atraviesan la Ese cuerpo fragmentado hallará cobertura a través de la imagen que le
cuestión (política, economía, sociología, etcétera), el psicoanálisis puede proporciona la estructuración del narcisismo. El resto que no se subsume
ofrecer un punto de mira (en lugar de una visión total), de lectura, que se al apresamiento por lo simbólico y que la imagen recubre tendrá función
apoya en el concepto fundamental de pulsión y en la consideración de de causa de deseo, a la vez que será el objeto en torno al cual girará la
que el sujeto en relación con el deseo se encuentra causado por la radi- pulsión Los efectos de la palabra sobre el sujeto, lo arrancan de una mí-
cal pérdida del objeto. Veremos que estas cuestiones llevan a un estatuto tica relación a la necesidad, enviándolo tanto a los desfiladeros del de-
muy particular de la ética, que hace a las posibilidades de formular res- seo, como al campo de la satisfacción pulsional.
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El Equipo Asistencial se formó en el año 2003 a partir de una convocato- Nuestro proyecto se orienta hacia el trabajo clínico sostenido en la inte-
ria de la Práctica Profesional “Hospital de Día y Problemáticas Clínicas rrogación y la intervención en relación a los efectos subjetivos de la épo-
Contemporáneas”, coordinada por Osvaldo Delgado; convocatoria dirigida ca. “El rasgo que lo distingue es la pregunta por la articulación del psicoa-
a sus ex alumnos graduados. nálisis con la escuela”. El psicoanálisis en relación a la problemática
El objetivo inicial del trabajo del equipo fue el armado de un Dispositivo, institucional-escolar.
que posibilitara brindar atención clínica a la población nucleada entorno A continuación podrán adentrarse en el trabajo producido por un colectivo.
al comedor infantil: “La hormiguita viajera”. Las tres producciones que se presentan dan cuenta del trabajo sosteni-
El proyecto se desarrollo durante dos años. do, de la interrogación sobre la práctica, de la construcción de coordena-
En el año 2005 se formó un nuevo dispositivo a partir de una solicitud al das conceptuales que dan marco a las intervenciones.
equipo asistencial para que brindemos tratamientos psicológicos a los La apuesta se dirige a construir un saber a partir de diferentes discursos
niños que asisten a los Jardines Maternales y de Infantes pertenecientes y disciplinas. Desde el psicoanálisis a la educación.
al Municipio de Morón. La interrogación de nuestra práctica nos ha causado en lecturas que en
El Equipo de Orientación Interdisciplinaria (EOI) que funciona desde la su articulación nos orientan a poder ubicar las coordenadas de la época
Secretaría de Educación del municipio está formado por profesionales en el campo de lo escolar, ahí donde se entrama el sujeto de la educación
psicólogos, psicopedagogos, fonoaudiologos y trabajadores sociales. y el sujeto de lo inconciente.
Realizan sus acciones en forma conjunta con los equipos educativos de Nuestras intervenciones se orientan por un lado a alojar al niño desarti-
los Jardines de Maternales y escuelas de Nivel Inicial y es con ellos con culando aquellas intervenciones que lo hace portador de la segregación y
quienes comenzamos a trabajar, quienes hacen las derivaciones, plan- por otro lado a instalar un espacio en donde el deseo pueda circular.
tean las problemáticas escolares y son el puente hacia las escuelas, di-
rectores, maestros y niños.
A partir de los casos derivados al equipo asistencial, se trabaja con los NOTAS
directores y maestros sobre las problemáticas del malestar, tanto las que *
Responsables del Equipo Asistencial de la Cátedra Psicoanálisis Freud: I, Titular Profesor
se hacen oír como las que circulan silenciadas. Osvaldo Delgado, Facultad de Psicología, UBA.
zo, se recorta: “como el año pasado molestaba, por las dudas que este
año moleste, comienza con horario reducido”.
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En el marco de la clínica psicoanalítica con niños entendemos el Disposi- representaciones e ideales vaciados de sentido tras la caída del Estado
tivo como el armado de una maquinaria de tratamiento de lo real, de un como referente y el aplastamiento subjetivo que genera la lógica mercan-
tramado conceptual que ordena el lugar que ocupan los sujetos y los la- tilista instalada tras dicha caída.
zos que establecen entre si. El Dispositivo Clínico que inventamos proce- Nuestro trabajo parte de una demanda de la escuela respecto del males-
sa lo real en el plano subjetivo, en el plano de la clínica psicoanalítica con tar de un niño, pero hace un recorrido de trabajo con el niño, los padres,
niños y desde allí intervenimos en otro espacio, espacio donde se mani- retornando a la escuela.
fiesta el malestar, la escuela. Nos posicionamos en ambas intervencio- Esto conlleva a los analistas del Dispositivo a realizar una doble torsión
nes desde la política del psicoanálisis, delimitada esta por el deseo del estratégica en las entrevistas preliminares: la primera es con relación al
analista -posición de abstinencia-. La escuela es también un dispositivo pedido de la escuela, momento de la derivación, y la segunda con rela-
que propone un procesamiento de lo real. ción a la demanda de los padres en el inicio del tratamiento.
Esta maquinaria educativa se proponía operar como aparato productor y La primera torsión necesaria es trabajar respecto del pedido que nos hace
reproductor de subjetividad ciudadana, pero tras el declive del Estado- la escuela y de este modo ubicar el malestar, entendiendo que todo aquello
Nación esto dejó de estar asegurado. que no es posible regular podría emerger como malestar. El discurso edu-
El Estado-Nación como garante del sentido institucional anudaba a la cativo despliega cierto desborde ante la imposibilidad de dominar algunas
escuela en un proyecto de ciudadanía como instancia primera y funda- manifestaciones del malestar que aparece en los sujetos y que obstaculiza
mental, donde los integrantes se enlazaban participativamente en este el trabajo en las aulas. Este desborde se evidencia en algunas medidas
proyecto. Tras el ocaso de Estado “los ocupantes de las escuelas posna- inmediatas que proponen y que tienden a excluir. Por eso se hace necesa-
cionales hoy sufren por otras marcas. Ya no se trata de alienación y repre- rio aquí, trabajar pensando en cómo ordenar los discursos que circulan en
sión, sino de destitución y fragmentación, ya no se trata del autoritarismo la institución escolar para dar lugar a la inclusión.
de las autoridades escolares, sino del clima de anomia que impide la Los motivos de consulta son diversos pero resuenan de modo recurrente:
producción de otro tipo de ordenamiento”.1 En el texto citado, los autores niños que presentan conductas de violencia, niños denominados disper-
utilizan la metáfora de la “escuela como galpón” para dar cuenta de las sos, inquietos. Se trata de conductas que molestan, que se tornan inso-
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En estas páginas nos proponemos dar cuenta del modo en que el equipo GALPONES
asistencial concibe su intervención en el campo de lo público. Será nece- ¿Cómo pensar los problemas que plantea la escuela hoy? Hay maestras
sario ver cómo se juega allí la dinámica de la demanda y de la transferen- desbordadas y sus aulas, hay madres, niños, hay atención y juego desbor-
cia a fin de situar cuál es la posición del analista. Podremos interrogar y dados. Hay ADD y reducción horaria, hay golpes, Ritalina, llantos y diag-
corroborar la vigencia del pensamiento freudiano a la hora de pensar una nósticos, recursos de amparo, demandas, también hay quejas. Muchas.
intervención posible ante los problemas que plantea la escuela contem- ¿Cómo pensar el malestar de la escuela hoy?
poránea. Gilles Deleuze2 escribió en los 90 un artículo en el que sitúa la transición
Sigmund Freud decía que el psicoanálisis no podía concebirse como ga- de las sociedades disciplinarias a las llamadas sociedades de control. Allí
fas que uno se pone para leer y se quita cuando va de paseo.1 Eso de habla de un “lenguaje analógico” -así lo llama- que sostiene y determina
tener siempre puestos estos lentes nos obliga a pensar nuestras inter- el funcionamiento de las instituciones estatales. Desde ahí se sostendría
venciones en los distintos campos donde trabajamos, aunque muchas el funcionamiento jerárquico de los distintos dispositivos disciplinarios
veces estas, excedan aquellos límites para los cuales el psicoanálisis fue como el del padre en el gobierno de su familia o el del médico con sus
pensado en sus orígenes. pacientes. Asimismo, podríamos pensar que el “lenguaje analógico esta-
Entonces, si el Equipo Asistencial trabaja “dentro” de una institución pú- tal” habilitaría el suelo firme desde el cual el docente gobierna el aula.3
blica que se encarga, nada menos, que de la educación y el bienestar, Ahora bien, la sociedad disciplinaria, dice Deleuze, es lo que estamos
¿cómo pensar nuestro trabajo ahí? Esta interrogación nos conduce a ubi- dejando de ser. Podríamos pensar los problemas que nos plantea la es-
car el cruce entre psicoanálisis y política. cuela hoy como efectos de la destitución de este “lenguaje analógico”
Esta práctica se ocupa de recortar la particularidad del sujeto en la clínica HABLEMOS ENTONCES DE LAS VICISITUDES Y OBSTÁCULOS
con el fin de ubicar las formas de abordaje de la problemática subjetiva El aplastamiento subjetivo que caracteriza nuestro tiempo, se manifiesta
allí donde se manifiesta, en el síntoma. bajo diversas nominaciones que dan su marca a los síntomas contempo-
Trabajar con la noción de sujeto implica un discurso que opera sobre el ráneos: Tomemos la tan frecuente consulta por el ataque de pánico.
eje de un descentramiento fundamental: atender a la responsabilidad que Lo que denuncia el así llamado ataque de pánico, es que algo aquí y aho-
le cabe a cada cual respecto de su padecimiento. ra debe ser atendido con urgencia. Ya no hay tiempo.
El sujeto del que habla el psicoanálisis, no es un sujeto de hecho sino de Vivimos en la época donde la historia ya no es el recurso para ubicar
derecho. Como dijimos, se trata de hacerse responsable de los propios aquellas marcas que hoy retornan bajo la forma de angustia. Es una a-
actos. historicidad la que en el pánico propio del ataque demanda su lugar.
Si pensamos en términos de objetividad, al sujeto no lo encontramos por El medicamento corre en su auxilio y de este modo toda implicancia sub-
ninguna parte, no podemos realizar “la observación del sujeto” allí no jetiva es rechazada.
encontramos nada, sólo porcentajes. No se puede cuantificar la experien- Algo se ha revuelto de tal modo que precipita al sujeto a la consulta
cia. El sujeto resiste esa posibilidad. La masificación, la cuantificación pero portando ya la respuesta frente a preguntas que ni siquiera se han
esta sostenida en el desconocimiento de la singularidad que se produce formulado.
por el hecho de hablar. Y eso, el lenguaje, como dice Jacques Lacan, Nuevas nominaciones han advenido desresponsabilizando al sujeto: de-
habla y por hablar goza, y es por esa vertiente que definimos al síntoma presivos, anoréxicos, bulímicos, agorafóbicos, panicosos, etcétera, son
como aquello con lo que el sujeto goza-padece-sufre. nombres anestesiantes de una época en la que los límites de un goce
Para el que habla, el lenguaje es el campo donde desplegará la queja mortífero parecen haberse cancelado.
respecto de los significantes que lo amarran. Narcóticos y drogas de diverso tipo para adormecer lo que no anda en el
Ahora bien, lo que venimos constatando en la clínica es que el analista se sujeto y en pos de una satisfacción maníaca, no hacen más que recondu-
ve sometido a un plus de trabajo que, muchas veces, implica el hecho de cir al malestar que se intenta eludir, pero habiendo transitado el camino,
tener que construir al sujeto. Los nuevos síntomas son los que dan cuen- muchas veces irreversible, de quedar pagando con el cuerpo propio.
ta de dicho plus. Saturación de la imagen que alimenta un goce en soledad, autista, donde
Mario Goldenberg**
El film de Gus Van Sant al que nos referimos, ha recibido el premio 60° picio para una confesión, sin embargo Alex, como los adolescentes actua-
aniversario del Festival de Cannes 2007. El director de “Elephant”, se ha les, sabe ocultar sus cosas.
basado para su guión en una novela de Blake Nelson. La acción sucede El guión plantea un problema interesante: hay un secreto que el protago-
en su ciudad natal, Portland, Oregon, USA. nista no puede contar a nadie, pero que lo afecta; él mismo dice: “Nece-
El argumento relata la historia de un adolescente en un parque de ska- sito que esto se detenga”.
ters, donde se desarrolla la trama a partir de una muerte accidental. Por su novia, con quien ha tenido un encuentro sexual, no expresa ningún
El mérito de Van Sant es cernir la subjetividad de los adolescentes de interés especial; en una escena clave, después del sexo, ella lo besa, se
nuestra época. va del cuarto y llama a una amiga para contarle lo maravilloso que fue.
Alex, de 16 años, skater, vive en un contexto familiar desmembrado, sus No hay ninguna palabra de amor entre ellos, Alex parece el extranjero de
padres se están separando, tiene una bonita novia que no le interesa y Camus en la escena sexual.
su vida transcurre sin dirección como el balanceo del skate. La adolescencia esencialmente implica el encuentro con el Otro sexo, el
Concurre con un amigo a un sitio llamado Paranoid Park, lugar marginal, film muestra que en esta época, ya no victoriana, donde todo está permi-
construido por los mismos skaters. Una noche, mientras un nuevo amigo, tido, el acceso al sexo no está regimentado por la moral. Sus amigos
bastante mayor que él, le enseña a colgarse de un tren, son descubiertos cuando se enteran que ha dejado a su novia, lo único que le dicen es que
por un guardia de seguridad, que intenta golpearlos con una linterna y perdió la posibilidad de tener sexo gratis.
accidentalmente, Alex se defiende pegándole con su skate, el guardia cae El argumento se desarrolla como una tragedia, el héroe tiene un secreto: el
y es seccionado por otro tren que viene en sentido contrario. de un crimen, una muerte que causó involuntariamente, pero que no tiene
A partir de este episodio todo se desencadena. Intenta de madrugada a quién contar, no tiene a quién dirigirse y a su vez nadie lo descubre.
llamar a su padre, que está con su tío en una playa, para contarle lo su- El mundo de estos adolescentes es un mundo de sujetos solos, ligados
cedido pero desiste. No tiene a quién relatar el desgraciado episodio. por el skate, que es un dirigirse a ningún lado, sólo el goce del balanceo.
La policía lo cita para interrogarlo, junto con otros, en el colegio, pero no Hay un profundo abismo entre este mundo y el mundo de los adultos, los
tienen la menor sospecha de quién fue el autor accidental del homicidio adolescentes no confían en estos y saben mentirles.
del guardia. El diálogo con el policía oriental que lo interroga parece pro- Los adultos sabemos cómo se visten y peinan los emos y los floggers,
Agradezco la invitación a participar de esta Jornada y tener la ocasión de que se alejan de las planteadas por Freud en “Sobre la iniciación del
poder compartir con ustedes algunas reflexiones sobre el psicoanálisis y tratamiento”1 y por Lacan en “Función y campo de la palabra y el lenguaje”2
los problemas clínicos contemporáneos, a la luz de la experiencia realiza- y en “La dirección de la cura y los principios de su poder”.3 Para ellos la
da hace ya 16 años en el espacio de práctica profesional al que llamamos gratuidad dejaba de lado el valor pulsional del dinero y el tiempo fijo des-
“Un acercamiento a la experiencia”. conocía el tiempo del inconciente. Sin embargo tanto en Freud como en
Acercar a los alumnos a la experiencia no es hacer que “tengan experien- Lacan hay referencias que dejan abierto el espacio del psicoanálisis en
cia” sino acercarlos a la experiencia psicoanalítica a través del paso por condiciones diferentes a la práctica clásica del consultorio del analista.
diferentes instituciones y dispositivos, con la expectativa de pensar las Recordemos simplemente las referencias freudianas en “Nuevos cami-
posibilidades y perspectivas del psicoanálisis en las instituciones, re- nos de la terapia psicoanalítica”4 o en su “Prólogo a los diez años del
flexionar sobre las articulaciones entre psicoanálisis, salud pública y dis- instituto psicoanalítico de Berlín”,5 así como el interés que le da Lacan a
ciplinas médicas y psicológicas y, al mismo tiempo, pensar las respues- una sección de psicoanálisis aplicado en el “Acta de Fundación de su
tas del psicoanálisis a los problemas clínicos contemporáneos con un escuela”, o las distinciones precisas entre táctica, estrategia y política
psicoanálisis orientado en la lectura y la enseñanza en Sigmund Freud y del análisis en “La Dirección de la cura...”6 que abren un marco para pen-
Jacques Lacan. sar la práctica del psicoanálisis en condiciones diversas sin por eso des-
Mi tránsito por el hospital desde los comienzos de mi carrera me hizo pen- lizarnos a la psicoterapia y perder lo esencial del psicoanálisis.
sar que era posible practicar el psicoanálisis en los hospitales, mantenien- Podemos revisar, en una apretada síntesis algunas respuestas dadas por
do los principios (lo esencial del psicoanálisis) pero con la flexibilidad de las los psicoanalistas para situar su práctica en las condiciones instituciona-
tácticas que la especificidad de los dispositivos institucionales y la varie- les. Mencionaré algunos hitos en nuestro país.
dad de las demandas requieren. Pero el tema no es tan sencillo. El servicio de Goldenberg, pionero en nuestro país en insertar el psicoaná-
Comencemos por pensar ¿qué es lo específico de las instituciones? Allí lisis en los hospitales desde la perspectiva de una psiquiatría dinámica,
hay normas institucionales y sobre todo condiciones de tiempo y dinero creó condiciones para que los psicoanalistas entraran en el hospital gene-