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SONIA AGUILAR GÓMEZ

MITOLOGÍA
PROFA. DRA. DÁMARIS ROMERO GONZÁLEZ

LAS AVES LEGENDARIAS EN LA MITOLOGÍA GRIEGA,


NÓRDICA Y ASIÁTICA: SIMBOLISMO, DIFERENCIAS Y
SIMILITUDES

1. INTRODUCCIÓN A NUESTRO TRABAJO

Nuestro trabajo se propone como objetivo el estudio de las aves legendarias a través de
los mitos griegos, nórdicos y asiáticos.
Mi motivación para hacer este trabajo es que, desde tiempos antiguos, las aves han
maravillado al hombre. Su mágico vuelo, colorido plumaje y melodiosos cantos, han
inspirado mitos inmortales y universales, creados por civilizaciones de todos los
rincones del mundo. Además, simbolizan los estados espirituales, los ángeles y los
estados superiores del ser; y su canto es considerado como el lenguaje de los dioses.

Nuestro trabajo, además, recogerá la simbología de cada ave fantástica, lo que


realmente representa en el mundo actual, y estudiaremos qué tienen en común respecto
con otras culturas.

2. LAS AVES LEGENDARIAS EN LA MITOLOGÍA


2.1. MITOS GRIEGOS

2.1.1. GANIMEDES

Hijo del Tros, el rey de Ilión y de Calírroe, la hija del dios fluvial Escamandro.
Ganímedes era de origen troyano y no griego, lo que le identifica como parte de la
mitología egea prehelénica.

A causa de su extraordinaria belleza, un día,


mientras estaba cuidando un rebaño de ovejas en
el monte Ida, en Frigia, fue secuestrado por Zeus
adoptando la forma de su ave sagrada, el águila.
El padre de los dioses le otorgó juventud eterna y
le hizo escanciador en la mesa de los dioses
olímpicos. Todos los dioses se llenaron de gozo al
ver la belleza del joven, salvo Hera, la esposa de
Zeus, que lo trató con desprecio. Su odio por el
joven fue usado por los mitógrafos para justificar
su rencor por los troyanos (junto al hecho de no
haberle concedido el premio de belleza en el
juicio de Paris).

En narraciones tardohelénicas y romanas, Ganímedes fue trasladado a las estrellas como


el signo de Acuario.

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2.1.2. ESFINGE

Según Apolodoro, la Esfinge era un monstruo con cabeza de mujer, patas de león,
cuerpo de perro, cola de dragón y alas de águila y una gran mal para Tebas: se sentaba
delante de la ciudad y a todo el que pasaba por delante le proponía un acertijo; si no
sabía la repuesta, lo devoraba. El acertijo decía: “Hay algo sobre la tierra que tiene dos,
cuatro y tres pies. De todos los seres que se arrastran por la tierra o que se mueven por
el aire y el mar, es el único que cambia de naturaleza, y la fuerza de sus miembros es
menor cuando camina apoyándose sobre el mayor número de pies”. Solución: el
hombre, cuando es niño pequeño (anda a gatas), cuando es adulto y cuando es anciano
(se vale de un bastón). Sólo Edipo encontró esta solución, por lo que la propia Esfinge
se quitó la vida despeñándose; de esta manera fue liberada Tebas.

2.1.3. FÉNIX

Sagrado en Heliópolis, el Fénix era un pájaro mitológico que tenía su origen en la garza.
Su nombre en egipcio significa “surgir” o “resplandecer”. Se le vinculó especialmente a
Ra debido a que parecía imitar el sol que emergía de las aguas cuando iniciaba su vuelo.
Su nombre egipcio (Fénix es griego) era bennu, que procedía de una palabra que
significaba “resplandecer” o “alzarse”. Era representado con un gran pico recto, un
cuerpo grácil, unas largas patas y dos largas plumas cayendo desde la parte posteror de
su cabeza. En los Textos de los Sarcófagos el muerto se veía a sí mismo surgiendo de
nuevo como el Fénix: “Yo soy el gran fénix que está en el Annu, el supervisor de todo
lo que existe”.

La discusión más compleja del pájaro fénix la encontramos en Heródoto, quien tenía
algunas extrañas ideas que se han convertido en la imagen convencional de este pájaro:

“También hay otro pájaro sagrado cuyo nombre es fénix. Yo no lo he visto más que en
pintura, pues resulta que visita a los egipcios en contadas ocasiones; cada quinientos
años, según cuentan los Heliópolis; y aseguran que sólo se presenta cuando muere su
padre. Ahora bien, si es fiel reflejo de su representación pictórica, su tamaño y
contextura son como sigue. Tiene las plumas de sus alas doradas y rojas; por lo demás,
se asemeja mucho a un águila por su silueta y tamaño. Y cuentan –aunque a mi juicio es
inverosímil- que este pájaro lleva a cabo la siguiente proeza: partiendo de Arabia
transporta al santuario de Helios el cuerpo de su padre envuelto en mirra y lo sepulta en
dicho santuario. Lo transporta del siguiente modo: primeramente da forma a un huevo
de mirra todo lo grande que puede llevar y luego prueba a volar con él; una vez
realizada la prueba, hace, entonces un agujero en el huevo y mete en él a su padre,
emplastando con la mirra extraída el orificio por el que, al hacer el agujero en el huevo,
introdujera el cuerpo (con su padre dentro, el peso vuelve a ser el mismo) y, una vez
emplastado el agujero, trasporta el huevo al santuario de Helios a Egipto”.

En Egipto el pájaro no adquiere la inmortalidad gracias a renacimientos periódicos, sino


que era visto como símbolo del sol que renace, al igual que el pájaro, cada día desde las
aguas al Este.

Según la leyenda cristianizada, el ave Fénix vivía en el Jardín del Paraíso, y anidaba en
un rosal. Cuando Adán y Eva fueron expulsados, de la espada del ángel que los desterró
surgió una chispa que prendió el nido del Fénix, haciendo que ardieran éste y su

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inquilino. Por ser la única bestia que se había negado a probar la fruta del paraíso, se le
concedieron varios dones, siendo el más destacado la inmortalidad a través de la
capacidad de renacer de sus cenizas.
Cuando le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas,
ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía. El Fénix se
quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma ave Fénix,
siempre única y eterna. Esto ocurría cada quinientos años:

“Hay un ave, llamada fénix. Esta es la única de su especie, vive quinientos años; y
cuando ha alcanzado la hora de su disolución y ha de morir, se hace un ataúd de
incienso y mirra y otras especias, en el cual entra en la plenitud de su tiempo, y muere.
Pero cuando la carne se descompone, es engendrada cierta larva, que se nutre de la
humedad de la criatura muerta y le salen alas. Entonces, cuando ha crecido bastante,
esta larva toma consigo el ataúd en que se hallan los huesos de su progenitor, y los lleva
desde el país de Arabia al de Egipto, a un lugar llamado la Ciudad del Sol; y en pleno
día, y a la vista de todos, volando hasta el altar del Sol, los deposita allí; y una vez
hecho esto, emprende el regreso. Entonces los sacerdotes examinan los registros de los
tiempos, y encuentran que ha venido cuando se han cumplido los quinientos años”.
Clemente de Roma. Epístola a los Corintios (XXV).

2.1.4. GRIFO

El grifo es una criatura mitológica que se representaba como un águila gigante, con
plumas doradas, afilado pico y poderosas garras, en la parte superior. La parte inferior
es la de un león, con pelaje amarillo, musculosas patas y rabo.

Su origen parece tenerlo en Oriente Próximo, pues se le encuentra en las pinturas y


esculturas de los antiguos babilonios, asirios y persas.

Una leyenda griega relata que el dios Apolo había ido a buscar grifos y había regresado
a Grecia cabalgando uno de ellos. Los grifos estaban consagrados a Apolo, y vigilaban
sus tesoros para protegerlos de los Arimaspos. También custodiaban las cráteras de vino
de Dioniso.

2.1.5. HARPÍAS

La denominación de “Harpías” significa propiamente “las arrebatadoras” (harpázein,


“robar, agarrar”), por lo que se les dio una naturaleza similar a la tormenta y una
apariencia de ave.

A las Harpías se las representaban como monstruos alados y eran hijas de Taumante y
de Electra. Los nombres de las Harpías son Aelo, Podarge, Ocípeta (desde Homero y
Hesíodo) aluden a “viento tempestuoso” y “velocidad”. En cuanto demonios de la
tormenta se encontraban cercanos a los dioses de los vientos, Céfiro y Bóreas (vientos),
y así, de la unión de Céfiro y de Podarge (“de pies veloces”) procedía la pareja de
raudos corceles que tenía Aquiles: Janto y Balio.

Su papel más importante las Harpías lo desempeñaron en el marco de la leyenda de los


Argonautas en el episodio de Fineo: estos seres monstruos híbridos monstruosos entre

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mujer y ave, robaban constantemente al canoso adivino su comida; hasta que finalmente
fueron rechazadas o muertas por los hijos de Bóreas, Calais y Zetes.

2.1.6. SIRENAS

Las Sirenas son seres híbridos sobrenaturales (daímones). Las sirenas pertenecen a los
antiguos cuentos de marineros. Las imaginaban como seres híbridos, mezcla de ave y
der humano (casi siempre como una persona con alas y pastas de pájaro), en el mito son
de género femenino, en el arte también del masculino. Estas figuras híbridas estaban
muy difundidas en el arte del antiguo Oriente; de allí tomaron los griegos este tipo
iconográfico, no sin haberlo adaptado. La alusión escrita más antigua sobre las sirenas
proviene ya de época micénica. Por su canto fascinador y su “sabiduría” fueron puestas,
ya en el siglo VII a. C., al lado de las Musas. Las creencias populares consideraban a las
sirenas demonios malignos.

La Odisea cuenta que, desde su isla, las sirenas atraían con su canto seductor a los
navegantes que cruzaban por delante para matarles después; por ello la isla estaba llena
de los esqueletos de sus víctimas. Sin embargo, Odiseo, advertido por Circe, se salva del
peligro tapando con cera los oídos de sus camaradas y haciendo que le atasen al mástil
del barco: de esta forma pudo oír sin peligro a las sirenas, que le prometían “sabiduría”.
En la leyenda de los Argonautas, Orfeo se impone con su propio canto al de las sirenas,
salvando así a sus compañeros.

Respecto a los nombre de las sirenas, Homero sólo conoció a dos sirenas (sin nombre
individual), más tarde suele hablarse de tres y se las llama Ligea, Leucosia y Parténope.
Platón enumera ocho sirenas, pues según él producen la armonía de las esferas.

2.2. MITOS NÓRDICOS

Si hay algo en lo que todas las culturas coinciden es en que pocos animales tienen la
inteligencia del cuervo, lo que de por si genera sentimientos de respeto, su dieta
omnívora, se alimenta de bayas, insectos y carroña, lo vuelve también oportunista, todo
esto sumado a que puede imitar sonidos de palabras con extrema claridad, su gusto por
gemas y objetos brillantes, y su devoción por los mayores, si bien son malos padres,
cuidan a los ancianos a quienes procuran llevarles comida, hacen de este pequeño
animalito todo un mito. El concepto del cuervo y la muerte es un significado que se ha
acentuado en nuestros días, ya en la antigüedad su simbolismo alcanzaba matices
extremadamente variados. La mitología de diferentes culturas, otorga un gran papel a
estas criaturas, veamos pues algunos ejemplos:

2.2.1. HUGIN Y MUNIN

En las antiguas Eddas escandinavas la figura del cuervo cobra especial relevancia al
estar siempre unida a la imagen de Odín, el primero y más antiguo de los dioses. Odín
siempre aparece representado con dos cuervos sobre sus hombros, Hug o Hugin
(reflexión) y Munin (memoria), que le susurran al oído todo lo que ven y oyen. Cuando
amanece los envía a volar por el mundo y vuelven al atardecer. Por eso Odín lo sabe
todo y es llamado "Hafnagud" (dios de los cuervos).

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Odín expresa su afecto y preocupación por sus cuervos en el canto de Grimer de la
Vieja Edda:

"Hugin y Munin
Vuelan cada día
Por el vasto mundo.
Temo por Hugin
Por que no vuelva más,
Y estoy más inquieto aún por Munin."

Por lo tanto, en la tradición escandinava, el cuervo es una figura sagrada y sabia que
aporta virtudes de la "reflexión" y la "memoria". El temor de Odín a perder a sus
cuervos refleja el miedo a perder aquello que nos hace "humanos" el poder de pensar y
de recordar todo lo pensado, sin ello, somos solo animales, las dos cualidades que
representan estos cuervos, son las que hacen al ser humano, una criatura capaz de
elevarse por encima del resto de la creación, en Midgard, algunos relatos, hacen a estos
cuervos mensajeros de los dioses, incluso en mas de un relato, nos traen regalos de los
dioses, como el fuego o el hierro. De esto nos ocuparemos mas tarde.

El espíritu de Odín está en sus cuervos cuando vuelan, ellos pueden transitar por todos
los mundos, al igual que Sleipnir el caballo de ocho patas de Odín, por lo tanto, son
también un símbolo chamanico, de ahí que chamanes y seidkonas se cubriesen con
tocados adornados con plumas de este animal, capaz de descender a todos los mundos
conocidos y informar de todo lo visto a Odín. También se dice que este animal, fue lo
primero que vio Odín al caer del árbol donde se ofreció en sacrificio a si mismo, estos
animales le acompañaron y mantuvieron despierto con sus graznidos durante los días de
sacrificio, por lo que se les atribuye también gran sabiduría.

Los vikingos utilizaban mucho la imagen del cuervo como representación de su deidad
suprema Odín. La ponían como símbolo en sus velas, de esto dan testimonio las
crónicas sajonas que llaman a los barcos vikingos "los cuervos de la rapiña" y
mencionan que mostraban en sus velas, cuervos, serpientes y lobos.

2.3. MITOS ASIÁTICOS


2.3.1. GARUDA

Garudá es un pájaro mítico, considerado un dios menor en el hinduismo y en el


budismo.
Su etimología posiblemente proviene de la raíz gri y significara “devorador”, quizá
porque antiguamente era identificado con el devastador fuego del Sol.
Se le representa como un águila gigante y antropomórfica: cuerpo humano de color
dorado, rostro blanco, pico de águila y grandes alas rojas. Es muy antiguo, enorme y
puede tapar la luz del Sol.

En la mitología hindú, el garudá es jefe de las aves y enemigo de la raza de las


serpientes, vehículo del dios Visnú, e hijo de Kashiapa y Vnata.

Según el sagrado texto épico Majábharata, al nacer Garudá los dioses se atemorizaron
debido a su terrible brillo corporal. Supusieron que era Agni (el dios del fuego) y le

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pidieron protección. Luego descubrieron que era un bebé, y aun así lo alabaron como un
ser supremo y lo llamaron Fuego y Sol (según el Majábharata)

Garudá, junto con los rishis, ayudó a romper la suspensión de hostilidades entre la Indra
(el rey del cielo) y el piadoso asura (demonio) Vritra.

Los japoneses también conocen a Garudá, a quien denominan Karurá. Dicen que
Garudá comía a sus enemigos serpientes hasta que un príncipe budista le enseñó la
importancia del vegetarianismo. Entonces Garudá resucitó a todas las víboras que había
comido y digerido.

Representación de Garudá:

2.3.2. GRULLA

La grulla japonesa es una ave zancuda de más de un metro de alto, agudo pico, largo
cuello, cabeza con un tinte rojo, extensas alas y propietaria de un hermoso plumaje
blanco y negro que la destaca frente a sus otras hermanas plumíferas. Sus movimientos
elegantes, su agilidad y su fuerte reacción ante el peligro han sido inspiración durante
cientos de años para los cultores de las artes marciales y artistas de la pintura, literatura
y poesía.

Leyenda japonesa: “Tsuru no Ongaeshi” (La Grulla Agradecida).

Esta historia trata sobre un joven que vivía sólo en el campo. Un día de invierno estaba
paseando cuando escuchó un ruido extraño. Quien lo producía resultó ser una grulla que
había sido herida con una flecha. El joven decidió ayudarla y le extrajo la flecha con
mucho cuidado, tras lo cual la grulla pudo mover el ala y remontar el vuelo.

Aquella noche alguien llamó a su puerta. Cuando la abrió ante él había una hermosa
joven que había perdido su rumbo con la nieve y no sabía cómo regresar. El joven le
permitió quedarse a descansar esa noche.
Cuando se quiso dar cuenta, la joven llevaba ya un par de días viviendo con él. Era tan
dulce que no pudo evitar enamorarse de ella y le pidió casarse, a lo que ella aceptó.

La vida era muy dura y eran muy pobres, pero aun así eran felices; pero llegó de nuevo
el invierno y se vieron sin dinero ni comida. Entonces la mujer tuvo la idea de hacer un
tejido para venderlo y su marido le construyó un telar en una pequeña habitación.

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Una vez terminado, la mujer le pidió que por nada del mundo entrase mientras ella
estaba trabajando, a lo que su marido accedió. Tres días y tres noches estuvo trabajando
sin descanso, y cuando salió de la habitación estaba completamente extenuada. Aún así
había conseguido tejer una tela maravillosa, por la cual les dieron bastante dinero.

Con esto pudieron aguantar un tiempo, pero cuando se les acabó todavía seguía siendo
invierno. La mujer empezó a tejer entonces otra tela, pidiéndole igual que la vez anterior
que no entrase mientras trabajaba. Esta vez no fueron tres, sino cuatro días los que la
mujer estuvo trabajando. Al terminar estaba casi muerta, pero la tela que había hecho
sobrepasaba con creces a la anterior. Con el dinero que obtuvieron al venderla podrían
vivir con comodidad durante dos inviernos, pero desafortunadamente el joven sucumbió
a la codicia.

El deseo de ser rico unido a la intriga de cómo podía hacer esos tejidos si no habían
comprado hilo impulsaron al joven a pedirle a su esposa que tejiese de nuevo. Ella al
principio no estaba conforme porque tenían dinero de sobra, pero el joven consiguió
convencerla. Como siempre le hizo prometer que no entrase en la habitación y volvió a
encerrarse.

Esta vez el joven no pudo evitar la curiosidad y abrió un poco la puerta para ver como lo
hacía; pero se llevó un susto tremendo al ver a un
pájaro frente al telar, arrancándose las plumas y
usándolas sobre el tejido. La impresión fue tan
grande que no pudo evitar soltar un grito y el pájaro
le escuchó. Acto seguido el ave se transformó en su
esposa y le explicó lo que sucedía. Ella era la grulla a
la que había ayudado hacía ya tiempo. Para
agradecerle ese gesto había decidido ayudarle y por
eso se había transformado en humana. Pero al haber
roto su promesa y haber descubierto su verdadera
identidad estaba obligada a abandonarle.

Al escuchar esto el joven rectificó y le suplicó que se quedase, que el dinero no le


importaba si no podía estar con ella; pero era demasiado tarde. La grulla salió por la
ventana y jamás la volvió a ver.

2.3.3. SUZAKU

En la mitología japonesa, Suzaku es uno de los cuatro monstruos divinos que


representan los cuatro signos cardinales. Éste representa el Sur. Su apariencia es la de
un Fénix rojo, y representa el elemento del fuego.

El nombre de Suzaku en la mitología china es Zhu Que, el pájaro bermellón. Es uno de


los cuatro símbolos de las constelaciones chinas, que lo componen siete estrellas.

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3. CONCLUSIÓN A NUESTRO TRABAJO

Desde épocas primitivas, las aves han sido el símbolo sagrado de los dioses. Gracias al
vuelo, las aves han simbolizado las relaciones entre el cielo y la tierra, entre Dios y el
Hombre, siendo consideradas como deidades con capacidades curativas. Además,
simbolizan los estados espirituales y los estados superiores del ser; y su canto es
considerado como el lenguaje de los dioses.

El Fénix, ave mítica de origen etíope y de esplendor sin igual, tiene el poder, después de
haberse consumido sobre una hoguera, de renacer de sus cenizas. Fue venerada por los
egipcios, los chinos, los griegos y los cristianos medievales.

Para el Taoísmo, el ave representa el alma de los inmortales, la figura del alma
escapándose del cuerpo, o las funciones intelectuales; el Rig Veda dice que la
inteligencia es la más veloz de las aves.

Los etruscos, pueblo prelatino famoso por sus excelentes curadores, utilizaban con
profusión las plantas y los pájaros, pues veía en estas criaturas el porvenir y apelaban a
su influencia con los dioses.

En la tragedia Prometeo encadenado de Esquilo, un águila devora el hígado del héroe


que ha robado el fuego a los dioses para entregarlo a los hombres.

Para los hindúes, en los textos verídicos más antiguos, el ave simboliza la amistad de los
dioses hacia los hombres, para alejar el alma humana del espíritu del mal. Es un ave la
que va en busca de la ambrosia a una montaña y se la entrega a los hombres; también
son los pájaros los que vencen a las serpientes y dan la victoria a los Arios sobre los
bárbaros que se oponen a su avance.

Así como los dioses son vistos como seres voladores, las aves son un símbolo de
libertad divina, y su nido es visto como la casa del alma, al cual ésta sólo llegará
librándose de la pesadez humana, y volando hasta allí.

Los santos son llamados pájaros verdes y el Ángel Gabriel tiene las alas verdes.

En cambio, el Cuervo es un ave de gran inteligencia que en muchas mitologías es


reverenciando y temido. Las leyendas de este enigmático pájaro se remontan siglos
atrás, habiendo sido inmortalizado con su siniestra presencia como un mal presagio.
La presencia de los cuervos en guerras, escenas de muerte, junto a su apetito carroñero
han promovido al ave negra como un heraldo de la muerte.

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4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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