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Hay varias maneras de ver estos incidentes que pudieron resultar en pérdidas o lesiones y al final no pasó nada.
Dos de ellas -y de hecho las más frecuentes-, son:
1.- Ver el casi accidente como un golpe de suerte y agradecer por no haberlo sufrido.
2.- Ver el casi accidente como un asunto de probabilidades en el que gastamos otra oportunidad y nos acercamos
a tener un accidente real.
En cualquiera de los dos casos, hay que pensar que esta vez, bien sea por suerte por probabilidades, no ocurrió
nada de que lamentarse, pero en la próxima oportunidad ¿ocurrirá? ¿tendrá la misma suerte o aún quedan
probabilidades para gastar?
No importa la razón ni su creencia religiosa o matemática, es mejor no tentar la suerte ni jugar con las
probabilidades. En estos casos lo mejor es estudiar la situación y tomar medidas efectivas y ciertas que impidan
que tanto el accidente como el casi-accidente vuelva a ocurrir.
5. Sugiera soluciones viables. Esto es de gran importancia para todos. En la medida en que su sugerencia sea
realizable, esta será tenida en cuenta.
6. El Supervisor debe tomar la información que el trabajador entrega en forma positiva y sin reprenderlo ni llamarle
la atención por lo sucedido, sino al contrario debe motivar a sus trabajadores a informar todos los Casi-accidentes.
Aprender de los casi-accidentes es una manera eficaz y efectiva de evitar accidentes. Por esa razón es
indispensable comunicarlos, investigarlos y tomar las medidas necesarias para evitar su repetición.
Recordemos que los Casi Accidentes son signos indiscutibles de que algo anda mal. Al ignorar las causas de los
Casi Accidentes estamos invitando a la ocurrencia de un accidente real. Actuemos a tiempo. No menospreciemos
las advertencias.
¡El reporte oportuno de los casi accidentes, el aprendizaje y la aplicación de las lecciones aprendidas nos permitirá
no ir en aumento hacia los incidentes con lesiones!