Está en la página 1de 1

Lenguaje, poder e identidad Performativos soberanos

126 127

Las recientes propuestas de regular el discurso de odio en de la "conducta". Sólo en el último caso el "habla" en cues-
las universidades, en los lugares de trabajo yen otros espa- tión sería susceptible de ser proscrito. En el contexto de las
cios públicos han .tenido una serie de consecuencias polí- controversias sobre el discurso de odio, está surgiendo
ticas ambivalentes. La esfera del lenguaje se ha convertido recientemente una visión sobre el habla que problematiza
en el dominio privilegiado para interrogar las causas y efec- el recurso a cualquier distinción estricta; esa teoría sostie-
tos de la ofensa social. NIíentras que en momentos tem- ne que el "contenido" de ciertos tipos de habla sólo puede
pranos del Movimiento de los Derechos Civiles o en el acti- ser entendido en términos de la acción que el lenguaje eje-
vismo feminista lo que se primaba era documentar y buscar cuta. En otras palabras, los epítetos racistas no sólo apoyan
una reparación frente a varias formas de discriminación, la un mensaje de inferioridad racial, sino que ese "apoyo" supo-
actual preocupación política por el discurso de odio enfa- ne la institucionalización verbal de esa misma subordina-
tiza la forma lingüística que asume una conducta discri- ción. De ahí que se entienda que el discurso de odio no sólo
minatoria, por el procedimiento de tratar de establecer la comunica una idea ofensiva o conjunto de ideas, sino que
conducta verbal como acción discriminatoria1 . Pero ¿qué además realiza el mensaje mismo que comunica: la comu-
es la conducta verbal? No hay duda de que la ley tiene defi- nicación en sí es a la vez una forma de conducta2 •
niciones que ofrecernos y que esas definiciones a menudo Propongo revisar algunos de los sentidos en los que la
institucionalizan extensiones catacrésicas de comprensio- "conducta verbal" es concebida en la propuesta de ley sobre
nes ordinarias del lenguaje; de ahí que la quema de una el discurso de odio, y ofrecer una visión alternativa de cómo
bandera o incluso de una cruz puedan ser interpretados uno podría a la vez afirmar que el lenguaje actúa, incluso
como "discurso" a efectos legales. Sin embargo, reciente- injuriosamente, al mismo tiempo que se insiste en que "no
mente la jurisprudencia ha buscado el asesoramiento de las actúa" directa o causalmente sobre el destinatario exacta-
teorías retóricas y filosóficas del lenguaje para poder des- mente del mismo modo como tienden a describirlo los
cribir el discurso de odio en términos de una teoría más ponentes de la legislación del discurso de odio. De hecho,
general de la performatividad lingüística. Los practicantes el carácter 'como-de-acto' de ciertas expresiones ofensivas
de adhesiones inquebrantables al absolutismo de la Primera puede ser precisamente lo que les permite evitar decir lo
Enmienda suscriben la idea de que la libertad de expresión que quieren decir, o hacer aquello que dicen.
tiene prioridad sobre otros derechos y libertades constitu- Los juristas y los activistas que han contribuido al libro
cionalmente protegidos y de que, de hecho, a la libertad W70rds that I,Vound tienen cierta tendencia a expandir y com-
de expresión se la presupone ya mediante el ejercicio de plicar los parámetros legales del "habla" con el objeto de
otros derechos y libertades. Intentan incluir todas las decla- suministrar un entramado racional de base para la futura
raciones "con contenido" como discurso protegido por la ley sobre el discurso de odio. Y esto se consigue en parte al
Constitución y consideran que las formas de conducta ver- conceptualizar las declaraciones a la vez como "expresivas"
bal 3J."11enazadoras están sujetas a la cuestión de si tales ame- de ideas y como formas de "conducta' en sí mismas: el dis-
nazas se queüan1 en "11arHa
l ' " o SI. se ad entran en e 1 terreno curso racista en él la vez la in:6erioridad

También podría gustarte