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HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA.

CÁTEDRA II.

INFORME DE ELABORACIÓN.

 TITULAR DE LA CÁTEDRA: ROSSI, Lucía Arminda.

 COMISIÓN: 4.

 AYUDANTE DE PRÁCTICOS: ZALDARRIAGA, Hernán.

 ALUMNA: IZAL RODRIGUEZ, Paula Mariel.

Curso de Verano 2020.


¿Qué diferencias ubica en la manera de abordar las pasiones en Descartes y Hume?
¿Por qué en el siglo XIX se abandona el uso de ese concepto por Darwin y Wundt?
Aplique las nociones de hecho y método de Strasser.

Antes de establecer cuales son las diferencias en relación al abordaje de las


pasiones de parte de Descartes y Hume, y porque más tarde se cambia el concepto de
pasión por el de emoción, es necesario abordar los planteos de Strasser, ya que los
conceptos de hecho y método serán de gran utilidad para poder generar una
comparación entre los diversos desarrollos.

Strasser considera que los hechos científicos no vienen dados de por si en la


naturaleza, sino que son una construcción, y dicha construcción se da a partir de un
método. El método es el camino que se elige para llegar a una meta. Strasser plantea que
el hecho tiene dos grandes características: la miseria y la grandeza. Con respecto a la
miseria hace referencia a todo aquello que queda por fuera del método, y a la grandeza a
todos los hechos que el método ilumina para alcanzar el objetivo final. Es así, que los
estudios que cada autor realice y las conclusiones a las que pueda llegar van a depender
del método elegido. Los hechos, según Strasser, son distintos porque las ideas
metódicas difieren en su esencia.

Ahora sí, es momento de realizar un breve repaso del planteo individual de cada
uno de estos autores.

Por su parte Descartes comienza a desarrollar el tema deteniéndose en las


funciones corporales, es decir, en cómo se da el accionar del cuerpo en relación al
movimiento y al calor, con el fin de terminar con la idea de que el alma es la que genera
dichas cuestiones. Atribuye esta situación a los espíritus animados, a los que define
como pequeñas partículas presentes en la sangre que recorren todo el cuerpo, siendo las
más ágiles capaces de ingresar a la cabeza, donde se encuentra cierta glándula donde
podría ubicarse el alma. Es aquí donde se hallan las pasiones, en las junturas del alma
con el cuerpo, pertenecen al alma pero se originan en el cuerpo. Descartes las define
como las percepciones, sentimientos, emociones del alma, que se refieren a ella y son
causadas, sostenidas y fortificadas por los movimientos que realizan los espíritus
animados. El fin de esta definición es terminar con la idea antigua de las pasiones como
un pecado, para pasar a entenderlas como todas buenas en su naturaleza, sin dejar de
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mencionar de todas formas, que hay que evitar su mal uso o los excesos, haciendo
referencia a un remedio para las mismas, que implica la necesidad de calmar la sangre y
hacer lo contrario a lo que las pasiones exijan.

Hume, por su parte, comienza a trabajar el tema manifestando que los objetos
son juzgados como buenos o malos a partir de la sensación que generan, y que por ser
naturalmente conformes o contrarios a una pasión provocan una sensación agradable o
dolorosa, y es allí donde se da el juicio. También plantea que entra en juego en esta
situación la probabilidad, es decir, que se piensa en cuan probable es que un bien o un
mal sucedan, despertando pasiones mixtas, que llevan a la imaginación hacia un lado y
otro de las posibles resoluciones. Es así, que puede entenderse a las pasiones como una
doble asociación. Por un lado, las impresiones que de por sí generan en el cuerpo, y por
otro las ideas que estas impresiones causan.

Para poder establecer entonces las diferencias entre los planteos de ambos
autores, es preciso dar paso a los conceptos de hecho y método desarrollados por
Strasser y nombrados anteriormente. Ante el estudio de las ciencias, es necesario
siempre dejar en claro cuál es el método que se utilizará para dicho estudio. El método
es el camino que se sigue para alcanzar una meta. El hecho en este caso es una
construcción, una mirada, que se relaciona con el método, y permite alcanzar otros
hechos. Al momento que el autor plantea su idea metódica ciertos hechos quedan al
descubierto, y otros se oscurecen. La principal diferencia en los autores que desarrollan
un mismo tema es el camino que estos eligen, lo que dará como resultado hechos
distintos, porque su mirada estará puesta en lugares diferentes.

Es así, que la primera diferencia a destacar es el método de trabajo que cada


autor ha llevado a cabo. Descartes, por su parte, utilizó el método analítico matemático.
El mismo consistía en dudar de todo aquello que se presentaba, analizarlo, realizar una
síntesis, y volver a armarlo de manera que nada quede afuera. Esto daba como resultado
un objeto atravesado por la razón. Por su parte Hume, utilizaba el método inductivo, y
llamaba a dejarse guiar por la voz de la naturaleza y la experiencia, que es la que
permite el acercamiento al objeto.

Otra gran diferencia es el desarrollo que cada autor hace en relación al


conocimiento. Por su parte Descartes plantea que todos los sujetos son iguales, dotados
por una misma capacidad de razonar (brindada por Dios como garante lógico) que está

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dada por las ideas innatas. Descartes realiza una división entre la mente (res cogitans) y
el cuerpo (res extensa), lo que se conoce como dualismo cartesiano. Y plantea que el
conocimiento solo puede alcanzarse mediante la mente, a través del método cartesiano,
y que todas aquellas percepciones que vengan de parte del cuerpo solo conducen a
errores. Hume, al contrario, establece que las percepciones de la mente se dividen en
dos: por un lado el sentir, y por otro el pensar. El sentir es el origen, la causa, y el pensar
es el efecto, es decir, que todo el conocimiento que posee la mente pasó por los
sentidos. Es a través de la experiencia, en relación a su método, que los sentidos reciben
impresiones de sensaciones, que luego generan ideas. Ante la impresión de una
sensación buena (placer) se genera una idea (buena), y viceversa (dolor-malo). Para
Hume, la mente es una tabula rasa en donde los objetos impactan, generando una
sensación que deja una impresión, por la cual surge una idea como un producto
secundario. Nada es innato.

Pensando el planteo de Strasser, es posible entender el posicionamiento de cada


autor en relación a las teorías que desarrollaron. Descartes racionalista, poniendo a la
razón por sobre el cuerpo, siendo la mente la única capaz de alcanzar la verdad. Y
Hume empirista, dándole el lugar de importancia a la experiencia, siendo esta la capaz
de generar un contacto con el objeto, por el cual luego se dará una idea.

El cuerpo en relación a las pasiones también difiere en cada autor. Descartes


considera que las pasiones son del alma, pero que se originan en el cuerpo, y es por esto
que las pasiones no pueden considerarse generadoras de conocimiento. Hume, al
contrario, plantea que las pasiones no se originan en el cuerpo sino que a partir de los
objetos, de sus cualidades y lo que generan, y es por esto que si deben ser tenidas en
cuenta como conocimiento.

Se puede considerar que los planteos de estos dos autores pertenecen, utilizando
el concepto de Aries, a una misma mentalidad, más allá de que haya pasado un tiempo
considerable entre lo escrito por Descartes y lo desarrollado por Hume. Ambos hablan
de pasiones y pertenecen a la modernidad. En la línea histórica se presentan luego las
ideas del romanticismo del siglo XIX, de la mano de Darwin y Wundt. Estos autores
son los que dan el pasaje de la pasión a la emoción.

Darwin, junto a sus desarrollos en relación al evolucionismo, comienza a


considerar al sujeto como un organismo en su totalidad, dejando de lado la concepción

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cartesiana del mismo como una máquina analizable. El cuerpo para este autor se define
desde lo fisiológico como un organismo vivo, biológico, reaccionante, que debe
adaptarse al ambiente. Darwin abandona el estudio de las pasiones por el de las
emociones, ya que considera que las mismas pueden ser estudiadas a partir de las
expresiones, es decir, de los movimientos que las acompañan. El método utilizado es el
de la observación del cuerpo, de los movimientos corporales, a los cuales considera
instintivos e innatos, heredados.

Wundt también abandona el concepto de pasión por el de emoción, a partir de la


concepción de la emoción con dos caras, lo que denomina paralelismo psicofísico:
contenido psíquico, es decir, aquello que no se puede medir, lo cualitativo, lo subjetivo,
los sentimientos, y su correlato físico, es decir, el movimiento fisiológico, lo medible,
cuantitativo, objetivo, las sensaciones. Su método es la introspección experimental, se
lleva a cabo en el laboratorio a partir de aparatos de medición.

Es así como se abandona la idea de pasión, como un padecer pasivo del cuerpo,
y se pasa al concepto de emoción, donde el cuerpo toma el protagonismo a partir de las
expresiones que se generan de la mano de la emoción. El sujeto deja de estar en el plano
divino como una construcción de Dios a su semejanza, para pasar a ser un organismo
más en el mundo animal, siendo posible su estudio.

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