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FACULTAD DE CIENCIA SOCIALES

LICENCIATURA EN MERCADEO NO PRESENCIAL

FILOSOFIA
MODALIDAD VIRTUAL
SECCIÓN 01

DOCENTE LIC. GABRIEL FUENTES

VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE VIVIR FILOSÓFICAMENTE EN LA VIDA ECONÓMICA


DEL PAÍS

ESTUDIANTE: ILIANA MARGARITA OCHOA RIVAS

CARNET: 0203382019

SAN SALVADOR 14 DE MARZO DE 2020


INTRODUCCION
A oídos contemporáneos la filosofía y la economía suenan como disciplinas muy lejanas entre
sí. La filosofía parece ocuparse de algo muy inmaterial y etéreo mientras que la economía de
algo bien material y concreto. Sin embargo, la economía nació y permaneció unida a la filosofía.
Ya Platón y Aristóteles se ocuparon de hacer filosofía de la economía. Adam Smith, el padre de
la economía, era profesor de filosofía moral en la Universidad de Glasgow y su Riqueza de las
Naciones es parte de su sistema filosófico. Su amigo, David Hume, escribió interesantes y bien
lúcidos ensayos económicos. John Stuart Mill fue un gran filósofo político, lógico, epistemólogo
y economista. También Karl Marx era filósofo y escribió nada menos que El Capital. Los
grandes economistas han sido grandes humanistas con una fuerte carga filosófica: por ejemplo,
Carl Menger, John Neville Keynes, Ludwig von Mises, John Maynard Keynes, Alfred Marshall,
Frank Knight, Friedrich von Hayek, Joseph Schumpeter, Ludwig Lachmann, Herbert Simon y
Amartya Sen.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE VIVIR FILOSOFICAMENTE EN LA VIDA ECONOMICA
DEL PAIS.
Antes de hablar desde el punto filosófico es necesario conocer el panorama general de El
Salvador según el Banco Mundial.
Nuestro país cuenta con 6.4 millones de habitantes y es uso de los países más densamente
poblados, ubicados en el 83° percentil en el mundo en términos de densidad poblacional.
El crecimiento del PIB en El Salvador alcanzó el 2.5% en 2018 y su PIB per cápita es de
$40.58. Sin embargo, el país continúa registrando bajos niveles de crecimiento económico.
El bajo crecimiento del país se ha traducido en una moderada reducción de la pobreza. El alto
nivel de la deuda es motivo de preocupación.
El crimen y la violencia amenazan el desarrollo social y el crecimiento económico en El
Salvador y afecta negativamente la calidad de vida de sus ciudadanos.
El crimen y la violencia hacen más costoso hacer negocios, afectan negativamente las
decisiones de inversión y dificultan la creación de empleo.
La alta exposición y vulnerabilidad al riesgo de eventos naturales adversos, incluidos terremotos
y erupciones volcánicas, cambios climáticos.
Las soluciones para los desafíos del país probablemente involucraran esfuerzos en una amplia
gama de áreas que incluyen el desarrollo de habilidades, oportunidades en el mercado laboral,
salud y provisión de infraestructura, entre otros.
Ahora que sabemos el panorama general desde el punto de vista económico adentrémonos al
filosófico.
Ignacio Ellacuría menciona a Sócrates, quien resplandece la necesidad de filosofar,
interesándose en los problemas de su cuidad, como su morada. Además de que este piensa
que solo sabe quién sabe que no sabe nada. El autor habla sobre como Sócrates luchaba con
los poderosos de su tiempo y como pedía libertad de pensamiento, al punto de preferir morir a
dejar de filosofar o su cuidad.
El autor también plantea que la filosofía pretende positivamente exponer como son las cosas y
también tiene tarea de crítica. Habla de la filosofía con respecto de las ideologías, y de cómo
produce ideologización o más bien desideologización. Se cree que cuando la filosofía crea y
afirma, hay peligro de ideologización, no como cuando critica. El autor también hace referencia
a como la filosofía busca salirse de toda totalidad. El autor llega a algunas conclusiones como
que la filosofía implica: 1. Saber 2. Desideologizar, también que la gente no sabe que no sabe,
por lo que hay que hacer un esfuerzo por saber crítica y creativamente.  El autor dice que la
sociedad DEBE tener su filosofía, o sea, poner en marcha, la capacidad de pensamiento
filosófico. Por último, el autor expresa que los pueblos necesitan una transformación, pero llena
de verdad, si no en lugar de llegar a su liberación, se dará su alineación.

En las preguntas de la vida de Fernando Savater habla que los conocimientos que nos rodean,
los planteamos y analizamos a través de la razón, la cual se encarga de elaborar las teorías y
los criterios propios de cada uno. Éstos criterios son los que consideramos nuestra propia
verdad y cada cual posee la suya. Pienso que, si todos pensásemos igual, es decir que todos
estuviésemos de acuerdo con lo que es la verdad, no existiría el debate, porque lo que
caracteriza al pensamiento humano es que es individual y si, uno puede opinar lo mismo que
otra persona, pero tendrá ciertos matices de diferencia en los que impondrá su criterio

personal. Tampoco se puede decir que una persona tome una verdad para sí y la mantenga el
resto de su vida, en muy pocas ocasiones se mantienen los ideales a tan largo plazo, porque
puede que en un momento determinado cambie de opinión. Por ejemplo, una persona cree algo
firmemente y dice que tiene razón, en ese momento esa es la verdad para él y es inamovible,
hasta que se da cuenta de que estaba equivocado y cambia de postura, se puede decir que no
tenía razón y por lo tanto no era verdad lo que estaba diciendo.

«Primum vivere, deinde filosofare» (primero vivir, después filosofar), es decir, lo urgente es vivir,
filosofar es una tarea supererogatoria o lujosa. De lo que se deduce que la economía se
requiere para poder filosofar, aunque sólo como conditio sine qua non, de ningún modo como
principio positivo que dirija algún paso o contenido filosóficos; antes al contrario, para filosofar
es preciso desprenderse de toda preocupación o interés práctico. Mas, por otro lado, la
actividad filosófica, a pesar de su abstención acerca de toda positividad práctica y económica,
puede tematizar desinteresadamente la economía. La atención a los problemas que lleva
consigo la comprensión de la realidad induce a la filosofía a marginar los problemas individuales
y relativos a la propia subsistencia, pero no los que afectan a la búsqueda de la verdad, entre
los cuales se incluye la de la actividad económica. De modo que, sin intervenir en su hacer, la
filosofía puede dedicar parte de su esfuerzo a conocer temáticamente la economía, no para
obtener beneficios, sino sólo para alcanzar el conocimiento de su verdad.

Sin embargo, para que este tipo de ayuda por parte de la filosofía pueda ser llevada a cabo con
fruto, es imprescindible que, previamente, la Economía recupere la historia del pensamiento
económico como fuente de conocimientos teóricos. Los problemas de la Economía actual que
hemos mencionado derivan en buena parte del hecho de que, a imitación de las ciencias
empíricas –y, en general, de las que usan las matemáticas–, la ciencia económica ha
marginado el conocimiento y aprecio de la historia de sus ideas. La filosofía enseña, por el
contrario, que todo cuanto ha sido pensado por el hombre sigue teniendo vigencia y relevancia,
siempre que se sepa referirlo a los problemas reales y a la búsqueda de la verdad. En el
despliegue de la Economía se han ido y se van descubriendo conceptos básicos, algunos de
los cuales fueron ya planteados en épocas pasadas, pero que no por eso dejan de estar
vigentes en nuestros días. Si no los tenemos en cuenta, nos veremos obligados una y otra vez
a planteárnoslos desde cero, corriendo el peligro de repetir, sin saberlo, los mismos
planteamientos del pasado, y sin que avance nada nuestro conocimiento de la realidad.
CONCLUSION

Es de importancia en conocer diferentes tipos de pensamientos, por lo que cada


uno tiene su propia filosofía buscando no quedarse en el pasado, más bien
buscando la manera de brindar cosas nuevas a futuro, mediante la creación
estudiando las historias, principios de la filosofía de la humanidad.
BIBLIOGRAFIA

 PERSPECTIVA FILOSÓFICA DE LA ECONOMÍA, Revista de la Facultad de Ciencias Contables Vol. 24


N.º 45 A pp. 85-91 (2016) UNMSM, Lima - Perú ISSN: 1560-9103 (versión impresa) / ISSN: 1609-
8196 (versión electrónico
 EL PAPEL DE LA FILOSOFÍA EN LA ENSEÑANZA DE LA ECONOMÍA JOSÉ M. DOMÍNGUEZ MARTÍNEZ

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