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MAESTRIA EN PSICOTERAPIA

HUMANISTA

TERAPIA CENTRADA EN LA PERSONA

Marvin I. Parrales Gómez


Compilador

2012
Elaboración de Antología para IUCR
Responsable: Ma. Julia Serrano V. Directora de Investigación
Elaborada por Marvin Ismael Parrales Gómez
Edición: DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, Puebla
Este material ha sido elaborado con propósitos didácticos, sin fines lucrativos
Se reservan los derechos de uso para IUCR, Puebla.
D.R © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.
Contenido

Presentación
Marvin Ismael Parrales Gómez
1. Naturaleza de la ayuda en la psicoterapia.
M.L. Poeydomenge
2. Transformar a un ser humano completo.
Chögyam Trungpa
3. La presencia en la relación de ayuda.
David Brandon
4. Enseñar a los terapeutas a estar con sus clientes.
Diane Shainberg
5. Método de estudio.
Miguel Martínez
6. La búsqueda de una clave metodológica.
Miguel Martínez
7. El diálogo como método.
Miguel Martínez
8. Dialogar con el otro.
M. L. Poeydomenge
9. La persona que es el psicoterapeuta.
J. F. T. Bugental
10. ¿Puedo actuar como facilitador de un grupo?
Carl Rogers
11. Tres condiciones, tres actitudes.
G.A.M. González
12. La persona que funciona plenamente.
G.A.M. González
13. Cómo expresar empatía.
Arthur Ciaramicoli y Katherine Ketcham
14. Escuchar con empatía.
Arthur Ciaramicoli y Katherine Ketcham
15. ¿Cómo puedo crear una relación de ayuda?
Juan Lafarga y José Gómez (compiladores)
16. La relación terapéutica: investigación y teoría recientes.
Carl Rogers
17. Algunas tendencias que se manifiestan en la terapia.
Carl Rogers
18. Qué significa convertirse en persona.
Carl Rogers
19. La persona que surge: nueva revolución
Carl Rogers
20. La psicoterapia Rogeriana: sus riesgos, sus paradojas, su
extensión.
M.L. Poeydomenge

Bibliografía
PRESENTACIÓN

El material que he reunido en la presente antología está pensado con


todo cariño para los alumnos de la asignatura: Terapia centrada en la
persona.

Pretendo lograr con él dos objetivos fundamentales: por un lado


ofrecerte una mirada objetiva de las actitudes básicas y de las
técnicas de la facilitación Rogeriana. Y por el otro penetrar en el
fascinante mundo de la psicoterapia que nos legó Carl Rogers, así
como revisar algunos artículos selectos sobre los protagonistas de la
relación de ayuda: el cliente y el psicoterapeuta.

Quiero invitarte a leer detenidamente cada uno de estos artículos y


profundizar en ellos con la revisión de la bibliografía sugerida, así
como manifestarte la gran emoción que siento al darme cuenta que en
breve estaremos' compartiendo el privilegio de aprender juntos en la
maravillosa experiencia del crecimiento humano.

Marvin Ismael Parrales Gómez


Terapia Centrada en…1

1. NATURALEZA DE LA AYUDA EN PSICOTERAPIA


M. L. Poeydomenge

La relación de ayuda
En 1942, Rogers, entonces profesor titular en la Universidad de Ohio,
presenta en Counseling and Psychotherapy, un nuevo método de ayuda
psicológica que denomina indistintamente relación de ayuda (orientación
psicológica) o enfoque no directivo. Sólo en esta obra, que tuvo un éxito
considerable, empleó la expresión de no directividad para designar el
método que había-elaborado «progresivamente» en el Centro de
Orientación Infantil de Rochester, frente a las técnicas coercitivas o
interpretativas que había aprendido y cuyos fracasos le inquietaban.

En este texto la relación de ayuda es analizada en su especificidad


terapéutica por oposición a las relaciones de poder y a las relaciones
afectivas. Ni el amor de los padres ni la autoridad del psiquiatra,
propiamente hablando, pueden «ayudar» a quien tiene dificultades en la
vida. Debe crearse una relación nueva entre ayudante y ayudado, nueva en
1942 y convertida después en modelo de toda psicoterapia, incluso
analítica, de creer, a F. Dolto:

“El psicoanalista no añade una opinión nueva. En un juego de conflictos


permite a las fuerzas emocionales veladas hallar una salida; al consultor
corresponde dirigidas por sí mismo",

Este enfoque no directivo nos es aquí presentado muy directa y


didácticamente.

Incluye, a guisa de conclusión, la transcripción íntegra de la grabación de


ocho entrevistas que Rogers mantuvo con H. Bryan, acompañada de
comentarios a posteriori del ayudante sobre sí mismo.

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Rogers no ha temido jamás implicarse personalmente en sus
investigaciones, recurriendo a las grabaciones (cintas o películas) para
determinar mejor los datos mensurables. Este continuo vaivén de la
observación a su análisis, de las mediciones a la teorización, seguirá
siendo una de las constantes de sus actividades de psicólogo.

«Los hechos son amigos. Me resulta muy interesante comprobar que la


mayor parte de los psicoterapeutas, en especial los psicoanalistas, se han
negado siempre a realizar un estudio científico de su terapia o a permitir a
otros que lo hagan. Es una razón que comprendo porque la he
experimentado (...). Pero aproximarse a la verdad jamás es perjudicial ni
peligroso ni incómodo»

En 1975 evocará los comienzos de su carrera de investigador que hacía


posible su nombramiento de profesor y esta pasión por la verdad que le
animaba:

«Después pasé a una enseñanza universitaria de jornada completa en


donde, con la ayuda de los estudiantes, conseguí hallar material para
grabar nuestras entrevistas. No creo exagerar al hablar de la excitación en
la que nos sumía lo que íbamos a aprender; congregados en torno de la
máquina que nos permitía escuchamos, hacíamos pasar una y otra vez un
fragmento embarazoso en donde muy evidentemente la entrevista se
perdía, o bien los momentos durante los cuales el cliente progresaba de
manera significativa. (Considero todavía este procedimiento como la mejor
manera que tiene el terapeuta de aprender a perfeccionarse".

La metodología experimental de Rogers comienza, pues, al mismo tiempo


que su enseñanza. Una extremada sensibilidad hacia los demás y una
exigencia de rigor son constantes de su personalidad y, durante más de
veinte años, hará compatible sus actividades de profesor, de investigador y
de terapeuta. Será preciso que pase a los setenta para renunciar a algunas
de ellas:

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Terapia Centrada en…3
«I am no longer actively engaged in individual therapy or empirical
research. I am finding that after one passes 70, there are physical
limitations on what one can do, I continue to engage in encounter groups
when I believe they might have significant social impact».

No abordaremos estas investigaciones experimentales acometidas para


comprobar o negar la eficacia de las hipótesis básicas, refiriéndonos
solamente a ciertas conclusiones. Pero consideraremos la relación de
ayuda a través de toda la obra de Rogers, desde Orientación psicológica y
psicoterapia hasta su expresión más sintética, aparecida en El poder de la
persona en 1977 en los Estados Unidos, pasando por el capítulo más
teórico titulado «Teoría e investigación» escrito en 1952 y publicado en
1959 en Psicoterapia y relaciones humanas, concluida en 1961, nos
proporcionará los análisis más nutridos de la relación de ayuda.

Los destinatarios de la relación de ayuda

En su origen la relación de ayuda es modestamente un tratamiento posible,


entre otros, de los defectos de adaptación. La ayuda psicológica es, en
efecto, inadecuada, cuando la causa de las dificultades es exterior al
individuo. Resulta entonces más eficaz actuar sobre el entorno del sujeto,
cambiando al alumno de clase, al obrero de taller, etc. Cabe también
recurrir en ciertos casos a las terapias que utilizan unos medios, como los
juegos en la arena, la arcilla para modelar, la pintura, la expresión
dramática... y/o la quimioterapia.

«La entrevista de ayuda no es siempre el método adecuado para todos los


problemas de los niños ni para todos los problemas de los padres.»

Treinta y cinco años más tarde Rogers escribirá de nuevo:

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«El individuo es por lo menos capaz de elegir una escuela de terapia que
pueda convenirle. »

Sin embargo, es amplio el público de quienes pueden beneficiarse de esta


nueva terapia. Interesa a todos los que experimentan la necesidad de
cambiar en ellos actitudes y comportamientos porque se sienten mal,
dentro de sí mismo o en su ambiente, alumnos o estudiantes en situación
de fracaso recién casados con dificultades de mutua adaptación(problemas
relacionales tan queridos de Rogers), militares que han de reinsertarse en
la vida civil, trabajadores cuya producción mejora con la resolución de sus
problemas (Rogers cita las investigaciones realizadas en los talleres de la
Western Electric Company), en suma, hombres y mujeres que sufren
bloqueos, tensiones, inadaptaciones a la vida.

Este proyecto de ayuda para «adaptar» a los individuos a una tarea o a un


grupo no fue mantenido por Rogers. ¡Ni muchísimo menos! ¿Adaptar al
individuo a qué? ¿A qué sociedad? Se conocen las paradojas o las
contradicciones de este proyecto:

«En abril de 1945 la tarea del psiquiatra alemán quedaba concluida en el


momento en que su paciente se afiliaba al partido nazi; en mayo de 1945
terminaba el día en que su paciente se adhería al partido cristiano-
demócrata (si vivía en Francfort del Main) o el partido comunista (si vivía
en Francfort del Oder. »

Ya no hay un psicoterapeuta que trate de acomodar a su paciente a su


entorno. ¿En Libertad y creatividad en la educación? y al interrogarse
sobre el ideal de la persona, Rogers escribe:

«Pienso en esta idea vulgarmente admitida y según la cual la persona que


ha concluido una terapia o que ha llegado a una madurez completa debe
hallarse perfectamente ajustada a la sociedad. ¿Qué sociedad?
¿Cualquiera, sin que importen sus características? No puedo aceptarlo».

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La reflexión crítica de Rogers sobre la sociedad se desarrollaba mientras
preparaba El poder de la persona, y más exactamente el nuevo perfil
político de la persona nueva, a menudo marginal, a la inversa del sujeto
demasiado bien adaptado. El normado que acaba de concluir una terapia.

Aunque el público potencial de esta ayuda psicológica sea amplio, la


naturaleza de la relación lo limita: ni el poder ni el afecto privilegiado
pueden ligar al ayudante y al ayudado.

Ayuda y poder
Diferenciemos en primer lugar la ayuda psicológica de la ayuda médica; no
son del mismo orden aunque el médico pueda inspirarse en la terapia
rogeriana (objetivo abiertamente buscado por el autor cuando anima
grupos de encuentro reservados a las eminencias médicas desde que
cumplió setenta años). El médico posee, por definición, el saber, y de ahí
su diagnóstico y el poder del que procede su receta, prescribiendo un
tratamiento. Rogers rechaza uno y otro, no por ignorancia o incompetencia.
Aunque haya tenido que practicar diagnósticos sistemáticos en el centro de
orientación de Rochester, pone en duda tanto su valor como su legitimidad.
El conocimiento de sí mismo que proporcionan los tests, que permanece
exterior al sujeto, no puede tener un impacto profundo sobre su captación
interior y la re-organización de su personalidad. Sólo el paciente posee los
elementos que importan, que le importa conocer. Además, el sujeto
clasificado en una nosografía abandona la posición de sujeto a quien se
habla para convertirse en objeto del que se habla y de que se dispone. (Se
reconocen las tesis de la anti psiquiatría o la de T. Szasz" [1978]). Se
confirma este rechazo de los términos médicos en la ayuda psicológica: al
«terapeuta» se le nombra ayudante y consultor. El «Enfermo» no es un
paciente, resultaría pasivo... sino un cliente, un sujeto libre en su gestión,
un miembro de una relación que no quiere ser jerárquica. Por lo que a la
«curación» se refiere, es más bien mencionada como la conclusión de la
terapia, como el momento en que la persona se asume "y se convierte en
ese sujeto que funciona plenamente.

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Ese ser «normativo» que es el término de toda la reflexión filosófica de
Rogers. El vocablo «curación» resultaría impropio para traducir esta
dinámica que anima al que ha atravesado la experiencia de la ayuda. Sin
embargo, el rechazo de la nosología no es un rechazo de un análisis lúcido
de la situación. Es el cliente quien llevará el juego de un extremo a otro.

«En un sentido profundamente significativo y real, dice M. Kinget, la misma


terapia es un proceso de diagnóstico que se desarrolla en la experiencia
del cliente, no en el pensamiento del clínico».

Rechazo del balance del diagnóstico, rechazo de la anamnesis indiscreta,


rechazo de toda presión, el que ayuda no -prescribe ni prohíbe un modo de
vida y de relaciones, unos hábitos o unos comportamientos; no podría
decir: «¡Usted no debe casarse en este momento, usted no debe mudarse
de casa ni cambiar de situación... sino conservar el statu quo! ». El
terapeuta rogeriano se guardaría muy bien de infantilizar al cliente, de
negarle el derecho a la autonomía, de vigilar sus iniciativas. ¿.Sería lógico
«desconfiar» así de su cliente cuando se trata de ayudarle a que cobre
confianza en sí mismo?

Rechaza también aconsejar. Rogers se muestra intransigente cuando


prohíbe. Si es tan firme es porque conoce las tentaciones a las que se ven
sometidos los terapeutas y sus maneras sutiles de sucumbir a ellas: «Si yo
fuese usted... quizás podría usted... Por qué no... » ¡Qué difícil es también
no aconsejar prudencia, cordura, paciencia! Sin embargo, sugerir no sirve
de nada: o el individuo es independiente y sólo escucha «para conservar
su integridad» o es ya muy dependiente y se vería reforzado en su
sumisión. El terapeuta se niega, pues, a emplear su influencia para
someter al paciente a su tutela. Sabe que así le haría inseguro y que
necesitaría compensar la perturbación provocada por esta situación
anormal. Al obrar así, Rogers suscitaba una gran ola de cólera entre esos
profesionales de la ayuda a los que se dirigía:
«Yo había descrito (en 1940) diversas técnicas de ayuda psicológica muy

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utilizadas en la época" --como las sugerencias, los consejos, la persuasión
y la interpretación- y había hecho notar que se basaban en dos hipótesis
fundamentales: "el consejero es el mejor juez" y conoce las técnicas para
conducir a su cliente de la manera más eficaz posible, al objetivo elegido
por el consejero. Ahora veo (en 1977) que había asestado un golpe político
de doble filo».

Porque en la relación de ayuda hay que superar otra tentación y para


algunos la más violenta: el terapeuta no ha de interpretar jamás los
mensajes que le son confiados. Aquí Rogers se enfrenta explícitamente
con los analistas freudianos que se esfuerzan por diagnosticar, por explicar
y por desvelar en el momento que creen oportuno el sentido de lo que el
otro ha vivido. Sin embargo el ser angustiado, en situación de fracaso o de
conflicto, no espera que su caso sea «tratado» en el marco de un sistema
predeterminado. No quiere verse acechado por la batería a interpretar.
Volvemos a hallar un recuerdo doloroso, una fase difícil del pasado. ¿Qué
ayuda deseamos encontrar? Escuchemos esta respuesta de Prigent:

«Se busca entonces a alguien que le ayude a uno a ver más claro, que le
escuche, que le oiga allí en donde se encuentra, que reciba un mensaje
angustiado y envíe otro, un signo de vida para reanimar en uno mismo la
llamita vacilante que iba a extinguirse, un gesto de connivencia, de la
antigua connivencia de los seres vivos que, partiendo de lo más profundo
de uno, alcance a lo más profundo (...). El que ha podido o que podrá ser
ese espejo cálido que no refleja sino que siente (... ) no tratará de
comprenderle a uno como si fuera un problema, aunque sea humano, sino
más bien de simpatizar, de sufrir juntamente, de alcanzar una empatía
como dice Rogers, en suma de sentir con uno lo que uno siente. Uno, de
lleno en el torbellino que va a envolverle, él, con un pie en la orilla y el otro
en el agua, bien mojado también».

Para qué dar explicaciones que sólo tienen una significación intelectual y
en consecuencia carecen de eficacia terapéutica en cuanto que no son
sentidas por el cliente, condición para su integración.

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Pero prohibir la interpretación es cosa fácil, no interpretar durante la
entrevista resulta sin duda imposible: ver, oír, sentir, es siempre en un
sentido interpretar unos mensajes sensoriales. La única salida posible es
dejar al cliente la tarea de apreciar la exactitud de estas «interpretaciones»,
responde Rogers.

Finalmente, última forma de ayuda rechazada por Rogers, la


tranquilización del cliente: «Usted mejorará... Su caso no es tan grave.
Situaciones tan banales como la suya las veo todos los díasS», Tratar de
disminuir la tensión a la cual se halla sometido el cliente, minimizándola,
intentando reducirla o racionalizada, no ha ayudado jamás a nadie, sino
momentáneamente y en apariencia. La persona sigue prisionera de sus
dificultades, quizás más dividida aún o sintiéndose más culpable por
soportar tan mal una situación «banal».

«Se impide al sujeto inadaptado llevar plenamente a su conciencia sus


ansiedades, sus conflictos, su sensación de culpabilidad cuando se le
afirma que no existían»

Pero él posee la clave de sus perturbaciones.

«Voy a dedicarme ahora a un apartado que me interesa mucho: las


depresiones nerviosas, la esquizofrenia, salvo en casos muy particulares,
no son enfermedades. Las circunstancias pueden ser tan abrumadoras, los
conflictos tan graves o la conciencia de sí mismo tan sumaria o tan falsa
que un comportamiento aberrante puede llegar a ser la única manera de
abordar el mundo interpersonal o de adaptarse a él».

La ayuda rogeriana excluye, pues, un cierto número de actitudes


personales de evaluación, de investigación, de sugestión, de interpretación
y de consolación que ayudan a veces y sin embargo resultan inadecuadas
por disimétricas, dominadas por el poder del ayudante.

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« ¿Puede el enseñante asegurar con sus alumnos una relación de ayuda
psicológica? ¿Les resulta posible a un delegado de libertad vigilada o a un
funcionario judicial construir una relación terapéutica con los delincuentes a
su cargo? (...). Me parece que no se puede mantener una relación de
ayuda psicológica con alguien si al mismo tiempo se posee una autoridad
sobre él. La terapia y la autoridad no pueden coexistir en la misma relación.

En efecto, la ayuda excluye todo juicio moral, tanto negativo como positivo.
¿Cómo es posible que en estas condiciones el jefe, el enseñante, el padre
pueda dirigir, controlar, educar, evaluar, apreciar, sancionar? ¿Es posible
declarar al profesor que se ha copiado en el examen, al juez que se han
cometido otros delitos? La ayudase hace asunto exclusivo de los
psicólogos, de personas sin poder. O ayudar o educar, es preciso escoger.

Desde luego el que ayuda podría ejercer alternativamente una función de


autoridad y una función de ayuda y orientación: la profesora será distinta
en su clase y fuera de ésta. Esta doble cara resulta sin embargo difícil de
aceptar para el alumno que debe saber disponerse diferentemente según
las situaciones. Otra solución: ¿sabría el ayudante (orientador), agente de
un poder al que representa, saber disociar en sí al agente responsable y al
que ayuda? La solución más simple, concluye Rogers, requiere que las
funciones de autoridad y de ayuda sean ejercidas por personas diferentes.
Afirmación sin matices, no sin consecuencias:

«Esta relación terapéutica es distinta de la mayoría de las relaciones


autoritarias de la vida cotidiana e incompatible con éstas».

¿Fue la eficacia de su terapia lo que indujo a Rogers a reconsiderar la


ayuda que deberían aportar padres y educadores? En sus obras sólo
referidas a la terapia, mantendrá la especificidad de la relación de ayuda,
comparable a ninguna otra relación.

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Terapia Centrada en…10
Ayudar- amar
Porque no puede contaminarla ni el afecto ni el poder. El amor, es en
efecto impaciente, pronto doloroso, siempre preocupado por evitar el
sufrimiento, por aportar un rápido consuelo. Su «precipitación espontánea»

Parece que no favorece la maduración lenta que la ayuda provoca.

«Debería revelarse claramente que cuanto más profundamente nos


hallemos implicados de una manera afectiva, tanto menos capaces somos
de asumir estas funciones de ayuda».

Los cónyuges, los amigos íntimos, resultan demasiado dependientes uno


de otro para mantener la «distancia justa necesaria a la función
terapéutica, ni fusional ni indiferente, ni posesiva ni exterior. »

«La relación de ayuda es una relación diferente a la de la amistad o a


cualquier otro estrecho lazo afectivo (...). Podemos desarrollar sólidos
lazos con nuestros amigos, pero si tratamos de ser a la vez orientador y
amigo, resulta probable que nos hagamos mediocres tanto como quien
ayuda y como amigo».

A cada uno, su situación relacional propia. Para el consorte, para los


amigos, el apoyo afectivo, la comprensión, el compartir; para el que ayuda,
la objetividad y sin embargo el calor. Rogers percibió muy pronto la
necesidad de un interés pro-fundo y explícito del que ayuda respecto del
ayudado, pero también el riesgo de una solicitud demasiado maternal que
aprisione al «cliente» en una red de dependencia afectiva, en este « ¡juego
de indulgencia»!", que parece corresponder al núcleo de la mentalidad
japonesa, tanto individual como colectiva, y que bloquea el des-arrollo de la
autonomía personal. Así Rogers precisa que la simpatía debe ser
controlada, limitada.

«El terapeuta adoptará una conducta más prudente, si evitando .los


extremos de la reserva y de la súper implicación, crea un lazo

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caracterizado por el calor, el interés, la emoción simpática y un grado clara
y nítidamente limitado de vinculación afectiva».

¿Se dominan tan fácilmente los vínculos? ¿Acaso no los liga


profundamente la confianza que se desarrolla de manera progresiva entre
el orientador y el orientado? Freud temía esta forma de amor que denominó
«transferencia»... para desembarazarse de ella. Rogers presentía que su
respuesta era provisional porque la solicitud no posesiva que
experimentaba por sus clientes se hallaba desde luego mezclada con
cariño. En 1942, tres años después de la muerte de Freud, esta verdad no
podría ser ni reconocida ni analizada.

La ayuda no directiva
¿Cuál es, pues, la especificidad de la relación de ayuda, definida hasta
ahora tan negativamente, en su rechazo de toda forma de autoridad y de
afecto? El primer enfoque que nos proporciona Rogers se presenta como
provisional, a título de hipótesis:

«La relación de ayuda psicológica es una relación tolerante, estructurada


de manera precisa, que permite al cliente adquirir una comprensión de sí
mismo en un grado que le hace capaz de progresar a la luz de su nueva
orientación. Esta hipótesis tiene un corolario natural: todas las técnicas
empleadas deben poseer como objetivo el desarrollo de esta relación libre
y permisiva, esta comprensión de uno mismo en el mantenimiento de la
ayuda y esta orientación hacia la libre iniciativa de la acción»:".

Estas líneas, tan a menudo leídas rápidamente en beneficio exclusivo de


la permisividad, subrayan, por el contrario, la complejidad de la relación de
ayuda a través de las paradojas que implica: permisiva y estructurada, no
directiva y dirigida, liberadora y reglada. La ayuda psicológica es el
resultado de un campo de expresión libre cuya conclusión se conoce:
comprensión de sí mismo, acciones libremente emprendidas.

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Terapia Centrada en…12
Relación permisiva; su sentido es claro. El cliente puede «decir» todo,
declarar actitudes o comportamientos jamás reconocidos, impulsos
reprimidos, sentimientos agresivos de venganza o de odio, resentimiento o
pasiones, etc., sin que se formule juicio alguno. Freud había comprobado
ya la eficacia de la catarsis, de esta liberación que en cierto grado permite
la confesión en la Iglesia católica. Rogers se inserta en esta tradición
permisiva a la que convierte en absoluta a través de todas las
prohibiciones que empezó por enunciar: no aconsejar, no evaluar, no
interpretar jamás.

Y si el cliente tiene el campo libre para manifestarse porque ha podido


«desprenderse de sus mecanismos de defensa y de sus súper
compensaciones asume al mismo tiempo la responsabilidad de toda la
entrevista: la lleva como le parece. Sus declaraciones no serán ni
requeridas ni transformadas, son escuchadas y restituidas en su contenido
afectivo, emocional. De ser solicitadas por preguntas precisas, correrían el
riesgo de bloquear la exploración del sujeto por sí mismo.

Al terapeuta de H. Bryan que acaba de plantear a su cliente dos preguntas


directivas, Rogers le muestra que son inútiles (Bryan ha abandonado su
análisis para, refugiarse en un discurso filosófico) y quizás nocivas:

«Toda esta parte de la entrevista (...) resulta mucho menos provechosa a


causa de las dos preguntas directivas. Esto indica lo fácil que es desviar el
curso de una terapia constructiva, con los errores quizás no reconocidos
como tales en su momento.

Dejadas atrás, resultarían amenazadoras. Atención a los reflejos


infieles que tergiversan el sentido del discurso. No canalizar, no bloquear
nada (¿ni desbloquear?); la hora de la entrevista pertenece al cliente, que
la utiliza como considera oportuno. Nada de exploración sistemática del
pasado, lo que hay que aclarar primero es la vivencia actual; el sujeto se
refiere, si le parece bien, a los orígenes de sus dificultades actuales. ¿Pero
es posible hacer tabla rasa de los logros de la psicología de lo profundo?

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Aceptar conocer el sufrimiento y sentirse impotente, aceptar la oleada de


sentimientos negativos, a veces destructores del-mismo sujeto. Aunque se
declare completamente inestable, completamente dependiente, indigno de
ser amado, poco importa; es preciso escuchar y aceptar,

« La tendencia natural del consejero inexperto sea tratar de convencerle de


que exagera y dramatiza la situación. Es probablemente verdad y el
argumento del consejero es intelectualmente lógico pero no resulta
terapéutico".

No «juzgar» las conductas íntegramente egoístas.

H. Bryan cuenta sus relaciones efímeras con muchachas a las que


abandona, sin tener preocupación alguna por su sensibilidad y sus
derechos, por el exclusivo placer del empleo de su «técnica amorosa". El
psicólogo no señala ni la inmadurez ni la inmoralidad de su conducta
porque su función de terapeuta, precisa Rogers.

«No estriba en emitir un juicio sino en esclarecer y objetivar las actitudes

Fundamentales del cliente para que el mismo cliente pueda decidir si se


hallan o no en la línea de sus propios objetivos vitales. Adoptar tal actitud
implica un respeto profundo por la autonomía y la integridad del individuo.
Implica la creencia de que todo individuo puede auto determinarse. No
todos los terapeutas poseen este grado de confianza en los seres humanos
ni este grado de respeto por el derecho del individuo a realizar por sí mismo
sus elecciones fundamentales. Estos terapeutas creerán imposible realizar
una terapia como la que se indica en este libro y sobre este caso. El
método no conviene a sus creencias.»

Rogers precisa además:

«Se debe permitir al cliente pensar las cuestiones en vías que le sean
reales y naturales».

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Terapia Centrada en…14

Incluso aunque nos parezca perderse en digresiones inútiles. El principio


resulta, pues, claro: el que ayuda debe crearse-un lugar de expresión libre,
lugar que no existe en los encuentros cotidianos en los que cada uno se
refugia tras sus barreras de prejuicios, de estereotipos y de prohibiciones,
para protegerse de los demás...

Por lo que se refiere a la estructura precisa que hay que dar a la relación de
ayuda, ésta es desde luego de orden temporal: la cita debe ser respetada,
el tiempo de la entrevista debe ser delimitado.

«El cliente no es cliente libre de imponerse al consejero y de obtener más


tiempo, sea cual fuere la manera en que lo aborde».

Concierne también a la expresión, que sigue siendo verbal. Queda vedado


el paso a la acción. Sólo tras su llegada a la costa occidental en 1964
Rogers, ya más consagrado a los grupos de encuentro, modificó sus modos
de expresión, dando una importancia mayor a lo no verbal. Sin embargo,
permanece prudente ante el desbordamiento de las técnicas de expresión
corporal:

«Me manifiesto en mis movimientos físicos lo más espontáneamente que


quedó. Mi fondo de educación no me inclina a ser especialmente libre
desde este punto de vista».

A cada cual le corresponde buscar el modo de expresión, verbal o gestual,


que le convenga mejor, respetando siempre, desde luego, la persona física
del terapeuta, sean cuales fueren los sentimientos experimentados, las
frases intercambiadas.

Pero la estructura de la relación de ayuda es también de orden técnico y las


consignas de Rogers al respecto son estrictas: el que ayuda sólo puede
reflejar, tan fielmente como le sea posible, lo que oye. (¿En qué nivel de
escucha? Ya volveremos sobre ello). De todas maneras, reflejar es Remitir
al otro su mensaje, con el amor o el odio que lo acompaña, es explicitar sus
transferencias.

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Terapia Centrada en…15

La transferencia
Si existe un riesgo en este contexto permisivo es desde luego que se
establezca: una relación de apogeo allí en donde no debe existir ni
autoridad ni afecto privilegiados. ¿Cómo burlar esta trampa de la
transferencia que supo explotar Freud? Rogers considera que los
sentimientos que el cliente experimenta frente al terapeuta tienen que ser
dilucidados al tiempo que se progresa como peripecias que conviene sacar
a la luz permanentemente para evitar crear una situación de dependencia o
una neurosis de transferencia... Al terapeuta le incumbe mostrarse muy
vigilante para analizar y detectar los elementos de transferencia que
habitualmente enturbian las relaciones sociales.

El elemento realmente importante es que el que ayuda deje al cliente en


libertad para cambiar de sentimientos sin culpabilidad alguna. Usted, dirá, me
tiene ahora un gran afecto, pero puede que llegue un momento en que se
sienta lleno de resentimiento y llegara desde luego un momento en que ya no
experimente la necesidad de esta relación.

Al trazar la evolución afectiva del cliente durante la terapia, en El proceso de


convertirse en persona, Rogers le supone los siguientes sentimientos:

«La mayor parte del tiempo tengo verdaderamente confianza en él y esto


ayuda (S). Creo incluso que se interesa por mí (S). Puedo además decirle lo
que siento en cualquier momento dado y en lugar de alterar violentamente
nuestras relaciones, corno temía antes, esto parece reforzarlas»

La relación de transferencia, inevitable, se desarrolla, pues, paulatinamente, de


manera tal que salvaguarda la autonomía del cliente. Este mismo objetivo es el
que guiará las respuestas que habrá que dar a las preguntas-trampa
formuladas al terapeuta para lograr que tome partido. Se tratará entonces de
«manejar» la pregunta del cliente en sí misma, remitiéndola para que analice él
mismo su experiencia. Las batallas de ideas no resultan terapéuticamente
beneficiosas y la entrevista no es una clase.

Es obligado, pues, que el terapeuta respete íntegramente el progreso de su


cliente, que le acompañe sin orientarle, que no «intervenga». Aceptar la

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Terapia Centrada en…16

expresión de su angustia sin consolarle, de unos sentimientos ambivalentes o


ambiguos sin asumidos para dilucidarlos, de unas tendencias positivas sin
estimularlas.

¿De qué sirve entonces un terapeuta?

Maravillosa respuesta que resume medio siglo de acompañamiento, la de El


poder de la persona:

« (En) la perspectiva centrada en el cliente (...) el terapeuta se convierte en la


"comadrona" del cambio, no en su instigadora», y ello gracias a ese
acompañamiento de la prueba, mediante ese enfoque centrado en el otro. El
que ayuda no puede hacer más que vivir ese momento con su cliente, vivir esta
experiencia-límite sin mentira ni huida, ni buenas palabras, ni buena
conciencia... Que el mal sea asumido tal como es».

«Pero para que el mal de vivir, el sufrimiento de existir, se transformen en pena


vivificante, es preciso aprender a caer realmente, a verse realmente en tierra,
sin agarrarse, sin contorsionesS»

Además se necesita que, en un movimiento de fe poco banal, el mal sea


recibido, aceptado, absorbido, digerido podría decirse y esto requiere una
capacidad poco común para profundizar en las experiencias, para simbolizarlas
sensaciones.

Este movimiento de fe anima la audición del terapeuta: él cree en el dinamismo


profundo que existe en cada uno. Las horas de entrevistas pasadas con
quienes «vivían mal» convencieron a Rogers de que se hallaba presente en
cada uno ese deseo de ser, de existir, de vivir más allá de su sufrimiento:

«Cuando el cliente ha considerado los peores sentimientos sobre sí mismo,


llega entonces a una toma de conciencia constructiva, es decir, la de que
aunque todas sus autoacusaciones sean ciertas, no constituyen sin embargo la
totalidad de su ser».

La oportunidad de la depresión y la de la terapia consisten en abrir al «cliente»


a la riqueza de su ser, en despertarle a la vida, en «alertarle en su propio canto
fundamental»... En 1977, Rogers no duda en volver a emplear sus líneas de
1942 que definían este nuevo enfoque por su « (...) fin francamente diferente.

D.R © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Terapia Centrada en…17

Apunta directamente a una gran independencia y a una gran integración del


individuo mas no espera que mejoren tales resultados si el consejero ayuda a
resolver el problema (S). El objetivo consiste en (S) ayudar al individuo a
desarrollarse a fin de que pueda enfrentarse (S) de una manera mejor
integrada».

La condición del cambio del sujeto por él mismo es este clima definido que
establece el terapeuta. ¿Reside aquí su función específica? ¿Y... su poder?
¿Se ha escapado verdaderamente a la relación jerárquica de dominación por la
superioridad de uno sobre otro? No ya dominación por el saber que provoca un
poder, sino dominación más sutil por la calidad de presencia y de escucha.
¿Jerarquía fundada en la calidad de los seres? No, responde Rogers, el cliente
no es un «enfermo» que suscite la piedad, sino un «hermano>; que
momentáneamente experimenta necesidad de ayuda. M. Kinget ve en esta
preocupación por la relación fraternal una de las causas del rechazo del
mensaje rogarían por parte del mundo actual:

«En el estadio actual del desarrollo humano, el pensamiento de Rogers resulta


sin duda demasiado revolucionario para ser recibido en el plano de la acción
sin provocar resistencia. La mayoría de nuestros contemporáneos, incluso
occidentales, incluso partidarios de las ideologías liberales y democráticas,
poseen una concepción esencialmente jerárquica de las relaciones
interpersonales, una concepción basada en relaciones de superioridad-
inferioridad, de ascendencia sumisión, de autoridad-subordinación».

Sin duda habría que añadir que esta concepción de las relaciones se apoya
inconscientemente en el modelo de la identidad, modelo que rechaza lo
diferente para marginarlo o dominarlo, modelo que favorece los esquemas
maniqueos (lo puro y lo impuro, el amo y el esclavo, lo normal y lo patológico,
etc.). Si se admitiera, por el contrario, la diferencia como constitutiva de la
realidad, cada uno sería entonces reconocido tal como es en su situación
presente y en movimiento. Se admitiría una movilidad natural y se establecería
una reciprocidad de acciones y de intercambios. ¿No es hacia este tipo de
sociedad hacia la que se orienta Rogers cuando aspira a «personas nuevas,
siempre en evolución (que) rechazan de plano tolerar la fijeza>, 36, cuando en
Orientación psicológica y psicoterapia recomienda al ayudado que ha accedido

D.R © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Terapia Centrada en…18

a un nuevo insight sobre sí mismo que se convierta a su vez en ayudante...?


Esta es la solidaridad en una «sociedad de equilibrio» que A. De Peretti
caracteriza así:

«En una civilización de tipo relacional en la que la nucleológica es la de la toma


en consideración de la diferencia, la relación es compleja, cambia en cada
instante, las relaciones se hallan en movimiento en el interior de un campo de
enlace. Pero al mismo tiempo la energía es utilizada de manera continua... »

En una sociedad así todos podríamos ser sucesivamente ayudados o


ayudantes.

La ayuda estaría «desprofesionalizada- y desenmascarada la psicoterapia en


cuanto institución. Szasz lo afirmará vigorosamente: la entrevista entre el que
ayuda y el ayudado no es un acto médico,

«(... ) Un tratamiento propiamente hablando sino más bien un acto simbólico

(... ). Si los procedimientos terapéuticos consisten únicamente en hablar y en


escuchar, entonces constituyen una forma de conversación que puede ser
terapéutica y no sólo en un sentido metafóricos”.

En 1942 Rogers se esfuerza por especificar la relación de ayuda: el ayudado,


sujeto en apuros, es en primer lugar una persona con un futuro a quien unos
especialistas en psicología pueden apoyar momentáneamente, y no sujeto
pasivo, asistido, subordinado, al que hay que guiar y prestar una atención
maternal. Sólo unos psicólogos sensibles a las relaciones humanas (capaces
de «detectar en un grupo escolar a los niños desgraciados (...), de percibir las
oposiciones personales que subyacen en un debate aparentemente tranquilo
(...), y poseedores de una competencia «técnica» en orientación psicológica
pueden ayudar a los que lo desean y a quienes se les reconoce aptos para
beneficiarse de la escucha.

Porque Rogers ha tomado también en consideración las conclusiones de los


psicoanalistas Healy y Alexander.

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Terapia Centrada en…19

«En el estado actual de nuestras informaciones, es evidente que estos


delincuentes (que habían sido analizados) no eran candidatos aceptables para
un tratamiento que sólo empleara la psicoterapia (...). Una inestabilidad
profundamente arraigada, la integración en bandas de delincuentes, la falta de
empleo, la carencia de aptitudes socialmente reconocidas, constituían un total
que en la mayoría de los casos tenía mucho más peso que la reorientación
parcial lograda por el individuo» .

El enfoque no directivo no es el remedio exclusivo de todas las alteraciones del


comportamiento. Al psicólogo corresponde evaluar el peso de los factores
hereditarios, orgánicos, psicológicos y sociales antes de emprender un
tratamiento.

En 1942 y a título provisional Rogers propone ocho criterios para determinar


cuándo es indicada la ayuda:

«El individuo es presa de una cierta tensión (S). Posee una determinada
capacidad para hacer frente a la vida (...). Tiene la posibilidad material de
expresar sus tensiones de conflicto (S), bien verbalmente, bien por otros

medios (...). Es relativamente independiente de un estrecho control familiar


(S). Se halla relativamente exento de una excesiva inestabilidad (S). Por
término general tiene entre diez y sesenta años» 41.

¿Pretendía Rogers tranquilizar a los psiquiatras, a los trabajadores sociales y a.


los políticos al delimitar así el campo de acción del psicólogo? La escucha
posee su valor en ciertas situaciones, no reemplaza ni a la quimioterapia ni a la
acción social o institucional. Al tratar entre 1957 y 1963 de medir el impacto de
las actitudes de ayuda sobre los esquizofrénicos, Rogers tampoco pretende
reducir la asistencia psiquiátrica a una ayuda psicológica. El dogmatismo de
algunos anti psiquiatras no es en absoluto rogeriano y las terapias «nuevas» o
psicocorporales carecen a veces de esta preocupación por discernir que
incitaba a Rogers a buscar las contraindicaciones de la terapia «directa» 42
para recomendarla tan sólo a aquellos cuyas perturbaciones son benignas y de
origen más personal que social.

Optimismo del autor en 1942: Deberían bastar dos, cuatro o seis sesiones
mejor que cincuenta si el ayudante no frenara la evolución normal. Tres meses

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Terapia Centrada en…20

de entrevistas semanales, mejor que un año... o varios años de análisis.


Recordemos que el objetivo estriba en orientar al individuo hacia la autonomía
y no en lograr que adquiera un mapa topográfico completo de su personalidad.
Rogers pone en duda el «fetichismo» de la duración entre sus colegas
analistas. Eso no impide que una terapia en ocho entrevistas como la de H.
Bryan o en nueve como la de Miss Vib resulte excepcionalmente breve,
mientras que buen número de casos exigen más de cien entrevistas, precisa
ulteriormente M. Kinget. En esta época el objetivo de Rogers consistía sin duda
en ayudar al sujeto a asumir su autonomía y no en resolver todos sus
problemas. Rogers sabe muy bien que esta terapia no es un seguro de vida
contra toda neurosis. Basta con que facilite el cambio.

Al concluir la última entrevista el consejero dice a H. Bryan:

«No pretenderé ni pretenderá usted que todos sus problemas están resueltos o
algo por el estilo", Pienso sin embargo que usted ha descubierto la dirección
que quería tomar y los métodos que podía seguir para trabajar con ese
propósito; y es seguro que surgirán problemas, pero creo que dispone ahora de
herramientas para afrontarlos.

La relación como ayuda

Sin embargo, la relación de ayuda, definida en 1942 como una forma nueva de
psicoterapia (el enfoque no directivo del cliente) que se diferenciaba del
psicoanálisis tanto como de la psiquiatría tradicional, es percibida
progresivamente en los años siguientes como la forma totalmente simple de
una «entrevista» que, aunque satisfaga ciertas condiciones de comunicación,
se hace personalizante para cada uno de los interlocutores. La relación ya no
constituye el privilegio de los psicoterapeutas; cada uno de nosotros puede
convertirse en orientador «a condición» de haber interiorizado las reglas de las
relaciones interpersonales. Era contradecir la afirmación de 1942 relativa a la
incompatibilidad de la ayuda con «la mayoría de las relaciones autoritarias de
la vida cotidiana» y con las relaciones afectivas. La ayuda entonces propuesta,
a título de hipótesis es cierta, como resultado de una expresión libre, no
evaluada moralmente, no filtrada a través de una teoría explicativa del

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Terapia Centrada en…21

psiquismo sino reflejada, (¿pero con qué desviaciones?) se hace en 1977


análoga a la acción de la comadrona. Comparación significativa: no se
improvisa como comadrona quien no tiene experiencia de la maternidad. Si el
que ayuda sabe estar allí sin adelantarse a los acontecimientos ni precipitados,
si sabe escuchar, sin ahogarlos, los gritos del mal, no es solamente espejo
mudo, impersonal, impenetrable, testigo envuelto en su silencio, sino presencia
indispensable que conoce los gestos y las palabras a fin de señalar las etapas,
facilitar la expulsión, devolver el recién nacido a su madre y velar por las
consecuencias del parto... Dicho de otra manera, el que ayuda, el orientador,
participa en los procesos del (re - ) nacimiento del ayudado, junto a él,
reconociéndole toda la responsabilidad del trabajo, reconociéndose el derecho,
el deber incluso, de intervenir para dar confianza, para señalar la progresión,
para proponer unas pistas de acción, etc. El ayudado sigue siendo el amo, el
orientador le asiste con su competencia, su «atención tierna, delicada, no
moralizantes y la ayuda satisface ese deseo profundo de diálogo al que aspira,
como cada uno de nosotros, el que se halla perdido en sí mismo.

Es el encuentro de la alteridad que favorece el estallido de la expresión


indefinidamente repetida de sí, la mirada del otro y su expresión que introducen
una grieta en el juego sin fin de Narciso.

Freud lo sabía y confrontaba el discurso de los análisis con su metapsicología.

Por su parte Rogers opta por confrontar a las personas, una con otra,
descubriendo en su práctica el poder de la dialéctica de sí mismo y del otro
cuando es el ayudado quien la conduce. Su concepción de la ayuda que se
presenta en un principio como una relación permisiva y reflectante, se ha
transformado en estructura de diálogo centrada en el reconocimiento de la
auténtica alteridad de cada uno. Entonces la relación de ayuda se hace asunto
de todos los que, «especialistas o profanos", se interesan por el desarrollo de
las personas. Esta herramienta necesaria. El modelo terapéutico sigue siendo
el prototipo de las relaciones que favorecen el crecimiento, la maduración, el
ser-más.

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Terapia Centrada en…22

«Hace ya tiempo, escribió Rogers en 1961, que llegué al profundo


convencimiento -algunos dirían que en mí es una obsesión- de que las
relaciones terapéuticas no son más que una forma de las relaciones
interpersonales en general y de que las mismas leyes rigen todas las
relaciones de este género»

¿Cuáles son estas leyes? ¿Por qué medios establecer esta relación en su
modo no directivo o más concretamente en su forma personalizante? ¿Bajo
qué condiciones es liberadora la presencia del otro, no terapeuta? ¿Es ayudar
el resultado de técnicas muy dominadas o de actitudes profundamente
interiorizadas? La elaboración teórica por parte de Rogers de su experiencia de
orientador evolucionará simplificándose, depurándose. Más formativa que
normativa, precisa de direcciones más que de niveles, integrando unos campos
diversos de creciente complejidad, desde el individuo en situación de malestar
a los problemas de educación, de relaciones de pareja y de poder...
Necesitamos descubrir los mecanismos de la ayuda para captar la naturaleza
profunda (en «comprensión») a fin de estar en condiciones de evaluar la
legitimidad de su «extensión» de lo psicológico a lo político.

Poeydomenge, M. L. (1986). Naturaleza de la ayuda en psicoterapia. La


educación según Rogers: Propuestas de la no directividad (pp. 23-37). Madrid,
España: Narcea.

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Terapia Centrada en…23

2. TRANSFORMAR A UN SER HUMANO COMPLETO

Chögyam Trungpa

El trabajo fundamental de los profesionales de la salud en general y de los


psicoterapeutas en particular es lograr la plenitud como seres humanos e
inspirarla en las personas cuyos anhelos no son satisfechos. Cuando hablamos
de un ser humano pleno nos referimos a alguien que no solamente come,
duerme, camina y habla sino a alguien que también experimenta un estado
básico de alerta. Definir la salud en términos de atención puede parecer muy
exigente pero es algo que está muy cerca de nosotros, algo que podemos
experimentar, algo con lo que, en realidad, estamos continuamente en
contacto.

Estamos en permanente contacto con la salud esencial. El diccionario suele


definir la salud como «ausencia de enferme-dad», pero nosotros deberíamos
considerarla como algo más que eso. Según la tradición budista, la naturaleza
esencial del ser humano es Buda, lo cual significa que es esencialmente
buena. Desde este punto de vista la salud es intrínseca, la salud es 10 primero,
la salud es y la enfermedad es secundaria. Estar sano es ser en esencia
completo, con el cuerpo y la mente sincronizados en un estado de ser bueno e
indestructible. Esta actitud no sólo es recomendable para los pacientes sino
también para los que ayudan, para los doctores. En cualquier interacción entre
seres humanos esta bondad esencial está siempre presente y es mutua.

Hay distintas aproximaciones a la psicología y algunas de ellas son


problemáticas. Desde el punto de vista budista, cualquier intento de definir,
categorizar y encasillar la mente y sus contenidos es problemático. Este
método podría llamarse materialismo psicológico.

El problema de este enfoque es que no permite la espontaneidad ni la apertura,


e impide, de ese modo, la salud esencial.

Mi intención es la de promover un estilo de trabajo en el que la espontaneidad y


la humanidad se irradien hacia los demás, en el que podamos abrimos a ellos
sin compartimentar nuestra comprensión. Esto significa, en primer lugar,

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Terapia Centrada en…24

trabajar con nuestra cordialidad esencial. Deberíamos comenzar desarrollando


la amabilidad hacia nosotros mismos y luego, esa amabilidad se irradiará hacia
los demás. De este modo iremos tejiendo un entramado que nos permitirá
relacionamos del mismo modo con nosotros mismos, entre nosotros y con la
gente con problemas.

Esta visión de las cosas no descansa tanto en una determinada perspectiva


teórica o conceptual sino en el modo en que experimentamos por nosotros
mismos nuestra propia existencia. Para poder evaluar si somos seres humanos
genuina y verdaderamente despiertos debemos sentir total y completamente
nuestra vida.

Esta forma de trabajar con los demás tiene un poder extraordinario. Cuando
una persona comienza a sentir que no está siendo encasillado y que hay una
conexión genuina, se entrega. Entonces comienza a explorarte y tú comienzas
a explorarle a él, desarrollándose, de ese modo, una amistad inefable.

Aunque yo esté hablando como maestro budista, no creo, sin embargo, que la
terapia deba dividirse en categorías. No tenemos que decir: «Ahora hago
terapia al estilo budista» o «Ahora hago terapia al estilo occidental». En
realidad no hay tanta diferencia. El estilo de trabajo budista se basa exclusiva-
mente en el sentido común, y 10 mismo sucede con el estilo occidental. Para
trabajar con los demás es necesario ser genuino y proyectar esa cualidad en
los demás. El trabajo que estás realizando no tiene un nombre ni una etiqueta
determinados, se trata tan sólo de ser por completo sincero. Toma ejemplo del
mismo Buda, ¡él no era budista! Si confías en ti mismo y encuentras una forma
de ir más allá del ego, la verdadera compasión puede irradiarse a los demás.
Cuando se trabaja con los demás el punto esencial no es tanto crear nuevas
teorías o categorías de comportamiento sino apreciar y manifestar la
simplicidad.

Cuanto más valores la simplicidad más profunda será tu comprensión. La


simplicidad tiene mucho más sentido que la especulación.

La tradición budista nos habla de la impermanencia, o naturaleza transitoria, de


las cosas. El pasado se ha ido y el futuro aún no ha llegado, de modo que
trabajamos con lo único que hay, con la situación presente. Esto nos ayuda a

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Terapia Centrada en…25

no categorizar y a no teorizar: Trabajamos con una situación fresca, viva, con


algo que siempre está presente. Este enfoque no categórico exige estar
completamente presentes en lugar de estar intentando conectamos con
acontecimientos pasados. Los seres humanos se manifiestan a sí mismos en el
momento presente.

En ocasiones, sin embargo, los seres humanos están obsesionados con su


pasado, y quizá sea necesario, para comunicarnos con ellos, hablar de eso. No
obstante, aun en ese caso es necesario orientarlos hacia el momento presente.
No se trata tanto de repetir historias para reconectar con el pasado como de
comprobar que la situación presente tiene múltiples niveles, un nivel esencia en
el que puede estar el pasado, el nivel actual, que tiene lugar en el momento
presente, y otro nivel futuro, hacia donde se encamina el presente. El presente,
pues, tiene tres aspectos. Si logras aproximarte de este modo a la experiencia
de alguien, el tipo de vínculo que se establece permanece. Tampoco es
necesario llegar a ninguna conclusión acerca del futuro, esa conclusión se está
manifestando ya en el momento presente. Puede haber una historia clínica
pero esa historia está muerta. En el mismo momento en que te sientas frente a
una persona y la saludas, toda su biografía está manifestándose.

Así pues, nuestro interés no es el de llegara conocer a una persona


basándonos en su pasado. Lo que nos importa es tratar de descubrir su historia
clínica por lo que ahora es. Ése es el punto. Eso es lo que yo hago cuando
entrevisto a mis alumnos, les pregunto la edad, si alguna vez han estado fuera
de América, si han ido a Europa o Asia, qué han hecho, cómo son sus padres,
etcétera pero, en cualquier caso, me baso más en esta persona que en aquélla,
es mucho más directo. Las personas con quienes trabajamos pueden ocuparse
de su pasado, pero nosotros, como ayudantes, debemos saber dónde están
ahora, debemos conocer el estado mental en que se encuentran en este
momento. De otro modo podríamos despistarnos y creer que se trata de una
persona completamente diferente a la que en realidad es. 184

Cuando los pacientes sientan una sensación de plenitud que emana de ti se


sentirán atraídos en seguida. Generalmente, la insania se basa en la
agresividad y el rechazo de sí mismos o del propio mundo. Las personas
pueden sentir que han cortado su comunicación con el mundo o que el mundo

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Terapia Centrada en…26

les ha abandonado. Si cuando entras en una habitación y te sientas frente a


una persona tu presencia irradia compasión, amabilidad y deseo de aceptarle,
estás dando los pasos preliminares necesarios para la curación. La curación
procede de una simple sensación de racionalidad, amabilidad y plenitud
humana.

El primer paso es que nosotros mismos lleguemos a ser seres humanos


genuinos. Luego podremos ayudar a los demás creando el clima apropiado
para su curación. Estoy hablando de un modo literal, extraordinariamente
literal, ya que, tanto en una casa como en una institución, la atmósfera debe
reflejada dignidad humana y debe estar físicamente ordenada. La cama debe
estar hecha y debe prepararse buena comida. En un entorno de estas
características la persona puede animarse y relajarse.

Hay quienes consideran que los detalles del ambiente físico son mundanos y
poco importantes. Sin embargo, las per-turbaciones que experimenta la gente
provienen de la atmósfera que los rodea. En ocasiones sus mismos padres son
quienes han creado el caos: una pila de platos por lavar en el fregadero, ropa
sucia en un rincón, comida mal preparada, etcétera. Estas pequeñas cosas
pueden parecer accidentales pero, en realidad, tienen mucha importancia. Al
trabajar con los demás podemos ofrecer un contraste a este caos. Podemos
manifestar nuestra valoración de la estética en lugar de arrinconar las cosas
sucias. En la práctica del budismo tibetano y del budismo zen es importante
valorar el medio ambiente. Ambas tradiciones consideran que la atmósfera que
rodea a una persona es un reflejo de su individualidad y que debe mantenerse
inmaculada.

La aproximación terapéutica convencional intenta, en primer lugar, ordenar la


mente de las personas, luego bañarla y finalmente vestirla.

Desde mi punto de vista, sin embargo, es necesario trabajar globalmente con


toda la situación al mismo tiempo. El medio ambiente es muy importante y, no
obstante, suele dejárselo de lado.

El trabajo puede comenzar reconociendo al paciente, recibiéndolo como a un


huésped especial' - que es 10 que se merece - y ofrecerle una buena comida.

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Terapia Centrada en…27

Estamos hablando de crear, por lo menos al comienzo, una vida artificial y casi
ideal para los que estén gravemente enfermos hasta que puedan recuperarse.
Podemos bañarlos, limpiar su habitación, hacerles la cama y prepararles una
buena comida. Podemos dar cierta dignidad a su vida. La base de su neurosis
es que han experimentado su vida como algo feo, lleno de resentimiento y
sucio, y cuanto más resentidos se vuelven, más refuerza la sociedad esa
actitud. De ese modo nunca experimentan una atmósfera de hospitalidad
compasiva; se les considera como molestias. Sin embargo, esa actitud no
ayuda. Las personas nunca son realmente molestias. Son lo único que puedan
ser dadas sus circunstancias.

La terapia debe basarse en el aprecio mutuo. Si sienten que tu actitud no es


genuina, que tu generosidad es mera hipocresía, que se trata de algo
exclusivamente «tuyo», quizás no les guste el ambiente que has creado para
ellos y se enfaden aunque le presentes una hermosa bandeja con comida
deliciosa. Si tu aproximación es adecuada, si tratas a tus pacientes como
príncipes o princesas, en el completo sentido de la palabra, desearán
retribuirte. Pueden animarse y comenzar a expresarse, a apreciar su cuerpo, su
fuerza y su existencia como un todo. No se trata de descubrir técnicas que
puedan curar a la gente para que puedas desembarazarte pronto de ellas sino
de aprender a aceptadas realmente como parte de una buena sociedad
humana. Es importante que el terapeuta cree una atmósfera en el que las
personas se sientan bien venidas. Ésa es la actitud que debe impregnar el
ambiente.

La capacidad para trabajar con la neurosis de otro, y hasta con su locura,


depende de lo poco que le temas, de lo inhibido que te encuentres cuando
trates con él, de cuánto te incomode y de cuánto puedas manifestarte.

En el caso de una relación entre una madre y su hijo, este problema no existe
porque, aunque ahora la madre le cambie los pañales continuamente y haga
toda clase de cosas para su niño; en el fondo sabe que, al final, el niño crecerá
y se transformará en una persona razonable. En la relación con adultos, sin
embargo, hay que superar una incomodidad fundamental que debe ser
transformada en compasión. Los locos son muy intuitivos. A su modo son
brillantes y captan los mensajes -incluso un flash de tu pensamiento muy

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Terapia Centrada en…28

fácilmente, y le dan mucha importancia. Por lo general los reciben y luego los
tragan o los escupen. Eso dependerá de ti mismo, de cómo seas y de lo
receptivo que estés en esa situación. Podrías hacer el intento de abrirte a la
situación, lo cual supondrá para ti una gran ayuda para entrenarte y educarte a
ti mismo. Entonces es cuando aparece la posibilidad de superar el miedo. Para
trabajar con los demás es necesario que el terapeuta siempre sea paciente con
ellos. Eso es 10 que yo hago con mis alumnos. No los abandono. No importan
los problemas que me traigan; siempre les respondo de la misma manera:
sigue adelante.

Si tienes paciencia, las personas van cambiando lentamente. Si tú emanas


salud puedes tener la seguridad de que eso tendrá algún efecto en tus
pacientes. Comenzarán a advertirlo aunque, por supuesto, no querrán que
nadie se entere. Sólo dirán: «No ha cambiado nada, sigo teniendo lo mismos
problemas». No te rindas, si te das el tiempo suficiente sucede algo. ¡Funciona!

Haz lo que tengas que hacer para mantenerlos y probablemente vuelvan. Si no


reaccionas neuróticamente serás, de algún modo, su mejor amigo. Para ellos
eres como el recuerdo de haber comido en un buen restaurante. Tú sigues
siendo el mismo y ellos vuelven a verte de nuevo. Por último terminan siendo
buenos amigos tuyos. No te precipites, todo esto exige tiempo. Es un proceso
extraordinariamente largo pero, si no lo abandonas, termina siendo muy
poderoso. Tienes que olvidar tu impaciencia y aprender a amar a los demás.
Éste es el modo de fomentar la salud esencial de los demás.

Es muy importante que te dediques por completo a tus pacientes que no trates
de librarte de ellos después de que se hayan curado... No deberías considerar
que estés realizando un trabajo médico común.

Como psicoterapeuta deberías prestar más atención a tus pacientes y


compartir su vida. Este tipo de amistad es un compromiso a largo plazo. Es
casi como la relación maestro-discípulo del sendero budista. Deberías estar
orgulloso de ello.

Fromm, E., Trungpa, C., Needleman, J. y Otros. (1990). Transformar a un ser


humano completo. Transformar a un ser humano completo. Psicoterapia y
salud en Oriente / Occidente (pp. 182-189). España: Kairos.

D.R © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Terapia Centrada en…29

3. LA PRESENCIA EN LA RELACIÓN DE AYUDA

David Brandon

El punto más elusivo de la práctica de la meditación es la capacidad de estar


presente. Toda la energía se focaliza en el flujo de entrada y salida de la
respiración. Nos esforzamos con denuedo, abriéndonos y cerrándonos, en un
intento por asir ese punto inmóvil del presente para damos cuenta de que huye
eternamente. La presencia es como un río que fluye. Podemos mojamos los
dedos en él pero la esencia del río se desliza entre los puños cerrados.

También las emociones son arrastradas por la corriente.

Son como troncos y ramas que llegan aparentemente bien etiquetadas: ira,
codicia, miedo, etcétera. Cada una de ellas tiene pegado un rótulo que dice:
mala u horrible. ¿Cuál es la esencia de la energía antes de que la etiquete y la
valore? Cuando intento descubrir la naturaleza de la energía tropiezo con el
rápido flujo de la corriente.

La presencia está con nosotros, es nuestra, pero su carácter elusivo impide


que logremos asida. Instalarnos en el aquí y ahora suena engañosamente
simple pero es en extremo difícil. Dividimos la vida en una serie de
acontecimientos y sucesos a los que vemos como grandes o pequeños, y
vivimos la vida concentrándonos, sobre todo, en los acontecimientos y
personas a quienes consideramos grandes e importantes.

De este modo convertimos nuestra vida en una serie de agujeros temporales,


interrumpidos por ocasionales acontecimientos importantes. Cuando estamos
enamorados, 'por ejemplo, vivimos en suspenso hasta el encuentro especial
con la persona amada.

Nuestra conciencia del momento presente está poblada, en ocasiones de un


modo claro pero, con frecuencia, bastante nebuloso, de otras épocas y de otros
momentos, de huellas del pasado y de sombras del futuro. La práctica de la
presencia no supone excluir el pasado y el futuro sino tomar conciencia de su
subordinación al momento presente.

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Terapia Centrada en…30

La esencia de la meditación es la presencia. Sea lo que fuere 10 que


practiquemos, no debe estar dirigido a lograr un estado más elevado ni a
perseguir una teoría o un ideal, sino simplemente, sin objeto ni ambición
alguna, a tratar de ver qué es el aquí y el ahora. Tenemos que cobrar
conciencia del momento presente...

En mi caso, cuando comparo la situación presente con lo que debería ser,


nunca logro estar a la altura de las pautas que me impuse. El aquí y ahora es
una disciplina que ayuda a clarificar esa fricción, ese castigo constante. Ésa es
la diferencia que media entre preguntarme « ¿qué debo sentir?» y « ¿qué
siento?».

Él ahora es el único momento en el que realmente podemos hacer algo. Me


puedo sentir culpable por el pasado y receloso por el futuro, pero sólo en el
momento presente puedo actuar. La capacidad de estar en el momento
presente es un elemento de capital importancia para la salud mental. En la vida
cotidiana solemos admiramos de quienes tienen «presencia», y con ello
queremos decir, en parte, que están bien arraigados, que transmiten una
sensación de dignidad en el ahora.

¿En qué medida podemos hacer coincidir nuestras percepciones y energías


con lo que sucede a nuestro alrededor, en el mismo momento en que está
sucediendo? ¿Cuánta energía se nos escapa por la ansiedad y el recelo? La
capacidad de dejar de lado preocupaciones y ansiedades relacionadas con las
experiencias pasadas y con los sucesos futuros es algo muy valioso.

Muchas percepciones presentes están tan teñidas de experiencias anteriores


que prácticamente no podemos ver a la persona con quien estamos. Con
frecuencia observo a los demás a través de las sombras y reflexiones sobre
impuestas de personas y de acontecimientos significativos de mi vida.

Hace poco decidí evitar a cierta estudiante en el salón de té. Sentía que era
dura e irritable en su trato conmigo. Cada vez que me cruzo con ella aparece
esa creencia y ese recuerdo, me siento herido y, aunque esté a punto de llorar,
respondo furiosa y dogmáticamente, con lo cual mi enfado parece alimentar su
dureza.

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Terapia Centrada en…31

Casi no la veo, para mí se ha convertido en un símbolo vivo de los miles de


veces en que la gente se muestra poco amable e injusta.

Con frecuencia me resulta difícil escuchar a ciertas personas. Es como si


hablaran en longitudes de onda particularmente dolorosas, de modo que, ante
ellas, bajo el umbral emocional. Penetran la superficie de ciertas imágenes que
intento irradiar. A menudo mi mente tiene tanto ruido y está tan inquieta y
ocupada en cuestiones personales, que es muy difícil que pueda escuchar las
palabras y los sentimientos de los demás. Mi atención se distrae y se ocupa de
los problemas personales, del ruido de la chiquillería en la calle, o simplemente
me aburren las palabras del cliente.

Para escuchar bien es necesario tener una enorme capacidad de estar


presente. Quien escucha debe hacerla sin prejuicios y sin haber establecido
ninguna estructura de valor con respecto a quien habla. Según
ChógyamTrungpa existen tres tipos de escucha ineficaz:

En el primer caso la mente divaga tanto que no queda lugar para nada de lo
que el otro diga. Uno sólo está presente de un modo físico. Este tipo de
escucha es como una olla al revés. El segundo tipo es aquél en el que se
presta cierta atención a lo que se está diciendo pero la mente sigue divagando.
La analogía correspondiente es la de una olla con un agujero en el centro en la
que cualquier cosa que se vierta se escurrirá por debajo. En el tercer caso la
mente del que escucha está poblada de agresividad, celos y destructividad, de
tal modo que los propios sentimientos se mezclan con lo que se dice y no hay
la menor comprensión. En este caso la olla no está invertida ni agujereada pero
está sucia, contiene veneno.

En la relación de ayuda la mayoría de las preguntas que se hacen encierran


supuestos tácitos que determinan la respuesta. Ser capaz de preguntar y
escuchar sin estructurar las respuestas, aunque sea mínimamente, es un gran
arte.

En cierta ocasión estaba escribiendo un libro con una amiga disminuida física.
Ana había sido reina de la belleza hasta que quedó paralítica por un accidente
de automóvil. Le pregunté con mucho cuidado cómo era estar inválido.
«Divertido», respondió.

D.R © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Terapia Centrada en…32

-No, no es divertido lo que quieres decir... -apostillé:

-Sí, así es. Cuando era niña solía soñar que era una princesa de un cuento de
hadas a la que.se cuidaba con gran esmero. Pues bien, ese cuento se ha
convertido en realidad.

- Pero debes tener dolores y sufrir incomodidades.

-Por supuesto. Me doy cuenta de que si no hubiera tenido el accidente de


automóvil mi vida habría sido muy diferente, pero no necesariamente mejor. De
esta manera me he visto obligada a explorar en mi interior, a meditar y me he
convertido en una persona fuerte. .

En realidad yo no escuchaba a Ana. Ella estaba tratando de decirme algo que


no cuadraba, en modo alguno, con mis conceptos sobre las personas inválidas.
Me hablaba de algo ajeno a la gama de respuestas que yo esperaba. Las
respuestas de Ana me exigían desaprender. Y eso siempre es algo
extraordinariamente difícil.

En la relación de ayuda el único tipo de escucha útil es escuchar. Escuchar de


este modo es una forma de meditación en la que el objeto de concentración, en
lugar de ser la respiración o el mantra, es la persona que está hablando. El
foco de la atención de quien ayuda se dirige hacia el sonido de la voz de quien
habla y al posible significado de sus palabras.

Cierta vez me sentí realmente en armonía con un hombre a quien acababan de


abandonar su esposa y su familia. Durante los últimos años su precaria salud
física había ido disminuyendo de manera considerable su movilidad y su
alegría de vivir. La depresión le atenazaba y había intentado quitarse la vida en
varias ocasiones. Durante un largo rato me estuvo ha-blando del suicidio.
Durante aquella conversación me hizo reiteradamente una pregunta
apremiante: « ¿Ve usted alguna razón para que yo siga viviendo?».

Evadí la respuesta, escabulléndome con un subterfugio psicoterapéutico: «


¿Cómo puedo saber la respuesta? Usted debe encontrar sus propias razones».
El hecho es que comprendía las razones por las que deseaba morir, pero «se
supone que los trabajadores sociales no deben decir eso a la gente. Podría
resultar destructivo».

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Terapia Centrada en…33

Aquel hombre me exigía una respuesta sincera. Pensé con profundidad en toda
su vida: la depresión, la pobreza, su débil salud y la pérdida de su familia. Por
último respondí: «En su caso no encuentro ninguna razón para seguir viviendo
y comprendo claramente sus motivos para desear morir».

Estaba aterrado. Respondiendo de aquel modo corría un enorme riesgo. ¿Cuál


sería mi responsabilidad si finalmente se suicidaba? ¿Cómo me sentiría? ¿Qué
haría él ante mi respuesta? Mi mente corría hacia el futuro evaluando las
posibles consecuencias de mi respuesta. Meses después, cuando la depresión
había casi desaparecido, me dijo que mi respuesta le había ayudado mucho.
En un momento en el que todo el mundo le daba nada más que una respuesta
piadosa basada en la simpatía, aquel hombre necesitaba con urgencia una
respuesta sincera a su pregunta.

En el trabajo con los grupos, una de las habilidades más difíciles consiste
simplemente en estar con los miembros del grupo. La tarea del líder de un
grupo es seguir la energía del grupo e impedir que se manifiesten las propias
expectativas e interpretaciones. Cuando me siento frente a alguien para
observar cómo elabora sus problemas personales, mi mente se puebla con
analogías de experiencias pasadas. «No parece así.... Me pregunto si habrá
tenido una mala relación con su hermano y eso no habrá influido en que ella...»

Estar presente supone ser capaz de desechar todas esas intelectualizaciones


cuando el paciente se lanza en una dirección inesperada. ¿Cuántas veces
habré obligado a un pobre paciente a que retrocediera en su camino de
exploración simplemente porque yo me aferraba con firmeza a mi idea de 10
que él tenía que hacer? Utilizo mi poder para hacer lo que creo conveniente
aunque sea probable que eso vaya en detrimento del paciente.

En la relación terapéutica la charla puede ser una forma de estar en cualquier


otro tiempo y lugar menos en el momento presente. Decía Pascal, con acierto:
«Nunca estamos en el presente. Lo cierto es que el presente, por 10 general,
nos hiere». El presente nos hiere, fundamentalmente, por nuestro deseo de
estar en otro tiempo y en otro lugar. Ansiamos un mejor estatus profesional,
más dinero, menos ocupaciones, etcétera. Nuestros clientes desean más
dinero, casas más hermosas en un entorno mejor, etcétera. Nuestra vida se

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Terapia Centrada en…34

convierte así en una serie de eslabones sueltos vividos desde el «si». «Si
tuviera tiempo de hacer esto..., si tuviera dinero para comprar aquello... »

Cuando visito una residencia, un campo de trabajo o grupo de voluntarios suelo


preguntar qué hace la gente, cómo pasa el día, cómo discurre su semana de
trabajo. Pocas veces recibo una respuesta directamente relacionada con mi
pregunta. Por lo general, la gente suele responde revocando sueños y
fantasías que ocultan todas sus frustraciones y decepciones profundas.

La gente tiene dificultades para hablar de lo que están haciendo en el momento


presente. Describen lo que harán en un par de meses o años. En las
residencias, en concreto, la actividad presente es tan insoportable, tan por
debajo de las necesidades del trabajador social, que alrededor de los visitantes
ocasionales se teje toda una compleja red de fantasías.

En la sociedad occidental constantemente se nos alienta a apartar la mente del


presente. Tenemos miedo del aburrimiento. Aprendemos a estar ocupados con
desesperación, nos dedicamos a hacer varias cosas al mismo tiempo. Nos
sentimos mejor cuando estamos ocupados. Nuestra mente se lanza
simultáneamente en varias direcciones diferentes. Nos estamos controlando
continuamente. Corregimos con cuidado 10 que vamos a decir antes de
soltado, lo tamizamos para que sea aceptable en 10 social.

« ¿Cómo influirá 10 que digo en la manera en que me ven los demás?»


Semejante actividad se preocupa más de convertirse en alguien que de ser
alguien. Aprendemos a vendemos, a cuidar de nuestra imagen en lugar,
simplemente, de ser.

Consideramos nuestras acciones y los acontecimientos de nuestra vida con


respecto a un proyecto privado y, de acuerdo a ello, decimos que están «bien»
o «mal». Hacemos cosas para conseguir una posición social, amor o poder.
Aprendemos a manipular a los demás y a minimizar los costos sociales de
nuestras acciones, no haciéndonos responsables de ellas. Casi todas nuestras
actividades forman parte de este proyecto de vida. De este modo, nuestra vida
se convierte en esa especie de puntos numerados que los niños unen con un
lápiz para que surja la forma de un burro o de un camello.

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Terapia Centrada en…35

Las formas que dibujamos son las formas del ego. Relacionan nuestras
acciones con una concepción de nuestra propia imagen. Nuestra percepción
del ego y del rol nos proporciona cierta garantía y seguridad en un mundo que
parece hostil. Evitamos las sorpresas dejando que nuestra vida esté
determinada por guiones. Ofrecemos explicaciones de nosotros mismos.
Trazamos patrones consistentes alrededor de los demás y nos enojamos
cuando se salen de esa norma. R. H. Blyth habla con claridad de este proceso:

Sólo aparentemente somos una unidad. En realidad somos una corriente de


innumerables yoes que Se siguen unos a otros como las distintas imágenes de
una película y que discurren a tal velocidad que parecen un todo continuo."

Esta ilusión de forma, solidez y continuidad es lo que llamamos ego. La


capacidad de estar presente se encuentra en la ausencia de la burbuja de
separación entre el que observa y lo observado, en la ausencia de la
conciencia del yo. La presencia es la experiencia esencial directa, la unidad
entre quien ayuda y el ayudado.

El Buda formuló esta parábola en un Sutra: “un hombre que estaba caminando
por el campo descubrió, de pronto, que le seguía un tigre. Al llegar a un
precipicio se asió firmemente de una higuera salvaje y quedó colgando del
abismo. El tigre olfateaba su presencia desde arriba. Temblando, miró hacia
abajo y descubrió que otro tigre estaba esperándole. Sólo la higuera le
sostenía. Dos ratones, uno blanco y otro negro, comenzaron poco a poco a
roer la higuera. En aquel momento descubrió una espléndida mata de fresas.
Entonces, sosteniéndose de la higuera con una sola mano, arrancó una fresa
con la otra. ¡Qué dulce estaba!”

¡No cabe duda de que ésta es la presencia!

Hace unos años concurrí a un seshin zen occidentalizado: tres días intensivos
de meditación. En aquella lejana casa solariega de Sussex nos acostábamos
cada día a medianoche para levantarnos a las 5.45 de la mañana. La larga
jornada discurría entre trabajos en el jardín, meditar caminando y sentamos
frente a otro participante mientras luchábamos con un koan. Cada uno recibía
un koan del maestro. El mío era « ¿quién eres tú?»,

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Terapia Centrada en…36

Yo intentaba mantener la pregunta en la cabeza, pero se me escapaba. Le


daba vueltas y vueltas con rapidez pero continuamente me perturbaban otros
pensamientos que surgían y se desplomaban como turbulentas estrellas
fugaces. Nos pasábamos horas y horas mirando a los ojos de nuestro
compañero tratando de contestar a la pregunta « ¿quién soy yo?». El primer
día me dolieron las piernas y la espina dorsal, y mi trasero acabó por
adormecerse. Tenía el cuerpo tan dolorido y tieso que me resultaba imposible
concentrarme en la pregunta.

Sea lo que fuera lo que hiciésemos - correr, caminar o trabajar- teníamos que
seguir con la pregunta. Al comenzar a responder mi mente exhaló una gama
completa de atractivas frases de desecho. Me sentía aturdido con imágenes y
símbolos de playas, glaciares montañosos, cristales y flores abriéndose
lentamente. Luego atravesé un período de monstruos: oscuras neblinas,
sombras acechantes y profundidades de negrura. En cierto modo todo formaba
parte de mí pero nada abarcaba la totalidad.

Los pensamientos sobre mi familia y mi trabajo se agolpaban uno tras otro.


Intentaba mantener erguida la columna. Luego, las respuestas se hicieron más
floridas y poéticas. Aparecieron imágenes brillantes, superficiales, perfumadas
y mucho más inteligentes: «Soy una pregunta que resuena en una mente
vacía». Mi mente se oscureció mientras las ardillas jugaban en el amplio
parque. Las envidié. Ellas tenían más sentido que yo tratando de hallar
respuesta a una ridícula pregunta.

Entendí que era una vela. Una pequeña e insignificante vela que vacilaba. No
obstante, la siguiente pregunta era « ¿quién encendió la vela?». ¿Cómo podía
ser, a la vez, la vela y el que la encendiera? Mi cerebro se estrujaba con todas
estas paradojas. Físicamente tenía las piernas y los brazos tensos y mantenía
tan apretados el mentón y los dientes, que me dolían. De súbito, la imagen de
la vela que estaba intentando mantener se desvaneció.

Miraba en mi interior con gran atención. Me había convertido en un nudo. Todo


mi cuerpo y mi mente se habían tensado como un nudo. « ¿Quién ató el
nudo?» ¿Quién era el responsable de la tensión y de la frustración? Nadie trató
con tanto denuedo como yo de solucionar el problema y de aflojar las cuerdas.
Se trataba simplemente de una falsa cuestión. Era una pregunta errónea para

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Terapia Centrada en…37

la que no había ninguna solución. Era como querer atrapar los rayos de sol. Me
acordé de cuando era niño y tiraba mi chaquetilla intentando pescar los rayos
del sol que había en la hierba.

Era como si estuviese perdido. Todo había perdido su claridad. Apreté los
puños, primero con enfado y luego con desesperación. Respondí: «Soy una
persona que no puede con-testar a la pregunta». La pregunta rondaba
alrededor de mi cabeza como una pelota ruidosa. Se me hizo difícil concentrar-
me. Empecé a pensar que no tenía la claridad necesaria para lograr responder
a mi pregunta. Mi mente estaba confundida. Tal vez en la próxima
reencarnación...

Afuera, la tarde invernal dio paso a la oscuridad y a un viento penetrante.


Caminaba de un lado a otro de un enorme establo de altos techos. Mi paso se
fue acelerando mientras pateaba pedazos de madera y piedras. La pregunta
iba y venía sin cesar, como un péndulo. « ¿Quién soy yo?» « ¿Quién soy yo?»
Las palabras se convirtieron en un grito y luego en un alarido de ira que surgió
de un rostro y de una boca tensa. « ¿Quién soy yo?» «Soy un maldito idiota
que no sabe quién es, que no puede contestar a una simple pregunta.» Mis
gritos se hicieron más y más intensos hasta que la lluvia y el viento me los
devolvieron. La figura pesada, gritona y miserable del establo estaba dando
puñetazos al aire. Todos mis músculos estaban rígidos. Estaba a punto de
estallar.

En el mismo momento de estallar la frustración, en pleno viento, lluvia y furia,


me di cuenta suavemente de que estaba acorralando a la respuesta; Durante
todo aquel tiempo, como un viejo y discreto amigo, la respuesta había estado
esperando con paciencia, Entonces se hizo presente y todo mi cuerpo se
relajó, conmovido. AHORA. Yo era ahora, la respuesta era AHORA. Yo
soy/era/seré cuanto se manifiesta, mueve, piensa, cuestiona y habla en un
momento del tiempo. Era mucho más que una toma de conciencia puramente
intelectual. Me sentí bañado en mi bondad, en la bondad de todos. La bondad
acontecía ahora. Grité de felicidad. «Ahora, ahora, ahora». La pregunta y yo
nos habíamos hecho amigos.

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Terapia Centrada en…38

Fromm, E., Trungpa, C., Needleman, J. y Otros. (1990). La presencia en la


relación de ayuda en Psicoterapia y salud en Oriente / Occidente (pp. 199-208).
España: Kairos.

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Terapia Centrada en…39

4. ENSEÑAR A LOS TERAPEUTAS A ESTAR CON SUS CLIENTES

Diane Shainberg

Quisiera considerar ciertas dificultades recurrentes que he advertido en mi


trabajo como supervisora durante el entrenamiento clínico en psicoterapia
psicoanalítica, tanto de psicólogos y trabajadores sociales como de terapeutas
experimentados, y algunas de las formas de resolver estos problemas.

Es frecuente que el terapeuta se sienta más tenso frente al «paciente» que con
cualquier otra persona. Simplemente le asusta-estar con el paciente en la
misma habitación, más allá de interpretaciones, significados, teorías, juicios o
imágenes de cómo deberían ser las cosas o de lo que tendría que hacer.
Cuando el terapeuta no tiene ningún modelo ni dirección conocida para encarar
la interacción suele tener dudas y sentirse ansioso. En esos casos basta con
observar al paciente para experimentar ansiedad.

Cuando se supervisa a los terapeutas, éstos suelen decir «no comprendo lo


que sucede», «no entiendo lo que quiere decir el paciente» o «no sé qué
hacer». Detrás de esas expresiones ¡ se oculta la premisa de que es posible
saber exactamente lo que i está sucediendo, de que existe «algo» que se
debería saber y ! de que la terapia es un proceso de comprensión de lo que
está ocurriendo en la cabeza del paciente, en lugar de concebirla como un
proceso de participación interactiva. Los terapeutas suelen tener la creencia
errónea de que, una vez sepamos lo que «eso» significa podremos aplicar
algún tipo de técnica que ayude al paciente, porque la terapia es una técnica
prescrita.

Al comienzo el supervisado experimenta que el paciente es alguien


radicalmente diferente de sí mismo: los pacientes no saben nada y están ahí
para que el terapeuta, que lo sabe todo-debería saberlo-, les ayude.

La tarea del supervisor consiste en demostrar que el proceso es continuo, que


no tiene un «camino» definido, que nadie conoce con seguridad la experiencia
del otro y que la curación sólo es posible dentro del proceso mutuo de
descubrimiento de la cualidad esencial del paciente. Las relaciones humanas

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Terapia Centrada en…40

son tan complejas que nunca podremos saber por completo lo que está
sucediendo y, por consiguiente, es imposible alcanzar una solución absoluta.
Lo único capaz de crear una sensación de fuerza interna en ambos
participantes es el hecho de compartir un modo de ver y estar juntos. El miedo
a hacer terapia de un modo inadecuado suele ir acompañado de la ignorancia
de que es posible aprender del paciente y descubrir algo por uno mismo.

Una segunda observación que aparece en la supervisión es que los terapeutas,


durante las sesiones y después de ellas, suelen aplicar teorías al paciente y
establecer correspondencias entre el pasado y el presente'. No obstante,
aplicar teorías e interpretaciones supone el deseo de cambiar o de fijar. El I
verdadero conocimiento no consiste en querer cambiar, eliminar, comparar o
presuponer un significado fijo para lo que está sucediendo, sino en ser capaz
de observarlo y describirlo 1 exacta, concreta y detalladamente.

Nosotros nunca cambiamos al paciente sino que, con el I tiempo, llegamos a


conocerlo tal como es y cómo vive. De I este modo facilitamos que se conozca
con más claridad y le capacitamos para que se sienta cada vez más
predispuesto al cambio.

La tarea del supervisor consiste en capacitar al terapeuta bajo supervisión para


que sea más consciente de las conductas, experiencias y transformaciones que
tienen lugar, en sí mismo y en su paciente, durante la sesión terapéutica. Mi
experiencia como supervisora es que la preocupación de los terapeutas por no
hacer lo suficiente por sus pacientes, o por hacer las cosas mal, ahoga su
empatía y su apreciación por las luchas del paciente.

A continuación presentamos algunos ejemplos clínicos del modo en que la


supervisión ha capacitado a los terapeutas para perder su visión determinista
del paciente como alguien diferente que, para curar, debe ser tratado con
interpretaciones.

Después de diez sesiones un terapeuta afirmó que no tenía «ninguna relación»


con su paciente. Veía que ese hombre precisaba medicación porque no tenía
ninguna expectativa sobre su trabajo ni sobre su futuro. El terapeuta sentía que
no podía hacerse cargo del paciente y estaba molesto de que el paciente no
respondiera mejor a sus esfuerzos.

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Terapia Centrada en…41

El terapeuta sentía que la desesperación del paciente era «irracional», ya que


se trataba de un hombre joven e inteligente pero sólo «veía el lado oscuro de
las cosas». Éste es un resumen de la décima sesión:

TERAPEUTA: (Tras unos momentos de silencio.) ¿Qué sucede?

PACIENTE: (Mirando al suelo.) Nada. TERAPEUTA: ¿Cómo se siente?

PACIENTE: (Encogiendo los hombros.) Bien. TERAPEUTA: ¿Qué significa ese


gesto? PACIENTE: ¿Qué gesto?

TERAPEUTA: Su encogimiento de hombros. PACIENTE: Uh...

TERAPEUTA: ¿Es consciente de haberlo hecho? PACIENTE: No...

TERAPEUTA: Usted ha encogido los hombros. ¿Qué está queriendo decir con
ello?

PACIENTE: (Sonriendo.) No sabía que hubiera encogido los hombros.

TERAPEUTA: Para mí significa que usted se despreocupa de lo que suceda


aquí. ¿Es así como se siente? ¿Espera usted que yo tome la iniciativa?

PACIENTE: ¿Cómo dice?

TERAPEUTA: Su encogimiento de hombros dice que usted se despreocupa de


lo que suceda en la sesión. ¿Es eso lo que siente?

PACIENTE: No siento nada.

TERAPEUTA: ¿Esperaba usted que su última terapeuta iniciara la sesión?


¿Ésa es su experiencia?

PACIENTE: (Mirando de soslayo, un gesto habitual en él.) No lo recuerdo.

TERAPEUTA: ¿Se sentía cómodo hablando con ella? PACIENTE: Era


simpática.

TERAPEUTA: ¿Sentía que era fácil hablar con ella? PACIENTE: Es difícil de
recordar.

TERAPEUTA: Debe haberlo pensado.

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Terapia Centrada en…42

PACIENTE: (No contesta.)

TERAPEUTA: ¿Qué sintió cuando su terapia terminó? PACIENTE: Nada.

TERAPEUTA: ¿Cómo sucedió?

PACIENTE: No lo sé.

TERAPEUTA: ¿Qué es 10 que no sabe? PACIENTE: ¿Qué dice?

TERAPEUTA: Cuando nosotros hemos comenzado a hablar de la doctora X


usted se ha llevado las manos a la cabeza. ¿Hay alguna relación entre su
gesto y el final de su trabajo en la clínica con la doctora X?

PACIENTE: (Silencio.) Estoy muy cansado.

Obviamente, este terapeuta tenía una concepción muy rígida del


funcionamiento de la terapia y de lo que el paciente estaba diciendo. Sin
embargo, no tenía la menor idea de quién era realmente su paciente y muy
poco interés en descubrirla. Mi trabajo comenzó señalándole que su enojo y su
frustración durante la sesión reflejaban una relación con su paciente, una
relación muy intensa, lo cual es, obviamente, algo muy diferente a no tener
«ninguna relación». Le pregunté cómo se sentía con su paciente y no contestó
mucho más que frustrado y enojado. A continuación le sugerí que, durante la
próxima sesión, prestara atención a sus sentimientos, olvidándose de intentar
ayudar a su paciente, porque difícilmente podría ayudarle a menos que supiera
mejor lo que estaba sucediendo. No cabe la menor duda de que este terapeuta
tenía una idea teórica de lo que ocurría en la cabeza de su paciente pero no
tenía la menor idea de cómo facilitar su apertura.

Tras la sesión en la que debía observarse a sí mismo, el terapeuta llegó a la


siguiente sesión de supervisión diciendo que le había sucedido algo
«espantoso», no podía dejar de hablar, no podía tolerar el silencio. Le sugerí
que sus dificultades con ese paciente debían tener relación con ese «miedo»,
tal vez se despertaran ciertos sentimientos y le invité de nuevo a observados
durante la próxima sesión.

Durante la siguiente hora de supervisión habló de su deseo de transformar a


sus pacientes en personas más productivas. Parecía tener una imagen del tipo

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Terapia Centrada en…43

de paciente que quería. Yo le dije que estaba interesada en su trabajo con ese
paciente concreto, y le pregunté qué había sentido durante la última sesión...
Respondió que había estado observándose y que no había sentido «ninguna
sensación particular, como si estuviera anestesiado». Dijo que estaba
sorprendido de lo inútil que se sentía, y se culpó a sí mismo y al paciente.
Cuando le pedí que ampliara su experiencia de estar anestesiado, contestó que
en la sesión «había perdido el interés y sólo quería cerrar los ojos». Entonces
aproveché la ocasión para decide que ahora podía tener alguna sensación de
10 que su paciente estaba vi-viendo, de lo doloroso de su estado y de la forma
en que los pensamientos, las teorías, los conocimientos y las explicaciones
habían alejado al terapeuta de todo este dolor, impidiéndole comprender lo que
ocurría en el interior de su paciente. Entonces le sugerí que en la siguiente
sesión prestara toda su atención a lo que escuchara y lo que viera, y que
hablaríamos de ello en nuestro próximo encuentro.

Después de la duodécima sesión el supervisado se mantuvo, por primera vez,


en silencio. Yo también guardé silencio durante un rato. Luego le pregunté qué
había observado, y él comenzó diciendo, en voz baja, que le resultaba
imposible expresar con palabras lo que había sucedido durante la sesión. Le
pregunté qué había visto y respondió, muy emocionado, «sus manos». Luego
volvió a guardar silencio. No parecía tener mucho más que decir. Se había
establecido momentáneamente un tipo de contacto en el que la división entre
terapeuta y paciente había desaparecido, en el que dos personas podían estar
juntas en la incertidumbre más allá de teorías, etiquetas, imágenes y juicios. El
terapeuta estaba comenzando a vislumbrar lo que sucedía entre él mismo y su
paciente, más allá de sus ideas sobre el funcionamiento de la terapia.
Comenzaba a ser consciente de sus propios pensamientos y sentimientos que
creaban el ambiente de trabajo. Podía comenzar a saber quién era realmente
el paciente, permitirle ser y ofrecerle un entorno curativo. El terapeuta me dijo
que esa experiencia le había impresionado mucho y que estaba muy
interesado en conocer a su paciente. Por primera vez quería descubrir quién
era en realidad su paciente. En mi opinión, ésta es la actitud más adecuada
para que el paciente esté dispuesto a compartir sus pensamientos y sus
sentimientos con el terapeuta.

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Terapia Centrada en…44

Veamos ahora el caso de una graduada en trabajo clínico que había trabajado
previamente durante dos años con pacientes antes de comenzar la supervisión.
Tenía asignada una paciente que había sido brevemente hospitalizada, y una
de las primeras preguntas de mi supervisada fue si aquella muchacha podía
ser «una buena candidata al trabajo analítico».

Dijo que la terapia «no progresaba» y manifestó que «no lograba establecer
contacto con su paciente». Comentó que por más cosas que le preguntaba, la
paciente no contestaba sino que miraba al suelo y se quedaba en silencio. «
¿Para qué viene a verme?», preguntó, con un toque de impaciencia. Durante
las dos primeras sesiones la tensión era tan «insoportable» que le preguntó a
su paciente: « ¿Le gustaría hablar de alguna otra cosa?» y, cuando la paciente
respondió: «No», dio por finalizada la sesión veinte o treinta minutos antes de
tiempo.

Al contarme esto confesó sentirse «terriblemente mal» y «muy avergonzada».


Estaba ruborizada y dijo que no se le ocurría nada más que preguntar, y que no
podía permanecer sentada en medio de un «helado silencio». Le pregunté en
qué pensaba durante aquellas dos sesiones y respondió que «no cesaba de
buscar preguntas para hacerle». A continuación le pregunté de qué
pensamientos fue consciente durante la sesión. Por lo que me contestó
resultaba claro que existía una disparidad entre su paciente real y su imagen
de «paciente». No paraba de enjuiciar y alternaba entre llamarse
«incompetente» y etiquetar a la paciente como «intratable». Pensaba en pedir
que su paciente fuera re asignada y comenzar a trabajar con otro paciente que
fuera un poco más hablador, de modo que le resultara más fácil «aguantar
hasta el final». Pensaba que su falta de dominio de «la técnica» era lo que
dificultaba las cosas y que precisamente eso afirmó impaciente- era lo que
«esperaba» de mí.

Luego le pedí que me describiera sus pensamientos en el caso de que se


sentara a conversar con su paciente. Entonces, visiblemente molesta,
respondió que para ella la terapia no era ninguna «conversación», que ella era
incapaz de «hacer eso». « ¿Hacer qué?», le pregunté. «Tener una
conversación con ella», respondió. Le pregunté entonces cuál era la diferencia
entre una conversación y una sesión de terapia. Ella, más enfadada todavía,

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Terapia Centrada en…45

dijo: «Vamos. Si conociera a esta muchacha podría hablar con ella fácilmente...
Yo puedo hablar con cualquier persona. ¡Pero es una paciente!». Le pregunté
entonces por la diferencia entre un paciente y una persona. A continuación
empezamos a hablar de que su imagen, basada en conceptos dualistas
aprendidos de cómo debe ser la relación entre paciente y terapeuta, de lo que
debe hacer un terapeuta, en lugar de abrirle a descubrir una forma real de
comunicación con su paciente, generaba gran parte de su ansiedad. La única
condición necesaria para estar con el paciente de modo que éste se abra y
comience a hablar, es dejar a un lado las ideas preconcebidas.

La supervisada contestó entonces que, para ella, la paciente no era como


cualquier otro «ser humano»; comentó que para ella el paciente era alguien
que la ponía a prueba como terapeuta. Entonces le dije que con aquella actitud
estaba convirtiendo a la paciente en un objeto «con el que trabajar». Ella
respondió que «si se trata de una persona puedes sentirte libre, pero si es un
paciente debes hacer algo para cambiar las cosas. Si no es así ¿qué estamos
haciendo?». Me di cuenta de lo alejada que se sentía de la paciente, como si
no fuera un ser humano que compartiera con ella el sufrimiento, los problemas
cotidianos, el miedo y la inevitabilidad de la muerte. No sentía, ni siquiera
remotamente, que ella y su paciente compartieran las mismas batallas vitales.

Le pedí entonces que me describiera sus experiencias concretas en el mismo


momento en que la paciente entraba en el consultorio. La terapeuta cerró los
ojos y describió una opresión en el pecho, un adormecimiento en la cabeza -
hasta el punto de que tenía que abrir bien los ojos para mantenerse despierta -,
un destello de miedo en el momento en que pensaba que debía permanecer
con su paciente durante cincuenta minutos, una sensación creciente de
anestesia, quedarse en blanco, un deseo de huir de la habitación y varios
pensamientos del tipo «quizá no esté preparada para este trabajo. No sé qué
hacer». También dijo que deseaba que fuera «una buena sesión» y que,
cuando lo lograba: se sentía «llena de energía, casi en éxtasis».

Le pregunté si sentía que con esta paciente esperaba obtener algún tipo de
satisfacción. «Seguro», respondió, en seguida. «Entonces ¿qué sucede cuando
no lo obtiene?» Respondió que nunca lo había pensado así, pero que si no
obtenía ninguna satisfacción pensaba que no estaba haciendo las cosas bien,

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Terapia Centrada en…46

lo cual no le hacía ninguna gracia. Le pregunté si no estaba esperando una


satisfacción que quizás sus pacientes no podían brindarle. Dijo entonces que
se supone que el trabajo debe ser gratificante o aportar algún tipo de
satisfacciones. « ¿Realmente le interesa este trabajo? ¿Está interesada
realmente en él? Usted quiere que su paciente le dé alguna satisfacción o la
ayude a sentirse bien, pero eso no siempre es posible.» La supervisada estaba
molesta y decía que aquella paciente «la estaba manipulando» porque su
silencio era intencionado. Comentó que si una persona no está motivada para
trabajar no había que perder el tiempo con ella. «Deje que otro haga este tipo
de trabajo -comentó, enojada-o Yo no quiero perder el tiempo.»

Le sugerí que renunciáramos temporalmente a cualquier idea preconcebida del


funcionamiento de la terapia y nos dedicáramos a observar lo que estaba
sucediendo en realidad. La invité a que intentara comenzar desde cero y que
participara en todo lo que sucediera como si se tratara de algo nuevo. Dado
que su conocimiento teórico no le había resultado de gran utilidad, le
recomendé que abandonara por una temporada toda teoría y que «prestara
toda su atención a la conducta de la paciente y a sus propios pensamientos y
sentimientos cuando estuviera con ella. Que no intentara buscar significados,
establecer relaciones ni comprender nada, sino que se dedicara simplemente a
observar 10 que ocurriera y sus propias respuestas».

Durante la siguiente hora de supervisión estuvo menos tensa. Empezó diciendo


que había descubierto que le resultaba muy difícil observar y que eso le
parecía muy «interesante» porque 'siempre había creído que tenía capacidad
de observación. Era consciente de la gran cantidad de tiempo que había
perdido intentando acomodar las descripciones leídas sobre la personalidad
esquizoide con la persona que tenía frente a los ojos, y que esa misma
actividad le dificultaba ver realmente a la persona. Comentó también que
durante esa sesión se sintió aliviada. «Comprendí que podía ver en ella todo lo
que quería ver, que eran mis propios ojos los que veían.» A continuación sonrió
y dijo: «Usted puede estar en la sesión con mis propios ojos».

Entonces recordó que yo no la había criticado cuando me dijo que durante las
dos primeras sesiones no había podido estar con la paciente durante más de
treinta minutos. Recordó que le dije: «En este momento usted sólo puede ser

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Terapia Centrada en…47

quien es», y sintió que aquel pensamiento la liberaba. Entonces añadí: «Le
permití ser de la misma manera que usted se lo permitió durante la última
sesión», y ella respondió: «Yo nunca he permitido que la paciente fuera tal y
como es».

En la siguiente sesión comentó que se había sentido asustada y también se dio


cuenta de la forma en que, ocasionalmente, la paciente la miraba, como
diciendo: « ¿Quiere marcharse?». Le pregunté entonces por su respuesta y
contestó que creía que la paciente era consciente de que terminaba las
sesiones antes de tiempo.

Volví de nuevo a invitarla a que, durante la próxima sesión, prestara atención a


lo que sucediera y a discutirlo posteriormente conmigo. El hecho de tener un
objetivo durante la sesión eliminaba su necesidad de hacer y de imaginar y
también la disponía, por primera vez, a sentir algo por la paciente.

En la siguiente hora de supervisión me dijo que había visto que su paciente «le
daba miedo». Habló de «sentir el miedo». «Es algo contagioso, no es sólo
mío.» Era la primera vez en ocho sesiones de supervisión que mencionó la
palabra «sentir». Yo comprendí que el miedo representaba un cambio en su
capacidad de estar presente y de participar en la sesión, y así se lo dije. Mi
rostro debió reflejar ese reconocimiento y ella 'sonrió cordialmente.

Hablamos entonces del «poder» que esta paciente ejercía sobre ella.
Descubrimos que la paciente, con su mirada, podía validar o invalidar su propia
imagen no sólo de ser una persona útil, sino una «buena persona». Ella dijo
entonces que le parecía que, en la relación con su paciente, lo esencial era el
hecho de «estar asustada». La pregunté entonces qué sucedía con su miedo
cuando no intentaba evitarlo y respondió, lentamente: «Creo que nunca he sido
capaz de ver mi propio miedo. Me asusta estar en una habitación con otra
persona y no saber lo que va a suceder. ¿Por qué sucede así? Incluso en mi
propio análisis no puedo ver el miedo que me da la gente. Mi paciente también
está asustada». Ésta fue la primera vez que advirtió que su paciente y ella eran
similares, eran semejantes.

A partir de aquel momento la escisión entre paciente y terapeuta, entre


profesional y persona fue disminuyendo. Esta división había creado tal presión

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Terapia Centrada en…48

interior que la terapeuta no experimentaba ninguna empatía, y la terapia se


reducía a formulaciones psicodinámicas o a imágenes condicionadas sobre
cómo funciona la terapia. En la siguiente sesión la supervisada dijo que su
paciente parecía querer hablar pero, de pronto, se cortaba. «Sus ojos se llenan
de miedo y entonces desvía la mirada.» Gracias a la escucha y a la
observación atenta, la terapeuta estaba comenzando a ver cierto movimiento
durante la sesión. Veía que la paciente comenzaba a abrirse y dejaba de estar
ansiosa y de utilizar sus estrategias habituales para cerrarse: retirándose,
moviéndose o relajándose. Le pregunté cómo se había dado cuenta de que la
paciente quería hablar y mencionó haber observado una expresión en los ojos
de su paciente, como «si quisiera decir algo pero, al mismo tiempo, temiendo
hacerlo». «¿Qué expresión?», le pregunté, y respondió: «Una expresión de
inteligencia». Entonces dijo que aquélla era la primera vez que sentía que la
paciente fuera inteligente. También habló de la manera «desaliñada» de vestir
de su paciente; dijo que su blusa no hacía juego con sus pantalones y que
aquello le molestaba.

Le pregunté cómo le afectaba el desaliño de su paciente y respondió que le


molestaba, enfrascándose, a continuación, en una disquisición intelectual de 10
importante que es, en nuestra sociedad, tener un «buen aspecto».

Entonces le dije que en la sesión terapéutica sucedía lo mismo que acababa de


ocurrir, que ella acababa de responder exactamente-del mismo modo que lo
hacía su paciente durante la terapia. La paciente se abría y la terapeuta
comenzaba a participar. Entonces la paciente se sentía ansiosa y dejaba de
estar presente, de la misma manera que la terapeuta acababa de hacer con su
elucubración intelectual. Ése era el proceso por medio del cual terapeuta y
paciente eludían la ansiedad.

Entonces le pregunté de qué modo dos personas inteligentes habían caído en


un tipo de relación tan distante que impedía que se mantuvieran juntas durante
toda una sesión. Para mí estaba claro que la supervisada no alcanzaba a
comprender la profundidad de aquella transformación, en la que dos extraños,
congelados por el terror, estaban comenzando a comunicarse entre sí. Le
hablé entonces de esta transformación y le señalé que el primer paso del
trabajo terapéutico consiste en llegar a estar cómodo con el paciente.

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Terapia Centrada en…49

Durante aquel encuentro hablamos también de un punto interesante, la relación


terapéutica. Aunque nosotros utilicemos ese término con relativa soltura, muy
pocos terapeutas principiantes se dan cuenta de lo significativa que es en la
vida de sus pacientes. Es cierto que suelen hablar de ello, pero no consideran
que el hecho de estar juntos, de que paciente y terapeuta compartan el
momento, más allá de palabras, roles y tiempo, sea un punto esencial del
tratamiento. Precisamente en esos momentos en que podemos estar con el
otro tal como somos y dejar que el otro también sea tal como es, es cuando se
desarrolla la confianza, cuando el paciente se da cuenta de \ que puede estar
con otra persona y ser respetado. Ésos son los momentos que nos dan
esperanzas de descubrir nuevas posibilidades para nuestras vidas.

El primer paso de la supervisión había sido capacitar a la terapeuta para


observar. El segundo paso consistió en capacitarla para experimentar 10 que
es; no para evitarlo, sino para permitirle ser. Para ello debemos investigar todo
lo que impide dejar que los pacientes sean como son.

Nuestra terapeuta pensaba que su paciente era «una palurda», y consideraba


que aquello era «malo» porque mantenía alejados a los demás. Con esta
actitud la terapeuta quiere que la paciente sea de otro modo, siente una presión
interna por cambiarla, quiere eliminar su «desaliño» pero resulta que la
paciente es desaliñada. De este modo, la terapeuta presiona para que la
paciente sea diferente y ésta, en lugar de sentirse' libre en la relación
terapéutica para ser tal como es o para descubrir, en ese entorno libre, su
manera de ser, reacciona a esa presión impuesta. En nuestro caso, la
terapeuta debía comenzar dándose cuenta de la tensión que generaba, con
sus propios gustos y aversiones y con su propio sistema de valores, en su
paciente. El segundo punto de trabajo de la supervisión era que la terapeuta
descubriera en qué aspectos de la relación ella estaba realmente con la
paciente tal como era, sin pretender cambiar nada.

Cuando nos ocupamos del hecho de aceptar o no a la paciente tal como es


tuvimos que revisar las presiones que ésta había sufrido a lo largo de su vida.
Para ello le pedí a la supervisada que me contara algunos aspectos de la vida
de su paciente. A los seis años había sido separada de su único pariente, un
hermano mayor, y enviada a un internado. Su madre estaba enferma de cáncer

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Terapia Centrada en…50

pero nadie le dijo que se estaba muriendo. Cuando su padre fue a comunicarle
la muerte de su madre, la paciente le suplicó que la sacara de allí. Más tarde,
cuando la paciente enfermó, su padre se la llevó a vivir con él.

En este momento, tras cinco meses de supervisión, la terapeuta detuvo su


relato. Su rostro enrojeció y dijo: « ¡Oh... Dios...! ¡No puedo creerlo...! ¡Lo había
olvidado por completo!». Luego se mantuvo en silencio un rato y prosiguió:
«Cuando tenía once años mis padres se separaron..., mi madre se despidió de
mi hermana y de mí y se marchó a Europa. Mi hermana y yo fuimos enviadas a
una escuela de monjas, donde vivimos durante casi un año. Era horrible. Mi
padre casi no nos visitaba. Cuando venía, yo le pedía que nos llevara a casa,
pero él respondía que no podía cuidar de nosotras. Entonces enfermé..., me
llevaron a la enfermería, vino mi madre a recogerme y me llevó a vivir con
ella... No puedo creer que olvidara esto cuando Julie me contó su historia.
(Larga pausa.) Siempre he pensado que estaba demasiado enferma para ser
terapeuta. Este pensamiento me ha perseguido durante toda mi vida». Luego
guardó silencio un momento y rompió a llorar.

Más tarde le pregunté qué era lo que estaba pensando, y respondió en una
forma muy característica de todos los terapeutas. Dijo: «Al comienzo estaba
asustada y lo sabía. Pero lo que no sabía era que yo sentía lo mismo que mi
paciente, o quizá no quería saberlo porque eso suponía reconocer mi
incapacidad para ayudada. Así que dejé a la paciente allá lejos, como a una
máquina que había que arreglar y yo fuera la encargada de buscar las partes
que faltaban. En realidad, no podía sentir a la paciente. Escuchaba sus
palabras y me preocupaba por saber cómo ayudarla. No es fácil admitir que no
podía sentir nada. Usted me dijo que está bien sentir miedo, pero es muy difícil
admitir que todo esto sea humano, muy difícil. Aún tengo dificultades para
permitirme ser humana. ¡Qué difícil es, Dios mío!». A partir de ese momento ya
no hubo necesidad de decir nada más. Por fin podíamos estar, compartir
nuestra presencia como seres humanos, por fin la terapeuta podría ser capaz,
en los años venideros, de estar con sus pacientes.

Actualmente, esta terapeuta trabaja partiendo de la naturaleza singular de la


interacción con cada uno de sus pacientes. Ha aprendido a discriminar cuándo
ella y su paciente están abiertos, cuándo se manifiesta la ansiedad y las

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Terapia Centrada en…51

distintas formas que asume. Actualmente está con su paciente y se da cuenta


del modo en que le afecta el tipo de interacción que mantiene con él. Puede
hablar, en el momento, de lo que sucede durante el tratamiento y de su
emergencia en la vida del paciente. Puede hacer algunas discriminaciones con
respecto a la tolerancia a la ansiedad. Ha aprendido a permitir que sus
pacientes se manifiesten como son sin que sus demandas les impongan la
necesidad de cambiar: ofrecerles el suficiente espacio emocional como para
que ellos mismos encuentren su propia autenticidad. Las imágenes del pasado
se difuminan hasta el punto de que resulta mucho más fácil observar lo que
sucede en el presente. La terapeuta está más comprometida en la relación, sin
preocuparse por lo que debería hacer-por si hace o no las cosas correctamente
y sin obstaculizar su propia disponibilidad emocional. Con su paciente y
conmigo llegó a experimentar momentos en los que sentía su propia
humanidad. Había experimentado empatía por su paciente, lo cual es una
piedra de toque para todo trabajo terapéutico. La supervisión la fortaleció y le
permitió abandonar su idea de cómo debía desarrollarse la relación terapéutica.
Había aprendido a estar abierta ante lo desconocido: interesarse realmente por
el paciente, por sus pensamientos, sentimientos, imágenes, sensaciones y
necesidades. La terapeuta había aprendido que la terapia no consiste en tener
una idea preconcebida de cómo son las cosas sino en tomar conciencia,
momento a momento, de lo que está sucediendo en realidad.

Es frecuente que los pacientes no sepan con claridad lo que quieren, lo que
piensan o lo que sienten. No sienten que son ellos mismos quienes estén
creando su propio destino. Dependen de los demás para sentir su propia
autoestima y para su dirección en la vida. No soportan la ansiedad y tienen
muy poca paciencia. No suelen comprender que son ellos mismos quienes
crean sus propias dificultades. Interrumpen las relaciones cuando no son
tratados en la forma que esperan o cuando no consiguen lo que quieren. Todo
eso dificulta la relación terapéutica, un proceso en el que el terapeuta siente la
demanda del paciente: « ¡Ayúdeme! Haga algo para mejorar mi vida. Si no lo
hace es usted un incompetente o no sabe lo suficiente y entonces le odiaré, le
dejaré o le perderé el respeto». Para la mayor parte de los supervisados hay
ocasiones en las que estar con una persona así genera una intensa ansiedad.

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Terapia Centrada en…52

En esos momentos los pensamientos comienzan a desfilar rápidamente por la


mente del terapeuta. « ¿Qué debo hacer? ¿Por qué no sé lo que tengo que
hacer? ¿Qué me sucede? Estoy confundido. No sé lo que ocurre. El paciente
se dará cuenta. ¿Qué sucederá cuando sepa que no tengo respuestas? ¿Qué
significa esto? ¿Qué me está tratando de decir el paciente? Si lo supiera podría
hacer algo. ¿Qué puedo decir para aclarar toda esta confusión? Siento rabia.
Más que rabia, estoy furioso. ¿Cómo me puede ocurrir todo esto? ¿Cómo
puedo llamarme a mí mismo "terapeuta"? El paciente está más sano que yo.
Me anula y saca toda mi agresividad. ¿Cómo podría evitar mostrar mi furia? Le
perderé. Necesito el dinero. ¿Estaré capacitado para desempeñar este trabajo?
El paciente tiene razón, así no vamos a ninguna parte. ¿Por qué no puedo
sentir nada por este paciente? Estoy escuchando sus palabras, pero no las
siento.»

En la medida en que el terapeuta siga pensando durante la sesión estará


intentando eludir su problema interno. Quiere ayudar pero no sabe cómo
hacerla. El hecho es que con todo este ruido interno queda muy poco espacio
para escuchar al paciente. El zumbido incesante de sus pensamientos no le
permite estar abierto al paciente. Si los terapeutas pueden tomar conciencia de
todos sus pensamientos durante la sesión, normalmente advertirán que no
ayudan en realidad al paciente.

Siempre suelo señalar a los supervisados que probablemente sus


pensamientos seguirán apareciendo. No obstante, cuando empezamos a ver
que no son útiles, ya no los tomamos tan en serio. Los pensamientos
continuarán pero nosotros los veremos como obstáculos para el trabajo y ya no
nos aferraremos tanto a ellos. En ocasiones, el terapeuta llega a darse cuenta
de que los principales enemigos del proceso terapéutico son sus propios
pensamientos.

Cuando el terapeuta se abre para observar al paciente tal como es,


permitiéndole ser, dejando de lado su imagen de sí mismo y del paciente y
abandonando las ideas preconcebidas sobre cómo deben desarrollarse los
acontecimientos, tiene lugar una transformación radical. El terapeuta advierte
que lo que bloquea al paciente y a la terapia es su propio condicionamiento
para triunfar, para mejorar, para conseguir más, para agradar, para pensar de

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Terapia Centrada en…53

una determinada manera, para evitar el dolor, la ira, el miedo, la


desesperación, etcétera. En la medida en que tiene lugar esta torna de
conciencia, el terapeuta es capaz de sentirse cómodo con su paciente para que
su presencia sea el contexto saludable en el cual ser es hacer.

Fromm, E., Trungpa, C., Needleman, J. y Otros. (1990). Enseñar a los


terapeutas a estar con sus clientes. Psicoterapia y salud en Oriente / Occidente
(pp. 227- 242). España: Kairos.

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Terapia Centrada en…54

5. MÉTODO DE ESTUDIO

Miguel Martínez

Consideramos de capital importancia en toda investigación fijar bien el método


que se ha de utilizar. De ello se derivará una más fácil comprensión del
proceso y contenido de la misma. En nuestro caso, tomamos el término
"método" en su sentido etimológico estricto (metáódós), es decir, el camino que
se debe recorrer para llegar a la meta deseada.

Cada ciencia exige su propio método, de acuerdo con la naturaleza del objeto
de estudio. Nuestro objeto, en la medida en que es de naturaleza
epistemológica y metodológica, se centra en la misma estructura del
conocimiento en sí y en el proceso por medio del cual se logra. No puede, por
consiguiente, apoyarse en un método que, a su vez, necesite una justificación
ulterior. "El único instrumento de investigación gnoseológica de que
disponemos es la reflexión, ya que el conocimiento es un acto interno, un acto
psíquico; y los actos internos y psíquicos sólo son captables conscientemente
por medio de la reflexión; no hay otro medio.

La reflexión la entendemos, también, en su sentido estricto, como una vuelta de


la potencia cognoscitiva sobre sí misma, que da por resultado una observación
interior de la corriente de la conciencia; es, por lo tanto, una reversión del
pensamiento sobre sí mismo, con el cual el hombre conoce su propio conocer.

Este proceso puede tener niveles diferentes de criticidad. Si exigimos un alto


nivel crítico y especificamos las diferentes etapas del proceso, podemos
considerarlo como un "método", el método de la reflexión crítica.

Esta metodología de la reflexión crítica tendría tres etapas (cfr. De Alejandro,


1974, pág. 78):

1. En un primer movimiento el entendimiento se vuelve sobre sí mismo y dirige


su atención al yo en cuanto conocedor.

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Terapia Centrada en…55

2. En un segundo momento, la visión intelectual interna se fija y toma como


objeto de su atención el acto mismo por el que el sujeto actúa: entonces el yo
piensa al yo sucede por una verdadera y auténtica reflexión.

3. Un tercer momento que consiste en el establecimiento de las condiciones


lógicas implícitas en el acto de pensar, que la reflexión nos revela como
esencialmente dinámico. Aquí entendemos el concepto de "lógica" en el
sentido aristotélico, ya que será precisamente la lógica aristotélica la que guiará
la estructura crítica de todo nuestro estudio.

El método de la reflexión crítica puede ser enriquecido con notables aportes del
método fenomenológico; y así lo haremos.

El método fenomenológico eleva, sobre todo, el nivel crítico de la investigación


gnoseológica.

Además, sus reglas negativas nos ayudan en una triple eliminación o


"reducción" (epoché): primeramente, de todo lo subjetivo (deseos,
sentimientos, actitudes personales, etc.); en segundo término, de las
posiciones teóricas (hipótesis, teorías o conocimientos); y, en tercer lugar, en la
exclusión de la tradición (lo enseñado y aceptado hasta el momento).
Igualmente son muy útiles sus principales reglas positivas: la que nos prescribe
ver todo lo dado, ya que tendemos a ver sólo la parte que nos interesa y
confirma nuestras ideas; y la regla que nos aconseja describir el objeto en la
infinita variedad y complejidad de sus partes.

Creemos que el método de la reflexión crítica, vigorizado y fortalecido con las


prescripciones del método fenomenológico, es el más adecuado para nuestro
estudio.

Alcance de algunos términos

Dado que una de las mayores causas de incomprensión entre los hombres -
incluso entre pensadores distinguidos-, es el mal uso de los términos, en este
estudio trataremos de usar los términos más importantes con especial cuidado
y esmero. En general, preferimos la significación etimológica a cualquier otra,
pues pensamos que ésa se debe conservar, y si aparecen realidades nuevas,

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Terapia Centrada en…56

deberán acuñarse vocablos nuevos para designarlas. En caso de usar un


término con significado o connotaciones diferentes a su sentido etimológico,
aparecerá entre comillas y, oportunamente, se explicará.

A continuación precisamos algunos términos que son clave en este estudio.

Intuición. El conocimiento es un hecho, no una teoría ni una hipótesis; es un


hecho anterior y superior a toda especulación y filosofía más, éstas se dan
porque preexisten algunos conocimientos que necesitan explicación. La
intuición (de in-tueri = ver dentro) la entendemos no la visión intelectual
inmediata de la naturaleza de una cosa que, por consiguiente, produce
evidencia. Es, por esto mismo, la última estancia de validación y criterio último
de verdad. En ella se apoya y la se reduce toda demostración, verificación o
confirmación, ya sea empírica o lógica.

Epistemología. En la lengua griega el término "episteme" se deriva del prefijo


"epi" (sobre) y de la viejísima raíz "st" que significa firmeza, solidez, estabilidad.
Esta raíz ha pasado a formar parte de innumerables vocablos en las lenguas
latinas. De esta manera, aplicado al conocimiento, este término vendría a
indicar la solidez y firmeza de nuestro conocimiento y a determinar las
posibilidades, significación y validez de sus contenidos en cuanto representan
la naturaleza y relaciones de lo real.

Método. También éste es un término cuyo alcance varía mucho entre


diferentes autores y, por ello, genera frecuentes confusiones y antagonismos,
especialmente en relación con el problema de si las ciencias humanas deben
usar el mismo método que las ciencias naturales o si necesitan uno propio.

En su sentido etimológico, el vocablo griego "método" está compuesto por dos


elementos: metá (con) y odos (vía, camino, sendero). El antagonismo entre los
diferentes autores proviene de la confusión entre los términos "método" y
"técnica". Algunos excluyen toda técnica del concepto de método, reduciendo
éste a pura lógica formal; de esta manera, habría, lógicamente, un solo método
para todas las ciencias. Otros incluyen en el concepto "método" las reglas más
generales y reservan el concepto "técnica" para las reglas más específicas.
Pero, ¿en dónde terminan las reglas generales y comienzan las específicas?

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Terapia Centrada en…57

En efecto, estas últimas pueden ser específicas de las ciencias humanas,


específicas de una ciencia humana y, también, específicas de un área o sector
de una ciencia humana.

Nos parece más lógico usar el término "método" -y así lo haremos en este
estudio- con un alto nivel de precisión y adecuación al objeto específico de
estudio, de tal manera que señale un camino lo suficientemente preciso para
que, partiendo de un terminus a quo, se pueda llegar al terminus ad quem,
pues ésa sería la finalidad del método: guiamos por un camino seguro y eficaz.

Paradigma. Este vocablo --que utilizaremos con cierta frecuencia- ha tenido


siempre un significado claro y pacífico: su sentido etimológico (pará-deigma) es
el de modelo, patrón, ejemplar. En los últimos tiempos, especialmente después
de la obra de Kuhn (1978, original 1962), se ha prestado a ciertas confusiones.
Nosotros lo usaremos en su sentido etimológico (aunque poniendo énfasis en
su connotación revolucionaria, aspecto que no expresa el término "modelo"),
que es el significado principal que le atribuye también Kuhn: un paradigma, en
el campo de la ciencia, sería una realización científica universalmente
reconocida que, durante cierto tiempo, proporciona modelos de problemas y
soluciones a una comunidad determinada.

Martínez, M. (1982). Método de estudio. La psicología humanista (pp.19-20).


México: Trillas.

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Terapia Centrada en…58

6. BÚSQUEDA DE UNA CLAVE METODOLÓGICA


Miguel Martínez

La estructura psíquica básica

Según lo que expresamos en capítulos anteriores, la vida psíquica de los seres


humanos no es un agregado caótico de elementos incomunicados e
independientes, sino que, más bien, éstos forman una estructura o sistema
neuropsíquico organizado y coordinado con fines propios. Del nivel de verdad
de esta tesis se derivaría la siguiente consecuencia metodológica: el
conocimiento y comprensión de una persona dependerá l' mucho más de un
procedimiento perspicaz e inteligente para captar esa estructura central y
personal que da sentido a todo el resto, que de estudios aislados no bien
orientados hacia la comprensión del sistema I como un todo.

Quizá esta perspectiva preocupe a más de un estudioso por la connotación


subjetiva que puede llevar consigo; sin embargo, la naturaleza del objeto
estudiado así parece requerirlo. Koch hace ver que el cambio más conspicuo y
significativo anunciado por el neo-neoconductismo es un masivo retorno hacia
áreas problemáticas que habían dejado de lado o reconocido sólo muy
superficialmente debido a su "olor" subjetivista; pero que (Koch) cree que es
debido, sobre todo, a una evaluación enteramente realista de las dificultades
para un progreso significativo en estos problemas por una vía exclusivamente
"objetiva" (1974, pág. 19)... Más adelante volveremos a este punto en un
contexto más propicio.

Lo importante en esta etapa de nuestra reflexión no es el nivel de -s


"objetividad" canónica (lealtad a un método preestablecido), sino el J nivel de
adecuación y fidelidad a la naturaleza del objeto de estudio, que puede exigir la
renuncia, incluso, a ese tipo de objetividad. Un buen nivel de adaptación al
objeto debe ayudar a lograr su comprensión; y la comprensión de una persona
consiste-en palabras de Spranger- en un acto complejo y teórico con el cual
captamos el nexo interno significativo de su vida y acciones. Comprender
significa penetrar en su sistema específico de valores cuyas conexiones son de
tipo mental.

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Terapia Centrada en…59

En este capítulo nos detendremos en la búsqueda de una clave metodológica


que nos permita captar la estructura más importante y de mayor nivel en el
sistema general de la personalidad. Así podremos apreciar el papel subsidiario
que tienen, con respecto a ella, los otros subsistemas que forman niveles
inferiores.

Michael Polanyi afirma que “... el estudio del hombre debe empezar por una
apreciación del hombre en el acto de tornar decisiones responsables (1966,
pág. 55). Ciertamente, la toma de una decisión responsable muy bien podría
considerarse la médula o el corazón de la vida psíquica, de tal manera que
comprenderlo a fondo podría ser algo análogo a asir un racimo de uvas por el
eje central al cual están unidos todos los grandes gajos que, a su vez, sujetan a
otros menores y éstos a cada una de las uvas.

Tomar una decisión responsable implica, en efecto, ponderar, coordinar y


orientar muchas motivaciones, sentimientos, deseos, recuerdos, pensamientos
y conductas hacia una meta determinada. De esta formaS la comprensión de
esa decisión puede revelar el significado funcional de infinidad de elementos y
subestructuras o subsistemas que, de otro modo, serían incomprensibles.

La intencionalidad

El problema de la decisión-estudiado sobre todo por autores de lengua


alemana (Entscheidungsproblem)- remite a otro de larga trayectoria, discutido
especialmente en el campo de la filosofía: la intencionalidad. Quien toma una
decisión tiene en mente una meta hacia la cual tiende. La decisión no es, por lo
tanto, más que una hija de la intención. Es, pues, necesario saber lo que es la
intención en un ser' humano y ver, luego, cómo podemos conocer esas
intenciones, sean de otra persona o de nosotros mismos; también de nosotros
mismos, porque, a veces, no son plenamente conscientes.

De esta manera, conocer las intenciones que persigue una persona sería una
clave metodológica para descifrar y dar sentido a una multitud inmensa, variada
y, aparentemente, inconexa o disfrazada de conductas. Sin embargo, no
debemos confundir la intencionalidad con las intenciones concretas. La
intencionalidad es la capacidad del hombre de tener intenciones; es una

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Terapia Centrada en…60

dimensión que las fundamenta. Detengámonos primero en la intencionalidad en


sí.

Aristóteles dijo que "lo que está dado a los ojos (es decir, lo que se percibe) es
la intención del alma". Esto quiere decir que la intención, el interés o deseo
conque miramos las cosas tiene tanto poder sobre nuestros sentidos que
acomoda, desvirtúa o transforma esos objetos, adaptándolos perceptivamente
a su perspectiva. La intención con que examinamos, por ejemplo, una casa (si
deseamos adquirirla para vivir en ella, comprarla para revenderla, pasar en ella
un fin de semana o verla para pintar un cuadro artístico), nos lleva a ver algo
muy diferente, y aun las mismas cosas tienen un significado especial en cada
caso. Se impone el significado funcional sobre el significado per se.

El concepto especifico de "intencionalidad” fue introducido en el pensamiento


occidental por los filósofos árabes de España al principio de la Edad Media, y
se convirtió en un punto central del pensamiento de esa época. Su idea básica
era la aristotélica, aunque Santo Tomás de Aquino reelaboró y enriqueció el
concepto.

Aquí nos interesa, especialmente, el aspecto psicológico de la intencionalidad,


y este aspecto lo enfatizaron mucho los filósofos escolásticos y lo concretaron
en un principio famoso: quidquidrecipitur ad modumrecipientisrecipitur (lo que
se recibe, se recibe según la forma del recipiente. Psicológicamente, el ser
humano moldea el objeto de su percepción de acuerdo con sus características
idiosincrásicas. La revolución kantiana impulsó esta idea aún más. Para Kant,
la mente humana es un participante activo y formativo de lo que ella conoce. La
mente construye su objeto informando la materia amorfa por medio de formas
subjetivas o categorías y como si inyectara sus propias leyes a la materia. El
entendimiento es, entonces, de por sí, un constitutivo de su mundo. Por esto,
Kant daba a los filósofos un inteligente consejo: miren alojo del observador. Es
decir, no tanto el objeto observado en sí, cuanto la disposición, enfoque e
intenciones del observador, porque ahí encontrarán una buena explicación de
lo que dice que ve.

El nombre que está más ligado al concepto de "intencionalidad" es el de Franz


Brentano. Brentano -profesor, en la Universidad de Viena, de Freud y Husserl-
se interesó en este problema con el fin de distinguir los fenómenos psíquicos

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Terapia Centrada en…61

de los no psíquicos o físicos. Fue así como desarrolló su célebre doctrina de la


intencionalidad. Dada la importancia crucial que tiene la significación que él le
atribuye a este término, reproduciremos literalmente su explicación:

Todo fenómeno psíquico se caracteriza por lo que los escolásticos de


la Edad Media llamaban la «in-existencia» (Inexistenz, existencia en,
dentro) intencional (o, alguna vez, mental) de un objeto y lo que
nosotros llamaremos, aunque no sin cierta ambigüedad, la referencia
(Beziehung) a un contenido, la dirección (Richtung) hacia un objeto
(que en este contexto no se debe entender como algo real) o la
objetividad inmanente (inmanente Gegnstandlichkeit). Todos
contienen algo similar a su objeto, aunque no todos en la misma
forma. En la representación (Vorstellung), algo es representado; en el
juicio algo es reconocido o rechazado; en el amor, algo es amado; en
el odio, odiado; en el deseo, deseado, etc. Esta «in-existencia»
intencional es propia únicamente de los fenómenos psíquicos. Ningún
fenómeno físico presenta algo similar. Y así, podemos definir los
fenómenos psíquicos diciendo que son aquellos fenómenos que
contienen algunos objetos intencionales en sí mismos (1973, edic.
1924, I, págs. 124-125).

La conciencia intencional

En cuanto a la conciencia, Brentano también la definía por el hecho de que


tiene alguna intención, apunta hacia algo fuera de sí misma, hacia algún objeto.
La intencionalidad otorga, así, contenidos significativos a la conciencia. Todo
acto consciente es, por lo tanto, un acto que tiende hacia un fin, hacia un
objetivo, es un volverse de la persona hacia algo.

Husserl (1962) acepta esta línea de pensamiento, y pone énfasis en que la


conciencia no sólo no puede ser separada de su mundo objetivo, sino que
verdaderamente constituye ese mundo. Por eso, afirma que "el significado es
una intención del alma" y el acto y la experiencia de la conciencia misma sería
un moldear y remoldear continuo de nuestro mundo (cfr. Muy, 1971, pág. 211).

En la práctica terapéutica es, quizá, donde más evidente se hace esta tesis. Allí
se hace patente, sobre todo, cómo el carácter selectivo de la percepción, la
rigidez perceptiva, la apertura a las vivencias y la activación de la memoria son

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Terapia Centrada en…62

funciones de la intencionalidad. Es más, McCleary y Lazarus han demostrado


que existe una discriminación sin representación consciente. Estos autores
dicen que éste es un fenómeno de “subcepción” mediante el cual un sujeto es
capaz de efectuar discriminaciones a niveles neurológicos inferiores al
requerido para una representación consciente. Esta capacidad explicaría el
hecho de que un sujeto distinga, en un nivel subliminar, el carácter amenazador
de una vivencia determinada y le niegue el acceso a una conciencia plena, o
bien lo distorsione para aceptarlo en la misma (cfr. Rogers y Kinget, 1967, I,
pág. 195). A su vez, esto indicaría que en toda persona existe un centro
psíquico, dinámico y coordinador de los demás procesos, que se autorregula y
defiende de todo aquello que considera, prima facie, peligroso, lo cual, en
ciertos momentos, puede estar constituido por sus mismas percepciones. Por
ello filtra esas percepciones según su capacidad presente de resistencia y
tolerancia.

La orientación humanista en psicología considera de mayor relevancia para la


comprensión del hombre, el conocimiento de este mundo interno y su dinámica;
no niega que el mundo externo sea una realidad concreta e influyente y con
ciertos significados de carácter universal -aunque sí lo hagan algunos autores-,
sino que enfatiza la importancia de la realidad .interna del hombre como
estructura clave para su comprensión como persona. Acepta, por consiguiente,
la doctrina de los idola baconianos (specus, tribus, fori, theatri). Es decir,
reconoce los principales errores en que puede caer el ser humano por
derivación respectivamente, de su propia naturaleza particular, de la naturaleza
humana en general, de la vida social o de la sugestiva influencia de grandes
personalidades. Y así, el significado último que cada fenómeno tiene para una
persona específica no es fruto únicamente -ni es creado- sólo por su realidad
cognoscitiva y conativa sino que es el resultado de una interacción dialógica
entre estos poderes y la realidad externa.

Es decir-volviendo al concepto de intencionalidad-el hombre se dirige hacia un


objeto por que atrae su interés o significa algo importante para él, pero gran
parte de ese significado es algo construido por él con base en toda su historia
personal.

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Terapia Centrada en…63

Así pues el hombre es a la vez “receptor" y un "dador" de significados. Estamos


aquí en una posición muy alejada de la sostenida por autores como Skinner,
quien afirma que "una persona no actúa sobre el mundo, es el mundo el que
actúa sobre ella" (1972, pág. 260). Tendría que explicar este autor, entonces,
de dónde ha nacido el progreso y la cultura que hoy gozamos, si no los
considera como fruto de la acción del hombre sobre el mundo.

Función unificadora de la intención

Anteriormente señalamos que para conocer a una persona es necesario


descubrir sus intenciones, y que son las intenciones las que unifican los
subsistemas de la personalidad. Analicemos más detenidamente esta realidad.

En la vida del hombre hay muchas realidades y, si bien es cierto que algunos
aspectos pueden ser estudiados y explicados en términos de las ciencias
naturales, su vida, considerada globalmente, sólo puede ser comprendida con
métodos cónsonos y adecuados a la naturaleza de la psique. Solamente
comprendemos a un hombre cuando su vida y sus acciones, inteligiblemente
relacionadas, constituyen una unidad, La observación de fragmentos de su
conducta nunca nos dará la comprensión del individuo. Esta conciencia de
unidad nos llevará, en palabras de Spranger, a "ver los hechos como cargados
de significación en relación con la totalidad".

La intención es la que unifica y dá sentido a cada uno de los hechos.

Si un hecho no está unido a la intención, no tiene significación incluso, no lo


reconocemos como nuestro. Así, por ejemplo, cuando cometemos una torpeza
y ofendemos a alguien, nos excusamos diciendo que "no fue intencional", Con
esto declaramos que ese acto es algo ajeno a nosotros mismos y, por lo tanto,
no tiene el significado' que tendría si formara parte de nuestra estructura
psíquica. Si así fuera, podría constituir una "ofensa grave"; en cambio, no pasa
de ser un "leve descuido".

Esta distinción también es muy tenida en cuenta en jurisprudencia.

Por eso, cuando se juzga a un delincuente y se comprueba que parte de su


delito ha sido preterintencional-es decir, no querido, intentado o buscado

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Terapia Centrada en…64

expresamente- se le aminora la responsabilidad y, por consiguiente, la pena. Y


en teología moral se han distinguido tradicional-mente las acciones humanas
en actushominis y actushumanus. En el primer concepto entran los actos
realizados, pero no queridos expresamente; mientras que el segundo
comprende los actos realizados deliberada y expresamente. Aunque las leyes
civiles siempre responsabilizan al hombre de todos sus actos y sus
consecuencias, la teología moral de-clara que los actushominis no son
imputables. Por ello, tanto la jurisprudencia como la teología moral son muy
conscientes de que una acción cambia de significado y, por lo tanto, de
naturaleza, según forme parte del sistema general de la personalidad o sea
simplemente algo ajeno, aislado y sin relación alguna con la misma.

La intención: clave metodológica

De aquí nace la importancia de conocer ese sistema de la personalidad, a


estructura neuropsíquica que está dentro del individuo y que da sentido y
significado a cada parte en relación con la totalidad.

"Tenemos que ver la personalidad del único modo que puede verse
inteligiblemente, como una red de organización compuesta de sistemas en el
interior de sistemas. Algunos de estos sistemas son de pequeña magnitud y
algo periféricos en relación con la estructura central o del proprium; otros, de
mayor alcance, están situados en el núcleo del edificio total. Hay sistemas que
entran fácilmente en acción, mientras que otros están como dormidos, Unos
son tan conformes con el medio cultural que pueden considerarse "comunes";
otros, son definidamente idiosincrásicos. Pero, en último término, la red, en la
que intervienen miles de millones de células nerviosas, modelada por una
herencia única y por experiencias jamás repetidas, es única" (Allport, 1966,
pág. 428).

A esto, nosotros añadimos, que esa red única está sostenida principalmente
por motivaciones dirigidas a un objetivo.

Como señalamos en el capítulo anterior, este sistema de la personalidad tiene


grados variables de orden y desorden; tiene estructura, pero también tiene falta
de ella; tiene función, pero hay también perturbaciones de esa función.

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Terapia Centrada en…65

Podríamos decir, con Murphy, que en todas las personas, aun normales, hay
muchas cosas desligadas y muchos cabos por atar. Sin embargo, todo esto no
impide que la personalidad se presente en su totalidad con un gran nivel de
coherencia y que sea en realidad un sistema complejo de elementos en
interacción mutua y con fines propios.

Estas fallas de estructura y perturbaciones de la función originaron la aparición


de técnicas de estudio tales como la libre asociación, que es una técnica para ir
más allá de la mera intención consciente, entregarse al dominio de la
intencionalidad y descubrir, así, el significado de las cosas desconectadas y
aparentemente casuales.

Allport llama “disposiciones personales" a las estructuras psíquicas de cada


persona y da de ellas la siguiente definición:

Una disposición personal es una estructura neuropsíquica generalizada


(peculiar del individuo) que posee la capacidad de convertir a muchos
estímulos en funcionalmente equivalentes y de iniciar y guiar formas
consistentes (equivalentes) de conducta adaptativa y estilística (1966, pág.
443).

Según Allport, alguna disposición personal tiene una influencia que se observa
en cualquier acto; y tal disposición es una disposición cardinal: Por lo tanto, no
puede permanecer oculta; el individuo es conocido por ella y puede, incluso,
ser famoso por ella. Esta cualidad cardinal ha sido llamada algunas veces
pasión dominante, rasgo principal, sentimiento básico, tema de unidad y raíz de
una vida (1966, pág. 433). Puede ser que en algunas personas no haya una
sola disposición cardinal con dominio y prepotencia sobre todas las demás,
sino que existan varias disposiciones cardinales centrales formando una
especie de constelación.

Todo esto nos pone más concretamente sobre la pista que debemos seguir
para conocer y comprender a cada persona. Podríamos decir que el ser
humano siempre está intentando algo. Y para comprender cualquier
comportamiento visible suyo, debemos ponerlo en relación con " la intención y
considerarlo como una expresión de ella. La intención se revela, en general, en

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Terapia Centrada en…66

la disposición cardinal, y es el foco y la clave que proporciona una guía a la


atención del observador.

Identificar, por lo tanto, el sistema único de intenciones, y las disposiciones


cardinales de una persona es poner de relieve lo que verdaderamente le
importa, -lo que atrae su interés y tiene significación determinante en su vida;
todo esto equivale a identificar su constelación de valores. Ahora bien, los
valores personales son la fuerza dominante en la vida y toda la actividad de
una persona se orienta hacia la realización de esos valores. Por consiguiente,
el foco de la comprensión es el valor-orientación de la persona, es decir, su
filosofía de la vida.

La pregunta lógica, en este momento, es: ¿cómo podemos conocer esa


intención, esas disposiciones cardinales, ese sistema de valores o esa filosofía
de la vida? La respuesta a esta pregunta será el objetivo del capítulo siguiente.

Martínez, M. (1982). Búsqueda de una clave metodológica en La psicología

humanista México: Trillas. (pp. 141-148).

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Terapia Centrada en…67

7. EL DIÁLOGO COMO MÉTODO

Miguel Martínez

Bases filosóficas del método dialógico

A fines del siglo pasado (1894), Dilthey afirmó, en su obra Ideas acerca de una
psicología descriptiva y analítica, que “.... si la reconstrucción de la naturaleza
humana general por la psicología quiere ser algo sano, vivo y fecundo para la
inteligencia de la vida, tendrá que basarse en el método original de la
comprensión" (1951, pág. 222).

Dilthey argumentaba que de las ciencias naturales tenemos conocimiento y


explicación, pero que de las ciencias humanas tenemos comprensión e
interpretación. Y por comprensión (Verstehen) entiende ' el proceso de captar
el significado y la intención, que consiste en una operación mental; es decir, es
una visión intelectual de la labor de la mente humana o, como también dice en
otra parte, "el descubrimiento del yo en el tú".

Las diferentes técnicas propuestas, dentro del ámbito de la orientación


humanista en psicología, tanto en psicoterapia como en asesoramiento,
educación e investigación, condividen la idea básica común de la participación
en la vivencia.

La idea más genial -entre las que fundamentan 1o afirmado en este capítulo-
nos viene, paradójicamente, de un hombre que en la historia de la filosofía está
precisamente ubicado en los antípodas de nuestra orientación: Ludwig
Feuerbach. En efecto, Feuerbach es considerado como el fundador del
materialismo, Y, es célebre su aserto de que “el hombre es lo que come" (der
Menschistwasaserlsst) (Amerio, 1965, pag.384). Sin embargo, Martín Buber
considera que la intuición de Feuerbach, que a continuación señalamos, es un
descubrimiento capital Y copernicano de consecuencias no previstas ni siquiera
por él mismo. "El hombre individual -escribió Feuerbach en El programa de
1843 que precedió su obra principios de la filosofía del futuro-no contiene en sí
mismo la esencia del hombre, ya sea en cuanto ser moral o en cuanto ser
pensante .La esencia del hombre se halla solamente en la comunidad, en la

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Terapia Centrada en…68

unión de hombre y hombre, una unidad que se apoya en la realidad de la


diferencia entre «yo» y «tu» (Schilpp, 1967, pag.42).

Quizá, el investigador que más ha explotado esta intuición y más ha estudiado


las consecuencias y aplicaciones que de ella se derivan es el mismo Buber. La
vasta obra y pensamiento de Buber están fundamentados en ella y aquí nos
interesa enfatizar sus rasgos más prominentes, para ofrecer una base filosófica
al método del dialogo.

El hecho fundamental de la existencia humana es el hombre con el hombre.

Lo que singulariza al mundo humano es, por encima de todo, que en él ocurre
entre ser y ser algo que no encuentra par en ningún otro rincón de la
naturaleza. El lenguaje no es más que su signo y su medio; toda obra espiritual
ha sido provocada por ese algoSEsta esferaSla denomino la esfera del ¨entre¨
(Zwischen)... Constituye una protocategoria de la realidad humanaS Lo
esencial no ocurre en uno y otro de los participantes, ni tampoco en un mundo
neutral que abarca a los dos y a todas las demás cosas, sino, en el sentido
más preciso, entre" los dos, como si dijéramos en una dimensión a la cual sólo
los dos tienen acceso...; esta realidad nos ofrece el punto de partida desde el
que podemos avanzar, por un lado, hacia una comprensión nueva de la
persona y, por otro, hacia una comprensión nueva de la comunidad. Su objeto
central no lo constituye ni el individuo ni la colectividad, sino el hombre con el
hombre. Únicamente en la relación viva podremos reconocer inmediatamente
la esencia peculiar al hombre... Si consideramos el hombre con el hombre,
veremos, siempre, la dualidad dinámica que constituye al ser humano: aquí el
que da y ahí el que recibe; aquí la fuerza agresiva y ahí la defensiva; aquí el
carácter que investiga y ahí el que ofrece información, y siempre los dos a una,
completándose con la contribución recíproca, ofreciéndonos, conjuntamente al
hombre (Buber, 1974, págs. 146-150).

En síntesis, Buber considera que el hombre se ha perdido en una anarquía de


ideologías, y desea encontrarlo y acercarse a él en su auténtica y más genuina
realidad. Piensa que esto se consigue estudiando a fondo la naturaleza de la
relación interhumana (Zwischenmenschlich- keit) y obrando en consecuencia.
Para ello centra su filosofía del diálogo -que originó la "psicología del
encuentro" y cuyo mejor paradigma lo hallamos en la relación terapéutica-

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Terapia Centrada en…69

alrededor de la relación yo-tú. Esta expresión indica una relación de persona a


persona, de sujeto a sujeto, es decir, una relación dé reciprocidad que implica
un encuentro (Begegnung). Es, por consiguiente, muy diferente de la relación
de persona a cosa, de sujeto a objeto, que envuelve una cierta forma de
utilización, dominio o control, aunque se califique sólo como un conocimiento
“objetivo”.

Este concepto de “encuentro yo-tu”, de Buber, es de una fertilidad heurística


sin límites y tiene gran similitud o paralelo con otros filósofos existenciales,
especialmente los de orientación teológica o religiosa. Así, Marcel llega
también a la formula yo-y-tu----que en el indica un encuentro genuino---a
través de términos como “intersubjetividad” y “comunicación”, y piensa que
solamente podemos conocernos a nosotros mismos partiendo del otro o de los
otros.

Igualmente, Fromm hace ver que “lo que yo soy” y “lo que tú eres” solamente
se llega a conocer a través de una vivencia mutua, a través de un conocimiento
reciproco de “lo que nosotros somos”. Y la “teología terapéutica”, de Paul
Tillich, desarrolla en forma similar el rol iluminador que se da en todo encuentro
y lo aplica a la psicoterapia y a la “comunidad de curación”.

Ya Platón había dicho que no hay mas acceso al mundo de la “idea” que
“hablar por medio de preguntas y respuestas” preguntando y contestando se
entiende el “yo” y el “tu”, y no solo se entienden, además así mismos. Y en la
República puntualiza que la verdad es, por naturaleza, la criatura del
pensamiento dialéctico. Piaget nos ha hecho ver cómo desde muy niños
comenzamos este "diálogo." no sólo con "el otro", sino con todo "lo otro". Y esta
actividad tiene dos direcciones: la asimilación y la acomodación. La asimilación
es la adaptación del ambiente al individuo; la acomodación es el proceso
contrario, es decir, la adaptación del individuo al ambiente.

El método fenomenológico y el comprensivo en el diálogo

La naturaleza del diálogo permite -y éste es un punto de máxima-relevancia-


ser enriquecido con la aplicación de las principales reglas del método
fenomenológico, Este método nació como una protesta contra el
reduccionismo. Ir "hacia las cosas mismas" ha sido siempre el leitmotiv de la

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Terapia Centrada en…70

investigación fenomenológica. En su prescripción negativa, este método


expresa una oposición radical a la práctica de enfocar los problemas partiendo
de creencias cristalizadas y teorías apoyadas en una tradición acrítica que
generalmente, perpetúan las concepciones esclerotizadas y los prejuicios
inconscientes. Todo ello con miras a un retorno al estudio de fenómenos no
adulterados.

La orientación positivista ha sido muy dada a aplicar el famoso rasurador de


Occam, cuya praxis se concreta en el proverbial principio: non sunt
multiplicanda entia sine necessitate. Lo grave en el uso de este principio, en sí
maravilloso, ha consistido en la ligereza con la cual se ha creído en la no
existencia de esa necesidad y, así, se ha llegado con extrema facilidad a
abstracciones simplificadas que terminan con un mínimum de conceptos
científicos.

La prescripción positiva del método fenomenológico nos aconseja que dejemos


al fenómeno hablar por sí mismo, observando, analizando y describiendo todos
sus aspectos, detalles y matices precisa y exactamente como aparecen. Es
necesario tratar de poner entre paréntesis, momentáneamente yen la medida
de lo posible, toda idea previa para lograr abordar el fenómeno con mente
limpia, fresca, ingenua, inocente y sensible, y permitir así que sea su
"estructura" la que se imponga en nuestro conocimiento. Rogers afirma que de
su investigación terapéutica se llega a la siguiente conclusión:

El organismo humano, cuando opera libre y no defensivamente, es, quizá, el


mejor instrumento científico en existencia, y es capaz de captar una estructura
mucho antes de que la pueda formular conscientemente (1968, página 63).

Además de la incorporación de las reglas del método fenomenológico, el


método dialógico, a través del encuentro, permite también 1-lograr un alto nivel
de empatía. Han sido precisamente las deficiencias de la teoría de la inferencia
las que han inducido a muchos autores (especialmente en Europa) a idear
teorías más amplias y adecuadas sobre los procesos del conocimiento de las
personas.

Lipps introdujo el concepto de Einfühlung (sentir dentro, sentir como si


estuviéramos dentro del otro). Titchener tradujo este término ¡por empatía, el

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Terapia Centrada en…71

cual entendemos corrientemente como el proceso por medio del cual una
persona es capaz de colocarse imaginariamente en el rol y en la situación de
otro, con el fin de comprender sus sentimientos, su punto de vista, sus
actitudes y tendencias a actuar en esa situación dada. Son muchos los factores
que influyen en la posibilidad de lograr un mayor o menor nivel de empatía;
pero la estructura del diálogo puede hacerse tan variada y flexible que permite
alcanzarla en un alto grado y, con ello, hacer posible también una mejor
comprensión del ser humano.

Sin embargo, es indispensable mantener conciencia de los límites que impone


a nuestro "conocimiento del otro" la naturaleza de las realidades estudiadas. Es
cierto que nuestra comprensión de la persona ajena da acceso a una vivencia
psíquica que no es la nuestra y, a su vez, esta posibilidad de acceso remite a
cierta forma de coexistencia con el prójimo, pero jamás podremos condividir la
esencia de la vivencia de otra persona y, mucho menos, imaginar que podamos
lograr un status de alter ego, que sería algo similar a la bilocación psíquica.

La mayor relevancia y significación del diálogo, como método de conocimiento


del otro, estriba, sobre todo, en la naturaleza y calidad del proceso en que se
apoya. A medida que el encuentro avanza, la estructura de la personalidad del
otro va tomando forma en nuestra mente; comienza por nuestras primeras
impresiones, con la observación de sus movimientos, sigue el oído de su voz,
la comunicación no verbal (que es directa, inmediata, de gran fuerza en la
interacción cara a cara y, frecuentemente, previa a todo control consciente) y
toda la infinita gama de contextos verbales, por medio de los cuales se pueden
clarificar : los términos, definir los problemas, orientar hacia una perspectiva,
patentizar los presupuestos, evidenciar la irracionalidad de una proposición,
ofrecer criterios de juicio o suplir los hechos necesarios. El contexto verbal
permite, asimismo, motivar al interlocutor, elevar su nivel de interés, reconocer
sus logros, prevenir una falsificación, reducir los formalismos, estimular su
memoria, aminorar la confusión o ayudarle a explorar, reconocer y aceptar sus
vivencias inconscientes. Y en cada una de estas posibles interacciones
también se puede decidir la amplitud o estrechez con que debe plantearse el
problema, si una pregunta debe estructurarse plenamente o dejarse abierta y
hasta qué punto es conveniente insinuar una solución o respuesta.

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Terapia Centrada en…72

Una de las personas que ha dado un ejemplo, en este siglo, en el uso del
método del diálogo -aunque con características, en parte, diferentes a las que
aquí señalamos- ha sido Freud. Freud trabajó por más de 40 años, realizando
hasta once análisis diarios, sin más laboratorio ni aparato que oír y analizar a
sus enfermos, tratando de interpretar sus problemas y comprenderlos.

Lo señalado hasta aquí, relacionado con la: "reducción" que propugna el


método fenomenológico -cuyo valor hemos considerado incuestionable y
aceptado plenamente- podría poner de relieve un aparente contrasentido. Sin
embargo, no hay tal contradicción; la "reducción fenomenológica" aconsejada
por Husserl -epoché = prescindir o poner entre paréntesis lo subjetivo, lo
teórico y la tradición- no puede ser nunca total, ni tampoco él deseaba que lo
fuera. Es cierto que en el diálogo hay que tomar todas las precauciones para
no proyectar y ver nuestros presupuestos, hipótesis, teorías y prejuicios. Pero
esto no significa que el investigador no tenga sus valores, creencias y
conocimientos aun contrarios a los que posee la persona estudiada, y menos
aún que tenga que convertirse en una especie de camaleón psicológico que se
identifique miméticamente con la estructura de la personalidad en estudio.

Los filósofos de la antigüedad sostenían ya el famoso principio in medio


statvirtus. También aquí la verdad se hallará en una sabia combinación del
respeto y fidelidad al fenómeno que se nos ofrece (para captarlo en toda su
genuina expresión) y en un rico aporte de estrategias, técnicas" y tácticas que
faciliten la comprensión cabal del mismo. El grado de intuición, perspicacia y
habilidad para realizar esta difícil combinación, determinará el nivel de pericia
profesional en esta ciencia y arte del conocimiento del ser humano como
persona. Sin embargo, hay algo que es todavía más importante que esta
perspicaz inteligencia de las realidades. Así, Rogers, hablando de la eficacia en
su trabajo terapéutico a lo largo de más de 40 años, dice que «la calidad de mi
encuentro es más importante a la larga de lo que es mi conocimiento
académico, mi entrenamiento profesional, mi orientación en el asesoramiento y
las técnicas que uso en la entrevista" (1967, página 90).

Otra bondad del método dialógico, que lo convierte en una de las mejores vías,
si no la mejor, para conocer al hombre, es su capacidad de auto corrección y
perfectibilidad. A lo largo de todo el proceso, a medida que el encuentro se

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Terapia Centrada en…73

realiza, en el dar y recibir continuo y recíproco de ambas personas, hay


siempre una posibilidad de retroalimentación a nivel psíquico. Esta realidad,
bien aprovechada, hace que el diálogo corrija sus fallas sobre la marcha,
incremente sus logros y sea, en general, un proceso perfectible.

Es esta característica la que más agradables sorpresas trae al profesional de la


psicología, pues una relación dialógica como la que venimos describiendo,
fácilmente reubica a cada uno de los elementos importantes, pone de relieve
las razones escondidas que dan sentido a lo que parece irracional, conduce al
descubrimiento de la estructura psíquica de la persona estudiada y permite
programar procesos de recuperación y autorrealización.

Dos objeciones: el método introspectivo y la percepción selectiva

Concluiremos respondiendo a dos objeciones que fácilmente pueden


presentarse en este nivel de nuestra argumentación: una, está en relación con
el método de la introspección y, la otra, centrada en el problema de la
percepción selectiva.

Frecuentemente aparecen "estudios que revalorizan el método


introspeccioncita en psicología y pretenden, a veces, identificarlo con el
fenomenológico (cfr. Pilkington y Glasgow, 1967). Es cierto que este método
tiene aspectos positivos que hay que reconocer y su valor será perenne; pero
una justa evaluación del mismo debe ser completa y enfocar a fondo, sobre
todo, los puntos neurálgicos del mismo. La clase de introspección
rigurosamente definida y practicada por Titcheneres, una de las que ha tenido
más adeptos. Para este autor, la introspección consiste en analizar, a través
de una observación disciplinada, los datos de las vivencias y descomponerlos
en sus elementos irreductibles -sensaciones, sentimientos e imágenes- y en
especificar sus atributos: calidad, intensidad, extensión, etc.

Sin embargo, aunque la introspección no está muy lejos de la observación y


descripción fenomenológicas, entre ellas hay dos diferencias cruciales. Ante
todo, la introspección parte del presupuesto de que la vivencia psíquica es
reductible a un número finito de elementos y atributos conscientes. Este pre-
juicio de ninguna manera es aceptado por la orientación fenomenológica. En

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Terapia Centrada en…74

segundo lugar -y esto es mucho más importante-, el análisis introspectivo


relega, si es que no excluye totalmente, el significado. Su atención está puesta
en el sentido per se de los elementos, que, como señalamos en otra parte,
puede ser intrascendente. Para la psicología fenomenológica, en cambio, el
significado real y auténtico, ya sea de cada elemento como de la totalidad, es
algo fundamental y central. .

La segunda objeción tiene una base muy sólida e incuestionable: toda persona
dirige su atención al mundo exterior o hacia su mundo privado interno en forma
selectiva; esta atención puede estar influenciada por "mecanismos
inconscientes" y, por lo tanto, su percepción será también selectiva. Si esto es
cierto, ¿qué objetividad pueden tener sus palabras o los informes que haga, en
una entrevista, sobre sí misma?

Como anotamos al hablar de la intencionalidad, la percepción selectiva es una


realidad innegable de nuestra estructura cognoscitiva y, podríamos añadir, que
constituye el tendón de Aquiles de toda pretensión de "objetividad absoluta" en
nuestros conocimientos. Pero de esta constatación no se deriva la conclusión
adoptada por el conductismo y, en general, por toda orientación positivista:
estudiar al ser humano únicamente mediante la observación externa y negar
todo valora los informes personales y privados. Ya vimos cómo este
procedimiento materializa al hombre, no permite aferrar el significado de sus
acciones y vuelve incomprensible al ser humano.

Una de las conclusiones más sabias que pueden derivarse de la realidad de la


percepción selectiva es la que dio origen al método fenomenológico: si no
podemos actuar sin presupuestos, sin teorías, sin prejuicios, sin actitudes, etc.,
tratemos de tomar plena conciencia de ellos para reducir a un mínimo su
influencia en nuestro sistema cognoscitivo.

Otra conclusión igualmente inteligente es la adoptada en la terapia rogeriana.


El clima vivencial plenamente auténtico y genuino, la comprensión empática
profunda y la aceptación y el aprecio incondicionales crean una atmósfera
cálida acogedora que desvanecen poco a poco las actitudes defensivas"-
porque ya no tienen razón de ser- y permiten un acceso a las vivencias más
profundas, volviendo así consciente lo que antes no lo era, con lo cual se
facilita el relato de un informe más fidedigno y objetivo.

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Terapia Centrada en…75

Martínez, M. (1982). El dialogo como método en La psicología humanista.

México: Trillas. (pp. 149-156).

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Terapia Centrada en…76

8. DIALOGAR CON EL OTRO

M. L. Poeydomenge

Vida plena es sinónimo de vida intensa, vida exigente.

«El proceso de vida plena no es, estoy convencido de ello, para cobardes
pusilánimes. Implica la prolongación y el desarrollo de todas las posibilidades
del ser. Implica el valor de existir. Significa arrojarse de lleno a la corriente de la
vida. Y, sin embargo, lo que hay de profundamente apasionante entre los
humanos es que cuando el individuo se hace libre, "esta vida de desarrollo" es
la que escoge como proceso de devenir»23.

Aun cuando sepa que es dolorosa... El aislamiento, el rechazo del


conformismo, la marginalidad, son pruebas. El sujeto autoactualizante tendrá
que asumir su soledad, aunque sea al precio de una conciencia dividida,
desdichada.

Y, sin embargo, el objetivo de la vida plena es la mejor armonía posible con los
demás. A este tercer elemento, el último de programa en diez puntos, ha
consagrado Rogers su existencia. El hombre «cuando es plenamente hombre,
cuando es su organismo total» es esencialmente relacional, se halla centrado
en el otro tanto como sobre sí mismo. Afirmación revolucionaria en un mundo
cada vez más dominado por los conflictos violentos de intereses egoístas. Pero
la experiencia clínica ha confirmado:

“EI centro, la base más profunda de la naturaleza humana, las capas más
íntimas de su personalidad, el fondo de su naturaleza "animal", es naturalmente
positivo, está fundamentalmente socializado, orientado hacia el progreso, es
racional y realista» 24.

Integrar sus pulsiones es dejar vivir esta aspiración a la relación, no fusional ni


posesiva, sino fraternal y cálida. «Tengo la convicción», aun cuando
corresponde a cada uno examinarla a la luz de su experiencia, de que el
hombre «es un ser realmente capaz de controlarse él mismo y (que) es
incorregiblemente social en sus deseos. No existe bestia en el hombre”25, sea
lo que haya pensado Freud en su teoría de los instintos y lo que diga la

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Terapia Centrada en…77

tradición protestante... Hay solicitud, búsqueda de nuevas formas de


comunidad, de relaciones, de intimidad, de objetivos compartidos, precisa
Rogers en 1977. Más allá de las transacciones, juegos y argumentos26 que
tejen la vida social, están las relaciones sin máscara ni prejuicios que
personalizan los que se comprometen, los que se implican en ellas.

Cómo no sorprenderse aquí, ante la convergencia de pensamiento, la


convergencia incluso, entre C. Rogers y E. Mounier, como si el psicólogo
norteamericano hubiera tratado de comprobar con sus instrumentos
psicológicos la verdad de las intuiciones del filósofo francés.

«La persona, escribía este último, sólo existe hacia los demás, sólo se conoce
por los demás, sólo se halla en los demás. La experiencia primitiva de la
persona es la experiencia de la segunda persona”

Así por ejemplo, la del niño que espera de sus más próximos la confirmación
de su deseo de abrirse al mundo y de alcanzar su autonomía, o la del adulto
que pide al orientador que le confirme en su búsqueda de identidad y de
confianza, en su singularidad, en su soledad existencial. El adulto no puede
vivir plenamente, tener un impacto «político» (Rogers), o «comprometerse» en
la acción (Mounier) más que si se sabe «reconocido», o «aceptado en su
verdad, profunda pero no inmutable, por obra de una o de varias personas
amadas.

“Casi podría decirse que yo no existo más que en la medida en que existo para
los demás y, en el límite, ser es amar”28

En el límite... Porque «el mundo de los demás no es un jardín de las delicias.


Constituye una provocación permanente a la lucha, a la adaptación y a la
superación. Reintroduce constantemente el riesgo y el sufrimiento cuando
estábamos a punto de alcanzar la paz»29

Hallamos la paradoja de la vida plena, apasionante, dolorosa a veces a pesar


de su aspiración a la armonía. Rogers, especialista en la comunicación de
ayuda, analiza así la dificultad de la relación: cuando el otro parece juzgarnos
según sus propios criterios, se hace amenazador. Nos replegamos entonces
sobre nosotros mismos, alejándonos de él, sin ganar en claridad interior tanto si
nos ayuda acogiéndonos como si nos limita rechazándonos. Además,

D.R © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Terapia Centrada en…78

amenazados, amenazamos... Progresiva pero rápidamente, cada uno de los


dos protagonistas escucha al otro sin mostrarse verdaderamente atento,
tratando más de defenderse o de protegerse. La comunicación se torna cada
vez más superficial, los reflejos se vuelven cada vez menos precisos, más
ligados a las palabras que a lo que no se dice y que podría aclararlas. La
relación se tensa y la tensión repercute, ensombreciendo la imagen que cada
uno tiene de sí mismo. Lo que desarrollará la confianza del otro quien, menos
amenazado, se entregará más... se establece una dialéctica entre los dos,
suscitando los progresos del uno los del otro, arrastrando los retrocesos del
uno los del otro. Así, según la lógica rogeriana no hay otro remedio ante la
amenaza presentada por los demás que la socialización y la escucha
comprometida en donde uno se declara frágil ~ero disponible. Y «la apertura no
defensiva en todas las relaciones interpersonales30» es vía necesaria 'hacia la
vida plena. Prestar un generoso crédito al otro resulta infinitamente fecundo,
decía Mounier:

«El amor pleno es creador de distinción, reconocimiento y voluntad del otro en


tanto que otro»31

Rogers emplea en 1977 este término amor para definir la relación terapéutica:

«Una persona facilitadora puede ayudar (...) cuando establece una relación real
con el otro, admitiendo y manifestando sus propios sentimientos; cuando
realiza la experiencia de la solicitud no posesiva y del amor por el otro y cuando
su comprensión del mundo interior del otro está impregnada de
consideración”32

Autenticidad, amor, empatía, estas tres actitudes que el que ayuda se


esforzaba por vivir durante la entrevista, figuran en el núcleo de todas las
verdaderas relaciones. Son las que nos permiten experimentar las alegrías más
intensas. Porque las comunicaciones reales son momentos privilegiados, pero
raros, que proporcionan por excelencia el gusto de vivir:

«Cuando puedo permitirme ser congruente o bien sentir o permitir esta


congruencia en otro, me siento lleno (...). En esos raros momentos en donde la
autenticidad profunda de uno encuentra a la autenticidad profunda del otro,
aparece esta relación singular yo-tú, como la llama el filósofo existencialista

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Terapia Centrada en…79

judío Martín Buber. No se produce a menudo un encuentro tan personal y tan


profundo, pero estoy convencido de que, si esto no nos sucediera de vez en
cuando, no seríamos verdaderamente seres humanos.

El hombre, desde luego «nudo de relaciones». Descubridor incluso de lo


absoluto en el seno de sus encuentros, pues la calidad de comunicación que
desea, le colma si la alcanza.

La vida plena: ¿Neohumanismo? ¿Civilización de la intensidad?

Captar la experiencia inmediata, actuar de acuerdo con su «organismo»,


integrados el cuerpo y el alma, crear relaciones con el prójimo, es «funcionar»
óptimamente o vivir con plenitud. Rogers obtuvo este concepto de «vida plena»
de sus observaciones de terapeuta. Cuando sus pacientes emergían de sus
dificultades, a través de la relación «intensamente personal y subjetiva»34 que
se había establecido, se descubrían «vivos», es decir capaces de acoger el
momento presente, sin reducirlo a lo que ya se había visto ni
fantasmagorizarlo, para reaccionar allí libremente.

«La vida plena, según mi experiencia, es el proceso de movimiento en una


dirección que escoge el organismo humano cuando interiormente es libre de
moverse en cualquier dirección y los rasgos generales de esta dirección
escogida parecen tener cierta universalidad”35

Universalidad humanista que Rogers se esforzaba por precisar a partir de


1952, que describe de nuevo en 1977 en la orientación común de vida de las
personas nuevas, a la vez auténticas y altruistas, introvertidas y activas, más
seguras de buscar la verdad que de haberla encontrado... personas para
quienes la vida es dinámica, desarrollo y lucha por la supresión de las
injusticias.

«Estos individuos no ven por qué razón deberían permanecer inmutables unas
escuelas así como para dejar que los recursos de los sentimientos interiores
fluyan libremente, convirtiéndose en expresión musical y composición. Los
viajes de fantasía y muchos otros experimentos son excelentes estímulos para
la expresión creativa al escribir. Incluso conozco a un profesor de mecanografía

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Terapia Centrada en…80

que pidió a sus estudiantes que experimentaran el viaje de fantasía del rosal
con los brazos puestos sobre la máquina de escribir. Luego les pidió que
escribieran a máquina sus experiencias. Las calificaciones se dieron
dependiendo de los errores de máquina, etc., como se calificaría cualquier otra
tarea, y también obtuvo comentarios muy personales de cada alumno. Los 10
minutos que utilizó para experimentar esta fantasía le dieron más comprensión
de la existencia y de los sentimientos de sus alumnos, que lo que le hubiera
dado el estar con ellos todo un semestre. A su vez, esta comprensión produjo
espontáneamente muchos cambios en su actitud y comportamiento hacia
muchos de sus alumnos. Aun cuando utilices de manera reducida unos cuantos
de estos experimentos, obtendrás resultados muy definitivos. Cuanto más
trabajes tú mismo con estos experimentos y cuanto más te familiarices con este
enfoque, más creativo serás al tratar de adaptados a tu situación -inventando
más experimentos y empleando los métodos en cualquier cosa que hagas.

Todo puede hacerse con o sin conciencia, y los experimentos en este libro no
son ninguna excepción. Puedes convertirlos en juegos superficiales de fiestas,
insistiendo en que todo sea diversión; puedes convertirlos también en trabajos
fatigantes si intentas forzar a que los hagan personas que no están dispuestas
o si insistes en que todo es muy serio. Si estás dentro de un programa de auto
superación, puedes utilizarlos para lucirte como un boy scout que recibe
distinciones y estrellas doradas. Pero si realizas estos experimentos con
conciencia, podrás descubrir cada vez más acerca de tu experiencia y
funcionamiento, y este enfoque puede convertirse en una parte cada vez más
integral de lo que hagas.

Poeydomenge, M. L. (1986). Dialogar con el otro en La educación según


Rogers: propuestas de la no directividad. Madrid, España: Narcea. (pp. 64-66).

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Terapia Centrada en…81

9. LA PERSONA QUE ES EL PSICOTERAPEUTA

J. F. T. Bugental

Una observación conocida es que el psicoterapeuta es el último descendiente


de una línea que se remonta a la prehistoria. Los ancestros del psicoterapeuta
son el curandero, el mago, el sacerdote, y el médico familiar. En cada época, el
hombre ha necesitado a alguien a quien recurrir para que le ayude a luchar con
la desagradable incertidumbre de su destino. En forma inevitable e invariable,
aquel a quien busca ha sido investido por él y por otros, con una visión y
potencia supranormales. En esto consistía su recompensa, así como su más
aterrante carga. Ciertamente, esto es válido también para el psicoterapeuta de
hoy.

La práctica de la psicoterapia, al igual que el entrenamiento e investigación


necesarios para tal práctica, se convierten cada vez más en un área de
atención para la psicología clínica en especial, y hasta cierto punto para la
psicología en general. Existen pocas dudas de que la principal variable que
afecta a la psicoterapia (además del paciente mismo, por supuesto) es el
psicoterapeuta. Puede ser que la psicoterapia, a su tiempo, adopte
modalidades que reduzcan la importancia esencial del terapeuta en particular;
pero, al menos por el momento, la personalidad, la sensibilidad y las
habilidades del terapeuta son de importancia crucial, A pesar de esto (y con
gran excepción en el área del psicoanálisis), se han realizado pocos estudios
profundos acerca de las características del psicoterapeuta que se oponen o
determinan la falta de resultados terapéuticos positivos en su trabajo.

El presente artículo se centra en este asunto, empleando un método descriptivo


que se basa en observaciones de varios psicoterapeutas en diferentes marcos
y en el examen de algunas de las principales influencias dentro del
psicoterapeuta, que parece probable que influyan de modo importante en el
proceso terapéutico.

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Terapia Centrada en…82

El objeto de esta presentación es proporcionar una descripción suficiente de las


variables importantes, de la cual estudios futuros puedan derivar hipótesis
acerca de la naturaleza de las contribuciones subjetivas del terapeuta al
proceso terapéutico. Trabajando así, partiendo de los datos brutos de la
interacción terapéutica, será posible que la investigación maneje variables más
significativas del proceso terapéutico.

Concurrentemente, la clase de descripción que aquí se adelanta puede ser útil


en la planificación y conducción de programas de entrenamiento y supervisión
de psicoterapeutas, proporcionando variables que llamen la atención de los
maestros, los supervisores y la auto-observación de los terapeutas estudiantes.

Difícilmente puede discutirse la existencia de un proceso selectivo que funciona


en gran parte a niveles inconscientes y determina quiénes son los que entrarán
en el campo de la práctica psicoterapéutica.

Por ningún motivo puede decirse que este reconocimiento implica algo malo; ni
asegura que es algo completamente bueno. Por el momento, queda asentado
que muchos psicoterapeutas han buscado convertirse en tales para manejar
sus propias ansiedades tanto existenciales como neuróticas.

Gratificaciones neuróticas en la práctica de la psicoterapia

Parece que cualquiera que se implica en la práctica de la psicoterapia intensiva


encuentra gratificaciones profunda y personalmente significativas. Algunas, son
claramente neuróticas o destructivas, en tanto que otras son más "sinérgicas".
Las siguientes se encuentran dentro de las menos constructivas. En todas
estas observaciones, el autor reconoce, ciertamente, que él se describe a sí
mismo tal como otros terapeutas.

Intimidad unilateral

Allen Wheelis (1958) ha descrito lo que él siente que es un eficaz factor


selectivo que funciona en determinar quién será psicoanalista. Se trata de un
hambre de cercanía, un gran deseo de intimidad afectiva y un marcado temor
hacia ella. La práctica de la psicoterapia hace posible un tipo de cercanía de
gran intimidad en un solo sentido y muy a menudo, con más expresión afectiva

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Terapia Centrada en…83

de la que se puede encontrar en cualquier otra relación, sin excluir la


matrimonial (Warkentin, 1963). Sin embargo, en muchos aspectos es "más
segura" para el terapeuta, porque se encuentra impelido por su ética y
entrenamiento a preservarse de la implicación potencial. Qué hermosamente
encaja esta práctica en las necesidades de aquellos con una gran hambre de
afecto, un fuerte deseo de intimidad y un gran temor hacia el afecto en la
intimidad.

Omnipotencia

En segundo lugar, la práctica de la psicoterapia intensiva proporciona un rico


alimento para las propias tendencias de omnipotencia y omnisciencia. La
mayoría de la gente hoy día las posee. Muchos que se sienten amenazados e
impotentes en sus propias vidas encuentran en la práctica de la terapia una
especie de calma espléndida que tanto el paciente como el terapeuta se
esfuerzan en verla como resultado de la benigna influencia de la perspectiva de
este último. A menudo, un caso especial de la tendencia a la omnipotencia es
el mito del efecto curativo del afecto del terapeuta. Muchos terapeutas, en un
momento o en otro, parecen pasar por una fase en la que están convencidos
de que una gran dosis de afecto incondicional e incuestionable por parte del
terapeuta hacia el paciente es el agente curativo que puede producir cambios
profundos. Esto parece surgir debido a que muchos pacientes son personas
emocionalmente desprovistas que buscan de sus terapeutas el tipo de interés
que sienten que nunca recibieron de sus padres. Durante algún tiempo, la
respuesta del paciente a la obtención aparente del cuidado del terapeuta suele
ser dramática y pervasiva. Sólo cuando el terapeuta ha trabajado durante
varios años con una personalidad verdaderamente dependiente, empieza a
reconocer, si es hábil, que mientras que el paciente puede realmente lograr una
reorganización sorprendente de su vida, a través de la benigna influencia del
afecto del terapeuta, ésta se encuentra frágilmente prendida a la relación. El
paciente resiste cualquier intento del terapeuta para reducir esa dependencia.
No es raro que el trabajo de meses y años, todo lo que paciente y terapeuta
han logrado con dificultad en lo que se refiere a efectividad vital, se venga
abajo en relativamente poco tiempo, cuando el terapeuta empieza a tratar de
liberar al paciente de la dependencia del sustento que representa el interés del
terapeuta.

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Terapia Centrada en…84

Dominio de la contingencia

Una tercera gratificación importante en la práctica de la psicoterapia es la


oportunidad que se presenta al terapeuta para manejar en forma sustitutiva y
aparentemente segura, la contingencia, las realidades básicas de la vida.
Algunas veces, los terapeutas dicen haberse encontrado utilizando al paciente
como "un perro entrenado para guiar en el campo de minas" de ciertas
amenazas, de manera que puedan asegurarse de que es susceptible de
manejo. Se puede respetar a los terapeutas que reconocen esto y tener
bastante seguridad de que casi todos los terapeutas utilizan así a sus pacientes
hasta cierto punto, y a menudo sin que lo reconozcan sinceramente. Vivimos
en la ansiedad; buscamos ser más capaces de confiar en nosotros mismos,
pero nunca lo logramos totalmente. Cuando, reconociendo por completo las
necesidades del paciente, podemos alentar para afrontar aquello que genera
ansiedad dentro de nosotros mismos, nos encontramos fuertemente implicados
en los resultados.

Dar ternura

Una cuarta gratificación neurótica en el ser terapeuta es que proporciona la


oportunidad de dar ternura, compasión y afecto en una forma completamente
masculina. Muchos de los que son atraídos a este terreno tienen temores de
sus propias emociones, temores de que estos sentimientos representen
debilidad y quizá afeminamiento. Con frecuencia, estos temores son del todo
inconscientes, e incluso pueden encontrarse ocultos mediante una actitud
contrafóbica en la que el terapeuta se manifiesta excesivamente expresivo de
sus emociones. Con la investigación y otros trabajos apoyamos la conveniencia
de la expresión emocional, así como los perjuicios que puede acarrear la
inhibición emocional. Durante el momento terapéutico, seguros en nuestra
masculinidad de ser doctores y curadores, podemos dar ternura y afecto sin
que se despierten nuestras propias ansiedades.

Rebeldía

Una quinta gratificación muy frecuente en la práctica de la psicoterapia es que


proporciona una oportunidad de atacar a la autoridad y a la tradición
armándonos de todas las prerrogativas de nuestra posición. El estudio y la

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Terapia Centrada en…85

observación confirman cómo las innecesarias inhibiciones de la sociedad


complican la vida de todos: los tabúes respecto a pláticas y acciones sexuales;
las culpas acerca de la ambivalencia hacia los padres, esposos y otros; la
vergüenza de los deseos de muerte y otros impulsos hostiles, etc. Con la
autoridad de ser terapeuta, uno puede devolver el golpe a estas influencias.
Nótese con qué frecuencia los psicoterapeutas, particularmente en sus
primeros años de práctica, se vuelven grandes aficionados a las palabras de
cuatro letras (Feldman, 1955). Nótese con qué frecuencia son abiertos en sus
expresiones de impulsos sexuales y hostiles. Es evidente que esto puede ser
un acting out, un tipo de conducta contrafóbica que representa la celebración
de las licencias de ser terapeuta. Así, uno puede desquitarse de la sociedad,
devolver el golpe a la autoridad; por ejemplo, no es una casualidad que todos
los terapeutas tiendan a ser liberales políticos y sociales. Nos gustaría pensar
que esto se debe principalmente a que han tenido una oportunidad de ver el
limitante efecto de las enfermedades sociales, lo cual es una razón
significativa. Por otra parte, la persona que se encuentra en algún conflicto con
lo que siente que es una injusticia social, puede hallar en la práctica de la
psicoterapia un medio relativamente seguro para expresar su rebelión.

Gratificaciones sinérgicas

Habiendo enumerado algunos aspectos importantes de la práctica de la


psicoterapia que proporcionan gratificaciones neuróticas, será de utilidad
describir ahora algunas gratificaciones creativas que también se realizan en
dicho trabajo. El término sinergia, ideado por Maslow (1962), delinea más la
propiedad común que tienen. En una relación verdaderamente sinérgica,
aquello que más contribuye a la realización de uno de los participantes es
también una mayor realización del otro. Debe quedar claro que el presente
autor no se adhiere al punto de vista de que el psicoterapeuta no tiene
necesidades que buscan satisfacerse mediante su trabajo. Por lo contrario, el
terapeuta debe encontrar gratificaciones importantes a fin de ser capaz de
movilizar todos sus recursos para la tarea, lo cual ha de hacer con frecuencia.
Algunos de los incentivos para hacerlo así parecen ser los siguientes.

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Terapia Centrada en…86

Participación

Al psicoterapeuta se le ofrece la oportunidad de participar con una cercanía


particular en los asuntos de la vida misma. En la práctica psicoterapéutica, uno
trata diariamente con la vida y la muerte de la personalidad y potencial
humanos. Esta frase no pretende ser un juego de palabras, y el melodrama
implícito en esta caracterización es el de la experiencia humana misma.
Cuando el terapeuta acompaña al paciente, en sus esfuerzos por confrontar los
asuntos menores y mayores de su vida, para luchar con la siempre presente
incertidumbre de las elecciones y sus consecuencias, para encarar las
múltiples búsquedas y tensiones emocionales de las relaciones humanas y vivir
con ellas -cuando el psicoterapeuta visita las alturas del júbilo y la
autoafirmación, las profundidades de la confusión y la locura, el borde del
suicidio, la desolación de la renuncia, etc.-, entonces el terapeuta debe conocer
cuanto antes sus propios recursos, y su situación privilegiada respecto a la idea
de la condición humana.

Crecimiento personal

Una buena relación terapéutica induce el crecimiento en ambos participantes.


El potencial de crecimiento es infinito, y el terapeuta que es un auténtico
participante en su trabajo con su paciente ejerce una estimulación repetida y
tiene la oportunidad de aumentar su realización partiendo de su propio
potencial. En un clima en que la autenticidad es requisito y, sin embargo, se
busca con renovada avidez todo lo que es falso y autoderrotante, en el
terapeuta mismo debe ser continuamente traído a la luz, porque representa una
notoria autodecepción. El terapeuta que ha llegado a amar la realización del
potencial humano -y estoy convencido de que ésta es una característica
distintiva del psicoterapeuta dedicado- se verá continuamente renovado en su
propio crecimiento.

Procesos psicológicos

Una gran proporción de psicoterapeutas psicólogos ingresaron en la disciplina


de la psicología debido, entre otras razones, a una fascinación por los procesos
psicológicos que puede equipararse con lo que algunas personas manifiestan
hacia la mecánica, otras hacia el color y las formas en el arte, y otras más

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Terapia Centrada en…87

hacia las matemáticas y los procesos cuantitativos. No existe en todo el mundo


otra oportunidad como la psicoterapia intensiva, para que una persona con esta
orientación quede sumergida en el trabajo con los procesos psicológicos en su
condición natural. Todos nuestros conocidos temas psicológicos, como el
aprendizaje, la motivación, las actitudes, las emociones, la atención, el
recuerdo, la percepción, etc., se despliegan con una variedad sin fin y con
exquisito detalle.

Crecimiento del paciente

La mayoría de los pacientes que acuden al psicoterapeuta muestran una


mejoría; los que dudan, al contrario. La experiencia psicoterapéutica suele ser
una experiencia en que se aumenta la efectividad humana y la satisfacción (si
bien, no en el sentido mágico que frecuentemente se espera en el principio).
Para el terapeuta, una vez que ha ajustado sus propias miras dentro de
dimensiones realísticas, es una experiencia profundamente significativa el
haber participado en el surgimiento de su paciente. Por supuesto, existen los
fracasos, las decepciones y los resultados cuestionables; sin embargo, con
experiencia, autodesarrollo constante y mucho que queda por aprender,
aumenta la proporción de resultados favorables, la penetración de los cambios
resulta evidente. Entonces, es un sentimiento enriquecedor el haber sido un
participante íntimo en este crecimiento.

Madurez del terapeuta

Describiremos ahora algunas de las características que se encuentran en el


psicoterapeuta maduro y que, se cree, reflejan lo que este campo significa para
el psicólogo que dedica su carrera a él.

Humildad

Probablemente, una de las primeras formas de madurez genuina en el


terapeuta es la aceptación de que no tiene más que un conocimiento limitado
de su paciente. Ya que, como terapeuta, llega a conocer a sus pacientes
mucho más completamente de lo que llega a conocer a cualquier otro ser
humano en su vida, con frecuencia puede sentir que realmente conoce al
paciente por completo. Esto es un ito; es la actuación de la fantasía de
omnisciencia. Como terapeuta, no nunca sabe todo de sus pacientes, sino sólo

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Terapia Centrada en…88

algunos aspectos. Estos pueden ser aspectos terriblemente importantes y su


conocimiento ciertamente significativo, pero se requiere reconocer que no son
más que una parte de lo que concebiblemente se puede conocer del paciente.

Participación selectiva

Un segundo distintivo del terapeuta en proceso de maduración es el empleo


selectivo de su propia participación; o sea, es capaz de regular cuándo y cómo
intervenir para que su participación sea máximamente efectiva en determinada
área. El terapeuta maduro participa en forma verbal, aisladamente, pero con
precisión. Una falla muy común del terapeuta novato es que habla demasiado o
muy poco) en momentos inadecuados.

Encuentro

Una tercera característica del terapeuta que está madurando es su genuina


disposición para el encuentro con su paciente. Esto significa no un
exhibicionismo o despliegue de él mismo, sino una disposición ?ara "estar ahí"
con su paciente para afrontado directamente cuando es apropiado, para tomar
la responsabilidad de sus propios pensamientos, juicios, sentimientos; y para
ser auténtico en su propia persona con el paciente. Sidney Jourard 3 sugiere
que ésta es, ciertamente, una de las principales cuestiones que tienen efecto
curativo en la relación terapéutica, es decir, que el terapeuta sirva como
modelo de autenticidad para el paciente.

Conceptos en desarrollo

Una prueba más de la creciente madurez del terapeuta es que tiene un


conjunto de conceptos en evolución, referentes a él mismo, a su mundo, a la
naturaleza de la psicoterapia y a lo que quiere decir con el concepto de
personalidad. Uno puede desconfiar del terapeuta que cree haber llegado a
respuestas definitivas en cualquiera de estos puntos. El reconocimiento de la
cualidad dinámica del conocimiento, de la continua experiencia de aprendizaje
en el trabajo terapéutico, exigen que uno esté cambiando si se es dedicado y
consciente.

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Terapia Centrada en…89

Aceptación de la culpa

Uno de los aspectos más difíciles de la madurez terapéutica es la aceptación


de la culpa de ser terapeuta. Ciertamente, todo lo que se ha dicho antes acerca
de las gratificaciones neuróticas del ser terapeuta habrá indicado que es
inevitable que exista una carga de culpa asociada con el ser terapeuta. No
haremos una reelaboración de estos puntos; sin embargo, yendo más adelante,
decimos que existe una culpa por nuestro fracaso en ser todo lo que podemos
ser como terapeutas para estas personas que acuden a nosotros, nos narran
sus vidas y nos dan su confianza.

El otro día volví a ver a Jack por primera vez en cinco años. Inicialmente, vi a
Jack hace once años; fue cuando requirió orientación vocacional. Regresó un
año después porque estaba teniendo problemas en su matrimonio, y pude
ayudarlo en algo para fortalecer una relación tambaleante. Hace siete años,
cuando vino a verme, su matrimonio se había venido abajo finalmente, y él
estaba readaptando su vida a un nuevo patrón de existencia. En ese tiempo
intentamos la psicoterapia intensiva y lo estuve tratando durante varios años.
Pienso que Jack se benefició de la experiencia; sin embargo, planteo esto en
forma tentativa porque ahora puedo ver demasiadas formas en que se le podía
haber ayudado mucho más. Hoy miro a Jack en mi oficina y veo a un hombre
cuyas sienes se están poniendo grises. Veo también virtualmente a un
muchacho de 29 años, tal como lo vi al principio hace once años. Los primeros
años del inicio de su madurez se encuentran enlazados por nuestra relación. Al
ver a Jack, pienso en Louis, a quien veo actualmente y que tiene más o menos
la edad que Jack tenía cuando vino por vez primera. Louis va a tener una vida
mucho más plena que la que Jack había tenido, porque soy más capaz de
ayudarlo a encontrarse y a ser él mismo. Mirar a Jack es ver mi propia
culpabilidad por no haberlo ayudado todo lo que él necesitaba. Me tranquilizo al
saber que lo atendí con sinceridad, con lo mejor de mi habilidad en ese tiempo.
Me tranquilizo pensando que aún muchos otros terapeutas podrían no haber
hecho más de lo que yo hice por él, pero esto no le devuelve a Jack sus años
perdidos.

Esta es una historia de la culpa del terapeuta. Si voy a ser una persona en
evolución, cada antiguo paciente que vuelvo a ver es una acusación; cada

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Terapia Centrada en…90

paciente de años anteriores será, en alguna medida, alguien que confió en mí y


a quien fallé según las normas de hoy. Si me desaliento o me autocastigo,
estoy actuando una culpa de tipo neurótico; pero si reconozco la legítima
responsabilidad que tuve en el asunto, me revitalizo en mi propio crecimiento.

Pero existe todavía una forma más en que opera la culpa. Cuando reconozco
que continúo tratando de crecer, de aumentar mi conciencia, habilidad y
competencia para estar en relación con mis pacientes de manera efectiva,
entonces debo ver a mis pacientes de hoy y saber que cada uno obtiene
menos de lo que espero dar a su sucesor dentro de cinco años. También existe
culpa en esto.

El lector puede protestar diciendo: "Todo esto suena muy masoquista y


autopunitivo. Es simplemente la forma en que las cosas son. No es necesario
gastar culpa y lamentarse." En un sentido, esta protesta tiene mucha razón; en
otro, está muy equivocada. Sí, ésta es la forma en que las cosas son; pero el
hecho de que una condición sea así no quiere decir que se encuentre libre de
una carga de significado emocional. Es verdad que yo puedo hacer sólo un
tanto por mis pacientes ahora y que rara vez es todo lo que potencialmente
puedo hacer, aun hoy. Si el sentido de culpa se vuelve una interferencia para el
empleo efectivo de mí mismo en vez de ser parte de una sensibilidad
aumentada, entonces se está claramente convirtiendo en una culpa neurótica y
en un intento de impedir otra ansiedad. El tipo de culpa que estoy tratando de
caracterizar aquí no es la prevención de la ansiedad, ni la que se carga con
ansiedad adicional, .sino la que constituye un hecho emocional del ser.

Conclusión

Quiero concluir diciendo brevemente lo que para mí significa ser


Psicoterapeuta. Me siento como uno de los afortunados. Me siento más
afortunado que la mayoría. Los hombres y mujeres que acuden a verme me
confían todo lo que es más profundamente significativo en toda su experiencia.
Me ofrecen el privilegio aterrador de participar en la mera esencia de sus vidas.
Cuando soy más auténtico, soy más humilde en mi apreciación de esta
oportunidad.

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Terapia Centrada en…91

Al empezar este artículo, enfoqué la atención hacia el linaje del que los
psicoterapeutas tomamos nuestra vocación: el curandero, el mago, el
sacerdote y el médico familiar. Esta es una línea orgullosa, debemos estar
orgullosos de formar parte de ella. Estos son los portadores de la esperanza y
de la fe del hombre; son las personificaciones de la valentía y la creatividad del
hombre para afrontar la inmensidad de lo desconocido.

Lafarga Corona, J. y Gómez, del C. J. (1995). La persona que es el


psicoterapeuta en Desarrollo del potencial humano. Vol. 2, México: Trillas. (pp.
175-184).

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Terapia Centrada en…92

10. ¿PUEDO ACTUAR COMO FACILITADOR DE UN GRUPO?

Carl Rogers

Cuando terminé el capítulo que se refería al proceso de los grupos de


encuentro, pensé que el siguiente paso lógico era escribir acerca de «la
facilitación de los grupos de encuentro». Pero, simplemente, no conseguía que
cristalizara en mí, y demoré más de un año en ello. Pensaba de continuo en los
muy diversos estilos de coordinadores que he conocido y con quienes he
compartido el liderazgo de grupos. Un capítulo de esta índole, a causa de su
brevedad, tendría que estar tan homogeneizado que, hasta cierto punto, todas
sus verdades serían también falsedades.

Reduje entonces mis aspiraciones y pensé escribir sobre «mi manera de


facilitar un grupo», esperando que con ello estimulara a otros para que hicieran
lo mismo. Pero luego de una charla mantenida con varios facilitadores, muchos
de los cuales pertenecen a nuestro cuerpo de especialistas -charla que
enriqueció en todos sus aspectos la presente exposición-, ese tema quedó,
asimismo, descartado. Advertí que conservaba aún el tono del trabajo de un
experto en la materia, que no es mi interés acentuar. Creo que el presente
título capta mi verdadero propósito. Deseo escribir con toda franqueza acerca
de mis esfuerzos como facilitador en un grupo, y expresar en la medida de lo
posible mis virtudes, defectos y vacilaciones al intentar desempeñar con
eficacia el honesto arte de las relaciones interpersonales.

Trasfondo filosófico y actitudes previas

Uno no entra en un grupo como una tabula rasa. Por lo tanto, quisiera enunciar
algunas de las actitudes y convicciones que me son inherentes.

Cuando existe un razonable clima de facilitación, confío en que el grupo


desarrollará su propio potencial y el de sus miembros. Para mí, esta capacidad
del grupo constituye un motivo de reverente respeto. Quizá como corolario de
esto, he ido promoviendo, en forma gradual, una gran confianza en el proceso
grupal. Es indudable que esta confianza es similar a la que llegué a depositar

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Terapia Centrada en…93

en el proceso de terapia individual facilitado más que dirigido. A mi juicio, el


grupo se parece a un organismo consciente de la dirección en que se
encamina, aunque no pueda definirla de manera intelectual. Esto me recuerda
un filme cuyo tema correspondía al campo de la medicina, el cual, en cierta
oportunidad, me impresionó profundamente. Se trataba de una película micro
fotográfico que mostraba los movimientos aleatorio s de los glóbulos blancos
en el torrente sanguíneo, hasta que surgía una enfermedad provocada por una
bacteria. Entonces, de un modo que solo podría describirse como intencional,
se dirigían hacia esta, la rodeaban, la devoraban poco a poco y destruían, y
volvían luego a desplazarse sin orden ni concierto. Se me ocurre que, en forma
análoga, un grupo reconoce los elementos malsanos en su proceso, se centra
en ellos, los esclarece o elimina, y se trasforma en un grupo más sano. Esta es
mi manera de decir que he visto manifestarse «la sabiduría del organismo» en
todos los niveles, desde la célula hasta el grupo.

Ello no significa que cualquier grupo logra «éxito», lo que el proceso es idéntico
en todos los casos. Un grupo puede empezar desplegando mucha actividad
inexpresiva, y dar apenas pasitos hacia una mayor libertad. Otro quizá
comience en un nivel muy espontáneo y sensible, avanzando largo trecho en el
camino que conduce hacia el máximo desarrollo de su potencial. Creo que
ambos movimientos forman parte del proceso grupal, y deposito igual confianza
en cada grupo, aunque personalmente disfrute de los dos en forma muy
distinta. Otra de las actitudes se relaciona con las finalidades. Por lo general,
no pienso en una meta específica para un grupo determinado, abrigo el sincero
deseo de que siga su propio rumbo. A veces, a raíz de alguna ansiedad o
parcialidad personal, me propuse que un grupo alcanzara una meta específica.
Cuando algo así ocurrió, o bien el grupo desbarató ese propósito, o bien pasó
conmigo el tiempo suficiente para que yo lamentara de veras haber pensado en
una meta específica. Hago hincapié en los aspectos negativos de las metas
específicas porque, al par que deseo evitarlas, también espero que en el grupo
se produzca algún tipo de movimiento procesal, y creo incluso que puedo
predecir algunas de las probables direcciones generales que tomará, aunque
no una específica. Para mí, esto representa una diferencia importante. El grupo
se moverá, de eso estoy seguro, pero sería presuntuoso pensar que puedo o
debo dirigir ese movimiento hacia una meta específica.

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Terapia Centrada en…94

Por lo que puedo observar; este enfoque no difiere en el plano filosófico del que
durante años adopté en la terapia individual. No. obstante, mi comportamiento
en un grupo es a menudo muy distinto de lo que era en una relación
impersonal. Atribuyo esto al desarrollo personal que se experimenta en los
grupos.

De ordinario, no otorgo importancia alguna al problema de qué le parece a otra


persona mi estilo de facilitación. En ese sentido, lo habitual es que me sienta
bastante competente y cómodo. Por otra parte, sé por experiencia que puedo,
al menos durante un tiempo, sentir celos por un colíder que aparenta ser mejor
facilitador que yo. Mi esperanza es llegar a ser en el grupo, en forma paulatina,
un participante y un facilitador a la vez. Es difícil describir esto sin dar la
impresión de que desempeño de modo consciente dos papeles disímiles. Si
observamos a un miembro de un grupo que actúa en forma sincera, tal como
es, veremos que, por momentos, expresa emociones, actitudes y pensamientos
cuya finalidad principal es facilitar el desarrollo de otro miembro. Otras veces,
con idéntica autenticidad, expresará sentimientos o preocupaciones cuya meta
obvia es correr el riesgo de un mayor crecimiento. Esta última descripción se
aplica también a mi caso, salvo que tiendo a ser más a menudo la segunda
clase de persona -o sea, la que se arriesga- en las últimas fases del grupo y no
en las primeras. Cada faceta constituye una parte mía real, de ninguna manera
un rol.

Tal vez sea útil presentar aquí otra breve analogía. Si estoy tratando de
explicar algún fenómeno científico a un niño de cinco años, mi terminología y
hasta mi actitud serán muy diferentes de las que usaré si explico lo mismo a un
joven despierto de dieciséis años. ¿Quiere decir esto que desempeño dos
roles? Por supuesto que no; significa, simplemente; que han entrado en juego
dos facetas o expresiones de mi personalidad real. De modo similar, en un
momento determinado deseo verdaderamente actuar como facilitador con
alguna persona, y en otro, correr el riesgo de descubrir algún aspecto nuevo de
mí mismo.

Creo que la forma en que desempeño mi función de facilitador es significativa


para el grupo, pero que el proceso grupal es mucho más importante que mis
declaraciones o mi conducta, y tendrá lugar si yo no lo obstaculizo. Es

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Terapia Centrada en…95

indudable que me siento responsable ante los participantes, pero no de ellos.


En un curso académico que estoy conduciendo a la manera de un grupo de
encuentro, mi gran anhelo es tener presente a la persona en su totalidad, que
ella aparezca en sus modalidades afectivas y cognitivas. Lo mismo ocurre, en
cierto grado, en cualquier grupo. No me ha resultado fácil conseguirlo, pues, en
cualquier instancia determinada, casi todos preferimos una modalidad a la otra.
Sin embargo, esto constituye una manera de ser que para mí encierra mucho
valor. Trato de progresar yo mismo -y que también lo hagan los grupos donde
actúo como facilitador-con miras a permitir que la persona íntegra esté
presente en forma cabal, con sus ideas y sentimientos -los sentimientos
imbuidos de ideas, las ideas imbuidas de sentimientos-.En un seminario
realizado hace poco tiempo, y por razones que escapan en parte a mi
comprensión; todos los que interveníamos lo logramos en un grado sumamente
gratificante.

Función de creación del clima

Suelo comenzar un grupo de un modo muy poco estructurado, quizás haciendo


únicamente un simple comentario, tal como: «Sospecho que, al finalizar estas
sesiones grupales, nos conoceremos unos a otros mucho mejor que ahora»; o
bien: «Estamos listos para empezar. Podemos hacer de esta experiencia
grupal exactamente lo que deseemos»; o bien: «Me siento un poco inquieto,
pero me tranquilizo de alguna manera cuando los miro y comprendo que todos
nos hemos embarcado en lo mismo. ¿Por dónde empezamos?». En una charla
grabada con un grupo de facilitadores, formulé este punto de vista de la
siguiente manera:

«En parte porque confío realmente en el grupo, por lo general puedo actuar en
él en forma muy libre y tranquila, aun desde el principio. Acaso exagere un
poco al decir esto, pues siempre me asalta alguna ansiedad cuando el grupo
comienza a funcionar, pero pienso en seguida: "No tengo idea de lo que va a
suceder; no obstante, se me ocurre que todo irá bien", y creo que tiendo a
comunicar, de un modo no verbal: "Ninguno de nosotros sabe lo que ocurrirá,
pero no parece tratarse de algo que constituya un motivo de preocupación".

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Terapia Centrada en…96

Creo que tanto mi tranquilidad como el deseo de no orientar pueden ejercer


una influencia liberadora en los demás».

Escucho con la mayor atención, esmero y sensibilidad de que soy capaz a


cada individuo que se expresa. Escucho sin preocuparme de si lo que dice es
superficial o importante. A mi juicio, el individuo que habla merece que se lo
escuche y comprenda; es él quien lo merece, por haber expresado algo. Mis
colegas dicen que, en este sentido, yo «convalido» a la persona.

No cabe duda de que soy selectivo al escuchar y, por lo tanto, «directivo» -si se
desea acusarme de ello-o Me centro en el miembro del grupo que está
hablando, e indudablemente los detalles de la disputa que tuvo con su mujer, o
las dificultades que encuentra en el trabajo, o su desacuerdo con lo que acaba
de decirse, me interesan mucho menos que el significado que tales
experiencias encierran para él en este momento, y los sentimientos que le
despiertan. Trato de responder a estos significados y sentimientos.

Mi gran deseo es crear un clima que dé al individuo seguridad psicológica.


Quiero que, desde el primer instante, sienta que si se atreve a expresar algo
muy personal, o absurdo, u hostil, o cínico, al menos habrá en el grupo una
persona que lo respete lo suficiente como para escuchar con atención lo que
dice, considerando que se trata de una expresión auténtica de sí mismo.

Hay una forma levemente distinta por medio de la cual quiero también crearle
al miembro un clima seguro. Soy muy consciente de que, en el curso de la
experiencia, es imposible evitar el dolor del nuevo insight o del crecimiento, o el
tormento que produce una realimentación honesta de parte de los demás. Sin
embargo, mi intención es que el individuo sienta que, le pase a él lo que le
pase, y cualquiera que sea la índole de lo que ocurra dentro de él,
psicológicamente estaré a su lado en los momentos de dolor o alegría -o
cuando estos dos sentimientos se combinan, lo cual constituye un frecuente
indicio de crecimiento-. Creo que, de ordinario, puedo intuir cuándo un
participante sufre o está atemorizado, y entonces le hago llegar alguna señal,
verbal o no, de que percibo su estado de ánimo y lo acompaño en su dolor o en
su miedo.

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Terapia Centrada en…97

Aceptación del grupo

Tengo muchísima paciencia con el grupo y con cada individuo que lo integra. Si
algo aprendí una y otra vez en los últimos años es que, a la postre, el hecho de
aceptar al grupo tal como es resulta muy fructífero. Si un grupo desea
intelectualizar, o discutir problemas muy superficiales, o es muy cerrado: desde
el punto de vista emocional, o teme mucho la comunicación personal, estas
tendencias rara vez me molestan tanto como a otros coordinadores. Advierto
que ciertos ejercicios y determinadas tareas establecidas por el facilitador
pueden, en la práctica, obligar al grupo a una mayor comunicación aquí... y
ahora, o a alcanzar un mayor nivel afectivo. Hay coordinadores que realizan
esto con mucha habilidad y logran un buen ' efecto en el momento adecuado.
No obstante, soy un científico-clínico lo bastante consciente como para efectuar
muchas evaluaciones ulteriores; por ello, sé que a menudo el resultado: de
esos procedimientos dista de ser, a la larga, tan satisfactorio .i como el efecto
inmediato. En el mejor de los casos, puede, hacer que el individuo se convierta
en un discípulo puntilloso (cosa que 'no me agrada): « ¡Qué maravilloso es el
coordinador! ¡Logró que me convirtiera en una persona franca, cuando no tenía
ninguna intención de serlo!» Puede originar, asimismo, un rechazo total de la
experiencia. « ¿Por qué hice las tonterías que me pidió que hiciera?» Y, en el
peor de los casos, puede que la persona sienta violado su sí-mismo en alguna:
forma, y se cuide a partir de entonces de exponerse jamás a la acción de un
grupo. Sé por experiencia que si intento presionar a un grupo para que alcance
un nivel que no tiene, ello no dará buenos resultados a la postre.

Por consiguiente, he comprobado que lo mejor es vivir el grupo exactamente en


el estado en que se encuentra. De esta manera, he trabajado con un grupo de
científicos de primera línea -dedicados a la física casi todos ellos-, muy
inhibidos y que rara vez expresaban en forma franca sus sentimientos; el
encuentro personal no se producía, sencillamente, en un nivel más profundo.

Sin embargo, logramos muchos resultados positivos en nuestras reuniones, y


el grupo llegó a ser mucho más libre, expresivo e innovador.

Obtuve resultados análogos en mi trabajo con altas autoridades educacionales,


las cuales constituyen, quizás, el grupo más rígido y con mayores defensas de
nuestra cultura. Con esto no quiero decir que la tarea me sea siempre fácil. En

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Terapia Centrada en…98

un grupo de educadores, se habían entablado muchas conversaciones de


carácter superficial e intelectual, pero poco a poco se fue pasando a un plano
más profundo. Cierta tarde, durante una de las sesiones, la charla se volvió
cada vez más trivial. Una persona preguntó: « ¿Estamos haciendo lo que
queremos?». Y la respuesta fue unánime: « ¡No! », Sin embargo, al poco tato la
charla volvió a versar sobre asuntos que no me interesaban para nada. Esto
me puso en un aprieto. Con el fin de mitigar la ansiedad bastante intensa que el
grupo había manifestado al principio, en la sesión inicial yo había señalado que
los miembros podían hacer lo que quisieran, y, en la práctica, parecían estar
diciendo de viva" voz: «Queremos pasar hablando de trivialidades el fin de
semana, ganado a costa de duros esfuerzos». Frente a la libertad que les
había concedido, parecía contradictorio expresar mis sentimientos de
aburrimiento y disgusto Después de una breve lucha interior, decidí que ellos
tenían todo el derecho de hablar de trivialidades, y yo todo el derecho de no
aguantarlo. De modo que salí en silencio de la habitación, y me fui a dormir.
Después 'de mi partida, y también a la mañana siguiente, se produjeron
reacciones tan diversas como lo eran los participantes. Uno se sintió reprobada
y castigado, otro juzgó que era una treta mía, un tercero se avergonzó del
tiempo que habían perdido, y otros experimentaron el mismo disgusto que yo
ante sus banales coloquios. Les dije que, de acuerdo con lo que podía advertir,
había tratado simplemente de que mi conducta se ajustara a mis
contradictorios sentimientos, pero que ellos gozaban del derecho de tener sus
propias percepciones. De todos modos, no cabe duda de que a partir de ese
momento las interacciones fueron mucho más significativas.

2 Si en la primera reunión yo hubiese dicho: «Podemos hacer de esto lo que


deseamos» -lo cual hubiera sido preferible y, quizá, más honesto-, me habría
sentido libre de manifestar: «No me gusta el giro que van tomando las cosas».
Pero tenía la absoluta certeza de que, en mi intento de tranquilizar a los
presentes, les había indicado: «Pueden hacer de esto lo que deseen». Siempre
pagamos por nuestros errores.

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Terapia Centrada en…99

Aceptación del individuo

Estoy dispuesto a aceptar que el participante se comprometa con el grupo o no.


Si una persona desea mantenerse psicológicamente al margen de él, cuenta
con mi permiso tácito para hacerla. El grupo mismo puede estar dispuesto o no
a que ella continúe en esa posición, pero yo lo acepto. Un escéptico rector
universitario me confió que lo más importante que había aprendido en el grupo
era que podía abstenerse de participar y sentirse cómodo al respecto,
comprendiendo que no se le forzaría a hacerla. A mi juicio, esta era una valiosa
enseñanza para él y le posibilitaría una participación más real en la próxima
oportunidad. Los últimos informes acerca de su conducta, a un año de la
experiencia, sugieren que se benefició con esta aparente falta de participación,
y que se operó un cambio en él.

Acepto el silencio o el mutismo de un individuo, siempre y cuando tenga la


seguridad de que no encierra un dolor o una resistencia inexpresada.

Tiendo a aceptar las declaraciones de los individuos tal cual las formulan.
Como facilitador. (Al igual que en mi función de terapeuta), prefiero, sin lugar a
dudas, ser crédulo; creeré lo que tú me cuentas que sientes dentro tuyo; si no
es cierto, eres libre por completo de corregir tu mensaje más adelante, y es
probable que lo hagas. No quiero perder el tiempo en sospechas, o
preguntándome: « ¿Qué quiere decir él realmente?».

Respondo más a los sentimientos actuales que a las declaraciones referentes a


experiencias pasadas, pero quiero que ambas cosas estén presentes en la
comunicación. No me agrada la regla: «Charlaremos del aquí y ahora».

Trato de aclarar que cualquier cosa que suceda, sucederá a raíz de las
elecciones que efectúe el grupo, a despecho de que ellas sean claras y
conscientes, o representen un tanteo inseguro, o sean inconscientes. A medida
que me convierto cada vez más en un miembro del grupo, aporto con gusto mi
dosis de influencia, pero no controlo lo que ocurre.

Por lo común, me siento cómodo si en un plazo de ocho horas podemos


realizar lo que es posible realizar en ocho horas, y en cuarenta horas lo que es
posible hacer en ese lapso... Así como en una demostración de una hora
donde solo se lleve a cabo lo que es posible en una hora.

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Terapia Centrada en…100

Comprensión empática

Dentro del grupo, mi conducta más importante y frecuente consiste en intentar


comprender el significado exacto de lo que comunica cada persona.

Entiendo que forma parte de esta comprensión mi esfuerzo por ahondar en las
complicaciones, y hacer que la comunicación retorne el cauce del significado
que tiene para la persona. Por ejemplo, después de escuchar la exposición,
muy complicada y algo incoherente, de un individuo, respondo: «y de esa
manera, poco a poco, has llegado a abstenerte de expresar cosas que
previamente habrías comunicado a tu esposa. ¿No es cierto?». Su respuesta
es afirmativa.

Creo que esta es una acción facilitadora, puesto que clarifica el mensaje a los
ojos de la persona que habla, y ayuda a que los miembros del grupo
comprendan, evitándoles la pérdida de tiempo que implica formular preguntas
acerca de los complicados detalles que aquella ha presentado, o de responder
a estos.

Cuando la conversación se vuelve demasiado general o tiende a


intelectualizarse, escojo del contexto total los significados que se refieren a la
persona misma, y respondo a estos. Así, puede ocurrir que diga: «Aunque tú
hablas de todo esto en términos generales, como lo hace cualquier persona en
determinadas situaciones, sospecho que te estás refiriendo, de manera muy
especial, a tu caso particular, ¿Me equivoco?». O bien: «Dices que todos
sentimos u obramos en esa forma, ¿Quieres decir que eres tú quien obra y
siente de esa manera? ».

Al comienzo de un grupo, un sujeto llamado Al expresó cosas bastante


significativas. Otro miembro, John, lo acribilló a preguntas acerca de lo que
había dicho, pero a mi juicio había algo más en su interrogatorio. Por último, le
dije a John: «Está bien. Tú sigues tratando de captar lo que él dijo y lo que
quiso significar, pero pienso que lo que intentas hacer es decirle algo a él, y no
estoy seguro de qué se trata». John meditó un instante y después comenzó a
hablar por él mismo, Hasta ese momento, había tratado, en apariencia, de
lograr que Al articulase en lugar suyo sus propios sentimientos, para no tener
que expresarlos como si surgiesen de sí mismo. Parece que esta es una pauta

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Terapia Centrada en…101

muy corriente." Si en cierto momento se expresan sentimientos dispares, me


interesa vivamente comprender los dos aspectos encontrados,

En un grupo donde el tema en discusión era el matrimonio, dos personas


sustentaban opiniones muy distintas. Intervine así: «Entre ustedes hay una
diferencia real, porque tú, Jerry, dices: "Me gusta que en una relación de pareja
no haya roces, que sea agradable y tranquila", mientras que Winnie dice: "¡Al
diablo con eso! ¡Me gusta la comunicación! "». Esto ayuda a agudizar las
diferencias y esclarecer su significación.

Actuación concorde con los sentimientos

He aprendido a expresar en forma cada vez más libre mis propios sentimientos,
tal como existen en un momento determinado, ya sea en relación con el grupo
total, o con un individuo particular, o conmigo mismo. Casi siempre siento una
preocupación genuina y actual por cada miembro y el grupo en su conjunto. Es
difícil explicar la razón de ello. Sucede así, simplemente. Valoro a cada
persona; pero esta valoración no garantiza una relación permanente. Se trata
de una preocupación y un sentimiento que existen ahora. Pienso que lo siento
con más claridad por el hecho de no planteármelo como algo permanente.

Creo que poseo una gran sensibilidad para captar en qué momento un
individuo está dispuesto a hablar, o se halla a punto de ser presa del dolor, el
llanto o la ira. De este modo, podría decir: «Concedamos una oportunidad a
Carlene», o, tal vez: «Pareces realmente perturbado por algo. ¿Quieres
confiarnos de qué se trata?»

Es probable que mi comprensión empática se produzca particularmente cuando


me encuentro frente a un padecimiento. Este deseo de comprender y -
acompañar -en el plano psicológico- a la persona que sufre proviene quizás en
parte de mi experiencia terapéutica. .

Trato de expresar cualquier sentimiento persistente que experimento hacia un


individuo o hacia el grupo, en cualquier relación significativa o continua. Es
obvio que tales expresiones no se producirán al comienzo del grupo, puesto
que los sentimientos no han llegado aún a ser persistentes. Por ejemplo, puede

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Terapia Centrada en…102

ocurrir que a los diez minutos de haberse reunido el grupo comience a


resultarme antipático el comportamiento de un miembro en particular, pero es
difícil que exprese ese desagrado en el mismo momento. No obstante, si el
sentimiento persistiera, lo manifestaría.

Cuando discutí este punto con un facilitador, me dijo: «He tratado de seguir un
undécimo mandamiento: Expresarás siempre los sentimientos que
experimentes"». Otra de las personas que intervenía en el debate replicó: «
¿Sabes cómo reacciono en estos casos? Considerando que siempre debemos
elegir. Algunas veces elijo expresar mis sentimientos; otras, elijo no hacerla».

Concuerdo mucho más con este segundo criterio. Si uno puede ser consciente
de la complejidad de sus sentimientos en un momento determinado-si se
escucha a sí mismo en forma adecuada-, entonces es posible elegir entre
expresar actitudes intensas y perdurables, o no manifestarlas en ese instante si
ello parece muy poco" conveniente.

Confío en los sentimientos, palabras, impulsos y fantasías que surgen en mí.


De esta manera, utilizo algo más que mi yo consciente; apelo a ciertas
facultades de todo mi organismo. Por ejemplo, digo: «He imaginado de pronto
que tú eras una princesa, y que te encantaría que todos fuésemos tus
súbditos». O bien: «Intuyo que te sientes juez y acusado a la vez, y que te
dices con voz severa: "Eres culpable de todos los cargos"». Puede ocurrir que
la intuición sea un poquito más compleja. Mientras habla un responsable
ejecutivo de una empresa comercial, quizá vea de repente, en mi imaginación,
al niñito que encierra en su interior -el niño que fue, tímido, inepto, temeroso,
criatura a la que trata de negar y de [a cual se avergüenza-o Y deseo que ame
y valore a este niño. Por lo tanto, puedo expresar esa fantasía, no como algo
verdadero, sino como un producto de mi imaginación. Esto da origen con
frecuencia a una reacción de sorprendente intensidad, y a pro-fundos insights.

Quiero expresar los sentimientos positivos y cariñosos con igual fuerza que los
negativos, los de frustración o ira. Quizás esto implique cierto riesgo. En una
ocasión, creo que perjudiqué el proceso grupal por manifestar de manera
demasiado expresiva -al comienzo de las sesiones- sentimientos de afecto
hacia algunos miembros del grupo. Puesto que se me consideraba aún el
facilitador, esto hizo que los demás encontraran mayor dificultad en sacar a luz

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Terapia Centrada en…103

algunos de sus sentimientos negativos y de enojo, que solo se manifestaron en


la última sesión, con lo cual el grupo terminó de un modo total-mente
desafortunado.

Me cuesta advertir con facilidad o rapidez los sentimientos de cólera que


abrigo. Deploro esta falta, y estoy aprendiendo lentamente a remediarla.

Considero positivo expresar los sentimientos en el momento en que surgen,


olvidándose de sí mismo. Cierta vez, se grabaron las sesiones de un grupo de
encuentro en el cual hubo mucho movimiento. No escuché la grabación hasta
dos años después, y quedé atónito ante algunos de los sentimientos que había
expresado, en especial hada los demás. Si un miembro del grupo me hubiese
dicho (dos años más tarde): «Tú expresaste este sentimiento hacia mí», estoy
seguro de que lo habría negado en forma categórica. Sin embargo, tenía
delante de mí la prueba de que, sin medir mis palabras o pensar en las
posibles consecuencias, había manifestado -como un integrante más del
grupo- lo que sentía en ese momento, sin reparar demasiado en ello. Esto me
satisfizo.

En apariencia, funciono mejor en un grupo cuando los sentimientos que me


«pertenecen» -tanto positivos como negativos- entran en interacción inmediata
con los de algún participante. A mi juicio, esto quiere decir que nos estamos
comunicando en un nivel más profundo de significado personal. Es la mayor
aproximación que logro a la relación Yo-Tú. Cuando se me formula una
pregunta, trato de consultar con mis propios sentimientos. Si intuyo que es real
y no contiene ningún otro mensaje, intento contestarla. Sin embargo, no siento
ninguna obligación social de responder por la exclusiva razón de que haya sido
enunciada como pregunta. En ella puede haber mensajes mucho más
importantes que la pregunta misma.

Un colega me ha dicho que yo actúo en el grupo como si «pelara mi propia


cebolla», que expreso capas cada vez más profundas de sentimientos a
medida que voy tomando conciencia de ellas. ¡Ojalá sea cierto!

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Terapia Centrada en…104

Enfrentamiento y realimentación

Tiendo a enfrentarme con los individuos respecto de determinadas facetas de


su conducta. «No me gusta la forma en que alargas tus explicaciones. Me
parece que repites el mismo mensaje tres o cuatro veces. Quisiera que te
callaras cuando has completado tu mensaje»; «Pienso que eres como la
masilla. Se diría que si alguien te toca hace un hoyo, pero después todo vuelve
a su lugar, como si nada te hubiese hecho mella».

Y me gusta enfrentar a los demás únicamente con relación a aquellos


sentimientos que estoy dispuesto a reconocer como propios. A veces, estos
pueden ser muy intensos. «Jamás en mi vida he sido tan basureado en un
grupo como lo fui en este». O, a uno de sus miembros: «Esta mañana me
desperté pensando que nunca más querré volver a verte».

En mi opinión, atacar las defensas de una persona implica abrir juicio sobre
ella. Si uno dice: «Tú ocultas mucha hostilidad», o: «Te muestras muy
intelectual, quizá porque les temes a tus propios sentimientos», creo que esos
juicios y diagnósticos tienen un efecto contrario al de la facilitación. Empero, si
lo que percibo como frialdad de la persona me frustra, o me irrita su afán de
intelectualizar, o me enfurece su brutalidad hacia otro individuo, entonces
quisiera enfrentarla con la frustración, o la irritación, o la cólera que existen en
mí. Considero que esto es muy importante.

Muchas veces, cuando enfrento de esta manera a alguien, utilizo material muy
concreto ofrecido antes por él. «Vuelves a ser ahora lo que antes llamaste "el
pobre chico del campo"». «Me parece que reincides en lo que antes habías
descrito como "el niño que desea que lo aprueben a cualquier precio"».

Si una persona se muestra afligida por mi enfrentamiento o el de los demás,


estoy muy dispuesto a ayudarla para que salga del aprieto», si así lo desea.
«Creo que ya no tienes más ganas de que sigamos con esto. ¿Quieres que te
dejemos tranquilo por el momento?». Lo único que puede servirnos de guía es
la respuesta del sujeto, y a veces nos enteramos por ella de que quiere seguir
con la realimentación y el enfrentamiento, por- penoso que le resulte.

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Terapia Centrada en…105

Expresión de los propios problemas

Si, en determinado momento, me inquieta algo que se relacione con mi vida


privada, no rehúso expresarlo en el grupo, pero tengo sobre el particular algo
así como una cierta conciencia profesional, pues siento que si se me paga para
que cumpla la misión de facilitador, debo solucionar mis problemas graves
consultando a mis colaboradores, o a algún terapeuta, y no ocupar con ellos el
tiempo del grupo. Quizá sea demasiado cauto en relación con esto. En un
caso, con un grupo de profesores que se reunía una vez por semana y
funcionaba en forma lenta, creo que mi conducta realmente los defraudó. En
algún momento, me sentí muy preocupado por un problema personal, pero
consideré que ello no le incumbía al grupo y me abstuve de hablar del asunto.
Al ver las cosas de manera retrospectiva, pienso que nada habría facilitado
más el proceso grupal que manifestar mi estado de zozobra; los habría
ayudado así a ser más expresivos.

Si no me siento libre para expresar mis problemas personales, esto acarrea


dos lamentables consecuencias. En primer lugar, no escucho a los demás en la
forma más adecuada. En segundo lugar, diversas experiencias me han
enseñado que los miembros del grupo tienden a percibir mi intranquilidad, y
piensan que, en cierto modo, son ellos quienes la han provocado.

Evitación del planeamiento previo y de los «ejercicios»

Trato de evitar todo procedimiento planeado de antemano; í lo artificial me


produce verdadero rechazo. Si se ensaya cualquier procedimiento de esa
índole, los miembros del grupo L deben conocerlo tanto como el facilitador, y
ellos mismos f tienen que decidir si desean o no usar ese enfoque. En raras
oportunidades, cuando me he visto frustrado o el grupo parecía haberse
detenido en cierto nivel, he probado emplear lo que llamo «artificios», pero muy
pocas veces ello dio resultado. Es probable que esto se deba a que yo mismo
no tengo fe en su utilidad.

Es posible bosquejar un procedimiento a los miembros del, grupo, pero lo que


llegue a ocurrir será problema de ellos. ; En un grupo que se mostraba muy
apático, sugerí que intentásemos salir del aburrimiento haciendo lo mismo que

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Terapia Centrada en…106

en otros grupos: formando un círculo interno y otro externo, de manera tal que
cada persona del círculo externo se dispusiera a manifestar los verdaderos
sentimientos del individuo que tenía delante. El grupo no prestó atención
alguna a mí sugerencia y prosiguió como si yo no hubiera dicho una palabra.
No obstante, al cabo de una hora, un hombre captó el as-pecto central de este
«artificio» y recurrió a él, diciendo: «Quiero hablar en lugar de John, y expresar
lo que yo creo que realmente está sintiendo». Durante los dos días posteriores,
otros miembros utilizaron este recurso por lo menos una docena de veces,
aunque de manera personal y espontánea y no como un expediente burdo o
rígido.

Para mí, nada es «truco» si se produce con Auténtica espontaneidad. Por


consiguiente, el juego de roles, el contacto corporal, el psicodrama, ejercicios
como el que he descrito y otros diversos procedimientos pueden ser utilizados
si permiten expresar lo que se siente realmente en un momento determinado.

Como corolario de lo anterior, podría decir que la espontaneidad es el elemento


más precioso y huidizo que conozco. A veces hago algo de modo muy
espontáneo y resulta de suma eficacia; en otro, siento una gran tentación de
repetir esa misma conducta -«en forma espontánea»- e, inexplicablemente,
fracasa: es obvio que no ha sido realmente espontánea.

Evitación de interpretaciones o comentarios acerca del proceso

Formulo escasos comentarios respecto del proceso grupal, ya que estos


tienden a hacer que el grupo se sienta molesto, aminoran su movimiento y dan
a los miembros la sensación de que son objeto de escrutinio. Además, tales
comentarios implican que no los veo como personas, sino como una especie
de conglomerado, y no es en esa forma que quiero estar con ellos. Si se
efectúan comentarios de esa naturaleza, es mejor que provengan
espontáneamente de algún integrante.

Abrigo la misma opinión en cuanto a los comentarios sobre el proceso de cada


individuo. Para mí, por ejemplo, la experiencia de sentirse competitivo y de
experimentar en forma consciente ese sentimiento es más importante que el
rótulo que ponga el facilitador a dicho comportamiento. Sin embargo, no me

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Terapia Centrada en…107

niego a que un participante haga algo parecido cuando le asiste una razón para
ello. Por ejemplo, cierta vez un profesor se quejaba de los estudiantes que
siempre quieren que les contesten sus preguntas, y las formulaban
continuamente. Según él, no tenían suficiente confianza en sí mismos. Me
preguntaba con insistencia, una y otra vez, qué hacer respecto de ellos. Por
último, un miembro del grupo opinó: «Se diría que tú nos brindas un buen
ejemplo de lo que es, precisamente, motivo de tus quejas». Esto resultó muy
útil.

No tiendo a indagar qué puede esconderse detrás de la conducta de una


persona, y tampoco hago alusiones al respecto. Entiendo que una
interpretación de la causa del comportamiento individual jamás puede ser otra
cosa que una conjetura de alto nivel; solo puede pesar cuando está sustentada
por la experiencia de alguien que goza de autoridad. Pero no quiero verme
envuelto en esta clase de dictámenes Yo nunca formularía una declaración de
esta índole «Pienso q tú actúas de esa manera jactanciosa porque te sientes
inepto como hombre.

Potencialidad terapéutica del grupo

Aprendí que los miembros de un grupo son tan terapéuticos como yo mismo -o
más aún- cuando surge en él una situación muy grave, en la cual un individuo
manifiesta una conducta psicótica o actúa en forma extraña. De vez en cuando
el profesional cae en la trampa de los rótulos y piensa, por ejemplo: « ¡Esta es
una conducta sin duda paranoide!». Tiende así a establecer cierta distancia y
tratar a la persona como si fuera más bien un objeto. Sin embargo, los
miembros del grupo, más ingenuos, continúan relacionándose con el individuo
perturbado como persona, y, de acuerdo con mi experiencia, esto es mucho
más terapéutico. Por consiguiente, en aquellas situaciones en las que un
miembro muestra una conducta a todas luces patológica, confío en la sabiduría
del grupo más que en la mía propia, y, con frecuencia, quedo profundamente
sorprendido por la capacidad terapéutica de sus integrantes. Esto nos induce a
ser humildes y es, al mismo tiempo, alentador, ya que nos permite comprender
el increíble potencial de ayuda que posee la persona común, carente de una
formación especial, cuando se siente en libertad de utilizarlo.

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Terapia Centrada en…108

Movimientos y contactos físicos

En mis movimientos físicos, me expreso de la manera más espontánea posible.


Por mis antecedentes, no me siento muy liberado al respecto, pero si estoy
inquieto me levanto, me desperezo y me muevo; si deseo cambiar de lugar con
otra persona, se lo sugiero. Cualquiera puede sentarse o tenderse en el suelo
si eso satisface sus necesidades físicas. No obstante, no promuevo
particularmente el movimiento físico de participantes; sé de algunos
facilitadores que consiguen hacerla con gran soltura y eficacia.

He aprendido poco a poco a responder con el contacto físico cuando este me


parece autentico, espontaneo y conveniente. En un caso una joven se echó a
llorar porque había soñado que nadie la quería en el grupo; entonces la abrace,
la bese y consolé. Si veo que una persona sufre, y siento el deseo de
acercarme a ella y rodearla por los hombros, lo hago sin vacilaciones. Repito
que no intento promover de modo consciente esta clase de conducta. Admiro a
las personas jóvenes que se muestran más libres y sueltas en este aspecto.

El punto de vista de tres generaciones

Después de escribir lo antedicho, tuve oportunidad de discurrir sobre la


comunicación no verbal y el contacto físico con mi hija, Natalie Rogers de
Fuchs, y con una de mis nietas, Anne B. Rogers, estudiante universitaria.
Natalie ha cumplido con frecuencia funciones de facilitadora en grupos, y Anne
acababa de participar en un grupo de encuentro, experiencia que juzga muy
valiosa. Ambas estaban decepcionadas por" la falta de énfasis con que yo
había tratado estos temas, y se me ocurrió que el intento de reproducir sus
observaciones daría la perspectiva de tres generaciones, dentro de una familia,
acerca del problema del contacto físico y otros medios de comunicación no
verbales. Lo que sigue no es una" trascripción literal, sino un relato más o
menos fiel de la opinión sustentada por ellas en nuestras conversaciones. Para
que se advierta con claridad que ellas hablan por sí mismas, las trascribo en
primera persona. En primer lugar, habla la señora de Fuchs.

«En mi calidad de participante en los grupos, saqué gran provecho de diversas


experiencias físicas y no verbales. Fue así que luego me sentí más libre para

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Terapia Centrada en…109

aplicarlas en los grupos donde actué como facilitadora. Veo que los miembros
del grupo aprecian mucho esas nuevas formas de comunicación, y ofrecen en
ellas gran cantidad de datos para su examen ulterior.

»Siempre participo yo misma en cualquiera de las experiencias de este tipo que


inicio. Personalmente, me cuesta indicarles a las personas qué deben hacer, o
incluso sugerírselo, pero la tarea se me alivia al conceder a todos la
oportunidad de optar en cualquier momento por abstenerse de realizar tales
ejercicios. Si participo en un grupo, quiero tener libertad de elección,
arriesgarme a hacer algo que se me sugiere o no. No me gusta recibir órdenes,
de modo que no las imparto». Creo que nuestra cultura sufre una terrible
limitación con respecto a este asunto del contacto. Solo le asigna un
significado: el sexual, ya sea heterosexual u homosexual. Al interpretar el
contacto físico de este modo, nos privamos de una gran dosis de afecto y
apoyo. Empero, el grupo ofrece un ambiente seguro dentro del cual el individuo
puede probar de correr estos nuevos riesgos y discernir sus sentimientos
acerca del contacto. Una mujer quizá descubra que quiere recibir un abrazo
paternal de un hombre al cual le dobla en edad, o bien que experimenta
sentimientos homosexuales hacia otra mujer, o que un hombre determinado la
atrae sexualmente. Todos estos sentimientos son aceptables. En vez de temer
a sus emociones, puede efectuar elecciones racionales, basadas en los
sentimientos que acaba de descubrir. »Considero importante que los ejercicios
no verbales llenen las necesidades presentes del grupo, o satisfagan su estado
de ánimo o el de algunos de sus integrantes. Si los miembros están en la etapa
inicial de conocimiento y confianza mutua, sugiero hacer algo que los ayude a
revelarse ante los demás en un nivel relativamente profundo.

»Por ejemplo, es frecuente que las personas comiencen por presentarse de


acuerdo con las pautas que se siguen en un cocktail-party: "Soy una madre,
una esposa; una trabajadora social", Si esto predomina, podría sugerir que
cada persona dibuje un autorretrato o imagen de sí misma abstractos. Los
dibujos se fijan en la pared y se dan explicaciones. "Este es mi aspecto
iracundo -el revoltijo rojo, aquí-; la mayor parte del tiempo se reprime, pero,
vean ustedes, estalla aquí y allá".

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Terapia Centrada en…110

»Los miembros del grupo pueden formular preguntas acerca; del retrato, pero
no permito que se hagan interpretaciones. El objeto del ejercicio es revelarse
uno mismo.

A veces, utilizo estas instrucciones para ayudar al grupo a que se conozca con
rapidez: "Parece que nos cuesta trascender la forma socialmente aceptada de
conocernos unos a otros.

Sugiero a quienes deseen ensayar algo nuevo que demos una j vuelta en
torno, presentándonos con un apretón de manos, usando nuestros nombres de
pila y estableciendo un contacto visual". [Pocos minutos después]: "Dejen
ahora de utilizar " palabras, estréchense las manos y mírense a los ojos". [Más
tarde]: "Dejen ahora de estrecharse las manos y encuentren otra manera de
saludarse".

La gente obtiene mucha información útil respecto de sí misma y de los demás,


la cual, si no se emplea en la discusión inmediata, se usa como referencia en
sesiones posteriores. »He comprobado que la caminata a ciegas -en la cual
una persona guía a otra cuyos ojos están vendados- constituye un modo útil de
enfrentar las actitudes de uno mismo con respecto a la dependencia. Además,
he empleado muchos ejercicios llamados "de confianza". Para mí, lo importante
es que estos no sean meros juegos, como los que se realizan en las fiestas,
sino que se los emplee en el momento apropiado y se exploren los
sentimientos.

Co-dirijo un grupo de conciencia sensorial compuesto por adolescentes


alienados. Utilizo muchos procedimientos desarrollados en Esalen. Participo
también de las sesiones semanales terapéuticas del grupo, en calidad de
asesora. En las "horas de terapia", nos ocupamos sobre todo de las
experiencias del pasado -relaciones en el seno de la familia, tropiezos,
actitudes hacia la escuela y la sociedad-. La experiencia de conciencia
sensorial parece constituir un complemento de la terapia. Pone de relieve las
cosas positivas de la vida: la alegría de oler, tocar, ser consciente, aquí yahora,
de otro ser humano. Saca a luz la parte afectiva de estos jóvenes.

»Cierto día, un muchacho parecía bastante ajeno a todo, muy solitario. Le


pregunté si podíamos hacer algo para lograr que participara. Respondió:

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Terapia Centrada en…111

"Bueno... esta ha sido una semana de mucho trajín, en casa y en todas partes.
Lo que quisiera, en realidad, es que me masajeen el cuerpo". Dicho esto; se
tendió boca abajo y los demás lo rodearon y masajearon en forma concienzuda
y cariñosa. Demostró sentir el afecto que se le dispensaba.

A menudo ocurren cosas espontáneas no verbales, si el coordinador del grupo


establece la norma de que las acciones de esa índole están permitidas.

En un grupo de adultos, un hombre solicitaba realimentación de los otros. Estos


manifestaban con palabras y sin ambages sus impresiones. Me impresionaba
como un ser solitario, temeroso y pasivo, tanto por su postura (se había
sentado en un rincón) como por lo que nos había dicho en sesiones anteriores.
Cuando me tocó el turno, le pedí que saliera del rincón y se ubicara frente a mí,
donde yo pudiera responderle en forma más directa. No pude resistir el impulso
de darle un suave empujón. Se inclinó hacia atrás, y volví a empujarlo un
poquito. Retrocedió más todavía. Comencé a enojarme, y le di un fuerte
empellón en el hombro. No intercambiamos palabra alguna, pero nos
mirábamos de hito en hito. Por último, se defendió, y luchamos y forcejeamos
hasta que advertí que no lo podía derribar. Él se benefició mucho...con la
experiencia, y yo también. Creo que, al menos por un tiempo, se sintió más
hombre.

Casi siempre hablamos durante un rato del significado que tienen para
nosotros los contactos físicos y no verbales. Se me ocurre que vuelven a
producirse varias clases de aprendizaje. Quizás uno de los más importantes
sea que el contacto se "desexualiza". Esto no significa que pierda sus
connotaciones sexuales, sino que estas infunden menos temor y el contacto
físico adquiere nuevos significados. Además, hace que los individuos se
formulen esta pregunta en el plano de la experiencia: "¿Deseo de verdad estar
cerca de otra persona?". Por último, puesto que es mucho más fácil
"embaucar" a otros -e incluso a uno mismo- con las palabras, las experiencias
no verbales plantean el interrogante: "¿Soy sincero? ¿Digo lo que siento
cuando hablo, o sólo soy real en mis acciones?". He aquí algunos de los
valores que encontré en esta clase de experiencia grupal».

Con esto termina el relato de Natalie, que 'corresponde al punto de vista de una
facilitadora.

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Terapia Centrada en…112

Trascribo a continuación el de Anne, mi nieta, vinculado con los movimientos


corporales de un grupo de encuentro que se reunió durante un fin de semana, y
en el cual ella sintió por primera vez suficiente confianza, dentro de un grupo de
personas, como para expresarse con libertad en ese plano. Al igual que en el
caso de Natalie; se trata de una reconstrucción parcial de nuestra
conversación.

Uno de los miembros del grupo, John, había realizado experiencias de


psicodrama y movimiento corporal en grupos previos. Al principio, provocó la
hostilidad de todos, pues parecía sentirse superior, pero al final de nuestra
sesión vespertina inicial, todos nos 'desplazamos hacia el centro de la
habitación -quizá haya sido él el primero-, formamos un apretado montón de
cuerpos, nos rodeamos unos a otros con los brazos y nos balanceamos hacia
atrás y hacia adelante, cerrando los ojos. Fue una sensación extraordinaria, y
al día siguiente, todos nos sentimos más libres para establecer contacto físico
cuando lo deseáramos.

Sería difícil puntualizar en detalle los medios físicos que utilizamos para
expresar nuestros sentimientos. A veces nos sentábamos muy juntos, sobre el
piso; en algunas oportunidades lo hacíamos tomados de la mano. Hubo otras
en que los miembros que se detestaban se empujaban entre sí con fuerza. En
una oportunidad, se produjo una furiosa lucha que nos hizo correr de un lado a
otro, para proteger a cualquiera de ambos contrincantes, o a la habitación si
era necesario. Pero había también movimientos muy tiernos; personas que se
abrazaban y se demostraban cariño. Además, practicamos una "caminata de
confianza". En determinado momento, expresamos nuestros sentimientos a la
facilitadora hamacándola con suave vaivén. Una tarde llegamos a sentirnos
tontos y también expresamos eso, ¡bailando en círculos, como los monos! Era
divertido dejar que las cosas se manifestaran como iban viniendo.

Había en nuestro grupo dos hombres que sentían miedo auténtico al contacto.
Uno era casado y, en cierto modo, pensaba que tocar o demostrar sentimientos
tiernos a las mujeres del grupo implicaba un acto de infidelidad hacia su
esposa. Fue cambiando poco a poco con respecto a esto. El otro era un
muchacho tenso, parecía creer que si no controlaba sus emociones con

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Terapia Centrada en…113

firmeza -en especial, su ira y sus deseos sexuales- perdería por completo el
control.

En cierta oportunidad estaba escuchando lo que decía este último, muy


conmovido, acerca de un problema que se le había creado en su familia y que
era semejante a otro que se había suscitado en la mía; de pronto me puse a
llorar. Sencillamente, me acerqué a él y lloré sobre su hombro. Más tarde, tuve
la impresión de que esto le había ayudado a comprender que el contacto físico
con una chica no tiene necesariamente un significado sexual. Luego pudimos
discutir algunas de las maneras en que asusta a las muchachas con su
vehemencia.

Guardé unas anotaciones mías algo posteriores a las reuniones del grupo y
que a mi juicio trasmiten en parte el significado que todo esto tuvo para mí.
Constituyen apenas un borrador, pero puedes usarlas si quieres».

A continuación figuran algunas de las anotaciones de Anne; me vi obligado a


seleccionar, ya que no disponía de espacio suficiente para reproducirlas todas.

Comunicación verbal; muy necesaria; pero las palabras representan también


una barrera; se las puede usar, en particular, para evitar el contacto. Y si yo
misma quiero expresar cosas en otra forma, ¿qué puedo hacer? ¿Puedo
alcanzarte, extenderme hacia ti? ¿Con los ojos, las manos, la sonrisa?

Todos damos rodeos, tratando de no chocar con la gente; ¡gastamos tanta


energía en evitarnos!

Sin embargo, nada hay más bello y hermoso para un ser humano que ser
abrazado, acariciado, amado. Sentir el cariño y la sinceridad de otra persona.
Dar a cambio de ello consuelo, fortaleza. Las palabras engañan a menudo;
pero un abrazo...algo diferente del sonido trasmite la verdad. . .

¿Por qué tememos tanto el contacto? Porque tocar significa: SEXO. Pero, ¿no
se dan cuenta acaso? No hay blanco ni negro, sino todo un continuo entre
ambos polos. Sí, el hecho de tocar, abrazar, acariciar, encierra el sexo. El
apretón de manos más distante y frío es sexual, aun cuando niega la emoción.
La forma de encarar el contacto no es desexualizarlo, sino reconocer la
existencia de la sensualidad; aceptarIa. Si puedo aceptar la experiencia del

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Terapia Centrada en…114

contacto, este ya no me perturbará. Si acepto las respuestas que provoca en


mí, es probable que no descubra miedo ni repulsión; descubriré, en cambio, el
verdadero contenido del abrazo: cariño, fervor, júbilo.

Cuando me siento insegura, en alguna situación, acerca de mis movimientos;


cuando estoy en un grupo, o incluso acompañada por un individuo; cuando
quiero tenderme hacia alguien, ya sea mujer u hombre, y tomarle la mano para
hacerle saber que lo comprendo, algo me retiene, y es porque dudo acerca de
cómo será recibido mi gesto; entonces, me pongo tensa y se forma un nudo en
mi interior, como si estuviera sentada sobre un volcán, conteniendo una
erupción. ¡Qué sensación horrible! Mi mente me controla, y dice: "¡No seas
tonta! ¿Por qué brindarte? Serás rechazada. La otra persona se sentirá
incómoda y te colocará en situación embarazosa; todo el mundo se preguntará
cuáles son tus intenciones; no te pongas tan de manifiesto". De manera que me
quedo sentada, con toda esa tensión, ansiedad y temor, anhelando ser libre.

Es tan natural y hermoso ser cálido y genuino. Sentir la vida de manera


espontánea, reconocerIa y compartirla».

Nuestra digresión ha sido bastante larga, pero espero que haya resultado útil
para señalar una tendencia de nuestra cultura, no solo de los grupos de
encuentro. Es obvio que mi hija Natalie utiliza con mucho más libertad que yo el
movimiento y el contacto en los grupos donde actúa como facilitadora. Veo con
absoluta claridad que, siendo estudiante universitario, no habría podido abrigar
los sentimientos de mi nieta Anne o escribir las notas que ella me entrego. De
manera que los tiempos están cambiando, y también los grupos de encuentro.

Ahora que he presentado este triple punto de vista acerca del modo en que un
facilitador puede fomentar el uso de los medios físicos y un participante
experimentarlos, quisiera volver a otras cuestiones que se vinculan con mi
forma de ser en un grupo.

Algunas fallas personales de las que soy consciente

Me siento mucho mejor en un grupo donde se expresan sentimientos -de


cualquier género que sean- que en uno apático. No soy demasiado hábil para

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Terapia Centrada en…115

provocar una relación, y experimento verdadera admiración por algunos


facilitadores que conozco, dotados de la facultad de promover fácilmente una
relación real y significativa, que luego sigue su curso. Escojo con frecuencia a
una persona así para que me secunde como cofacilitadora.

De acuerdo con lo que señalé brevemente más arriba, soya menudo lento para
intuír y expresar mi enojo. En consecuencia, sólo puedo advertirlo y expresarlo
con posterioridad a los hechos. En un grupo de encuentro reciente, estuve, en
distintos momentos, enojadísimo con dos individuos. Con respecto a uno de
ellos, sólo en plena noche tuve conciencia de la cólera que me inspiraba, y debí
aguardar hasta la mañana siguiente para manifestarIa. En el segundo caso,
pude percibir y expresar esa cólera en la sesión misma, en el instante de
producirse. En ambos casos, ello permitió una comunicación real, un
fortalecimiento de la relación y, de modo gradual, una genuina simpatía mutua.
Pero en este orden de cosas, aprendo con lentitud y, por lo tanto, aprecio de
veras el esfuerzo ajeno destinado a aflojar las defensas hasta un punto que
permita que los sentimientos actuales inmediatos afloren a la conciencia.

Un problema especial

En los últimos años, he tenido que encarar el peculiar problema de alguien que
ha llegado a ser bastante conocido por sus publicaciones y difusión de sus
doctrinas en la enseñanza. La gente que integra un grupo conmigo está
colmada " de toda clase de expectativas-desde ver un halo en torno de mi
cabeza hasta ver dos cuernos a cada lado de ella-. Trato de disociarme con la
mayor rapidez posible de estas esperanzas y temores. En mi forma de vestir y
mis modales, y también al expresar el deseo de que me conozcan como
persona -y no meramente como un nombre, el del autor de un libro o una
teoría-, trato de convertirme en una persona para los miembros del grupo.
Siempre es vivificante encontrarme en una reunión -p. ej., de alumnas de la
escuela secundaria, o, a veces, de hombres de negocios_ en la cual no soy un
«nombre», y donde es menester que vuelva a «abrirme camino hacia el éxito»,
simplemente como la persona que soy. Habría besado a la joven que, al
iniciarse un grupo, dijo con actitud desafiante: «Tengo la impresión de que esto
es algo peligroso. ¿Cuáles son tus calificaciones para hacerlo?». Repliqué que

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Terapia Centrada en…116

tenía cierta experiencia en la labor con grupos y que esperaba que me


encontraran capaz; aunque ciertamente podía entender su preocupación y el
grupo debía formarse su propio juicio con respecto a mí.

Comportamiento que no considero facilitador

Si bien al comienzo de este capítulo subrayé que existen muchas maneras


eficaces de trabajar con un grupo, hay así mismo algunos coordinadores de
grupos que no juzgo recomendables, por cuanto ciertos enfoques suyos no me
parecen facilitadores sino, incluso, perjudiciales.

No puedo concluir honestamente este análisis sin enumerar algunos de esos


comportamientos. En este campo, la investigación se encuentra todavía en sus
etapas iniciales, y no se puede pretender que opiniones como las que a
continuación se expresan estén basadas en hechos y se apoyen en hallazgos
aportados por la labor científica. Se trata, sencillamente, de opiniones nacidas
de mi experiencia, y como tales las formulo.

1. Me infunden "serias sospechas las personas que parecen explotar el interés


actual por los grupos. Se me ocurre que, debido a la enorme expansión de este
interés, cierta cantidad de quienes trabajan en este campo se fijan esta
consigna: « ¡Hacerse conocer rápidamente!», « ¡No perder el tren!». Me siento
sumamente molesto cuando algunos individuos que trabajan con gente
manifiestan rasgos semejantes.

2. La eficacia del facilitador disminuye cuando presiona al grupo, lo manipula, le


fija reglas e intenta conducirlo hacia sus propias metas inexpresivas. Incluso un
ligero matiz de esta índole puede reducir (o destruir) la confianza que el grupo
deposite en él, o bien -lo que es aún peor- convertir a los miembros en
fervorosos seguidores suyos. Si el facilitador tiene metas específicas, es mejor
que las explicite.

3. Hay facilitadores que juzgan el éxito o fracaso de un grupo por sus aspectos
dramáticos; el número de personas que han llorado," o las que han tenido
«ganas de vomitar». En mi opinión, esto lleva a una evaluación espuria.

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Terapia Centrada en…117

4. No me parecen recomendables los facilitadores que creen en un solo


método, como si se tratara del único elemento esencial del proceso grupal.
Para unos, el sine qua non es «atacar las defensas»; otros adoptan
rígidamente el lema de «hacer salir el furor básico que anida en cada persona».
Me inspira muchísimo respeto la organización Synanon y la efectividad de su
labor con los drogadictos, pero me disgusta su apresurado dogma de que el
ataque implacable -basado en sentimientos auténticos o falsos- debe ser el
criterio para juzgar si un grupo da frutos positivos o no. Quiero que la hostilidad
o la ira se expresen cuando están presentes, y yo mismo deseo expresarlas
cuando surgen en mí de manera genuina, pero hay muchos otros sentimientos
cuya significación es de igual valor en la vida y en el grupo.

5. No creo recomendable como facilitador un individuo cuyos problemas


particulares sean tan grandes y apremiantes que necesiten centrar al grupo en
torno de su persona, en lugar de ponerse a disposición de los demás, y que no
llegue por ello a adquirir profunda conciencia de estos. Una persona así puede
muy bien participar en un grupo, pero sería lamentable que lo hiciera en
carácter de «facilitador».

6. No acojo con beneplácito a los facilitadores que interpretan con frecuencia


los motivos o causas de la conducta de los miembros del grupo. Si sus
interpretaciones no son exactas, a " nadie han de servir; si son muy acertadas,
quizá despierten una exactitud demasiado defensiva, o; lo que es peor aún,
despojen a la persona de sus defensas, haciéndola vulnerable e hiriendo
acaso sus fibras más íntimas, en especial cuando han -finalizado las sesiones.
Declaraciones de esta naturaleza: «Tú tienes, sin duda, mucha hostilidad
.latente», o «Pienso que estás compensando tu carencia esencial de
masculinidad», pueden enquistarse durante meses en el individuo,
provocándole una gran falta de confianza en su capacidad para comprenderse
a sí mismo.

7. No me gusta que un facilitador presente los ejercicios o actividades diciendo:


«Ahora todos haremos... », O cosa parecida. Se trata simplemente de una
forma especial de manipulación, pero al individuo le cuesta mucho soportarla.
Si se proponen ejercicios, pienso que cualquier miembro debería poder optar

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Terapia Centrada en…118

por no realizarlos, si así lo desea, y el facilitador tiene que establecer esto con
claridad.

8. No me agradan los facilitadores que no participan en el grupo con sus


emociones personales y permanecen a distancia, como expertos capaces de
analizar el proceso grupal y las reacciones de los demás gracias a sus mayores
conocimientos. ¡Es frecuente observar esto en individuos que se ganan la vida
conduciendo grupos; sin embargo, parece indicar, a la vez! una actitud de
autodefensa y una gran falta de respeto por los participantes. Una persona de
esta índole niega sus sentimientos espontáneos y ofrece al grupo un modelo -el
del analista frío que jamás se compromete en nada- que constituye la antítesis
total de lo que yo postulo. Desde luego, los participantes tratarán de emularlo:
lo opuesto de lo que yo deseo. Mi esperanza es que surja la espontaneidad y
que ellos no adopten una actitud defensiva ni pongan distancia.

Permítaseme aclarar que en cualquier participante del grupo no considero


objetable ninguna de las condiciones que he mencionado cuando ellas surgen.
El individuo manipulador, o que interpreta en exceso, o que se encuentra
siempre dispuesto a atacar, o que se mantiene en un aislamiento emocional,
será manejado por los propios miembros del grupo. No tendrán reparos en
impedir que persistan esos comportamientos. Pero cuando es el facilitador
quien manifiesta esas conductas, tiende a establecer una norma para el grupo,
antes de que los miembros hayan aprendido que pueden oponérsele y tratar
con él del mismo modo como lo hacen entre sí.

Conclusiones

He intentado describir la forma en que me gustaría conducirme en calidad de


facilitador de un grupo. No siempre consigo llevar a cabo estos propósitos, en
cuyo caso la experiencia tiende a resultar menos satisfactoria, tanto para los
miembros del grupo como para mí mismo. También he descrito algunas
conductas que no considero facilitadoras. Abrigo la sincera esperanza de que
esta exposición induzca a otras personas a referirse a sus propios estilos de
facilitación grupal.

Rogers, C. (2001). ¿Puedo actuar como facilitador de un grupo? en Grupos de


encuentro. Argentina: Amorrortu. .(pp. 51-77).

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Terapia Centrada en…119

11. TRES CONDICIONES, TRES ACTITUDES

G. A. M. González

Debido a la importancia que tienen la comprensión empática, la aceptación


positiva incondicional y la congruencia o genuinidad del facilitador en el
enfoque centrado en la persona, de Carl Rogers, creemos conveniente hacer
un estudio amplio de ellas en este volumen.

Estas tres condiciones de actitud que Rogers considera necesarias y


suficientes para crear una atmósfera y una relación interpersonales que
promuevan el cambio y el proceso de desarrollo del potencial humano, se
aplican de igual modo al campo de la educación. .

Empatía

Para hablar de la empatía en el proceso de orientación y educación, es


necesario conocer cuándo y cómo surge este término y cómo se aplica en la
psicología.

El concepto alemán einfülung, traducido al español por Tichener como empatía,


significa sentir dentro, sentir como si estuviéramos dentro del otro. El término
es utilizado especialmente en lo relacionado con las experiencias estéticas; el
ejemplo más ilustrativo el caso del actor que al representar un papel lo siente
suyo. En forma similar, en otras ramas del arte la persona puede, por una
especie de introspección, sentirse parte de lo que observa o contempla. En la
empatía propiamente dicha, el observador se asimila a sí mismo al objeto
estético y asimila al objeto inanimado a sí mismo.

Al ampliarse el estudio original de la estética no sólo al campo del arte sino a


las áreas de la filosofía, la sociología y la psicología, F. T. Vischer formula la
teoría de la empatía en su obra AsthetikorderWissenschaft des Schonen,
publicada en 1846, donde describe cómo el observador de una obra de arte, o
de algún otro objeto estético, tiende a proyectar-sus propios sentimientos
dentro de ésta, al explorar su forma imaginativamente y derivar de ello un
placer.

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Terapia Centrada en…120

Con base en este trabajo de Vischer, ThodoreLipps, psicólogo y filósofo


alemán, introduce el término einfülung, aplicando a la estética, especialmente a
la comprensión de las personas, en su obra Asthetik, publicada en el siglo XIX.

En su acepción original, el concepto einfülung se refería primariamente a los


procesos de mímica motora. Por ejemplo, la contemplación de una obra
artística origina una serie de pequeños movimientos que son, en cierto modo,
imitativos del objeto estímulo. En la apreciación de las cualidades estéticas de
las cosas formamos juicios favorables si nuestros movimientos empáticos son
armoniosos y no interrumpidos, pero no demasiado simples. Cuando el objeto
observado parece feo o pesado, los movimientos imitativo s son bruscos, a
sacudidas, no equilibrados o demasiado simples. Igual importancia tiene en la
percepción de una persona la pequeña mímica motora. Por ejemplo, ante un
orador, la persona cambia sus expresiones faciales mientras éste habla. Si se
establece una corriente de simpatía entre orador y escucha, los gestos y las
actitudes del escucha serán análogos a las del orador.

La mímica motora tiene gran importancia en el proceso del conocimiento de las


personas. Goethe decía que él era capaz de imitar a una persona por una hora,
aunque solamente la hubiera observado por 15 minutos. Esta afirmación señala
la profunda inserción del proceso empático. Una vez que este proceso se ha
iniciado, permite sintonía con la vida mental del otro.

Allport, en su libro La personalidad, dice que la teoría de la empatía nace de las


deficiencias de la teoría de la inferencia, la cual sostiene que al imitar al otro
podemos saber cómo siente y piensa simplemente porque sabemos cómo
pensamos y sentimos nosotros cuando efectuamos movimientos similares o
adoptamos las mismas actitudes en el pasado. Por lo tanto, la empatía parece
ser sólo un caso de inferencia cenestésica.

Según Allport, Lipas no cae en esta trampa, pues insiste en que a pesar de
emplear en la empatía nuestra experiencia pasada, el proceso en sí tiene
exclusivamente referencia objetiva. N o percibimos nuestro cuerpo en acción,
sino el cuerpo de otro. No hay discontinuidad entre el esfuerzo, el orgullo, el
enojo; la alegría, etc., que siento empáticamente y la personalidad del individuo
que trato de comprender. "Un objeto unitario requiere una percepción unitaria.
La unidad del otro no está constituida por la aglutinación de los fragmentos que

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Terapia Centrada en…121

infiero, sino que es requerida por el propio ser del individuo observado. La
cualidad de ajeno es un atributo inherente en la empatía, al diferenciarla del
proceso ordinario de inferencia. El acto empático presupone la conciencia del
otro yo que se convierte intencionalmente en objeto de conocimiento.

A pesar del deseo de Lipps de separar la empatía del ámbito de la inferencia, la


empatía se queda a medio camino, pues aun cuando en ella hay inferencia
cinestésica, el autor trata de establecer la procedencia del tú en el proceso de
la percepción. Desde el punto de vista de la teoría de la inferencia, puede
censurarse a Lipps por añadir un elemento intuitivo; desde el punto de vista de
muchos fenomenologistas, se mantiene demasiado próximo a la teoría
asociacionista.

Allport dice que es lamentable que con el transcurso de los años el sentido
original del término empatía (mímica motora objetiva) se haya confundido
irremediablemente, de modo que ha acabado por esfumarse. Se ha ampliado
su significado, al incluir todo proceso de comprensión logrado.

R. F. Dymond define la empatía como la "trasposición imaginaria de uno mismo


en el pensamiento, el sentimiento y la acción de otro". Esta definición se
encuentra fuera de valor teórico porque la trasposición imaginaria no sólo
puede producirse por la inferencia sino también por otros procesos.

Según Freud, la empatía es el proceso mediante el cual tratamos de percibir lo


que es esencialmente extraño a nuestro yo. Intentar comprender por medio de
la mímica o la inferencia lo que no es inmediatamente inteligible, es una
tentativa intelectualista. El verdadero conocimiento, dice Freud, se produce por
la identificación y no necesita de la mímica. Por lo tanto, la empatía, es a lo
sumo una tentativa de identificación j nos proporciona hipótesis respecto a la
naturaleza del otro."

Sullivan habla de la empatía como una base importante para la relación entre la
madre y el hijo. Cuando la madre siente ansiedad, su expresión de este estado
induce a una tensión semejante en el hijo.

Para la psicología en general, se entiende por empatía la vivencia por la cual


alguien se siente dentro de una situación ajena: la naturaleza, el arte o el
prójimo. En .este último sentido, el prójimo' puede asimilarse a la percepción

D.R © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Terapia Centrada en…122

del prójimo de Max Scheler, filósofo alemán representante de la escuela


fenomenológica. El fenomenalismo es una escuela filosófica que versa sobre la
percepción y el mundo externo; sostiene que los objetosSmateriales son
reducibles a proposiciones acerca de las sensaciones o apariencias.

Las escuelas psicoanalíticas suelen utilizar el término empatía como sinónimo


de identificación.

En este trabajo nos interesa básicamente el estudio de la empatía desde el


enfoque humanista existencialista, encaminado a la orientación auto directiva.
Sin embargo, consideramos importante mencionar algunas bases teóricas
sobre las que la empatía aparece y se desarrolla hasta nuestros días.

La empatía como elemento básico en la orientación

La empatía es una de las condiciones esenciales para entablar una relación


interpersonal. De acuerdo con Carl Rogers, la experiencia de un adecuado
entendimiento empático del orientador sobre el mundo interno de su cliente y la
habilidad de comunicar algunos fragmentos significativos de este
entendimiento, es uno de los aspectos más importantes en la orientación. La
empatía consiste en poder sentir el mundo interno del cliente, su propio mundo
privado, como si fuera propio, pero sin perder nunca de vista el "como si"; es
decir, sentir los sentimientos de coraje, tristeza, confusión, injusticia, etc., pero
sin involucrarse al grado de hacer suyos esos sentimientos, sino solamente
como si lo fueran, permite al orientador clarificar el mundo de su cliente,
moverse en él libremente y poder comunicarle ese entendimiento que le llevará
a tomar conciencia de su propio mundo interior. Este tipo de empatía altamente
sensible es de gran importancia, pues hace posible que la persona se acerque
a sí misma y aprenda a cambiar y a desarrollarse.

Según Egan, la empatía es poder discriminar o meterse en la otra persona,


mirar el mundo a través del marco de referencia de la otra persona,
preguntarse por qué el mundo del otro es así, y poder comunicar al otro su
entendimiento en una forma que le muestre que el orientador ha captado tanto
sus sentimientos como la conducta y la experiencia implícitas en estos
sentimientos." Al respecto, Mayeroff afirma:

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Terapia Centrada en…123

Para preocuparme por otra persona, debo ser capaz de entenderla a ella y a su
mundo como si fuera yo mismo y ese mundo me perteneciera; de ver, si fuera
posible, con sus ojos lo que su mundo Ie parece a ella y cómo ella se ve a sí
misma. En lugar de sólo mirarla desde afuera como si fuera un espécimen,
debo ser capaz de estar con ella en su mundo, ir a su mundo con objeto de
sentir desde dentro lo que la vida es para ella, lo que está luchando por ser y lo
que requiere para crecer.

El entendimiento al que estamos acostumbrados en la vida diaria es muy


diferente de la empatía. Es común escuchar: "Entiendo lo que está mal contigo,
entiendo lo que te está sucediendo y por ello actúas en tal o cual forma". Este
tipo de entendimiento es evaluativo, viene desde el exterior. Cuando el
entendimiento es empático se está dispuesto a hacer propio el mundo de la
otra persona, se corre el riesgo de mirar la vida desde su punto de vista, y, por
lo tanto, se admite la posibilidad de cambiar uno mismo, aun cuando, por lo
general, esto es amenazante para uno mismo. Debido a ello, tendemos a mirar
el mundo desde nuestro punto de vista, por lo cual analizamos, evaluamos y
juzgamos desde fuera. Este es el entendimiento común y corriente al que nos
enfrentamos en nuestra vida cotidiana, pero no es suficiente para entablar una
relación interpersonal comprometida y profunda. .

Cuando alguien entiende lo que se siente ser yo, sin desear analizarme o
juzgarme, entonces puedo florecer y crecer en ese clima. Me siento seguro y
no me siento solo con esos sentimientos. Cuando un orientador puede captar
momento a momento lo que ocurre en el mundo interior de su cliente, tal como
el cliente lo vive, sin perder la propia identidad, el sentido de individualidad en
este proceso empático, el cambio ocurre.

Aunque la precisión de este entendimiento es muy importante, también lo es


poder comunicar al cliente este entendimiento. Por muy absurdo y complicado
que pueda parecer el cliente, éste se sentirá escuchado y atendido cuando el
orientador puede comunicarle que desea realmente entender lo que trata de
comunicar; es decir, poder decir al otro en forma verbal o no verbal que es
digno de ser escuchado y entendido.

Empatizar es una destreza que puede adquirirse, para ello es necesario


sensibilizarse, aprender a escuchar realmente en forma más sensible, captar

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Terapia Centrada en…124

aun los más sutiles significados de lo que el otro experimenta y expresa;


atender no sólo a su expresión verbal, sino a todo el lenguaje no verbal de sus
gestos, ademanes, posturas, tonos de voz, silencios, etc., que dicen mucho
sobre 10 que la persona experimenta, vive, siente.

Este entendimiento sensible y preciso de la experiencia del cliente y de sus


sentimientos, es una de las principales tareas en la orientación.

El orientador trata de sentir la experiencia subjetiva del cliente en el aquí y el


ahora. Este entendimiento empático permite al cliente sentirse más seguro en
la relación con el orientador, penetrar más su propio mundo y comprenderlo al
experimentar sus sentimientos cada vez con mayor intensidad y profundidad,
para reconocerse y desear resolver la incongruencia que pueda existir dentro
de él mismo.

Es importante señalar que empatizar va más allá del simple reconocimiento de


los sentimientos que son obvios, hay que ir hacia aquellos sentimientos menos
obvios, menos claramente experimentados y sentidos por el cliente. El
orientador ayuda al cliente a expandir la conciencia de sus sentimientos, en
especial de aquellos que reconoce parcialmente.

Empatizar es más que reflejar un sentimiento; no sólo es una técnica artificial


empleada por el orientador en forma rutinaria, es un entendimiento profundo y
subjetivo del cliente, con el cliente. Gerald Carey afirma que empatizar es en
cierta forma una identificación con el cliente:

El terapeuta comparte el mundo subjetivo del cliente sintonizando con aquellos


sentimientos propios que puedan ser como los que el cliente experimenta. Sin
embargo, el orientador no debe perder su propia identidad en este proceso, ya
que esto es lo que favorece el cambio y desarrollo del cliente.

El primer acercamiento a las relaciones interpersonales requiere reconocer al


individuo como distinto, único y autónomo. En estas relaciones se pretende
comprender los sentimientos, las necesidades, los deseos, las motivaciones,
las actitudes, .etc., del individuo y respetarlo, sin desear influirlo o controlarlo.
Esto es lo que se denomina entendimiento o comprensión empática, que no
implica un deseo egoísta de controlo manipulación.

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Terapia Centrada en…125

En su libro Psicoterapia centrada en el cliente, Carl Rogers explica lo que


significa una respuesta empática en la orientación. Cuando el orientador se
relaciona con el cliente en forma empática y comprensiva, la respuesta
actitudina1 del cliente es positiva y le lleva a profundizar más en su trabajo;
pero cuando la empatía es declarativa y dogmática, se convierte en una
valoración, en un juicio del orientador que trata :le decirle al cliente no lo que
entiende de sus sentimientos, sino cómo ion sus sentimientos y la respuesta
será defensiva y entorpecerá el proceso, Para no caer en este error, Rogers
sugiere que la función del consejero consiste en asumir, en la medida de lo
posible, el marco de referencia interno del cliente, a fin de percibir sus
concepciones del mundo y de sí mismo, dejar de lado todas las percepciones
según un marco de referencia externo y comunicar algo de esta comprensión
empática al cliente.

Es importante hacer notar que la identificación de la que habla Carey no es una


identificación emocional, sino una identificación empática por la cual el
consejero percibe odios, esperanzas, temores, etc., del cliente por medio de la
inmersión en un proceso empático, pero sin que él mismo, como consejero,
experimente esos odios, esperanzas, temores, etc. Raskin afirma:

... el consejero realiza un esfuerzo máximo para meterse en el pellejo de la


persona con la cual se está comunicando; trata de introducirse dentro y. vivir
las actitudes expresadas en lugar de observarías: trata de captar todo matiz de
su naturaleza cambiante; en una palabra, trata de absorberse completamente
en las actitudes del otro. En la lucha por lograrlo, simplemente no hay lugar
para ningún otro tipo de actividad o actitud del consejero; si intenta vivir las
actitudes del otro, no puede diagnosticarlas, ni pensar en acelerar el proceso.
La comprensión no es espontánea, sino que debe ser adquirida mediante la
atención más intensa, continua y activa a: los sentimientos del otro, hasta el
punto de excluir todo otro tipo de atención.

En este texto podría confundirse la identificación empática, que Raskin


propone, con la identificación emocional. El mismo autor intentó expresar este
mismo punto de vista de otro modo:

A medida que transcurría el tiempo, llegamos a acentuar cada vez más el


"centrarse en el cliente" de la relación, porque es más eficaz cuanto más

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Terapia Centrada en…126

completamente el consejero se concentra en el intento de comprender al


cliente tal como él se ve a sí mismo. Al volver a revisar algunos de nuestros
primeros casos publicados, comprendo que gradualmente nos hemos ido
desprendiendo de los vestigios de sutil directividad que son evidentes en los
mismos. Hemos llegado a reconocer que si podemos proporcionar al cliente la
comprensión de la manera como se ve a sí mismo en este momento, él mismo
puede hacer el resto. El terapeuta debe dejar de lado su preocupación por el
diagnóstico y su agudeza diagnóstica, descartar su tendencia a hacer
evaluaciones profesionales, abandonar sus intentos de formular un pronóstico
exacto, renunciar a la tentación de guiar sutilmente al individuo y concentrarse
en un propósito; proporcionar una profunda comprensión y aceptación de las
actitudes asumidas conscientemente por el cliente en ese momento, a medida
que explora paso a paso las peligrosas áreas de la conciencia que ha
rechazado.

Este sensible y sincero "centrarse en el cliente" en la relación terapéutica es la


tercera característica de la terapia no-directiva.

En su modelo de desarrollo de ayuda, Egan cita a Carkhuff, quien distingue dos


niveles dé adecuado entendimiento empático. En un nivel intercambiable, el
orientador comunica su entendimiento de las experiencias y los sentimientos
del cliente que están más o menos disponibles para la percepción del cliente; y
en un nivel aditivo, el orientador sondea más profundamente y comunica el
entendimiento de los sentimientos, las experiencias y las motivaciones que el
cliente expresa en forma implícita y no están disponibles a la conciencia del
cliente, Egan maneja estos dos niveles de Carkhuff como los niveles de
empatía adecuada a nivel primario y a nivel avanzado, respectivamente,

En la empatía adecuada a nivel primario que Egan presenta en su modelo de


desarrollo de ayuda, el orientador sólo pretende que el cliente sepa que él
entiende lo que el cliente explícitamente ha expresado acerca de sí mismo. El
orientador comunica este entendimiento al cliente en sus propias palabras y en
su propio estilo. Algunos problemas que pueden surgir en este nivel de empatía
primaria, cuando el orientador desconoce lo que ésta implica, son: inexactitud,
aparentar entendimiento, permitir al cliente divagar, prematura empatía exacta
avanzada (confrontamiento demasiado pronto o muy fuerte), pasar mucho

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Terapia Centrada en…127

tiempo en este nivel, pasar rápidamente de una a otra empatía, utilizar un


lenguaje que no está a tono con el del cliente y ser aburrido por repetir como
loro exactamente lo que el cliente expresa.

Algunos elementos que, de acuerdo con Egan, favorecen la empatía adecuada


a nivel primario son:

a) Que el orientador tenga antecedentes similares a los del cliente.

b) La autenticidad del orientador que se comunica con el cliente y rehúsa


representar el papel de orientador. Ser espontáneo, ser uno mismo, no estar a
la defensiva y estar dispuesto a darse uno mismo, si es necesario.

c) El respeto hacia el cliente. Estar dispuesto a trabajar con él (darle tiempo),


considerado como único y auto determinado, asumir su buena voluntad, prestar
atención, suspender juicios críticos, comunicar empatía exacta, hacer un censo
de los recursos del cliente y ser apropiadamente cálido.

d) Ser concreto, es decir tratar con sentimientos, experiencias y conductas


específicos en situaciones específicas.

El objetivo principal de la empatía adecuada a nivel primario es crear el


ambiente adecuado para que se dé la seguridad y la confianza al cliente, a fin
de facilitarle su auto descubrimiento. Para que el orientador y el cliente
establezcan una relación interpersonal en la cual se dé-el desarrollo del cliente
es necesario entablar un rapport.

La empatía adecuada a nivel avanzado significa que el orientador, aparte de


entender el mundo del cliente, considera las implicaciones de lo que él
entiende, y comunica este entendimiento adicional al cliente. El orientador
utiliza una gran variedad de técnicas para comunicar este entendimiento más
profundo al cliente: expresa lo que el cliente sólo implica; usa sumarios de lo
que el cliente ha dicho; conecta "islas" de sentimientos, experiencias y
conductas que el cliente deja desconectadas; le ayuda a obtener conclusiones
lógicamente derivadas de las premisas, y le presenta marcos de referencia
alternos para entender su propia conducta y la de los demás.

En esta etapa de la empatía es importante el autodescubrimiento del


orientador. Para afirmar la relación interpersonal y dejar de ser un desconocido

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Terapia Centrada en…128

para su cliente, el orientador comunica a éste sus propios sentimientos y


experiencias, siempre y cuando éstos sean de ayuda al individuo, nunca
cuando lo distraigan de su proceso, o cuando pueda ser amenazante que el
orientador comparta con él algo de sí mismo.

Egan menciona que la confrontación es otro elemento importante dentro de la


empatía avanzada. Por medio de ella se invita al cliente a examinar algunos
aspectos de su conducta que le impiden entenderse a sí mismo o .avanzar
hacia un cambio constructivo en su proceso de crecimiento. Los aspectos que
de acuerdo con Egan necesitan ser confrontados son los siguientes:
discrepancias, juegos, distorsiones, trucos y evasiones.

La confrontación es una forma de atender cuidadosamente al cliente,


involucrándose con él. No es una forma de castigo, sino de proximidad, que es
otra habilidad necesaria, según Egan. La proximidad es la habilidad de discutir
abierta y directamente con el cliente lo que sucede en la relación interpersonal.
El orientador puede utilizar la proximidad para tratar cualquier tema con el
cliente, en especial los temas relacionados con las diferencias entre ambos. Sin
la empatía, esta proximidad no se establece y le impide al cliente el
entendimiento objetivo de sí mismo, de sus problemas y de su mundo, que es
lo que finalmente lo conducirá a una acción efectiva en su procesó de
orientación.

El ser empático en el enfoque centrado en la persona

Entre los años 1944-1946, la psicoterapia no directiva sufre una transformación


importante, que puede ser apreciada en un artículo de Rogers publicado en
1946 bajo el título "Aspectos fundamentales de la psicoterapia centrada en el
cliente", en el cual este autor explica el cambio operado en su concepción del
proceso terapéutico. Con base en su propia experiencia en el campo de la
clínica, Rogers modifica la terapia no directiva y la convierte en una terapia
centrada en el cliente.

A medida que ha pasado el tiempo, hemos puesto cada vez más énfasis en la
naturaleza de la relación centrada en el cliente, ya que ésta es más eficaz
cuanto más plenamente el terapeuta pretende comprender al cliente tal como

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Terapia Centrada en…129

éste se ve a sí mismo... Hemos reconocido que si podemos ofrecer al cliente


una comprensión de su modo de verse a sí mismo en este momento, él puede
hacer el resto. El terapeuta debe dejar a un lado su tendencia a hacer
evaluaciones profesionales, sus intentos de formular un pronóstico exacto y la
tentación de dirigir sutilmente al individuo, a fin de concentrarse únicamente en
un propósito: ofrecer una comprensión y aceptación profundas de las actitudes
conscientes del cliente en el momento en que éste explora paso a paso las
áreas peligrosas que ha negado a su conciencia.

En esta cita podemos observar que, además de la delimitación y la


diferenciación que Rogers hace de las actitudes y de las técnicas, al enfatizar
las primeras y depurar las segundas, se obtiene una concepción más
humanista en la relación terapéutica, relación que será eminentemente
empática, es decir, centrada en el cliente.

En 1949 aparece otro artículo en el cual Rogers descarta, de entre las


funciones del terapeuta, la aceptación pasiva neutral, que fue considerada por
muchos críticos corno una actitud de laissez faire. Rogers justifica su posición
porque el cliente puede interpretar dicha aceptación corno un rechazo, a la vez
que no concuerda con la principal orientación de la terapia centrada en el
cliente, el respeto, al no trasmitirle a éste la consideración del terapeuta hacia
él. Rogers también descarta la función conocida como la técnica de la
clarificación verbal por considerarla demasiado intelectualista y porque puede
dar la impresión de que sólo el terapeuta conoce los sentimientos del cliente, lo
cual es una falta de respeto imperdonable hacia éste.

En 1951 Rogers escribe el que será Uno de sus libros más importantes:
Psicoterapia centrada en el cliente. En esta obra el autor presenta una
reformulación de las funciones del terapeuta en su empeño positivo de penetrar
el campo fenomenológico del cliente. Asimismo, se expone claramente la
importancia de las condiciones actitudinales, vividas existencialmente, de
manera que permitan al terapeuta crear un ambiente estimulante para el cliente
y establecer una relación interpersonal que favorezca el crecimiento direccional
del cliente.

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Terapia Centrada en…130

La condición fundamental de la terapia centrada en el cliente es la creación de


un clima propicio, a fin de que se establezca la relación interpersonal, para la
cual la empatía es una de las condiciones actitudinales indispensables.

En 1950 había escrito un artículo en el cual mencionaba las funciones del


terapeuta rogeriano y el clima adecuado que este enfoque requería. Así la
función por excelencia del orientador consiste en asumir el marco de referencia
interno del cliente. Las seis condiciones actitudinales necesarias y suficientes
para la creación de un ambiente terapéutico liberador para el individuo son: 1.
la actitud auténtica de aceptación del cliente; 2. la actitud de respeto al cliente;
3. la disposición de no evaluación del cliente, al ponerlo en el centra de todas
sus evaluaciones; 4. la actitud de comprensión empática, 5. el empleo
adecuado de las técnicas al considerarlas meros instrumentos de las actitudes,
y 6. los límites necesarios para mantener estas actitudes. Posteriormente, en
1965 Rogers reduce estas seis condiciones a tres, que son: la congruencia, la
aceptación positiva incondicional y la empatía.

He sido bastante temerario al intentar definir las condiciones psicológicas que


originan en el sujeto un crecimiento terapéutico personal de este tipo. No estoy
completamente seguro de haberlas definido correctamente, pero estoy
convencido de que estas condiciones son definibles y, con el tiempo, serán
empíricamente determinadas.

Rogers se refiere a estas condiciones actitudinales no como técnicas o


destrezas innatas del terapeuta, ni como actitudes practicadas o adquiridas por
el orientador, tampoco son reglas metodológicas exteriores para estructurar la
relación, sino que son condiciones actitudinales que al ser experimentadas por
el orientador implican un desarrollo dinámico de la relación terapéutica. La
característica fundamental de la relación centrada en el cliente es estar basada
en la empatía o comprensión empática profunda del mundo interno del cliente.
Esta comprensión empática implica una participación activa del terapeuta, una
atención activa a los sentimientos del cliente y un ver el universo del cliente a
través de sus propios lentes.

El orientador ha de sentirse como en su propia casa dentro del universo del


cliente. Ser empático, dice Rogers, "es una forma de sentir el mundo interior del

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Terapia Centrada en…131

cliente en sus últimas significaciones como si fuera el nuestro, pero .sin olvidar
que no lo es"

Es importante señalar que si el orientador realmente desea ayudar al cliente,


debe tener la capacidad de entrar y salir del universo interno del cliente. Olvidar
que hay que entrar al mundo interno del cliente como si fuera nuestro, tiene el
peligro de caer en una identificación profunda con el cliente y perder la
objetividad y la individualidad que permite al terapeuta ser un elemento externo
de ayuda y clarificación.

Después de tratar a una mujer profundamente perturbada, quizás


esquizofrénica, en 1948 Rogers pierde la confianza en su capacidad para
ayudar a los demás. Durante varios meses, acompañado por Helen, su mujer,
vive días difíciles; a esta época Rogers la llama su "periodo de huída". Más
tarde, refiriéndose a esta experiencia escribe:

Hoy más que nunca comprendo que la tomé en mis manos con torpeza,
vacilando entre adoptar con ella una actitud realmente cálida o una actitud
mucho más profesional y reservada siempre que me sentía amenazado por la
intensidad de su perturbación psicótica. Así fue como. Desencadené en ella
una intensa hostilidad hacia mí y, al mismo tiempo, una dependencia y un amor
que destrozaron completamente mis defensas. Me obstinaba en pensar que
debía de ser capaz de ayudarla y continuaba viéndola después de haber
perdido todo poder terapéutico, sin conseguir otra cosa que alimentar mi
sufrimiento. Reconocía que muchas de sus tomas de conciencia eran más
adecuadas que las mías y perdía toda la confianza en mí mismo. Hasta cierto
punto, dejaba de ser "yo mismo" en aquella relación. La situación queda muy
bien resumida en uno de sus sueños en el que un gato me destrozaba las
entrañas sin querer hacerla en realidad. Sin embargo, yo continuaba
manteniendo aquella relación porque reconocía que su situación era
desesperadamente precaria, al borde de la psicosis, y me sentía obligado a
ayudarla. De manera progresiva comprendí que era yo mismo quien se iba
sumergiendo en una profunda depresión y súbitamente vi claro que debía
escapar. Estoy muy agradecido con el doctor Louis Chal den, joven y
prometedor psiquiatra, que en esa época trabajaba en el Centro de Consejo
Psicológico, que aceptó hacerse cargo de aquella enferma, Poco después, ésta

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Terapia Centrada en…132

cayó en un acceso psicótico con numerosas ideas delirantes y alucinaciones.


Yo volví a casa y le dije a Helen que tenía que marcharme inmediatamente.

Más tarde, con base en esta experiencia dolorosa, Rogers escribe:

Estoy muy agradecido al doctor Don Hayakawa, semantista, por haber


señalado el peligro real que existe y la valentía que es preciso poseer para
llevar adelante una psicoterapia de este tipo. Al comprender a una persona,
penetrar en su mundo privado y captar su propio modo de ver la vida, evitando
al mismo tiempo cualquier tipo de juicios de valor sobre ello, corremos el riesgo
de transformarnos nosotros mismos al adoptar el punto de vista del otro y
permitir su influencia en cuanto a actitudes y personalidad. Este peligro de
cambiarnos en el otro es una de las facetas más espantosas con que podemos
toparnos. Si penetro todo lo que sea capaz de hacerlo en el mundo privado de
un neurótico o de un psicópata, me arriesgo a perderme en su mundo. La
mayoría de nosotros teme correr este riesgo. Imaginemos que esta tarde
estuvieran aquí un orador comunista ruso, o bien el senador MacCarthy,
¿cuántos de nosotros se atreverían a realizar un intento de ver el mundo desde
sus perspectivas? La inmensa mayoría de nosotros sería incapaz de escuchar;
nos daríamos cuenta en seguida de que nos veríamos obligados a emitir juicios
de valoración, porque escuchar simplemente nos parecería demasiado
peligroso. La primera condición es la valentía, y ésta nos falta muchas veces.

Este riesgo, según Peretti, tiene su recompensa. La valentía en la relación,


aunada a la congruencia y la consideración positiva incondicional, confirma al
otro y a uno mismo. Por lo tanto, podemos observar que se trata de ser casi el
otro, pero sin dejar de ser uno mismo. Aunque parezca a simple vista que no
existe diferencia ni distancia entre el terapeuta y el cliente, es precisamente
esta distancia y esta diferencia la que ayuda al individuo y enriquece la
relación. Entonces el terapeuta no ha de perderse en el campo referencial del
cliente, ha de cuidar de ser capaz de profundizar, de ir de lo más exacto a lo
más sutil y de comprender desde el interior el mundo exterior del cliente, sin
olvidar que ese mundo no es el suyo.

La evolución del pensamiento de Rogers en relación con la comprensión


empática es significativa. En los principios de su terapia utilizaba el término
comprensión con un significado usual en la palabra "comprender". Más tarde le

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Terapia Centrada en…133

da un sentido técnico al hablan de ésta como "asumir el marco de referencia


interno del cliente", lo cual establece como una de las funciones más
importantes del terapeuta, si no es que la más importante. Todavía en aquella
época identificaba la comprensión empática con una técnica utilizada por él en
la terapia no directiva llamada clarificación del sentimiento, más tarde
transformada en la técnica del reflejo. Poco a poco separó la técnica del reflejo
de lo que llamaba empatía y se interesó más por los aspectos actitudinales.
Posteriormente descubre la posibilidad de trasmitir la empatía mediante
maneras distintas al reflejo del sentimiento y considera necesario incluir entre
las condiciones necesarias suficientes de la terapia rogeriana algo que ya se
daba por entendido de antemano, pero nunca había sido expresado
directamente: la necesidad de comunicar esta empatía o comprensión
empática al cliente.

En la formulación de las condiciones que Rogers plantea en 1950, se incluyen


como condiciones relativas a las actitudes de empatía, la disposición y
capacidad del terapeuta para comprender los sentimientos, los pensamientos y
las luchas del cliente desde su propio punto de vista, y, en relación con la
comunicación de esta empatía mediante técnicas, "que el consejero use
solamente aquellas técnicas que favorezcan estas actitudes básicas”.

En 1980, en su libro A WayofBeing, Rogers se refiere al ser empático corno


una característica no apreciada del ser y como una forma de ser que, aun
cuando es lo más delicado y poderoso para entablar relaciones interpersonales
satisfactorias, por lo general no florece en una relación humana. La descripción
que Rogers hace de la empatía en esta obra es la siguiente:

El ser empático con otra persona tiene diferentes facetas. Ser empático
significa entrar dentro del mundo privado perceptual del otro y sentirse tan en
casa dentro de éste, como en su propia casa; ser sensitivo, momento a
momento, a los sentimientos que cambian y fluyen en el otro, desde el miedo o
la ira hasta la ternura, la confusión o cualquier otro sentimiento; vivir de manera
temporal en la vida del otro, moviéndose libre y delicadamente sin hacer juicios;
captar los significados más sutiles de los que el otro no tiene conciencia, pero
sin tratar de descubrir totalmente los sentimientos inconscientes, ya que esto
representaría una amenaza para la otra persona; comunicar este entendimiento

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Terapia Centrada en…134

sensible del mundo de la otra persona tal como lo ves a través de una mirada
fresca y de unos ojos no temerosos hacia los elementos que la persona teme;
comprobar frecuentemente con el otro la precisión de lo que se capta de él y
ser guiado por sus respuestas. Tú eres el confidente, el compañero del otro
dentro de su mundo interior. Al descifrar los posibles significados en el fluir de
la experiencia de la otra persona, le ayudas a comprender y experimentar estos
significados más plenamente y así moverse hacia adelante en su experiencia.

Estar con la otra persona en esta forma significa dejar a un lado los puntos de
vista, los juicios de valor, para poder penetrar en ese mundo del otro sin
prejuicios. En cierta forma es el dejar a un lado el yo, lo cual sólo pueden
realizarlo personas que se sienten seguras de sí mismas, que saben que no se
van a perder en lo que puede ser el mundo bizarro del otro, y que podrían
tranquilamente regresar a su propio mundo cuando así lo deseen. Quizás esta
descripción pueda clarificar lo que significa ser empático, ya que se trata de
algo complejo y comprometedor al mismo tiempo sutil y gentil del modo de ser.

La comunicación de esta comprensión empática que parecía haber sido


excluida en 1959 entre las condiciones de la terapia rogeriana, se enfatiza
posteriormente ya no como una simple comunicación del terapeuta, sino como
una actitud que puede ser captada por el cliente mediante mensajes no
verbales o indicaciones casuales del orientador. Desde 1962, Rogers afirmaba:

Si las actitudes que he descrito no han sido comunicadas de algún modo al


cliente y percibidas por él, no existen dentro de su mundo perceptual y, por lo
tanto, no pueden ser eficaces.

En toda la evolución del pensamiento rogeriano, la comprensión empática y la


comunicación de ésta conservan el sello distintivo de Rogers y son dos
elementos que pertenecen a la esencia de la psicoterapia rogeriana.

En los últimos años, en los cuales la terapia centrada en el cliente ha tomado


un rumbo existencialista, se concibe la comprensión empática en un contexto
existencial más amplio, puesta al servicio del encuentro interpersonal, aunque
aún se acepta la creencia continua de que lo fundamental en el cambio
terapéutico es comprender el mundo del cliente tal como éste lo percibe.

D.R © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Terapia Centrada en…135

Aun en su trabajo con psicóticos, cuya falta de interés impediría una relación
interpersonal, Rogers ha utilizado la comunicación de la comprensión empática.

Una forma que la mayor parte de nosotros hemos empleado es la expresión de


los sentimientos inmediatos del terapeuta, de un modo que no sea impositivo
para el cliente.

Más tarde Rogers escribe:

Cuando el paciente no ofrecía verbalización alguna, el terapeuta podía al


menos participarle, tentativamente y sin imposiciones, su propio flujo de
sentimientos, su propio interés por el paciente, su esperanza de poder
establecer una relación y sus suposiciones relativas a lo que acontecía en el
paciente en ese momento.

Estar en contacto consigo mismo es requisito indispensable para poder lograr


una comprensión empática con el otro, a fin de entablar la relación
interpersonal que es la condición fundamental de la terapia rogeriana.

Este nuevo modo de relación con el cliente o paciente exige al terapeuta una
conciencia mucho mayor del flujo cambiante del experiencing sentido dentro de
sí mismo. Cuando el paciente expresa sentimientos propios, el terapeuta
sensible se encuentra con su conciencia experiencial llena de empatía hacia
los significados del cliente. Pero cuando el paciente está en silencio, el
terapeuta puede hacer una referencia directa a su propia experiencia y
comunicar los significados encontrados en ella; entonces, una vez más, si se
es totalmente sensible, estos significados comprenderán al paciente y a la
relación.

Algunas de las conclusiones relacionadas con la comprensión empática a las


que Rogers llega después de años de estudio, investigación y experiencia en la
práctica clínica son:

1. La empatía está correlacionada con la autoexploración y el proceso


dinámico. Se ha comprobado que un alto grado de empatía en la relación
terapéutica está asociada con varios aspectos del proceso y el progreso en la
terapia.

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Terapia Centrada en…136

2. El terapeuta ideal es ante todo empático. Esta es una conclusión a la que


llegó Raskin en 1974, quien al estudiar a 83 terapeutas practicantes de
diversos enfoques terapéuticos, corrobora y refuerza las investigaciones
previas de Fiedler, referidas a que los terapeutas reconocen que uno de los
elementos de mayor importancia en el proceso terapéutico es tratar de ser tan
sensitivo y preciso como sea posible, para entender al cliente desde su punto
de vista.

3. La empatía en las primeras etapas de la relación predice un éxito posterior.


El grado de empatía que exista en la relación puede ser establecido muy
pronto, en la quinta o aun en la segunda entrevista. Este grado de empatía se
puede medir en relación con el éxito o fracaso del proceso terapéutico.

4. En los casos exitosos, el cliente percibe mayor empatía. En los casos en que
se logra éxito, la percepción del cliente en relación con la calidad de la relación
empática se incrementa con el tiempo.

5. El entendimiento o la comprensión empática es libremente ofrecido por el


terapeuta, no obligado o promovido por un tipo especial del cliente.
Generalmente, un clima empático se debe a que el terapeuta lo ha creado y no
a que se trate de un cliente seductor o de alguno que promueva esta atmósfera
de empatía.

6. A mayor experiencia del terapeuta, mayores probabilidades de empatía.

7. A mayor integridad del terapeuta, mayor grado de empatía. Los terapeutas


libres de conflictos o molestias que confían en las relaciones interpersonales
son quienes pueden con mayor facilidad ofrecer una comprensión al cliente.

8. La empatía es una cualidad especial en una relación y los terapeutas la


ofrecen definitivamente en mayor grado que cualquier buen amigo.

9. Los terapeutas experimentados muchas veces no pueden ser totalmente


empáticos. En las investigaciones de Raskin se demuestra que la característica
más relevante en los terapeutas centrados en el cliente es la de ser empáticos,
sin embargo, terapeutas de otros enfoques tenían como característica
relevante su calidad cognoscitiva y su orientación directiva en el proceso. Por lo
tanto, aunque el terapeuta ideal debe tener como característica esencial la de

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Terapia Centrada en…137

ser empático, en la práctica muchas veces no se le da a esta actitud la


importancia que merece.

10. Los clientes son los mejores jueces para medir el grado de empatía que
existe en la relación. Quizás, dice Rogers, si deseáramos ser mejores
terapeutas, deberíamos preguntar a los dientes hasta qué punto los
comprendemos y hasta dónde somos precisos en esta comprensión.

11. Poseer una percepción brillante para el diagnóstico no está relacionado con
la capacidad de comprensión empática, la creación del clima empático no está
relacionada con la capacidad intelectual, profesional o ambas del terapeuta.
Tampoco se puede relacionar con la precisión de la percepción de los
individuos con fines diagnósticos. La empatía pertenece a un reino diferente al
del pensamiento clínico, psicológico y psiquiátrico.

12. Una forma de aprender a ser empático es aprenderlo de personas que lo


son. La empatía puede desarrollarse por medio del entrenamiento, es una
actitud que se desarrolla durante la vida con base en el aprendizaje
significativo. En este aspecto, el terapeuta puede hacer que el cliente aprenda
a ser empático por la influencia social que ejerce sobre él.

Las consecuencias de la interacción empática son:

1. Quizás uno de los descubrimientos del estudio de la psicoterapia con


esquizofrénicos ha sido que los pacientes que reciben la comprensión empática
por parte del terapeuta han mostrado una considerable reducción de su
patología, lo cual ha sido medido por el Minnesota Multiphasic Personality
Inventary. Carl Jung afirma que la esquizofrenia parece desaparecer cuando el
enfermo se encuentra con personas que lo comprenden.

2. La persona que recibe la comprensión empática se siente valorada,


aceptada, querida y esto lo conduce a valorarse, aceptarse y quererse como
persona en quien se puede confiar.

3. Por su calidad no enjuiciatoria, la empatía permite que el individuo no se


sienta un ser enfermo, malo o anormal. La posibilidad de auto aceptación se

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Terapia Centrada en…138

incrementa gradualmente cuando el individuo percibe que no es objeto de


evaluaciones y diagnósticos.

4. La comprensión empática produce que el individuo se sienta persona con


identidad propia. Laing sostiene que el sentido de identidad requiere de otra
persona por quien uno es reconocido. La empatía satisface la necesidad de
reconocimiento y reafirma en la persona su existencia como un ser distinto y
valioso.

5 .La empatía promueve la autoexploración y el auto concepto. Una vez que


este último cambia, el comportamiento cambia a su vez para estar de acuerdo
con la nueva percepción que de sí mismo logra la persona.

6. La empatía no sólo produce cambios en la terapia, sino también en el salón


de clases cuando el maestro es una persona capacitada para comprender
empáticamente a sus alumnos. La actitud empática del maestro es esencial
para lograr el aprendízaje significativo de los estudiantes.

7. Cuando son comprendidas empáticamente las personas, éstas están más en


contacto con una extensa gama de experiencias, lo cual expande su conciencia
y les permite la autodirección.

8. El clima empático en el proceso terapéutico ayuda al cliente a desarrollar su


experiencia ya aprender a resolver su propia problemática cotidiana.

Conclusión

Cuando el ser humano percibe que es comprendido, desarrolla una serie de


actitudes auto promotoras o terapéuticas hacia sí mismo. El clima terapéutico
es uno de los elementos más importantes en la terapia rogeriana y sin la
comprensión empática éste no podría establecerse. La creación del ambiente
terapéutico basado en la relación interpersonal fue ideada por Rogers a fin de
crear una situación en la cual desde el principio se descarte la dependencia, se
invite al cliente a ser él mismo, se promueva su libertad y responsabilidad, y le
permita confiar en su propio organismo.

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Terapia Centrada en…139

Personalmente pienso que uno de los descubrimientos de mayor relevancia y


una de las aportaciones más significativas de Rogers a la psicoterapia, es la
llamada comprensión empática, esa presencia intuitiva que nos lleva a
centramos en el otro y no en nosotros mismos, pero sin dejar jamás de ser
nosotros mismos. Considero que la empatía es una actitud que todo ser
humano puede desarrollar y que no solamente es aplicable al proceso
terapéutico, sino a todos los campos relacionados con el ser humano: la
educación, la psicología, las relaciones humanas, en una palabra a todas las
ciencias humanas.

He comprobado que aquellos individuos cuyas actitudes hacia ellos mismos


son de aceptación, autoestima y valoración, están abiertos a vivir experiencias
.que les conducen a un mayor y más claro auto concepto; es decir, viven
realmente un proceso de convertirse en personas, pueden ser empáticos,
comprensivos, reales y congruentes. Esto se logra cuando han recibido de
alguna o algunas personas una comprensión empática que los ha convertido
en agentes de cambio.

Las condiciones actitudinales que Rogers plantea como necesarias y


suficientes para crear una atmósfera terapéutica que promueva el cambio (la
congruencia, la autenticidad o genuinidad y la comprensión empática pueden
ser aplicadas no solamente en nuestra labor educativa o terapéutica, sino en
toda interacción diaria con las personas con quienes nos relacionamos. Creo
que si estas condiciones actitudinales no se experimentan en la vida cotidiana,
presentadas únicamente en el ámbito de la terapia u orientación, carecería en
cierta forma, de autenticidad. Presentar una máscara de terapeuta rogeriano y
no presentamos como somos es una falacia. Rogers habla sobre los terapeutas
"prefabricados"; yo considero que éstos se quitan y ponen estas condiciones
actitudinales como si se tratara de un abrigo cuando entran y salen de su
consultorio.

Considero que muchas de las críticas a Rogers son, en gran parte, de aquellos
terapeutas que han hecho de su labor una caricatura estereotipada de Rogers,
en lugar de ser ellos mismos y vivir realmente el compromiso que implica ser
congruente, aceptan te, auténtico y empático.

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Terapia Centrada en…140

En mi vida diaria encuentro un amplísimo campo de la aplicación a la


comprensión empática, pues la entiendo como una cualidad que debería ser
desarrollada por toda persona que desee ampliar sus relaciones
interpersonales, hacerlas más significativas y plenas, así como todo ser
humano que pretende su propio desarrollo y autorrealización. Desde este punto
de vista, considero que Rogers no solamente ha .abierto un nuevo campo a la
psicoterapia, sino nuevos caminos y alternativas para establecer relaciones
interpersonales y crear formas de convivencia entre los seres humanos que
estén impregnadas de compromiso, de autenticidad, de satisfacción.

Quisiera terminar con unas palabras de Rogers dichas a un grupo de personas


entre las que yo me encontraba: "la compañía gentil y sensible de una persona
empática, el entendimiento y la profunda comprensión, son el mejor regalo que
podemos dar y recibir".

Aceptación

Aceptar, según el diccionario, es recibir alguien voluntariamente lo que se le da,


ofrece o encarga; admitir ciertas condiciones y comprometerse a cumplirlas;
aprobar, dar por bueno. En la psicología humanista, el término aceptación
significa recepción cálida y libre de cada uno de los elementos que constituyen
la experiencia del otro; acoger a la persona como es realmente en ese preciso
momento de su proceso, lo cual implica la aceptación de sus sentimientos
positivos y negativos, de sus formas de ser congruentes o incongruentes; un
interés real por el otro, contemplándolo como un ser único, diferente, con sus
propios sentimientos, experiencias, pensamientos, deseos y necesidades;
recibir o acoger al individuo no en forma posesiva o con el fin de satisfacer las
propias necesidades, sino por el simple hecho de ser él mismo; valorar a la
persona con todas sus características, limitaciones, realidades y cambios. En
resumen, aceptar quiere decir apreciar, valorar, acoger, recibir, considerar al
individuo sin condiciones, sin evaluaciones, sin prejuicios ni contaminaciones.

Charles B. Truax define la aceptación o consideración positiva in-condicional,


como también ha sido llamada, de la siguiente manera:

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Terapia Centrada en…141

La consideración positiva incondicional es una dimensión unitaria que va desde


un alto nivel en el cual el terapeuta experimenta una aceptación cálida de la
experiencia del paciente corno parte de esa persona, sin poner condiciones a
esta aceptación y calidez, hasta un nivel bajo en el cual el terapeuta evalúa al
paciente o a sus sentimientos, expresa disgusto o desacuerdo o, expresa esta
consideración positiva incondicional en forma selectiva y evaluativa.

De esta definición podemos desprender que la consideración positiva


incondicional se da en grados o niveles distintos, en los cuales el sentimiento
positivo y cálido del orientador puede graduarse como bajo cuando éste se da
con las condiciones de valor del orientador, o como alto cuando este
sentimiento es una aceptación total de la persona con sus potencialidades
humanas.

Un alto nivel de aceptación no implica solamente acoger de manera cálida y no


posesiva a la persona como un ser aparte, sino también un deseo auténtico de
compartir con ella tanto su gozo y sus aspiraciones, como su dolor, su
depresión y sus fracasos.

La frase "aprecio positivo incondicional" puede ser poco afortunada, ya que


suena como un absoluto, un concepto de disposición a todo o nada. De la
descripción, probablemente se desprende la evidencia de que un aprecio
positivo incondicional completo no existirá jamás más que en teoría. Desde el
punto de vista el clínico y experiencial, creo que la afirmación más exacta es
que el terapeuta efectivo experimenta un aprecio positivo incondicional Dar el
paciente durante muchos momentos de su contacto con él, pero de cuando en
cuando sólo experimenta un aprecio positivo condicional -y a veces quizá un
interés negativo, aunque esto no es probable en una terapia efectiva-. En este
sentido, siempre existe un cierto grado de aprecio positivo incondicional en
cualquier relación.

Charles B. Truax ha desarrollado una escala en la que se definen cinco grados


o niveles de consideración positiva incondicional. Aunque Truax aplica esta
escala al proceso terapéutico, consideramos que es totalmente válida para un
proceso educativo, por lo cual la hemos tomado como base, con la
modificación de algunos términos a fin de aplicarlos a los procesos educativos
que en este trabajo nos interesan.

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Terapia Centrada en…142

Grados o niveles

1. El maestro tiene el papel activo y asume la responsabilidad del. otro; no


acepta al educando, le ofrece consejos, le dice lo que es bueno o malo para él,
aprueba y desaprueba lo que éste hace, dice o es, El maestro se convierte en
el centro único de valoración. El alumno no cuenta en lo absoluto.

2. El maestro pone muy poco interés en el alumno, le responde mecánicamente


con frialdad o desatención ignorando sus sentimientos, Las respuestas
positivas de aceptación son casi inexistentes.

3. El maestro muestra aceptación positiva incondicional por el alumno, pero con


ciertos matices de posesividad. El maestro se siente responsable por el alumno
y le comunica su interés al aconsejarle lo que es conveniente para él: "Lo que
quiero es que trabajes mejor", "Me gustaría que fueras un niño obediente",
"Esto no es bueno para ti", etcétera.

4. El maestro expresa y siente un verdadero interés por el alumno y su


bienestar. Le comunica su aceptación positiva y no evaluativa prácticamente en
todas las áreas de funcionamiento. Sin embargo, aún quedan áreas muy
personales y privadas en las que existen ciertas condiciones de valor por parte
del maestro. El alumno es aceptado y querido como es, y se le da libertad para
ser él mismo, aunque se envían mensajes tales como: "Puedes ser como
deseas, pero yo quisiera que fueras un poco más estudioso". El maestro se
siente responsable hacia el alumno, no por el alumno.

5. El maestro siente y comunica una aceptación positiva incondicional sin


restricciones. Existe un respeto absoluto por el alumno, a quien se contempla
como una persona digna, valiosa, con derecho a ser un individuo libre. El
alumno puede ser él mismo, sin temor a ser rechazado, castigado o no
valorado por su maestro, quien confía en él y en su potencial humano. Este
nivel representa una aceptación genuina de la persona con sus sentimientos,
pensamientos y actitudes.

Cuando hablamos de la aceptación, aprecio o consideración positiva


incondicional del maestro al alumno, surgen varias preguntas: ¿cómo puedo
aceptar las conductas destructivas de! niño, ya sean hacia sí mismo o hacia los
demás?, ¿cómo permitir a un niño asomarse a la ventana, jugar con un estilete,

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Terapia Centrada en…143

romper los trabajos de sus compañeros o tomarse las medicinas del botiquín?
¿Cómo aceptar situaciones de fraude en un examen, de faltas de respeto, de
deshonestidad? etc. La respuesta es que se acepta totalmente a la persona,
independientemente de sus sentimientos, emociones, efectos, actitudes,
pensamientos y comportamientos. Existe un dicho popular que puede
ilustrarnos:

"No debemos tirar al niño con todo y el agua sucia". El niño no es sus
sentimientos, pensamientos o conductas, éstos son partes de él, pero no él
mismo. Por ejemplo, cuando un maestro cansado por el comportamiento de
uno de sus alumnos le dice: "Ya no te soporto, eres un elemento nocivo y
destructivo para tus compañeros, no quiero verte más, eres una vergüenza
para el grupo", el maestro tira al niño con todo yagua sucia, rechaza a la
persona en lugar de retroalimentarla constructivamente y confrontar al niño, por
el bien de éste, con las actitudes o conductas que son destructivas para sí
mismo y los demás.

Toda actitud, conducta o comportamiento puede ser retroalimentado y


confrontado, sin que ello signifique rechazo o no aceptación de la persona. Las
actitudes del maestro, así como la forma en que éstas se comunican
representan las pautas de una consideración positiva incondicional. El maestro
del ejemplo anterior se siente absolutamente responsable por el niño; lo acusa,
lo desaprueba, lo castiga, lo en casilla y evalúa negativamente. Ese mismo
maestro si se sintiera responsable hacia el alumno, si lo respetara como
persona que es y confiara en su potencial, describiría al niño los
comportamientos que son destructivos: le enviaría mensajes verbales y no
verbales de comprensión empática, de aceptación de él como persona, de
interés y preocupación por él; le permitiría que descubriera por sí mismo el
daño que se hace y que hace a los demás, y dejaría en sus manos la
responsabilidad de modificar esos comportamientos.

La congruencia del maestro juega un papel importante en la confrontación y en


la retroalimentación constructiva, ya que nadie puede dar aquello que no tiene.
El maestro no podrá ser empático si no es capaz de aceptar el marco de
referencia del alumno; no podrá comunicar aceptación si lo que siente es un
enorme coraje y deseo de castigar y vengarse; no podrá ayudar al estudiante a

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Terapia Centrada en…144

tornar la responsabilidad en sus manos si él se siente responsable de lo que


éste dice, piensa, siente o hace.

La congruencia

La congruencia es una actitud indispensable para facilitar el proceso de


desarrollo del potencial humano y el aprendizaje significativo. Desde sus
primeros escritos Carl Rogers se refiere a la congruencia, en los términos
"genuinidad" o "autenticidad", corno parte de las condiciones de la terapia.
Pocos años más tarde la teoría psicoterapéutica de Rogers.se extiende al
campo de la educación, en la cual la congruencia del maestro se considera
corno una actitud básica para facilitar el aprendizaje significativo.

"El aprendizaje -dice Rogers- parece ser facilitado si el maestro es congruente.


Es decir, si el maestro se presenta tal como es, sin caretas ni disfraces, posee
un amplio conocimiento y aceptación de sus sentimientos y de sus actitudes y
es capaz de entablar una relación interpersonal igualitaria con sus alumnos.

¿Qué quiere decir ser realmente lo que se es, ser auténtico? Rogers responde:
"saber ser la complejidad de los propios sentimientos temor”. Esto implica que
la persona se siente a gusto consigo misma y tenga una actitud de apertura
que le permita presentarse de manera natural y genuina en su relación con
esta actitud Max Pagés dice:

No se trata de un ejercicio ascético, de una inhibición de sí mismo; todo lo


contrario: se trata de una aceptación de sí mismo, o mejor, de un aprecio de sí
mismo, de un placer de ser uno mismo (S).

Esta actitud necesariamente requiere de valor para ser uno mismo presentarse
ante el otro como uno es. Por supuesto que la congruencia no puede ser en
todo momento perfecta y constante. El mismo Rogers comenta: "Normalmente
y sin lugar a dudas, yo, como todo mundo, manifiesto un grado de
incongruencia"." Por lo tanto, la congruencia es una actitud de búsqueda
continua que se orienta hacia propia lucha por el crecimiento y la integración
personal. A medida que la persona mantiene una relación de congruencia
consigo mismo podrá presentarse como un ser real en su relación con los
demás.

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Terapia Centrada en…145

De Peretti afirma:

La congruencia tiene un fundamento en la fluidez organísmica, organizada en


la conciencia, y en la transparencia que, de una manera auténtica, hace
aparecer la unificación en la comunicación con el otro. El término congruencia
se refiere a la concordancia entre la conciencia, la experiencia y la
comunicación.

Ser congruente implica tener conciencia de que vivimos rodeados inmersos en


un contorno social con el cual interactuamos, Esto supone no siempre es
conveniente ni necesario expresar abiertamente o lo que vivimos y sentimos.
La autenticidad vivida como una aceptación plena de sí mismo y del otro, lleva
a expresar los sentimientos de manera espontánea, sin desbordamientos de
impulsos, sin presiones, características reactivas. La persistencia de estos
sentimientos de ser el motivo que lleve a la persona a comunicarlos. Cuando
una persona es consciente de la complejidad de sus sentimientos en un
momento dado, cuando se escucha a sí misma y se acepta con tales:
sentimientos, puede elegir expresarlos o no. Por lo tanto, ser congruente
consiste en la manifestación total de lo que se vive en determinado momento,
sino en la capacidad de elegir expresar o no mis sentimientos. Sin embargo es
necesario tener una adecuada percepción de sí mismo, una aceptación plena
de sí mismo y delo que en ese momento se vive, una capacidad de libre
elección entre expresarlo o no, misma que proviene de lo que
organismicamente se vive como conveniente. Cuando Rogers se refiere a la
congruencia del terapeuta, comenta que si bien este no debe ocultar
sistemáticamente al cliente sus vivencias, tampoco debe “cargar a su cliente
con la expresión abierta de sus sentimientos”.

En el campo de la educación, la congruencia del educador requiere de dos


elementos básicos:

1. El reconocimiento y la aceptación de todos sus sentimientos y experiencias


durante la relación.

2. La disposición de comunicar estos sentimientos y experiencias, a fin de


establecer con sus alumnos o educandos una relación real y auténtica.

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Terapia Centrada en…146

Para satisfacer estos requisitos es necesario que el educador tenga un interés


genuino por el otro y sea consciente de que su misión es establecer una
relación que sirva de apoyo al desarrollo del potencial humano y al crecimiento
direccional del educando; una relación que no se centra sobre sí misma o
sobre las propias necesidades; en la que el educador no impone sus
sentimientos o sus juicios al otro; aún cuando en ella se toma el maestro en
cuenta a sí mismo, éste no pierde de vista la" responsabilidad que tiene hacia
la persona.

El facilitador o maestro no necesita tener una comprensión absoluta de todos


los aspectos personales de su vida, corno tampoco referirse a todas las áreas
de su experiencia personal, sino sólo a aquellos " aspectos, sentimientos y
experiencias de su relación específica con sus' alumnos. Es dentro de los
confines de esta relación en donde el maestro ha de ser una persona íntegra,
congruente y genuina. Como lo manifiesta Rogers:

No es necesario (ni tampoco posible) que el terapeuta sea un dechado de


integración y plenitud en todos los aspectos de su vida. Es suficiente con que'
sea exactamente él mismo en el momento de la relación, basta con que en este
sentido fundamental sea lo que es verdaderamente en ese momento.

Los sentimientos positivos o negativos que aparecen en la relación maestro -


alumno, no sólo necesitan ser vivenciados por el maestro, sino que éste debe
estar dispuesto a comunicarlos. Esta disposición no significa necesariamente
hablar de los sentimientos, sino que el maestro está abierto a expresarlos como
algo personal y subjetivo. Sin embargo es conveniente hablar de los
sentimientos cuando éstos son persistentes: es decir, cuando son tan fuertes y
constantes que no permiten el maestro centrarse en el alumno, cuando de
alguna manera afectan en la relación, la posibilidad de empatizar o aceptar
positiva e incondicionalmente al alumno. Rogers dice:

No me refiero a que es necesario vocear compulsivamente todo sentimiento y


acusación transitorios, como la agradable impresión de que se es genuino. Ser
real comprende la difícil tarea de familiarizarse con el flujo interior de
experiencias, flujo caracterizado especialmente por la complejidad y el cambio
continuo. De este modo, cuando siento que los contactos con un estudiante
comienzan a fastidiarme, y cuando este sentimiento es persistente, creo que es

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Terapia Centrada en…147

mi deber para con él y para con la situación compartir este sentimiento. Pero,
de nuevo desearé estar en contacto constante con lo que fluye dentro de mí, si
lo hago, reconoceré que lo que estoy expresando es mi propio sentimiento de
fastidio, y no un pretendido hecho referente a él como persona que fastidia.
Cuando lo expreso como mi propia reacción tiene la virtud de llevarnos a una
relación más profunda, pero este sentimiento existe dentro del contexto de un
flujo complejo y cambiante que también tiene que comunicarse. Quisiera
compartir mi disgusto con el alumno cuando me siento disgustado, y mi
incomodidad de tener que manifestar este aspecto de mí mismo. Cuando le
participo estas actitudes encuentro que mis sentimientos de fastidio brotan de
otro sentimiento de lejanía con respecto al otro, y loto que quisiera estar en
contacto más íntimo con él. Cuando trato de expresar estos sentimientos,
siento incluso un cambio en los mismos. Lo cierto es que no siento fastidio al
intentar comunicarme de esta manera, y que estoy muy lejos del aburrimiento
cuando espero su respuesta con ansiedad y quizás con algo de aprehensión.
También siento una nueva sensibilidad hacia él, ahora que hemos compartido
aquel sentimiento que constituía una barrera entre los dos. De este modo tengo
mucha más capacidad para escuchar la sorpresa o quizás el sobresalto de su
voz cuando, después de haber tenido audacia de ser real con él, él descubre
que ahora habla de un modo más auténtico.

La congruencia es la actitud que favorece el encuentro, es decir, expresar lo


que uno vive, siente y es en la relación es lo que permite el encuentro del otro.
Sin esta actitud son prácticamente imposibles la comprensión empática y la
aceptación positiva incondicional, estas actitudes no pueden existir de manera
significativa si el lar no es auténtico. ¿Cómo poder empatizar con un alumno
cuando se rechaza?, ¿cómo aceptarlo si mis sentimientos hacia él son de
molestia, o me siento harto con sus actitudes? La expresión positiva de mis
sentimientos, siempre y cuando sea consciente de que éstos son míos, que
son cambiantes y constituyen una barrera en mi relación con el otro, es
necesaria para que yo pueda realmente entrar dentro del marco de referencia
de la otra persona y aceptarla como la percibo en ese momento.

Poder entrar en relación con el otro con toda mi persona, establecer un


encuentro interpersonal auténtico, es un elemento que en mi experiencia
personal con alumnos, maestros, clientes, amigos y familiares se ha convertido

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Terapia Centrada en…148

en esencial y me ha reportado, además de un enriquecimiento en mi desarrollo


personal, grandes satisfacciones en mis áreas profesional, familiar y social.
Creo que la congruencia o autenticidad, transparente que Rogers sostiene
como una condición necesaria para ofrecer una ayuda efectiva en el desarrollo
del potencial del ser humano, es la esencia que promueve el crecimiento en los
procesos tanto terapéuticos como educativos y de desarrollo.

Donald J. Kiesler, en el apéndice B 3 del libro editado por Carl Rogers en 1967,
ofrece una escala de medición de la congruencia, que hemos modificado para
su aplicación en el campo de la educación:

1. En la primera etapa o nivel existe una clara discrepancia entre lo que el


educador expresa de manera no verbal y lo que manifiesta abiertamente en su
comunicación. Por ejemplo, el tono de voz, los ademanes y los mensajes
corporales envían un mensaje de coraje, irritación, molestia y rechazo, pero lo
que el maestro expresa oralmente son sentimientos opuestos. Esto implica al
mismo tiempo tanto una negación como un control de sus sentimientos, que
son captados por el alumno y le producen una gran confusión y desconfianza.

2. El maestro le comunica al alumno la información que éste le solicita, pero de


una manera vaga con "verdades a medias" (que no es decir mentiras, sino no
decir toda la verdad), como tratando de cubrir áreas personales que se desea
mantener en secreto. De algún modo se manifiesta la molestia por medio del
tono de voz, el ritmo de la conversación y el lenguaje corporal. Un ejemplo
claro de esto es cuando el maestro no conoce la respuesta a alguna pregunta
del alumno y en lugar de decide que no la sabe pero que pueden investigarla
juntos, pretende dar una respuesta "sacándosela de la manga", para no perder
la imagen de sabiduría que quiere dar a sus alumnos y no presentarse ante
ellos como un ignorante.

3. El maestro conoce sus sentimientos en relación con el alumno y no los


contradice, pero sin llegar a ser congruente con ellos y sin comunicarlos
abiertamente. Responde al alumno de manera artificial con clichés o
respuestas habituales que se consideran apropiadas en una interacción, pero
sin estar presente como él es. Por ejemplo, una maestra que siente gran cariño
por un alumno es consciente de su sentimiento y no lo contradice con sus
actitudes, pero cuando le preguntan directamente qué siente hacia él, responde

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Terapia Centrada en…149

sin comunicar sus sentimientos exactos, en un tono neutral y con la impresión


de estar muy lejana; no es espontánea, entusiasta o interesada. En este
ejemplo los sentimientos no corresponden con la expresión de los mismos.

4. El maestro comunica con espontaneidad la información o los sentimientos


que le son preguntados, en ningún momento pretende presentar falsas caretas
cuando tiene que responder preguntas de sus alumnos. El maestro reconoce
abiertamente su ignorancia ante una pregunta específica del alumno o es
congruente al expresar lo que siente por uno de sus alumnos; sin esconder sus
sentimientos tras la lejanía o indiferencia.

5. Este nivel corresponde a una congruencia total en la relación maestro-


alumno, en la cual el maestro comunica abierta y libremente sus sentimientos
positivos o negativos, sin defensas, presentándose como un ser humano real
que posee cualidades, características positivas y negativas, y limitaciones. Sus
mensajes verbales y no verbales son congruentes y en su interacción verbal
puede comunicar sus experiencias y sentimientos.

La autenticidad del maestro promueve la relación interpersonal en la que


Rogers basa el éxito del proceso de desarrollo del potencial humano, ya sea en
la psicoterapia o en la educación.

Cuando el facilitador es una persona real se relaciona con el estudiante sin


presentar una máscara o fachada; es mucho más efectivo como facilitador del
aprendizaje.

González, G. A. M. (1998). Tres condiciones, tres actitudes en El enfoque

centrado en la persona. México: Trillas.

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Terapia Centrada en…150

12. LA PERSONA QUE FUNCIONA PLENAMENTE

G.A.M. González

Existe en todo organismo, incluyendo al hombre, una


corriente interna de movimiento hacia la realización
constructiva de sus inherentes posibilidades y
potencialidades, una tendencia natural hacia el
crecimiento, la cual puede ser obstaculizada, pero no
destruida sin destruir al organismo total.

El modelo de la personalidad sana que Rogers ofrece, se basa en una imagen


positiva, optimista y halagadora de la naturaleza humana. Según él mismo lo
relata, este modelo surge de reflexiones y experiencias personales que lo
llevaron a aprender que una persona debe confiar en su propia experiencia, ya
que ésta es la realidad que un individuo puede conocer.

Todo individuo vive en un mundo cambiante de experiencias del cual él es el


centro. Este mundo es el campo fenoménico o experiencial que el individuo
percibe consciente o inconscientemente. Según Rogers, la persona está guiada
por su propia percepción de sí misma y del mundo que le rodea. Entonces, la
persona tiene como último criterio su propia experiencia consciente, producto
de la organización intelectual y emocional de su personalidad continuamente
en crecimiento. Sólo el individuo puede conocer, en sentido genuino y
completo, su propio mundo cambiante de experiencias. Por lo tanto, la
conciencia real de este mundo es limitada.
El organismo reacciona ante el campo perceptual según lo percibe.

Este campo es su realidad y, consecuentemente, la conducta se adecua a esa


realidad, La realidad para el individuo es la percepción que tiene de la misma.
Cada percepción es una hipótesis que el individuo puede comprobar o no, pero
en ambos casos parte de la realidad personal. Si la percepción cambia, la
reacción se modifica.

Por lo general, la percepción tiene un alto grado de correspondencia con la


realidad, pero en ocasiones el hombre la distorsiona. Las emociones y las

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Terapia Centrada en…151

tensiones pueden distorsionar una realidad percibida, como el hombre que se


encuentra sediento en un desierto percibe un oasis en el horizonte.

De acuerdo con Rogers, el organismo funciona como una totalidad organizada


ante su campo de experiencias. El cambio de una de sus partes afecta y
produce cambios en otra; por ejemplo, un cambio fisiológico afecta la psique,
un cambio psicológico afecta el elemento fisiológico del ser.

La concepción de Rogers de la naturaleza del ser humano indica que ésta tiene
tendencias naturales:

• Al desarrollo

• A la independencia

• A la armonía y al equilibrio

• A la autorregulación y el cambio

• A su más amplia evolución

Ser totalmente humano es penetrar en el complejo proceso de ser una de las


criaturas de este planeta más ampliamente sensible, responsiva, creativa y
adaptable. La conducta del ser humano es exquisitamente racional, se mueve
con ordenada y perspicaz complejidad hacia las metas que su organismo se
esfuerza por alcanzar.

Personalidad sana

Para Rogers una personalidad sana no es un estado del ser sino un proceso,
"una dirección y no un destino". Algunas de las características de este proceso
se describen en seguida. .

Actualización. Es un caminar hacia la realización de las potencialidades


humanas; una necesidad- de expansión, extensión, desarrollo y madurez; una
tendencia a expresar y activar todas las capacidades del organismo.

Apertura a la experiencia. Si una persona es libre de experimentar sus


sentimientos y actitudes, no se siente amenazada y sus defensas psicológicas

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Terapia Centrada en…152

no son necesarias. La percepción no se distorsiona debido a que cada


sensación y sentimiento de origen interno o externo se trasmiten al sistema
nervioso sin modificaciones. Apertura significa flexibilidad, receptividad de las
experiencias, así como aplicabilidad de éstas a nuevas vías de percepción y
expresión. Apertura es la habilidad para jugar con elementos y conceptos, para
manejar espontáneamente las ideas, los colores, las figuras, las relaciones,
para transformar.

Sensibilidad. Se puede describir a la persona sana como más "emocional", en


el sentido de que experimenta la más amplia gama de emociones positivas y
negativas con mayor intensidad que la persona defensiva, gracias a que acepta
sus sentimientos y encuentra la forma de expresarlos.

Vida existencia. Vivir el aquí y el ahora, el momento presente, permite que la


persona perciba cada experiencia como si nunca antes hubiese existido de la
misma manera y por ello se vive con más intensidad, con mayor
enriquecimiento. La personalidad defensiva necesita distorsionar las nuevas
experiencias para hacerlas congruentes consigo misma, debido a que tiene una
idea preconcebida del sí mismo, a la cual deben corresponder todas las
experiencias.

Adaptabilidad. La persona que funciona plenamente es adaptable porque la


estructura de su sí mismo está abierta a las nuevas experiencias. No hay
rigidez o predisposición en ella. Para Rogers, vivir existencialmente es una de
las características más importantes de la personalidad sana. La persona sana
está abierta a todo lo que sucede y encuentra en cada experiencia una
estructura que puede cambiar fácilmente en respuesta a la siguiente
experiencia.

Aceptación de sí mismo. La persona se siente más dueña de sí, capaz de ser


auténtica, sin caretas. El ser sano tiende a incorporar las experiencias al sí
mismo, es decir, descubrir al sí mismo en la experiencia total del organismo.

Aceptación del otro. El individuo que acepta a los demás es capaz de


comprenderlos como personas únicas y diferenciadas, porque tiene menos
necesidad de defenderse y es capaz de escuchar y empatizar.

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Terapia Centrada en…153

Sistema de valores flexibles. El individuo sano formula sus evaluaciones de la


experiencia con base en todos los datos relevantes. De este modo dispone de
un sistema de valores flexible y adaptable, sanamente fundamentado.

Relaciones interpersonales. La persona Sana se comprende, acepta y ama a sí


misma, lo cual le permite la autenticidad, la libertad de ser realmente y de
poder establecer y comunicarse con otros seres humanos, así como expresar
sentimientos, más que opiniones o juicios. Esta persona entabla cualquier tipo
de relación al empatizar, profundizar y comunicar realmente (si esta relación Ie
es significativa), en lugar de permanecer en la superficialidad.

Necesidades básicas y tendencias naturales de la personalidad sana

Las necesidades básicas de la personalidad sana son: mantenerse vivo, crecer


y estar sano; ser atendido, aceptado, apreciado y querido; defenderse de las
amenazas, lograr sus metas.

Las tendencias e impulsos naturales de la personalidad sana son:


actualización, adaptación a los acontecimientos, avance dirigido hacia la
maduración y autorrealización, expansión ilimitada (crecimiento, reproducción,
superación, promoción), independencia y autorresponsabilidad, autonomía,
asertividad, realización en dirección a la sociabilización en su sentido más
amplio.

La conducta del ser humano está orientada básicamente a satisfacer sus


necesidades, tal como las percibe y experimenta el organismo. Las
necesidades producen tensiones fisiológicas que la conducta pretende (y es
potencialmente capaz) de reducir al satisfacerlas. De acuerdo con Rogers, la
conducta no es causada por sucesos pasados, sino por motivaciones
presentes. El pasado sirve para modificar el significado que será percibido.

La persona que funciona plenamente

De acuerdo con Rogers, la persona que funciona plenamente es capaz de vivir


con todos y cada uno de sus sentimientos y reacciones; hace uso de todo su

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Terapia Centrada en…154

equipo orgánico para sentir, tan exactamente como le sea posible, la situación
existencial, dentro y fuera; utiliza todos los datos que su sistema nervioso
puede suministrar en la conciencia, pero reconoce que su organismo total
puede ser, y a menudo lo es, más sabio que su conciencia; es capaz de ser y
permitir que su organismo total funcione a su máxima complejidad para
seleccionar, de la multitud de posibilidades, el comportamiento que en
determinado momento es el más satisfactorio; es capaz de confiar en su
organismo y en el funcionamiento de éste, no porque sea infalible sino porque
puede reconocer y asumir las consecuencias de cada una de sus acciones y
corregirlas si no son satisfactorias.

La persona que funciona plenamente es capaz de experimentar todos sus


sentimientos sin miedo a ninguno de ellos; es su propio suministro de
evidencias, pero está abierta a evidencias de todas las fuentes que le rodean;
está comprometida en el proceso de ser ella misma, y así descubre que es
sensata y social; vive el momento actual, el aquí y el ahora, ya que reconoce
que es la forma de vida más sana; es una persona que funciona
completamente, por el conocimiento de sí misma; fluye libremente en y
mediante sus experiencias.

En su libro A Way of Being, Carl Rogers dice que la persona del mañana -yo
me atrevería a afirmar que se trata de la persona actual será aquélla capaz de
vivir en un mundo como el que vivimos, para lo cual se requiere tanto de una
mente como de un espíritu jóvenes.

A continuación se describen algunas características de las personas del


mañana.

1. Aperturas interna y externa al cambio, a nuevas formas de vivir, de ver,


de ser.

2. Deseo de autenticidad, rechazo de la hipocresía, la falsedad o el llevar


una vida doble, secreta.

3. Cierto escepticismo hacia la ciencia y la tecnología, hacia lo que


pretende la conquista y el control de la naturaleza y de las personas, a la
vez que apoyo y colaboración con la ciencia y la tecnología que llevan a
la autoconciencia y al auto control.

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Terapia Centrada en…155

4. Deseo de armonía que evite dicotomía y busque la totalidad de la vida


con el pensamiento, los sentimientos, las energías física y psíquica.

5. Deseo de intimidad, de nuevas formas de cercanía, de comunicación


tanto intelectual como emotiva.

6. Persona en proceso. La persona del mañana está convencida de que la


vida es dinámica, en cambio constante; vive este proceso de
transformación y corre riesgos que le lleve a ser y crecer.

7. Capacidad de amar, deseoso de brindar ayuda a otros cuando


realmente la requieren. La persona del mañana es gentil, sutil, aguda, no
moralista, no juez y está preocupada por los demás.

8. Contacto con la naturaleza. Esta persona es amante de la naturaleza y


tiene una conciencia ecológica que le permita el placer de aliarse con la
naturaleza en lugar de luchar o tratar de conquistada.

9. Anti institucionalidad, Esta persona tiene antipatía por las estructuras


inflexibles, altamente estructuradas o burocratizadas; piensa que la
existencia de instituciones se justifica sólo si sirven a las personas y no a
la inversa.

10. Autoridad interna. La persona del mañana tiene confianza en su propia


experiencia y desconfianza de las autoridades externas impositivas; es
libre para, de acuerdo con sus propios juicios morales, desobedecer las
leyes que considera injustas.

11. Despego de bienes materiales. El dinero y es estatus social no son los


objetivos de esta persona que valora más el ser que el tener.

12. Tendencia al desarrollo espiritual. La persona del mañana desea


encontrar el significado y propósito de la vida, que va más allá de lo
humano; examina los caminos por los que el hombre ha encontrado
valores y fuerzas que le permiten trascender y vivir en paz interior.

Éstas son algunas de las características que yo veo en las personas del
mañana, que vivirán en un mundo de energía, un mundo en el que la meta, en

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Terapia Centrada en…156

su sentido más amplio, es a la vez consciente y creadora de una nueva


realidad.

¿Utopía o ideal?

Simpatizo poco con el concepto prevaleciente de que el hombre es


básicamente irracionalS La conducta del hombre es exquisitamente racional,
se mueve con ordenada y perspicaz complejidad hacia las metas que su
organismo se esfuerza por alcanzar.

Para algunas personas el modelo de personalidad sana que propone Carl


Rogers es una utopía, se entiende que no pueda creerse que tanta belleza
llegue a ser una realidad en una sociedad que oprime, que no valora a la
persona, reprime su expresión, limita su libertad, la trata con injusticia, etc. Sin
embargo, para todos los que confían en el ser humano, en su potencial innato y
su tendencia al desarrollo y la actualización, leer a Rogers les llena de
optimismo y esperanza, así como les permite vislumbrar un camino por medio
del cual el ser humano llegue a desarrollar ese potencial y funcione
plenamente. Debido a lo anterior se ha considerado que la educación centrada
en la persona es una revolución educativa que promueve agentes de cambio al
facilitar el desarrollo del ser humano.

Por lo tanto, las metas de la educación centrada en la persona aparecen en la


descripción que hace Carl Rogers de la persona que funciona plenamente. Uno
de los principales objetivos de este método educativo es que el estudiante
aprenda a aprender, para lo cual es indispensable que este abierto a la
experiencia, viva de modo existencial (el aquí y el ahora) y encuentre en su
organismo un medio digno de confianza para tener el comportamiento más
satisfactorio en cada situación existencial.

En una palabra, creer abierto a la experiencia para el organismo humano


implica deponer las máscaras que le impiden reconocerse a sí mismo, dejarse
experimentar profundamente, correr el riesgo de ser lo que se vive y afrontar la
responsabilidad de vivir lo que se es.

Al principio de este trabajo dijimos que la educación, en su sentido más amplio,


está orientada hacia el desarrollo integral y armónico de las personas y por ello

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Terapia Centrada en…157

abarca todas las etapas de su vida, desde el nacimiento hasta la muerte. Juan
Lafarga nos dice a este respecto:

El aprendizaje del ser humano abierto a su experiencia y crecientemente


satisfecho con ella, es siempre nuevo y nunca termina, porque genera más
riesgos e incertidumbres que certezas, y el riesgo y la incertidumbre, vividos
con estima propia, son los estímulos más poderosos del único organismo
creativo que es el hombre.

Yo no he llegado a viejo, pero por conocer ancianos que viven maravillados por
lo que siguen aprendiendo, formulo la hipótesis de que muchas vejeces
inactivas y deprimidas son producto de aprendizajes impuestos como verdades
absolutas, carentes de estímulo y fecundidad, y asimiladas y vividas con
resignación pasiva. Estas verdades, inventadas por otros y muchas veces
lejanas a la experiencia del que se asimiló, con base en condicionamientos que
él nunca diseñó, mataron muy temprano en él la curiosidad por aprender,
característica humana del crecimiento y de la vida plena.

González, G. A. M. (1998). La persona que funciona plenamente en El enfoque

centrado en la persona. México: Trillas.

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Terapia Centrada en…158

13. CÓMO EXPRESAR EMPATÍA

Arthur Ciaramicoli y Katherine Ketcham

Ser empático es mucho más importante que tener empatía.

Cuando vi por televisión los padres sollozantes de los aterrorizados estudiantes


que sufrieron el ataque en la escuela secundaria en Littleton, Colorado, el 20
de abril de 1999, los periodistas de los telediarios hablaban de las
sorprendentes muestras de empatía de las que estaban siendo testigos. Un
periodista cedió a las lágrimas cuando miro a la multitud y en voz baja y
reverente dijo, “la empatía esta en todo Littleton, Colorado”.

Estaba equivocado. La verdad es que la compasión y la comprensión estaban


presentes, pero la empatía estaba pasando por un mal día. Mientras que la
compasión busca consolar, la empatía trabaja en la comprensión. La empatía
requiere cierta distancia emocional: uno debe alejarse un paso de la pena, el
temor y la ira para crear un espacio en el que los propios pensamientos puedan
ejercer una influencia tranquilizadora sobre los sentimientos. Deben dejarse
atrás los prejuicios. El impulso automático de juzgar y censurar debe ser
controlado.

El deseo de la venganza debe ser neutralizado y silenciado por la necesidad


más imperiosa de tener y, quizás al final, perdonar.

Posteriormente, la empatía hallo su legar aquel día en colorado. La gente


comenzó a reflexionar sobre el cómo y el porqué de los asesinos. Haciéndose,
quizá, preguntas demasiado difíciles y sin respuesta. ¿Por qué no ayudamos a
los asesinos antes de que llegaran a semejante grado de violencia? ¿Cómo
podríamos haber reconocido sus sentimientos de aislamiento y alienación?
¿Qué podríamos haber hecho para ayudarlos y, en el proceso, salvar las vidas
de trece personas inocentes?

En esas preguntas, y en la negativa a aceptar respuestas fáciles, la empatía


comenzó a hacerse oír. Varios días después de la matanza, yo estaba viendo
un programa de televisión en el que se trataba el tema de quien era
responsable de aquella tragedia. Parecía que todos estaban buscando alguien

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Terapia Centrada en…159

a quien culpar, y el foco se fue paulatinamente cerrando hasta caer sobre los
padres de los asesinos. Alguien menciono un rumor que estaba circulando
sobre la madre de uno de los asesinos; aparentemente ella había ido Al salón
de belleza dos días antes del hacho. La gente se preguntaba qué madre habría
ido a arreglarse el pelo solo unos pocos días antes de que su hijo cometiera
esa orgia de sangre y luego se suicidara de un disparo.

Dado que el juicio cruel comenzó a invadir los canales, una emisora local
entrevisto al reverendo Joe Miller de la Iglesia Unitaria de Littleton. ¿Le
importaría responder a los rumores de que los padres de los asesinos eran
fríos e insensibles? La respuesta del ministro fue breve y al punto “No sabemos
lo suficiente sobre que sucedió en estas familias como para poder juzgar”, dijo.

No sabemos lo suficiente como para poder juzgar. Esa oración encierra la


esencia de la empatía. El centro de la empatía es la comprensión, y está
siempre precede a las explicaciones. En el esfuerzo por comprender, la
empatía hace preguntas y rechaza las respuestas simplistas. “No sé,” es una
de las respuestas más poderosas de la empatía. A partir de admitir que no se
tiene todas las respuestas, la empatía comienza a ampliar el cuadro a fin de
desarrollar una comprensión mayor.

La empatía comienza con la comprensión pero, contrariamente a lo que mucha


gente piensa, no termina allí. La empatía non dice, simplemente, “Entiendo que
estas sintiendo y pensando”. Ese es solo el primer paso de un proceso largo y
lleno de esfuerzo. Porque una vez que se tiene suficiente conocimiento y
comprensión, la empatía requiere que nuestras ideas se transformen en acción.
Ser empático es más importante que tener empatía. Porque eso es lo que
hacemos con la empatía que vale. Moviendo nuestra comprensión desde el
interior hacia el exterior, podemos aprender a expresar la empatía de una
manera constructiva, siempre con la intención de ayudar y no de causar daño.

Expresar empatía no es un simple proceso paso a paso de "di esto" o "haz lo


otro". De hecho, los psicólogos que estudian la empatía enfatizan el duro
trabajo implicado en comprender con exactitud las emociones de los demás y
responder con respeto a la singularidad del individuo y de la situación. En un
artículo reciente de la especialidad, los psicólogos Sara Hodges y Daniel

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Terapia Centrada en…160

Wegner describen la empatía como el doloroso proceso de escalar una


montaña:

Escalar montañas' y tratar de lograr empatía son ambos tareas duras y llenas
de esfuerzo... Nuestro éxito en alcanzar la cumbre de la montaña depende de
tener suficiente equipo para escalar que nos permita continuar, y dedicar
nuestro esfuerzo en seguir escalando.

El "equipo" que nos permite continuar en el camino de la empatía es mucho y


variado, pero se centra en la manera de comunicar mutuamente nuestros
pensamientos y sentimientos. Todos tenemos una capacidad innata para la
empatía, como ya lo expresé, en el Capítulo 3, la capacidad de entender los
pensamientos y los sentimientos de los demás están implantados en partes
específicas de nuestro cerebro.

La mayoría de la gente imagina la empatía como una respuesta emocional a


los pensamientos y sentimientos de otro. La palabra "automática" es
importante, porque visualizamos la empatía como una f reacción inmediata y
espontánea al dolor de otro, a su pena o a su miedo. Si se la considera de esta
manera, la empatía es una emoción sumisa, un torna y daca, una especie de
realidad virtual: nos ponemos l en el lugar del otro, absorbiendo de manera
pasiva su, experiencia y observando indirectamente el mundo a través de sus
ojos, sintiendo sus emociones y aun pensando sus pensamientos.

La habilidad de leer la mente de otra persona es algo poderoso, sin duda, pero
si la empatía termina allí no sirve para mucho, ¿no es cierto? Aunque podamos
usar la empatía para lograr una mejor comprensión mutua, esa sensibilidad
incrementada no nos lleva necesariamente a la acción. Ésa fue la queja de
Hillary Rodham sobre la empatía cuando dio el discurso de inicio del ciclo
lectivo en Wellesley College, en 1969, veinticuatro años antes de convertirse en
primera dama de Estados Unidos. "Parte del problema de la empatía es... que
no nos hace nada. Hemos tenido empatía en grandes cantidades", dijo, y
continuó hablando sobre los graves problemas de nuestra nación que la
empatía no era capaz de resolver.

Después de todo, la mayoría de nosotros estaría de acuerdo con Hillary


Rodham Clinton en que la empatía parece estar curiosamente vacía de acción

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Terapia Centrada en…161

o movimiento: parece que no conduce a ninguna parte, no opera ningún


resultado, ni cambia nada. La empatía es una de esas experiencias
emocionales fuertes que parece extraer de nosotros más de lo que nos da. La
sentimos, es verdad. Pero, ¿qué podemos hacer con ella?

Sin embargo, aquí hay una verdad irrevocable sobre la empatía: si no hacemos
nada con nuestra perspicacia sobre los pensamientos y sentimientos de la
gente, no estamos siendo empáticos. Si sólo nos sentamos allí, embargados
por la emoción compartida pero sin estar dispuestos o sin tener la capacidad de
realizar la transición entre el sentimiento y la acción, estamos negando a la
empatía su desarrollo natural. Porque la empatía está siempre, sin excepción,
orientada a la acción. La empatía se pregunta, con un deseo real de
comprender: ¿Qué puedo aprender? La empatía, con profundos sentimientos y
mentalidad abierta, dice: Enséñame. La empatía se pregunta en cada recodo
de la relación: ¿Cómo puedo ayudar, qué puedo hacer, dónde voy ahora?

Saber cómo poner la empatía en acción es un arte que requiere práctica y,


como todas las artes, la respuesta empática requiere paciencia, determinación
y flexibilidad. Recientemente tuve un encuentro con uno de mis pacientes, cuya
ira y cuya frustración me desafiaron a recurrir a todo mi repertorio de
expresiones empáticas. Gordon, de treinta y tres años, se graduó en la
universidad de Yale y trabaja como asesor de inversores en un enorme banco
de Boston. Casado, con dos hijos adolescentes, es inteligente, se expresa con
claridad y su personalidad es intensa. Su jefe, preocupado por el
comportamiento pendenciero (y a veces intimidante) de Gordon con sus
compañeros de trabajo, le aconsejo insistentemente hacer terapia.

Un miércoles a las siete de la tarde, era la habitual sesión semanal de Gordon.


Entró a mi consultorio, muy bien vestido, con un clásico traje azul, camisa
blanca y zapatos recién ilustrados. Se sentó en la silla y me miró ferozmente.

-Así que, Dr. C. –dijo sarcásticamente enfatizado la palabra doctor-, ¿le parece
que esto está dando resultado?

-No estoy seguro de comprender sus palabras-dije con voz calma.

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Terapia Centrada en…162

-¿No está seguro de comprender?-se inclinó hacia adelante, mientras se hacía


fuertemente de la silla-. ¿He estado viniendo durante casi un año, y usted no
comprende lo que quiero decir?

-Sí, no entiendo que está tratando de decirme en este momento -le dije-.
¿Podría explicármelo?

-Usted escribió el libro, doctor, así que imagíneselo.

Después de lanzar ese desafío, Gordon se reclino nuevamente en su silla,


cruzó los brazos sobre el pecho y miro fijamente por la ventana para evitar mi
mirada.

-Veo que está molesto-dije-. También puedo ver que aparece reacio a
decirme qué le molesta.

Su rostro lo decía todo: “usted piensa que es muy brillante, ¿no es cierto?"

-En el pasado, cuando usted estaba dolido u ofendido- continúe-, usted me


abordó de esta manera indirecta. Pienso que ahorraríamos tiempo si me dijera
directamente qué le sucede.

-No sé qué es lo que le molesta-dijo mientras se reclinaba un poco más-.


Usted es doctor, dedúzcalo.

-Parece que estuviera molesto conmigo-dije.

-¿Sí? ¿Y entonces? ¿Qué?

-¿Podría decirme por qué se molestó conmigo en lugar de responderme con


evasivas?-pregunté.

-Esto no está funcionando-me contestó.

-¿Qué es lo que no funciona, Gordon?

-Nosotros. Usted y yo. Esta relación no funciona. Cuando nos encontramos, yo


le cuento todas esas verdades privadas sobre mí mismo y usted no revela nada
significativo sobre usted. Usted siempre actúa de manera tan perfecta (a esta
altura ya casi sonreía con desprecio), como si todo lo supiera. Pienso que no
puedo confiar en alguien que se comporta de manera tan perfecta.

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Terapia Centrada en…163

-Gordon, necesito entender -le respondí. Tenía la esperanza de transmitir a


través del tono de mi voz que me interesaba de manera genuina en sus
respuestas a mis preguntas-. ¿De dónde surgió esa percepción de perfección?

-No sé de dónde salió -dijo Gordon-. Quizá proviene de usted. Sólo sé que
quiero vencerlo porque usted parece estar siempre controlado, en una pieza.

-Yo pienso que sus sentimientos son más profundos de lo que manifiesta.

-Tiene razón -dijo Cardan inclinándose hacia adelante. Los músculos de su


rostro se tensaron y sus ojos se entornaron-. Quiero someterlo. Quiero pisar su
cuerpo derrotado. Quiero terminar con el asunto.

En ese momento yo tenía varias opciones. Podría haberle dicho que su ira era
inapropiada o que estaba mal enfocada. Podría haber dirigido su atención a
otros asuntos, con la esperanza de diluir su ira o podría haberlo intimidado
enfrentando su ira con mi propia irritación. Pero la empatía me llevó por un
camino diferente. Quería comprender lo que Gordon estaba sintiendo y
pensando y quería que supiera que lo acompañaría también a ese lugar lleno
de ira y furia, aunque hubiera cuestionado nuestra relación y su valor, aunque
tratara de intimidarme físicamente. Necesitaba hacerle saber que seguiría su
línea de pensamiento y no .me sentiría intimidado ante su intensidad.

A través de las palabras que Gordon estaba usando y de las emociones que
estaba expresando, supe que nos acercábamos a un lugar de extrema
importancia. Percibí la importancia del momento porque Cardan estaba
revelando aspectos de sí mismo que nunca antes había dado a conocer. Su ira
había estado cubriendo profundas heridas que yo sabía que necesitábamos
explorar. Con la esperanza de expresar mi profundo interés y, al mismo tiempo,
poner en claro el hecho de que no me asustaba la intensidad de sus
emociones, decidí salir al encuentro de él.

Puedo oír que estás furioso conmigo -dije.

-Estoy furioso con usted porque usted no me está ayudando.

Gordon permaneció un momento en silencio mientras luchaba con sus


pensamientos. Respiró profundamente.

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Terapia Centrada en…164

-Acabo de volver de un viaje de negocios, usted sabe. Perdí dos sesiones con
usted.

-Lo sé -dije.

-En estos viajes pasan todo tipo de cosas. Cometo errores, pierdo la paciencia,
me desilusiono a mí mismo. Y entonces me pregunto si esto funciona.

-y entonces se enfada conmigo -dije.

-En ese momento es cuando deseo vencerle, probar que yo soy tan bueno
como usted, incluso mejor que usted -dijo.

-¿Cómo solucionaría el vencerme la desilusión que usted siente en su interior?


-le pregunté.

-Deseo culpado porque usted no me ayuda. Estoy cansado de no obtener lo


que deseo en la vida.

La ira parecía haberlo abandonado, porque suspiró profundamente y se hundió


en su silla.

-Estoy cansado de no obtener lo que deseo en la vida. Estoy cansado de luchar


tanto. He trabajado duro toda mi vida, sin alcanzar nunca el nivel que yo
considero que debo alcanzar o el que los otros piensan que yo debería
alcanzar.

-¿Quién le ha dicho que usted no está a la altura de sus expectativas? -le


pregunté.

-Usted sabe, mi padre, con todos sus grande éxitos, pensando que yo podría
ser como él, yo fui a la misma escuela, la Ivy League, que fue él, trabajo para la
misma compañía, todos piensan que soy como él. Pero no lo soy. Seguro que
trato de competir con él, porque soy tan competitivo como él, pero no puedo
vivir como él vive, tratando de llevar a la gente al límite, no quiero competir con
nadie de ese modo, pero de una forma u otra, no puedo detenerme... -su voz
se desvaneció.

-Comprendo cuánto lo ha herido esa forma de vida y cuánto ha tratado de


cambiarla, -le dije.

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Terapia Centrada en…165

-Usted dice que comprende pero no parece importarle, usted ni siquiera piensa
en mí cuando me voy -dijo Gordon, exponiendo la vulnerabilidad que había
detrás de su ira-. Me siento como si estuviera solo tratando de escalar una gran
montaña.

-Realmente he estado pensando en usted -le dije con la esperanza de que mi


tono de voz y mi expresión facial le demostraran que yo comprendía cuánto
estaba sufriendo-. Pienso frecuentemente en usted, en qué profundamente
angustiado estaba usted la última vez que nos vimos y me preocupó que
estuviera tan atormentado. Pienso que usted tiene la capacidad, con ayuda, de
salir de esta situación. Pero, para ser honesto, debo decide que no siempre es
usted alguien fácil de ayudar.

Gordon parecía estar escuchando cuidadosamente, de modo que decidí


aprovechar esa oportunidad para seguir explicando lo que había llegado a
saber sobre él, lo que yo pensaba que estaba interfiriendo en su progreso.

-A veces pienso que usted está tan preocupado por vencerme, que no puede
aprender de nuestra interacción -le dije-. Parece que usted tiene la idea de que
está debajo de mí o de que yo me siento superior a usted, así que me hace la
guerra. Juntos hemos descubierto el origen de parte de la cuestión, pero pienso
que es difícil para usted, especialmente cuando está bajo gran presión, creer
que estamos del mismo lado y que nos necesitamos mutuamente para escalar
esa montaña.

-Yo podría vencerlo -dijo con voz débil.

-Yo creo que usted podría -respondí sabiendo que los seres humanos pueden
herir a los demás si quieren hacerla. Quería que Gordon supiera que yo no era
inmune a su ira-. Pero, dígame. Una vez que usted me haya vencido y que
ponga un pie sobre mi cuerpo derrotado, ¿dónde estará la victoria? ¿Podría
decirme cómo se sentiría una vez que me venciera y me humillara?

Gordon me miró un momento, buscando las palabras para describir sus


sentimientos, y luego noté lágrimas en sus ojos. Se tomó un momento para
cobrar fuerzas.

-Quiero que usted me ayude a superar la montaña -dijo finalmente.

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Terapia Centrada en…166

-Eso significaría mucho para mí -respondí.

Esta conversación reveló los sinuosos caminos que la empatía debe recorrer
en la vida real y algunas de las sorprendentes vueltas y giros que son
necesarios negociar con gran cuidado. En esta realmente intensa interacción
fui más comunicativo sobre mis propios sentimientos hacia Gordon de lo que lo
había sido en el pasado. En las sesiones anteriores, la empatía me había
guiado a retraerme un poco, permitiendo que Gordon experimentara la
profundidad de su ira y viendo qué sucedía. En esta ocasión, sin embargo,
sentí que debía dar un paso hacia adelante y ayudado a diferenciar entre el
pasado y el presente. Él parecía estar atascado en el cieno del pasado,
hundiéndose cada vez más; comprendiendo la intensidad de su lucha, yo fui
guiado por la empatía a ofrecerle mis palabras salvadoras, antes de que
quedara fuera de mi alcance.

Cuando la empatía guía una relación y ofrecemos el apoyo y las señales que
nos ayudan a no perder el camino, podemos ver más claramente dónde ir y
confiar en nuestra habilidad para continuar nuestro andar, aunque el sendero
sea empinado y estrecho. La empatía nos ayuda a mantener una posición de
conciencia alerta y de atención paciente: una actitud que el psicólogo William
James llamó "el modo arduo".

James creía que al adoptar la postura de prestar atención a la vida en general


pero también a nuestras experiencias de cada momento, podemos aprender
cómo negociar nuestro camino a través de las situaciones más traicioneras. Él
se refería a su experiencia como montañista para enfatizar la necesidad de
creer en sí mismo y en los demás. Porque la fe, escribió, "crea su propia
verificación".

Supongamos, por ejemplo, que estoy escalando en los Alpes, y que tengo la
mala fortuna de quedar en una posición de la que sólo puedo salir dando un
salto enorme. Al no haber pasado antes por una experiencia similar, no tengo
la certeza de mi capacidad para lograrlo. Pero la esperanza y la confianza en
mí mismo me aseguran que no vaya errar, y que podré dirigir mis pies para
ejecutar lo que quizá sin esas dos emociones subjetivas habría sido imposible.

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Terapia Centrada en…167

Pero supongamos que, por el contrario, pensara que sería inadecuado actuar
basándome en una presunción no verificada por mi experiencia anterior. Qué,
entonces, dudara durante tanto tiempo que, al final, agotado y temblando,
cayera en la desesperación, perdiera pie y rodara hacia el abismo.

En este caso, y es muy común, lo sabio es creer en lo que se desea. Porque


creer es una de las condiciones previas indispensables para alcanzar cualquier
objetivo. Entonces hay casos en los que la fe crea su propia verificación. Cree,
y tendrás razón, porque te salvarás a ti mismo. Duda, y también estarás en lo
cierto, porque perecerás. La única diferencia es que creer es ampliamente una
ventaja para ti.

Para James la empatía es sinónimo de "fe", ese sentimiento interior de serena


certeza que genera confianza en nosotros mismos y en los otros. Sin la
empatía, estamos solos, temblando frente al abismo. Con la empatía somos
capaces de decirnos a nosotros mismos y a los demás: Puedes hacerlo. Estaré
a tu lado, no te dejaré caer. Si tropiezas, te ayudaré a recuperar el equilibrio y
juntos escalaremos la montaña.

Mientras que la metáfora de escalar la montaña se adecua a este contexto,


necesito enfatizar un punto críticamente importante: la empatía no es una
herramienta o una técnica que pueda aprenderse y dominarse. La empatía nos
ofrece las agarraderas y “las señales en el sendero" pero éstas son sólo
ayudas en el camino de la escalada de la montaña. No nos asegura que
podamos mantener nuestro equilibrio ni garantiza nuestro éxito.

Dado que cada individuo y cada situación es única, la empatía siempre debe
estar con los pies sobre la tierra, atenta, en guardia, curiosa, observadora. Si la
empatía se vuelve indiferente, deja de ser empatía. Porque la característica
más importante de la empatía es la cualidad de focalizar la atención. Cambia
de foco, desvía tus ojos, adopta una actitud de "no me importa" y la empatía
pronto pierde pie. La empatía debe estar siempre dispuesta a moverse. Aunque
eso signifique volver atrás o caminar hacia el costado.

Aprender a expresar empatía, poner en palabras los pensamientos y


sentimientos que alcancen el corazón y el alma del otro, requiere conciencia de
uno mismo, reflexión cuidadosa y una cantidad considerable de práctica. Para

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Terapia Centrada en…168

ayudar a la gente a expresar lo que hay en su interior de modo que ayude y no


lastime, he diseñado las siguientes pautas:

Siete pasos fundamentales para expresar empatía

1. Haz preguntas con final abierto

2. Avanza suavemente

3. Evita abrir juicio

4. Presta atención a tu cuerpo

5. Aprende del pasado

6. Deja abierta la historia

7. Establece límites

Paso 1: Haz preguntas con final abierto

Cuando Gordon me dijo "Usted siempre actúa con demasiada perfección", yo


podría haberme puesto a la defensiva y devolverle el problema ("No estamos
hablando de mí, Gordon") o le podría haber repetido lo mismo que él me dijo,
usando una pregunta cerrada, ya respondida: "Entonces, Gordon, ¿usted
piensa que yo actúo como si fuera perfecto?" Con esa pregunta defensiva, le
habría estado diciendo" ¿Honestamente piensa que es mi problema?" Lo que
por supuesto habría implicado que no lo era en absoluto, el problema era de
Gordon. La pregunta lo habría culpado sutilmente y lo habría llevado a aceptar
mi interpretación de sus pensamientos y sentimientos.

Las preguntas con final cerrado introducen automáticamente un juego de poder


en el cual el que responde se cuestiona si debe disentir o no con la respuesta
contenida en la pregunta. La opción está en una respuesta sumisa como "Sí,
está bien, sé que me equivoqué", una reacción combativa como "Usted está
equivocado; estoy harto de su actitud soberbia" o una hosca negativa a la
comunicación. Cualquiera sea la elección, una persona gana y la otra pierde.

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Terapia Centrada en…169

En términos de empatía, ambos pierden, por supuesto, porque la comunicación


se ha interrumpido, la comprensión no puede progresar ya todas las partes
implicadas en la conversación les resulta difícil responder con sensibilidad.

Supongamos que Joel viene tarde a una sesión. "Tuvimos un pequeño


desacuerdo la última semana -le digo-. ¿Piensas que podrías estar enfadado
conmigo y llegaste tarde para que yo sepa cómo te sientes? Ésa es una
pregunta cerrada porque yo ya he llegado a una conclusión (el paciente está
enfadado conmigo). Estoy usando la pregunta para llevar al paciente a estar de
acuerdo con mi interpretación.

Aquí tenemos un ejemplo de pregunta con final abierto que yo podría haber
hecho en lugar de la anterior. "Noté que llegaste tarde las últimas dos sesiones,
Joel, ¿tiene esto algo que ver con algún asunto que no hemos hablado? “Esa
pregunta deja la respuesta flotando en el aire, sin forma. Estoy realmente
buscando información y pidiendo al paciente que me cuente más.

Joel podría responder: "Usted sabe que esto ha estado sucediéndome mucho
últimamente; me queda poco tiempo para las cosas, llego tarde a mis citas,
desilusiono a mi esposa e hijos, molesto a mi jefe". O Joel podría decir, "Tuve
una pelea terrible con mi esposa justo antes de salir de casa. Dice que gasto
mucho dinero en terapia, y está furiosa conmigo porque yo le cuento los
detalles de nuestra relación". Estas respuestas ofrecen importante información
sobre el estado mental de Joel y señalan el camino hacia una conversación
productiva. O la respuesta podría ser tan simple como, "No puedo creer en mi
suerte. Dos semanas seguidas hubo un serio accidente en MassPike", en cuyo
caso podemos dejar pasar el asunto y hablar de lo que realmente le sucede al
paciente.

Aquí hay otro ejemplo de pregunta de final cerrado. Una madre y su hija
adolescente están conversando después de volver ésta de una cita. "Así que,
cariño, ¿él te parece agradable?" pregunta la madre. Con la entonación de su
pregunta, la madre está guiando a su hija a coincidir con ella en su
interpretación. (O sea, que no es agradable.) La pregunta presenta un dilema a
la hija. Ella puede someterse a la opinión de su madre, permitiendo que ella
dirija sus pensamientos y sentimientos, o puede ponerse en desacuerdo con
ella y crear un momento de confusión y, por qué no, de discusión.

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Terapia Centrada en…170

O supón que te acaban de cortar el pelo. El peluquero te alcanza el espejo y


antes de tengas tiempo de ver te dice, "¿No es cierto que ese corte te sienta
muy bien?" Esas preguntas no necesitan respuesta. La respuesta automática
es el acuerdo: "Sí, seguro, es bonito", podrás decir, aunque estés pensando
que pagaste veinticinco dólares por un corte que parece hecho por un aprendiz.

Las preguntas con final abierto expresan empatía porque muestran respeto por
las reacciones y respuestas únicas del individuo.

Cuando haces una pregunta abierta, comunicas el hecho de que quieres


aprender de la otra persona y que estás verdaderamente interesado en su
punto de vista. Renuncias al control y permites que la otra persona te guíe
hacia donde ella quiere o necesita que tú vayas, en lugar de mover la
conversación en una dirección específica. Las preguntas cerradas, cierran la
puerta en la cara de la gente, mientras que las abiertas revelan las
posibilidades ilimitadas cuando dejamos nuestros prejuicios y preconceptos de
lado, abriendo las puertas a nuevas experiencias.

Paso dos: Avanza suavemente

La empatía siempre se esfuerza en hacer que las cosas vayan más despacio
para que las emociones puedan atemperarse con una profunda reflexión. Las
emociones acaloradas no conducen a la expresión de la empatía. En un
encuentro intenso, como la conversación con Gordon, es críticamente
importante ir lentamente para no quedar atrapado por las emociones. En este
sentido, la empatía es como el freno en la boca del caballo, que te permite tirar
de las riendas y pararlo. Cuando las emociones fluyen libremente, la empatía
llega para frenar el galope salvaje y transformarlo en un trote manejable.

A veces, para calmar las cosas, es necesario volver un poco atrás, como en
esta conversación que tuve con Mike, un alcohólico en vías de recuperación de
treinta y seis años, quien me dijo que había decidido casarse a partir de un
"flechazo."

-Entré a Dunkin' Donuts, vi a Nancy sentada allí y iPum!; eso fue todo -dijo
Mike, con una amplia sonrisa.

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Terapia Centrada en…171

Normalmente tranquilo y equilibrado, esta vez parecía inusualmente


revolucionado.

-En ese preciso instante supe que quería casarme con ella, sin dudarlo-agregó.

Hacía unos seis meses que Mike era mi paciente y ésta era la primera vez que
mencionaba a Nancy.

-Es una decisión muy importante -le dije-. ¿Cómo llegaste a ella?

-Bueno; fui a una reunión de Alcohólicos' Anónimos, después a Dunkin’ Donuts,


la vi, me sonrió, y decidí que quería casarme con ella. Sólo eso.

Cuando le pedí que volviera atrás y me contara sobre la reunión, frunció el


ceño.

-Pensé que querrías oír algo sobre la persona con la que tengo la intención de
casarme.

-Mike, no es que no quiera oír sobre Nancy, pero creo que no entiendo la
situación completamente si no sé cómo se dieron las cosas. Vamos a desandar
el camino hasta antes de que entraras a Dunkin' Donuts a tomar café. ¿Qué
pasó en la reunión?

-Fue una reunión como todas -Mike se cambió de posición en la silla, de


repente sin energía, las líneas de su entrecejo fruncido se marcaron en su
frente-. Tú sabes, las historias de siempre, llenas de emoción.

-Sólo una reunión como todas -dije.

-Sí. Bueno, no. Supongo que no -el ceño de Mike se profundizó-. Tuve una
discusión con alguien que hace tiempo que venía a las reuniones y mi
consejero se enfadó conmigo.

-¿Sabes por qué se molestó contigo?

-Porque es un pelmazo -dijo Mike moviendo la mano con un gesto de rechazo-.


Así que me volví loco. Te lo juro. Me volví tan loco que habría sido capaz de
matarlo.

-¿Sabes, Mike?, me temo que no entiendo la segunda parte.

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Terapia Centrada en…172

-¿Qué segunda parte?

-¿Qué te volvió tan loco?

-Estoy harto de la manera en que todos me tratan en esas reuniones. Siento


que no pertenezco al grupo.

-¿Así que te sentías fuera de lugar y la reunión se volvió difícil para ti?

-SÍ, no veía la hora de marcharme.

-¿Qué sentiste cuando te marchaste?

-Estaba furioso. Sentía que no encajaba en el grupo.

-¿Y un rato después de la reunión entraste a Dunkin Donuts y viste a Nancy?

-Sí; así es más o menos como sucedió.

Hablamos durante otros diez o quince minutos, y Mike se volvía cada vez más
taciturno.

-Pienso que fue un día lleno de emociones -dijo-o ¿Así que tú piensas que en
realidad estaba tratando de huir de mi ira?

-Me parece que, ayúdame si te interpreto mal, que las emociones en la reunión
te afectaron y tal vez estabas buscando a alguien que te alejara del conflicto o
te ayudara a resolver el asunto.

Mike se inclinó hacia adelante, juntó sus manos y suspiró. -No sé, estoy
bastante confundido ahora que me has parado y me has hecho pensar.

-Quizá ésa sea la forma correcta de proceder -dije-. Aceptar el hecho de que
estás confuso e inseguro sobre la forma de manejar esta situación particular,
que ahora estás aprendiendo, y que continuarás aprendiendo y creciendo a
medida que pienses en esta decisión y en todas las otras de la vida.

Al final de la sesión, Mike dijo:

-Pienso que es bastante imbécil decidir casarme con alguien a quien casi no
conozco. A veces soy demasiado impulsivo. Algunas veces no sé qué me pasa.

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Terapia Centrada en…173

-Pienso que cuando estás dolido u ofendido, estás acostumbrado a tomar


acción rápidamente, -dije-. A medida que aprendas a tolerar tus emociones,
actuarás de manera menos impulsiva. Has demostrado esa habilidad en el
corto tiempo en el que estuviste hoy aquí.

-¿Sí?

-Sí -respondí.

Cuando nuestras emociones están en su punto álgido, ayuda tomarse un


momento para reflexionar y pensar. Ir más despacio nos permite que nuestros
pensamientos vayan al mismo paso que nuestros sentimientos, aportando algo
de tranquilidad y sensatez a una situación cargada de emoción. Cuando
tratamos de ir más lentamente de manera consciente, dejamos que la empatía
se exprese a sí misma, porque ésta, tal como lo han descubierto los
investigadores en el campo de la psicología, no puede sobrevivir en un
ambiente sobrecalentado. (O demasiado frío.) Como una planta que requiere
un equilibrio entre la cantidad de luz y sombra que recibe, la empatía se
marchita cuando se la expone a condiciones extremas.

Las emociones negativas, como el miedo o la ira, producen grandes exigencias


metabólicas en nuestro cuerpo, creando un estado de gran exaltación
psicológica. "Generalmente se piensa que durante las situaciones de gran
exaltación psicológica, el foco perceptivo que acompaña a la situación se hace
más estrecho", escriben los psicólogos Robert w. Levenson y Anna M. Ruef.
Cuando nuestras hormonas fluyen y nuestros músculos se tensan, nuestro
campo visual se estrecha. En un sentido muy real, lo único que podemos ver es
nuestra ira y nuestro temor. Otras emociones sutiles se desvanecen. Estamos
literalmente "cegados" por la emoción, concentrados sólo en sobrevivir a la
situación por medio de la lucha o la huida.

Cuando las hirvientes emociones se reducen a una suave cocción a fuego


lento, la empatía comienza a expandirse. De nuevo podemos ver el cuadro
completo, no sólo el foco. Ayudar a otros a ir más lentos y a poner sus
emociones en la debida perspectiva es una manera poderosa de expresar tu
empatía hacia ellos. Dado que la empatía es útil para enfriar y suavizar las
cosas, podemos recobrar el equilibrio y alcanzar una comprensión más exacta

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Terapia Centrada en…174

de nuestros pensamientos y sentimientos. Mi empatía por Mike le permitió


tomarse tiempo para lograr una comprensión más clara de sus actos. A medida
que nuestra relación continuó, su empatía por sí mismo se expandió, y él
aprendió a ir más despacio sin ayuda exterior.

Paso 3: Evita abrir juicio

Las decisiones rápidas y el abrir juicio no son parte del repertorio de


expresiones de la empatía. Por ejemplo, yo tenía conocimiento suficiente sobre
la forma de pensar de Gordon, sobre sus emociones y su historia pasada; por
lo tanto podría haberle ofrecido un resumen de dos o tres oraciones sobre su
estado emocional y luego pasar la sesión discutiendo mis teorías sobre sus
pensamientos y sentimientos.

Gracias a mi experiencia pasada sé que Gordon pierde la paciencia con


rapidez y que a menudo usa su ira para mantener una distancia de seguridad
con los demás. Ésta es una teoría general del comportamiento apoyada por
muchas experiencias que tuvieron lugar durante el año en que habíamos
estado trabajando juntos. Así que podría haberle dicho: "Gordon, pienso que
estás enfadado conmigo porque te sientes intimidado por mí". O "Tú quieres
vencerme y humillarme porque te recuerdo a tu padre, que siempre te quitaba
méritos y te despreciaba".

Éstas son esencialmente frases del tipo" crece y supéralo", que constituyen en
realidad versiones más elaboradas de comentarios peyorativos como: "Usted
está inseguro" o "Usted se siente amenazado" o "Usted siente envidia". Tales
comentarios etiquetan nuestro comportamiento, en contraste con las
expresiones empáticas, que tratan de aportar una comprensión más profunda
de la conducta.

Las frases del tipo "crece y supéralo" también tienden a catalogar el


comportamiento como algo fijo, sin cambios, mientras que la empatía siempre
trata de conectar los pensamientos y sentimientos con acontecimientos
específicos.

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Terapia Centrada en…175

-Noté que hablar de las reuniones de negocios parecía afectarte, ¿qué te


pasaba en ese momento? -dije a Gordon en cierto momento.

Esa pregunta lo ayudó a enfocar su atención en hechos específicos que


dispararon sus emociones, y dio la oportunidad de que él ejercitara la
autoconciencia por medio del rastreo del origen de sus reacciones en lugar de
permitir que tomaran lugar expresiones de repudio de sí mismo como "soy un
imbécil", "soy un incompetente" o "nunca seré tan exitoso como mi padre". En
momentos de frustración la gente suele perder la visión de lo específico y
presta más atención a las generalidades, lo que invariablemente lleva a juicios
punitivos o intolerantes.

El poder de la empatía radica en que su foco está centrado en las experiencias


de cada momento. La empatía siempre trata de evitar la tendencia natural a la
categorización de la conducta, basada en la experiencia pasada. No importa
cuánto sé de la experiencia pasada de Gordon, no puedo saber con certeza
qué está pensando y sintiendo en este momento. Él es una persona que
cambia y evoluciona -todos lo somos-, y la empatía siempre se expresa a sí
misma respetando y haciendo honor a la naturaleza cambiante del ser humano.

Cuando el filósofo griego Heráclito dijo "no es posible bañarse dos veces en el
mismo río", estaba expresando empatía, reconociendo el hecho de que la
persona que eres hoyes diferente de la que eras ayer. Una de las peores
maneras de perjudicar a los otros es asumir que su personalidad es rígida o
fija. Si así lo hacemos, consideramos el río del que habla Heráclito como un
charco de poca profundidad separado de la corriente y cuya agua está
estancada. Cuando decimos a otra persona "Tú siempre reaccionas de la
misma manera", “Así soy yo, nunca voy a cambiar" o "Puedo leer tu mente
como si fuera un libro", ponemos obstáculos en el río y cortamos el curso de la
empatía.

De esta manera no sólo negamos la posibilidad de cambio, sino que también


impedimos las transformaciones personales.

Siento escalofríos cada vez que oigo a alguien decir a otra persona "Ya sé
cómo vas a responder, te he oído cientos de veces" o "Ni siquiera debo
preguntarte qué estás pensando. Te conozco mejor de lo que tú te conoces a ti

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Terapia Centrada en…176

mismo". Con esos enunciados casi puedo ver los árboles caer en medio del río
de la empatía, poniendo barreras a su fluir. Porque el pasado puede ser un
buen pronosticador del futuro, la empatía nos recuerda que la vida real fluye y
que los seres humanos se adaptan constantemente; son capaces de ceder y
torcer el curso de su acción de acuerdo con las circunstancias.

Si asumimos que estamos fijos para siempre en nuestra forma de ser, que
nuestra personalidad está tallada en piedra, entonces nuestra interacción con
los demás se vuelve predecible, una repetición sin final de viejos patrones y de
respuestas mecánicas, con poca posibilidad de ampliar nuestra perspectiva o
tener una visión más amplia de las cosas. Semejante mundo limitado (regido
por teorías, caracterizado por las etiquetas, gobernado por los preconceptos)
es como el lecho de un río seco: duro, cuarteado, separado de otros arroyos o
afluentes, sin guardar semejanza con su poderoso ser original.

Paso 4: Presta atención a tu cuerpo

Cuando Cardan levantó la voz y me dijo que quería vencerme, sus ojos se
entornaron, su rostro se puso rojo de furia, mirándome como si en cualquier
momento fuera a precipitarse sobre mí, sentí acelerarse los latidos de mi
corazón" Literalmente pude sentir la ira de Gordon en mi propio cuerpo, cuando
mi sistema nervioso autónomo comenzó a reflejarla.

Los investigadores lo llaman "sincronía psicológica", y es un recordatorio


poderoso del hecho de que nuestra mente (emociones) y nuestro cuerpo
(reacciones físicas) están íntimamente relacionados y son interdependientes.
La empatía tiene un componente netamente físico. De hecho, un investigador
en el campo de la psicología define la empatía como "un estado del sistema
nervioso autónomo que tiende a estimular el de otra persona”. Nuestros
sistemas nerviosos, en otras palabras, “hablan” unos con otros. Cuando una
madre juega con su niño pequeño, sus corazones comienzan a latir juntos.
Cuando acaricias a tu perro, tu corazón late más lentamente, y el de tu perro,
también. Cuando interactúas con gente hostil o que está enfadada, tus
reacciones físicas coinciden con las de ellos: se incrementa el flujo de sangre
hacia tus músculos, se eleva tu presión sanguínea, las hormonas del estrés

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Terapia Centrada en…177

(adrenalina, noradrenalina y cortisol) comienzan a ser bombeadas hacia tu


sistema y comienzas a sentir los efectos de la ira en tu cuerpo.

El sistema nervioso autónomo se ramifica desde el sistema nervioso central (el


cerebro y la columna vertebral) para llevar señales nerviosas a las glándulas
del cuerpo y a la musculatura lisa (vasos sanguíneos, corazón, intestinos). Dos
sistemas separados pero relacionados controlan las reacciones del cuerpo: el
sistema simpático expande energía movilizando el cuerpo en situaciones de
estrés, incrementa el azúcar en la sangre, eleva la presión sanguínea y acelera
los latidos del corazón, mientras que el sistema parasimpático domina cuando
estamos relajados y trabaja para conservar la energía del cuerpo. Debido a que
dichos sistemas operan más o menos inconscientemente, sin que actúe
nuestro pensamiento consciente, se los considera sistemas involuntarios. Por
ejemplo, la mayoría de la gente no puede controlar los latidos de su corazón ni
los movimientos de los músculos de su intestino.

Me resulta fascinante que la palabra "simpático" se use para describir


funciones del sistema nervioso autónomo. Porque, en realidad, la simpatía es
una respuesta involuntaria, automática, al estado emocional de otra persona,
mientras que la empatía está relacionada con una integración mucho más
compleja de pensamiento y sentimiento. En ese sentido, entonces, la
interacción entre los sistemas nervioso central y autónomo podría llamarse
"sistema nervioso empático", porque la comunicación en curso entre estos
sistemas es responsable de todas las expresiones de empatía que se usan
para transmitir nuestros pensamientos y sentimientos a otra persona. La
empatía es, en realidad, una respuesta mente-cuerpo integrada, en la que los
pensamientos interactúan con los sentimientos en una respuesta empática del
sistema nerviosos.

Supe que mi respuesta física a Gordon -el inmediato e instantáneo aumento de


mi ritmo cardiaco, la súbita sensación de sentimiento intensamente enfocado y
todos mis sentidos en estado de alerta- era una señal de empatía fisiológica. Mi
cuerpo reflejaba los cambios operados en el de Gordon. Al comprender la
naturaleza de la sincronía fisiológica, pude utilizar mis sensaciones para
obtener información importante sobre las emociones de Gordon. Mis
reacciones físicas me dieron la pauta de su estado emocional; también

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Terapia Centrada en…178

evocaron recuerdos de mis experiencias anteriores con la ira y mi comprensión,


lograda a través de muchos años de experiencia, de que sentimientos como la
hostilidad y el resentimiento muchas veces están relacionados con la angustia
interior como consecuencia de la fatiga, la presión emocional o los sentimientos
de inseguridad.

Nuestro cuerpo está en sintonía con el de los demás. Tenemos un sistema


automático incorporado que detecta sus reacciones físicas; esa información
nos aporta claves importantes sobre sus pensamientos y emociones. La
imitación facial constituye un ejemplo clásico de sincronía fisiológica.
Supongamos que estás conversando con un amigo que está triste y comienza
a llorar. Tus músculos faciales, automáticamente, sin que te des cuenta a nivel
consciente, comienzan a reflejar o imitar la expresión del rostro de tu amigo.
Pero entonces sucede algo aún más sorprendente: sientes las mismas
emociones que él. Sólo por situar tus músculos faciales en cierta posición,
puedes llegar saber qué está sintiendo una persona, tanto física como
emocionalmente.

Los actores y los escritores comprenden el poder de la imitación facial, y usan


esta técnica para crear estados emocionales específicos. A partir del siguiente
pasaje, podemos ver que Edgar Allan Po e, el escritor clásico de obras de
terror, usaba la imitación facial en un intento por leer la mente de las personas:

Cuando deseo saber qué sabio o imbécil, qué bueno o malo es alguien, o qué
está pensando en ese momento, adopto una expresión en mi rostro lo más
parecida posible a la expresión del otro y espero para ver qué pensamientos o
sentimientos vienen a mi mente o a mi corazón y ver si coinciden o
corresponden con dicha expresión.

Tu estado de ánimo se ve alterado por las reacciones físicas de tu cuerpo. Por


eso, al sonreír puedes calmar tu sistema nervioso y ponerte de mejor humor,
mientras que si frunces el ceño te volverás más negativo o crítico. En un
experimento psicológico, los investigadores pusieron dos soportes de pelotas
de golf sobre la frente de los sujetos y les pidieron que trataran de juntados,
esto hacía que fruncieran el entrecejo. Cuando a estos sujetos se le mostraban
fotografías poco placenteras, tenían la tendencia de reaccionar de manera más
negativa que otros. En otra prueba, los sujetos tenían una lapicera entre los

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Terapia Centrada en…179

dientes (una acción que pone a los músculos faciales en posición de sonreír);
los sujetos tenían una tendencia mayor a reír cuando veían dibujos animados
cómicos.

La fisiología sincrónica es un elemento clave en cualquier relación, incluyendo


las relaciones terapéuticas. En las sesiones de terapia, sé que puedo causar
ciertas emociones en mis pacientes a través de mi expresión facial o los
movimientos de mi cuerpo. Si me siento frustrado o enfadado, mis pacientes lo
captarán y tendrán las mismas emociones negativas que yo. Si estoy tranquilo,
sus cuerpos responderán a mi compostura. En general, si sonrío se sienten
más felices, y si frunzo el entrecejo se ven afectados de manera adversa por mi
estado de ánimo negativo.

Este conocimiento es poderoso; yo lo uso con sumo cuidado y precaución.


Saber cómo usar una mirada seria o impaciente puede ser devastador para
quien se siente inseguro y vulnerable. Presto cuidadosa atención a mis
expresiones faciales, a mis gestos y también a mi postura, porque sé que mis
reacciones físicas pueden ocasionar intensas respuestas emocionales en otros.
Al mismo tiempo tengo en cuenta mis propias reacciones físicas, y uso esa
información para tener indicios del estado emocional de las otras personas.

Tanto en la terapia como en la vida real es sumamente importante saber cómo


nuestras emociones afectan a nuestro cuerpo y cómo, en su momento, algunas
reacciones psicológicas específicas pueden alterar nuestros sentimientos. Una
sonrisa por ejemplo, es una de las expresiones de empatía más poderosas de
las que disponemos, porque cuando sonreímos la otra persona experimenta
un deseo automático, casi irresistible, de sonreír también. Y cuando nuestros
músculos faciales se mueven hacia la posición de la sonrisa, ocurren cambios
físicos que mejoran nuestro estado de ánimo. Muchos estudios de
investigación apoyan la idea de que, aunque uno se sienta triste o angustiado,
poner una sonrisa en el rostro lo hace sentirse mejor.

El cambio de posición en los músculos faciales envía señales a tu sistema


nervioso autónomo, el que luego inicia las transformaciones emocionales.

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Terapia Centrada en…180

Observa a una madre y su pequeño intercambiando sonrisas y entenderás el


poder de la influencia del cuerpo sobre la mente y el poder simultáneo de la
mente para modificar los que el cuerpo experimenta.

Paso 5: Aprende del pasado

La empatía obra milagros en el presente en lo que respecta a la intimidad y la


comunicación, pero también tiene en cuenta el pasado. Debemos saber y
comprender lo que sucedió en el pasado, no con la intención de guiar las
acciones del hoy ni de predecir el futuro, sino para ver cómo los viejos
patrones, los juicios, las teorías y la idealización interfieren en lo que está
sucediendo en este momento.

Entender el pasado de Gordon fue muy importante para ayudarlo a resolver sus
sentimientos presentes de ira y humillación. Gordon creció con un padre que
era, según sus propias palabras, "un ser humano virtualmente perfecto en todo
respecto". Según Gordon, su padre se parecía a un Mel Gibson canoso, se
había graduado con honores en la universidad de Yale, ganaba "supe fortunas"
como vicepresidente de una importantísima firma de cosméticos y era
respetado (algunas veces temido) por todos los que lo conocían. Aunque
Gordon era bien parecido, atlético, inteligente, estaba felizmente casado y
gozaba de seguridad económica, creció con la idea de que, sin importar cuánto
lo intentara, nunca podría igualar los logros de su padre.

Cuando Gordon comenzó a darse cuenta de que su pasado se estaba


entrometiendo en su comportamiento presente, pudo adquirir un dominio mayor
de sus emociones. Nunca olvidaré un incidente que Gordon describió; todo
había ocurrido cuando él estaba dando un discurso para los miembros del
directorio de su empresa. Estaba sumamente nervioso y se aclaraba la
garganta constantemente. En mitad del discurso, el presidente de la compañía
se puso de pie y dejó la sala. Gordon estaba devastado, porque supuso
inmediatamente que su jefe no estaba complacido con su desempeño. Su ira
comenzó a edificarse, su corazón se aceleró y pronto comenzó a sudar
profusamente. Unos momentos después, su jefe subió al podio y le dio un vaso
de agua.

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Terapia Centrada en…181

“Aquí hace mucho calor -dijo mientras le palmeaba la espalda-, esto quizá lo
ayude un poco."

Cuando aprendemos a separar el pasado del presente, ganamos objetividad.


Podemos ver que las fuertes emociones de las personas no siempre tienen que
ver con los acontecimientos presentes, sino que muchas veces emanan de
conflictos previos sin resolver o circunstancias difíciles en su vida. Supongamos
que la recepcionista de un consultorio odontológico es fría y poco amistosa.
Tus sentimientos de animosidad en contra de ella sufren una transformación
completa cuando te tomas un momento para examinar tu reacción emocional y
te das cuenta de que ella te recuerda a tu fría y criticona madre. No sólo se le
parece físicamente, sino que hasta suena como ella, hace gestos similares y
tiene las mismas expresiones faciales. La empatía te permite discernir los
hechos, comprenderlos más profundamente, retroceder un paso y ganar la
objetividad necesaria para responder de modo equilibrado y perspicaz. Con la
perspectiva ampliada por la empatía, te das cuenta de que el comportamiento
de la recepcionista no tiene nada que ver contigo personalmente y puedes
dejar de lado el enfado que sentías para con ella.

Una vez tuve una paciente, Kelly, que era la crítica más mordaz del mundo.
Parecía que nada podía complacerla o hacerla sentir mejor consigo misma. Un
día, Edie, una trabajadora social del hospital, se encontró a solas en el
ascensor con Kelly. Edie sonrió, dijo un alegre "hola" y, en un esfuerzo por ser
amistosa, hizo un comentario sobre el hermoso traje que Kelly llevaba. Kelly
giró sobre sus tacones para mirar a Edie y se desquitó con ella.

"No puedo creer que sea tan superficial-le dijo mientras apuntaba con su dedo
la placa de acrílico que Edie llevaba en la solapa, con su nombre impreso-.
¿Usted es trabajadora social, tiene tanto estudio y aun así se planta aquí y me
insulta por mi apariencia física? Siempre supe que se juzga a una mujer por su
apariencia física; en este hospital al que acudo por ayuda, usted tiene el tupé
de confirmar la naturaleza superficial de nuestra cultura." Dichas esas palabras,
se abrió la puerta del ascensor y Kelly salió como una tromba.

Edie tomó inmediatamente el ascensor de nuevo hacia mi consultorio. Me


contó lo que había pasado y me preguntó llorando si había sido insensible y
quizás había arruinado la terapia de Kelly. Yo le dije las palabras que mi padre

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Terapia Centrada en…182

me decía cuando acudía a él con preocupaciones semejantes: Considera la


fuente. "Cuando alguien que se odia a sí mismo se la toma contigo, habría
dicho mi padre, considera la fuente. La ira generalmente proviene de una larga
historia de humillación o miedo; esa historia no tiene nada de ver contigo. Sólo
estabas en el Iugar equivocado en el momento equivocado. No te hagas cargo
de la inseguridad de la gente, cualquiera sea lo que te ofrezca a cambio."

Dije a Edie que tal vez podría haber sonreído, fruncido el entrecejo, tosido o
levantado una ceja y que igualmente habría causado la misma reacción de
furia. En verdad no importaba realmente lo que dijera o hiciera porque alguien,
en alguna parte, ese día iba a ser receptor de las emociones reprimidas de
Kelly. Consideremos la fuente. Cada uno de nosotros tiene ricas e intrincadas
historias que se reflejan en nuestros encuentros presentes. Si no consideramos
la fuente, podremos confundirnos y llegar a la conclusión de que somos
responsables de las reacciones emocionales de los demás.

El hecho de considerar la fuente es como una calle de doble dirección. Además


de tener en cuenta la historia personal de la otra persona, debemos prestar
atención a la nuestra. Cualquier conflicto no resuelto en el pasado, se
transferirá a nuestras interacciones del presente. Comprendernos a nosotros
mismos y ser conscientes de nuestros conflictos pasados es un paso necesario
para desarrollar la empatía por los demás.

Paso 6: Deja abierta la historia

Cada uno tiene una historia única para contar, y cada una va-a su propio paso.
Cuando la empatía guía la in ter acción, podemos juzgar con exactitud
sorprendente a qué velocidad necesita avanzar la otra persona. El buen uso del
tiempo es importante. La empatía nos lleva en un viaje en el que a veces el
camino es difícil y extenuante. Necesitamos parar en ciertos puntos del camino,
hacer una pausa, orientamos y prestar cuidadosa atención a las señales
indicadoras.

La intensa hostilidad de Gordon me dijo que él estaba balanceándose al borde


del precipicio emocional. Mi buen uso del tiempo, sabía, era crucial. Podría
haberlo empujado al precipicio si respondía con agresión o con un desafío que

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Terapia Centrada en…183

lo hubiera invitado a la lucha. “Actúas como si debieras ser tratado de manera


especial, Gordon, ¿por qué no dejas de culpar a los otros y comienzas a
trabajar?" o "Tu reacción es desmesurada, Cardan, y tu ira me muestra tu
inseguridad." Otra opción hubiera sido acabar la conversación abruptamente
diciendo: "Obviamente estás fuera de control, Gordon. Trataremos otros
asuntos y, cuando estés calmado, podremos volver a este tema". Sin embargo,
con cualquiera de estas frases, habría perdido la valiosa oportunidad de ayudar
a Gordon a ver, en vivo y en directo, cómo pueden relacionarse dos hombres
sin destruirse mutuamente ni forzar la situación para que uno sea declarado
"ganador" y el otro, "perdedor".

Como Gordon, tengo una naturaleza apasionada. De hecho, muchas veces en


mis sesiones con Gordon reconocí en él una versión más joven de mí mismo.
Pero yo, por el contrario, no tuve un padre que me animara a usar la ira para
vencer a los otros sino que fui educado para discernir que la ira es una forma
de cubrir otras emociones -como la desilusión, el dolor, la frustración, el
resentimiento, el sentimiento de no encajar en el entorno o de no recibir ayuda-,
que a la gente podría resultarle temible revelar.

La ira es una expresión de vulnerabilidad o de impotencia percibida. "Uno


puede sentir falta de poder en cierta situación -solía decirme mi padre-, pero te
aseguro que siempre hay otros recursos disponibles." "Sólo muy de vez en
cuando estamos realmente sin defensa en este mundo." Si llegamos a creer
que nos falta poder, o si nos sentimos poco apreciados o que no se nos aprecia
del todo, nuestra respuesta es sentimos frustrados o, peor aún, humillados.
Entonces esas emociones llevan a la ira, la agresión y, con demasiada
frecuencia, a la violencia. Según mi experiencia, el comportamiento airado u
hostil es alimentado casi siempre por la percepción de que no se nos entiende.

Para muchos hombres, la ira es la única emoción que ha llegado a dominar.


Los psicólogos que estudian los orígenes de la ira masculina informan que los
padres generalmente usan la palabra "ira" con sus hijos pero rara vez con sus
hijas. Y mientras que los padres animan a sus hijas a usar la diplomacia y el
tacto para reparar sus relaciones dañadas, con frecuencia aceptan y hasta
abogan por represalias cuando los hijos varones están implicados en disputas.
"Es un gran desafío para la mayoría de los hombres experimentar alguna otra

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Terapia Centrada en…184

emoción además de la ira." Escribe el psicólogo William Pollack en su libro


Real Boys (Verdaderos muchachos), porque, "como varones, fueron animados
a usar su furia para expresar la amplia gama de sus experiencias
emocionales".

Sin embargo, cuando los niños son tratados con empatía y se les enseña a
responder empáticamente a los demás, la ira intensa con frecuencia
desaparece. William Pollack explica cómo hace la empatía para desarmar la
ira:

A un muchacho que se percibe como alguien importante para quienes lo


cuidan, probablemente le importarán los demás. Si se siente en conexión con
sus padres y su familia, se sentirá más conectado con la otra gente. Si siente
que sus padres lo comprenden y sienten empatía por él, tendrá la habilidad de
hacer los mismo con los demás... Cuando un niño siente empatía por otro y
percibe la dignidad de ese otro, es improbable que deshumanice a esa persona
tanto como para desear cometer cualquier acto en su contra.

Cuando estaba creciendo me esforzaba, como lo hacen muchos hombres


jóvenes, por entender y controlar mi naturaleza apasionada. Mis padres me
enseñaron a moderar el paso y pensar para controlar mis emociones y, gracias
a mis tres décadas de entrenamiento y experiencia como psicólogo, he recibido
educación adicional sobre cómo usar la empatía para encontrar un equilibrio
para mi carácter intenso. Cuando me siento enfadado o frustrado, o cuando la
gente a mi alrededor reacciona con furia o agresión, entiendo que esas
emociones son operadas por profundos sentimientos de incomprensión,
descrédito o rechazo. Ese entendimiento funcionó como una especie de
"atenuador" que disminuye la intensidad de la reacción emocional. Con la
empatía guiando mi camino, puedo mirar más allá del comportamiento que se
ve en la superficie, ver la frustración y el miedo que subyacen y responder de
manera tal que hago saber al otro que estoy dispuesto a escuchar y responder
a su angustia.

En terapia, y en cualquier otro campo de la vida, con frecuencia se interpretan


erróneamente la ira y la agresión como expresiones de una tendencia innata y
agresiva completamente normal en el sexo masculino. La teoría es que los
hombres son inherentemente violentos y sádicos y que es necesario

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Terapia Centrada en…185

entrenarlos en el control de esos impulsos espontáneos. Con esta orientación,


muchos terapeutas responden prescribiendo medicación a los pacientes
potencialmente violentos, hostiles o proclives a la ira. Cuando un paciente
explota airadamente o amenaza con un comportamiento violento, y el terapeuta
se siente amenazado (con frecuencia a causa de sus propias dificultades para
tratar con la agresión) se considera recetar tranquilizantes, sedantes o
antidepresivos como una solución viable. Mientras que algunos pacientes se
benefician sin duda alguna con la medicación, con demasiada frecuencia esta
solución dice al paciente: "Estas demasiado enfermo y no te puedo controlar;
trataremos el asunto mientras estás medicado".

Y, por supuesto, hay una cuarta opción: el camino de la empatía.

La empatía nos permite llegar juntos hasta el borde del precipicio y observar las
emociones más profundas, confiando en que nuestra relación nos guiará a un
lugar seguro. Al guiamos a comprender que éste es un lugar con enormes
posibilidades, la empatía nos enseña a dejar la historia abierta, nos dice
cuándo debemos avanzar y cuando retroceder, cuando debemos correr a
escondernos y cuándo confiar en que somos lo suficientemente fuertes para
luchar con los elementos. Cuando estamos al borde de ese precipicio con otra
persona, la empatía nos recuerda que éste es su viaje, que estamos allí como
compañeros, para ayudarla. Nuestro papel no es llevar la delantera, sino seguir
a la otra persona. No es dominar, sino participar; no es tener la última palabra
sino mantener abierto el flujo del intercambio de ideas. Expresamos empatía al
sumergirnos en la situación de la otra persona, haciendo lo posible para ayudar
y sintiéndonos agradecidos de formar parte de esa experiencia.

Paso 7: Establece límites

Cuando Gordon dijo: "Yo le-cuento todas esta verdades privadas sobre mí, y
usted no revela nada significativo sobre usted", me estaba desafiando a
abrirme. Daba a entender que yo no le contaría nada de mí porque quería
permanecer perfectamente en control. Yo podría haber aceptado fácilmente su
análisis y darle lo que quería. Podría haberle dicho, "¿Qué deseas saber de
mí?"

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Terapia Centrada en…186

Esto es una trampa tanto en terapia como en la vida diaria. Las revelaciones
personales hechas con la intención de hacer desaparecer la inseguridad de la
otra persona, rara vez funcionan porque desvían la atención del individuo que
necesita ayuda y la enfocan en uno mismo. Algunas veces, los terapeutas
cometen el error de compartir sus problemas con sus pacientes, con el
razonamiento de que las revelaciones personales crean un ambiente de
confianza y vínculo personal. Aunque tal interacción pueda dar un alivio
momentáneo, ("me siento mejor al saber que usted ha pasado por experiencias
similares", podría decir un paciente), con frecuencia crea resentimiento a largo
plazo. He aquí un ejemplo.

Una mujer de treinta y nueve años que sufría depresión crónica comienza a
asistir a sesiones de terapia y dice a su terapeuta que siente deseos de
suicidarse. "Siento tanto dolor -le dice ella-. Siento una necesidad irresistible de
causarme daño a mí misma."

El terapeuta responde acercando su silla, con una mirada de profunda


preocupación en el rostro. "Debo decirle que tomo el suicidio muy seriamente -
le dice él-. Hace tres años se suicidó mi sobrina."

Esa revelación puede haber tenido la intención de crear un vínculo entre


terapeuta y paciente, o quizás él lo hizo como una forma de expresar su
preocupación por el asunto. Cualquiera que fuera la intención, sin embargo, el
resultado final es confusión para el paciente. "¿Por qué me dice esto? -se
pregunta ella-. ¿Debo preguntarle por su sobrina? ¿Es allí donde quiere llegar
con esta conversación?" A esto pueden seguirle episodios de ira. "Yo quiero
hablar de mí, no enterarme de la vida personal de mi terapeuta." Luego puede
llegar la culpa. "Soy tan egoísta, ése siempre fue mi problema, que sólo pienso
en mis propias necesidades."

Rara vez la gente se siente reconfortada de manera duradera cuando


respondemos a sus problemas mencionándoles nuestras pruebas y
tribulaciones. La profunda inseguridad de una persona no se cura con el
conocimiento de que las demás también tienen serios problemas. La empatía
nos permite escuchar sin prejuicios el significado más allá de sus palabras:
para escuchar sin prejuicios debemos establecer límites. Poner límites no
significa que no nos importe o que no nos afecte profundamente la angustia de

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Terapia Centrada en…187

la otra persona. Por el contrario, significa buena disposición para mantenernos


separados a fin de dar una respuesta objetiva. Establecer límites es una forma
de permitir que la empatía haga su trabajo y de mantener el foco de la atención
sobre el asunto a tratar.

Un paciente de mediana edad que tiene problemas en su matrimonio me dijo


que él creía que todos los hombres tenían romances con otras mujeres.
"¿Alguna vez se le ocurrió tener una aventura?" me preguntó. La compasión
podría haberme llevado a compadecerme de él y compartir mi forma de pensar
sobre el asunto, pero la empatía me llevó a poner límites y a enfocar mi
atención en las necesidades y preocupaciones de mi paciente. "No creo que
especular con lo que los otros hombres piensan sobre las aventuras fuera del
matrimonio pueda decimos mucho sobre la infelicidad en el suyo", respondí, y
él estuvo inmediatamente de acuerdo.

En terapia, y hasta en la vida diaria, es vital poner límites apropiados. La


confianza real se edifica en la interacción empática día a día, no por revelar a
pedido nuestros pensamientos y sentimientos sobre un tema en particular. No
podemos aliviar la infelicidad de la otra persona poniéndonos tan tensos como
ella. De hecho, el hacerlo sólo conduce a incrementar su propia ansiedad.

En el caso de Gordon, traté de manifestar mi profundo interés en su ira hacia


mí sin permitir que la conversación se enfocara en mi persona. Si mis vínculos
no hubieran sido definidos podríamos haber tomado por una tangente que al
final habría incrementado la frustración y la furia de Gordon. Mi papel era
absorber los golpes sin que me dañaran y sin permitir que su intensidad me
sacara de cursó. Guiado por la empatía, no tuve miedo de la ira de Gordon,
porque sabía que ésta sólo era una fina cubierta para su viejo resentimiento y
un sentido profundo de humillación. Al poner límites pude mantener focalizadas
sus emociones, en lugar de permitir que se volvieran difusas; la situación se
tornó tan diferente como una tormenta eléctrica que dura sólo una hora y una
lluvia suave que continúa durante varios días.

La misma verdad puede aplicarse a la vida fuera de la terapia. Mientras que


algunas veces es importante fundirnos unos con otros, también es de vital
importancia saber que somos personas separadas y diferentes. La empatía
permite la diferencia y, lo que es más importante, nos ayuda a tolerar nuestras

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Terapia Centrada en…188

diferencias. Somos al mismo tiempo dependientes e independientes, y los más


sanos somos interdependientes. Llegamos a estar juntos y nos separamos,
manteniendo siempre un equilibrio entre estar juntos y llevar vidas
independientes. Guiados por la empatía, sabemos cuándo es esencial que
estemos juntos y cuándo ser independientes es beneficioso para nuestra
relación.

Saber que tú comienzas donde yo termino, es uno de los más importantes


desafíos a los que nos enfrentamos en nuestras relaciones personales. Si mis
límites se confunden con los tuyos, entonces me pierdo y no distingo entre lo
que a mí me pertenece y lo que a ti te pertenece con todo tu derecho. La
empatía necesariamente sufre en tal maraña, porque la empatía requiere
objetividad para mantener su equilibrio. En las relaciones personales, es
necesario mantener el equilibrio que crea la empatía, comprender dónde
comenzamos y dónde terminamos en relación con la persona que amamos.
Dicho estado de equilibrio nos da la perspicacia y la comprensión necesarias
para expresarnos con claridad y honestidad, respetando siempre las
necesidades, deseos, esperanzas y sueños únicos del otro.

El elemento más importante al expresar empatía no son las palabras que


usamos sino el mensaje subyacente que comunicamos. Con la empatía
esperamos enviar el mensaje de que estamos interesados en la historia de la
otra persona, no necesariamente porque formemos parte -ya que los extraños
pueden expresar su empatía mutuamente-, sino primariamente porque al
sumergimos en la experiencia de la otra persona tenemos la oportunidad de
alcanzar su interior, lo que da un panorama más amplio a nuestra perspectiva y
expande nuestra conexión con la vida misma.

Una historia sobre Mahatma Ghandi ilustra la interdependencia que existe en el


corazón de la empatía. Una vez, Ghandi fue entrevistado por un periodista
occidental en una pequeña villa de la India cuando aquél daba sus servicios a
los pobres. El periodista dijo, "¡Qué maravilloso es lo que usted está haciendo
por esta pobre gente!" Ghandi contestó, "No lo hago por esta gente, lo hago por
mí."

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Terapia Centrada en…189

El periodista le preguntó, "¿Qué quiere decir con eso?" A lo cual Ghandi


respondió, "¿Cómo podría tener empatía por otros sin tener empatía por mí
mismo?

Ciaramicoli, A. y Ketcham, C. (2002). Cómo expresar empatía en El poder de

la empatía. Argentina: Javier Vergara. (pp. 63-92).

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Terapia Centrada en…190

14. ESCUCHAR CON EMPATÍA

Arthur Ciaramicoli y Katherine Ketcham

El escuchar con empatía siempre se centra en la otra persona, y su objetivo es


que el otro se sienta comprendido de manera única.

Varios meses atrás dediqué el programa de radio en Boston del que soy
coanfitrión al tema "El perdido arte de escuchar con atención". Terminado el
programa una amiga me preguntó si podía contarme una historia.

-Seguro, me encantan las historias -le dije.

-Es una historia real -dijo.

-Eso es todavía mejor -le contesté.

Su historia tenía que ver con una falla en el proceso de escuchar.

-Otra vez he estado pensando en tener una aventura con un hombre casado -
comenzó-. Rompí con él hace como un año, pero él me ha estado presionando
y halagando sin parar. Sin importar lo que le diga, (que me siento triste, que no
tengo fuerzas o entusiasmo, que ahora mismo no me gustó mucho), él siempre
responde con algún comentario sobre lo maravillosa que soy, cuánto necesito
creer en mí misma y que nadie aprecia mi talento tanto como él. Aunque he
tenido la persistente sospecha de que son sólo cumplidos para salirse con la
suya, me he sentido halagada con esos cumplidos y he estado pensando
seriamente en reanudar la relación.

"Cuando escuché lo que dijiste en la radio sobre la empatía y el arte de


escuchar, se me ocurrió la idea de que él no ha escuchado nada de lo que le
dije. Él sólo estaba diciéndome lo que pensaba que yo deseaba oír. Y entonces
me di cuenta de algo aún más profundo: yo no había estado escuchándolo.
Sólo había estado escuchando toda esa adulación yesos elogios y había
estado dejando que él me manipulara.

El refrán dice que "tenemos dos orejas. Pero sólo una boca", en el sentido de
que deberíamos pasar escuchando al menos el doble del tiempo del que

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Terapia Centrada en…191

pasamos hablando. Sin embargo, ¿quién de nosotros escucha más de lo que


habla? Cuando escuchamos, ¿estamos realmente escuchando o en verdad
estamos ensayando lo que vamos a contestar cuando llegue nuestro turno de
hablar? ¿Elegimos ciertas frases e ignoramos el resto, en un proceso de cortar
y pegar, en el que sólo prestamos atención a la versión compuesta por las
partes buenas? ¿Con cuánta frecuencia" escuchamos" las emociones que
acompañan a las palabras y hacemos un esfuerzo consciente por responder a
lo que no se dice? ¿Cómo deberíamos escuchar y, lo que es aún más
importante, cómo deberíamos escuchar con empatía?

Escuchar parece tan sencillo: sólo dejas de hablar y te concentras en lo que la


otra persona está diciendo. Sin embargo, de todas las habilidades que implica
la empatía, escuchar requiere la concentración más grande y la atención más
focalizada, porque hay muchas oportunidades en las que podríamos
distraernos. Mucha gente oye con "media oreja", escucha mientras espera su
turno para hablar mientras ensaya lo que va a decir. Tendemos a escuchar con
prejuicio y solemos tomar decisiones antes de conocer la historia completa.
Escuchamos con comprensión, conectando todo lo que la otra persona dice
con nuestras propias experiencias y entonces hacemos comentarios que hacen
honor a la singularidad de los pensamientos y sentimientos de la otra persona
como, "Entiendo exactamente cómo te sientes" o "Sé por lo que estás
pasando." Y finalmente, nos distraemos con el ruido de nuestras propias voces
internas, juzgando o adivinando por nuestra cuenta.

Escuchar con empatía supone renunciar a una visión del mundo centrada en
uno mismo para poder participar de manera completa en la experiencia de la
otra persona. Escuchar con empatía requiere enfocarse en el otro y prestarle
atención, no sólo a las palabras que dice, sino también a sus gestos, la
posición de su cuerpo y sus expresiones faciales. Cuando escuchas con
empatía haces un esfuerzo consciente por dejar de lado tus prejuicios.
Aprendes a conectarte con las emociones de la otra persona sin que te saquen
de control, a avanzar y a retroceder. Y entonces descubres la manera de vivir
con la ambigüedad y la incapacidad de encontrar respuestas y soluciones a
todos los problemas.

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Terapia Centrada en…192

Escuchar con tal claridad y profundidad de sentimientos que la otra persona se


sienta "escuchada" de verdad es como un acto sagrado; lo explica el escritor
cuáquero Douglas Steere:

Escuchar, como en un acto sagrado, a otra alma en la vida, en una condición


de revelación y descubrimiento, puede ser el servicio más grande que un ser
humano preste a otro.

Escuchar de manera empática, (sagrada) llega de manera profunda al interior


del corazón y del alma de la otra persona para revelar lo que está escondido
por el miedo, la ira, el dolor o la desesperanza. Esta forma de escuchar puede
ser enseñada; puede transmitirse de una persona a otra. Aprendemos a
escuchar con empatía si nos rodeamos de gente empática y que entiende
cómo escuchar a Ias almas en la vida. Cuando conocemos por experiencia
propia el poder de esta forma de escuchar, comenzamos a ver cómo nos
acerca la habilidad de escuchar y cómo se fortalece nuestra relación con los
otros y con nosotros mismos.

Valoración

Yo aprendí a escuchar de mi padre, quien comprendía tanto el poder de la


palabra hablada como la autoridad aún mayor de los espacios de silencio
creados cuando escuchamos con todo el corazón puesto en prestar atención.
Yo observé a mi padre cuando escuchaba a otros, observé la forma en que
enfocaba conscientemente su atención. Vi cómo armaba cuidadosamente sus
preguntas, cómo distribuía sus silencios mostrando su reticencia a las
respuestas rápidas y fáciles y vi sus pequeños gestos que indicaban a sus
oyentes que estaba prestando atención con todo su corazón.

Mi padre tenía lo que yo llamo una "postura para escuchar" que mostraba su
total inmersión en la conversación. Como alguien que estuviera rezando, tenía
una forma consciente de obligarse a estarse quieto, enfocando su mente y
asegurándose de que nada lo distrajera de la tarea que estaba en sus manos.
Inclinado hacia adelante con sus ojos llenos de intención, sus manos unidas,
solía hacer una pregunta y luego escuchaba sin interrumpir.

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Terapia Centrada en…193

Cuando el hablante terminaba, mi padre permanecía quieto. Quizás encendía


un cigarrillo o bebía un sorbo de café, mientras se tomaba un momento para
reflexionar sobre lo que se había dicho. Entonces hacía una pregunta. Y otra, y
otra. Después se aseguraba de que la otra persona tuviera la oportunidad de
decir todo lo que hubiera en su mente. Entonces, y sólo entonces, ofrecía sus
pensamientos, organizados cuidadosamente.

Yo amaba ver conversar a mi padre, porque sabía por la forma en que la gente
le respondía que él tenía un don especial. La gente quedaba llena de energía
después de una conversación con mi padre; él tenía la habilidad de descubrir
su potencial y entonces subrayaba el hecho de que la gente tenía trabajo que
hacer para alcanzarlo. Al final de todas estas conversaciones corazón a
corazón, decía algo así como, "Por supuesto, todo esto puede hacerse
realidad, Arthur, si confías en ti mismo y te esfuerzas por convertirlo en
realidad". Mi padre nunca se guardaba alguna crítica que tuviera que hacer,
pero se expresaba de una manera en que dejaba bien claro su respeto por el
otro. Su honestidad era recta, directa, verdadera hasta el límite y siempre
profundamente respetuosa.

Una conversación en especial permanece firme en mi memoria. Fue en 1965,


yo estaba en los años superiores de la escuela secundaria y el fútbol
americano era todo en mi vida. Nada en mi vida se comparaba con la alegría
que sentía cuando corría con la pelota debajo del brazo. Recuerdo un partido
en el que yo hice el gol que nos dio el triunfo sobre el equipo archirrival; yo miré
hacia arriba, hacia la tribuna, para ver cómo mi padre arrojaba su sombrero al
aire. Después de ese partido, en el vestuario, un amigo me invitó a una fiesta y
me habló sin parar de todas las guapas muchachas que irían. Recuerdo que
me preguntaba, ¿es tonto este tipo? ¿Quién quiere pensar en muchachas sólo
unos minutos después de jugar el partido más emocionante de mi carrera
deportiva? ¿Qué puede haber más excitante, más sobrecogedor que los
sucesos de las últimas dos horas? ¿Qué otra experiencia podría siquiera
equipararse a la gloria y la maravilla de esos momentos?

Si las muchachas estaban en un lejano segundo puesto después del fútbol, la


vida académica ni siquiera estaba en la lista. Mis notas reflejaban mi
indiferencia general acerca del estudio. Era un estudiante "promedio" que

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Terapia Centrada en…194

obtenía una sucesión de notas mediocres. Nunca había terminado de leer un


libro aunque había hojeado muchos y sabía escribir un trabajo práctico decente
y obtener un suficiente con el mínimo esfuerzo. Pero a pesar de mi gris
desempeño académico, me habían ofrecido varias becas para jugar al fútbol en
varias buenas escuelas. Estaba dudando entre unirme a algún equipo de fútbol
estudiantil o jugar en algún equipo sema profesional cuando el consejero me
llamó porque quería verme en su oficina.

Mr. Martin era agradable pero formal.

-Vi tu fotografía en el periódico y leí que te han ofrecido una beca para jugar en
el equipo de una buena universidad -dijo- ¿Tú quieres ir a la universidad,
Arthur?

-Todavía no estoy seguro -le respondí.

Me clavó su mirada con seriedad.

-Debo ser honesto contigo -dijo-. No estoy seguro de que seas "buen material"
para ir a la universidad." Mr. Martin siguió diciéndome que yo probablemente no
entraría a la universidad si no fuera porque jugaba bien al fútbol. Mis notas, me
recordó, eran notas mediocres. Pensaba que había una buena probabilidad de
que yo fracasara en la universidad y que eso no haría quedar muy bien a
nuestra escuela, ¿no es cierto? Acabó la conversación sugiriéndome que
considerara algunas otras opciones, incluso las fuerzas armadas.

-En el ejército -dijo-, tendrás la oportunidad de crecer, de aprender sobre ti


mismo y de descubrir qué quieres hacer con tu vida.

Esa noche, cuando mi padre volvió del trabajo, le conté la con-versación que
había tenido con el consejero.

-Entonces, Arthur -dijo mi padre, mientras se tomaba un momento para


encender un cigarrillo- ¿puedes decirme exactamente qué te dijo?

-Él piensa que yo no debería ir a la universidad. Piensa que no me va a ir bien.

-¿Lo dijo con estas mismas palabras?

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Terapia Centrada en…195

-Dijo que soy un alumno promedio. Que soy bueno para el fútbol y que tal vez
ésa sea la única razón para ir a la universidad. Él piensa que debo considerar
la posibilidad de alistarme en el ejército.

Mi padre me miró un momento, evaluando mi humor con tranquilidad.

-Arthur -dijo mientas exhalaba suavemente el humo de su cigarrillo-, ¿por qué


no me dices qué piensas tú de la cuestión? -Quizá yo no sea "material" para la
universidad, según las palabras del señor Martín -dije.

Pero no le dije a mi padre que me sentía confundido y descorazonado por la


pobre valoración que Mr. Martin había hecho de mi capacidad.

Mi padre esperó unos momentos mientras me observaba.

-Yo no sé -repetí-. Él es el consejero, supongo que debe saber. Mientras


apagaba la colilla de su cigarrillo me sonrió. En esa sonrisa vi todo el amor del
mundo.

-Yo sé que no eres un erudito, Arthur -dijo-, pero me pregunto por qué este
hombre, que no es de nuestro barrio, que no te conoce, Ruede decir te que no
deberías ir a la universidad. Quisiera oír su razonamiento. Vamos a su oficina y
veamos qué nos dice.

Al día siguiente mi padre y yo nos sentamos con Mr. Martin en su oficina. Mi


padre miró los títulos académicos enmarcados que estaban colgados de la
pared detrás de su escritorio y entonces, muy amablemente, pidió a Mr. Martín
que repitiera lo que me había dicho el día anterior. Mr. Martin habló durante un
rato, sobre mis notas no destacadas, mi falta de motivación, el hecho de que su
trabajo era determinar cuáles estudiantes serían capaces de graduarse en una
universidad y cuales deberían considerar otras posibilidades. El notó la absorta
atención de mi padre y cómo asentía con la cabeza, como si estuviera de
acuerdo; parecía que eso lo animaba a seguir hablando. Mr. Martín hizo
algunos comentarios negativos sobre los deportes y las actividades
extracurriculares, y repitió lo que me había dicho sobre las malas reputaciones
que muchos deportistas, en especial los futbolistas, le estaban acarreando a
nuestra escuela.

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Terapia Centrada en…196

-Dígame, señor -dijo mi padre en un momento, inclinándose hacia adelante,


con sus manos en posición de plegaria-, ¿practicaba usted algún deporte
cuando estaba en la escuela secundaria? ¿Alguna vez fue entrenador de algún
deporte?

La respuesta de Mr. Martin fue un resoplido por la nariz, lo que mostró su


profunda sorpresa.

-No me interesan las actividades atléticas -dijo-. Mis intereses son académicos.

Y durante los próximos diez minutos Mr. Martin se dedicó a hablar de su


filosofía de vida y su educación.

Cuando hubo terminado, mi padre le preguntó lo que siempre preguntaba


cuando estaba implicado en una conversación importante: -¿Ha dicho usted
todo lo que tenía para decir?

Mr. Martin dijo que sí, que pensaba que no había dejado nada en el tintero.

-Bueno señor -dijo mi padre con voz muy tranquila-. Puedo ver que usted es un
hombre con mucho estudio. En los diplomas que están colgados en la pared
puedo ver que usted se graduó en la universidad. Hasta tiene un pos grado.

Mr. Martin sonrió, orgulloso de sus logros.

-Entonces, ésta es la forma en que yo lo veo -continuó diciendo mi padre-. Si


alguien como usted, quien evidentemente tiene dificultades en ver el potencial
de un joven con talento como Arthur, puede ir a la universidad y hasta obtener
una maestría, entonces estoy seguro de que nada detendrá a mi muchacho.
Gracias por dedicamos su tiempo.

Entonces mi padre se puso de pie, extendió su mano a Mr. Martín, la estrechó


con firmeza y salió de la oficina.

Ese encuentro hace treinta y cinco años me enseñó la lección más importante
sobre el arte de escuchar con empatía: dar siempre a la otra persona la
oportunidad de explicarse en detalle y revelar sus pensamientos y
sentimientos. Entonces, después de saber todo lo necesario sobre los
objetivos, motivos, intenciones, temores, sueños y deseos del interlocutor, usar
la información para evaluar la situación. Sólo acabado este proceso de

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Terapia Centrada en…197

escuchar y evaluarse puede descubrir qué consejos se deben tornar y qué


consejos se deben rechazar. Sólo después de determinar el carácter de la otra
persona es posible decidir si su consejo es sólido, respetuoso de las
necesidades y deseos del aconsejado o si proviene de una persona con
prejuicios, que desea influir sobre los pensamientos y sentimientos del otro
para su propia conveniencia.

Viendo cómo mi padre escuchaba a Mr. Martin y le hacía preguntas pensadas


palabra por palabra, me di cuenta de que estaba formándose una idea del
hombre. ¿Quién es? ¿De dónde viene?, quería saber mi padre. ¿Tiene alguna
intención determinada? ¿Está interesado en ti como individuo o piensa que
todos los jugadores de fútbol (y miembros de una banda, y jugadores de
ajedrez, aficionados al baloncesto, niños ricos, niños pobres, niños negros,
niños blancos) son iguales? Todas esas preguntas daban vuelta en la mente de
mi padre mientras determinaba si el consejero tenía algo para enseñarle o si
estaba tan lleno de sí mismo que no tenía lugar para los pensamientos y las
opiniones de otros.

-Yo estaba escuchando su razonamiento para ver si tenía sentido, tratando de


imaginar cómo había llegado a sus conclusiones sobre ti -dijo mi padre cuando
salimos de la escuela.

Ahora que ya pasé por la universidad y estoy graduado tengo una palabra
mejor para definir ese proceso de conocer la amplitud y la profundidad de otro
ser humano. Yo lo llamo valoración. En términos de desarrollar y expresar la
empatía, la valoración es la capacidad más importante que podemos cultivar.
Ésta constituye la parte central del escuchar con empatía.

¿Qué es la valoración? Dicho con sencillez, la valoración es la habilidad de


descubrir la verdad sobre una persona o situación, usando la empatía como
guía. La valoración es especialmente importante en las etapas tempranas de
una relación, cuando uno no conoce a la gente muy bien y necesita determinar
más bien rápidamente quiénes son y qué los motiva. Uno, por ejemplo, podría
usar la valoración con los maestros de sus hijos, sentándose en su clase
durante varias horas, observando cómo hablan, cómo escuchan las
preocupaciones de sus alumnos, cómo responden a las preguntas o resuelven
los problemas de disciplina, etc. Si fuera a contratar un empleado, entrevistaría

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Terapia Centrada en…198

a varios candidatos y les preguntaría por su entorno, su educación, gustos y


preferencias, ética de trabajo, valores, etc. Escucharía qué dicen y qué callan.
A qué dan importancia y qué dejan en un segundo plano.

La valoración es críticamente importante en nuestras relaciones personales,


aunque tengamos la tendencia de no prestar atención a su importancia. Leigh,
una mucama de treinta y ocho años de edad que estaba pasando por una
situación de divorcio muy desagradable, me contó una conversación que tuvo
con su abogado después de la primera audiencia en el tribunal. "Después de
que mi abogado escuchó a mi marido durante quince minutos, me dijo que en
los veinticinco años que llevaba en el ejercicio de la profesión, nunca había
encontrado un hombre tan egocéntrico y tan falto de compasión. ¿Qué se me
escapó? ¿Por qué no pude notar lo que mi abogado vio en sólo quince minutos
con él? ¿Por qué desperdicié cinco años de mi vida con ese hombre?

Si a Leigh le hubieran enseñado a escuchar con empatía ya usar ese proceso


de atención focalizada para evaluar el carácter de su marido, se habría
ahorrado mucha tristeza. El escuchar con empatía nos ayuda a evitar las
conversaciones triviales y a mantener a raya a la gente que sólo se interesa en
sus propias necesidades y deseos. Si no sabemos cómo hacer una buena
valoración de los demás, terminamos tomando decisiones pobres. Elegimos la
persona equivocada para confiar en ella, para amarla, para trabajar con
nosotros o para cuidar a nuestros niños. Tomamos decisiones basadas en
nuestra propia vulnerabilidad e inseguridad. Dejamos que los demás nos
controlen o que tomen las decisiones en nuestro lugar, cuando deberíamos
estar usan-do la empatía para crear nuestro propio camino en la vida.

El proceso de valoración al escuchar con empatía comprende dos etapas


diferentes pero conectadas. La primera, evaluar a la persona que está
hablando para conocer lo más posible sus puntos de vista, historia personal,
carácter y motivación. La segunda, escuchar con cuidado y atentamente para
aprender a evaluarse uno mismo, siendo consciente del propio estado
emocional en ese momento, incluso de sus propias necesidades, puntos
vulnerables, prejuicios e intereses.

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Terapia Centrada en…199

La evaluación de otros

Para juzgar la motivación y el carácter de otra persona con exactitud, debes ser
capaz de ajustar tu punto de vista, de sintonizarlo con el de la otra persona.
Con esta habilidad de expandirnos en respuesta a nuestras interacciones con
otros, aprendemos y crecemos. Cuando salimos de nuestro interior y entramos
en las experiencias del otro, viendo el mundo con esa persona, como si
fuéramos esa persona, estamos practicando la empatía. La empatía requiere
que dejemos de lado nuestras teorías y juicios y comencemos de nuevo. Al
escuchar con todo el corazón, entramos en los pensamientos y los
sentimientos de la otra persona, después volvemos a nosotros mismos con la
visión modificada por lo que acabamos de experimentar. La empatía, en todo el
sentido de la palabra, implica un proceso constante y regular de auto
transformación.

Algunas veces, cuando trato de explicar a un paciente o colega cómo trabaja la


empatía, pongo las manos separadas algunos centímetros con las palmas
enfrentadas. "Éste es un rango de empatía estrecho -digo-, algo como poner
anteojeras a un caballo. Así es como vamos por la vida, con la empatía
limitada, sólo viendo aquello que está exactamente delante de nosotros. La
empatía quita suavemente las anteojeras y amplía el rango, entonces separo
las manos, permitiéndonos ver el mundo de la otra persona. Con esa visión
expandida podemos ver mejor cuál es nuestro lugar en el todo más grande."

Escuchar con mente abierta puede ser una experiencia de humildad, porque
una vez que comenzamos no podemos caer otra vez en las formas manida s
de interacción. Se debe estar dispuesto a admitir no sólo que no se tienen
todas las respuestas sino que podría no haber respuestas satisfactorias a algún
problema particular. Recientemente estuve conversando con Débora, un ama
de casa de cuarenta y un años, sobre su deseo de tener un niño. Ella había
estado tratando de quedar embarazada durante seis años y vino a consultarme
luego de su segundo aborto espontáneo.

Ese día en particular, Débora comenzó a rogarme que diera una respuesta a su
dolor y su confusión. Sus amigos le aconsejaban tomar nuevas drogas contra
la infertilidad, y su doctor le había sugerido una intervención quirúrgica.
Mientras la escuchaba me di cuenta de que ella no deseaba que yo le dijera

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Terapia Centrada en…200

que debía hacer: ella quería que la ayudara a enfrentar' la posibilidad de que
quizá nunca fuera a tener un niño. Ella necesitaba saber que yo entendía su
desesperación. Quería que yo estuviera a su lado, mientras ella luchaba con su
dolorosa realidad.

-Por favor dígame qué debo hacer -dijo ella, mientras las lágrimas le corrían por
las mejillas-. Es demasiado doloroso y no sé cómo haré para vivir con este
dolor. No sé si podré tener un niño, ¿cómo podré vivir con ese vacío en mi
vida?

En ese momento ella estaba sollozando y casi no podía hablar.

-Por favor, doctor, ayúdeme, deme algo de lo cual pueda agarrarme, dígame
algo que pueda hacerme sentir mejor.

Sabía que todas las frases hechas que están disponibles para los seres
humanos en momentos como ése, (entiendo qué significa esto para usted y
qué doloroso es, todo saldrá bien, trate de no preocuparse, todo saldrá de la
mejor manera, todavía tiene tiempo de quedar embarazada, no pierda las
esperanzas, nunca se sabe, hay avances nuevos todos los días en ese campo)
la herirían aún más de lo que la ayudarían. La compasión, sólo quitaría
importancia a su experiencia y la reemplazaría por alguno de esos
pensamientos. En realidad, por supuesto, yo no podía saber por lo que ella
estaba pasando, porque no sé cómo es no tener hijos, ni sé que es ser una
mujer que desea desesperadamente tener un hijo pero no puede. Puedo
imaginar cómo sería para Débora, pero no puedo saberlo con seguridad.

Sabía que ella sentía dolor, podía sentir su angustia en mi alma, pero no tenía
palabras que pudieran resolver su problema o calmar su tormento. Mientras
ella me rogaba que la ayudara, yo recuerdo haber estado pensando "no sé qué
hacer, no sé qué decir, no sé cómo ayudarla". La miré y sentí que los ojos se
me llenaban de lágrimas. Pasó un momento. Débora respiró profundamente.

-Gracias, -me dijo:

-Gracias, ¿por qué, Débora?

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Terapia Centrada en…201

-Por escuchar. Pienso que eso es lo que realmente necesitaba. Necesitaba


alguien que me escuchara, que sintiera esto conmigo, que me dejara poner
palabras a mi dolor.

Más tarde, cuando pensé en esa conversación, me impresionó lo difícil y


exigente que puede ser la empatía. Inicialmente, Débora quería respuestas,
pero gracias a la tranquila resonancia de la empatía, se dio cuenta de que ser
comprendida emocionalmente era infinitamente más tranquilizador que
cualquier cosa que yo pudiera decirle. Sin embargo, en aquel momento yo no
estaba seguro de estar dándole lo que ella necesitaba realmente. Sólo sabía
que ofrecerle compasión o frases hechas no podría calmar su dolor. La
empatía me guió a responder con un silencioso respeto por su dolor;
comprendiendo que mis sentimientos eran genuinos, Débora respondió con
gratitud a mi empatía.

El proceso de la empatía algunas veces me recuerda momentos críticos en mi


carrera como jugador de fútbol cuando sucedía algo completamente
inesperado: era necesario un pase, todos los jugadores, que podían recibido
estaban marcados por los adversarios y de repente me hallaba corriendo por la
línea del costado de la cancha, hacia la meta. Ése es el momento cuando
debes dejar todas tus teorías y tus jugadas de pizarrón a un lado y confiar en
tus instintos. Los estrategas del fútbol lo llaman corrida a campo traviesa; ésa
es también es una gran metáfora para la empatía. Con la empatía no se puede
confiar sólo en el manual de procedimientos, porque la gente de carne y hueso
siempre rompe las reglas. Con frecuencia la vida no sigue nuestros planes bien
trazados, debemos pensar con los pies sobre la tierra y estar siempre
preparados para remontar vuelo en cualquier dirección inesperada.

En una escena maravillosa al final de la primera película de la serie de La


guerra de las galaxias, Luke Skywalker está volando en un estrecho túnel en un
último intento desesperado para destruir la DeathStar. Mientras hace los
últimos ajustes en la pantalla de la nave, oye la voz de Obi-Wan que le
aconseja con calma: "Usa la fuerza, Luke. Déjate llevar. Confía en mí. La
fuerza estará siempre contigo".

"La fuerza" no es otra cosa que la empatía, la capacidad innata de "ver" más
allá de la vista y sentir lo que está más allá del mundo sensible. Para poner en

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Terapia Centrada en…202

práctica la fuerza de la empatía, debemos confiar en nuestros instintos


naturales, la sabiduría de nuestra experiencia, y la habilidad de enfriar nuestras
emociones por medio de la reflexión cuidadosa. Al escuchar la voz de la
empatía en nosotros, aprendemos a confiar en nuestros poderes interiores y al
mismo tiempo nos comprometemos al duro trabajo necesario para expandir
esos poderes en nosotros. Este proceso de auto transformación nos lleva di-
rectamente a la segunda parte del proceso de valoración: evaluar el ser.

La autovaloración y el escuchar con prejuicios

Aprender a escuchar al ser interior es tan importante como aprender a


escuchar a los demás. Los intereses propios o prejuicios interfieren con la
capacidad de escuchar cuidadosamente y con mente abierta, disminuyendo la
capacidad para la empatía. Cuando mi padre habló con el consejero de mi
escuela secundaria, era muy consciente de sus prejuicios y de cómo podrían
influir éstos en sus decisiones. Él sabía que para hacer una valoración exacta
de los pensamientos y sentimientos de Mr. Martin, debía "jugar limpio" consigo
mismo, reconociendo abiertamente sus preconceptos y esforzándose por
dejarlos de lado mientras escuchaba y trataba de aprender.

Mi padre tenía gran interés por mi futuro. Quería que fuera a la universidad.
Ése era, en verdad, uno de sus sueños más grandes. Habiendo sido el primer
miembro de su extensa familia en terminar la escuela secundaria, creía en el
valor de la educación y quería que yo tuviera la oportunidad que a. él le había
sido negada: obtener un título universitario.

Sin embargo mi padre también sabía que empujarme más allá de mis
posibilidades o ahogar mis propios sueños no sería sabio. Me conocía bien. Yo
le había dicho muchas veces que mi pasión era el fútbol americano y que
deseaba jugar algún día en un equipo semiprofesional. También sabía que yo
no estaba particularmente interesado en lo académico. Así que mi padre
pensó: quizá, sólo quizás ese consejero tenga razón. Quizá pueda enseñarme
algo, quizá con su ayuda pueda aconsejar mejor a mi hijo.

Sólo al escuchar con empatía, lo que requiere escuchar sin prejuicios y


negándose a dirigir o controlar la conversación, mi padre podría obtener la
información necesaria para tomar una decisión. Tuvo que entrar con el corazón

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Terapia Centrada en…203

completo en el punto de vista de Mr. Martín; sólo después de eso podría saber
si sus opiniones respondían completamente a la comprensión, el conocimiento
y la perspicacia.

La negativa de mi padre a prejuzgar a Mr. Martín le permitió evitar la trampa de


escuchar prejuiciosamente. Es para eso que tu mente está preparada. Al
escuchar unas pocas palabras, comienzas a completar los blancos con tu
propia experiencia y dejas de escuchar la historia que te están revelando. "Él
está hablando otra vez de su siempre crítico padre; sé perfectamente a dónde
va su conversación", puedes decir a ti mismo, o "ella me dirá qué maravillosos
son sus hijos; ya he oído eso antes". Escuchas a medias: dejas hablar a la otra
persona, respondes como si hubieras estado escuchando, mueves la cabeza
diciendo sí o no en los momentos correctos, pero en realidad estás convencido
de que ya sabes todo lo que hay que saber sobre este tema en particular.

Escuchar parcialmente nos puede llevar a falsas conclusiones, como lo revela


esta historia. Varios años atrás, mi primo Pasquale (nosotros lo llamamos Pat)
fue hospitalizado después de un serio accidente de carretera en el que le
quedaron dañadas dos vértebras. La gran ventana de la habitación del hospital
donde estaba Pat estaba rota, y entraba aire frío, por eso le pidió a la
enfermera que cerrara la cortina.

Esa noche un residente de psiquiatría entró a la habitación, con la mirada seria.


Preguntó a Pat si quería conversar.

-Sí -dijo Pat, siempre amigable y sociable-. ¿De qué le gustaría hablar?

El residente lo miró con preocupación.

-Estoy preocupado por tu estado mental -le dijo.

-¿En verdad? -dijo Pat.

-Pienso que quizás estés deprimido.

-Usted piensa que tal vez esté deprimido -repitió Pat-. Bueno, está bien. Tengo
curiosidad; ¿cómo llegó a esa conclusión?

-El día estaba hermoso afuera, pero en tu habitación estuvieron cerradas las
cortinas todo el día -dijo el residente.

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Terapia Centrada en…204

Pat soltó una carcajada, después explicó al residente por qué había estado
sentado en la oscuridad en-un día tan hermoso. Esa noche, cuando fui a
visitarlo, Pat quiso tomarme el pelo.

-Dime, Arthur, ¿para qué diablos quieren sus títulos los psicólogos? ¿Piensan
que saben todo lo que sucede en la cabeza de la gente?

El residente no estaba interesado realmente en lo que Pat tuviera para decide


porque él ya había decidido. Cuando alguien supone que sabe todas las
respuestas, puedes estar seguro de que el poder de su empatía se verá
disminuido. Escuchar prejuiciosamente va contra la empatía: es escuchar con
una mente cerrada. A veces, los psicólogos lo llaman" escuchar a la distancia",
lo que me hace imaginar una persona en la acera de enfrente de una gran
avenida, asintiendo amablemente con la cabeza mientras estoy hablando,
aunque, por supuesto, sin oír una sola palabra de lo que digo.

Aquí hay otro ejemplo de escucha parcial. En una sesión reciente de terapia de
grupo, Elizabet estaba hablando sobre su separación de su marido y los
problemas que tenían en determinar cómo dividirían sus bienes. Otros dos
miembros del grupo, Tom y Teresa, habían pasado por divorcios difíciles e
inmediatamente se hicieron a la idea de que el esposo de Elizabet trataría de
sacar ventaja de su personalidad suave y espíritu generoso. Cuando Elizabet
insistió en que su esposo era un hombre de buen corazón que nunca trataría
de sacar ventaja económica ambos, Tom y Teresa, la regañaron.

-Elizabet, tú eres tan inocente -dijo Teresa dando un giro con su ojos-o Puedo
decirte por mi propia experiencia que no puedes con-fiar en nadie, menos que
menos en tu ex cónyuge.

-Teresa tiene razón -dijo Tom con voz campanuda-, Yo era muy confiado, como
tú, y mi esposa se quedó con todo: la casa, el coche, los chicos. Se llevó mi
vida entera.

Más tarde, conversamos en el grupo sobre cómo las experiencias de Tom y


Teresa los habían hecho formarse un prejuicio que no les permitía entender
con exactitud y responder sensitiva mente a la situación de Elizabet. Sus
prejuicios les impedían tener empatía con ella y darse cuenta de que su
situación era única y particular. Puede ser una verdad ampliamente difundida

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Terapia Centrada en…205

que los divorcios son difíciles y que cada cónyuge se defiende a sí mismo, pero
ciertamente no es una verdad universal, y siempre hay variaciones en este
tema.

Escuchar sesgadamente en contraste con escuchar con empatía, tiende a


sacar conclusiones basadas en lo sucedido antes. Por ejemplo, puedes iniciar
una relación con un abogado dedicado a casos de personas heridas en
accidentes con la idea de que todos los abogados de esa rama son de hablar
suave y verdaderos artistas a la hora de hacer dinero a costa de las
tribulaciones de otras personas. Desde el punto de vista de la empatía,
deberías trabajar mucho para retener tus nociones preconcebidas en la parte
trasera de tu mente hasta que sean validadas por la comunicación presente.
Éste es un procesó consciente, conducido por el deseo empático de ser justo y
abierto a nuevas experiencias. "Sé que tengo prejuicios, pero quizás este
individuo en particular está realmente interesado en el bienestar de sus clientes
y le importan la verdad y la justicia", te dirías a ti mismo. (Mientras tanto
evaluarías cuáles son tus intereses en el caso: ¿amas "la verdad y la justicia" o
estás primariamente interesado en el dinero que puedas sacar de un pleito?

Prejuicio

Todos hemos desarrollado teorías generales basadas en nuestras experiencias


en la vida, pero la empatía nos obliga a mantener nuestros prejuicios en la
mente, de modo que no se concreten. Mantener la flexibilidad y el flujo de la
comunicación es esencial para la empatía, " mientras que la rigidez y la
inflexibilidad siempre disminuirán la habilidad para ejercerla. Los prejuicios se
basan en los títulos, la herencia étnica, la raza o la religión e invariablemente
causan confusión y hostilidad y dificultan las relaciones personales.

En mi primer día de trabajo en el Hospital Leonard Morse de Natick,


Masachussets, veinticinco años atrás, tuve una reunión de orientación con el
personal. Di un pequeño discurso, en el que me presenté y describí con qué
enfoque solía trabajar; después de una conversación con ellos hicimos un alto
para ir a comer. Una mujer vino a hablar conmigo durante ese tiempo
presentándose como trabajadora social.

-¿Sabe? No puedo creer que usted sea el doctor Ciaramicoli me dijo.

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Terapia Centrada en…206

-¿Por qué? -le pregunté.

-Bueno, a decir verdad, esperaba a alguien completamente diferente -dijo-.


Siempre pensé que los italianos usaban camisetas blancas con la caja de
cigarrillos en el doblez de la manga enrollada. ¡Nunca había visto un italiano
usar un traje con chaleco!

El comentario me sorprendió y por un breve instante me ofendió, pero había


algo en su cálida sonrisa que no tenía nada que ver con la intención de
herirme. Podía dame cuenta de que ella no había querido insultarme, de modo
que me tocaba ampliar su idea de los italianos.

-Soy italiano -le dije- pero no fumo, uso camiseta que a veces no es blanca sólo
cuando hago ejercicio físico y siempre, sin excepción, en mi primer día de
trabajo me pongo un traje con chaleco.

Nos reímos; ese momento empático marcó el comienzo de una amistad fuerte
y duradera. Yo aprendí a valorar su tendencia a decir exactamente lo que
pensaba, y pronto me di cuenta de que al poner sus prejuicios en la línea del
frente, ella estaba tratando de situarse más allá de ellos. Lo que ese día ella
estaba diciendo realmente era, "Hey; esto es lo que he oído sobre los italianos
pero ahora no estoy tan segura: ¿acaso es verdad?"

Los prejuicios abiertos no sólo son un obstáculo para escuchar con empatía.
Todos hemos desarrollado maneras de organizar nuestro mundo colocando a
las personas en categorías y poniendo etiquetas a ciertos comportamientos.
Vivimos nuestra vida, en verdad, siguiendo ciertas teorías sobre el
comportamiento humano basadas en generalizaciones y abstracciones. Por
ejemplo, un prominente estereotipo cultural sostiene que las mujeres son más
perspicaces e intuitivas que los hombres. La verdad, de acuerdo con los
investigadores psicológicos, es mucho más compleja: mientras que la mujer
generalmente es más exacta a la hora de interpretar las emociones a partir de
la expresión facial, por lo menos diez estudios han demostrado que los
hombres son igualmente hábiles en leer los pensamientos y las emociones de
los demás.

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Terapia Centrada en…207

La habilidad empática innata es virtualmente la misma en hombres y mujeres:


parece que la diferencia está en la motivación. Como lo señalan los psicólogos
Tiffany Graham y William Ickes:

Cuando aprenden a "rechazar" o a ignorar los sentimientos y necesidades de


otras personas, los hombres pueden suprimir o enmascarar completamente la
sensibilidad social la que, si es expresada, puede hacerlos aparecer como
débiles y poco masculinos. Así, como lo han notado Hancock e Ickes, "Si a
veces los hombres parecen socialmente insensibles, puede tener más que ver
con la imagen que desean dar que con la habilidad que poseen."

Nuestras teorías sobre la vida en general y las relaciones en particular también


están fuertemente influidas por ciertas fórmulas o modelos estandarizados: la
creencia de que los matrimonios y las amistades sanos, por ejemplo, se basan
en un amor incondicional o que la fuerte atracción física es un ingrediente
esencial en las relaciones sexuales. Estas teorías se mezclan con nuestras
frecuentemente dolorosas experiencias y generan un complejo repertorio de
creencias estereotipadas y prejuicios mentales que pueden distorsionar nuestra
capacidad para entender las experiencias singulares de los demás.

Empatía no es compasión

En una reciente sesión de grupo, Roberta, una viuda de cincuenta y cinco


años, estaba describiendo a Joe, un hombre con el que ella había estado
saliendo. Mencionó que él algunas veces era algo paternalista y tendía a
controlada o dirigida para que ella respondiera de la manera en que él suponía
más apropiada en lugar de dejar que ella tomara sus propias decisiones.

-Algunas veces -admitió-, me trata como a una niña. Sé que lo hace con buena
intención, pero no estoy acostumbrada a que me traten así. Fred, [el marido
difunto de Roberta] era siempre tan suave y adaptable, nunca se metía en mi
vida y siempre me dejaba tomar mis decisiones.

Mientras Roberta hablaba, noté que Marilyn, de cuarenta y dos años y


divorciada dos veces, se estaba poniendo nerviosa, suspiraba, se agitaba en

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Terapia Centrada en…208

su silla y en un momento hasta se tomó la cabeza con las manos. Después de


que Roberta terminó, pregunté a Marilyn si algo le molestaba.

-Pienso que el novio de Roberta se está abusando -dijo Marilyn con


vehemencia-. Muchas mujeres siguen su relación durante años hasta que el
abuso destruye completamente su autoestima. Odio ver cómo este hombre se
abusa de Roberta.

Se suscitó una conversación entre Marilyn y otra mujer del grupo sobre la
inequidad en la división del poder entre hombres y mujeres. Después de unos
momentos las interrumpí y dirigí la atención de nuevo en Roberta. Le pregunté
si ella tenía problemas en decir al grupo qué había estado pensando y cómo se
había sentido mientras Marilyn catalogaba su relación como abusiva.

Roberta miró a Marilyn, sonrió suavemente, y dijo:

-La palabra nada tiene que ver con mi relación con Joe. Él no es abusivo. Es
cierto que tiene la tendencia de querer controlar las cosas, pero al mismo
tiempo es amable y generoso.

-Es que no quieres ver el cuadro completo -respondió Marilyn con tono
defensivo y voz temblorosa-, tienes miedo de admitir la verdad.

Mi atención se volvió hacia Marilyn.

-Me pregunto si la situación de Roberta puede tener algún significado especial


para ti -dije.

-No sé -me contestó.

-¿Puedes decirme qué pasaba por tu mente mientras escuchabas a Roberta? -


le pedí.

-Pensaba en mi padre -y las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de


Marilyn y pasaron varios minutos antes de que pudiera continuar-o Yo siempre
usaba las mismas palabras: amable, suave, controlador, para describirlo.
Cuando yo era adolescente él siempre estaba esperándome cuando llegaba a
casa por la noche. Todos los demás estaban dormidos; él cerraba la puerta con
llave para que yo no entrara a hurtadillas. Me esperaba, me hacía sentar en su
regazo y me tocaba.

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Terapia Centrada en…209

Ésa era la primera vez que Marilyn decía a alguien en el grupo, incluyéndome a
mí, que había sido abusada sexualmente.

En este diálogo podemos ver la diferencia entre escuchar con empatía y


escuchar con compasión. La empatía es, como ya hemos aprendido, una
capacidad innata que nos lleva a realizar actos de compasión y altruismo. La
compasión es una emoción, la experiencia pasiva de compartir los miedos, la
ira o la alegría de otra persona. Compasión significa "sufrir o experimentar con"
mientras que empatía significa "sufrir o experimentar en". No parece una
distinción muy importante. Pero es igual que mezclar agua y aceite o mezclar
agua y leche. En la compasión, el agua y el aceite permanecen uno junto al
otro tocándose e intercalando, pero siempre manteniendo sus identidades
separadas: dos personas están juntas en sus experiencias separadas. En la
empatía, el agua se mezcla con la leche de modo que una se vuelve parte de la
otra y juntas crean un todo: dos personas están juntas en la misma experiencia
compartida.

El escuchar con empatía siempre se centra en la otra persona, y su objetivo es


hacer que el otro se sienta entendido de manera única. Esto significa moverse
de lo general a lo particular, de lo grueso a lo fino, de lo común a lo especial, de
lo viejo a lo nuevo, de lo ordinario a lo extraordinario, de lo conocido a lo
desconocido. La compasión vuelve al pasado, expresa un sentimiento de
comprensión general basado en experiencias comunes. La empatía siempre se
centra en el presente, en lo que está pasando ahora, en este preciso instante.

El escuchar con compasión puede ser destructivo para las relaciones porque
es demasiado generalizado. Cuando las personas sufren dolor o problemas, lo
que más desean es ser comprendidas y ser vistas más como una excepción
que como una regla. Generalizar a partir de sus experiencias puede causar
más daño que bien. Cuando un padre dice a su hijo adolescente "Yo también
fui adolescente, Pedro, sé exactamente por lo que estás pasando", esto no
parece aliviar demasiado el dolor de su hijo, quien quiere ser visto y escuchado
cómo un individuo único más que ser colocado en una categoría con otro
adolescente más.

La compasión nos permite sufrir con las otras personas sin siquiera acercamos
a ellas. "Siento tanta pena por la gente de Kosovo" es un enunciado compasivo

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Terapia Centrada en…210

basado en la comprensión de los sucesos .mundiales. "Entiendo por lo que


estás pasando", decimos a nuestros amigos cuando nos cuentan sobre sus
frustraciones con el sexo opuesto, su temor de cumplir cincuenta años o sus
cambios emocionales cuando cuidan a sus envejecidos padres. Pero la
empatía sabe, porque su corazón está lleno de comprensión, que tú no puedes
saber inmediatamente lo que siento porque tú no eres yo. Así que la empatía
parece ir más profundamente a escuchar con atención absorta, para
comprender, para fundirse, aunque sea un sólo momento, y compartir el
corazón y el alma de la otra persona.

Ruth, de cuarenta y seis años, tiene cáncer de mama. El cáncer ha hecho


metástasis en sus huesos y, al parecer, también en su columna vertebral. Debe
usar bastón, lleva una férula en la pierna y más adelante, ha dicho un
neurólogo, necesitará silla de ruedas.

Recientemente, en un día de primavera, un autobús especialmente equipado


fue a buscar a Ruth a su casa y la llevó a un centro de recreación para que
nadara en una piscina terapéutica. La mujer que conducía el autobús era
alegre y curiosa.

-¿Qué le pasa a su pierna? -le preguntó.

Al oír que Ruth tiene cáncer en el hueso, la chófer emitió un suspiro de alivio.

-¡Dios mío! Permítame decide que estoy muy agradecida por mi vida y mis
pequeños problemas. Siempre hay alguien mucho peor que yo.

La sonrisa suave de Ruth escondió su dolor.

En el centro de recreación, una mujer de mediana edad salió del vestuario y


extendió la mano a Ruth, quien esperaba un apretón de manos amistoso. En
lugar de eso, la mujer apretó la mano de Ruth entre las suyas, cerró los ojos,
inclinó la cabeza y oró rogando que el Señor quitara esa maldición a su sierva.
Luego la mujer se marchó, dando una mirada de piedad a Ruth.

Ruth se quedó muda. No sabía qué decir, pero sabía cómo se había sentido.
Deseó haber sido capaz de patear su férula, correr a la mujer, darle un golpe y
derribarla al suelo. "No necesito tu plegaria fingida ni tu 'oh, pobrecilla' -quería
gritarle Ruth-. Ni siquiera soy una persona para ti, apenas una novedad, algo

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Terapia Centrada en…211

para contar a tus amigas en la próxima cena de la iglesia acerca de cómo


oraste por esa pobre, lastimosa y baldada mujer en la piscina."

Pero Ruth no la corrió. En lugar de eso tomó el autobús de vuelta a casa y se


sentó a escribir una carta a sus parientes y amigos. Equilibrando sus
emociones con consideraciones bien pensadas, Ruth ofrecía sugerencias
sobre cómo hablar con alguien que esté gravemente enfermo. Habló con gran
empatía y pidió a sus seres queridos que respondieran escuchándola con
empatía.

Encended una vela por mí; si os trae consuelo, decid una plegaria, tened
buenos pensamientos, un par de novenas y rosarios son buenos también, pero
no me toméis del brazo ni oréis por mí. Preguntadme si eso es algo que me
dará consuelo. Quizá lo haga el día en que vosotros me visitéis ¿quién sabe?
Si os digo que no, sólo estemos juntos, siempre tendréis la oportunidad de orar
por mí en la puerta de mi casa o en el camino a la vuestra.

Preparaos para llorar y reír juntos. Esperad una visita intensa: si no tuviera
cáncer vuestra visita sería intensa de todos modos. No soy sólo una paciente
de cáncer, ¿sabéis? No me digáis pobrecilla. Vuestra intención puede ser sentir
conmigo en mi situación y reconfortarme, pero el "Oh, pobrecilla" me hace
sentir que estoy mucho peor que vosotros, y que vosotros estáis contentos de
no tener que lidiar con este problema. Si necesitáis alegraras por vuestra
buena salud y buena suerte, hacedlo afuera o cuando regresáis a vuestra casa.

Ansiad correr un riesgo: llamadme, enviadme un correo electrónico, visitadme.


Tratad de comprender, no os sintáis incómodos o que os entremetéis si os digo
que éste no es un buen momento. Si podéis, buscad guía profesional. Trabajad
en la idea de qué es tener un amigo muy enfermo y entonces venid a verme.
Realmente no estoy en situación de ocuparme de los problemas de los demás.
No digo que no esté interesada en lo que sucede en vuestra vida, realmente lo
siento cuando os pregunto" ¿cómo estáis?"

Si tenéis ganas de compartir' casos horrorosos de cáncer conmigo, hacedlo


sólo si realmente estáis dispuestos a honrar a la persona que perdisteis o
visteis sufrir esta horrible enfermedad. Tampoco contéis a nadie sobre mi
cáncer a nadie sin honrar lo que soy. No quiero ser una amiga que os ha

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Terapia Centrada en…212

enseñado mucho sobre el estar muriendo. Espero haber sido una de las
amigas que os enseñó algo sobre la vida.

Perfección

Escuchar es un arte, y escuchar con empatía es la expresión más alta de ese


arte. Con tiempo y cantidades considerables de paciencia, disciplina y
esfuerzo, mejoramos todo el tiempo, pero siempre hay errores, siempre hay
recordatorios de que somos seres humanos y, por lo tanto, imperfectos, es
decir, que cometemos errores. Recientemente estuve trabajando con Andrea,
una amiga y colega que yo superviso. (En psicología clínica los profesionales
matriculados algunas veces pedimos a los que tienen más experiencia que nos
supervisen, para mejorar y asegurarnos de que mantenemos nuestra
objetividad, especialmente en casos difíciles.)

En esa ocasión yo estaba preocupado, ocupado en mis pensamientos


personales, y aparentemente estuve tamborileando los dedos sobre las rodillas.
Mis ojos, me dijo más tarde Andrea, la estaban mirando, pero yo no
parpadeaba ni le respondía. Estaba claramente con la mente en otra parte.
Andrea dejó de hablar y esperó un momento.

-¿Qué sucede? -le pregunté.

-Hoy no estás aquí conmigo -me respondió.

Por el tono de su voz y la expresión de su rostro, pude ver que ella se sentía
herida y abandonada. En ese momento en el que fallé a mi amiga y colega,
recibí un recordatorio más sobre qué difícil y exigente puede ser el arte de
escuchar con empatía. Nunca podemos decir que lo hemos "alcanzado",
porque siempre debemos salir en su búsqueda. Cada interacción es diferente,
cada relación es única.

Sin embargo esos momentos cuando fallamos o tropezamos pueden ser muy
instructivos, porque es cuando nuestra empana por el otro y por nosotros
mismos se profundiza y se ensancha. Todos cometemos errores. Yo los
cometo todos los días. Si pensamos en una situación ideal de empatía, cuando
es mutua, recíproca, compartida por dos o más personas, entonces nos damos

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Terapia Centrada en…213

cuenta de qué difícil resulta mantenerla y no nos sentimos insultados cuando


un amigo nos dice "¡Hoy no me estás prestando atención! ¿Dónde estás?" En
ese momento podemos sentir remordimiento o sentimos un poco incómodos,
pero rápidamente nos reponemos, sabiendo que en la empatía, como todo en
la vida, la perfección es imposible. Nadie puede ser perfectamente empático.
Todos cometemos errores.

Pero esos momentos en que alcanzamos nuevamente la empatía también


pueden ser instructivos.

-Lo siento -dije a Andrea-, estoy preocupado por mi hija.

Tiene bronquitis y la rodilla le está molestando.

Con esa explicación Andrea entendió dónde había estado mi mente, y nos
ayudamos mutuamente a volver al camino. Todas las relaciones sociales
implican dar y tomar. Ciertos días una de las personas puede ser la que preste
su oído, y otros días esa misma persona podrá ser quien hable. Damos,
tomamos, escuchamos, hablamos, cometemos errores, nos disculpamos, pero
siempre seguimos tratando de entender y de responder con sensibilidad. Así es
como nos unimos, no en un deseo de perfeccionar el arte de la conversación
sino en la disposición de reconocer que no podemos hacerla todo solos, porque
nos necesitamos unos a los otros. La empatía es un proceso interactivo, una
comunión de almas. Los pequeños arroyos se unen a otros y juntos crean un
río poderoso que fluye fuerte, decidido y dirigido desde su interior.

Hace varios años invité al doctor Paul Ornstein, sobreviviente del holocausto y
famoso "auto psicólogo", a hablar al personal del hospital donde yo trabajo. La
auto psicología se centra en cómo nuestro sentido de identidad se desarrolla
mediante nuestras interacciones con otros. Desde la perspectiva de la empatía,
la auto psicología se interesa en cómo la empatía da vida a la identidad y cómo
la falta de ella nos deja con una idea disminuida de nosotros mismos y una
profunda necesidad de conexión e intimidad con los demás.

Luego de una corta charla, el doctor Ornstein preguntó si alguien del público
deseaba presentar algún caso reciente a fin de que el grupo pudiera
considerarlo desde el punto de vista de la auto psicología.

D.R © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Terapia Centrada en…214

Durante varios minutos nadie se movió, quizás intimidados por el pensamiento


de hablar de su trabajo con un psicólogo famoso. Finalmente, alguien levantó la
mano. Ilaria, la jefa del departamento de Trabajo Social dijo que estaría
dispuesta a conversar sobre "un caso difícil". Hija de un sacerdote de la Iglesia
Ortodoxa Rusa, Ilaria había escapado con su padre durante la Segunda Guerra
Mundial, dejando a su madre, su hermano y su hermana. Terminada la guerra,
la familia se unió, pero la angustia de esos años sigue persiguiendo a Ilaria,
una de las personas más cariñosas y compasivas que tuve el privilegio de
conocer.

Ilaria presentó su caso como lo hacen los buenos psicólogos, describiendo su


paciente y el problema que le aqueja, dando datos pertinentes sobre el entorno
familiar y detallando varias interacciones en terapia. Luego ella se volvió al
doctor Ornstein y le pidió directamente su ayuda.

-Yo deseaba conversar de este caso particular con usted porque sé que no lo
estoy llevando bien -dijo-; sé que no estoy escuchando al paciente. No sé por
qué, pero no puedo lograr que mi mente se concentre.

-¿Y qué hizo usted con su confusión? -preguntó el doctor Ornstein.

-La admití -dijo ella-. Me volví hacia el paciente y le dije " ¿tiene usted la
impresión de que no comprendo bien su problema?" y él me contestó: "Sí. No
lo comprende en absoluto". Y pasó a señalar claramente qué era lo que yo no
comprendía.

Ilaria se rió nerviosamente.

-Debo decirle que me siento incómoda al presentar este caso -continuó-,


porque sé que anduve dando muchas vueltas, pero realmente no veía qué otra
cosa podía hacer.

-Pienso que fue una intervención maravillosa -dijo Ornstein con una amplia
sonrisa-o Usted preguntó al paciente si se sentía escuchado, si tenía la idea de
que usted comprendía lo que él estaba diciendo. Usted le dio la oportunidad de
expresado que estaba en su mente y, por la manera en que usted se lo
preguntó, él supo que usted quería sinceramente conocer la verdad. Por eso se

D.R © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Terapia Centrada en…215

sintió libre de decirle que había algo que usted no comprendía y la ayudó a
retomar el rumbo.

Esa interacción revela una estrategia para escuchar de manera efectiva que
puede usarse tanto en terapia como en la vida diaria. Muchas veces
preguntamos a nuestro amigo, cónyuge, hijo o paciente "¿Te parece que te
estoy escuchando y que entiendo bien lo que quieres decirme? Muchas veces
en mis sesiones con pacientes comienzo lo que vaya decir con palabras como
éstas "Corríjame si lo estoy interpretando equivocadamente, pero pienso que
usted podría querer decir queS o "Mi impresión es, y quiero destacar el hecho
de que es sólo mi impresiónS o "Ayúdeme a completar la idea, hasta ahora
parece que usted quisiera estar diciendoS" Con estas palabras y frases hago
una invitación y pido ayuda a la otra persona en el invariablemente complejo
proceso de escuchar con empatía. En un intento por entender con exactitud
sus pensamientos y sentimientos, pido a mis pacientes que me hagan saber si
estoy interpretando mal algo, para estar seguro de que voy por buen camino, y
para guiarme de vuelta si lo he perdido.

En su clásico libro On Becoming a Person (Al llegar a ser persona), el


psicólogo Carl Rogers sugirió una estrategia similar como medio de poner a
prueba nuestra capacidad de escuchar.

La próxima vez que discutas con tu esposa, o tu amigo o con un pequeño


grupo de amigos, detén la discusión un momento y, como experimento,
establece esta regla. "Cada persona puede hablar sobre sí sólo después de
que haya expuesto exactamente las ideas del hablante anterior y de que éste
exprese su acuerdo con lo dicho." Verás qué significa esto. Simplemente quiere
decir que antes de presentar tu punto de vista, sería realmente necesario que
comprendieras el marco de referencia del otro: que entendieras sus
pensamientos y sentimientos de modo que pudieras resumirlos. Parece
sencillo, ¿verdad? Pero si lo intentas descubrirás que es una de las cosas más
difíciles que hayas hecho. Sin embargo, una vez que has podido comprender el
punto de vista del otro, tus propios comentarios necesitarán ser drásticamente
revisados. También verás que la emotividad presente en la discusión se hace
más difusa, que se reducen las diferencias y, aquellas que aún están allí, son
razonables y comprensibles.

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Terapia Centrada en…216

Escuchar con empatía nos lleva a un lugar de íntima comprensión donde los
pensamientos y sentimientos interactúan en una manera racional y razonable.
En este espacio empático alcanzamos un entendimiento más profundo de
nosotros mismos y de nuestra relación con otros. La empatía revela las
sutilezas íntimas de nuestros mundos reflejados, devolviéndonos el reflejo tanto
de la singularidad como de los elementos en común de nuestras experiencias
compartidas.

En el esfuerzo por entender a los demás y por apreciar su mundo, estamos


obligados a renunciar a nuestro egocéntrico punto de vista. Con la perspectiva
que nos brinda la empatía, centrada en el otro, nuestros problemas no parecen
tan amenazantes e insuperables. Nuestro mundo se amplía y se vuelve un
lugar más complejo pero definitivamente más interesante para vivir. Libres para
explorar este mundo, nos transformamos en el proceso de sumergimos en la
vida de los demás.

Ése es el poder de la empatía afectiva positiva (interés positivo incondicional)


hacia su cliente; 3. El grado en el que el orientador es auténtico
(correspondencia entre sus palabras y sus sentimientos), y 4. El grado de
correspondencia entre la intensidad de la expresión afectiva del cliente y la
respuesta del orientador.

Para comprobar su hipótesis Halkides primero seleccionó, por medio de


criterios objetivos múltiples, un grupo de 10 casos que podían calificarse como
de "gran éxito" y un grupo de 10 de "menor éxito". Después tomó de cada caso
dos entrevistas grabadas, una de la etapa inicial y otra de la final. De cada una
de éstas escogió al azar nueve unidades de interacción cliente-orientador (una
intervención del cliente y una respuesta del orientador). De este modo la autora
tenía nueve interacciones de la etapa inicial y nueve de la etapa final de cada
suceso, lo cual le proporcionó varios cientos de unidades que fueron ordenadas
al azar. Las unidades de una entrevista de la etapa inicial de un tema de menor
éxito, podrían estar antes de las unidades de la etapa final de otro de gran
éxito, etc.

Tres jueces, que no conocían los casos, el grado de éxito ni el origen de


cualquier unidad dada, escucharon el material en cuatro ocasiones y calificaron
cada unidad de acuerdo con una escala de siete puntos, en cuanto al grado de

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Terapia Centrada en…217

empatía, la actitud positiva del orientador hacia el cliente, la congruencia o


genuinidad del orientador y el grado en que la respuesta del orientador
correspondía a la expresión de la intensidad emocional del cliente.

Quienes conocimos el estudio lo consideramos un riesgo temerario. ¿Sería


posible que al analizar unidades de interacción aisladas los jueces calificaran
en forma confiable tan sutiles cualidades como las que he mencionado? Y aun
cuando se alcanzara una confiabilidad apropiada, ¿sería posible que los 18
intercambios orientador-cliente tomados de cada caso (Una muestra mínima de
los cientos de miles de los intercambios que ocurrieron) tuvieran alguna
relación con el resultado terapéutico? Las probabilidades eran escasas.

Sin embargo, los resultados fueron sorprendentes. Fue posible lograr una alta
confiabilidad entre los jueces, encontrándose la mayoría de las correlaciones
interjueces entre 0.80 y 0.90, excepto en la última variable. Un alto grado tanto
de comprensión empática como de interés positivo incondicional se asociaba
significativamente, en un nivel de 0.001, con los casos de mayor éxito. Aun la
calificación de la genuidad o congruencia del orientador (el grado en que había
correspondencia entre sus palabras y sus sentimientos) se asoció con el éxito
del caso, nuevamente en un nivel de significancia de 0.001. Sólo en la
investigación de la correspondencia de la intensidad de la expresión afectiva
los resultados fueron equívocos.

También es interesante señalar que las calificaciones altas obtenidas en estas


variables no se asociaban más significativamente con unidades de entrevistas
de la etapa final que con unidades de la etapa inicial. Esto significa que las
actitudes del orientador fueron bastante constantes a lo largo de las
entrevistas. Por ejemplo, si el orientador era sumamente empático, tendía a
serIo de principio a fin; si le faltaba genuinidad, tendía a presentarse en las
entrevistas tanto de la etapa inicial como de la final.

Como cualquier estudio, esta investigación tiene sus limitaciones: está


relacionada con un tipo determinado de relación de ayuda (la psicoterapia); se
investigaron sólo cuatro variables que se consideraron significativas, etc. Sin
embargo, representa un avance significativo en el estudio de las relaciones de
ayuda. Los resultados de esta investigación indican que la cualidad de la
interacción del orientador con el cliente puede juzgarse satisfactoriamente con

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Terapia Centrada en…218

base en una pequeña muestra de conducta. Si el orientador es congruente o


transparente, es decir, si sus palabras corresponden a sus sentimientos; si
aprecia incondicionalmente al cliente, y si entiende los sentimientos esenciales
de éste, entonces existe la probabilidad de que se desarrolle una efectiva
relación de ayuda.

Algunos comentarios

Los anteriores son algunos de los estudios sobre la naturaleza de la relación de


ayuda. Se han investigado diferentes facetas del problema desde diferentes
contextos teóricos, que señalan varias afirmaciones que pueden hacerse con
cierta seguridad. Las diferencias entre las relaciones de ayuda y las que no son
de ayuda están relacionadas con las características de la persona que ayuda,
por una parte, y la percepción que el ayudado tiene de la relación, por otra. Es
obvio que los estudios hechos hasta ahora no proporcionan ninguna respuesta
acerca de lo que es una relación de ayuda, ni de cómo se ha de formar.

Ciaramicoli, A. y Ketcham, C. (2002). Escuchar con empatía en El poder de la


empatía. Argentina: Javier Vergara. (pp. 93-118).

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Terapia Centrada en…219

15. ¿CÓMO PUEDO CREAR UNA RELACIÓN DE AYUDA?

Juan Lafarga y José Gómez (compiladores)

Creo que cada uno de los que trabajamos en el campo de las relaciones
humanas nos enfrentamos al problema de saber cómo utilizar dicho
conocimiento de investigación. No podemos seguir esclavizada mente tales
hallazgos en forma mecánica sin destruir las cualidades personales que estos
mismos estudios presentan como valiosas. Me parece que tenemos que utilizar
tales estudios probándolos en nuestra propia experiencia y formando nuevas
hipótesis personales de mayor alcancé para utilizarlas y someterlas a prueba
en nuestras relaciones personajes posteriores. Por lo tanto, más que decirles
cómo deberían utilizar los hallazgos que he presentado, prefiero exponer la
clase de preguntas que estos estudios y mi propia experiencia clínica me
producen, y algunas de las tentativas e hipótesis cambiantes que guían mi
conducta al estar en lo que yo espero puedan ser relaciones de ayuda, sea con
estudiantes, equipos de trabajo, familia o clientes.

1. ¿Puedo ser percibido por la otra persona como digno de confianza,


acogedor o consistente? Tanto la investigación como la experiencia indican que
esto es muy importante. A lo largo de los años he encontrado lo que creo que
son mejores y más profundas formas de responder esta pregunta. Yo sentía
que si satisfacía todos los requisitos externos para ser digno de confianza,
como mantener las citas, respetar la naturaleza confidencial de las entrevistas,
etc., y si actuaba de manera consistente durante las entrevistas, entonces se
cumpliría esta condición. Pero sé por experiencia que actuar consistentemente,
por ejemplo, manifestar si estoy molesto o tengo un sentimiento no aceptan te,
a la larga produce que sea percibido como inconsistente o indigno de
confianza. He llegado a reconocer que para ser digno de confianza no tengo
que ser rígidamente consistente, sino confiable-mente real. He utilizado el
término congruente para describir la forma en que me gustaría ser. Con esto
quiero decir que cualquier sentimiento o actitud que experimento debería
relacionarse con mi conciencia de esa actitud. Cuando esto es verdad, soy una

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Terapia Centrada en…220

persona unificada o integrada en ese momento, y por tanto puedo ser cualquier
cosa que profundamente soy. Ésta es una realidad que otros experimentan
como confiable.

2. ¿Puedo ser lo suficientemente expresivo para poder comunicar que soy en


forma no ambigua? Creo que la mayoría de mis fallas para lograr una relación
de ayuda tienen su origen en respuestas insatisfactorias a estas dos preguntas.
Cuando experimento una actitud de molestia hacia otra persona pero no me
doy cuenta de ello, mi comunicación contiene mensajes contradictorios. Mis
palabras dan un mensaje pero también comunico la molestia que siento, lo cual
confunde a la otra persona y la hace desconfiada, aunque también ella no
puede entender el motivo de la dificultad. Cuando como padre, terapeuta,
maestro o administrador fallo, en escuchar que ocurre dentro de mí, es a causa
de mi propia defensividad para sentir mis sentimientos. He llegado a la
conclusión de que el aprendizaje básico para cualquiera que pretenda
establecer una relación de ayuda consiste en ser transparentemente real. Si en
una relación dada yo soy Congruente y no está oculto para mí ni para la otra
persona ningún sentimiento relevante para la relación, entonces puedo estar
casi seguro de que la relación será de ayuda.

En conclusión, si puedo establecer una relación de ayuda para mí mismo -es


decir, ser sensitivamente consciente y aceptante de mis propios sentimientos-,
entonces hay una gran probabilidad de que pueda formar una relación de
ayuda con los demás.

Ahora bien, ser lo que soy en forma aceptante y permitir que esto se muestre a
la otra persona, es la tarea más difícil que conozco y algo que nunca alcanzaré
plenamente. Pero reconocer que ésta es mi tarea ha sido de lo más
recompensante porque me ha ayudado a identificar los errores cometidos en
relaciones interpersonales que se han desviado, y a encauzarlas nuevamente
sobre sendas constructivas; ha significado que si pretendo facilitar el
'crecimiento personal de otros en relación conmigo yo debo crecer, 10 cual es
con frecuencia doloroso, pero sobre todo enriquecedor.

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Terapia Centrada en…221

3. ¿Puedo permitirme experimentar actitudes positivas hacia la otra persona


como calidez, cuidado, agrado, interés, respeto? Manifestar este tipo de
actitudes no es fácil, ya que con frecuencia existe un cierto grado de temor
hacia tales sentimientos. Tememos experimentar libremente estos sentimientos
positivos hacia otros porque podríamos ser atrapados por ellos, lo cual
implicaría tener exigencias sobre nosotros, y nos sentiríamos desilusionados de
nuestra confianza. Por lo tanto tendemos a crear una distancia entre nosotros y
los demás, una actitud "profesional", una relación impersonal. .

Una de las razones importantes para la profesionalización de cada campo es


que ayuda a mantener esta distancia. En las áreas clínicas se desarrollan
elaboradas formulaciones diagnósticas que consideran a la persona como
objeto. De manera similar, en la enseñanza y en la administración se
desarrollan toda clase de procedimientos evaluativos que de nuevo, tienen el
concepto de persona como objeto. De esta manera no nos percatamos del
interés que implicaría reconocer que establecemos relaciones entre dos
personas. Es un verdadero logro aprender que es posible relacionarse con el
otro como una persona hacia quien tenemos sentimientos positivos.

4. ¿Puedo ser lo suficientemente fuerte como persona para ser distinto del
otro? ¿Puedo respetar tanto mis propios sentimientos y .necesidades como los
de él? ¿Soy lo suficientemente independiente como para no ser arrastrado por
su depresión, atemorizado por su miedo ni ahogado por su dependencia? ¿Es
mi yo interno bastante resistente para aceptar que no soy destruido por su
coraje, poseído por su necesidad de dependencia ni esclavizado por su amor,
sino que puedo existir aparte de él, con mis propios sentimientos y derechos?

Cuando puedo sentir libremente esta fuerza de considerarme una persona


aparte, me-doy cuenta que puedo profundizar más en la comprensión y
aceptación de él, porque no tengo miedo de perderme a mí mismo.

5. ¿Estoy lo suficientemente capacitado como para permitir ese estado de


separación con respecto al otro? ¿Puedo permitirle ser lo que él es -honesto o
engañoso, infantil o adulto, desesperado o excesivamente confiado? ¿Puedo
darIe la libertad de ser? ¿O siento que él debería obedecerme, depender de mi
o tomarme como modelo? Farson (1955) demostró que el orientador menos
competente y adaptado tiende a inducir la conformidad hacia él mismo y, por lo

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Terapia Centrada en…222

general, tiene clientes para los que él es un modelo. Por otra parte, el
orientador mejor adaptado y más competente puede interactuar con un cliente,
mediante varias entrevistas, sin interferir en la libertad del cliente a fin de que
éste desarrolle una personalidad diferente de la de su terapeuta.

6. ¿Puedo entrar en el mundo de los sentimientos y significados personales del


cliente y verlos como él los ve? ¿Puedo penetrar su mundo privado en forma
tan completa que pierda todo deseo de evaluarlo o juzgarlo? ¿Puedo penetrar
dicho mundo en forma tan sensible como para moverme dentro de él
libremente, sin pisotear significados que son preciosos para su dueño? ¿Puedo
sentir ese mundo en forma tan exacta como para captar no sólo los significados
de la experiencia de su dueño que son obvios para él, sino aquellos
significados que están implícitos y que él apenas ve difusamente? ¿Puedo
extender ilimitadamente esta comprensión? Al hacerme estas preguntas pienso
en el cliente que dijo: "Cada vez que encuentro a alguien que comprende una
parte de mí, en un determinado momento de nuevo siento que no me
entiende... Lo que he buscado con ahínco es alguien que me comprenda”.

En general, es más fácil sentir esta clase de comprensión y comunicarla con


clientes individuales que con estudiantes en una clase o con miembros de un
equipo de trabajo en el que estoy involucrado. Existe una fuerte tentación de
"enderezar" a los estudiantes o de señalar a los miembros del equipo los
errores en su manera de pensar. Es mutuamente recompensante intervenir en
estas situaciones. Con los clientes en terapia me impresiona que sea útil una
mínima cantidad de comprensión -empática -un tambaleante y defectuoso
intento de atrapar la confusa complejidad del significado del cliente-, aunque,
por supuesto, esta comprensión es más provechosa cuando puedo ver y
formular claramente los significados de la experiencia del cliente que para él
habían estado oscuros.

7. ¿Puedo aceptar cada faceta que el cliente me presenta? ¿Puedo aceptarlo


como él es? ¿Puedo comunicar esta actitud? ¿O solamente puedo aceptarlo en
forma condicional, es decir, aceptar sólo algunos aspectos de sus sentimientos
y desaprobar otros en forma silenciosa o abierta? La experiencia me ha
demostrado que cuando mi actitud es condicional, el cliente no puede cambiar
o desarrollar los aspectos que yo no acepto plenamente. Y cuando trato

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Terapia Centrada en…223

(algunas veces demasiado tarde) de descubrir por qué he sido incapaz de


aceptarlo en todos los aspectos, por lo general descubro que es porque me he
sentido atemorizado o amenazado por alguna característica de sus
sentimientos. Para ofrecer una mejor ayuda es necesario reconocer situaciones
como la antes descrita.

8. ¿Puedo actuar en la relación con la sensibilidad suficiente como para que mi


conducta no sea percibid a como una amenaza? El estudio de los
concomitantes fisiológicos de la psicoterapia confirma la investigación de Dittes
(1957) al indicar con qué facilidad los individuos son amenazados a nivel
fisiológico.

El reflejo psicogalvánico -medición de la conductividad de la piel- presenta una


alteración marcada cuando el terapeuta responde al cliente con alguna palabra
un poco más fuerte que los sentimientos de éste. Ante una frase como" ¡Vaya!,
te ves alterado", la aguja casi se sale del papel. Mi deseo de evitar esas
amenazas menores no se debe a una hipersensibilidad acerca de mi cliente,
sino a la convicción basada en la experiencia de que al liberarlo de la inquietud
externa, entonces comienza a experimentar y a manejar los sentimientos y
conflictos internos como amenazantes dentro de él mismo.

9. ¿Puedo liberar al cliente de la amenaza de la evaluación externa? En casi


cada fase de nuestras vidas - en el hogar, en la escuela, en el trabajo- nos
encontramos bajo las recompensas y los castigos de los juicios externos: "Eso
es bueno"; "Eso es malo"; "Eso vale un diez"; "Eso es un fracaso"; Ésa es una
buena orientación"; Ésa es una orientación pobre"; etc. Creo que tales juicios
tienen una cierta utilidad social para instituciones y organizaciones, como las
escuelas y las profesiones. Como cualquier persona, yo mismo realizo dichas
evaluaciones con demasiada frecuencia. De acuerdo con mi experiencia, estas
evaluaciones no producen el crecimiento personal y, por tanto, no son parte de
una relación de ayuda. Es bastante curioso que una evaluación positiva a la
larga resulta tan amenazante como una negativa, ya que informarle a alguien
que es bueno, implica que también tienes el derecho de decirle que es malo.
Entonces, mientras más se pueda mantener una relación libre de juicio y
evaluación, existirá más la posibilidad de que la otra persona sea
autorresponsable, reconozca que el foco de la evaluación, el centro de la

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Terapia Centrada en…224

responsabilidad, se encuentra dentro de ella misma, y que el significado y valor


de su experiencia depende, en última instancia, de ella, de modo que ningún
juicio externo pueda alterar esta realidad.

10. ¿Puedo considerar al cliente como una persona que está en proceso de
estar siendo? ¿Puedo evitar que tanto su pasado como el mío determinen
nuestra relación? Al clasificar al cliente como un niño inmaduro, un estudiante
ignorante, una personalidad neurótica o un psicópata, cada uno de estos
conceptos limita lo que él puede ser en la relación. La frase del filósofo
existencial de la Universidad de Jerusalem, Martín Buber (957): "confirmando al
otro", tiene un especial significado para mí. Para este autor "Confirmar
significa... aceptar la potencialidad total del otro... Puedo reconocer en él, con
él, a la persona que ha sido... creada para ser... Lo confirmo en mí mismo, y
después en él, en relación con su potencialidad que... puede desarrollar,
evolucionar". Si concibo a la otra persona como algo fijo, ya diagnosticado,
clasificado y formado por su pasado, de antemano confirmo está limitada
hipótesis. Pero si la concibo como un proceso de estar siendo, acepto el reto
por confirmar o hacer reales sus potencialidades.

En relación con este tema, Verplanck, Lindsley y Skinner, quienes investigan el


condicionamiento operante, coinciden con Buber. Si se considera una relación
sólo como una oportunidad para reforzar ciertos tipos de palabras u opiniones
del otro, se confirma la concepción de éste como un objeto. Y si con este tipo
de relación se pretende desarrollar su potencialidad; él tiende a actuar en
formas que apoyan esta hipótesis. Por otra parte, si se considera una relación
como una oportunidad para "reforzar" la personalidad del cliente con todas sus
potencialidades, también él tiende a actuar en formas que apoyan esta
hipótesis. De esta manera, en términos de Buber es posible confirmar al otro
como una persona viva, capaz de un desarrollo interno creativa. Personalmente
prefiero esta última hipótesis.

Conclusión

En la parte inicial de este artículo revisé algunas de las contribuciones sobre


nuestro conocimiento de las relaciones. Con base en dicho conocimiento,

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Terapia Centrada en…225

enuncié las preguntas que surgen desde un punto de vista más interno y
subjetivo, cuando intervengo como una persona en las relaciones. Si pudiera
responder afirmativamente todas las preguntas que he planteado, creo que
cualquier relación en la que estuviera implicado sería de ayuda, es decir,
implicaría crecimiento. Pero no puedo dar una respuesta positiva a la mayoría
de estas preguntas. Sólo puedo trabajar con la finalidad de obtener una
respuesta positiva.

Lo anterior ha despertado en mí la fuerte sospecha de que la relación de ayuda


óptima es la relación creada por una persona psicológicamente madura. Dicho
de otra manera, el grado en el que yo puedo crear una relación que facilite el
crecimiento de otros como personas diferentes, es una medida del crecimiento
que he logrado en mí mismo. En algunos aspectos éste es un pensamiento
inquietante, pero también promisorio y desafiante, ya que implica que si estoy
interesado en crear relaciones de ayuda tengo frente a mí un fascinante trabajo
de toda la vida que desarrolla mis potencialidades en la dirección del
crecimiento.

Es probable que el análisis del presente artículo tenga poca relación con sus
intereses y trabajo. Si así es, lo siento. Pero por lo menos estoy parcialmente
reconfortado al comprobar que todos los que trabajamos en el campo de las
relaciones humanas y pretendemos comprender los lineamientos básicos del
mismo, estamos comprometidos en la empresa más crucial del mundo de hoy.

Tratar de entender nuestras tareas como administradores, maestros,


orientadores educativos, orientadores vocacionales o terapeutas, representa
trabajar sobre el problema que determinará el futuro de este planeta. Porque
este futuro no dependerá de las ciencias físicas; más bien está relacionado con
los que tratamos de comprender y manejar las interacciones entre los seres
humanos, los que deseamos crear relaciones de ayuda. Así espero que las
preguntas que me hago a mí mismo sean de alguna utilidad para la obtención
de entendimiento y perspectivas, a fin de facilitar el crecimiento en sus
relaciones.

Lafarga, C. J. y Gómez, Del C. J. (1991). ¿Cómo puedo crear una relación de


ayuda? Desarrollo del potencial humano (pp. 89-95). Vol. 3, México: Trillas.

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Terapia Centrada en…226

16. LA RELACIÓN TERAPÉUTICA: INVESTIGACION Y TEORIA RECIENTES

Carl Rogers

El cambio constructivo de la personalidad en el paciente durante la psicoterapia


depende hipotéticamente de tres actitudes esenciales del terapeuta. Se supone
que éstas son más importantes que las cualidades profesionales, la orientación
terapéutica o las técnicas de entrevista del terapeuta. Estas actitudes son:
congruencia o autenticidad en la relación, aceptación o aprecio hacia el
paciente y una comprensión empática del mundo fenoménico del paciente. En
el presente artículo se reportan brevemente algunas investigaciones referentes
a esta hipótesis y se subrayan algunas implicaciones que ésta tiene para la
psicología, la psicoterapia y el entrenamiento de terapeutas.

Desde hace mucho tiempo he tenido interés en los elementos que explican el
cambio en la personalidad y en la conducta. He tratado de descubrir algún
orden válido para este complejo y sutil campo. Hace algunos años me interesé
en las condiciones que producen el cambio psicológico constructivo, el
desarrollo psicológico o el crecimiento hacia la madurez. Quise encontrar los
factores comunes - si es que existían- de las diferentes formas de ayudar a la
gente, las diferentes presentaciones de la psicoterapia. Con base en mi
experiencia en terapia, en mis observaciones de lo que otros autores estaban
haciendo en psicoterapia, en la lectura de trabajos de terapeutas con puntos de
vista muy divergentes y en las pocas investigaciones disponibles, deduje las
condiciones que facilitan un crecimiento psicológico.

Al trabajar y meditar sobre este problema, desarrollé un conjunto de hipótesis


definitivamente no ortodoxas. Me pareció que la única manera de explicar las
diversas maneras de ayudar a los individuos era que los terapeutas, o
personas que ayudan, tienen ciertas actitudes básicas en común, mismas que
describiré posteriormente. Después de haber formulado estas. Ideas para mí
mismo, decidí publicarlas a fin de conocer las reacciones que producían en mis
colegas y, a la vez, con la esperanza de que se realizaran investigaciones
sobre este tema. Así, publiqué un artículo acerca de las condiciones necesarias
y suficientes para el cambio terapéutico de la personalidad (1957). La buena

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Terapia Centrada en…227

acogida que tuvo este artículo me convenció de que mucha gente buscaba
ansiosamente respuestas a la tan inquietante pregunta relativa a qué es lo que
facilita el cambio psicológico. La formulación despertó un interés considerable
y, lo que es más importante, propició varias investigaciones.

La naturaleza radical de la formulación que propuse estriba principalmente en


lo que fue omitido. Yo formulé la hipótesis de que el cambio de personalidad en
el cliente o paciente en psicoterapia no se debe a la calidad profesional y al
entrenamiento del terapeuta, ni a sus conocimientos médicos y psicológicos
especiales, ni a su orientación ideológica hacia la psicoterapia -psicoanalítica,
jungiana, centrada en la persona, adleriana, gestalt, etc.-, ni a sus técnicas de
entrevista, ni a su habilidad para interpretar, sino principal o únicamente a
ciertas características de actitud en la relación.

Los individuos asisten a la psicoterapia con una inquietante diversidad de


problemas y una gran variedad de características personales. Son recibidos por
terapeutas que tienen una variedad casi igual de opiniones respecto a lo que
será útil en una terapia y características de personalidad muy diversas. Pero
debajo de toda esta diversidad, es posible discernir un proceso subyacente que
incluso podría plantearse en términos de una especie de ecuación psicológica:
si en la relación psicológica entre un paciente y un terapeuta existen ciertas
condiciones definibles, entonces tendrá lugar el cambio constructivo o
terapéutico en la personalidad del primero. Aquí utilizo una .definición muy
simple y de sentido común del cambio constructivo o terapéutico de la
personalidad, que consiste en cualquier cambio producido en la estructura de la
personalidad y en la conducta del individuo, que pata los clínicos pudiera
implicar una mayor integración, menor conflicto interno y más energía utilizable
para vivir plenamente; es decir, un cambio en el que se aprecie que las
conductas se alejan de las que por lo general se consideran inmaduras y se
acercan hacia aquellas conductas identificadas como maduras, responsables y
socializadas.

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Terapia Centrada en…228

Una hipótesis

Mi hipótesis es que tales cambios ocurrirán si existen en el terapeuta tres


patrones de actitud y en el paciente una condición especial.

Las tres condiciones esenciales en el terapeuta

En primer lugar, se supone que el crecimiento personal se facilita cuando el


psicoterapeuta es el que él es, cuando en la relación con el paciente él es
genuino, se presenta "sin fachada" o máscara y muestra abiertamente los
sentimientos y las actitudes que en ese momento fluyen en él. El término
"congruencia" es el más apropiado para describir esta condición del terapeuta.
Con esto queremos decir que los sentimientos que el terapeuta está
experimentando son accesibles para él, accesibles a su conciencia; él es capaz
de vivir estos sentimientos, de ser ellos y comunicarlos si es apropiado; él llega
a un encuentro personal directo con su paciente, se encuentra con éste de
persona a persona; en fin, el terapeuta está siendo él mismo, no se niega a sí
mismo. Nadie alcanza completamente esta condición, pero mientras más capaz
sea el terapeuta para escuchar en forma aceptante lo que ocurre en sí mismo y
enfrentar la complejidad de sus sentimientos sin temor, más elevado será el
nivel de su congruencia.

Creo que es fácil percibir esta cualidad en nuestra vida diaria. Cada uno de
nosotros conocemos personas que siempre parecen estar funcionando detrás
de una fachada, están actuando un papel, tienden a decir cosas que no
sienten, es decir, son incongruentes. Por otra parte, también conocemos
individuos en quienes confiamos de alguna forma, porque sentimos que ellos
están siendo lo que son, sentimos que tratamos con la persona misma y no con
una fachada cortés y profesional, es decir, son congruentes. Ésta es la cualidad
a la que nos referimos. Se supone que mientras más genuino y congruente sea
el terapeuta en la relación, existe una mayor probabilidad de que ocurra un
cambio en la personalidad del paciente.

Con base en nuestra labor en años recientes con pacientes esquizofrénicos


hospitalizados y seleccionados al azar, he obtenido elementos en la clínica y la
investigación para confirmar mi hipótesis. Los terapeutas individuales de

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Terapia Centrada en…229

nuestro programa de investigación que tuvieron más, éxito en su trato con


estas personas no motivadas, con poca educación, resistentes y crónicamente
hospitalizadas, fueron los que ante todo eran reales, reaccionaban
genuinamente y de un modo humano como personas, eran auténticos en sus
relaciones. Estos terapeutas eran percibidos como reales por sus pacientes.
Ser congruente puede significar a veces expresar un enojo real, una
preocupación o una frustración en la relación como algo existente en el
terapeuta y no como una acusación al paciente.

Este aspecto de mi hipótesis es el que parece explicar por qué personas tan
diferentes como los doctores John Rosen, Carl Whitaker,

Albert Ellis y yo mismo, podemos, cada uno a su propia manera, ser efectivos
con los pacientes, Rasen (1953) desafía, Whitaker se entrega a la fantasía
mutua (véase Whitaker y Malone, 1954), EIlis (1962) señala en forma didáctica
y yo (1951) trato de comprender. De acuerdo con el grado en que cada uno de
nosotros sea una persona real y capaz de permitir que esta realidad se
muestre, tendemos a llegar a nuestros pacientes, aunque de maneras muy
diferentes.

En cuanto a la segunda condición, mi hipótesis consiste en que cuando el


terapeuta experimenta una actitud cálida, positiva y aceptante hacia la realidad
del paciente, se facilita el cambio. Esto implica la disposición genuina por parte
del terapeuta para que el paciente manifieste todos sus sentimientos durante la
terapia -miedo, confusión, dolor, orgullo, odio, coraje, amor o valor. Es decir, el
terapeuta se preocupa por el paciente de una manera no posesiva, sino como
una persona con potencialidades humanas; aprecia al paciente en forma total
más que condicional; no acepta al paciente sólo cuando éste se comporta en
cierta forma y lo desaprueba cuando se comporta de otra, por el contrario,
siempre tiene un sentimiento positivo, franco, sin reservas ni evaluaciones
hacia él. El término que hemos escogido para describir esta actitud es interés
positivo incondicional. Mientras más experimente el terapeuta esta actitud y sea
percibid a por el cliente, hay más probabilidad de que la terapia tenga éxito y se
produzcan el cambio y el desarrollo.

Es obvio que no hay que ser un profesional para experimentar esta actitud. En
un grupo de terapia que tuve en un hospital, una mujer que había estado

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Terapia Centrada en…230

hospitalizada por muchos años, pero que había presentado mucha mejoría en
los dos últimos años de su permanencia en el hospital, nos dio una
conmovedora explicación de lo que le había ayudado a ella sentir dicha actitud.
Me había impresionado mucho su mejoría, que comenzó antes de que entrara
a la terapia de grupo. Un día me dijo: "Éste es el primer año en que me he
sentido lista para salir del hospital"; entonces, le pregunte: "Gladys, ¿por qué
sucede esto? ¿A qué se debe la diferencia?", ella contestó: "Bueno, el cambio
ocurrió cuando los Morse -a los que llamo mami y papi, a pesar de que no lo
son - comenzaron a llevarme a la casa. Quisiera salir especialmente para
mostrarles mi aprecio por lo que han hecho". Después ella contó cómo los
señores Morse, una pareja de mediana edad, comenzaron a interesarse por-
ella, Un día, ellos trajeron una comida de campo para su hija que era enfermera
del hospital e invitaron a Gladys. Al término de la comida, la llevaron a su casa.
"Sólo estaba sentada. No me movía. Estaba realmente asustada". Pero los
Morse siguieron llevándola a su casa. "Ellos han aguantado muchísimo; aun
cuando yo era indómita y grosera con ellos, estaban a mi lado, no me fallaron".
Poco a poco esta mujer inestable, psicótica, que tenía alucinaciones y durante
años fue una paciente difícil, empezó a responder. "Ellos me ayudaron más que
cualquier doctor...Por supuesto los doctores también ayudan, pero ellos
estaban a mi lado aun cuando yo era inaguantable y decía cosas que no
debía".

'Ésta no es una historia poco común. Probablemente cada uno de nosotros


conoce algún incidente similar. Pero yo quiero acentuar su significancia. El
interés y amor no posesivo de los Morse hacia Gladys, poco a poco llegaron a
ella y la transformaron de una psicótica alucinada en una persona positiva y
realista que ahora tiene una buena oportunidad de tener éxito fuera de los
muros del hospital. Esta pareja mayor dejó en claro a la paciente que se
interesaban por ella sin importarles lo extravagante que fuera su conducta ni
cuánto los rechazara ella. Era un interés positivo incondicional que
gradualmente cambió la vida y personalidad de la paciente. Este es el tipo de
actitud del terapeuta cuando éste es efectivo. Gladys dice: "Ahora cuando
visito a los Morse, ellos no me distinguen de sus otros hijos".

La tercera condición esencial para el cambio es que el terapeuta experimente


una exacta comprensión empática del mundo interno del paciente; es decir,

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Terapia Centrada en…231

que sienta el mundo de significados privados y personales del paciente como si


fuera el propio mundo, pero sin perder jamás la cualidad de "como si". Esto es
la empatía, esencial para el cambio terapéutico. Sentir el coraje, miedo o
sentimiento de ser perseguido del paciente como si fuera propio del terapeuta,
pero sin que el coraje, miedo o sospecha de éste se encuentre ligado a ellos,
es la condición que intentamos describir. Cuando el mundo del paciente está
claro para el terapeuta y éste pueda moverse en él libremente, entonces puede
comunicar su comprensión de lo que ya es conocido por el paciente y expresar
significados de la experiencia del paciente de los que éste apenas se da
cuenta.

Sospecho que cada uno de nosotros ha descubierto que este tipo de


comprensión es extremadamente rara, por lo que no la recibimos ni la
ofrecemos con mucha frecuencia. En su lugar ofrecemos y recibimos otro tipo
de comprensión (una comprensión evaluativa desde fuera) tal como "Entiendo
lo que está mal contigo" o "Entiendo lo que te hace actuar de esa manera".
Pero cuando alguien entiende cómo me siento y cómo soy sin querer
analizarme o juzgarme, entonces puedo florecer y crecer en este clima, porque
estoy seguro de que no estoy solo con aquel sentimiento. Cuando el terapeuta
puede comprender las experiencias que ocurren de momento a momento en el
mundo interno del paciente tal como el paciente las ve y siente, sin perder la
distancia de su propia identidad en este proceso empático, entonces es
probable que el cambio ocurra.

A menos que se logre alguna comunicación del tipo de actitudes que he


descrito, estas no existirán en el mundo del paciente y, por tanto, no podrán ser
efectivas. Por consiguiente, es necesario añadir una condición más a nuestra
ecuación. Cuando el paciente percibe, aun en un grado mínimo, genuinidad,
aceptación y empatía del terapeuta hacia él, entonces se predice un cambio en
la personalidad y la conducta. Es necesario que la conducta y las palabras del
terapeuta sean percibidas por el paciente como consistentes, reales; que el
paciente sienta que el terapeuta sí se preocupa, sí parece entender algo de sus
sentimientos internos y de su mundo personal.

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Terapia Centrada en…232

La hipótesis esencial

Permítanme reformular la hipótesis esencialmente simple pero algo radical que


he adelantado. He dicho que un cambio constructivo en la personalidad se
presenta sólo cuando el paciente percibe y experimenta un cierto clima
psicológico en la relación terapéutica, cuyos elementos no consisten en los
conocimientos, el entrenamiento intelectual, la orientación intelectual en
psicoterapia o las técnicas. Son sentimientos o actitudes que deben ser vividos
por el terapeuta y que deben ser percibidos por el paciente para que sean
efectivos. Los tres elementos esenciales son: la realidad, genuinidad o
congruencia del terapeuta; un aprecio cálido y aceptante, así como un interés
positivo incondicional por la persona, y una comprensión sensible y empática
de los sentimientos del paciente.

Otro aspecto de la hipótesis es que ésta se ha formulado de tal manera que


puede someterse a prueba. Pueden formularse definiciones operativas de
estas cualidades (ciertamente se han formulado) para comprobar de manera
empírica si en la relación cualidades como éstas son realmente factores
causales para producir el cambio en psicoterapia.

Estudios empíricos de la hipótesis

Quisiera desviarme sólo un momento para decir qué tan personalmente


recompensadoras han sido las consecuencias cuando he sido capaz y he
estado dispuesto '.a adelantar una hipótesis para que se someta a prueba. En
cuanto a las condiciones que he descrito, por ejemplo, recuerdo qué tan
incómodo e inseguro me sentí al hacer la primera presentación de la nada
ortodoxa hipótesis que he formulado, a un grupo en la Universidad de
Michigan. En esa ocasión sentí que me expuse muchísimo, sensación que
confirmé en la discusión posterior. Pero cuando se adelanta una hipótesis en
términos que pueden ser operativos, la situación no tiene que terminar en
discusión o en diferencia de opiniones, puede resolverse al recurrir a los
hechos. Lo más emocionante acerca de mi hipótesis no es su novedad -porque
en muchos aspectos no es totalmente nueva- sino el hecho de que ha
conducido a una' considerable cantidad de investigaciones empíricas para

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Terapia Centrada en…233

probar si es verdadera o falsa. En forma de resumen a continuación formularé


algunas de estas investigaciones y lo que parecen significar.

La hipótesis puesta a prueba por juicios de observadores

El primer estudio que deseo reportar es el realizado por Halkides (1958) que
está basado en 20 casos grabados: diez que pueden clasificarse mediante
varios criterios objetivos como más fructuosos y diez como menos fructuosos.
Esta autora tomó de cada uno de estos casos una de las entrevistas grabadas
al principio y una de las más avanzadas. De cada una de estas entrevistas
escogió al azar nueve unidades de interacción paciente-orientador (es decir,
una afirmación de la persona y una respuesta del orientador). De esta manera,
en cada caso obtuvo nueve unidades de interacci6n inicial y nueve de
interacción posterior. Las muestras de las entrevistas fueron ordenadas al azar
para ser juzgadas. Tres jueces trabajaron juntos durante un periodo de
entrenamiento en el que trataron de ser sensibles a las cualidades de actitud
del terapeuta, al escuchar y calificar las grabaciones de las entrevistas, así
como las muestras de entrevista tomadas para este estudio. De manera
independiente y sin conocimiento del caso, del grado de éxito o del origen de
cualquier unidad dada, los jueces escucharon estas interacciones orientador-
paciente y calificaron cada unidad en una escala de siete puntos relativa a la
empatía del orientador.

Cuando terminaron este trabajo, los jueces revisaron de nuevo el material para
calificar la genuinidad del terapeuta y el grado en que el orientador sentía un
interés positivo incondicional por el paciente. Finalmente, revisaron las
muestras una vez más para calificar el grado de correspondencia entre la
respuesta del orientador y la intensidad emocional de la expresión del paciente.
Halkides formuló la hipótesis de que esta condición era tan importante como las
tres que yo había formulado.

Parecía existir una posibilidad muy remota de obtener un hallazgo positivo, si


se consideraban todas las fuentes de falta de confiabilidad en el estudio y el
tamaño tan pequeño de las muestras de entrevista.

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Terapia Centrada en…234

Sin embargo, la confiabilidad de la calificación de los jueces fue elevada: 0.90,


aproximadamente. También se encontró que un alto grado en cada una de
estas condiciones de actitud -empatía, interés positivo incondicional y
congruencia - se asociaba con los casos de mayor éxito; esta asociación fue
muy significativa con un nivel de 0.00 l. Así, los datos obtenidos tendieron
fuertemente a confirmar la hipótesis. La correspondencia entre la intensidad
afectiva del paciente y la respuesta del terapeuta no se correlacionaron
significativamente con las otras condiciones o con el grado de éxito.

La hipótesis puesta a prueba por las percepciones del paciente y del


terapeuta

Barret- Lennard (1962) 'ha completado una serie de investigaciones relativas a


la relación terapéutica. En vez de utilizar observadores objetivos y el material
de entrevista, este autor propuso estudiar las cualidades esenciales de la
relación al medir la manera en' que ésta era percibida por el paciente y el
terapeuta. Elaboró un inventario de relación con diferentes formas para el
paciente y para el terapeuta, diseñado para estudiar cinco dimensiones de la
relación. Por ejemplo, al medir el grado en el que el paciente era comprendido
empáticamente, Barret¬Lennard incluyó ítems para que fueran evaluados por
el paciente en una escala de seis puntos, desde "fuertemente verdadero" hasta
"definitivamente falso". Algunos de estos ítems son los siguientes:

• Él generalmente capta o se da cuenta de cómo me siento.


• Cuando no digo claramente lo que quiero decir, él de todos modos me
entiende
• Él comprende mis palabras, pero no se da cuenta de cómo me siento.

En la forma para el terapeuta los ítems fueron cambiados a:

• Yo generalmente capto o me doy cuenta de cómo se siente él.


• Cuando él no dice claramente lo que quiere decir, yo le entiendo de
todos modos.

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Terapia Centrada en…235

Barrett-Lennard dividió la dimensión del interés positivo incondicional en dos


aspectos. Primero quiso medir el nivel de interés, el grado en que el terapeuta
sentía simpatía por el cliente. Para este propósito formuló iteres con la misma
escala de calificación, como los siguientes:

• Le gusta verme
• Le importo
• Es indiferente hacia mí.

Para medir la incondicionalidad del interés, el grado en el que no hubiera


ninguna reserva en cuanto al agrado del orientador por el cliente, se incluyeron
ítems de este tipo:

• A veces él me responde de una manera más positiva o amigable que


otras
• Le caigo mejor cuando actúo de cierta forma, que cuando actúo de otra.

Para medir la genuinidad o congruencia del terapeuta en la relación, había


ítems de esta clase:

• Él no trata de confundirme en cuanto a sus propios pensamientos o


sentimientos
• El se comporta tal como es en nuestra relación
• El finge que le caigo bien o que me entiende más de lo que en realidad
sucede.

Barret-Lennard quería medir también una quinta variable que consideró


importante: la disponibilidad psicológica del terapeuta o su deseo de ser
conocido. Para este propósito incluyó ítems de este tipo:

• Él me dirá con plena libertad sus pensamientos y sentimientos cuando


yo quiera conocerlos
• No está dispuesto a decirme lo que siente por mí
• Se siente incómodo cuando le pregunto algo acerca de él mismo.

Con base en este inventario de relación y varias medidas objetivas del grado
de cambio en el paciente, Barrett-Lennard estudió primero a 42 pacientes

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Terapia Centrada en…236

atendidos por 21 terapeutas. Él aplicó el inventario de relación a cada paciente


y a cada terapeuta después de la quinta entrevista y al terminar la terapia.

Debido a que los resultados del estudio de Barrett-Lennard son de verdadero


interés, a continuación se presenta un resumen de ellos.

1. Los pacientes que eventualmente presentaron mayor cambio terapéutico


percibieron más las cuatro condiciones de actitud, formuladas hipotéticamente,
en la relación con su terapeuta en el momento de la entrevista, que los
pacientes que eventualmente presentaron menor cambio. La quinta condición,
el deseo del terapeuta de ser conocido, no se asoció significativamente con el
éxito posterior. El significado de este resultado consiste en que cuando el
paciente percibió estas cualidades en la relación en un periodo temprano de la
terapia, el pronóstico era bueno. Este resultado fue una clara confirmación de
la siguiente hipótesis: si el paciente percibe que el terapeuta experimenta
agrado y comprensión hacia él, y si el paciente percibe al terapeuta como una
persona real y genuina, entonces se facilita el cambio.

2. La correlación entre la percepción de estas condiciones de actitud por parte


del paciente y el grado de cambio es más elevada que la correlación entre la
percepción del terapeuta y el grado de cambio. Este hallazgo también coincide
con la teoría. Si el terapeuta experimenta en sí mismo actitudes hacia el
paciente en una fase temprana de la terapia, es una predicción razonablemente
buena de que ocurrirá el cambio constructivo. Pero si el paciente percibe al
terapeuta como poseedor de estas actitudes, la predicción del cambio
constructivo es todavía mayor. No es suficiente que el terapeuta posea las
actitudes mencionadas, éstas también deben ser percibidas por el paciente.

3. Los pacientes que al principio de la terapia están mejor adaptados, de


acuerdo con la medición de diferentes pruebas psicológicas, tienden a percibir
más estas condiciones terapéuticas de la relación, que los pacientes que están
menos adaptados. Este hallazgo, por completo inesperado, a primera vista
podría parecer indicar que estas condiciones percibidas no son una causa del
movimiento hacia una mejor adaptación, sino un efecto de la mejor adaptación.
Tal vez sólo los individuos que están bien adaptados pueden ser lo
suficientemente no defensivos para percibir tales actitudes por parte del
terapeuta.

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Terapia Centrada en…237

Para proseguir con este tema, Barrett-Lennard dividió a los 21 terapeutas en


dos grupos: uno con más experiencia y otro con menos experiencia. Los
pacientes de los terapeutas con más experiencia presentaron más cambio de
personalidad. Ahora bien, el autor encontró que los pacientes de los terapeutas
con más experiencia percibieron más las condiciones terapéuticas que los
pacientes de los terapeutas menos experimentados. Por tanto, las conductas
de los terapeutas más experimentados comunicaron más de estas actitudes
que las conductas de los terapeutas menos experimentados. Pero también es
cierto que la habilidad de percibir estas cualidades depende en cierto grado de
la apertura y adaptación del paciente. Así, estos hallazgos indican que en la
relación terapéutica mientras los terapeutas sean más hábiles serán más
capaces de experimentar y proporcionar las condiciones que explican la
terapia. Por otro lado, estas condiciones solamente pueden ser efectivas en la
relación si el paciente las percibe y, en cierto grado, la habilidad de éste para
percibirlas depende de su propia adaptación.

La hipótesis puesta a prueba en psicoterapia con esquizofrénicos

Quisiera exponer otra línea de evidencia derivada de nuestra investigación


acerca de la relación terapéutica con esquizofrénicos (Rogers, Gendlin, Kiesler
y Truax, en prensa). En ella hemos tratado ampliamente con esquizofrénicos
inmotivados, en su mayoría de un nivel socioeducativo inferior y más o menos
de condición crónica. A pesar de que esta investigación todavía no se ha
publicado, ya tenemos hallazgos basados en la hipótesis que he adelantado.

En primer lugar, los pacientes esquizofrénicos perciben estas actitudes en sus


terapeutas en un nivel mucho menor que los pacientes neuróticos, aunque es
razonable creer que los terapeutas experimentan muchas de las mismas
actitudes con cada grupo. Esto confirma los hallazgos, de Barrett-Lennard
acerca de que la persona más alterada puede confiar y percibir con menos
facilidad las actitudes positivas del terapeuta.

En segundo lugar, mientras el paciente esquizofrénico fue más capaz de


percibir estas actitudes en la relación - en especial, considerar al terapeuta
como real-, había más evidencia de un movimiento terapéutico, según nuestras

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Terapia Centrada en…238

escalas para medir el proceso. Es decir, el paciente mostró un grado más


elevado de autoexploración y experiencia de sí mismo, una mayor apertura a lo
que ocurría- dentro de sí mismo, una mayor evidencia de que estaba dentro de
un proceso de' cambio.

El tercer hallazgo consiste en que mientras más elevado es el grado de


empatía y congruencia del terapeuta, más elevado es (según los índices de las
escalas de medición del proceso) el nivel de interacción del paciente con una
tercera persona, el entrevistador del muestreo, quien lo veía cada tres meses.
En otras palabras, mientras más satisfactoria es la relación en la terapia, es
más probable que el paciente' muestre una apertura a su propia experiencia,
menos rigidez, más espontaneidad y más capacidad para comunicarse con otra
persona en una relación.

Por último, existe una, serie de hallazgos que indican que los pacientes
participantes en una relación altamente rica en estas cualidades promotoras del
crecimiento, muestran, un grado más elevado de cambio constructivo de
personalidad. Por ejemplo, lo más sorprendente de estos hallazgos es que los
pacientes que recibieron el grado más alto de comprensión empática y sensible
en sus relaciones terapéuticas, tal como valoró un clasificador imparcial,
mostraron una disminución mayor en la patología esquizofrénica medida por el
MMPI. Por el contrario, la patología esquizofrénica aumentó en los pacientes
que tuvieron una relación baja en comprensión empática.

Sin tratar de profundizar más en esta investigación tan compleja, diré que las
actitudes descritas son provistas ampliamente por el terapeuta, pero son
producidas parcialmente por ciertas características del paciente. Por lo tanto,
una terapia es un evento de interacción. Sin embargo, cuando la relación
presenta estas cualidades en un grado elevado, los índices de movimiento o
capacidad de cambio son evidentes en el paciente, lo cual produce una mejor
integración interna, una reducción de la conducta patológica y una mejor
adaptación social del mismo.

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Terapia Centrada en…239

El significado de estos estudios

Al reflexionar sobre los diversos estudios que brevemente he resumido, me


parece que todos ellos tienen algunos significados muy importantes. En primer
lugar, indican que es posible estudiar la causa y el efecto en psicoterapia. En
efecto, estos son hasta donde yo sé, los primeros estudios en los que se
pretende aislar y medir las principales influencias que producen el cambio en la
psicoterapia. Ya sea que investigaciones posteriores los confirmen o que
estudios futuros los contradigan o modifiquen, los estudios mencionados
representan investigaciones pioneras de la pregunta: "¿Qué es lo que
realmente hace la diferencia en psicoterapia?" La respuesta que dichos
estudios proporcionan es que son las actitudes del terapeuta, el clima
psicológico cuya creación es en gran parte responsabilidad de éste, lo que
realmente hace la diferencia, lo que realmente induce el cambio.

En segundo lugar, los hallazgos de los estudios mencionados tienden a apoyar,


en general, la teoría propuesta de la ecuación psicoterapéutica. Por lo tanto,
podemos afirmar con cierta seguridad y fundamentados en hechos, que una
relación que el paciente percibe con un grado elevado de congruencia o
genuinidad en el terapeuta; una empatía sensitiva y exacta por 'parte del
terapeuta; un grado elevado de interés, respeto y aprecio del paciente por parte
del terapeuta, y una ausencia de condicionalidad en este interés, tendrá una
alta probabilidad de ser una relación terapéutica efectiva. Esta afirmación es
válida tanto para individuos neuróticos que buscan ayuda por su propia
iniciativa, como para personas crónicamente esquizofrénicas, sin ningún deseo
consciente de ayuda. Asimismo, esta afirmación también es válida cuando
estas actitudes son evaluadas por observadores imparciales que escuchan
muestras de entrevistas grabadas, o cuando son medidas en términos de la
percepción que el paciente tiene de la relación. Me parece un progreso
importante poder hacer afirmaciones como estas en un área tan compleja como
la psicoterapia.

Otro elemento significativo de los estudios analizados es que han mostrado que
la percepción que el individuo tiene de la relación, tal como existe
fenomenológicamente, se asocia de manera significativa con medidas objetivas
de cambio. En relación con algunas de las tendencias del pensamiento

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Terapia Centrada en…240

psicológico actuales, éste es un importante ejemplo del movimiento hacia "una


ciencia de la experiencia interna", como Bergin (1961) la ha llamado. La
investigación en psicoterapia devuelve al mundo de la psicología la experiencia
subjetiva del individuo, mediante la aproximación de mediciones objetivas de
las claves que apuntan hacia dicha experiencia subjetiva, lo cual es muy útil
para medir de un modo confiable una experiencia interna, como el sentimiento
positivo que experimenta el terapeuta hacia su paciente, o el grado de
genuinidad de los sentimientos del terapeuta. Este hecho puede ser muy
importante para la psicología en general.

Otro significado práctico de estos estudios consiste en que cada uno de ellos
indica muy claramente que mediante la evaluación de una fase temprana de
una relación terapeuta-paciente, es posible predecir, hasta cierto grado, la
probabilidad de que dicha relación produzca crecimiento.

Si estos estudios se confirman, tendrán implicaciones profundas en cuanto al


entrenamiento de los terapeutas y orientadores. Es decir, si se pretende que
los orientadores sean más efectivos en las relaciones de ayuda, es necesario
que se le dé menos importancia a los cursos sobre psicología anormal y
psicopatología, teorías de diferentes orientaciones terapéuticas, teorías de la
personalidad, entrenamiento en diagnósticos psiquiátrico y psicológico, a fin de
valorar adecuadamente la importancia que tiene seleccionar para dicho
entrenamiento a individuos que ya poseen un alto grado de las cualidades que
he descrito en sus relaciones ordinarias con otras personas. También es
importante planear el programa educativo para estos individuos de tal manera
que durante los cursos de entrenamiento experimenten cada vez más la
empatía y el aprecio de y hacia los demás, y tengan cada vez mayor facilidad
para ser ellos mismos, ser reales, espontáneos, comprensivos y expresivos.

Cuando me pregunto si los programas de entrenamiento que conozco, tanto en


psiquiatría como en psicología, se aproximan hacia este objetivo, respondo con
una rotunda negativa. Me parece que la mayoría de nuestros programas de
entrenamiento profesional dificultan más que el individuo sea él mismo, y es
más probable que faciliten que actúe de acuerdo con un rol profesional. A
menudo el individuo se siente tan agobiado con la carga teórica y diagnóstica,
que se vuelve menos capaz de comprender el mundo interno de la otra

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Terapia Centrada en…241

persona tal corno le parece a ella. Del mismo modo, al continuar con su
entrenamiento profesional, ocurre con demasiada frecuencia que su aprecio
cálido inicial hacia otras personas se sumerja en un mar de evaluación
psiquiátrica y psicológica, y que se esconda bajo el envolvente manto de un rol
profesional.

Estoy seguro de que la hipótesis sugerida en cuanto a las actitudes que


facilitan el crecimiento psicológico y el desarrollo, será modificada con el
transcurso del tiempo. Asimismo, estoy convencido de que los estudios
realizados hasta ahora serán validados por los hallazgos de estudios
posteriores. Sin embargo, es probable que en un futuro no tan lejano
adquiramos un conocimiento cada vez más exacto de los elementos que
explican el desarrollo psicológico constructivo, como en el campo de la
nutrición hemos adquirido un conocimiento, crecientemente exacto de los
elementos que promueven el crecimiento físico. Al acumularse este
conocimiento y ser más exactos nuestros instrumentos de trabajo, existe la
emocionante posibilidad de poder predecir desde una fase relativamente
temprana, si una relación realmente promoverá el crecimiento y desarrollo
psicológico del individuo, de la misma forma como al evaluar la dieta de un niño
de la India o del Congo, es posible predecir hasta qué punto promoverá o
inhibirá el crecimiento físico.

Supongamos que se puede medir una relación padre- hijo y no sólo predecir si
es probable que sea promotora de un crecimiento, sino que podríamos evaluar
las deficiencias que impiden que sea tan útil como podría ser. Supongamos
que de manera semejante fuera posible evaluar una relación maestro-alumno
en el salón de clases; una relación entre un ejecutivo y los hombres que se
reportan con él; o la relación entre un médico y sus pacientes. En resumen, lo
que sugiero es que mis hipótesis pueden ser el principio de un florecimiento
significativo del conocimiento psicológico, hasta el punto en el que podamos
alentar las relaciones en las que es muy probable que ocurra el desarrollo
individual que se dirige hacia una madurez psicológica, y en el que podamos
ayudar a remediar Ias relaciones en las que en este momento parece ser
menos probable que dicho desarrollo tenga lugar. Se ha realizado ya suficiente
trabajo piloto en las relaciones maestro-alumno y en algunas relaciones padre-
hijo, para que esto no parezca un sueño lejano sino una posibilidad real.

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Terapia Centrada en…242

Para concluir, no puedo resistir la tentación de transcribir un párrafo de una


carta de un amigo psicoterapeuta en la que afirma una opinión que yo
comparto profundamente. Él dice:

No creo que ni siquiera los terapeutas se den plena cuenta de lo novedoso y


única que es la relación en la que están comprometidos. En toda la larga
historia del hombre, durante los siglos y siglos que ha existido, por primera vez
en este largo periodo de tiempo, hay seres humanos que han hecho una
profesión del escuchar a otros seres humanos con simpatía, comprensión,
aceptación y sin hacer esfuerzos por alterarlos, cambiarlos, empujarlos,
persuadirlos. Jamás había existido una relación aun remotamente similar a
ésta, una relación en la que una persona no exige nada para sí mismo. Para
una persona hostil, enjuiciadora y egoísta, ésta es ciertamente una relación
radical y revolucionaria, así como representa el rol que probablemente sea el
más difícil y extraño que el hombre pueda proporcionar.

En resumen, estamos progresando en la comprensión de la naturaleza de esta


relación terapéutica única; los elementos esenciales para obtener esta relación
no parecen ser el conocimiento técnico ni la sofisticación ideológica, sino las
cualidades personales humanas (algo que el terapeuta experimenta, no algo
que sabe). El conocimiento empírico que hemos obtenido hasta ahora confirma
esta opinión. Tanto para una variedad de personas, normales, neuróticas y
psicóticas, como para diferentes terapeutas que estudian la relación desde el
punto de vista de la persona, del terapeuta o del observador externo, es válida
la afirmación de que las actitudes de autenticidad, aprecio genuino y empatía
sensitiva ayudan a crear un clima que produce un crecimiento y cambio
personal constructivo. Las implicaciones que se desprenden de estos hallazgos
son realmente grandes.

Lafarga, C. J. y Gómez, Del C. J. (1991). La relación terapéutica: investigación

y teoría recientes en Desarrollo del potencial humano. Vol. 3, México:

Trillas. (pp. 155-169).

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Terapia Centrada en…243

17. ALGUNAS TENDENCIAS QUE SE MANIFIESTAN EN LA TERAPIA

Carl Rogers

Aunque en la segunda parte se incluyen algunas descripciones breves del


proceso de modificación que sufre el cliente, el objetivo principal fue describir la
relación que posibilita estos cambios. Este capítulo y los siguientes se refieren
de manera mucho más específica a la naturaleza de la experiencia del cambio
que experimenta el cliente. .

Siento un aprecio especial por este capítulo: Fue escrito entre 1951 y 1952, en
momentos en que hacía grandes esfuerzos para permitirme sentir y luego
expresar los fenómenos que, a mi juicio; constituyen el núcleo de la
psicoterapia. Acababa de publicarse mi libro Psicoterapia centrada en el
cliente, pero ya me sentía insatisfecho por el capítulo referente al proceso
terapéutico, que había sido escrito casi dos años antes. Quería encontrar una
manera más dinámica de comunicar lo que le ocurre al cliente.

A tal efecto, escogí el caso de una cliente cuya terapia había re-vestido gran
significación para mí, y que también estaba estudiando desde el punto de vista
de la investigación. Sobre esta base traté de expresar las diversas
percepciones del proceso terapéutico tal como afloraban en mí. Me sentía
audaz y a la vez muy inseguro, al señalar, que en una terapia exitosa los
clientes parecen llegar a sentir verdadero afecto por ellos mismos.
Experimentaba aun mayor inseguridad al postular que el núcleo de la
naturaleza humana es esencialmente positivo, En ese momento no podía
prever que ambas hipótesis serían confirmadas por mi experiencia.

El proceso de la psicoterapia, tal como nos lo ha hecho conocer la orientación


centrada en el cliente, constituye una experiencia dinámica, única y distinta
para cada individuo; sin embargo, en él se manifiestan un orden y una armonía
que asombran por la generalidad con que se observan. De la misma manera en
que cada vez me impresionan más algunos aspectos inevitables de este
proceso, experimento cada vez mayor molestia ante el tipo de preguntas que
habitualmente se formulan en relación con él: "¿Curará una neurosis

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Terapia Centrada en…244

obsesiva?"; "Sin duda no pretenderá usted que elimine una condición


básicamente psicótica"; "¿Es adecuado para encarar problemas
matrimoniales?"; "¿Se puede aplicar a tartamudos y homosexuales?"; "¿Son
permanentes las curas?" Estos interrogantes s y otros similares son tan
comprensibles y legítimos como lo sería preguntar si los rayos gamma son una
medida terapéutica apropiada para curar sabañones. No obstante, a mi juicio,
no son las preguntas más adecuadas para adquirir un conocimiento profundo
de lo que la psicoterapia es o de lo que puede lograr. En este capítulo quisiera
formular una pregunta que me parece más coherente, acerca de este proceso
armonioso y fascinante que denominamos psicoterapia; intentaré asimismo
ofrecer una respuesta parcial.

Permítaseme introducir la pregunta de, la siguiente manera. Por azar, por una
comprensión penetrante, por nuestros conocimientos científicos, por el arte de
las relaciones humanas o bien por una combinación de todos estos elementos,
hemos aprendido a llevar a cabo un proceso, cuyo núcleo parece constituido
por hechos encadenados y ordenados, que tienden a presentar cierta
semejanza entre un cliente y otro. Conocemos al menos algunas de las
condiciones que debemos cumplir para poner en marcha este proceso. Para
ello es necesario que el terapeuta asuma actitudes de total captación y
profundo respeto por su cliente tal corno éste es, y actitudes similares hacia las
posibilidades del cliente de enfrentarse a sí mismo y encarar sus situaciones.
Tales actitudes deben aflorar con calidez suficiente como para convertirse en
un profundo agrado o afecto por la esencia de la otra persona. Por otra parte,
es preciso alcanzar un nivel de comunicación tal que el cliente pueda comenzar
a advertir que el terapeuta comprende los sentimientos que él experimenta y lo
acepta con la comprensión más profunda de que es capaz. Entonces podremos
estar seguros de que el proceso se ha iniciado. Luego, en lugar de
preocupamos porque este proceso sirva a los fines que hemos previsto -
independientemente de lo loables que puedan ser nuestros objetivos-,
formulémonos la única pregunta por medio de la cual la ciencia puede avanzar
realmente. Esta pregunta es: "¿Cuál es la naturaleza de este proceso, cuáles
parecen ser sus características inherentes, qué orientación u orientaciones
asume y cuáles son, si existen, sus límites naturales?" Cuando Benjamín
Franklin observó la chispa que se originaba en la llave colocada en el extremo

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Terapia Centrada en…245

de la cuerda de su barrilete, no se redujeron, por fortuna, sus aplicaciones


prácticas inmediatas. Por el contrario, comenzó a indagar los procesos básicos
que determinan la presencia de tal fenómeno. A pesar de que muchas de las
preguntas formuladas adolecían de ciertos errores, la búsqueda fue fructífera,
porque se inició a partir de la pregunta adecuada. Por eso creo necesario
plantear la misma pregunta acerca de la psicoterapia, y hacerla de modo
imparcial. Debemos esforzarnos por describir, estudiar y comprender el
proceso básico de la psicoterapia y no procurar forzarlo para que se adecue a
nuestras necesidades clínicas, .a nuestros dogmas preconcebidos, ni a las
pruebas surgidas en otros campos. Examinémoslo pacientemente por lo que es
en sí mismo.

Recientemente intenté realizar una descripción de este tipo con respecto a la


psicoterapia centrada en el cliente." No la repetiré ahora, excepto para decir
que las pruebas clínicas y experimentales parecen sugerir algunas
características del proceso que tienden a manifestarse en casi todos los casos:
un número mayor de afirmaciones que revelan más insight por parte del cliente,
un mayor grado de madurez en las conductas observadas, y un aumento de la
cantidad de actitudes positivas a medida que la terapia, progresa. También
debemos mencionar los cambios en la percepción y aceptación del sí mismo; la
incorporación a la estructura propia de experiencias previamente negadas; el
desplazamiento del centro de evaluación desde el exterior hacia el interior del
sí mismo; los cambios en la relación terapéutica, y ciertas modificaciones
características de la estructura de la personalidad, de la conducta, y de la
condición fisiológica. A pesar de lo deficiente qué pueda ser esta descripción,
representa un intento de comprender el proceso de la terapia centrada en el
cliente, desde el punto de vista de las modificaciones que este último
experimenta, tal como se revelan en la experiencia clínica, en transcripciones
textuales de casos grabados y en los cuarenta o más estudios realizados sobre
este tema. .

El propósito del presente estudio no consiste en limitarse a resumir el contenido


de ese material, sino en exponer algunas tendencias de 'la psicoterapia que no
han sido suficientemente analizadas. Quisiera describir algunas de las
orientaciones y objetivos finales que parecen inherentes al proceso terapéutico
y que sólo en épocas recientes han sido discernidos con claridad; que parecen

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Terapia Centrada en…246

representar avances significativos en el conocimiento y que aún no han sido


investigados. Con el objeto de transmitir los significados de manera más
adecuada, emplearé material ilustrativo tomado de entrevistas grabadas de un
caso. También limitaré mi discusión al proceso de la psicoterapia centrada en
el cliente, puesto que admito, aunque de mala gana, la posibilidad de que el
proceso, las orientaciones y los objetivos de la psicoterapia puedan diferir
según las diversas orientaciones terapéuticas.

La vivencia del sí mismo potencial

Un aspecto del proceso terapéutico que se pone de manifiesto en todos los


casos podría denominarse la apercepción de la experiencia, o la "vivencia de la
experiencia". En el título lo he denominado "vivencia de sí mismo", aunque éste
tampoco sea un término adecuado. EII la seguridad de la relación que brindo
un psicoterapeuta centrado en el cliente y en ausencia de cualquier amenaza,
real o implícita, al sí mismo, el cliente puede permitirse examinar diversos
aspectos de su experiencia tal como realmente los siente y los aprehende a
través de sus aparatos sensorial y visceral, sin que necesite distorsionarlos
para adecuarlos al concepto que tiene de sí mismo en ese momento. Muchos
de estos aspectos captados por el cliente contradicen por completo su
concepto de sí mismo y habitualmente no podrían ser experimentados en su
totalidad; sin embargo, gracias a la seguridad que le proporciona esta relación,
pueden emerger a la conciencia sin distorsión alguna. A menudo siguen el
siguiente esquema: "Soy así y así, pero experimento este sentimiento que no
concuerda en absoluto con lo que soy"; "Amo a mis padres, pero a veces
experimento hacia ellos un sorprendente rencor"; "En realidad no valgo gran
cosa, pero en ocasiones me parece sentir que soy mejor que nadie". Al
comienzo ello se expresa de la siguiente manera: "Soy un sí mismo diferente
de una parte de mi experiencia." Más tarde, esto se convierte en una
proposición provisional: "Quizá contengo varios sí mismos diferentes, o tal vez
mi sí mismo contenga más contradicciones de las que había soñado." Más
adelante la proposición se plantea más o menos así: "Estaba seguro de no
poder ser mi experiencia -era demasiado contradictoria-pero ahora comienzo a
creer que puedo ser toda mi experiencia."

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Terapia Centrada en…247

Quizá los siguientes extractos del caso de la señora Oak transmitan parte del
carácter de este aspecto de la terapia. La señora Oak era una ama de casa de
unos cuarenta años, que. Al iniciar la terapia presentaba dificultades en sus
relaciones matrimoniales y familiares. A diferencia de muchos clientes,
mostraba un interés vehemente y espontáneo por los procesos que sentía en
su interior. Sus entrevistas grabadas contienen gran cantidad de material,
según su propio marco de referencia, acerca de su percepción de lo que le
estaba ocurriendo. Por consiguiente, tiende a expresar en palabras lo que
parece estar implícito, pero no verbalizado, en muchos otros clientes. Por este
motivo, la mayor parte de los extractos de este capítulo fueron tomados de su
caso.

La parte inicial de su quinta entrevista proporcionó material que ilustra la


autopercepción que tenía de su experiencia, a la que antes hicimos referencia.

Cliente: Todo sucede de manera bastante confusa. Pero...usted sabe... yo sigo


y sigo pensando que para mí todo este proceso es como examinar las piezas
de un rompecabezas. Me parece que en este momento estoy... estoy en el
proceso de examinar las piezas individuales, que realmente no tienen mucho
sentido. Quizá sólo manipulándolas, ni siquiera comenzando a pensar en un
modelo. Esto se me ocurre todo el tiempo. Y me interesa, porque yo...
realmente no me gustan los rompecabezas. Siempre me irritaron. Pero eso es
lo que siento. Y lo que quiero decir con esto es que estoy recogiendo pequeñas
piezas (durante su conversación gesticula para ilustrar sus afirmaciones) sin
significado alguno excepto, es decir, la sensación que se tiene por el simple
hecho de manipularlas, sin verlas como modelo, sino simplemente por el tacto,
tal vez siento que. Sbueno... en alguna parte de esto encajarán.

Terapeuta: Y que, en este momento, ése es el proceso: captar la sensación, la


forma y la configuración de las diferentes piezas con apenas un ligero
sentimiento de que sí, encajarán en alguna parte; pero la atención se concentra
sobre todo en "¿Cómo siento esto? ¿Qué textura tiene?"

C.: Eso es. Hay casi algo físico en todo esto. Un, Un...

T.: No puede describirlo sin usar sus manos. Un sentido real, casi sensorial
en....

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Terapia Centrada en…248

C.: Así es. Nuevamente es... Es un sentimiento de ser muy objetiva y, sin
embargo, nunca he estado tan' cerca de mí misma.

T.: Casi al mismo tiempo tomando distancia y observándose; pero también


estando más cerca de usted misma de esta manera....

C.: Mmm... , y sin embargo, por primera vez en meses no estoy pensando en
mis problemas. No estoy... realmente... no me estoy ocupando de ellos.

T.: Tengo la impresión de que usted no hace algo así como... sentarse a
trabajar sobre "mi problema". No es eso lo que usted siente.

C.: Así es. Así es. Supongo que lo que yo, lo que quiero decir es que no me
estoy preocupando por armar este rompecabezas como... como una cosa;
tengo que ver la figura. Puede, puede ser que... Puede ser que realmente esté
disfrutando este proceso de sentir. O seguramente estoy aprendiendo algo.

T.: Al menos hay una sensación de que la meta más próxima es captar el
sentimiento de la cosa como la cosa misma; no que lo está haciendo para ver
la figura, sino que es una... Una satisfacción familiarizarse verdaderamente
con cada pieza. Es que...

C.: Así es. Así es. Y a veces ese tacto se convierte en algo sensorial. Es muy
interesante. A veces no es del todo placentero, estoy segura, pero...

T.: Una especie de experiencia bastante diferente.

C.: Sí. Bastante.

Este extracto indica muy claramente la liberación de material que ingresa en la


conciencia, sin intenciones de poseerlo como parte del sí mismo, ni de
relacionarlo con cualquier otro material consciente. En términos más
apropiados, se trata de la percepción de una amplia gama de experiencias sin
pensamiento alguno acerca, de la relación que en ese momento guardan con el
sí mismo. Más tarde puede reconocerse que todo lo que se experimentaba
podría llegar a integrar el sí mismo. Por esa razón, el título de este apartado es
"La vivencia del sí mismo potencial".

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Terapia Centrada en…249

El hecho de que ésta sea una experiencia nueva y poco común se expresa en
una parte de la sexta entrevista, de manera confusa en lo que respecta a la
formulación verbal pero emocionalmente clara.

C.: Este... Me sorprendí pensando que durante estas sesiones, este... Estuve
haciendo algo así como cantar una canción. Ahora me suena confuso y. . .
este... no realmente cantar... Una especie de canción sin música. Tal vez una
especie de poema que me surge. Y me gusta la idea; quiero decir que me sale
sin nada preparado con... con nada. Y al.... siguiendo con eso, me surgió... me
surgió este otro tipo de sentimiento. Bueno, de pronto estaba como
preguntándome: ¿Es ésta la forma que asumen las cosas? ¿Es posible que yo
esté simplemente verbalizando y que, por momentos, quede como intoxicada
con mis propias verbalizaciones? Y luego, este... después de eso, pensé...
Bueno... ¿Estaré simplemente ocupando su tiempo? Y luego una duda, una
duda. Después se me ocurrió algo más. Este... cómo surgió, no sé, ninguna
verdadera secuencia lógica de pensamiento. La idea me sorprendió: Estamos
trabajando con pedacitos, este... , no nos sentimos abrumados ni dudosos, ni
muy preocupados, ni muy interesados cuando... cuando los ciegos aprenden a
leer con los dedos, Braille. No sé... puede ser una especie de... todo está
mezclado. Puede ser que eso sea algo que esté experimentando ahora.

T.: Veamos si puedo captar algo de esa... esa secuencia de sentimientos.


Primero, parecería que usted está, y recojo ese primer sentimiento como algo
honestamente positivo, parecería que usted está como componiendo un poema
aquí... una canción sin música, pero de alguna manera algo que podría ser
bastante creativo, y luego él... el sentimiento de un gran escepticismo respecto
de todo eso. "Quizá sólo estoy diciendo palabras, simplemente dejándome
llevar por palabras que yo... que yo digo y tal vez sean todas tonterías." Luego
una sensación de que quizás usted está casi aprendiendo una manera de
vivenciar las rosas que le resulta tan radicalmente nueva como puede ser para
un ciego comprender lo que siente por medio de sus dedos.

C.: Mmm... Mmm. (Pausa.)... y a veces pienso para mis adentros, bueno, quizá
podríamos ocuparnos de tal o cual hecho particular. Y luego, de alguna
manera, cuando vengo acá, eso ya pierde urgencia, es... parece falso. Y luego
parece haber este flujo de palabras que no son forzadas y luego

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Terapia Centrada en…250

ocasionalmente se insinúa esta duda. Bueno, asume la forma de una especie


de... "quizá sólo estés componiendo música”... A lo mejor es por eso que hoy
tengo dudas acerca de, de todo este asunto, porque es algo que no es forzado
realmente siento que lo que debería hacer es algo así como sistematizar la
cosa. Debería esforzarme más

T.: ¿Algo así como cuestionarse profundamente qué es lo que estoy haciendo
con alguien que no está... que no está esforzándose por hacer, resolver las
cosas? (Pausa.)

C.: Y, sin embargo, el hecho de que yo...realmente me gusta esta cosa tan
diferente, esteSqué sé yo, llámelo sentimiento conmovedor; es decir... sentí
cosas que nunca había sentido antes. Me gusta esto, sin duda. A lo mejor ésa
es la manera de hacerla. Pero hoy no sé.

He aquí el desplazamiento que parece ocurrir casi invariablemente cuando la


terapia tiene alguna profundidad. Puede ser descripto esquemáticamente como
la sensación del cliente de que "vine a resolver problemas, y ahora me
encuentro de un modo simple vivenciándome a mí mismo". Tal como ocurre en
el caso que estamos viendo, este desplazamiento suele estar acompañado de
la formulación intelectual de que eso está mal y de una apreciación emocional
del hecho de que hace "sentirse bien".

Podemos concluir este apartado diciendo que una de las direcciones


fundamentales que adopta el proceso terapéutico es la libre experimentación
de las reacciones viscerales y sensoriales del organismo, sin que el sujeto
haga esfuerzos por relacionarlas con el sí mismo. Esto habitualmente va
acompañado de la convicción de que ese material no pertenece ni puede
integrarse al sí mismo. El punto final de este proceso reside en que el cliente
descubre que puede ser su experiencia, con toda su variedad y contradicciones
superficiales y que puede sistematizarse a partir de ella, en lugar de intentar
imponerle un sí mismo concebido según patrones externos y de negar el
acceso a la conciencia de aquellos elementos que no se ajusten a tal modelo.

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Terapia Centrada en…251

La vivencia plena de una relación de afecto

Uno de los elementos de In terapia que sólo hemos descubierto recientemente


es la medida en que ésta representa, para el cliente, un aprendizaje que le
permite aceptar de manera plena, libre y sin temor los sentimientos positivos de
otra persona. Este fenómeno no se manifiesta con claridad en todos los casos;
parece particularmente cierto en los casos más prolongados, pero tampoco en
éstos se observa con uniformidad. A pesar de ello, es una experiencia tan
profunda que hemos comenzado a pensar que se trata de un elemento que
reviste fundamental significación en el proceso terapéutico, y que debe hallarse
presente en todos los casos exitosas, quizás en un nivel no verbal. Antes de
analizar este fenómeno lo ilustraremos refiriéndonos al caso de la señora Oak.
Esta- realizó esa experiencia de manera sorpresiva, entre la vigesimonovena y
trigésima entrevistas. La última, que la señora Oak dedicó en su mayor parte a
hablar sobre este tema, comenzó así:

C.: Bien, he hecho un descubrimiento notable. Sé que... (Ríe) descubrí que a


usted realmente le importa cómo salga esto (ambos reímos). Me dio la
sensación, algo así como...bueno... "a lo mejor lo dejo tomar parte en la
función" o algo por el estilo. Es... es decir, que si fuera un examen sabría la
respuesta correcta... pero de pronto me di cuenta de que... en esta cuestión
entre cliente y asesor, a usted le importa realmente lo que pasa con todo esto.
Y fue una revelación, una...no, eso no. Eso no lo describe bien. Fue un...bueno,
lo más parecido que se me ocurre es que fue una especie de relajación, una...
no una desilusión, sino una.... (Pausa) más bien una manera de desenmarañar
las cosas sin tensión, si es que eso significa algo. No sé.

T.: Suena como si eso no hubiera sido una nueva idea, sino una nueva
experiencia, la de sentir realmente que a mí me importa y -si comprendí el resto
de lo que dijo- hay una especie de deseo de su parte de que a mí me importe.

C.: Sí.

Permitir que el terapeuta y su cálido interés por ella penetraran en su vida fue
uno de los rasgos más significativos de la terapia en el caso de la señora Oak.
En una entrevista realizada una vez concluida la terapia, ella se refirió

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Terapia Centrada en…252

espontáneamente a esta experiencia como a la más importante del tratamiento.


¿Qué significa esto?

Sin duda este fenómeno no se relaciona con la transferencia y


contratransferencia. Algunos psicólogos expertos que habían sido psicoanaliza
dos tuvieron oportunidad de seguir el desarrollo de la relación terapéutica en un
caso distinto del que ahora nos ocupa. Fueron los primeros en oponerse al
empleo de los términos transferencia y contratransferencia para describir el
fenómeno mencionado. Su objeción se basaba en el hecho de que este
fenómeno es mutuo y apropiado, en tanto que la transferencia y
contratransferencia son fenómenos típicamente unidireccionales e inadecuados
a la realidad de la situación.

Sin duda una razón por la que este fenómeno ocurre con más frecuencia en
nuestro caso es que como terapeutas hemos perdido, en cierta medida, el
miedo a los sentimientos positivos (o negativos) que experimentamos hacia el
cliente. A medida que la psicoterapia avanza, el sentimiento de aceptación. Y
respeto que el terapeuta siente comienza a convertirse en algo similar a la
reverencia; esto se debe a que es testigo de la lucha valerosa y profunda que
el sujeto sostiene para llegar a ser él mismo. Pienso que, en lo profundo, el
terapeuta siente la comunidad -o quizá la hermandad- inherente a todos los
hombres. A consecuencia de ello, experimenta hacia el cliente una reacción
cálida, positiva, afectuosa. Esto plantea un problema al cliente, que a menudo,
como en este caso, tiene dificultades para aceptar los sentimientos positivos de
otra persona. Sin embargo, una vez que los acepta, su reacción es relajarse y
permitir que la calidez del afecto que la otra persona siente por él reduzca las
tensiones y temores con que encara la vida.

Pero nos estamos adelantando a nuestro cliente. Examinemos algunos otros


aspectos de esta experiencia tal como ella la vivió. En entrevistas anteriores
había hablado del hecho de que no amaba a la humanidad y había afirmado
que, de algún modo vago y empecinado, sentía que estaba en lo cierto, aun
cuando otros la consideraran equivocada. Volvió a mencionar este problema al
analizar la manera en que la experiencia de la terapia había esclarecido sus
actitudes hacia los demás.

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Terapia Centrada en…253

C.: Lo que después se me ocurrió, que me encontré pensando y pensando, es


algo similar -y no sé bien por qué-- al mismo tipo de solicitud que siento al
decir: "No amo a la humanidad." Lo cual siempre me ha... quiero decir que
siempre estuve convencida de eso. Así que, esto no. “fíjese, yo sabía que
estaba bien. Y creo que me esclarecí al respecto...ahora bien, lo que tenga que
ver con esta situación, no lo sé. Pero descubrí que no, no la quiero, pero me
importa terriblemente.

T.: Mmm...Mmm... Ya veo...

C.:... Podría expresarlo mejor diciendo que me importa terriblemente lo que


suceda. Pero el cuidado que me inspira es... asume la forma... su esencia está
en el hecho de comprender y no querer ser defraudada o participar de aquellas
cosas que siento como falsas y. " me parece que en... en el amor, hay una
especie de factor final. Si lino logra eso, de alguna manera logra bastante. Es
una...

T.: Algo así como la sensación de "eso es".

C.: Sí. Me parece que esta otra cosa, este cuidado, que no es un término
apropiado... es decir, a lo mejor necesitamos otra cosa para describir este
sentimiento. No tiene sentido decir que es una cosa impersonal, porque no lo
es. Quiero decir que lo siento como si fuera parte de un todo. Pero es algo que,
de alguna manera, no cesa, " Me parece que uno podría tener esta sensación
de amar a la humanidad, amar a la gente y, al mismo tiempo, seguir
contribuyendo a que subsistan los factores que vuelven neuróticas a las
personas, las enferman.... donde, lo que yo siento es una resistencia a esas
cosas.

T.: Le importa lo suficiente para querer comprender y querer evitar contribuir a


cualquier cosa que aumente la neurosis o algún aspecto semejante de la vida
humana.

C.: Sí, Y es... (Pausa). Sí, es algo así... Bueno, otra vez tengo que volver sobre
lo que siento acerca de todo esto. Es que... realmente no me siento llamada a
darme como...como si fuera un objeto de subasta. Nada es definitivo... A veces
me molestaba cuando...cuando me tenía que decir a mí misma: "No amo a la
humanidad"; y sin embargo, siempre supe que había algo positivo. En eso

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Terapia Centrada en…254

probablemente tenía razón. Y... puedo estar muy equivocada, pero me parece
que. . . que eso está vinculado con el sentimiento que...que tengo ahora, de
cómo el valor terapéutico puede ayudar hasta el fin. Ahora bien, no podría
relacionarlo... no podría, con... pero ésta es la mejor manera en que puedo
explicármelo... vincularlo con míSbueno, digamos con el proceso de
aprendizaje, llevar tan lejos corno sea posible mi descubrimiento de que.... sí,
usted, en efecto, se preocupa en una situación dada. Es muy sencillo. Y sin
embargo, no me había dado cuenta de eso antes. Podría haber cerrado la
puerta e irme, y al hablar de la terapia decir: "Sí, el asesor debe sentir tal y cual
cosa" pero, claro, 110 había tenido la experiencia dinámica.

En este fragmento, parecería que lo que el cliente dice, a pesar de estar


luchando por describir sus propios sentimientos, es igualmente aplicable a la
actitud del terapeuta hacia ella. La actitud del terapeuta, aun en el mejor de los
casos, está libre del quid pro qua de la mayoría de las experiencias que
llamamos amor. No es sino sentimiento humano que fluye de un individuo hacia
otro; este sentimiento es, a mi juicio, aún más natural o básico que el sexual o
parental. Consiste en sentir tanto interés por la otra persona, que no se desea
interferir en su desarrollo ni usarla con fines egoístas. La satisfacción surge del
hecho de haberla dejado en libertad de desarrollarse a su manera.

En la entrevista citada nuestra paciente continuó refiriéndose a las dificultades


que había experimentado en el pasado para aceptar la ayuda o los
sentimientos positivos que otros intentaban brindarle, y a los cambios que esa
actitud había sufrido.

C.: Tengo la sensacionesS de que hay algo que hacer por uno mismo pero
que de alguna manera uno debería de hacerlo junto con otra gente. (Menciona
las “incontables” oportunidades en que podría haber aceptado el afecto
gentileza de otras personas). Siento que simplemente temía ser destruida.
(Vuelva a referirse al asesoramiento y a su sentimiento con respecto a él). Es
decir; que siempre me ha jugado sola. Casi hastaS es decir, lo sentíS quiero
decir que alguna vezS a veces no quería que usted reafirmara lo que yo decía,
ni que reflexionara, es un asunto mío. Porque buenoS puedo decir que son
resistencias. Pero ahora eso no significa nada para miS él pensó enS en
relación co0n esto en particular, es decir, elS probablemente a veces el

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Terapia Centrada en…255

sentimiento más intenso era: “es mío, es mío. Debo arreglármelas sola. ¿Me
entiende?

T.: Es una experiencia terriblemente difícil de expresar con palabras. Sin


embargo, acá en esta relación siento una diferencia: la que existe entre el
sentimiento de “esto mío. “Lo estoy haciendo", etcétera, y un sentimiento algo
diferente, como "Podría permitirle participar."

C.: Sí. Ahora. Digamos, es bueno, es una especie deSdigamos volumen


dos. Es... es una bueno, una especie de..., bueno, todavía estoy sola en la
cosa, pero no lo estoy...fíjese...estoy...

T.: MmmS Sí, esa paradoja es algo así como un resumen, ¿no?

C.: Sí.

T.: En todo esto, hay una sensación de que aún es... cada aspecto de mi
experiencia es mío y eso es inevitable y necesario y etcétera, etcétera. Y sin
embargo eso tampoco es todo. De alguna manera puede ser compartido o bien
hay lugar para el interés de otro, y de algún' modo esto es novedoso.

C.: Sí, y es...y es como... así es como debería ser. Es decir, así es como...
debe ser. Hay un... hay un sentimiento de "esto es bueno". Es decir, eso lo
expresa y lo esclarece para mí, Hay un sentimiento...en esto de importarle a
uno, como si... uno estuviera retrocediendo... conteniéndose; y si quiero definir
claramente todo esto, es como abrirse paso entre la maleza alta, que puedo
hacerla, y que usted puede... Es decir, no le va a molestar tener que
atravesar, tampoco. No sé, y no tiene sentido. Es decir...

T.: Excepto que hay una sensación muy real de que este sentimiento le hace
muy bien, ¿eh?

C.: Mmm.

¿No podríamos pensar que este fragmento describe la esencia del proceso de
socialización? Descubrir que no implica un riesgo de destrucción aceptar el
sentimiento positivo de otro, que esto no hiere necesariamente, que en realidad
uno se "siente bien" al estar acompañado por otra persona en la lucha por la

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Terapia Centrada en…256

vida; éste puede ser uno de los aprendizajes más profundos que un individuo
puede lograr en la psicoterapia o fuera de ella.

En los momentos finales de la trigésima entrevista, la señora Oak describió en


parte el aspecto novedoso de esta experiencia: el nivel no verbal.

C.: Estoy experimentando un nuevo tipo, un...probablemente el único tipo de


aprendizaje que vale la pena, un... sé que... sé que a menudo he dicho cuáles
son las cosas que sé que acá no me ayudan. Con eso quería decir que mis
conocimientos adquiridos no me ayudan. Pero me parece que acá el proceso
de aprendizaje ha sido tan... tan dinámico, es decir, una parte tan importante
de... de todo, es decir, de mí, que si sólo pudiera llevarme eso, es algo que, es
decir... Me pregunto si alguna vez seré 'capaz de darle forma de conocimiento
adquirido a lo que he experimentado acá.

T.: en otras palabras: el tipo de aprendizaje que se ha producido acá es de un


carácter muy diferente y también de una profundidad muy diferente. Muy vital,
muy real. También le ha resultado muy valiosos en sí mismo, pero su pregunta
es: ¿Tendré alguna vez un concepto intelectual claro de lo que ha sucedido en
este nivel de aprendizaje más profundo?

C.: MmmS Algo así.

Los que prefieren aplicar a la psicoterapia las llamadas leyes del aprendizaje,
derivadas de la memorización de silabas sin sentido, deberían estudiar con
atención este fragmento. El aprendizaje, tal como se produce en la terapia, es
un fenómeno total, orgánico y frecuentemente no verbal; puede seguir los
mismos principios del aprendizaje intelectual cuyo material guarda escasa
relación con el sí mismo, o bien no hacerlo. Pero dejemos esto que no es sino
una digresión.

Concluyamos esta sección resumiendo los lineamientos fundamentales. Tal


vez de las características de la psicoterapia profunda o significativa consistía
en el descubrimiento, por parte del cliente, de que no supone un riesgo de
destrucción permitir la incorporación, en la propia experiencia, del sentimiento
positivo que otra persona, el terapeuta, siente hacia él. Quizá una de las
razones por las cuales esto resulta tan difícil es porque implica, en esencia, el
“sentimiento de que parece que despertó agrado”. Este punto será considerado

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Terapia Centrada en…257

en la sección siguiente. Por el momento, podemos señalar con este aspecto de


la terapia consiste en la vivencia libre y plena en una relación afectuosa. Esta
puede expresarse en términos generales de la siguiente manera: “puedo
permitir que otro se preocupe por mí y puedo aceptar plenamente esa solicitud
en mí mismo. Esto me permite reconocer que también a mí me importan
profundamente los demás”.

Gustar de uno mismo

En diversos trabajos e investigaciones publicados acerca de la psicoterapia


centrada en el cliente se ha destacado la aceptación del sí mismo como uno de
los objetivos y resultados de la terapia. Hemos mencionado el hecho de que,
en una psicoterapia exitosa, disminuyen las actitudes negativas hacia el sí
mismo y aumentan las positivas. Hemos señalado también el aumento gradual
de la auto aceptación y la aceptación de los demás. Pero al examinar' estas
afirmaciones y compararlas con nuestros casos más recientes, advierto que no
expresan toda Ia verdad. El cliente no sólo se acepta a sí mismo -frase que
puede incluir connotaciones de aceptación renuente y desganada de lo
inevitable-, sino que realmente llega a gustar de' sí mismo No se trata de un
sentimiento jactancioso o de autoafirmación; es el sereno placer de ser uno
mismo.

En el caso de la señora Oak esta tendencia se manifestó con bastante claridad


en su trigesimotercera entrevista. ¿Es significativo que esto ocurriera diez días
después de la entrevista en que pudo admitir por primera vez que el terapeuta
se interesaba por ella? Cualesquiera que sean nuestras especulaciones con
respecto a este punto, el siguiente fragmento es un excelente ejemplo de la
tranquila alegría de ser él mismo que experimenta el cliente; al mismo tiempo,
se advierte la actitud de disculpa que, en nuestra cultura, parece necesario
asumirse en relación con tal experiencia. En los últimos minutos de la
entrevista, sabiendo que ésta pronto llegaría a su fin, la señora Oak manifestó:

C.: Una cosa me preocupa... y me voy a apurar porque puedo volver a ello en
otra oportunidad..., un sentimiento que a veces no puedo evitar. El sentimiento
de estar bastante complacida conmigo misma. Nuevamente la técnica Q. Una

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Terapia Centrada en…258

vez, después de irme de aquí, elegí impulsivamente mi primera tarjeta: "Tengo


una personalidad atractiva"; la miré algo estupefacta pero la dejé ahí, es decir...
porque, honestamente... eso es exactamente lo que sentía... Un... bueno, en el
momento me molestó, y ahora entiendo por qué. De vez en cuando,
experimento algo así como el "sentimiento de estar complacida, no es que me
sienta superior, sino simplemente.... no sé... Complacida. Y me molestó. Y sin
embargo... me pregunto... yo rara vez recuerdo las cosas que digo acá; es
decir... me pregunté por qué sería que estaba convencida, y también me
pregunté algo acerca de lo que he sentido por estar herida en... yo
sospechaba... en mis sentimientos al oír a alguien decir a un niño: '''No llores."
Es decir, siempre sentí que eso no está bien; es decir, si está lastimado,
déjenlo llorar. Bueno... y ahora este sentimiento de placer que tengo. Hace
poco he llegado a sentir que. “que acá es algo casi igual. Es... no nos
oponemos a que los niños se sientan complacidos consigo mismos. Es... es
decir, nada es inútil. Es... a lo mejor así es como debería sentirse la gente.

T.: Se ha sentido inclinada a mirarse casi con desdén por tener ese
sentimiento; sin embargo, cuanto más lo piensa, si lo mira bien a fondo, si un
niño quiere llorar, ¿por qué no habría de hacerla? Y si quiere sentirse
complacido consigo mismo, ¿no tiene todo el derecho a hacerla? Yeso de
alguna manera se vincula con esto, lo que yo

• Esta parte requiere explicación. Durante una investigación llevada a cabo por
otro profesional, en diversos momentos de su terapia, se le habían presentado
a este cliente un gran número de tarjetas; cada una contenía una frase que
describía un tipo de personalidad y ella debía seleccionar una que, a su juicio,
describiera la suya. Debía disponer las tarjetas en línea: en un extremo las que
mejor la describían, en el otro, las que contenían los elementos más ajenos a
su persona. Por consiguiente, cuando la señora Yak refiere que había puesto
en primer lugar la tarjeta "Tengo una personalidad atractiva", significa que
consideró esto como una cualidad suya muy característica.

Consideraría como una apreciación de usted misma que usted ha


experimentado de vez en cuando.

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Terapia Centrada en…259

C.: sí, sí.

T.:” soy una persona bastante valiosa e interesante”.

C.: algo así. Y luego me digo: “nuestra sociedad nos presiona constantemente
y hemos `perdido eso.” Y vuelvo a ocuparme de mis sentimientos hacia mis
hijos. BuenoS quizás sean más ricos que nosotros. Tal vez nosotrosS es algo
que hemos perdido en el proceso del desarrollo.

T.: podría ser que ellos poseyeran una cierta sabiduría al respecto, que
nosotros hemos perdido.

C.: eso es. Ya es hora de irme.

En este punto del tratamiento la señora Oak llegó a advertir, como tantos otros
clientes, y en parte disculpándose por ello, que había llegado a gustar y
disfrutar de sí misma. Es posible apreciar una sensación de placer espontáneo
y tranquilo, una primitiva joie de vivre, quizá semejante a la del cordero que
retoza en la pradera o la del delfín que salta grácilmente entre las olas. La
señora Oak sentía que esto es algo natural en el organismo, en el niño, algo
que hemos perdido en el deformante proceso de desarrollo. .

En este caso, este sentimiento ya se había anticipado de alguna manera, en un


incidente que tal vez aclare mejor su naturaleza fundamental. En la novena
entrevista la señora Oak, un poco turbada, reveló algo que había conservado
siempre en secreto. La larga pausa de varios minutos que precedió a su
revelación indica el esfuerzo que ésta significó para ella. Luego habló.

C.: Mire, esto es algo ridículo, pero nunca se lo conté a nadie (risa nerviosa) y
probablemente me hará bien durante añosSMmmS probablemente desde
muy joven, tal vez desde los diecisiete heS he tenido, lo que yo misma he
llegado a llamar “destellos de cordura”. Nunca le conté esto a nadieSen lo cual
me siento cuerda, yS yS bastante consiente de la vida. Y siempre con una
terrible preocupación y tristeza porque realmente estamos muy alejados, muy
desviados. Es un sentimiento que tengo de vez en cuando, un sentimiento de
ser toda un apersona en medio de un mundo terriblemente caótico.

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Terapia Centrada en…260

T.: ha sido fugaz y poco frecuente, pero ha habido veces en el que le parecía
que toda usted está funcionando y sintiendo en el mundo, un mundo muy
caótico, sin dudaS

C.: Así esSYSes decirSy sabiendo realmente cuanto nos hemos desviado
deSde ser personas plenas y sanas. Y naturalmenteSuno no habla en esos
términos.

T.: ¿Una sensación de que no sería seguro hablar de su persona que canta? •

C.: ¿Dónde vive esa persona?

T.: Casi como si no hubiera lugar para que semejante persona... exista.

C.: Por supuesto, sabe usted, eso... eso me hace...espere un poco... eso tal
vez explique por qué acá me ocupo principalmente de los sentimientos. Tal vez
sea eso.

T.: Porque usted existe como un todo, con todos sus sentimientos. ¿No está
usted más consciente de sus sentimientos?

C.: Así es. No es... no rechazo los sentimientos y... Eso es.

T.: Toda su persona de alguna manera vive los sentimientos en lugar de


hacerlos a un lado.

C.: Eso es (pausa). Supongo que, desde el punto de vista práctico, se podría
decir que lo que debería estar haciendo es resolver algunos problemas,
problemas cotidianos. Y sin embargo yo...yo..., lo que estoy tratando de hacer
es resolver'...resolver algo, distinto que es mucho... que es mucho más
importante que los pequeños problemas de todos los días. Tal vez eso lo
resuma todo.

T.: Me pregunto si esto no distorsionará su sentido, que desde un punto de


vista tenaz deba sólo pensar en problemas específicos. Pero usted ahora se
pregunta si tal vez no se ha embarcado en una búsqueda de usted misma y si
tal vez eso es más importante que hallar una solución a los problemas
cotidianos.

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Terapia Centrada en…261

C.: Creo que eso es. Creo que eso es. Eso es probablemente lo que quiero
decir.

Si es lícito reunir estas dos experiencias, y atribuirles un carácter arquetípico,


entonces podemos decir que, tanto en la psicoterapia como en algunas
experiencias fugaces de su vida anterior, la señora Oak había experimentado
una apreciación de sí misma como persona que funciona plenamente; esto le
había resultado saludable y satisfactorio, y ocurrió siempre que ella fue capaz
de aceptar y vivir sus sentimientos, en .lugar de rechazarlos.

Pienso que ésta es una verdad muy importante acerca del proceso terapéutico,
que a menudo es ignorada. La persona puede experimentar con plenitud todas
sus reacciones, incluidos sus sentimientos y emociones. A medida que esto
ocurre, el individuo adquiere un gusto positivo, una apreciación genuina de sí
mismo como una unidad total y funcionante; éste es uno de los objetivos
fundamentales de la psicoterapia.

• El terapeuta se refiere al hecho de que, en una entrevista anterior, la cliente


manifestó que en la terapia estaba cantando une canción.

El descubrimiento de que la esencia de la personalidad es positiva

Uno de los conceptos más revolucionarios que se desprenden de nuestra


experiencia clínica es el reconocimiento creciente de que la esencia más íntima
de la naturaleza humana, los estratos más profundos de su personalidad, la
base de su "naturaleza animal" son positivos, es decir, básicamente
socializados, orientados hacia el progreso, racionales y realistas.

Este punto de vista es en tal medida ajeno a nuestra cultura actual que no
espero que sea aceptado; en realidad, es tan revolucionario por lo que implica,
que no debería ser aceptado sin una cuidadosa investigación. Pero aun cuando
soportara exitosamente este análisis, aún resultaría difícil aceptarlo. La religión,
en particular la protestante, ha incorporado a nuestra cultura- el concepto de
que el hombre es básicamente un pecador y su naturaleza pecaminosa sólo
puede ser negada por algo parecido a un milagro. En psicología, Freud y sus
continuadores presentaron argumentos convincentes de que el ello, la

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Terapia Centrada en…262

naturaleza humana básica e inconsciente, está compuesto primariamente por


instintos que, en caso de manifestarse libremente, acarrearían el incesto, el
asesinato y otros crímenes. Según este grupo, todo el problema de la terapia
reside en encauzar y controlar estas fuerzas indómitas de manera saludable y
constructiva, en tanto que en el neurótico ellas se manifiestan de modo caótico
y disociado. Pero el hecho de que, en lo profundo de sí mismo, el hombre es
irracional, asocial, destructivo para los demás y para sí mismo es un concepto
admitido casi sin discusión. Sin duda se alzan algunas protestas esporádicas.
Maslow defiende vigorosamente la naturaleza humana, señalando que las
emociones antisociales -hostilidad, celos, etcétera- resultan de la frustración de
impulsos básicos que buscan la seguridad y la pertenencia, deseables en sí
mismas. De la misma manera, Montaje desarrolla la tesis de que la
cooperación, y no la lucha, es la ley fundamental de la vida humana. Pero estas
voces solitarias son poco oídas. En general el punto de vista del profesional y
el del lego coinciden en que la naturaleza básica del hombre debe ser
mantenerse oculta o sometida a control, O bien ambas cosas.

Al repasar mis años de experiencia clínica e investigación pienso que he


tardado mucho en advertir la falsedad de este concepto tan difundido tanto en
el ámbito profesional-como entre los profanos. Creo que la razón de ello reside
en el hecho de que en la terapia se manifiestan continuamente sentimientos
hostiles y antisociales, de manera que es fácil suponer que esto revela la
naturaleza más profunda, y por consiguiente básica, del hombre. Poco a poco
llegué a comprender que estos sentimientos indómitos y antisociales no son los
más profundos ni poderosos y que la esencia de la personalidad humana es el
organismo en sí, orientado hacia Ia socialización y la auto conservación.

Me referiré nuevamente al caso de la señora Oak, con el objeto de definir con


mayor precisión el significado de esta controversia. Puesto que se trata de un
tema importante, transcribiré un largo fragmento grabado durante una
entrevista, en el que se ilustra el tipo de experiencias sobre las que he basado
mis afirmaciones precedentes. Tal vez, esto pueda ilustrar el proceso en el que
la personalidad del sujeto se libera de las sucesivas capas que la ocultan,
hasta llegar a sus elementos más profundos. '

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Terapia Centrada en…263

En la octava entrevista la señora Oak se despoja de su primer estrato de


defensa, bajo el cual descubre una cierta amargura y deseo de venganza.

C.: Sabe usted, en este asunto del... del problema sexual, tengo la sensación
de que estoy empezando a descubrir que está bastante mal, bastante mal.
Estoy descubriendo que me siento amargada, realmente. Espantosamente
amargada. Yo y no me estoy refugiando en mí misma... creo que lo que
probablemente siento es algo así como que "he sido engañada". (Su voz es
tensa r se advierte que siente un nudo en la garganta Y lo he ocultado bastante
bien, hasta el punto de no preocuparme conscientemente. Pero estoy... estoy
como asombrada al descubrir Que en este ejercicio deS, cómo se llama... de
una especie de sublimación, persiste, por debajo... siempre palabras
persiste por debajo una especie de fuerza pasiva que es... es paz es
muy pasiva, pero al mismo tiempo es como asesina.

T.: He ahí el sentimiento: "He sido engañada. Lo he ocultado y creo no


preocuparme; sin embargo, en un nivel más profundo, hay una especie de
amargura latente pero muy presente, y que es muy, pero muy intensa."

C.: Es muy intensa. Eso... sí lo sé. Es terriblemente poderosa.

T.: Una especie de fuerza dominadora.

C.: De la, cual pocas veces soy consciente. Casi nunca...

Bueno. “la única manera en que puedo describirlo es... es una especie de cosa
asesina, pero sin violencia... Es más como un sentimiento de querer arreglar
cuentas.... Y, naturalmente... no voy a devolver el golpe, pero me gustaría. De
veras me gustaría.

Hasta este punto la explicación habitual parece encajar perfectamente. La


señora Oak fue capaz de ver .más allá de la superficie de su conducta regida
por el control social y descubrió un sentimiento de odia y un deseo ele
venganza. La exploración de este sentimiento se interrumpe hasta la trigésimo
primera entrevista. Le ha costado mucho encaminarse, se siente bloqueada
emocionalmente y no puede descubrir un sentimiento que pugna por surgir.

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Terapia Centrada en…264

C.: Tengo la sensación de que no es precisamente culpa. (Pausa Llora.) Por


supuesto... es decir... no puedo verbalizarlo aún. (En un arranque de emoción
¡Es que me siento terriblemente herida!

T.: Mmm. No es culpa, excepto en el sentido de estar muy herida en alguna


parte.

C.: (Llorando) Es...mire... a menudo me sentí yo misma culpable. En estos


últimos años, cuando escuchaba a padres que decían a sus hijos: "No llores
más" he tenido un sentimiento, una herida como si... bueno... ¿por qué decirles
que no lloren más? Se compadecen de sí mismos... ¿Y quién puede
compadecerse de ellos mejor que ellos mismos? Bueno... eso es lo que... es
decir... pensé que deberían dejarlos llorar. Y que deberían compadecerse de
ellos también y de una manera objetiva. Bueno, eso... eso es más o menos lo
que he estado experimentando, es decir, ahora... ahora mismo. Y en...en...

T.: Esto descubre un poco mejor el sabor del sentimiento; es como si usted
estuviera realmente llorando por usted misma.

C.: Si. Y ahí está el conflicto nuevamente. Nuestra cultura es tal que... Es
decir...uno no da rienda suelta a la lástima que siente por uno mismo. Pero esto
no es... es decir, creo que tampoco es esa la connotación que tiene. Podría
tenerla...

T.: Piensa que existe una objeción cultural al hecho de tenerse compasión; sin
embargo, tampoco ese sentimiento que usted tiene es precisamente el que la
cultura reprueba.

C.: Y por supuesto, he llegado a... a ver y sentir que también sobre esto... ¿ve?
lo he ocultado. (Llora.) Pero lo he ocultado debajo de tanta amargura, que a su
vez también tuve que ocultarla. (Llorando.) ¡Quiero deshacerme de eso! Ya
casi no me importa herir a alguien.

T.: (Suavemente, y con tierna empatía hacia el dolor que ella está
experimentando. Y Usted siente que aquí, en la base de lo que está
experimentando, hay verdaderas lágrimas vertidas por usted misma. Pero
como eso usted no lo puede demostrar, no lo debe demostrar, lo ha recubierto
de una amargura que le desagrada y de la cual querría deshacerse. Casi siente

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Terapia Centrada en…265

que preferiría absorber el dolor antes que... sentir amargura. (Pausa.) Y lo que
parece estar afirmando es: "Sufro y he tratado de ocultarlo."

C.: Yo no lo sabía.

T.: Mmm... Realmente, como un nuevo descubrimiento.

C...: (Hablando al mismo tiempo.) Nunca lo supe realmente.

Pero es...sabe... es casi algo físico. Es... es como si estuviera observando


dentro de mí todo tipo de... de terminaciones nerviosas y trocitos de cosas que
hubieran sido como aplastadas. (Llora.)

T.: Como si algunos de sus aspectos físicos más delicados hubieran sido
aplastados o heridos.

C.: Sí. Y mire, tengo una sensación de..., "¡Ay, pobrecita!" (Pausa.)

T.: No puede evitar sentirse profundamente compadecida de la persona que


usted es. .

C.: No creo estar compadeciéndome de toda mi persona; es sólo un cierto


aspecto de mí.

T.: Lamenta verlo herido.

C.: Sí.

T.: Mmm... Mmm....

C.: Y también, está esta maldita amargura de la que quiero deshacerme. Me...
me crea problemas. Es porque es una amargura engañosa. Me hace
jugarretas. (Pausa.)

T.: Siente como si esa amargura fuera de lo que quiere deshacerse porque no
le hace bien tenerla consigo.

C.: (Llora. Pausa prolongada.) No sé. Me parece que estoy acertada al sentir
que para qué diablos serviría llamar a esto culpa. Si rebuscase las cosas,
tendría una historia clínica interesante, digamos. ¿Y eso para qué serviría? Me
parece que...que la clave está en este sentimiento que tengo.

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Terapia Centrada en…266

T.: Podría tomar un extremo u otro del asunto y rebuscar a partir de' ahí, pero le
parece que la esencia del asunto está en el tipo de experiencia que está
viviendo aquí mismo.

C.: Así es. Es decir sí...no sé qué va a pasar con este sentimiento. Tal vez
nada. No sé, pero me parece que cualquier comprensión que llegue a alcanzar
es parte de este sentimiento de dolor, de... no importa mucho cómo se llame.
(Pausa.) Además yo... uno no puede andar... por ahí con una herida tan
expuesta. Es decir... me parece que, de alguna manera, el proceso siguiente
tiene que ser una especie de cicatrización. '

T.: Parece como si usted no pudiera exponerse mientras una parte de usted
está tan herida, de manera que se pregunta si primero no será necesario curar
la herida. (Pausa.)

C.: Y sin embargo...sabe... es gracioso. (Pausa.) Es algo así como admitir la


confusión más completa o como el viejo proverbio de que el neurótico no quiere
abandonar sus síntomas. Pero eso no es• cierto. Es decir...no es cierto acá,
pero es... sólo puedo esperar que esto transmita lo que siento. De alguna
manera, no me importa sentirme herida. Es decir se me acaba de ocurrir
que no me importa en absoluto. Es una me importa más... una sensación de
amargura que sé que es la causa de esta frustración; es decir... de alguna
manera me importa más eso. -

T.: Veamos si esto lo describe: a pesar de que no le gusta sentirse lastimada,


siente que puede aceptarlo. Es soportable. De alguna manera, que no puede
soportar, en este momento, son las cosas que ocultaron esa herida, corno la
amargura.

C.: Si. Es prácticamente eso.es como siSbueno, lo primeroSes decirScomo


siSesSbueno, es algo a lo que yo puedo hacer frente. Ahora bien, el
sentimiento deSbueno, todavía puedo pasarla manifiesta de tantas
manerasSsolo ahora empiezo a darme cuenta. Es decirSsimplemente este
tipo deSesta clase de cosas.

T.: Y una herida que usted soportar. Es un aparte de la vida, como tantas otras.
Puede pasarla muy bien. Lo que no le gusta, lo que no quiere, es que toda su

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Terapia Centrada en…267

vida se vea impregnada de frustración y amargura, y ahora se da cuenta de


eso.

C.: Si. Y de alguna manera ya no esquivo el bulto ahora, lo tengo mucho más
presente. (Pausa) no sé. En este momento no sé cuál será el próximo paso. De
veras no sé. (Pausa). Por suerte, esto es una especie de desarrollo, así que no
seguirá bruscamente conS es decir, yoSlo que estoy tratando de decir-creo-
es que todavía estoy funcionando. Todavía estoy disfrutando yS

T.: Quiere hacerme saber que de muchas maneras sigue siendo la de siempre.

C.: eso es. (Pausa) Mmm, me parece que voy a interrumpir acá e irme.

En este extenso fragmento descubrimos con claridad que, debajo de la


armadura, odio y deseo de vengarse del mundo que la ha traicionado, hay un
sentimiento mucho menos antisocial, una profunda experiencia de haber sido
lastimada. Así mismo queda claro que, en este nivel más profundo, no tiene
intención alguna de llevar a la práctica sus sentimientos homicidas. La
disgustan y quisiera deshacerse de ellos.

El fragmento siguiente pertenece a la trigesimocuarta entrevista. El material es


muy incoherente, como suele serlo las verbalizaciones del individuo que intenta
expresar algo que contiene una profunda carga emocional. En este punto, la
señora Oak intenta penetrar profundamente en sí misma y anuncia que le será
difícil expresarlo.

C.: Todavía no sé si voy a poder hablar de eso o no. Podría intentarlo.


AlgoSes decir, es un sentimientoS queSpugna por emerger. Sé que no va a
tener sentido alguno. Pienso que si puedo seguirlo y tomarloSbueno, tomarlo
como un hecho, me resultara más útil. Y no sé cómoSes decir, me parece que
no quiero decirSque quiero hablar acerca ce mi misma. Y eso es, por lo que
veo, lo que está haciendo durante tantas horas. Pero no, estoSse trata de mi
misma. Últimamente me di cuenta de que rechazaba ciertas afirmaciones
porque me sonabanSdistintas de lo que intentaban decirSo seaSuna poco
demasiado idealizada. Y recuerdo haberme dicho siempre que más que eso
eran egoístas, sobre todo egoístas. Hasta queSse me ocurre queSclaro, si,
eso es exactamente lo que quería decir, pero el egoísmo al que me refería
tiene un significado totalmente distinto. He estado utilizando la palabra egoísta.

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Terapia Centrada en…268

Luego he tenido este sentimiento deSyoSnunca lo he dicho antesSde


egoístaSlo cual no significa nada. UnaSvoy a seguir

Puesto que este material se presenta de manera sumamente confusa, sería útil
extraer de él los sucesivos temas a los que el cliente se ha referido.

Vaya hablar de mi misma como egoísta, pero con una nueva-connotación hacia
el mundo. .

He establecido una relación con mi propia estructura; me conozco


profundamente.

Al descender hacia mi propio interior descubro algo que me emociona: un


núcleo absolutamente libre de odio.

Esto no puede formar parte de la vida cotidiana, inclusive puede ser anormal.

Primero pensé que no era más que un impulso sexual sublimado.

Pero no, esto es más amplio, más profundo que el sexo. .

Uno esperaría descubrir este tipo de cosas al elevarse hacia el reino


inaccesible de los ideales.

Pero en realidad lo encontré en mis propias profundidades. Parece ser la


esencia, algo duradero.

¿Es esto que describe la señora Oak, una experiencia mística? Las respuestas
del asesor parecerían indicar que él lo creyó así. ¿Podemos atribuir alguna
significación a una expresión al estilo de Gertrude Steinr? El autor simplemente
quisiera señalar que muchos clientes han llegado a conclusiones análogas
acerca de sí mismos, si bien éstas no siempre fueron expresadas de manera
tan emocional Incluso la señora Oak, en su entrevista siguiente, la
trigesimoquinta, expuso su sentimiento de manera más clara y concisa, más
concreta. También explicó por qué fue tan difícil encarar esa experiencia. .

C.: Pienso que estoy tremendamente contenta de haberme encontrado, de


haberme descubierto, de haber querido hablar de mí misma. Es decir, es una
cosa muy personal, muy íntima, de la cual simplemente no se habla. Es decir...
ahora puedo comprender mi sentimiento de... oh, una ligera aprensión. Es...

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Terapia Centrada en…269

bueno, es como si hubiera rechazado siempre todas las cosas que la


civilización occidental aprueba y preguntándome a la vez si estaría en lo
correcto, es decir, si estaba en la senda apropiada y sintiendo, al mismo
tiempo, que sí, que estaba acertada. Y en un caso así tiene que surgir el
conflicto. Y luego esto, es decirS ahora estoy sintiendo que... buenoS así es
como yo siento. Es decir, que hayS esto que yo llamo falta de odioS es
decirS es muy real; se difundió a todas las cosas que hago, a las cosas en que
creo... Creo que está bien. Tal vez es como decirme a mí misma: "Bueno, me
has estado sacudiendo por la cabeza, desde el principio, supersticiones,
tabúes, doctrina s mal interpretadas y leyes, tu ciencia, tus heladeras, tus
bombas atómicas. Pero no muerdo el anzuelo, ¿ves? no has tenido éxito." Creo
que lo que estoy diciendo es queS buenoS es decirS no me someto, y esS
bueno, así es.

T.: En este momento usted siente que ha tenido constantemente presentes las
presiones culturales -no siempre muy conscientes pero que "ha habido tantas
en mi vidaS y ahora estoy penetrando más profundamente en mí misma para
descubrir lo que en realidad siento"; ahora le parece como si este sentimiento
la llevara muy lejos de su cultura; eso la atemoriza un poco, pero básicamente
se siente bien. Es queS

C.: Sí. Bueno... ahora tengo la sensación de que está bien, realmente... Pero
hay algo más: un sentimiento que está empezando a surgir, a tomar forma,
como yo digo. Esta conclusión...que ahora vaya dejar de buscar algo que esté
terriblemente mal. Claro que no sé por qué, pero es algo así. Ahora estoy como
diciéndome:

"Bueno, en vista de lo que sé, de lo que he descubierto... estoy bastante


segura de haber desterrado el miedo, y estoy segura de que no temo a ningún
shock. Ses decir... más bien sería bienvenido." Pero... en vista de los lugares
en que he estado y' de lo que en ellos he aprendido y también teniendo en
cuenta lo que no sé... quizás ésta sea una de las cosas que tendré que
enfrentar en el futuro, y... bueno... acabo deS simplemente no puedo hallarlo.
¿Ve? Y ahora sin ninguna... sin ninguna disculpa ni nada que ocultar.
Simplemente la afirmación de que no puedo encontrar lo que, en este
momento, sería malo.

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Terapia Centrada en…270

T.: ¿Es algo así? Que a medida que usted ha profundizado más y más en
usted misma, y al pensar en el tipo de cosas que ha descubierto y aprendido,
va creciendo e intensificándose la convicción de que, no importa cuán lejos
llegue, las cosas que hallará no son calamitosas ni terribles. Son de una
naturaleza muy diferente.

C.: Sí, algo así.

En el fragmento precedente, aun cuando la clienta reconoce que su sentimiento


se opone a la idiosincrasia de su cultura, se siente obligada a admitir que la
esencia de ella misma no es mala, ni está terriblemente errada, sino que es
algo positivo. Debajo de una conducta superficial controlada, debajo de la
amargura y el dolor, hay un sí mismo positivo y libre de odio. Creo que ésta es
la lección que nuestros clientes nos han ofrecido durante mucho tiempo y que
hemos tardado mucho tiempo en aprender.

Si la ausencia de odio parece un concepto relativamente neutral o negativo, tal


vez deberíamos dejar que la misma señora Oak explique su significado. En la
trigesimonovena entrevista, que ella siente próxima al final de su terapia,
vuelve a referirse a este tema.

C.: Me pregunto si debería aclarar... para mí está claro, y quizá sea eso lo que
realmente importa acá, mi intenso sentimiento acerca de una actitud libre de
odio. Ahora que lo hemos traído a un plano racional, sé que... suena negativo.
Y sin embargo, en mi pensamiento, mi...no, en realidad no en mi pensamiento
sino en mi sentimiento, es... en mi pensamiento... sí... en mi pensamiento
también...es algo muchísimo más positivo que esto... que un amorS" y también
me parece un tipo más fácil de... es menos limitado. Pero esto... me doy cuenta
de que esto debe parecer un rechazo completo de tantas cosas... de tantas
creencias... y tal vez lo sea...no sé. Simplemente me parece más positivo.

T.: Se imagina que a alguien pueda parecerle más negativo; pero en lo que
respecta al significado que tiene para usted, no le parece tan limitativo ni
posesivo como el amor. Le parece que realmente es más... más expansible,
más utilizable que... .

C.: Sí.

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Terapia Centrada en…271

TS que cualquiera de esos términos más estrictos.

C.: Eso es lo que en realidad me parece. Es más fácil. Bueno, de todas


maneras, me resulta más fácil sentirlo así. Y no sé... en realidad me parece que
es una manera deS de noS de encontrarse en un lugar donde uno no está
obligado a agradecer ni a castigar a nadie. EsS ¡significa tanto! Simplemente
me parece que conduce a una especie de libertad.

T.: Mmm, Mmm. Donde uno se ha desembarazado de la necesidad de retribuir


o castigar; donde simplemente le parece que hay muchísima libertad para
todos.

C.: Así es. (Pausa.) Estoy preparada para enfrentar algunos fracasos por el
camino.

T.: No espera que todo salga sobre ruedas.

C.: No.

Esta es la historia -muy abreviada- de cómo una cliente descubrió que cuanto
más profundamente penetraba en sí misma, menos tenía que temer; en lugar
de hallar algo muy malo en su interior, fue descubriendo poco a poco la esencia
de un sí mismo que no deseaba retribuir ni castigar a .sus semejantes, un sí
mismo libre de odio y profundamente socializado. A partir de este tipo de
experiencia, ¿nos atrevemos a generalizar y afirmar que si penetramos en 10
más profundo de nuestra naturaleza organísmica, descubriremos que el
hombre es un animal positivo y social? Esto es lo que sugiere nuestra
experiencia clínica.

Ser el propio organismo la propia experiencia

El material que hemos incluido en este capítulo nos permite llegar a la


conclusión de que la psicoterapia -al menos la psicoterapia centrada en el
cliente- es un proceso por medio del cual el hombre se convierte en su propio
organismo, sin auto decepción ni distorsión alguna. ¿Qué significa esto?

Nos referimos a algo que sucede en el nivel de la experiencia, a un fenómeno


difícil de expresar con palabras. Si este fenómeno es aprehendido

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Terapia Centrada en…272

exclusivamente en el nivel verbal, este solo hecho basta para distorsionarlo. Tal
vez empleando distintas descripciones logre reavivar alguna experiencia lejana
del lector, que le permita sentir: "¡Oh! Ya sé, por mi propia experiencia, de qué
se trata esto, al menos en parte."

La terapia parece significar un retorno a la experiencia sensorial y visceral


básica. Antes del tratamiento, la persona suele preguntarse, a menudo
inconscientemente: "¿Qué debería yo hacer en esta situación, según los
demás?"; "¿Qué esperarían mis padres o mi cultura que yo haga?"; "¿Qué es
lo que yo mismo creo que debería hacer?" En consecuencia, el individuo actúa
siempre según pautas de conducta que le son impuestas. Esto no significa
necesariamente que en todos los casos actúe de acuerdo con las opiniones de
otros; incluso puede esforzarse por contradecir las expectativas ajenas. No
obstante, actúa, según las expectativas ajenas, a menudo introyectadas.
Durante el proceso terapéutico, y en relación con la constante expansión de su
espacio vital, llega a preguntarse: "¿Cómo experimento esto?"; "¿Qué significa
para mí?"; "Si me comporto de cierta manera, ¿cómo puedo llegar a simbolizar
el significado que tendrá para mí?" Por último, actúa sobre la base de algo que
podría denominarse realismo: un equilibrio realista entre las satisfacciones e in
satisfacciones que cualquier acto le producirá.

Tal vez si expreso algunas de estas ideas en fórmulas esquemáticas que


sintetizan el proceso por el que atraviesan diversos clientes, logre ayudar a
aquellas personas que, como yo, tienden a pensar en términos clínicos y
concretos. Para un cliente esto puede significar: "He pensado que debía amar a
mis padres, pero descubro que no sólo experimento amor sino también un
amargo resentimiento. Quizá pueda llegar a ser una persona que experimenta
libremente amor y resentimiento." Otro' cliente puede expresar ese sentimiento
de la siguiente manera: "Me he considerado infeliz e indigno. Ahora, a veces
me vivencia a mí mismo como alguien de mucho valor; otras veces como
alguien de poco valor o utilidad. Tal vez puedo ser una persona que se valoriza
en diversos grados." Para otro, el sentimiento puede ser: "He pensado siempre
que nadie podría quererme realmente por lo que soy. Ahora experimento el
cálido afecto que otra persona' siente hacia mí. Tal vez puedo ser una persona
digna de ser amada por otros; quizá soy esa persona." Otro cliente: "Me han
educado enseñándome que no debo sentir aprecio por mí mismo. Spero lo

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Terapia Centrada en…273

siento. Puedo llorar por mí, pero también puedo alegrarme. Tal vez sea una
persona multifacética, de la que puedo disfrutar y a quien puedo compadecer."
El cliente también puede sentir, como lo hizo la señora Oak: "He pensado que
en algún nivel profundo era mala, que mis elementos básicos eran espantosos
y deplorables. No experimento esa maldad, sino más bien un deseo positivo de
vivir y dejar vivir. Quizás en el fondo puedo ser Una persona positiva."

¿Cómo es posible que la última parte de estas formulaciones se con-vierta en


realidad? Ello se debe al agregado de la apercepción. La persona que realiza
su tratamiento terapéutico completa la experiencia común por medio del
agregado de una apercepción de su experiencia, plena y sin distorsiones; esto
incluye sus reacciones viscerales y sensoriales. El cliente elimina o al menos
disminuye las distorsiones de la apercepción de su experiencia; puede advertir
todo lo que realmente está experimentando, y no sólo lo que se permitiría
experimentar al cabo de una selección cuidadosa efectuada por medio de un
filtro conceptual. En este sentido, la persona toma posesión, por primera vez,
de todo el potencial del organismo humano 'y agrega libremente una
apercepción enriquecedora a los aspectos básicos de las reacciones viscerales
y sensoriales. La persona llega a ser lo que es, como suelen decir los clientes
durante la terapia. Esto parece significar que el individuo llega a ser -por su
apercepción- lo que es --por su experiencia-o En otras palabras, es un
organismo humano total y que funciona plenamente.

Ya puedo adivinar las reacciones de algunos lectores: "¿Quiere decir que,


corno- resultado de la terapia, el hombre se convierte simplemente en un
organismo humano, un animal humano? ¿Quién lo controlará? ¿Quién lo
socializará? ¿Abandonará todas sus inhibiciones? ¿Se habrá liberado la bestia
humana, el ello?" La respuesta más adecuada a estas preguntas parece ser:
"En la terapia el individuo se convierte realmente en un organismo humano, con
toda la riqueza que esto implica. Es capaz de controlarse, y sus deseos sufren
un irreversible proceso de socialización. En el ser humano no hay bestia
alguna. Sólo hay un hombre, al que hemos logrado poner en libertad."

Si: nuestras observaciones tienen validez, el descubrimiento básico de la


psicoterapia es, a mi juicio, que no debemos temer ser "simplemente" un homo
sapiens. Este descubrimiento indica que si a nuestra vivencia sensorial y

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Terapia Centrada en…274

visceral -característica de todos los integrantes del reino animal- podemos


añadir una apercepción libre y precisa -que parece ser un rasgo distintivo del
animal humano- lograremos un organismo capaz de un realismo constructivo y
maravilloso, Tendremos, pues, un organismo consciente de las exigencias
culturales, como también de sus propias necesidades fisiológicas -hambre o
sexo-, de su deseo de establecer relaciones amistosas y de su afán de
enaltecerse; de su delicada y sensible ternura y, al mismo tiempo, hostilidad
hacia los otros. Cuando esta capacidad de apercepción propia del hombre
puede alcanzar un libre y pleno funcionamiento, no nos hallamos ante un
animal temible ni ante una bestia difícil de controlar. Descubriremos, por el
contrario, un organismo capaz de lograr, mediante la asombrosa capacidad de
integración de su sistema nervioso central, una conducta equilibrada, realista,
estimulante para sí mismo y para los demás; esta conducta será la resultante
de todos los elementos de su apercepción. En otras palabras, cuando el
hombre no es totalmente un hombre, cuando no permite que afloren a su
percepción diversos aspectos de su experiencia, entonces a menudo se
justificará nuestro temor hacia él y su conducta; esto se comprueba en la
presente situación mundial. Pero cuando es un verdadero hombre, cuando es
todo su organismo, cuando la apercepción de su experiencia atributo propio
del ser humano-- actúa plenamente, podemos creer en él, y su conducta es
constructiva. No será siempre convencional ni conformista; estará
individualizada, pero también socializada.

Conclusión

He asignado gran importancia a la sección precedente porque representa una


profunda convicción, surgida en muchos años de experiencia., Sin embargo, de
ninguna manera ignoro la diferencia que existe entre convicción y verdad. No
pido a nadie que acepte mi experiencia, sino simplemente que la compare con
la propia, en busca de posibles coincidencias.

Tampoco creo necesario disculparme por el carácter especulativo de este


trabajo. Hay épocas de especulación y otras en que debemos dedicarnos a
seleccionar pruebas empíricas. Esperemos que, más adelante y

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Terapia Centrada en…275

paulatinamente, algunas de las especulaciones, opiniones e hipótesis clínicas


de este trabajo sean sometidas a una verificación operacional y definitiva.

Rogers, C. (1996). Algunas tendencias que se manifiestan en la terapia en El

proceso de convertirse en persona. México: Paidós. (pp. 75-102).

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Terapia Centrada en…276

18. QUÉ SIGNIFICA CONVERTIRSE EN PERSONA

Carl Rogers

Este capítulo se basa en una conferencia que pronuncié durante una reunión
en el Oberlin College en 1954. En esa oportunidad, estaba tratando de reunir
de manera organizada algunas concepciones acerca de la psicoterapia que
habían surgido de mi propia experiencia. Al escribirlo he introducido algunas
ligeras modificaciones.

Como de costumbre, en esa ocasión trataba de que mi pensamiento reflejara la


experiencia vivida en las entrevistas terapéuticas; por-consiguiente, recurrí a
menudo a los datos recogidos de entrevistas grabadas, como base para las
generalizaciones que formulo. .

Durante mi trabajo en el Counseling Center de la Universidad de Chicago tuve


la oportunidad de trabajar con personas afectadas por una amplia variedad de
problemas personales: el estudiante preocupado por su posible fracaso
académico; el ama de casa atribulada por dificultades matrimoniales; el
individuo que se siente al borde del derrumbe o de la psicosis; el profesional
responsable que dedica gran parte de su tiempo a fantasías sexuales y se
desempeña mal en su trabajo; el estudiante brillante. el mejor de su promoción,
paralizado por la convicción de que es un inadaptado sin esperanzas ni ayuda
posible; el padre desesperado por el comportamiento de su hijo; la jovencita
que, a pesar de su constante éxito, sufre frecuentes accesos de depresión; la
mujer que teme que la vida y el amor pasen a su lado y sigan de largo, y que
sus logros profesionales no sean sino una mísera recompensa; el hombre
convencido de que es víctima de un complot urdido contra él por fuerzas
poderosas o siniestras. Podría seguir mencionando infinidad de problemas con
que la gente se acerca a nosotros, y que cubren toda la gama de experiencias
de la vida. Pero presentar este tipo de catálogo no es útil ni satisfactorio para
mí, puesto que como asesor sé bien que los problemas planteados en la
primera entrevista no son los mismos que aparecen durante la segunda o
tercera sesión, y que cuando llega la décima entrevista habrá surgido toda una
serie de nuevos problemas.

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Terapia Centrada en…277

No obstante, he llegado a creer que a pesar de esta intrincada multiplicidad


horizontal y de' los estratos de complejidad vertical, tal...vez exista un único
problema. A medida que sigo la experiencia de muchos clientes en la relación
terapéutica que nos esforzamos en crear para ellos, me parece que cada uno
plantea la misma pregunta. Por debajo del nivel de la situación-problema que
aqueja al individuo --es decir, más allá de la preocupación generada por los
estudios, la esposa, el empleador, su conducta extraña e incontrolable, o sus
propios sentimientos inquietantes- se advierte una búsqueda primordial. Pienso
que en el fondo, todos se preguntan: "¿Quién soy yo realmente? ¿Cómo puedo
entrar en contacto con este sí mismo real que subyace a mi conducta
superficial? ¿Cómo puedo llegar a ser yo mismo?"

El proceso de llegar a ser

Detrás de la máscara

Aparentemente, el-objetivo más deseable para el individuo, la meta que


persigue a sabiendas o inconscientemente, es llegar a ser él mismo. Quisiera
aclarar lo que esto significa.

Cuando una persona llega a mí, atribulada por su peculiar combinación de


dificultades, es sumamente útil crear una relación en la que se sienta segura y
libre, Mi propósito es comprender cómo se siente en su propio mundo interno,
aceptarlo tal como es y crear una atmósfera de libertad que le permita expresar
sin traba alguna sus pensamientos, sus sentimientos y su manera de ser.
¿Cómo emplea el cliente esta libertad?'

En mi experiencia, he observado que la utiliza para acercarse a sí mismo.


Comienza a abandonar las falsas fachadas, máscaras o roles con que ha
encarado la vida hasta ese momento. Parece tratar de descubrir algo más
profundo, más propio de sí mismo y empieza por despojarse de las máscaras
que usaba conscientemente. En una entrevista de asesoramiento, una joven
estudiante describe una de las máscaras que ha utilizado hasta ese momento y
señala que le preocupa intensamente el hecho de si, tras de la fachada
apacible y simpática que presenta, existe un sí mismo con convicciones
propias.

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Terapia Centrada en…278

"Estaba pensando .sobre este asunto de las normas. De alguna manera, yo


había desarrollado algo así como una habilidad especial, digamos... bueno... la
costumbre de tratar de que la gente se sienta cómoda a mi lado o de que las
cosas se desarrollen apaciblemente. Siempre tenía que haber un pacificador,
como el aceite que suaviza las aguas. En una pequeña reunión o fiesta o lo
que fuera...podía lograr que todo saliera bien y aun dar la impresión de estar
disfrutando. A veces me sorprendía a mí misma manifestando una opinión
contraria a mis propias convicciones si veía que de otra manera mi interlocutor
podía sentirse mal. En otras palabras, nunca estaba... es decir... nunca me
manifesté firme y decidida acerca de las cosas. Creo que la razón por la que
me comportaba de ese modo es que en casa siempre hacía lo mismo.
Directamente, nunca me puse a defender mis propias convicciones, hasta tal
punto que no sé si en realidad tengo convicciones que defender. Nunca he sido
"realmente honesta en el sentido de procurar ser yo misma, ni creo conocerme
en realidad., Simplemente he estado interpretando un papel falso."

En este fragmento vemos que el cliente examina la máscara que ha utilizado


hasta ese momento y advierte su insatisfacción y se pregunta cómo puede
llegar a su verdadero sí mismo, en caso de que éste exista.

En este intento de descubrir su auténtico sí mismo, el cliente habitualmente


emplea la relación para explorar y examinar los diversos aspectos de su propia
experiencia y para reconocer y enfrentar las profundas contradicciones que a
menudo descubre. Entonces aprende que en gran medida su conducta y los
sentimientos que experimenta son irreales y no se originan en las verdaderas
reacciones de su organismo, sino que son sólo una fachada, una apariencia
tras la cual trata de ocultarse, Descubre que una gran parte de su vida se
orienta por lo que él cree que debería ser y no por lo que es en realidad. A
menudo advierte que sólo existe como respuesta a exigencias ajenas, y que no
parece poseer un sí mismo propio; descubre que trata de pensar, sentir y
comportarse de la manera en que los demás creen que debe hacerlo.

En relación con este problema, me ha sorprendido comprobar la precisión con


que el filósofo dinamarqués Soren Kierkegaard describió, hace más de un siglo,
el dilema del individuo, haciendo gala de un perspicaz insight psicológico. Este
autor señala que, por lo general, la causa de la desesperación reside en no

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Terapia Centrada en…279

elegir ni desear ser uno mismo y que la forma más profunda de desesperación
es la del individuo que ha elegido "ser alguien diferente de sí mismo". Por otro
lado, "en el extremo opuesto a la desesperación se encuentra el desear ser el
sí mismo que uno realmente es"; en esta elección radica la responsabilidad
más profunda del hombre. Al leer ciertas páginas de Kierkegaard, presiento
que debe haber oído manifestaciones similares a las que expresan nuestros
clientes enmarcados en la exploración y búsqueda de la realidad de su sí
mismo: dolorosa y difícil.

Esta exploración se torna aún más dolorosa cuando los clientes se abocan a la
tarea de abandonar las actitudes cuya falsedad antes ignoraban. Estos clientes
se embarcan en el aterrador trabajo de explorar los sentimientos turbulentos y
a veces violentos que abrigan en su interior. La remoción de una máscara
hasta entonces considerada una parte muy real de uno mismo puede ser una
experiencia profundamente perturbadora; sin embargo, el individuo avanza
hacia ese objetivo cuando tiene libertad de pensar, sentir y ser. Algunas
afirmaciones de una persona que llevó a cabo una serie de entrevistas
psicoterapéuticas servirán para ilustrar lo que decimos. Este cliente emplea
muchas metáforas al describir su lucha por llegar a su propia esencia.

"Tal como lo veo ahora, estaba pelando mis defensas, capa tras capa. Solía
crearlas, utilizarlas y luego descartarlas al darme cuenta de que seguía siendo
la misma. Ignoraba qué habría en el fondo y tenía mucho miedo de averiguarlo,
pero debía seguir intentándolo. Al principio creía que en mi interior no había
nada... sólo un gran vacío donde yo necesitaba y deseaba que hubiera un
núcleo macizo. Luego comencé a sentir que enfrentaba una sólida pared de
ladrillos, demasiado alta para saltarla y demasiado gruesa para atravesarla. Un
día la pared dejó de ser sólida y se volvió translúcida. Después de esto me
pareció que se desvanecía, pero detrás de ella descubrí un dique que contenía
aguas violentas y tumultuosas. Sentí como si estuviera soportando toda la
fuerza de esas aguas y pensé que si habría aun un pequeño orificio yo y todo
lo que me rodeaba seríamos arrasados por el torrente de sentimientos que
ellas representaban. Por último, no pude soportar más la tensión y cedí. Todo
lo que hice, en realidad, fue sucumbir a una absoluta y total autocompasión,
luego alodio y después de éste, finalmente al amor. Después de esta
experiencia me sentí como si hubiera saltado a la otra .orilla y me encontrara a

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Terapia Centrada en…280

salvo, aunque todavía titubeaba un poco. No sé qué buscaba ni a dónde me


dirigía, pero entonces me sentí como siempre me he sentido al vivir realmente;
estaba avanzando."

Creo que este fragmento ilustra con bastante claridad el sentimiento, que
muchas personas experimentan, de que si no mantienen la fachada falsa, la
pared, el dique, todo será arrasado por la violencia de los sentimientos que
descubren ocultos en su mundo privado. Sin embargo, en este extracto es
posible observar la necesidad compulsiva del individuo de buscarse y llegar a
ser él mismo y el modo en que determina su propia realidad: cuando
experimenta plenamente los sentimientos de que es en el nivel orgánico, se
siente seguro de ser una parte de su sí mismo auténtico, tal como este cliente,
que experimentó autocompasión, odio y amor.

La vivencia del sentimiento

Quisiera agregar algo más acerca de esta Vivencia del sentimiento, que en
realidad consiste en descubrir los elementos desconocidos del sí mismo. El
fenómeno que intento describir es de naturaleza tal que resulta bastante difícil
hallar para él una expresión significativa. En nuestra vida cotidiana existen mil y
una razones que nos impiden experimentar plenamente nuestras actitudes:
razones originadas en nuestro pasado y en el presente, y otras surgidas de la
situación social, que hacen que parezca demasiado peligroso y potencialmente
nocivo experimentarlas de manera libre y completa. Sin embargo, gracias a la
seguridad y a la libertad que ofrece la relación terapéutica, pueden ser
vivenciadas con plenitud y con conocimiento de los límites que representan.
Pueden ser experimentadas -y lo son- de una manera que considero como
"cultura puro"; en ese momento la persona es su temor, o bien es su enojo, su
ternura, o lo que fuere.

Tal vez pueda explicar mejor este concepto citando el ejemplo de un cliente,
que indicará y transmitirá parte de lo que quiero decir. Este joven graduado, en
una etapa avanzada de su terapia, comenzó a interrogarse acerca de un
sentimiento confuso que percibía en él. Gradualmente lo identificó como un
cierto sentimiento de temor: miedo de fracasar o de no lograr su doctorado.

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Terapia Centrada en…281

Luego sobrevino una pausa prolongada. He aquí el testimonio grabado durante


la entrevista:

C.: De alguna manera lo estaba dejando escurrir. Pero más bien lo vinculé con
usted y con mi relación con usted. Y eso es algo que siento al respecto, una
especie de temor de que desaparezca, pero eso es otra cosa... es tan difícil de
captar...hay como dos sentimientos que lo tironean. O bien dos "yo" de alguna
manera. Uno es la persona asustada que quiere aferrarse a las cosas y creo
que a ése lo puedo sentir con bastante claridad en este preciso momento.
Fíjese... yo necesito cosas a las cuales aferrarme... y me siento como
asustado.

T.: MmmS Eso es algo que usted puede sentir en este preciso instante, lo ha
estado sintiendo y tal vez lo siente también con respecto a nuestra relación.

C.: Déjeme conservar esto, porque ¿sabe? de alguna manera lo necesito.


¡Puedo llegar a sentirme tan solo y atemorizado sin ese sentimiento!

T.: Mmm, mmmSDéjeme seguir aferrado a esto porque de lo contrario tendría


un miedo terrible. Déjeme aferrarme a esto. (Pausa.) C.: Es casi lo mismo
que... Déjeme preparar mi tesis o conseguir mi diploma, entonces... Porque de
alguna manera necesito ese pequeño mundo. Es decir...

T.: En ambos casos es como una especie de súplica, ¿no? Permítame


conseguir esto porque lo necesito de manera imperiosa. Me sentiría
terriblemente asustado si no lo tuviera. (Pausa prolongada.)

C.: Tengo una sensación de... no puedo ver con demasiada claridad. . .es este
niñito suplicante, de alguna manera, aun.... ¿Qué es este gesto de súplica?
(Junta las manos como en una plegaria.)¿No es gracioso? Porque...

T.: Juntó sus manos en una especie de súplica.

C.: ¡Sí, así es! Algo así como "¿no me haría el favor?”S ¡Oh, esto es
espantoso! ¿Quién? ¿Yo suplicando?

Quizás este fragmento ilustre en parte lo que he procurado descubrir: la


vivencia de un sentimiento hasta el último de sus límites. He aquí a nuestro
cliente, viviéndose, durante un instante, como un niñito suplicante, implorante,

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Terapia Centrada en…282

dependiente. En ese momento todo él no es sino su súplica. No cabe duda de


que inmediatamente rechaza su experiencia al decir: "¿Quién? ¿Yo
suplicando?", pero ésta ha dejado su huella. Como dice un momento después:
"Es tan maravilloso ver surgir estas cosas de mí. Cada vez me asombra más y
luego, ahí está otra vez ese sentimiento, como un miedo por tener todo esto y
estar conteniéndolo o algo así." El cliente advierte que esta experiencia se ha
filtrado y que momentáneamente él es su dependencia, lo cual lo asombra
sobremanera.

No sólo la dependencia se experimenta de este modo tan extenuante; también


puede tratarse de dolor, pena, celos, furia destructiva, deseo intenso, confianza
y orgullo, ternura, amor o cualquiera de las emociones de que el hombre es
capaz.

Lo que estas experiencias me han enseñado es' que en esos momentos el


individuo llega a ser lo que es. Cuando, en el transcurso de la terapia, una
persona llega a experimentar todas las emociones que surgen
organísmicamente de manera consciente y abierta, se experimenta a sí misma
con toda la riqueza que en ella existe. Se ha convertido en lo que es.

El descubrimiento del sí mismo en la experiencia

Prosigamos con el problema del significado de llegar a ser uno mismo. Se trata
de una cuestión sorprendente y para ilustrarla, volveré a citar afirmaciones de
una cliente, registradas entre diferentes entrevistas. El cliente describe la
manera en que las diversas fachadas con las que ha estado viviendo han
quedado inutilizadas, acarreándole así una suerte de confusión, pero también
una sensación de alivio. Dice:

"Mire, parece que toda la energía que había destinado a mantener la cohesión
del modelo arbitrario era innecesaria... un desperdicio. Uno piensa que tiene
que construirse un modelo, [pero son tantas las piezas y es tan difícil ver cómo
encajan unas con .otras! A veces uno las coloca mal, y cuanto mayor es el
número de piezas mal dispuestas, más cuesta mantenerlas en su lugar; al final
uno se cansa tanto que llega a preferir esa confusión espantosa a tener que
seguir construyendo el modelo. Por último, uno descubre que las piezas se

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Terapia Centrada en…283

acomodan por sí solas en sus lugares correspondientes y que surge un modelo


viviente sin que sea necesario realizar esfuerzo alguno. La tarea de uno es
descubrirlo; en el transcurso de ese descubrimiento uno se encuentra a sí
mismo y encuentra el lugar que le corresponde. Hay que dejar que la propia
experiencia le dicte a uno su significado; en el momento en que uno le dice lo
que significa, entabla una lucha contra uno mismo."

Veamos si puedo captar la expresión poética de este fragmento y transmitir el


significado que tiene para mí. El cliente dice que ser ella misma significa
encontrar el modelo, el orden subyacente que rige el flujo incesantemente
cambiante de su experiencia. Ser ella misma implica descubrir la unidad y
armonía existentes en sus verdaderos sentimientos y reacciones, y no tratar de
imponer una máscara a su experiencia o imprimirle una forma o estructura que
distorsione su verdadero significado. El auténtico sí mismo se descubre
naturalmente en las experiencias propias, sin pretender imponerse a ellas.

Con estos fragmentos tomados de algunas entrevistas he tratado de sugerir lo


que sucede en el clima de calidez y comprensión que crea la relación de ayuda
que se establece con un terapeuta. Al parecer, de manera progresiva y
dolorosamente, el individuo explora lo que se oculta tras las máscaras que
presenta al mundo y aun detrás de la fachada con que se ha estado
engañando. Experimenta con profundidad y a menudo vívidamente los diversos
aspectos de sí mismo que habían permanecido ocultos en su interior. De esta
manera llega a ser él mismo, no una fachada conformista con los demás, ni
una negación cínica de todo sentimiento o una apariencia de racionalismo
intelectual, sino un proceso vivo que respira, siente y fluctúa; en resumen, llega
a ser una persona.

La persona que emerge

Sospecho que algunos lectores se preguntan: "¿Pero qué tipo de persona llega
a ser el individuo? No basta con decir que abandona las fachadas. ¿Qué clase
de persona surgirá?" Puesto que uno de los hechos más evidentes es que
cada individuo tiende a convertirse en una persona diferente y única, la
respuesta no es fácil. No obstante, quisiera señalar algunas de las tendencias

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Terapia Centrada en…284

características que he observado. Ninguna persona serviría para ilustrar por


completo todas estas características; la siguiente descripción no corresponde
plenamente a ninguna persona real, pero sobre la base de haber vivido una
relación terapéutica con muchos clientes, puedo formular algunas
generalizaciones.

La apertura a la experiencia

En primer término, diré que en este proceso el individuo se abre a su


experiencia. Esta frase ha llegado a adquirir gran significado para mí, pues
expresa el extremo opuesto a una actitud de defensa. La investigación
psicológica ha demostrado que si los datos sensoriales se oponen a la imagen
del sí mismo, se distorsionan; en otras palabras, no podemos asimilar toda la
información que nos brindan nuestros sentidos, sino sólo la que corresponde a
nuestra imagen.

Ahora bien, en una relación como la que he descripto, esta actitud rígida o
defensiva tiende a ser reemplazada por una mayor aceptación de la
experiencia. Como lo he explicado en mi anterior descripción, el individuo se
vuelve más abiertamente consciente de sus propios sentimientos y actitudes,
tal como existen en él en el nivel orgánico. También advierte con mayor
facilidad las realidades externas, en lugar de percibirlas según categorías
preconcebidas. Ve que no todos los árboles son verdes, ni todos los padres
severos y descubre que no todas las mujeres lo rechazan ni todas las
experiencias fracasadas le demuestran su inutilidad. En una situación nueva es
capaz de aceptar los hechos tal como son y no los distorsiona con el objeto de
que se ajusten al modelo que le sirve, de guía. Como es de esperar, esta
capacidad de abrirse a la experiencia lo vuelve más realista en su actitud frente
a la gente y a las situaciones y problemas nuevos. Ello significa que' sus
creencias pierden su anterior rigidez, y que puede tolerar la ambigüedad y
soportar gran cantidad de pruebas contradictorias, sin verse obligado a poner
fin a la situación. Pienso que esta apertura a la percepción de lo que existe en
este momento en uno mismo y en la realidad es un elemento importante en la
descripción de la persona que emerge de la terapia.

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Terapia Centrada en…285

Quizá pueda imprimir un significado más vívido a este concepto con algunos
ejemplos de una entrevista grabada. En la cuadragesimoctava entrevista, un
joven profesional señaló que se había vuelto más sensible a algunas de sus
sensaciones corporales y a otros sentimientos.

C.: No me parece que a nadie le sea posible describir todos los cambios que se
sienten en uno mismo. Pero sin duda, últimamente he sentido más respeto,
más objetividad hacia mi estructura física. Lo que quiero decirles que no espero
demasiado de mí mismo. Es decir, me parece que en el pasado luchaba contra
cierto cansancio que solía sentir después de cenar. Bueno, ahora estoy seguro
de que realmente estoy cansado -que no me estoy haciendo el cansado-, sino
que mi tono fisiológico simplemente desciende. Antes parecía estar censurando
constantemente mi cansancio.

T.: Ahora puede permitirse estar cansado, en lugar de sentir al mismo tiempo
una especie de censura hacia su cansancio.

C.: Sí, como que no debería estar cansado o algo así. Y de alguna manera me
parece bastante profundo poder no combatir este cansancio; esto se acompaña
de una sensación real de que tengo que relajarme, de modo que no es tan
terrible estar cansado. Pienso que esto también me da una pauta acerca de por
qué soy así, tal como es mi padre y tal como él ve alguna de estas cosas. Por
ejemplo, digamos que yo estaba enfermo y se lo decía; parecía que quería
hacer algo por eso, pero también decía: "¡Caramba, más problemas!",' o algo
así.

T.: Como si hubiera algo malo en el hecho de estar enfermo físicamente.

C.: Sí; estoy seguro de que mi padre siente la misma falta de respeto que yo
hacia su propia fisiología. El verano pasado me torcí la espalda y me disloqué...
la oí chasquear y todo. Al comienzo sentí un dolor muy agudo; el médico me
vio y dijo que no era nada serio y que el problema desaparecería siempre que
no me agachara demasiado. Bueno, eso fue hace meses... y últimamente he
notado queS ¡diablos! esto es un dolor en serio y me sigue doliendoS y yo no
tengo la culpa.

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Terapia Centrada en…286

T.: No demuestra nada malo acerca de ustedS

C.: No...y una de las razones por las que me parece que me canso más de lo
debido es por esta tensión constante; por eso ya pedí hora con uno de los
médicos del hospital para que me vea y me saque una radiografía o lo que sea
necesario. Creo que de alguna manera se podría decir que soy más sensible...
o más objetivamente sensible a este tipo de cosas... y esto es en realidad un
cambio profundo, y naturalmente mi relación con mi esposaS y los dos chicos
está... bueno, usted no la reconocería si me viera... como usted ha... es decir...
me parece que no puede haber nada más maravilloso que... sentir amor hacia
los propios hijos. Y al mismo tiempo recibirlo, real y genuinamente. No sé cómo
decir esto. Tenemos tanto más respeto... ambos... por Judy, y hemos notado...
al participar en esto... hemos notado un cambio tan impresionante en ella...
parece ser algo bastante profundo.

T.: Me parece que usted está diciendo que puede prestarse más atención a
usted mismo. Si su cuerpo dice que está cansado, lo escucha y lo cree, en
lugar de criticarlo; si siente dolor puede percibirlo. Si el sentimiento hacia su
mujer y sus hijos es de amor, puede sentir/o, y esto parece manifestarse
también en los cambios que usted advierte en ellos.

En este fragmento, de menor significación pero de importancia simbólica,


puede observarse gran parte de lo que he tratado de explicar acerca de la
apertura hacia la experiencia. En épocas anteriores, este cliente no podía sentir
dolor ni malestar libremente, porque estar enfermo significaba ser inaceptable.
Tampoco podía experimentar ternura ni amor hacia su hija, porque esos
sentimientos significaban debilidad, y debía mantener su fachada de fortaleza.
A medida que la terapia avanzaba, llegó a aceptar las experiencias de su
organismo, a sentir que podía estar cansado cuando experimentaba cansancio,
manifestar dolor cuando su organismo sentía dolor, experimentar libremente el
amor que su hija le inspiraba y también sentir y expresar fastidio hacia ella,
como lo dice en otra parte de la entrevista. Podía vivir plenamente todas las
experiencias de su organismo, sin excluirlas de su apercepción.

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Terapia Centrada en…287

La confianza en el propio organismo

Las personas que han recibido un tratamiento terapéutico exitoso presentan


una segunda característica que resulta difícil describir. Al parecer, el individuo
descubre paulatinamente que su propio organismo merece confianza, que es
un instrumento adecuado para hallar la conducta más satisfactoria en cada
situación inmediata.

Puesto que quizás esta segunda característica parezca extraña, trataré de


explicarla mejor. Tal vez la descripción resultará más clara si pensamos en el
individuo que enfrenta una disyuntiva existencial: "¿Vaya visitar a mi familia
durante las vacaciones o veraneo solo?"; "¿Acepto esta tercera copa que me
ofrecen?"; "¿Es ésta la persona con quien me gustaría compartir mi amor y mi
vida?" En tales situaciones, ¿qué ocurre con la persona que ha experimentado
un proceso terapéutico?' En la medida en que esa persona puede captar toda
su experiencia, tiene acceso a todos los datos relacionados con la situación y
puede utilizarlos como base para su conducta. Conoce sus propios
sentimientos e impulsos, a menudo complejos y contradictorios y es capaz de
percibir las exigencias sociales, desde las "leyes" sociales relativamente rígidas
hasta los deseos de sus amigos y su familia. Puede evocar situaciones
anteriores similares y recordar las consecuencias de las diferentes conductas
adoptadas en esas situaciones. Posee una percepción relativamente correcta
de esta situación externa en toda su complejidad. Con la ayuda de su
pensamiento consciente, puede permitir a su organismo considerar, evaluar y
equilibrar cada estímulo, necesidad y demanda y sopesar su gravitación e
intensidad relativas. Sobre la base de estas complejas consideraciones, es
capaz de descubrir la elección que más se aproxima a la satisfacción de todas
sus necesidades mediatas e inmediatas en esa situación.

Por supuesto, en esa evaluación de todos los componentes de una elección


vital, su organismo no es de ningún modo infalible. El individuo puede elegir
mal, pero puesto que tiende a abrirse hacia su experiencia, prevé mejor las
posibles consecuencias insatisfactorias y puede corregir más rápidamente las
decisiones erróneas.

Puede ser útil advertir que en la mayoría de nosotros, los problemas que
interfieren en esta consideración residen en el hecho de que incluimos

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Terapia Centrada en…288

elementos que no forman parte de nuestra experiencia y excluimos otros que


efectivamente la integran. De esta manera, un individuo puede pensar que es
capaz de controlarse en relación con la bebida, a pesar de que una apertura a
su pasado le indicaría su error, o bien una joven puede ver sólo las cualidades
positivas de su futura pareja, cuando la apertura total a la experiencia le
indicaría que él tiene también defectos.

Por lo general, cuando un cliente se abre hacia su experiencia, descubre que


su organismo es digno de confianza y siente menos temor hacia sus propias
reacciones emocionales. Paulatinamente aumentan la confianza y aun el afecto
que le despiertan la variedad de sentimientos y tendencias que en él existen.
La conciencia deja de controlar un conjunto de sentimientos peligrosos e
imprevisibles y se convierte en adecuado albergue de un cúmulo de impulsos,
sentimientos y pensamientos que se autogobiernan de manera satisfactoria, en
ausencia del severo control hasta entonces ejercicio.

Un foco interno de evaluación

Otra tendencia que se manifiesta en el proceso de convertirse en una persona


se relaciona con la fuente o centro de las relaciones y decisiones o de los
juicios de valor. El individuo llega progresivamente a sentir que este foco de
evaluación se encuentra en él mismo. Cada vez acude menos a los demás en
busca de aprobación o reprobación, de pautas por las cuales regir su vida, de
decisiones y elecciones. Reconoce que en él reside la facultad de elegir, y que
la única pregunta importante es: "¿Estoy viviendo de una manera que me
satisface plenamente y que me expresa tal como soy?" Quizás ésta sea la
pregunta más importante que se pueda plantear el individuo creativo.

Tal vez resulte útil ilustrar lo que acabo de decir. Transcribiré un breve
fragmento de una entrevista con una joven graduada que solicitó -
asesoramiento. Al principio el cliente se hallaba muy alterado por una serie de
problemas y había pensado en suicidarse. Uno de los sentimientos que
descubrió durante esta entrevista fue su gran afán de dependencia, su deseo
de que otro asumiera la dirección de su vida. Juzgaba duramente a aquellos
que no la habían guiado lo suficiente y se refería a todos sus profesores

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Terapia Centrada en…289

acusándolos de no haberle enseñado cosas con un sentido profundo.


Lentamente comenzó a advertir que parte de la dificultad residía en el hecho de
que ella misma no había asumido iniciativa alguna de participar en esas clases.
Luego sigue la parte que deseo citar.

Creo que este fragmento indica lo que significa, en la experiencia, aceptar que
el foco de evaluación reside en uno mismo. He aquí un extracto de una
entrevista posterior, en la que esta joven comenzó a advertir que tal vez ella
fuera, en parte, responsable de las deficiencias de su propia educación.

c.: Ahora bien, me pregunto si no habré estado adquiriendo conocimientos


superficiales, sin captar realmente el significado de los hechos, sin
profundizarlos.

T.: Tal vez se ha estado sirviendo cucharaditas aquí y allá en lugar de cavar
hondo en un lugar determinado.

C.: Mmm. Por eso digo... (Lenta y pensativamente y bueno... con ese tipo de
cimientos, bueno, en realidad depende de mí. Es decir... me parece bastante
evidente que no puedo depender de otro para recibir educación. (Con mucha
suavidad.) Tendré que conseguirla yo sola.

T.: Comienza a hacérsele claro... sólo hay una persona que puede educarla...
se da cuenta de que quizá ningún otro puede darle una educación.

C.: Mmm. (Pausa prolongada. Piensa.) Tengo todos los síntomas del miedo.
(Ríe por lo bajo.) ,

T.: ¿Miedo? ¿Quiere decir que esto es algo que la atemoriza?

C.:Mmm. (Pausa muy larga. Evidentemente lucha con sus sentimientos. )

T.: ¿Quiere agregar algo más acerca de lo que acaba de decir, que realmente
le da síntomas de miedo?

C.: (Ríe,) Yo... este... no sé si en realidad sé. Es decir... bueno, en realidad me


parece que me he abierto sin pensarlo (pausa), y parece que estoy muy... no
sé...en una posición vulnerable, pero... este... yo traje esto a colación y... este...
salió casi sin decirlo. Me parece que... es algo que dejé salir.

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Terapia Centrada en…290

T.: Que difícilmente forma parte de usted. C.: Bueno, me sentí sorprendida.

T.: Como si "¡Bueno, por el amor de Dios! ¿Yo he dicho tal cosa?" (Ambos
reímos.)

C.: Honestamente, no creo haber tenido ese sentimiento nunca antes. HeS
esteS bueno, tengo la impresión de estar diciendo algo que realmenteS es
una parte de 00, realmente. (Pausa.) OS esteS (bastante perpleja) siento
como si tuvieraS esteS no sé. Tengo un sentimiento de fuerza y sin embargo
también tengo un sentimientoS de darme cuenta de que me da miedo.

T.: O sea que decir algo como lo que acaba de decir da al mismo tiempo un
sentimiento de fuerza -al decirlo-, y, sin embargo, a la vez siente miedo de lo
que ha dicho, ¿es así?

C.: Mmm. Estoy sintiendo eso. Por ejemplo, ahora lo estoy sintiendo por
dentroSalgo que surge o una fuerza, un desahogo; como si fuera algo
realmente grande y poderoso. Y sin embargo...este... bueno, al comienzo era
casi una sensación física de estar sola y separada de un...apoyo que tenía
hasta ese momento.

T.: Usted siente que se trata de algo profundo y fuerte que surge y al mismo
tiempo siente que al decirlo se separa de todo apoyo.

C.: Mmm. Tal vez "sea...no sé... una alteración de una especie de esquema
con el que me he estado manejando, creo.

T.: Esto trastorna un esquema más bien significativo y lo sacude hasta aflojarlo.

C.: Mmm. (Pausa, luego cautelosamente pero con convicción.) Yo, yo creo...no
sé, pero tengo la sensación de que entonces voy a empezar a hacer más cosas
que las que sé que debería hacer... ¡Hay tantas cosas que necesito hacer! Me
parece que en tantos aspectos de mi vida tengo que encontrar nuevas formas
de conducta, pero...quizá... puedo verme haciendo algunas cosas un poco
mejor.

Espero que este ejemplo permita al lector adquirir una idea de la fuerza que se
experimenta al ser una persona única Y. responsable de sí misma y del
malestar que acompaña a esta asunción de la propia responsabilidad.

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Terapia Centrada en…291

Reconocer que "yo soy el que elige" y que "yo soy el que determina el valor
que una experiencia tiene para mí" es algo que enriquece pero también
atemoriza.

El deseo de ser un proceso

Quisiera señalar una última característica de esas personas que luchan por
descubrirse y llegar a ser ellas mismas. Se trata de que el individuo parezca
más satisfecho de convertirse en un proceso que en un producto. Cuando inicia
la relación terapéutica es habitual que el cliente desee lograr un objetivo
determinado: quiere solucionar sus problemas, ser eficiente en su trabajo o
solucionar sus dificultades matrimoniales. En la libertad de la relación
terapéutica, tiende a abandonar esos objetivos; acepta con más satisfacción el
hecho de no ser una entidad estática, sino un proceso de transformación.

Al concluir la terapia, un cliente dice, relativamente asombrado:

"Aún no he terminado la tarea de integrarme y reorganizarme, pero esto sólo


me confunde, no me acobarda, puesto que ahora me doy cuenta de que es un
proceso que continúa... Sentirse en acción resulta estimulante; a veces uno se
inquieta, pero siempre es profundamente alentador. Uno se ve en acción;
parece saber hacia dónde se dirige aunque no siempre sabe conscientemente
cuál es su meta." Estas palabras expresan la confianza en el propio organismo
y en el descubrimiento de sí mismo como proceso. Describen, en términos
personales, la captación de uno mismo corno flujo de llegar a ser y no como un
producto acabado. Ello significa que una persona es un proceso en
transformación, no una entidad fija y estática; un río que fluye, no un bloque de
materia sólida; una constelación de potencialidades en permanente cambio, no
un con-junto definido de rasgos o características.

He aquí otra aserción que también alude a ese elemento de fluidez o vivir
existencial: "Todo este conjunto de experiencias y los significados que hasta
ahora he descubierto en él, parecen haberme lanzado a un proceso que me
fascina, pero que a veces me atemoriza un .poco. Significa que me dejo llevar
por mis experiencias, en una dirección que parece ser hacia adelante, hacia
objetivos que apenas puedo discernir, mientras intento comprender al menos el

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Terapia Centrada en…292

sentido de esa experiencia. Tengo la sensación de flotar en la compleja


corriente de la experiencia y tengo la posibilidad fascinante de intentar
comprender su complejidad siempre cambiante."

Conclusión

He tratado de describir al lector lo que parece ocurrir en la vida de las personas


con quienes he tenido el privilegio de relacionarme en su lucha por llegar a ser
en ellos mismos. He intentado explicar, con toda la precisión de que soy capaz,
los significados que parecen estar implícitos en este proceso de convertirse en
una persona. Estoy seguro de que este proceso no se produce solamente en la
psicoterapia. También sé que no puedo vedo con absoluta claridad ni de
manera completa, puesto que mi comprensión y aprehensión de él cambian
constantemente. Espero que el lector lo acepte como descripción provisional, y
no como algo definitivo.

Una de las razones por las cuales destaco el carácter provisional de lo que he
dicho es que deseo aclarar que no estoy afirmando: "Ustedes deben
convertirse en esto; he aquí el objetivo que deben adoptar." En cambio, lo que
deseo dejar claro es que éstos son algunos dejos significados que observo en
las experiencias que comparto con mis clientes. Quizás este cuadro de la
experiencia ajena pueda iluminar u otorgar mayor significado a una parte de la
propia experiencia del lector.

He señalado que cada individuo parece formularse dos preguntas: "¿Quién


soy?” y "¿Cómo puedo llegar a ser yo mismo?" Afirmé que en un ambiente
psicológico favorable se verifica un proceso de transformación: el individuo
abandona, una tras otra, las máscaras defensivas con que ha enfrentado la
vida y experimenta plenamente sus aspectos antes ocultos. En estas
experiencias, descubre al extraño que convivía con él, ese extraño que es él
mismo. He intentado ofrecer mi propia descripción de los atributos
característicos de la persona que emerge de la terapia: una persona más
abierta a todos los elementos de su experiencia orgánica, que desarrolla
confianza en su propio organismo como instrumento de vida sensible, acepta
pautas internas de evaluación, aprende a vivir en su vida como quien participa

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Terapia Centrada en…293

de un proceso dinámico y fluyente, donde el transcurso de la experiencia


continuamente le permite descubrir nuevos aspectos de sí mismo. Estos son
algunos de los elementos implícitos en el proceso de llegar a ser una persona.

Rogers, C. (1996). Qué significa convertirse en persona en El proceso de

convertirse en persona. México: Paidós. (pp. 103-116).

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Terapia Centrada en…294

19. LA PERSONA QUE SURGE: NUEVA REVOLUCIÓN

Carl Rogers

El panorama actual

La parte de la cultura occidental que se desarrolló en los Estados Unidos


parece estar en un proceso de decadencia. La convicción, cada vez más
intensa, que las personas tienen de que son incapaces de gobernarse a sí
mismas -lo que representa una creciente falta de fe en el proceso democrático-
acaso sea el síntoma más importante de este hecho. Nuestros ciudadanos
creen que nuestras ciudades escapan al control de los administradores
elegidos. Los deberes y los derechos cívicos dejaron de tener una importancia
vital. Si se sometiese a un plebiscito la Declaración de los derechos humanos
de la Constitución muy probablemente sería derrotada. Es profundo el
escepticismo en relación al gobierno y a sus miembros todos. La desconfianza
es recíproca. El gobierno desconfía profundamente de los ciudadanos.
Caminamos a paso firme hacia un régimen militar en el que la fuerza sea la
autoridad suprema. Las recientes denuncias de que fue blanco -la élite federal
del poder muestran claramente que la mentira y el fraude, la invasión delictiva
de la vida privada, la falta de respeto a la ley, la vigilancia policíaca, el tormento
y la prisión a que son sometidos los disidentes han constituido los
procedimientos políticos empleados para someter al pueblo. Nuestra política
exterior indica también que estamos a un paso del totalitarismo. La domina la
creencia de que "el poder produce la justicia". En las guerras no declaradas y
secretas, el bombardeo de gentes indefensas, sin ninguna consideración por
sus derechos humanos y políticos, se estima medio adecuado para alcanzar la
meta diplomática de la llamada "paz".

Pero no encontramos estos fallos en la esfera gubernamental tan sólo.


También se encuentran en decadencia las demás instituciones. La Iglesia dejó
de ejercer hace algún tiempo una influencia social significativa. La familia como
institución se encuentra en un estado de desorden y confusión; en la mayoría
de ellas predomina la distancia entre los cónyuges y entre los padres y sus
hijos adolescentes.

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Terapia Centrada en…295

En cuanto a la escuela, nuestro sistema de enseñanza pública está osificado y


no satisface las necesidades sociales. Se impide toda innovación por' lo que se
oprime a los innovadores. En un mundo en rápido cambio, los profesores y sus
dirigentes -autoridades escolares locales o universitarias- tienden a aferrarse
con tenacidad al pasado, por lo que no hacen sino cambios simbólicos. Es
probable que nuestras escuelas sean más perjudiciales que beneficiosas para
el desarrollo de la personalidad y que su influencia sea negativa sobre el
pensamiento creador. Básicamente, son instituciones destinadas a confinar y a
vigilar al joven, a fin de mantenerle alejado del mundo adulto.

Desde un punto de vista económico, la situación es curiosa. La nación más rica


del mundo es incapaz de proporcionar una adecuada asistencia sanitaria a sus
habitantes. Los esfuerzos para exterminar la pobreza son a su vez
exterminados por el hecho de que el 8 % de la población tiene una renta mayor
que el 50 % que constituye la capa inferior. Tal separación entre los pobres y
los ricos de este país y entre las naciones pobres y las naciones ricas, en el
conjunto mundial, aumenta cada vez más. Hay empresas poderosas que no
sólo ejercen una extraordinaria influencia sobre nuestro gobierno y sobre
nuestras vidas, sino que también se inmiscuyen altaneramente en los asuntos
de países extranjeros. En la actualidad, los altos cargos administrativos están
ocupados predominantemente por hombres ricos, de tal manera que de
nuestros 100 senadores, supuestos representantes del pueblo, 40 son
considerados multimillonarios. El hombre de la calle no cuenta con representa
es sensibles y solidarios ni en el plano de la institución en la que trabaja, ni en
el del gobierno que lo dirige.

Hay otras señales de los tiempos. Como pueblo, carecemos de un objetivo


común, puede incluso que de algún objetivo individual bien definido. La
alienación cultural de nuestra juventud es motivo de honda preocupación para
muchos. Resulta patente la tendencia de personas y grupos a emplear la
violencia y el crimen a fin de alcanzar todo tipo de objetivos, de llevar adelante
todo tipo de causas. En este aspecto, parece que el pueblo sigue el ejemplo del
gobierno.

Tenemos por consiguiente todos los motivos para dudar de la supervivencia de


nuestra cultura. Unas veces, parece que todo se reduce a saber si

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Terapia Centrada en…296

cometeremos un suicidio a escala mundial, mediante la bomba, o si no


haremos sino ir declinando hasta que el Iiderazgo mundial pase a otras manos.
Se trata de un panorama nada agradable.

Algunas perspectivas más prometedoras

Pero mi jardín me enseña de forma constante una lección: los restos oscuros y
podridos de la planta de este año serán el abono del que surgirán los brotes del
año siguiente. De la misma forma, creo que es posible vislumbrar en nuestra
cultura en decadencia la silueta de una nueva yema, de una nueva revolución,
de una cultura radicalmente diferente. Me parece que esta revolución no se
producirá por la acción de un movimiento organizado y de grandes
proporciones o por la de un ejército armado que empuña banderas, ni tampoco
por el efecto de manifiestos y declaraciones, sino por la aparición de un nuevo
tipo de persona, que brotará de las hojas y los tallos agonizantes, amarillentos
y podridos de nuestras evanescentes instituciones. Hace más de cuatro años,
pronuncié una conferencia, corta e incisiva, sobre "la persona del futuro". No la
publiqué no sólo porque me sentía inseguro en cuanto a la manera de
concebirla, sino también porque no sabía con certeza si de verdad estaba
surgiendo esa persona, o si se trataba sólo de una insensata fantasía mía.
Pero a partir de entonces, la realidad parece ir confirmando lo que podría
haberse considerado una tesis aventurada. Además de eso, se han publicado
auténticos ríos de libros, de los más diversos orígenes, en los cuales, desde
diferentes perspectivas, aparece la creencia de que en nuestra cultura se está
produciendo un tipo de cambio drástico, y está surgiendo un tipo de persona y
de conciencia y una manera de ser y de comportamiento que remodelarán el
planeta; todo esto es muy alentador para mí. René Dubos (I972), un médico de
renombre, resalta que la propia naturaleza humana garantiza que el futuro
pertenece a la "persona sin par, sin precedentes e inimitable" y que "tendencia
no significa destino". George Leonard (1972), un poético periodista y
pedagogo, nos brinda una visión extática de la especie humana, la cual estaría
emprendiendo "un viaje terrible en dirección a un estado superior de
existencia", transformación para él inevitable. Desde un punto de vista muy
diferente, John D. Rockefeller III (1973), filántropo y financiero, caracteriza la ya
deflagrada segunda revolución americana, resultante, en parte, del hecho de
que hoy tenemos una conciencia más sutil y nítida de nosotros mismos y del

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Terapia Centrada en…297

mundo en que vivimos, lo que lleva a la plasmación humanística del sueño


americano. El filósofo y psicólogo Thomas Hanna (1974) es el autor de un
verdadero himno a la totalidad del soma humano =cuerpo y mente unidos-, que
pulsa y se expande, y a los nuevos factores humanos de cambio que dan hoy
vida a esta abstracción y con ello nos dirigen a una nueva meta. Jonas Salk
(1972, 1973), eminente microbiólogo, nos lleva a percibir, a través de su prisma
biológico, la real evolución intelectual y espiritual del potencial humano. El
Instituto de investigaciones Stanford, a través de su centro de acción social, va
a divulgar un informe muy completo que discute las maneras por las que
podemos "facilitar la aparición de nuevas imágenes" del ser humano, a partir de
la premisa de qué tenemos necesidad de una imagen nueva y más adecuada,
si es que queremos sobrevivir (Markley y colaboradores, 1973). Fred y Anne
Richards (1973), psicólogos y pedagogos, revelan el tema de su libro en la
palabra-título Homonovus, el hombre nuevo. Andrew Weil (1972), un médico
joven y audaz dedicado a la investigación, defiende a este hombre nuevo,
señalando las ventajas del pensamiento intuitivo -la mente natural+, que tiene
corno base factores inconscientes y estados alterados de conciencia, cuando
se lo compara con el pensamiento racional convencional, que caracteriza al
hombre corriente y al académico. Hace hincapié de manera provocadora en
que el futuro pertenece mucho más al pensamiento "ido" que al pensamiento
"cuadrado" (aunque para él "ido" no quiera decir inducido por las drogas). La
novelista Joyce Carol Cates (1972) es autora de un ensayo sobre "la crisis de
la transición" por la que pasamos, en la que sitúa el final del renacimiento, en
cuanto el hombre evoluciona hacia un "humanismo más elevado". Menciona un
pasaje, para mí maravilloso del físico y filósofo Sir James Jeans, en el que se
expresa una idea común a todos los autores que mencioné, los cuales parecen
doblar las campanas por un punto de vista estrechamente mecanicista, Dice
así: "... El universo empieza a asemejarse más a un gran raciocinio que a una
gran' máquina."

He presentado unas ideas recientes en relación al hombre que será; podrían


mencionarse otros ejemplos. De cualquier manera, esta diversidad de
concepciones intrigantemente divergentes respecto al futuro me animan a
presentar con mayor seguridad -y espero que con más hondura- mi punto de

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Terapia Centrada en…298

vista sobre el nuevo y radical brote de personas que pueden cambiar los
aspectos fundamentales de nuestra sociedad.

Debo destacar que las ideas que voy a exponer se basan en las amplias
observaciones que realicé en las interacciones con varios individuos y grupos y
en mis lecturas. Se trata de una reflexión informal, sujeta a las distorsiones y a
los errores que tal adjetivo implica. Ni es ni pretende ser una formulación
científica, aunque espero que contenga algunos elementos de observación en
los que se inspiren estudios posteriores.

Mi concepción tiene origen básicamente en las experiencias vividas con


personas a las que considero ya nuevas. ¿Dónde las encontré? Entre
empresarios que abandonaron la desleal competición a que se lanzaban, con
traje y corbata seducidos por los altos sueldos y la participación en los
beneficios, para vivir de forma más sencilla, de acuerdo con un nuevo estilo de
vida. Las encontré entre las chicas y los muchachos melenudos que desafían a
la mayoría de los valores de la cultura actual y están creando una
contracultura. Entre los padres monjas y pastores que renunciaron a los
dogmas de las instituciones a las que pertenecían para vivir de una manera
que les parece más significativa. Y entre las mujeres que están superando con
vigor las limitaciones que la sociedad impuso a su individualidad. Las encuentro
entre los negros los chicanos y los miembros de otros grupos minoritarios que
se van liberando de una larga historia de pasividad y buscan una vida firme y
positiva. También entre las personas que vivencian grupos de encuentro y
están encontrando un lugar en sus vidas para la emoción lo mismo que para la
razón. Y entre los escolares creadores que se evaden de la escuela para
buscar horizontes más amplios que los que la estéril organización actual
permite. Veo asimismo que durante los años que dediqué a la psicoterapia me
encontré con porciones de esta persona nueva en los momentos en que los
clientes escogían para sí mismos un tipo de vida más libre más rico y más
autónomo. Éstas son algunas de las situaciones en las que vislumbré algunos
aspectos de la persona que está surgiendo;

Si bien las fuentes de mis percepciones son muy diversificadas, entreveo una
cierta unidad en el individuo que percibo. La configuración general parece
semejante, aunque existen diferencias secundarias. Él (o ella) -me gustaría que

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Terapia Centrada en…299

alguien nos brindase un conjunto bisexual de pronombres- aporta al mundo un


nuevo rostro, un patrón humano a mi modo de ver jamás visto antes, excepto
quizá en individuos atípicos. Me gustaría señalar algunas de las cualidades de
esta persona de múltiples facetas; empezaré por dos que se me antojan más
destacadas y significativas.

Deseo de autenticidad

Por encima de todo, esta persona se caracteriza por su preocupación por la


autenticidad. Considera la comunicación como un medio de decir las cosas tal
como son, transmitiendo el mismo mensaje mediante los sentimientos, las
ideas, los gestos, la palabra y la expresión corporal. Creció en un clima de
hipocresía, de falsedad y de declaraciones de doble sentido y está harta de
diálogos y pensamientos ambiguos. Conoce las falsedades y los camelos de la
Madlson Avenue. Oyó informaciones deliberadamente falsas, procedentes de
"fuentes oficiales fidedignas". Vio cómo la palabra "paz" se empleaba como
sinónimo de "guerra" y la expresión "ley y orden" como sinónimo de "represión
de los disidentes por medio de los recursos legales". Oyó las palabras de doble
sentido de sus padres y profesores. Todo se resume en la advertencia: "Haz lo
que digo y no lo que hago." Rechaza esta cultura hipócrita y desea establecer
relaciones interpersonales en las que la comunicación sea completa y
verdadera, no parcial y falsa. En este sentido, consiguió unos progresos
asombrosos. En cuanto a sus relaciones sexuales esta persona prefiere ser
franca a llevar una vida secreta o hipócrita. Está aprendiendo a luchar contra
los conflictos, incluso en organizaciones, o sea, a mantener relaciones
interpersonales en un clima de confianza, basado en la franqueza y no en
apariencias. Es una persona auténtica.

En este contexto, nos 'encontramos con un joven buen estudiante, orador en


representación de los alumnos en la ceremonia de graduación de la Escuela de
derecho de la Universidad de Harvard, quien dice a los profesores y padres allí
reunidos: "Ustedes nos dijeron repetidas veces que la confianza y el valor eran
normas que debían observarse. Ustedes nos convencieron de que la igualdad y
la justicia eran conceptos inviolables. Ustedes nos enseñaron que la autoridad

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Terapia Centrada en…300

debería guiarse por la razón y moderarse con la probidad. Y los tomamos en


serio".

A continuación relata cómo, guiados por estos principios, los estudiantes


lucharon en pro de los derechos civiles, trabajaron entre los marginados
urbanos y rurales y denunciaron las injusticias de la guerra en el sudeste
asiático. "Pero, cuando intentamos poner en práctica los valores que ustedes
nos enseñaron a respetar, recibimos una respuesta sorprendente", dijo,
refiriéndose a la persecución y a la violencia ejercidas contra los jóvenes.
"Cuando este tipo de represión violenta sustituye a la busca de alternativas
razonables, los norteamericanos comprometen sus más profundos ideales'".
Este joven estaba desafiando a nuestra hipócrita cultura.

Tenemos también el caso de una estudiante que se destacó de entre sus


colegas para declarar en la ceremonia de graduación del Milis College que no
piensa tener hijos porque el mundo actual no ofrece un ambiente adecuado.
Una sinceridad sin precedentes.

Encontramos también un piloto integrante de un escuadrón B-52, que se negó


a cumplir la orden de proseguir los vuelos de bombardeo sobre un país neutral,
corriendo el riesgo de ser sometido a un consejo de guerra, al-afirmar: "Actuar
tal como lo venía haciendo y defender las convicciones morales que defendía
era el colmo de la hipocresía." Asumió la total responsabilidad de sus misiones
aéreas, si bien estaba bajo las órdenes de su comandante",

Las instituciones existen para las personas

Una de las más profundas antipatías de este individuo se centra en las


instituciones. Se opone a todas las demasiado estructuradas, rígidas y
burocráticas. Está convencido de que las instituciones existen para servir a las
personas y no al contrario.

Entre los acontecimientos culturales más notables de nuestra época se


encuentra la decadencia del poder y de la autoridad de las instituciones, sean
gubernamentales, militares, religiosas, empresariales o escolares. Es probable

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Terapia Centrada en…301

que parte de este hecho sea un -resultado de la actitud de esta nueva persona
que ahora surge, una persona que no respeta el orden por el orden, la norma
por la norma, las leyes por la necesidad de tener leyes. Una persona que pone
en tela de juicio todos los aspectos de la estructura formal, los cuales rechaza,
a menos que sirvan a alguna finalidad humana. Y que se opone a todo tipo de
rigidez, pues la inflexibilidad no sirve al ser humano en proceso de
transformación.

Sus creencias a este respecto son firmes. Preferiría dejar una institución antes
que aceptar órdenes que le parecen sin sentido. Por eso los profesores
universitarios abandonan las universidades, los alumnos las facultades, los
médicos se desligan de la Asociación de medicina, los sacerdotes se alejan de
sus iglesias, los ejecutivos presentan la dimisión en sus empresas y los pilotos
de las fuerzas aéreas se niegan a formar parte de escuadrones de bombardeo.
Esta lista podría alargarse de manera indefinida.

Muchos de estos gestos se realizan en silencio, sin alardes. La institución del


matrimonio está siendo despreciada por parejas de todas las edades, que
decidieron no aceptar las costumbres, los ritos y las leyes a él referentes, y
viven juntos sin las bendiciones correspondientes. Lo hacen abiertamente, pero
no con la intención de desafiar. Simplemente, estas parejas creen que sus
relaciones sólo tienen sentido si son mutuamente enriquecedoras y promueven
el crecimiento. Según ellas, la relación conyugal tiene muy poco en común con'
el matrimonio como ceremonia o como formalidad legal; por eso, pasan por alto
con toda tranquilidad las reglas tradicionales.

En un estudio realizado entre esposas católicas, hallamos un ejemplo más de


esta actitud en relación a las instituciones. Entre las de menos de 30 años, un
65 % emplea métodos anticonceptivos desaprobados por la Iglesia. No sé qué
se celebrasen manifestaciones contra la encíclica papal de 1968. No hay
ningún movimiento de protesta. Sencillamente, estas mujeres hacen caso
omiso de las opiniones institucionales y actúan de la manera que juzgan más
conveniente para las personas y no para las estructuras. Tratase de uno de
tantos ejemplos Como sería posible mencionar.

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Terapia Centrada en…302

¿Qué es lo que sustituirá a las instituciones en esta nueva persona?

Es demasiado pronto para contestar. Vislumbro una tendencia a la creación de


grupos pequeños informales, no jerárquicos. Profesores y alumnos pusieron en
marcha 500 "escuelas libres", informales y de duración efímera, por lo general,
decididamente no estructuradas, rebosantes de entusiasmo y de experiencias
de aprendizaje. Existe un centro de posgraduación de alto nivel (la Unión
Graduate School), que permite al alumno conseguir el doctorado por medio de
un honesto programa de estudios realizados independientemente por el propio
alumno, orientado y ayudado por un grupo de profesores y de colegas. A esta
escuela afluyen innumerables inscripciones y atrae a la flor y nata de los
estudiantes, pese a lo cual prefiere mantenerse con un desarrollo reducido.
Ejecutivos "fugados" de su situación anterior dieron inicio a empresas
personales de escasa envergadura, en las que las relaciones interpersonales
son directas y cara a cara, y no de segunda -o de quinta- mano. Personas de
todos los tipos se agrupan en .comunidades, en las que las relaciones son
bastante personales y en las que la estructura y la autoridad no se evocan más
que con fines muy específicos. Existen algunos grupos profesionales recientes,
como el centro al que tengo el privilegio de pertenecer, que están unidos
principalmente por un profundo sentido de la comunidad, que no conservan
ningún vestigio de autoridad y que

, no desean crecer en número, pero que desarrollan de forma extremadamente


eficaz programas' diversificados y creativos.

Otra tendencia consiste en humanizar las propias instituciones, actuando


dentro de ellas y, sencillamente, sin tener en cuenta reglamentos, carentes de
sentido. Así, los obreros que trabajan en cadenas de montaje pasan por alto las
tareas rutinarias que les son impuestas y forman equipos que se alternan en
esas tareas, realizan dos de ellas al mismo tiempo y encuentran otras maneras
de decir, por medio de sus acciones, que son personas y no dientes de un
engranaje tecnológico, personas que se dirigen a sí mismas y cuyos intereses
ocupan el primer plano.

En el gobierno y en la política -ese lodazal en el que tantos se hundieron-


también existen personas que intentan asumir una postura humana. Cierto
diputado de uno de los Estados de la Unión, hombre de éxito, escribe a sus

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Terapia Centrada en…303

electores para decirles: “... Es necesario que las instituciones dejen de


orientarse hacia la muerte y miren hacia la vida... Que los políticos asuman un
compromiso con la autorrealización y no con la autonegación." Y continúa:
"Comprendo, y cada vez mejor, que el descubrir una nueva política para
nuestra sociedad depende de mi propia vivencia y experiencia y del
descubrimiento de una 'nueva política' interior -entrar en intenso contacto con
todas las partes de. mi ser, de tal forma que, a partir de la armonía interior
resultante, pase a vivir cada vez más abierto y pueda denunciar las
instituciones y las costumbres que, en nuestra cultura, constituyen un obstáculo
para esa armonía- dentro de nosotros mismos, entre nosotros y entre nosotros
y el mundo." (Vasconcelos, 1972).

Es un viento ligero soplando sobre el mundo político, una persona auténtica


que busca apoyo electoral, lo obtiene y provoca cambios internos en una
institución secular.

Por tanto, esta segunda característica de la persona nueva que está surgiendo
-dar prioridad a la persona humana y no a la institución- es extremadamente
profunda, ejerce una influencia sobre todos los tipos de organización y
presagia, a mi modo de ver, una radical nueva valoración de la estructura de
nuestra sociedad.

Otras cualidades

Observo otras características en la persona que surge. Resumiré ahora


algunas.

Indiferencia por los bienes materiales

Es fundamentalmente indiferente a las comodidades y a las recompensas


materiales. Aunque está habituado a una sociedad rica y está dispuesto a
echar mano de todos los tipos de máquinas imaginables, de comodidades y de
exquisiteces, nada de esto les es necesario. Unos pantalones ordinarios, un
saco de dormir y una hamburguesa tienen más valor a veces -al menos, el
mismo- que unas ropas caras, un piso de lujo y unos platos exquisitos. Su
objetivo principal prescinde enteramente de los bienes materiales. Así

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Terapia Centrada en…304

encontramos ejecutivos que se sienten muy a gusto al ser ahora granjeros o


instructores de esquí, por el hecho de que fueron ellos los que eligieron ese
nuevo tipo de vida. Y jóvenes sin la menor tendencia a acumular dinero, cuya
motivación no es otra que emplearlo en fines personales o sociales
constructivos. El dinero y los símbolos materiales de riqueza dejan de ser la
meta principal de estas personas.

Un interés no moralista

Esta persona no es indiferente al mundo que la rodea. Desea hondamente ser


útil a los demás, a sus "hermanos y hermanas" y a la sociedad, siempre que le
parece necesitan ayuda. Pero desconfía abiertamente de las "profesiones
asistenciales", con las que psiquiatras, asistentes sociales y consejeros
especializados en toxicómanos se ganan la vida ofreciendo una ayuda
remunerada, escondidos con frecuencia detrás de una fachada profesional.
Esta persona tiende a seguir un camino más directo. Chicos y chicas forman
"líneas de vanguardia" para ayudar a personas en dificultades, y lo hacen de
forma voluntaria. Cuando los "cuadrados" se encuentran en situación de
emergencia, los atienden con rapidez. Durante las crecidas del Misisipí,
jóvenes melenudos. De ambos sexos acudieron, muchas veces desde
centenares de kilómetros de distancia, para llenar sacos de arena, construir
diques o ayudar a las familias. En todas estas situaciones, la preocupación por
una remuneración o no existe o es bastante secundaria.

Esta ayuda tan espontáneamente prestada por la persona nueva refleja un


interés cuidadoso, sutil y no moralista por el mundo que la rodea. Al ayudar a
una persona que pasó por una experiencia negativa por el uso de tóxicos, se
aproxima de una manera afable y confortadora, sin el menor afán de
sermonear. Cuando a una persona se la procesa por un crimen, recibe ayuda y
no lecciones y reprimendas. Acepta a las personas tal como son, porque sabe
que los papeles podían muy fácilmente invertirse. Desdeña los tipos de ayuda
más corrientes en nuestra sociedad: las vías diagnósticas, de valoración,
interpretativas, prescriptivas y a veces punitivas.

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Terapia Centrada en…305

El deseo de intimidad

Esta persona anda a la busca de nuevas formas de convivencia, de


acercamiento, de intimidad, de objetivos comunes y de nuevas formas de
comunicación en este tipo de convivencia, verbal y no verbal, emocional e
intelectual. Es consciente de que, en su vida transitoria, establecerá casi
siempre relaciones temporales y que se hace necesario aproximarse con
rapidez. En su vida dinámica, no permanece durante mucho tiempo en una sola
comunidad. No se halla cercada por la familia y por los parientes. Forma lo que
Bennis y Slater (1968) denominan sociedad temporal. Se da cuenta así de que
si quiere vivir en un contexto humano necesita estar dispuesta a establecer
lazos íntimos y comunicativos con los demás en un espacio de tiempo corto.
Necesita estar preparada para la separación, sin que esto suponga demasiado
problema o pesar.

Una de las actitudes que esta persona mantiene es la oposición radical al punto
de vista predominante en las últimas décadas. Se trata de una profunda
desconfianza en relación a una ciencia que se basa en la cognición y a una
tecnología que utiliza esta ciencia en la conquista del mundo material y
humano. Dejó de confiar en las abstracciones científicas y en los fines a que se
aplican. Cree intuitivamente que los descubrimientos y los aprendizajes
significativos requieren la movilización de los sentimientos. No está
especialmente impresionada con el programa espacial y está en contra de 'que
llenen el espacio y la luna de "chatarra" costosísima. Cree que la tecnología
debería existir para fines distintos a los de conquista.

Una de las manifestaciones de esta desconfianza en relación a la ciencia actual


es su fe y su interés en el ocultismo; la astrología, el 1- Ching y el tarot,
"ciencias del pasado". Pese a esto, se muestra muy inclinado a dedicarse a las
ciencias y a la tecnología modernas cuando cree que se hallan al servicio de
objetivos humanos. Es notorio, por ejemplo, que se especializa en electrónica
para crear y retransmitir mensajes musicales. Otro ejemplo de esta disposición
lo tenemos en el uso entusiasta que hace de la bioenergética a fin de aumentar
la autopercepción y producir cambios en su propio comportamiento.

No debe mal interpretarse su desconfianza generalizada respecto al "progreso"


científico. No es una persona dogmática. Está ansiosa por encontrar la verdad.

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Terapia Centrada en…306

Es alguien que inquiere y no tiene respuestas claras. La única cosa de la que


tiene certeza es de su incertidumbre. Tiene perfecto conocimiento de que no
pasa de ser sino una partícula de vida en un planeta azul y blanco (cuyos días
pueden estar contados) que fluctúa en un inmenso universo. Lo mismo que les
pasó a muchos que inquirieron sobre esto antes que él, no sabe si existe un
plan determinado en el universo o si no existe más plan que el que él mismo
crea. Acepta vivir con esta angustiosa incertidumbre, al paso que, a su modo,
se esfuerza por aprender más sobre los universos exterior o interior.

El Universo Interior

Un sincero deseo de explorar el espacio interior es otra de las características


de esta persona. Está más dispuesta a conocerse a sí misma sus sentimientos
Y sus "fallos" que el ser humano que la precedió. Se comunica consigo misma
con más espontaneidad Y menos temor. Las barreras impuestas por la
represión, que en tan alto grado impiden al hombre el acceso a su interior, son
en ella muchísimo menores que en las generaciones precedentes. Es una
persona bastante lúcida.

Esta buena disposición para mirar hacia dentro de sí misma la coloca en


contacto con muchas áreas nuevas: los estados alterados de conciencia
inducidos por las drogas, un interés renovado por 'los sueños, el recurso a
varios tipos de meditación, un interés por todo tipo de fenómenos psíquicos y
por posturas religiosas esotéricas y trascendentales. Cree que dentro de
nosotros existen mundos inexplorados Y capacidades ocultas, de las que la
ensoñación, la fantasía y la intuición son sólo puertas que se abren a mucho
más. Cree que la conciencia cósmica, la transmisión del pensamiento
(telepatía), las auras kirlianas que emanan de los seres vivos no son delirios de
personas "sensibles". Cree que estas manifestaciones se hallan dentro de los
límites de lo posible y no teme las perturbaciones que la exploración de estas
posibilidades puede provocar en una visión convencional del mundo.

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Terapia Centrada en…307

En equilibrio con la naturaleza

Esta persona se siente próxima al mundo natural. Respeta la naturaleza y sus


designios; vuelve a aprender las lecciones de las tribus primitivas sobre la
manera de vivir en la que el hombre y la naturaleza se equilibran mutuamente,
apoyándose el uno en el otro. La plancha de surf, los esquíes, el velero, el
planeador representan mejor sus intereses recreativos que la lancha, el buggy
o el coche de carreras. El primer grupo se corresponde con su entusiasmo por
la alianza vibrante con las fuerzas naturales, las olas, los declives cubiertos de
nieve, el viento y las corrientes de aire; el segundo representa la conquista
aparatosa de la naturaleza, cuyo resultado es destrucción y contaminación.
Con su respeto por la naturaleza, esta persona nueva redescubrió hasta qué
punto es posible aprender gracias a la observación paciente de los habitantes
del bosque y del desierto. Encontramos hombre y mujeres que dedican muchos
años de sacrificio a la convivencia con tribus primitivas, o con gorilas, leones,
chimpancés, etc. sólo por aprender de ellos. Se trata de .una actitud nueva,
más humilde y respetuosa.

Una persona que progresa. Es una persona consciente de que está en


continua progresión, en constante cambio. En este proceso se muestra
espontánea, llena de vida, dispuesta a arriesgarse. Sus penas y sus placeres,
sus alegrías y .sus tristezas son extremados y los expresa con pasión. Su
espíritu de aventura tiene una característica casi isabelina: todo es posible, es
válido experimentar cualquier cosa.

Como se encuentra en progresión no tolera la fijeza. No logra admitir que la


rigidez de las escuelas, la flagrante mala distribución de la riqueza, la depresión
de la vida en los barrios de minorías marginadas, la discriminación racial o
sexual injusta y las guerras inicuas tengan' que seguir existiendo. Quiere
modificar este estado de cosas y desea hacerlo ahora, humanizándolo. Creo
que esta persona es el primer ser humano de la historia que es consciente,
totalmente, de que el cambio es la única constante de la vida.

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Terapia Centrada en…308

La autoridad interna

Esta persona confía en sus experiencias y desconfía profundamente de toda


autoridad impuesta desde fuera. Ni el padre, ni un juez, ni un profesor pueden
convencerle de algo que vaya en contra de su experiencia. Muchas veces
decide obedecer las leyes, cuando las considera justas y razonables, y
desobedecer aquellas que le parecen injustas o irracionales, asumiendo las
consecuencias de sus actos. En un plano de problemas secundario, fuma
"porros" porque la ley que lo prohíbe le parece irracional e injusta,
arriesgándose a que le "trinquen". Respecto a problemas fundamentales,
rehúsa alistarse cuando piensa que se halla ante una guerra injusta; revela
documentos oficiales "secretos" cuando cree que el pueblo debería tener
conocimiento de los hechos; por la misma razón, se niega a revelar las fuentes
de sus noticias. Este fenómeno es inusitado. Tuvimos algunos Thoreaus, pero
nunca centenares y millares de personas, jóvenes o de edad, decididas a
obedecer unas leyes y a rechazar otras, según su propio juicio moral,
apechando con las consecuencias. Esta persona confía en sí misma y en su
capacidad para distinguir debidamente en aquellas situaciones que atañen a la
autoridad.

Éstas son algunas de las características que percibo en la persona que surge.
Sé perfectamente que son poquísimas las que poseen todas estas
características, como también que estoy describiendo una minoría. Aun así, me
parece que estas personas están ejerciendo una influencia inmensa,
desproporcionada a su número; es éste, a mi modo de ver, un hecho
trascendental para el futuro.

¿Es viable esta persona?

Cabe hacerse algunas preguntas respecto a esta persona que surge. ¿Cuál es
su probabilidad de supervivencia? ¿Qué obstáculos encuentra y encontrará?
¿Qué tipo de influencia ejercerá sobre nuestra cultura?

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Terapia Centrada en…309

Antecedentes

La línea de raciocinio que pone en duda su supervivencia es de naturaleza


histórica. Esta persona que surge tiene escasa semejanza con los tipos
humanos que demostraron ya tener condiciones para la supervivencia. No tiene
afinidades con el jefe militar práctico y disciplinado del imperio romano. Tiene
poco parecido con el hombre medieval dicotómico, el hombre de la fe y de la
fuerza, de los monasterios y de las cruzadas. Es casi la antítesis del puritano
que levantó nuestro país, con sus rígidas creencias y los rigurosos controles
impuestos al comportamiento. Es muy diferente de la persona ambiciosa,
productiva, atenta a las ganancias y competitiva que produjo la revolución
industrial. Está en radical desacuerdo con la sociedad comunista, que controla
el pensamiento y el comportamiento individuales en nombre del Estado. Tanto
sus características como su comportamiento están decididamente en contra de
la ortodoxia y los dogmas de las grandes religiones occidentales, el catolicismo,
el protestantismo y el judaísmo. No se deja encerrar en la sociedad actual, en
su forma de gobierno, en sus burocracias militares y administrativas, en su
rigidez educativa. No se siente a gusto en la sociedad norteamericana de hoy,
dominada por la tecnología de los ordenadores y por los uniformes, el militar, el
del policía, el del investigador y el de los hombres anónimos investido s de
poder.

¿Existirá algún paralelo? Durante el corto florecimiento de la cultura griega, se


creía que la sabiduría suprema y la justificación fundamental de la comunidad
consistían en crear un hombre, una persona superior en sus características
humanas. La persona que surge ahora se halla bastante cerca de este objetivo.
Creo que también se sentiría razonablemente a gusto en el mundo
renacentista, otro período de transformación difícil y estimulante. Es evidente,
no obstante, que sus características no predominaron en la historia. Si
sobreviven, serán la excepción de la regla.

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Terapia Centrada en…310

Obstáculos

Habrá oposición a que surja esta persona. La naturaleza de estos obstáculos


podrá expresarse por medio de una serie de slogans que nos delatan las
fuentes de la resistencia. .

En primer lugar: "El Estado por encima de todo." La última década hizo patente
que en este país, y en la mayoría de los demás, la elite gobernante y la
compacta burocracia que la rodea no admiten disidentes o individuos que
tengan valores y objetivos distintos de los suyos. La persona nueva ha sido y
será atormentada privada de la libertad de expresión, acusada de conspiración,
encarcelada por su negativa a someterse. Sólo podría invertir esta tendencia
un despertar masivo-e improbable-de los norteamericanos. La aceptación de la
diversidad de valores, estilos de vida y opiniones constituye el meollo del
proceso democrático, pero no es algo que prospere hoy en los Estados Unidos.
Por tanto, esa persona que emerge será seguramente refrenada por el
gobierno.

En segundo lugar: "La tradición por encima de todo." En nuestra sociedad, las
instituciones educativas, asociativas, religiosas, familia-res- se oponen de
frente a quienquiera que desafíe a la tradición. Las universidades y las
escuelas públicas son las instituciones que probablemente se mostrarán más
hostiles a esa persona del mañana. Como no se amolda a las tradiciones se la
condenará al ostracismo y se la eliminará, siempre que sea posible. A pesar de
su imagen conservadora, las empresas responden algo mejor a las tendencias
públicas. Incluso así, se mostrarán contrarias a la persona que coloca la
autorrealización por encima del mero cumplimiento de su obligación, el
crecimiento personal por encima de los salarios o beneficios, la colaboración
con la naturaleza por encima de su conquista. La Iglesia es un oponente menos
temible. Las tradiciones familiares y conyugales se hallan en tal estado de
confusión que es poco probable que su antagonismo, aunque exista, pueda ser
eficaz.

En tercer lugar: "El intelecto por encima de todo." El hecho de que este nuevo
individuo pretenda ser una persona entera -integrados cuerpo, mente,
sentimientos, espíritu y poderes psíquicos se considerará una de las más
arrogantes ofensas. No sólo el mundo científico y académico, sino también el

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Terapia Centrada en…311

gobierno, se basan en la premisa de que el raciocinio cognitivo representa la


única función humana importante. Basta con leer el asombroso libro de
Halberstarn para darse cuenta de que los "mejores y más brillantes" creían que
"bastaban la inteligencia y la racionalidad para solucionar todas las cosas"
(1972, pág. 44). Esta creencia fue la que condujo al atolladero de Vietnam.
Científicos, profesores universitarios y legisladores de todos los niveles
comparten esta convicción. Y serán los primeros en segregar desprecio y
escarnio sobre todo aquel que desafíe este credo de palabra o de hecho.

En cuarto lugar: "El hombre debe ser modelado." Según el informe de Stanford,
es posible extrapolar mediante los recursos de la lógica, una concepción del
hombre vigente en la actual cultura tecnológica, lo que supone la aplicación de
la tecnología social y psicológica al control de la conducta no conformista, en
defensa de una sociedad postindustrial estable. Estos controles serían
ejercidos por alguna fuerza institucional específica, sin lo que los autores
conocen como "burocracias de la guerra, bienestar, industria, comunicaciones,
policía" (1973, XXI-XXII). Es evidente que, en el caso de que prevalezca la
imagen conformista del hombre, uno de los primeros objetivos sería el de
controlar o eliminar a la persona que aquí describo.

Este modelado puede promoverse no sólo por un sutil control coercitivo, sino
también por el progreso constante del propio conocimiento científico. Los
biólogos y bioquímicos están estudiando las posibilidades del modelado
genético y de las alteraciones del comportamiento químicamente inducidas. Lo
mismo que el conocimiento social y el psicológico, esos progresos pueden
utilizarse como posibilidades de control o de liberación. Hace mucho que los
físicos dejaron de ser ingenuos respecto al uso que se hace de sus
descubrimientos. Luego se encuentran las ciencias biológicas y las
psicológicas. También pueden convertirse fácilmente en instrumentos de este
sólido edificio burocrático en el que la marcha en dirección al control parece
inevitable; sin que en él exista una persona única responsable de ninguna de
estas acciones específicas; se trata de un monstruo rastrero con cabeza de
hidra que engulle el tipo de persona que he descrito.

En quinto lugar: "Mantener siempre el statu qua." El cambio su-pone una


amenaza, por lo que la posibilidad de que se lleve a efecto genera personas

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Terapia Centrada en…312

temerosas e indignadas. En su forma más pura, tales personas se encuentran


en la extrema derecha, aunque todos tenemos también algunos recelos. Por
tanto, los fuertes ataques contra esta persona nueva vendrán de la derecha
más conservadora, lógicamente aterrorizada al ver disolverse ese mundo suyo
tan seguro, pero, en realidad, recibirá el silencioso apoyo de toda la población.
El cambio es penoso e incierto. ¿Quiénes lo quieren? La respuesta es: pocos.

En sexto lugar: "Nuestra verdad es la verdad." El defensor de las creencias


extremadas es también enemigo de los cambios; se le encuentra tanto en la
izquierda, como en la derecha o en el centro. No será capaz de tolerar una
persona dócil, inquiridora y que no dispone de conocimientos seguros y claros.
Joven o viejo, izquierdista fanático o de la extrema derecha, necesita oponerse
a ese individuo en progresión que busca la verdad. Creyentes verdaderos,
como ellos, poseen la verdad, por lo que a los demás les corresponde estar de
acuerdo.

Así, conforme sigue emergiendo, esa persona del mañana encontrará


resistencia y hostilidad crecientes, originadas en aquellas seis fuentes
importantes; es posible que acaben por subyugarla.

¿Y el futuro?

La historia ha demostrado con insistencia que una evolución ya iniciada no se


detiene fácilmente. La entrada en escena de un número mayor de personas de
este tipo es algo que puede ser retardado por alguna de las fuerzas
mencionadas, o por todas ellas. La revolución silenciosa, de la que constituye
la esencia, puede tornarse más imprecisa. Esta persona puede ser eliminada.
U obligada a vivir exclusivamente en las catacumbas. Pero sus cualidades
esparcieron por el mundo un fermento poderoso. Será difícil volver a encerrar
este genio en la botella. Doblemente difícil porque ahí está una persona que
vive sus valores. Este vivir un sistema de valores nuevo y divergente es la
acción más revolucionaria que una persona puede emprender, además de que
no es fácilmente destructible.

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Terapia Centrada en…313

Supongamos entonces que esa persona tenga una mínima posibilidad de vivir
a plena luz, de adquirir influencia, de cambiar nuestra sociedad. ¿Cuál sería el
panorama? ¿Sería tan amenazador o terrible como muchos temen?

La persona que surge no realizaría la utopía. Cometería errores, sería una


persona en parte corrompida, iría demasiado lejos en determinadas
direcciones. Pero promovería una sociedad que reforzaría ciertas tendencias,
una cultura que caminaría en las siguientes direcciones:

Hacia una apertura no defensiva en todas las relaciones interpersonales en la


familia, el trabajo y el sistema de liderazgo.

Hacia la exploración del yo y el desarrollo de la riqueza del soma humano


=cuerpo y mente- integral, individual y responsable.

Hacia la valorización del individuo por lo que es, con independencia de su sexo,
raza, posición social o medios económicos.

Hacia la formación de agrupamientos humanizados en nuestras comunidades,


en nuestros ambientes educativos y en nuestras unidades de producción.

Hacia una forma de relación con el mundo natural estrecha, respetuosa,


equilibrada y recíproca.

Hacia la valorización de los bienes materiales sólo cuando mejoren la calidad


de vida personal.

Hacia una distribución más justa de los bienes materiales.

Hacia una sociedad con un mínimo de estructura, en la que las necesidades


humanas tengan prioridad sobre toda estructura experimental que se cree.

Hacia Un liderazgo temporal, sustituible, basado en la competencia del líder


para satisfacer una necesidad local especifica.

Hacia una preocupación más auténtica e interesada en aquellos que necesitan


ayuda:

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Terapia Centrada en…314

Hacia una idea humana de la ciencia, en su fase creativa, en la comprobación


de sus hipótesis y en la consideración del valor humano de sus aplicaciones.

Hacia todos los tipos de creatividad -en el pensamiento y en la exploración- en


las áreas de las relaciones sociales, las artes, la planificación social, la
arquitectura la planificación urbana y regional, y la ciencia.

Para mí, estas tendencias no son aterradoras sino estimulantes. A pesar de las
tinieblas del presente, nuestra cultura acaso tenga ya un pie en el umbral de un
grandioso proceso evolucionario-revolucionario. De todo corazón no digo sino
esto: Poder para la persona que surge y la revolución que aporta consigo.

Rogers, C. y Rosenberg, R. L. (1989). La persona que surge: nueva revolución

en La persona como centro. España: Herder. (pp. 231-250).

D.R © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Terapia Centrada en…315

20. LA PSICOTERAPIA ROGERIANA: SUS RIESGOS, SUS PARADOJAS,


SU EXTENSIÓN

M.L. Poeydomenge

El tiempo acucia; la existencia humana se halla cada día más amenazada.

«Si no consagramos una energía igual-sí, y una cantidad igual de dinero-- para
liberar el potencial de cada individuo, entonces el enorme desfase que hay
entre el nivel de los recursos energéticos físicos y el de los recursos humanos
va a condenamos a una destrucción universal bien merecida»:",

Se comprende por qué fueron sus interlocutores privilegiados los enseñantes,


los primeros responsables sociales de la formación. Aunque no sean los únicos
interesados, figuran en la primera línea de éstos, pero ¿puede ser su
instrumento de acción la relación de ayuda tal como el terapeuta se esfuerza
por ponerla en práctica?

Resumamos las dificultades, las paradojas y la especificidad de esta relación


de ayuda no directiva, de orientación terapéutica, con objeto de analizar la
«transferencia» en educación.

Se necesitaría primeramente señalar en la psicoterapia existencial, así llamada


porque está centrada en la persona y sus dificultades actuales, porque acepta
la angustia y los temores, porque asume la imperfección y los límites tanto del
que ayuda como del ayudado, porque se muestra fundamentalmente
respetuosa de la alteridad, de la diferencia, sigue siendo una vía larga y difícil.
Requiere un compromiso singular por parte de los dos miembros, confiándose
uno y otro, auténticamente, su vulnerabilidad, en donde uno se apoya sobre su
fe, experimentada y no libresca, dentro del dinamismo positivo inherente a cada
ser humano, en donde el otro progresa, seguro de su deseo-de ver más claro,
de vivir mejor consigo mismo

Y con su entorno, y de ser ayudado a cobrar aliento. ,

La psicoterapia es una vía peligrosa para el que ayuda, no protegido por una
teoría interpretativa de los hechos psíquicos que le proporcionarían una falsilla

D.R © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Terapia Centrada en…316

de lectura totalmente preparada, pero obligado a dejar que el paciente vaya a


su ritmo, hacia el descubrimiento de sí mismo. Necesita haber tomado el
camino de la maduración personal, de la integración-de la experiencia y de la
escucha del otro. A Rogers le gusta progresar considerablemente por este
camino en donde afirma haber adelantado poco...

El riesgo de la terapia es menor para el cliente, que sigue siendo dueño de sí


mismo, a quien se le atiende tanto en su retroceso como en su renacer y que
no puede dejar de descubrir un sabor nuevo y embriagador en las relaciones
humanas verdaderas cuando ha «experimentado» la actitud de ayuda. Poco a
poco mide mejor las amenazas exteriores, se defiende menos e incluso cuando
le hacen sufrir, ya no se quiebra.

Puede también renunciar al esfuerzo que se le exige, desear unas certezas,


preferir la sumisión, abandonarse a la autoridad de un líder, prescindiendo del
orientador no directivo. El riesgo es la interrupción salvaje de la relación
terapéutica, de la misma manera que el suicidio de su paciente constituye el
terror del psiquiatra. ¿Es posible precaverse contra este riesgo? El psicólogo
rogeriano, si advierte una relación cálida y recíproca entre su cliente y el
mismo, tiene a este respecto menos preocupaciones que otros pero se sabe
enfrentado con esta paradoja difícil de una no directividad no indiferente que
alienta la preocupación por el crecimiento del otro.

Terapia «centrada en el cliente», terapia «no directiva», estos términos siguen


siendo inseparables para diferenciar la terapéutica rogeriano de otras
escuelas... Todo médico, todo psicólogo se manifiesta centrado en su cliente y
para bien suyo. Así, centrarse en el paciente, para Janov, el fundador de la
terapia originaria, no es sólo escucharle, dejarle hablar, cuestión a la que «se
limitan» los psicólogos «existenciales». Es preciso ir mucho más lejos, hace
falta «obligar al organismo a volver a sumirse en los sufrimientos de la
infancia». Y esto exige del terapeuta un esfuerzo considerable, porque el
paciente no .quiere revivir, gritar, aullar su pasado.

« Por fuerte que sea en el paciente el deseo de curarse, se resiste siempre


cuando se trata de experimentar los sentimientos que le hacen daño. De
hecho, la mayoría de los enfermos tienen miedo de "volverse locos" cuando se
ven a punto de experimentar estos sufrimientos»".

D.R © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Terapia Centrada en…317

Es indudable que Rogers se negaría a ejercer tales presiones.

Sin embargo, su no directividad, tan frecuentemente mal comprendida -¿por~


que ha sido superficial su lectura?- es relativa. Es un principio básico que el
que ayuda no «dirige» por medio de preguntas precisas, de interpretaciones
personales o de consejos «juiciosos», la trayectoria de su cliente. Corolario del
principio pre-cedente es que conozca, sin embargo, la «dirección» a seguir, es
decir ese desarrollo de la persona que se aventura, responsable en su historia,
que descubra y poco a poco satisfaga su deseo insaciable y esencial de
comunicación y de interiorización. No directividad a nivel de la técnica, no
condicionamiento, no coacción que impone el respeto al otro, cualquiera que
sea, y que los antipsiquiatras tan bien han tomado en consideración. No
directividad de la escucha que no es, sin embargo, indiferente, que se revela
creadora por el campo dejado libre. Ausencia de gobierno pero no de interés,
no ha dejado de repetir Rogers, utilizando los términos solicitud, consideración,
confianza esencial...

¿Tiene su lugar en la enseñanza esta relación de ayuda? ¿Constituye un


elemento necesario para su plena eficacia, necesario pero insuficiente o le
basta estar presente para transformar la escuela y para facilitar el desarrollo de
las personas? ¿O podría suceder que fuese en realidad nociva para la
educación de niños «normales», por su origen terapéutico que contribuiría a
«psiquiatrizar» la escuela?

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