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GILALDO

SAMPOS
RODRIGO RODRIGUEZ

1.988

[1]
INTRODUCCION

La obra se estreno como trabajo unipersonal a finales de 1988, en el Cerrejón (Guajira) con la
musicalización e interpretación de Aldo Orjuela, la asistencia en dirección y técnica de Aida Guarín,
escenografía (un sencillo cajón donde se guardaba mercado de hogar al que se le pusieron rodachines y un
elemental sistema de balanceo) donado por Miriam Toro, máscaras en cuero construidas por Hernando
Montenegro y dirección del autor.

Gilaldo Sampos fue el primer montaje de Ditirambo Teatro y hasta mediados de 1999, contaba con más
de cuatrocientas presentaciones dentro y fuera del país.

Una clara influencia se le debe al extraordinario escritor Camilo José Cela y su novela: ‘’La familia de
Pascual Duarte’’. Sin embargo con el paso de los años nuestro Gilaldo adquirió su propia identidad, vida
escénica, habla y acepción, inmerso en nuestra geografía y costumbres.

R.R.

[2]
PERSONAJES

GILALDO SAMPOS : Campesino Santandereano de 32 años

EL PADRE : El viejo

LA MADRE : La gritona

LA PERRA : El sueño

MARIA : La hembra

CARETIPLE : El si no

[3]
ACTO UNICO

SOBRE LA MUSICA ‘’CANCION TEMA’’, ‘’INCESTO DE UN VOLCAN’’ GILALDO SUDOROSO,


ENSANGRENTADO, RECORRE EL ESCENARIO, VISTE UN SENCILLO PANTALON, PONCHO,
SOMBRERO, TIENE UNA BOLSA DE FIQUE DONDE CARGA LA FLECHA, EL CUCHILLO, LA
MASCARA DE LA PERRA Y LOS GUANTES BLANCOS. APARECE EN DIFERENTES PUNTOS
DEL ESCENARIO, BAJO LA ILUMINACION CENITAL, COMO PERSEGUIDO, CAE, SE
LEVANTA, GOLPEA DESESPERADAMENTE LA PUERTA DEL DESPACHO PARROQUIAL, EL
CURA (PUBLICO) ABRE FINALMENTE.

Gilaldo Sampos, sudor


estancado, incesto de
un volcán, corre,
corre.

Llego corrido de la
muerte, con la
inclemencia en la
costillas, el
pensamiento
transparente
mariposas son pupilas

Gilaldo Sampos sudor


estancado, incesto de un
volcán, corre, corre, corre…

Vio reventar una vena,


morir de sed a una
estrella.
Se refugió entre las
alas, de cuatro grillos
Violetas

Gilaldo Sampos, sudor


Estancado, incesto de
Un volcán, corre,
Corre, corre.

[4]
Bajo una mata de
Lunas, cavaran ellos tu
Tumba, Gilaldo, nervio
Acabado, te parta un
Rayo raído, hijo de
alambre, roca partida
suspiro de un caracol,
hombre piedra, piedra
hombre, amigo del
remolino…

Satanes que beben su


sangre, dejadlo
esperar la revancha,
Satanes que beben su
sangre dejadlo esperar
la revancha

Gilaldo Sampos, sudor


estancado, incesto de
un volcán, corre,
corre, corre, corre,
corre.

R.R.

GILALDO: Señor cura, vengo de Florián, sé que me puede ayudar… escúcheme, estoy herido, no tengo
familia aquí y hace mucho frio. Ayúdeme por caridad, tenga misericordia de este semejante, que me
duelen las coyunturas y las costillas. No me vaya a cerrar la puerta de por Dios, si me encuentran de
seguro me confunden con esa gente. No me haga esos ojos… (LA PUERTA SE CIERRA). Pensé que el
deber de ustedes era ayudar a la gente.

(GILALDO OBSERVA EL ENTORNO ALGUNOS SEGUNDOS, SE SIENTA LENTAMENTE, SE


ESCUCHA EL CANTO DE UN PAJARO. LA PUERTA SE ABRE DE NUEVO, INGRESA).

Gilaldo Sampos, para servirle. Enseguida le cuento. Aquí estoy bien. Deben andar buscándome. No señor,
yo no soy de esos, no tengo nada que ver con eso, no entiendo de políticas, ni de esas cosas. ¡No tengo
amigos en esa vaina¡.

Lo mío es diferente, así usted crea que soy de esos, vengo corrido por un espanto. (UNA PUERTA SE
CIERRA AL FONDO, ALERTA) ¿A quién llama padre? ¿Cómo? No es necesario que la despierte. No

[5]
señor, no se ponga en eso, no es que sea remilgoso ni maleducado… Gracias. Un tinto cae bien a esta
hora, ustedes saben cómo hacen sus cosas.

No se preocupe, solo son rasguños. Estuve toda la noche corriendo por estos montes. (SONIDO DE UN
VENTARRON Y UNA PUERTA QUE SE CIERRA) Padre, Señor cura ¿Qué se hizo? ¿Cómo se larga y
me deja solo? (PAUSA LARGA. MIRA POR LA VENTANA) Después dicen que el maleducado es uno,
me deja con la palabra en la boca. (NUEVO SONIDO DE PUERTA QUE SE CIERRA).

Ya me tenía afanado, creí oír a alguien que salía de la casa. (COMPRENSIVO) Pero la puerta sonó duro.
Tiene usted razón. Deben ser imaginarias mías. (APENADO) Discúlpeme por lo que dije afuera, estaba
angustiado y necesitaba hablar con alguien. Sobre todo con alguien como usted.

Llegue a pensar que era mejor que no me volviera a abrir la puerta, sentí como si algo fuera a pasar en mi
contra de un momento a otro, pero claro, no es así.

(TOMA AIRE, SE TRANQUILIZA UN POCO, YA CON ALGUNA CONFIANZA) Mire padrecito, yo


nací hace como treinta y tantos años, en un pueblito perdido de la otra cordillera, tendido sobre una
carretera pedregosa, de esas que en invierno son un solo barrizal donde se entierran los buses y tienen los
pasajeros que bajar a empujar, de una cuesta como usted no puede imaginarse. Teníamos una calle
principal a donde llegaban las flotas, no había plaza como en otros pueblos, la iglesia pequeña y a la
entrada una marranera y una venta de carbón. Nuestro rancho estaba fuera del pueblo, como a diez
minutos a pie. Era un plan amarillento de árboles frutales que olía a huevo podrido. Como pasaba un rio
cerca, el olor, con el perdón de usted, a gases de cristiano, era insoportable. (FESTIVO POR UN
INSTANTE, EVOCANDO) ¡Ah de esos tiempos¡ recuerdo mucho a una perrita que tenía. La llamaba
Cuquita, un buen día llego sin saberse de donde esa pequineza. Era medio tragona, brava y bizca, pero se
entendía muy bien conmigo. Con ella me iba muchas veces hasta el charco que era como a diez
kilómetros de mi Florián… Florián, saliendo por Saboya, pegado a la Belleza. Me gustaba bañarme sin
ropa y tragar del agua pura de la charca. Me pasaban las horas por el cuerpo, mirando cómo se estrellaba
el agua contra las piedras y formaba un arco iris de este tamaño. Cerquita al nacedero me tendía empeloto,
a comer mazorca… siempre andaba solo…Al regresar la perra se me adelantaba, me esperaba en la peña
que a lo lejos tenia forma de culo, con el perdón de usted. En la peña descansaba con la cauchera cargada,
listo a tirarle a cualquier pájaro. La carne de los pájaros de pluma colorada es dulce, mientras que los
tortolitos la tienen salada, pero la que más tragaba era la de colibrí.

Aunque tenía que matar a diez o doce, porque son de los más flaquitos y enteleridos, puede darles usted
un flechazo en la cabeza y siguen batiendo las alas que da risa, como saludándolo a uno.

La Cuca se sentaba frente a mí sobre sus patas de atrás, esperando su bocado, esperando su pedazo de
cabeza, media tripa o un trocito de pan. Me miraba con la cabecita ladeada y con sus ojitos brillantes,
vivaces y bien abiertos, yo le cantaba canciones que casi siempre eran repetidas. Ella solo levantaba sus
orejitas para escucharme mejor, la que nunca me faltaba era esta:

(CAMBIO DE LUZ. EL ACTOR HACE UNA ANIMACION DE OBJETOS CON LA MASCARA, UN


PAJARITO PLASTICO, UNA MONTAÑA DE PAPEL, SUS DEDOS INDICE Y MEDIO LO
REPRESENTAN A EL CAMINANDO. CANTA EN RITMO DE CORRIDO)

[6]
‘’Troto por estos caminos, sin encontrar amigos, veo la Cuca en sueños, habla, piensa, araña, me mira y
me regaña. La Cuquita se parece a Doña misia Berraca. Quite a la perra de ahí. ¿Por qué le lambe a la
niña?, adentro misia Berraca, no me forme más alaraca’’… (CORTA SUBITAMENTE LA CANCION,
CAMBIO DE LUZ). Un día me paso algo muy raro padre, el animal se convirtió en mujer, el cuerpito
gordito, ubre pechugona, cuadrigruesa, tetialsada, monilechosa, apretada de trasero, el lomo velludo,
peliyegua, salivosa… volaba, hablaba aunque usted no lo crea. ( PAUSA). Sé de qué me habla, pero en
ese tiempo no fumaba nada, menos de la tal cosa que me dice, seguro era por las sombrillitas que me
comía, cada vez que iba a la charca. Mi papa me decía que eso no se debía comer, porque uno se moría.
Una vez que quise morirme, porque mi papa me colgó de una viga y me muendio, solo porque se me
desbarranco una mula cargada de agua y el animal se embromo pues estaba preñada, entonces, me trague
muchas de esas sombrillitas y nada me paso. La cabeza me daba vueltas. Todo lo veía verde color
mierdero. Lo mejor es que se dan por docenas en los montes.

(APAGON. SE ESCUCHA LA CANCION TEMA DEL ANIMAL. EL ACTOR SE DESPOJA DE SUS


HARAPOS Y SE COLOCA LA MASCARA CANINA. MOVIMIENTOS EROTICOS. CAMBIO DE
LUZ).

‘’Este animal que corroe, el caucho de mi flecha, se extiende entre la bruma, formando
curvas mayores, tonada de un peregrino… subiendo montes y trochas se vuelve mujer, se
vuelve piquiña sabrosa. Agita su gracia pagana (BIS) R.R.

(CARACTERIZACION CON LA MASCARA, OTRA VOZ)

PERRA: Gilaldo, mírame, soy una perra rica. Gilaldo, háblame, soy una perra provocativa, Gilaldo,
ámame, soy una perra encantadora. Desde que estoy en celo, ni te me acercas. ¿Es que estas saliendo con
otra? Raro es que andes solo, despreocupado por todo. Un hombre cabalga, se revuelva en el lodo por
tocar una nalga, pero tú no mueves ni un codo, no va y sea que se te caiga. Ya no me sacas a las ferias, ni
a las tiendas, abusativo. Ya no me traes huesitos de lechón, ni leche de cabra, me miras como si fuera una
perra vagamunda, como una pequineza pulguienta y sin vacuna. ¿Gilaldo?

(APAGON. SE QUITA LA MASCARA, MIENTRAS LA MUSICA LLEGA A SU FINAL)

GILALDO: Guau, guau, guau. Me miraba fijamente, se me puso el cuero de gallina padre, la perra
seguía mirándome. Como reclamándome algo, como apuntando a darme el primer tarascaso, borracha de
guarapo, (LIGERAMENTE CONFUNDIDO). Parecía como si no me hubiera visto nunca. Su mirada era
acusadora. El sudor me hacía arder los ojos. ¡Carajo, no me mire así¡ Cogí la flecha y le clave un
pedradon en medio de los ojos, sonó como un coco contra el baldosín (LO REPRESENTA), como no fue
suficiente le clave otro flechazo en un pata, como ya había empezado, no podía dejar las cosas así. Cogí la
piedra en la que me había sentado antes… (ALZA UNA PIEDRA IMAGINARIA) Me miro como un
cristiano en las últimas…

Se la deje caer todita, la piedra le reventó la cabeza, el animal tenía la sangre negra, oscura y pegajosa. Re
regaba poco a poco sobre la tierra. ¿Ve esta mano? Mírela bien, creo que esta mancha me salió desde ese
día.

(REFLEXIONA. RECOGE SU MOCHILA). ¡Carajo¡ No sé por qué le cuento esto. A la hora de la


verdad ustedes son como uno. Pecadores y avivatos, son de cuidado porque uno nunca sabe a ciencia

[7]
cierta pa que lado es que tiran, están diciendo una cosa pero hacen otra… Yo me largo. Usted ya me está
mirando como la Cuca. Sí, no se haga, con esos ojetes como si quisiera tragarme. No trate de decirme que
es lo que tengo que hacer. Y no intente calmarme ¡Estoy bien así, no me diga que esté tranquilo¡ ¡Pero si
estoy tranquilo¡. ¿Qué hago? ¿Cómo cree que me siento…? (PAUSA) Perdóneme padre, para mí siempre
ha sido difícil confiar en la gente. Yo, creo en usted. O si no ¿Por qué cree que vine directo a la
parroquia? En alguna ocasión vine al matrimonio de mi primo Siervo Joya… No me haga hablar de ellos.
(EVOCATIVO)

Mire, mis taitas estaban plagados de defectos. Todos ellos, que para mí desgracia herede, eran unas
pestes.

Por cualquier pendejada, por pequeña que fuera, que la changua estaba fría, que me faltaba un botón, que
báñese esa jeta, que aquí lo puse y ya no está, eso era suficiente para armar la tormenta que se alargaba y
alargaba después de días y días sin que se le viera fin. Yo, por lo general, no tomaba parte por ninguno, y
si llegaba a decir algo me caían los dos a golpes; así que la verdad tanto igual me daba el que cobrara el
uno como el otro.

(PAUSA) Mi mama era un persona tan rara, le gustaba comer fara con huevos pericos, tener altares y
veladoras en cada esquina, hablar con cara de tragedia y metiéndole miedo a uno por todo… no sabía leer
ni escribir. El viejo sí, y tan orgulloso estaba, que se lo echaba en cara de domingo a domingo y con
frecuencia, así no viniera al cuento, la llamaba ‘’individua analfabeta’’, ‘’careteta’’, ‘’siete leches sin
cultura’’ y ‘’Bestia peluda e ignorante’’. Ofensas gravísimas para ella que se iba poniendo de un rojo
amoratado como si fuera un pisco, se le subía la sangre a la cara si la llamaba ‘’mujer inexperta’’ pero
agarraba el cuchillo o una vara cuando le decía ‘’mula bruta’’ pues ella le entendía, boba puta.

(LIGERAMENTE EXALTADO). Todos los sábados en la tarde venia mi papa con el periódico
en la mano y, quisiéramos o no, nos sentaba a los dos en el solarcito y nos leila las noticias.
¡Maldita sea¡ Preparaba el rejo, el bordón y una olleta con agua fría. Venían después los
comentarios y las preguntas. ¿De qué político habla el escrito? ¿Cuántos barriles de petróleo se
derramaron? ¡Conteste mula bruta¡ ¿Nombres y apellidos completos del jugador que mataron?
¡Nombre en orden alfabético los ajusticiados¡ Según el último censo, ¿Cuántos maricones hay en
la capital?... En ese momento me echaba yo a temblar, porque esos comentarios eran siempre el
comienzo de una bronca (RECORDANDO ALGO). Su cocinera debe estar preparando un
desayuno completo, a lo mejor con tortilla, arepa y chocolate… o a lo mejor debe estar
sembrando el café. Si es así de demorada para todo, de razón usted esta tan flaco. (RIE, Y
BRUSCAMENTE APENADO). Perdone, sí señor, le estaba contando de mi taita.

(CAMBIO DE LUZ. EL ACTOR INTERPRETA A SU PADRE. NUEVA MASCARA. EL VIEJO


REGORDETE. LEE EL PERIODICO. TEMA MUSICAL ‘’EL PADRE’’ DURANTE EL CAMBIO DE
ESCENA’’)

‘’Mostacho de grasa que


conmociona, la cien de mi
madre, la cien, de mi madre,
la cien.

[8]
Martillo metálico, paladín de
Golpes, paladín de golpes
Mi único padre fue el apellido
Sampos, mi gran espina.
Arrojaría la hiel de mi sangre
a esas miradas, que
destrozan mis intestinos.

Padre, tormento cercano tu


sombra aun, clava tachuelas.
Tachuelas de fuego, en mí
nuca (BIS). R.R.

EL PADRE: (CAMBIO DE VOZ) Sentados, quieticos, al final les voy a hacer unas pregunticas, así que
muy atentos. Si contestan bien hay premio y si no, so bellacos, ojo so canallas, hay premio sorpresa. (RIE
A CARCAJADAS)

‘’Destituido por peculado Alcalde de Bucaramanga’’, El burgomaestre nombro a su esposa de secretaria


privada, a su hijo de rector universitario y a la empleada doméstica le compro un hotel con la plata de los
contribuyentes, al parecer venia peculando.

(BUSCA A LA ESPOSA CON LA MIRADA, BURLOS). ¡Oiga Lucero¡ ¿Usted sabe lo que es un
peculado?. Conteste, ¿Sabe o no sabe? Ah, claro le da pena delante de Gilaldo reconocerlo. Al fin que ¿Sí
o no? Lo suponía. Sumerced es muy bruta, muy bestia, muy inorante. Es que esto del conocimiento
siempre es jodido. Y no se me emberraque por que la levanto. No me tuerza la jeta, sino quiere que se la
enderece de un cachetadon. ¿Cómo? Claro que sé que es peculado, pero para que le voy a decir. Jodase,
como me he jodido yo. ¡Ah¡ Para más chismes Florián esta en paz. ‘’Diez horas duro la toma del metro en
Bogotá’’. ‘’Los sediciosos pretendían quitarle la colombiana a un menor, arengaron e hicieron consignas
sobre la protección al medio ambiente’’. ‘’Los posos, el oleoducto y el cerrejón si eran de los López’’,
‘’Se suicida Alias ‘’La tomasera’’ en Miami’’, ‘’Capturado Machefique en Bogotá. La mata por
contradecir’’. Si oye no mija…

(DESBOBLA EL PERIODICO Y LEE CON ENTUSIASMO)

‘’Como Pedro Tapias fue identificado un energúmeno celador caleño que mató a golpes a su cónyuge de
solo catorce años, identificado como Dora de Tapias, porque lo contradijo en la escogencia del nombre de
su tercer hijo’’ (RIE)

¡Si no me lo estoy inventando, usted no entiende una mierda¡ Por eso ese chino salió así. ‘’Al celador se
le lleno la copa luego de que perdió una apuesta en la polla futbolera, le notificaron el preaviso en la
empresa de celaduría, se quemó la lengua con caldo, se le disparó el arma de dotación hiriendo a la señora
madre que venía a traerle el porta comidas de almuerzo, al salir camino a casa, un perro lo orino y ya en el
lugar, la irrespetuosa mujer le pidió un nuevo par de media e insistía en ponerle Manolito al niño.
Mientras que Tapias deseaba dejarlo Nepomuceno por ser devoto a ese Santo’’. ‘’Cada vez más cerca la
independencia de San Andrés’’. ‘’Muere a los cuatrocientos noventa y nueve años el General Augusto

[9]
Pinochet en Santiago’’, no me crea que tiago es un santo, no todo lo que tienen san es santo, por ejemplo
San… cocho, San… día, San… griento, San… turrón, Santiago es la capital… de un país.

(VIOLENTAMENTE, VOS EN CUELLO). ¡Quédese sentada y no me esponje las narices¡ (OBSERVA


FOTOGRAFIA DE UNA MUJER DESNUDA) Gilaldo usted no tiene edad para ver estas cosas. (A
ELLA). Y si me da la gana se las muestro, después de todo está más buena que usted. ¡Mire, Gilaldo¡ Una
verdadera hembra, no como su mama. Esto se llama teta, te, e, te, a, teta. (LA GOLPEA). Cállese o le
cierro la jeta. ¿Gilaldo? ¿Qué se hizo? Venga mijito, a recoger a su mama. (PAUSA. CON UNA LIGERA
SONRISA). Se ve muy mal, le gusta mucho andar por el suelo… Pero es buena mama.

(APAGON. SE ESCUCHA ULTIMA ESTROFA DE LA CANCION MIENTRAS VUELVE AL


PERSONAJE ORIGINAL)

GILALDO: Como vera padre, mi vida en familia poco tenía de grata, pero como uno no es el que
escoge… mi sangre comenzó a volverse negra cuando vi a mi papa tomar por la fuerza a la vieja. Nació
mi hermano Álvaro, debía ser cinco de enero, el campo estaba en calma, los pastos altos, la brisa
suavecita, el roció era dulce y el agua más fresca, los partos de mi mama fueron siempre un problema,
años atrás se le habían echado a perder dos criaturitas, una antes de tiempo y la otra porque mi papa
borracho la corrió entre un rosal para sacárselo con la navaja porque a él se le ocurrió que debería nacer
ese día, el día de su cumpleaños, fueron partos duros y dolorosos. Como la señora nunca fue modelo de
bondades, todo lo resolvía a los berridos, el día de parto tenía la manía de arreglar el rancho, botaba,
limpiaba y alzaba… Una vez soñé que le daba besos a una muchacha que salía en el periódico, era mono,
oji verde, con un lunar debajo de la nariz, estaba patas arriba y yo le caía como avispa al melao. Al otro
día amanecí mojado, cometí la bestialidad de contárselo a ellos y me dijo: ‘’¡Indio cochino, puerco
asqueroso, persígnese, maldito, le voy a contar a su papa¡ ’’Y me gane una zurra con la cantina de leche,
cada cantinazo me hacía perder el sentido. El día en que pario a Alvarito la asistía una mujer del pueblo,
la vieja Georgina, la de las venas gruesas en las patas, la que vivía al otro lado del vellao. Era especial
para duelos, daba alaridos así no conociera al muerto, en los partos hacia baños de asiento, alistaba agua y
diría yo que ayudaba a malparir, también sabia infinidad de rezos y conjuras.

(CAMBIO DE LUZ. SE ESCUCHA LA CANCION TEMA DE LUCERO, MIENTRAS EL ACTOR SE


VISTE, SE PONE LA MASCARA PARA INTERPRETAR EL PARTO DE LA MAMA)

‘’Lucero se llamaba, con su presencia


alumbraba, la noche eterna de mi ser, la
noche eterna de mi ser…

Pero a ella no le importaba, dolor de mí


cariño.

Su presencia alumbraba, ella no amaba a su niño. (BIS)

A.O.

(DA UNOS AGUDOS QUEJIDOS, DE ESPALDA AL PÚBLICO, SOBRE EL CAJON)

[10]
LA MADRE: ¡Georgina ya viene¡ ¡Apúrele, ay¡ Me estoy quemando por dentro. ¡Las tripas se me van a
salir¡ Esto no, no lo vuelvo a hacer, ¿Qué son los hijos? ¡Ay se largan y ay, lo dejan a uno¡

(GIME UNOS SEGUNDOS. CAMBIA EN VOZ CUELLO). ¡Ya viene¡ Es muy duro para mí, viejo
asqueroso. ¡Ojala supiera lo que es este dolor¡ Malditos sean los hombre, parece que fueran cien
renacuajos. ¡Pero si estoy pujando, bruja, ay¡ ¡Mire a Gilaldo ahí, sáquelo de la pieza¡ Salgase, mijo,
nadie me está pegando… ¿Ya salió? ¿Cómo que va a nacer de patas? ¡No aguanto más, ojala me lleve el
diablo¡

Cierre la puerta, que no entre el, ni Gilaldo. Abra la ventana para que me de el aire. ¿Si se bañó las
manos? Mírese esas uñas Georgina. Está bien ya me callo, ¿Qué no hay agua? ¡Mejor salga y déjeme
sola¡ Toda perra desagradecida es así. Si esto no es un favor, cuantas veces le he prestada plata Georgina.
¡Usted lo que necesita es que la monte un varón¡ (SE ESCUCHA LLORAR UN BEBE) No quiero ver.
¡Córtelo aprisa…¡ Tengo frio… no pensé que, estando tan vieja le fuera a dar otro hijo. Debe estar feliz.
Dígale que entre… Dígale que fue… ¿Un angelito?

(SE ESCUCHA EL TEMA MUSICAL MIENTRAS LA MUJER ARULLA AL BEBE)

‘’Nació de patas este hombrecito,


vendrá a sufrir el angelito.
Yo dormida, el borracho, mugre y
trago era su olor, amanece y otra
vuelta, me despertó, me insulto,
me chupaba toda, toda, me
chupaba toda, toda (BIS).

R.R.

GILALDO: Salí de la pieza muy confundido, el viejo tenía un botella de chirinche en mano, llevaba ya
largo rato paseándose a grandes zancas por la cocina. ‘’Habrá que ver con lo que sale la caña seca’’ decía.
Cuando Álvaro nació, se arrimó hasta la cama y sin consideración ninguna la empezó a llamar picara y
zorra, que ese hijo no era de él. Decía que el niño debería tener el mismo lunar de el en la oreja izquierda
y como no tenía oreja izquierda se formó el problema… Yo creo que Alvarito si era hijo de mi papa. A mi
mama no la miraba nadie. Más bien le tenían miedo, casi nunca salía de la casa. El todo es que comenzó a
arrearle tan duros fuetazos y planazos que todavía estoy extrañado que no la hubiera molido viva, le dejo
marcada la hebilla en la barriga, después se marchó y tardo una semana en volver. Cuando llego estaba
enfermo y muy borracho. Tenía la nariz roja, se le escurrían los mocos, la cabeza rayada y cuatro dedos
tronchados. Se acercó a la cama de mi madre, le saco de las cobijas, limpio el piso del rancho con ella,
luego lloro. Le canto ‘’Novia mía, novia mía, cascabel de plata oro, tienes que ser mi mujer’’ Ella lo
consolaba y l final, se besaban que parecía que se fueran a arrancar la lengua (EXTRAÑADO).

A mi mama le gustaba que él le pegara. Si no lo hacía le gritaba: ‘’A que no sos desgraciado, capaz de
pegarme’’ Le sacaba la piedra. Entonces él le pegaba y se quedaba tranquila. Aquella noche se
acomodaron, se arruncharon y durmieron como angelitos.

[11]
Alvarito nació medio tatareto enfermo y flaco. Era los puros huesos. Por dos semanas ese nacimientos
coincide con la muerte de mi padre, se había quedado celebrando el triunfo en la elecciones del Doctor
Nepomuceno Rodríguez y al llegar de su última borrachera lo había mordido un perro rabioso.

La vieja Georgina nos enteró de que la mirada del viejo iba a embromar el destino de Alvarito y como el
hombre no tenía arreglo, nos la ingeniamos para encerrarlo en la alacena con la ayuda de unos vecinos.
Eso pateaba como un caballo, le escurría la baba y chillaba como un condenado, daba trancazos a diestra
y siniestra y con tanto movimiento terminó por cagarse en los pantalones, bastante viejos y sucios, ya que
mi papa era enemigo del agua.

(ATERRADO) Fueron tres días de golpes contra las paredes, de clamores, de sonidos de demonios,
cuando fuimos a sacarlo, porque pensamos que ya había muerto, nos lo encontramos arrimado a la pared,
con la lengua amoratada y medio afuera, estaba frio, tieso, verde, con un miedo que perecía que estuviera
entrando a los infiernos.

(CON CIERTA INGENUIDAD) A mi asusto ver que mi mama, en vez de llorar, re riera. Durante toda la
noche rio a grandes carcajadas. Rio tanto, tanto y como no podía controlar, dejo un reguero de orina por
toda la casa. Luego empezó a gritar como loco, que Dios era muy justo y que siquiera se había muerto mi
papa. ‘’¿Se da cuenta mijo?’’, me decía, ‘’Perro si come perro, o si no ¿Cómo se explica que el perro de
su papa se muriera porque otro perro lo mordió? Y ‘’Fíjese mijo que la ley de la compensación existe’’…
No tuve más remedio que ahogar las dos lágrimas que se me quisieron asomar cuando vi el cadáver con
los ojos abiertos, las cucarachas y los cuatro dedos como morcillas.

(TRANSICION)

Oiga su reverencia ¿Quién quita que su cocinera en lugar de tinto esté preparando un caldito con costilla,
papa y bastante cilantro picado?... Era solo una ocurrencia… Mi mama me mando unos días donde unos
familiares en Saboya, me cogieron de mula de carga, me pegaban por todo, entonces me volé y me
regrese a la casa… La verdad, padre, es que Alvarito poco vivió entre nosotros, cuando murió no había
cumplido los cuatro años. El pobre no paso de arrastrarse por el suelo como si fuera una rata (EMITE EL
SONIDO) Cuando tenía tres la suerte se volvió en su contra… Sin haberlo buscado, un perro le arranco la
única orejita que le quedaba de un solo tajo, desde ahí nos viene el apodo de los desorejados.

Me hierve la sangre cuando me acuerdo del viejo Hernando. Manejaba uno de los buses que llegaban al
pueblo y de pronto y sin darme cuenta. Se la pasaba en la casa, desde la muerte de mi papa. Entraba y
salía por ella como si fuera el dueño. A mi mama le pellizcaba la nalga, a mí me llamaba cabezón, llevaba
algo de mercado y se sentaba a tragar todos los días. Figúrese que Alvarito le mordió una pierna al viejo,
¡Carajo, padre¡ Y este, con la otra, le arrió tal patada en las costilla, que lo dejo como muerto y sin
sentido. Le enterró la punta de la bota y le rego la sopa por la cabeza. Álvaro escupía su sangrecita que al
tocar el suelo, cambiaba como si hubiera hecho la gran hazaña y mi mama le congraciaba la acción al
viejo. ‘’Si ve Lucerito el chanfle que le di al Álvaro en las costillas, trono como un coco, espere le doy
otro con la izquierda para emparejarlo’’.

(DESESPERADO) ¿Por qué no hice nada padre? ¿Por qué no me hice matar por mi hermano? ¿Por qué
siempre he sido tan cobarde? Otro niño hubiera brincado, pero yo vivía comiendo miedo.
(SOLLOZANDO) Cuando el maldito viejo se marchó, luego de tragar y tragar como una nigua, mi mama

[12]
recogió a Álvaro y lo acuño en su regazo y l estuvo lamiendo la herida toda la noche, como un perra
recién parida a su cachorro. (TRANSCISION) Padre, se está demorando mucho su cocinera con el tinto.
Me siento mucho mejor, es bueno encontrar a alguien en quien uno pueda confiar. Mire… un día que yo
regresaba de trabajar en el trapiche de Don Floro Dueñas, Álvaro se ahogó en una tina de aceite, que el
viejo Hernando había dejado luego del cambio que le hizo al bus. Lo vi, corrí a sacarlo y mientras lo
hacía, un hilillo de aceite quemado le caía de la boca, como una hebra de oro que estuviera entre vinagre.
Mi mama no lloro la muerte de su hijo, era una peste. Para ese entonces mi cabeza estaba mal. Me
gustaba meterle mano a la candela, tomar gasolina y cuanta porquería encontrara. Lo único que me saco
un poco de esto fue la María, que ya para entonces era medio novia mía. ¡Ay mi Maruchenga¡

(CAMBIO DE LUZ. MASCARA. TEMA MUSICAL DE MARIA)

‘’Su blancura era mentira, su


pereza era un engaño, el
pescador es pescado, con
sutiles desenfados. Se
confundió de razones, de
amores, de soledades y poco
a poco se hundió entre sus
falsas verdades, María, María,
María, triunfaste en su
confusión, Gilaldo jamás
podría, caer en otra pero’’.

A.O

GILALDO: ¿Qué hubo Marujita? ¿Cómo le va?


(CAMBIO DE VOZ)
MARIA: A mi bien, usted sabe… Sintiéndolo mucho y acompañándolo en su pena.
GILALDO: ¿Cuál pena? ¡Ah sí¡ Gracias… Está muy bonita, la veo como más rellenita, con las nalguitas
más paraditas ¿O me equivoco?
MARIA: No joda, Gilaldo, ¿Ya va a comenzar? Hola ¿Porque no ha vuelto? ¿Que hubo del regalito que
me prometió?
GILALDO: Eso le digo, ¿Qué hubo de eso? ¿Cómo esta ese morrocoy?
MARIA: Eso está tranquilo. Y no hable duro que me la despierta.
GILALDO: No la cuide tanto, se va a morir sin estrenarla y eso sería una pena… No me vuelva a hacer
lo del otro día, me dejo embalao.
MARIA: No hablemos de eso ahora, que me pone a sudar por todas partes.
GILALDO: ¿Entonces cuando? ¿A lo que se case con el Siervo o con el mono Merchán?

MARIA: Hablemos después del entierro.

GILALDO: Entierro es que quiero hacerle.

[13]
MARIA: Fíjese, aquí está todo el pueblo. Algunos dicen que Alvarito era santo, porque sufrió mucho.
Incluso doña Georgina ya está vendiendo en frasquitos el aceite donde el niño se ahogó, dice que es
bendito contra las enfermedades, el cáncer de la piel y las hemorroides.
GILALDO: No le digo, ya están haciendo negocios con nosotros.
MARIA: Gilaldo, me contaron que se va para Bogotá. ¿Qué se va a hacer por allá? Quédese que le
conviene, entro en calor la próxima semana.
GILALDO: ¿Por qué Oliverio se la pasa con usted? ¿Es que tienen algo?
MARIA: No, que tal, ese borracho es una porquería, el otro día me insulto porque no me deje besar.
GILALDO: ¡Si, hágase la pendeja y vera que así se queda¡
MARIA: No sea atrevido, respete el funeral… Gilaldo, usted es muy celoso?
GILALDO: No, ¿Por qué?
MARIA: Porque si es celoso, váyase olvidando de mí. No me gusta un hombre celoso.
GILALDO: (TRANSICION) Todo salió bien, padre, salvo el aguacero y la inundación de ese día. Como
el hueco ya estaba hecho, no toco sino meter a mi hermano y acabar tapándolo con tierra.
(ALZA EL ATAUD –CAJON-, SONIDO DE CAMPANAS, REZA, LO CUBRE DE TIERRA).

Al arrodillarse, a la María se le veían esas piernotas chamuscaditas y apretadas como morcillas. El


vestidito blanquito, bendito sea, y con el sol y el agua se dejaba pasar todito. Se le veía eso, todo
fresquito, todo negrito. ¡Qué pan padre¡ Me avergüenzo de lo que le voy a decir, que Dios me perdone,
pero en ese momento me alegre de la muerte de mi hermano. Podía ver ese mojicón. Las piernas de la
india birlaban como luciérnagas, sentía zumbar mis orejas, la sangre me golpeaba la frente, el corazón
parecía como si quisiera salírseme del pecho, tenía todo caliente, las piernas se me estiraron, sentía una
cosquillita allá abajito, los hombros tiesos, me perdí del mundo un ratico y babeaba que daba gusto, hasta
esa vaina se me levanto. A mi lado estaba ella, la que se peleaban tantos del pueblo, la de cintura de
avispa, sus pezones subían y bajan al respirar. ¡Ay¡ Me acorde de la cancioncita que había oído por la
radio. (CANTA, RITMO COPLA BELEÑA).

‘’Cuando pase por tu casa y me


dijiste te quiero, pensé
cuadrar el casorio pa’l
próximo mes de enero’’. (BIS).

Entonces le dije: ¿Al fin, Marujita?

MARIA: ¿Cuántos niños quiere que le dé?


GILALDO: ¿La docena, serian muchos?
MARIA: ¿No ve que se me daña el cuerpo?... Descarado dejémoslo en media y cuando me vaya a pegar
que sea pasito y donde nadie se dé cuenta, va a tener que trabajar duro… ¿Me quiere?
GILALDO: Con el alma.
MARIA: No se ande emborrachando por ahí, y aclare lo de la tierra con su mama de una vez. ¡Ah, y no
le haga caso a lo que le diga la gente por ahí, usted sabe que la plaga es muy chismosa¡
GILALDO: No se preocupe, Marujita. ¡Tanta jodeteria¡ Pues al fin resultamos casados. No alcance a
disfrutarla sino quince días. En la mañana y en la tarde, eso sí, yo muy cumplidorcito padre, perdóneme
pero como ya estamos en confianza. Figúrese que salía del plantío a toda carrerita a quemarle parejito.

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Eso era donde cayera… en el patio, la cocina o la pieza. Una noche nos reunimos algunos del plantío en la
tienda de Tres Esquinas. Caretiple tomaba y tomaba. Me miraba y me miraba.

(EL CAJON ES AHORA MESA DE TIENDA, MUSICA, CAMBIO DE VOZ, OTRA MASCARA).

CARETIPLE: Ah gran hijuemadre es que los patrones de por aquí, están acostumbrados a que uno les
trabaje por jornales por el precio de uno… A mí esto me tiene aburrido, incluso el hijo del patrón, el
solterón… el que dicen que es maricon, trata de farolear con nuestras mujeres delante de los patrones,
para que crean que es hombre… Un día de estos va a amanecer con un tiro en el bigote (RISAS). Gilaldo,
venga pa’ acá. ¿Qué le paso mijo? Siga y tómese un aguardiente hijuem… (ENTRE DIENTES) ¿Le sentó
mal el matrimonio? Venga malpa… (ENTRE DIENTES) ¿Qué tal la Marujita? ¿Es candela? Por eso lo
vemos tatareto en la mitad de la labranza. Solo piensa en hacerle el matrimonio (RISAS) Ah gran hijo.
Oiga, chino venga le digo. Le vendo una escopeta nuevecita. Me la robe cuando era celador en Bogotá…
¿Quién le va a pedir papeles por estos montes?... hijoe… Entonces cómpreme el reloj, es un ‘’invicta’’
original… oiga hijue… Entonces véndame un rato con la María… Yo la monto solo una media hora, no
me haga esa cara de pocos amigos. Gilaldo, la María es mucha hembra para usted y no se alegre mucho
porque a esa la despipamos más de uno por aquí. ¡Oiga¡ (RISAS. TRANSICION, SE ESCUCHA LA
CANCION ALIZ DE AMARGURA)

CALIZ DE AMARGURA

Como un trozo de mi ser


Un verso de una canción
Un trino en medio del monte
Así te amaba, mi amor
La vida era un instante
El sol una lamparilla
El mundo un puño de tierra
Eras mi razón de vida
Se abrió el cáliz de amargura
Derramando su acidez
Sabiéndome esclavo tuyo
Y en un momento saber
Que más de uno ha conquistado
Lo que mío ya no es
Que más de uno ha conquistado
Lo que mío ya no es…
A.O

GILALDO: Todo se quedó en silencio, ¿Qué hice? Pues lo que haría cualquiera supongo, rompí la
botella, me acerque sin decir nadita, le di tres picotazos en la barriga. No se quien estaba más herido,
padre, si el por fuera o yo por dentro. Desde ahí me quedo una mala espina. El hombre se murió, sus
amigos llamaron a la autoridad. Yo no tenía alientos para nada.

[15]
(CAMBIO DE LUZ). ¡Pague ciento veinte meses preso. Es que he sido muy salada padre. Pero tengo un
de mazorca en la garganta ahora que le cuento. Mire, ahora que volví, me encontré primero con la vieja
Georgina.

GEORGINA: ¿Qué hubo Gilaldo? ¿Qué hace por acá? ¿No que lo tenían en Casa Blanca?
GILALDO: Si, ya pague al Caretiple, ahora vuelvo al rancho.
GEORGINA: ¿Pero no que iban a ser como diez años?
GILALDO: Haga cuentas bruja.
GEORGINA: Es mejor que no suba al rancho. La María ha estado de lo más desjuiciada. Quería que yo
le ayudara a perder otro chino… Ahí está recién parida.
GILALDO: Me conto… que María se había cansado de esperarme desde ya hacia su tiempo y que hacía
dos años había traído al mundo a un varoncito. ¿Dígame de quién? La mujer no contestaba, yo venía con
resabios. ¡Que me conteste le digo¡ Ya toda asustada ella dijo:
GEORGINA: Es de don Hernando. Le ha dado muy bien comerciando con carne. Incluyo ya compraron
un puesto de líchigo en la plaza Siete de Agosto y una casa de tres pisos en el Veinte de Julio en la
capital.

(PESTAÑEO DE LUZ, COMIENZA CADA VEZ A NARRAR MAS RAPIDO)

GILALDO: Habiendo tantos hombres me iba a joder con justo con ese. El perro no era tan viejo como yo
creía. Llore como un condenado. En la tienda de la plaza, me mande unos guaros, luego un palo de
cerveza, comencé al medio día, recuerdo que pague con lo único que llevaba, me subí cayendo la tarde
por el camino viejo, el empedrado, las cercas a lado y lado, olor a guayaba, pise mandarinas podridas,
salte al patio, la piedra de los juegos, la piedra de los besos, el árbol de los nombres.

(CORTA BRUSCAMENTE EL RELATO. DESESPERADO).

Padre, ¿Usted sabe lo que es que a uno de pobre se la juegue la mujer? Uno aguanta el páramo, que el
invierno tumbe el rancho, que la cosecha salga malo, que el crio venga jodido. ¿Pero que se la juegue la
única esperanza que uno tiene? ¿La mujer? Eso nunca. Las pocas veces que fue a visitarme lloraba y me
decía que rezaba todos los días por mí, le prendía velas a todos los santos y que me quería en el rancho…
¡Uno no se puede fiar de nadie. Padre! Llego la noche.

(TRANSICION) Yo ya estaba ahí, la pieza oscura, sentía que las paredes sudaban, la navaja en la mano,
algo borracho, la cuna al lado de la cama, era nuestra pieza…¡Dios mío! ¿Qué hago? Mejor me voy
(CAMBIO DE VOZ, COMO POSEIDO) No, está la tiene que pagar. (VOZ NORMAL) ¿Pero por qué?
Ciento veinte meses es mucho para una mujer joven y sola. (CAMBIO DE VOZ) Mejor le hablo primero
(CAMBIO DE VOZ) ¡Que hablar, la inmunda me engaño, esa es la verdad! (VOZ NORMAL) Pero yo no
quiero volver a esa cárcel. ¿Qué importa ya todo está perdido. ¡Carajo allá voy!

(LUCHA VIOLENTAMENTE CON EL CAJON, CAMBIO DE LUZ)

Le salte encima, le quite como pude la cobija, pero se la volvía a poner, le metí una punzada en un pie. La
agarre de las mechas contra la pared. ¡Gritaba como una condenada! Fue la lucha más tremenda que usted

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pueda imaginar, rugimos como fieras. La baba nos asomaba por la boca. No encontraba la forma de
dominarla, la pateaba, le daba rodillazos, pero la condenada tenía más fuerza que el demonio, me arañaba,
me daba patadas, me escupía, me estrujaba. Maldecía y chillaba como un animal herido. Tenía aliento de
azufre y sudaba ácidos del demonio. Huno un momento en que con la boca me caso un pezón que sin
miramientos me arranco.

(EXALTADO) ¡Ahí fue cuando le restregué la navaja en la garganta! La sangre caliente me salto a la
cara. Entonces apareció la luz, esa luz, mire a la puerta, María estaba con una linterna en la mano, abrió
los ojos como un sapo. Por un momento n entendí lo que pasaba. (DESEPERADO) volteé a mirar…
¡Había matada equivocadamente a mi madre! (CORRE) Salí huyendo, choque con María, trote y trote,
corrí y corrí, cerro tras cerros, cerro tras cerro, baje por la peña, me ensarte en alambre, me persiguieron
los perros, corrí, corrí cerro tras cerro, toda la madrugada, toda y aquí me tiene padre.

(COMO UN NIÑO INDEFENSO, TOTALMENTE EXHAUSTO, REACCIONA ANTE LA ENTRADA


DEL MILITAR REPRESENTADO POR UN UNIFORME QUE CAE) ¿Ese era el tinto que me estaba
preparando? No quiero volver, ahora si me van a dejar para siempre, ahora si que no voy a salir, ni a oler
la guayaba, ni a pisar mandarina. No importa señor cura, dígame, ¿Usted cree que Dios me perdonara?
(SE ESCUCHA LA CANCION TEMA, GILALDO EN ‘’POSICION DE ARRESTO’’ –ESPOSADO-
SALE-OSCURO GENERAL-)

CANCION:
Satanes que deben su sangre
dejadlo esperar la revancha (BIS)
Gilaldo Sampos, sudor
estancado incesto de un volcán,
corre, corre, corre, corre,
corre…

FIN

Escrita en Abril de 1.988

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