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ADIVINANZAZ

Agua pasa por mi casa, Ave soy, pero no vuelo;


cate por mi corazón. mi nombre es cosa muy llana:
El que no lo adivinara, soy una simple serrana,
será un burro cabezón. hija de un hijo del suelo.
(El aguacate) (La avellana)

Tengo duro cascarón,


pulpa blanca
y líquido dulce en mi interior.
(El coco)

Agrio es su sabor,
bastante dura su piel
y si lo quieres tomar
tendrás que estrujarlo bien.
(El limón) 

Somos verdes y amarillas, A esta fruta se le culpa


también somos coloradas, y fue cosa del demonio,
es famosa nuestra tarta  pues comieron de su pulpa
y también puedes comernos los del primer matrimonio.
sin que estemos cocinadas.

(Las manzanas) (La manzana)

Campanita, campanera,
blanca por dentro, 
Blanca por dentro, verde por
verde por fuera, 
fuera.
si no lo adivinas, 
Si quieres que te lo diga espera.
(La pera)
No soy de plata,
plata no soy;
ya te he dicho
quién soy.
(El plátano

A mi me tratan de santa
y traigo conmigo el día,
soy redonda y encarnada
y tengo la sangre fría.
(La sandía)

CALAVERITAS

Me gustaría que un día


cuando aquí yo no esté más,
un cri-cri me acompañara
con su risita tenaz.

Chamaco nadie olvidó


tu lápiz y tu sonrisa.
La muerte te sorprendió
tan joven yendo de prisa.

Fue tan hondo mi vivir,


que la Parca me acorrala.
Después de tanto sufrir,
mejor me mudo a Cómala.

¿Quién es el que anda ahí?


¡Es Cri-Crí! ¡Es Cri-Crí!
Los muertos vienen cantando
con guitarras y maracas.
Nos sonríe la Calaca
y se nos queda mirando.

Es momento de escapar
si no, nos van a enterrar.
¡Cómo decirles que no
a tan preciados artistas!
Catrina así nos tentó
para completar su lista.

Un día quisiste llevarte


a extraordinaria pintora
pero te has quedado muda
Y más huesuda que nunca.

Coplas de animales
Aquí leerás algunas coplas populares. Son poemas
chiquitos que dice la gente que vive en diferentes
lugares de México.

Pajarillo

Pajarillo, pajarillo,
 
pajarillo bandolero,
con ese cantar que tienes
te pareces al jilguero.

La chachalaca

Andaba la chachalaca
  por las orillas del monte,
andaba de enamorada
con el pájaro zinzontle.
 
 Paloma blanca  
   
 Paloma blanca, piquito de oro,  
 que con tus alas volando vas,  
 pasas los montes, pasas los ríos,  
 pasas las olas del ancho mar.  
 

La guacamaya

Estaba la guacamaya
parada en un carrizuelo,
sacudiéndose las alas
para levantar el vuelo.

El tejón

Si buscaras al tejón,
búscalo por los arroyos:
no lo busques en las casas,
que no es gallina con pollos.

Gavilancito

Dicen que el gavilancito


volando viene y volando va;
se pasa la mar de un vuelo:
gavilancito, no vuele más.

Coplas populares.
Cuento

EL DUENDE Y EL BÚHO

Había una vez un duende que vivía en una seta de chocolate del bosque. Cerca de
su casa pasaba un río de aguas azules y transparentes. Todas las mañanas el
duende atravesaba el río para comprar comida en el mercado del bosque. Le
gustaba mucho hablar con sus amigos, el oso carnicero, la nutria pescadera y el
lobo panadero.
Un día el duende conoció a un nuevo animal del bosque que había viajado mucho
por todo el mundo, era un búho muy sabio.
El duende y el búho se hicieron muy amigos y todos los días se reunían en la casa
de chocolate para jugar al ajedrez. 
Y colorín colorado este cuento se ha acabado, si quieres que te lo cuente otra
vez cierra los ojos y cuenta hasta tres.

fabula

El Cabrito y El Lobo

 
Al salir la cabra de su establo encargó a su hijo
el cuidado de la casa, advirtiéndole el peligro de
los animales que rondaban por los alrededores
con intención de entrar a los establos y devorar
los ganados.
No tardó mucho en llegar el enemigo: ¡Un lobo
horrible, amiguitos míos, un lobo!, que imitando
la voz de cabra llamó cortésmente a la puerta
para entrar.
Al mirar el cabrito por una rendija vio al feroz
carnicero y, sin intimidarse le dirigió el siguiente
discurso:
- Bien sé que eres nuestro mayor adversario y
que, imitando la voz de mi madre, pretendes
entrar para devorarme. Puedes marcharte, odiado animal, que no seré yo
quien te abra la puerta.

Sigue el consejo de tus padres


y vivirás feliz toda la vida.

Fin

La leyenda del Sol y la Luna

Antes de que hubiera día en el mundo, se


reunieron los dioses en Teotihuacan.

-¿Quién alumbrará al mundo?- preguntaron.

Un dios arrogante que se llamaba Tecuciztécatl,


dijo:
-Yo me encargaré de alumbrar al mundo.

Después los dioses preguntaron:


-¿Y quién más? -Se miraron unos a otros, y ninguno se atrevía a ofrecerse para
aquel oficio.

-Sé tú el otro que alumbre -le dijeron a Nanahuatzin, que era un dios feo, humilde y
callado. y él obedeció de buena voluntad.
Luego los dos comenzaron a hacer penitencia para llegar puros al sacrificio.
Después de cuatro días, los dioses se reunieron alrededor del fuego.

Iban a presenciar el sacrificio de Tecuciztécatl y Nanahuatzin. entonces dijeron:

-¡Ea pues, Tecuciztécatl! ¡Entra tú en el fuego! y Él hizo el intento de echarse, pero


le dio miedo y no se atrevió.
Cuatro veces probó, pero no pudo arrojarse

Luego los dioses dijeron:


-¡Ea pues Nanahuatzin! ¡Ahora prueba tú! -Y este dios, cerrando los ojos, se arrojó
al fuego.
Cuando Tecuciztécatl vio que Nanahuatzin se había echado al fuego, se avergonzó
de su cobardía y también se aventó.

Después los dioses miraron hacia el Este y dijeron:


-Por ahí aparecerá Nanahuatzin Hecho Sol-. Y fue cierto.

Nadie lo podía mirar porque lastimaba los ojos.


Resplandecía y derramaba rayos por dondequiera. Después apareció Tecuciztécatl
hecho Luna.

En el mismo orden en que entraron en el fuego, los dioses aparecieron por el cielo
hechos Sol y Luna.

Desde entonces hay día y noche en el mundo.

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