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por la historia"
..
¡LA BANDERNAD!ER. LA BANDERA!
¡HAY QUE ESCO
1
MINISTRO DE EDUCACIÓN
Lic. Juan Carlos TEDESCO
SECRETARIO DE EDUCACIÓN
Prof. Alberto Estanislao SILEONI
storia"
a por la hi
"Una vuelt
Coordinación
Patricia MADDONNI
Cuento
Diana GONZALEZ
Dibujos
Carlos SCHLAEN
Diseño
Clara BATISTA
A
ra HISTORIBANDERA
n uest U M N O S Y AL
UMN AS
S A L
UERIDO
Q RES DEL PAÍS, DE
NORTE A SUR Y DE
ESTE A
NT OS LU GA N
. GRADO EN DIS TI
, PERO SEGURAMENTE CO
DE 4TO OESTE, CO N PAI SA JES BIEN DIFERENTES
ÑAS
N DE LOS GRANDES
, MUCHOS NIÑOS Y NI
LA MISMA EMOCIÓ LTAD A LA BAN DERA.
ES REALIZ AN LA PROMESA DE LEA
COMO US TED
UN
EN ESTE DÍA, QUEREMOS FELICITARLOS Y HACERLES LLEGAR
ILUSTR ADO COMO PARTE DE LA
REGALO. RECIBAN ESTE CUENTO
ALEGRÍA QUE DOCENTES, FAMILIARES , VECINOS Y AUTORI DADES
O TAN ESPECIAL.
SENTIMOS AL COMPARTIR CON USTEDES ESTE MOMENT
A R
OS LOS
CHICOS Y CHICAS QUE NAC
LLEGARON DE OTROS PAÍSES
QUERER, LOS SALUDAMOS
IERON EN ARGENTINA Y A
LOS QUE
Y HOY TIENEN DOS BANDERA
S PARA
S O Ñ
revolución
CON UN FUERTE ABRAZO,
¡FELICITACIONES!
o
¡Que disfruten much
de esta historia!
3
¡La bandsecornade!.r..
¡Hay que e bandera!
la
4
Lo que pasa es que al Ñat
o
m-
PARA ENTUSIASMAR...
nadie le cree, porque anda sie
yo
pre inventando cosas. Pero
lo conozco de antes. Cuand
o picardía... Y esto de los colo-
me cuenta alguna historia... ¡lo res de la primera bandera me lo
miro fiiijo a lo´ ojo!, y ahicit
o contó él, y le juro, niña, que no
nomá´ ya me doy cuenta si me mentía.
a
va a decir la verdá´ o me va
o,
hacer el cuento. Entonce´ me Las cosas, según el Ñat
pongo seria y le digo: “Negro sucedieron así...
Paredes, ¡no le irás a mentir
a Era febrero del año ´12. Andaba
una de tu raza! Si baja la mir
a- Belgrano con el ejército, allá
-
da es porque se trata de una por la villa de Rosario, custo
diando el río Paraná, pa´ que no
pasaran los godos...
Y
La tropa estaba de capa caída.
no era pa´ menos; sus compa-
ñeros, en el Alto Perú, habí-an
-
sido derrota´os por los españo
les. Quedaba abierto el cam ino
pa´ que los ejércitos realistas
a
entraran a Salta, después
Tucumán y de ahí, por qué no,
a la misma Buenos Aires.
i-
¡La Revolución estaba en pel
gro! ¡Todos sabían que allá en
n
el norte los españoles era
fuertes!
¿Qué se podía hacer pa´ entu-
siasmar un poco a los soldados?
5
- haciendo populares... Un día una
Y, mientras pensaba, don Ma cintita en la solapa, otro día un
qu e ni
nuel se dio cuenta moñito en el pelo de las niña
s,
siquiera tenían una bandera. después escarapelas pa´ que los
a
“¡Eso, una bandera, una bander soldados se pusieran en los
que sea nuestra!”, gritó. Y sin gorros... Y así hasta que le fui
-
er
perder tiempo, la mandó a cos mos tomando cariño a eso s
blanca y celeste. colores.
s,
–¿Y por qué eligió esos colore Bueno, como le decía, mandó
a
Clementina? coser la bandera y tambié
n
–Y... eran colores que usaban los escribió una carta al gobierno de
que estaban a favor de la revolu- Buenos Aires, contándole, orgu-
ción. Poquito a poco se fueron lloso, lo que había hecho.
se
¡No quiera saber cómo
ron !
pusieron cuando se entera
de
¡Se les pararon los pelos
punta!
BLANCA Y CELESTE
se
“¡Pero qué barbaridad, cómo
r-
le ocurre, qué es esto de ena
con sul -
bolar una bandera sin
tar!”, vociferaban.
“¡Estas cosas hay que discu-
o.
tirlas bien primero!”, decía otr
6
“¡U rge nte !”, grit ó uno , “¡u
n En mayo del año ´12 andaba por
co rre o al Ro sar io avis ánd ole
a Jujuy. Se acercaba el aniversario
Bel gra no qu e gua rde esa ban
- de la revolución. Pa´ festejarlo
der a!” ,
Pero quiso el destino que tuvo la idea de reunir a toda
el la
general no se enterara. ¡Bueh! tropa en la plaza y saludar con
, unos cañonazos a la nueva ban
el destino o un caballo medio -
lento. La cosa fue que cuand dera de la patria.
o Volvió a informar al gobierno.
el mensaje llegó, don Manue
l “Pero... ¡otra vez! ¡Pero qué
¡hacía raaato! Que se hab
ía desorden! ¡Pero qué desobedien
marchao pa´ hacerse cargo del -
ejército del Norte... cia!”, decían en Buenos Aires.
Y vueeelta el correo, ahora
pa´
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Jujuy, con la orden de guardar
esa ir al establo a buscar un caballo
bandera. Y esta vez Belgrano se ent .
e- Cargó las alforjas con alguna
ró. Apenao, fue a ver a su ami s
go, herramientas... Un buen martil
Juan de Dios Aranivar, que era lo,
un unos clavos, algunos fierros
cura de aquellos pagos, pa´ ver con
si le punta y..., ¡a todo galope por
daba algún consuelo... el
camino!
A SU
ESCON
D ITE...
Debajo de la sotana, atadas
con una cinta, iban las bande-
Después de un rato de convers
a- ras camino a su escondite...
ciones, le entregó unas banderas
al ¿Qué se tenía entre manos
padre Juan y se marchó otra vez el
al padre Juan?
campamento.
Se dirigía a Titiri, un puebleci-
El cura esperó que se hiciera
bien to cercano, pues ya tenía un
de noche. Aprovechó la inte
nsa plan en su cabeza pa´ escon-
lluvia y se lanzó por la callecita
pa´ der esas banderas.
8
sar por la
tares cuando, al pa
RONDA NOCTURNA puerta de la capilla,
oyeron rui-
dos extraños.
las ventani-
Habrá llegado a Titir
i pasada la Miraron por una de
ridad de la
medianoche. ¡No ha
bía un alma tas, pero la oscu
via no les
por las calles! Ató
el caballo a noche y la fuerte llu
el caminito. dejó ver nada.
un poste y enfiló por os golpes
¿Adónde iba el padr
e Juan? Su Desde adentro, un
os seguían
destino era la capilla
del pueblo... parecidos a martillaz
la gruesa sonando.
Empujó con fuerza y fueron
puerta de madera... y
entró sigi- Apuraron el paso
empujaron
losamente. Todo esta
ba oscuro hasta la puerta. La
ese mismo
y en silencio. Sólo
de vez en y se abrió. En
gido de un
cuando el terrible ru
noche.
trueno estremecía la
ó a tientas
El padre Juan recorri
arse que no
la capilla para asegur
una vela y
hubiera nadie. Prendió
da uno de
fijó sus ojos en ca
s que había
los muebles y adorno
to, su mira-
en el lugar... De pron
cuadros de
da se detuvo en unos
Santa Teresa.
e grandes, y
Eran lo suficientement
resistentes.
los marcos parecían
, comenzó a
Despacito, despacito
s.
sacar las herramienta
la calle,
Mientras tanto, en
an la ronda
unos soldados hací
s los días.
nocturna como todo
temas mili-
Venían charlando de
9
s,
e lla. Prendieron todas las vela
momento, un rayo de esos qu revisaron todito´ lo´ rincone
s,
ó
pocas veces se ven ilumin pero no encontraron nada.
enterita la capilla. Mientras tanto, a lo lejos,
el
un
Uno de los soldados creyó ver caballo del padre Juan galopa
-
lto! ¡Qu ién
bulto que se movía. “¡A ba a toda velocidá´ para alejar
-
vive!”, gritó. Nadie contestó. se de Titiri...
Vuelta a gritar, esta vez mucho –Pero, ¿y las banderas? ¿Qué
!”
más fuerte: “¡Alto! ¡Quién vive pasó con las banderas, tiíta?
a.
Pero nada... –Eso no lo sabe nadie, mi niñ
De pronto, una ráfaga cerró con Hasta el día de hoy las prim
e-
.
fuerza la puerta de la capilla ras banderas de la patria siguen
de
Los soldados dieron la voz siendo un misterio...
alarma y enseguida vino una patru-
10
PARA LOS CURIOS
OS
11
R ES
LO mo
có venir. ”
CO e ñ a por
ES
OS
o enrs ente
y
A as n l ad o p e s
lo hpombre e ad se pierde
O .”
R IÑ e rle.
CA u d io d e el i b e rt e a ltera .”
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A q uien cuanto a r a p erderlo
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He h d o sólo s pinión
“El m ie
ar ra strar a su o ón.”
s hombres se
empe ña n en
c im entada en la
raz
“E n va no lo no es tá
, cuando ella
a los demás
ulo,
ve la sa ng re , al ob servar tanto obstác
“Me hi er amente
que se vencerían rápid
tantas dificultades RÉ S PO R LA PATRIA.”
un po co de IN TE
si hubiera
“Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres,
y que la justicia es sólo para aquellos.”
“Sin educació
nunca s n, en balde
“El c eremos es cans
más qu ar
amin
o se e lo qu se,
es la guro desgrac e
luch de la iadament
a po e som
r la l i b ertad os.”
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IAL
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G
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