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Francisco Jesús Juárez Ortega

TEORÍA GENERAL DEL PROCESO


Tema VI. PRETENSIÓN PROCESAL

6.1.- DEFINICIÓN Y SUS CARACTERISTICAS

Pretensión procesal. Acto de declaración de voluntad exigiendo que un interés


ajeno se subordine al propio, deducida ante juez, plasmada en la petición y dirigida
a obtener una declaración de autoridad susceptible de ser cosa juzgada que se
caracteriza por la solicitud presentada.
Echandía, D:"La pretensión procesal es una declaración de voluntad".

Carnelutti, F: "La pretensión procesal es la exigencia de que un interés ajeno se


subordine al propio, es decir, al que ejercita la pretensión".

Rosemberg, L.: "La pretensión procesal es la petición dirigida a obtener una


declaración de autoridad susceptible de ser cosa juzgada que se caracteriza por la
solicitud presentada y, en cuanto sea necesaria, por las consecuencias de hecho y
propuestas para fundamentar". Ej., en el memorial se coloca la pretensión. Luego
el juez emite un comparendo para el demandado. El demandado antes de
presentarse a los estrados judiciales, en materia civil, puede transar.

Desde la óptica que mira hacia la actividad que se cumple en la vida jurídica, parece
claro que la pretensión es una declaración de voluntad hecha en el plano de la
realidad social mediante la cual se intenta subordinar a la propia una voluntad ajena
(devuélveme lo que te presté, págame lo que me debes); la insatisfacción de la
pretensión, por la aparición contemporánea de una resistencia a ella, es lo que
origina el conflicto intersubjetivo de intereses (que se presenta en la realidad con
total prescindencia del efectivo derecho o razón que el pretendiente y el resistente
tengan para fundar sus respectivas posiciones antagónicas).

6.1.1.- PRETENSIÓN Y DEMANDA

El traslado de esa pretensión al plano jurídico del proceso (único supuesto que
interesa ahora) se efectúa mediante el ejercicio del derecho autónomo y abstracto
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de acción que, no obstante tales calificaciones, no puede ser materialmente ejercido


sin estar acompañado de modo ineludible por aquélla. A su turno, tal ejercicio del
derecho de acción se efectúa exclusivamente mediante la presentación a la
autoridad de un documento: la demanda.

De tal modo, los conceptos de acción, pretensión y demanda son idealmente


correlativos y se apoyan en forma recíproca para explicar el fenómeno, que no
puede ser entendido de modo integral sino con la conjunción de tales conceptos:
adviértase que la demanda consiste materialmente en un documento cuya
presentación al juez (o al árbitro) exterioriza el ejercicio del derecho de acción (instar
a la autoridad) y que resulta ser el continente de un contenido necesario: la
pretensión.

Ya se ha visto que a los efectos de accionar no importa que el conflicto exista o no


en el plano de la realidad: basta que se afirme su existencia (regla básica de
procesamiento: la demanda debe afirmar la existencia del conflicto; caso contrario
la pretensión se muestra abstracta y ello impide la obtención de un proceso). Este
fenómeno recibe la denominación de litigio.

Para hacer más sencilla la idea y posibilitar la recíproca correlación de conceptos:


imagínese a alguien que, en la calle, nos tiende su mano con la palma extendida
hacia arriba: nadie podrá ignorar que éste es el símbolo universal del pedir. ¿Y qué
pide? ¿Pan? ¿Dinero? En razón de que la actitud de pedir no puede ser vista sino
con relación al objeto que se pide (no es racionalmente imaginable la situación de
pedir nada), es que la acción (el simple hecho de instar) no puede escindirse de la
pretensión (la cosa concreta respecto de la cual se insta).

Por tanto, pretensión procesal es la declaración de voluntad hecha en una demanda


(plano jurídico) mediante la cual el actor (pretendiente) aspira a que el juez emita –
después de un proceso– una sentencia que resuelva efectiva y favorablemente el
litigio que le presenta a su conocimiento.

6.1.2.- ACCIÓN Y PRETENSIÓN


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Sabemos ciertamente que la jurisdicción se caracteriza por ser una sola función
estatal y porque además de resolver los conflictos va a imponer el cumplimiento de
lo resuelto. Entendida así, la jurisdicción funciona en lo que se conoce como la
trilogía estructural del Derecho Procesal. Esta trilogía está integrada por la acción,
la pretensión y la excepción y de ellas haremos referencia a continuación.

La acción propiamente dicha o el derecho abstracto de acción se materializa por


medio de la pretensión. Esto es, cuando la persona ejerce el derecho de accionar
lo hace por medio de una pretensión. La pretensión es, entonces, el contenido de la
acción, esta se materializa por medio de una demanda, y en materia penal por
medio de una acusación, denuncia o parte policial.

Siguiendo con el concepto genérico de pretensión, se ha dicho por parte de Guasp,


que es “una declaración de voluntad, en la que se solicita una actuación del órgano
jurisdiccional frente a persona determinada y distinta del autor de la declaración”
(Bacre, 1986: 289).

A manera de recapitulación, podemos afirmar que la acción es, pues, el derecho o


poder jurídico que se ejerce frente al Estado para reclamar la actuación
jurisdiccional. Es un derecho abstracto a reclamar la protección jurisdiccional por
medio de un proceso; ese derecho se ejerce por medio de la pretensión, la cual es
el contenido de la acción. Esta se define como la declaración de voluntad y solicitud
realizada ante el (la) juez(a) y frente a las otras partes del proceso.

6.1.3.- ELEMENTOS DE LA PRETENSIÓN

Toda pretensión procesal implica la afirmación de la existencia de una relación


jurídica, entendida aquí como vínculo que surge entre dos sujetos —ni más, ni
menos— con motivo de un acaecimiento de trascendencia para el Derecho.

De tal modo, toda pretensión –al igual que toda relación– admite ser descompuesta
para su estudio en los distintos elementos que la integran: los sujetos, el objeto y la
causa (eficiente). Con el análisis de ellos pueden ser contestadas las preguntas:
entre quiénes, para qué y por qué se deduce la pretensión en la demanda, lo cual
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resulta de la mayor importancia para comprender el fenómeno de la acumulación


procesal.

1. Los sujetos de la pretensión: he sostenido recién el carácter bipolar


de toda pretensión (o relación), al afirmar que siempre son dos los
sujetos que la componen.
Si se toma como ejemplo de la realidad una relación de crédito, se
advertirá que está conformada por un acreedor y un deudor, cada uno
de los cuales no puede mantenerse integrando tal relación sin la
presencia contemporánea del otro, toda vez que no es posible
concebir racionalmente la figura de un acreedor sin el correlativo
deudor y viceversa.
Cabe poner de resalto que, a los efectos de este estudio, no basta la
presencia de un sujeto como integrante de la relación, sino que
también es menester determinar en cuál de las dos posibles
posiciones se halla ubicado: o es deudor o es acreedor (cosa que
habrá de tomarse en cuenta en el número siguiente, al efectuar la
comparación de diversas relaciones).
Además, la referencia a un sujeto cualquiera de la relación no está
vinculada exclusivamente con la persona física determinada que
inviste ese carácter sino, de modo especial, con la calidad jurídica que
ella exhibe. De tal modo, la idea de persona del acreedor, por ejemplo,
comprende la de sus sucesores a título singular y universal y,
eventualmente, a su sustituto.
De la misma forma, en razón de que cabe atender a la calidad y no a
la personalidad del sujeto, siempre que cambie aquélla variará la
composición subjetiva de la relación, aunque la persona física
mantenga su identidad (por ejemplo, si en la relación Nº 1 el vendedor
actúa por sí en tanto que en la relación Nº 2 el mismo vendedor no
actúa como tal sino en representación de un incapaz, parece obvio
que el sujeto es diferente en ambos supuestos). Sobre esta base, ya
puede decirse que los sujetos de la pretensión son el actor
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(pretendiente) y el demandado (aquél respecto de quien se pretende)


(por ejemplo, quien se afirma vendedor y aquel de quien afirma que
es el comprador que no pagó el precio de la cosa adquirida).

2. El objeto de la pretensión: es obtener de la autoridad (juez o árbitro)


una resolución con contenido favorable a la petición hecha en la
demanda (y, eventualmente, la consiguiente y consecuente conducta
del demandado) (por ejemplo, la declaración de la existencia real de
la compraventa afirmada en la demanda y la condena al comprador a
pagar al vendedor el precio adeudado).
3. La causa de la pretensión: este elemento es el único que presenta
una clara variación respecto de las dos ideas que se analizan
conjuntamente: pretensión y relación. Se entiende por causa de la
relación la concreta interferencia intersubjetiva que la ocasiona.

6.1.4.- IMPORTANCIA DE SU IDENTIFICACIÓN

Tanta importancia tiene este concepto en el derecho procesal, que es en concreta


función de él que el legislador norma la cadena procedimental. Así es como existe
un procedimiento ordinario (como plena garantía de total discusión) frente a otro
sumario (más breve que el anterior, con merma de plazos, medios de confirmación,
impugnaciones, etcétera); similarmente, a partir del concepto de pretensión es que
se determina la competencia y el número de grados de conocimiento judicial,
etcétera, pues la pretensión es el motivo de la controversia y ésta el tema sobre el
cual ha de versar necesariamente la sentencia.

6.1.5.- PRETENSIÓN EN LOS DISTINTOS ENJUICIAMIENTOS

Las clases de pretensiones se pueden sistematizar en: cognitivas, ejecutivas y


cautelares.

Pretensiones de cognición.- Las pretensiones de cognición se dan en el proceso


de declaración y tienen por objeto obtener del juez un pronunciamiento declarativo,
de condena o constitutivo.
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Una vez presentada la pretensión en la demanda por parte del demandante, debe
concederse al demandado la posibilidad de poder contestarla, de denunciar el
incumplimiento del actor de algún presupuesto proesal, de formular excepciones y
de alegar cuantos hechos (impeditivos, extintivos o excluyentes) constituyan su
propia defensa.

La pretensión de cognición puede plantearse en la fase declarativa del proceso o


trasladarse a la segunda instancia o a la casación, en cuyo caso recibe la
denominación de pretensión de impugnación. Pero, aunque se reproduzca en
instancias superiores, la pretensión no sufre alteración alguna, sino que permanece
siendo la misma, ya que, en la casación no se pueden introducir hechos nuevos y
en la apelación, rige el criterio de la apelación restringida que, fuera de los hechos
nuevos, impide la aportación a la segunda instancia de hechos que no fueron
firmados por las partes en sus escritos de alegaciones.

A su vez, dentro de las pretensiones de cognición pueden distinguirse las


pretensiones: declarativas, de condena y constitutivas.

 Pretensiones de mera declaración.


Tienen por objeto obtener del Juez un pronunciamiento en el que declare la
existencia o inexistencia de un determinado derecho subjetivo o relación
jurídica. Podrán ser positiva, cuando afirmen su existencia, o negativas,
cuando la niegan o rechazan. En este tipo de pretensiones, la relación
jurídica ha de ser preexistente, ya que a través de una pretensión declarativa
no puede solicitarse del Juez el reconocimiento de futuras relaciones
jurídicas, aun cuando sean admisibles las demandas de relaciones jurídicas
sometidas a condición o plazo.
 Pretensiones de condena
Son también llamadas pretensiones de prestación, porque su objeto
inmediato reside en obtener del juez una condena al demandado al
cumplimiento de alguna de las prestaciones contenidas en el Art. 1088,
Código Civil. Será pretensiones de condena positivas las que soliciten la
condena de una prestación de dar o hacer, y negativas las que soliciten una
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condena de no hacer. Puede existir, no obstante, la mixta, en la que se


conjuguen prestaciones de los dos tipos. Las sentencias recaídas en virtud
de estas pretensiones son ejecutables. Esta característica es típica de las
pretensiones de condena, y dentro de ellas, de las dirigidas al pago de una
obligación, cuando son estimadas posibilitan la apertura de un proceso de
ejecución.
 Pretensiones constitutivas
El objeto de estas pretensiones es la creación, modificación o extinción de
una determinada relación, situación o estado jurídico y excepcionalmente
una sentencia injusta, la que podrá ser anulada a través de los medios de
rescisión de la cosa juzgada (audiencia del rebelde, revisión e incidente de
nulidad), que encierran también el planteamiento de pretensiones
constitutivas de anulación. El actor está solicitando un pronunciamiento del
Juez que cree una consecuencia jurídica que hasta el momento no existía y
que no puede originarse, sino es a través de una sentencia.

Pretensiones de ejecución

Las pretensiones de ejecución exigen como presupuesto la existencia de un título


de ejecución de los contemplados en el Art. 517, LEC (sentencia, laudo…) sin que
quepa la ejecución de sentencias meramente declarativas o constitutivas. El objeto
de estas pretensiones es la realización del derecho de crédito del acreedor, que ha
visto reconocido su derecho en dicho título. Al ser, en el proceso civil, la ejecución
voluntaria, al proceso de ejecución solo se puede acudir ante la resistencia del
deudor condenado.

La pretensión de ejecución se deducirá en el procedimiento de ejecución o de


apremio, caracterizado por la ausencia de contradicción.

Por último, señalar que la pretensión de ejecución puede consistir en la realización


de una prestación de dar, hacer, o no hacer.
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Pretensiones cautelares

La pretensión cautelar se caracteriza por ser una petición de adopción de medidas


cautelares, cuya finalidad consiste en prevenir o garantizar la futura realización de
los efectos ejecutivos de la sentencia. Se trata de una pretensión instrumental de
otra principal (la principal será declarativa, constitutiva o de condena), pero
manteniendo una cierta autonomía, ya que es preciso el cumplimiento de
determinados presupuestos, tales como el fumus boni iuris o el periculum in mora.

6.1.6.- CLASIFICACIÓN DE LAS PRETENSIONES

Pretensiones declarativas de derechos

En general, son aquellas mediante las cuales se intenta la declaración o la


determinación del derecho a aplicar en un litigio a base de los hechos que lo
configuran. Ellas admiten una triple clasificación:

 Pretensiones simplemente declarativas o de mera declaración:


Son aquellas mediante las cuales se intenta –exclusivamente– lograr del juez
la simple declaración de la existencia o inexistencia de un derecho,
satisfaciendo ello integralmente el interés del pretendiente (por ejemplo, la
que tiende a establecer la falsedad de un documento o la inexistencia de una
obligación, etcétera).
 Pretensiones declarativas de condena:
Son aquellas mediante las cuales se intenta no sólo la declaración de la
existencia de un derecho sino que también incluyen la aspiración de que el
juzgador emita un mandato individualizado de condena a dar, hacer o no
hacer una prestación (por ejemplo, la que tiende a lograr el pago del precio
de la cosa comprada y no abonada, o que el demandado construya o no una
pared, etcétera). Este tipo de pretensión es la que se presenta en mayor
proporción en la vida jurídica y es habitual referir a ellas toda suerte de
explicación acerca del fenómeno procesal.
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 Pretensiones declarativas de constitución (pretensiones constitutivas):


Son aquellas mediante las cuales se intenta no sólo la declaración de la
existencia de un derecho sino que también incluyen la aspiración de que,
como consecuencia de ella, se cree, modifique o extinga un estado jurídico
(por ejemplo, la declaración de divorcio de los cónyuges constituye el estado
jurídico de divorciado para cada uno de ellos, o la declaración de existencia
de un hecho ilícito constituye un acreedor y un deudor por los daños
ocasionados a su consecuencia, etcétera).

Pretensiones ejecutivas

Son aquellas mediante las cuales se intenta lograr la ejecución coactiva de un


derecho que ya está reconocido o declarado en una sentencia (título ejecutorio) o
en un instrumento al cual la ley otorga carácter fehaciente (título ejecutivo) (ver
Lección 29) (por ejemplo, la pretensión de percibir del deudor la suma de dinero a
cuyo pago fue demandado judicialmente y que no abonó; la de percibir el importe
de una deuda cuya existencia fue reconocida en un instrumento público, etcétera).

Pretensiones cautelares

Son aquellas mediante las cuales se intenta lograr no la declaración de un derecho


ni la ejecución de una prestación sino el aseguramiento anticipado de un hecho (por
ejemplo, la comprobación judicial del estado de alguna cosa en cierto lugar y tiempo)
o de un derecho (por ejemplo, la garantía para el acreedor de que su deudor no
perderá sus bienes como consecuencia de caer en estado de insolvencia que
imposibilitará cobrar la acreencia luego de ser declarado el derecho a hacerlo,
etcétera).

Por otra parte, cuando coexisten dos pretensiones en una misma demanda (casos
de acumulación procesal) ellas pueden ser:

1. Eventuales: la segunda pretensión se presenta para que el juez la considere


y falle sólo en caso de ser desestimada la primera; v.gr., las pretensiones de
cumplimiento y resolución de contrato y viceversa;
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2. Sucesivas: la segunda pretensión se presenta condicionada a que sea


estimada la primera; v.gr., las pretensiones de percepción de capital e
intereses; a este tipo procesal se da el nombre de eventualidad impropia o
subsidiariedad;
3. Alternativas: la segunda pretensión se presenta también en forma principal
a fin de que sea estimada ella o la primera, indistintamente; v.gr. las
pretensiones de reducción de precio y redhibitoria.

Tema VII. ACCIÓN PROCESAL

7.1.- DEFINICIÓN Y NATURALEZA JURÍDICA

Definición.- Se puede entender la acción procesal como una potestad jurídica de un


sujeto de derecho, ya sea persona física o moral, privada o del derecho social, en
virtud de la cual se provoca la función jurisdiccional, ya sea como parte atacante o
como parte atacada, durante todo el proceso e incluso en las vías impugnativas o
de ejecución.

Naturaleza Jurídica.- Se dice que es el derecho de petición consagrado en la


constitución, o el derecho (también constitucional) a la impartición de Justicia
completa e Imparcial que respete el debido proceso legal, o es un derecho público
subjetivo, o se expone como una instancia que requiere un derecho material para
su ejercicio y así obtener una tutela concreta.

7.2.- ACCIONES COLECTIVAS

Las acciones colectivas que protegen intereses igualmente colectivos se incluyen


en la corriente denominada acceso a la justicia.

En los conflictos sociales han venido apareciendo distintos tipos de intereses que
han requerido la tutela jurídica de diversas acciones.

En la evolución de ellas (acciones) la doctrina alude a la existencia de acciones


particulares de ejercen los sujetos de derecho para tutelar sus intereses jurídicos
igualmente particulares. Por otro lado, tenemos las acciones públicas que ejercen
organismos estatales (el ministerio público en materia penal) con miras a tutelar un
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interés público estatal. Finalmente, han surgido las acciones colectivas que tutelan
intereses colectivos y difusos.

Intereses colectivos: Son los comunes a una colectividad de personas y sólo atañen
a ellas, entre las cuales existe algún tipo de vínculo jurídico (los que hay en una
sociedad mercantil, en una familia, entre los miembros de un sindicato o entre
condóminos).

Los intereses difusos: No se fundan en un vínculo jurídico, sino que se basan en


hechos genéricos y contingentes, accidentales y mutables, como habitar la misma
región, consumir productos iguales (medicamentos o alimentos) o vivir en
determinadas circunstancias sociales o económicas. Algunas de las zonas que
abarcan la protección de los intereses difusos son: ataque al ambiente, la afrenta a
los consumidores y los ataques a grupos o minorías étnicas.

BIBLIOGRAFIA

Ovalle Favela, José, Teoría general del Proceso, México, Oxford University Press,
7ª ed, 2016.

Gómez Lara, Cipriano. Teoría General del Proceso, Oxford University Press,
México, 10ª ed, 2013.

Alberto Saíd, Isidro M. Gonzáles Gutiérrez,. Teoría General del Proceso, IURE
Editores, México, 1ª ed, 2015.

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